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La Revolución del comercio justo: hacia un mundo convergente Por: María de los Ángeles Montero [mariamontero@inpsicon.com] Resumen: En el libro “La Sociedad Post-capitalista”, Peter Drucker (1994) escribió que “cada pocos centenares de años ocurre en la historia del Occidente una notable transformación… en el término de pocos decenios, la sociedad se reacomoda en su visión mundial; en sus valores básicos: en su estructura social y política; en sus artes; en sus instituciones claves.” Una descripción bastante acertada y que resume en pocas líneas los cambios sustanciales que han caracterizado el mundo occidental desde sus inicios. En la actualidad, el mundo se encuentra nuevamente ad portas de un nuevo proceso de evolución: la construcción de un comercio más equitativo, igualitario e inclusivo. En el presente artículo se expondrán los conceptos, ventajas y retos del nuevo revolucionario económico que transformará el comercio mundial, convirtiéndose en el nuevo punto de convergencia: el Comercio Justo Palabras claves: Globalización, Consumo Responsable, Comercio Justo Desde principios de la década de los 80’s, el término de la globalización comenzó a ser parte del vocabulario de todas y cada una de las personas. Para aquellos que poseen una visión optimista del término, este hace referencia al encuentro de culturas, complemento económico, ampliación de las comunicaciones, avance tecnológico y acceso a la información; otros, quizás más realista, expresan que la globalización lleva a la transculturización que se ve expresada en la pérdida de la identidad local e imitación de la cultura de los países del Norte, asimilación del inglés como “lingua franca”, alienación y explotación por parte de una minoría sobre los países del Tercer Mundo. Aunque estas visiones son extremistas, ambas muestran lo positivo y lo negativo de la globalización y permiten crear un concepto, no muy exacto, de lo que significa este fenómeno. Todas las premisas mencionadas en el párrafo anterior, pueden concluirse en una sola idea: la Globalización revolucionó radicalmente las costumbres de todos los seres humanos, en especial aquellas que guardan estrecha relación con el consumo. ¿Qué se compra?, ¿Cómo se compra?, ¿Para qué se compra?, son varios de los interrogantes que surgen de la cultura del consumo, donde se alude a una gran variedad de experiencias nuevas, a nuevos modos de nombrar y representar el universo del consumo, a nuevas formas de entendernos a nosotros mismos. Esto implica un nuevo saber hacer, nuevas representaciones y una nueva identificación que se ven reflejados en tres circuitos que determinan una variedad de experiencias: comprar, gastar y consumir (Zamora, 2005). La necesidad de adquirir más bienes y de acceder a más servicios, se ha convertido en el indicador de status de los seres humanos: quien más tiene, más vale. Se trata solo de consumir. Pero… se pregunta un joven ¿de dónde vienen sus zapatos? O una mujer ¿cómo se elaboró la crema que se aplica cada noche? O ¿el impacto ambiental que un producto


tiene sobre el Medio Ambiente? La respuesta a esta serie de preguntas es NO. Sin embargo, y por fortuna, la negativa no es categórica. El comportamiento de los consumidores ha comenzado a cambiar y la toma de consciencia a la hora de adquirir un producto transforma al consumista en consumidor responsable. El Consumo Responsable es, tal como su nombre lo indica, el acto de consumir responsablemente, es decir, de ser conscientes a la hora de comprar un producto de las implicaciones que esta acción tiene para consigo, quienes le rodean y el Medio Ambiente. En la Guía de Consumo Responsable y Solidario en la Comunidad de Madrid (2007), se establecen y conceptualizan tres bloques desde los cuales se puede mirar el Consumo Responsable que son: 1. Consumo ético: El consumo ético y crítico es la columna vertebral del consumo responsable. Es la filosofía de consumo que adoptamos. Se trata de que nuestros principios éticos de justicia social, respeto por el medio ambiente, la naturaleza y los animales se vean reflejados en nuestro modo de consumir. Para que nuestro consumo se avenga con nuestros valores éticos tendremos que realizar un consumo crítico; es decir, buscar y exigir información acerca de las condiciones de elaboración –ecológicas y sociales– de los productos y servicios, así como de la forma de actuar de la empresa en cuestión, y basar nuestras decisiones en estos aspectos y no sólo en el precio o la marca. 2. Consumo Ecológico: Este es, probablemente, el aspecto más conocido del consumo responsable. Se refiere a tener en cuenta el impacto medioambiental del consumo en todas sus vertientes, desde “reducir, reutilizar y reciclar” hasta la agricultura ecológica y las energías limpias. La forma en que se halla estructurada la cadena de producción-consumo hace que las personas que consumen el producto final se preocupen poco o nada por la forma en que éste llega a sus manos y menos por lo que sucede con el una vez que lo han terminado de usar y lo desechan. Aunque cada vez es mayor el reciclaje que se hace de algunos materiales, todavía queda mucho camino por recorrer. 3. Consumo Solidario: Significa consumir bienes o servicios que sirvan a las necesidades y deseos del consumidor, buscando realizar su libre bienvivir personal; promover el bienvivir de los trabajadores que elaboran, distribuyen y comercializan dicho producto o servicio; mantener el equilibrio de los ecosistemas; contribuir a la construcción de sociedades justas y solidarias (Consumo Solidario, http://www.urbared.ungs.edu.ar/textos/consumo%20solidario.pdf). De acuerdo a su definición, el Consumo Solidario podría expresarse como Comercio Justo, que no es más que la relación libre, directa y honesta entre los productores en vía de desarrollo, los consumidores solidarios y los intermediarios sin ánimo de lucro (Brand, D. 2005). Es decir, con la adjudicación del término “Justo” se busca diferenciar al comercio volviéndolo, de alguna manera, más humano donde la protección de los derechos de los trabajadores, la calidad de los productos y la consciencia sobre el impacto ambiental se


conviertan en acciones efectivas que mejoren los estándares de vida del ser humano y su espacio circundante. Muchos se preguntarán el por qué de esta preocupación, si el comercio es uno de los pilares que sostiene una economía y fomenta el desarrollo de la sociedad. Pues si bien es cierto que el comercio impulsa las economías, también lo es que en conjunto ha traído como resultado el empobrecimiento, la acumulación de riqueza, la exclusión, la crisis del modelo neoliberal, la desesperanza y la guerra (La propuesta de economía solidaria frente a la economía neoliberal, http://www.coraggioeconomia.org/jlc/archivos%20para%20descargar/CHARLAS,%20CONFERENCIAS,%20DI SCURSOS/JLC%20-%20Foro%20Social%20Mundial.pdf). Ver Figura 1 y Figura 2.

Figura 1: Human Development Index (HDI) – Fuente: aag%20site/GlobalEconomy/images/lesson4_pg2_fig2.gif. Extraído el 1 de Agosto

http://www.aag.org/Education/center/cgge-


Figura 2: Mapa del nivel de corrupción en el mundo. http://www.tribunalatina.com/latinoamerica/img2/mapa_corrupcion_2007.jpg Extraído el 1 de Agosto del 2008

Fuente:

Martín Luther King (1929-1968) cierta vez comentó que “Antes de que termines de desayunar esta mañana, habrás dependido de la mitad del mundo”, lo que significa que para poder consumir una taza de café con algunas rebanadas de pan, los productos debieron pasar por un largo proceso de producción que va desde la recolección de la materia prima hasta el empaque con el cual es vendido en los supermercados. El punto es: ¿cuántos de estos productos son elaborados bajo condiciones laborales dignas? O ¿no ejercen un impacto negativo sobre el medio ambiente? El desconocimiento ya ha dejado de ser un impedimento para no comenzar a cambiar el modelo económico. Basta con mirar las diversas organizaciones que trabajan en pro de un Comercio Justo: Coordinadora Estatal de Comercio Justo (http://www.ecomerciojusto.org/es/), Espacio de Comercio Justo y Fairtrade Labelling Organizations (http://www.espaciocomerciojusto.org/) (http://www.fairtrade.net/home.html?&L=1), entre otras, que tienen como principal objetivo promover el Comercio Justo en los países del Norte a través de actividades de apoyo a los productores y de sensibilización de los consumidores para lograr un equilibrio entro los actores que componen el comercio internacional (Productores, Empresas y Consumidor Final). El revolucionario Comercio Justo ha nacido para ayudar a mejorar la calidad de vida de todos los que hacen parte de la cadena de producción, comercialización y consumo final. Si estos tres ejes, representados por los productores, organizaciones intermediarias y consumidores, llegan a un punto de equilibrio, entonces se habrá llegado a la nueva evolución a la cual se hizo mención al inicio de este artículo. Las ventajas del Comercio Justo podrían agruparse así: Para productores: • Acceso directo a un mercado que no habría sido posible en otras circunstancias. • Se garantiza un precio justo a los productores por la elaboración de su producto. • La prefinanciación que le aseguran las organizaciones de Comercio Justo, es decir, que los productores ya tienen garantizado su pago y evitan caer en el endeudamiento (Los productores del Comercio Justo, http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=802) Para el consumidor final: • Obtienen productos caracterizados por su transparencia, es decir, que se sabe cual es el origen del producto.


• Están incorporados los costos ambientales, razón por la cual el consumidor sabe cual es el impacto del producto sobre el medio ambiente (Concepto de Comercio Justo, http://www.tiendacomerciojusto.cl/es_que_es_comercio_justo.php) Las organizaciones intermediarios, se caracterizan por ser sin ánimo de lucro y por su interés de cambiar el modelo, constituyéndose en su ventaja y ganancia. Sin embargo, y a pesar de los avances significativos del Comercio Justo, este último se enfrente a una serie de retos que debe ir superando en el camino: • Expandir el mercado del Comercio Justo: Una de las necesidades más urgentes para los productores del Sur es expandir el mercado del Comercio Justo para dar salida a una mayor proporción de su producción y también para que otros productores de Comercio Justo puedan acceder al mercado. • Armonización de definiciones, criterios y sistemas de control del Comercio Justo: La necesidad de desarrollar una definición común del Comercio Justo, unos criterios y sistemas de supervisión claramente armonizados y garantías todavía más transparentes de los beneficios que supone este comercio. el Comercio Justo considera que los criterios y la supervisión no sólo deberían aplicarse a los productores, sino que se debe responsabilizar a todos los que participan en el proceso de producción y comercialización, desde el productor al consumidor. • Problemas a los que se enfrentan los productores: Su posición de marginación a menudo significa que no poseen las habilidades técnicas, financieras y de gestión para entrar en el mercado de la exportación. • El papel de las mujeres en el Comercio Justo: Validar y apoyar el papel de las mujeres en todos los aspectos del Comercio Justo todavía es un reto, aunque se ha avanzado bastante en este sentido. Las mujeres ocupan una posición central en el movimiento de Comercio Justo: hasta el 80% de los voluntarios de las tiendas son mujeres, así como una buena parte de los productores de Comercio Justo (Bowen, B., 2001) Sin llegar a tener el letrero de “urgentes”, estos desafíos constituyen una parte fundamental para posicionar al Comercio Justo como nueva alternativa para todos los productores, multinacionales y consumidores. Como conclusión, se puede resaltar que el fenómeno de la Globalización ha contribuido a mejorar las perspectivas de vida de los seres humanos. Si bien es cierto, que la vulneración de ciertos derechos y el dominio de unos pocos es evidente, es verdadero también que las posibilidades de progreso y desarrollo aumentan con la apertura y liberación de las economías. Al Comercio Justo, aún le queda mucho trecho por recorrer: definir un precio justo o la distribución de ganancias son tópicos que genera aún muchas controversias.


Finalmente, tratar de satisfacer al mundo entero cuando la diversidad es evidente y las necesidades diferentes, es utópico. Pero lo utópico, no es imposible y ya se han dado los primeros pasos.

Artículos Relacionados: •

El consumo responsable de los recursos del planeta una solución pertinente para el calentamiento global. http://www.inpsicon.com/news.php?extend.296

Bibliografía •

Bowen, B. (2001). Let’s Go Fair!. Anuario EFTA 2001-2003 – Desafío del Comercio Justo. 1, 22-43.

Brand, D. (2005). Comercio con Justicia: Comercio Alternativo, Justo y Solidario. Extraído el 1 de Agosto de 2008 desde http://www.cnpml.org/html/archivos/Novedades/Novedades-ID59.pdf.

Concepto de Comercio Justo. Extraído el 1 de Agosto de 2008 desde http://www.tiendacomerciojusto.cl/es_que_es_comercio_justo.php

Consumo Solidario. Extraído el 1 de Agosto http://www.urbared.ungs.edu.ar/textos/consumo%20solidario.pdf

Drucker, P. (1993). La Sociedad Post-Capitalista. Editorial Norma, 1-20.

El Comercio Justo ¿Una vía para mejorar las condiciones de vida de los productores Sur? Extraído el 4 de Julio de 2008 desde http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=253759&orden=1&info=link

Guía de Consumo Responsable y Solidario en la Comunidad de Madrid, Consuma Responsabilidad. (n.d.). Extraído el 1 de Agosto de 2008 desde http://www.educacionenvalores.org/article.php3?id_article=1213

La propuesta de economía solidaria frente a la economía neoliberal. Extraído el 1 de Agosto del 2008 http://www.coraggioeconomia.org/jlc/archivos%20para%20descargar/CHARLAS,%20CONFERENCIA S,%20DISCURSOS/JLC%20-%20Foro%20Social%20Mundial.pdf.

Los productores de Comercio Justo. Extraído el 1 de Agosto de 2008 desde http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=802

de

2008

desde


•

Zamora, J. (2005). La Cultura del Consumo. ExtraĂ­do el 21 de Julio de 2008 desde http://raices.org.sv/facultad/chn/c1170/La%20cultura%20del%20consumo.pdf


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