Palabras de clausura de evento Dr. Eduardo Vega Defensor del Pueblo (e)
Sr. Francisco Távara, Presidente del Jurado Nacional de Elecciones; Sra. Liz Meléndez, Directora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán; Sra. Victoria Villanueva, Directora del Movimiento Manuela Ramos; Sra. Marisol Castañeda, Directora de Calandria; Señoras y señores: Este año el día internacional de la mujer tiene una connotación especial en el mundo y, particularmente, en nuestro país. A nivel mundial, el mensaje central de las Naciones Unidas por el Día Internacional de la Mujer es el siguiente: "Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género". Con este mensaje, LAS Naciones Unidas quieren iniciar y resaltar el papel fundamental de la igualdad de género en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados recientemente, así como la necesidad del empoderamiento de las mujeres y la defensa de sus derechos humanos. La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, ha señalado en su mensaje conmemorativo que “Las mujeres y las niñas son esenciales para encontrar soluciones sostenibles a los retos de la pobreza, la desigualdad y la recuperación de las comunidades más afectadas por conflictos, desastres y desplazamientos. Son ellas –nos dice- quienes se encuentran en la primera línea de los brotes de nuevas y peligrosas epidemias, como la enfermedad por el virus de Zika o del impacto del cambio climático”. Esta fecha significativa viene precedida del terrible asesinato de la señora Bertha Cáceres, líder indígena hondureña, activista ambiental y defensora de los derechos humanos a quien le dispararon, el pasado 3 de marzo, un balazo en su casa en la ciudad de La Esperanza, Honduras, por su reconocida labor como feminista y por su firme defensa de los derechos de los pueblos indígenas y el medioambiente en su país. Esta situación pone en evidencia el peligro constante que afecta a las mujeres cuando defienden sus derechos y apuestan por un desarrollo sostenible.
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En el Perú, género y desarrollo sostenible son claves para afrontar la pobreza, la desigualdad y la violencia. Más aún cuando este año conmemoramos el día internacional de la mujer en medio de un proceso electoral para elegir a las autoridades que conducirán los destinos del país en los próximos 5 años. Por ello, quisiera llamar la atención de ustedes en tres temas: La participación política de la mujer, los planes de gobierno para impulsar la igualdad de género y las acciones concretas para reducir la violencia contra la mujer. En cuanto a participación política solo cuatro candidatos han incorporado acciones concretas para fortalecer la cuota de género, establecer medidas complementarias como la alternancia, y aprobar el proyecto de ley sobre acoso político. Es importante señalar que hemos verificado que si bien los partidos políticos han cumplido con la cuota de género, en 21 de los 26 distritos electorales se colocaron a la mayoría de las candidatas en los tercios inferiores, es decir en los últimos lugares de las listas parlamentarias. Esto demuestra que la cuota se reduce a un simple requisito para la inscripción y que aún hay mucho por hacer para garantizar su efectiva participación política. Por ello, es necesario incluir medidas complementarias a la cuota de género, como la alternancia o reservar un número de escaños que necesariamente sean ocupados por mujeres, así como otras medidas vinculadas con los aportes económicos. Es imprescindible que las organizaciones políticas participantes se comprometan a propiciar estos cambios. En cuanto a los planes de trabajo para reducir las brechas de género debo llamar la atención de que seis planes no incluyen ninguna propuesta en esta materia. Esto sin duda es grave pues indica la poca importancia que se le da al tema. De la revisión de los otros once planes observamos algunos temas recurrentes en salud, educación y empleo y remuneración:
1) En salud los planes contienen propuestas vinculadas con la reducción de la mortalidad materna y la atención del parto institucionalizado. Sin embargo, muy pocos contemplan estrategias para reducir el embarazo adolescente que ha aumentado en los últimos años; o medidas para garantizar el acceso a la diversidad de métodos anticonceptivos y la pertinencia cultural en los servicios de salud, especialmente en las comunidades y pueblos indígenas. En este último ámbito, debo hacer hincapié en la necesidad de adoptar medidas urgentes pues una supervisión sobre 47 establecimientos de salud amazónicos identificó que las mujeres indígenas perciben actitudes poco sensibles y hasta irrespetuosas por parte del personal de salud respecto de sus saberes y prácticas, motivo por el cual prefieren dar a luz en sus casas, sin contar con asistencia médica.
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2) En educación, los planes centran su intervención en la eliminación de las brechas en el acceso y la permanencia en las escuelas. Al respecto, es importante considerar que al 2014, la tasa de analfabetismo afectaba al 9.6% de las mujeres peruanas de 15 a más años de edad, cifra que era tres veces superior a la de los hombres y que afecta en mayor medida a aquellas que tienen una lengua materna nativa. Allí la brecha aumenta al 22%. Por ello insistimos en la necesidad de mejorar la educación intercultural bilingüe. Recordemos que el 94% de docentes que viene enseñando a estudiantes indígenas necesita una formación especializada.
3) En cuanto al empoderamiento económico de las mujeres, igualdad en los salarios y servicios de cuidado a menores de edad se plantean medidas aisladas que dejan de lado las diversas formas de discriminación y violencia que afectan a las mujeres. Cabe recordar que el ingreso promedio de las mujeres es de S/. 1,165.2 y el de los hombres es S/. 1,670.2, lo que evidencia que existe una brecha salarial de S/. 505.0 nuevos soles. Preocupa que ningún plan de gobierno incluya medidas vinculadas con la promoción de responsabilidades compartidas y de conciliación de la vida laboral y personal. Además, que ninguno haya incluido acciones para la prevención y sanción de casos de hostigamiento sexual en el ámbito laboral. Por último, ninguno ha incorporado medidas para mejorar la situación en que se encuentran las trabajadoras del hogar, a quienes no se les reconoce todos sus derechos laborales y están más expuestas a situaciones de violencia y discriminación por parte de sus empleadores. Finalmente, un tercer tema necesario a abordar con políticas concretas dada su gravedad es el de la violencia contra la mujer. En el 2014 fueron registradas 135,874 denuncias por violencia familiar, de las cuales el 89% corresponde a mujeres. Entre el 2009 y octubre de 2015 se registraron 795 casos de feminicidio, teniendo un promedio mensual de 9 mujeres fallecidas por esta forma extrema de violencia de género. Nueve planes de gobierno abordan la problemática de la violencia contra la mujer pero se centran en medidas de atención aisladas. Recientemente, se ha promulgado la Ley N° 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, que busca que los procesos sean más rápidos y establece obligaciones a los diversos sectores involucrados. Sin embargo, un nudo crítico es contar con un presupuesto adecuado para que esta ley se implemente adecuadamente. Ningún plan de gobierno considera este problema de cómo financiar a nivel nacional esta nueva ley. 3
En cuanto a medidas de protección, solo dos planes han considerado la implementación de casas de refugio. Esta situación es preocupante, pues solo el 24% de estas casas están a cargo del Estado.
Me he permitido compartir estos alcances con el único objetivo de motivar su incorporación en los debates políticos del actual proceso electoral y bajo la convicción de que no es posible un desarrollo sostenible del país si este no incluye a las mujeres. Garantizar el pleno ejercicio de sus derechos debe ser un compromiso claro, concreto y permanente de las autoridades y de las personas que aspiran a dirigir el Estado. Es una obligación ética con sus electores y electoras, con el sistema democrático y con las futuras generaciones. Agradezco esta invitación que me permite clausurar esta importante reunión de trabajo y felicitar la destacada labor de las organizaciones de la sociedad civil y del Estado que día a día promueven mejoras en la situación de las mujeres en el país. Con estas palabras doy por clausurado el presente conversatorio. Muchas gracias.
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