MODELO DE EDUCACIÓN POPULAR EN EL DESARROLLO COMUNITARIO, PROCESOS PSICOSOCIALES COMUNITARIOS Y RESILIENCIA
Universidad Popular del Cesar Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales Psicología 2020-II
INTEGRANTES
Karen Liseth Chalarca Rangel María Camila Melo Gutiérrez Yalile Pérez Carreño
Tabla de Contenido
1. MODELO DE EDUCACIÓN POPULAR EN EL DESARROLLO COMUNITARIO ......................................................................................... 4 1.1.
Características .......................................................................... 5
1.2. Antecedentes históricos .......... Error! Bookmark not defined. 1.3.
Elementos sustantivos ............................................................. 7
1.3.1.
Su marco epistemológico .................................................... 7
1.3.2.
Su propuesta metodológica y pedagógica....................... 8
1.3.3.
Su opción política ................................................................. 8
2. PROCESOS PSICOSOCIALES COMUNITARIOS ................................. 10 2.1. Habituación ..................................................................................... 11 2.2. Familiarización............................................................................... 12 2.3.
Naturalización ......................................................................... 13
3. LA RESILIENCIA COMUNITARIA ......................................................... 14 3.1. Los pilares de la resiliencia social o comunitaria ................. 15 3.1.1. La estructura social cohesionada. ..................................... 15 3.1.2. La honestidad gubernamental. ............................................ 15 3.1.4. Autoestima colectiva ............................................................. 16
3.1.5. El humor social. ...................................................................... 17 3.2. Los antipilares de la resiliencia social o comunitaria ......... 18 3.2.1. La pobreza ............................. Error! Bookmark not defined. 3.2.2. Dependencia económica. ..... Error! Bookmark not defined.
El aislamiento social vinculado a las dificultades para el acceso y las comunicaciones........................................................................ 19 3.2.3. La estigmatización de las víctimas. ...................................... 19 CONCLUSIÓN ......................................... Error! Bookmark not defined. Referencias .............................................................................................. 20
MODELO DE EDUCACIÓN POPULAR EN EL DESARROLLO COMUNITARIO
Según (Van de Velde, 2008), la educación popular, es una propuesta teóricopráctica, siempre en construcción desde cientos de prácticas presentes en muy diversos escenarios de nuestra América (y más allá). Su visón es integral, comprometida social y políticamente. Parte y se sustenta desde una posición ética humanista. Asume una posición epistemológica de carácter dialéctico, rechazando por tanto el viejo, tradicional y todavía “consagrado” marco positivista. En consecuencia, desarrolla una propuesta metodológica, pedagógica y didáctica basada en la participación, en el diálogo, en la complementación de distintos saberes.
Corrientes de
Esfuerzo constante de conceptualización y profundización de sus fundamentos teóricos.
pensamiento en las que se ha inspirado (humanismo, cristianismo de base y teología de la liberación, marxismo)
Características
Producción de nuevos instrumentos metodológicos y didácticos adecuados a los objetivos y la realidad de las personas a las que se dirige.
Orientación consciente y permanente de su práctica educativa hacia el reforzamiento de los procesos organizativos de los sectores populares, y su contribución al desarrollo de nuevas formas organizativas.
1.3. Elementos sustantivos 1.3.1.
Su marco epistemológico
La educación entendida y practicada como un acto liberador requiere de un marco epistemológico en el que el conocimiento es construcción social permanente de los sujetos educandos, en el acto personal y social de comprender (se) y liberar (se). Freire llama educación bancaria, que en Pedagogía del oprimido define como aquella en la que “el conocimiento es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes”. Abunda sobre ello en Extensión o comunicación cuando nos dice: “Este es un modo estático, verbalizado, es la forma de entender el conocimiento que desconoce la confrontación con el mundo como la fuente verdadera de conocimiento.” Por ello, para la educación popular la realidad es la fuente verdadera de conocimiento, y en consecuencia, no podemos simplificarlo al aislarlo de las dinámicas reales socio-económicas, culturales y políticas del contexto de la educación para “enseñarlo” en forma vertical, repetitiva y memorística.
1.3.2 Su propuesta metodológica y pedagógica
Permiten el desarrollo de un proceso de enseñanza-aprendizaje verdaderamente activo, donde el conocimiento es construido procesualmente y en forma colectiva. Se hace a partir de los conocimientos, la práctica y el conocimiento del contexto que los propios educandos tengan de él. Se trata de un proceso teórico-práctico, donde el conocimiento generado y acumulado por la humanidad (la teoría), está al servicio del proceso de construcción colectiva del conocimiento, y no sobre él. La propuesta de la educación popular tiene siempre, como punto de partida, la propia práctica social de los participantes en el proceso educativo. Parte de lo concreto, de lo simple, de lo personal y lo subjetivo. De lo más cercano. Pero desde ahí, procesualmente, avanza hacia lo abstracto y lo complejo, hacia las categorías científicas que explican. En este proceso de enseñanza-aprendizaje el maestro, o educador, no desaparece ni pierde su rol conductor; por el contrario, sigue siendo elemento sustantivo y dotado de la gran responsabilidad de conducir a los educandos al desarrollo complejo de su personalidad, a su crecimiento en conocimientos, hábitos y actitudes de colaboración, de investigación, de búsqueda, de respeto, de tolerancia. La educación popular, acorde con su posición ética de construcción de “sujeto liberándose”, y con su marco epistemológico de construcción de conocimiento, afirma en su propuesta metodológica y pedagógica que el “punto de partida” de todo proceso educativo está en el nivel en que el educando se encuentra, cualquiera que éste sea.
1.3.3 Su opción política
La educación popular asume una posición política consecuente al definir a la educación también como un acto político. Afirma, en consecuencia, que toda educación es, además de un acto pedagógico, un acto político. Por lo tanto, no hay forma de mantenerse al margen de compromisos socio-históricos concretos. La educación Popular hace suyas las palabras de Freire cuando afirma que “mi punto de vista es el de los condenados de la Tierra”. Desde nuestra opción ética, nuestra mirada política tiene que ser a favor y desde la mirada de los pobres de la Tierra. Esta opción por el cambio, desde la mirada e intereses de los oprimidos, asumiendo la eticidad del acto educativo, lleva a afirmar la necesaria y consecuente naturaleza política de dicho acto.
2. PROCESOS PSICOSOCIALES COMUNITARIOS
Son fundamentales para la psicología comunitaria en cualquiera de sus perspectivas usuales (social, ambiental, educativa, organizacional o clínica). Son procesos que influyen en las relaciones sociales de las personas y a su vez están influidos por las circunstancias sociales y que suponen subprocesos de carácter cognoscitivo, emotivo, motivacional que tienen consecuencias conductuales (Montero, 2004).
2.1. Habituación
A nivel cultural cada sociedad genera un estilo de vida en particular el cual al mismo tiempo es el producto y los productores de unos patrones de comportamiento estructurados que son regulares y relativamente estables, los cuales se movilizan de manera natural con esa visión del mundo y con las normas que conjuntamente se han construido y pasan a ser ejecutados de manera espontánea, casi mecánica y sin la mediación de una reflexión por parte del sujeto ni tampoco por decisiones explicitas, dichas estructuras de comportamiento, que conscientemente son asumidas sin discusión y que se manifiestan estables y organizadas, es lo que el Sociólogo Francés Fierre Bourdieu denomina Habitus (Montero, 2004). Los habitus configuran, entonces, modos de enfrentar la vida cotidiana, algunos de los cuales son considerados como la manera natural de ser y de hacer en el mundo, como si fuesen parte de la esencia de las cosas. A la vez, suponen una codificación no expresa que incluye expectativas sociales respecto de los propios habitus (ni se espera ni se piensa que se pueda actuar de otra manera), hasta el punto de anticipar las consecuencias de esas acciones, con lo cual también sirven de enlaces coyunturales entre diversas situaciones, reproduciendo las estructuras sociales que los han generado.
2.2. Familiarización
Según la descripción dada por Maritza Montero infiere un “Proceso cognoscitivo consistente en hacer que lo extraño se asimile y se parezca a lo conocido, de manera que no sólo sea aceptable sino además fácilmente manejable por la persona” (Montero, 2004; citado en; Rodrìguez & Urbina, 2017).
Esta definición del término retoma algunos de los aportes dados por los teóricos de las representaciones sociales, aportes bajo los cuales se sustentan aquellos mecanismos que intervienen en la creación y el mantenimiento de una representación social, estos son los procesos o fases de objetivación y el anclaje (Moscovici, 1961, 1986; Jodelet, 1986; Ibáñez, 1988).
Al referir la etapa del anclaje en el proceso de la representación social, se habla de la familiarización de lo extraño, mencionando la utilización de “mecanismos de clasificación, categorización, etiquetamiento, denominación y explicación, que, sujetos a una lógica específica, permiten asumir lo extraño haciéndolo familiar, es decir, acercándolo mediante los mecanismos indicados a lo ya conocido, asemejándolo a lo sabido” (Montero 2004 p. 140).
1.4. Naturalización
La Naturalización según Montero “es un Proceso mediante el cual ciertos fenómenos y pautas de comportamientos son considerados como el modo de ser de las cosas en el mundo, como parte esencial de la naturaleza de la sociedad.” (Montero 2004 p. 141). Mediante este proceso de naturalización se dota de “realidad” a un esquema conceptual ideológico (el cual, se trata en términos simples de un conjunto de actitudes y creencias, que en principio deberían poder ser discutibles y debatibles como todas las demás) y los planteamientos y esquemas normativos de dichas ideologías se hacen, por tanto, reales y ontológicamente existentes en sí mismos, con la conclusión y consecuencia final de que no son discutibles: porque “lo natural” es así, así ha sido siempre y no se puede ni debe cambiar.
2. LA RESILIENCIA COMUNITARIA La resiliencia comunitaria es aún un concepto más reciente que la resiliencia individual y se refiere a aspectos de afrontamiento de los traumas y conflictos colectivos por los grupos humanos, en los cuales influyen otros aspectos psicosociales además de la respuesta individual al estrés. La resiliencia comunitaria se refiere por lo tanto a la capacidad del sistema social y de las instituciones para hacer frente a las adversidades y para reorganizarse posteriormente de modo que mejoren sus funciones, su estructura y su identidad. Identifica la manera en que los grupos humanos responden a las adversidades que como colectivo les afectan al mismo tiempo y de manera semejante: terremotos, inundaciones, sequías, atentados, represión política y otras, al tiempo que muestra cómo se desarrollan y fortalecen los recursos con los que ya cuenta la comunidad. Comprende tanto los recursos tangibles, es decir los recursos materiales, humanos o procedimentales que protegen a los individuos y compensan las debilidades, como los intangibles, aquellos que capacitan para sobreponerse a las dificultades y para lograr una adaptación exitosa. Se refiere más a las capacidades inherentes de la comunidad que se movilizan ante los desastres que a los recursos externos que pudieran lograr (Maguire and Cartwright, 2008;
3.1. Los pilares de la resiliencia social o comunitaria Las sociedades en las que los distintos grupos que la 3.1.1. LA ESTRUCTURA SOCIAL COHESIONADA.
conforman tienen menores desigualdades entre sí, prevalece la cohesión social más que el conflicto, los individuos y las minorías de distinto signo se sienten plenamente incluidas, existen oportunidades para la convivencia, la participación social, cultural, redes de apoyo informal y cuentan además con representantes naturales reconocidos, con canales de comunicación internos y cierto número de voluntariado civil y social, son proclives a responder con eficacia y sobreponerse a las adversidades.
Se refiere, por un lado, a la legitimidad de los gobernantes locales, comunitarios o estatales, al convencimiento de que el gobierno es el apropiado y al sentimiento de que es propio, es percibido como “mío”, con lo cual su liderazgo y sus mensajes serán más creíbles. Debe ser un gobierno de manos limpias, transparente, que gestiona la cosa pública con honestidad, que actúa con sentido de la justicia y aplica las leyes con imparcialidad. Bajo un gobierno, una autoridad y una justicia apropiadas los individuos, las instituciones, las asociaciones, los servicios y las empresas están más dispuestas a cooperar voluntariamente, e incluso a aceptar más fácilmente los posibles resultados “negativos”.
3.1.2. La honestidad gubernamental.
Conjunto de comportamientos, usos, valores, 3.1.3. La identidad cultural.
creencias, idioma, costumbres, ritos, música, etc. propios de una determinada colectividad, que los reconoce como propios y distintivos y da sentido de pertenencia a sus miembros. La identidad cultural refuerza los lazos de solidaridad en casos de emergencia más allá que al núcleo familiar cercano.
Es la conciencia de las bellezas naturales del lugar, el amor por su tierra, la identificación con determinadas costumbres y con producciones humanas significativas de su territorio: edificios, ciudades, pueblo, etc. El entorno es parte de la experiencia humana e influye en la identidad individual y social. El ambiente no es una condición dada y digna de ser contemplada pasivamente. Es también una creación humana. Las personas y las sociedades que tienen una autoestima colectiva alta se recuperarían antes de las adversidades.
3.1.4. Autoestima colectiva.
Se trata de la capacidad de algunos pueblos de 3.1.5. EL HUMOR SOCIAL.
“encontrar la comedia en la propia tragedia”, que ayuda a hacer más ligeras o a quitar amargura a ciertas situaciones difíciles, a tomar distancia emocional y a poder analizar más objetivamente las situaciones. La capacidad de reírse juntos de ciertos estereotipos sociales, políticos o religiosos propios y ajenos refuerza los lazos de pertenencia y hace a la comunidad más resiliente (Jáuregui y Carbelo 2006).
3.2. Los antipilares de la resiliencia social o comunitaria
3.2.1. La pobreza.
En la medida en que debilita física, material y psicológicamente a quienes la padecen reduce la capacidad de respuesta precisamente de quienes suelen ser más afectados por los desastres y calamidades. Pero junto a la pobreza económica a veces hay otros tipos de pobreza.
La impunidad con la que se desenvuelven ciertas personas autoras de delitos económicos, políticos o contra la salud medioambiental deslegitima a las autoridades políticas o judiciales y se pierde la confianza en las instituciones. Junto con la corrupción son posiblemente los factores que más dificultan la resiliencia comunitaria.
3.2.1.2. La pobreza moral.
3.2.1.3. La pobreza política.
No permite la participación libre en los asuntos públicos, que genera el autoritarismo, que distancia a los representantes de los representados, que lleva al individualismo y a la indiferencia social, que inhiben el surgimiento de líderes naturales, y que lleva a desentenderse y trasladar a otros la responsabilidad de resolver los problemas.
De la comunidad de una sola actividad productiva dominante, que le hace más vulnerable a las crisis económicas y
3.2.2. Dependencia económica.
al desempleo. El aislamiento social vinculado a las dificultades para el acceso y las comunicaciones. El aislamiento emocional de las víctimas que no encuentran el necesario reconocimiento de su dolor y el apoyo social para su recuperación.
La mayoría de las personas afectadas por catástrofes sociales son sujetos normales en una situación excepcionalmente anormal. Aunque muchas de 3.2.3. LA ESTIGMATIZACIÓN DE LAS VÍCTIMAS.
ellas sufran y manifiesten conductas no habituales, no son personas enfermas ni trastornadas. Los equipos de atención tienden a victimizar a los afectados y a procurarles ayudas inmediatas que no son siempre las más adecuadas.
Referencias Acinas, P. 2007. “Información a la población en situaciones de emergencia y riesgo colectivo”. Intervención psicosocial: Revista sobre igualdad y calidad de vida.16 (3), pp. 303-322 Jáuregui, E. y Carbelo B. (2006) “Emociones Positivas: Humor Positivo”. Papeles del Psicólogo, 2006. Vol. 27(1), pp. 18-30 Montero, M. (2004). Introducciòn a la psicologia comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. (1 ed.). Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidòs. Rodrìguez, A. F., & Urbina, G. (2017). Aproximaciòn a la configuraciòn del sujeto, a a partir del dispositivo de poder religioso: revisiòn desde la iglesia alianza cristiana y misionwera de suba. Fundación Universitaria Los Libertadores. Suarez Ojeda, E. N., Jara, Ana M. de la, Márquez, V. (2007). “Trabajo comunitario y resiliencia social”. En M. Munist, E. Suárez, D. Krauskopf y T. Silber (comp.) Adolescencia y Resiliencia, pp. 81- 108 Uriarte, J. d. (2010). La resiliencia comunitaria en situaciones catastróficas y de emergencia. Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/3498/349832324073.pdf Van de Velde, H. ( 2008). Educaciòn Popular. texto de referencia y consulta. CICAP / FAREM.
VALLEDUPAR - CESAR