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Sembrar la semilla de la investigación

El doctor Juan Gallo es el primer argentino y sudamericano reconocido con la ARVO Gold Fellow, distinción que la organización de investigación en visión y oftalmología más grande y respetada del mundo entrega a sus miembros por sus contribuciones al conocimiento del sistema visual y a la prevención, tratamiento y curación de sus alteraciones.

El Doctor en Medicina, Profesor Titular de Oftalmología, investigador del CONICET y coordinador de Oftalmo-Diabetes del Servicio de Oftalmología deL Hospital Universitario Austral corona así su prolífica tarea de casi tres décadas de participación en la Association for Research in Vision and Ophthalmology: reviewer de IOVs y TVST, miembro de los comités Professional Development and Education, de Global Research Training Initiative y Chairman of the International Chapters Affiliated Committee; mentor en el Global Mentorship Program, organizador de programas y presentador de trabajos en los meetings anuales.

“Siempre traté de desarrollar un perfil profesional de médico clínico investigador. Los años que trabajé en el Instituto Karolinska de Estocolmo, donde me doctoré, dejaron en mí una huella para toda la vida”, sintetiza el doctor Gallo y se predispone a hacer un recorrido por su trayectoria en ARVO.

“Desde los noventa que participo anualmente en el ARVO Annual Meeting. Poco después, pude formar un grupo de investigación integrado por varios oftalmólogos jóvenes y, bajo mi conducción y la colaboración del Dr. Croxatto, presentamos varios trabajos de modo ininterrumpido durante 15 años. De estos surgieron luego 21 artículos científicos publicados en revistas internacionales, dos patentes internacionales y además 4 tesis doctorales defendidas exitosamente . Experimenté así lo dicho por otros profesores acerca de la importancia de trabajar formando a personas jóvenes: sin buscarlo, uno se enriquece de esa interacción. Mis palabras de agradecimiento a los

Dres. Luengo Gimeno, Mancini, López y Ortiz, así como a Salica y Potilinski.

Formé parte del grupo de oftalmólogos e investigadores que iniciaron en la Argentina la Asociación de Investigación en Visión y Oftalmología (AIVO) y fui su presidente en el bienio 2012–2013, después de los períodos liderados por los Dres. Rosenstein y Croxatto.

En 2013, fui elegido como Chairman of the International Chapters Affiliated Committee en ARVO. Dos años más tarde, recibí la distinción de ARVO Silver Fellow.

En 2017, obtuve el Certificate of Appreciation

«Global Research Training Initiative», otorgado por el Board de ARVO por las contribuciones sobresalientes en la educación de investigadores jóvenes.

En el plano local, a partir del 2012 fui admitido en el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) como investigador independiente de la carrera del investigador clínico. No fue fácil ingresar. Unos años después obtuve el ascenso a la categoría de investigador principal y, en 2021, me nombraron por concurso Director del Instituto de Investigaciones en Medicina

Traslacional (IIMT) dependiente del CONICET y la Universidad Austral.

En todos estos años, nunca dejé el trabajo asistencial con pacientes, ni siquiera durante los años que dediqué gran parte de mi tiempo a desarrollar la nueva carrera de medicina de la Universidad Austral. Actualmente, veo unos 100 pacientes por mes en el Hospital Universitario Austral. Y seguiré así, si Dios quiere, combinando consultorio, investigación y docencia.

Para investigar en la Argentina es clave estar motivado, tener la vocación y convicción de que se puede hacer, contra viento y marea. Uno tiene que pensar muy bien qué proyectos llevar adelante, cuáles son los resultados que pueden ayudar al avance de la ciencia y de la prevención, tratamiento y curación de enfermedades. Necesitamos seguir trabajando en la creación de un ecosistema, integrado por instituciones —donde uno pueda trabajar— fundaciones y asociaciones que puedan dar becas o subsidios para poder investigar. Quizás sea factible la creación del Instituto Nacional del Ojo, similar al National Eye Institute (NEI) de los Estados Unidos. También es importante fomentar la interacción entre lo público y lo privado, la academia y la industria. Colaborar, cooperar, manteniendo la identidad de cada uno, teniendo fines comunes”.

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