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Diplomado Psicología Violencia Familiar y Violencia de Género Módulo VIII


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INTERVENCIÓN EN VIOLENCIA FAMILIAR Y ABUSO SEXUAL INFANTIL INTRODUCCIÓN La violencia intrafamiliar constituye un problema de todos/as. La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) la ha declarado un problema de salud pública. El uso de los modelos en violencia intrafamiliar no es reciente. Sin embargo, en las fases iniciales del uso de los modelos, desde el marco teórico que los define, muchos estaba n dirigidos a ofrecer una atención superficial y parcializada a la situación, porque no se planteaba la relación de poder con perspectiva de género, ni sus acciones estaban orientadas a provocar cambios estructurales en la relación de poder y sometimiento existentes. En base a la definición de violencia, existen algunos modelos teóricos/prácticos que buscan mejorar la comunicación, y las vías de interrelaciones personales únicamente, por considerar la violencia como desencadenante de la mala comunicación y relación, y s e responsabiliza a la mujer de la relación violenta, sin embargo puede darse a la inversa. En este documento se enuncian brevemente los modelos, desde los distintos marcos teóricos, como puntos de referencia. Se agregan además, algunas conceptualizaciones o acercamiento s generales sobre la intervención en distintos aspectos de la violencia intrafamiliar. Es importante reconocer toda la dinámica relacionada con la violencia intrafamiliar y guiar nuestras acciones en relación con el género. Antecedentes El uso de los modelos no es nuevo dentro de las ciencias sociales. El concepto modelo se utiliza inicialmente en el mundo matemático. Luego se emplea de igual manera en la arquitectura para la representación de algo que se propone como objeto de imitación. Posteriormente, el concepto de modelos y sus connotaciones fueron utilizados con éxito en e l campo de las ciencias sociales alrededor de la década de los años 70. Hoy día se continúan empleando los modelos teóricos con muy buenos resultados. Tanto en el concepto teórico como en la práctica, se emplean los ricos contenidos como marco de referencia. En base a la naturaleza y propósito de los modelos, éstos constituyen instrumento s útiles durante la intervención profesional. Ofrecen una forma de acción organizada. En este Módulo se cubrirán algunos fundamentos acerca de los modelos para que el lector tenga acceso rápido a la información. Antes de entrar en materia, convendría aclarar la relación que existe entre modelos, estrategias y plan de intervención. Comúnmente, estos conceptos se han estado utilizando indiscriminadamente, pero a pesar de guardar una relación estrecha, poseen características muy distintas que marcan la particularidad o singularidad de cada uno de ellos. La intervención de todo profesional está guiada y orientada por una serie de facto - res tales como el código de ética, las necesidades de la población MODULO VIII

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a la cual se va a servir o a prestar los servicios de salud, los objetivos o cobertura de acción de la institución o del marco institucional, entre otros, y, como veremos, la intervención profesional está también orientada por el modelo o los modelos de intervención que se aplican según su uso. Definición de conceptos: Ante lo anterior, ¿qué son los modelos y dónde encajan en relación con la intervención profesional?. A continuación se presentarán algunas definiciones del concepto modelo recogidas en consultas de distintas fuentes bibliográficas, las cuales se irán mencionando. Una definición general del concepto modelo es la que ofrece el autor Kogan de la siguiente manera: Es un esquema o mapa para dar sentido a una porción del mundo real en relación al que se quiere actuar. Una definición más aplicada del mismo autor es la definición de modelo teórico como: Un diseño conceptual para solucionar un problema o situación que existe en la realidad. El modelo ordena aquellos elementos en un universo dado que son relevantes a la solución de esa situación o de ese problema. En la siguiente definición, se plantean algunos aspectos fundamentales adicionales sobre la utilidad práctica del modelo teórico: Los modelos teóricos son esquemas o descripciones de las formas en que se ha abordado la conducta humana en general. Describen la conducta, el desarrollo y cómo se desenvuelve la problemática. Los autores William Reid y Laura Eisptein aportan la siguiente definición de modelo: Es una serie de directrices coherentes, las cuales señalan cómo un tratamiento dado debe ser ejecutado. Un modelo es básicamente descriptivo y definicional. Consideramos que esta definición también enfatiza la utilidad práctica del modelo, ya que determina lo que generalmente se hace o debe hacerse bajo circunstancias dadas y sobre la delimitación del problema objeto de atención; sin embargo, es parcializada ya que sólo se refiere a un tipo de modelo en particular. Otra definición de modelo es la del autor Litz; quien lo define así, Un conjunto de principios y procedimientos de acción respecto a un fenómeno o situación determinada que define el fenómeno al cual dirige los principios de acción, metas, métodos, estrategias o técnicas que han ser empleadas. Se preguntarán aquí si ¿realmente los modelos nos sirven en el campo social, dad o lo complejo y diverso, y las manifestaciones de la conducta humana sobre MODULO VIII

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la cual se desea influir? La otra interrogante puede ser ¿para qué nos sirven los modelos de intervención e n el caso específico de nuestra intervención en la violencia intrafamiliar? Queremos, por medio de nuestra respuesta a ambas preguntas, resaltar la importancia de los modelos, señalando de forma afirmativa que los modelos nos ayudan a organizar las acciones con fundamento teórico durante nuestra intervención profesional.

Diríamos que ellos guían, desde un marco teórico, el proceso de decisiones y el curso de acción profesional frente al problema que presenta el sujeto y sobre el cual queremos actuar. Esta aseveración que hacemos está corroborada con las experiencias de campo y las investigaciones realizada s sobre el particular. En otras palabras, un modelo además de describir y guiar nuestra intervención en relación con los problemas o aspectos conductuales, nos sirve de marco para sistematizar y unificar la intervención profesional.

De otra manera, tendríamos a cada uno de los/las profesionales interviniendo sin ninguna guía o patrón e improvisando según sus propia s impresiones del problema y de cómo debe ser la intervención del profesional y las estrategias y técnicas, entre otros. Los modelos surgen de observaciones y conceptualizaciones de la conducta y de la intervención profesional en relación con la conducta. Los modelos ofrecen pasos lógicos en torno a la intervención profesional. Nos van señalando las estrategias y alternativas de acción frente a un sistema blanco de intervención en relación con el problema específico. Se esbozan las técnicas, como también las sugerencias en torno al rol profesional. Nos señalan además, el marco teórico de referencia y, muy especialmente, las contraindicaciones en su uso.

Elementos esenciales de un modelo Existe una variedad de modelos, de acuerdo con el nivel de intervención y el problema sobre el cual se va a actuar. En la investigación en torno a los modelos, hemos encontrado algunos elementos esenciales en su configuración. Estos elementos se presentan a continuación: • Debe señalar claramente la visión de hombre-mujer-mundo. • Debe señalar la base teórica que la sustenta. • Debe señalar sobre el problema a que aplica. • Debe señalar las contraindicaciones de uso. • Debe señalar la visión del sistema en el que se va a intervenir. • Debe señalar el o los roles del profesional/trabajador/a social.

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• Debe señalar la metodología que debe utilizarse. Consideramos que con la exposición previa del marco teórico-conceptual de los modelos, el lector/a reconocerá su utilidad práctica y la agrupación del contenido en las cinco áreas o elementos. Cuando no se llenan los requisitos de configuración de un modelo, las experiencias sistematizadas que se trabajan en torno al problema, reciben el nombre conceptualizaciones o acercamientos, es decir, poseen uno o varios de los elementos esenciales de un modelo. En muchos casos, los acercamientos o conceptualizaciones son los pasos iniciales del esfuerzo que madurado llega a ser un modelo teórico de la intervención.

Es importante mencionar que aún se están recogiendo experiencias prácticas en torno a la intervención en violencia intrafamiliar y que existen muchas profesionales que se encuentran recogiendo en forma sistemática sus experiencias en torno al problema.

MODELOS Y VIOLENCIA INTRAFAMILIAR A continuación algunas consideraciones en torno al empleo de modelos de intervención en el problema de la violencia intrafamiliar. Tal cual se describió en los puntos anteriores, los modelos se aplican o utilizan discriminadamente según el problema del sistema blanco de intervención. Es importante recordar que los modelos de intervención señalan cursos de acción y procedimientos empleados por el profesional en un problema específico, llámese conflicto interpersonal, desempeño inadecuado de roles y, en este caso, violencia intrafamiliar.

En cuanto a la intervención en la violencia intrafamiliar, existen algunos modelos que no se recomiendan para atender estas situaciones. Un ejemplo es el Modelo de terapia familiar, el que no se debe utilizar en situaciones de violencia intrafamiliar cuando el agresor/a es miembro/a de la familia, debido a la relación de poder y sometimiento que se tiene entre las personas envueltas en una relación violenta/ abusiva .

Es importante recordar que una de las metas iniciales de la intervención en situaciones de violencia es eliminar la violencia, lo que se contrapone a las metas iniciales del Modelo de terapia familiar. Otra contraindicación es extender la intervención más allá del tiempo atribuible a la crisis inicial y cuando la persona da claras evidencias de estar empoderada y poder realizar los pasos que así lo ameriten. Lo anterior no niega o elimina la necesidad del acompañamiento.

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En el área de contraindicaciones se mantienen aquellas relacionadas con la intervención en general, ya que no es posible interactuar con una persona que esté bajo los efectos de alcohol, drogas o medicamentos que alteren su raciocinio o con quienes no estén en uso de su razón. Para lograr ser efectivo en la implementación de los modelos, es importante utilizarlos como guía, apoyándose en el marco teórico sugerido para ajustarse a la visión de los seres humanos y el mundo que se plantea en el modelo correspondiente. Igual precaución debe tenerse en cuanto a las estrategias, roles y demás elementos sugeridos. Aún los acercamientos aportan a la consecución de metas generales durante la intervención. No hay que perder de vista que, las intervenciones efectivas comparten las siguientes características generales, las cuales son planteadas en algunas de las conceptualizaciones o acercamientos: •

Toman en consideración las necesidades específicas de los/las beneficiarios/as.

• Cuentan con sustento teórico y utilizan modelos reconocidos que reflejan el abuso y otros desórdenes emocionales, cognitivos y conductuales y proporcionan hipótesis comprobables sobre las cuales construir las intervenciones. • Están diseñadas para detener el daño y para minimizar las consecuencias perturbadoras de la violencia al tratar de prevenir, siempre qu e sea posible, que la víctima/sobreviviente se exponga nuevamente a situaciones adicionales de violencia. •

• •

Evitan someter a las víctimas/sobrevivientes al trauma emocional y a la revictimización, que puede ocurrir en procesos terapéuticos que promueven la descripción repetida e innecesaria del abuso Incluyen un plan apropiado de evaluación y medidas para valorar los resultados. Están diseñadas para ser utilizadas tanto en espacios no clínicos, como escuelas, grupos comunitarios y servicios de salud, como en clínicos y experimentales. Reconocen y enfrentan las necesidades de las niñas, las adolescentes y las mujeres, de los niños, los adolescentes y los hombres, en todas las etapas del desarrollo. Tienen un impacto cultural y son proporcionadas por personal competente para enfrentar las tradiciones sociales, las normas culturales y las creencias familiares.

MODELOS DE INTERVENCIÓN EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR En líneas anteriores nos dedicamos a describir algunos fundamentos acerca de los modelos y, algunas breves consideraciones en torno a la violencia MODULO VIII

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intrafamiliar. En este capítulo, se desarrollará otro aspecto de la intervención y se enunciaran en forma breve, algunos modelos. Es relevante definir aquí el concepto de estrategia, Es el patrón de propósitos, políticas, programas, proyectos, acciones, decisiones y asignación de recursos que define una organización. Tal cual se observa, la estrategia determina qué se hace, por qué se hace y lo que hace en un momento dado de la intervención. Por consiguiente, la estrategia de intervención ofrece una guía o patrón que permite que los distintos prestadores de salud, lleven a cabo la atención a las personas, en especial a aquellas envueltas en situaciones plagada s de violencia. La intervención es definida así: .. . el proceso que nos permite trabajar con la persona afectada por la violencia intrafamiliar o el abuso sexual extrafamiliar en diferentes nivele s con el fin de reducir al mínimo los efectos negativos de su experiencia de abuso. En este caso, las etapas de intervención son consideradas como los pasos en la estrategia. Según la autora Cecilia Claramunt, se pueden identificar generalmente tres etapas en la intervención en violencia intrafamiliar, que son: 1. Intervención inicial o intervención en crisis 2. Atención especializada 3. Seguimiento Veremos que, en cada etapa se presentan características propias que conllevan alternativas de intervención centralizadas a su vez, en modelos de intervención, los cuales cubriremos brevemente en la tercera parte de este trabajo. A continuación, un resumen de las etapas de intervención: Atención inicial: Se refiere a la serie de servicios que están orientados a ofrecer seguridad y protección para la persona/mujer y sus hijos/as. Se movilizan todos los recursos disponibles con el fin de propiciar una vida libre de violencia, y utilizar el potencial para alcanzar un cambio positivo. Atención especializada: Es la fase que se inicia una vez que la persona afectada sale de la crisis e inicia e l empoderamiento que le permite construir condiciones para vivir con mayor seguridad. Seguimiento: Proceso sistémico y periódico que permite acompañar el empoderamiento y fortalecimiento de las personas afectadas identificar la evolución de su situación y la efectividad de las estrategias. Modalidades MODULO VIII

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Según la evolución de la intervención y la influencia de los movimientos de las corrientes teóricas, se presentan los siguientes modelos de intervención en violencia intrafamiliar. Modelo ecológico. Modelo intrapsíquico. Modelo de expresión. Modelo de interacción. Modelo de aprendizaje social. Modelo contextual de terapia familiar. Modelo psicosocial de la desesperanza aprendida. Modelo de control y poder feminista. Modelo género-sensitivo. Se encuentran en fase de conceptualización: Conceptualización del impacto del abuso sexual infantil. Conceptualización del síndrome de adaptación al abuso. Conceptualización del síndrome post-incesto. Las modalidades de intervención en violencia intrafamiliar son a nivel individual y grupal. La modalidad se refiere a las formas de manifestarse de una acción o cosa. En este caso, la modalidad se refiere más bien, a las diversas formas en que se puede dar u ofrece r la intervención profesional. Es mejor realizar la intervención individual por un período corto. Luego, se recomienda continuar con la intervención grupal o con la realización de ambas simultáneamente. No se deben emplear distintos facilitadores. Del material Sentir, Pensar y Enfrentar la Violencia Intrafamiliar, volumen No. 4, de Edda Quirós, (Costa Rica, 1997) se extraen los contenidos de los modelos los cuales se enunciarán a continuación: Modelo Ecológico: De acuerdo con Adams, es la consideración de los distintos contextos en los que se desarrolla simultáneamente una persona. Puede ser el contexto macrosistema que se remite a las formas de organización social, los sistemas de creencias y estilos de vida que prevalecen en una cultura o subcultura en particular. En el segundo nivel, es decir, el exosistema, que está compuesto por la comunidad más próxima, se incluyen la escuela, la iglesia, medios de comunicación y ámbitos laborales. MODULO VIII

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El tercer nivel, es decir, el microsistema, se refiere a las relaciones cara a cara que constituyen la red circular más próxima. Finalmente, el nivel individual toma en cuenta las dimensiones conductual, cognitiva y psicodinámica. La concepción acerca de los determinantes tiene una relación directa con las estrategias que se proponen.

Algunas de las acciones que se derivan son las siguientes: • Develar los mitos y estereotipos culturales. • Concientizar a la comunidad acerca de VIE. • Proporcionar modelos alternos de funcionamiento más democráticos. • Alentar la existencia de legislación adecuada. • Orientar hacia una red de recursos. • Crear programas de tratamiento y recuperación. • Utilizar los medios masivos de comunicación. • Crear programas de capacitación. • Determinar programas de prevención. • Otros. Modelo Intrapsíquico: De acuerdo con Adams, la intervención de acuerdo al Modelo intrapsíquico plantea la siguiente: • Algunos problemas intrapsíquicos ocasionan la conducta violenta en una persona y la vulnerabilidad para ser agredida en otra/o. Puede ayudar al ofensor/a a darse cuenta de cómo ha sido afectado por experiencias pasadas. • Según este modelo, la conducta humana y su desarrollo está determinados por los hechos, impulsos y deseos, que motivan a los que s n e encuentran dentro de la mente. • Los factores intrapsíquicos proporcionan las causas subyacentes de las conductas que se manifiestan abiertamente. • La evaluación, el tratamiento y la investigación se dirigen a la actividad intrapsíquica que debe ser tratada para comprender la conducta y aliviar los problemas. •

En la atención de la persona afectada por la violencia, se busca ayudarla a comprender cómo sus experiencias pasadas la han colocado e n una situación de vulnerabilidad. La amenaza y el peligro continúan reforzados por el patrón de violencia.

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Modelo de Expresión: Adams sostiene que: • Este modelo parte de que las personas ofensoras sufren represión emocional y bloqueo de la comunicación, lo que ocasiona una acumulación de tensión que puede descargarse en forma explosiva. • Se reduce la violencia a un problema de comunicación en la pareja. • Se incluye al ofensor y la persona agredida en la terapia, por considerar la conducta una responsabilidad compartida. • Este modelo distorsiona la comprensión, al plantear que la solución está en promover ciertas formas de expresión, sin confrontarlos con s u responsabilidad. Pone mayor parte de la responsabilidad en la persona agredida, porque considera que carece de destrezas de comunicación. • No es un modelo explicativo para la dinámica de abuso sexual, el cual no se puede reducir a un problema de comunicación. Modelo de Interacción: De acuerdo con Adams • Este modelo plantea que la violencia es un aspecto disfuncional de una relación de pareja. • La meta consiste en que cada persona identifique y cambie los comportamientos que contribuyen al problema. • Se espera que la persona agredida y la persona ofensora compartan la responsabilidad por el problema. • Este modelo tampoco es aplicable en situaciones de violencia intrafamiliar, porque la persona agredida no podrá expresarse libremente en una sesión compartida con el agresor.

Modelo de Aprendizaje Social: Existen aquí planteamientos de Dollard y Miller, B.F. Skimmmer, Rotter y Bandura. • Se concentra en la conducta y su relación con las condiciones ambientales que la afectan. Plantea que la conducta se ve influída por el apren - dizaje que se da en un contexto social. • La conducta puede ser medida. • Importancia a la influencia ambiental. • La conducta violenta es aprendida y puede ser «desaprendida».

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Modelo Género-Sensitivo: Según Carter: • La violencia es toda acción que ocasiona temor y obliga a una persona afectada a hacer lo que no desea hacer. • Todas las personas han sido influidas por la estructura socio-cultural sexista. • Se vive en una sociedad o ambiente social que enseña usos inapropiados del poder y limita el acceso a los recursos en la sociedad, basándose e n el género. • La meta es incrementar las oportunidades de crecimiento individual y colectivo, eliminando el sexismo. • El eje central es el empoderamiento. • Reconoce la necesidad de educar a los/las ofensores/as sobre comunicación y habilidades de cuidado, y rechaza las expectativas sexistas y el comportamiento controlador. Entre las conceptualizaciones mencionaremos las siguientes: INTERVENCIÓN EN CRISIS: Es de vital importancia en la etapa inicial de ayuda proveer medidas de autoprotección, ofrecer la seguridad cuando la mujer lo solicite y la posibilidad de comprender el problema de manera diferente.

METAS DE LA PRIMERA ETAPA: (de 1 a 2 horas) Mayor seguridad y disminución de riesgos para la mujer, sus hijas e hijos. • Movilizar recursos externos para aumentar la seguridad de la mujer y las niñas y niños. • Contribuir a superar el período de desequilibrio. -Participar activamente en la solución de las necesidades inmediatas. -Proporcionar apoyo. Tareas: •Identificación del evento desencadenante de la crisis *Apoyo emocional y empatía • Evaluación de: -los riesgos asociados a la violencia. -del riesgo de maltrato a hijos e hijas. -de la estabilidad emocional y los recursos internos. Capacidad de tomar decisiones sobre su seguridad. ¿Cómo ha manejado situaciones difíciles en el pasado? -de los recursos familiares. -de problemas concomitantes. • Identificación del problema principal. • Priorización de problemas y necesidades. • Elaboración conjunta de un plan de acción y seguimiento. -Movilización de recursos externos. -Acciones necesarias para proteger la vida y la seguridad emocional de las personas que no pueden valerse por sí mismas. METAS DE LA SEGUNDA ETAPA (Intervención en crisis): (de 4 a 6 sesiones) MODULO VIII

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Uso del potencial de crisis para realizar cambios positivos en la vid a cotidiana. • Presentar diferentes alternativas para comprender la crisis y la violencia, de acuerdo con las expectativas, autoimagen, creencias, sueños y objetivos de vida de la mujer. * Ayudar a examinar los problemas y las alternativas. •Iniciar junto con la mujer maltratada la elaboración de planes y metas. Considerar alternativas a problemas inconclusos. • Propiciar un enfoque de vida positivo (integrar la experiencia a s u vida y lograr identificar los cambios de conducta necesarios para liberarse de la violencia). Tareas: • Revisión del progreso y los obstáculos según el plan de acción. • Evaluación del contexto de la crisis. • Educación en temas relevantes. • Revisión del significado de la experiencia de crisis. • Fijación de metas a corto y mediano plazo. • Elaboración conjunta de un plan de acción: acudir a un grupo de apoyo, buscar otros servicios profesionales, elegir apoyo espiritual, encuentros de crecimiento personal, optar por un nuevo lugar de residencia o de trabajo, entre otros. -Toma de decisiones. PRINCIPIOS GENERALES: • La violencia constituye una violación de los derechos humanos de la mujer. Los derechos de la mujer, sus hijas y sus hijos serán siempre validados, protegido s y fomentados por encima de los que socialmente se atribuyen a la familia. • En situaciones en las que sea necesario tomar decisiones de privilegio se optará por el bienestar prioritario y superior de los niños y las niñas; los y las adolescentes • Las convenciones internacionales en torno a los derechos humanos formarán parte del marco conceptual de la atención en momentos de crisis en situaciones de violencia intrafamiliar. • El modelo de intervención en crisis reconoce la necesidad de explicar el compromiso a favor de la equidad entre hombres y mujeres y entre personas adultas y menores de edad. • El comportamiento violento es responsabilidad de quién lo ejecuta. • Es responsabilidad de las personas adultas en general y de quienes prestan servicios en crisis en particular, la denuncia de delitos en contra de niños y niñas y población adolescente así como la necesidad de buscar siempre su protección frente al maltrato y al abandono. MODULO VIII

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• La violencia conyugal no tiene justificación y merece ser sancionada. • La violencia puede ser detenida.

PRINCIPIOS ESPECÍFICOS (para la intervención en crisis): • El énfasis en la crisis actual. -La necesidad de la mujer y sus hijos como punto de partida. -El énfasis en las fortalezas o recursos internos. -La clarificación de valores. • La educación e información en lugar de la interpretación y acusación. • La mujer es quien da solución a sus problemas

DINAMICA DEL ABUSO SEXUAL EN LAS NIÑAS Y EN LOS NIÑOS (Puente: Dra. Gioconda Batres autora del libro Del Ultraje de la Esperanza)

1.- FASE DE ATRACCIÓN: • Acceso y oportunidad a la Víctima o Sobreviviente. • Relación entre la víctima o sobreviviente y el ofensor. • La incitación conductiva usada por el ofensor para envolver a la víctima o sobreviviente. 2. FASE DE INTERACCIÓN SEXUAL: • Puede variar desde rozarle el cuerpo con su cuerpo o con el pene, tocarle los genitales, cosquillas, mostrarle su cuerpo o parte del cuerpo desnudo, convertirse en instructor(a) de sexualidad. 3. FASE DEL SECRETO: • Uso del poder, autoridad, amenaza, violencia. • Manipulación. • Engaño. • Convence a la víctima de su propia incredibilidad (víctima) y de la credibilidad (ofensor) de él o ella. • Favores, atención especial, regalos, otros. 4. FASE DE LA REVELACIÓN: • Víctima lo verbaliza. • Se descubren heridas, laceraciones, traumas.

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• Desórdenes de salud: prurito, ardor genital, secreciones genitales, mal olor, dolor abdominal, constipación, enuresis, síntomas que simulan una infección urinaria. • Lesiones anales o genitales, condilomas. • Embarazos. 5. FASE DE SUPRESIÓN POSTERIOR A LA REVELACIÓN: • Retracción, silencio, supresión consciente o inconsciente.

CONSECUENCIAS Y EFECTOS DEL ABUSO SEXUAL SÍNDROME DE ACOMODO AL ABUSO SEXUAL INFANTIL (Teoría para la medición del abuso sexual) Cinco momentos con sus consecuencias en la niña o el niño 1 .EI Secreto Obsesión de la persona ofensora. Puede amenazar, chantajear emocional o racionalmente, aislar a la víctima, colmarla de atenciones. Consecuencias: temor, confusión dudas, culpa, vergüenza. 2. La Sensación de Impotencia El sentir que no pueden cambiar la situación, el ofensor lo va a hacer, va a dominarlas de todas maneras. Consecuencias: imaginar que sólo es un sueño, separan su cuerpo de las sensaciones o dolores; sentimientos de vulnerabilidad y de soledad.

3. 4. 5. Sensación de estar atrapada y los mecanismos para adaptarse Consecuencias: culpabilidad, disociarse, piensa y siente que ella es la mala, proyección. Revelación tardía Revelación después de un evento que le induce a verbalizar, recordar, identificar que fue un acto de violación. Consecuencias: conducta violenta, desesperanza, desasosiego, búsqueda de venganza, otros. La retractación Se retracta debido; a las amenazas, a que les hagan sentirse culpables del acto o de lo que le pase a su familia. INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON LAS VÍCTIMAS El tratamiento directo a las víctimas menores está indicado cuando hay una presencia acentuada de síntomas que interfieren negativamente en su vida cotidiana, cuando se encuentra en una situación de crisis (salida del hogar, proceso judicial, etcétera) y cuando sus capacidades cognitivas lo permiten. Como en cualquier otra intervención en la infancia, es imprescindible crear una buena relación terapéutica con la víctima y favorecer un clima de confianza en el que el menor perciba la consulta como un espacio acogedor de ayuda y superación.

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Al igual que en el caso de los familiares, en la intervención psicológica con los menores pueden diferenciarse dos ejes fundamentales: uno, educativopreventivo y, otro, propiamente clínico o terapéutico. Pautas urgentes de afrontamiento Al margen de que antes de la intervención con el menor se haya podido tratar a sus familiares, puede ser importante ayudar al menor a hacer frente a la situación de estrés derivada de la revelación. Hay que dotarle de las estrategias adecuadas para evitar posibles situaciones de agresión y, en todo caso, de las habilidades necesarias para informar de su ocurrencia (véase tabla 1) (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000; Echeburúa et al., 2002). Pautas urgentes de actuación ante el abuso por parte de los familiares del menor (Echeburúa, Guerricaechevarría y Amor, 2002) § Garantizar la terminación de los abusos sexuales y la separación física entre la víctima y el agresor. § Asegurar, por parte de los cuidadores del niño —la madre fundamentalmente— , la determinación de protegerlo en adelante. § Capacitar a la víctima para informar de manera inmediata de ulteriores episodios de abuso. § Enseñar a la víctima a identificar y comprender su propia sexualidad y la del adulto de una forma sencilla y objetiva. § Darle pistas claras e inequívocas de cuándo un acercamiento de un adulto tiene una intencionalidad erótica. § Adiestrar al menor en técnicas de evitación de situaciones que suponen un claro riesgo de abusos sexuales, según las experiencias pasadas. § Enseñar al niño modos eficaces de asertividad para rechazar peticiones no deseadas en el ámbito erótico.

Asimismo, el terapeuta debe tratar de clarificarle, en la medida de lo posible, el confusionismo psicológico y el proceso psicosocial/judicial complejo en el que se encuentra, así como proporcionarle habilidades específicas que le ayuden a recorrer dicho proceso con eficacia y sin perder su autoestima. De la misma manera, el terapeuta ha de considerar los cambios específicos que se hayan derivado de la revelación y proporcionar, al menor, estrategias específicas de afrontamiento. Se trata de facilitarle la adaptación a su nueva situación, tanto si ha abandonado el domicilio familiar para integrarse en una familia de acogida o en un piso tutelado como si se mantiene en un entorno familiar que está conmocionado por el conocimiento de los sucedido y en donde hay repercusiones a distintos niveles (conflictos y/o ruptura de relaciones familiares, afectación emocional de los diferentes miembros o cambios en las rutinas diarias) (Echeburúa y Corral, 2007). MODULO VIII

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Fase psicoeducativa y preventiva El objetivo inicial en esta fase con la víctima es poner nombre a lo sucedido. El menor debe conocer el significado de la sexualidad de una forma eficaz, objetiva y adaptada a su nivel de edad. Se utilice o no el término abuso en función de la edad o del nivel de comprensión de la víctima, lo que resulta fundamental es recalcar que se trata de una experiencia impuesta, bien sea por la fuerza o, en la mayoría de las ocasiones, por el abuso de poder y el engaño.

El terapeuta debe explicar a la víctima, de forma tranquila y sin dramatismos, el proceso abusivo y las causas del mismo, así como los factores que han hecho posible que lo mantenga en silencio durante un tiempo prolongado. Se debe reforzar a la víctima, en todo momento, el hecho de haberlo revelado, así como eliminar cualquier sentimiento de culpa o responsabilidad por las consecuencias derivadas de esa revelación. Asimismo es importante que la víctima atribuya la responsabilidad de lo ocurrido al agresor y que sepa, si es el caso, que este es una persona con conflictos personales y emocionales, necesitado de una ayuda que, gracias a sus manifestaciones, va a poder recibir (Galiana y De Marianas, 2000).

Respecto a la prevención de posibles nuevos sucesos, es fundamental enseñar al menor a distinguir lo que es una muestra de cariño de lo que es una conducta sexual, así como a identificar determinadas situaciones potencialmente peligrosas (estar a solas con un adulto en la habitación o en el baño o estar expuesto a imágenes o conductas sexuales) y a poner en práctica las estrategias adecuadas para evitarlas (decir no, pedir ayuda inmediatamente o contarlo). Se trata, en definitiva, de que los menores comprendan qué son los abusos sexuales, quiénes son los que potencialmente pueden cometerlos (no exclusivamente los desconocidos) y cómo se puede actuar cuando alguien pretende abusar de ellos.

Aunque ellos no son culpables de lo sucedido y la responsabilidad recae enteramente sobre el agresor, los menores disponen de estrategias eficaces para evitar su nueva ocurrencia. Esto, además de garantizar la seguridad del menor en el futuro, le proporciona una sensación de control y elimina el sentimiento de indefensión e impotencia que pueden haber desarrollado durante la experiencia abusiva. Fase terapéutica La fase terapéutica debe abarcar tanto el desahogo emocional y la expresión de los sentimientos experimentados como la intervención específica sobre las secuelas cognitivas, emocionales, conductuales y sexuales sufridas. Elaboración cognitiva y emocional del abuso MODULO VIII

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Los menores tienden a utilizar la disociación o la negación de la experiencia como mecanismos inapropiados de superación del trauma. Una y otra protegen a la víctima de un trauma que no puede ser procesado adecuadamente en la conciencia. Mediante la disociación, las emociones se separan del recuerdo de lo ocurrido: el niño no niega la agresión, pero se muestra incapaz de sentir malestar o, en todo caso, lo atribuye a una causa distinta. En otras ocasiones, la víctima niega incluso la existencia de lo sucedido (negación total) o rebaja su importancia o gravedad (negación parcial) y actúa como si nada hubiera ocurrido. Esta respuesta se encuentra claramente influida por la reacción del entorno ante el descubrimiento del abuso y se acentúa en función de las consecuencias que de ello se hayan derivado (Daigneault, Hébert y Tourigny, 2006; Macfie, Cicchetti y Toth, 2001).

Se trata, por ello, de enseñar a las menores estrategias adecuadas para superar el malestar emocional. Relatar los abusos y, lo que es más importante, expresar los sentimientos y pensamientos experimentados permite el desahogo emocional del menor, lo que supone romper con el secreto y el sentimiento de aislamiento que lo acompaña. Por ello, en estos casos, es necesario ayudar al menor a reexperimentar las emociones habidas, a reconocer la intensidad de las mismas y a discriminarlas adecuadamente. Se trata de enseñarle que son reacciones normales a una situación fuera de lo normal. El objetivo último es facilitar que el menor digiera adecuadamente el atracón emocional que ha experimentado y que es responsable de los síntomas existentes (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000). A este respecto, el terapeuta puede recurrir a técnicas como la escucha activa, la narración dirigida y/o cualquier estrategia que facilite la expresión emocional del menor (dibujos, fichas, cuentos, juegos, etcétera), todo ello en función de su desarrollo evolutivo y de sus capacidades y recursos.

Sentimientos de culpa y vergüenza La culpa puede referirse a cuestiones diversas: la asunción de la responsabilidad de los abusos (“algo malo habré hecho yo”), la ocultación y el mantenimiento del secreto respecto a algo malo, cierto disfrute de una relación clandestina (juegos de mayores) o la obtención de algún tipo de privilegios (mayor atención o regalos).

Asimismo, la existencia de un proceso judicial que puede conllevar una sanción legal grave al agresor es posible que refuerce el sentimiento de culpa de la víctima, especialmente si existía un vínculo afectivo entre ambos. La eliminación de los sentimientos de culpa y de vergüenza del menor se aborda mediante MODULO VIII

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técnicas cognitivas encaminadas a reevaluar y modificar las ideas distorsionadas que los producen para ajustarlas a la realidad de los hechos.

El menor debe comprender que el único responsable de lo sucedido es el agresor y ser consciente de los motivos que le han llevado a permanecer en silencio hasta ahora. Todo ello puede llevarse a cabo mediante la discusión racional, la exposición a ejemplos o relatos representativos y la lectura de materiales o de cuentos específicos y juegos. La intervención de la víctima en el proceso judicial requiere una preparación específica.

Sentimiento de estigmatización, tristeza y baja autoestima La baja autoestima deriva de los sentimientos de estigmatización y de indefensión vinculados al abuso sexual, así como de la tristeza sufrida por la decepción habida con el abusador. Al haber vivido el menor una situación fuera de lo normal, se puede sentir diferente al resto, malo o sucio y con una mancha que nunca va a poder borrar. Se trata de mejorar esta visión negativa del menor, resultado de la distorsión de la imagen de sí mismo.

En primer lugar, el terapeuta debe hacer consciente al menor de que el abuso sufrido constituye una experiencia negativa de su pasado y de que, sin embargo, puede recuperarse y lograr una vida normal. Y en segundo lugar, hay que modificar los pensamientos distorsionados y favorecer una imagen personal positiva y no estigmatizada de la víctima. El objetivo es integrar los aspectos positivos y negativos que forman parte de su forma de ser, así como potenciar la atención selectiva a las cualidades mientras se abordan las debilidades o defectos que puedan solucionarse.

Se trata, en definitiva, de ayudar a la víctima a continuar adelante con su vida (estudios, relaciones interpersonales, vida familiar, etcétera), proyectándola hacia el futuro con una visión positiva (Echeburúa, 2004).

Reexperimentación emocional y evitación cognitiva Más allá de un mero recuerdo, los menores pueden revivir las situaciones abusivas sufridas intensa y frecuentemente. Esta reexperimentación, acompañada de una reacción psicofisiológica de sobresalto, puede presentarse en forma de pesadillas o de pensamientos o imágenes recurrentes e invasivos.

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El malestar emocional generado puede llevar a la víctima a tratar de eludir y a enterrar en el olvido sus vivencias traumáticas como un mecanismo protector. Sin embargo, lo conveniente en estos casos no es la evitación, sino lograr la integración emocional de las experiencias vividas en la historia vital de una forma gradual (Echeburúa, 2004).

En muchos casos, el relato de las experiencias dolorosas, por parte del menor, y la expresión de los sentimientos suele interrumpir los mecanismos de negación o evitación, así como facilitar la digestión de la situación abusiva. Sin embargo, cuando los síntomas de reexperimentación persisten, es necesario acompañar este desahogo emocional de técnicas específicas de exposición en imaginación, de manera que la víctima consiga ordenar y mantener cierto control sobre los recuerdos e imágenes. Para ello, se elaboran jerarquías de secuencias que se exponen al menor de manera gradual y segura en la compañía tranquilizadora del terapeuta. Según la edad del menor, los dibujos o los muñecos pueden facilitar esta tarea de exposición. e) Ansiedad, miedos y conductas de evitación La mayoría de las víctimas reaccionan con miedo y ansiedad tras una situación de abuso sexual. Aunque estas emociones pueden considerarse como una reacción adaptativa normal en una situación de estrés, pueden ser también la base de futuros comportamientos inadecuados si se generalizan a otras personas o situaciones no peligrosas e interfieren gravemente en la vida cotidiana del niño. Al igual que en los adultos, la autoexposición gradual y en vivo a los estímulos evocadores de ansiedad es la modalidad más eficaz para hacer frente a las respuestas de evitación. Las técnicas de exposición, en el caso de ser necesarias, consistirán en exponer a la víctima a estímulos adaptativos y no peligrosos (por ejemplo, dormir sola, salir a la calle o jugar con otros niños) que provocan respuestas de ansiedad y de evitación en la vida cotidiana.

El terapeuta elaborará, junto al menor, la graduación de las situaciones a las que este se expondrá paulatinamente, a veces con ciertas ayudas (la distracción cognitiva o llamar por móvil al coterapeuta, por ejemplo) y contará con la colaboración de sus familiares para el desarrollo gradual de las tareas de exposición. En cuanto a la reducción del nivel de ansiedad, se puede incluir una técnica de relajación, debido, principalmente, a que, además de disminuir la ansiedad y facilitar el sueño, favorece la sensación de control en las víctimas y propicia una autovaloración más positiva. De hecho, se cuenta en la actualidad con un tipo de relajación progresiva adaptado a niños de diferentes edades (cfr. Echeburúa y Corral, 2009). A veces la ansiedad se refiere al temor a acostarse (sobre todo cuando el abuso tuvo lugar en la cama o en la habitación del menor), que supone soledad y oscuridad. En estos casos se requiere una adaptación del tratamiento para esta situación.

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Desconfianza en las relaciones afectivas e interpersonales La víctima de una experiencia traumática pierde confianza en sí misma, pero también en los demás. El menor puede llegar a considerar al resto de personas, en unos casos, como potencialmente peligrosas y, en otros, como ajenas o insolidarias con su dolor (Echeburúa, 2004). Por ello, la superación de la desconfianza de la víctima hacia los demás requiere, en primer lugar, que el niño aprenda a discriminar en quién puede confiar, sin llegar a establecer generalizaciones erróneas. La propia relación terapéutica con un adulto no abusador constituye una oportunidad para el modelado de una relación sana. La reevaluación cognitiva desempeña un papel muy importante en este contexto. Una vez más, se trata de normalizar los esquemas cognitivos que se producen tras los abusos sexuales, lo que se debe llevar a cabo mediante técnicas diversas en función de la edad, la capacidad y los recursos personales del menor.

Además de la discusión racional de estos pensamientos distorsionados, pueden utilizarse técnicas de representación de papeles (role playing), fichas y materiales específicos orientados a desarrollar sus habilidades sociales a fin de facilitar el éxito del menor en sus contactos interpersonales. Si la víctima es una adolescente e inicia una relación de pareja, puede mostrar pensamientos disfuncionales, como ser utilizada, por su pareja, a nivel sexual o ser engañada, algo que el terapeuta debe identificar y eliminar, Hostilidad, rabia y agresividad

Al igual que en el caso de sus familiares, el menor también puede desarrollar reacciones de ira como resultado de la decepción, la frustración y la impotencia. Estas emociones pueden dar lugar a una personalidad hostil y negativa y se pueden manifestar hacia el exterior, con conductas agresivas y antisociales, o hacia el interior, mediante comportamientos autodestructivos, tales como consumir drogas o comer en exceso. El terapeuta debe ayudar al menor a expresar su rabia con procedimientos constructivos. El entrenamiento en el control de la ira consta de tres fases secuenciales (Cantón y Cortés, 1997): a) la fase de preparación cognitiva, en la que se informa al menor sobre la naturaleza y función de la ira y se le ayuda a entender los factores que la originan y la mantienen; b) la fase de adquisición de habilidades, en la que se le enseñan diferentes estrategias para hacer frente a la ira (véase tabla 3);

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c) la fase de aplicación práctica, en la que se le expone al menor a estímulos provocadores de ira, siguiendo una secuencia jerárquica, y se le insta a que utilice las estrategias aprendidas.

Asimismo, un entrenamiento en asertividad y habilidades sociales permite al menor desarrollar las estrategias necesarias para reducir el grado de conflictividad con sus iguales y mejorar sus relaciones interpersonales (Flanagan, Allen y Henry, 2010). Alteraciones en el área sexual La sexualización traumática puede manifestarse en forma de inhibición sexual, que podría llegar hasta una fobia o a la aversión al sexo, de dificultades de identidad sexual y de hipersexualidad, que se refleja en diversas conductas disfuncionales: sexualidad precoz, masturbación compulsiva, excesiva curiosidad sexual, promiscuidad sexual e incluso aparición de comportamientos abusivos hacia otros menores.

En estos casos se ha aprendido a disociar el sexo del afecto y a utilizarlo de una forma instrumental. La intervención terapéutica requiere modificar actitudes negativas e ideas distorsionadas sobre la sexualidad, así como abordar mitos y falsas creencias sobre las enfermedades de transmisión sexual o la homosexualidad. Merece especial mención este último punto, sobre todo en el caso de niños mayores o adolescentes varones que han sido víctimas de abuso por parte de un adulto de su mismo sexo y han experimentado algún tipo de placer en esos contactos. Lo ocurrido no denota necesariamente una orientación homosexual ni supone un determinismo sobre su orientación sexual futura.

Asimismo, el terapeuta debe incluir, también en los casos precisos, el entrenamiento en habilidades de comunicación con las personas del sexo opuesto. Si en chicas adolescentes con relaciones de pareja aparecen determinadas disfunciones sexuales (falta de deseo sexual, anorgasmia o vaginismo) que no remiten con la actuación terapéutica señalada anteriormente, será necesario intervenir específicamente sobre ellas a través de técnicas concretas, tales como el incremento de la propia conciencia sensorial, la focalización sensorial con la pareja o el incremento de las fantasías eróticas (Carrasco, 2002). Por último, cuando se trata de víctimas varones, el terapeuta debe llevar a cabo una intervención psicoeducativa orientada a controlar el riesgo de que la víctima se convierta, con el paso del tiempo, en un agresor sexual, mediante la discusión racional de posibles distorsiones (minimizaciones o justificaciones de las conductas de abuso), el fomento de la empatía y un entrenamiento en habilidades sociales. Si esto ya hubiera tenido lugar y los comportamientos MODULO VIII

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abusivos no hubieran desaparecido, se debería desarrollar un programa de tratamiento específico orientado hacia el control de la agresión sexual (Marshall y Serran, 2004). Guía de actuación En los casos en los que se considera adecuado tratar directamente a la víctima, es conveniente intercalar ambas intervenciones (con el menor y con sus familiares). La secuenciación de los tratamientos va a venir marcada inevitablemente por las características y circunstancias propias de cada caso, así como por la toma de decisiones derivadas de la revelación. Una propuesta de guía de actuación a nivel clínico figura a continuación. Se trata de un programa terapéutico amplio y flexible. La amplitud del programa está en función de la cantidad de aspectos psicopatológicos generados por la situación de abuso, así como por las necesidades detectadas en las víctimas y sus familiares.

Esta guía debe ser flexible y adaptable a las dificultades y a los objetivos clínicos marcados, de manera que se pueda aumentar o disminuir el número de sesiones o bien intensificar o prescindir de ciertos aspectos. Lo que se propone, como un formato estándar, es un programa de 12-20 semanas de duración, en el que en las 3 primeras sesiones se trabaja exclusivamente con los familiares y, a partir de ahí, en los casos precisos, se trata también a la víctima, sin dejar de hacerlo con los familiares, lo que supone, en estos casos, la existencia de 2 sesiones semanales (una para los familiares y otra para la víctima), según el esquema propuesto en la tabla.

Hay ocasiones en las que es preciso complementar este programa con sesiones de terapia de pareja o de terapia familiar en función de las circunstancias del caso. Del mismo modo, la edad del menor también va a condicionar la intervención, tanto por el tipo de sintomatología susceptible de tratamiento como por las estrategias y habilidades terapéuticas requeridas.

Así, por ejemplo, las conductas objetivo de la intervención terapéutica son diversas en las diferentes fases evolutivas: las estrategias de negación y disociación en la etapa preescolar (3-6 años); los sentimientos de culpa y vergüenza en la etapa escolar (6-12 años); y las alteraciones de conducta en la adolescencia (consumo abusivo de alcohol y drogas, promiscuidad sexual o aislamiento social) (12-18 años) (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000). En cuanto a las estrategias terapéuticas, la metodología debe adaptarse al nivel del desarrollo evolutivo del menor. Con niños más pequeños (o mayores discapacitados mentales) resultan especialmente útiles los dibujos, los juegos, la representación de papeles y los cuentos o materiales didácticos específicos. MODULO VIII

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Con menores de mayor edad y mayores recursos cognitivos puede recurrirse a estrategias más verbales y elaboradas (discusión racional y reevaluación cognitiva, técnicas de autoexposición, relajación, control de la ira, etcétera). Guía de tratamiento propuesta Intervención con los padres 1ª sesión - Evaluar la situación de abuso, las consecuencias de la revelación y la reacción de la familia - Proporcionar pautas urgentes de actuación - Proponer un plan de intervención 2ª sesión - Evaluar la afectación de los familiares y sus consecuencias para la víctima - Valorar la necesidad de tratamiento directo a la víctima 3ª-4ª sesión: Asesoramiento psicoeducativo 5° sesión: Evaluación Psicológica 6ª-12ª sesión - Intervención terapéutica

Intervención con la víctima 1ª sesión - Establecer una relación terapéutica positiva - Plantear los objetivos generales de la intervención - Proporcionar pautas urgentes de actuación - Evaluación psicológica 2ª-3ª sesión - Fase educativa-preventiva 4ª sesión - Evaluación psicológica 5ª-6ª sesión - Desahogo emocional - Elaboración cognitivo-emocional del abuso MODULO VIII

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7ª-14ª sesión - Intervención sobre secuelas específicas Sesiones conjuntas (terapia de pareja o de familia) Sesiones conjuntas (terapia familiar)

REACCIONES DE LAS MADRES DESPUÉS DE LA REVELACIÓN DEL INCESTO (Fuente: Del Ultraje a la Esperanza de Gioconda Batres. ILANUD) Según Byerly, las reacciones más frecuentes son las siguientes: 1. anestesia emocional. 2. alejamiento e incredulidad . 3. ira. 4. negación. 5. culpa. 6. traición/minimizar. 7. deseos de venganza. 8. deseos de protegerlo. 9. odio. 10. repulsión. 11. dudas, confusiones APOYO PARA LAS MADRES (Fuente: Gioconda Batres. Del Ultraje a la Esperanza. ILANUD) 1. Puede ser individual o grupal. 2. Debe incluir el análisis y consideración de las siguientes actitudes, conductas y sentimientos: • Conocer las necesidades de las madres. • Proporcionarles a alguien con quien hablar. • Ofrecer asesoramiento sobre su propia victimización. • Permitirles saber lo que sucedió. • Afirmarles que no es la primera madre a quien le ha sucedido esto. • Ayudarlas a distanciarse del ofensor. • Tratarlas como personas.

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• Facilitarles recobrar el control. • Proporcionarles información para la sobrevivencia. • Ayudarlas a aceptar las experiencias dolorosas y la dinámica abusiva del ofensor. • Indicarles sus opciones en cuanto a la custodia de los niños/as. • Darles elementos para que conozcan cómo se sienten las víctimas y cómo reaccionan. • Cuidar para que el abuso no vuelva a ocurrir. • Ayudarlas a analizar la relación con el agresor. • Ayudarlas a reestablecer los lazos con la víctima.

En cuanto a los beneficios entre la atención individual y la atención grupal se plantea lo siguiente, a favor del uso de la modalidad de atención grupal. BENEFICIOS DE LA TERAPIA GRUPAL (Fuente: Courtois, 1988) • La identificación con los/as demás reduce el aislamiento. • Reconocimiento de factores en común. • Ruptura del silencio de la experiencia, lo que le da el poder sobre el agresor/a. • Reduce la represión, minimización y negación. • Se establece una familia elegida, se establece una red. • La interacción con otras personas facilita la exploración de las emociones y creencias. • El grupo constituye apoyo para manejar el duelo por la pérdida. • El grupo permite la exploración y aprendizaje entre los participantes.

ETAPAS EN EL DESARROLLO GRUPAL • Establecimiento de la cohesión grupal. • Información sobre el abuso. • Reparación de áreas afectadas. • Reestablecimiento de la confianza.

Conclusiones

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El abuso sexual no es, en sí, un cuadro clínico ni supone necesariamente su existencia (Ramírez y Fernández Parra, 2011). Cuando sí hay un trastorno, las propuestas terapéuticas para menores víctimas de abuso sexual infantil son muy variadas (terapia de procesamiento cognitivo, terapias dinámicas de juego, psicodrama o la desensibilización y el reprocesamiento por medio de movimientos oculares rápidos), pero solo el enfoque cognitivo-conductual ha mostrado resultados terapéuticos eficaces, tanto con el menor como con la familia, para hacer frente a los síntomas postraumáticos y a los problemas de conducta (Deblinger, Mannarino, Cohen, Runyon y Steer, 2010; Harvey y Taylor, 2010; Hetzel-Riggin et al., 2007; Silverman et al., 2008).

La intervención con víctimas de abuso sexual debe tener como objetivo prioritario garantizar la seguridad del menor y evitar la ocurrencia de nuevos sucesos, lo que implica actuar tanto sobre la víctima y sus familiares como sobre el abusador, en un programa que puede oscilar entre 8 y 20 sesiones.

De este modo, la intervención con los menores se emplea, por regla general, en conjunción con los esfuerzos para reformar al abusador y potenciar la capacidad de la familia para apoyar al menor (Corcoran y Pillai, 2008). El tratamiento psicológico en el abuso sexual infantil debe ser integrador con respecto a las personas tratadas (el menor y los familiares) y las áreas abordadas (las cogniciones, las emociones y las conductas alteradas).

A su vez, el tratamiento puede llevarse a cabo, a veces, de forma inmediata al suceso traumático, pero, en otras circunstancias, se rompe el pacto de silencio y se solicita ayuda tiempo después del abuso por diversos motivos (conciencia del alcance de lo ocurrido, problemas de conducta, intento de protección de hermanos menores, etcétera). Hay veces, incluso, en que la búsqueda de ayuda tiene lugar ya en la vida adulta, cuando la víctima se percata de las dificultades emocionales existentes, por ejemplo en el ámbito de la relación de pareja (Echeburúa, Corral, Zubizarreta y Sarasua, 1997; Taylor y Harvey, 2010). Los ámbitos de intervención con las víctimas y sus familiares no se pueden plantear como compartimentos estancos o universales ni en cuanto a su contenido ni a su duración. No todos los casos requieren abordar todas las áreas ni estas hay que secuenciarlas de la misma manera.

Una intervención de estas características ha de ser lo suficientemente flexible y adaptable a la idiosincrasia de cada víctima, a las características y circunstancias de la situación, así como a las necesidades específicas detectadas (por ejemplo, convivencia actual del agresor con el menor, mayor o menor gravedad del abuso, protección más o menos eficaz por parte de la madre, etcétera) (Vázquez Mezquita, 1995). Hay veces en que la edad del menor o sus condiciones MODULO VIII

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personales (una discapacidad mental, por ejemplo) no permiten la introducción de los componentes cognitivos del programa propuesto. En estos casos, además de la prevención de la revictimización, algunas intervenciones sencillas en el cuidado corporal, así como la realización de ejercicio físico y la implicación en actividades recreativas y sociales, facilitan la recuperación del menor y, al mismo tiempo, mejoran la imagen de uno mismo y estimulan la sensación de control.

Por último, un reto de futuro es contar con indicadores objetivos que permitan llevar a cabo una toma de decisiones adecuada entre las distintas alternativas posibles y no necesariamente excluyentes: el tratamiento de la víctima, la salida del agresor del hogar, la separación del menor de los padres, el apoyo social a la familia o la terapia del agresor. Otro reto importante es especificar el tipo de intervenciones dirigidas a niños preescolares, muy poco estudiadas hasta la fecha (Harvey y Taylor, 2010; Silverman et al., 2008).

CONSIDERACIONES O RECOMENDACIONES FINALES •

Necesitamos partir de un enfoque género-sensitivo. A través del uso de los modelos teóricos y prácticos se podrá ordenar nuestra intervención y, con la debida documentación, se logrará sistematizar aún mucho más la intervención en esta delicada área de trabajo.

La violencia intrafamiliar es una violación de los derechos de toda persona o miembro de un grupo familiar. Es un derecho vivir en un ambiente integral, sin violencia y donde se propicie e l crecimiento y fortalecimiento de las personas.

Necesitamos seguir avanzando hacia la sistematización, elaboración de teorías y demás acciones que permitan una intervención más efectiva.

Es importante utilizar la modalidad de grupo, ya que ofrece mayores beneficios para la persona agredida.

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TESTIMONIOS DE MUJERES QUE HAN VIVENCIADO LA VIOLENCIA FAMILIAR Para muestra unos botones… Vanessa (25): “…Conocí a Arturo en una fiesta, se mostró amable y caballero, recuerdo que bailamos casi toda la noche de allí me acompañó a mi casa, esa noche solo nos besamos y desde el siguiente día empezamos a salir como enamorados, al mes de estar se mostró celoso me controlaba, me prohibía salir con amigas, cuando yo le reclamaba me decía que eso lo hacía porque me quería, yo le decía que confíe en mí, el trataba de controlarse pero se le notaba incomodo, parecía que no aceptaba que le explicara, varias veces sucedió esa misma situación, hasta que me golpeó cuando estábamos en un paradero esperando un colectivo, me dio una bofetada y me jaloneo porque me reclamaba mis salidas con mis amigos y amigas, terminábamos varias veces pero luego volvíamos porque me rogaba y prometía no volver a hacerme daño, cambio un poco, hizo que me enamorara de él y luego me dijo para vivir con él, al principio me asuste de su propuesta pero luego acepte, mi mamá me dijo si tú quieres vivir con él es tu vida, no crecí con mi padre porque nos dejó desde que era una niña, por ello ahora me doy cuenta que lo que necesitaba era amor de padre, yo no creía que eso era tan cierto, uno al no haber tenido amor de padre busca en la pareja ese amor que no se tuvo. Cuando empezamos a vivir, sentí que todos mis problemas se solucionaban porque estaba feliz, emocionada, su familia no me recibió alegre pero tampoco mal, eso no me importaba, lo que quería era estar con él. Fueron dos meses que vivimos bien y luego empezó mi calvario, el cambió totalmente parecía otra persona, me agredía física y psicológicamente, es decir me pegaba con puñetes en mi ojo y nariz, por eso había días que no salía por la vergüenza que tenía, a veces me cogía a patadas, jalones de cabello, cachetadas, asimismo me humillaba, me insultaba de todo, yo no comprendía porque su reacción, recuerdo que varias veces pedía ayuda a mi suegra y una cuñada fueron tan indiferentes conmigo y solo dijeron, así es él, tienes que comprenderlo y ser bien mujercita. Al año le puse una denuncia porque era insoportable vivir con él, me pidió perdón y rogo para no seguir con dicha denuncia, yo lo hice porque creía que iba a cambiar, a los pocos días me pegó diciendo que estaba molesto por la denuncia que le había interpuesto, su familia también se molestó conmigo y me hicieron sentir muy mal por todo ello. Luego busque ayuda profesional y ahora estoy comprendiendo que no debo vivir en violencia, he salido de la casa de donde vivía con él, no fue fácil y he vuelto a la casa de mi madre. Hable con ella y ahora me apoya. El me busca y me ruega para volver pero no quiere salir de la casa de su madre, yo no quiero seguir en lo mismo, me siento más tranquila más independiente. MODULO VIII

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Estoy trabajando, gano poco pero lo que valoro es mi serenidad. No tuvimos hijos porque en una golpiza que me dio lo perdí. Actualmente sigo en terapias psicológicas, eso ayuda y creo que podré salir adelante con mi esfuerzo y determinación...”.

Elvira (27): “...nunca viví con mi padre, solo crecí con mi madre y una hermana, mi padre no vivió conmigo. Mi madre fue muy mala conmigo porque me trataba mal, me castigaba a veces como desquitándose conmigo, crecí sin afecto de padre, mi primera pareja prácticamente me violó y desde allí como salí embarazada, empezamos a vivir, pero fue un caos porque no lo quería, vivimos así cerca de 5 años y de allí me puse fuerte y termine con él. Luego me involucre con otro hombre, al principio parecía tranquilo pero resulto peor que el primero, me pegaba en la calle, me revolcaba en el barro, me pateaba en el estómago, me corto y rasguño el seno con un vidrio, me quiso meter el pico de la botella por la vagina, fue un desgraciado, de él hui, me escape y hace un año ya no estoy con él, me llamaba por teléfono pero cambié mi número, me puse a trabajar por mi hijo que ahora tiene 8 años, me siento más tranquila y con ganas de seguir con mi vida, mi familia me apoya con lo que puede, a veces me pongo a pensar porque he sufrido tantas cosas y no hayo respuesta, en las terapias he aprendido a aceptar mi pasado y aprender de todo lo que he vivenciado, he cambiado muchas cosas también, mi centro es ahora mi hijo, antes me sometía a los hombres daba todo y al final me pagaron mal.…”

Mariana (32): “…Tengo siete años de convivencia y desde el primer momento en que empezamos a vivir con mi pareja, me ha violentado física, psicológica y sexualmente, no respeta a nuestros dos hijos, porque delante de ellos me agrede sin consideración alguna, es un hombre violento de sano y de borracho, no hay diferencia alguna porque se pone celoso y me reclama sin tener ninguna razón, dice que tengo mis queridos y cada vez que salgo a la calle es para verme con ellos, eso me martiriza y me duele porque yo no hago nada, más bien trato de hacer todas las cosas lo mejor que puedo para que esté tranquilo y no haya motivos para las peleas, pero me doy cuenta que es en vano, siempre ve un motivo, nada le agrada, todo le parece mal. Cuando venía borracho era horrible porque ya no se podía hablar con él solo gritaba. Me insultaba, mentaba a la madre, quería tener relaciones sexuales y cuando yo no quería me pegaba y me obligaba a tenerlo, me sentía muy mal, no sé qué estaré pagando, me preguntaba, yo siempre quise una familia pero no así. A veces me sentía culpable, me preguntaba ¿en que estaré fallando?, no tenía respuesta. Muchas veces he llorado cuando MODULO VIII

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el no venía a dormir, pensé en matarme o irme lejos, lo peor de todo que no podía contar a mis familiares por la vergüenza, me he sentido totalmente sola, me quedaba mis hijos tan solamente para poder seguir adelante, aunque a veces me desquitaba con ellos porque no podía hacerle nada a mi pareja, le tenía miedo, mi cuerpo temblaba cada vez que sentía su presencia o cuando ya entraba ebrio a la casa, nos escondíamos con mis hijitos para que no nos pegue, fueron años terribles, hasta que por insistencia de una amiga logré denunciar y fue mi última golpiza porque de allí las autoridades me ayudaron, también recibí terapias psicológicas, estoy dolida y muy resentida con la vida y con él pero una cosa voy aprendiendo, que no debo seguir siendo violentada, eso lo descubrí en todo este tiempo que viví, ahora sé que con ayuda de las personas y familiares podré tener una nueva vida, el a veces me llama, me busca para volver, ya no le creo porque siempre hacía lo mismo, hasta lloró una vez para aceptarle nuevamente, pero me puse fuerte y ahora estoy mejor…” Rosa (40): “…tengo 15 años de casada, soy profesora y siempre le di todo al padre de mis hijos, me desvele por él le di su carrera, hipoteque un terreno para que haga un negocio, saque un préstamo y le di a él para que siga invirtiendo, pensando que él iba a generar ingresos para nosotros como familia, no fue así porque se gastó toda la plata, se fue con mujeres, desaparecía semanas enteras y no daba explicación alguna de sus actos, venía a exigir que le lave y que le sirva, pasábamos días de necesidad porque mi sueldo no alcanzaba ya que pagaba los préstamos, pero él siempre me decía que yo podía sacar plata de los bancos. También recuerdo que venía borracho en muchas oportunidades y me golpeaba, me dejaba el rostro hinchado, yo tenía vergüenza de que mis hijos me miraran así, no iba a trabajar cuando estaba así por ello me descontaban, así pasaron muchos años, hasta que el sufrió un accidente y se rompió la pierna izquierda, no teníamos plata para esos gastos imprevistos y tuve que hacer otro préstamo, esos días en el hospital me pidió perdón por todo lo que me había hecho, lloró delante de su familia, casi pierde la pierna pero hice lo posible para que se sane, estuvo allí dos meses, luego salió del hospital y empezó a recuperarse hasta que se sano y empezó otra vez a salir y volvió a lo mismo, yo le reclame y le dije que todo lo había hecho porque él estaba cambiando, el me respondió, porque has querido has gastado la plata, yo no te he pedido nada y me pateó con esa pierna izquierda que yo había curado, eso me dolió mucho porque pensé que era cierto su cambio, hasta que un día la situación se salió de control y casi me mata. Llegue ese día del trabajo y él estaba un poco ebrio y empezó a reclamarme porque me había demorado, me golpeó en la cara, en la cabeza y me tiro al piso, allí me ahorco hasta quedarme sin aire, quede quieta media atontada, me quede allí y el cogió mi máquina de escribir antigua que es de fierro y se venía contra mí para tirarme en la cabeza, solo atiné a dar un pequeño giro y la máquina me cayó en el hombro y una parte en el oído, él se fue y yo me quede allí gritando de dolor, llegaron MODULO VIII

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mis hijos y me llevaron al hospital de emergencia y el médico me dijo que había tenido complicaciones en el oído y que había perdido parte del sentido de la audición, eso me dio una cólera y lo denuncie por intento de asesinato, allí recién me di cuenta que este hombre no me quería, nunca me quiso solo me utilizó, solo estaba por interés. Actualmente estoy con todo el proceso, asimilando la violencia que he sufrido por todos estos años, tengo ayuda psicológica y eso me da fuerza para seguir adelante, me dedico a mis hijos para sacarlos profesionales…”

Lucía (50): “…Tengo 25 años de casada, tres hijas mujeres, me dedico a mi casa y venta independiente de productos de belleza, de todos estos años 5 años habrán sido más o menos felices, pero los otros 20 años restantes han sido todo un mar de lágrimas por la actitud de mi esposo, es muy celoso, siempre me ha celado y sus celos han ido en aumento a lo largo de los años me ha celado con todo hombre que se ha acercado a mí, hasta con mis tíos y hermanos ha llegado a celarme, yo nunca le he dado motivo para ello, solo sé que él ha tenido decepciones con experiencias afectivas pasadas, cree que todas las mujeres somos sacavuelteras, yo si he sabido que él ha tenido otras mujeres estando conmigo pero siempre lo ha negado, sus celos son tan enfermizos que muchas veces me ha revisado mis partes íntimas cuando salí a la calle con mis familiares, eso me humillaba, yo no sabía explicarle lo que pasaba, el me dominaba y a veces me pedía perdón por la actitud que tenía hacía mí, pero al final siempre seguía con lo mismo, a veces se me cruzaba por la cabeza serle infiel para que tenga un verdadero motivo y allí si con todas las verdades encararlo. Mis hijas escuchaban y observaban todo lo que su padre hacía. No sabía cómo explicarles. Cuando tomaba con sus amigos venía más desconfiado porque tenía amigos celosos como él, quería tener relaciones sexuales pero no quería que yo tome la iniciativa, eso no le gustaba porque decía que las mujeres solo deben estar quietas y dejar que el hombre debe hacer todo, nunca he satisfecho mis necesidades sexuales, el solo se satisfacía, me dejaba sola y se dormía después que terminaba. Cuando no quería tener intimidad se molestaba y decía seguro has estado con tus queridos por eso ya no quieres estar conmigo, estas palabras me daban una cólera y mucha rabia, estaba atada de pies y manos porque él siempre tenía una justificación, me golpeaba e insultaba cuando le daba la gana, me decía “puta”, “prostituta”, “perra”, todo esto delante de mis hijas. Su celos llegaron a situaciones extremas cuando no me dejó salir porque empezó a decir que le habían contado y que le habían dicho que me habían visto con otros hombres, incluso se atrevió a decir que uno de sus amigos me había visto salir de un hostal, eso realmente me hizo sentir muy impotente porque lo decía con tanta seguridad, yo no podía contar a nadie porque me amenazó que si contaba a mis familiares él se iba a ir de la casa y no iba a dejar plata para las hijas, yo MODULO VIII

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lo quería mucho, porque fue mi primer hombre y siempre me han dicho que hay que respetar al hombre. Tenía vergüenza que se entere mi familia. Hasta que un día tome una decisión importante para mi vida, algo me movió muy dentro de mí y dije no puedo seguir con todo este sufrimiento y humillación, estoy arrastrando a mis hijas a una situación difícil y no quiero que ellas sean víctimas más adelante. Lo pensé varios días más lo que había empezado a moverse en mi cabeza, de terminar con todo esto, este hombre no daba nada para mi vida, todo era una fachada, una apariencia, me había humillado incluso con mi propia sexualidad, todo eso empecé a pensar y repensar, para poder decírselo, solo una vez le dije que quería terminar todo esto y lo que me dijo fue que seguro tenía otro por eso me quieres dejar, no toque más el tema. Pero esta vez era diferente, porque sabía en el fondo de mí que yo lo hacía por mí y mis hijas y no había otra persona que me motivara a hacer todo esto que estaba decidiendo hacer, también había conversado con algunas personas de mi entorno y me dijeron que era lo correcto lo que estaba pensando hacer, es bueno tener gente que te apoye. Él se sentía muy seguro de mí, pensó que nunca iba a dejarlo, me veía sumisa y muy dócil, le había permitido muchas cosas, pero eso tenía que tener su fin. Un día le dije para conversar y me dijo que no tenía tiempo, me puse fuerte y le insiste, hasta que me respondió: ¿qué quieres conversar? y yo le dije con fuerza y decisión que ya no quería estar más con él, esto había terminado, le dije que me escuchara y así lo hizo, aunque incomodo, se sorprendió de todo lo que le mencione, que no era feliz, que me sentía muy mal por todo lo que había hecho conmigo, mientras yo hablaba el solo miraba y parecía no creer lo que escuchaba, me sentí más segura y continué, era la primera vez que le decía todo esto. Cuando termine el solo dijo en tono ofendido, bueno es tu decisión si ya no quieres seguir. No caí en su manipulación y le dije que no permitiré más violencia de ningún tipo, le dije que me iba a retirar con mis hijas a la casa de mis padres, no se negó, parecía idiotizado, ese día me sentí muy bien, fue mi día de liberación y tranquilidad, me arrepentí por todo el tiempo perdido, pero luego me puse a trabajar, me di cuenta que tenía muchas habilidades para el negocio y me va bien hasta ahora. Mis hijas están conmigo, su padre las visita y yo apenas cruzo palabra con él….”

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FRASES REALES DE LA VICTIMA Y OTROS PROTAGONISTAS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR

Ya no puedo más…no sé qué hacer

Muchas personas que sufren de violencia familiar llegan a clamar la siguiente frase, ¡ya no puedo más!, este clamor puede surgir de la impotencia o de los sentimientos encontrados que tienen hacia el agresor o hacia la misma situación que experimentan…llega un momento en que la víctima por los continuos golpes físicos, por la violencia psicológica o por las violaciones sexuales que tienen por sus propias parejas, no encuentran salida y sienten que todas las posibilidades u oportunidades están muy alejadas. Esta situación progresivamente llega a apoderarse de la víctima de violencia, cerrando su mente y las posibilidades de solución. Es como haber entrado en un callejón sin salida, donde la angustia, la ansiedad y la desesperanza reinan, tornando a la persona sin recursos internos para reaccionar de manera segura. Decir ya no puedo más implica que la persona agraviada llegó a su punto cero de tolerancia, implica que se encuentra cansada de todo lo que es violencia. El ¡no sé qué hacer! te hace incapaz de tomar decisiones, y esto se agudiza mucho más en las personas que sufren de violencia familiar, no disciernen entre lo que es nocivo y lo que es sano, tampoco se dan cuenta que la violencia está siendo asimilado y aprendido por sus hijos. El no sé qué hacer significa, no saber buscar ayuda o apoyo sea en familiares o instituciones. La persona violentada se encierra en sí misma y literalmente en sus cuatro paredes. Siente en el fondo que debe hacer algo pero no sabe qué exactamente, el agresor ha ejercido tal manipulación que todo lo que le dice a la víctima lo cree ciegamente. Esta realidad se ve reflejada a nivel nacional, regional y local, por ello muchas víctimas continúan viviendo en el anonimato de la violencia.

Se recomienda en estos casos que la persona víctima sea varón o mujer rompa el silencio, busque ayuda en las personas de mayor confianza (familia o amigos), si no tiene ese apego a la familia puede buscar ayuda en instituciones pertinentes que traten el caso con seriedad. Debe denunciar para que la violencia cese. Luego tiene que entrar a un tratamiento psicológico para poder revalorarse y fortalecer su autoestima, asimismo poder entender la dinámica familiar de su agresor y de sí misma para comprender profundamente que la violencia no solo se trata de una reacción MODULO VIII

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pasajera sino que responde a sistemas familiares que han reforzado y aprendido los patrones de conductas violentas, son familias cerradas que no han querido aceptar o asumir responsabilidad sobre la violencia que se ejerce en algunos de sus miembros y ello lo han internalizado profundamente.

El casado casa quiere…”mi mamá dice que vivamos en su casa para no gastar dinero en alquiler…”

Muchas parejas después que se casan o eligen convivir, deciden o aceptan la “invitación” de vivir en la casa de los suegros. Esto les conllevará inevitablemente a un sin número de personas a caer en la violencia familiar. Porque es un sistema nuevo que se inserta en una sistema familiar con sus propias costumbres y tradiciones. Aquí surgen enfrentamientos entre la suegra y la nuera (a veces también con las cuñadas), esto es progresivo y empieza desde situaciones superficiales hasta problemas graves. Los casos se acrecientan cuando el hijo es el mayor, el último o a veces el que sustenta el hogar o ayuda a los hermanos menores. Muchos hombres que eligen una pareja y se quedan viviendo en casa de sus padres tarde o temprano seguirán sintiéndose hijos que no quieren crecer y más siguen bajo las faldas de la madre, eso no les permite crecer emocionalmente ni ser autónomos. Surge entonces una relación enfermiza en donde la madre siente celos o aversión hacia las nuera que ilusamente espera que la familia de su pareja le trate bien. En la práctica profesional he visto suegras que indisponen a sus nueras frente a sus hijos y viceversa. Pareciera que disfrutan haciendo ello. También hay hijos que lo permiten y hacen una alianza con la madre para destruir a la nuera. Muchas veces estos procesos son inconscientes en ambos. He tenido casos donde los problemas se vienen arrastrando, entre la madre y el hijo pero se desquitan con una “extraña”, en este caso con la nuera, allí depositan sus amarguras, sus frustraciones, sus impulsos. Incluso hijos que han tenido problemas con la madre porque ésta les trato muy mal de niño, incluso se fue con otro hombre, esto marco a su hijo para toda su vida en relación a las mujeres. Es por ello que en el historial de muchos hijos con estas características se encuentran problemas con las mujeres, no entienden que el problema con su madre es el inicio de todo el rechazo que tienen hacia las mujeres. Pero ahora que están juntos y aparentemente bien ambos hacen una alianza para descargar sus furia contra la nuera que con mucho deseo de ser feliz acepto entrar en un hogar enfermo donde hay situaciones inconclusas. En el peor de los casos hacen sentir culpable a la nuera de todos los problemas familiares.

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Muchos padres y madres pretenden ayudar a su hijo recién casado diciéndole que vivan en la misma casa, con el sopretexto de que no gasten ni un centavo en alquileres y más bien que ahorren, sin presagiar que esa decisión aparentemente buena se convertirá en un infierno para una nuera. Es preferible que la pareja que se case viva bien lejos de sus familiares. Ni en casa de ella ni de él. Eso debe ser un punto de conversación antes de casarse o convivir. Debe haber claridad no se debe aceptar ni un solo mes en casa de la suegra porque luego se acostumbran y eso les traerá problemas graves de violencia y hasta separación de un sistema conyugal.

Se sugiere al respecto que las parejas vivan en otro lado. Juntos para crecer, para sentir necesidad y ambos dar las soluciones, juntos para enfrentar pruebas, juntos para conocerse mejor día a día, juntos para llorar y reír, juntos los dos solos para disfrutar el primer salario, juntos para decidir que comprar, incluso solos para poder disfrutar una noche íntima como pareja.

El mismo mandato divino dice: “y dejará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne”, cuanta verdad contiene esta frase, muchos haciendo caso omiso a ello se atrevieron a vivir con sus padres y pagaron las consecuencias, ahora están el litigios judiciales, están en juicio de alimentos, en proceso de tenencia de los hijos, están empapelados hasta el cuello y en muchos casos gastando el dinero en abogados, dinero que puede ser destinado para la educación de los hijos, para su vestimenta para sus alimentos, para su diversión, etc.

Solo me maltrata cuando toma…

Para nadie es un misterio que el consumo de alcohol y la violencia familiar tiene una relación muy fuerte con la violencia familiar. En este contexto haya varones que ya son alcohólicos pero no reconocen las atrocidades que hacen al interior de sus hogares. Violentan física, psicológica y sexualmente a sus parejas. Pero ante todo este despliegue de agresión muchas mujeres desean justificar que solo cuando su pareja beben licor es cuando ocasionan los problemas, se debe entender más bien que el consumo de alcohol va transformando la personalidad y el carácter de las personas que están alcoholizadas.

En muchos de los casos se ha observado que ciertamente la pareja que bebe, se violenta bajo los efectos del alcohol, pero esa misma pareja también agrede en menos nivel cuando está sano y eso por las MODULO VIII

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consecuencias que va dejando el líquido elemento dañino en el organismo y en el aspecto mental.

La mujer violentada debe entender que la persona que toma constantemente no puede cambiar por si mismo porque ya existe una dependencia. El mal no solo se va porque deja de tomar sino tiene que haber todo un tratamiento multidisciplinario. Esto último justamente es lo que rechaza el alcohólico, no acepta su enfermedad, no acepta que sus sentidos están alterados, no acepta que es presa del alcohol, cree que puede controlar pero cuando se le pone a prueba cae en lo mismo una y otra vez. Esto arrastra a su pareja y a sus hijos a la violencia y al mal ejemplo. Y muchas veces a la miseria moral y económica. Vivir con una persona alcohólica es realmente muy duro, muy cruel, es un infierno según el testimonio de muchas mujeres e hijos que lo han experimentado. Es una zozobra constante, una inseguridad latente, es algo que conlleva a la familia a una situación de inestabilidad máxima. El consumo de alcohol es un factor que desencadena la violencia familiar y otras miserias. Nuestra Región Junín esta en segundo lugar después de la gran capital en el consumo de alcohol, es común ver el incremento de la violencia dentro de las familias después de alguna fecha festiva costumbrista.

Me amenaza con quitar a mis hijos si lo dejo…

¡¡Te voy a quitar a mis hijos y no te voy a dejar verlos!!, es la expresión más vil, miserable y cobarde que es expresada por un padre. Un padre sin recursos internos ni emocionales, hace uso de amenazas con muchos fines. Amenazan porque no quieren pagar los alimentos que le corresponden a los hijos y como una “estrategia” mencionan dicha frase vil, no porque desean estar con los hijos, tampoco porque quieren pasar tiempo y compartir con los pequeños, sino por hacerle sentir mal a la madre (mayormente la amenaza es de varones a mujeres), no quieren asumir su responsabilidad que les corresponde, caprichosamente desean llevarse a los hijos. Los padres que quieren llevarse a los hijos no pasan el tiempo con ellos, los dejan con la abuela y las tías, mientras él sigue en otras cosas menos en compartir con sus hijos. Para hacer esto el hombre necesita tener la aprobación de su madre (abuela) porque ella es la persona que al final cuidará a los hijos. Los padres que amenazan y egoístamente creen haber resuelto su problema de no dar alimentos para sus hijos, no saben el daño terrible que hacen a sus hijos al alejarlos de su madre. Recuerdo que una madre me refirió que en el cumpleaños de su menor hijo fue con el regalo y la familia no le dejo ver a su menor hijo ni siquiera le recibió el regalo.

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Toda la familia del hombre miserable son cómplices muchas veces para que madre e hijo no se vean. Cuando el nieto o nietos llegan a manos de la familia del hombre que no quiere dar alimentos, esto es a veces muy peligroso para el menor, porque estas se encargan de adoctrinarlos contra la madre, les hablan cosas negativas de la madre, manipulan su afecto, su forma de pensar del niño con respecto a la madre que quedo sola. La familia del padre intentará comprar al hijo con juguetes, regalos, viajes, todo para impresionar sus sentidos. Por estos regalos muchos niños son manipulados para no ver a su madre y aparentemente es su voluntad que no quieren ver a su progenitora. Los hijos que han vivenciado estas circunstancias gracias a los padres que no quieren pagar sus alimentos y por eso se los llevaron, al final terminan emocionalmente inestables, inseguros, confundidos y muy resentidos con ambos padres. Pero en el proceso, grande es el amor filial, porque cuando crecen los hijos evalúan y ponen en balanza el proceder de cada padre y sacan sus conclusiones, al final terminan por buscar a la madre y escuchar una explicación de lo que paso. Es recomendable que los niños y niñas menores de 6 años vivan con su madre, porque es la naturaleza de la madre que le fortalecerá en amor, cariño y sus cuidados específicos, algo que un varón no lo puede hacer porque hay otros intereses fuera de la casa.

Si lo denuncio no me dará dinero…

El temor de muchas mujeres que sufren de violencia familiar es que no denuncian el hecho porque sus parejas les amenazan con no darle dinero para la mantención de sus hijos. Pero la experiencia refiere que los hombres que amenazan así es para mantener a sus parejas totalmente a su merced, les transmiten miedo, inseguridad y lo dicen con tanta seguridad porque saben que su pareja ya tienen temor, están emocionalmente inestables, son manipulables, creen todo lo que el agresor les dice. La experiencia me ha enseñado, cuando las mujeres no creen tal amenaza, tal frase que con toda seguridad lo dicen sus parejas y al final ellas con convicción hacen lo que tienen que hacer, o sea denunciar la violencia familiar, hay resultados muy impresionantes, pues el agresor de lo matonesco que era muchas veces huye cobardemente, o se queda tranquilo, o no dice nada, quizás como una forma de manipular, pero si la mujer que denuncia se pone firme y al final tiene un propósito como ya no vivir bajo la violencia, ni con el agresor y también hacer que el agresor cumpla con los hijos que han tenido, es muy posible que la mujer agredida vuelva a MODULO VIII

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tener autoconfianza y valoración de sí misma. Pero todo esto se debe hacer con firmeza y decisión. El asunto es no quedarnos en silencio, sino las personas que vivencian violencia tienen que decir: ¡Basta, no más violencia familiar!.

Deja que mi hijo tome, no lo controles, el es hombre (suegras)

Hay SUEGRAS y suegras. Las suegras con Mayúscula y Negrita son sabias, son sensatas y prudentes. Son suegras que conocen sus límites frente a la nuera y a su hijo no se entrometen en situaciones o decisiones que solo compete a la pareja. Son suegras que aunque ven defectos en la nuera se callan la boca y no están difundiendo estos defectos en la familia o creando cizaña con su hijo. Son suegras que han aprendido en la experiencia que una pareja crece cuando no viven en la casa de los suegros, sino más bien dejan que sus hijos asuman el compromiso y la responsabilidad frente a su esposa e hijos. Son suegras que si dan un consejo o sugerencia lo hacen a ambos, no sale a favor de su hijo, sino sale a favor de la verdad, de la justicia de la equidad. Con una suegra así los nietos crecen sanos y emocionalmente muy afectivos. La pareja también reconoce y respeta los espacios. A una suegra así se la extraña, se la saluda en su cumpleaños, en navidad pero con alegría y ternura. Muchas suegras con estas características son felices con sus hijos y con las parejas que estos han elegido.

En cambio las otras suegras, las que se entrometen, las que quieren decidir por la pareja, las que ven todos los defectos de la nuera y lo divulgan, las que le dan la razón a su hijo, las que son injustas, las que no dejan que los hijos crezcan en pareja, ni como padres, las que quieren que sus hijos y sus nueras vivan en casa, las que indisponen a su nuera frente a su hijo, las que no entienden que su hijo debe compartir lo que gana con la familia que ha formado, este tipo de suegras han llevado a problemas graves a muchos hijos y a sus parejas, han destruido literalmente la relación de pareja de un hijo y su nuera, han generado problemas judiciales, por violencia familiar, tenencia de los hijos, juicio por alimentos entre otros, haciendo derramar lágrimas a seres inocentes. La suegra tiene mucho poder cuando el hijo le permite entrometerse o le consulta todo lo que tiene que hacer, en vez de hacerlo con su esposa. A veces las suegras manipulan de la forma más enfermiza a los hijos, esto porque les han acostumbrado a depender y cuando el hijo quiere irse de la casa con su familia o decidir algunas cosas importantes a favor de sus esposa e hijos, estas se “enferman”, le da ataque al corazón, la tembladera, se ponen mal como por arte de magia y así hacen que los hijos sigan sujetos MODULO VIII

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a sus faldas. Estas suegras, enferman el ambiente familiar y luego se hacen las víctimas. El hijo inmaduro que no ve objetivamente las cosas, protegerá a su madre de todos aquellos que digan lo contrario. Estas suegras también manipulan con la culpa. Por ejemplo: la frase “si me pasa algo uds. tendrán la culpa”, por estas actitudes muchas nueras han perdido a sus esposos porque estos no han sabido darle el lugar que le corresponde, en vez de ser ellas la prioridad el esposo prefiere a su madre.

En estos casos de las suegras, debe haber claridad en los hijos que desean tener una pareja. Deben dejar de ser hijo y ser independientes en todo sentido. Deben salir de casa, agradecer a su madre por todo lo que hizo y darle el lugar que le corresponde a su esposa. Así podrá extrañar a la madre juntamente con toda su familia. Necesitamos varones que puedan dejar bien claro las cosas entre su madre y su pareja. En esto las mujeres son más decididas. Cuando a una mujer le ponen al frente a su madre y a su esposo y le preguntan con quien se iría, ellas sin titubear eligen irse con el esposo. En cambio al varón le ponen al frente a su madre y a su esposa y le preguntan con quien desea irse, ellos tienen dos alternativas, o se va con la madre, o se la lleva a vivir a la suegra con él y su esposa. Obviamente esto sería una decisión catastrófica porque allí se daría los conflictos clásico entre suegra y nuera.

He descrito en base a la experiencia los dos tipos de suegras. Estimado lector y lectora si deseas vivir tranquila y en paz y evitar conflictos con la familia de tu pareja, vive bien lejos de tus suegros y a ti querida suegra deja que tus hijos crezcan, jamás te entrometas donde no te llaman.

Voy a querer a tus hijos…acéptame

Los hijos son bendición de Dios, un regalo del cielo, alegría de la casa, motivación hermosa y permanente en la vida. Los hijos cambian la vida de los padres que han querido tenerlos, nos vuelven más sensibles. Engendrarlos debe ser con mucha responsabilidad. Una madre (que quiso tener un hijo) sin duda que ama a sus hijos, daría su vida por él/ella, donaría una parte de su cuerpo si esto le brindaría felicidad a su hijo/a.

Cuando un miserable abandona a una mujer y a sus propios hijos no sabe realmente lo que hace. Muchas mujeres han sido abandonadas por sus parejas y juntamente a sus hijos. Esto desde ya deja un impacto psicológico en los menores. En estas circunstancias la madre se siente sola, desprotegida, carente de afecto, se siente deprimida, sin apoyo y sin motivación alguna para enfrentar su nueva condición. Y si en ese momento MODULO VIII

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aparece otro hombre en la vida de esa mujer, es posible que esta acepte estar con él. De hecho el hombre estará solicito, amable, muy tierno incluso con los hijos de la mujer, pero hace todo eso para ganarse el afecto y el cariño de la mujer. Qué mujer no quiere que su nueva pareja la acepte con sus hijos?, asimismo ¿qué mujer no anhela una figura paterna para sus hijos?, es por estos aspectos emocionales carentes que muchas mujeres rápidamente aceptan a un hombre que demuestra estas conductas positivas frente a los suyos. El varón normalmente dice la siguiente frase trillada: “…Si tú me aceptas voy a querer a tus hijos…”. Esta frase para muchas mujeres ha sido el inicio de problemas y sufrimientos porque han permitido que un varón se inserte en el sistema que ella tenía con sus hijos. Hay una invasión a su espacio de los hijos a su intimidad a su aspecto emocional, las mujeres que toman estas decisiones al final lo pagan muy caro y también los hijos sin tener la culpa de nada. Los varones que dicen aceptar y querer a los hijos de otro hombre en el fondo no lo hacen porque su intención solo es estar con la madre de los hijos, de esto la madre no se da cuenta o no desean reconocer y más bien trata de jugar a la familia feliz sin presagiar lo que está por acontecer al interior de sus familia. El varón que esta con una mujer que tiene hijos de un primer compromiso al final querrá tener sus propios hijos y cuando esto sucede se olvidará de la promesa que hizo y empezará a hacer diferencia entre los hijos de su pareja y sus hijos. Habrá celos, conflictos, los hijos de la señora se sentirán rechazados, comparados, porque la pareja de la madre hace eso, la madre al querer hacer justicia se enfrentará a su pareja y rápidamente habrán discusiones, y la frase inevitable de los hombres es: “…No son mis hijos… ”. Esto dejará a la madre conflictuada porque conocerá recién allí el verdadero carácter de la pareja que con tanta ilusión escogió. Si una mujer queda sola con sus hijos por cualquier circunstancia de la vida, ciertamente tiene derecho a rehacer su vida, pero tiene que tener cuidado al llevar esa relación, si son niños los hijos deberá ser madre primero, para poder atenderlos bien y dedicarse a ellos a tiempo completo, quizás las mujeres llamadas liberales o con “mente abierta” estarán en desacuerdo con esta postura, lo cierto es que muchas mujeres sufren ahora porque su segundo compromiso les resulto peor que el primero. Es una cuestión de autoestima, de decisión y muchas veces por situaciones más profundas como la dependencia emocional o carencias afectivas que muchas mujeres se involucran rápidamente con varones pensando más como mujer, o quizás teniendo la buena intención de que sus hijos vean una figura paterna.

Lo cierto es que el varón que se involucra con una mujer que tiene hijos de otro compromiso, tiene que ser una persona que haya arreglado los problemas de su infancia con su madre, tiene que ser una persona que no MODULO VIII

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haya tenido conflictos profundos con las parejas que ha tenido, tiene que ser independiente y autónomo, tiene que ser maduro y estable emocionalmente para que no saque en cara el pasado de la mujer. Que sea una persona que entienda y acepte que el padre de los hijos de su pareja tiene su espacio como tal y que en algún momento tendrá que verse y conversar con la pareja acerca de los hijos, sea por temas de salud, educación, alimentos, vestido etc. Porque he visto que muchos varones inmaduros y celosos no desean que el padre del hijo ni siquiera los visite, menos que hable con su ex pareja. Esto muchas veces es causa de violencia. Es por todo ello que las mujeres que tienen hijos de un primer compromiso y que desean rehacer su vida, tienen que tener sumo cuidado para que no repitan lo mismo e involucren a sus hijos en violencia.

¡Te prometo que voy a cambiar…!

Es la frase que muchas mujeres escuchan como si fuera una nota melodiosa a su oídos y creen en su contenido. Se ilusionan, se llenan de esperanza pensando que al final el agresor tomo conciencia de todo el problema y cambiará. Esta frase es muy poderosa porque en la mente de la mujer está el anhelo y el deseo profundo que su pareja cambie, por eso vuelven, por eso aceptan otra vez y siguen con la relación, por eso perdonan una y otra vez a lo largo de los años pero nunca llega el esperado cambio. Por otro lado es la frase que el agresor utiliza para manipular a su víctima, porque jamás llega el cambio. Las mujeres violentadas tan solo al escuchar la frase voy a cambiar, detienen muchas decisiones que están por tomar, algunas argumentan que porque quieren al agresor le creen, otras dicen por los hijos y así van engañándose consciente o inconscientemente, sabiendo muy en el fondo que el agresor no cambiará, al respecto hay muchas frases ilusorias que las mujeres tienen en sus mentes y por ello siguen siendo agredidas. Estas frases son:

“El cambiará por mí…” “Yo lo haré cambiar…” “No ha tenido cariño de mamá yo le daré cariño y cambiará…” “Cuando éramos enamorados ya me pegaba y amenazaba, pensé que iba a cambiar si vivíamos…” “Es muy celoso, pero yo lo cambiaré…” “Con un hijo cambiará…”

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“Cuando éramos enamorados él tomaba mucho, pero pensé que casándonos cambiaría y no fue así…” “En el fondo parecía buena gente, pero ahora estoy segura que es violento, pero lo quiero…” “Me entregue a él creyendo que así cambiaría…” “Cuando salí embarazada, el me dijo, ¿de abandono…”

quién será ese hijo? y me

“Me obligó a abortar…ahora estoy muy arrepentida, sufro mucho por haber matado a mi hijito…” “Desde enamorados me engañaba con otras mujeres, pensé que casándonos iba a cambiar…ahora sigue engañándome”

Son solo algunas frases que muchas mujeres refieren en las consultas. La realidad es otra, porque muchas mujeres ingenuas están pagando las consecuencias muy caras y siguen en los mismo. La experiencia me ha enseñado que ninguna de estas frases benévolas ha hecho que un agresor cambie su forma de proceder su forma de actuar, su forma de pensar. Por ello es necesario conocer estas situaciones a fin de no seguir siendo víctima de la violencia familiar que es progresiva y dañina. A todas las mujeres se hace un llamado para que puedan evitar la violencia hacia su persona. Y a los varones manifestarles que sean más coherentes y sinceros consigo mismos, asimismo que reconozcan los problemas de su infancia y con las personas que realmente tienen que arreglar sus traumas y complejos y no hacer creer a una mujer que de buena fe y creyendo en un cambio esperan muchos años para ser felices. •

Me daba pena por eso volví…

Uno de los pretextos o justificaciones conocidas que también se utilizan para mantener una relación sentimental entre un hombre y una mujer, es cuando la mujer refiere que tiene pena por el agresor y por eso vuelven con él para continuar con el ciclo de la violencia. Una relación está fundamentada en otros aspectos más profundos que la pena, esto muchas veces hace que no dure ninguna relación porque la pena no compromete a las personas sino solo genera lastima y emoción barata que luego se convierte en rencor y agresividad. Muchas mujeres al ver a su pareja en estado calamitoso, se vuelven muy sensibles y les brota el sentimentalismo maternal y es allí donde vuelven a caer en manos de agresor, creen ingenuamente que porque llora el agresor o porque le dicen que están solos ya cambiaron. La pena no es por ningún motivo un factor para una relación. A la consulta han venido mujeres que MODULO VIII

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están involucradas con dos hombres a uno dicen amar y querer y al otro le tienen lástima está con él por pena. Es necesario saber que la pena que inspira un hombre es un arma de doble filo porque detrás de un resentido hay un agresor potencial.

Hay que aguantar por el hijo…

Un dicho común que reciben las madres jóvenes que desean separarse del agresor, es emitido por suegras y por los familiares que creen que si hay hijos hay que aguantar la violencia y el maltrato. Creen que es dañino que una mujer decida por su tranquilidad emocional y la de sus hijos. Las personas que refieren este dicho “esclavizante” de la violencia, no perciben el daño que hay cuando los hijos son testigos presenciales de toda violencia que observan y escuchan. Es más dañino que los hijos perciban toda la violencia, esto hace que la violencia continúe y se convierta en un círculo vicioso, por ello la violencia sigue en aumento de generación en generación. Debemos comprender que existen una serie de dichos que hacen que la violencia familiar continúe en nuestros hogares. La in fluencia de la violencia tiene sus efectos tanto en el hijo y en la hija. Los hijos que perciben la violencia entre sus padres definitivamente quedan traumados y afectados psicológicamente y emocionalmente, sus mentes incluso internalizaran y grabaran lo acontecido, luego ellos tendrán consecuencias progresivas a futuro. A tal punto que creen que es normal vivenciar esta situación cuando tengan sus parejas. El modelo de violencia y agresividad de sus padres se vuelve un patrón de conducta y luego parte de su personalidad. Por ello todo lo que han visto, patadas, puñetes, cachetadas, jalones de cabello, empujones, pellizcos y otros tipos de violencia física ha quedado fijado en su inconsciente. Las hijas que han vivenciado la violencia en su niñez tendrán su propia experiencia, al haber visto una madre sumisa y que soportó tanta violenciadel padre, internalizarán también una situación que aparentemente es normal. Por ello cuando tienen sus parejas permiten todo tipo de violencia creyendo que es lo más normal del mundo, porque toda su niñez han observado ese comportamiento violento de su padre contra la madre. •

Lo encontré con su querida…pero lo perdoné

Es usual que las mujeres continúen con sus parejas, aun cuando muchas veces, su pareja le haya sido infiel. Mucho más incomprensible es cuando la misma mujer encuentra infraganti a su pareja con otra mujer y en algunos casos también el varón. He tenido en las consultas privadas mujeres que refieren que encontraron a sus parejas (enamorado, conviviente o esposo) con otra mujer, en la calle, en el trabajo y muchas veces hasta en la misma casa (en su propia habitación). Quedaron pasmadas, confundidas, atónitas MODULO VIII

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algunos segundos, pero luego hubo la reacción llena de ira y rabia, muchas veces dirigida hacia la amante, más no hacia el varón que es el responsable en más alto nivel de todo lo sucedido. En estos casos muchas veces la otra huye de la escena y se queda la pareja, el hombre tratando de explicar, tratando de acomodar o justificarse, en pocos casos aceptando abiertamente. Este es el punto crucial porque es allí donde el varón le explica y la mujer entre molesta y destrozada trata de no creer lo que vieron sus ojos. Surge el famoso mecanismo de negación en la mente de la mujer y en la explicación del varón. Para muchas damas es un motivo más que suficiente para dar por terminado una relación, por más que hayan hijos, cosas en común, la decisión es firme, son determinantes y sabe lo que quieren y lo que valen como mujeres y madres. Pero la gran mayoría continúa en la misma situación. Porque el agresor ruega para que le perdone, al final lo consigue porque la mujer le perdona, ante la insistencia , ante los argumentos como que ella es la única, la más importante, la principal (se acostumbra decir, eres la catedral y las otras son las capillitas). Muchas veces aún estando ya varios años en un ciclo de violencia esta situación continúa. El volver implica desconfianza y un profundo resentimiento, no viven igual siempre habrá un recuerdo, una demora desencadenará las discusiones. Solo el perdón verdadero, el deseo de querer seguir de las parejas y con terapias psicológicas permanentes puede hacer que una relación funcione nuevamente, no es fácil, es a largo plazo. Las personas entran en una competencia inconsciente para quedarse con la pareja, puede ser orgullo, despecho o tan simplemente baja autoestima y la incapacidad de rehacer su vida, otros lo pueden asociar a factores económicos. Es decisión de cada uno elegir continuar con la pareja que ha sido infiel, lo preocupante es evitar que esta situación se convierta en una relación de alto riesgo dentro de la convivencia. Finalmente esto puede suceder a varones y mujeres. En ambos casos el dolor y la rabia tiene que ser canalizado para que no se acumule y luego se desencadene en violencia en el entorno familiar. •

Nunca estuvimos como enamorados…

Los consejeros matrimoniales y personas experimentadas en trabajo con parejas sugieren que para llegar hacer pareja se tiene que pasar por un proceso, esto quiere decir: amistad, enamoramiento, noviazgo y matrimonio. Las parejas que se atreven a ir en contra de esta sabia sugerencia definitivamente pueden estar en una situación de alto riesgo, porque no conocen a las personas en lo más mínimo, se involucran y comienzan a vivir a los tres, cuatro o seis meses. La experiencia demuestra que surgen los problemas de pareja rápidamente. Mujeres y hombres de manera irresponsable que se atreven a vivir juntos, en poco tiempo empiezan con problemas de adaptación, conflictos personales, se llevan una sorpresa al MODULO VIII

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ver a la persona en su máxima expresión. Al respecto he visto parejas que no saben porque están, muchas veces su motivación es el tema sexual, huir de casa, sentirse protegidos, depender económicamente. Creen que vivir con el sexo opuesto es lo más sencillo del mundo. No saben que al involucrarse lo hacen con todo su pasado, sus traumas, errores y conflictos personales y familiares. Por ello es un tema delicado y de alto riesgo porque allí puede surgir la violencia familiar al no tener la suficiente madurez, conocimiento, autonomía de la otra persona y algo importante es que se debe conocer a la familia o al menos tener una buena relación adecuada y eso no sucede en pocos meses tiene que haber un proceso. A las parejas que están emocionadas y quieren vivir en poco tiempo deben tener en cuenta todos estos aspectos para evitar tener problemas en su relación de pareja.

Mi madre tuvo otro compromiso…por eso odio a las mujeres

Ricardo esa tarde estaba en una primera consulta psicológica y refería: “…mi madre tuvo otro compromiso, dejó a mi padre y eso fue lo que me dolió mucho en mi niñez, no supe cómo superarlo, siempre en mi mente ha rondado esa imagen de mi madre con otra persona, he llorado muchas veces de niño, no me explicaron que había pasado, pienso que eso me hubiera ayudado a comprender en el tiempo y procesar esa situación. Actualmente tengo problemas con mi esposa, bueno creo que siempre he tenido problemas con mis parejas, no confío en ellas, siento que soy celoso y controlador…”

Muchos varones llevan consigo el trauma de haber visto que su madre haya tenido otro compromiso. Desde allí empezó la desconfianza hacia todas las mujeres con las cuales se ha relacionado sentimentalmente. Desde allí empezaron los celos enfermizos hacia las mujeres, el fantasma de la madre que se fue con otro varón está fijado en su mente, por ello no pueden tener relaciones afectivas largas y duraderas. El conflicto madre –hijo se ha acrecienta a lo largo del tiempo, dejando carencias afectivas muy profundas. Esto muchas veces se torna en agresividad e impulsividad. Asimismo en frustración y poco manejo de las emociones.

Cuando un varón con estas características se compromete con una mujer casándose o conviviendo es decir formando una pareja, toda esa carga emocional negativa acumulada por años y que estaba dirigida hacia la madre, el varón que no ha resuelto ese problema lo volcará esa amargura y resentimiento a la mujer de turno con la cual esta. Esto sucederá consciente o inconscientemente. Y esto muchas veces se convierte en un factor de riesgo para que haya violencia familiar. MODULO VIII

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Es necesario que los varones que hayan tenido problemas de este tipo se involucren en una terapia psicológica y trabajar esa situación inconclusa con la madre. A fin de evitar la violencia contra una mujer que no tiene nada de culpa.

Tiene un “amigo”…

Hay varones que quieren estar con sus amigos y amigas. Esto no es ningún pecado. El problema se presenta cuando el varón en la mayoría de veces aun cuando tiene una pareja e hijos pretende actuar como si fuera un soltero. Prioriza sus actividades sociales y dentro de ello siempre hay alguien especial un amigo. Cuando su pareja le reclama dónde y con quién ha estado siempre responde: “…con mi amigo...” ó “…con un amigo…”. Este amigo aparentemente tiene la culpa de todas las desgracias que sucede en el entorno de su hogar y en la relación con su pareja, supuestamente por el amigo: llega tarde, conoce chicas, llega borracho, cambia de ideas, etc. Las mujeres refieren en consulta que su esposo es bueno, tranquilo, pero que tiene un amigo que le lleva por el mal camino, con esta actitud quitan toda la responsabilidad que tiene su pareja. Es fácil echar la culpa a otros de nuestras desgracias, más aún no querer reconocer en la pareja que tiene responsabilidad. Un varón que se deja llevar por su amigo, que se deja mandonear, que se deja influenciar negativamente, que le aconseja para que golpee a su mujer o sea un machista en la casa, es un varón sin personalidad ni decisiones propias, es un varón con una pobre autoestima y manipulable ante los demás especialmente por su amigo. Estos varones no tienen los pantalones bien puestos frente a los amigos, tiemblan y se asustan cuando el amigo les dice sacolargo, “pisado”, etc. Un varón que esta con una dama debe ser autónomo en sus decisiones e independiente en lo que hace. Esto atrae poderosamente a una mujer y la hace orgullosa de su pareja, pero cuando es muy influenciable definitivamente esto genera problemas. Recuerdo el testimonio de una mujer, esposa de un miembro del ejército, ella refería que su esposo era un ejemplo en los dos años que estaban casados porque le ayudaba en todo, llegaba temprano a casa, ayudaba con la bebé que tenían, iban al mercado juntos y la pasaban muy bien. Hasta que un día la señora vino a la siguiente consulta y contó que su esposo había cambiado y se había puesto agresivo, impulsivo, machista, ya no ayudaba, se resistía a ayudarla. Ella desesperada le preguntó: “¿qué es lo que te pasa?”, hasta que al final el respondió: “…mi amigo me ha visto el domingo contigo en el mercado, vio cuando cargaba las cosas que habíamos comprado, y se ha burlado de mí, me ha dicho por qué hago eso?, si esas actividades

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son de mujeres, y me contó: yo a mi mujer no le ayudo en nada ella debe hacer todas las cosas, para eso yo trabajo y le doy el dinero.…”. Solo es una muestra que nos permite ver que existen varones con una personalidad manipulable y sin decisión. •

Me has malogrado mi carrera…

Jóvenes y señoritas ingresan muy ilusionados a un instituto o universidad para estudiar una carrera profesional. Los padres dan todo lo que está a su alcance para que el hijo pueda encaminarse y ser un hombre de bien. Pero como es natural en la juventud muchos se enamoran y pierden la cabeza y juntamente con ello los estudios. No es un pecado enamorarse, es algo tan natural y hermoso, el problema es que se dejan estudios inconclusos y surgen los embarazos no deseados, producto de ello los abortos y los conflictos a nivel de pareja. He visto parejas que llegan a la consulta y refieren que sus problemas de pareja comenzaron cuando tuvieron que asumir un embarazo no planificado. El varón al enterarse que su pareja universitaria está embarazada, lo primero que le propone es abortar como si fuera la solución más extraordinaria del mundo, muchas mujeres han aceptado, pero las inteligentes y las que tienen un alto valor para la vida dicen que no, es allí donde el varón se siente amenazado y a duras penas acepta al hijo de sus entrañas o simplemente otros cobardemente van dejando a la mujer a su suerte. Es común que los varones echen la culpa a la mujer de un embarazo, se defienden diciendo que ella no se cuidó, ni protegió, no tienen ni un mínimo de responsabilidad personal. Por esa irresponsabilidad muchos jóvenes que estudiaban han dejado las aulas universitarias y se han dedicado a trabajar en el mejor de los casos. Pero surge la violencia porque no hubo el deseo de tener un hijo, allí es donde la situación recrudece, el varón tiene que trabajar aportar para su pareja y su hijo, pero lo hace con mucha frustración y amargura y por ello en la consulta he escuchado la frase “ella me malogró mi carrera universitaria”, no siendo conscientes que en su momento él era quien insistía y se dejaba llevar por los deseos. Esto genera resentimiento y dolor hasta que al final terminan involucrados en temas de violencia o separaciones. Muchos jovenzuelos creen que es fácil convivir y más aún criar un hijo, por su propia naturaleza se creen fuertes y capaces de enfrentar todo los problemas que se presentan pero la realidad es otra y eso no saben enfrentar los jóvenes y señoritas que creen que la vida es color de rosa y desde allí hacen sufrir a los hijos que traen al mundo. Por ello es importante que los jóvenes y señoritas que están estudiando y preparándose para tener una carrera u oficio se mantengan fijos en sus proyectos de vida personal, lo que inician que lo terminen y lo ejerzan al final, es como una gratitud a sus padres y así mismos de todo el esfuerzo y empeño que le dignificará como ser humano.

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Eres problemática…

A los hombres que no reconocen los problemas que generan en casa, muchas veces no les gusta que se les pregunte o cuestione su accionar. Manifiestan con una evasiva total, ya vas empezar otra vez?, de eso nomás sabes hablar?, otra vez con lo mismo?, no empieces que estoy tranquilo, eres una problemática, en fin una serie de evasivas que al final nunca enfrentan el verdadero problema. Al decir a su pareja eres una problemática, un hombre no asume su responsabilidad y atribuye a su pareja todos los problemas que hay en casa. Tan solo a una pregunta o un reclamo de la mujer el hombre le calla la boca con esas respuestas frías, evasivas y sin sentido. Nunca da una explicación porque tiene un comportamiento agresivo o porqué agredió física o verbalmente. Cree que al callar y no dar explicación alguna, los problemas van a resolverse como por arte de magia. Lo cierto es que los problemas se acrecientan porque el hombre sigue en lo mismo y no hay cambio alguno en su proceder. Se convierte en un círculo vicioso donde el dominio lo tiene él. Las mujeres deben tener en cuenta que los varones que actúan de esa manera jamás tendrán una actitud positiva para enfrentar los problemas, una mujer se puede pasar años enteros esperando que su pareja tome la iniciativa y poder mejorar o cambiar dicha actitud negativa. También deben saber las mujeres que ellas no son las problemáticas, sino que están en su derecho de poder preguntar porque hay un trato o una actitud hostil frente a ellas, al final involucra su vida por ello reclaman y muchas veces piden una explicación, en ese sentido cabe mencionar que para pedir una explicación debe haber una forma adecuada ni pasiva, ni agresiva, tiene que haber una comunicación asertiva, es decir clara y directa sin ofender a la otra persona sino solo hacer ver su proceder o inconductas que van generando los conflictos en la familia. Se puede entender la ofuscación, la amargura de una mujer pero al final debe tener la inteligencia para poder enfrentar una situación así. He visto en la experiencia con parejas que muchas veces esta situación ha sido progresivo, es que ambos en la relación de pareja se han acostumbrado a darse explicación alguna y este caso mayormente los varones. Entonces cuando la situación se complica y allí desean una explicación las mujeres, el hombre acostumbrado a lo mismo de siempre le calla la boca con las frases antes mencionadas. Es por ello que las parejas deben tener como una regla en su relación, darse una explicación oportuna a cada situación que vivencian y les ha generado incomodidad o molestia. Esto ayudará siempre a mantener la relación en equilibrio y sin acumular resentimientos por el silencio que se puede dar al no tener una explicación clara. Tanto el varón como la mujer deben aceptar sus errores y su mal proceder y expresarlo sin temor para ser comprendidos, pero para ello tienen que tener la disposición de crecer juntos como pareja. •

Me fui al extranjero…y me pagaron mal

El sueño de irse al extranjero y hacer un capital y tener dinero lo logran muchas mujeres. Se van muchas veces dejando a los hijos e hijas con los MODULO VIII

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abuelos y hermanas. Se van con mucha ilusión y a la vez con mucha tristeza en su corazón. Incluso muchas veces dejan a una pareja para que cuide la casa o cuide a los hijos. No presagiando que en muchos de los casos la pareja que queda tendrá otra relación. Pero en fin el sueño de tener dinero y cosas materiales es más fuerte para muchas personas y al final lo pagan muy caro. En el trabajo con parejas he visto mujeres y varones que se fueron al extranjero. Aquí suceden dos situaciones diferentes, en el caso de las mujeres el problema común es que ellas de manera desinteresada y compensatoria, después de algún tiempo de trabajo arduo en un país lejano al suyo, empiezan a mandar dinero (euros o dólares ) al padre para que pueda darles lo mejor a sus hijos y puedan también mejorar la calidad de vida, hacer algún cambio en la casa, etc. Recuerdo que una mujer que viajó a Italia, le mando diez mil dólares a su pareja ya que este le pedía comprar un auto para trabajar. La mujer sin pensarlo mucho hizo el envío esperando que todo vaya bien según la petición de su marido. Al retornar en una de sus vacaciones dos años después se dio con la sorpresa que el marido no había trabajado con el auto sino más bien lo utilizaba para darse la gran vida saliendo con mujeres y amigos. Muchas veces los hijos descuidados. La mujer se sorprendió y se sentía muy mal por esta situación y encima el esposo muy tranquilo y fresco le dijo: “tú estabas lejos y yo tenía necesidades”, esto terminó por afectar la relación. Actualmente la señora ya separada volvió a Italia y manda lo suficiente para la educación superior de sus hijos, incluso les manda a ellos con nombre propio. En el caso de los varones puede suceder algo parecido, es decir es menos probable que la mujer se comporte infiel como el varón aunque puede haber excepciones, más bien las mujeres que se quedan en casa se dedican a los hijos totalmente. Muchos varones por otro lado se vuelven trabajólicos en el país lejano, también se involucran en otras relaciones aunque no duraderas.

Cuando las parejas se encuentran después de algunos años de estar separados viene le conflicto, porque el aspecto afectivo ha sido mermado por falta de convivencia y relación, la falta de contacto físico y emocional entre la pareja hace que el vínculo se debilite y al final parezcan dos completos extraños o desconocidos, o a veces el trato es solo por intereses en común o como hermanos. Esto muchas veces genera frustración y luego problemas de agresión que pueden terminar en violencia física y psicológica. Es estos casos las personas que viajan con el sueño de tener dinero y poner un negocio muchas veces no cumplen su cometido porque las personas que tienen como parejas o a veces la misma familia que queda en el país de origen no les interesa el sacrificio, el sudor, la dedicación y el empeño que ponen día a día para ganarse cada dólar o euros. Esto genera, depresión, ansiedad, parejas y familias desintegradas.

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Al esposo no hay que contestarle cuando te está pegando…

La cultura machista ha reforzado la violencia familiar. Se dice que muchas mujeres son machistas y más que todo algunas suegras. Por ejemplo muchas expresan la siguiente frase a sus nueras: “Al esposo no hay que contestarle cuando te está pegando”. Como si fuera una mártir la suegra hace referencia que su esposo le hacía peores cosas a ella y lo que hace el hijo a su nuera es mínimo, con esto refuerzan la violencia en los hijos varones y emiten un mensaje de sometimiento eterno de la esposa hacia su esposo o conviviente. Conocí muchas mujeres jóvenes esposas que se quedaban paralizadas cuando buscaba ayuda en su suegra porque sus parejas las golpeaban e insultaban, la respuesta de la suegra era una defensa total hacia el hijo maltratador. Para muchas suegras es malo que su nuera responda a su hijo en defensa propia, son madres que tienen problemas psicológicos muy fuertes porque frente al dolor y sufrimiento ajeno no le interesa hacer algo para frenar la violencia. Creen que con esas actitudes el hijo le será fiel dándole dinero o visitándola todos los domingos sin faltar. Muchas suegras quizás permitan estas bajezas porque en algún momento la nuera (muchas veces llamada la manzana de la discordia entre madre e hijo) le “robo” el cariño y el amor que hubo alguna vez entre madre e hijo. Lo cierto es que una mujer debe defenderse de su agresor y a la vez de su suegra. Porque la violencia en muchas ocasiones es propiciada por la dupla enfermiza “madre hijo”, contra una sola persona. Aquí se puede apreciar la cobardía de un hombre que sigue bajo la protección de las faldas de su madre. Un varón que es inmaduro e incapaz de poner las cosas claras entre su madre y su pareja. Es por ello que las mujeres deben tener cuidado cuando enamoran y más aún cuando van a convivir o se van a casar con un hombre que no es independiente y autónomo de sus familia de origen especialmente de su madre. •

Me pega pero todavía lo amo…

Para nadie es un misterio que muchas mujeres maltratadas refieren después de una golpiza brutal de parte de su pareja, que todavía siguen amándolo. Esto para muchos es incompresible, no tiene lógica ni nada parecido. La experiencia en este caso nos ha mostrado mujeres con una personalidad totalmente dependiente y lo más común son MUJERES CARENTES DE AFECTO PATERNAL. Muchas no han tenido el cariño del padre desde su infancia, pubertad y adolescencia, son mujeres que no han conocido, no han experimentado el amor paterno, es por ello que confunden el poco afecto, las migajas de cariño que un varón les puede proporcionar, se conforman con muy poco, ceden ante la promesa de cambio y del perdón que nunca transforma. En nuestra cultura está arraigado la frase “más me pega, más me quiere”, esto entre broma y broma refuerza la violencia en nuestro país. Muchos MODULO VIII

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están equivocados al creer semejante mentira, porque el que ama no golpea ni maltrata, por lo tanto muchas parejas que viven en plena violencia no conocen el amor, porque su relación está en otra clasificación enfermiza y patológica, donde varón y mujer se involucran sin un proyecto de pareja, sino al azar y a la aventura. Tenemos que decir a los cuatro vientos que la violencia en una relación de pareja terminara por destruir dicha familia y los hijos que se puedan procrear en la misma. Asimismo sensibilizar a ti amigo lector que si eres padre de hijas tienes que amarlas y hacerles sentir importante desde pequeñas a fin de que no sean sorprendidas más adelante por un miserable que las haga sufrir. Es responsabilidad de todo padre enseñar a sus también ser considerados y respetusoso con las mujeres de su hogar para que cuando salgan a la sociedad respeten a todas las mujeres.

Donde te vayas te voy a encontrar y te voy matar…

Todos los agresores creen que es fácil matar a una persona, lo dicen como si fuera la actividad más fácil del mundo. Si bien es cierto hay criminales que ya mataron a sus parejas y por lo tanto se ha detectado varios feminicidios en nuestro país y en el mundo, no todos los agresores harán lo mismo. Lo que se ha encontrado en la práctica profesional es que muchos agresores manifiestan esta y otras frases como: “Te mato y me voy a la cárcel y no pasa nada” “Te mato y luego te desaparezco” “No me interesa ir a la cárcel, allí estaré unos años y luego saldré” “Contrataré personas para que te maten o te violen”. Estas frases son con el único fin de tener en sus manos a la mujer víctima, su propósito es paralizarlas y tenerlas totalmente controladas, para seguir ejerciendo la violencia en todas sus formas. Las mujeres violentadas al escuchar eso de su agresor obviamente van a temblar de la cabeza a los pies, porque son tanto años que vienen siendo manipuladas y por ello creen que el agresor es capaz de todo. El agresor se convierte en su ley, en su verdugo, en su dios, todo lo que dice el agresor ellas creen porque su mente está afectada de tanta violencia en su vida.

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BIBLIOGRAFIA

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Maltratadas.

Editorial

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PROGRAMA DE ACTUALIZACIÓN PROFESIONAL Desarrolle el siguiente cuestionario y entréguelo a nuestras coordinadoras académicas o envíelo al correo administración.hyo@capacitacionacis.org.pe

Examen de Reforzamiento 1.- ¿Por qué es importante según su opinión la intervención casos de violencia familiar y abuso sexual? Explique. 2.- Importancia de un Modelo de Intervención 3.- ¿Por qué la intervención en casos de violencia debe ser de manera multidisciplinaria? Explique. 4.- ¿En qué consiste el síndrome de acomodación del abuso sexual? 5.- ¿Qué aspectos se debe fortalecer en las víctimas de violencia familiar? 6.- Después de leer los testimonios de mujeres en casos de violencia familiar mencione ud. el denominador común para que siga dándose la violencia familiar. 7.- Las frases mencionadas dentro de la violencia familiar es aprendido y replicado por los hijos en la violencia familiar? ¿Qué opina ud.? ¿Cómo estas frases hacen que la violencia se mantenga en la familia?

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