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ARAD 410 | REESTRUCTURACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS URBANAS | ARIANA CAQUIAS

CAPITULO 1

Bordes.


Indice.


Teórico Ecológico Sociocultural Económico Conclusiones


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Introducción Las ciudades y los acentuamientos siempre se enfocan en referencia a las necesidades de la época, lugar y personas. Cuando hablamos de la organización e infraestructura de una ciudad, mayormente son de forma racional respecto a la jerarquía de los espacios, mientras que la organización de los alrededores de la ciudad es más orgánica basándose en los espacios, topografía y movilidad. Toda ciudad se enfoca en desarrollarse a partir de los accesos, aquí es donde se incorpora la movilidad, siendo uno de los elementos más importantes de los conjuntos urbanos. En la actualidad continúan los mismos protocolos de requerimientos que en el pasado, dejándonos llevar por las necesidades y jerarquías de espacios, siempre teniendo presente la topografía y sus terrenos accidentados de origen natural. De esta manera se presenta un ordenamiento natural orgánico en los alrededores de lo que se considera el centro de la ciudad, y el ordenamiento racional a lo que se le conoce hoy día como casco urbano. La ordenación formal se enfoca en la distribución y la presencia que ocupa, la disposición dentro de un territorio. Territorios cuya capacidad es el desarrollo, donde influye y/o condiciona el bienestar de los habitantes. La ordenación formal es todo aquel desarrollo urbano pensado con el fin de cumplir un objetivo. Dentro de la arquitectura el ordenamiento formal comenzó a propagarse desde los primeros acentuamientos en los territorios, donde se buscaba una distribución racional a partir de las necesidades de los habitantes, necesidades que fueron cambiando con el pasar de los años, con la evolución y con el desarrollo mismo de estos territorios. La ordenación formal busca racionalmente habilitar el terreno de manera que crea un trazado y estructura urbana coherente y funcional. Conociendo nuestra historia, los primeros acentuamientos urbanos se realizaron en valles en búsqueda de cuerpos de agua y abastecimiento. No obstante, la naturaleza por definición es cambiante, y con el pasar del tiempo, los avances tecnológicos, la movilidad, el crecimiento poblacional, la sociedad, la economía y las necesidades cambiaron, las ciudades comenzaron a restablecerse en zonas de mejor accesibilidad.

CAPITULO 1 ilidad. Los restablecimientos han ocasionado que espacios urbanos, las ciudades, su infraestructura y calidad de vida, hayan sido olvidadas y se hayan deteriorado por la falta de comunicación en su contexto. El territorio, la topografía accidentada, los cuerpos de agua, la accesibilidad, las montañas escarpadas, entre otros componentes naturales son los elementos encontrados dentro del contexto. Contexto cuyas características se pueden identificar como fronteras naturales, sus sociedades, sus ciudades e infraestructuras divididas por fronteras naturales. Estas ciudades apartadas debido a su composición geográfica son espacios urbanos con una sociedad en necesidad de recursos debido a la migración a nuevos territorios por el contexto en el que se habita. Habitar un territorio urbano se entiende como la relación entre el espacio físico, las prácticas que se desarrollan en él y las significaciones que se generan. Significaciones tangibles de las diferentes maneras de apropiación, donde el poder prevalece y refuerzan las desigualdades entre los distintos sectores sociales que establecen fronteras, delimitan y hacen evidentes los conflictos. Según Guido Cimadomo y su investigación en las transformaciones de los espacios fronterizos la existencia de elementos tangibles que separan partes continuas del territorio genera unos modelos urbanos únicos, en los cuales surgen efectos de desterritorialización y de marginalidad que conllevan también la presencia de espacios vacíos en los alrededores. Esto destaca el reconocer y aceptar estos espacios fronterizos como espacios negados, marginales y exentos de carácter donde se busca profundizar sobre los procesos de desterritorialización y nuevas formas de ocupación y accesibilidad.


TEÓRICO El espacio de frontera la percibimos como un área o zona delimitada. Dentro de la política de los estados territoriales, se denominan los accidentes geográficos naturales como ríos, montañas y laderas los cuales fueron considerados como fronteras naturales, donde más se percibe el contexto de borde urbano-natural. (Figura1) Los bordes urbanos son límites infranqueables, ya sean naturales o artificiales, que limitan el día a día de quienes viven junto a ellos. Un borde urbano-natural es un elemento espacial que se percibe como una barrera para la ciudad. Los bordes no solo sirven para desplazarse, sino que limitan la movilidad de las personas. Se trata de líneas como muros, vallas, barrancos, ríos, costas y fronteras. Convivir al lado de un borde urbano-natural condiciona la vida diaria de las personas, ya que sus recorridos nunca podrán encaminarse en una determinada dirección. Mientras que los accidentes geográficos como una costa, una montaña, un acantilado o una playa pueden ser ejemplos de esta situación.

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ios urbanos divididos y deteriorados en infraestructura y calidad de vida debido a la falta de comunicación en su contexto de borde.


Dentro de la arquitectura el término borde se asocia a un estado o situación intermedia entre dos áreas o regiones adyacentes. El borde en el espacio arquitectónico es un área o espacio delimitado. Espacio que separa áreas diferentes, que quedan lateralizadas por el recorrido, un borde como tránsito entre lugares. El espacio urbano y borde como un encuentro entre ciudad y naturaleza. El espacio urbano está atravesado por bordes que demarcan áreas diferentes, generando separaciones y suturas. Los bordes de la ciudad ponen en duda el sentido mismo del espacio público que se presupone físicamente continuo, social y culturalmente universal. En tal sentido los bordes físicos de la ciudad se asocian metafórica o literalmente con fronteras, márgenes, límites, transiciones, etc. Cada uno de estos términos son relacionados indiscutiblemente con la naturaleza de la complejidad geográfica del lugar. La naturaleza en sí contempla elementos naturales orgánicos que marcan y/o delimitan las fronteras naturales, siendo estas las líneas o áreas de accidentes geográficos y sus características físicas naturales. El contexto espacial de fronteras y bordes son considerados como unas de estructuras cambiantes, donde los pueblos tenían la posibilidad de ampliar sus espacios para asegurar la supervivencia de una población creciente. Es por esto que la frontera es un espacio geográfico complejo en donde ocurren fenómenos sociales de naturaleza diversa y que tienen efectos en el desarrollo de las ciudades o pueblos. “Según Charles Bungay Fawcett (1918), en los orígenes de la civilización humana, los bordes o fronteras en su forma natural fueron una barrera de separación entre culturas y razas. Con el crecimiento de la población y el desarrollo de habilidades para el control de mayores áreas terrestres, la frontera fue transformada en una zona de contacto, la mayoría de las veces conflictiva.” Mientras que para el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1897) las características del espacio determinan el destino de las naciones, los Estados pueden controlar y utilizar los factores geográficos en su propio beneficio. Para el geógrafo Ratzel, la expansión de los espacios está determinada por factores físicos como el clima, el relieve del suelo o la posesión de costas, ríos y bosques, etc. Según las circunstancias históricas y las características geográficas entre pueblos, estos factores impiden o ayudan a la formación de estos Estados.

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Pues afirma que las fronteras son zonas de contacto y de transición donde operan fuerzas centrípetas contra los pueblos más débiles. Ratzel menciona que la complejidad del terreno en el espacio provocaba hambre, miseria y decadencia en general. Explicaba la expansión territorial y los cambios en las fronteras como cambios que afectan la cultura, las ideas, la producción comercial y la accesibilidad a recursos. Ratzel también planteaba que cuando un Estado crecía, seguía haciéndolo recursivamente hasta alcanzar sus fronteras y bordes naturales para satisfacer las necesidades de espacio de su población. Los aportes teóricos del geógrafo alemán Friedrich Ratzel en la perspectiva naturalista de las fronteras se reflexiona sobre la complejidad de los territorios, de su naturaleza accidentada y como la comunidad o los estados se ven afectados por el incremento y desarrollo que se persiguen en estos sectores. Este contexto de borde como frontera natural se describen como territorios de gran complejidad, considerados como franjas de transición que sirven de intermediario entre dos espacios y cuentan con el potencial para generar una integración territorial, ya que, pueden albergar cualidades diversas, ser multifuncionales, flexibles y variables esto permite establecer una comunicación entre dos entornos diferentes. Steven Holl conceptúa los bordes como espacios de transformación y de posibilidades, en los que, mediante la integración de la arquitectura, el paisaje se interpone en la integración y continuidad. Dentro del contexto de borde en la actualidad se define el espacio como un área de interacción dinámico, el cual está sujeto a transformaciones debido a las evoluciones según las necesidades de una sociedad. La mayoría de estos espacios se presentan como barreras espaciales y sociales. Estas transformaciones generan problemáticas que enfrentan las grandes ciudades hoy día. “El crecimiento y desarrollo no planificado de la ciudad es una problemática en donde el borde urbano y el borde natural se encuentran fragmentados, a causa de procesos de urbanizaciones ilegales, anti espacios que no se articulan con la ciudad y el espacio urbano que impactan cada vez más sobre el borde natural.” La falta de consolidación de un espacio de borde que está siendo ocupado ilegalmente por un crecimiento no planificado de la ciudad, tiene una tendencia a empeorar por deterioro. De igual manera la falta de accesibilidad e infraestructura causada por la ilegalidad de los asentamientos generan una desconexión de este sector con la ciudad.


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ECOLÓGICO Los efectos de borde crean fragmentación de hábitat. La discontinuidad del territorio generada por los anti-espacios, los no lugares y los vacíos urbanos no resueltos, son el resultado de la fragmentación del trazado que da lugar a altos índices de contaminación, inseguridad, falta de identidad y carácter en el sector por parte de la comunidad. Los anti espacios se conforman debido a un trazado urbano interrumpido y dividido a causa de la topografía o accidentes geográficos del territorio. Según Douglas, una de las consecuencias de los bordes urbano-rural, es el enfoque de esta planeación dividida. La contaminación se genera debido al descuido del lugar y de la comunidad utilizando estos anti espacios como lugares para depositar desperdicios y la acumulación de estos genera contaminación del terreno y contaminación visual del lugar.

Esta contaminación visual crea una brecha de inseguridad dentro de la comunidad, al ser lugares poco concurridos y poco agradables, dándole paso a una falta de identidad y carácter en el sector. Según las investigaciones de Douglas, en estas áreas se encuentran recursos naturales que sustentan y mantienen en movimiento tanto la ciudad como al campo, con recursos hídricos, bosques, materiales para construcción, etc. A los recursos ser expuestos a este tipo de contaminación se ven afectados ambos sectores del borde, tanto la cuidad como el sector rural, la contaminación de los desperdicios se transfieren a la tierra y por consiguiente se transfieren en las escorrentías y cuerpos de agua. Los recursos hidrológicos que abastecen el pueblo y ciudad, viéndose afectados por el mal uso de los espacios en el contexto.

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“El crecimiento desordenado actúa deteriorando los ambientes naturales que conforman su sitio y sus paisajes, proceso que se da por falta de previsión, de una percepción ambiental adecuada, de una oportuna educación ambiental y en consecuencia de planes rectores que regulen su preservación. Se evidencia otra consecuencia con efectos que pueden verificarse tanto en el aspecto físico como en el biológico porque el área pe-


CAPITULO 1 rimetral ru-urbana presenta una fuerte degradación del medio ambiente como parte del proceso de frontera que incluye fragmentación de hábitat, la creación de nuevas configuraciones espaciales; pérdida de conectividad de espacios para especies que cumplen funciones claves en los ecosistemas; profundos cambios climáticos, a veces a nivel local otras a nivel regional, y cambios de biodiversidad resultado de la acción antrópica; dilapidación, sobreexplotación, avance de invasoras, extinción(…)”. Las transformaciones de la estructura urbana y su acercamiento en los bordes urbano naturales generan una degradación del paisaje y la pérdida del patrimonio natural, que genera en sus consecuencias de un derroche de suelo apto para desarrollos urbano territoriales cualificados que permitirían máximas prestaciones sociales con mínimos impactos, o el sostenimiento de actividades productivas con alta absorción de mano de obra y medioambientalmente adecuadas. De los recursos naturales que existen sobre la tierra, el suelo es uno de los más importantes en la vida del ser humano debido a que se considera como un factor indispensable del patrimonio natural.

Se considera sumamente importante para el desarrollo de una cuidad, sin embargo, históricamente ha sido subestimado socialmente, ya que la pérdida o deterioro de este representa un problema ambiental grave, producto del uso inadecuado de su espacio. De continuar bajo esta tendencia, se podría poner en peligro la viabilidad de la vida en general. Por otra parte, como menciona el especialista en gestión de desastres Esteban Leon, están los asentamientos en condición de irregularidad que acentúan la vulnerabilidad de la población. Situación que contradice el derecho humano a la vivienda y crea en las familias una constante situación de inseguridad que no les permite desarrollarse en forma plena e integral. Los asentamientos marginales o en situación de tenencia insegura, sin servicios e infraestructura, con viviendas y edificaciones mal construidas, ubicación en terrenos de alto riesgo, en condiciones de hacinamiento, insuficientes vías de acceso y habitantes sin capacidad para responder a eventos fortuitos, aumentan la probabilidad de que un fenómeno natural se convierta en un evento destructor.


SOCIOCULTURAL Los espacios de borde adquieren situaciones donde se establecen nuevas formas de habitar, valorar el entorno y cualidades que caracterizan una sociedad en construcción. Estas condiciones se presentan como una herramienta para desarrollar espacios mediadores de relaciones, que permitan satisfacer las necesidades de la población y aprovechar el potencial del carácter de borde. La mayoría de estos espacios se presentan como barreras espaciales y sociales, debido a que no cuentan con una planificación adecuada, ni dinámicas consolidadas. El crecimiento urbano descontrolado y desorganizado genera asentamientos irregulares que ubican en los bordes de la ciudad, los cuales ocupan espacios propios del medio natural o del rural, generando un desequilibrio territorial y favoreciendo los fenómenos de segregación social. Este crecimiento asociado al desarrollo informal, acoge una población marginada de bajas condiciones de vida y escasas oportunidades de desarrollo. Estas situaciones, junto con las condiciones precarias en las que se encuentran la mayoría de las viviendas, la infraestructura y los espacios públicos, expresan los procesos urbanísticos como unos indefinidos e incompletos que se han desarrollado en el lugar. De igual manera complica las oportunidades de desarrollo del área y las condiciones de vida debido a la complejidad territorial en el que se puede encontrar el sector, siendo estos parte de accidentes geográficos notables en el área.

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Como se menciona en el marco ecológico el contexto de borde genera una degradación del ambiente, estos también vinculados a la ocupación irregular de estos espacios por grupos de personas socialmente segregadas, que por complejidad se ven sometidos a una marginalidad que les impide la auto superación y el crecimiento colectivo. A su vez, la densificación poblacional en estas áreas degradadas física y socialmente, incide en la precariedad e inestabilidad, en la inseguridad y la violencia, que finalmente afecta a toda la ciudad. Por otra parte, los bordes también pueden considerarse como bordes sociales o culturales, estos ocurren muchas veces por factores físicos como elementos naturales u artificiales que crean diferentes condiciones a cada lado, pero muchas veces estos bordes se pueden crear por otros factores más sociales como son los factores económicos, o raciales que pueden ser incluso más difíciles de eliminar. Las condiciones de calidad de vida que se generan en cada lado de los contextos de bordes generan dentro de estos unas dinámicas sociales diferentes, por lo que crea una barrera aún más evidente desde el ámbito social, marcando así una desigualdad entre los habitantes de ambos sectores.


CAPITULO 1 Se van generado unas dinámicas de desigualdades debido a la expansión del territorio ocasionando el traslado de áreas urbanas a suelo rural o natural, con el objetivo de satisfacer necesidades básicas de habitabilidad. La falta de comunicación en el contexto genera que los espacios urbano rural sean divididos y ocasionan su deterioro en infraestructura y calidad de vida. La falta de accesibilidad genera una gran desconexión con del sector con el resto de la ciudad. Un ejemplo de esto es como los países latinoamericanos no pueden descuidar el desarrollo de su infraestructura hídrica en las zonas rurales. Donde se requieren esfuerzos para enmendar esta desconexión a accesibilidad, considerando que todavía en las áreas rurales se concentra más del 60% de la población sin acceso al agua y más de la mitad sin saneamiento. En este caso, uno de cada cuatro habitantes rurales (sobre unos 34 millones de personas) no cuenta con baño digno. Situación que es preocupante porque acentúa la exclusión social en una de las regiones más desiguales e inequitativas del planeta.

Los asentamientos informales generan un desequilibrio territorial y una segregación social, donde se presenta la precariedad habitacional y el desigual acceso a servicios. Según se percibe en la investigación, la falta de consolidación de un espacio de borde que está siendo ocupado ilegalmente por un crecimiento no planificado de la ciudad, tiene una tendencia a empeorar. La expansión urbana no planificada no es una constante de hoy día, a través de los años se ha extendido esta problemática. Pues para 1970 la distribución poblacional mundial era de un 37% urbano y un 63% rural, mientras que para el 2000 la población se distribuía en un 47% urbano y un 53% rural. Con las incidencias de expansión urbana se espera que para el 2030 la población urbana aumente en un 60% y la rural disminuya a un 40%, crecimiento que afecta la planeación urbana, expandiéndose esta a los bordes colindantes con los terrenos de alta complejidad, dejando sectores con difícil acceso y segregándolos socialmente.


ECONÓMICO El crecimiento que se han proporcionado en la mayoría de las ciudades de América Latina y el Caribe no ha permitido sobrepasar los problemas de pobreza y desigualdad. “La desigualdad amenaza el crecimiento y bienestar económico de las ciudades, de manera que repercute en el bienestar de los ciudadanos, en el cuidado ambiental, fomentando la informalidad, y las inequidades socio espáciales. La informalidad habitacional refuerza las desigualdades sociales y espaciales, tanto en términos de ingreso como en el acceso a la protección social, agravando la vulnerabilidad social y territorial.” Las personas residentes en sectores habitacionales informales tienen incidencia en un difícil acceso a recursos, situación que repercute en su situación económica al verse obligados a hacer un esfuerzo extra para acceder a recursos para su bienestar. Es importante en toda ciudad establecer adecuadas políticas públicas urbanas con un enfoque territorial, que permiten abordar en su conjunto los desequilibrios económicos, sociales y ambientales de las zonas que se ven afectadas por estos. Según se investigó, la desigualdad tiende a ser un factor común más encontrado en las zonas rurales marginadas que en las ciudades urbanas. Esta desigualdad no solo repercute en el ámbito de acceso si no que se marca una diferencia en pobreza entre estos dos espacios. La diferencia entre el porcentaje de población bajo la línea de pobreza en zonas urbanas y rurales es bien notoria. En 14 Estados europeos, el riesgo de pobreza es mayor en las zonas rurales que en las urbanas. En ocho países miembros, la población rural en riesgo de exclusión se sitúa entre el 30% y el 40%. Mientras que, según el Banco de Datos de Encuestas de Hogares de la CEPAL, entre 1997 y el 2014 la brecha y la severidad de la pobreza en los países de Latino América y el Caribe siempre fue mayor en el ámbito rural que en el urbano. Vale decir, históricamente se registró una mayor profundidad de la pobreza rural y una mayor desigualdad entre los pobres rurales y urbanos. “De lo anterior se desprende que las condiciones de vida de los más pobres, de la población con mayores dificultades para insertarse en las dinámi ARAR 410

cas del mercado o para acceder a políticas sociales implementadas por los Estados, empeoraron. Si además de los indicadores de pobreza monetaria se incluyen los criterios de medición de la pobreza multidimensional, es decir aquellos relativos al acceso a servicios públicos básicos, se evidencia que, por un lado, en 2012, la pobreza alcanzaba a la mayor parte de las poblaciones rurales de la región; y, por otro, que las brechas con los sectores urbanos son mucho más alarmantes si se toma en consideración este enfoque.” Douglas menciona su teoría de crecimiento de polos en los modelos de territorio y características de los bordes. Para 1950, la discusión se centra en el papel jugado por las ciudades con su área rural, argumentando en el crecimiento económico y la modernización. Expone que después de 1950, se beneficia el centro de la ciudad a expensas de la periferia rural y urbana. Mientras que Lipton en 1977, expone que el conflicto más importante en los países pobres es la diferencia entre las clases rurales y las clases urbanas. El sector rural contiene la mayor parte de la pobreza y los más bajos costos de recursos de desarrollo, mientras que el sector urbano contiene la organización articulada y poder. La teoría sostiene que los agentes urbanos tienen más poder que los rurales, por lo que la disposición de recursos se da sobre los intereses urbanos en contra de los rurales. El gobierno tiene participación principal en la situación, al brindarle más fondos y créditos externos a la zona urbana sobre la zona rural causa una desigualdad en pobreza y situación económica. Marcando una gran brecha en el desarrollo y calidad de vida. Cabe destacar que la población urbana y la población rural no requiere de la misma participación de fondos debido a la población que en ellos habita, sin embargo, es importante visualizar los sectores con mayor necesidad de apoyo. Pues el crecimiento urbano es una situación a continuo futuro que está creando estos espacios de borde donde se percibe una difusión urbana. Aquí es donde se puede ver “la paradoja urbana” donde se ven las ciudades que generan gran parte de la riqueza de


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un país, pero, a la vez, son inaccesibles para una gran porción de sus habitantes. “América Latina y el Caribe es la segunda región más urbanizada a nivel global y la que presenta los más altos índices de desigualdad. Las ciudades de la región que, por un lado, son fuente de oportunidad, innovación, dinamismo y de generación de economías de escala son también, por el otro, espacios que reproducen formas de crecimiento desigual que se expresan en exclusión social, segregación, desigualdad y pobreza. Se evidencia la magnitud del problema comparando los niveles de la desigualdad intraurbana con base en las condiciones habitacionales con la clásica desigualdad entre zonas rurales y urbanas. La falta de servicios a poblaciones rurales que ya carecen de vías de acceso adecuadas para llegar a sus viviendas y facilitar su desarrollo económico

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tienen deficiente acceso a servicios esenciales como salud y educación, poseen escasos ingresos económicos y altos grados de dispersión, estamos hablando de los sectores más vulnerables de la región. Se evidencia con la llegada de la década de los noventa donde se ven dos fenómenos importantes para las ciudades latinoamericanas por un lado, los niveles de pobreza urbana habían aumentado considerablemente y numerosas ciudades estaban en una condición crítica; por el otro la fase neoliberal del capitalismo modificó sustancialmente las ciudades, en función del capital financiero, los límites de estas serán indefinidos y tendrán características propias, las áreas aledañas generarán zonas metropolitanas y megalopolitanas.” En este contexto nace la noción de borde urbano natural como un concepto dinámico y difuso importante en los estudios urbano-regionales.


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CONCLUSIONES Los bordes y los procesos de expansión urbana han sido estudiados desde distintas perspectivas y diferentes enfoques, esto ha permitido concluir que el contexto de estos espacios debe ser tratado desde una perspectiva multidisciplinar. Los diferentes aportes coinciden en que los espacios de bordes deben ser unos articulados de dinámicas urbano rural estableciendo una comunicación de los diferentes contextos a través de una estructura de borde de transición que funcione como un espacio intermedio de estas relaciones. Existen bordes urbanos cuidados e integrados en la ciudad y que, a pesar de limitar la movilidad de las personas aportan también un valor estético, medioambiental o incluso cultural, dando a la zona un carácter particular y único. Por lo tanto, se busca el desarrollo de una estructura de borde, que incluya la aplicación de estrategias para lograr la sostenibilidad económica y la construcción social, desde el concepto de transición, como principio para generar espacios adaptables y acordes a las dinámicas del lugar, que permitan el desarrollo equilibrado entre ambos territorios y la consolidación y articulación del borde urbano-rural. Resaltar la importancia del desarrollo de espacios de transición, diversos y multifuncionales, que aporten a problemáticas sociales, económicas, ambientales y espaciales, con la finalidad de construir escenarios sostenibles y equilibrados que limiten los procesos de expansión urbana. El objetivo es realizar la conexión del borde natural con el urbano mediante una renovación urbana, donde se establece una relación para incentivar y fortalecer la cultura e identidad, partiendo de las necesidades básicas insatisfechas y así mejorar la calidad de vida mediante zonas de intercambio cultural tanto para la población local como visitante y de igual manera generar una actividad económica y turística.

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