El último azul de Carmen Riera, análisis por Cardenio Bedoya

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Bedoya 1 Cardenio Bedoya El Testimonio Como Estrategia Metaficcional-Historiográfica En El Ultimo Azul de Carme Riera. The binary opposition between fiction and fact is no longer relevant: in any differential system, it is the assertion of the space between the entities that matters. Paul de Man

El crítico literario se enfrenta a situaciones realmente controversiales y conflictivas. Historia y ficción es un tema que particularmente, no solo es apasionante, sino que en su análisis envuelve el uso de la misma estrategia usada por la autora para escribir. Es decir, para plantear un análisis crítico de esta obra desde el punto de vista del testimonio, implica el uso de elementos ficcionales e historiográficos de parte del crítico. La objetividad pierde peso en la medida que se incursiona en la objetividad de la narrativa. Como lector empiezo a interpretar la verdad que el autor me presenta como prueba de veracidad de la trama narrativa, y en este proceso dudo de tal veracidad. Tal interpretación de hecho es ilusional porque cae en la subjetividad y duda del lector, y para el caso de este libro estamos hablando de miles de lectores y de miles de interpretaciones. La prueba que para un lector es un testimonio irrefutable, para otro puede ser parte de una estratagema literaria imaginada por el autor. Lo que para un desprevenido lector es simple ficción, para otro es historia, mientras que para un crítico puede ser el uso de herramientas historiográficas-ficcionales dentro del texto narrativo. La interpretación que yo hago en este trabajo intenta ser un aporte en el estudio del testimonio como elemento activador de la estructura narrativa metaficcionalhistoriográfica de este libro. Sin duda, que el texto logrado por Riera toca fibras


Bedoya 2 sensitivas de la historia de la Isla de Mallorca, entre 1687 y 1691, que deconstruye este trozo del pasado inquisitorio español, en cuyo nombre se cometieron desafueros y abusos de poder en contra de la población judía. Y digo deconstruye, porque Riera logra ir más allá de la verdad oficial conocida y aceptada, para develar y descubrir nuevos significados y agentes, al mismo tiempo que incursiona en los intersticios de los silencios históricos para resquebrajar y cuestionar la verdad hasta el presente callada o compartida en complicidad. Darle voz a este grupo de judíos para recontar su sufrimiento y dolor es una acción valerosa de parte de la autora, quien mediante la reinterpretación de los hechos sucedidos recrea el pasado en el presente. Me propongo demostrar en este artículo el uso innovativo que hace Riera del testimonio mediante un proceso genealógico y deconstructivo del mismo. Igualmente intento subrayar el uso del testimonio dentro de la metaficción historiográfica de esta novela. El uso del testimonio es un leitmotivo a lo largo de la novela. Desde el aparecimiento de João Pérez al inicio del libro presentando los pliegos testimoniales escritos por Andrea Harts, el andamiaje psico-social del acto religioso de la confesión, la manipulación que encierra el testimonio escrito de Rafael Cortés, y en general la fabricación individual y colectiva de pruebas que dan fe y justifican la acción de los juicios inquisitoriales, son elementos que se entraman con la vida de los protagonistas para darle movimiento y fuerza a una denuncia política.


Bedoya 3 Riera propone un rompimiento con los cánones aceptados acerca del testimonio, al no usar el punto de vista de la primera persona en su narración. Beverley y Zimmerman analizan la narrativa testimonial en su libro “Literature and Politics in the Central American revolutions” y definen testimonio como: Testimonio is a novel or novella-length narrative, told in the first person by a narrator who is also the actual protagonist or witness of the events she or he recounts. The unit of narration is usually a life or a significant life episode (e.g., the experience of being a prisoner)…The narrator in testimonio on the other hand speaks for or in the name of a community or group…Testimonio cannot affirm a self-identity that is separate from a group or class situation marked by marginalization, oppression, and struggle. (173-177) Si bien Riera no usa la primera persona como un reto a Yo, Rigoberta Manchú o Yo, Ernesto “Che” Guevara, si muestra la necesidad de representar, enunciar y denunciar la detención y tortura de los judíos en 1687, en Mallorca, a través de sus propios relatos y experiencias durante el proceso. El testimonio escrito y la oralidad en tercera persona se funden en un haz historiográfico que le dan un poderoso sentido ideológico a la ficción literaria. El testimonio en esta novela no puede separarse de su mensaje crítico e ideológico, afirmando la identidad de un grupo minoritario cuyos derechos a la supervivencia cultural fueron pisoteados e irrespetados. El tratamiento a las minorías judías denominándolas “marranos” “conversos” “chuetas” establece la diferencia, la opresión y la marginalización de parte de las mayorías católicas. Pero Riera no


Bedoya 4 solo expone el problema religioso. El conflicto lo explica al diseccionar la organización social, política y económica de la sociedad en esa época. La ideología del poder, usando todos los aparatos e infraestructura organizativa para marginalizar y oprimir un sector minoritario. La iglesia, el gobierno, los campesinos, la monarquía y la nobleza unidos por la pobreza y la corrupción. Cada grupo tenía sus propios y diferentes intereses en lograr los Autos de Fe, que finalmente condenaron a la minoría judía a la hoguera y la prisión. La rivalidad entre los sacerdotes jesuítas Ferrando y Amengual, muestra la intolerancia y deshonestidad desde la vida interior en la iglesia católica. El Virrey mintiendo para sostener su poder politico y económico y exhibiendo una desviada personalidad capaz de arrancar de un mordisco el pezón y el clitoris de dos de sus esclavas. La monarquía decadente e incestuosa incapaz de gobernar con decoro y liderazgo, entra en complicidad con los abusos de la iglesia. La nobleza sobreviviendo en la ilusion de un pasado de derroche y lujo, apegada a su ideología clasista y discriminatoria, se enfrenta a la falta de recursos económicos y poder político. Los campesinos manipuleados y engañados por todos los que puedan tomar ventaja de ellos, son los únicos que protestan por sus exiguas condiciones de vida. Riera establece un puente entre su estrategia narrativa y los planteamientos de Beveley y Zimmerman, cuando ellos sostienen que “Testimonio involves an erasure or attenuation of the role and thus also of the textual presence of the autor,” (175). Riera no aparece dentro del texto, está borrada, pero no su aporte intelectual en el rescate e invención de personajes, en su historiografización y en su ficcionalización.


Bedoya 5 El puente testimonial que Riera crea en su novela con los planteamientos de Beverley y Zimmerman lo podría materializar con varios ejemplos, los cuales ponen al desnudo la certeza de los instrumentos que compila Riera para testificar la objetividad de su novela y la deconstrucción del testimonio: La fabricacción de la prueba o el testimonio en sí conlleva un proceso de manipulación que tiene profundas implicaciones psicológicas. El padre Ferrando manipula y persuade lentamente a Costura para que prácticamente eleve a título notarial su declaración de „doble‟vida de los judíos conversos. El doble juego se da porque Ferrando no busca castigar a los judíos sino ganar puntos para ser nombrado rector. La carta-testimonio de Rafael Cortés es un ejemplo de traición, deshonestidad e hipocresía. El documento es producto de la venganza que Rafael tiene con su propio primo quien le debe dinero. No hay duda de la autenticidad del documento. Las dudas vienen acerca de la posición moral y la honestidad de quien elabora el documento, y las razones por las que lo hace. La relación sacerdote/pecador tiene una gran fuerza ideológica, en la que al presionarse al pecador a hacer un acto de contricción y desnudar todos sus pecados, realmente se esta despersonalizando al pecador para que transfiera sus acciones a un nivel extrapersonal y pierda el sentido de autoestima y autorespeto. Así, el pecador renuncia a su propio juicio, para que otro evalúe sus acciones moralmente. La confesión es un diálogo inacabable por que se alimenta justamente de lo prohibido, y lo prohibido es lo que realmente se busca escuchar. El confesor quiere escucharlo y a la vez la actitud del confesionante es la de contar algo pecaminoso que le genera peso de conciencia. La confesión es un acto en el que el


Bedoya 6 peso de la conciencia acusa angustiosamente a la persona haciéndola desdoblar y sentir culpable, hecho que promueve subrepticiamente el confesor. El cura actúa como super-yo que juzga y controla las acciones y pensamiento del pecador para determinar su grado de aceptación y pureza. Ante el desdoblamiento el confesor toma ventaja del control que tiene sobre el sujeto-objeto de la confesión. Pidiendo más detalles y adicionando más leña al candil, es que la confesión se convierte en un instrumento de poder y dependencia, puesto que alguien conoce sus secretos. Quien conoce los secretos íntimos de alguien tiene poder sobre esa persona, y esta en capacidad de manipularla. Las visitas que el señor Obispo hacía al burdel para verse con la Coixa, son refrendadas por el decir de la gente, la misma prostituta y el silencio cómplice de quienes asi lo sabían. Como prueba que efectivamente el burdel tenía visitas de religiosos, la Coixa suministra a su angel Rafael Onofre una sotana de la orden franciscana que tenía guardada en el propio burdel.(209) Cuando debido a los fuertes vientos el capitan Willis se niega a zarpar, al regreso un niño perece ahogado. Es un testimonio que desencadena airados resentimientos. La muerte imprevista de un niño inocente a quien sus padres ni siquiera pueden darle sepultura. Es una historia llena de sentimiento que afecta profundamente al lector, por las razones de injusticia y corrupción que encierra la huida de los judíos conversos. Es una prueba que nos hace pensar en los miles de niños que en el mundo mueren huyendo de sus propias tierras, casos como Sudán, frontera de Estados Unidos y México, Colombia, etc. (185)


Bedoya 7 Xim Marti acusa a su propia esposa, para salvarse a sí mismo. Es el caso de deslealtad acompañado de la actitud de superioridad ante una persona que pertenece a una minoría. (238) La descripción de las torturas en el potro constituyen una denuncia de gran poder ideológico por la repugnancia y rechazo que genera en el lector. (294- 346) Al leer esta parte no pude retraerme de pensar de lo que hace el ejército de los Estados Unidos con los detenidos por sospecha de ser terroristas, pero que en el fondo es una persecución religiosa contra facciones minoritarias islámicas. Podría hacerse un paralelismo entre los procesos y Autos de Fe llevados a cabo por la Inquisición y los juicios a los sospechosos de ser terroristas detenidos por años sin pruebas, como el caso de los detenidos en la base de Guantánamo, Cuba. La diferencia sería que no son “quemados vivos en la hoguera”, sino en la cárcel. Las actas que registra el escribano por orden del Juez de Bienes son prueba contundente del interés económico que animaba a la iglesia por confiscar los bienes de “los judíos cristianos que no sabían serlo.” (343) De su lectura se desprende que era un inventario de dinero, pertenencias y objetos que tenían un valor monetario. (186) El proceso de toma de declaraciones tenía un orden macabro. Primero los niños, luego las mujeres y finalmente los hombres. El uso de la inocencia y desprevenimiento del habla de los niños como un elemento de acusación contra sus propios padres y familiares. El uso de la mentira y la manipulación psicológica mediante el ofrecimiento de la salvación para lograr reunir las pruebas que no salvarán a nadie. El Cónsul vende al pastor, Rafael vende a su novia, la


Bedoya 8 Coixa vende a Rafael, Marti vende a su esposa Isabel, acciones que son resultado de la denuncia que hacen los mismos acusadores que “la otra persona ya vendió a la otra”. Es un juego mental y técnica investigativa que suscita odio y revancha, dando como resultado que el “vendido” cante la verdad ante la decepción e incredulidad de haber sido traicionado por su mejor amigo, esposa o amante. (238-275) Un aspecto que quiero resaltar al presentar estos ejemplos, es la manera inteligente como la autora presenta el testimonio. No es Rigoberta Manchú o el „che” Guevara dando un testimonio desde la voz del “Yo”. Riera se adentra en los hilos constitutivos del testimonio mismo para hacer una genealogía testimonial que demuestra cómo ese testimonio tiene un orígen espúreo y corrupto. La configuración de las pruebas muestra una sociedad que no tiene respeto por los mismo principios que proclama. Es la deconstrucción de una verdad que no era verdad. Se creó una verdad basada en mentiras. Riera entonces logra usar el orígen corroido del testimonio para denunciar las intenciones que movían a la iglesia y al establecimiento para confiscar los bienes que les solventaran sus afugias económicas. Riera usa el testimonio de manera inversa. No es el testimonio per se el que produce escalofrío y solidaridad. Lo que afecta al lector es la manera criminal como se construye ese testimonio. De otra parte, he analizado otro aspecto del testimonio en este libro, que podría ser interesante como punto de partida para otro tipo de desarrollos e investigaciones de la rica temática de este texto. Se discute en los medios académicos del uso del testimonio como un fetiche que vende. El libro de Riera


Bedoya 9 fué ganador del Premio Nacional de Literatura en 1995, por lo que es considerado la obra más importante de la autora. Como libro testimonial ha tenido un gran éxito en el mercado. ¿Es posible que su éxito se deba a la mercantilización y uso fetichista del testimonio? Y para adentrarme en este tema voy a prestar una cita de Alberto Moreiras en su libro “The Exhaustion of Difference”: Given high literature‟s loss of cultural capital, has come to need testimonio for its own partial rearticulation as an epistemologically viable enterprise,…Testimonio ..a sort of methadone in the absence of an effective literary critical practice. As an aesthetic fix, of course, testimonio produces not solidarity of a fallen and derivative kind. (216) Tengo que aclarar que Moreiras hace referencia en este caso específico a la literatura Latinoamericana. Pero me voy a tomar el derecho de extender su concepto a la literatura peninsular por tantos lazos de unión que las plastifican y por ser el mismo autor citado un español de cepa. Después de la muerte de Franco, obviamente se dieron condiciones diferentes para los escritores para expresar con menos censura sus puntos de vista. En España se había dado una pérdida de capital cultural y artístico debido al alto grado de control y censura franquista en el campo literario y artístico. Concluye Moreiras que ante la ausencia de este capital cultural crítico, el testimonio viene a ocupar un papel primordial que llena tal vacío. Es un arreglo estético que rearticula el campo cultural. No se puede negar que el caso de Riera encaja en este análisis. Pero yo quiero ir más allá de las condiciones post-franquistas e intentar reconocer en Riera


Bedoya10 su aporte literario mediante el uso del testimonio. Si bien hay una compilación histórico-testimonial que organiza fehacientemente la manera como vivieron y murieron los miembros de esta minoria étnica en manos de la Inquisición, tambien hay connotados aporte literarios que niegan la metadona de que nos habla Moreiras ante la falta de una crítica literaria. Riera tambien organiza una propuesta narrativa alimentada por el testimonio en la que la ficción campea libre en la imaginación de la autora. La calidad en el manejo del tiempo, la trama envuelta en la vida diaria de los personajes y la Inquisición, el desarrollo psicológico de los personajes, la recuperación del papel activo de la mujer en el desarrollo de esta historia, el uso de monólogos interiores y estados de la conciencia, la descripción de la organización social, política y económica y su corrupción galopante, la representación de minorías, el cuestionamiento a los mandatos de Dios (tanto católico como judío), la recuperación de la amistad, en fin, la unidad entre historia y ficción le dieron totalidad a la historia que escribieron con su sangre este grupo de criptojudíos. En su nota final, en el libro, Riera aclara dos cosas: “Los hechos históricos en los que se basa En el Ultimo Azul sucedieron en Ciutat de Mallorca entre los años 1687 y 1691.”(386) Es una afirmación de la veracidad de lo que pasó a este grupo minoritario condenado a la hoguera. El aspecto y fundamento histórico de la novela encabeza su nota final como testimonio que recrea la historia, la deconstruye y propone nuevos horizontes de credibilidad. Sin embargo, en la misma nota final agrega Riera:


Bedoya11 “He cambiado nombres, apellidos y apodos aposta, para señalar así que mi libro no es historia sino ficción. En los dominios de la historia ningún material debe ser manipulado; en el de la novela, por muy histórica que sea, mientras se mantenga la verosimilitud, la verdad de cohesion, todo es válido y, en consecuencia legítimo.” (387) Estoy completamente identificado con Riera en esta aseveración. Es completamente legítimo el ficcionalizar la historiografía. La imaginación y creatividad artística no pueden tener límites. Riera entonces juega con dos armas literarias: la historia, y la ficción unidas a través del testimonio. Y ahora regreso a lo enunciado anteriormente sobre el fetichismo del testimonio. La mercantilización literaria es un hecho reflejo de la globalización, y creo que Riera entiende muy bien este fenómeno. Ella tuvo la imaginación y capacidad creativa de darle al testimonio un sabor atractivo al incorporar en su texto los secretos de la vida sexual de algunos de sus protagonistas. Contrario a lo que dice el mismo Moreira y Beverley acerca de la mercantilización del testimonio, Riera logra empalmar tal testimonio en un diorama de ficción e historiografía sexual. Para efectos de este análisis, imagínese releyendo esta novela sin los ingredientes sexuales. Sería aún educativa, pero perdería su poder de atracción y entretenimiento para el lector. El sexo vende. Y en este aspecto esta novela da en el punto álgido para atrapar al lector y al mercado. La estrategia de venta del libro no está basada en el testimonio sino en el sexo. Algunos ejemplos de la incorporación del sexo como elemento narrativo:


Bedoya12 El mismo João Peres, personaje ficticio, quien abre (16) y cierra (332) el libro, mimetiza el último intento por salvar a los criptojudíos, en una búsqueda onírica de un sueño sexual que a la postre lo confunde, porque no puede saber con exactitud si es una sirviente que suplanta a Blanca María o es la misma Pires quienes buscan favores sexuales especiales. La descripción de María y Blanca María es muy pródiga en sus esculturales bellezas, en sus cuerpos y en su sexualidad. Valls sodomiza a Bennàsser quien es a la vez apuñalado por un esclavo a quien él sodomizaba (84) La virreina no esta exenta de las fantasias sexuales nocturnales, hasta que logra consumar sus deseos con el pintor Chiapini, quien a la vez la traicionaba con una de sus camareras, confesando que cuando hacía el amor con ella realmente estaba pensando en la virreina. (111) Costura, quien es el iniciador con su testimonio de toda la trama de la novela, deja entrever sus deseos por una tierna muchacha menor de quince años. El Virrey goza viendo desnudas a sus dos esclavas, escondiendo de esta manera su incapacidad de erección. Aún así, las obligaba a tratar de hacerle sexo oral con erección a medias.Otra parte que muestra los secretos íntimos de la sexualidad y la mente desviada del Virrey, quien prácticamente mueco arranca con sus dos colmillos el clitoris de una de sus esclavas y uno de los pezones de la otra.(247249) El inquisidor Fermosino, fué dado a luz cuando su madre tenía doce años. Riera realmente deja a la imaginación del lector el resto de la historia, pero no es


Bedoya13 común pensar en los elementos sexuales alrededor de un nacimiento a esa edad. (152) La Coixa, una prostituta de profesión, siente una especial atracción por un jóven de diecinueve años a quien ella desflora. Rafael siente una gran satisfacción al darse cuenta que su eyaculación no es un sueño más sino real, “bajo los hábiles estímulos de una prostituta.” (204) Andreas Harts cuenta y lee de sus propios archivos o pliegos historias de mujeres que le ofrecen favores sexuales en cada puerto. Blanca María Pires, quien encarna una figura sexual femenina, esta dentro de esta lista. (26) Como se puede observar el sexo ocupa un lugar de suma importancia en el texto narrativo de Riera como condimento que le da sabor a la lectura y a la vez totaliza el sentido de la narración describiendo acciones humanas creibles puesto que están basadas en hechos históricos. Para Riera está muy claro que no hay separación entre literatura e historia, por eso legitimiza el derecho a ficcionalizar la historia. Pero Akiko Tsuchiya en un artículo escrito para el Journal of Iberian and Latin American Studies, sostiene que la novela de Riera es histórica, porque se desencadena desde la declaración del malsín quien es un renegado que ha renunciado al dios de Israel, y él lo considera como un testimonio histórico. Al respecto Tsuchiya escribe: “The malsin needs to have no concrete evidence, documentation or proof in order for the sign of guilt to take on its own meaning within the discourse of power”(80) Para este autor la novela de Riera, a pesar de tener fisuras ficcionales, el peso del testimonio acomodado por Costura a las exigencias del poder, le da ese carácter histórico. Es el documento sobre el que se


Bedoya14 desarrolla toda la novela. A mi modo de ver, es cierto el planteamiento del autor al darle tal trascendencia al testimonio de Costura, pero también tiene mucho peso en la estructura narrativa la metaficción. Sin entrar en detalles, y aceptado por la misma Riera, son personajes inventados João Peres, Blanca María Pires, Pere Onofre, el Virrey y su sobrino. Para mi el libro es metaficcional-historiográfico. Ahora voy a tratar de denotarlo como tal. El posmodernismo con su juego de velocidad, desarrollo de las comunicaciones, virtualización del conocimiento, culto al cuerpo y las imagénes, descentramiento de la identidad y dicotomía de la doble identidad, transnacionalismo, etc, ha dado paso a la configuración de la metaficción historiográfica. Si comparamos el libro de Riera con las características o rasgos de la metaficción historiográfica establecidas por Linda Hutcheon en su libro A Poetics of Postmodernism, se pueden encontrar similaridades que acercan el libro a tal caracterización. Ya en la parte dedicada al testimonio, se observa como hay un distanciamiento con el lector con el fin de lograr darle representación a la minoría étnica criptojudía, mediante el uso de diferentes voces y casi que una fragmentación de los conceptos que atañen al juicio seguido a este grupo de judíos. De otra parte, el testimonio que está sobrecargado de fuerza y urgencia ideológica como lo definen Beverley y Zimmerman, le permite a Riera usar lo que Hutcheon expresa como cuestionamiento de las convenciones y verdades históricas. Eso es lo que justamente hace Riera, reconstruir una verdad reconociendo los limitantes del conocimiento de esa verdad. El reconocimiento de este tipo de restricción para escribir una verdad acabada le permite a Riera


Bedoya15 adentrarse en el campo de la ficción, para reportar el pasado en el presente como un nuevo pasado que puede inclusive ser cuestionado por su carácter historiográfico-metaficcional. Hutcheon expone en su libro: “What historiographic metafiction explicitly does, though, is to cast doubt on the very possibility of any firm „guarantee of meaning,‟however situated in discourse.”(55) Riera deconstruye porque no garantiza la verdad escrita en el pasado, duda de su veracidad y por eso es que “Para llegar a esclarecer todo eso, he investigado en diversos archivos, he leido la bibliografía ad hoc y he consultado con algunos especialistas,” (388) para lograr En el Ultimo Azul hacer una propuesta de una nueva verdad. Igualmente, y continuando con Hutcheon, Riera reconoce una diferencia en su narrativa al agenciar y representar a un grupo étnico que no tenía voz, que fué silenciado por el poder de la discriminación y la exclusion. De otra mano, en esta novela se dibuja con mucha precision la doble identidad. Los criptojudíos viviendo entre tres mundos. Uno, el mundo social de la mayoría católica que siempre los trataba como minoría marrana, pretendiendo seguir los postulados de la nueva religión impuesta. El otro, el mundo de su cultura y raices, de sus tradiciones y valores, el de su propia religión judaica. Un tercero, es el mundo del conflicto y la dicotomía, el ejercicio de dos personalidades dependiendo donde se encuentre o quien hable para cambiar de código y lenguaje, un mundo que se vive en secreto. El temor constante a ser cogido. La vida se convierte en una trampa. Hutcheon también se plantea el estatus de los hechos históricos que se manejan, vistos estos desde el punto de vista de la naturaleza de las fuentes.(123)


Bedoya16 A qué se le cree y a qué no se le cree. ¿Son los documentos, archivos, personas, etc, fuentes confiables? Y esta pregunta entra en plena contradicción con la materia de la ficción historiográfica, puesto que el autor no busca establecer una verdad acabada porque de hecho esta no existe. Para Riera es importante que la historia no sea retocada o maquillada, por lo que las fuentes bajo este planteamiento no son tan imprescindibles para la incorporación de hechos ficticios, pero es necesario recordar que la novela está basada en hechos históricos. El hecho de creer o no creer es una situación de interpretación, que para el caso de un escritor es subjetiva, puesto que es el o ella quien tiene que decidir si es confiable o no la información que toma como sujeto de trabajo. Y aquí he regresado al planteamineto inicial de este artículo: En la medida que me adentro en la lectura de un texto literario la asimilación de la objetividad va perdiendo peso de acuerdo a los cuestionamientos que como lector me hago de la veracidad de los hechos. Entonces el texto se vuelve parcialmente subjetivo, porque depende de mi análisis e interpretación personal. Ya Riera nos advirtió de esta situación cuando en su nota final expresó, que a ella le parecía “que los mallorquines de buena voluntad debemos pedir perdón. Esa es tambien una de las intenciones de la novela”. (389) Riera se incluye entre quienes deben pedir perdón porque ella cree en la veracidad de los hechos narrados en su libro; pero no se debe olvidar que también es una novela ficción. Conclusión Fué una delicia releer a Riera y encontrar en su narrativa elementos pasados por alto anteriormente.


Bedoya17 Respecto al testimonio, Riera logra usarlo no como compilación de información para ser editada sino como fuerza activadora de una trama metaficcional-historiográfica. Investigando y deconstruyendo las fuentes del testimonio es como Riera encuentra el filón que le suministra su mundo narrativo. El testimonio basado en la mentira para construir una verdad que permita condenar a un grupo de inocentes. Desde el punto de vista historiográfico, Riera deconstruye un trozo del pasado Mallorquino, para denunciar los abusos de la Inquisición, incursionando en los intersticios de los silencios dejados por quienes han contado la misma historia. Es una valerosa actitud de Riera, quien al mismo tiempo ha tomado ventaja de la nueva atmósfera política vivida en España, para describir descarnadamente los sufrimientos de una minoría étnica condenada a la hoguera. Los teóricos sostienen que el testimonio vende por la fuerza ideológica de solidaridad e identificación que mueve en el lector. Además de este factor, encontré durante el análisis que el sexo juega un rol importante en esta novela como gancho que atrapa la atención del lector. Riera incorpora personajes ficticios que condimentan y complementan con su vida sexual las fantasias de los lectores. Desde el punto de vista metaficcional, Riera con la magia de su pluma funde el testimonio con la historia y la ficción. De hechos históricos reales, tomados de testimonios orales y escritos, la autora desarrolla una narrativa en la que interactúan personajes reales y ficticios.


Bedoya18 La novela no busca una verdad acabada o final. Hay un reconocimiento a la dualidad de la nueva verdad, pero dentro de ese proceso crítico se le da presencia a las voces silenciadas para que tengan representación y cuenten por ellas mismas el otro lado de la historia. El libro es una denuncia política. Recomiendo este libro como novela metaficcional historiográfica.

Bibliografía


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