El oficio de los cuadernos 22x22 (interior)

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EL OFICIO DE LOS CUADERNOS J u a n

C a v a l l e r o

EDITORIAL LA LINEA OCULTA



EL OFICIO DE LOS CUADERNOS J u a n

C a v a l l e r o

EDITORIAL LA LÍNEA OCULTA


La poesía no se vende por Ernesto Mallo “Camarada, esto no es un libro quien lo toca, toca a un hombre.” Walt Whitman Con frecuencia se oye decir a los editores que la poesía no se vende. Esta aseveración, verdadera en sentido comercial, no lo es menos en el sentido artístico y también ideológico. La poesía no se vende porque es de todos los que quieran apropiarse de ella y porque está en todas partes, para todos los que quieran verla. Es como la belleza: quien la busca, la encuentra. La poesía es condición sine qua non de la obra de arte. Si no está, no hay arte, independientemente de la disciplina,del soporte o de la intención. Sin poesía no hay música, no hay literatura, no hay escultura, no hay pintura... no hay. Pero el asunto va más allá de la creación, tiene que ver esencialmente con la vida y con su par, la muerte, que es sólo una apariencia tras la cual se ocultan otras formas de vida. Quienes carecen de poesía en sus vidas están condenados a una vida burocrática. Son los pobres de espíritu a quienes, cuando tienen poder, se los llama tiranos. Esto es así porque la materia es poética, la manera en que se ordena naturalmente siempre tiene un resultado poético. De ello da testimonio un copo de nieve, cualquier árbol, cualquier curso de agua, el universo o una hoja de hierba, como quería Walt Whitman. Tengo la sospecha de que materia y poesía son la misma cosa. Comparten un caracter vengativo. De esto sabe mucho Cavallero: la materia es dócil y sensual y dejará que hagamos con ella lo que querramos, pero también es vengativa y renocorosa, cuando la moldeamos a la ligera, sin el debido cuidado y respeto, el descuido se incrusta en ella como una maldición y su deformidad se erigirá en acusadora de nuestra torpeza. Lo mismo sucede con la poesía cuando empalaga, se hace obsecuente o se la quiere utilizar como un instrumento para conseguir otra cosa. La poesía, más que cualquier otra expresión artística, nos dice.


Dice quienes somos, y exige una sola cosa de parte de quien quiera practicarla: una sinceridad esencial sobre uno mismo. El Oficio de los Cuadernos que Juan Cavallero nos ofrece hoy, es el resultado de más de tres décadas de anotaciones realizadas en diferentes geografías, ánimos, paisajes y estados del alma, ilustrados por él mismo. Sus tema fundamental: el amor y el desamor. Un abismo, un torbellino, un remanso, la cruel piedad de la verdad poética, el miedo y la esperanza temblando en cada estrofa. Y no me da la gana decir nada más sobre su poesía porque no quiero interferir entre ella y los lectores. Cada persona que tenga esta obra en sus manos hará una experiencia única, primordial y tremenda: descubrir qué dicen estos poemas de mí. Como la poesía no depende del comercio, no especula, no conspira y puede decir, gritar, llorar o reír lo que mejor le cuadre. Su premio es ése momento entre autor y lector cuando un alma toca a otra. Conseguirlo no depende de la pericia,de la habilidad, ni de los conocimientos, sino de la aptitud y el coraje necesarios para asomarse a ese abismo que es uno mismo. Al no esperar recompensa, la poesía gana en libertad, ése bien cada día más escaso. La poesía, que es un acto de generosidad por parte de quien la practica y la regala. De todo esto, Cavallero ha hecho un estilo de vida, y esta no es sino otra prueba más de ello y de lo que decíamos al principio: la poesía no se vende.



Leí el libro atentamente. Creo que es un largo recorrido no sólo en años, también en estados de angustia, soledad, nostalgia y muerte. Sin duda son textos e imágenes duras que penetran en el ajeno sin descanso. Mientras leía, pensaba en Pesoa, en el “Oficio de Vivir”, de Pavese y en tantos textos en donde la muerte o la tristeza es moneda corriente. Quizá la pulsión de idea de muerte, o suicidio podamos modificarla con la convicción inconsciente de cómo construímos nuestra vida. Entrar en los vericuetos del valor literario a mi criterio es una especulación más del conflicto. En los paisajes que recorres en algunos hay elementos valiosos, otros quizá corregibles. Pero no es lo más significativo. Norman Mailer decía con total justicia: lo importante es lo que se cuenta. Tu discurso o relato (palabra tan de moda) tiene un hilo conductor sólido que nos lleva a un paisaje lleno de revelaciones. En más de una oportunidad te comenté que para mí en el arte no hay verdad. La creación es un artículo molesto, alterador. Si así no ocurre es simplemente diversión. Tu trabajo es alterador. La emoción en tu poesía está a flor de piel. Un desgarro del alma que expones sin pudor. ¿Es suficiente? Esta duda carece de valor pues debe ser suficiente para vos no para el ajeno. El otro cuando tome tu libro será el testigo silencioso de lo que lea, mire en tus textos o dibujos ¿Quién es el ajeno? A mi criterio es la mirada insolente, displicente o comprensiva de un acontecimiento creador. Creo que tu libro lo debes editar. Exponerte y saber que fuera de cada uno de nosotros hay un mundo que espera novedades. Quizá la tuya sea una de las novedades que el otro – el alguien – está esperando. José Tcherkaski



EL OFICIO DE LOS CUADERNOS J u a n

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EL OFICIO DE COMENZAR EL OFICIO DE LA DESESPERACIÓN EL OFICIO DE LOS ESPÍAS EL OFICIO DE LA NOSTALGIA EL OFICIO DE ESPERAR EL FIN EL OFICIO DE LA ÚLTIMA ENTREGA EL OFICIO DE RECORDAR EL OFICIO DE LA SOLEDAD EL OFICIO DE LO QUE SERÁ EL OFICIO DE IRSE


“El arte es una actividad humana que consiste en eso, que un hombre, conscientemente, por medio de ciertos signos externos, haga entrega a los demás de los sentimientos en que su vida se ha movido, y que los demás se impregnen de ese sentir y también lo vivan…” El punto de vista de Tolstóy extraído de “El significado del arte” de Herbert Read. Editorial Lozada




EL OFICIO DE COMENZAR



Arrimarse, coquetear con la espera y los negros suspiros. Eso lleva a la profundidad del desaliento. M谩s que un ancla que persigue al barco es una bola de plomo que se pudre en el interior de las almas. No tuvieron la caparaz贸n necesaria para sobrevivir a las caricias brutales de la nada.

2012



El otoño hunde sus manos en las caderas del verano y rasga hojas, sonidos, susurros de melancolía. Menos que la vida el verano siembra pero a diferencia, siembra siempre. El tiempo de la voz era oro, plata y también cisne. Todo eso era… Invierno. Suecos de nieve pisan los pastos. Viene cansada la tristeza y el letargo. No sé bien qué…. pero sucede, y siempre. Un tiempo de hoja seca desmorona su cabeza romántica y el amor es. Cuando el dolor de la noche se sienta a meditar sobre el reloj, el amor es. Entonces vienen los sombras sin pudor a recostarse en la esquina y a esperar. Los hoteles siembran vidas cansadas , renacen los extravíos. y el amor entonces es. Todo el gris de un otoño pasa sobre las cabezas de los que miran y los vientos se empujan entre sí. Luego de todo viene la muerte y el amor pasa a ser pretérito.



1990



Dios era un espanto que se distraĂ­a con las cosas del placer de su reinado. Mientras en este mundo reĂ­an las calamidades, el sol y un moribundo ĂŠxtasis de tus ojos sobre mis decimales.

1990



1992



EL OFICIO DE LA DESESPERACIÓN



Estos hombres que rugen, que aceleran sus odios, que en las esquinas mĂĄs inmundas ocultan sus dudas. Estos hombres que desconocen el ansia del amor, que transcurren la arboleda de su existencia sin recoger los frutos, sin ver la uva madura. Estos hombres que destilan sombras donde hay luz, que ocultan en sus arapos las verdades. Estos hombres que hacen parir angustias en los precipicios de la fe. Que se aprovechan de las pĂşblicas necedades y se sienten aplaudidos. Estos hombres no son mis hombres ni aquellos que amĂŠ.

1989



1992



Entre mis mismas aguas despierto a la muerte con olor a sueño. Tierra que te desvives por llegar al pozo de mi alma, no ahuyentes los sonidos que presiento, no dejes que se marchen los dolores que me encierran. Busca un niño para calmar tu aliento y clávate una cruz en el vientre para saber que tienes un hijo. No me busques que estoy manchado de sudores por las noches que pasé volcando mi cariño en los lechos de enormes prostitutas. Tierra, no me llames, deja de llorar porque no muero, ve a bañar tus hojas por el río de la esquina más distante. Tierra, no quieras de mis dedos tus raíces, que son manos mutiladas estas mías, que no tienen más que sangre para rociar tu cara. Deja que estas dudas se me pierdan tras las pisadas de la luna, deja que me pierda un poco más con mi silencio a las espaldas. No quiero el grito que me escupes en el pecho. Tierra, mañana el hijo que buscas te lo daré de mis entrañas para que sientas un poco de mi sabor cuando lo muerdas. Mañana te daré el hijo niño mío que me está creciendo, porque no quiero que conozca los sufrimientos de los hombres y del viento.

1964



E l trapec ista su eña qu e venció a l a m uer te. Sueña su s su eñ os de grandeza y de g l oria. Y su eña, su eña. Mientras ríe el aire que arrasta el trapecio alqu im ia l a g ravedad. Y sueñ a sueñ a sueñ a y ríe ríe ríe y abajo abajo abajo, sin red, están esperan do l os frac as os para rendirl e el fes tín.

1999



El barco surgió de espumas, la rosa se desvistió en las penumbras. Un niño buscó el árbol para sentir su llanto. Tres barcos de espuma se hundieron. Un acorazado disparo una gaviota en un suspiro de nube. La hoja rota sobre mi cabeza ensayo su vuelo.

1969



La ronda llega a su fin. Mi canto se detiene en tus ojos y se muere de soledad. Yo en un ataĂşd lleno de silencios y el mar con los peces de colores buscando la tierra para beber tu imagen.

1969



Una taza de tĂŠ entre las flores, bebamos y lloremos. Un Dios desnudo jugando a la muerte. La ronda llega a su fin. Perdonarnos es un calor de colores para que la muerte nos encuentre en la mĂĄs sucia de las alegrĂ­as. La ronda llega a su fin. Tratemos de dormir, de no pensar. Tratemos de dormir.

1969



Mañana es Hoy. El buceador amplía su visión en las profundidades absurdas del alma. Ayer es Hoy. El cuchillo clama la carne. Desasosiego de la muerte. Un año es un Siglo trazando rectas y curvas que no sostienen la mano que cobija ni las ranuras del desastre. Los hombres destilan mujeres que las pisan antes de nacer. Hoy son Todos los Días.

2012



G RAN AÑ O Los qu e tu vimos l a su er te de verlo camin ar por las cal les de Buen os Aires n o l o ol vidaremos jamás. Era pun tu al en su recorrido,. N adie es taba seg uro de qu e apareciera, pero siempre lo hacía. Ten ía u na cara l áng uida,cu ajada,raída pero l isa. N o tenía trompa. Iba bien vestido, traje gris o azul , pero siem pre de un g ris o azul diferente. Im pec abl e. N u nc a n adie l o vio acompañ ado pero m u c hos s e atribuy en el haberl o hecho, tal vez para contar su s anécdotas qu e n un c a pu dieron ser relatadas más de u na vez E l que l o h ac ía la olvidaba inm ediatamente. Es to se debía, tal vez, porque c arec ían de in terés o porque en definitiva rel ataban c osas de l a vida c otidiana qu e n o m erecían s er registradas por l a m emoria. P ero vol viendo a l o que interesa, su vida era u n misterio. La ú ltim a vez que s e l o vió l o l levaban dos inmen sos h om bres que, con g ran esfu erzo, trataban de meterl o dentro de un c och e verde. Iba desn udo y su c orazón era gran de y lum inoso c om o u na pelota de fú tbol . Mil novec ien tos setenta y pic o… gran añ o! fu e lo qu e se ll amó el c omien zo. Las palom as no h abían sido intoxic adas, todavía. S e s em braban fl ores en l as plazas. Los televis ores y las m entiras estaban c ubier tas c on trapos de col ores.

París 1978



Se acobardarรกn, pero sistemรกticamente denunciarรกn nuestro dolor a alguna silenciosa estructura superior donde compitan y decodifiquen las venganzas y los errores del amor.

1992



El salto determina el cambio entre la nostalgia la acci贸n, el 茅xito o la metamorfosis.

2000



Era de noche y sonaba el organillo de la iglesia medieval. Las frutas se esparcían a un lado y otro de la calle como colmenas redondas de sol. Los cansancios fueron augustos y quedaron al borde de la sombra como ropa sucia. Fue un minuto de amor en el pasado. Los brazos guardan el peso pero es inmaterial y los músculos están flojos. Llamo ahora ángeles con mi silencio. Un poco de alas en mi oído y una mano besando el rostro. Alcanzo lo sufrido con la facilidad del sueño. Aguardo, pero mi sombra está sola y cae en el abismo de otras sombras sin raíces de calor. Y espero. Niño aún, espero. Pasan las noches y el organillo de la iglesia suena más viejo todavía en su medieval sonido. Las frutas están cansadas de la sombra eterna y se pudren de hastío. Veo mis dedos huecos con uñas de bronce y huesos de piedra. Se mueve el agua de hielo por la masa manchada y deforme de mi rostro líquido. Espero frente a la puerta que nunca se abre, frente a la puerta ajada sin picaporte.

1973



1973



Con toda la libertad para ser heridos, vamos por el mundo con el pecho descubierto recorriendo los rincones más oscuros de las callejuelas sin importarnos lo que sucederá. Hay un ladrón en cada Ruina que abandonamos. Un mísero y ruinoso ladrón. ¿Que quedó sobre el cuerpo inerte que nos robó? Queda sentado sobre los despojos que desolló en un momento desesperado, descuidado, inocuo. Abismo y sueño, robo y dolor. Conjuro y mentira. Solo nos deja la rutina de la muerte.

Ilha Grande 2003



Ellas son frágiles espumas de la niebla. Ellas destilan su olor a negro en el perfume de las estrellas y la luna. Ellas se desviven por taparlo todo hasta el amor y la muerte. Suspiran encerrando surcos de fantasías por las arboledas de las aguas. Confunden al que sediento de silencio se precipita contra la masa de carne de otro cuerpo. Ellas se van rimando con las cruces que se tiran en las raíces de la noche. Ellas se van con el amor de cada hora llevando sobre los hombros la alegría. Ellas son dientes y alarido mordiscón y asco sueño, sangre sexo y niño que muere en las veinte campanas que cuelgan de la vida. Ellas son las sombras incalculables que se desvisten entre las capitales del cerebro.

1964



Hay un hijo en la palma de mi mano. Hay un hijo. La ruidosa luna le hace cosquillas en su cabello de cantos rotos y lo resguardo. Hay un hijo en la palma de mi mano callado. Las verdes cosechas de sueños ríen en sus labios de llanto. Hay un hijo en la palma de mi mano cansado. Cuando distraigo mis noches huyendo de los hombres me llama despacio. Hay un hijo en la palma de mi mano llorando. Las gaviotas muertas se arrojan al río, y yo las levanto y las beso, y mi hijo que tengo escondido las lanza volando. Hay un hijo en la palma de mi mano cantando. Y vuelven furiosas las noches terribles y el hijo me llama y seca mi llanto. Tengo un hijo muy mío en la palma de mi mano amando. Se ríe el otoño y la sombra y la madre impura y los muertos y las tumbas y el Cristo crucificado porque hay un hijo en la palma de mi mano llorando.

1969



Por los huesos de las palomas muertas ahora crecen árboles de piedra y estatuas mutiladas, humo de chimeneas empecinadas y grandes despertadores con ruedas de goma. Tu flauta de pastor se cansó de repetir la nota triste, se quebró reseca como una espiga del invierno. Las ovejas - hombres no asisten en rebaño amoroso, tu flauta de pastor murió en un largo sonido de agua. Y esperas ¿Qué muerte? La tierra se ha iniciado y con ella las veredas sin sol y con ellas el mil , y el mil novecientos y el mil novecientos uno y el mil novecientos dos y el mil novecientos tres y el mil novecientos cuatro y el mil novecientos pájaros y un año y otros años y un niño y miles de pájaros muertos por año y por niño… También el infinito responde con gritos. Se ahoga en un gargarismo inútil, lo están ahogando, lo están matando con numerosos decimales y cerebros electrónicos. Lo ahogan en cifras, registran cada minuto, cada muerte, cada año que cada vez van siendo menos. Y esperas que tu puerta se abra como una boca muerta. El amor tiene un camino para llegar y un camino para irse.

1979



La tierra se ha iniciado, corrompen los silencios horas devastadoras, relojes antiguos, antiguas campanas. La imagen de los reyes de Egipto se transforman, también la Grecia y el hombre. Por los caminos llegan hijos a la puerta de tu casa. Llegan amigos y tu amante llega hiriendo sus ojos de sol como dos uvas negras y maduras. Es la transformación de los caminos que se ha iniciado con la tierra. Los lamentos de las vírgenes pretéritas suenan en los oídos y corredores de la montaña. Pero tú esperas. Puedes cruzar tus brazos y sentar tus fuerzas junto a la puerta paseando tus minutos por los árboles y los pájaros. Nadie vendrá. El sudor que regaba tu camino se hundió o fue masticado.

1993



Risueño el malabarista hace reverencias al público que lo aplaude. Algún dolor tendrá, alguno que no admite la redención. El perdón estaba de ronda con su prostituta de turno. Habíamos amado aquel circo de equilibristas payasos y redondeces. Aún después de haber envejecido en algún bar del Buenos Aires del terror, se elevaba la comisura izquierda del labio en homenaje a tantas risadas causadas por aquellos personajes del circo de campaña. En Ezeiza los fusiles se escondían debajo del palco de los payasos malditos causando muerte. Doy fe.

1991



EL OFICIO DE LOS ESPÍAS



1983



LA PLANTITA

Plantó algo incomprensible para ella. Creció lo que plantó. Se aproximaron a ver el crecimiento seres de distintas raleas. Incluso yo. Huyó de espanto. Tanto dolor causó. Tanto dolor causó que recogí la enseñanza y lloré como buen ser humano. Nadie debería sembrar aquello que no puede recoger ni repartir. La puta madre me lo había enseñado.

1985



Los espĂ­as son violentos mentirosos. Se llenan con voces silenciosas. Rodean esquinas sin cordones. Reflejan las risas y corrompen con versos de dudosas melancolĂ­as.

1991



Los รกngeles disfrazados mueren por irreconocimiento de amor. 1983



Isla de Pantelería - Italia Perdieron el rumbo los piratas y se hicieron a la plaza descubierta navegando un velero rojo tramontano. Venían sobre la noche de la osa mayor confundiendo la estrella de mentira del satélite cansado y descuidado que pasó sin darse cuenta. Así se equivocaron los piratas que arribaron a la roca azul de esta plaza. Las alas de la grulla atravesaron la rompiente, subieron por el mástil los quejidos y se silenció el maderamen entre viñas maduras de luna y olivares. Los piratas estrujaron los volcanes deshicieron el vino y la nostalgia y se metieron a rugir por los rincones más profundos de los lagartos. Nacieron las canciones, los sudores. Los sables tumbaban los sirocos que venían calientes recordando sus mujeres y la isla cantó alegremente un canto. Luego se fueron agarrados de la luna y se quedó el silencio, este que aún existe indefectiblemente.

1978



Agarrándose el ojo los espías roban copias de amor, originales de alegría. Fotografían esquemas de revancha, sospechosos asentimientos y sonrisas. Lúgubres lutos ilustrados volúmenes de cansancio. Los espías saben pero no dicen, aguardan distraídos en esquinas, Sobre pedestales municipales inauguran homónimos monumentos. Los espías no espían atentan el error, subestiman. Los espías trabajan fabricando ojos de cerradura, persianas que no cierran, celosías entornadas, esferas con tuercas y sombras que no asombran. Estos espías se acobardarán pero sistemáticamente denunciarán nuestro dolor a alguna silenciosa estructura superior donde compitan y decodifiquen las venganzas y los errores del amor.

1983



... y la mesa estรก servida. Las tablas que se pudren cuentan historias sin que nadie escuche sus murmullos...

1991



París - Sentado en Rue Monge y Bulevar San Michel. La batalla sigue, sobre el manto viejo, sobre el cortinado viejo y húmedo, cae una lluvia sagaz y austera. Viene la rosa, los ríos de rosas y pasan por el invierno las caras y los espectros. Una vieja Mordaz me mira desde otro lado y yo respiro lento para saber si estoy vivo. Tenía un amigo que viajaba sobre nubes y tortugas de oro (Eso era en la niñez) Hoy la tortuga perdió su caparazón y las nubes fueron arrastradas por los vientos que venían del mar. También tuve caballo de madera, una calesita en una plaza que no recuerdo el nombre. Hoy cada vez que, en el mundo que recorro, me encuentro con una playa y una calesita me parece haber estado ya jugando a la suerte de otra vuelta. Pero en el mundo de hoy las calesitas y el olor a castaña de mi abuela están desapareciendo. Los piratas y los espías perdieron la nobleza ya no hay más náufragos que cuenten aventuras de islas y gaviotas. El mar es más inhumano con su espectro de petróleo y botellas de plástico. Pocos son los lugares del mundo en donde se pueden encontrar aventuras inéditas. Salvo el aventurarse por los rincones del pasado que es cosa peligrosa. Mi tío murió acribillado por inyecciones de enfermeras inexpertas, y también murieron amigos acribillados por manos expertas en el uso de la vivisección.

1977



Otros rozan sus verdades, el pájaro se acomoda en su nido, la lluvia es un interrogante como el llanto de una mujer. Nadie susurra al dolor. La fatalidad de estar vivo sueña que la muerte reivindica. El sueño es el de mañana. Todo se parece a la sombra de las pequeñas verdades. ¿ Quiere el sol sucumbir y alejarse del hombre ? Nada es más alegre que pensar en la certeza de lo eterno. Ya no existe ni la realidad. Una joven puta se enorgullece de ser inmortal. Lo efímero es un pedazo de carroña que anuncia decadencias.

2012



EL OFICIO DE LA NOSTALGIA



Perdón por el bien que te causé no supe que te haría tanto daño. Asomo mis pestañas a la niebla para no ver mis ojos. Voy fuera de mi cuerpo para ver cómo se mueven mis manos. Detrás de la madera de tu cruz persisten las puntas astilladas de tus huesos, junto a tus pies están cantando. Te toco la punta de tu dolor para ver si es verdad que sufres. Mastico la herida de tu cuerpo y siento sabor a metal oxidado. Hombre o niño, sangre o agua, me voy con mi silencio más pesado que tu sombra.

27/6/64



El Sastre Te tomo las medidas intensamente, hilvano tu costado, hago pinzas, descoso, coso, vuelvo a descoser tu hombro malo, le pongo alfileres al encanto, desencanto. Te miro retrocediendo vuelvo a medirte, me abalanzo, hago curvas en tus pechos con la tiza, levanto tu costado, marco los ojales los botones, me quedo abotonando. A la espalda le hago un verso, lo escribo con puntadas muy pequeĂąas, le bordo el punto final, termina amando. Te mido nuevamente, te hago el traje a tu medida, para vos, aunque podrĂ­a hacerte a mis antojos no te hago y dejo que termines las botamangas a tu largo.

12/4/64



Mamá (mami) sabía todo... Yo no sabía... Papá (papi) se dejaba llevar por aquel inconmensurable sexo con el cual fuí concebido... Acosado de silencios y caricias, no intuí los placeres desprevenidos y desinteresados que papi y mami se prodigaban... ¿con placer? ... con amor.

1981



Antiguamente una mente sobrevoló sobre aquellas mesas que tienen huellas de suicidas. Las carnes, entumecidas por la espera, se llamaron a sosiego. Esperan en vano con la puerta entreabierta que alguna oscuridad las rescate de tanto pavor y sueñan. ¿Con qué sueñan las carnes temblorosas? ¿Las sombras que fueron alguna vez esperma? Cierran la puerta enanos que quieren a sus madres ciegas. El silencio anochece.

2012



El candelabro puso el llanto de su vela entre los dedos de la noche. Podría haber sido día, pero las penumbras aparecieron y una lluvia fina de sol inundó la casa de las almas muertas. Nunca más se iluminó el camino hacia los dioses personales que se murieron de soledad.

2012



Ruido, pasión. Engendros de malabares insaciables. Puertas con cerrojos de arena. Multitudes que no pueblan. Una gaviota produce un ruido de mariposas verdes. Hay alguien escondido en la casa del mago Merlín, pero no se enteran los fantasmas, sólo reconocen las penas, los jirones de lenguas. Pareciera que el cálculo trigonométrico saltara de ecuación en ecuacíón. El pudor se esconde sublime y acalorado. Las voces rubias de los vikingos de la muerte se agazapan para dar el último salto. La tierra es una mujer estéril.

1994



Han quedado despojados de la siembra los amantes. El sordo ruido de juventud se cansa y se detiene. Ha quedado el silencio ocupando el lugar del beso. Se devisten los cuerpos, las almas se resguardan. Han quedado despojados de la siembra y las rosas de amarillo antiguo fundieron su alma en el aire en un aroma de alcohol y sexo. Han quedado sin ruido los amantes separan sus cabezas para mirar sus ojos. Nada ha quedado en los cuerpos. Negro, negro, negro, y sólo dos puntos luminosos en la inmensidad de las pupilas… Separaron sus cabezas los amantes para ofrendar mentiras. Han quedado despojados de la siembra los amantes. Del amor también han quedado despojados. Un niño mira las pupilas de los hombres y no comprende.

1964



El abrazo perfecto es observado por un extraño. Con una perversa cicatriz él la observa tratando de recordar con qué materia fue resuelta aquella vieja separación de la carne.

1999



1987



Nace y no puede verse en la penumbra del barco que la esconde. Una pérfida voz le murmura. Sangresueño cae en las ramas de lo oblicuo. Apenas un llanto que se desparrama sobre la sonrisa y los calores del sexo. Mañana - Hoy, recordarán las ovejas del astío sus rutilantes pequeñeces.

1977



Me ata la sombra de este rojo que se descarga sobre el ojo que llora ‌ y hay otro ojo, el ajeno, que sobrepasa mareas, ruinas de lo que fue o era en los acantilados del desorden. Llueve hoy sobre el campo de arena que pudo ser cimiento en las brumas del despuÊs. Hoy claudico y me refugio en las desesperanzas.

1984



Camina por la pieza un fantasma de lo que era, cuando a la luz de un sol de noche escuchaba historias de amores. Historias de almas hechas nube que salían por la boca de los muertos recientes. Camina y no duerme el duende. Anda perdido de recuerdos desordenados. Pide ayuda a las paredes que vieron las sombras de los amantes pero no sus nombres. Pide ayuda al piso de pinotea que guarda cera tras cera pisadas silenciadas de los niños que jugaban al rayo del sol de los veranos tibios. Camina el fantasma por la pieza en la que fue feliz. Cree. Traición de la memoria. Los muertos también se descorazonan en la ignorancia del recuerdo.

1994



1976



Y fueron esperanzas. Aparecieron y fueron amaneceres hermosos. Una luz. Nos desaparecimos mutuamente. Las lenguas acariciaron metales herrumbrosos.

1991



EL OFICIO DE ESPERAR EL FIN



Arbolito de mi muerte que confundirás mis huesos con tus raíces. Pajarito que cantará en la rama del arbolito. Hormiga que caminará por las ramas del arbolito. Lombrices que me acompañarán inquietas en mi conversación. Tierra que llorará sobre sus semillas para que crezca ese pasto que protegerá mis dudas. Cielo que será negro y oscuro y luminoso y que no veré más, nunca más. ¿ Algo más queda de esta vida ? Que tenga una muerte justa.

2012


Hace un año yo estaba agonizando con un ramo de luz descompuesto, moribundo en las esquinas verdaderas, aguardando las esferas de sombra de los faroles apagados por la infancia. Hace un año amanecía la violencia, el grito sin retorno de expectativa suicidada. Nada quedaba en pie y los tiempos habían sido destruidos con las cruces amarradas. Hace un año era violeta alimentado de dolor olía a muerte. Como el pez asesinado contra el aire en esta playa desierta hace un año vivíamos. Descontrolábamos las rosas, hacíamos de las espinas las consignas, se escribía el dolor por las paredes y una a una arrancábamos las esquirlas de esta explosión de dolor que aún subsiste. Hace un año lo viejo, el viejo, el dulce Juan, se habían retirado. No amanecía y la luz había que crearla a costa de bufones extranjeros y de orquestas desterradas. Exiliábamos la dulzura y guardábamos en cajones sin retorno la esperanza y la mentira. El amor era cada día, un día a cada paso. Hace un año escribíamos canciones hacia atrás o hacia lo humilde. Nos prohibíamos escribir hacia el futuro las miserias y las sirenas rodeaban las guitarras y los grillos y los pájaros se habían refugiado en las antenas de los televisores.


Hace un año buscabamos la victoria, desenterrábamos a los hijos y enterrábamos a los hombres. Las gaviotas eran panes asustados que se deshacían con luces rezagadas. Las gaviotas eran mas gaviotas y menos miedo. Así eran las gaviotas hace un año. Hace un año melancolía se acostaba entre mis ropas y cantaba despacio entre mis barbas lo que no era preciso cantar. Melancolía cantaba el chupetín y la guitarra el gato azul, la guerra de mentira, la bala de corcho, la vela blanca. Melancolía hace un año susurraba arrodillada, junto al cadáver del amor se hacía roja. Hace un año melancolía hacía de un año un infinito. Hace un año nos amaba. … y pasó un año. Se volvió adulto el dolor tan niño y el niño, y está bien que así sea, porque tanta niñez era suicidio.

28 de Febrero del 76



Partida de Dios a las cumbres solitarias del pavor. Se estremece. Grita la impotencia. Se caen hechas ruinas las alas de Cupido. Rebote audacia y llanto. Alguien pronuncia el grito que detendrĂĄ a la nostalgia. Parecen metĂĄforas los incendios que produjo la pĂŠrdida del sonido. Hoy es la nada.

2012



EL OFICIO DE LA ÚLTIMA ENTREGA



Y me ajusto a la supervivencia, adhiero al temor, a la duda y al amor. Adhiero, también, al miedo de qué, de cómo, de cuándo. Esa vieja y rotosa ruina que es el nacimiento de la nada. Mejor no nombrar a La Muerte esa vieja y sucia arpía. Hermosa y luminosa juventud. Al final toda muerte es un nacimiento. La puerta se abre locuaz y oscura, hasta la conciencia reluce en su inmoralidad. Por miedo o terror sucumbinos a la piedad de la creencia o a la soledad del infinito. Nada de lo que ocurre puede tener un retroceso.

“Todo lo que resta es empeorar” Jorge Michel



Ahora que la vida hace piruetas. Piruetas confusas. Y el pie no hace pie. Y las manos apretujan las horas desesperadas del aire. Ahora que del fondo de las esquinas claman los hijos que abandonamos. Ahora que la espesa bruma se descorre y la realidad amanece. Ahora que vos sos más real de lo que fuiste y el prestidigitador no prestidigita, y a sus trucos los descubren los niños que ilusionamos. Ahora que a la vuelta de la espera no nos espera nadie y lo que quisimos son ramas secas tiradas en el desvío de la encrucijada errada. Ahora que comprendo que nada comprendí pero me hizo feliz. Ahora que el camino por recorrer es mucho más corto que el camino recorrido. Ahora que se sabe más del pasado que lo que espero de las arenas blancas que pisaré. Ahora que se entiende que es tarde para algunas cosas y para otras también. Ahora que llega la hora...

1987



No se aguanta tanta dulzura en el terror. Es como un nicho desangrado en las fauces de la burbuja. TenĂ­a una sonrisa de metal que destrozaba una esperanza tras otra. Me dijeron que los pĂĄjaros se mueren de ausencia y de ramas rotas. Corazones mutilados en la espera del infinito.

2012



Recorre el beso sobre el vacío. No tendrá piedad el Cristo de la desgracia,. La ranura de una cerradura descubre lo que no tendría que descubrirse. Se acalambró el aire con la espesura de tu angustia. Reclamamos lo que nos falta y que no merecemos.

2012



EL OFICIO DE RECORDAR



Alguna vez predijo la ausencia, la nube, una lluvia pasajera en el vĂŠrtice . Es clara la oscuridad. En el cuaderno, la marca. Una cicatriz en el papel. Viento que hace ruidos de uva. MĂĄgico resplandor. El ansia no se detiene, vaga silenciosa de trinos, de pĂĄjaros, de juventud. Exilian la memoria los parias del fracaso y sus mujeres.

2010



Te repongo en mi pensamiento te escribo sobre tu sombra para exorcizar tu ausencia. El rĂ­o descubre su profundidad cuando la sequĂ­a lo consume. Te reencuentro en la laxitud de los silencios y no te nombro para alejar un poco el terrible dolor que pasa por mis miembros y me destroza por adentro, por muy adentro por poco adentro, ... Todo te siente...

2011



Te esperé toda la verdad hasta que llegó con su ALA NEGRA el ángel de la mentira. Algún ángel de alas negras está dando las cartas en este preciso momento.

Dipsómano me dijo la mesera

1989



Entre la piedra entregada y la gota derramada un espejismo de auroras, entrevé la tragedia. Una sombra se posa en la boca del amor y calló aquello que tuvo que decir en su momento. Se desmoronó en la palangana con un sueño de hastío que no pudo destilarse en la rama, rama o corteza viva.

1998



Durmiente en la sombra el dolor persiste como una escarcha en el pecho... La desidia de los hombres destruyeron campanas que anunciaban gloria. Fueron pisadas, hechas de cart贸n murieron de sonar, son escoria del ruido. Son ecos. Pla帽en opacas para los macabros hacedores de la muerte.

1993



¿Y si tu amada se refugiara entre las sábanas de tu amigo? ¿Si tus lágrimas de dolor se alojaran en el vaso de vino de tu enemigo? ¿Si tu risa volara como un murciélago y se estrellara contra el amor invisible? ¿Si todo lo que queda en un instante se vaciara de contenido agua- desierto lluvia- sequía roca- algodón amor- odio? ¿Cabría la salida última, la última mirada, el último trazo, la última canción como la que cantó mi madre mientras agonizaba?

1998



Tierra pre単ada deste単ida y silenciosa, vas martirizando la esquirla, asombrando la esquirla que anda loca por el aire buscando una soledad para quedarse. Tu rosa es marinera. Tiene corales y escafandras y un marinero borracho que supo alguna vez andar a caballo. Tan parecidas la pampa el mar y tus profundidades. Rosa que enga単as. A caballo de ti corcoveo y muerdo riendas sueltas a mis delirios. Rosa caballo, me haces caer en un profundo suelo reci辿n arado donde la semilla hace ruido separando la tierra.

1990



Los amantes van armando sus esquinas, recortan los zaguanes, perfilan los dinteles, construyen las ventanas. Los amantes se separan y son ruinas de silencio, pasado apresurado, recuerdos, esqueletos de las cosas que dejaron ellos mismos, mitad vivos mitad muertos.

1993



Tu flauta de pastor se cans贸 de repetir la nota triste. Se quebr贸 reseca como una espiga del invierno. Las ovejas no asisten en reba帽o amoroso. Tu flauta de pastor muri贸 en un largo sonido de agua.

1989



EL OFICIO DE LA SOLEDAD



Parece paz pero es guerra. Alguien desaparece en la memoria solitaria de la pluma mutante de una carta de terror. La memoria acecha descontrolada. Los guerreros se preparan para la caricia. Una mano de metal los ubica en las rarezas del desengaĂąo. Parece paz, pero el lĂĄpiz memorioso destila sangre entre sus ruinas.

29/12/78



Yo te encontré en la selva de tu nombre perdida sin responder llamadas. Yo te encontré tierra y pulí mis manos para saber buscar las espinas que escondía tu sangre. Yo te encontré rubia y te hice noche a fuerza de cobijarte con mi sombra. Yo te vi deshecha por la felicidad y te armé con las alas de mis sufrimientos. Ven hoy que te siento clara a buscar más de mis pecados, sueños desperdiciados en los establos. Este sonido callado que te enseño lo busqué muy adentro de los monstruos de las iglesias barrocas. Lo busqué hasta encontrarlo en las paredes húmedas de las bóvedas y en el fulgor amarillo de lámparas trasnochadas. He andado y rasgado hojas de felicidad hasta encontrar este silencio que me rodea. Hoy que clamas por un pronunciamiento, hoy que te afirmas en mis palabras y buscas amor en los sonidos, te digo que no. Ya la sangre que perdí se la han tragado y masticado las noches borrachas. Dejé las palabras de amor en lechos de sucios prostíbulos. Me he atragantado hasta el sueño de palabras tenues. He volcado sumiso un manto sobre este canto. Ya no. Hoy la sangre hirviendo de mis palabras se enfrió con los hielos. Hoy sólo sé rodearme de silencio y comprender estáticas las risas pasajeras. Este amor está aquí delante de tus ojos, frente a tus manos, pero callado, enmudecido, silencioso, esperando esta muerte que suena, que suena a tambores disecados. Cuando camino asombrado de la vida con los ojos abiertos y las manos arriba, no es verdad que me asombra la nada, más bien sufro de la euforia de no ver. Si siento que mis pies tienen raíces que se toman a la tierra desesperadamente. Entonces sé. Mi viento me llama. Soy eterno, augusto, fatuo y melancólico. Entonces me siento con alas de sangre que resbalan y gritan. Pertenezco a las ninfas muertas en el otoño, pertenezco a la fuerza de la vida y del amor. Y a la muerte le digo amiga. 1992



Mi padre tenía una vida llena de cuentos que no se los pudo contar a mis hijos y es algo que lamento porque los hijos que no tengo tampoco podrán contar nada mío a sus hijos. La batalla sigue sobre el manto viejo, sobre el cortinado viejo y húmedo del telón corrido. Las rosas continúan creciendo, ríos de rosas pasan con el invierno sobre las caras de los espectros. Yo quisiera decir hoy, que me inspira París que la blanca Flor de Tuñón, vino y me besó. Más amarga y triste será la despedida porque los lagartos duermen al sol en algún camino verde de mi país y los llantos y las mariposas llaman y gritan sobre un sol hermoso y caliente. Septiembre es primavera, los pobres no te olvidan, nadie puede olvidar al país de los horizontes ocres y el dulce clima – nadie. Sobre Rue Monge, llueve creo que también llueve en Montparnasse ¿Y estará lloviendo sobre el techo de la casa de la que amo? ¿Estará lloviendo sobre los techos de zinc de la casa de mi madre? ¿estará lloviendo sobre el malvón y el geranio? Yo sé que están en flor las rosas del jardín y un olor a tierra calienta la tarde y el verde aroma se hace amarillo y los pinos tienen voz de calandria.

París 29/12/78



Como la 煤ltima canci贸n que, moribunda, cantaba mi madre. Un tango que no era triste. Simplemente una melodia de alguien que esta trabajando y canturrea. Como una costurera tejiendo la muerte.

1993



¿ Puedo seguir ? ¿ Puedo decir algo que no he olvidado ? ¿ Puedo decir que no he olvidado todo ? Que recuerdo el momento en que nací y un pirata me miraba desde el ojo de buey. El parche negro de su ojo izquierdo brillaba hacia adentro y el brillo acerado de su garfio me hacía señas de que saliera. Se abrió la puerta, dos manos estrangularon mi silencio, de un tirón arrebataron mi penumbra y desde entonces tuve que pensar en los otros. ¿Alguien se opone a mis recuerdos? Otro nacimiento a la muerte. Estela, se mató, 17 años, pieza de Hotel, pieza de amor, recuerdo. Sola como una sábana, como un jabón, como un cepillo de dientes. Dejó una carta y un dolor que se fue yendo con el tiempo de crecer. Una mano apoyada, un caracol sin vida, una sonrisa, la hoja de dolor. Cosas simples. Y este vómito de alegría, de mariposas disecadas que viene con la nostalgia. Pero yo no sabía que el tiempo me iba a seguir dando cosas para decir ¿ alguien se opone ?

1996



Roma En Roma temblaban las paredes rosas. Pedazos de labios quedaban besando el aire y por el Panteón los policías estaban cercados por los viejos muertos. Los poetas rusos se acordaban del 18,19, 20. La memoria de los poetas rusos almacenan catástrofes, las escriben sobre hojas de metal y las arrojan al mar. En Roma todos los turistas se suicidaron en la Fontana de Trevi. Me ocurrió también en Roma que me robaron. ¿Quién puede robar al poeta, si no otro poeta hambriento de trapos y de historia? Sé que alguno andará por Roma llamándose Juan y golpeándose el pecho de mi camisa del lado izquierdo gastado y somnoliento. Otra vez en Florencia lloré solo frente al ARNO pero esa es otra historia que estoy educando.

1977



Me he visto recoger helechos de las tumbas. Posarse bichos en mis hojas. Recolectar estĂ­mulos de mis dudas. Reconstruir placeres de las ruinas.

1964



Cancelé contratos de amor hice la guerra con costos sabidos. Deshice un corazón (varios) me deshicieron. Golpeé las puertas que sabía que no se iban a abrir. Golpearon a mi puerta. Algunas veces hice ayuno forzoso, gasté lo que tenía, presté lo que no podía. Fui generoso y generosamente recompensado de amor mediocre.

1991



Hay que esperar a la bella, encantarla con sutilezas. A veces escapa, a veces se espanta, a veces se alucina, a veces se enamora. El terror huye a buscar melancolĂ­a en las cosas conocidas. El circo sigue su trayecto, vomita sus esperas, renueva sus dudas, y camina camina camina. Caminan los hombres brutos e infelices sin saber que todo termina en un movimiento inĂştil.

1991



Cómo amaba a la renga. Los teatros de París eran una fiesta de melancolía. El perro aullaba de placer acompañando la melodía del cantor. Los tablados vibraban. Los pechos de las actrices se erguían rutilantes en busca del atrape o de la boca que las amara. Algunos conseguíamos disfrazar a alguna puta de colegiala y la llevábamos a casa para presentarla a nuestros padres. A veces los engañábamos. A veces papá, papi, se daba cuenta y se quedaba con ella practicando sexo en el placard de la cocina. Mamá, mami, lavaba la ropa de la familia en el piletón del patio.

1979



TRANSFORMACIONES

Los dientes empezaron a crecerle desmesuradamente. Una especie de brillo azul empezó a titilar en su mirada. Las alas que le crecían milímetro a milímetro a ambos lados de su espalda rompían con un leve crujido la camisa. Las manos tenían una suave piel de cachorro. Unos largos dedos se le escapaban por las mangas demasiado cortas. Cuando todo este lujo de crecimiento y metamorfosis hubo terminado, se quedó unos segundos suspendido en el aire a pocos centímetros del suelo. Luego se fue volando por la ciudad, sobre las cornisas y las chimeneas. Las mujeres que lo vieron quedaron perdidamente enamoradas de Él. Ninguna se suicidó, o por lo menos las crónicas no registraron, ni ese, ni ningún otro hecho violento, pero algunas antenas florecieron inexplicablemente aquel invierno.

1977



EL OFICIO DE LO QUE SERÁ



Todos escapamos a lo reconocible al desdén, a la duda... Mi noche es una noche que busca en tu palabra la voz, el sonido. Y publico, mastico, vendo - te mi ternura me hago mentira equilibrista bordeando, equilibrista de cuerda rota. Te busqué busco - te - a -tí Me hago entierro con tu mirada de miel. Dulce. Mitad de todo, Mía. Suya de ella.

1992



Ahora pienso en ella. Puta. Pienso en levantarla con el recuerdo, con el ansia. Pero vuelve a caer mรกs bajo. Levanto una esquina en mi casa. En el รกngulo clavo una espina de rosal, cuelgo un hilo, la ato, la suspendo. El recuerdo duele. Nuevamente queda callada y me mira, sola, de profunda soledad. No hay lรกgrima que la describa. Sola, ahora sin soledad, vuelve a caer sin que se corte el hilo. Miro el รกngulo de mi casa, esa esquina, la espina el hilo y a ella. Me alejo sabiendo que nada podrรก hacerme volver

1989



Somos la vigilia y la arrogancia. Somos el que se fue con la promesa de volver. Somos la soledad. Una lรกgrima en tu vientre.

2009



Te fui aferrando hasta perder el límite de tus necesidades. Me fui enroscando en escándalos solitarios y onanistas hasta quedar solo con mi muerte. Hoy recuerdo los recuerdos y mato de terror al hastío con una sonrisa crónica para confundir el miedo que tengo a que todo pase a ser una sombra en la pirámide de Keops. La vida es un brusco acelere y una lenta pendiente consciente, hacia un precipicio desconocido.

1978



El hombre recorrió su camino, el camino de su vida. Se fijó en el desierto atravesado por la llave del sol brillando en el charco de la huella. Miró hacia atrás, vio las muestras, la brisa parpadeando en el confín del horizonte lejano. Siguió en su ruta con una nostalgia que le preparaba la palabra. Ni una poesía fue hecha ni con los despojos ni con las alegrías. Un agujero de nostalgia explotó en sus manos y salieron volando miles de luces moribundas. Volvió a caminar, volvió a reconstruir la fantasía del camino recorrido y una avalancha de perdones le ahogaron el grito. Sin la noche que se apiadó de su sombra hubiese sucumbido al desecho de lo que llaman amor.

1986



Por las calenturas y las protuberancias de las sombras de esta noche, corren los hijos moribundos que se quedaron sin espejo. Hartos de mirar sus calamidades perforan el sutil viento que los contenía. ¿Dónde se fue el manto, la eterna canción de los buitres que amanecieron en las ojeras de sus ansias? Los 7 hijos son un racimo de mañanas que no florecerán en las aguas del olvido.

1994



Niño bajo el reloj de péndulo, miras el tiempo balancearse Van tus ojos y vienen y se pierden tus lágrimas en un compás perfecto. Podaremos juntos los árboles majestuosos de los nombres que nos dieron. Los apellidos se asustarán y se marcharán buscando algún hombre que los proteja. Niño bajo el reloj del péndulo, desanda el camino de tus uñas crecidas y emprendamos la travesía por las arenas que sólo nosotros conocemos. Te llamaremos amor. Tu no podrás llamarme porque vengo de lejos y estoy sordo de pecados y de sueños heridos. Pero igual con amor nos llamaremos.

1999



Las orgías siembran en mis rodillas pecados titubeantes y melancólicos. Yo los acaricio. Frente a la puerta, sentado, los acaricio. Luego se van cantando. Así pasan las horas y lo eterno. Hasta vi sembrar en mis costillas semillas que dieron dos flores rojas. Seguí con mi canción esperando. Lejos se oye como olas de murmullos el ruido del mundo. Pero eso está muy lejos, muy lejos, fuera de mi. Rojo el tiempo de lluvia suena. Las torcazas se desviven tratando. En el tiempo de las niñas, en el tiempo aquel se sufrió por el pan que se regalaba. Los sueños perdieron su camino y se estrellaron contra la ira. Tenías el cabello de esos barcos y las voces de tus manos me llamaban a tu mano. Hoy y siempre recuerdo el tiempo rojo de lluvia. Me sentaba en tus arenas a mirar la noche y aunque no era amor, amaba. Eso, nada más amaba. Porque en el suspiro de tu calor me hacía loco y cuerdo, aún no amando. Luego de muchos luegos que pasé sin verte, simple como un niño, fui a encontrar tus flores sin piedras. Me caían lluvias escondidas por siglos y lunas descargadas de algún cielo desconocido. Dios no estaba presente porque nada hacía falta para creer. Ni tampoco el amor. ¿En qué nos fuimos de la mano? Mañana volveré más cansado a restituir todo lo fresco que quité del mar y del amor.

1979



No voy a saber lo que quedará con mi ausencia. Tampoco nacerá el hijo. La tierra tan extensa que recorrí a tientas se cerrará. El canto de aquella nube no acariciará el horizonte. Pero el sol aburrirá con su calor. Amorcito que no estarás, suburbio de mi corazón, tripa de mi existencia, nunca más te veré retorcer tus ganas en la caricia torpe de la soledad. Lo único que quiero. Tener una muerte justa.

1989



Hombres de nuestro mundo que se sujetan a la dicha sin comprender que la dicha es una jugada efĂ­mera que nos hace la muerte. Hombres que no saben porque no oyen. Hombres que quieren saber pero desmayan su sabidurĂ­a en el eterno desconsuelo de la felicidad. Sujeto de alas perfumadas que se encierra en el Ăşnico mundo comprensible. Hombres que se sienten hombres y son nada, eco de la nada, misterio de la nada.

1964



Y me puso de rodillas aquel que nunca duerme y del que te tendrías que cuidar. Las gotas de amor caerán como lágrimas en tu cueva oscura. El cansancio vendrá como un perro moribundo. Lo que dejaste en el camino quedó atrás. Nada es lo que creíste pero tu terquedad aspira a robar algún resto de suspiro o de poder que se demembrará en las fauces de la locura. Te alcanzará ten la seguridad que te alcanzará.

14/02/2013



EL OFICIO DE IRSE



Suicidio de Estela El sueño rompió tu vida minúscula de lugares. Se quedó el cielo haciendo muecas y nada más que eso. Por el campo asistían a tu sombra los pájaros y los grillos y también el foso de tu mirada asistió con dos pequeñas lágrimas. Me quise ir contigo de la mano como dos buenos amigos, me quedé con la mano llena de lluvia y de viento. Luego el río que nos vistió de algas verdes y celestes se durmió tranquilo en un abrazo de noche, luna, llanto. Más tarde de tu cara blanca y de tu mirada hundida el tiempo pasó rodando por el empedrado de mi calle. Entre todo este mundo que rodaba, sólo dos lágrimas permanecieron a mi lado estáticas. El sueño rompió tu vida minúscula de lugares, me quedé leyendo los silencios que no pudiste decirme. El cielo era un enorme toro gris con astas de furia. Yo era un pasto pequeño inclinado por el viento. Te fuiste en una luna de sueño redonda, redonda, me dejaste escritas dos lágrimas tristes y muertas. … y se fue tu cara blanca que tenía un nombre y una fecha de nacimiento, para mi fue igual. Tu cara, sin nombre, sin fecha, sin lágrimas, blanca, y muerta. Igual… y un poco más triste.

1964



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