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Reportaje

“El objetivo es extraer una serie de buenas prácticas”

¿Cómo está siendo la experiencia de representar a Cáritas Española?

En noviembre de 2009 nos avisaron de un encuentro organizado en Alemania por Cáritas Colonia sobre pobreza infantil. En Bizkaia mostramos interés por participar y, a la vista de que cumplíamos los requisitos de la organización, finalmente asumimos ese papel de representación. A ese primer encuentro en Gran Bretaña acudimos siete Cáritas de siete países, las mismas organizaciones que seguimos reuniéndonos ahora. El proyecto se prolongará hasta julio de 2012.

¿Qué temática se aborda en las reuniones?

Cada una centra los trabajos en materias diferentes. En Birmingham, en la reunión que tuvo lugar en diciembre de 2009, cada uno hizo una presentación general de la situación de la infancia en los respectivos países y cuál era nuestra percepción desde el trabajo de Cáritas. Durante tres días, comprobamos las distintas realidades que se presentan. Hay países como Rumanía o Lituania que tienen una situación social más precaría, pues la presencia de Cáritas no sólo es menor sino que cuenta con menos medios que en otros como Austria, Alemania, Gran Bretaña, Italia o España. Sin embargo observamos que había aspectos comunes que nos permitían seguir profundizando en torno a la realidad de la infancia, aunque también se comprobó que hablar de infancia conlleva hacerlo también de la familia. En ese encuentro estuvo presente también un representante de los Asuntos Sociales del Gobierno de Colonia, que financió ese primer encuentro. Después firmamos un convenio y a partir de ahí nos citaron en octubre del pasado año en Austria. El de Bilbao es sólo el segundo encuentro y por delante nos queda Lituania en julio, Rumania en octubre, Italia en marzo, para terminar con un encuentro en Colonia, ya que son los anfitriones y coordinadores del programa, y en Bruselas, donde se encuentran las oficinas de Cáritas Europa. En el primer encuentro se definieron los temas a tratar. El gran marco es la familia y la pobreza infantil. En Bilbao se ha profundizado en la participación de las personas a las que atendemos y el papel de las instituciones. En Lituania se analizarán los procesos de trabajo en red con otras organizaciones. En Rumanía, cómo trabajar con padres, para entrenar habilidades y, desde ahí, empezar la prevención. En Italia nos centramos en el trabajo con voluntarios y con equipos de profesionales. El objetivo del proyecto es extraer una serie de conclusiones y, sobre todo, de buenas prácticas. De cualquier modo, tras cada encuentro ya se han empezado a recoger buenas prácticas que se volcarán en un documento final que presentaremos en Colonia, tanto al Gobierno regional como a Cáritas Europa.

¿Qué conclusiones se han sacado de los encuentros de Austria y Bilbao?

En Austria se hizo un diagnóstico de la pobreza en cada uno de los países. Se presentaron los sistemas de protección social de cada uno y se observaron las grandes diferencias entre unos y otros. Lo más significativo, lo más llamativo de nuestro caso, confirmado posteriormente con un estudio de UNICEF, es que España ocupa los últimos puestos en cuanto a pobreza infantil. Sólo Lituania está por detrás, en relación a los otros seis países presentes en la reunión. Los demás, incluída Rumanía, están en bastante mejor situación. También es cierto que no tiene nada que ver la situación en el País Vasco que, por ejemplo, la de Andalucía. Cuando te encuentras con otras Cáritas, las diferencias que hay en situaciones de

“Haurtzaroaren errealitatearen inguruan sakontzen jarraitzea ahalbideratzen zigun alde komunak zeudela ikusi genuen; halere, haurtzaroaz hitz egiteak halabeharrez familiaz hitz egitea ere badakarrela ikusi genuen”

Ana Aguirre Coordinadora del Área de Familia, Infancia - Mujer

Espainia azken postuetan dago, haur-pobreziari dagokionez. Lituania baino ez dago atzetik.

“Observamos que había aspectos comunes que nos permitían seguir profundizando en torno a la realidad de la infancia, aunque también se comprobó que hablar de infancia conlleva hacerlo también de la familia”. pobreza en tantos por ciento de valoraciones y en cuanto a recursos manifiestan enormes diferencias.

¿Se pueden extraer estructuras similares?

La idea es hacer algo concreto, incluida una guía de buenas prácticas. Crear centros en los que haya una participación activa en la gestión, que los voluntarios estén implicados. Esta serie de encuentros suponen en alguna medida una primicia. Nosotros estamos muy habituados a trabajar en lo local, y de vez en cuando tenemos encuentros a nivel estatal, pero en cuestiones de infancia, hasta donde sabemos, es la primera vez que se hace. Uno de los objetivos principales de estos encuentros es la relación que se crea entre nosotros. En los tres días que estamos juntos, compartimos muchas horas, momentos de trabajo y de encuentros culturals y más informales, de tal modo que desde esa relación llegamos a un profundo conocimiento de cada organización a través de sus representantes. No sólo intercambiamos experiencias sino que visitamos las Cáritas locales, observamos la intensidad con la que se trabaja en cada área, a cuáles no se llega, cuáles son los proyectos de futuro y, en cada encuentro, intentamos hacer una presentación en función del tema. De ahí pasamos al diálogo, que no es tanto como extraer un documento final pero casi. Visitamos los proyectos in situ, lo que se va haciendo… y a partir de ahí se encienden luces y aparecen pistas. En Bilbao, por ejemplo, les llamó especialmente la atención la cobertura que tenemos de voluntariado en Cáritas Bizkaia.

¿No es así en todos los países?

Hay muchas diferencias. En algunos países tiene muy poco voluntariado. En algunos casos porque es una decisión estratégica de cada Cáritas, en otros no consiguen voluntarios. Por ejemplo, el grupo de Lituania tiene un proyecto con infancia muy interesante. Es un poco la referencia que tienen ellos, pero tienen serias dificultades para conseguir un voluntariado que lo sostenga. Esto contrasta sin duda con nuestras experiencias, como el Centro Hargindegi, que está en la Plaza Cantera, que tiene 70 voluntarios y voluntarias. cial que requiere mucho voluntariado. Pero la gente anda buscándose la vida y asuntos como el voluntariado pasan a segundo plano hasta que no tiene resueltas sus necesidades básicas. Italia es un país muy parecido a España.

¿Qué experiencias hemos presentado desde Cáritas Bizkaia?

El Centro Hargindegi y Tximeleta en el Casco Viejo, sobre todo, la apuesta que estamos haciendo de ir colaborando en una línea convergente entre niños y la familia. Estamos creando una línea de trabajo más integral en el que confluyen varios programas. Elegimos el Centro Hargindegi para la presentación por una decisión “estratégico-geográfia”, ya que teníamos poco tiempo, el trabajo era intenso y nos permitía movernos por los alrededores del lugar de reunión: Casco Viejo, Bilbao La Vieja… Además es un centro de inclusión en el que se trabaja desde la intervención grupal educativa y desde el apoyo individual a las familias, y todo lo que tiene que ver con ellas, hasta la inclusión desde talleres ocupacionales, prelaborales y grupos de apoyo.

¿Cuánta gente se mueve alrededor de Hargindegi?

En un año, hacen actividades alrededor de unas 500 personas. Hablamos de un centro al que acude, en un 80%, población inmigrante ubicada por la zona. Es un centro multicultural con gente de todas las nacionalidades. En el centro existen espacios extraordinarios como el “txikileku”, en el que las madres dejan a sus hijos de 0 a 3 años mientras realizan actividades de formación. Allí se observan realidades como muchas mujeres con poca red social de apoyo, e incluso alguna con una situación de pareja muy precaria o sin pareja, que no tienen recursos en el entorno para dejar a sus niños. En el centro, en el ámbito prelaboral, disponen de formación en cocina, que les sirve de puerta de acceso para trabajar en el servicio doméstico. Tienen formación específica a un nivel básico, no tan estructurada como en el área de empleo de cara a la organización del hogar disponen de una escuela de padres que funciona todos los días de la semana y por supuesto una gran variedad de talleres, que nosotros denominamos ocupacionales: de castellano, euskera, manualidades. En otros centros tenemos talleres de autoestima y aquí lo que vieron es que es necesario trabajar con los sentimientos de pérdida que sufren las personas emigrantes cuando llegan. Es un centro con mucha actividad.

¿Cómo se incorpora el voluntariado a esta experiencia?

Algo en lo que más estamos trabajando es en la experiencia de participación. Lo que intentamos es que la gente llega al centro como receptora de ayuda acaban haciendo un proceso de transición para convertirse en personas que ofrecen algo. Dentro de cada grupo hay más gente inmigrante y algunas personas que se han incorporado a ese proceso y que ahora son ellas las voluntarias del centro.

¿Qué otros proyectos se han presentado desde Bizkaia?

El proyecto de infancia que tenemos en el Casco Viejo, cercano a otro en Atxuri. Este proyecto de infancia está ubicado en la parroquia de San Antón. Es uno de los tres proyectos que se iniciaron en Cáritas dentro del programa de infancia. Cuenta con un largo recorrido. En él hay actividades durante cuatro días a la semana y participan entre 55 y 80 niños. También en este caso, y por proximidad con la zona de San Francisco y el Casco Viejo se acercan un número importante de niños inmigrantes.

2009ko azaroan, Koloniako Cáritasek (Alemania) antolaturiko topaketa baten berri izan genuen. Bizkaiko Cáritasetik bertan parte hartzeko interesa erakutsi genuen, eta antolakuntzak ezarritako baldintzak betetzen genituela ikusirik, azkenean bertan izan ginen gu ere. Lehenengo topaketa horretan zazpi herrialdetako beste horrenbeste talde izan ginen; eta talde-kopuru bera mantendu dugu gaur egun arte. Proiektuak 2012ko uztailera arte iraungo du.

En algunos países tiene muy poco voluntariado. En muchos casos porque es una decisión estratégica de cada Cáritas.

España ocupa los últimos puestos en cuanto a pobreza infantil. Sólo Lituania está por detrás

Creatividad, un reto para la educación

El pasado 25 de marzo, tuvo lugar en la Biblioteca Universitaria de la Universidad de Deusto (CRAI) un interesante evento bajo la denominación “Jornada sobre Creatividad: Un reto para la educación”

Esta jornada organizada por ADIC y Cáritas Diocesana de Bilbao, pretendía sensibilizar sobre la creatividad, su importancia y las herramientas para su desarrollo; además de conocer investigaciones, experiencias y profundizar en la atención a menores para motivar y estimular la capacidad creativa y pensamiento divergente. La jornada sirvió para presentar en sociedad ADIC (Asociación para el Desarrollo Integral de la Creatividad), una nueva asociación que nace con el objetivo de estimular y desarrollar los procesos de creatividad de las personas. También se dio a conocer el proyecto “creAcer”, centro para el desarrollo de la creatividad para menores de 4 a 18 años, como primera iniciativa auspiciada desde ADIC. Una gran participación, que con 230 personas apuró la capacidad del recinto, ofreció una buena muestra del interés que la convocatoria realizada despertó entre un público compuesto principalmente por profesionales de la educación, de la salud y personas vinculadas a entidades sociales que intervienen con menores y familias. Tras la bienvenida a los asistentes a cargo de Mikel Ruiz, director de Cáritas Bizkaia y de Pili Castro, psicóloga y responsable del Servicio de Formación de Cáritas, se dio paso al primer bloque de ponencias que comenzó con la presentada por Elisa Álvarez, experta en altas capacidades y directora de InterAC, que versó sobre “La creatividad: características y necesidades”. En ella, se ofreció una amplia visión de los conceptos clave para acercarse y conocer toda la fenomenología relativa al tema. A continuación, se celebró una mesa redonda, moderada por Miguel Angel Esnaola, responsable del Programa de Infancia de Cáritas, en la que se presentaron experiencias piloto llevadas a cabo por las Cáritas de distintos países europeos, bajo el epígrafe “Creatividad y modelos educativos europeos” y en la que participaron responsables del proyecto “Grundvig-learning Partnership: la infancia en la sociedad: desafíos y oportunidades”. Tomaron parte John White de PISCESwm c.i.c. de Gran Bretaña, Alberto Flego de Cáritas Trieste de Italia y Ulrich Färster de Alemania. Seguidamente, se llevó a cabo la presentación de ADIC (Asociación para el Desarrollo Integral de la Creatividad), a cargo de Mikel Ruiz, director

de Cáritas Bizkaia y de Marian García Ayesta, presidenta de la asociación. Se explicó cuál había sido el proceso de gestación del proyecto, las entidades y personas vinculadas y los objetivos que se persiguen, junto con el plan de actuación que se ha previsto llevar a cabo. Cáritas apoya a ADIC en esta etapa inicial porque es un recurso innovador que pretende dinamizar la creatividad como elemento de desarrollo personal e inclusión educativa y social. Tras un breve descanso, tuvo lugar la presentación del proyecto “creAcer”, a cargo de las responsables del mismo. Una iniciativa de ADIC con vocación de intervenir en distintos ámbitos educativos, mediante la organización de talleres específicos. A continuación, se dio paso a la ponencia “Psicopatología y Creatividad” presentada por Margarita Saenz Herrero, psiquiatra del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria-Gasteiz, que fue seguida de un turnos de preguntas que dejó entrever el gran interés que la temática tratada despertó entre el público asistente. El paréntesis destinado al almuerzo ofreció la posibilidad de establecer contacto entre asistentes y ponentes que departieron animadamente. La jornada de tarde dio comienzo con los “Talleres Creativos”, que desde la perspectiva de distintas temáticas ofrecieron la oportunidad de llevar a cabo algunas interesantes experiencias. Gotasne San Miguel, coreógrafa, se encargó del escénico, mientras que Pilar Crego, licenciada en Bellas Artes, lo hizo del plástico. Elisa Álvarez, experta en altas capacidades, dirigió el científico y Laura Nardi, licenciada en Música, junto con Adrián Salinero, se encargaron del musical. Las actividades propuestas fueron seguidas con interés y excelente actitud participativa por parte de los asistentes que tuvieron la oportunidad de conocer y poner en práctica el desarrollo de las cuatro disciplinas con la misma metodología que se utilizará en CreAcer. Concluidos los talleres, se dispuso de un breve espacio de tiempo para el descanso, dando paso, a continuación, a la ponencia “Innovando en Educación” presentada por Christopher Clouder, director de la Plataforma Botín para la Innovación en Educación. Tras él y cerrando el capítulo de ponencias a presentar, Manuela Romo, experta en Psicología de la Creatividad, disertó sobre “Desarrollando la Creatividad en el aula”, una completa exposición sobre modelos y formas de aplicación en el plano real. Por último, con una emotiva y brillante actuación del coro Ixilium de Cáritas Bizkaia se dio por concluida la celebración de la jornada, que transcurrió de forma muy satisfactoria, a tenor de las valoraciones hechas por los asistentes.

ADIC eta Bilboko Elizbarrutiko Cáritasen antolaturiko jardunaldi horrek sormenari buruz sentsibilizatu, horren garrantzia azpimarratu eta sormen hori garatzeko behar diren tresnak adieraztea zuen helburu; bai eta ikerketa nahiz esperientzien berri izan eta sormenerako nahiz pentsaera dibergenterako gaitasunak dituzten adin txikikoen arretan sakontzea ere.

Qué es creAcer?

creAcer es un proyecto nacido para desarrollar la capacidad creativa en niños y niñas de forma integral, a través de la música, las artes escénicas, la plástica y la habilidad intelectual. Todas las personas tenemos potenciales que si no se cultivan, no se impulsan, quedan sin desarrollar; pudiendo llegar a existir problemas de fracaso escolar, como consecuencia de que el sistema educativo puede no estar dando respuesta a sus especiales necesidades. Cáritas participa en la promoción del proyecto creAcer para ofrecer más oportunidades a los niños y niñas que acompaña, a través del Programa de infancia, que tienen dificultades para acceder a recursos de estimulación y motivación en el aprendizaje. De otra forma no accederían a estas cuatro disciplinas que pretendemos estimular, dándoles la posibilidad de tener un desarrollo integral, más completo y armonioso. Estamos convencidos de que se les puede aportar los recursos precisos para crecer y desarrollar unas capacidades que les permitan construir su futuro con más posibilidades.

Jardunaldi horretan ADIC (Asociación para el Desarrollo Integral de la Creatividad) erakundearen aurkezpena egin zen. Norbanakoen sormen-prozesuak suspertu eta garatzeko helburuarekin jaiotako elkarte berria da ADIC. “creAcer” proiektua ere eman zen ezagutzera, hau da, 4 eta 18 urte arteko adin txikikoen sormena garatzeko zentroa, ADICen bidez babestutako lehenengo ekimena.

¿En qué fase está el proyecto?

ADIC, Asociación para el Desarrollo de la Creatividad, es un recurso innovador que aporta riqueza social, está naciendo y necesita apoyo. Tenemos el diseño técnico del proyecto e, incluso, hicimos una jornada el día 25 de marzo donde presentamos ADIC y el proyecto creAcer. La jornada se hizo coincidiendo con un encuentro en Bilbao de varias Cáritas europeas que trabajaron sobre pobreza infantil. Esta circunstancia nos permitió aprovechar la ocasión para que nos contasen experiencias parecidas: qué proyectos y actividades se realizan en sus países para abordar la inclusión social desde la creatividad. En esas mismas fechas la Fundación Botín tenía en Santander un grupo de trabajo con expertos mundiales en creatividad, lo que nos permitió también contar entre nuestros ponentes con Manuela Romo, que es una experta en creatividad, tema sobre el que lleva trabajando más de 30 años y Christopher Clouder que es responsable de ese grupo de trabajo en la Fundación Botín, además de Presidente de las Escuelas Waldorf. En estos momentos buscamos fuentes de financiación para la puesta en marcha de creAcer.

¿Cómo resultó la puesta en escena?

La jornada fue un éxito, las solicitudes superaron el aforo de la sala. Muchos de los asistentes acudieron por interés profesional: educadores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psiquiatras, trabajadoras sociales… había personas pertenecientes a grupos de tiempo libre, representantes de centros educativos públicos y privados, personas vinculadas al entorno de la discapacidad y de la intervención social. El grupo de asistentes fue muy variado, también hubo familias, padres y madres preocupados e interesados en las posibilidades de intervenir en la creatividad de sus hijos e hijas. Christopher Clouder reconocido experto internacional, comentó las estrategias que están desarrollando numerosos países para intervenir en creatividad, además de ilustrarlo con su gran experiencia práctica en este campo. Manuela Romo coincidió en su marco teórico y conceptual sobre creatividad y pensamiento creativo con lo diseñado por el equipo responsable del proyecto creAcer, valorando el tratamiento integral que desde ADIC se plantea para desarrollar y mejorar la creatividad de los/ as menores.

¿Qué es el pensamiento creativo?

El pensamiento creativo puede estar en un punto más convergente o más divergente y eso implica una manera distinta de observar y relacionarse con el entorno.

Pilar Crego, Elisa Álvarez, Laura Nardi, Marian García y Gotasne San Miguel

El pensamiento convergente es un modelo de respuesta, más habitual y estandarizado para resolver un problema; el pensamiento divergente suele ser más original, fluido y flexible, mucho menos estimulado. Todas las personas tenemos ambos tipos de pensamiento en menor o mayor grado. Las personas que tienen el pensamiento divergente más elevado, son aquellas que a la hora de resolver un problema, su primera respuesta no es la que da la mayoría, sino que dan respuestas variadas y distintas de las habituales. Son niños/as a los que efectivamente les corregimos e incluso les hacemos callar. No obstante su capacidad de enfrentar de manera novedosa algunos problemas y su incansable vocación por generar nuevas soluciones debería considerarse un bien imprescindible en cualquier sociedad.

¿Cuál es el objetivo de Cáritas con este proyecto?

Queremos poner en marcha este proyecto como un espacio en el que puedan participar todos los niños y niñas independientemente de su capacidad económica, en un ambiente normalizado. Hay menores que no pueden acceder a recursos que les aporten desarrollo académico y social, a parte de la escuela, porque en su familia hay dificultades socioeconómicas. Desde Cáritas, estamos participando en impulsar este proyecto, por tratarse de una oportunidad para recibir refuerzos positivos que les abran posibilidades fuera del ámbito de la vulnerabilidad y la exclusión; ofrecer esa oportunidad también a los/ as menores y jóvenes del Programa de infancia de Cáritas. Este centro que proyectamos es para quienes tengan deseo y vocación de desarrollar su creatividad, independientemente de las dificultades socioeconómicas. Intentamos favorecer relaciones normalizadas, con una nueva e innovadora metodología, porque hay niños y niñas a los que sus padres no les pueden dedicar el tiempo, la energía, disponibilidad, motivación, y ni los medios económicos de los que otras familias disponen. La gran sorpresa ha sido que al presentar el proyecto, hay muchos padres y madres que están emocionados pensando que esto es lo que querían para sus hijos e incluso existen unos cuantos centros educativos a los que les gustaría profundizar en las consideraciones que realizamos. En estos momentos creAcer es una propuesta extraescolar de cuatro horas a la semana, para trabajar la creatividad de forma integral, longitudinal y trilingüe. Agradecemos sinceramente el apoyo y ánimo de padres y profesionales y lanzamos una llamada para patrocinar este proyecto que estamos seguras repercutirá en la excelencia de nuestra sociedad.

Una sociedad sana ha de ser capaz de cuidar y promocionar a toda su ciudadanía, y especialmente a quienes son más débiles y vulnerables.

Todos no vivimos ni morimos igual

BesteBi’ lamenta la muerte de dos personas ‘sin hogar’

El pasado mes de marzo recibimos la noticia de la muerte de Pedro María, convecino del Barrio de Irala de 56 años de edad y usuario desde hace muchos del Comedor Social de San Antonio de Iralabarri. Ante esta triste noticia, la Plataforma ‘BesteBi’ de asociaciones contra la exclusión residencial y a favor de las ‘personas sin hogar’ expresó, como en otras ocasiones, su profundo pesar por este hecho. Pedro llevaba muchos años yendo y viniendo desde la chabola prestada en Sondika en la que pernoctaba y el Barrio de Irala (Bilbao), donde pasaba el día, comía y alternaba con algunos compañeros del Comedor Social. Era -de hecho- un vecino más, parte del ‘paisaje humano’ del barrio donde era muy querido y respetado. Bondadoso de carácter, todas las noches hacía acopio de comida para llevar a la chabola y así dar de comer a quienes compartían noche con él. Semanas más tarde, en la noche del 14 al 15 de abril, en el Casco Viejo de Bilbao, fue encontrado sin vida Alberto, un bilbaíno de 42 años. Desgraciadamente, en su caso, ni siquiera sabemos mucho más de las circunstancias de su vida ni de las causas de su muerte. ‘BesteBi’ considera imprescindible que seamos una sociedad acogedora, especialmente con quienes peor lo están pasando. Este suceso vuelve a poner de manifiesto la situación de desprotección y vulnerabilidad en la que se encuentran muchas personas, entre ellas las ‘sin hogar’, castigadas por la falta de apoyos familiares, de relaciones sociales cercanas de calidad y también por la carencia de medios materiales (techo, trabajo...). La desestructuración social hace que ocurran estas situaciones: una sociedad sana ha de ser capaz de cuidar y promocionar a toda su ciudadanía, y especialmente a quienes son más débiles y vulnerables. ‘BesteBi’ quiere hacer una llamada de atención sobre estas situaciones, que ponen en evidencia la fragilidad de nuestras estructuras sociales, que apartan al más débil y agrandan la distancia entre personas incluidas y excluidas. Estas situaciones evidencian la necesidad de más servicios y de una respuesta más integral para estas personas; así como de que la sociedad no sólo ‘visibilice’, sino que haga suyas a las personas que peor lo pasan.

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