esp_acio 001 by Carlos Alfonso Gallo

Índice

CUENTO

Café Regular Por Oscar Ponce

Página 3 CUENTO

Guerra

Por Horacio Forel

Página 6 OPINIÓN

¿La viste? The Fall Por Redroom

Página 8 HISTORIETA

The Mexican Por Carlos Gallo

Página 12

Editorial A

ntes de comenzar a escribir estas líneas de texto que se irán desenvolviendo, me encontraba frente a una hoja en blanco, una hoja que me atormentó por 3 días, no sabía cómo hablar de este proyecto que nació egoístamente de mi frustración, no sabía cómo por que no quería hablar de eso, no quería que este fanzine fuera una muestra de mi total desesperación por no encontrar un lugar donde compartir mis ideas de forma impresa, pero ese ya no es el caso, y dejó de serlo cuando comencé a buscar ayuda, cuando comencé a buscar quien participara, cuando dejó de tratarse de mi y empezó a tratarse de ustedes. Sigo involucrado de manera muy directa y más que mis palabras tal vez se encuentren con mucho material mío porque así nació la idea, pero el objetivo ha cambiado, el objetivo es crear un espacio para escritores, ilustradores y creativos en general. En un futuro me gustaria ver mas proyectos desfilando por estas paginas y ser disfrutado por mucha gente, pero ya veremos hasta dónde nos lleva. Muchas gracias a todos por tomarse el tiempo de leer estas palabras que encontraron su camino en una hoja antes blanca y que ahora espero hayan encontrado un hogar en alguna parte de ustedes.

Att: Carlos Gallo

Directorio

Carlos A. Ponce Gallo Mireles FUNDADOR

Kizame

EDITOR DE TEXTOS

EDICIÓN 001 Julio 2017 Contacto: Galloex@gmail.com VISION EDITORIAL:

Crear un espacio para todo tipo de artistas y amantes de las artes, desde las mas clasicas como la pintura y la poesia hasta las mas modernas como el cine y los videojuegos. Impreso en México

ESP_ACIO solo es medio sin fines de lucro donde los autores pueden exponer sus trabajos, por lo mismo cada autor es dueño de su obra y la misma no refleja la forma de pensar de ESP_ACIO, el contenido y opiniones es responsabilidad del autor del texto o ilustraciones en cuestion y por ello ESP_ACIO no se hace responsable del mismo.

Café Regular Por Oscar Ponce

a no escucho más voces, sin embargo, sigo yendo al mismo café todos los sábados por la noche, es por los viejos tiempos, ese viejo café está en uno de los suburbios a las afueras de la ciudad, muy alejado de los departamentos del centro donde vivo, pero es un sitio agradable, de esos lugares retro sin intentar serlo, que los jóvenes han vuelto a poner de moda para gracia de los ancianos dueños que hace años pensaban en cerrarlo.

Ilustración por Carlos Gallo

Aún a altas horas de la noche se puede encontrar a un joven dibujante, artista o filósofo discutiendo con otros de su clase sobre temas vanguardistas o banales, dependiendo de la perspectiva que guíe la conversación, en incontables noches me he perdido escuchando disimuladamente sobre nombres, movimientos, opiniones y demás condiciones que en mi situación entiendo solo vagamente pero que a ellos parece encenderles una llama que no puede extinguirse hasta haber agotado todo rastro de palabras y argumentos aún por decir. Entre esas conversaciones he aprendido como ven los jóvenes el futuro, sobra decir que abundan los idealistas y filósofos que creen en el cambio social a través del arte y literatura. Pero también me he sorprendido de aquellos nihilistas que solo buscan explorar sus emociones y sentimientos dejando vacío su interior en un afán de encontrar lo que tienen dentro. Esta noche es como todas las demás, pero

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Ilustración por Carlos Gallo

diferente, se percibe un cambio peculiar en el ambiente, como si el café fuera más intenso o el pay de queso con el que siempre lo acompañó estuviera recién horneado; mis sentidos parecieran estar más atentos a lo que pasa a mí al rededor, como si mi ser pudiera moverse de la tullida silla donde siempre me siento y viajar a cada parte del restaurante para explorar, sin desplazarme, a cada uno de los grupos de jóvenes que conversan apasionadamente a las dos de la madrugada. O a inferir este o aquel platillo que Frank, el cocinero, prepara con desganado esfuerzo del otro lado de la barra esperando que termine su tercer turno del día. Ismael, el mesero, es el que más se sorprende, pareciera que de él se desprende un aura que le hace moverse con gracia entre las mesas, tomar nota de los pedidos y regresar a la barra a preparar expresos y descafeinados para los clientes, cuando pasa a mi lado, solo me sonríe y pregunta lo de

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siempre: - ¿Larga noche? - y se retira demasiado rápido para poder siquiera pensar en una respuesta. Así duró unos minutos, en mi panteística visión del café a las dos de la madrugada, logro entender que algo no está bien, sencillamente la elegancia y lo habitual delata la verdadera naturaleza del evento que estoy observando, ni la actitud hostil de Frank o la angelical gracia de Ismael lo delatan, es el café, el café guarda el secreto de este momento congelado en el tiempo, su aroma es exquisito, mejor que cualquier café que haya probado y que seguramente pueda probar alguna vez, le doy otro trago a mi café, solo para comprobar mis pensamientos y me sorprendo de la deliciosa esencia que perciben mis sentidos, ningún café cultivado en ninguna parte del mundo puede despertar esta sensación en mi paladar, es irreal, como un comercial millonario en un evento deportivo, es plástico, es falso, pero ¿Cómo es posible? Si estoy hoy y ahora en este lugar, en este café al que vengo todos los

Ilustración por Carlos Gallo

sábados y observó a las mismas personas que me acompañan en mi insomnio. Levantó la mano, tal vez Ismael logre dar luz a este ataque de paranoia que estoy iniciando a sentir subir por lo bajo de mi espalda, ¿Cambiaron de marca de café? - preguntó casi al instante que se acerca, apenas a unos pasos de mí, el mesero.- Es el único que parece haberlo notado, siempre es el único que lo nota.Responde con una sardónica sonrisa mientras me sirve más café con un ágil movimiento. Apenas termina de decir esta frase cuando todo alrededor de mí se desvanece por un destello blanco intenso, cegador y abrumador, me rodea y pareciera que la luz puede tocarme, atravesarme y rodearme, me siento ligero y tranquilo, la paz es lo que queda plasmado en mi memoria, una infinita paz que nada puede quebrantar y que parece durar para siempre, al fondo distingo siluetas; Frank, Ismael y todos los del café desaparecen, parecieran transformarse en siluetas danzantes al fondo de la intensa luz blanca, no siento mi cuerpo, tal vez es mi alma la que ha dado un viaje para tocar a dios o es mi mente que se concentra en el alma de mi interior. Tan pronto como empieza termina la intensidad en una profunda obscuridad que percibo primero por el frío que entra por mis piernas y brazos, intentó abrir los ojos, cegados por el rápido cambio de tonalidades, me tardo unos minutos en que logren distinguir los destellos de luces a mi alrededor y otros minutos más en reconocer donde me encuentro, es el parque a unas calles al norte de mi edificio de departamentos, lo distingo por la Catarina danzante que me sonríe mecida por el viento; el lugar está desierto y aún está iluminado por las luces de la acera, me pregunto cómo llegué aquí y por qué otra vez tengo esa sensación de vacío, me embriaga la extraña emoción de que no es la primera vez que me pierdo en mi memoria. Dando traspiés me incorporo a mi nueva rutina con la seguridad que ese café seguirá ahí la próxima semana que vaya el sábado por la noche.

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Guerra Por Horacio Forel

ugen los cañones, las espadas no dejan de chocar entre sí. Los gritos de hombres valientes se revuelven con el polvo que se levanta y el olor a sangre, creando una atmósfera pervertida de fuego e insomnio. Las luces solo relampaguean, iluminando algunos de los cuerpos del suelo. Por el noreste, las tropas de guerreros cargan con furia, sus gritos asemejan mil leones rugiendo por cada uno. Sus corazones palpitan al unísono, y hacen estremecer incluso a los muertos. En el sur, un ejército que parece interminable, apostado por todo el campo, en una disposición geométrica perfecta, alimentada de odio y con sed de sangre, se mantiene erguido, como un orgulloso venado justo antes de recibir el tiro del cazador. Se aproxima la hora cero. La tensión es extremadamente perceptible, sobre todo en los arcos asesinos que cargan con flechas envenenadas y están próximos a disparar. En aquellas caras duras se puede percibir la sabiduría de hombres ancestrales, y al mismo tiempo la inocencia de los nuevos combatientes. Difícil es creer que ante el enemigo todos sean iguales. La orden: no tomar prisioneros. Las raciones son escasas, incluso algunos feroces guerreros han muerto de inanición. Los mercenarios han huido despavoridos al ver que no hay motín que perseguir. Las aves de rapiña sobrevuelan los campos, sabiendo con certeza que se avecina un festín de miedo y vísceras. Cada hombre se apoya mentalmente en sus

creencias, buscan ciegamente un motivo para continuar. Saben que no hay nada tan valioso como para ver el infierno que está a punto de acometer contra ellos. Satanás, desde su infernal inexistencia, se relame los labios y se excita de lleno con el odio que se percibe a la distancia. Estos hombres no saben que sus causas son vanas, que sus motivos son errados, y que sus ideales son lo suficientemente estúpidos para creer que a quien enfrentan es distinto a ellos mismos.

Ilustración por Horacio Forel

La sátira que se avecina no tiene fronteras. No existe trinchera en la cual apostarse para no ser batido bajo esa inacabable nube de flechas y proyectiles de dolor. Todos son ciegos. Creen merecer la gloria, piensan que conseguirán la paz, aún cuando sería más fácil que tan solo todos se retiraran. No se dan cuenta que su lucha por la paz, es una real folladera a favor de la virginidad. Todos guardan entre sus pertenencias un lazo a su realidad pasada. Aquella que está llegando a su final. Está a punto de romperse la represa del destino, porque pase lo que pase, se avecina un gran cambio. Sería estúpido creer que se ganará y se quedará todo tranquilo. La victoria en la batalla es como una máquina que cuando se enciende, no se detiene hasta que se destruye incluso a sí misma en miles de astillas y mierda. Una vez que se enciende el fuego en un bosque, no se detiene hasta que este quedó extinto. Así es el hombre y su estupidez voraz.

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¿La viste? The Fall Por Redroom

uando me encontré con ésta película y antes de darle play al reproductor, mi única referencia era “¡Hey, ese es el tipo que sale de rey elfo en el Hobbit!”

Pero en cuanto comenzó quedé impactado al empezar la película una secuencia en blanco y negro con la música de la séptima sinfonía de Beethoven en algo muy similar a un western me llevó a un nivel de confusión no muy optimista, ya que es claro que el director no solo quiere contarte una historia de manera tradicional y eso pocas veces da resultado. Tarsem Singh busca contarte su historia en tres diferentes formas; una, la tradicional, por medio del guión y de la actuación. Dos, por los elementos visuales altamente interpretativos y tres, por la música y las locaciones. ¡Y la sorpresa fue que funciona! Al terminar la secuencia de créditos, aparece de pronto mi personaje favorito, Alexandría, una criatura super tierna con su brazo fracturado y una mirada llena de inocencia. Ella está internada en un hospital muy rústico, donde conoce a un misterioso hombre que también es paciente del lugar. La película nos cuenta la relación que va creciendo entre un hombre llamado Roy Walker y la pequeña Alexandría. Walker le cuenta una historia fantástica de un bandido enmascarado y sus secuaces en una gran aventura. La cinta nos muestra como la niña se imagina la historia que le cuentan y aquí llega uno de los puntos máximos de la película y en donde el lenguaje cinematográfico me empezó a parecer muy conocido. “La célula” pensé, “The fall” es del mismo director (Tarsem Singh) que aquella película de Jennifer López,

Ilustración por Tania Lu Ramírez

en la que ella entraba a la mente de un psicópata. Curiosamente para mí la película de “La célula” me había parecido algo pretenciosa, y que al final lo visual rescataba la cinta. Pues desde mi punto de vista, la historia no había sido bien manejada (con todo y sintiendo que la idea no era mala). Aquí en “The fall” encontramos un lenguaje fotográfico muy similar. Desde los planos generales mostrando paisajes hermosos, vestuarios extravagantes y arquitecturas impresionantes. La historia te va atrapando por mérito propio, con temáticas fuertes y escenas conmovedoras y desgarradoras. No es una película para todo público pues tiene un montaje lento pero sin llegar a ser molesto. (Pues darle más velocidad arruinaría la apreciación de la maravillosa fotografía, creo yo) Es una película que debes estar preparado para sentir, tiene un lenguaje general demasiado puro para el mundo actual, puedes experimentar la inocencia en todo su esplendor y probablemente recordar lo que sentías al ser niño, tus retos y tus fantasías de esa época

El director se esfuerza mucho en mezclar el mundo real con la mentalidad de una niña de nueve años, lo hermoso de esto es que la división de ambos mundos no es notable ya que hace una excelente selección de espacios e historias, esta película se siente al verla, exactamente lo mismo que cuando hueles café para limpiar tu olfato, o cuando comes limón para limpiar tu paladar, al terminar sentirás todo mucho más a flor de piel. Alexandría (Catinca Untaru) es de los contados casos en que una niña en una película se comporta como tal, no como una caricaturización, sino como una verdadera niña palpable y plausible. Ella se lleva la película con su personalidad y ternura. El equilibrio entre imagen, actuación e historia está cargado más hacia lo visual, pero no demerita tanto este desequilibrio la cinta, creo que parte del encanto es que la pupila éste en éxtasis, pues a pesar de la carga visual, la historia se sostiene desde el confuso inicio (que luego al final cobra sentido) hasta el final. Atreves de la historia te topas con elementos visuales que podrían parecer demasiado vistosos, y en

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algunos casos hasta incoherentes, pero detrás de cada color brillante, de cada vestimenta exótica, o cada locación maravillosa, hay un trasfondo. Creo que unas de las cosas más interesantes sobre esta película es la manera en que los símbolos, no solo apoyan la historia, si no que parece que por momentos, toma las riendas de la misma. ¿Quieres un ejemplo? Te advierto que si no la has visto, podría venir un Spoiler. Precisamente el sueño que tiene Alejandría, y en parte el porqué se llama así la película, es un ejemplo claro de esto, ella no sabe lo que está pasando pues tuvo un accidente, pero la forma en que percibe la realidad es más que suficiente para dejarnos ver la forma que, según el director, un niño interpreta una intervención médica. Siniestra, fría, y dolorosa. Todo esto está logrado con una increíble secuencia en la técnica cuadro por cuadro, en la que varias criaturas que parecen más muertas que vivas, abren la cabeza de la niña, para sacarle información a la fuerza, y hacen oídos sordos a sus gritos y lloriqueos.

Ilustración por Tania Lu Ramírez

Incluso esta visión fantástica de las cosas que se imagina la pequeña niña es la parte fundamental de cómo vemos nosotros la historia que cuenta Roy, ya que el actor americano, le está contando una historia de vaqueros (western) sin embargo Alejandría, siendo una inmigrante de Rumania, interpreta al indio americano de la historia de Roy como un indio de la India, ya que ella estaba familiarizada con este país. Esto la lleva a tergiversar todas las palabras de Roy, haciendo de su historia, la cual por cierto era la historia que estaba filmando cuando tuvo su accidente, a esta increíble aventura exótica, donde había indios, explosiones, grandes construcciones y locaciones reales que parecen sacadas de la imaginación más viva. Una de mis escenas favoritas por su manera visual tan impactante es la de la historia de Alejandro Magno, tiene tantos signos, símbolos e iconos, que uno podría no escuchar lo que dicen y entendería perfectamente lo que está pasando.

10 - ¿La Viste? The Fall por Redroom

El desierto representa un problema del que crees que no hay salida. El rojo y el dorado simboliza la realeza, la fortaleza y el valor. El caballo corriendo puede interpretarse como una urgencia. El agua, podría ser la esperanza que se puede ir con facilidad. Los cascos romanos representan milicia. Y la sed la muerte. Estos son solo unos de los ejemplos que podemos ver en esta maravillosa película. Vale la pena verla, oírla y regresar a la inocencia con ella. Ilustración por Tania Lu Ramírez

Muy recomendable para un día que quieras escuchar una historia que te sacará una sonrisa, una lágrima y te dejará un buen recuerdo. DATOS CURIOSOS Las actuaciones son naturales y la relación más importante de la película es completamente real tomando cuatro años realizar la película y rodando en dieciocho países diferentes. Al ser un proyecto personal y con mucho recelo de que quedara puro, el director usó sus propios medios, así que cada que tenía que ir a filmar alguna cosa en un lugar o país, aprovechaba para agregar locaciones a The Fall, además para que la relación de ambos personajes se mantuviera los más natural posible muchas escenas las filmaron con cámara oculta, esto logró que ella se sintiera en confianza. La parte más difícil quizás fue para el actor principal, Lee Peace quien tuvo que fingir ser el mismo Roy Walker dentro y fuera de escena durante gran parte de la filmación, haciendo creer a todos que en realidad no podía caminar, al final de la filmación le dio la sorpresa a todo el equipo y elenco, algunos se molestaron, otros lloraron, pero al final se logró una inocencia de parte de Alejandría casi imposible en el cine.

Tania Lu Ramírez Fernando De Anda Gabriela Ramírez Si te gustó esta reseña, danos like en nuestra página de Facebook / RedRoom.01 donde puedes encontrar más información sobre cine, que es lo que más nos gusta.

OPINIÓN - 11

12 - The Mexican por Carlos Gallo

HISTORIETA - 13

14 - The Mexican por Carlos Gallo

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