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ESPECIAL COFOE CONCLUSIONES DE LA CONFERENCIA: EFECTOS 'AD INTRA' Y POSIBLES RETOS EN UN ORDEN INTERNACIONAL CAMBIANTE
POR MELISSA GALBÁN CASTRO
GraduadadeRelacionesInternacionalesenlaUniversidadComplutense deMadridycolaboradoradelMovimientoEuropeo
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El pasado 9 de mayo fuimos testigos del fin de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, una iniciativa sin precedentes al poner en un foro común a Estados, instituciones, sociedad civil y ciudadanos de todos los países europeos, para debatir sobre los principales retos de la Unión y los pasosquesedeberíantomarbajodemandadelosciudadanoseuropeos.
Se concluyó con la aprobación de la celebración de la Tercera Convención Europea, un hito que demuestra una vez más la excepcionalidad de la Conferencia y sus frutos de cara a la reforma de los TratadosylosmecanismosdetomadedecisionesdeinstitucionescomoelParlamentoEuropeo(con la iniciativa aprobada de Doménec Ruiz Devesa). El informe final que se publicó unificaba las propuestasdelospanelesciudadanos,lasiniciativasdelaplataformadigitalylasconclusionesdelos debatesquesellevaronacaboenlosdiversosplenarios.
En dicho informe tenemos 49 propuestas que tocan sectores muy diversos, incluyendo medidas sumamente importantes relacionadas con lograr una economía más verde, sostenible y circular; una transiciónsegurayjustaparatodaslaspersonashacialaautonomíaenergética;medidasqueaseguren un sistema de salud más justo y accesible para todos los europeos; la promoción de una cultura de consumomásresponsable(evitandoelfood-waste,elfast-clothing),entreotras
Estas conclusiones, sin lugar a duda, son uno de los mayores logros de la Unión en los últimos años en materia de gobernanza federal y de participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones
Sin embargo, podemos aventurarnos a decir que, dados los hechos y el dinamismo de la sociedad internacional, estas conclusiones sumamente positivas deberán traducirse en una mayor cohesión de losactoresdelaUniónparaconseguirunaimagenfuertenosoloadintrasinodecaraalacomunidad internacional.
Desde mi postura como analista internacional, considero que hechos como la invasión de Rusia a Ucraniaocrisisfinancierasy/osanitarias,podríanprovocarunvirajeaunideariomásrealistafrente al liberal-institucionalista que hemos seguido desde Europa desde hace varias décadas. El clima de desconfianza que estos sucesos generan, así como la interdependencia económica que hace que una región se ve afectada en gran medida por decisiones de otro Estado, provoca un cambio en el paradigma internacional. En este sentido, los valores democráticos, liberales y sostenibles sobre los que se ha erguido la Unión Europea podrían peligrar en sus decisiones de cara al exterior, ya que el criterio de negociaciones se trasladaría de una concepción de eficiencia económica a una de geoestrategiapurayduraparaasegurarsusupervivenciaenelaccionarglobalinstrumentalizandosus fortalezas
En esta línea, la Europa que hemos creado, de valores liberales y sostenibles, deberá ponerse las gafas más realistas y generar una estrategia exterior que utilice conscientemente recursos, tanto humanos como materiales, para promover transiciones democráticas y hacia economías más sostenibles en sus vecinos cercanos, asegurándose cierta influencia y prestigio internacional (como actor importante a tener en cuenta) y no como socio desinteresado
Por otro lado, existe el peligro de que las victorias que se han alcanzado en materia de política social se vean atacadas por el cambio en las prioridades a las que se pueden enfrentar la Unión Europea ante un mundo que tiende hacia los regionalismos y hacia las prioridades geoestratégicas, así como el aumento en la desconfianza mutua entre los Estados más grandes, restando influencia a las instituciones multilaterales
La UE misma es uno de los ejemplos más claros de la vuelta a una visión más regional versus una más global. La pandemia del covid-19, las crisis económicas-sanitarias y las guerras en nuestras fronteras han creado consciencia sobre la peligrosidad de la interdependencia económica entre Estados y, en consecuencia, sobre la necesidad de generar cadenas de producción más fuertes al interior de la Unión, donde los cambios son más predecibles y consensuados. Medidas presentadas en el informe final como la autonomía estratégica en el sector de la salud y la economía, para evitar la dependencia y rastrear el proceso de producción y mercantilización, demuestran el acuerdo general en Europa de centrarse más en fortalecer todos los sectores internos en clave federal para conseguir resultados en menor tiempo y que, de esta manera, los cambios exteriores nos afecten en mucha menor medida, pudiendo negociar desde una mejor postura en el tablero internacional cambiante. Definitivamente las conclusiones de la Conferencia van a significar avances importantísimos para los procesos de integración al interior de la Unión El reto que se nos presenta a continuación tendrá que ver con la dirección hacia la que se dirigirán estos avances, es decir, debemos estar sumamente atentos sobre cómo la UE se definirá a partir de ahora de cara a un mundo que tiende a cambiar su modus operandi en detrimento de los procesos de cohesión internacional Los Estados más fuertes e influyentes en el mundo decidirán qué enfoque primará en nuestro mundo y la Unión Europea, ahora más fuerte que nunca debe, no, tiene que formar parte de este proceso tan definitivo Necesitamos una UE que instrumentalice este nuevo consenso de instituciones y ciudadanos para generar infraestructuras normativas y comunes en clave federal que nos conviertan en un actor con mucha más asertividad y capacidad de acción en el exterior