Manuel
Un camino de luz hasta tu encuentro
Un camino de pĂŠtalos dorados
BullĂa la primavera cuando te fuiste y tras otro invierno el rosario de flores amarillas me traĂŠn de nuevo a tu recuerdo
La vida se me escurre debajo de mis plantas, no atino a andar derecha no estoy firme aĂşn sobre la tierra.
Me acostumbré muy pronto a tu prisa y tus pasos, a tus años, escasos, a tu presencia, tu altura, tu mirada, me acostumbré tanto que hoy a veces para andar el camino voy buscánote como norte, como faro, como meta , como estrella que alumbra este derrotero mío por la tierra
Yo no creo , ya sabes, en los cielos y no tengo otro sitio que buscarte más que dentro y es allí, aquí, en el fondo que te encuentro.
Hace ya cinco años el mar se cubrió de pétalos . Hoy te hago la misma ofrenda. Mi dolor no hará nunca que vuelvas, mi dolor se suaviza, a veces se derrama, a veces se condensa y mi soledad de ti se hace más amigable, se recuesta en mi pecho y allí se queda.
Hasta siempre Hijo mĂo.