TURISTAS VS. VIAJEROS ¿Especies irreconciliables? ESCRITO POR MARTA SADER
Unos hacen cola para subir a la Torre Eiffel; otros prefieren fotografiar su perfil desde un restaurante de barrio. Unos contratan el todo incluido; los otros no saben dónde dormirán esta noche. Unos se gastan todos los ahorros del año en una semana; otros, en cinco meses. ¿Son los turistas y los viajeros especies irreconciliables? Para empezar, ¿existen realmente dos especies en el mundo de los viajes? Según a quién le preguntes. Para Patricia, que en 2014 dejó su trabajo para recorrer caminos de todo el mundo, desde Bangkok a Sudamérica (y que cuenta sus andanzas en Dejarlo todo e irse), sí. “Aunque sea generalizar, el turista suele llevar unos tiempos más medidos, más planificados, y no es fácil verle fuera de la “ruta turística principal” del país. Le gusta ver otras realidades, pero desde su comodidad de extranjero”, explica. “Además, el turista gasta más que el viajero. Al viajero le gusta mezclarse con la gente local, huye de las multitudes e investiga por su cuenta. Su objetivo final es conocer la cultura y forma de vivir del país. Su lema es “si un local lo hace, yo también”. No le importa demasiado perderse y, aunque a veces lo pase un poquito mal, sabe que serán historias para contar”. Claramente, Patricia se posiciona del lado de los viajeros. Pero también tenemos la otra perspectiva, la de un turista -aunque, eso sí, uno muy experimentado-. Hablamos de Pau, uno de los protagonistas, junto con su familia, del veterano blog de viajes El Pachinko. “Yo me siento turista, ya que, aunque viajo bastante por trabajo y también por placer, siempre tengo un lugar al que regresar al que llamo hogar. Creo que viajero sería aquel que ha hecho del viajar un modo de vida, una persona que es totalmente libre para decidir dónde irá mañana, qué lugares visitará la semana que viene o los próximos meses. Sin ataduras a ningún lugar concreto”, expone. “Creo que un viajero no podría estar acotado a un itinerario marcado; deben sentir una necesidad imperiosa de sentirse nómadas en todo momento, sin limitaciones de tiempo. Yo, como buen turista que soy, creo que no soportaría estar largas temporadas teniendo que buscarme la vida cada noche para saber dónde dormir, o lo que es peor, no poder estar con mis seres queridos cuando quiera sin tener que cruzar el mundo entero”, continúa.
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VIAJEROS
De la misma manera opina Paco Nadal, conocido periodista de viajes, en su blog: “Soy turista, a mucha honra. ¡Todos somos turistas! A lo largo de mi vida he conocido muy, muy, muy pocos viajeros. Si acaso, Ramón Larramendi en su etapa de explorador ártico”, escribe. “Porque uno se vaya un mes o dos meses en vez de una semana; por mucho que uno decida ir a Asia en vez de a Disneylandia; por mucho que viaje por su cuenta y riesgo, sin necesidad de guías ni touroperadores, por mucho que huya de las Lonely Planet o de los hoteles todo incluido... si tiene una fecha de vuelta programada, si al final del viaje le espera el mismo puesto de trabajo, la misma casa, la misma familia.... no deja de ser un turista. Pero a mucha honra”, repite el autor. Según ambas definiciones, pues, Patricia sería una viajera de tomo y lomo. Y ¿qué es lo que
molesta a esta raza de la de los turistas? “Lo que más me irrita es que no empaticen con el país (que a veces no entiendan que lo que ven no es malo, ni sucio, ni una locura, si no una cultura diferente); el que acepten cualquier precio (¡por muy alto y para el turista que sea!) y que busquen la foto para el Facebook con algún local (pero no hayan invertido ni un minuto en hablar con él)”. El Pachinko se pone en lugar de algunos viajeros que conoce y nos cuenta también: “Creo que ellos animarían a los turistas a tener más contacto con la población local y a no quedarse con la cara más superficial y popular de un lugar. Yo, aunque sea turista, trato de hacerlo... y eso que a veces dispongo de poco tiempo en un destino”. Precisamente eso es lo que cree Nadal que distingue a ambos tipos de exploradores: el compromiso. “Hay turistas que, pese a tener solo una semana de vacaciones y en un lugar
civilizado, pese a pagar un viaje organizado porque no se atreven a ir solos y porque además no hablan otro idioma, se acercan a esos lugares desde la humildad y el respeto, con ganas de conocer, de mezclarse, de aprender y de analizar el por qué de la cosas, con ansia de descubrir y valorar. Para mí son dignos de admiración, aunque sean turistas”, relata. Patricia coincide. Para ella, lo más importante al viajar es también “dejar los prejuicios en casa y no querer entender las cosas, sino conocerlas”. Sin embargo, distingue todavía un elemento más entre tipos de aventureros: “A un turista le encanta la idea de comer, dormir o salir en el mejor local de la ciudad, es decir, realizar una actividad única, y exclusiva, difícilmente accesible para todos los públicos. A un viajero le encanta la idea de comer, dormir o salir en el local donde lo hacen los lugareños, ¡y a más antro es el local, mejor!”
¿ES PELIGROSO PARECER UN TURISTA?
No obstante, si nos ponemos serios, la cosa va aún más allá: ¿Puede ser peligroso no ya siquiera ser, sino parecer un turista? Nomadic Matt, autor de libros como Cómo viajar por 50 dólares al día, aunque no es amigo de la clásica distinción viajero-turista, explica en su blog: “Nadie quiere ser un turista. Bermudas, riñonera, cámara gigante, mapa aún más grande todavía -ya sabes de lo que hablo-. El objetivo perfecto para ladrones, estafadores y para hacer el ridículo”. Y continúa: “No hay mejor forma de pillar a un turista que mirando a los que llevan la mochila por delante. Están tan preocupados porque les roben que terminan acentuando el hecho de que no pertenecen al lugar, aumentando así las probabilidades de que, efectivamente, les roben”. ¿Y qué hay de otro clásico de la caricatura del turista: la riñonera? “La riñonera le grita al mundo “¡No soy de aquí! ¡No sé qué es qué! ¡Por favor, arráncamela! Una riñonera no sólo hace que tus pertenencias estén todavía más accesibles para un posible ladrón, también hace que parezcas un signo de dólar para cualquiera con el que te cruces”. El escritor sigue adelante con otro clásico-básico: el mapa gigante: “No digo que no lo saques, yo lo uso todo el tiempo. Sin embargo, ponerte en
una esquina con él abierto y cara de no saber dónde estás puede hacer que alguien se pare a ayudarte. Muchísimas veces querrán echarte una mano de verdad, pero otras, querrán llevarte por el mal camino”, apunta el experimentado viajero. Por último, termina con la típica camiseta de “I love... (añada nombre de ciudad a su gusto)”: “Sé que te encanta la ciudad en la que estás. Te acabas de comprar una camiseta para probarlo. Simplemente, no la lleves en la ciudad mientras estás en ella. ¿Cuántos neoyorquinos la llevan? ¿Y en Roma? ¿Y en Londres? Puede que lo hagan para seguir la moda, pero combinado con todo lo anterior, se vuelve obvio que tú lo haces porque piensas que es un souvenir guay”. Así que sí, parece que tener pinta de extranjero no es muy buena idea... “Evita parecer un turista haciendo un esfuerzo por mezclarte. Actúa como si pertenecieras al lugar, e intenta no dar señales de que no eres de allí mientras sea posible. De todos modos, los locales sabrán que eres un extranjero cuando hables. Sin embargo, si no gritas silenciosamente “Soy un turista”, te escondes de los ladrones, los estafadores y todos aquellos que busquen en los despistados visitantes su mejor presa”, concluye Matt.
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Infórmate de los lugares más peligrosos o problemáticos de la zona que vas a visitar. Con esto disminuirás sentir el miedo que parece inevitablemente ligado a viajar solo.
CONSEJOS PARA
VIAJAR SOLO Viajar solo suele dar miedo, sobre todo la primera vez. Pensamos que nos puede suceder algo peligroso, que no podremos entendernos con los locales, que nos pesará la soledad, que será difícil conocer gente...
PASO 1: ELIGE UN DESTINO 4
VIAJEROS
Pero ¡no es así! Evidentemente, hay ciertos riesgos ligados a viajar, pero no son mucho mayores por ir solo. Además, si echa de menos tener compañía, siempre puedes conocer gente en tu destino (te mostraremos que es más fácil de lo que piensas). Y ya sabes que las ventajas de viajar sin acompañantes son infinitas: podrás disfrutar de la libertad de elegir tu propio camino sin tener que dar explicaciones, haciendo y deshaciendo a tu antojo; te permitirá conocerte a ti mismo y a personas increíbles, y al final vivirás una experiencia de esas que te cambian la vida. Aquí van algunos consejos para que lo consigas de la forma más amable posible.
ESCRITO POR MARTA SADER
No te montes películas. Y con esto quiero decir que la mayoría de los lugares no son más peligrosos que tu propia ciudad (algunos, probablemente, lo sean mucho menos), así que no dejes que tu imaginación proyecte escenas de peli de terror cada vez que salgas a la calle ni dejes que esa idea te impida viajar solo. Asia, por ejemplo, es mucho más segura que España en cuanto a carteristas, y sin embargo, su tráfico es mucho más peligroso. Por eso es crucial que te informes antes de salir, como decíamos antes. Si prefieres descansar en una habitación de hotel, pero
no quieres pagar más que por una doble (a veces, incluso, te añaden un suplemento a la factura por viajar solo), puedes hacer que te busquen un compañero de habitación en touroperadoras como G Adventures o Intrepid Travel.
Si quieres conocer gente, sé honesto. Es mejor mostrar que estás nervioso que intentar quitarte los miedos de un plumazo y quedarte cortado o que piensen que eres un lunático. Prueba con: “Hola, normalmente no hago esto porque soy muy tímido, pero estoy viajando solo y me gustaría hablar con alguien de aquí para preguntarle un par de cosas acerca de la zona. ¿Puedo sentarme?” Parece una tontería, pero funciona. ¿No te parece que tú le dejarías comer contigo? Al subirte a un transporte público, sonríe y establece contacto visual con los demás pasajeros. Así verán que estás dispuesto a charlar -en caso de que lo estés- y te será más fácil entablar conversaciones. Para viajes largos, también puedes llevar una baraja de cartas e invitar a otros pasajeros a jugar.
PASO 2: PREPARA TUS MALETAS Es normal estar nervioso
antes de emprender un viaje en solitario, como es normal estarlo antes de hacer cualquier cosa extraordinaria en la vida. ¡No te preocupes! Si necesitas ayuda, siempre habrá alguien dispuesto a tenderte una mano, no importa donde estés.
Los albergues, los hostales y los bed&breakfast son mejores que los hoteles para conocer a otras personas que viajen solas. Pasa tiempo en las zonas comunes y verás cómo surge la amistad. El coachsurfing y las habitaciones de Airb’n’b son mejores que los hoteles para conocer a nativos. Si te subes en un taxi y tienes miedo de que haga una ruta demasiado larga, busca tú mismo tu destino en Google Maps. Así verás por dónde va, si se desvía mucho, y cuánto tiempo apróximadamente debes tardar en llegar. También puedes darle tú mismo las indicaciones, como si conocieras el camino, o explicarle que tienes la ruta detallada de antemano, con lo que ya sabrá a qué atenerse. Si no te gusta comer solo, haz mealsurfing. Puedes empezar buscando restaurantes con mesas comunales (un truco: teclea “communal table” en Google junto con la ciudad y verás varias opciones). También puedes apuntarte a degustaciones o cenas organizadas, en las que todo el mundo entra en un mismo turno a la misma hora -a veces en casas particulares- o incluso buscar un compañero para el almuerzo. Haz todo esto en Kitchenparty, New Gusto o MealSharing. Apúntate a un tour guiado o un cursillo de algo. ¡Será muy fácil conectar con tus compañeros! Enrólate en un viaje para singles con compañías como Friendship Travel, Viajes Single o Viajar Solo. Hay algunas compañías que organizan tours sólo para chicas, como WalkingWomen o Mujer y Viajera.
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PASO 3: MANTÉN LA CALMA Busca en internet gente
con tus mismos intereses y queda con ellos. Una web muy útil para esto es MeetUp, aunque también puedes buscar en foros de viajeros, como este de TripAdvisor.
Si sales de tu habitación, sobre todo de noche, deja una nota diciendo con quién y a qué hora, más o menos, esperas volver. Así al menos alguien sabrá dónde buscarte si pasa algo. Si sientes que algún “buscavidas” te está acosando demasiado, sé firme en tus respuestas. Si hace falta, dile que has quedado con alguien muy cerca de allí, para que no sepa que estás solo. Además, no tengas miedo de hablar alto o montar un numerito si sientes que estás en peligro o alguien te está molestando. Aunque no sepan tu idioma, habrás dado la voz de alarma. Escanea tu pasaporte y los documentos importantes del viaje y mándatelos a tu email. De esta manera, si se te pierden, podrás sacar copias fácilmente.
Llévate música (lo más fácil es llevarla en el móvil) y algún libro para entretenerte en los ratos muertos. También puedes bajarte juegos para el teléfono que no necesiten conexión a internet, o llevar una pequeña consola. ¿Quieres hacer autostop?
Si quieres hacer un viaje que implique largas rutas andando o en bici pero no quieres cargar todo el tiempo con tus pertenencias, no te preocupes: hay varias compañías que transportan tus cosas de una a otra parada, como Headwater. No obstante, recuerda que ¡lo mejor suele ser viajar ligero de equipaje!
Desempolva Tinder (o similar) y quizá tu viaje se convierta en algo más... Si vas a visitar varios países diferentes, cómprate un móvil libre para poder ponerle una SIM local de cada lugar. Ahorrarás dinero y podrás estar siempre conectado cuando lo necesites. Lleva un candado para cerrar tu mochila, sobre todo si vas a dormir en habitaciones comunes con desconocidos. También te será útil tener una cadena para poder atarla a la cama o a algo similar, especialmente si llevas cosas que desde fuera parezcan valiosas (como fundas de portátiles).
¡Perfecto! Infórmate en esta wiki de autoestopistas de si es una buena idea hacerlo en tu destino.
¿Conoces a alguien en la ciudad pero no tiene tiempo para atenderte, o ya ha vuelto a tu país? No pasa nada: habla con él o ella, ¡probablemente pueda ponerte en contacto con sus amigos! No llegues a nuevos destinos al anochecer, procura hacerlo cuando aún es de día, sobre todo si no tienes contratado tu lugar donde dormir (será más difícil encontrar uno, muchas recepciones estarán cerradas...) Sin embargo, tampoco es aconsejable hacerlo demasiado temprano, sobre todo si quieres llegar y descansar en tu alojamiento, pues hay muchos hostels y hoteles que o bien no tendrán la recepción disponible, o bien no podrán darte una cama hasta las 12:00. Si vas a estar mucho tiempo fuera, o viajas más allá de las fronteras europas, contrata un seguro médico para viajes.
PASO 4: SÚBETE AL AVIÓN 6
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DISEÑO CAROLINA ALARCÓN
Intenta aprender algunas palabras básicas del idioma del país que visitas, pues te será útil para defenderte o entender letreros básicos, como “hotel”, “prohibido” o “salida”. No obstante, puedes utilizar aplicaciones de móvil como Google Translate, que no sólo te ayudarán a hacerte entender, sino que podrán leer por ti carteles y traducirlos al instante sólo haciendo una foto.
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¡ATRÉVETE! Y VIVE LA EXPERIENCIA