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A modo de contexto

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bibliografía

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La técnica del bahareque consiste en un entramado de cañas, bambú o maderos, que se rellena o se deja hueco, posteriormente se recubre con tierra y fibras, barro, cemento o metal. Se han registrado muchas variantes en la técnica con armazones estructurales diferenciados y recubrimientos diversos.

La construcción en bahareque se ha documentado en localizaciones geográficas heterogéneas, desde el nivel del mar hasta zonas montañosas con diferentes topografías, intensidades de lluvias y vientos. Por lo que se han logrado adaptaciones en la técnica según las necesidades de los contextos, aprovechando los materiales naturales de distintas zonas.

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Para el siglo XIX y XX hay un incremento en el uso de esta técnica en Colombia, según Sánchez Gama (2007) esto ocurrió gracias a sus bondades sismorresistentes y a la crisis causada por los constantes temblores en algunas regiones del país, consolidando un estilo propio de construcción en los diferentes departamentos. A pesar de ello, en la actualidad el bahareque juega un papel más bien ornamental, como parte del patrimonio cultural y arquitectónico.

La inquietud por la técnica y sus materialidades surge en el municipio de Jericó An- tioquia, pues los recuerdos de infancia, el proceso de práctica profesional y muchas reflexiones durante la formación en arquitectura ocurrieron en esta localización geográfica donde abundan las edificaciones en bahareque, detonando interrogantes que se traducen en la ausencia de elecciones aplicables a sistemas constructivos como la tierra y sus aprovechamientos, ya que, aparecen marginalmente en los contenidos académicos y en la actividad profesional, dándole importancia como un atributo del terreno y no como material para edificar.

Por lo que es indispensable, primero, ahondar en los significados colectivos asociados a la técnica y al espacio construido, para contrastar contenidos especializados con procesos concretos; y segundo, que los profesionales (o no profesionales) hagan un reconocimiento del contexto y los materiales autóctonos del territorio a intervenir.

¿Qué se ha hecho?

La construcción con tierra en la región ha sido estudiada y divulgada en Argentina por el arquitecto Rodolfo Rotondaro, él integra varias técnicas constructivas con tierra en la enseñanza de arquitectura, además resalta las características de este ma- terial. Rotondaro y su equipo de trabajo divulgan a través de artículos científicos, videos y eventos académicos sus conocimientos puestos a prueba en laboratorio y en terreno; enfatizan en los aprovechamientos contemporáneos de la tierra y en las posibilidades de esta respecto a los materiales industriales.

En cuanto al bahareque la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) tiene un grupo de investigación llamado Centro Tierra, que adelanta investigaciones enfocadas en el confort térmico, la seguridad en la vivienda y la reducción de vulnerabilidad en la vivienda rural, en uno de sus estudios integran fibras naturales para viabilizar las envolventes livianas en quincha (bahareque) con buen aislamiento térmico para cumplir con la normativa peruana.

En Colombia, el arquitecto Jorge Enrique Robledo se interesó por el caso del bahareque en el departamento de Caldas, sus estudios nos presentan trayectorias de cambios en la técnica, dando cuenta de las adaptaciones que los constructores incorporaron para responder al problema que les generaba la tapia en una zona con intensidad sísmica importante. Conjuntamente, dice que el bahareque es una forma eficiente de construcción de bajo coste y duradera.

Igualmente, el bahareque se introdujo en el paisaje regional de los departamentos de; Quindío, Antioquia y Risaralda sobresaliendo por sus múltiples adaptaciones y reconfiguraciones, Jorge Enrique Osorio ilustra así la cuestión

El bahareque debe verse como un hecho constructivo integral que incorpora una serie de soluciones a las necesidades del hábitat, las cuales en conjunto y en medio de un proceso histórico han constituido la materialidad de la arquitectura regional presente en el centro occidente colombiano. (Osorio Velásquez, 2013 , p 34.)

Desde esta óptica hablamos de una técnica que despierta el interés en diferentes ámbitos, con características que permiten viabilizar proyectos arquitectónicos.

La construcción con tierra se ha diversificado y las soluciones tradicionales se perfeccionan para adaptarse al presente, por ejemplo, el bahareque ha tenido desarrollos desde la prefabricación facilitando el montaje de las construcciones e integrándose a otras técnicas constructivas.

En la pesquisa bibliográfica se encuentran referencias al bahareque prefabricado en Colombia desde el año 1987, Alzate Soto y Osorio Ríos (2014) referencian el trabajo de Martinez titulado “Bahareque Prefabricado: Vivienda para todos” y retoman de este características como “solidez”, “calidad estructural” y eficiencia en la adaptación de la técnica “Lo único que importa es mejorar lo tradicional o lo ya mejorado… y poder construir una casa fuerte, económica y rápida.” (Martinez, 1987, como se citó en Alzate Soto y Osorio Ríos, 2014)

-Bahareque y tierra, redescubriendo aprendizajes en arquitectura sión de las manos que potencian la fuerza y el agarre, muchas veces son elaboradas por los mismos constructores.

Igualmente, la arquitecta Lucía Esperanza Garzón ha trabajado en prototipos de vivienda social, retomando el bahareque prefabricado por las siguientes razones; “viabilidad técnica y cultural, calidad espacial, pertinencia, replicabilidad, innovación técnica, sostenibilidad ambiental y social” (Garzón, 2015, párr. 1). El referente en que se basa es una vivienda básica en quincha prefabricada pensada para soportar movimientos sísmicos y facilitar el acceso a vivienda en el campo de algunas regiones de Perú.

Garzón (2015) aspira responder con su prototipo a las demandas de una vivienda social digna, que pueda integrarse con el paisaje urbano y rural, de fácil montaje, de bajo consumo energético (reduciendo la emisión negativa de CO2) y con una estética que reconozca los imaginarios sociales de quienes la habitarían. Al mismo tiempo busca que se pueda expandir según las necesidades de los moradores.

La arquitectura tradicional no siempre se puede replicar del mismo modo aunque se siga un paso a paso. Hay una forma particular de seleccionar los materiales y darles tratamiento para que funcionen de manera óptima en el proceso constructivo. Lo tradicional remite a unas formas del pasado que tal vez estén entrando en desuso porque hay métodos que se consideran más “eficaces”.

Las tradiciones se mantienen en el tiempo pero no quiere decir que sean prácticas inmutables, se transforman y adaptan según las particularidades de la época. En el caso del bahareque no hay una única forma de trabajar y lo tradicional emerge como un discurso que quiere fosilizar la técnica, es decir, se quiere mantener como una pervivencia de algo que ya no es posible.

La arquitectura tradicional no necesariamente se transmite a través de los libros sino a través de la experiencia, se enmarca en una serie de técnicas donde las herramientas manuales implican tiempos diferentes a los de la producción masiva.

Las herramientas se consideran una exten-

No obstante, en este trabajo se entiende lo tradicional como los saberes y las aplicaciones del pasado que conviven con materialidades del presente, aplicando conocimientos que se han transmitido de generación en generación y se constituyen como una forma de hacer válida que integra el pasado con el presente.

“La construcción y la técnica constructiva son inseparables, entender las propiedades y características de ésta última es esencial para concebir el diseño y edificación de un inmueble”

(Ledesma, 2014, p. 23)

“El bahareque tradicional consiste en una estructura de madera rolliza o bambú (guadua) rellena de tierra con paja, embutiendola al interior de la osamenta doble de tiras de bambú o cañas delgadas.” (Carazas & Rivero, 2002, p. 14)

Los acabados en tierra, en la técnica del bahareque por lo general son muy similares, aunque existen otros tipos de acabados con cemento, arcilla o incluso estructuras en guadua alrededor de la construcción que amplían la habitabilidad del espacio.

T Cnicas Constructivas

VARIACiONES DE LA TÉCNICA IMAGINARIOS

SOBRE LA TÉCNICA

BAHAREQUE Y TIERRA, REDESCUBRIENDO APRENDIZAJES EN ARQUITECTURA

“Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla, más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos” (Galeano, Citado por Manzanelli, 2021)

Higuera (2013), sostiene que el bahareque “posee excelentes propiedades térmicas, de aislamiento acústico; por naturaleza transpira, permitiendo la regulación climática natural de los espacios interiores, impidiendo condensaciones.” (p. 68).

Imagen 3. Gráfico síntesis marco teórico

-Bahareque y tierra, redescubriendo aprendizajes en arquitectura

Los arquitectos no deben centrarse exclusivamente en diseñar sin contemplar los contextos espaciales, ambientales, socioeconómicos y culturales. La arquitectura se vuelve pertinente cuando tiene en cuenta a todos los que habitan los espacios intervenidos o proyectados al diseñar. Es preciso generar vínculos entre diseñadores y usuarios finales, pues “No existe espacio habitado en el que la Arquitectura no esté siempre presente. Estamos rodeados de ella, inmersos en ella e influenciados por ella, desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte.” (Vera, 2004, p.120) por eso, los espacios públicos, domésticos y lúdicos nos generan recuerdos que nos permiten dotarlos de significación.

Las construcciones también cobran vida en los recuerdos colectivos, por lo que en este trabajo se retomará la técnica constructiva, los acabados arquitectónicos y la memoria oral, estableciendo relaciones que permiten resignificar la técnica comprendiendo aspectos formales y emotivos. La construcción con tierra se ha diversificado y las soluciones tradicionales se afinan para adaptarse al presente, por ejemplo, el bahareque ha tenido desarrollos desde la prefabricación facilitando el montaje de las construcciones e integrándose a otras técnicas constructivas.

No obstante, los conocimientos en torno al bahareque tradicional se han mantenido, principalmente a través de la oralidad, a la par de los relatos de quienes ocuparon edificaciones en bahareque, las evocacio- nes permiten reconstruir historias que dan cuenta de las trayectorias de la técnica a través de la voz humana, ya que “con la recuperación de los testimonios orales se puede analizar cómo el pasado está presente en las prácticas cotidianas y cómo influye en la manera de pensar y de actuar en el presente” (Benadiba, 2015, p. 92)

La solución de algunas necesidades de habitabilidad se logra en la ejecución de proyectos de construcción de igual modo, durante la marcha se definen estándares, modelos y patrones que permiten elegir las técnicas adecuadas y ejecutar diversidad de obras. Las técnicas también son examinadas por los materiales y las formas de utilizarlos en los procesos arquitectónicos, es así como “La construcción y la técnica constructiva son inseparables, entender las propiedades y características de ésta última es esencial para concebir el diseño y edificación de un inmueble” (Ledesma, 2014, p. 23).

Además, es posible emplear distintas técnicas de construcción en un proyecto, lo que favorece la ideación y materialización de grandes obras, edificaciones y escenarios que trascienden lo netamente físico-espacial. Para ello es indispensable dominar las técnicas no solo conceptualmente sino desde su ámbito práctico y desde la exploración de significados. De este modo, surge un interés por retomar el bahareque.

Asimismo, es necesario volver la mirada a la construcción con tierra y a las técnicas que derivan de ésta, pues los procesos de obtención de las materias primas para la construcción que predomina hoy, generan grandes consumos de energía en su fabricación y distribución, como lo indica el informe; Estado global hacia un sector de laconstrucciónylaedificaciónsinemisiones,eficienteyresiliente, donde se menciona que “El sector de los edificios y la construcción, consume la mayor proporción de energía y genera emisiones, incluso al excluir el uso de energía para el transporte asociado con materiales para obras de construcción.” (IEA & ONU, 2018).

El bahareque permite aprovechamientos de materiales orgánicos propios de diferentes regiones y pone en diálogo tradiciones constructivas y nuevas aplicaciones para facilitar la construcción, simultáneamente se evitan cadenas largas de transporte y consumos excesivos de combustibles (aplica para contextos rurales).

Caracterización del proyecto

Se hace un acercamiento al bahareque retomando ideas que le dan un lugar importante a la cultura material, a las relaciones simbólicas y a la corporalidad en el espacio.

Pensar la vida de los muros permite una indagación sobre la huella que han dejado las estructuras en los individuos y las colectividades, como dice Manzanelli

Podemos encontrar diversas biografías de las cosas, con sus distintos aspectos sociales, culturales, relacionales, técnicos, legales, entre otros, que habilitan a preguntarse de dónde provienen, quién las hizo, sus trayectorias o edades, la variación de sus significados, cómo son resignificadas y sus ciclos de intercambios. (2021, p.24)

La variación de significados remite a hábitos que mirados en retrospectiva van dejando improntas en las personas y hacen de las construcciones no sólo objetos tangibles sino también detonadores de historias, como hace notar Manzanelli refiriéndose a Salazar & Salvi, (2015) “las materialidades se encuentran embebidas de sentidos, es decir, eso que le otorga el valor de ser algo determinado en un pueblo o comunidad, acompañado de narrativas, y que denominamos como patrimonio cultural inmaterial” (p.26 Citado por Manzanelli, 2021).

Pocas veces esos patrimonios inmateriales son valorados. Por lo que los ritos asociados a las vivencias cotidianas son pasados por alto, la experiencia de los sentidos también permite que las construcciones sean un reflejo de nuestros deseos y como expresa Bloomer & Moore (1983), hay una interacción constante que va configurando la forma de vivir en el espacio, en palabras de los autores:

Los lugares se construyen como expresión de nuestras experiencias hápticas y, a su vez, estas experiencias se producen como resultado de los lugares previamente construidos. Aun cuando no siempre seamos conscientes de este proceso, lo cierto es que tanto nuestro cuerpo como sus movimientos están en un diálogo constante con los edificios. (Bloomer & Moore, 1983, párr. 44 )

Recopilar la memoria colectiva no es una tarea limitada a quienes estudian contextos de violencias, recuperar las memorias constructivas permite conocer intimidades en la selección de materiales, ya que “la cultura material y las materialidades son entendidas como bienes cargados de significados, que interactúan y poseen incidencia en las experiencias de las personas al contener saberes, prácticas y memorias-hábito, que las guían en su cotidianidad.” (Manzanelli, 2021, p.27).

Recapitulando, la relación de los sentidos con los espacios crea recordación en las personas y esos recuerdos son las narrativas que nos permiten dar cuenta de qué significan las cosas para los individuos.

Entre las entrevistas, se recurre a un acercamiento etnográfico en espacios de socialización como parques y cafeterías, con los expertos se aplicaron entrevistas estructuradas en espacios formales o por medios digitales. También se adelantaron estudios de caso para evaluar condiciones constructivas en procesos de restauración.

Adicionalmente el prototipado de modelos a escala permitió indagar sobre la constitución de estructuras y la búsqueda de materiales. Finalmente, se realiza un taller de imaginarios donde se recogen los recuerdos más significativos de las personas en relación al bahareque, se hace un proceso de abstracción a través de collage para presentar los testimonios acompañados de la interpretación gráfica de la investigadora. En cada apartado del trabajo se detallan aspectos metodológicos que permiten entender el proceso de investigación.

Imagén 1

Los rituales que van teniendo lugar a lo largo del tiempo dejan su huella en los muros y formas interiores y llenan las habitaciones de objetos que son los que nos permiten acceder a las experiencias pasadas. (Bloomer & Moore, 1983, párr. 36).

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