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PARQUES A PARTIR

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

DE LA MOVILIDAD, EL PAISAJE Y LOS USOS DEL SUELO.

Este corredor objeto de estudio (Carrera 76, entre los parques Belén y Primer Parque de Laureles en Medellín, Colombia) es intercomunal1, comunicando la comuna 11 y 16, no obstante, pesar de que existe toda una infraestructura de ciudad con calles, andenes, ciclorrutas, entre otros; no es implícita la conexión que relacione fuertemente los parques mencionados, ya que a prori no potencializan e inducen el desplazamiento entre los parques tanto para los peatones, ciclistas y vehículos, y se reflejan en la configuración urbana actual tales como: la discontinuidad e irregularidad en el trazado peatonal debido a la variedad en la materialidad del suelo de los andenes y los cambios en los anchos de los mismos.

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Para el caso de los ciclistas, hay continuas modificaciones en la orientación de la ciclovía, ya que esta ciudad anteriormente no fue pensada para atender las necesidades de este tipo de movilidad alternativa y por ende estos corredores de ciclovías tratan de adaptarse a la vía adueñándose de un carril vehicular, sin las suficientes condiciones de infraestructura que ofrezca seguridad a los ciclistas.

En cuanto al vehículo automotor, este corredor de la carrera 76 cuenta con cambios bruscos en el sentido de la vía y no es bidireccional en todo el corredor entre parques, además de que esta zona es escasa de parqueaderos públicos para atender las visitas del comercio que se concentran alrededor de los parques, por lo que se da una inapropiada ocupación del espacio público tanto en las vías vehiculares, ciclorrutas y hasta en andenes peatonales; ya que el sector es principalmente de uso residencial con comercio de abastecimiento que se va disipando al interior del tramo.

En cuanto al uso del suelo, a causa del redesarrollo inmobiliario, se avistan variedades de alturas en las edificaciones paramentadas puesto que fundacionalmente las viviendas más antiguas conservan dos pisos de alturas mientras que las propiedades horizontales más contemporáneas superan los 5 pisos de

Se establece una armonía en la proporción del antejardín con relación a la acera y la vía vehicular, no obstante, en todo el recorrido se presenta irregularidad en este suelo blando y muchas de estas unidades residenciales no interactúan con la calle en sus zócalos urbanos; promoviendo así poco sentido de ocupación del espacio público, soledad y sensación de inseguridad.

Recientemente la iluminación artificial ha sido renovada por lámparas LED de bajo consumo y en el día las alamedas conformadas por los antiguos árboles en algunos tramos del recorrido climatizan el andén por la alta vegetación; siendo este una variable de intervención sobre la que se podría trabajar para reconfigurar el eje de la carrera 76 y relacionar ambientalmente los parques.

Ahora bien, la configuración urbana de la calle cuenta con una amplia longitud entre paramentos de 30 metros y una longitud del eje entre parques de 1.9 kilómetros en los que se disponen diferentes elementos de la calle pero no es suficiente para garantizar la experiencia de relación en el espacio público que ofrezca una continua conexión entre el recorrido que este corredor ofrece entre los parques Belén y primer Parque de Laureles.

Bajo estas observaciones de las condiciones actuales del corredor de la carrera 76 en términos de espacio público, relacionadas con la movilidad, el paisaje y los usos del suelo, este eje vial que conecta los parques de Laureles y el parque de Belén, se divide a mitad del tramo por dos administraciones comunales y por lo tanto las intervenciones de infraestructura, programas cívicos, pedagógicos y normativos no conservan una identidad similar y esto se ve reflejado en el mobiliario urbano, la materialidad de la infraestructura, tratamiento y configuración urbana.

1.3 ESTRUCTURA LEGAL PARA LA PLANIFICACIÓN URBANA.

El corredor objeto de estudio se divide en dos polígonos de consolidación de uso dotacional (Z4_CN_4 para el lado de Laureles y Z6_CN_4 para el lado de Belén) con áreas y corredores de alta mixtura principalmente residencial y localización del comercio en zócalo urbano. Las categorías de tratamientos que estipula el POT del Acuerdo 48 de 2014, subdividen por zonas (Z) la ciudad de Medellín y las codifican para localizar el tratamiento de desarrollo. Laureles se encuentra en la zona 4 (Z4) que corresponde a la Centro-Occidental, mientras que Belén está en la zona 6 (Z6) Suroccidental. Adicionalmente, el tratamiento de ambos es de consolidación nivel 4 (CN_4) para que “los parámetros de ordenamiento establecidos para estas zonas están orientados a consolidar los usos del suelo y a corregir el déficit que afecta su adecuado funcionamiento, teniendo en cuenta las condiciones de saturación a futuro” (Alcaldía de Medellín, 2014, p.320) para equilibrar la capacidad de soporte del suelo y se permitan mejorar las dotaciones del espacio público. Este nivel de consolidación es puntualmente de cualificación y por lo tanto se permiten hacer actuaciones conservando el paisaje urbano.

El objetivo de este tratamiento es cualificar los valores y rasgos urbanísticos, la estructura del espacio público y la tipología de la arquitectura prevalentes; su potencial de desarrollo será regulado y controlado con normas urbanísticas, de aprovechamientos y de usos, orientadas a que las actuaciones urbanísticas armonicen con los valores de estos sectores, garantizando la relación de las edificaciones y el espacio público a nivel de primer piso, el tratamiento adecuado de todas las fachadas de la edificación como aporte a la cualificación del paisaje urbano, las alturas en armonía con el entorno y el respeto de elementos del patrimonio cultural inmueble cuando estén presentes en estos sectores. (Alcaldía de Medellín, 2014, p.326)

Siendo así las cosas, el régimen del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad (POT) favorece la re evaluación y configuración urbana para estas dos zonas en aras de potencializar el espacio público en armonía con el dominio privado, consecuente con el paisaje en actividades de uso residencial, comercial y de servicios en un área de baja mixtura pero con gran capacidad de mediana mixtura. Bajo esta hipótesis se podría entender los parques Belén y parques de Laureles como centralidades barriales a su alrededor en un corredor de mediana mixtura, debido a la caracterización de vía arteria que ya tiene la carrera 76, para que el aprovechamiento de la infraestructura no solo se concentre a cercanías de los parques sino también durante todo el recorrido; ya que hacia el interior es más predominante el uso residencial sobre el comercio dotacional.

Esta investigación confía en que la reconfiguración urbana de la movilidad, el paisaje y el uso del suelo a través de un corredor activador del espacio público y dinámico en el que se ejerza la mixtura de usos pero también de actividades socio culturales, pueda garantizar la ocupación de la vida pública y ser un acierto que certifique un vínculo más directo y estable en la conexión entre los Parques Belén y Primer Parque de Laureles a través de la apropiación del espacio público durante todo el corredor de la carrera 76, tal como lo plantea Estefanía Szupiany en Territorios de expansión y espacio urbano: el caso de los corredores litorales del Gran Santa Fé , cuando afirma que “ante la carencia de lugares formales de encuentro, la apropiación del espacio colectivo se produce justamente allí donde la vida urbana contemporánea pareciera cobrar sentido: en los espacios del movimiento, de los desplazamientos, del flujo vehicular.”( Szupiany , 2021)

Por lo tanto, disponer las condiciones de movilidad de manera uniforme durante el corredor de la carrera 76 orientada entre los parques, puede ser una de las estrategias conectoras para garantizar un recorrido más fuerte e incluso superar las expectativas de relación entre los parques en pro de mejorar la calidad de vida de la población.

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