Las Emociones: En relación a este término se han dado diversas descripciones que nos conlleva a pensar que es cualquier estado de agitación o trastorno de la mente que se puede manifestar con sentimientos de miedo, cólera, pena, culpabilidad, temor, odio, placer, entre otros; es importante señalar que las emociones producen conmoción y agitación en el organismo que con frecuencia son manejados por la conciencia que tenga dicho organismo de la importancia de tal situación, donde intervienen los procesos cognitivos de percepción y pensamiento; en la que no existe un patrón o respuesta habitual ya conformada; ya que esta condicionada por diversos factores determinados por la conducta y la experiencia subjetiva del organismo. La clave de las emociones la representa el cerebro por cuando este órgano activa y regula los aspectos fisiológicos de la emoción. Tanto la división simpática como la parasimpático del sistema nervioso autónomo son controladas y reguladas por los centros o núcleos ubicados en el cerebro. Todo esto se ha venido demostrando a través de diversos experimentos realizados con gatos y perros como animales de experimentación; entre los estudios que se pueden mencionar están los de Cannon y Bord (1928) Jameson, Settlage y Bogrimell (1957).
Dichos estudios arrojan que el
hipotálamo interviene en las emociones de tres maneras:
Los impulsos nerviosos que parten de los receptores pasan a través o muy cerca de él en su camino hacia la corteza cerebral.
Los impulsos nerviosos que parten de la corteza cerebral llegan al hipotálamo en ciertas condiciones; como por ejemplo: un recuerdo o una idea cargados de emoción pueden despertar actividad en el hipotálamo.
Desde el hipotálamo pueden ser enviados impulsos nerviosos a las vísceras y los músculos. Aunque el hipotálamo representa un importante papel en la emoción,
las actividades producidas en esta parte del cerebro solas o aisladas no son
suficientes para explicar la experiencia emocional y la conducta. Para lo cual muchos investigadores han realizado importantes estudios recientes en los que se puede hacer mención al uso del encéfalografo como instrumento altamente sensible que mide los pequeños impulsos eléctricos descargados continuamente por las neuronas del cerebro. En el presente los investigadores continúan realizando estudios y discutiendo sobre la base de las emociones; que para algunos teóricos las han agrupado u organizado en familias básicas conformadas por sus respectivos miembros; en las que se encuentran:
Ira: Furia, ultraje, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, aflicción, acritud, animosidad, fastidio, irritabilidad, hostilidad y tal vez en el extremo, violencia y odio patológicos.
Tristeza:
Congoja,
pesar,
melancolía,
pesimismo,
pena,
autocompasión, soledad, abatimiento, desesperación y, en caos patológicos, depresión grave.
Temor:
Ansiedad,
aprensión,
nerviosismo,
preocupación,
consternación, inquietud, cautela, incertidumbre, pavor, miedo, terror, en un nivel psicopatológico, fobia y pánico.
Placer: Felicidad, alegría, alivio, contento, dicha, deleite, diversión, orgullo, placer sensual, estremecimiento, embeleso, gratificación, satisfacción, euforia, extravagancia, éxtasis y en el extremo, manía.
Amor:
Aceptación,
simpatía,
confianza,
amabilidad,
afinidad,
devoción, adoración, infatuación, ágape (amor espiritual).
Sorpresa: Conmoción, asombro, desconcierto.
Disgusto:
Desdén,
desprecio,
menosprecio,
aborrecimiento,
aversión, disgusto, repulsión.
Vergüenza:
Culpabilidad,
molestia,
disgusto,
remordimiento,
humillación, arrepentimiento, mortificación y contrición. Las diversas emociones, con algunas excepciones, no parecer ir acompañadas de estados corporales diferenciales por lo que algunos
investigadores como Ekman y otros, han considerado las emociones en términos de familias; como se han mencionado anteriormente y donde cada una de estas familias están basadas en un núcleo emocional básico conformado por sus respectivos miembros según corresponda y que son manifestados externamente a través de estados de ánimo.