Atalaya sociopolítica de Casa Árabe nº 10

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Abril/Mayo 2010

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Sumario Análisis 1. Iraq: gobierno imprevisible. 2. Sudán: ¿una oportunidad perdida? Perfiles 1. Nuri al-Maliki. 2. Sadeq al-Mahdi. Opinión pública 1. Aspiraciones de la juventud árabe. 2. La opinión pública iraní y la oposición al régimen. 3. Crisis de identidad de los palestinos cristianos. Documenta 1. Conferencia Internacional de Londres sobre Yemen. 2. Acuerdo de alto el fuego entre gobierno sudanés y Movimiento de Justicia y Equidad. 3. Conferencia de Londres y mini-cumbre de Estambul sobre Afganistán. 4. Informe sobre los derechos humanos en Jordania. 5. Foro EEUU- Mundo Islámico de Doha. 6. Informe Anual sobre Derechos Humanos en el Mundo Árabe en 2009. 7. Declaración de Kuwait. 8. Cumbre de la Liga Árabe en Libia. Escaparate de libros y revistas

Publicación del IEAM de Casa Árabe Dirección: Gema Martín Muñoz Director adjunto: Rafael Ortega Rodrigo Investigadores: Rocío Vázquez Martí y Amira Kedier

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ISSN 1989-0400

Atalaya sociopolítica de Casa Árabe Análisis

Iraq: Gobierno imprevisible. Casi 19 millones de iraquíes fueron convocados a las urnas el pasado día 7 de marzo para elegir a los representantes de la Cámara Legislativa del país. A pesar de los atentados perpetrados aquella jornada, en los que murieron 38 personas y que provocaron casi un centenar de heridos, y en contra de lo ocurrido en los últimos comicios de 2005, que fueron boicoteados por los sunníes, la participación total alcanzó el 62,4%. Las primeras estimaciones sugerían una victoria de la Alianza por el Estado de Derecho, liderada por el actual primer ministro, pero las tornas cambiaron varias veces hasta que se anunciaron los resultados oficiales, que dieron una muy ajustada victoria a Iyad Allawi, ex primer ministro. Las negociaciones para la formación del nuevo gobierno se presumen complicadas y podrían alargarse varios meses. Desde que se celebraran las últimas elecciones legislativas de 2005, los principales actores y alianzas políticas en Iraq han sido testigo de ciertas transformaciones. La principal diferencia en las coaliciones es que, ahora, cada confesión no está agrupada en una única lista (para ver las anteriores alianzas véase Atalaya nº 4). En el ámbito shií, por ejemplo, lo que fuera la Alianza Iraquí Unida (al-I’tilaf al‘Iraqi al-Muwahhad), se ha ido fragmentando. Dos han sido las grandes alianzas establecidas en estos comicios: la Alianza por el Estado de Derecho (AED, I’tilaf Dawlat al-Qanun), liderada por el actual primer ministro, Nuri al-Maliki, y que integra el Partido de Predicación Islámica y otros pequeños grupos; y la Alianza Nacional Iraquí (ANI, al-I’tilaf al-Watani al-‘Iraqi), que integra el Consejo Supremo Islámico de Iraq, de ‘Ammar al-Hakim; la corriente de al-Sadr; la Corriente de Reforma Nacional, del ex primer ministro Ibrahim al-Yaafari; el Congreso Nacional Iraquí, liderado por Ahmad Chalabi; y el Partido de la Virtud, del ex ministro de Turismo, Hashem al-Hashemi, además de otros pequeños grupos y candidatos independientes. AlMaliki ha sido el único político destacado del ámbito shií que se ha mantenido fuera de la gran ANI, tal vez porque se

sintió reforzado tras su éxito en los comicios provinciales y municipales de finales de 2009. Los sunníes, por su parte, han dividido el Frente de Concordia Iraquí (Yabhat al-Tawafuq al-‘Iraqiyya) en otros dos grupos: Concordia Iraquí (CI, al-Tawafuq al-‘Iraqi), que incluye el Partido Islámico Iraquí, la Agrupación Tribal de Iraq, el Partido Turcomano de Justicia y algunos independientes; y la Lista de Renovación (LR, Qa’ima Taydid), liderada por el vicepresidente Tareq al-Hashemi, grupo que se ha unido a la Lista Nacional Iraquí (LNI, al-Qaima al-Wataniyya al‘Iraqiyya), liderada por el ex primer mi-


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Casa Árabe nistro Iyad Allawi y que integra también a la Agrupación Nacional de Iraquíes, de Usama al-Nuyeyfi, al Frente Iraquí por el Diálogo Nacional, de Saleh al-Mutallaq, y a la Agrupación Nacional de Futuro, de Zafer al-Ani. Las candidaturas de estos dos últimos fueron finalmente inhabilitadas y no han podido concurrir a las elecciones. Los kurdos se han agrupado en cuatro grupos: la Alianza Kurda (AK, al-Tahaluf al-Kurdistani), formada por los dos grandes partidos kurdos, el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), de Mas‘ud Barzani y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Yalal Talabani; y el Movimiento por el Cambio (Gorrán), liderado por Nushirwan Mustafa, que se ha perfilado como un serio competidor. Ya en las elecciones regionales del Kurdistán celebradas en julio del pasado año, este grupo se hizo con casi el 23% de los votos, lo cual es significativo teniendo en cuenta que tienen que hacer frente al aparato administrativo y político del gobierno regional, monopolizado por el PDK y el UPK. En 2005, los kurdos obtuvieron 53 escaños y en estas elecciones Gorrán les ha restado un total de 8. A estas agrupaciones hay que añadir la Unión Islámica Kurda (al-Ittihad al-Islami al-Kurdistani) y la Agrupación Islámica Kurda (al-Yama‘a al-Islamiyya al-Kurdistaniyya) que han logrado 4 y 2 escaños respectivamente. El entramado étnico, confesional e incluso lingüístico de Iraq es uno de los más complejos de Oriente Medio. Las categorías étnicas (árabes, kurdos, turcomanos, armenios o circasianos) se mezclan con las confesionales (sunníes, shiíes, yazidíes, caldeos, siríacos, jacobeos, sabeos, bahaíes y judíos) pero hay que señalar que las relaciones entre los distintos grupos han sido, históricamente, pacíficas y estables. Los problemas entre ellos han tenido siempre un origen político, derivado en gran medida del monopolio del poder por parte del círculo árabe sunní del régimen. Aunque ésta es la realidad social de Iraq, no se puede obviar el hecho de que existen dos abrumadoras mayorías: los árabes y los musulmanes. Sin duda serán estos grandes grupos (árabes sunníes, árabes shiíes y kurdos, mayoritariamente sunníes) quienes compongan el próximo gobierno, recurriendo a diversas y complejas alianzas, puesto que ninguno de ellos ha obtenido una mayoría absoluta. Según Salem Mashkur, escritor y periodista iraquí y candidato independiente por la lista de la Alianza Nacional Iraquí, los grandes bloques árabes, tanto sunníes como shiíes, han intentado evitar ser calificados de islamistas o sectarios,

Atalaya Sociopolítica puesto que consideran que sería beneficioso dejar de lado el aspecto religioso. Esto puede apreciarse en el hecho de que el número de hombres de religión presentados como candidatos ha disminuido, mientras que se han presentado más mujeres sin hiyab y se han evitado los eslóganes religiosos, todo esto, no obstante, sin que ninguno de ellos mencionara directamente el laicismo. A pesar de los intentos por presentar bloques nuevos y no sectarios, lo cierto es que cada grupo conserva una tendencia mayoritaria: la ANI es principalmente un grupo shií, igual que ocurre con la AED de al-Maliki, pese a los esfuerzos de éste por incorporar algunos representantes de clanes sunníes. La comunidad sunní es predominante, por ejemplo, en

el grupo Concordia Iraquí. Las listas de los kurdos están controladas por ellos, si bien han introducido algún candidato árabe en la lista de Bagdad y otras provincias fuera del Kurdistán. Una excepción la encontramos en la LNI, donde Allawi (que es shií) ha encabezado una lista de candidatos mayoritariamente sunníes. Pero no hay que olvidar que la política iraquí funciona todavía según las “leyes de Bremer”, que establecen una serie de cuotas étnicas y religiosas, con lo que resulta difícil eliminar los criterios confesionales en cualquier proceso político. Con estas leyes, mediante las que se disolvió el ejército iraquí, se pretendía garantizar el predominio de las fuerzas políticas leales a EEUU.

Iyad Allawi: ex primer ministro y ajustado vencedor de las últimas elecciones legislativas.

Nació en 1945 en el seno de una próspera e influyente familia shií. Su abuelo desempeñó un papel importante en las negociaciones para la independencia de Gran Bretaña y la creación del reino de Iraq, en 1920. Su padre fue un destacado político que llegó a ser diputado y su tío fue Ministro de Salud. En 1960 se unió al partido Baaz para hacer frente al gobierno de Abdul Karim Qasem que, en 1958, había derrocado a la monarquía y había instalado una república con apoyos del partido comunista. Estudió el bachillerato en el Bagdad College, un instituto jesuita norteamericano. Es licenciado en Medicina y está especializado en neurología. En 1971 se marchó a Londres para completar su formación médica, aunque se presupone que fue “alejado” por el propio partido, que estaba haciendo una purga interna. Realizó un máster y un doctorado en la Universidad de Londres. En 1976 abandonó definitivamente el partido Baaz. En 1978 planeó un golpe de Estado junto con generales del ejército iraquí cuyo fracaso le granjeó un intento de asesinato por el que pasó un año en el hospital. Con muy estrechos vínculos con la CIA, a lo largo de la década de los 80 realizó numerosos viajes por Oriente Medio, reuniéndose con opositores iraquíes en el exilio y estableciendo vínculos con los

oficiales del ejército que no comulgaban con el régimen de Saddam Husein. Pero con la guerra del Golfo de 1991, cuando Saddam pasó de ser un buen aliado contra Irán a convertirse en el principal enemigo de Occidente, Allawi pasó a ser uno de los líderes en el exilio que apoyó y financió EEUU, junto a Ahmad Chalabi, su competidor. En aquel año Allawi anunció oficialmente la existencia del Acuerdo Nacional Iraquí (ANI, al-Wifaq al-Watani al-‘Iraqi), un partido político del que fue elegido secretario general, compuesto mayoritariamente por militares ex baazistas descontentos y con evidentes vínculos con servicios secretos extranjeros. Tras la caída de Saddam, Allawi regresó a Iraq y entró a formar parte del Consejo de Gobierno, asumiendo la jefatura del Comité de Seguridad. Allawi fue una de las nueve personalidades que, de forma rotatoria, se fueron turnando en la presidencia del Consejo de Gobierno desde agosto de 2003. En 2004, el Consejo de Gobierno le eligió primer ministro del gobierno interino de Iraq. Durante su mandato, Allawi centró su atención en mejorar la situación de la seguridad porque necesitaba acreditarse ante la población y desbloquear el desembolso de los 33.000 millones de dólares que iban a donar los gobiernos e instituciones financieras participantes en la conferencia internacional de donantes celebrada en octubre en Madrid. Así, mientras crecía la inseguridad y aumentaban los atentados y las acciones militares de todos los bandos, Allawi firmó un acuerdo con nueve partidos y grupos para disolver sus milicias e integrarlas en las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y la Policía. Los peshmergas kurdos quedaron fuera de este trato. En las elecciones de 2005, la lista de Allawi quedó tercera (con 40 escaños), superada por la Alianza Iraquí Unida (140 escaños) y la Alianza del Kurdistán (75 escaños).


Atalaya Sociopolítica La des-baazificación Con la ocupación de las tropas estadounidenses y tras el derrocamiento del régimen de Saddam Husein en 2003, EEUU creó la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), el órgano rector de la administración civil de la ocupación que dirigía Paul Bremer. Bremer tomó la controvertida decisión de “limpiar” la administración, los órganos de seguridad y la sociedad iraquíes de elementos baazistas, para lo que se creó la Comisión Nacional Suprema de Des-baazificación (CNSD), cuyo subdirector fue Nuri al-Maliki. Esta criba consiguió el efecto contrario al deseado: empujó a la lucha armada y a la oposición a millares de iraquíes que eran del Baaz pero que, sin tener las manos manchadas de sangre, podrían haber sido integrados en el nuevo orden político. En noviembre de 2003, la APC fue sustituida por el Consejo de Gobierno de Iraq, una especie de gobierno embrionario no electo que asumió la dirección de la Comisión de Des-baazificación. En 2004, tras la disolución del Consejo de Gobierno, Bremer constituyó el Gobierno Interino de Iraq, liderado por Allawi y posteriormente relevado por el Gobierno de Transición que presidió Ibrahim al-Yaafari, gobernando el país hasta las elecciones de 2005 en las que ganó al-Maliki. A lo largo de todos estos años, la CNSD se ha mantenido viva y ha evolucionado hasta convertirse en la Comisión de Responsabilidad y Justicia (CRJ). En febrero de este año, dicha comisión hizo pública una lista en la que se incluían los nombres de nueve partidos políticos y 458 candidatos a los que se les prohibía participar en las elecciones de marzo, alegando que tenían vínculos con el régimen de Saddam o hacían apología de él. La lista definitiva fue revisada por la Comisión Electoral Independiente a finales del mismo mes y en ella se incluyeron hasta 15 partidos políticos y más de 500 candidatos. A pesar de esta revisión realizada por la Comisión Electoral, la decisión de la CRJ, controlada por shiíes, afectó especialmente a personalidades y partidos sunníes de gran importancia y no hizo sino consolidar el carácter sectario y confesional de las elecciones. Además, dificultaba la integración de los sunníes en el proceso político y, como consecuencia, también la reconciliación. La CRJ está presidida por Ali al-Lami, miembro del Congreso Nacional Iraquí, integrado en la ANI, la mayor coalición de grupos shiíes religiosos. El propio al-Lami es candidato de la ANI, lo que pone todavía más en entredicho la neutralidad de la decisión de la CRJ. Incluso algunos miembros de la propia comisión criticaron las decisiones adoptadas, asegurando que se trataba de “decisiones políticas”. La CRJ no presentó ninguna prueba que justifica-

ra la censura, sino que se limitó a redactar una simple lista de nombres. Con ello el trabajo de la CRJ ha sido polémico y muy cuestionado. Aparentemente, la prohibición afecta a un número prácticamente igual de sunníes y de shiíes, así como a algunos kurdos. La mayoría de los censurados son poco relevantes y su eliminación apenas ha tenido consecuencias. Pero los más destacados entre ellos son, concretamente, sunníes. Los dos grandes grupos shiíes (AED y ANI) no han perdido a ningún candidato importante, ni tampoco los partidos kurdos. Han sido precisamente las agrupaciones sunníes las que se han llevado la peor parte: la LNI no sólo ha perdido a dos de sus miembros más destacados, sino a un total de 70 candidatos. El nombre más relevante entre los eliminados es Saleh alMutallaq y su Frente Iraquí por el Diálogo Nacional. Al-Mutallaq tiene un conocido pasado baazista, aunque abandonó el partido a finales de la década de los 70, y fue uno de los sunníes que participó en la redacción del borrador de la Constitución en 2005. Su eliminación ha supuesto un duro golpe para la LNI de Allawi, puesto que alMutallaq es el candidato sunní con mayor capacidad de movilización y uno de los socios más importantes de la coalición. La Comisión Electoral presentó 54 nuevos nombres para sustituir a quienes habían sido previamente eliminados y, finalmente, se acordó que aceptarían la participación de éstos en los comicios pero que, una vez celebrados, se investigarían sus posibles vínculos con el Baaz. El 30 de marzo, tan sólo tres semanas después de las elecciones, la CRJ anunció que 6 de los candidatos que han obtenido escaño van a ser investigados y, de momento, no podrán ocupar su puesto. Al menos uno de ellos pertenece a la LNI de Allawi. Los resultados Los resultados de estas elecciones han supuesto más de una sorpresa. La primera de ellas es el triunfo ajustado de Allawi sobre al-Maliki. La principal razón ha sido la importante participación de la población sunní, que ha llegado al 70%, superando así a la media de participación shií en más

Casa Árabe de 8 puntos. Otro factor que ha podido contribuir al ascenso de Allawi es el hecho de que la sociedad iraquí se está alejando cada vez más de los partidos religiosos, como quedó demostrado en las elecciones municipales, donde el grupo de al-Maliki, que es considerado el menos religioso de los partidos shiíes, obtuvo una cómoda mayoría. Parece, en cualquier caso, que su AED no ha logrado convencer del todo a los votantes de que se ha alejado definitivamente de los presupuestos religiosos que gobiernan el Partido de Predicación Islámica, dirigido por al-Maliki y principal fuerza de la Alianza. En segundo lugar, hay que señalar también el descenso de la ANI. Hay que tener muy en cuenta que la mayoría de los escaños que ha obtenido esta coalición han sido para la corriente de al-Sadr, mientras que la minoría restante tendrá que repartirse entre el CSII (de al-Hakim), la Corriente de Reforma Nacional (Yaafari), el Partido de la Virtud (de Hashem al-Hashemi), además de otros independientes como Ahmad al-Chalabi. Frente al ascenso de al-Sadr encontramos la caída del CSII, que ha sido siempre uno de los socios principales de la coalición. La tercera y última sorpresa que han sacado a la luz las elecciones legislativas supone la corrección del “error confesional” que había comenzado a apreciarse tras la caída de Saddam. Si bien la distribución confesional de la población, que ha tenido gran influencia en el proceso político, confirma que el porcentaje de shiíes oscila entre el 55% y el 65%, mientras que árabes y kurdos suman entre el 35% y el 45%, los resultados electorales no reflejan exactamente estos porcentajes. Según las cifras de población indicadas, los shiíes deberían haber obtenido entre 180 y 211 escaños, pero finalmente no han superado los 159. Los sunníes y los kurdos, por su parte, que deberían haber logrado entre 113 y 146 escaños, han obtenido al final 158 (101 los sunníes y 57 los kurdos). Esto implica un gran avance en la integración de los grupos sunníes en el proceso político, puesto que este segmento de la población había quedado un poco al margen con la caída de Saddam Husein y el proceso de desbaazificación.

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Casa Árabe Los resultados La provincia de Kirkuk, que goza de una Ley Electoral especial, ha sido históricamente disputada por árabes, kurdos y turcomanos. La región ha sido testigo de importantes cambios demográficos, naturales o impuestos, puesto que cada grupo de población quería convertirse en mayoritario. Desde 2003, numerosas familias kurdas han regresado a su región para asentarse allí, y el gobierno autónomo ha favorecido el daesplazamiento de árabes y turcomanos, por lo que han tenido lugar importantes cambios en el censo. Los kurdos,

Atalaya Sociopolítica que consideran Kirkuk su capital histórica, quieren asimilarla y convertirla en una más de las provincias de la región semi-autónoma del Kurdistán, tanto por proximidad geográfica como por la abundancia de petróleo en esta zona. La Alianza del Kurdistán estaba convencida de poder alcanzar una cómoda victoria en esta región, si bien los resultados no han sido los que esperaban. Finalmente, la lista de Allawi ha quedado en primer lugar, seguida de la Alianza del Kurdistán, el Movimiento Gorrán, la Unión Islámica del Kurdistán, el partido Concordia Iraquí, la ANI y, en séptimo lugar, la AED.

Nombre de la Alianza

Total escaños

Lista Nacional Iraquí Al-Qaima al-‘Iraqiyya

89+2=91

Alianza por el Estado de Derecho I’tilaf Dawlat al-Qanun

87+2=89

Alianza Nacional Iraquí Al-I’tilaf al-Watani al-‘Iraqi

68+2=70

Coalición del Kurdistán Al-Tahaluf al-Kurdistani

42+1=43

Movimiento por el Cambio Gorrán

8

Concordia Iraquí al-Tawafuq al-‘Iraqi

6

Unión Islámica del Kurdistán Al-Ittihad al-Islami al-Kurdistani

4

Alianza Unidad de Iraq Itilaf Wahdat al-‘Iraq

4

Lista al-Rafidayn Qaimat al-Rafidayn (cuota minoría)

3

Agrupación Islámica del Kurdistán Al-Yama‘a al-Islamiyya al-Kurdistaniyya

2

Consejo Popular Caldeo Siríaco Asirio Al-Maylis al-Sha‘bi al-Kaldani al-Siryani al-Ashuri (cutoa minoría)

2

Yazidíes por la Reforma Al-Azidiyya min Ayl al-Islah (cuota minoría)

1

Mohammad Yamshid al-Shabaki (cuota minoría)

1

Nasib Jaled Amín al-Rum (cuota minoría)

1

TOTAL Existen 8 escaños reservados a minorías y 7 escaños compensatorios.

318+7=325


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La dimensión regional Dada la inestabilidad de Oriente Medio y la implicación de los actores regionales en diversas cuestiones, el papel regional que ha de desempeñar Iraq es de vital importancia. Irán, Siria, Turquía o Arabia Saudí, entre otros, han seguido con gran interés la transformación que ha tenido lugar en Iraq desde que fuera invadido por las tropas estadounidenses y el régimen de Saddam Husein fuera derrocado en 2003. En primer lugar, si nos centramos en Irán, sería inapropiado analizar las relaciones irano-iraquíes únicamente a través del prisma de una alianza shií. La política iraní respecto a Iraq, fuera cual fuera el tipo de régimen que gobernara en Teherán, se ha basado siempre en cálculos pragmáticos orientados a la seguridad y a objetivos estratégicos. Teniendo en cuenta las actuales relaciones entre Irán y EEUU, es obvio que Teherán está a favor de la retirada de las tropas estadounidenses y, como consecuencia, en contra de cualquier agitación o violencia post-electoral que pudiera retrasar el plan de retirada de los norteamericanos, previsto para finales de 2011. Lo último que le interesa a Irán es un Iraq dividido inmerso en confrontaciones étnicas y confesionales que pusieran en peligro la integridad del territorio iraquí y que podrían tener como consecuencia una gran afluencia de refugiados hacia la frontera iraní. Además, estos enfrentamientos serían un desastroso precedente para Teherán, teniendo en cuenta su gran diversidad étnica y su política interna. Como señala Sam Sasan Shoamanesh, co-fundador y editor asociado de la revista canadiense de análisis político Global Brief y especialista en leyes internacionales, “en contra de lo que cree la opinión pública, un Iraq unido e independiente coincide con los intereses de Irán”. De la misma manera, también Siria percibe la presencia norteamericana en Iraq como una amenaza potencial, a pesar de que existen indicios de un cierto cambio en la relación sirio-norteamericana con el gobierno de Barack Obama. Los países de la región con poblaciones minoritarias de cierta importancia, como Irán, Siria y Turquía, se sentirán amenazadas si las elecciones tienen como consecuencia la renovación de los enfrentamientos étnicos. Concretamente, el surgimiento de nuevas llamadas a la creación de un estado kurdo independiente supondría una amenaza directa a la seguridad nacional de los tres países mencionados. Si bien un gobierno de tendencia shií, como, por ejemplo, el de Nuri al-Maliki, sería favorable a Teherán, es cierto que Irán intentaría también establecer relaciones con los otros actores del diverso panorama étnico-confesional de Iraq, estrechando los vínculos políticos, culturales y de seguridad con el vecino iraquí. Además, Teherán considera que un Iraq “amigo” podría suponer un nue-

vo apoyo a su programa nuclear. Este interés regional no es unidireccional. A los grupos iraquíes también les conviene obtener el apoyo de Irán. De hecho, unas pocas semanas después de las elecciones, el grupo de Allawi, así como la corriente de al-Sader, el CSII y el líder kurdo Yalal Talabani organizaron delegaciones que viajaron a Teherán para conversar con los líderes iraníes. En cuanto a Arabia Saudí, los enfrentamientos étnicos también son vistos como una amenaza. La población shií del reino saudí constituye la mayoría en la provincia oriental

de Hasa, una zona rica en petróleo, lo que supone una gran preocupación para el régimen. Además, Arabia Saudí no ve con buenos ojos la creciente influencia regional de Irán, al que considera su “rival shií”. De hecho, Riyad no se ha decidido aún a abrir una embajada en Bagdad y continúa exigiendo al hasta ahora primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, que tenga en cuenta a la minoría sunní de la población. Como señala Ibrahim al-Samid‘i, experto en asuntos iraquíes, “el gobierno libanés se formó después de que Arabia Saudí y Siria se hubieron puesto de acuerdo; los actores re-

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Casa Árabe gionales desean una solución parecida (para Iraq) derivada de un acuerdo entre Teherán y Riyad” (Al- Quds al-Arabi, 8 de abril de 2010). El factor kurdo Hasta pocos días antes de las elecciones, se suponía que la opción más probable podría seguir siendo una alianza entre los dos grandes grupos shiíes (AED y la ANI) y la Coalición del Kurdistán. Esta opción sería la más lógica, pero los resultados electorales sugieren que puede ser más complicada de lo que parecía. Como ya se ha explicado, dentro de la ANI el partido que más votos ha obtenido ha sido la corriente de Muqtada al-Sadr, grupo que no goza de buenas relaciones con alMaliki y que, sobre todo, se opone a que éste se mantenga en el puesto de primer ministro durante otro mandato. La enemistad entre alSadr y al-Maliki se deriva, en gran parte, de la dura represión que han sufrido los sadríes, que han pasado de ser una milicia armada a una potente organización política, en la ciudad de Basora y en los barrios orientales de Bagdad, durante la legislatura de al-Maliki. El primer ministro, por su parte, consciente del peso del grupo de al-Sadr dentro de la ANI y de la importancia de su alianza con ellos, se ha apresurado a asegurar que “sería posible poner en libertad a un gran número de miembros de la corriente de al-Sadr presos en las cárceles” (al-Hayat, 25 de marzo de 2010). Después de que se hayan conocido los resultados definitivos, parece que al-Maliki podría llegar a renunciar al puesto de primer ministro y estaría barajando otros nombres para el cargo, puesto que la alianza con el CSII de alHakim y con la corriente de al-Sadr es ahora imprescindible si quiere participar en el futuro gobierno. Frente a esto, circulan otros rumores que sugieren que se están llevando a cabo negociaciones entre la LNI de Allawi y la ANI (shií) que, sumando el apoyo de los kurdos (sunníes), podrían excluir al grupo de al-Maliki. Esta información tiene cierta credibilidad si atendemos a los últimos movimientos de

Atalaya Sociopolítica Allawi en el ámbito regional. El político iraquí visitó Arabia Saudí (el gran poder sunní de la región), donde se reunió con el rey Abdallah y el jefe de los servicios secretos, así como Irán (el rival shií), donde también mantuvo contactos con responsables de los servicios de inteligencia. De la misma manera, Tareq al-Hashemi, vicepresidente y miembro de la lista de Allawi, se reunió con líderes egipcios. Todas estas maniobras parecen orientadas a apartar a al-Maliki del poder y a asegurar el apoyo de los gobiernos árabes vecinos, que están a favor del tipo de gobierno que parece abanderar Allawi. Según responsables del CSII (el principal grupo de la ANI), este posible trato no implicaría otorgar a Allawi el cargo de primer ministro, sino alguno de los ministerios importantes, entre ellos, probablemente, el de Exteriores; mientras que un kurdo asumiría el puesto de presidente del Parlamento. A pesar de que esta teoría parece posible, debido a que los temores de los shiíes a una penetración sunní en política se han desvanecido (tras la prohibición de docenas de personalidades sunníes afiliadas al Baaz), también es cierto que tiene una debilidad, y es que da por supuesta la aprobación por parte de los kurdos, apoyo que está todavía por confirmar. Los kurdos constituyen la tercera fuerza del Parlamento y tienen muchas cartas con las que negociar: la presidencia de Talabani, las regiones “en disputa” de Kirkuk, Mosul y Diyala, la viabilidad de un estado federal y la ley del petróleo. En principio, los kurdos tienen más afinidad con las agrupaciones shiíes, que se inclinan también a favor de una estructura federal para el Estado, pero ya han dejado claro en numerosas ocasiones que están dispuestos a negociar con “todas las fuerzas políticas de Iraq, sin excepción”. Otra opción, tal vez menos probable pero no imposible, sería un acuerdo entre la Alianza de al-Maliki y la Lista de Allawi. El 26 de marzo, día establecido para el anuncio oficial de los resultados, el diario al-Hayat informaba de que se estaban celebrando conversaciones “en privado” entre estos dos grupos, dadas

las discrepancias que existían entre el partido de al-Maliki y la ANI, hasta ese momento irreconciliables, respecto a la fórmula que debían adoptar para su alianza y respecto al nombre del próximo primer ministro. Según esta información, al-Maliki podría estar planeando una gran alianza con la Lista Iraquí, los kurdos, algunos independientes de la ANI y la Alianza Unión de Iraq (I’tilaf Wahdat al-‘Iraq, de Yawwad al-Bolani). La competición ha sido muy disputada (Allawi ha ganado a al-Maliki por unos 11.000 votos) y lo cierto es que el contexto es complejo e imprevisible. En realidad, tanto al-Maliki y como Allawi adolecen de los mismos problemas: ambos han vivido fuera de Iraq durante más de veinte años, por lo que su conocimiento del funcionamiento del Estado y de sus instituciones es bastante limitado. De la misma manera, ambos están completamente desligados de la sociedad iraquí y de las dificultades a las que han de enfrentarse los iraquíes en su vida diaria puesto que sus familias, al completo, han vivido seguras fuera del país. Además, tanto al-Maliki como Allawi han tenido que hacer frente a la violencia a lo largo de sus mandatos y ninguno de ellos ha sabido encontrar una solución a los enfrentamientos. De igual manera, ambos han descuidado los servicios básicos, que apenas han mejorado desde 2004, y también se han visto involucrados, si bien no ellos directamente sí algunos ministros de sus gobiernos, en casos de corrupción. Parece que, sea quien sea el encargado de formar el próximo gobierno y se convierta en primer ministro, en realidad no supondrá una gran diferencia. Bibliografía Martín Muñoz, Gema. Iraq. Un fracaso de Occidente (1920-2003). Barcelona: Tusquets, 2003. Rojo Pérez, Pedro. “Elecciones en Irak. La última baza de EE.UU” en Política Exterior, vol. XXIV, marzo-abril 2010, núm. 134, pp. 21-27.

ENLACES DE INTERÉS Página del Parlamento Iraquí http://www.parliament.iq/ Página de la Comisión Superior Independiente para las Elecciones http://www.ihec.iq/Arabic/index.aspx Iraqui High Electoral Commission http://www.ihec.iq/content/file/House_of_Representatives_elections/House_of_Representatives_elections/muadel%20212222010.pdf Presos sadríes http://international.daralhayat.com/internationalarticle/122953 Allawi y al-Maliki http://www.opendemocracy.net/zaid-al-ali/maliki-allawi-and-iraqi-people La des-baazificación http://www.carnegieendowment.org/publications/index.cfm?fa=view&id=24834 http://www.carnegie-mec.org/publications/?fa=24778&lang=en Consecuencias regionales http://english.aljazeera.net/focus/iraqelection2010/2010/03/201037123914357815.html Interpretación de los resultados http://www.aawsat.com/details.asp?section=4&issueno=11432&article=561389


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SUDÁN: ¿UNA OPORTUNIDAD PERDIDA? Veinte años después de la llegada al poder de Omar al-Bashir, el régimen de Jartum ha convocado por primera vez elecciones multipardistas y, teóricamente, transparentes. Es una de las disposiciones de los Acuerdos de paz definitivos firmados en 2005 entre el gobierno de Jartum, controlado por el islamista Congreso Nacional, y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán, de implantación en el Sur del país. Este proceso electoral debía ser uno de los grandes pasos para la redefinición de Sudán como país democrático e integrador de la diversidad política, religiosa, étnica y social. Pero el boicot de las principales formaciones políticas ha debilitado su alcance y consecuencias. Así, la escena no ha cambiado apenas: la presidencia de la República sigue en manos de al-Bashir, el Congreso Nacional ejercerá un mayor control sobre el parlamento y las asambleas provinciales del norte, y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán mantiene su autoridad en todas las instituciones del sur. Los resultados de las complejas elecciones que han tenido lugar en Sudán han sido recibidos de formas muy diversas: la Unión Africana, la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica y China, con observadores sobre el terreno, las han calificado de éxito rotundo y consideran que se han desarrollado en un clima de limpieza y transparencia. Sin embargo, ni la administración estadounidense ni el Parlamento Europeo están satisfechos ya que consideran que no se han cumplido los estándares mínimos de un proceso democrático. Pero para todos ellos hay una prioridad: la continuación del proceso de aplicación del acuerdo de paz de 2005, y, por lo tanto, califiquen o no estas elecciones como democráticas, todos reconocerán al gobierno y las instituciones que emanen de las elecciones tanto en el norte como en el sur, aunque haya diferencias claras entre ambos: si en el norte no ha habido una verdadera competición electoral, por el boicot de las principales fuerzas opositoras, en el sur sí que se ha producido pero el proceso se ha visto entorpecido por una “organización pobre”, según el comunicado de la misión de observadores del Parlamento Europeo.Todos consideran que ha sido un momento histórico, que el proceso se ha desarrollado, por lo general, en un clima de tranquilidad y que supone un paso crucial en la aplicación del Acuerdo de paz definitivo. Por su parte, la oposición sudanesa, tanto la que ha boicoteado el proceso ante lo que ha considerado manipulación y fraude desde sus preparativos como las formaciones que optaron por presentar sus candidatos, no ha reconocido los resultados de las elecciones, en las que el ganador indiscutible en los tres niveles (presidencia de la República, parlamento nacional y gobernadores y asambleas provinciales del norte) ha sido el Congreso Nacional, el partido en el poder desde 1989. La oposición prepara ahora su estrategia para la nueva época que se inicia. En el sur, el vencedor en la presidencia, en los puestos de gobernador y en las asambleas provinciales ha sido, como no podía ser de otra manera, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán. El desconcierto de la oposición Amir Tayy al-Sirr Makki, uno de los mejores escritores sudaneses contemporáneos, ha descrito a la oposición sudanesa como “desconcertada”. Una oposición que en pocos meses ha pasado de formar un frente común

a adoptar posturas opuestas y cambiantes. Según la Declaración de Juba (ver Atalaya nº 9) del 17 de enero de 2010, 36 partidos de oposición, coaligados en las Fuerzas del Consenso Nacional, decidieron participar en el proceso electoral y, en caso de que no se hubieran aplicado las reformas necesarias en el registro electoral y las leyes de transformación democrática, aceptar su aplazamiento hasta el próximo mes de noviembre. Sin embargo, las viejas jefaturas han vuelto a romper el frente común, han perdido credibilidad ante la sociedad y con su postura han favorecido el triunfo del Congreso Nacional (CN) y la reelección del presidente de la República, Omar Hasan al-Bashir, aunque le hayan despojado de parte de su legitimidad. Quizás la mayor sorpresa fue el anuncio hecho por el socio en el gobierno de unidad nacional, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS), de retirar a su candidato a las presidenciales, Yasir ‘Arman, y boicotear las elecciones en 13 provincias del norte (excepto en dos fronterizas con el sur, Nilo Azul y Kordofan) en todos sus niveles, tanto presidenciales como parlamentarias y provinciales, manteniendo su compromiso con las elecciones en las diez provincias del sur donde ejerce una autoridad total. La decisión del MPLS es difícil de entender, aunque argumente irregularidades en el censo, el mantenimiento de leyes represivas, el control que sigue ejerciendo el CN sobre los medios, los aparatos del Estado y la Comisión Electoral. Y es difícil porque ‘Arman era uno de los candidatos con mayores posibilidades de éxito o de al menos complicar la reelección del presidente de la República, con los votos del electorado del sur y de la población originaria de las provincias meridionales instalada preferentemente en la capital. De hecho, a pesar de haber retirado su candidatura, ha conseguido el 92% de los votos del sur (2 193 000 votos). ‘Arman posee una dilatada trayectoria política, es un sudanés del norte en las filas del MPLS, el rostro mediático del movimiento, representante en el Parlamento y no ha sufrido el desgaste de la vieja jefatura de los partidos tradicionales. Por eso, la decisión ha dado lugar a rumores: algunas fuerzas políticas, como el Partido al-Umma/ Reforma y Renovación, creen que ha sido resultado de un acuerdo entre los dos socios de gobierno, el CN y el MPLS. El primero ofrecería al segundo, a cambio de la retirada de su candidato, concesiones en cuestiones como el trazado definitivo de las fronteras

internas entre el norte y el sur y la delimitación de la polémica zona de Abyei, rica en petróleo y en acuíferos y en eterna disputa entre el norte y el sur. La retirada de ‘Arman y la de otros candidatos a las presidenciales, ha favorecido la continuidad del presidente al-Bashir que ha obtenido el 68, 24% de los votos (6 901 694). Uno de los grandes partidos de la oposición, al-Umma de Sadeq al-Mahdi, también decidió, en el último momento, boicotear todo el complejo proceso electoral debido a la falta de transparencia, los casos de corrupción y la negativa del gobierno a aplazar la cita electoral. La misma postura adoptó el Partido al-Umma/Reforma y Renovación, escindido del anterior hace ocho años, argumentando que las elecciones iban a ser manipuladas. Al-Umma y al-Umma/Reforma y Renovación habían decidido aparcar sus diferencias y formar un frente común de oposición de cara a las elecciones presidenciales. El Partido Comunista Sudanés ha sido una de las pocas formaciones que ha mantenido desde el primer momento la posición de boicotear las elecciones porque no se daban las condiciones apropiadas para ello: abolición de las leyes que restringen las libertades individuales, un censo de población que respondiera a la realidad del país, la estabilidad y seguridad necesarias, la disolución de las milicias, el desarme de todas las facciones, el regreso de desplazados y la existencia de una comisión electoral realmente independiente. Otras organizaciones políticas han optado por la participación: el Congreso Nacional, por supuesto; el Congreso Popular de Hasan al-Turabi, quien a pesar de reconocer la existencia de irregularidades y errores técnicos cree que ello no anula el proceso electoral; el Partido Unionista Democrático de Muhammad Uthman al-Mergani, la Alianza Nacional Sudanesa, la Unión Socialista Democrática Sudanesa y el Nuevo Partido Nacionalista Democrático, junto a dos candidatos independientes a la presidencia. El Unionista Democrático, otro de los grandes partidos tradicionales sudaneses sustentando en una poderosa tariqa sufí, la Merganiyya, ha cambiado su estrategia en varias ocasiones: participación, boicot y de nuevo participación en todo el proceso electoral. Mientras que el Congreso Popular, que dirige el antes todopoderoso al-Turabi, siempre ha apostado por la participación y obtener representación parlamentaria.

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Atalaya Sociopolítica oposición armada de Darfur a fin de firmar un acuerdo de paz. Así, la transición de un mal llamado “gobierno de unidad nacional” –establecido en septiembre de 2005 en virtud de los acuerdos de paz y que en realidad consistía en un reparto del poder entre el CN y el MPLS (52% para el CN, 28% para el MPLS, 14% para otras fuerzas del norte y 6% para otras fuerzas del sur) – a otro democrático y representativo emanado de un proceso electoral limpio y transparente queda puesta en entredicho, cuando no totalmente aplazada. Lo mismo ocurrirá con las instituciones del Estado: la nueva Asamblea Nacional (parlamento), que desde 2005 está constituida por 450 diputados con idéntica proporción de representación que en los puestos ministeriales y ejecutivos, seguirá sin reflejar el pluralismo real. Y otro tanto cabe decir de los gobernadores de las 25 provincias (15 en el norte y 10 en el sur), fundamentales para regir un país de una extensión como la de Sudán (2,5 millones de km.²) que, teóricamente, optó por un sistema federal descentralizado. Campañas y candidatos

Mapa político de Sudán (2007) Desde 2005, el régimen ha ido preparando el terreno y los instrumentos necesarios para cumplir con la condición de realizar elecciones multipartidistas y transparentes: nuevas legislaciones, una nueva Constitución transitoria, aprobada en 2005, nueva ley electoral, un nuevo censo de población –protestado por las otras fuerzas políticas-, y se han aplicado disposiciones de seguridad; aunque sigue sin resolverse el estatus de la disputada zona de Abyei (ver Atalaya Sociopolítica nº 8) que pone en constante peligro la aplicación de los acuerdos de paz. La nueva Ley Electoral fue aprobada por mayoría en el parlamento sudanés, si bien ha sido criticada por la oposición, aunque incluye algún avance: se ha rebajado el techo del porcentaje de votos necesario para obtener representación parlamentaria al 4%) y asigna la cuota del 25% para la representación de la mujer. Esta ley debía garantizar la transparencia y limpieza del proceso electoral ya que prohíbe la corrupción y la utilización de recursos del Estado para velar por la igualdad de oportunidades entre todos

los candidatos, permite la presencia de observadores internacionales y la creación de una comisión electoral “independiente” responsable de la organización y supervisión de los comicios. Sin embargo, los problemas comenzaron con la designación de los miembros de la comisión electoral, que supuestamente debían cumplir los requisitos de “experiencia, imparcialidad e independencia”. La designación corría a cargo del presidente y debían ser refrendados por dos tercios del parlamento. De ahí las críticas de la oposición, que ha considerado la comisión como un instrumento al servicio del Congreso Nacional. Por otro lado, la orden de busca y captura emitida por el Tribunal Penal Internacional de La Haya contra el presidente al-Bashir por crímenes contra la humanidad en la crisis de Darfur (ver Atalaya Sociopolítica nº 3) y esta misma crisis irresuelta, que resta legitimidad a los resultados, han llevado al régimen a emprender en los últimos meses una ronda de negociaciones con los movimientos de

A pesar de todos esos obstáculos, la maquinaria para el proceso electoral más complejo de la historia contemporánea de Sudán se puso en marcha. Los votantes fueron convocados para elegir, entre el 11 y 16 de abril (el plazo se amplió dos días para subsanar errores en las papeletas), al presidente de la República; presidente del gobierno del sur de Sudán; gobernadores de las 25 provincias; los 450 miembros del Parlamento (Asamblea Nacional); miembros de la Asamblea Legislativa del Sur de Sudán; miembros de las asambleas legislativas de las provincias y otros cargos ejecutivos y legislativos en el gobierno del sur. Así, por ejemplo, el votante del norte tenía que depositar ocho papeletas distintas para elegir: presidente de la República; gobernador de la provincia en la que reside; un diputado de la circunscripción para la Asamblea Nacional; un diputado de la circunscripción para la Asamblea Provincial; otra para elegir de entre la lista de mujeres, según la cuota prevista por la ley, una diputada a la asamblea nacional; otra similar para elegir a la representante en la asamblea provincial; una papeleta de las listas de partidos para la asamblea nacional y otra similar para la asamblea provincial. Las campañas de los partidos se centraron en generalidades, sin apenas variaciones en el discurso: libertades sociales, independencia del poder judicial, impulso de la participación de la mujer, gratuidad de la enseñanza y de la sanidad, subvención de los productos básicos, mejora del nivel de vida, paz, estabilidad y seguridad, potenciación de la enseñanza superior y la investigación científica, diversificación de la economía (petróleo, agricultura, industria, inversiones extranjeras…) y un desarrollo sostenible.


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Atalaya Sociopolítica Doce candidatos a la presidencia de la República pudieron cumplir el principal requisito: reunir 15 000 firmas en 18 provincias. De esos doce candidatos, cuatro optaron al final por retirar sus candidaturas: Sadeq al-Mahdi (al-Umma), Mubarak al-Fadel (al-Umma/Reforma y Renovación), Yasir ‘Arman (MPLS) y Muhammad Ibrahim Nuqd (PCS), aunque han obtenido votos. Así pues, los candidatos han sido los siguientes:

Omar al-Bashir, actual presidente sudanés. 1. Omar al-Bashir (1944), protagonista del golpe de Estado del 30 de junio de 1989, se le considera un militar islamista. Ha gobernado el país con mano de hierro, aunque en su haber se encuentra la firma del Acuerdo de paz definitivo con la oposición política y armada del sur. Sin embargo, la incapacidad del régimen que dirige para estabilizar Darfur y la orden de busca y captura dictada por el Tribunal Penal Internacional de La Haya han deteriorado todavía más su imagen.

de Jartum desde 1989 hasta 2000–, presentó un candidato del sur a la presidencia de la República, algo que ocurre por primera vez en la historia del país, símbolo de la transformación operada en el seno de la sección del islamismo sudanés liderada por al-Turabi desde la firma del memorándum de entendimiento con el MPLS en febrero de 2001. Según la página web del partido, Dinq Nidal nació en la localidad de Bor, en la provincia de Jongley, en 1954, se licenció en la Facultad de Lengua y Literatura Árabes de la Universidad de al-Azhar (El Cairo) en 1982, y es diplomado en enseñanza de Lengua Árabe. Fue profesor ayudante de la Universidad de Juba (capital del sur de Sudán) en la década de los ochenta. Inmediatamente después del golpe de Estado del Frente Islámico Nacional (30/6/1989), fue nombrado ministro de Orientación (Religiosa) (1989-1993); ministro de la Paz y la Reconstrucción (1993-1994); gobernador de la provincia del Nilo Blanco (199495); parlamentario (96-98); presidente de la Comisión de Paz de la Asamblea Nacional (98-99); vicepresidente del Órgano Consultivo (Shurà) del Congreso Nacional (98-99); presidente del Órgano Consultivo del Congreso Popular, y uno de los vicesecretarios generales del partido.

(ver Perfil en Atalaya Sociopolítica de Casa Árabe, nº 3, octubre-noviembre 2008)

Jatim al-Sirr ‘Ali. 4. Jatim al-Sirr ‘Ali (al-Yazira, 1960), candidato del Partido Unionista Democrático. Licenciado en Derecho y con estudios superiores en Ciencias Políticas por la filial de la Universidad de El Cairo en Jartum. Entró en el partido cuando todavía estudiaba secundaria. Ha trabajado como abogado (1983-85) y como consejero jurídico del Banco Islámico Sudanés (hasta 1989). Tras el levantamiento de 1985, y la caída del régimen de Numeyri, entró en la oficina del presidente del Partido Unionista Democrático (PUD). Durante el período parlamentario de 1986 hasta 1989 desempeñó varios cargos en la administración. Tras el golpe de 1989 abandonó el país en compañía del presidente del partido, Muhammad ‘Uthman al-Mergani. En 1995 fue elegido secretario del Comité Central en el extranjero, desde donde supervisó la actividad de todas las secciones del PUD fuera de Sudán. En 2000 fue elegido representante del partido en la Oficina Ejecutiva de la Agrupación Nacional Democrática, que aglutinaba a las grandes formaciones de oposición al régimen y fue su portavoz oficial. Miembro de la Oficina Política y de la Oficina Ejecutiva del PUD desde el congreso general de 2004. El PUD, una de las dos grandes formaciones políticas de base comunitaria junto al-Umma, sufre desde hace años fuertes divisiones internas.

Kamel Idris.

Abdallah Dinq Niyal, candidato del islamista Congreso Popular. 2. Abdallah Dinq Niyal. El Congreso Popular (CP), dirigido por el ideólogo, hombre de Estado y activista, Hasan alTurabi –la otra cara del régimen bicéfalo

3. Kamel Idris, candidato independiente, es natural de Dongola (norte). Ha sido director general del Organismo Internacional de Propiedad Intelectual de Naciones Unidas; secretario general de la Unión Internacional de Protección de Nuevas Especies Vegetales (1997-2007); y miembro del Comité de la ONU de Derecho Internacional (1992-96, 2000-2001). Es doctor en Derecho Internacional por la Universidad de Ginebra. Ha ejercido como profesor de Derecho en diferentes universidades (El Cairo, Ohio, Jartum, Pekín). Acumula condecoraciones y títulos de doctor honoris causa. Ha puesto por escrito su visión de futuro para el país en Sudán 2020: cambio de rumbo y visión de futuro.

Mahmud Ahmad Yiha, 5. Mahmud Ahmad Yiha, es otro de los candidatos independientes a la presidencia de la República. Procedente de Kordofan (norte del país), pertenece a

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Casa Árabe la corriente islamista. Ha sido parlamentario (1982) y ya se presentó a las elecciones presidenciales de 2000, en las que quedó en quinto lugar. Estudió Ciencias Políticas, Asuntos Africanos y Relaciones Internacionales en la Universidad de Jartum. Trabajó en la administración en época del presidente Ya‘far Numeyri (19691985) como diplomático en el ministerio de Asuntos Exteriores tras la reconciliación nacional de 1977. En 1987 fundó el periódico independiente al-Yarida. Ha trabajado en bancos islámicos en Europa y es un ardiente defensor del consenso nacional como único mecanismo posible para conseguir la estabilidad política del país.

Atalaya Sociopolítica costa oriental del país. “Construcción del futuro y devolución de los derechos/ Esperanza y Cambio” son los principios que guían su programa electoral: defensa de los derechos humanos, del pluralismo político, cultural y religioso; desarrollo socioeconómico equilibrado; alternancia pacífica en el poder y sistema descentralizado

de lado sus aspectos negativos. Sobre Darfur propone buscar soluciones políticas que exigen la transformación democrática; el alto el fuego; el pago de indemnizaciones a las víctimas y el reconocimiento de sus derechos; el regreso de desplazados y refugiados; y la iniciativa de la Unión Africana: la creación de una única región de Darfur que englobara a las tres actuales (Darfur Norte, Darfur Sur y Darfur Oeste). Con respecto al sur, defiende su permanencia en un único Sudán, recuperar el espíritu de los acuerdos de paz de Addis Ababa de 1972; el petróleo del sur para el sur; y la aplicación de los Acuerdos de paz definitivos de Naivasha de 2005, aunque revisando algunos de sus artículos. En la campaña electoral ha defendido la diversificación de la economía (petróleo, agricultura, inversión externa), la educación gratuita, la mejora del nivel de vida, el apoyo a las mercancías básicas, la potenciación del papel de la mujer y su participación en todos los ámbitos.

Fatima Ahmad Abdelmahmud.

Abdelaziz Jaled Uthman Ibrahim. 6. Abdelaziz Jaled Uthman Ibrahim (1944), de la Alianza Nacional Sudanesa (al-Tahaluf al-Watani al-Sudani). Estudió Derecho en la Universidad de El Cairo en Jartum y luego ingresó en las Fuerzas Armadas. En 1967 se graduó en la Academia Militar. Estudió Ciencias Militares en Sudán, India y Bangladesh. Tuvo un destacado papel en el levantamiento de 1985 contra el régimen de Numeyri. A raíz del golpe de Estado de 1989, este general en la reserva sufrió la depuración del ejército, fue encarcelado y tras ser puesto en libertad se instaló fuera del país hasta 2005. Junto con algunos compañeros de armas fundó la Alianza Nacional Sudanesa y fue presidente electo de la Oficina Política de esta formación desde 1994 hasta 2009, cuando resultó elegido presidente del Consejo Central. La Alianza tuvo durante algunos años una rama armada, Fuerzas de la Alianza Sudanesa, que mantuvo esporádicos enfrentamientos militares con el ejército regular. Formó parte de la Alianza Nacional Democrática, que englobaba a los partidos de oposición con base en Eritrea y a diferentes grupos armados de Darfur y del sur de Sudán. En 2004 fue detenido durante un breve periodo de tiempo acusado de sabotear el oleoducto que conecta los campos del sur con Port Sudan, en la

7. Fatima Ahmad Abdelmahmud (Omdurman, 1944). Presidenta de la Unión Socialista Sudanesa Democrática, heredera de la formación creada por Numeyri en los setenta. En 1967 se licenció en Medicina por la Universidad de la Amistad en Moscú y en 1971 en Sanidad Pública y Gestión de Hospitales. En 1984 estudió en la Universidad de Columbia (EEUU) Pediatría, Medicina Familiar y Desarrollo de la Mujer y también amplió estudios en Budapest. Fue ministra en uno de los gobiernos de Numeyri y desde entonces ha potenciado la presencia de la mujer en la Unión, tanto en época de Numeyri como en la década de los 90. Su partido es la Unión Socialista creada en 1972, en la que desempeñó algunas funciones directivas, pero “renovada”. Defiende la justicia social, la democracia, la igualdad y la modernidad. Preocupada por las relaciones exteriores, que deberían contribuir a la estabilidad y seguridad del país, propone la reconciliación con los países asiáticos, la cooperación con EEUU y Sudamérica, con la UE y la ONU. Según Fatima Ahmad, Sudán debe desarrollar relaciones fraternales con los países árabes y africanos y crear bloques económicos para el desarrollo y la cooperación internacional. Sus objetivos son: independencia del poder judicial y buena gobernanza; la concordia nacional; el reparto de la riqueza y de la autoridad; el fomento de la educación y la investigación científica, un “Estado del conocimiento”; la defensa de las libertades y recuperar el legado “positivo” del “régimen de mayo” (como se denomina usualmente al régimen de Numeyri), dejando

Munir Shayj al-Din Munir Yallab. 8. Munir Shayj al-Din Munir Yallab (Kordofan Sur, 1961), del Nuevo Partido Nacional Democrático, es el candidato más joven. Licenciado en Económicas y Derecho en Inglaterra y especializado en Filología Inglesa (El Cairo, Arabia Saudí, Inglaterra). Ha trabajado en Jordania (Compañía Eléctrica) y en Arabia Saudí. Ha sido hombre de negocios en Kordofan Sur, conductor de autobuses y ha trabajado en la agricultura. Fue encarcelado tras el golpe de 1989 y su partido se integró en la Alianza Nacional Democrática de oposición. Se escindió del Partido Nacional Sudanés, creado tras la caída del régimen de Numeyri en 1985, y en 1997 fundó el Nuevo Partido Nacional Democrático que preside desde entonces. Según Munir Shayj, la justicia social, la igualdad y las libertades individuales son las claves para el progreso y el desarrollo del país, al igual que una diversificación de la economía y una buena gestión.


Atalaya Sociopolítica Dirigentes que retiraron su candidatura a las presidenciales

Sadeq al-Mahdi. 1. Sadeq al-Mahdi (Omdurman, 1935) era el candidato del Partido Nacional al-Umma a la presidencia de la República. Con una dilatada trayectoria política, inseparable de la historia del Sudán independiente, al-Mahdi es una personalidad carismática (ex primer ministro en dos ocasiones, líder de la oposición en otras, imam de la importante tariqa sufí al-Ansar, heredero de la cultura de la revolución del Mahdi del siglo XIX), pero también conlleva la carga de representar a una jefatura política un tanto anquilosada. (Ver Perfil)

de Industria, de Economía y Comercio Exterior, de Interior, Energía y Minería. Tras el golpe de 1989, se exilió e inició su activismo de oposición al régimen de al-Bashir. Es un hombre de diplomacia, con muy buenos contactos con los países del entorno y con Estados Unidos. En 2000, un grupo de seguidores del Partido al-Umma encabezados por él, primo de Sadeq al-Mahdi, se escindió y fundó el Partido al-Umma/al-Islah wa-l-Taydid. Al-Fadel aceptó la tímida apertura “democrática” propuesta por el gobierno en 1999 (gracias a la ley de “alternancia” política, que no era en realidad la alternancia en el poder), lo que le valió participar en el gobierno hasta 2004. Al-Fadel fue nombrado ayudante del presidente, aunque debido a sus críticas a las políticas de alBashir, especialmente en lo referente a la crisis de Darfur, fue encarcelado en 2007, tres años después de haber roto el pacto con el gobernante Congreso Nacional. En enero de 2010 anunció la reconciliación con Sadeq al-Mahdi. Defiende, como todos, un sistema federal y la unidad del país.

2. Mubarak al-Fadel al-Mahdi (Jartum, 1950). Presidente de al-Umma/Reforma y Renovación. Estudió en la Universidad Americana de Beirut, luego en Alemania y Gran Bretaña. Licenciado en Economía y Administración. En 1976 ya participó en el frustrado golpe de Estado orquestado por la oposición al régimen de Numeyri y conducido por Sadeq al-Mahdi. En las elecciones democráticas de 1986, Mubarak al-Fadel, que se configuró como uno de los pilares del partido al-Umma, obtuvo un escaño parlamentario y empezó a detentar cargos gubernamentales: ministro

caños adjudicados al MPLS en virtud de tal acuerdo) y fue elegido jefe del bloque parlamentario del MPLS, donde se mostró muy activo en las discusiones con el socio de gobierno, el Congreso Nacional, para la elaboración de la nueva legislación. Su eslogan era “Esperanza y cambio”: transformación democrática, aplicación del acuerdo de paz de 2005, mejora del nivel de vida de todos los sudaneses y paz y estabilidad.

Muhammad Ibrahim Nuqd.

Yasir Sa‘id ‘Arman.

Mubarak al-Fadel.

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3. Yasir Sa‘id ‘Arman (1961), candidato del MPLS, podía haber sido un candidato con éxito. De cultura musulmana del norte, pertenece a la misma tribu que el presidente (Ya‘aliyyin). Comenzó su activismo político en la época de estudiante universitario en las filas de la izquierda comunista. Se licenció en Derecho en 1986, el mismo año en que dejó el partido, se exilió e ingresó en el Movimiento Popular de Liberación de Sudán y en su rama armada, el Ejército Popular de Liberación de Sudán, que luchaba por una transformación socialista del país. Buen orador, con experiencia en la lucha armada, representante del MPLS en Etiopía, portavoz del fundador y dirigente del movimiento, John Garang, y secretario general de la sección del norte del MPLS. Tras la firma del acuerdo de paz de 2005, en el que desempeñó un importante papel, entró en el Parlamento (en el porcentaje de es-

4. Muhammad Ibrahim Nuqd (al-Shimaliyya, 1930), candidato comunista, es, al igual que al-Mahdi, una de las figuras históricas de Sudán, a pesar de que a diferencia de éste no ha ostentado ningún cargo público. Activista desde la década de los cuarenta cuando participaba en manifestaciones contra el colonialismo británico. Estudió Filosofía y Sociología en Sofía, pero en 1958 regresó al país para consagrarse a la vida política. El Partido Comunista Sudanés ha sufrido las presiones y las represiones de diferentes gobiernos sudaneses y también de otras fuerzas políticas, especialmente del movimiento islamista que, en la segunda mitad de los sesenta, logró la expulsión de los diputados del partido del Parlamento y su ilegalización. Tras el fracaso del golpe de Estado dirigido por el Partido Comunista en 1971 contra el régimen de Numeyri y la posterior ejecución de la dirección del partido, Nuqd fue elegido en 1972 secretario general de uno de los más antiguos partidos políticos sudaneses, creado en la década de los 40, y que ha contribuido a la historia del país. Aunque como todos los partidos comunistas ha pasado por un proceso doloroso de readaptación tras el colapso de la Unión Soviética, parece ser que ha renacido tras muchos debates internos, aunque las décadas de clandestinidad han mermado su capacidad de influencia. Basta señalar que el partido tardó cuarenta años en celebrar su quinto congreso general (enero 2005).

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RESULTADOS EN EL NORTE

Candidatos a la presidencia del sur

Elecciones presidenciales (escrutados el 100% de los votos, 10 114 310):

Dos candidatos a la presidencia del gobierno del sur reunieron las 10 000 firmas necesarias en siete de las diez provincias meridionales: Salva Kiir y Lam Akol.

Omar Hasan al-Bashir: 68, 24% (6 901 694) Yasir ‘Arman: 21,69% (2 193 286) Abdallah Dinq Niyal: 3,92% (396 139) Sadeq al-Mahdi: 0,96% (96 898) Mubarak Fadel: 0,49% (49 402) Abdelaziz Jaled Uthman Ibrahim: 0,34% (34 592) Kamel Idris: 0,76% (77 132) Munir Shayj al-Din Munir Yallab: 0,40% (40 277) Fatima Ahmad Abdelmahmud: 0,30 %(30 562) Mahmud Ahmad Yiha: 0,71 % (71 708) Jatim al-Sirr: 1,93 % (195 668) Muhammad Ibrahim Nuqd: 0,26% (26 442) Gobernadores de provincias: Shemaliyya (CN); Kassala (CN); Kordofan Norte (CN); Darfur Occidental (CN); Darfur Norte (CN); Darfur Sur (CN); Nilo (CN); Nilo Blanco (CN); Jartum (CN); Mar Rojo (CN); Gedaref (CN); al-Yazira (CN); Nilo Azul (MPLS); Sennar (CN); Kordofan Sur (aplazadas). ELECCIONES EN EL SUR Mientras que el norte de Sudán ha vivido elecciones en diferentes épocas de su historia (asamblea legislativa en 1953; parlamento transitorio en 1955; generales en 1965 y 1986; además de elecciones no multipartidistas en 1996 y 2000), el sur no tiene apenas tradición electoral. La inestabilidad y el estado de guerra casi permanente en las provincias del sur provocaron que únicamente se celebraran algunas elecciones parciales en 1964, 1968 y 1986. El absoluto control y supremacía del MPLS en las provincias del sur le garantizan su permanencia en el poder. Además, el MPLS se presenta al frente de una coalición junto con otras once formaciones políticas. El MPLS fue fundado por un grupo de oficiales del ejército regular, dirigido por John Garang, en 1983 y protagonizó primero la lucha armada contra el régimen de Numeyri, cuando éste contravino los acuerdos de paz de Addis Ababa, especialmente al hacer una nueva división administrativa del país que adscribía zonas del sur al territorio del norte. Nació muy influido por la ideología marxista y aspiraba, no a la independencia, sino a transformar todo el país a través de una revolución socialista. Tras el colapso de la Unión Soviética y su progresivo acercamiento a Estados Unidos, el poso ideológico socialista se fue matizando e incluso en alguna coyuntura especial llegó a reivindicar la autodeterminación del sur, aunque la opción de la unidad del país siempre fue prioritaria para Garang. A pesar de

las escisiones sufridas desde los años noventa, inducidas casi siempre por el gobierno de Jartum, el MPLS, que se apoya mayoritariamente en la etnia Dinka, ha sido el protagonista de la guerra contra el régimen central y el interlocutor del proceso de paz iniciado en 2002 y finalizado en 2005. Los competidores del MPLS en el proceso electoral del sur son numerosos partidos minoritarios que han formado una alianza dirigida por la única fuerza con algo de influencia, el Movimiento Popular por el Cambio Democrático del prestigioso Lam Akol, exministro de Asuntos Exteriores de la República, candidato de esta alianza para las presidenciales del sur. La Alianza está formada, además, por la sección del sur del Congreso Nacional y otros 17 partidos muy estructurados en torno al elemento tribal (hay unas 45 tribus en las provincias meridionales). La inseguridad, la violencia tribal recurrente, la falta de infraestructura básica, las contradictorias consignas del MPLS sobre la participación o no en las elecciones del norte y en las provinciales y la complejidad del propio proceso electoral en el sur donde el elector debía manejar doce papeletas distintas (a las ocho del norte se añadían una para elegir al presidente del gobierno autonómico del sur; otra para elegir los representantes del parlamento del sur; otra de la lista de mujeres candidatas al parlamento del sur; y una cuarta para elegir de la lista de partidos para el parlamento del sur) amenazaron la buena marcha de la cita electoral.

Salva Kiir. Salva Kiir Mayardit (Bahr al-Ghazal, 1951), líder del MPLS, pertenece a la etnia Dinka y es el actual presidente del sur de Sudán, y primer vicepresidente de la República. Tiene una dilatada experiencia en el campo de batalla, ya que participó en la primera fase de la guerra civil sudanesa, que se extendió desde poco antes de la independencia del país (conseguida en 1956) hasta la firma de los acuerdos de paz de Addis Ababa en 1972. Durante la época de paz que duró hasta 1983, Kiir ascendió dentro del ejército regular sudanés y llegó a ser oficial del servicio de inteligencia. Tras el fracaso del acuerdo de paz, debido fundamentalmente a la política del presidente Numeyri, Kiir volvió a empuñar las armas contra el régimen central de Jartum al lado de John Garang, junto con quien fundó el MPLS y su rama militar, el Ejército Popular de Liberación de Sudán. El Acuerdo de paz definitivo de 2005 le llevó a la vicepresidencia del gobierno autónomo del sur, mientras que la presidencia era ocupada por Garang, que también se convirtió en primer vicepresidente de la República. Sin embargo, el fallecimiento de Garang en julio de 2005 en un accidente aéreo catapultó a Salva Kiir a la presidencia del gobierno del sur y a la vicepresidencia de Sudán. Ha mantenido un discurso muy ambiguo respecto al referéndum del sur de Sudán, que deberá celebrarse en 2011, ya que en ocasiones se ha mostrado favorable a la independencia, mientras que otras veces ha defendido la unidad del país.


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RESULTADOS EN EL SUR

Elecciones presidenciales: escrutados el 100% de los votos (2 813 830) Salva Kiir: 92,99% (2 616 613) Lam Akol: 7,01% (197 217)

Elecciones Asamblea Legislativa: sin datos definitivos. Gobernadores de provincias: al-Wahda (MPLS); Bahr al-Ghazal Occidental (MPLS); Buhayrat (sin datos); Bahr al-Ghazal Norte (sin datos); Warrab (MPLS); Jonglei (sin datos); Alto Nilo (MPCD); Equatoria Central (MPLS); Equatoria Oriental (sin datos); Equatoria Occidental (sin datos). Lam Akol. Lam Akol Ajawin (1950). Prestigioso e histórico político del sur del país, perteneciente a la etnia shilluk, ha sido también candidato a la presidencia del sur por el Movimiento Popular por el Cambio Democrático, escisión del MPLS creada por él mismo en junio de 2009. Fue oficial del Ejército Popular de Liberación de Sudán y ministro de Asuntos Exteriores entre septiembre de 2005 y octubre de 2007. Estudió ingeniería química en Jartum y en Londres e ingresó en las filas del EPLS en 1986. Akol no mantuvo muy buenas relaciones con el MPLS ni con Garang, pues protagonizó varias escisiones y siguió una política independiente respecto al gobierno de Jartum en la década de los noventa (firma de acuerdos de paz parciales con el régimen sudanés, creación de organizaciones político-militares que competían con el MPLS, cargos en el gobierno de Sudán durante los noventa), hasta que en septiembre de 2003, iniciado ya el proceso de paz que desembocó en los acuerdos de 2005, anunció su regreso a las filas del MPLS. Con el nuevo gobierno de unidad nacional surgido de los acuerdos de paz, Lam Akol fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores. Sin embargo, su figura despertaba recelos en el MPLS, que le consideraba, por su pasado, una persona muy próxima al socio de gobierno, el Congreso Nacional. Las presiones del MPLS hicieron que fuera destituido del cargo, aunque fue nombrado ministro de Asuntos del Gabinete Presidencial.

Conclusiones La postura adoptada por los grandes partidos de oposición de boicotear el proceso electoral y las acusaciones de presunta falsificación de los resultados le restará credibilidad al nuevo gobierno de Jartum, que estará controlado de nuevo por el CN con una escasa participación de algunos otros partidos, principalmente el Unionista Democrático, a pesar de la oferta hecha por uno de los dirigentes del CN, Gazi Salah al-Din al-‘Atbani, a la oposición de entrar en el nuevo gobierno. El nuevo parlamento, debido al boicot, seguirá sin representar la pluralidad política del país, así como tampoco las asambleas provinciales y los gobernadores. Los partidos que no han participado en las elecciones pueden conducir una oposición que en determinadas circunstancias quizás llame a la desobediencia civil, al “yihad” civil, como han anunciado algunos políticos, e incluso no se puede descartar un levantamiento popular, aunque tampoco estos partidos podrán capitalizarlo. Han dado muestras de ambigüedad, de moverse por intereses particulares, especialmente tras haber ignorado el acuerdo de Juba de crear un frente común para el proceso electoral y arrebatar el control al CN. El boicot por parte del MPLS del proceso electoral en el norte, manteniendo su participación en el sur, no hace sino augurar un resultado del referéndum de autodeterminación favorable a la separación de las provincias meridionales, proceso lleno, pues, de incertidumbre. La administración es-

tadounidense, a través del enviado especial a Sudán, Scott Gration, así como del expresidente Jimmy Carter y su Carter Center (muy involucrado en la política sudanesa), han defendido la celebración de las elecciones según el calendario fijado. Además, el Carter Center ya ha afirmado que las elecciones, a pesar de los errores y algunas irregularidades, han transcurrido con normalidad y con un grado aceptable de transparencia. No obstante, el boicot de las principales fuerzas políticas de oposición así como del MPLS en el gobierno de unidad, puede haber sido una oportunidad perdida para sentar las bases del nuevo Sudán que debía nacer del acuerdo de paz de 2005, un Sudán plural e integrador. En su lugar, prevalecerá probablemente la incapacidad de los partidos de oposición de constituir un frente común que suponga una alternativa al régimen controlado por el Congreso Nacional y un gobierno y unas instituciones deslegitimadas, aunque para otros actores la continuidad de al-Bashir y del CN pueda “garantizar” la aplicación de los acuerdos de paz de 2005 con el MPLS, de 2006 con el MLS/Minawi, y los de 2010 con el MJE, dado que eran acuerdos bilaterales y no nacionales. Por otro lado, también habrá continuidad en las instituciones del sur, con un control del MPLS que puede comenzar a preparar el referéndum de 2011. Y por delante quedan tres importantes tareas: la aplicación total del Acuerdo de paz definitivo de 2005; la resolución de la crisis de Darfur y el referéndum de autodeterminación del sur. Todo un complicado y arriesgado recorrido.

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ALGUNOS DATOS Último censo de población (2009): 39 155 000 habitantes Censo electoral: 16 500 000 Colegios electorales: 13 000 2 000 puestos ejecutivos y legislativos. 8 candidatos a la presidencia de la República de Sudán. 2 candidatos a la presidencia del gobierno del sur de Sudán. Asamblea Nacional (Parlamento) de 450 escaños con representación proporcional de las provincias. El proceso electoral ha sido aplazado dos meses en la provincia de Kordofan Sur. 13 850 candidatos a puestos ejecutivos y legislativos (gobernadores de provincias y representantes en la asamblea nacional y las asambleas de las 25 provincias). Hay 52 partidos inscritos que podían presentar candidatos. Sistema electoral mixto: individual y representación proporcional (60% de los puestos legislativos por circunscripciones electorales, el 25% para representación de la mujer y el 15% para listas de partidos). Observadores locales e internacionales de la Unión Europea, Carter Center, Liga Árabe, Unión Africana, Conferencia Islámica. Egipto, Japón, Rusia, China, Turquía y Arabia Saudí. Partidos con puestos de poder en el gobierno de unidad nacional desde septiembre de 2005 hasta abril de 2010: CN, MPLS, Unionista Democrático, Hermanos Musulmanes, al-Umma/Reforma y Renovación, Ansar al-Sunna al-Muhammadiyya, Frente Democrático de Salvación, USAB (United Sudan African Party), SANU (Sudan African National Union).

RECURSOS www.popularcongress.org (Página del Congreso Popular) www.popularcongress.org/pages.php?hl=sections (Programa general del Congreso Popular) www.kamilidris.net/ (Página del candidato independiente Kamel Idris) www.umma.org (Página del Partido al-Umma) www.umma.org/umma/ar/page.php?page_id=612 (Programa electoral de al-Umma) www.splmtoday.com/ (Página oficial del Movimiento Popular de Liberación de Sudán) http://yasirarman.com/ (Página de Yasir ‘Arman) www.midan.net/scp/ (Página del Partido Comunista Sudanés y de su órgano de expresión, el diario al-Midan) www.ummaparty.org.sd/ (Página del Partido al-Umma/Reforma y Renovación) www.aljazeera.net/NR/exeres/F8B5A185-7A7A-410C-9F12-8306DE327122.htm (Programa electoral del Partido al-Umma/Reforma y Renovación) http://ncp.sd/ (Página oficial del Congreso Nacional) http://www.aljazeera.net/NR/exeres/F7AF491D-D1A7-4743-B07C868AE78FCE96.htm (Programa electoral del Congreso Nacional) http://nec.org.sd/pdf/law.pdf (Texto en árabe de la Ley Electoral aprobada en 2008) http://nec.org.sd/new/english/the_act/the_act_2008.pdf (Texto en inglés de la Ley Electoral aprobada en 2008) http://nec.org.sd/new/eng_doc/constitution.pdf (Texto en inglés de la Constitución transitoria de 2005) http://nec.org.sd/new/docpdf/dustor%202005.pdf (Texto en árabe de la Constitución transitoria de 2005) http://nec.org.sd/new/ (Página oficial de la Comisión Electoral Nacional) http://nec.org.sd/new/cpa_arabic.pdf (Texto en árabe del Acuerdo de Paz entre el gobierno sudanés y el MPLS, Nairobi, enero de 2005) http://nec.org.sd/new/eng_doc/cpa.pdf (Texto en inglés del Acuerdo de Paz entre el gobierno sudanés y el MPLS, Nairobi, enero de 2005) http://www.sudan.gov.sd/ar/ (Página del gobierno de Sudán) http://arab-reform.net/spip.php?article2780&lang=ar (Análisis del investigador sudanés Haydar Ibrahim Ali) http://www.cartercenter.org/homepage.html (Página de The Carter Center) http://www.electionnaire.org/ (Información sobre el proceso electoral)


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Perfiles NURI AL-MALIKI, Yawwad al-Maliki, Abu Israa.

Nuri al-Maliki, también conocido por su nombre de exiliado, Yawwad al-Maliki, y por su apodo coloquial, Abu Israa, es secretario general del Partido de Predicación Islámica (Hizb al-Da‘awa al-Islamiyya, PPI) y ha sido primer ministro de Iraq hasta las elecciones de marzo de 2010. Presidió el primer gobierno de unidad nacional, sucediendo a Iyad Allawi e Ibrahim Yaafari, quienes habían dirigido, respectivamente, un ejecutivo interino y uno de transición. Al-Maliki nació en 1950 en Abu Gharaq, un pueblo de la provincia de Babel ubicado a medio camino entre la ciudad de Kerbala y Hilla (a unos 25 kilómetros de cada una), a orillas de uno de los brazos en los que se divide el Éufrates, llamado Shat al-Hindiyya. En cambio, según otra información, Nuri al-Maliki habría nacido en la provincia de Kerbala, en la aldea de al-Hindiyya, denominada coloquialmente Tuwayriy, que es el diminutivo de tariq (camino) en dialecto iraquí, y que actualmente se encuentra en la provincia de Kerbala pero que antes pertenecía a la provincia vecina de Babel. Esta pequeña confusión se debe a que Abu Gharaq limita al oeste con Tuwayriy, una ciudad de mayor importancia. En cualquier caso, ambas localidades se encuentran en el territorio fronterizo de estas dos provincias (Babel y Kerbala), una región con una población mayoritariamente shií. Nuri al-Maliki pertenece a una influyente familia shií. Su abuelo, Muhammad Hasan Abi al-Mahasin, fue un célebre poeta y hombre de religión que desempeñó el cargo de ministro de Educación durante el reinado de Faisal I, después de haber destacado como uno de los líderes de la resistencia contra la dominación británica en los años 20. Al-Maliki realizó sus estudios de bachillerato en el centro Usul al-Din de Bagdad y se licenció en Literatura Árabe en la Universidad Salahhaddin (actualmente ubicada en Irbil pero trasladada desde la provincia de Sulaymaniyya). A pesar de que ya se había acercado al PPI, fue durante su estancia en la universidad cuando su activismo político se

hizo más intenso y se unió definitivamente al grupo a finales de los años 60. El origen del PPI, uno de los partidos políticos iraquíes más antiguos, se remonta a finales de la década de los años 50, cuando un grupo de personalidades shiíes se unieron para hacer frente a la expansión del partido comunista y a las políticas socialistas que estaban imponiendo los sucesivos gobiernos militares que controlaron el país. El PPI acabó siendo uno de los principales objetivos de la política represora del régimen de Saddam Husein, que trató de acabar a toda costa con la resistencia del shiísmo militante. A partir de 1977, el PPI optó por recurrir a la lucha armada contra el régimen y, a partir de 1979, los entonces líderes del grupo, los hermanos al-Hakim, instaron a los iraquíes a apoyar la revolución islámica del vecino Irán. Todo esto no hizo sino recrudecer el enfrentamiento entre el régimen y el partido, por lo que muchos de sus líderes tuvieron que abandonar Iraq a partir de 1980, entre ellos al-Maliki quien, incluso, fue condenado a muerte en su país. Al-Maliki pasó un tiempo en Irán pero luego se instaló definitivamente en Siria, aprovechando la enemistad del partido baaz sirio con el baaz iraquí y también la cercanía del régimen de Hafez al-Assad con el vecino iraní. Desde territorio sirio, y utilizando el pseudónimo de Yawwad al-Maliki, se hizo cargo del órgano de propaganda del PPI, convirtiéndose en editor del periódico alMawqif (La posición) e introduciéndose así en los órganos directivos del partido. Pero el partido integraba diferentes corrientes ideológicas que terminaron por provocar escisiones, como la protagonizada en 1982 por un grupo liderado por los miembros de la familia al-Hakim (que eran más proclives a la instalación en Iraq de un régimen al estilo iraní) y que crearon el Consejo Supremo Islámico de Iraq (CSII). Al-Maliki se fue convirtiendo en una personalidad destacada de la oposición en el exilio contra el régimen de Saddam Husein. En 1990 fue nombrado uno de los presidentes de turno del Comité de Acción Conjunta (CAC), una coalición de las fuerzas de oposición con base en Damasco, y se dedicó a viajar por Europa y Oriente Medio en busca de apoyos para la oposición iraquí. Los esfuerzos del CAC culminaron en 1991, cuando se celebró en Beirut la Conferencia General del CAC, que reunió a las principales fuerzas de la oposición (shiíes del PPI, representantes del CSII, shiíes no religiosos, kurdos, comunistas y ex-baazistas) con delegados de Líbano, Siria, Irán y Kuwait, además de otros organismos internacionales. Sin embargo, todo este proceso de estructuración y organización de la oposición acabó fracasando debido a las contradicciones que existían entre los programas de las diversas fuerzas allí reunidas (el principal obstáculo era el modelo de Estado

a seguir: islámico y centralizado o secular y federal). En 2002 se celebró la Conferencia de Londres, a la que asistieron un gran número de partidos y grupos de la oposición pero que fue boicoteada por el PPI, que siempre había recelado de cualquier nueva alianza que se forjara bajo el patrocinio de potencias extranjeras y, particularmente, de EEUU. Pero su actitud cambió con la invasión estadounidense de Iraq, cuando se dieron cuenta de que EEUU pretendía apoyarse en la mayoría shií para contrarrestar la tradicional supremacía sunní. Así, al-Maliki aceptó la subdirección de la Comisión Nacional Suprema de Desbaazificación (CNSD), el órgano creado por la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) para eliminar a los elementos baazistas de la administración y el ejército iraquíes, y que era dirigida por Paul Bremer, el procónsul enviado por EEUU. Más adelante, al-Maliki fue nombrado vicepresidente del Consejo Nacional Interino, una asamblea legislativa con carácter consultivo, durante el mandato de Iyad Allawi quien dirigía, desde 2004, el Gobierno Interino de Irak, bajo el control de Bremer. En enero de 2005 se celebraron elecciones a la Asamblea Nacional de transición, que dieron la victoria a la Alianza Iraquí Unida (AIU, que agrupaba al PPI y al CSII, además de a otros grupos shiíes e independientes) que obtuvo el 48% de los votos. Al-Maliki participó en el comité encargado de redactar la Constitución permanente, actuó de interlocutor entre la AIU y el resto de partidos políticos y fue portavoz del primer ministro del gobierno de transición, el shií Ibrahim al-Yaafari. Finalmente, en diciembre de 2005, se celebraron nuevamente elecciones legislativas que fueron ganadas otra vez por la AIU, que obtuvo 128 escaños (de un total de 275). El nombramiento del nuevo primer ministro exigió unas negociaciones muy complejas, en medio de una terrible ola de violencia desatada por el atentado contra la mezquita AlAskariyya de Samarra y que encendió los enfrentamientos armados entre sunníes y shiíes. Finalmente se alcanzó un cierto consenso en torno a la figura de al-Maliki, que juró su cargo en mayo de 2006. Los ministerios se repartieron entre la AIU, la Alianza del Kurdistán, el Frente de Concordia Iraquí (sunníes), la Lista Nacional Iraquí de Allawi, el Movimiento alSadr y otras personalidades independientes. En la actualidad, Nuri al-Maliki no ha logrado ganar las recientes elecciones, en las que su coalición obtuvo 89 de los 325 escaños que actualmente componen el Parlamento, y se encuentra inmerso en el complejo proceso de alianzas para constituir gobierno.

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Casa Árabe SADEQ AL-MAHDI, el peso de la historia de Sudán.

Nació el 25 de diciembre de 1935 en el barrio al-‘Abbasiyya, en Omdurman, una de las tres ciudades que hoy en día componen la triple capital de Sudán, junto con Jartum y Jartum Norte. Miembro de una gran familia descendiente de Muhammad Ahmad Ibn Abdallah, al-Mahdi, el creador de ese primer “proto-estado sudanés independiente” que fundó el movimiento mahdista hasta ser derrotado por las tropas anglo-egipcias, inicio del control británico colonial de Sudán. Su abuelo, Abderrahmán al-Mahdi, estructuró la tariqa sufí al-Mahdiyya o al-Ansar, una de las dos más poderosas e influyentes del país, y fundó su proyección política, el Partido al-Umma. Su padre, al-Imam al-Siddiq Abderrahmán al-Mahdi (1911-1961), fue el continuador de esa doble vertiente política y religiosa que heredó Sadeq al-Mahdi: presidente de al-Umma e imam de la tariqa alAnsar, algo para lo que fue educado, ya que tanto la jefatura del partido como la de la tariqa son hereditarias. En el ambiente familiar no destacaron solamente los hombres de la familia, también lo hizo su madre Sayyeda Rahma Abdallah Yadallah (1909–1985), que atesoraba un profundo conocimiento de la herencia de la Mahdiyya. Sayyeda Rahma fue una pionera del “renacimiento de la mujer sudanesa” y de hecho fundó con colegas suyas la Asociación para el Renacimiento de las Mujeres. Sus primeros estudios los realizó en la jalwà, nombre que reciben en Sudán las escuelas religiosas tradicionales, del barrio en el que nació y después en la de la isla de Aba (situada en el Nilo Blanco, a unos 200 kilómetros al sur de Jartum). A continuación pasó a la Escuela al-Ahfad, creada por el llamado “pionero de la enseñanza de la mujer sudanesa” e introductor de la enseñanza moderna en el país, Babakr Badri. Badri, que había luchado en el ejército de al-Mahdi contra las tropas anglo-egipcias, fundó esta escuela de primaria en Omdurman para los descendientes de los seguidores de al-Mahdi. Comenzó a recibir una educación que se podría calificar como “occidentalizada”, primero en el Colegio Comboniano (la orden misionera creada por Daniele Comboni) en Jartum y posteriormente en el Victoria College en Alejandría, entre 1948 y 1950. Abandonó los estudios oficiales entre 1950 y 1952 para dedicarse a acompañar al sheyj al-Tayyeb alSarag por Sudán y profundizar en el legado de la lengua y literatura árabes. En 1952, regresó a la educación regulada: primero en la Facultad de Económicas de Jartum y después en el Saint John’s College de la Universidad de Oxford, donde se licenció en

Atalaya Sociopolítica Filosofía, Economía y Políticas en 1957. Poco después entró ya en la vida política local: en ese mismo año comenzó a trabajar en el Ministerio de Finanzas, pero tras el golpe de Estado del general Ibrahim ‘Abbud en 1958 se pasó a la oposición desde donde lideró el Frente Nacional Unificado. En 1961, tras la muerte de su padre, el imamato de la tariqa pasó a su tío paterno al-Hadi y él se hizo con la jefatura del partido. Las relaciones entre ambos no fueron buenas, pues les separaban visones diferentes del partido, de la tariqa y del país. Al-Hadi tuvo una actitud muy condescendiente con el régimen de ‘Abbud, que gobernó hasta 1964; Sadeq al-Mahdi quería modernizar el partido: hacerlo más abierto y democrático y dotarle de un programa más acorde a los nuevos tiempos. Desde entonces, al-Mahdi es una de las figuras sin las cuales no se podría entender la historia del Sudán contemporáneo: suscitó, junto con otros dirigentes políticos del momento, el debate nacional sobre lo que hasta entonces se consideraba “la cuestión del sur”, eufemismo que ocultaba una larga guerra civil con el sur; fue protagonista, junto con otras fuerzas políticas, del levantamiento de octubre de 1964 que acabó con la dictadura de ‘Abbud; en el periodo parlamentario que siguió a la caída de ‘Abbud y que se prolongó hasta 1969, Sadeq al-Mahdi fue elegido diputado, presidente de alUmma y primer ministro. A raíz de las diferencias en el seno de su partido y en la coalición de gobierno, una moción de censura acabó con su gobierno tan solo diez meses después de su constitución. El segundo golpe de Estado que triunfó en el país lo protagonizó el coronel Numeyri en 1969, apoyado efímeramente por la corriente comunista, con lo que al-Mahdi pasó a encabezar la oposición al nuevo régimen, una oposición que ya no fue únicamente política, sino que tuvo su reflejo en el enfrentamiento armado, en 1970, de la isla de Aba, feudo de la tariqa al-Ansar, y que acabó con la vida del imam al-Hadi. Comenzó entonces el primer exilio de al-Mahdi, en Egipto, aunque regresó poco después y fue encarcelado hasta 1973; puesto en libertad durante un breve periodo y detenido de nuevo hasta mayo de 1974. Por segunda vez en el exilio, creó el Frente Nacional Democrático, que agrupaba prácticamente a toda la oposición política al régimen presidencialista y totalitario de Numeyri, principalmente al Partido Unionista Democrático y al movimiento islamista (los Hermanos Musulmanes). El debilitamiento de las bases del régimen a raíz del intento de golpe de Estado comunista contra él y de la cada vez mayor presión política y militar del Frente, obligó a Numeyri a buscar apoyos apelando a la reconciliación nacional en 1977, negociada por Sadeq al-Mahdi, y a la que se sumaron otras fuerzas políticas, incluidas las islamistas. No obstante, las inevitables diferencias internas y el cada vez mayor peso del movimiento islamista sudanés en las estructuras del Estado - en 1983 rechazó la “islamización” de la legislación emprendida por Numeyri-, llevaron de nuevo a Sadeq al-Mahdi a situarse en la oposición y de nuevo al exilio. En 1985, volvió a repetirse la dinámica sudanesa de al-

ternancia entre períodos militares totalitarios y períodos parlamentarios. Un nuevo golpe militar destituyó a Numeyri y devolvió el poder a los civiles a través de elecciones democráticas. Sadeq al-Mahdi volvió a la escena política hasta 1989. Fue elegido presidente de al-Umma y, de nuevo, primer ministro en frágiles gobiernos de coalición en medio de una parálisis de las instituciones, un gran deterioro económico y un agravamiento de la guerra civil, cuya segunda etapa había estallado en 1983. La ingobernabilidad del país desembocó en otro golpe de Estado, el 30 de junio de 1989, que llevó a Omar Hassan al-Bashir al poder con el apoyo del Frente Islámico Nacional (tendencia mayoritaria dentro del islamismo sudanés del momento) y al-Mahdi fue de nuevo detenido, puesto bajo arresto domiciliario y sometido a un estricto control de la seguridad, hasta que en 1996 protagonizó una llamativa huida del país y se refugió en Eritrea. Desde las filas de la Agrupación Nacional Democrática –conglomerado de las fuerzas políticas de oposición del norte al que se sumó la oposición política y armada del sur– presionó al régimen de Bashir. A raíz de la firma de la “Declaración de principios” con el régimen, al-Mahdi regresó a Jartum en noviembre de 2000 en medio de una gran manifestación de apoyo, aunque no se pudieron ocultar diferencias dentro del partido que cristalizaron en la aparición del Partido alUmma/Reforma y Renovación. En diciembre de 2002, la tariqa al-Ansar le eligió imam, y en los congresos generales del Partido al-Umma celebrados desde 2003 ha sido reelegido presidente del mismo, no sin encontrar resistencias y oposiciones internas que buscan renovar la jefatura de esta formación política. Al-Mahdi sigue desempeñando su papel político, ahora en la oposición. Mientras tanto, no ha descuidado su faceta de pensador: la democracia, las libertades, el papel del islam en la sociedad y la política sudanesa, el islam y la modernidad, la participación de la mujer en la vida pública, la aplicación de los acuerdos de paz, son algunas de las cuestiones que analiza al-Mahdi en sus numerosos artículos y conferencias. Además, no hay que olvidarlo, al-Mahdi ha redactado algunos de los manifiestos políticos más importantes de la historia del país: el manifiesto de la revolución de octubre de 1964 (que acabó con el régimen de ‘Abbud), la Cuestión del sur de Sudán (abril de 1964), Cuestiones sobre el mahdismo, Discursos desde el exilio, el manifiesto de la revolución de abril de 1985 (que contribuyó al derrocamiento de Numeyri) o el Pacto Nacional de octubre de 1989 contra el régimen de al-Bashir. Al-Mahdi no es sólo un referente de la historia pasada, presente y futura de su país, sino también una personalidad internacional: miembro del Club de Madrid, miembro de la Conferencia Nacional Islámica (con sede en Beirut) y asiduo conferenciante en foros internacionales. En 1960 contrajo matrimonio con Hafiyya Ma’mun y en 1962 con Sayyeda Sarrah alFadil, responsable de la sociedad civil dentro del partido, fallecida en febrero de 2008. De ambas mujeres tiene diez hijos.


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Opinión pública 1. Aspiraciones de la juventud árabe. La organización Gallup y el grupo Silatech han publicado recientemente un amplio estudio realizado entre febrero y abril de 2009 en el que analizan, a través de más de 8 000 encuestas de opinión, la actitud de los jóvenes árabes en el ámbito laboral, sus aspiraciones y esperanzas y los obstáculos que encuentran en su camino. Las encuestas se realizaron con una muestra de 8.597 jóvenes entre 15 y 29 años, procedentes de 19 países de la Liga Árabe. Los países han sido divididos en cuatro grupos: el Golfo e Iraq (Bahréin, Iraq, Kuwait, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos –EAU-); Mediterráneo oriental y Egipto (Jordania, Líbano, Territorios Palestinos, Siria, Egipto); Magreb (Argelia, Mauritania, Marruecos, Túnez); África oriental y Mar Rojo (Comores, Yibuti, Sudán, Yemen, Somalilandia; se ha elegido esta región autónoma del norte de Somalia debido a las dificultades para realizar el trabajo de campo en el total del territorio somalí).

Oferta, selección, formación

7 de cada 10 encuestados aseguró que su principal problema es la escasa oferta laboral. Respecto a los sistemas de selección, los jóvenes que creen que es imprescindible tener conexiones para acceder a un trabajo digno no alcanzan la mayoría en ninguno de los países estudiados, pero constituye un significativo 32% en Bahréin, un 31% en Siria y un 30% en Iraq. En relación con la preparación, el estudio señala que, a pesar de que existen programas de formación en la mayoría de los países árabes, tan sólo el 26% de quienes están buscando trabajo están al corriente de la existencia de dichos servicios. Es destacable que, entre quienes los conocen, el 61% asegura haber acudido a ellos.

Según este estudio, los principales obstáculos a los que ha de hacer frente la juventud a la hora de conseguir un trabajo que les permita dar el paso hacia la vida adulta son de tres tipos: la escasa oferta de trabajos dignos, los sistemas de selección y la falta de una preparación adecuada. En Egipto, por ejemplo,

Tradicionalmente, los trabajos relacionados con el gobierno y las instituciones gubernamentales se han percibido como los más seguros y deseables. Aunque esta tendencia se mantiene en muchos de los países, es remarcable la creciente atracción del sector privado y de los trabajos autónomos.

En el conjunto de la Liga Árabe, el porcentaje medio de empleados, tanto a tiempo parcial como a jornada completa, no rebasa el 33%. Especialmente difícil es la situación en Yibuti (14%) y en los Territorios Palestinos (16%) y más favorable en Kuwait (46%), Arabia Saudí (45%) y Líbano (43%). Respecto a los esfuerzos realizados por los gobiernos y el sector privado para mejorar la calidad de los trabajos, la juventud del Golfo es la que más satisfecha se siente, siendo Iraq el peor escenario, donde sólo el 10% asegura estar satisfecho. Esta satisfacción se reduce a un 28% de egipcios, un 22% de libaneses y un 23% de palestinos.

Suponiendo que el salario y las condiciones fueran iguales, ¿en qué sector preferiría trabajar?

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Casa Árabe Iniciativa empresarial: riesgos y seguridades Amplias mayorías en todos los países estudiados demuestran que los jóvenes son conscientes de que la iniciativa empresarial ayuda a crear empleos y que deben dar el primer paso para crear sus propios puestos de trabajo. Como referencia, cabe señalar que sólo un 4% de jóvenes en EE.UU tienen intención de empezar su propio negocio, mientras que la media en los estados árabes alcanza el 26%. Aun así, los jóvenes siguen considerando que es muy difícil obtener un crédito para empezar un negocio, especialmente fuera de la región del Golfo. A pesar de esto, la mayoría de los encuestados considera que, una vez comenzado el negocio, es fácil encontrar mano de obra y empleados cualificados. Otro de los temores más extendidos entre la juventud y que afecta a la iniciativa empresarial se deriva de la creencia de que sus negocios sean sostenibles y tengan capacidad para generar beneficios. Excepto en la región del Golfo, alrededor de un tercio de los encuestados no confían en que sus negocios sean sostenibles. Los porcentajes ascienden al 45% en Iraq, 47% en Yemen, 51% en Líbano, 58% en Argelia y 62% en los Territorios Palestinos, países todos ellos que han atravesado, o todavía atraviesan, conflictos armados graves. En el Golfo, sólo 2 de cada 10 expresan temores en este sentido. La corrupción es otro de los factores que afectan a la integración de los jóvenes en el mundo laboral. Los porcentajes más altos de jóvenes que denuncian la existencia de una gran corrupción en el mundo de los negocios los encontramos en Líbano (89%), en Argelia (87%) y en Marruecos (85%). La excepción la encontramos en Qatar, donde sólo un 11% opina que hay corrupción en los negocios y un 6% que exista en el gobierno. El estudio señala también que la mayoría de los encuestados en estos países habría aceptado un trabajo si se lo hubieran ofrecido en las últimas cuatro semanas. Esto demuestra que el principal problema es la escasa oferta laboral, con lo que la “fuga de cerebros” se ha convertido en un problema que afecta a estos países en gran medida. Aunque la mayoría de los encuestados aseguró que volvería a su país en caso de que les ofrecieran buenos trabajos, existe una significativa minoría que no regresaría. Según el estudio, muy pocos de los encuestados aseguraron haber rechazado algún trabajo pero en la región del Golfo y de África Oriental-Mar Rojo, el porcentaje de jóvenes que lo han hecho alguna vez constituye una minoría significativa. En la mayoría de los casos, la principal razón fueron los bajos salarios, pero en otras respondieron que el trabajo no era interesante, que no se encontraba en un lugar conveniente o que estaba por debajo de sus cualificaciones.

Atalaya Sociopolítica ¿Tiene planeado comenzar su propio negocio en los próximos 12 meses? Entre quienes no poseen un negocio propio, los siguientes porcentajes respondieron afirmativamente:

¿Cuál de estos aspectos de la vida considera más importante?


Casa Árabe

Atalaya Sociopolítica Preparación y oportunidades Más del 90% de los jóvenes de Qatar, EAU y Bahréin consideran que los niños de sus países tienen la posibilidad de aprender y crecer día tras día. Además, al menos un 80% en estas tres naciones aseguran estar satisfechos con los sistemas educativos de sus áreas de residencia. En Arabia Saudí y Kuwait, amplias mayorías opinan que los niños en sus países tiene la oportunidad de aprender y crecer pero están menos satisfechos respecto a los sistemas educativos: un 65% en Arabia Saudí y un 59% en Kuwait dicen estar satisfechos. Mientras que en Iraq, sólo un 42% considera que los niños de su país tienen oportunidad de aprender. En la región del Mediterráneo oriental, el 81% en Jordania, el 77% en Siria y el 71% en Egipto, respondieron que los niños tienen la oportunidad de estudiar. En los Territorios Palestinos (27%) y Líbano (40%), los resultados son notablemente diferentes puesto que los conflictos armados han pasado factura. En Marruecos, tan sólo 4 de cada 10 encuestados asegura estar satisfecho con el sistema educativo, un porcentaje inferior al de Argelia (63%) y Túnez (69%), pero parecido al de Mauritania, donde el 44% está contento con las escuelas locales. Tan sólo un 38% en Yemen y un 26% en Comores consideran que los niños de sus países tienen la oportunidad de aprender, mientras que en Yibuti y Sudán, un 75% y un 65% respectivamente creen que los niños tienen la posibilidad de acudir a la escuela. Es interesante destacar que los jóvenes se ven a sí mismos como agentes potenciales y protagonistas del cambio que ha de darse en sus países. Preguntados sobre quiénes pueden ayudar más a sus países a progresar en los próximos 10 años: los hombres jóvenes, las mujeres jóvenes, los “mayores” u Occidente, la respuesta mayoritaria en todos los países ha sido: los hombres jóvenes y las mujeres jóvenes. Los jóvenes, hombres y mujeres, son, por tanto, percibidos como esenciales para el progreso de sus países.

¿Pueden ayudar los hombres y las mujeres jóvenes a llevar a cabo un progreso decisivo en su país?

¿Cuánta confianza tiene en el presidente Ahmadineyad?

¿Piensa que puede confiar en que el gobierno hace lo correcto?

2. La opinión pública iraní y la oposición al régimen. La organización World Public Opinion publicó el pasado mes de febrero una encuesta en la que analiza el impacto que ha tenido en los protagonistas de las protestas post-electorales la represión llevada a cabo por el régimen iraní. Con una muestra de 1 003 iraníes, identificados en tres grupos mayoritarios (conservadores, moderados y reformistas), el estudio confirma que la sociedad iraní se encuentra dividida respecto a las siguientes cuestiones: el apoyo al presidente y la adecuación del sistema de gobierno; la situación económica; y las negociaciones con EEUU.

Concluye también que la represión ha tenido poco impacto en la oposición: el porcentaje de quienes expresan una opinión muy crítica respecto al gobierno ha descendido, pero sólo en cuatro puntos. En cambio, los tres grupos de población coinciden respecto a la cuestión de las armas nucleares: aproximadamente un quinto

de cada grupo está a favor de desarrollar armas nucleares, incluso aunque ello suponga la continuidad de las sanciones. Amplias mayorías en los tres grupos coinciden también en la creencia de que “el objetivo de EEUU es mantener el control sobre las reservas de petróleo de Oriente Medio”.

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Casa Árabe

Atalaya Sociopolítica

Si volvieran a celebrarse mañana las mismas elecciones, ¿a quién votaría?

Además, el 74% de los identificados como conservadores cree que el Consejo de Ulemas debe tener capacidad de frenar leyes cuando consideren que son contrarias al Corán; el 14% de ellos

cree que no debería tener esta capacidad. Entre los moderados, el 59% apoya esta función del Consejo de Ulemas y el 30% se opone. Finalmente, entre los reformistas, el 38% está a favor de

que el Consejo vete determinadas leyes pero el 49% opina que si han sido aprobadas por representantes elegidos por el pueblo, el Consejo no debería tener esta capacidad.

¿Considera que la Constitución otorga al líder supremo el poder adecuado?

Respecto a la relación de Irán con los países occidentales, el 42% de los conservadores, el 31% de los moderados y el 14%

de los reformistas opina que han mejorado. En cambio, el 20% de los primeros, el 30% de los segundos y el 66% de los

terceros considera que han empeorado. Asimismo, el 15%, el 21% y el 9% respectivamente creen que se mantienen igual.

tener poca o ninguna confianza en el presidente norteamericano. Frente a esto, el 7% (conservadores), el 16% (moderados) y el 45% (reformistas) aseguran te-

ner mucha o cierta confianza en Obama. La cuestión en la que coinciden los tres grupos es en la percepción de los objetivos de EE.UU.

Imagen del gobierno Estados Unidos

La confianza en el presidente Obama se mantiene en unos porcentajes bajos: el 80% (conservadores), el 72% (moderados) y el 44% (reformistas) aseguran


Casa Árabe

Atalaya Sociopolítica ¿Considera que las siguientes cuestiones constituyen un objetivo de EE.UU? Debilitar y dividir el mundo islámico

Conservadores

Absolutamente

82%

Probablemente

8%

Probablemente no

2%

De ninguna manera

3%

NS/NC

5%

Moderados

Reformistas

68%

37%

16%

23%

5%

14%

6%

21%

5%

Imponer la cultura estadounidense

Conservadores

Absolutamente

69%

Probablemente

14%

Probablemente no

5%

Moderados

Reformistas

55%

31%

18%

38%

3%

10%

14%

De ninguna manera

6%

12%

12%

NS/NC

7%

6%

5%

Mantener el control de las reservas de petróleo en OM

Conservadores

Moderados

Reformistas

Absolutamente

67%

61%

57%

Probablemente

14%

16%

Probablemente no

2%

3%

De ninguna manera

4%

9%

9%

NS/NC

12%

12%

8%

Conseguir la creación de un Estado palestino

Conservadores

Absolutamente

14%

Probablemente

26%

0%

Moderados

Reformistas

14%

16%

10%

14%

Probablemente no

9%

10%

11%

De ninguna manera

52%

47%

35%

NS/NC

16%

15%

En cuanto a las sanciones impuestas a Irán, el 51% de los conservadores, el 64% de los moderados y el 86% de los reformistas consideran que tienen

un impacto negativo (grande o medio); frente al 39%, el 28% y el 13% respectivamente que opinan que tienen poco o ningún impacto negativo. Además, am-

23%

16%

plias mayorías creen que las sanciones se intensificarán: el 65%, 74% y 86% opinan que aumentarán con total seguridad o probablemente.

¿Cuál es su preferencia respecto al programa nuclear iraní?

Por último, el 52% de los conservadores, el 64% de los moderados y el 82% de los reformistas está a favor de entablar negociaciones con EE.UU,

mientras que el 36%, el 32% y el 15% respectivamente se oponen. Los porcentajes se igualan entre quienes están a favor y en contra de cooperar con

EE.UU contra los talibán: 41% (a favor) 43% (en contra) de los conservadores; 42% a 46% de los moderados y 62% a 32% de los reformistas.

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Casa Árabe 3. Crisis de identidad de los palestinos cristianos. El centro palestino de estudios religiosos Al-Liqa publicó el pasado mes de febrero un pequeño sondeo de opinión, realizado con una muestra de 420 jóvenes cristianos de la región de al-Yalil, sobre sus sentimientos de pertenencia. El sondeo, realizado en el marco de la Conferencia “la Deidad y la iglesia regional”, pone de manifiesto que los jóvenes cristianos de dicha región están atravesando una grave crisis de identidad. Así, el 70% asegura encontrarse perdido, sin saber hacia dónde dirigirse; el 96,1% siente una pérdida de identidad; y el 75,2% siente que no pertenece a ningún grupo religioso o iglesia.

Atalaya Sociopolítica En este sentido, los jóvenes culpan a las escuelas gubernamentales, que se encuentran sometidas al control del ministerio de educación israelí, pero también a las escuelas civiles, puesto que el 59% considera que estos centros no enseñan nada sobre los árabes cristianos o sobre la civilización cristiana anterior y posterior al islam. El 68% asegura que no ha aprendido nada sobre los árabes cristianos en su escuela y el 92% declara que no ha obtenido ninguna ayuda de las instituciones religiosas durante su educación universitaria.

siente que la región está amenazada por guerras y enfrentamientos que no tienen solución política. Un 70% aseguró que los medios de comunicación israelíes se dedican a generar provocación y diferencias entre las partes y el 56,4% opina que Jerusalén debe ser una capital internacional.

¿Contempla la posibilidad de emigrar? Respecto al proceso de paz, el 90,7% dice apoyarlo, a pesar de que el 92,4%

Documenta 1.Conferencia Internacional de Londres sobre Yemen. El pasado 27 de enero se celebró en Londres un encuentro ministerial, entre representantes de 20 países, cuyo objetivo fundamental era analizar los mecanismos necesarios para mostrar el apoyo de los participantes al gobierno yemení que hace frente a una grave crisis: los disturbios en el sur y la demandas independentistas; el conflicto político y armado con la oposición del grupo al-Huthi en el norte; los profundos desencuentros entre el gobierno y la oposición, liderada por un frente en el que destacan el islamista al-Islah y el Partido Socialista; la crónica crisis económica (más del 40% de la población activa en paro); y la presencia de al-Qaida, puesta de relieve tras el intento fallido de atentado contra un avión en pleno vuelo en Estados Unidos el 25 de diciembre de 2009 y protagonizado por un nigeriano que presuntamente había sido reclutado en Yemen. Otro de los objetivos era revisar los acuerdos a los que llegaron los países donantes en 2006, cuando se comprometieron a donar 5 000 millones de dólares, de los que una gran parte todavía no se ha hecho efectiva; y los planes de reforma del gobierno yemení para crear un régimen estable y capaz de controlar de manera efectiva el país para, entre otras cuestiones, poner freno a la amenaza a la seguridad que supone la presencia de la organización al-Qaida en la Península Arábiga en territorio yemení. Es decir, se pretende fortalecer un gobierno que sea capaz de impedir el colapso y las consecuencias que ello tendría en una zona ya de por sí sensible y de gran importancia geoestratégica, evitando una injerencia de tropas extranjeras que sólo agravaría la situación y pondría en claro riesgo al propio gobierno yemení. La conferencia estuvo presidida por el ministro

de Exteriores británico, David Miliband; la delegación yemení estaba formada por el primer ministro, Ali Muhammad Muyawar, y por el ministro de Exteriores, Abu Bakr al-Qirbi. También asistieron ministros de Exteriores de países del Consejo de Cooperación del Golfo, Egipto, Jordania, Turquía, EEUU, España, Francia, Canadá, Alemania, Japón, Rusia, Holanda, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, y representantes de la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Este encuentro quiere ser un primer paso hacia un compromiso internacional de ayuda al gobierno yemení. Para ello, se ha establecido una agenda y la creación del grupo “Amigos de Yemen”. (Comunicado final del encuentro, en inglés) 2. Acuerdo de alto el fuego entre gobierno sudanés y el Movimiento de Justicia y Equidad. El gobierno sudanés y el grupo armado de Darfur Movimiento de Justicia y Equidad (Harakat al-‘Adl wa-l-Musawa, MJE) han llegado a un acuerdo de alto el fuego. Después de varias rondas de negociación que tuvieron lugar en Doha, escenario tradicional de las mediaciones entre el gobierno sudanés y la oposición armada, ambas partes, reunidos en Yamena, llegaron a un Acuerdo Marco para solucionar el conflicto, pendiente de la negociación de ciertos detalles en los próximos meses. El presidente del MJE, Jalil Ibrahim, y el principal negociador del gobierno, Gazi Salah al-Din al-‘Atbani, llegaron a este acuerdo en Yamena, y pocos días después, el 23 de febrero, fue rubricado en Doha por el ministro de Estado de Juventud y Deporte, Amin Hasan ‘Umar, miembro de la delegación del gobierno en las negociacio-

nes, y por Ahmad Taqad Lisan, secretario del MJE para las negociaciones y la paz. El Acuerdo de Principios es resultado del Acuerdo de Buenas Intenciones firmado por ambas partes en Doha en 2009. Contempla las principales cuestiones que serán objeto de negociación en las próximas reuniones y consta de 12 puntos: alto el fuego; amnistía general y liberación de presos; participación del MJE en todos los niveles de poder; transformación del MJE en partido político; integración de los elementos armados en el ejército regular, fuerzas de seguridad y cuerpos de policía; readmisión de los militares y civiles del MJE expulsados de sus cargos; indemnización de las víctimas a cargo del gobierno y garantizar el retorno de refugiados y desplazados; creación de instituciones y servicios; y reparto de la riqueza; Aunque en el acuerdo se fijaba el 15 de marzo como fecha límite para llegar a un acuerdo de paz global, esto no ha podido materializarse debido a los tropiezos que ha habido y las permanentes violaciones del alto el fuego. Aún así, y a pesar de las amenazas con suspender las conversaciones, los contactos continúan. (Texto del Acuerdo de Principios, en árabe) 3. Conferencia de Londres (28 de enero) y mini-cumbre de Estambul (26 de enero) sobre Afganistán. Ante representaciones de cerca de 60 países, entre países vecinos y aquellos que participan militarmente en las fuerzas internacionales desplegadas en el país, Hamid Karzai, reelegido presidente de Afganistán en un proceso electoral puesto en duda por la sociedad internacional, buscó consolidar su posición con llamamientos a luchar contra la corrupción, extender la estabilidad y la seguridad y encontrar apoyos, políticos y monetarios,


Atalaya Sociopolítica para su política de reconciliación con el movimiento talibán y otros grupos de oposición política y armada. Las prioridades del gobierno afgano, tratadas en la conferencia de Londres, forman parte de una estrategia a largo plazo: el proceso de “transición”, es decir el traspaso progresivo de responsabilidades por parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés) a las fuerzas afganas (probablemente a finales de 2010 o principios de 2011), en función del fortalecimiento del ejército y de la policía del país; y la creación de un fondo internacional destinado a la integración de combatientes talibán que quieran abandonar las armas. Este mecanismo se verá ayudado por la presión militar y los estímulos políticos: abandono de las armas a cambio de recompensas económicas, tierras o puestos de trabajo. La reconciliación también quiere incluir a dirigentes talibán cuyos nombres serían eliminados de las listas de objetivos de Estados Unidos y de la OTAN. También en ese plan de reconciliación e integración de los talibán, Karzai propone incluir al movimiento en el gobierno afgano pero para ello exige que los países del entorno dejen de prestar apoyo a grupos armados. En este marco, Karzai expresó su deseo de que el propio rey saudí, Abdallah Ibn Abdelaziz Al Sa‘ud, desempeñe la labor de mediación con el movimiento que dirige Mollah Muhammad Omar. Dos días antes de la Conferencia de Londres, y bajo el lema “Amistad y Cooperación en el corazón de Asia”, la ciudad de Estambul acogió la 4ª Cumbre Regional sobre Afganistán, protagonizada por los presidentes de Turquía, Pakistán y Afganistán. El objetivo era analizar cómo pueden contribuir estos países a la estabilidad y la seguridad afgana. En la reunión también participaron altos representantes de Irán, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán y observadores de China, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. (Comunicado en inglés de la Conferencia de Londres) (Participantes en la Conferencia de Londres) (Texto en inglés de la Declaración de Estambul) 4. Informe sobre los derechos humanos en Jordania. El Centro Nacional de Derechos Humanos en Jordania (al-Markaz al-Watani li-Huquq al-Insan, CNDH), ha publicado recientemente su sexto informe anual, correspondiente a 2009, sobre la situación de los derechos humanos en el reino de Jordania. Esta organización independiente considera que no hay una orientación definida y clara por parte de las instituciones hacia el fortalecimiento

de los derechos humanos y las libertades políticas, ya que siguen en vigor algunas leyes que contravienen los criterios que figuran en convenios y acuerdos internacionales suscritos por Jordania. El Centro considera que toda la legislación (ley de asociaciones, de reunión, de secretos de Estado, la ley electoral y la de partidos políticos, de sindicatos, de publicaciones…) constituye un único cuerpo que es necesario revisar para fortalecer los derechos civiles y políticos. En cuanto a los derechos sociales y económicos, éstos se ven amenazados por el aumento de la pobreza (el 14% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza), con lo que ello supone de marginación y exclusión. El informe cubre la situación de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales de la sociedad jordana, mostrando las violaciones de tales derechos ocurridas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2009. Introduce por primera vez en este tipo de informes el derecho al desarrollo, los esfuerzos del régimen jordano para aplicar sus compromisos en la materia y un análisis pormenorizado de la respuesta del gobierno a las recomendaciones formuladas por el centro en estos últimos cinco años. El CNDH de Jordania preside actualmente el Foro Asia-Pacífico de fundaciones nacionales de Derechos Humanos. El informe puede descargarse íntegro en árabe. 5. Foro EEUU- Mundo Islámico de Doha, Qatar. Del 13 al 15 de febrero ha tenido lugar en Doha el 7º Foro EEUU-Mundo Islámico organizado por el Saban Center for Middle East Policy y el gobierno de Qatar. Desde hace siete años, este foro reúne a líderes y personalidades del mundo islámico y representantes de la administración estadounidense para fomentar el diálogo entre ambas partes. En la sesión inaugural del Foro se transmitió un videomensaje del presidente Barack Obama en el que reafirmó las acciones emprendidas por su administración para, tal y como declaró en el discurso pronunciado en la Universidad de El Cairo en junio de 2009, sentar las bases de una nueva relación entre EEUU y el mundo islámico citando, por ejemplo, la intención de acabar con la guerra en Iraq, de apoyar al gobierno afgano en la lucha contra del terrorismo, resolver el conflicto palestino-israelí con la creación de dos Estados soberanos y reforzar el dialogo de su administración con las comunidades musulmanas. Por otro lado, el presidente estadounidense aprovechó la ocasión para anunciar el nombramiento de Rashad Hussain, un abogado miembro de su equipo en la Casa Blanca, como enviado especial en la Organización de la Conferencia Islámica con la esperanza de que esto sirva para profundizar las relaciones del gobierno de EEUU con el mundo islámico.

Casa Árabe Las palabras del presidente Obama fueron confirmadas ese mismo día por el senador demócrata John Kerry (texto del discurso en inglés) y al día siguiente por la secretaria de Estado Hillary Clinton (video de la intervención en inglés) que durante una sesión plenaria del foro hizo referencia a los desafíos en las relaciones entre EEUU y mundo islámico, especialmente la consecución de la paz en Oriente Medio, la solución de la cuestión nuclear iraní y la lucha contra el extremismo violento. Otro de los invitados de relieve fue el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, que centró su discurso en la necesidad de que los jefes de Estado y los medios de comunicación de los países occidentales asuman un papel determinante en la educación de los ciudadanos para que no sigan temiendo y malinterpretando el islam y aprendan a diferenciar entre los valores islámicos y el terrorismo. 6. Cumbre de la Liga Árabe en Libia. La ciudad libia de Sirte acogió la cumbre de jefes de países de la Liga Árabe del 27 al 28 de marzo de 2010, en la 22º convocatoria del Consejo de la Liga de Estados Árabes. La Declaración de Sirte recoge una serie de resoluciones y recomendaciones tales como: la creación de una comisión de cinco miembros (los presidentes egipcio, yemení e iraquí, el líder libio y el emir de Qatar) además del secretario general de la Liga Árabe, para supervisar la elaboración de un documento sobre la iniciativa de crear la Unión de Estados Árabes presentada por el presidente yemení y la propuesta del dirigente libio de crear una Unión Árabe; desarrollar el Consejo de Paz y Seguridad Árabe; apoyar a la ciudad de Jerusalén ante la agresión israelí; un plan de acción para hacer frente a los intentos de judaización de Jerusalén; reafirmar la identidad de Jerusalén este como parte inseparable de los territorios palestinos ocupados en 1967; celebración de una conferencia internacional de países árabes y organismos interesados en la protección de Jerusalén; apoyar los esfuerzos árabes para conseguir la reconciliación palestina; el levantamiento del cerco israelí sobre la Franja de Gaza; la retirada israelí de los territorios árabes ocupados (incluidos los Altos del Golán y el sur de Líbano); denunciar el ataque militar israelí contra instalaciones militares en Deir el-Zor (Siria); satisfacción por las elecciones parlamentarias iraquíes; la retirada iraní de tres islas cuya soberanía reivindica Emiratos Árabes Unidos; la solidaridad con Sudán frente a cualquier injerencia externa o que atente contra su soberanía; el rechazo de la orden de busca y captura contra el presidente sudanés, Omar Hasan al-Bashir, dictada por el Tribunal Penal Internacional de La Haya; y celebrar los pasos dados para solucionar la crisis sudanesa de Darfur. (Resoluciones y Declaración de Sirte en árabe)

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Escaparate de libros y revistas Habib Ayeb. La crise de la société rurale en Égypte. La fin du Fellah? Paris: Karthala, 2010. Habib Ayeb, investigador del Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad Americana de El Cairo especializado en recursos hídricos y, en general, en el estudio del mundo rural árabe, desentraña en este estudio las paradojas de la agricultura egipcia, una de las más productivas e intensivas del mundo, pero cuyo campesinado se cuenta entre los más empobrecidos; uno de los grandes países exportadores de productos agrícolas, y también uno de los mayores importadores de productos alimenticios. Las contradicciones de este sector se han puesto de manifiesto en la crisis que atraviesa desde 2008 con graves repercusiones sociales, y que se traduce en las dificultades que encuentra el agricultor en acceder a la tierra y al agua, lo que pronostica una progresiva desaparición del fellah egipcio, a no ser que se introduzcan conceptos como la justicia social, el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.

‘Aqil Sa‘id Mahfud. Suriya wa-Turkiyya. Al-Waqi‘ al-rahen wa-ihtimalat al-mustaqbal (Siria y Turquía. Situación actual y perspectivas de futuro). Beirut: Markaz Dirasat al-Wahda al-‘Arabiyya, 2009, 510 pp. El autor analiza la evolución de las relaciones entre ambos países desde la época de los selyúcidas, pasando por el período otomano, la época de entreguerras, la guerra fría y la post-guerra fría hasta 2007. Las posibilidades de ambos países y sus políticas exteriores en los marcos local, regional e internacional, completan este repaso que concluye con los posibles escenarios futuros en el terreno de las relaciones entre Damasco y Ankara.

May Yamani. Hawiyyat mutagayyiera. Tahaddi al-yil al-yadid fi l-Sa‘udiyya (Identidades cambiantes. Desafío de la nueva generación en Arabia Saudí). (2ª edición). Beirut: Riad el-Rayyes li-l-Nahsr, 2010, 317 pp. May Yamani continúa sus trabajos de campo sobre la realidad de la sociedad saudí. Este estudio de antropología social se basa en entrevistas realizadas por la autora, tanto en Arabia Saudí como fuera del país, a jóvenes saudíes de ambos sexos y cuyas edades oscilan entre los 15 y los 30 años. El objeto principal del estudio es conocer cómo ve este segmento social a su país en los planos social y económico, y qué perspectivas de futuro tienen. El libro, reedición de otra obra publicada en 2000, incluye una nueva introducción de la autora, investigadora independiente que ha pasado por prestigiosos centros de investigación: Carnegie Middle East Center (Beirut), Brookings Institute (Washington DC), Royal Institute of International Affairs-Chatham House (Londres), y Centre for Middle Eastern and Islamic Law en la London University.

Shahira Samy. Reparations to Palestinian Refugees. A Comparative Perspective. Nueva York: Routledge, 2010, 192 pp. Este libro profundiza en la cuestión de las indemnizaciones en relación con los refugiados palestinos en su búsqueda de una solución a su desplazamiento y desposesión. Destacando el amplio espectro de indemnizaciones posible como formas de remediar una injusticia histórica, la autora demuestra las razones que se esconden detrás del fracaso para lograr un acuerdo hasta hoy día. El libro parte de las percepciones tradicionales y modernas de indemnización como elemento del derecho internacional, la historia, la política y la filosofía. El análisis se centra en el estudio comparativo de otros dos casos –el acuerdo de indemnizaciones judío-alemán de 1952 y el conflicto chipriota– buscando los parámetros que podrían constituir un marco para un modelo de indemnizaciones potencialmente aplicable al caso de los refugiados palestinos. Este libro ofrece, por tanto, una explicación de por qué las indemnizaciones a los refugiados palestinos han fracasado y ofrece sugerencias sobre cómo enderezar la cuestión. La autora ha sido profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Británica de Egipto, y está especializada en el terreno de reparaciones de injusticias históricas, refugiados palestinos, desplazamientos y en el conflicto árabe-israelí. Actualmente es investigadora en relaciones internacionales y resolución de conflictos en Oriente Medio en St. Edmund Hall, Universidad de Oxford.


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M.ª Angustias Parejo (coord.). Entre el autoritarismo y la democracia. Los procesos electorales en el Magreb. Barcelona: Bellaterra, 2010, 480 pp. Esta obra presenta un análisis sobre cómo se producen los procesos electorales en los distintos países del Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia), que difieren entre sí en cuanto al grado de autoritarismo y liberalización, movilización política de la población y adecuación de dichos procesos a las pautas convencionales de la democracia electoral. El estudio hace especial hincapié en el caso de Marruecos, cuyo nivel de desarrollo político es mayor y, por tanto, más sugerente para el observador. El estudio ha sido coordinado por M.ª Angustias Parejo, profesora de Ciencia Política y de la Administración en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada, y codirectora de Grupo de Estudios e Investigaciones sobre el Mediterráneo (GEIM).

Sophie Bessis y Gema Martín Muñoz (coords.). Mujer y familia en las sociedades árabes actuales. Casa Árabe-Bellaterra: Madrid-Barcelona, 2010, 330 pp. Una de las presunciones más arraigadas en Occidente es el carácter inmutable del paradigma patriarcal en la estructura social de los países árabes, así como su supuesta explosión demográfica y la vulnerabilidad o sumisión de la mujer en el seno de la familia. Todo ello interpretado a la luz de un supuesto determinismo religioso que les impide evolucionar. Esta obra pone de manifiesto el fin de la vigencia de este tópico en los distintos estados árabes, donde se están dando, ciertamente a ritmo muy diverso, profundas transformaciones que están alterando los paradigmas tradicionales y patriarcales. El desarrollo de la urbanización, de la educación de las mujeres, la desaceleración demográfica, el éxito de la planificación familiar y la incorporación de las mujeres a la esfera pública y laboral, están imponiendo profundos cambios en el retraso de la edad del matrimonio, en la modernización de la estructura familiar y en la relación entre los sexos. Todo ello lleva aparejada una mayor autonomía de las mujeres tanto dentro como fuera del hogar, y constituye un paso muy significativo hacia su emancipación. Con la ayuda de ciencias como la demografía, la estadística y las encuestas, esta obra da cuenta de un fenómeno de transformación revolucionaria en el espacio social y familiar árabes que, si bien no ha llegado aún a su culminación, es una dinámica hoy día irreversible.

GALLUP/ The Coexist Foundation; Edición en español: CASA ÁRABE-IEAM, Documentos de Casa Árabe nº 5, 2010, 55 pp. Índice de coexistencia Gallup 2009: un estudio global sobre las relaciones interreligiosas. Análisis sobre la integración de la población musulmana en Francia, Alemania y el Reino Unido. La organización Gallup, en colaboración con la Coexist Foundation, ha realizado un estudio de opinión global e independiente cuyo objetivo es analizar la dinámica de las relaciones interreligiosas en un gran número de países. Este estudio se basa en los datos recopilados por la Encuesta Mundial Gallup, un proyecto de investigación continua realizado en más de 140 países y áreas geográficas, con el que pretende contribuir al debate sobre aspectos tales como la integración, la identidad, los valores y la radicalización. Debido a la importancia y actualidad del debate relativo a las minorías religiosas y étnicas en Europa, Gallup ha llevado a cabo estudios más exhaustivos en tres países europeos: Alemania, Francia y el Reino Unido.

Revistas Política Exterior, vol. XXIV, marzo-abril 2010, nº 134. El último número incluye un análisis sobre las elecciones en Iraq a cargo de Pedro Rojo Pérez, arabista y director de los Boletines de Prensa Árabe Al Fanar, con un enfoque centrado en cuestiones estratégicas y de seguridad; así como otro sobre alQaida en el Magreb Islámico escrito por el diplomático español Juan José Escobar Stemmann que se centra en la “franquicia magrebí” de Al-Qaida, su creación y expansión por la zona del Sahel, y en la necesidad de la colaboración con Argelia, Mali, Marruecos y Mauritania para frenar algo que considera “una amenaza de primer orden para España y Francia”.

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Casa Árabe

Atalaya Sociopolítica Al-Mustaqbal al-‘Arabi, nº 373, marzo 2010. Este último número incluye un análisis sobre el escenario iraquí desde la invasión de 2003 hasta la actualidad basándose en documentación y testimonios; además de un estudio sobre la cuestión del Sáhara en el marco de un Estado federal marroquí. La revista ofrece también la traducción al árabe de un artículo de Noam Chomsky sobre la política estadounidense en Oriente Medio con la administración Obama; otro estudio sobre biodiversidad, desarrollo sostenible y alimentación; y otro sobre lecturas históricas del modelo ideal de “ciudad islámica”. Incluye las habituales secciones de bibliografía, conferencias, informes.

Afkar/Ideas, nº 25 (Primavera 2010). Este número se centra en los musulmanes de Europa, o en el Islam en Europa, con colaboraciones de conocidos especialistas como Stefano Allievi (“¿El islam en Europa se hace europeo?”), Valérie Amiraux (“Musulmanes en Estados Unidos y Europa”), Zyed Krichen (“Islam y Europa: las manzanas de la discordia”), Jordi Moreras (“Versiones de una controversia”) y Yahya Birt (“Dilemas de autenticidad y pertenencia”). Este dossier se cierra con una entrevista al filósofo y escritor Abdennour Bidar. Incluye además varios estudios sobre la actualidad mediterránea: el Sáhara Occidental, la Unión por el Mediterráneo y al-Qaida. Y dos dossieres sobre las energías renovables en el Magreb y el “turismo religioso” en el Mediterráneo.

Publicación bimestral editada por:

Casa Árabe y su Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán es un consorcio formado por:

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Si desea suscribirse a La Atalaya Sociopolítica de Casa Árabe envíe un correo a instituto@casaarabe-ieam.es Para consultar los números anteriores de la Atalaya Sociopolítica de Casa Árabe pinche aquí Casa Árabe-Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán C/ Alcalá nº 62 - 28009 Madrid - C/ Martínez Rucker nº 9 - 14003 Córdoba www.casaarabe.es


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