Folleto exposición "Cosmovisiones árabes"

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C o s m ov i s i o n e s ĂĄ ra b e s D e l 4 j u n i o a l 2 7 d e s e p t i e m b re d e 2 00 9


Casa Árabe se integra en PHotoEspaña 2009 aportando la exposición “Cosmovisiones árabes”, en la que se puede ver una muestra muy significativa de cinco artistas que, sin agotar la multiplicidad de temas, enfoques y técnicas existentes en el ámbito de la creación árabe contemporánea, constituyen un representativo acercamiento a la expresión fotográfica actual. Dicho esto, no pretendemos con esta exposición definir “un arte árabe”. Si ya es difícil definir lo árabe en este mundo globalizado, transnacional y expatriado, aún lo es más en el ámbito de la creación artística que, con rapidez, tiende a constituirse en un lenguaje universal, no por ello desprovisto de identidad propia. Los artistas incluidos en esta exposición presentan a través de fotografías vernáculas un lenguaje visual relacionado con su entorno más inmediato o con sus inquietudes más personales, y nos ofrecen la posibilidad de un acercamiento sociológico a sus obras y, por extensión, a sus contextos socioculturales de producción: la identidad de los países a través de sus iconografías, la complejidad de la integración social en Europa, las creencias populares en lo sobrenatural, la reflexión sobre la identidad individual, etc. Al mismo tiempo, todos estos trabajos cuestionan las visiones binarias a través de las cuales se clasifican con frecuencia el mundo árabe y el occidental, obviando así múltiples realidades complejas e interconectadas. En las obras de Lara Baladi, Mohamed Bourouissa, Hicham Benohoud, Nermine Hammam e Yto Barrada, encontramos la superposición de la realidad y la fantasía, de lo verdadero y lo falso, de lo privado y lo público, de la fe cristiana y la fe musulmana, de lo puro y lo mestizo, y hasta del lugar y el no-lugar que, hoy en día, representa el concepto mismo de frontera. Estas elaboraciones pueden estar igualmente presentes en la obra de creadores procedentes de otras geografías, porque son realidades universales que cada individuo elabora y desarrolla a su manera. Vistas en su conjunto, las obras de estos cinco artistas reflejan su universo individual, su contexto colectivo y, sin necesariamente buscarlo, muestran su inserción en la vanguardia artística internacional eludiendo categorizaciones étnicas y específicas. En definitiva, esta exposición ofrece un lenguaje artístico propio, un valor creativo individual, a la vez que transmite que los artistas árabes actuales forman parte de lo universal y no son ningún “espécimen excepcional” que los separe de las tendencias internacionales y los haga diferentes globalmente. La distinción está en cada uno de ellos, en la particular elaboración y fuerza creativa que aporta cada cual. No son la representación de un “arte árabe global”. La singularidad de cada artista aporta un valor colectivo que nos habla de la rica dinámica de creación innovadora que existe también en las diversas geografías árabes. Gema Martín Muñoz Directora general de Casa Árabe


M o h a m e d B o u ro u i s s a Mohamed Bourouissa nació en 1978 en Blida, Argelia. Vive y trabaja en París, y actualmente está cursando estudios en Fresnoy - Estudio Nacional de Artes Contemporáneas (Tourcoing, norte de Francia). Anteriormente se diplomó en la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas de París en la especialidad de fotografía, donde tuvo como profesores a Christian Courrèges, Thibaut Cuisset y Florence Paradeis. También estudió Artes Plásticas en la Sorbona, París I (DEA d’Arts Plastiques).

La République © Mohamed Bourouissa y Galerie Les filles du calvaire París/Bruselas

En 2007 participó en los Rencontres Internationeles de la Photographie de Arlés (Francia) consiguiendo el prestigioso primer premio de dicho festival. Durante el año 2008 ha realizado dos residencias artísticas. Una de ellas en la Universidad Autónoma de Barcelona, participando en el proyecto “Campus en imágenes”, apoyado por La Eurorregión Pirineos Mediterráneo. La segunda, tuvo lugar en La Casa de Francia en Río de Janeiro a través del Servicio de Cooperación y Acción Cultural del Consulado de Francia en Río de Janeiro. Su obra ha sido recientemente adquirida por instituciones públicas de distintos países: Fondo Nacional de Arte Contemporáneo de Francia, Museo Finlandés de Fotografía, Casa Europea de la Fotografía, etc. Está representado por la galería Les filles du calvaire, con sedes en París y Bruselas.

P é r i p h é r i e s Pe r i f e r i a s Los suburbios como objeto visual “Lo que me interesa es esa fugaz décima de segundo, cuando la tensión está al máximo. Todos hemos conocido esos momentos imperceptibles en los que la tensión parece más violenta que la confrontación con el otro. En ese momento extremo puede pasar cualquier cosa, o puede no pasar nada”, comenta el fotógrafo francés Mohamed Bourouissa, de 29 años. En su trabajo Périphéries, muestra que el conflicto no debe propiciar la tensión, que de hecho está presente en el mero juego de miradas e incluso en situaciones de tranquilidad. Un coche quemado, un campo de juego, una cafetería, un complejo de viviendas subvencionadas, un bloque determinado... todos se convierten en imágenes para este joven artista que eligió


trabajar en suburbios franceses con apariencia de gueto. Imágenes como la teatralidad de un grupo de escenas en las que la irrupción de una figura provoca sentimientos entremezclados, donde la reunión provoca ambigüedad, desasosiego, violencia latente, dormida, que llega de hecho sin ningún síntoma de disturbios, tan sólo como una confusión, al principio simplemente tolerada y después convertida en práctica. Mohamed Bourouissa se interesa por las zonas y los temas de los suburbios donde creció. Bien. Pero lo que le hace especial es que coloca esos suburbios en el ámbito artístico y los trata como objetos visuales, conceptuales. Florence Paradeis que, junto con Christian Courrèges, fue su profesor en la Escuela de Artes Decorativas de París, empleó la expresión "geometría emocional" para describir el delicado trabajo de colocar este tema en el espacio, lo que provoca una emoción bastante similar a lo que se siente ante algunos de los trabajos más grandes de Jeff Wall.

[…] Viéndole en su campo de trabajo, podría pensarse que este joven hombre, que ha aprendido que cada imagen es falsa, es un periodista fotográfico. Con la ayuda de un guía resabiado que le permite acceder a determinado barrio o país, explora los lugares, recopila sus piezas y se lo explica todo a los jóvenes que, tal y como él quería, comienzan a coger confianza. En este momento el trabajo se bifurca, abandona el campo del reportaje y se identifica con el arte. De hecho, Bourouissa dibuja puestas en escena de sus ideas en sus cuadernos y anota lo que es necesario para llevarlas a cabo. Las que son premeditadas son las líneas de fuerza, las diagonales, la distancia entre figuras, su integración con los elementos de los alrededores, el juego de miradas, el ritmo de la imagen, los gestos que, radicalmente enmarcados o no, provocan dos tipos de tensión: una, en la imagen; la otra, entre el documental y la ficción. Magali Jauffret, Portfolio Magazine 46, noviembre 2007 (extracto)

La morsure © Mohamed Bourouissa y Galerie Les filles du calvaire París/Bruselas

Este sentimiento viene sin duda de una mezcla de armonía y una ligera ilusión que, en ambos casos, surge de lo banal, lo familiar, lo antiespectacular, de escenas casi documentales. Otro aspecto que los dos artistas tienen en común es su profunda relación con la pintura, por no hablar de su manera de llamar nuestra atención y obligarnos a pensar en el tipo de sociedad que tenemos y deseamos.


Hicham Benohoud Hicham Benohoud nació en Marruecos en 1968. Tras cursar un bachillerato de artes plásticas, continuó sus estudios en el Centro Pedagógico Regional de Marrakech. Impartió clases de artes plásticas durante trece años antes de retirarse de la enseñanza e instalarse en Francia. En 2003 se formó en la Escuela Superior de Artes Decorativas de Estrasburgo. En 2005 fue artista profesor invitado en el Fresnoy - Estudio Nacional de Artes Contemporáneas en Tourcoing y en el Centro Coreográfico Nacional de Montpellier. A partir de 1999 participó en numerosas exposiciones destacando las que tuvieron lugar en el convento de los Cordeliers en París, en el Museo de Artes Decorativas de París, en el Centro de Arte Contemporáneo de Annecy y en el Centro de Arte Contemporáneo de Castres. Desde 2001 la galería Vu de París se ocupa de representarlo. En ella tuvo lugar su primera exposición individual y desde entonces no ha dejado de participar en numerosas muestras, especialmente en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, en la galería Hayward de Londres, en el Museo Palacio de Arte de Düsseldorf, en el Centro Georges Pompidou de París, en el Museo Mori en Tokio o en la Fundación Aperture de Nueva York. Ha participado en festivales internacionales como el Salón París Photo Carrousel del Louvre, el Festival de Bruselas, la Feria Internacional de Fotografía Contemporánea y Vídeo de San Sebastián, etc. La galería Vu de París le dedicó otra exposición individual a principios de 2007.

V ersion soft El trabajo de Hicham Benohoud, titulado, probablemente de modo irónico, “Version soft”, es sin duda el más duro y desconcertante. Por primera vez, Hicham Benohoud, muestra la parte biográfica de su trabajo (lleva a cabo también instalaciones puramente geométricas). En otro tiempo escondido tras la cámara de fotos (véase la serie de negativos hecha con sus alumnos y titulada La salle de classe, o la manipulación de sus fotografías con ácidos y otras sustancias destructivas hasta dejar las caras irreconocibles), Hicham Benohoud atraviesa ahora el Rubicón entrando él mismo en escena y asumiendo completamente su representatividad.

Version soft 3 © Hicham Benohoud

Fue galardonado con la Dotation Photo Service de Arlés y con el premio Visa pour la Création otorgado por CulturesFrance de París (organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia). Recibió la mención especial del Jurado en la Bienal de la Spézia de Italia y fue nominado en dos ocasiones para el premio Voies Off durante los Encuentros Fotográficos de Arlés.


El resultado es una serie de autorretratos más o menos concebidos sobre la base de un mismo modus operandi con el torso desnudo, la cara recta y la mirada fija para cada uno de sus negativos y con una intrusión perturbadora: una piedra sobre el cráneo, papeles pegados, el rostro sangriento, el rostro apresado. El ambiente que se desprende recuerda una vez más a aquella serie La salle de classe en la que los alumnos representaban secuencias inmóviles donde diversos objetos y elementos introducidos interaccionaban con los cuerpos y las caras de los niños. De sus poses se desprendía una atmósfera de falta de comunicación y fría violencia. Aquí, el material es más limitado. La escena se reduce al rostro del artista. El aspecto lúdico de la sala desaparece como se desvanece también el ambiente-testigo, los niños que, en su Salle de classe, llevaban a cabo sus tareas escolares indiferentes a la escena que tenía lugar ante sus ojos. El impacto es entonces frontal, brutal, sin complicidad. Estamos en el interior de las cosas, lo que permite a la puesta en escena ir cada vez más lejos hasta las últimas fotos, en las que la cara acaba desapareciendo completamente. Nunca habíamos visto tan cerca la confusión y los interrogantes de un artista que se entrega sin testigos y, por lo tanto, sin pudor. A partir de entonces, todo es símbolo. La piedra se convierte en el peso del mundo, el peso social, el sistema de convenciones sociales, pero también es la búsqueda de equilibrio. La síntesis es entonces posible: el hombre, a pesar de sus barreras auto impuestas, podría crearse un universo de una cierta armonía.

Daniel Sotiaux, Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Catálogo de la exposición Version soft en Éditions du Musée de Marrakech

Version soft 7 © Hicham Benohoud

El rostro de Hicham Benohoud ha borrado sus marcas de identidad pero, ¿quiere esto decir que, como la juventud marroquí, no las busca? Su fuerza reside en expresar sus temores, ponerlos en carne viva, tal y como están tantas heridas aún sin cicatrizar. Alineados, sus retratos nos conducen, como las músicas repetitivas, hacia otros conocimientos. Hicham Benohoud pone en escena sus cicatrices interiores para ayudarnos mejor a cruzar la línea. El objetivo es determinar si sería posible un día atravesar la barrera, las inquietudes, construir un mundo abierto donde se hubieran abolido las fronteras internas.


L a ra B a l a d i Lara Baladi es una artista que trabaja principalmente con imágenes reproducibles en varios soportes y formatos. Sus instalaciones, vídeos, collages, tapices, etc., que a menudo configuran escenas híbridas, están repletas de referencias a la teoría visual y a la mitología. Baladi se dirige a la memoria, individual y colectiva, en un lenguaje codificado y multicultural, articulado en un mundo de heridas cambiantes. Nacida en Líbano, de orígenes libaneses y egipcios, Baladi vivió en Beirut, París, Londres y El Cairo, donde reside actualmente. Su trabajo fue internacionalmente expuesto a lo largo de Oriente Medio, EEUU, Japón y Europa, y forma parte de un buen número de colecciones de arte contemporáneo, incluidas la de la Chase Collection en New York, la de la Fundación Cartier en Paris, la del Museet For Fotokunst en Copenhagen y la del Pori Art Museum en Finlandia. Ganó el primer premio, el Grand Nile, en la Bienal Internacional de Arte de El Cairo 2008 con su efímera obra e instalación sonora Borg El Amal (Torre de la esperanza). Baladi recibió una beca de la Fundación Japón en 2003, tras la cual creó una de sus mayores instalaciones, Roba Vecchia, expuesta en El Cairo en febrero de 2006, en la feria de arte Art Dubai y en la Bienal de Sharjah en 2007 y en el festival Arabesque del Centro Kennedy en Washing DC, en febrero de 2009. En 2006 recibió el encargo de crear una instalación de 20 pantallas / proyecciones a lo largo de un kilómetro de orilla de mar para la inauguración del Festival Image of the Middle East, en Dinamarca. Ese mismo año, Baladi comenzó y dirigió Fenenin El-Rahhal (Artistas nómadas), una “cumbre de artistas” trabajando sobre el tema Territory en el desierto oeste de Egipto. www.nomadicartists.com Es miembro de la Fundación Árabe para la Imagen, establecida en Beirut. Vive y trabaja en El Cairo desde 1997 y está representada por la galería Townhouse en El Cairo, la Brancolini & Grimaldi en Italia, la B21 en los Emiratos Árabes Unidos y la B.A.N.K. en París.

O u m E l D o u n i a L a M a d re d e l m u n d o En su trabajo Oum El Dounia (La Madre del mundo), por ejemplo, hay todo tipo de figuras fantásticas que se encuentran a sí mismas en las dunas del desierto (sirenas, magos, criaturas híbridas con ropas brillantes). ¿Qué leyendas se encuentran tras esta imagen? ¿Está contando aquí alguna historia en particular? Parodiando las representaciones orientalistas del desierto, Oum El Dounia representa el anuncio fantasmagórico del tercer día del Génesis. Con el agua separada de la tierra, aparece la humanidad. La inocencia “original” se representa mediante figuras arquetípicas tomadas de las leyendas de hadas. El conejo se queda de pie un tiempo. Alicia representa la infancia y la virginidad. La sirena vive en las profundidades del mar, símbolo de la búsqueda del alma por comprender. Es una mujer fascinadora, un ángel caído, la hija de Mnemosyne (memoria), el anima mundi, el alma de la tierra. La sirena es la memoria colectiva moviéndose hacia el espacio ficticio que he creado. Está más allá del tiempo. En este transcurrir del tiempo, la historia de la humanidad se desarrolla con el cielo y la arena como telón de fondo, con la humanidad como mediadora entre los cielos y la tierra. Intento transformar las experiencias personales y los pensamientos en algo arquetípico, pero trato de mantener el color y el sabor específicos que hacen de ellos algo personal. Eso es una historia de “una vez en la vida”, que es como decir que no es real, aunque lo sea. Se trata de un tiempo que es simultáneamente pasado, presente y futuro. Extracto de la conversación entre Lara Baladi y Gerald Matt, publicado en Interviews 2 (2007)


Oum El Dounia © Lara Baladi Foto-collage encargado por la Fondation Cartier pour l’Art Contemporain de París (2000). El tapiz expuesto en la sala está realizado en seda y lana a partir del foto-collage original.


Nermine Hammam Nace en El Cairo en 1967. Obtuvo en 1989 la Licenciatura de Artes Aplicadas de la Universidad de Nueva York, trabajó con Simom & Goodman y con el célebre director de cine Youssef Chahine desde 1990 hasta 1994. Fue también asistente de producción en la película Malcolm X. El trabajo visual de Nermine se ha expuesto en numerosas ocasiones y forma parte de colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Su trabajo artístico da testimonio de las ceremonias espirituales trascendentales de diferentes lugares de Oriente Medio. La artista es conocida por un estilo definido que convierte fotografías en formato RAW (aquellas que contienen datos de las imágenes sin procesar, tal cual son captadas por el sensor de la cámara) en pintura, en grabados evocadores de gran formato.

Palimpsest 8 © Nermine Hammam

Fundadora, directora y creativa de Equinox Graphics, Nermine es conocida en toda la región por fusionar el mundo comercial y el arte, introduciendo a este último en el espacio público a través de sus innovadores diseños y creaciones. El ojo visual de Nermine y su talento artístico están también detrás de la imagen de conocidos establecimientos en Egipto: librerías, cafeterías, restaurantes, etc.


Pa l i m p s e s t Pa l i m p s e s t o Para la sociedad egipcia, la creencia en lo sobrenatural es un acto de fe y va más allá de las diferencias entre los cristianos y los musulmanes. El Corán menciona la existencia de genios (yinn), criaturas de otro mundo que viven como los seres humanos pero en el reino de lo invisible. Algunos de estos yinn son creyentes, mientras que otros no, y tienden a congregarse en algunos espacios (por ejemplo, cerca de lugares con agua en movimiento) donde aumentan sus oportunidades para interaccionar con los humanos. Esta relación puede darse en forma de posesión lo que, en ocasiones, se considera causa de consecuencias nefastas: diversas enfermedades físicas, mentales y espirituales se llegan a atribuir a la influencia del demonio o de criaturas malignas que controlan el cuerpo y la mente de sus huéspedes humanos. El exorcismo, en este contexto, tiene una importancia crucial tanto para los musulmanes como para los cristianos. Estas fotografías documentan rituales llevados a cabo en una iglesia por un sacerdote que emplea encantamientos e iconografía cristiana, pero se dirige a practicantes tanto musulmanes como cristianos. Sin embargo, no aspiran a transmitir una visión directa de la realidad; proporcionan más bien una interpretación de los múltiples significados asociados a la oración, las curaciones y la intercesión. También constituye un elemento de mediación entre los grupos religiosos y una alternativa a la idea de que la fe es una asociación hermética de convicciones parecidas entre sí. De esta manera, contribuye al diálogo entre el cristianismo y el Islam y busca contextualizar transgresiones a la normativa detectadas en su hábitat natural: las prácticas diarias de una comunidad originada por una creencia compartida. Este trabajo presenta un mundo lleno de contradicciones y acuerdos, hecho de sinceridad y simulación, de plegarias y desesperación: un mundo más allá de la ortodoxia.

Palimpsest 13 © Nermine Hammam

Nermine Hammam


Y t o B a r ra d a Yto Barrada nació en París en 1971 es una artista visual que vive y trabaja en Tánger, Marruecos. Estudió Ciencias Históricas y Políticas en la Sorbona, París, y fotografía en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Su Proyecto del estrecho comenzó en 1998 y describe la vida estática y transitoria de su ciudad natal, la ciudad fronteriza que mira a Europa al otro lado del estrecho de Gibraltar. Su trabajo actual, el Proyecto Iris Tingitana (lirio marroquí) explora una frontera diferente, examina los intersticios donde el paisaje vegetal se confunde con el urbano y las flores son el testamento de las estrategias de resistencia en el trabajo, se venga de la domesticación del espacio público. Sus últimas exposiciones de fotografía y vídeo han tenido lugar en Witte de Wit (Rotterdam), en la Fundaciò Tàpies (Barcelona), en el MOMA (Nueva York), en el Jeu de Paume (París) y en la Bienal de Venecia de 2007. En 2006, Barrada recibió el primer premio Ellen Auerbach en Berlín. Su libro A life Full of Holes – The Strait Project (Una vida llena de agujeros – El proyecto del Estrecho) fue publicado en la editorial Autograph ABP en 2005. Es directora artística y cofundadora de la Cinemateca de Tánger.

Factory 1 © Yto Barrada y Galerie Polaris – París

Ytobarrada.com

F a c t o r y. Th e S tra i t P ro j e c t F á b r i c a . P ro y e c t o d e l E s t re c h o A Life Full of Holes - The Strait Project (Una vida llena de agujeros – El proyecto del Estrecho) es un proyecto en curso iniciado en 1998 por Yto Barrada (París, 1971). En él, la autora examina la esperanza de la migración y su influencia en el paisaje urbano de Tánger. El título se refiere al estrecho de Gibraltar, el angosto canal que separa Europa de África. Pero, para Yto Barrada, el estrecho es otra palabra para referirse a la tentación de irse, un tópico que convierte las calles de Tánger en un espacio imaginario donde se forjan los tenaces sueños de abandonar el país. Lo que trata de capturar en sus fotografías, con un estilo similar al del reportaje, son las tentaciones de marcharse, no las tentativas reales.


“Incluso una vida llena de agujeros, una vida sin nada más que la espera, es mejor que ninguna vida” Driss Ben Hamed Charhadi, A Life Full of Holes (1964). El sueño colonial, a pesar de haberse derrumbado, nos ha dejado la herencia de un régimen de gestión injusto y de una percepción de movilidad entre el norte y el sur del Mediterráneo. En este cuello de botella conocido como el estrecho de Gibraltar, los derechos de visitante son ahora unilaterales. Lo extraordinario de este lugar en-entre es que está caracterizado por la coincidencia de un espacio físico, un espacio simbólico, un espacio histórico y, por último, un espacio íntimo. Tanto en árabe como en inglés, la palabra “estrecho” combina angostura (dayq) y angustia (mutadyaq). Cuando el tiempo está despejado, desde la costa marroquí el horizonte es español, pero el estrecho se ha convertido en un auténtico cementerio marroquí.

En estas series, he intentado sugerir el carácter metonímico del estrecho, mediante la insistencia en mis imágenes de la tensión entre lo alegórico y lo instantáneo. “Estrecho” es otra palabra para referirse a la tentación de irse y un tópico (y ahora un vínculo común) que agita incesantemente las calles de Tánger. Esta idea de marcharse configura una suerte de espacio imaginario que alimenta los tenaces sueños de abandonar el país. El posible inmigrante se forja aquí una identidad colectiva, a fuerza de ver obstaculizado el paso legal del estrecho. Esta prohibición tiene consecuencias en el estado de desposesión que ella provoca, así como con la pérdida de dignidad. Esta nueva inmigración (un movimiento individual y temporal) se percibe en Europa como algo cercano a la migración (movimientos mayores de población). Estamos en la era de las desconfianzas. Nuestras ciudades marroquíes se configuran por las migraciones urbanas pero también por el turismo, dos formas de movimiento de masas que están directamente relacionadas con los mecanismos de la globalización. Esta transformación nos obliga a reconfigurar la geografía de las diferencias, mientras que las nuevas trayectorias implican nuevas identidades (éxodo rural, trabajadores marroquíes emigrantes, períodos estivales) que se forjan en la resistencia y en la domesticación del espacio. Yto Barrada

Factory 5 © Yto Barrada y Galerie Polaris – París

Esta inmigración se diferencia de las anteriores. Tiene su propio vocabulario, sus propias leyendas, sus canciones y sus rituales. La gente ya no dice “emigró” sino “se quemó”: quemó sus papeles, su pasado. Las hazañas de estos “quemados” resuenan en todas partes y sus relatos aumentan el deseo de algo más. Enclave largamente olvidado por la inversión nacional, Tánger se ha convertido en el punto final de miles de esperanzas. Más que nostalgia de un gueto internacional, lo que me gustaría mostrar de esta ciudad es el arraigo de este obstinado impulso hacia el éxodo que caracteriza a la gente ante todo.



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