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ENTREVISTA: Jóvenes promesas M.ª Pilar Fernández
Jóvenes promesas del siglo XXI María Pilar Fernández Sánchez
Por Noelia Vicente Selfa
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María Pilar Fernández, Carlos Carreño
“Jamás he pensado que la danza podría llegar a remover tantas emociones y lograr resolver millones de dudas en relación al mundo que me rodea. Este factor es el que me ha hecho amar la danza y por el cual hoy, deseo continuar avanzando de la mano de esta expresión corporal artística”, así es la albaceteña M.ª Pilar Fernández que baila en Tanzcompany de Innsbruck (Alemania)
Ser bailarina es una de las profesiones más duras que existen, ¿por qué decidiste ser bailarina?
La razón por la cual estoy inmersa en este mundo tiene un nombre, Pilar Sánchez. Una mujer luchadora y apasionada del arte, la cual me trajo al mundo y quien me enseñó la importancia de vivir de la mano de un arte que te permita evadirte y sentir aquello que se conoce como éxtasis; un estado de placer y alegría tan intensos en los que tu cuerpo no puede pensar ni sentir nada más que aquello que estás realizando. Quizá fue este el motivo principal por el cual decidí perseguir el sueño de llegar a ser bailarina profesional y luchar por ello, y que tras años de experiencia resulta ser una droga que me impide abandonar.
¿Te habías imaginado que algún día llegarías a ser bailarina o tenías otras metas?
Desde muy pequeñita he tenido un alma soñadora y optimista, además de inquieta y curiosa lo cual me ha permitido plantearme objetivos y proponerme expectativas futuras que han supuesto una motivación o un reto para trabajar por conseguir aquello que mi cabeza visualizaba con admiración. Siempre me he imaginado subida en lo alto de un escenario, bailando y realizando pasos de danza que aprendía tanto en el conservatorio como en el visionado de obras o ballets. Puedo decir que ha sido importante el contacto tan cercano que he tenido hacía este arte; pues desde pequeña mis padres y profesores han intentado acercarme a este mundo tanto en el visionado de diferentes actuaciones de danza de grandes compañías y figuras reconocidas en todo el mundo, como la posibilidad de viajar al extranjero y realizar cursos de danza como con el English National Ballet School.
Siempre he tenido en mente a grandes artistas que me han motivado y han resultado ser un ejemplo a seguir, considerando la idea de que si ellos han logrado dedicarse al mundo de la danza, yo también podría conseguirlo. Además, otra motivación fue conocer y asistir a espectáculos de grandes figuras de la danza de nacionalidad española como Tamara Rojo o el albaceteño, amigo y compañero Esteban Berlanga. Fueron un gran impulso que me hizo reflexionar y pensar que al igual que ellos, podría intentar audicionar en diferentes compañías de danza para así, en un futuro, estar sobre los mismos escenarios, o incluso poder trabajar con ellos.
Claro que no ha sido fácil, pues también debía ser realista y pensar que hay demasiados factores que me supondrían una dificultad para llegar a conseguir este sueño. Para ello, tenía a mi lado a la figura paterna Gregorio Fernández, quien me bajaba a la tierra cuando me encontraba subida sobre demasiadas nubes y quien me explicaba que siempre debemos tener una opción B en caso de no llegar a conseguir nuestros deseados sueños. Por este motivo, mi segunda opción fue entrar en la Carrera de Actividades Físicas y Deportivas que ofertaba la Universidad de Madrid tras haber realizado el bachillerato y la selectividad.
¿Tu familia ha puesto algún impedimento por querer ser bailarina de ballet?
Si hablo de mis padres, ellos jamás me han puesto ningún impedimento en mi decisión de estudiar y trabajar como bailarina profesional, pero si es cierto que no lo han visto factible a la hora de valorarlo como un trabajo “normal”, útil, eficiente o efectivo que me permitiera tener una vida futura estable económicamente. Razón no les faltaba, puesto que la dificultad para encontrar un puesto de trabajo es enorme, ya que nos encontramos ante un sector precario si hablamos de su oferta y demanda dentro del mercado laboral.
Tras tu formación en España, ¿qué es lo que te decidió para salir a trabajar fuera?
Tras mis años como estudiante en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila, así como los diferentes cursos tomados tanto dentro de la península como en el extranjero me ayudaron a conocer diferentes estilos y trabajos de grandes coreógrafos, así como diferentes estilos de danza. Además, tras conocer las pocas opciones laborales que presenta la danza en mi país, me planteé viajar, conocer nuevos países y explorar sus culturas, idiomas y estilos de danza.
Llevas unos años trabajando en la Tanzcompany de Innsbruck ¿dónde te imaginas en un futuro?
Es difícil para un artista saber que nos deparará el futuro, por supuesto siempre se ha de tener un plan B en el caso de que tu estabilidad emocional, física y laboral falle. Durante mi recorrido en la compañía he podido trabajar diversos estilos de danza e interpretar repertorios de grandes coreógrafos reconocidos. Todo ello me ha hecho crecer como artista e intérprete, adquirir capacidades resolutivas, versatilidad en el movimiento, conocer mis gustos personales y preferencias de estilo, así como ampliar conocimientos que han nutrido y completado mi formación.
Creo que dentro de muy poco sentiré la necesidad de cambiar de país, trabajar bajo la dirección de otro coreógrafo y sentir emociones diferentes tras pisar nuevos escenarios. No tengo muy claro en qué compañía me veo en un futuro, pero sí deseo continuar con mi danza y poder mostrar al público mi pasión y amor hacia ella.
Soy una persona que ama los retos y los nuevos comienzos, por eso es extraño que no haya querido moverme y audicionar antes, pero existe una razón que responde a ello. La gran oportunidad que Enrique Gasa me ha ofertado para protagonizar obras, explotar mis potenciales y dedicar su tiempo en mi crecimiento como artista, me ha atraído y ha hecho que mi persona no quiera abandonar este lugar. No es fácil encontrar una compañía que te oferte la oportunidad de pisar un escenario 4 días por semana y que te haga sentir tan completa y experimentada, por ello debo estudiar y averiguar con tiempo que compañías pueden ofrecerme un trabajo similar al que he podido presenciar en Innsbruck.
Innsbruck es una ciudad preciosa situada al oeste de Austria, ¿cómo te sientes en ella?
Mi llegada a Innsbruck con 21 años fue bastante imponente, me sentía grande pero a la vez débil, pues la soledad y el hándicap de no poder hablar el idioma me imposibilitaba todavía más. Aprendí a valorar que el tiempo con uno mismo es el más importante de todos y que si no nos mimamos a nosotros mismos, nadie lo hará.
Una vez conocida la ciudad, sus alrededores, su gente; quienes en el caso de mis amigos y conocidos, también llegaban solos enfrentándose ante nuevas etapas y comienzos. Pues gracias a ellos ha sido muy fácil formar mi pequeña familia y sentir Innsbruck como mi nuevo hogar.
Todos tenemos ídolos que nos inspiran cada día, ¿puedes decirnos cuáles son los tuyos?
Es curioso que siempre haya pensado que mis ídolos fueran bailarinas profesionales españolas como Tamara Rojo o Lucia Lacarra, pues en ellas he sentido una gran motivación por creer y confiar en que existe la posibilidad de que una española albaceteña pueda también triunfar en el exterior y poder pisar escenarios, así como trabajar y conocer a grandes iconos de la danza. Sin embargo, en estos momentos de mi vida, no son bailarines quienes me inspiran o los que considero ídolos, pues tras finalizar mis estudios de coreografía e interpretación en el CSDMA, veo como inspiración a aquellos coreógrafos emergentes que crean y componen piezas tan impresionantes y pensadas con tanto detalle como Christian Spuck, Jacopo Godani o David Dawson. Lograr conocerlos y trabajar con ellos sería uno de mis mayores deseos en este momento.
¿Qué es lo que más te gusta de ser bailarina profesional?
Aquello que más me apasiona de mi trabajo es tener la oportunidad de viajar, realizar giras y conocer nuevas culturas y países. Gracias al lenguaje universal del que se caracteriza la danza, crea la posibilidad de comunicarte y expresarte a través del cuerpo y da pie a la expresión libre de emociones y sentimientos que no siempre se pueden llegar a mostrar mediante el lenguaje verbal. Poder subir a un escenario y comunicar a un público las emociones que me rodean día a día, es uno de los mayores placeres de la vida.
Por otro lado, no existe mayor satisfacción que el trabajo reconocido, pues otro de los placeres que cada día presencio como artista son los aplausos del público agradeciendo tu esfuerzo y empeño en sacar y remover emociones. Poder llegar a cambiar el estado emocional de alguien con tan solo interpretar una escena, hacer que el público sienta lo mismo que tú sientes al bailar y crear una atmósfera donde tú eres la protagonista de la historia es muy reconfortante.
¿Cómo es el día a día de una bailarina profesional? ¿Cuál es tu día más duro de la semana?
Puedo contarte lo que es mi día a día, sabiendo que si estuviera en otra compañía seguramente sería totalmente diferente debido a los horarios de trabajo y actuaciones que realizamos. Considero que el trabajo que hacemos es bastante duro física y mentalmente, no solo por el poco tiempo del que disponemos para componer las 6 o 7 obras que debemos representar durante la temporada, sino por el horario de trabajo al que nos sometemos. Trabajamos de lunes a sábado incluyendo alguna actuación los domingos y con un horario partido, es decir de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00, además de tener de jueves a domingo actuaciones durante todo el año.
A mi parecer, no existen días más duros que otros, sino meses donde tu cuerpo se encuentra en un estado de cansancio tan extremo y llevado tan al límite que hay que saber sobrellevar. Esto mismo te enseña a mentalizarte de que no siempre puedes mantener a tu cuerpo al 100%, y que después de tantas repeticiones y ensayos tu cuerpo necesita dosificar la energía para poder rendir en cada espectáculo.
Por lo general, el mes que considero más duro es el mes de Enero, pues es en ese momento donde empalmamos diferentes obras y se aproxima la más esperada de todas, el Triplebill. Aquella donde trabajamos con famosos repetidores de grandes coreógrafos reconocidos, pues es durante este mes el momento donde nuestro cuerpo cansado y quemado después de tres duros meses de trabajo, debe dar el 100% para cumplir con las expectativas propuestas por el director y mostrar buenos resultados sobre las piezas seleccionadas y reconocidas internacionalmente.
Aunque estás todavía desarrollando tu carrera profesional, habrás tenido mejores y peores momentos en los escenarios. ¿Cuál ha sido tu momento más feliz?
Uno de los roles que siempre recordaré y tendré presente en toda mi carrera profesional, fue el de Frida Kahlo. Tras mi entrada en la compañía, sin apenas experiencia y sin haber acabado mis estudios superiores, poder obtener un rol principal supuso una gran motivación y a la vez gran respeto sobre el trabajo tan extenso que debía de realizar. No solo suponía una gran responsabilidad representar este papel ante un público y escenario que desconocía, sino que también sentí cierta tensión tras saber todo el trabajo íntimo y personal que debía realizar durante los ensayos como solista con el director de la compañía. El contacto directo con Enrique durante esta producción me inspiró y me nutrió tanto técnica como artísticamente, además de ganar confianza conmigo misma tras saber que una figura reconocida e importante apostaba por mí y confiaba plenamente en mi trabajo. Estudiar a este personaje histórico que ha cambiado la vida de muchas mujeres, así como investigar sobre su vida y trayec-
toria artística supuso un gran reto para mi trayectoria como artista. Jamás me había sentido tan completa y segura sobre mi trabajo, pues la experiencia me hizo creer y estar convencida de que el camino que he decido coger era el adecuado.
¿Qué rol es el que más te ha gustado interpretar hasta el momento?
Como bien he dicho en la anterior pregunta, uno de los roles que más me ha llenado y el cuál me ha aportado mucha experiencia sobre el escenario fue el de Frida Kahlo. No solo por el trabajo tan profundo que realice en la investigación de su vida e historia para poder interpretar el papel, sino que al ser la primera experiencia como protagonista de una obra supuso en mí una gran responsabilidad. Fue mi primera temporada en la compañía, además de ser el primer trabajo como profesional del ámbito, y creo que esta oportunidad que se me ofertó la llevaré siempre de en mi corazón.
¿Cómo te describirías a ti misma en una sola frase?
Exploradora del mundo, apasionada de la vida y constante en la persecución de mis sueños. Así es como defino la visión que tengo sobre la vida, o más bien sobre mi vida, y mi entorno, así como el cuidado de aquellas personas, cosas o metas que durante el aprendizaje de experiencias pasadas y resultados obtenidos he decidido conservar, cultivar y preservar. Mis criterios, ideas y pensamientos actuales seguramente sean solo pasajeros, así como la vida misma nos muestra cambios constantes que debemos afrontar y desafiar de la mejor manera, siendo optimistas y resolutivos.
La carrera profesional de una bailarina suele ser bastante corta. ¿Te has planteado hacia dónde vas a enfocar tu carrera después?
Tras haber cursado los estudios superiores en el CSDMA, he podido conocer y nutrirme de diferentes disciplinas en relación a la danza como la composición y creación, historia y literatura e incluso ramas científicas como la psicología, fisiología o anatomía que me han servido para tener objetivos y visiones futuras sobre mis intereses laborales tras terminar mi carrera como bailarina. En estos momentos me es difícil saber con seguridad la especialidad que querría escoger para continuar investigando sobre la danza en un futuro, puesto que mi interés actuales es poder continuar bailando e interpretando. Sí tengo claro que me encantaría comenzar a crear nuevas formas de movimiento personal y poder componer mis propias coreografías, así como descubrir o reinventar un estilo propio y personal, o una identidad que me represente como coreógrafa o intérprete.
Por otro lado, y según mis estudios previos a la danza, me llama la atención la rama científica que relaciona la anatomía humana con el movimiento y la danza. En muchas compañías de danza, la figura del fisioterapeuta es muy importante e imprescindible para el trabajo óptimo de cada bailarín, pues como atletas nos dedicamos a nuestro cuerpo siendo éste una herramienta fundamental para el trabajo diario, por lo que es necesario el cuidado y tratamiento del mismo para sufrir las menores lesiones posibles.
¿Algo que quieras añadir y que se nos haya pasado por alto?
Ha sido un placer poder contestar todas estas preguntas, pues no todos los días puedo pararme y reflexionar sobre mi vida y sobre aquello a lo que me dedico en cuerpo y alma. Creo que no somos conscientes de lo que podemos llegar a conseguir y de lo necesario que es cuidarnos y mimarnos para llegar a confiar en el trabajo que realizamos sea en el ámbito que sea.
Muchas veces funcionamos como máquinas, pensando en el futuro sin mirar todo el recorrido que hemos hecho y todo lo que nos ha costado llegar hasta donde estamos. Debemos valorar quiénes somos y qué legados vamos dejando. Lo más bonito de la vida es convertirnos en la persona que siempre hemos deseado ser, y llegar a conseguirlo es la clave de la felicidad plena con uno mismo.