DANZA EN ESCENA Nº 44 CIRO TAMAYO

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OCTUBRE 2019

DANZAENESCENA Revista de la Casa de la Danza

CIRO TAMAYO VADIM PROSHICHEV ILIA JIVOY GOHAR MKRTCHYAN



sumario 5

Editorial: José Luis Pérez Pastor

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rEto EN loS JÓVENES CorEÓGraFoS CoNtEMPorÁNEoS América Medina Hechavarria

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Portada: Ciro taMaYo Lucía Chilibroste

artE dE laS MUSaS 16 El Paloma Sainz Aja-Aparicio JiVoY 18 ilia Carolina Masjuan QUE CElEBrar 22 MUCHo José Luis López Enamorado ProSHiCHEV 24 VadiM Fredy Rodríguez MoiSEYEV StatE aCadEMiC 27 iGor Gonzalo Preciado Azanza raMiro GUErra 28 Manuel Hidalgo ProMESaS Para El S.XXi: GoHar MKrtCHYaN 29 JoVENES Gonzalo Preciado Azanza arGENtiNita Y Pilar lÓPEZ 32 la Víctor M. Burell

38 VitriNaS aBiErtaS: KarMEN larUMBE BallEt CHoNCHoi 38 El Fredy Rodríguez


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danzaenescena nº44_ 2019

editora:

Mila ruiz

coordinador:

Perfecto Uriel

consejo de redacción: Victor M. Burell, Nélida Monès, Joaquim Noguero, Mila ruiz y delfín Colomé (miembro honorífico) colaboradores: lucía Chilibroste, Manuel Hidalgo, Carolina Masjuan, américa Medina Hechavarria, Juán Mata, José luis Pérez Pastor, Gonzalo Preciado azansa, Fredy rodríguez, Paloma Sainz aja-aparicio. fotografos:

Martynas aleksa, leo Barizzoni, Santiago Barreiro maquetación y publicidad:

rampa Ediciones Culturales. dirección: Casa de la danza, rua Vieja 25, 26001 logroño (la rioja) telf: 941 241 059 mails:

Mila ruiz: danzaenescena@gmail.com Perfecto Uriel: casadanza@casadeladanza.com dl: lr-249-2005 (las colaboraciones son gratuitas y responsabilidad de sus autores) *Danza en escena puede obtenerse de forma gratuita en la Casa de la Danza

Portada: Ciro taMaYo @lEo BariZZoNi


editorial

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iempre se ha dicho, cuando se habla del Teatro, que es un ámbito en perpetua crisis y que, a pesar de ello, ahí está, sobreviviendo a todos los cambios, a todas las prohibiciones históricas sufridas, a todos los ataques del puritanismo, a todas las guerras, a todas las modas. Si esto se ha dicho del Teatro, qué no poder decir de las otras artes escénicas, como el Circo -en pleno proceso de redefinición- o la Danza, que también busca constantemente su sitio entre las formas y formatos de expresión contemporáneos. Qué no poder decir de la Danza, efectivamente, en unas fechas en las que acabamos de conocer que Víctor Ullate cierra su icónica compañía después de más de tres memorables décadas sobre las tablas. Todos lamentaremos esta ausencia y todos recordaremos las veces que hemos podido disfrutar de sus propuestas en La Rioja. Corren tiempos turbios y, sin embargo, siempre hay motivo para un movimiento más, para una nueva coreografía, para un nuevo espacio, para un nuevo formato, para un nuevo festival, para un nuevo nombre que se incorpora. El presente número de la revista Danza en escena es buena muestra de todos estos motivos de esperanza: juventud por todos los costa-

dos en un buen número de bailarines y coreógrafos que se descubren y que se consolidan, experimentación que resulta en nuevos métodos, críticas de las propuestas que ahora mismo están en nuestras escenas y, como sólida referencia, los 40 años de la Compañía Nacional de Danza. Con estas perspectivas, la perpetua crisis escénica es dificultad, pero es espuela; es un traspié, pero impulsa un salto; es un telón que baja, pero es una cuarta pared que se rompe. En la noticia relativa al cierre de la compañía de Ullate se señala que la fundación que lleva su nombre sigue adelante, y que entre sus proyectos futuros está el de la creación de una Casa de la Danza. Feliz es el día en que se alumbran proyectos de futuro. Sobre todo, si acaban corroborando la clarividencia seminal que tenía la Casa de la Danza de Logroño, la necesaria visión del largo plazo que se estableció en ese espacio tan singular de nuestro casco antiguo. Algo bueno se habrá hecho cuando germina. Habrá otras casas para la Danza fuera de Logroño, pero estaban en esta. Enhorabuena. José Luis Pérez Pastor Profesor y escritor

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retos en los jóvenes coreógrafos contemporáneros por América Medina Hechavarria

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uventud es sinónimo de confusión, energía y frescura. A la par de experiencias que van cerrando la evolución de ciclos del pensamiento. Paralela a esa madurez del cuerpo, como centro principal de la comunicación y la polémica en el arte de la danza. Despuntar en la categoría de intérprete y creador en esta etapa de la vida resulta una labor doblemente compleja. Aún no se muestra un sentido definido, resultan ambiciosas todas las ideas. Momento en que una nueva problemática sugiere otra acción en la cual construir de forma infinita. Enfrentarse ante simples interrogantes que definen, ¿por cuál herramienta comenzar? ó ¿qué tomar como simple pretexto? Todas estas contradicciones son una riqueza que poseen estos jóvenes coreógrafos, que utilizan la escena como debate de sus miedos, interrogantes o la no comprensión del por qué son diferentes al resto. En un punto se crea un diálogo impropio, en la similitud de un espacio que puede ser útil para reflexionar o mostrar lo aprendido. Algunos se desarrollan como bailarines profesionales, otros se salen de ese gran núcleo para pactar su otro lado en la creación. La VII edición del El Festival Tránsitos Habana, evento a cargo de la Compañía Danza Teatro “Retazos” y el “Memory Wax”, ocasión de la Danza Teatro para niños y jóvenes. En la noche del miércoles 20 de marzo, se dedicó un espacio para la presentación de “Jóvenes Coreógrafos Contemporáneos”. Como plataforma de diálogo en la creación. En la actual escena cubana contamos con jóvenes que se suman a la creación, a plantearse un discurso personal o de otra índole. Despuntan o como ellos llaman estar en la semilla de su creación.

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Entre las líneas que se plantearon en este espacio de diálogo estuvo mostrar lo individual de sus miradas, llamar la atención sobre un simple gesto de mujer. Para ellos mostrarse ante los otros con sus propias ideas es reafirmar el camino que necesitan para su creación. Él momento justo de disfrutar de la experiencia, del contacto con ese espacio que se construye. En la muestra contamos con Mutante, solo de Maday Valdés, bailarina de Danza Teatro Retazos. Es una obra donde la intérprete tiene muy apegado los códigos de la coreógrafa Isabel Bustos en su obra Crisálida. La máscara blanca, como presentación inversa de la comunicación, en un cuerpo de mujer, que invierte sus códigos gestuales. El sentido de la puesta radica en el gesto, y toma como pretexto atributos y movimientos ondulantes de las danzas orientales para atravesar esta línea teatral como hecho escénico. La naciente Compañía “Otro Lado” con la obra Escena del crimen, coreografía de Norge Cedeño, interpretado por Thais Suarez Fernández. La pieza insiste en un buen trabajo de luces, que en sí maneja buena parte de la dramaturgia de este solo. Se muestra un cuerpo que se cuestiona estar allí refiriendo a una pose que deja claro su título. Se interroga desde el silencio, en la caída; reconocerse y no aguantarse, explotar. Un cuerpo que insiste en la reiteración de frases de movimientos para llegar al cansancio, a la duda. Un cuerpo indescifrable. Logra el diálogo a partir de una escena con tonos entre ocre oro y ocre oro aclarado. Acentos que pueden tener relación, con los minerales terrosos amarillentos producto a la oxidación. Su uso, de carácter simbólico se puede relacionar con el estado del cuerpo en descomposición.


Danza Teatro Retazos

En América estos tonos tuvieron uso, en el decorado con fines rituales, por lo que también puede cobrar un sentido a partir de ese cuerpo indescifrable, que no admite resultados, que se vuelve una marca, una frase o una idea. De forma general la obra establece conexiones muy completas, para varios niveles de análisis y en el dominio de una imagen como escena referida, simple pretexto para su intervención. Oreste Ferrer, bailarín de Danza Teatro Retazos, realiza una exploración interior en su creación, de título Errante. Desde la introversión, la búsqueda de sí, lo inconforme, sentir lo diferente. Los recursos que utiliza no quedan bien planteados, de ahí que la línea de compresión se quede fracturada. Los signos gestuales que maneja, pueden definirse hasta cierto punto con claridad, pero luego quedan dispersos en el aire. Se podría considerar como una muestra de la exploración personal, pero que necesita plantearse otras líneas para la evolución de este proceso. “La habitación” de Claudia Hilda, como idea original e interprete, junto a Liliam Chacón Benavides, como che-

lista. Esta joven bailarina pertenece al elenco de Danza Contemporánea de Cuba y como propuesta independiente se posiciona desde lo minimalista del gesto de mujer en la danza. Producto de una investigación que ella está manejando desde el minimalismo como tendencia, que consiste en reducir lo esencial, despojar los elementos sobrantes. Para ello se detiene en el movimiento de la chelista junto a la interpretación de su instrumento, de su mano al roce de la cuerda. Lo traduce en la fuerza de su mirada, en el percibir, la respiración, el rostro, las piernas, todo en conjunto. Su trabajo lo plantea desde la música minimalista, en su forma de construirse, los pulsos constantes, lo estático, la lenta transformación, la reiteración de frases en pequeñas figuras o motivos. Presentaciones como estas se vuelven necesarias, permiten el diálogo entre voces que buscan descubrirse. El sentido del espacio fue incentivar la creación joven cubana a partir de su propia voz, de otorgarle este sitio, entendiendo que asumir retos es la única forma de obtener la experiencia.

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cIro tamaYo “el niño mimado” por Lucía Chilibroste

A sus 24 años Ciro Tamayo se ha convertido en uno de los bailarines preferidos del público uruguayo. Es que cuando sale a escena, ya todos saben que van a poder deleitarse con su versatilidad artística, solidez técnica y carisma natural de un buen bailarín Y por qué no dejarse seducir por sus grandes saltos. Es que Ciro parece tener ese don con el que grandes estrellas como Marie Taglioni o Vaslav Nijinsky fascinaron a su público: la capacidad de saltar y suspenderse en el aire.

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legó a Uruguay tras una invitación que Julio Bocca le hizo al verlo en el Certamen Internacional de Danza de la ciudad de Barcelona en el 2010. En ese momento dejó pasar la invitación porque aún no había terminado sus estudios en España y contaba con la oferta de una beca en la Escuela del Royal Ballet que no quería perder. Pero al terminar su formación en Europa emprendió un viaje a un país absolutamente desconocido. Su única referencia era que tenía una compañía llamada Ballet Nacional del Sodre (BNS) y estaba dirigida por Bocca. Aunque aún conserva su acento malagueño, Ciro ya es un uruguayo más que toma mate (costumbre local) y pasea por la rambla. Llegado pronto para brillar, en estos cuatro años ha ido creciendo función a función, en las que fue asumiendo todos los roles principales. Tal fue así, que sólo pasaron dos años para que este “españolito” fuese ascendiendo a primer bailarín en el 2013 con tan solo 20 años. Billy Elliot ¿Cómo llegas a la danza? Ya desde chiquito me llamaban la atención las actividades artísticas. Cuando en la escuela te hacían seleccionar

actividades extraescolares yo tachaba los deportes y elegía las artísticas. Y lo primero que elegí fue patinaje artístico, lo cual en un principio me gustó pero al cabo de un tiempo me terminó aburriendo. Después me apunté en danza moderna y también me aburrió. Y yo le insistía a mi madre ya desde niño, desde los seis o siete años que quería saber lo que sería de mayor. Y justo en ese momento se estrenaba Billy Elliot. Y al ver la película quedé encantado y me dije que quería hacer eso. ¿Y después cómo siguen tus estudios? Entro en un Ateneo de música y danza en Málaga, en el cual una maestra rusa enseñaba ballet. Si bien pensaron que pronto me aburriría, no fue así. Por lo que a los once años me pasaron al Conservatorio Profesional de Málaga y pasé a grado medio, donde me dijeron que si quería seguir y llegar lejos me debía ir a Madrid, donde estaban las escuelas buenas. Por lo que hice la prueba de acceso para el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid y ahí entré con una de las notas más altas. Estuve cuatro años en Madrid y la idea era terminar mis estudios allí. Y en un curso de verano de la Royal School que hice un año antes de graduarme me ofrecieron una beca que acepté para quedarme allí y graduarme en la Royal Ballet School.


Tal como Billy Elliot en la película, ¿de niño recuerdas sentir algún tipo de discriminación por dedicarte a la danza? Todas las actividades que elegí tanto en la escuela como después, siempre se apuntaban las chicas, por lo que la discriminación siempre estuvo. Creo que no me importaba, aunque también supongo que a todo niño chico eso de algún modo le debía de pesar. Pero hoy me río. ¿Grandes maestros? Dos de mis grandes maestros fueron Antonio Chamizo, que fue quien trabajó conmigo para el Certamen de Barcelona. Y Julia Estévez, que si bien no trabajé tanto tiempo con ella, fue muy importante porque me aportó todo lo relacionado al trabajo escénico. Su metodología y forma de ver y enseñar las cosas me enseñaron muchísimo, porque iban mucho más allá de la técnica, y apuntaban a ayudarte a que sin tener el 100% de las condiciones, te vieras y sintieras mejor en escena.

Llegada al sur del sur. ¿Cómo es que llegas a Uruguay? Antes de irme a la Royal Ballet School, mis maestros me presentaron al Certamen Internacional de Danza de la ciudad de Barcelona donde Julio Bocca estaba de jurado y me ofreció trabajo. Pero como yo quería graduarme antes, decidí esperar un año y graduarme antes. Al terminar a los 17 años, yo no tenía ni la edad ni la altura para audicionar para compañías Europeas. Y ahí fue que me acordé de la propuesta de Julio a quien le escribí y enseguida me respondió: “¿Cuándo podes empezar?”. ¿Qué sentiste cuando llegaste a Montevideo? En primer lugar mucho miedo. Era mi primera compañía, mi primer trabajo. Y venía con la cabeza del Royal Ballet donde conocía que existían muchas rivalidades. Pero cuando llegué me sorprendí porque en la compañía encontré realmente una familia. Además el primer día de trabajo llegó Anna Marie Holmes a montar El Corsario y

@Santiago Barreiro

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comenzó a seleccionar gente. Y al día siguiente, cuando publican los nombres de quienes se tienen que aprender determinados roles yo aparecía en tres principales: Conrad (que en esta oportunidad no bailé), Alí y Lankendem. Y ahí dije ‘caramba, me hundieron!’. Pensé: ‘la gente me va a odiar’, ‘este chiquitito que recién llega le dan esos papeles’. Pero no, la gente estaba contenta de que llegaran nuevos bailarines, me animaban y ayudaban, con tal de que todo ayudara al éxito de la compañía. Y eso me sorprendió muchísimo. Yo también siempre fui muy humilde. Soy quien soy antes de ser bailarín. Y me molesta muchísimo quien anda de prepotente y pasando por encima de los demás. ¿Y te costó adaptarte a la ciudad? Para nada, porque desde el principio me di cuenta de que la gente era muy cálida, más allá que llegué de los 40 grados de Málaga a una ola polar extraordinaria que se estaba viviendo de 4 grados bajo cero. Pero la gente es muy amable. Además encontré ciertas similitudes con Málaga: una ciudad chica al lado de la costa. Y lo más afectivo lo completó la compañía, siempre me estaban invitando a

almorzar con ellos, a pasar las Navidades. Nunca me sentí solo, sabía que si necesitaba ayuda a tres pasos la iba a encontrar. ¿Hay algo en especial a lo que te costó adaptarte? Al vocabulario. Sin bien hablamos el mismo idioma habían muchas palabras o expresiones que no lograba entender.

Nueva compañía. En junio del 2010 Julio Bocca asumió la dirección del Ballet Nacional del Sodre (BNS). Desde entonces la compañía ha dado un giro de 180 grados. Se ha logrado acrecentar y diversificar su repertorio montando grandes clásicos y nuevos trabajos contemporáneos; traer grandes maestros y bailarines de la talle de Makarova, Anna-Marie Holmes, Marcelo Gomes; rejuvenecer e internacionalizar la compañía; realizar giras tanto por el interior del país como por Europa, Medio Oriente y América Latina. Y lo más importante de todo, se logró que la compañía saliera de la invisibilidad en la

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que se encontraba. Hoy en Uruguay el ballet se ha convertido en un fenómeno casi masivo. El ballet (cuya compañía tiene una trayectoria de 85 años) ha vuelto a existir, tiene presencia en todos los medios y se agotan las entradas en casi todas sus temporadas. ¿Te sorprendió algo de la compañía? Me sorprendió muchísimo el buen nivel de las chicas. Vi muchos cuerpos lindos, muchas condiciones. Y era una compañía integrada por bailarines que no eran robots, sino que tenían su propia personalidad. Muchas podían ser solistas. ¿Has visto cambios en la compañía durante estos años que estás acá? Ha crecido muchísimo. Ha cambiado su nivel y su disciplina. Cambiamos la actitud para el trabajo. Tal vez cuando llegué que hacía sólo un año que Julio estaba a cargo, no lográbamos entender del todo la idea que quería lograr de la compañía: ser una compañía internacional. Y el hecho de que en todos los lugares que nos presentemos se diga que somos una de las mejores compañías de Sur América, que la prensa señale que se nos podría compa-

rar con otras grandes compañías, que los invitados que lleguen se sorprendan de lo que hacemos, ha hecho que nos sintamos orgullosos de lo que hemos ido logrando y que sigamos trabajando para mantenerlo y mejorar. ¿Trabajar con Julio Bocca te ha aportado algo? Sí claro. Por supuesto que experiencia, ya que él estuvo muchos años en el escenario y conoció un montón de compañías. Las ideas que te da para los roles, siempre está corrigiendo y aporta en los detalles. Y si algo está mal te lo va a decir, no tiene pelos en la lengua. Y si no te dice nada debes de alegrarte, porque significa que hiciste bien las cosas.

Riccetto – Tamayo. Margot Foneyn cuenta en sus memorias que cuando por primera vez se planteó la idea que bailara con Rudolf Nureyev, la rechazó rotundamente. Cómo ella, que se había consagrado como una primerísima bailarina con una vasta trayectoria y estaba pensando en su retiro, se iba a ver junto al nuevo “fenómeno” veinte años menor que enloquecía a París y Londres con su

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frescura y saltos. Pensaba que se iba a ver ridícula. Sin embargo aceptó el desafío… los resultados de esta mítica pareja son más que conocidos. María Riccetto fue 10 años solista del American Ballet Theatre de Nueva York, y aunque no está pensando en retirarse, sólo tiene 35 años, es sin duda la imagen y el gran referente de la compañía. Desde 2013 y casi que de forma ininterrumpida, Ciro y María se han convertido en la “pareja estrella” de la compañía. La preferida del público y que rápidamente agota las entradas. ¿El trabajo con Riccetto sentís que te ha aportado algo en especial? En primer lugar yo nunca pensé que podía formar una pareja relativamente estable con María, porque ella es la máxima estrella de la compañía, venía del ABT y tenía muchísima experiencia. Pero desde hace dos temporadas estamos juntos y creo que tanto ella como yo hemos crecido. Ella me ofreció muchísima experiencia, sobre todo en el parteneo, que era uno de mis puntos flojos y por lo tanto me sentía inseguro. Siempre me ayuda con todo eso, me alienta, me guía, y me motiva a seguir ensayando

hasta que salga bien. Además que me dio mucha confianza, me pesaba el que ella viniera del ABT. Pero entre los dos logramos confianza y muy buena química, por lo que siento que crecemos y disfrutamos cada temporada. La gente agota las entradas para veros bailar a los dos. ¿Eso no te genera presión? Presión no, más bien satisfacción. Es un placer.

Joven Primer bailarín ¿Sentís que has crecido como bailarín? Me ha pasado que al reponer algunas obras y volver a interpretar roles como Alí o Lankendem, he podido hacer crecer a los personajes. Quizás no tanto desde lo técnico, ya que los saltos y los giros los podía hacer bien, sino desde lo artístico. Aportarles cierta madurez y peso escénico. Con las obras que no hemos bailado las estudio mucho antes de hacerlas. Y con las que sí, trato de mejorarlas. Me pasó con Solor en Bayadera, que cuando lo bailé la primera vez artísticamente sentí que no estaba a la altura, no era un real guerrero dentro de mí, sino que estaba pretendiendo

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serlo. En cambio cuando lo bailé el diciembre pasado la situación fue otra muy distinta. Y lo disfruté muchísimo.

mismo del salto, porque pienso que eso te va a impulsar hacia abajo.

Siempre se destaca de tu técnica tus enormes saltos y la capacidad de suspenderte en el aire ¿Existe alguna receta mágica? Ja, ja. Mucha gente me lo ha preguntado. Un poco en broma siempre digo que de chico en la Escuela yo siempre me quejaba de que era quien menos saltaba. Pero siempre fui el más chiquito de mi curso, porque mientras todos tenían veinte años yo tenía trece, por lo que también era el más bajito. Entonces pienso que cuando saltaba tal vez miraba las cabezas de mis compañeros que eran mucho más altos, pero no cuánto me despegaba del piso. Pero lo digo en broma, en realidad creo que es coordinación. Yo antes de saltar siempre estoy pensando que voy a estar en el aire, me proyecto en el aire, pero no en el momento

Cuando salís a escena transmitís una gran frescura y naturalidad. ¿Eso lo trabajas o es natural? Yo siempre estoy bromeando en clase, me hago el tonto, soy como un niño chico alegre, sin quitar el trabajo profesional. Y cuando salgo al escenario me sale lo mismo: sonreír y disfrutar. Y más si es un papel humorístico. En estos años has bailado Cascanueces, Solor, James de La Sílfide, In the Middle, Sigfrido, Pablo de Hamlet Ruso, Conrad de Corsario y Basilio entre otros. ¿En cuáles te sentís más a gusto y por qué? Desde chiquito yo me imaginaba como el típico “príncipe azul” de historias felices. Pero me he dado cuenta que lo que más disfruto y mejor se me da es cuando tengo que

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hacer de malo o los roles dramáticos. Pablo de Hamlet Ruso para mí fue súper disfrutable porque tenía muchísimo de lo actoral. Salía llorando de las funciones porque me metía completamente en el papel. ¿Cómo has sentido la respuesta del público en general? Bárbaro. Desde el primer día ha sido muy lindo pasar de escuchar comentarios como ‘¿quién es ese chico nuevo, el españolito?’, a que la gente fuera conociendo más mi nombre, y luego viniera especialmente a las funciones en las que bailo. Siempre se ha sentido el cariño de la gente, que lo demuestra con sus ovaciones. ¿Referentes en la danza? Yo sé que debería de fijarme en referentes masculinos, pero desde chiquito yo siempre admiré cómo se movía

Alina Cojocaru. La primera vez que la vi me encantó, fue una inspiración. Intentaba imitar cómo movía los brazos en versión masculina, y de verla adquirí como ciertas sensaciones. De hecho cuando estuve en Londres, el último día antes de irme me armé de valor, la enfrenté y le dije lo que la admiraba. También me gusta mucho Steven McRae, sus proporciones, sus líneas, su técnica. Lo veo un gran artista y es lindo verlo bailar. ¿Tu ascenso a Primer bailarín te cambió en algo? En cierta manera me aumentó la presión, no es lo mismo que ser solista. Como solista se te puede permitir errores, pero como Primer bailarín no. Tienes que estar a la altura de tu nombramiento y de las expectativas tanto del público como de tu director que confió en ti y te dio ese lugar. Porque además eres la imagen de la compañía.

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el arte de las musas por Paloma Sainz Aja-Aparicio

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onstituye el Festival Internacional de Arte Sacro uno de los motivos más especiales de contemplar la música en la ciudad de Madrid. Ésta, su XXIX edición, estuvo colmada de interesantes y enriquecedoras propuestas. A lo largo de cinco semanas el Festival ofreció un total de 60 conciertos, la mayoría de ellos inéditos (40 estrenos), sinónimo de apuesta por la nueva creación. Y es que en España, la creación musical vive un magnífico momento. El Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid significa consolidación de uno de los grandes festivales dedicados a este arte, donde prevalece la constante búsqueda de la belleza y la autenticidad en la música. Federico García Lorca escribió que con las palabras se dicen cosas humanas, y con la música se expresa eso que nadie conoce ni puede definir, pero que en todos existe. Mousiké es un recital de música, poesía y danza. Reza el programa que cuando este término nació en la Antigua Grecia, estas tres disciplinas eran una. Música, poesía y danza eran imprescindibles en la educación para formar el espíritu. El término mousiké respondía al arte de las musas; tres artes, poesía, música y danza, que las musas protegían. Es inevitable pensar en Isadora Duncan, la cual manifestó con gran claridad y contundencia que la danza debía de nuevo estar unida a la poesía y a la música para volver a constituir el coro trágico. El más alto objetivo de la danza consistía en unirse a la música y a la poesía y así ocupar su lugar legítimo en la tragedia, creando una armonía completa con el público. Mousiké está gobernado por tres féminas que se van sucediendo y dando paso entre sí en un continuo movimiento de no menos idónea duración. 65 bellos

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minutos de poesía, danza y música. En su estructura, coinciden música y danza para dar paso ambas a la poesía. El espacio es el apropiado y la luz juega muy a favor en la creación de un ambiente predominantemente íntimo, además de servir de gran apoyo al movimiento en sí mismo. Iris Azquinezer da vida al violonchelo, ese instrumento que de forma inevitable emociona a cualquiera que dilate sus sentidos. Azquinezer hace vibrar el chelo imprimiendo lírica y coraje. Su música no pasa desapercibida, como tampoco lo hace la danza de Aurélia Jarry, bailarina y coreógrafa cuyo personal estilo se apoya en la danza-teatro de Pina Bausch. Bellos y delicados movimientos emergen de Jarrry durante toda su presencia en la escena. Representa todo lo femenino y lo elegante. Por su parte, el imponente trabajo de la recitadora responde al nombre de Tachia Quintanar. Una mujer que sin duda posee un enorme talento para con los grandes poetas de lengua castellana como Pablo Neruda, Antonio Machado, García Lorca o Alfonsina Storni, tal y como viene demostrando en sus recitales por todo el mundo. La excelente selección de los poemas y la profesionalidad de Quintanar hacen que sea la palabra la que adquiera el peso y la solidez de Mousiké. La poética de la música, la poética de la danza, la poética de la poesía (de manera intencionada la redundancia) y la poética de la luz. Mousiké es una ocasión única para vibrar internamente, para rescatar la sensibilidad más escondida. Un acierto de espectáculo, el cual me atrevo a decir roza la perfección, conformado por estas tres artes ya grandiosas de forma aislada. Un espléndido ejemplo de lo que en su momento Isadora Duncan defendió. En contadas ocasiones se tiene la oportunidad de presenciar arte de tan alta calidad.


Iris Aurelia. @JAIRO VARGAS

Aurelia Tachia. ©JAIRO VARGAS


IlIa jIvoY flamante creador representante de la rusia moderna por Carolina Masjuan

Ilia Jivoy, bailarín y coreógrafo ruso, es el nuevo flamante descubrimiento coreográfico de una de las compañías de referencia a nivel mundial, la del Teatro Mariinsky de San Petersburgo.

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u trabajo va siendo conocido a nivel internacional y podríamos incluirlo en la lista de coreógrafos contemporáneos que bebiendo de la técnica clásica, le dan un vuelco, con una visión nueva, aprovechando la enorme evolución de la técnica de los bailarines y adaptando su visión a unos nuevos ballets más acordes con los tiempos actuales, sin menospreciar una tradición que respetan y conservan. Christopher Wheeldon o Liam Scarlett son ejemplos de estos artistas. Ellos ya consolidados y admirados sin discusión por legión de seguidores y por las mejores compañías del mundo, que incluyen sus trabajos en su repertorio. En otra línea de creadores más jóvenes podemos situar a Ilia, en la del por ejemplo cada vez también más aclamado y conocido nuestro, Remi Wortmeyer, poseedor asimismo de un fuerte componente clásico en sus piezas, pero aportándole un estilo personal y una visión única. Pero centrémonos en Ilia. El bailarín y coreógrafo ruso se graduó en la elitista, por su exigencia, Academia Vaganova de Ballet Ruso y más tarde obtuvo un máster en coreografía por la misma Academia Vaganova. Se unió como bailarín al Ballet Mariinsky en 2008 y cuenta

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con gran experiencia en roles clásicos y modernos. Ha aparecido en ballets de William Forsythe, Angelin Preljocaj, Paul Lightfoot y Sol León, Dwight Roden, Hans van Manen o Alexei Ratmansky. Empezó a trabajar como coreógrafo y director de escena en 2013, cuando presentó su primer ballet, miniatura "E2", en el Creative Workshop of Young Choreographers del Teatro Mariinsky. En 2016, Jivoy creó el ballet en un acto "Seasons" con música de Max Richter (Revisado por Max Richter: Vivaldi The Four Seasons). El ballet fue parte del Taller Creativo de Jóvenes Coreógrafos de ese año y fue un gran éxito. Después de esto, el Teatro Mariinsky firmó un contrato con Ilya para crear un ballet de dos actos para la partitura completa. El ballet resultante "Four Seasons" recibió un amplio reconocimiento y ganó el Golden Soffit Award de Rusia, así como cuatro nominaciones a los prestigiosos Golden Mask Awards (el premio de teatro más prestigioso de San Petersburgo). Con este ballet, la prestigiosa compañía está realizando una gira internacional con la que cosecha grandes éxitos y que ha incluído también para sus actuaciones en España, concretamente en los Festivales de Granada y el del Castell de Peralada (Gerona).




Actualmente, el repertorio del Mariinsky cuenta con cuatro ballets de Ilia Jivoy que son, además del ya mencionado "Four Seasons", "Jeu de Cartes", con un estreno triunfal el pasado 30 de abril, y "Pulcinella", ambos con música de Igor Stravinsky y "I’m not Scared” con música de Ezio Bosso. Ilia Jivoy es uno de los coreógrafos rusos más solicitados de nuestro tiempo, con obras en Alemania, Suiza, Japón, Inglaterra, España y Croacia. Como coreógrafo y director de escena, colabora con el Teatro Mariinsky (Rusia), el Festival de Origen Cultural (Suiza), Teatrum Vitae (Inglaterra) y participa en el festival Alya Parusa (Scarlet Sails) en San Petersburgo, Rusia. Jivoy crea ballets vibrantes, dinámicos e increíblemente emocionales, trabaja en varios estilos coreográficos. Poseedor de una visión verdaderamente única, sus obras pueden ser fácilmente reconocidas por la elegante realización de esta visión en sus creaciones, por la coreografía virtuosa junto con la estética de la escuela de ballet rusa que distingue sus obras de otras. Con motivo de su presencia en Peralada, pudimos conocerle y entrevistarle. Ilia, muy cercano y simpático, nos explicó «Comencé mi carrera en ballet a los 7 años en un pequeño estudio de ballet para niños en San Petersburgo. Luego pasé la audición en la Academia de Ballet Vaganova cuando tenía 10 años » y continúa « el camino de un bailarín es largo y difícil, con clases y ensayos duros y mucha práctica todos los días. Debo estar en buena forma para bailar y además hacer coreografías, pero es algo que me encanta! Siento que es mi vida y mi misión. Ahora tengo mucha más experiencia creando, pero todavía bailo mucho con el Ballet Mariinsky en Rusia y en todo el mundo.» En relación a sus fuentes de inspiración nos explica «He visto a muchos grandes bailarines y preciosos ballets. Todos ellos me inspiraron de alguna manera. Me encanta "Le Park" de Preljocaj y muchas piezas del Neetherlands Dance Theater. ¡Y William Forsythe por supuesto! Me gusta mezclar diferentes estilos de baile en el escenario, pero tengo una base neoclásica y clásica fuerte como bailarín, por lo que puedo usarlo, así como un estilo moderno cuando estoy haciendo mis piezas. Me encanta crear piezas vibrantes y muy emotivas para que el público pueda ver algo más que solo movimientos. Para que pueda vivir-

lo en el escenario con los bailarines y experimentar con ellos sus sensaciones.» Respecto a su trayectoria como coreógrafo Ilia nos contó «Creé mi primera pieza en 2013 para el Mariinsky Creative Workshop. Ese fue un gran día y un gran comienzo para mí como coreógrafo. El Ballet "Four Seasons" fue mi primer proyecto serio. Fue un buen comienzo para mi carrera debido al gran éxito del estreno. Lo creé en 2017 y desde entonces hice muchos trabajos, incluyendo tres ballets más para el repertorio del Teatro Mariinsky, una pieza para Julier Tower Theatre en Suiza (en agosto de 2019 se estrenará una nueva creación para este teatro) dos piezas para Teatrum Vitae en el Reino Unido, una pieza para VKIBC en Nueva York y también muchas piezas cortas para diferentes galas y festivales.» Concretamente sobre «Four Seasons» nos dice «es una pieza conmovedora y muy dramática con una enorme exigencia técnica para los bailarines y una fuerte línea musical. La construcción de la pieza es un "círculo" de primavera a primavera y mis héroes principales están dentro de ella.» Ilia habla con gran cariño acerca de sus colaboradores «Tengo un gran equipo de diseñadores de vestuario e iluminación y juntos creamos el concepto y el diseño de escenario.» Pudimos compartir la función con la diseñadora del exquisito vestuario de sus ballets, Sofia Vantanian, joven y simpatiquísima creadora, que se mostró asimismo encantada con esta gira, como el propio Ilia que al entrevistarle nos comentó sus muchas ganas de conocer Granada, Barcelona y por supuesto Peralada. A posteriori, sus publicaciones en las redes, especialmente en Instagram, demuestran como han disfrutado ambos, junto a su equipo, de nuestro país, en los momentos en que han podido disponer de tiempo libre. Y concluye «¡Ahora es un buen momento para bailar y crear! Todo tipo de música y técnicas están disponibles para los coreógrafos y tengo muchas ideas y planes que haré todo lo posible para hacer realidad en nuevas obras, que espero gocen también de buena aceptación por parte del público y las compañías de danza.» Seguiremos atentos su carrera, si como artista nos ha admirado, como persona nos ha cautivado. ¡Gracias Ilia!

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mucho que celebrar por José luis López Enamorado

a Danza en España está de enhorabuena este año en curso de 2019; tenemos mucho que celebrar, que conmemorar. La Compañía Nacional de Danza cumple 40 años de existencia y se entrega vestida de gala a la conmemoración del centenario del estreno del Ballet El Sombrero de Tres Picos, que fuera estrenado por los Ballets Rusos de Diaghilev el 22 de Julio de 1919 en el Alhambra Theatre de Londres con coreografía de Léonide Massine, música de Manuel de Falla, libreto de María Lejárraga basado en el libro homónimo del accitano Pedro Antonio de Alarcón y escenografía y vestuario de Pablo Picasso.

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Por encargo del Festival de Música y Danza de Granada, la Compañía Nacional de Danza ha trabajado en la recuperación de la coreografía, escenografía y vestuario originales del ballet El Sombrero de Tres Picos y ha sido interpretada en el Generalife de Granada bajo la dirección artística de José Carlos Martínez y puesta en escena de Lorca Massine, hijo del coreógrafo Léonide Massine. Me detendré primero en recorrer, brevemente, los cuarenta añazos que cumple la Compañía Nacional de Danza muchos de los cuales he seguido desde los programas que dirigí en Televisión Española. La Compañía Nacional de Danza (CND) dependiente del INAEM, nació en 1979 con el nombre de ‘Ballet Nacional de España Clásico’ y tuvo como Director a Víctor Ullate hasta 1983. Desde entonces se han sucedido grandes figuras de la Danza: María de Ávila, Ray Barra, Maya Plisetskaya y Nacho Duato que fue director artístico desde 1990 hasta 2010. Todos ellos aportaron coreografías del gran repertorio internacional y otras de nueva creación. La etapa de Nacho Duato duró veinte años y supuso un notable e innovador cambio en la formación danzaría.

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En diciembre de 2010 el Ministerio de Cultura anuncia el nombramiento de José Carlos Martínez como nuevo director de la Compañía Nacional de Danza. José Carlos es estrella del Ballet de la Ópera de París, Comendador de la Orden de las Artes y las Letras (Francia) Premio Nacional de Danza 1999. Con él se pone en marcha un proyecto de compañía nacional híbrida, una compañía que contemple un amplio repertorio combinando obras de grandes y prestigiosos coreógrafos de nuestro siglo con otras de nueva creación de coreógrafos españoles, unas neoclásicas y otras de lenguaje académico. Una ambiciosa apuesta que ha sido capaz de hacer realidad su Director Artístico José Carlos Martínez. Ello ha favorecido el acercamiento a la Danza de nuevos públicos y una amplia difusión nacional e internacional. Vayamos ahora con la celebración del centenario. Ante la imposibilidad de estar presente el día 6 de julio en el Generalife, el pasado lunes día 1 de julio asistí al ensayo general con vestuario en la sede de la Compañía Nacional de Danza. Esa jornada ha sido para mí inmensamente grata pues he vuelto a sentirme inmerso en el arte de la Danza con encuentros tardíos de grandes amigos que han abierto mis archivos personales del recuerdo. Y todo ha tenido lugar en lo que defino como una muy buena circunstancia para apreciar y conectar con los auténticos valores de la Danza: un ensayo general con vestuario en un gran estudio de danza... un ambiente cargado de gestos y emociones. La luz del estudio era espectacular, con reflejos, proyecciones de sol que diseñaban una improvisada escenografía. Ejercicios de calentamiento, nervios, repasos de pasajes marcados por Lorca Mássine y un público de profesionales de la comunicación y de la danza que esperábamos con ansiedad el desarrollo de la danza con nuestras cámaras dispuestas para recoger las mejores instantáneas.


José Carlos Martínez y Lorca Mássine nos hablan de este reencuentro histórico con el montaje original de “El Sombrero de Tres Picos” de 1919. La escenografía y el vestuario han sido cedidos por El Ballet Nacional de España pero ha sido necesario transformar algunos figurines para rescatar la autenticidad de los diseños de 1919. Íbamos a presenciar un ballet ruso, advirtió José Carlos, una recreación de arte español diferente a las versiones posteriores, especialmente la creada por Antonio el Bailarín que emitimos en Televisión Española en 1997 desde el Teatro Real de Madrid, con puesta en escena de Juan Mata y magnífica pareja de “molineros” interpretados por Aida Gómez y Antonio Márquez. Lorca Mássine ha rescatado paso a paso la coreografía de su padre arrancando el fuego interior del bailarín latino que tan cercano a él le era. Seguidamente pasamos a ver esa ecléctica y mágica

fusión de la música tan española del gaditano Falla con el dibujo de sentimientos en movimiento del ruso Mássine bailados por cuerpos con atractivos colores y originalísimas formas pintadas por Picasso. Todo un cuadro viviente que habla del cubismo con los personajes de Pedro Antonio de Alarcón, sutil y delicadamente interpretados por Ion Agirretxe (Molinero), Aída Badía (Molinera), Jesús Florencio (Corregidor), solistas y cuerpo de baile de la Compañía Nacional de Danza. Con la obra, recuperada para conmemorar el centenario de su estreno londinense, José Carlos Martínez ha conseguido en Granada, como colofón a su extraordinaria gestión como Director Artístico, un pasaporte internacional sin fecha de caducidad que estará cargado, sin duda, de reconocimientos. Mis respetos y reconocimiento a la Compañía Nacional de Danza a la que deseo larga vida y mi agradecimiento personal a Maite Villanueva, Directora de Comunicación por el trato y atención que me ha ofrecido.

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vadIm proshIchev por Fredy Rodríguez

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omienza un día más y como cada mañana Diana se prepara para su clase de ballet. Hoy está más entusiasmada que de costumbre, pues por fin va a aprender a usar sus puntas, artefacto icónico del ballet y la ilusión de muchas chicas, pararse de puntas algún día. Pero el caso de Pamela es diferente, pues no es ella una niña en una escuela profesional que cursa la carrera, sino ya un adulto, y que siendo su sueño llegar a bailar algún día, lo está realizando poco a poco. A todos nos han dicho que para bailar se requiere comenzar desde pequeños, pero en la Ciudad de México hay un lugar en donde cualquier mujer puede materializar su sueño de convertirse en una bailarina, presentarse ante un escenario, con la música, el vestuario, luces, escenografía y muchas, muchas horas de práctica. Ese lugar se llama “Primera Posición” y está dirigido por alguien muy especial. Nacido en 1980 en la entonces Unión Soviética, donde a pesar del sistema totalitario tuvo acceso a una educación privilegiada, éste medico convertido en docente en Danza Clásica nos habla de lo que es ayudar a los demás a realizar sus sueños. Sus conocimientos en medicina deportiva, terapias alternativas, de respiración, así como Yoga, y danza clásica le motivaron a desarrollar su propio método de entrenamiento, el Método Vadim Salud Integral, en el que con el uso de varias técnicas de acondicionamiento, terapia corporal y la técnica clásica, brinda una potente herramienta de entrenamiento dentro de sus instalaciones. Aquí la plática que tuvimos con Vadim Proshichev, su trabajo y admirable trayectoria a pesar de su corta edad. No es muy común encontrarse con un profesor de ballet que además tiene conocimientos en medicina, y otras áreas, ¿se puede estar en mejores manos? Si, ¡creo que si! Definitivamente. Además de saber la biomecánica y anatomía del movimiento un médico cuenta con el conocimiento psicocorporal. Estos conocimientos ayudan entender mejor la técnica de danza y además a desarrollar las estrategias eficientes de enseñanza.

Usted tuvo la oportunidad de vivir parte de su infancia en África, ¿fue ahí donde despertó su inquietud por la danza? Las danzas folclóricas africanas que he visto me impresionaron mucho. La cultura dancística occidental a veces está enfocada demasiado en la técnica y los bailarines se olvidan de expresión, en comparación con las danzas folclóricas tradicionales, sobre todo africanas que representan una expresión corporal autentica o propia. Ver estas danzas despierta emociones y sentimientos. En su academia entrena a chicas en condiciones digamos “integras” para la actividad física, ¿qué porcentaje de personas con algún tipo de lesión llegan pidiendo su ayudar para recobrar su salud física? Si, somos academia incluyente, no contamos con restricciones excepto que tiene que tener ganas de aprender el arte de la danza clásica. Creo que unos 20% de las alumnas tienen o han tenido alguna lesión, sin embargo muchas de ellas comentan que con tiempo obtienen una mejora de salud física y emocional. Un ruso que crece en África, se prepara en Rusia, trabaja en México y que viaja por el mundo obtiene una amplia perspectiva global de las necesidades de la gente, ¿cómo le ayuda ese bagaje a la hora de trabajar con adultos? Así es, y estoy muy agradecido de haber tenido esta oportunidad de ser parte de las culturas distintas, distintas tradiciones y costumbres. Te das cuenta que el mundo es muy grande y muy diferente, pero en el fondo todos somos iguales, creo que a pesar de las fronteras y conflictos todos los humanos tenemos mucho más en común, lo que nos une. Este bagaje de experiencia y conocimiento me ayuda mucho a desarrollar la tolerancia y mejorar el programa de la enseñanza de ballet que he desarrollado específicamente para adultos. En 2015 usted comienza ésta nueva etapa mexicana en su vida con la academia, ¿cuál ha sido la reacción del público mexicano a la Metodología Vadim? De verdad desde principio fue muy exitoso. Como dijo una de mis alumnas: “Nosotros, los adultos también tenemos

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derecho a estudiar la danza clásica, y tenemos derecho a vivir nuestro sueño”. Recibimos más de 3000 alumnos en estos tres años y muchos lograron interpretar las danzas clásicas en los recitales de la Academia y bailar en puntas.

ca de puntas. Este libro es una recopilación de las respuestas a las preguntas que me hicieron mis alumnas y también contiene la metodología de la clase de puntas para adultos y principiantes.

Háblenos de los profesores que le apoyan en ésta delicada labor de cuidar la salud. Estoy muy agradecido de encontrar los profesores de ballet que compartían mi pasión en este labor de educar a adultos en la danza clásica. Son Luis Díaz, Karla Beltrán, Zanoni Alcalá, Carlos Arronte, Adrian Fernández, Carolina Figueroa, Javier Rochelle, son excelentes profesionales.

Su academia cumple cuatro años ya, casi el tiempo que dura estudiar la carrera de bailarín, ¿lo celebraron en grande con una función? Si, organizamos las recitales de danza para que nuestros alumnos tengan sus practicas escénicas 3 veces al año. Este 28 de abril también festejamos el cuarto aniversario con una función de danza.

¿Qué nos puede compartir de su libro recientemente publicado “Técnica de Puntas para Principiantes Jóvenes y Adultos”? Este es mi segundo libro sobre el método Vadim (técnica de ballet para adultos principiantes) y tienen toda la información necesaria para comenzar a estudiar la técni-

Y si alguien está interesado en entrenarse con usted pero no vive en México, puede hacerlo con sus videos? Aprovecho para comentar que también hago capacitaciones en el método Vadim en línea, ya hay una maestra en Ambato, Ecuador, y pronto termino con otra maestra en Murcia, España.

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Igor moIseYev state academic ensamble por Gonzalo Preciado Azanza

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in lugar a dudas, la actuación de Dances of the World del The Moiseyev Ballet ha sido uno de los momentos más destacados de la temporada de danza de este año en Riga. Este programa incluyó muchas de las gemas de Moiseyev con bailes rusos, griegos, españoles, argentinos y judíos a través de su estilo único que combina las tradiciones populares con el ballet clásico. Sin embargo, el momento cumbre de la noche llegó al final del primer acto con su nueva producción, Tango del Plata de Laura Roatta, que se estrenó el año pasado en Moscú. Una coreografía que narra la historia del tango desde sus orígenes hasta la actualidad, bajo la guía de Anastasia Sorokina como Venusina, el personaje principal de la pieza, que mostró una majestuosa sensualidad y un contacto visual realmente cautivador con

cada uno de sus partenaires masculinos; Una muestra perfecta de la esencia de cualquier tango. A pesar de que no hubo música en vivo, ni ningún programa de mano, lo que confundió algo al público para seguir el orden del espectáculo, además de poder conocer a los artistas que bailaban en cada una de las piezas, los espectadores quedaron absolutamente cautivados desde el primer número: The Russian Dance Summer, con casi cincuenta bailarines en el escenario que interpretaron una serie de tríos, duetos y solos de puro virtuosismo de danza de carácter. Poco después, llegó una suite de la danza griega Sirtaki, que trajo un ligero aroma mediterráneo a las frías tierras bálticas. Para entonces, el público letón, que es ampliamente educado para cualquier espectáculo de danza, estaba completamente entusiasmado con la exhibición de la compañía rusa.

Anastasia Sorokina@Vladimir Vyatkin

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ramIro guerra por Manuel Hidalgo

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ailarín, coreógrafo, maestro, investigador, crítico y sobre todo, fundador de la Danza Moderna en Cuba, nació en La Habana en 1922. Graduado de Derecho de la Universidad de La Habana en 1949, estudió ballet con Nina Berchinina, y luego en Pro Arte Musical con Alberto Alonso. Después de su graduación, se integró al Ballet Ruso del Coronel de Bassil, para más tarde radicarse en Nueva York. Y fue allí donde pudo beber de las esenciales fuentes de la danza contemporánea, nada menos que como alumno de Doris Humphrey y José Limón, pero, sobre todo, de la gran Martha Graham, quien fue su pincipal inspiración.

ca, para en una feliz síntesis, devolverle al mundo lo que se conoce como Danza Moderna de Cuba. Labor monumental. Tras regresar a su país, realizó presentaciones en solitario y algunas coreografías para las salitas teatrales de La Habana en los años 50 del siglo pasado. En 1959 funda el Conjunto de Danza Moderna, posteriormente llamado Danza Contemporánea de Cuba, obteniendo la colaboración de figuras de Estados Unidos y México, que ayudaron en la formación técnica de los primeros bailarines, entre ellas, Lorna Burdsall, Elfrieda Malher, Elena Noriega, y Manuel Hiram, nombres claves para la consolidación de los primeros diez años del conjunto.

Cuando se habla del papel de Cuba en el mundo de la Danza, inmendiatamente se piensa en el Ballet Nacional y su importancia, reconocida por décadas en todos los rincones del Globo. Sin embargo, el país no se relaciona tan a menudo con la llamada Danza Moderna, que paralelamente alcanzó allá un desarrollo y una relevancia, que también lo han colocado en un puesto cimero en el ámbito internacional. La figura clave para dicho desarrollo, Ramiro Guerra, acaba de fallecer en La Habana en mayo a los noventa y seis años, y cientos de bailarines, coreógrafos, expertos de danza y admiradores le rindieron homenaje.

En la primera función, el 18 de febrero de 1960, en el Teatro Nacional, Guerra mostró dos piezas que reflejaban el pasado histórico de Cuba, Mulato, con música de Amadeo Roldán, y Mambí, con partitura de Juan Blanco. Sus coreografías se convertirían en hitos de la danza contemporánea mundial: Suite Yoruba (1960), considerada su obra cumbre, Impromptu Galante (1970), El Milagro de Anaquillé, Auto Sacramental, La Rebambaramba, Orfeo Antillano, Medea y los Negreros, Ceremonial de la Danza y Freda.

Guerra supo interiorizar todo ese conocimiento universal y, a la vez, investigar y nutirse de las raíces más profundas de la cultura cubana, con las fuerzas telúricas de España y Áfri-

Como investigador y crítico de danza, escribió importantes trabajos como Apreciación de la Danza (1968), Teatralización del Folklore y Otros Ensayos (1988), Una Metodología para la Enseñanza de la Danza (1989), Calibán Danzante (1998), Procesos Etno-culturales de la Danza en Latinoamérica y el Caribe (1993), Coordenadas Danzarias (2000), Eros Baila. Danza y Sexualidad (2001) y De la Narratividad al Abstraccionismo en la Danza (2003), estos últimos, Premio Alejo Carpentier de Ensayo y Premio de Investigación del Instituto Juan Marinello, respectivamente. Fue distinguido con el Premio Nacional de Danza en 1999, la medalla Alejo Carpentier, la Orden Félix Varela y el título Honoris Causa en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Su legado creativo dejó también huella en otras compañías de la Isla, como el el Ballet Nacional de Cuba, el Ballet de Camagüey y el Conjunto Folklórico Nacional, y sus enseñanzas se transmitieron a varias generaciones de bailarines por décadas.


gohar mKrtchYan jovenes promesas para el s.XXI por Gonzalo Preciado Azanza

Gohar Mkrtchyan (Yerevan, Armenia 1995). Graduada del San Francisco Ballet School, Anteriormente se graduó en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma y terminó de formarse en el Estudio de Danza de María de Ávila. Desde la temporada 2015/2016 forma parte del Ballet Nacional de Lituania bajo la dirección de Krzysztof Pastor. Desde entonces ha bailado diversos papeles de solista como la Amiga de Kitri en el Don Quijote de Vasilij Medvedev, el Paso a Tres del Lago de los Cisnes o la Solistas de las Sombras en La Bayadere. Anteriormente también tuvo la oportunidad de colaborar con el San Francisco Ballet.

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pesar de su juventud Gohar ha podido bailar en numerosos paises tan diferentes como Armenia, España, Estados Unidos y Lituania.

Ser bailarina es una de las profesiones más duras que existen. ¿Por qué elegiste ser bailarina? Comencé a estudiar danza cuando tenía nueve años, a esa edad no tenía claro a que profesión quería dedicarme, solo iba al conservatorio de danza como diversión. Cuando me examiné para el Grado Medio y comencé de una manera seria mis estudios de bailarina profesional fue cuando sentí que el trabajo que se hace día a día en clase, era mi pasión, que bailar bajo la música tocada en directo por un maestro con piano me hacía sentir increíble y hasta ahora siento lo mismo. Para mí, mi trabajo aunque muchas veces causa dolores físicos y psíquicos, nunca superará la felicidad y las sensaciones que siento cuando bailo en un escenario. Tras tu formación en Madrid, ¿qué es lo que te decidió para continuar tu formación en San Francisco? La finalidad de seguir mi formación fuera de España fue la

de poder lograr mejores oportunidades y trabajar con distintos maestros que me aportaran diferentes técnicas. El propósito de ir a la escuela de San Francisco fue la de aprender, y siempre estaré agradecida de la oportunidad que se me brindó, aprendí tanto en las clases como observando el trabajo y las actuaciones de la compañía. ¿Qué es lo que más te gusta de ser bailarina profesional? Poder bailar con libertad en un escenario y transportar al público a lo largo de diferentes historias dando vida a distintos roles. ¿Y lo que menos? Los dolores y las lesiones porque te incapacitan para trabajar, pero hay que tener paciencia, recuperarse bien y volver de nuevo con mucha energía. Si no fueras bailarina ¿Qué profesión habrías elegido? Me gusta mucho el trato con niños por eso me gustaría dedicarme a una profesión relacionado con ello.

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¿Cómo es tu día a día en Vilnius? La compañía trabaja de martes a domingo, los lunes son los días de descanso. El horario comienza con la clase de técnica a las diez de la mañana y continúan los ensayos dependiendo del ballet que vaya a representarse. Cuando tengo tiempo fuera del trabajo me encanta visitar los parques de Vilnius o caminar por su casco antiguo, escuchar mi música o leer un buen libro, y por supuesto pasar tiempo con amigos. Tras haber estado viviendo en ciudades tan diversas como Yerevan, Madrid, San Francisco, Zaragoza y ahora Vilnius ¿Qué similitudes encuentras entre ellas? ¿Y que diferencias? Cada ciudad es diferente por la gente que habita en ellas debido a su cultura y sus tradiciones. Hablando en el ámbito de la danza, en cada una hay un tipo el cual cuenta con más audiencia y apoyo por parte del público, como son sus danzas tradicionales o folclóricas. En cuanto a danza clá-

sica pienso que es universal, pero hay lugares donde su acogida tiene mayor apoyo y audiencia. A todos nos cuesta levantarnos por la mañana para empezar un nuevo día. ¿Cuál es tu día más duro de la semana? El día más duro para mí es la mañana después de un día de actuación. Me suelo levantar cansada y con dolor en las piernas. Pero como solución tomo un buen desayuno, me aplico una crema en las piernas y me encamino al trabajo. ¿Qué es lo que haces para prepararte antes de una actuación? Intento descansar después del ensayo de la mañana, hacer una buena comida y relajarme. Antes de ir al teatro a prepararme escucho o miro un vídeo que me motive y me de energía. Después me dirijo al teatro donde tomo un café y un snack que aporte energía, me maquillo, me peino y voy a calentar y concentrarme para la función.

@Martynas Aleksa


Todos tenemos ídolos que nos inspiran cada día, para hacernos mejores personas, en tu caso ¿Quiénes son los tuyos? No puedo decir que tengo un ídolo, pero si personas a las que admiro y que me inspiran como bailarines, escritores o músicos. Sí que tengo un referente, mi hermano, cuya actitud ante los aspectos de la vida son un ejemplo para mí y sus consejos una de las mejores ayudas que pueda recibir. Aunque estás todavía iniciando tu carrera profesional, habrás tenido mejores y peores momentos en los escenarios. ¿Cuál ha sido tu momento más feliz? Cuando he compartido escenario y bailado con personas por las que siento aprecio y respeto. ¿Cómo te describirías a ti misma en una sola frase? Soy una persona alegre, positiva y exigente.

¿Cuál es el rol que más te gustaría bailar? ¿Y con quién? Me encantaría bailar Giselle, siempre me ha enamorado su música, su historia y su coreografía. ¿Qué proyectos tienes en un futuro inmediato? A corto plazo mi propósito es trabajar y mejorar lo más posible como bailarina. La carrera profesional de una bailarina suele ser bastante corta. ¿Te has planteado hacia dónde vas a enfocar tu carrera después? Siempre he pensado que se pueden hacer muchas cosas en la vida, y aun lo pienso, me gustaría a parte de bailar ocuparme con la enseñanza o dedicarme a algo relacionado con la música, mi objetivo es descubrir y probar cosas nuevas, no quedarme en una opción, creo que hay que estar en constante cambio y no estancarse en una sola idea.

@Martynas Aleksa


la argentInIta Y pIlar lópeZ más de un siglo de historia y baile I por Vïctor M. Burell fotografías cedidas por Juan Mata


LA EMIGRACIÓN El comienzo de este relato está en España todavía. Un segoviano y una aragonesa inauguran una historia que, comenzando en comercio y viajes, terminará incluso en nuestros días (nunca en nuestras memorias) con arte, arte y arte -mi fundamental materia- y también viajes, múltiples viajes de ensueño, de dolor y de alegría. El aparentemente último de esos viajes sería el de los restos mortales de Encarnación, en diciembre de 1945, de América a la Península, para ser enterrados en su verdadero país; y digo aparente porque hablar de las López, bailarinas en cuerpo y alma, no terminaría al continuarse la saga con Pilar, la otra hermana, fallecida en Madrid el 25 de marzo de 2008, después de revolucionar a fondo el mundo de la danza y ofrecer su cariño y su amistad a tantos y tantos de los admiradores, entre los cuales me cuento. Pero elucubrar sobre la muerte no nos puede evitar hablar de la vida, y cada vida es un profundo misterio (en algunos casos solamente) de saber lo que se quiere, tratar de conseguirlo, y, si se consigue, envanecerse con el sello de la gracia. Pues del matrimonio López-Júlvez surgen los dos fenómenos artísticos inolvidables en la historia de nuestro baile, y quizás, por la época, podríamos considerarlos también los primeros de la historia del flamenco evolucionado.

esposa, estableciéndose con éxito económico durante un tiempo en el que casi llegara a constituir una familia numerosa. Una niña, Ángeles, nacida en España y dos varones a los que pronto se uniera, en 1897, Encarna formaron el núcleo de los López. LA DANZA (EL BAILE) “mi padre era un aficionado integral al flamenco -me comenta en una ocasión Pilar estando en un descanso de nuestro querido Teatro Albéniz, que tanto frecuentábamos- el cante, la guitarra, que por cierto rasgueaba con entusiasmo, y aún el baile (en el que no era capaz de dar un paso) se posesionaban de él con gracia, así como algunas de las letras más populares del género”. De raza le viene al galgo, pues Encarnita desde muy niña se acercó al flamenco. Pilar, diez años menor, aún está a la sombra del paraíso, puesto que nace en España, concretamente en San Sebastián, en 1907. Heredaría también el amor al baile. Las López -insisto- representan prácticamente el paso del tablao a la escena. Estamos en lo que hoy venimos en llamar “danza española”. Ellas son la puerta indiscutible hacia el ballet español que se ha impuesto de EEUU a Francia y de Japón a la India, al cuidar con mimo incluso la historia de sus orígenes.

ARGENTINA UNA NACIÓN EN POTENCIA Voy a hablaros de Argentina. En Buenos Aires, una gran urbe ya en 1897, nace Encarnación López Júlvez, el enorme personaje que me ocupa y me preocupa en el presente por mi eterna relación con la danza, y aún con la amistad -ya lo sabréis- con personas muy, muy cercanas a la inmensa bailaora-bailarina que, durante casi medio siglo, representara España y “lo español” en el mundo del arte escénico. Buenos Aires fue, y sigue siendo, receptora de emigrantes. Su agricultura, su comercio y la benignidad de su clima la convierten, con su eclepticismo en arte, en la gran ciudad conquistada donde aparecen el nouveau, el decó, el neogótico y el francés borbónico, además de la adquisición, ya en 2011, del título “ciudad del diseño”; siendo la misma que la que ya fuera bautizada en su momento como el “París de América”. Pues bien, Buenos Aires fue donde partiría a instaurar su negocio de telas Félix López con Dominga Júlvez, su

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A principios del siglo XX los dos espectáculos populares que triunfaban en lo español eran “el género chico” y “el café cantante”, donde aparecieron los grandes “cantaores” y “bailaoras”, mientras el género grande (o sea la ópera) también se desarrollaba a principios del mismo. Puccini entre Madame Butterfly y Turandot ocupa gran parte de aquel momento desde 1903 a 1924. Encarnación López Júlvez, nace casi recién escritas La Bohème y Tosca, que le sucede en el tiempo; pero el acercamiento de otro arte hispano por excelencia, arrolla también los grandes continentes. La zarzuela arrasa los espacios y su planteamiento contagia el mundo de la misma. LOS GÉNEROS PARALELOS ¿Quién hasta al menos los años 45 no conoce algunos títulos señeros de este género? ¿e incluso tararea alguno de sus números universales? El viaje de los López, le llamaremos de ida y vuelta, se encuentra bombardeado por los estrenos de zarzuela que acompañan, para el pueblo, a ese “café cantante” que se va convirtiendo, poco a poco, en el “gran teatro de variedades”. La historia de Encarna y la de España van en paralelo aunque tanto tiempo las separe el mar. Arriaga y Bretón, nuestros dos grandes de la lírica, mueren con pocos días de diferencia en 1884, pocos años antes del nacimiento de la segunda hija de los López. Marina y El Barberillo de Lavapiés se esparcían ya por el mundo entero. Todavía recuerdo con amor, la que podríamos llamar última zarzuela: El canastillo de fresas, de Jacinto Guerrero, presentada en el Teatro Coliseum y cantada por entonces, 1951, por nuestra jovencísima y universal Pilar Lorengar. EL CANTO Y EL BAILE Historia de una vida y lo que es claro es que el cante (o el canto) se sobreponían entonces, y con mucho, al baile, tanto artística como económicamente. Don Félix, dada la prontitud en la aparición de Encarnita, tiene en cuenta ese importantísimo detalle por lo que la López baila y además terminaría cantando. En el mundo artísitico de entonces los productores abusaban totalmente de los intérpretes. Encarna, con 12 años, llegó a hacer 14 funciones diarias con dos bailes cada una.

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−”¡cómo para destrozarla!” -dijo don Félix- y cortó de raíz esta práctica. −“Para mitigar la fatiga -me explica Pilar con decisión a no menos de los 85 años- mi hermana empezó a cantar, puesto que se trataba de otra de sus inquietudes. Esto le convertiría en estrella del mundo de las variedades”. −“¿Sabes que por aquel entonces el modelo de mujer era más bien rellenito? Tenían por tanto que forrarle los vestidos en pechos y caderas y empezó, tímidamente, a bailar, incluso como hombre con pantalón, chaqueta y sombrero”. En aquellos años en que Encarna empezase, aún no había estallado la Primera Guerra Mundial, quedando poco tiempo para que la familia reemigrase a España. La niña ya actuaba para algunos íntimos amigos. La estancia en Buenos Aires había durado poco. Los dos hermanos varones murieron en muy poco tiempo afectados por la cruel “escarlatina” y Félix y Dominga acordaron abandonar Argentina para volver a su tierra, puesto que tampoco el negocio de las telas prosperaba. LA VUELTA Aposentados en España, concretamente en San Sebastián, nacería, en 1907, Pilar, el último miembro de la mermada familia. Tres mujeres y solo dos destinos para el baile. Cuando Pilar contaba poco más de 10 años, Encarna empezaba a bailar de verdad asombrando ya a los públicos. Mientras Argentina y Buenos Aires crecían, España retorcía su historia contemporánea. El llamado “desastre del 98”, tendería sus tentáculos a ambos lados del Atlántico. EL DESASTRE DEL 98 La guerra se desató entre España y Estados Unidos de América durante la minoría del rey Alfonso XIII, en el momento en que ejercía la regencia María Cristina de Habsburgo-Lorena, su madre, viuda del anterior monarca. William McKinley era el entonces presidente al otro lado del océano, y en la Península ostentaba el cargo Práxedes Mateo Sagasta. El que quedaría nominado para la historia como “desastre del 98” tuvo sus principales resultados en la ocupación de Cuba por los americanos, mientras que España perdía sus colonias insulares, como Puerto Rico y Filipinas, lo que convertiría al que sería coloso


americano en una potencia colonial. Las colonias eran disputadas en base a la economía (como siempre), pues se imponía la necesidad de abrir nuevas rutas comerciales incorporando nuevos territorios que se apropiasen de la producción industrial, llegando a las materias primas necesarias para las recientes implantaciones. La revolución industrial triunfaba en el mundo mientras

en España no se tenía en cuenta. Entre estas reacciones -como siempre teñidas por la codicia- tendremos que contemplar la polémica desatada entre franceses, británicos, alemanes y españoles por el dominio de Marruecos. La vista de EEUU estaba puesta en el Caribe y en las colonias españolas, fácil presa debido a la gran crisis política desencadenada ya durante el reinado de

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Isabel II; la abuela desterrada. La pretendida compra de Cuba se había repetido ya a lo largo de la historia, tanto por su riqueza como por su estratégica situación. Las revoluciones francesa y estadounidense, casi al mismo tiempo, adelantarían los deseos de independencia de la Isla. No solo el pueblo estaba involucrado en la reclamada independencia si no también la burguesía. Los beneficios cubanos se vieron afectados en sus dos puntos preferentes por la legislación española: el azúcar de caña y los textiles. Las inmensas protestas se dan por la promulgación de una Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas (1882) y Cánovas del Castillo (1891), que estaba entonces en la presidencia, garantizó el monopolio de Cataluña al gravar con aranceles de hasta el 46% los productos nominados, obligando además a absorber los excedentes de producción. Esto fue, sin duda alguna, el principal estímulo de la revuelta. Pero Cataluña olvida siempre lo que le apetece olvidar. En este clima desolador, atacante a las industrias textiles, nace, como recordamos, Encarnación López, teniendo no más de un año cuando el fracasado y terrible desastre del 98 resulta ser el purgatorio textil al que se dedicaba la familia. Si enumerar fuera el mejor y convincente proceso, obtendríamos el resultado de aquella atropellada vuelta a España de la familia López, no demasiado tiempo después de su partida hacia Argentina. LA PENÍNSULA DE NUEVO Ciertamente la estancia de la familia en Buenos Aires toca a su fin. En 1904 se habían instalado en la Península de nuevo. Madrid, San Sebastián, donde nace Pilar; para contabilizar en definitiva tres hijas, tres mujeres de las cuales dos de ellas (las últimas) corrían hacia la fama. La vocación de Encarnita persiste y sus cualidades aumentan, por lo que su padre le hace alternar sus estudios tradicionales con los del baile. Las academias se suceden; primero la de la calle Olivares, más tarde la de Manuel Fontanilla, de la que pasa a la dirigida por Julia Castelao. Poco después ya actuaba en las fiestas particulares de la alta sociedad, destacándose por lo tanto como niña prodigio en multitud de salones.

Su primera actuación pública la realizaría con no mucho más de ocho años en el Teatro-Circo de San Sebastián, al tiempo que Pilar abría por entonces los ojos a la luz. La figura estelar de aquel coliseo era la famosa Fornarina, madrileña nacida en 1885 y reina por entonces del cuplé, que no vivió más de treinta años, ocultando siempre su verdadero nombre por provenir de una familia humilde. Consuelo Bello utilizó el recuerdo de aquella famosa modelo, seguramente amante de Rafael Sanzio, y Encarna, por decisión del empresario Pardiñas que formalizara bastantes de sus primeros contactos profesionales, también acudió a su nacimiento para rebautizarle con el sobrenombre de Argentinita, por el que desde entonces se la conocería ya para siempre. ARGENTINA-ARGENTINITA ¿Por qué el diminutivo?, sencillamente para diferenciarla de “La Argentina”, Antonia Mercé y Juanes, célebre danzarina y coreógrafa nacida en Río de la Plata siete años antes de nuestra biografiada. Era hija de bailarines que desempeñaban una larga gira por aquel país en relación con el Teatro Real de Madrid. La madre, cordobesa, formó pareja con su marido, dándose ambos a conocer en la América hispana. Las casualidades terribles se suceden. Antonia Mercé murió en Miraflores (Bayona) en 1936, mismo año en que Encarna regresa a España después de una larga gira, para coincidir dolorosamente con “prácticamente” el estallido de la Guerra Civil Española, provocada por los rebeldes Sanjurjo, Mola y Franco en julio de ese mismo año. El enrarecido ambiente es el caldo de cultivo, además del terrible paisaje vivido por las dos bailarinas. A ambas les nace de la entraña esa cosa caliente que las transforma y aún las mata. La Argentina (que en 1925 estrenara en París El Amor Brujo), justamente el 18 de julio de 1936 deja de existir al volver, recuperándose de una enfermedad, del homenaje de danzas vascas que le preparara en San Sebastián el padre Donostia. Eran las nueve horas y cinco minutos de la noche. El conflicto duraría tres años. Era el momento menos propicio para España, prólogo de la guerra fratricida que se perpetuó, pues fueron 40 de pérdida de libertades bajo la dictadura de Francisco Franco Bahamonde, generalísimo de España por su graciosa decisión.

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VITRINAS ABIERTAS KARMEN LARUMBE Bailarina, Maestra y Coreógrafa (Cascante, Navarra, 14/07/1936 / Bruselas, 16/02/1995) Directora y creadora del Ballet Contemporáneo de Bruselas

En el Museo de la Casa de la Danza se puede admirar el delicado vestido con el que Karmen LArumbe bailó sus reconocidas “Sonatas del Padre Soler”. Este vestido, en gasa de color rosa, fue creado por las sastras del Ballet del s. XX para “Romeo y Julieta” de M. Béjart. Anécdota Cuando Karmen Larumbe mostró su coreografía a Maurice Béjart, éste le regaló los cuatro vestidos creados para su creación de “Romeo y Julieta” y hoy solo queda el vestido que aquí se muestra. Desde la Casa de la Danza agradecemos el gesto generoso de su hijo Juan de Torres (Director de la Compañía Larumbe Danza), quien nos ha enviado el traje que guardaremos y mostraremos con mucho cariño en este Museo. El Museo de la Casa de la Danza se encuentra en la calle San Gregorio 10.

Por Fredy Rodríguez

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