dfeño Diego Flores Magón, promotor cultural
Heredero de historias
El llamado de la sangre pudo más, decidió dejar su trabajo y aventurarse en una tarea titánica: recuperar el edificio que albergaba El hijo del Ahuizote. –Melissa Moreno
desvencijado pero inconfundible, en la calle de Colombia número 42. Después de que comenzara el reordenamiento del Centro Histórico, en 2007, el lugar fue asignado a comerciantes. Diego dio pelea y, aunque no ganó, al final convenció a los comerciantes de compartirlo. Ahora ellos ocupan la planta baja y el resto pertenece al museo en una calle llena de comercios y vecindades. Diego, quien se graduó de Relaciones Internacionales por El Colegio de México, decidió dejar su trabajo en una editorial para emprender este proyecto que, afirma, le exige el ejercicio de todas sus capacidades. Aplicó y consiguió distintos apoyos económicos de fundaciones como la Alfredo Harp Helú, el Instituto de Cooperación Iberoamericana y la Fundación David Rockefeller de la Universidad
«El Ahuizote forma parte de la mitología nacional y el magonismo es reconocido por todos, sin importar partidos políticos.»
pura HISTORIA Su perro se llama Porfirio, pero no en honor al ex presidente, sino a su gusto por los nombres antiguos. En su casa conserva el escritorio que perteneció a su bisabuelo Enrique Flores Magón.
30
SEPTIEMBRE 2013
Se ganaron la persecución incesante del régimen dictatorial de Porfirio Díaz. Los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, junto con el equipo del semanario opositor El hijo del Ahuizote, flanquearon una enorme manta sobre la fachada del edificio en la que se leía “La Constitución ha muerto” debajo de un gran moño negro. Y se tomaron una fotografía para inmortalizar su acto de protesta que 11 de los 12 involucrados firmaron al reverso (menos Ricardo, ya apresado para entonces). Esa fotografía de 1903 –que la familia de Enrique ha conservado, junto con su
archivo personal– hizo que su bisnieto, Diego, encontrara casi un siglo después el edificio donde posaron esos hombres: las instalaciones del antiporfirista El hijo del Ahuizote. Este lugar no sólo le pareció el espacio indicado, sino icónico para fundar La Casa de El Hijo del Ahuizote, un museo destinado a resguardar el acervo con documentos de su bisabuelo. El 3 de diciembre de 2012, Marcelo Ebrard inauguró el edificio, remodelado con el apoyo del Fideicomiso del Centro Histórico. Pero llegar a eso no fue fácil. Diego se quedó pasmado cuando lo halló,
de Harvard, que es bastante disputada. Con ese dinero, digitalizó 40 mil archivos entre fotografías, periódicos, libros, cartas y otros documentos. Las instalaciones están abiertas al público y ya realizan actividades de vinculación con la comunidad. Antes de que termine el año estarán funcionando el museo, el archivo digitalizado con información poco conocida sobre los hermanos Flores Magón y un programa de periodismo con talleres y seminarios para dar continuidad al objetivo de El hijo del Ahuizote: la libertad de expresión. Ahora sólo esperan, dice, un apoyo económico de Conaculta para terminar de equipar La Casa. La primera exposición temporal será sobre el regreso del cadáver de Ricardo Flores Magón a México, la cual es curada por el historiador y antropólogo Claudio Lomnitz, profesor de la Universidad de Columbia, especialista en anarquismo, socialismo y la Revolución Mexicana. ¿Por qué no donarlo o hacer que el gobierno se encargue del museo?, le pregunto a Diego. «Me estaría perdiendo de toda esta diversión», responde sonriente. FOTO ALEXANDRA FARÍAS