¿Qué tiene que ver lo que llamamos conocimiento con otras esferas de la vida? ¿dónde está? ¿quién lo posee? ¿se posee? ¿se aprende? ¿cuánto conocimiento tenemos como humanidad? ¿cuánto como individuos? ¿y esto, qué tiene que ver con la manera de relacionarse con el capital?
Esta micropublicación no pretende responder a todas estas preguntas, si algo busca es producir más. Para esto, se incluyen aquí apartes de libros de filosofía de la ciencia como Ideas sobre la complejidad del mundo [3] de Jorge Wagensberg que aporta sus reflexiones en las fronteras del arte, la ciencia y la espiritualidad. También fragmentos de documentales reflexivos como Urbanized [6] que expone la complejidad de lo urbano en la vida contemporánea. Incluso se encuentran propuestas curatoriales en las que expresamente se habla de construir conocimiento consi- derando las actividades de “la escuela de garaje1” como una dinámica artístico-pedagógica. También aparece un arquitecto ateo, llamado Oscar