HISTORIAS DE FANTASMAS Y APARECIDOS, que dan muuuuuucho miedo. ESCRITAS POR ALUMNOS DE 2º B DE ESO DEL IES ALPEDRETE Curso 2009/10
UNA NOCHE DE MIEDO Era un noche de invierno. Yo me encontraba en el baño porque las conserjes me dejaron encerrada sin darse cuenta. Me tocó pasar toda la coche dando vueltas por el baño hasta que se me ocurrió la idea de romper la puerta para ir a la cafetería y cenar algo. Cuando iba por el pasillo me encontré con Macarena, que había venido a buscar un libro que se le había olvidado. Le pasó lo mismo que a mí: que no le dio tiempo a salir. Cuando estábamos en la cafetería se empezaron a oír ruidos muy extraños que venían de detrás del mostrador. Macarena y yo nos levantamos de la mesa para investigar y vimos que en un ricón había un niño de nuestra edad que decía llamarse Pablo. Nosotras nos asustamos mucho y al final le preguntamos de dónde era y qué hacía en la cafetería. Nos dijo que era un fantasma y que no subiría al cielo hasta que no hiciera algo bueno. Le pasó eso porque en su tiempo robó unas chuches. Nosotras le dijimos que si no nos hacía nada, seguro que ya subía al cielo. Lo cumplió y pasamos con él la noche. A la mañana siguiente, cuando empezó a llegar la gente, el fantasma de Pablo ya no estaba. Nosotras pensamos que ya se ha ido definitivamente al cielo porque nadie más lo vio vagar por la cafetería. Azucena Sánchez
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NOCHE DE VIERNES Un viernes de invierno Jennifer, Pablo, Azu y yo nos quedamos en el instituto encerrados intencionadamente para descubrir el misterio del Fantasma del I.E.S Alpedrete. Encendimos las luces: todo parecía normal; de repente se apagaron y Pablo desapareció. Todas nos asustamos, pero creímos que era una broma suya. A los pocos minutos, como Pablo no regresaba, fuimos a buscarle, pero en vez de encontrarle a él, nos tropezamos con el fantasma. Nos dijo que Pablo estaba bien y a salvo. Lo que pasaba es que el espectro había muerto en el I.E.S Alpedrete y no podía marcharse hasta que hiciera una buena obra. Como nos había ayudado, se fue inmediatamente. El lunes, las conserjes entraron y nosotros salimos. Todos le dijimos a alguien lo que había ocurrido y así se fue extendiendo hasta que todo el mundo se enteró de lo que había ocurrido el fin de semana. Ioana Sandru
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LA DAMA DE BLANCO Esta es la historia de cinco amigos bastante curiosos, que se burlan de los sucesos sobrenaturales sin pensar en las consecuencias. Una tarde de verano, como de costumbre salíamos Ioana, Luis, Pablo, Jennifer y yo. Queríamos emcontrar eventuras de fantasmas: investigábamos sucesos paranormales y después íbamos al lugar de los hechos para confirmar las historias. Emprendimos el viaje hacia Alicante, allí visitamos el viejo hospital donde se suponía que aparecía cada noche La Dama de Blanco. Oscureció muy pronto, pero eso no nos detuvo para seguir nuestro camino. Al entrar en ese horroroso lugar, un gélido viento nos recorrió todo el cuerpo. Todo parecía normal hasta que Luis, como siempre, desapareció. Nadie se había dado cuenta de que no estaba hasta que se escuchó a nuestras espaldas un grito pidiendo ayuda. Empezamos a correr como locos pero nos detuvimos al ver frente a nosotros la silueta de una mujer que flotaba en el aire. Nuestras caras se quedaron pálidas del susto que teníamos. Luis estaba sentado en una esquina llorando porque las viejas ventanas y puertas se abrían y cerraban; Pablo y Jeny se fueron corriendo y Ioana y yo cogínos a Luis para sacarlo de aqul humo que llenaba todo el hospital. Al amanecer, el hospital desapareció para volver a aparecer por la noche. Daniela Sabando
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UNA NOCHE DE INVIERNO Era una oscura y fría noche de invierno , un viernes. Estaba en el instituto porque había olvidado un libro del que tenía un examen el lunes. Cuando salí del edificio, me resbalé y me hice mucho daño; me asusté al ver un fuego fatuo que estaba cerca de mí e inmediatamente corrí para entrar en el edificio. Una vez dentro del instituto , pensé quedarme a pasar la noche en una clase hasta el día siguiente. Cuando ya había casi conseguido dormir, observé una mancha una mancha blanca brillante que se acercaba a mí. Entonces me levanté e intente abrirla, pero se había cerrado. El fantasma me seguía en ese momento le miré y le pregunté: “¿Por qué vagas por el instituto?” El fantasma me contestó :"Suspendí todas las asignaturas y estaré vagando hasta que alguien apruebe por mí". A continuación me dejó ir . El lunes aprobé el examen por el fantasma y yo ya no volví a verlo. Javier Granero
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UN ALMA PARA LLEVAR Ya hace algún tiempo, me pasó algo aterrador. En una fría noche de invierno, era viernes, creo. Me habían puesto un parte de disciplina, y me tuve que quedar a séptima hora a subir sillas. Como me daba flojera, me senté cerca del radiador y esperé a que fueran las tres para irme, Pero no estaba sola: a Pablo le habían puesto otro parte por tomar el pelo al de Ciudadanía, y Luis simplemente estaba allí. Los tres sentados cerca del radiador, escuchando música. Nos quedamos dormidos. Nos despertamos y fuimos a la puerta. ¡Sorpresa!. Estaba cerrada. Buscamos salidas, pero estaban todas igual. Así que nos quedamos hablando en la entrada. De repente se escuchó un estruendo y el grito de una niña. Nos pareció divertido, y fuimos a ver lo que pasaba. Entramos en la sala de profesores y vimos a una niña llorando sentada en el suelo. Nos acercamos a ella y le preguntamos qué le pasaba. Nos contó que todos los años, cuando llega el invierno, tiene que llevarse un alma para romper el encantamiento. Salimos corriendo y ella nos persiguió por todo el centro. Finalmente me capturó y me llevó con ella. El hechizo se rompió y ella pudo escapar, pero yo estoy aquí, en el infierno, sin poder salir. ¿Alguien se habrá acordado de mí? Jennifer Gordo Vilches
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EL FANTASMA VENGATIVO Esta historia transcurre en el instituto. Habían desaparecido varios de mis compañeros: García, Alberto, Jennifer y Pablo, que habían ido a la biblioteca, por un trabajo del insti. Fui a investigar a ver si encontraba pistas. El conserje también había desaparecido por lo que tuve que entrar a la fuerza. Fui directamente a la biblioteca. Entré rápidamente. La puerta se cerró y del techo salieron unas estatuas muy parecidas a las de los desaparecidos. Intenté abrir y ví a un pequeño niño llorando. Me acerqué al chico y antes de que le tocara , cambió su cara por una sonrisa maléfica. No tenía ojos , pero casi no pude ni fijarme en él porque desapareció pronto. Se abrió la puerta de nuevo. Era Samuel, que había ido a investigar, igual que yo. Pero él había venido a averiguar otra cosa. Había oído rumores de que en el instituto vivía el fantasma de un niño que había sido tan maltratado que se suicidó. Ahora vagaba por estos pasillos robándole el alma a todas las personas que se topasen con él. De repente vimos a Granero, que se había quedado a estudiar. Le contamos lo ocurrido y decidimos investigar juntos. Fuimos a la sala de música. Allí nos quedamos inquietos al ver a los instrumentos tocar solos. Sabíamos de sobra que era aquel fantasma, y le preguntamos por qué seguía allí. Él contestó que quería aniquilar a los maltratadores. Le dijimos que para eso ya era tarde porque las cosas habían ocurrido hacía años. El fantasma se fue del colegio. De vuelta a casa nos preguntamos qué habría sido de todas las personas desaparecidas. Alejandro Molero
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EL NIÑO Y LA LLAVE Era un viernes de una noche fría de invierno. Hacía frío y mis amigos y yo no sabíamos qué hacer. Fuimos a dar una vuelta. Bajamos al polideportivo y en el instituto vimos una luz encendida, en la que destacaba una silueta. Anduvimos hasta allí a echar un vistazo. La puerta estaba abierta. Entramos. Al entrar el suelo crujió, pero ¿cómo puede crujir una baldosa? Un poco extraño ¿no? No había nadie. Estaba todo vacío, en silencio, oscuro. Entonces vimos algo bajar por las escaleras. Manu alumbró con el móvil y no había nada. El miedo se hizo mayor y quisimos salir pero… ¡la puerta estaba cerrada! Entonces apareció un niño pálido, flaco, y con una mirada tan penetrante como aterradora. Nos dijo que le ayudásemos. Nos contó que hace unos años le castigaron y se tuvo que quedar a las dos a limpiar las clases, pero se olvidaron de él y le encerraron. Ahora tiene que encontrar la llave del colegio y romperla, sólo de esta forma dejará de vagar por el instituto. Buscamos en conserjería y la llave estaba en un cajón lleno de sangre. Quisimos sacar el cajón para vaciar su contenido pero era interminable. Echamos a suertes quién tenía que meter la mano y le tocó a Pablo. Introdujo la mano y sacó la llave. Fuimos al taller y con la máquina de cortar madera la rompimos. En ese momento el niño desapareció tras una nube de humo y no le volvimos a ver. Javier García Masedo
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PESADILLA EN EL ARMARIO Era una fría noche de invierno. A unos amigos y a mí se nos ocurrió entrar en el instituto para hacer gamberradas e irnos. Me metí en los servicios para atrancar el váter, pero, de repente, la puerta se cerró... Empecé a pasar miedo e intenté salir fuese como fuese ¡Entonces se abrió una gruta secreta! Llevaba a una sala con un solo armario... Las leyendas decían que una niña en el instituto había muerto dentro de un armario. Más tarde la habían encontrado pero ella estaba muerta y su cuerpo formaba parte del armario. Luego, cuando intentaron arrancarlo, el suelo se desplomó a sus pies y los rescatadores murieron. Esa sala maldita fue sellada. Desde ese día nadie sabe dónde está esa habitación. Y ahí estaba yo, recordando la leyenda, víctima del pánico. Así que decidí salir de allí corriendo. En ese momento se oía una voz diciendo "alguien debe ocupar mi lugar" varias veces seguidas. De repente, el armario se abrió. Dentro había un cuerpo descompuesto mirándome fijamente... Cuando me disponía a salir corriendo, el suelo se derrumbó. En el momento en el que me desperté, estaba en mi casa, pensando que solo había sido una horrible pesadilla. Pero, en realidad, era el mismo día, yo estaba muerto y estaba condenado a repetir el día de mi muerte para toda la eternidad... Samuel Peralta
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