sarefs贸mta atm贸sferas selbignat tangibles Laura Aparicio Llorente, Natalia Child Pelaez, Isabel Echeverri Aranzazu, Ana Winograd Gomez, Maria Antonia Cartagena Sevillano, Catalina Granados Cuartas, Laura Cadavid Melo, Nicolas zapata.
NÓICCUDORTNI INTRODUCCIÓN El Land art es un interesante y ambiguo juego entre el arte, la arquitectura y el paisajismo. Es el fino reflejo del tiempo, de lo permanente o de lo efímero. Es una crítica artística a la galería o el museo como espacio cerrado y discriminador hacia el arte, y una exploración del mundo que los rodea. Es salirse de los cánones que limitan el arte a ciertos medios y aprovechar los recursos que la misma tierra nos da para crear. El Land art fue inspirado por el minimalismo, el cubismo, el de stijl y el conceptualismo entre otros, movimientos que también influenciaron la arquitectura en el siglo pasado. El Land art habla del lugar, y utiliza el lugar para hablar. Crea espacios al aire libre, de grandes dimensiones, y no tiene límites, crea ambiguos espacios sin límites. Trae el cielo a la tierra. El paisaje se construye. La conexión entre el hombre y la tierra se vuelve más evidente que nunca, pues deja de abusar de la tierra y convive en perfecta armonía con ella para resaltarla. Este manual tratará de profundizar un poco más en esta relación existente entre la arquitectura y el land art, todo esto a través del desarrollo de ocho capítulos que abordan el tema desde diferentes aspectos. Será posible demostrar como estas dos disciplinas pueden llegar a confluir en muchos aspectos llegando hasta un punto de dar la impresión de ser una sola. Y de igual manera como difieren en un sin número de características, por lo cual son consideradas dos movimientos diferentes. Se desarrollará un análisis exhaustivo el cual brindará todo el conocimiento necesario para lograr generar un manual de instrucciones para elaborar obras tanto arquitectónicas como de Land Art, y por último tomar el riesgo de proponer una utopía en donde será posible hacer una obra que logre convertirse en una creación de Land Art y arquitectónica al mismo tiempo.
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/PAISAJE CON LÍMITES/
“Un límite no es aquello en virtud de lo cual algo concluye, sino, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es, inicia su esencia. Espacio es esencialmente lo que se ha dejado entrar en sus fronteras”. Martin Heidegger. Construir, habitar, pensar La esencia principal de la arquitectura radica en el espacio. La arte, por el contrario, radica en lo visual. La del Land art, por consiguiente, también. Sin embargo, los land artistas quieren salirse de las galerías, de los museos, de las paredes y los muros para crear obras de arte en la naturaleza, en el paisaje y así dar la sensación de infinitud, de obras de arte que no están encerradas, que no tienen límite. Lo que quieren es crear obras que no sean simples cuadros y/o esculturas donde lo que hay detrás es una pared blanca. Sin embargo, por más de que la arquitectura cree espacios y el Land art cree obras visuales vamos a ver que muchas veces estos roles se disuelven: la arquitectura crea espacios que podemos hasta llamar infinitos y el Land Art, por más de ser una corriente artística, crea espacios limitados. Veamos entonces primero los propósitos visuales y espaciales de la arquitectura y del arte para luego ver las excepciones de estos objetivos y poder mostra que existen intercambios espaciales y visuales entre el Land art y la arquitectura. Inicialmente, la arquitectura pretende crear unos
límites encima de la naturaleza, crear un “adentro” y un “afuera”. Todo esto para crear espacios habitables, para que el ser humano se sienta confortable dentro de ellos, para protegerse de la “naturaleza asesina”, para tener un lugar donde vivir. La arquitectura busca dominar el vacío para diferenciarlo del espacio interior y diferenciar lo que es del hombre y lo que no lo es. Dicho esto, podemos afirmar que la arquitectura “dimana propiamente del vacío, del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven y se mueven.” (Zevi, 1981) Si comparamos la arquitectura con el arte y más propiamente con la escultura, podemos decir que “la escultura actúa en tres dimensiones, pero el hombre permanece al exterior, separado, mirándolas desde fuera. La arquitectura, por el contrario, es como una gran escultura excavada, en cuyo interior el hombre penetra y camina.” (Zevi, 1981) Y, si separamos la arquitectura del arte, podemos entonces empezar a diferenciar sus propósitos. Como lo dijimos anteriormente, el objetivo de la arquitectura es crear un espacio habitable, agradable a las personas. Por su parte, el objetivo de la escultura específicamente es crear una obra artística que no es necesariamente agradable, sino que busque transmitir algo a la persona que la ve (no que la habita). Sin embargo, y como todo, esto que dijimos anteriormente tiene sus excepciones. La arquitectura no necesariamente se preocupa por crear espacios interiores que se diferencien del exterior y el arte también puede llegar a hacer obras espacialmente habitables. Esto se debe a que la arquitectura empezó a preocuparse por el paisaje: no sólo por crear espacios que se cierran completamente al exterior, sino también por crear espacios que se mezclen con el paisaje, que se confundan con este. Se crean entonces obras arquitectónicas en las que, aún cuando se está creando un espacio habitable y confortable para el ser humano, uno se puede llegar a sentir en un lugar sin límites, que se confunde con el paisaje. O se crean también obras arquitectónicas que no necesariamente están cubiertas y/o con muros. Veamos, por ejemplo, el pabellón Noruego de Snøhetta, Wild Reindeer Centre Pavilion, en donde a pesar de ser un espacio cerrado, uno se siente en la naturaleza absolu-
tamente. Se siente sentado en la montaña y no en una banca al interior de un espacio. El Land art, específicamente, por más de que su objetivo sea el de crear obras en medio de un paisaje infinito, muchas veces hace que estas obras, no sólo sean obras de arte “inútiles”, sino que también se puedan usar, habitar por el hombre. El proyecto The Matsaba de Christo (sin Jeanne Claude) es un claro ejemplo de esto. La idea del artista para esta obra de Land art es crear un pirámide gigante cortada en la punta, escultórica que se vea desde el desierto a lo lejos y se note que es una obra de arte, pero que uno pueda ingresar al interior de esta pirámide y sentir algo completamente distinto de lo que sintió al verla de lejos. Esta es entonces una obra artística habitable, en la que no sólo se pensó en crear algo visual sino también algo espacialmente agradable, cómodo, un lugar en el que al hombre le guste estar. A pesar de que se está creando algo en un espacio infinito (el desierto), se están planteando unos límites de este espacio. Y este es sólo un ejemplo, que además tiene muros, pero hay muchas otras obras de Land art que crean sus propios límites y su propio espacio sin necesariamente tener muros o paredes sino simples elemento sueltos o continuos. Vemos entonces como los roles de la arquitectura y del Land art muchas veces se intercambian. O no necesariamente se intercambian, sino que se confunden, se mezclan:
“El límite entre arte y arquitectura se está diluyendo cada vez más. Entre los artistas y los arquitectos se está instaurando una relación de intercambio de experiencias y una confrontación que se lleva a cabo en el paisaje. Mientras que el arte ha abandonado los museos en busca de la participación de unos observadores cada vez más interesados en vivirlo, la arquitectura, por el contrario, está definiendo el territorio público y empieza a ser considerada como un objeto” (Galofaro, 2007)
Estas dos corrientes entonces aprenden la una de la otra: la arquitectura decide crear espacios más paisajísticos y el Land art, por su parte, decide muchas veces crear “obras de arte habitables”, con límites. Es entonces como muchas veces el Land art no sólo se preocupa por crear una obra puramente visual e infinita, sino una obra que, por más de estar en un lugar sin límites, ella misma
crea sus propios límites y hace que el espectador se sienta en un espacio delimitado. El espectador de este tipo de obra se vuelve entonces muy importante, como en la arquitectura, ya que ahora se está pensando en él y en que él es el que va a estar en la obra, “el paisaje se ha convertido en el nuevo campo de acción, donde los destinatarios dejan de ser simples observadores y se convierten en elementos indispensables para la definición del espacio que los alberga” (Galofaro, 2007), porque esta es la diferencia con el arte tradicional: que ya no sólo se ve la obra sino se está en ella, dentro de ella. Y esto es lo que hace que la obra de Land art, tenga límites… que finalmente, esta obra se acabara en un momento y uno dejara de estar dentro de ella. Podemos entonces concluir que el Land art, queriendo salirse de los espacios cerrados y delimitados, crea obras de arte en la mitad de un paisaje y finalmente, crea sus propios límites y su propio espacio al igual que la arquitectura. Por el contrario, la arquitectura, queriendo crear un espacio para el ser humano, puede llegar a mezclarse con la naturaleza y no necesariamente crear espacios cerrados para hacer parte del paisaje. Tanto el Land art como la arquitectura se mezclan entonces con el paisaje, creando uno límites propios que no necesariamente son unos muros o un techo. El Land art crea un nuevo paisaje con límites propios ya que un límite no es necesariamente algo físico y el espacio no es necesariamente algo cerrado. Se crean entonces espacios increíbles, sin límites obvios pero aún así limitados.Y estos espacios creados están en un lugar preciso tanto en el arte y en la arquitectura entonces, ¿qué pasaría si las obras land artistas o arquitectónicas se mueven de lugar?
ESCRITO E ILUSTRADO POR: ANA WINOGRAD
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/LUGAR MISMA OBRA/
Tanto en el Landart como en la arquitectura, el lugar es la esencia de cada una de sus obras, este se convierte en el componente principal, que le da identidad propia a la obra. Esto debido a que detrás de cada obra hay un gran pensamiento previo del lugar y sus características, el cual hace que este no sea solo el marco portador y la ubicación de ella y lo convierte en la obra misma. El Landart busca cumplir cuatro funciones que automáticamente involucran el lugar, las cuales son marcar, tallar, ocupar y transformar el espacio intervenido, usando los medios que este mismo le proporciona. Así mismo, la arquitectura también dispone del lugar como su elemento principal a la hora de darle sentido y carácter propio a cada proyecto. Cada lugar cuenta con características distintas que lo hacen propio y único, como son la topografía, el clima y otro tipo variables que afectan la obra al momento de ser implantada y la convierten en parte de el. La obra tanto en el Landart como en la arquitectura siempre busca adaptarse a las condiciones que este le impone, evitando ser indiferente con el entorno que lo rodea. Por consecuencia, esto hace que en el
Landart y la arquitectura, el lugar juegue un papel dominante a la hora de darle percepción e identidad a cada obra sin dejarlo ser un simple elemento mas. A partir de un lugar especifico es creada la obra, y ya que el lugar es quien dispone de los materiales para esta, la obra toma las características y particularidades del lugar. Los materiales proporcionados por el lugar hacen que las obras dialoguen con su entorno y lo vuelvan parte de ella para que no se vea ajeno a el , ya que el lugar viene siendo un elemento de vital importancia a la hora de darle sentido y causar cierta percepción sobre esta en el espectador. La percepción es una herramienta que cada lugar usa a través del espectador para crear su identidad propia. En la obra Roden Cratter de James Turrel se ve claramente como el lugar mismo es quien le da identidad propia a la obra, y juega un papel dominante a la hora de darle significado a la intención buscada por el artista. Turrel antes de comenzar su obra escogió el lugar apropiado para este, “ volé siete meses buscando un lugar, y luego encontré el Roden Cratter” explica Turrel, y luego de encontrar el lugar adecuado, y a partir de las condiciones que este disponía, creo su obra, la cual consiste en una especie de observatorio astronómico que generó ajustando la geometría del volcán corrigiendo las diversas inclinaciones para dejar la boca del cráter totalmente horizontal y dejar las laderas como galerías donde penetra la luz. Todo esto fue creado a partir del lugar, tallándolo y transformando sus condiciones espaciales para poder lograr el objetivo. Es decir, la obra fue creada para y a partir de este lugar especifico y si fuese trasladada a otro lugar, el sentido de la obra cambiaría drásticamente. Por ejemplo,
los túneles que están ubicados para que aparezca la luna en cierto momento del año perderían totalmente su sentido de ser y se convertirían en simples túneles con huecos abiertos a la superficie que no cumplirían función alguna. Además de estas condiciones Turrel afirma que “ la gran belleza de este es que está solo en una especie de escenario geológico del tiempo del desierto, volviéndolo un lugar impresionante.” (Turrel, 2006) Esta afirmación perdería totalmente su sentido si el Roden Cratter fuera ubicado en otro lugar, ya que esta belleza de la cual habla Turrell, no seria la misma si en vez de estar situada en la mitad del desierto totalmente desolada, estuviera en la mitad de una ciudad. Al igual que en el Landart, el lugar en la arquitectura también juega un papel importante en sus obras. Un claro ejemplo para demostrar que el lugar es la identidad de la obra, es el Parque Biblioteca España del arquitecto Giancarlo Mazzanti en la comuna Santo Domingo Sabio en la ciudad de Medellín. Detrás de este proyecto arquitectónico viene un gran pensamiento previo del lugar, donde se busca entender sus condiciones, ya que esta obra fue creada exclusivamente para este y orientada a que tuviera una razón de ser para este lugar. Este proyecto fue creado con la intención de generar un servicio a esa comunidad en particular, además de esto busca ser un icono visible para la ciudad jugando con la topografía y los materiales que el lugar dispone. La biblioteca juega adaptándose a la pendiente marcada que tiene el lugar y busca con sus materiales generar un aspecto de roca que se destaque en la montana y sea visto como un icono que sobre sale desde el resto de la ciudad. Por estas razones, si este proyecto fuera traslado e insertado en la mitad de la ciudad perdería todas sus cualidades y
su sentido de ser y en vez de ser visto como un gran icono de la ciudad, probablemente le estorbaría a la mitad de los ciudadanos. Dicho de otro modo, la obra no es nada sin el lugar. Los elementos del lugar son los que convierten la obra única, dándole un potencial propio que ninguna otra tiene y sin estos elementos simplemente no habría obra. Como lo dice James Turrel al referirse a su obra en el Roden Cratter, “lo importante es el sentido de poder que cada lugar tiene, y simplemente sentí que este seria el adecuado.” (Turrel, 2006) (Adcock) El lugar siempre será la obra, no el portador de ella.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: MARIA ANTONIA CARTAGENA
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/FORMA, VOLUMEN E ILUMINACIÓN /
“I sense Light as the giver of all presences, and material as spent Light. What is made by Light casts a shadow, and the shadow belongs to Light.” Louis Khan Los espacios mediáticos que surgen en los 60´s, en donde se llevan a cabo importantes obras de Land Art suelen ser de grandes dimensiones. Esto, claro está, con el único objetivo de establecer un relación espacial directa con el observador, ya que de tal manera la percepción de la obra puede cambiar radicalmente dependiendo del entorno. La forma, el volumen y la iluminación son las características más importantes para cualquier tipo de obra de Land art y de arquitectura. Estas definen e identifican a cada obra y se vuelven el medio para que el autor pueda mostrar verdaderamente lo que quiere expresar. Son los principios reguladores que, implícita o explícitamente, siempre van a ser parte de un gran trabajo. Se podría decir que la forma es una figura externa de un cuerpo que con el tiempo (algunas veces) tiene la posibilidad de cambiar y transformarse. La forma de un objeto está con-
stituida y construida básicamente por formas geométricas que se remiten a lo más esencial: el punto, la línea y el plano. Como explica Kandinsky en su libro Punto y Línea sobre Plano “Esta variedad y complejidad de la forma mínima elemental, graduada según pequeños aumentos de tamaño, da una pauta de la fuerza y profundidad de expresión de las formas abstractas.” Es así como en el Land art y en la arquitectura, la articulación de las formas básicas empieza a ser la base compositiva de obras. Cualquier tipo de forma está instalada en un espacio específico. Heidegger explica cómo esta forma es capaz de modificar el espacio en el que se encuentra, y dice que “la forma tiene lugar dentro de una delimitación, que es la inclusión y la exclusión en relación con un límite. Por este hecho, el espacio entra en juego. Es ocupado por la forma plástica caracterizada como volumen cerrado, como volumen perforado y como volumen vacío. Es así como esta forma, que es “aquello que determina la materia para ser algo” (Ferrater Mora) es una volumetría que define y determina el obra misma. El volumen de un objeto se caracteriza por su tridimensionalidad, porque tiene una anchura, una altura y una profundidad. Es por esto que todo volumen ocupa un espacio, y por consiguiente crea al mismo tiempo un no espacio, o un vacío. Estos “vacíos” que se forman son muchas veces más importantes que el volumen en sí. Grandes artistas y arquitectos se han aprovechado de estos volúmenes, que al delimitar el espacio, potencializan el no espacio y le dan fuerza a la obra. El ejemplo perfecto son las obras de Land art de Andy Goldsworthy llamadas “Sticks”, donde reúne palos de bambú y los une de cierta forma que crea un espacio circular vacío en el centro. En este caso el mensaje más
fuerte de la obra lo de el vacío creado por los volúmenes pegados. Entonces, se vuelve en estas dos increíbles formas de arte, un juego de llenos y vacíos, de negros y blancos, que permanentemente está confrontándose. “La emoción arquitectónica es el juego sabio, correcto, y magnífico de los volúmenes bajo la luz”. Le Corbusier Las formas volumétricas, protagonistas principales de obras arquitectónicas y de Land art, están directamente relacionadas con la iluminación. Esta maximiza la sensibilidad hacia la obra, y la vuelve de cierta forma mística. La iluminación forma parte de la construcción de la obra, puede causar efectos o positivos en ella. Es la creadora de la unidad que conforman el medio y el artista, o la obra y el observador. La iluminación logra crear una relación de comunicación entre el habitante y la obra misma en donde la intervención se vuelve constante y casi infinita. Luis Barragán, el arquitecto mexicano es un amante y especialista en la iluminación. El logra crear espacios enriquecidos por sensaciones creadas especialmente por su luz. Las celosías en su casa en México hacen que el control de la iluminación vaya más allá y se vuelva poesía con el conjunto de formas que lo rodean. La iluminación es un medio por el cual podríamos obtener un conocimiento directo de las verdades inteligibles de la obra. El arquitecto Louis Kahn opina que en el encuentro entre el «silencio y la luz» está la arquitectura. “El silencio, la quietud, «el deseo de ser y expresar», corresponde con su interpretación de la masa, y la luz, «la creadora de todas las presencias», es otra manera de manifestar su particular entendimiento y visión creativa”. La luz per sé es completamente
reveladora, y al unirse a formas y volúmenes que construyen obras, se crea una unión relación cercana que hace de la obra algo completo. No nos podríamos imaginar ninguna obra de Land art o de arquitectura en donde la forma el volumen y la iluminación no estuvieran presentes. Son características que influyen directamente a estos dos tipos de corrientes y que siempre tienen que estar en la mente del artista. Muchas veces vemos como elementos tangibles tales como la forma y el volumen se desarrollan y crean un mensaje fuerte sobre la obra. Por otro lado, elementos intangibles como la iluminación juegan con otras características para crear una multiplicidad de sentimientos y sensaciones sobre la obra. Bien sea en un espacio natural o en uno artificial, la unión y comprensión absoluta de estas tres características se vuelve la base para toda obra.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: NATALIA CHILD
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/TÉCNICA/
“Como meta, la arquitectura debe proponernos la creación de relaciones nuevas entre el hombre, el espacio y la técnica.” Hans Scharoun Aun cuando la forma es la característica de la arquitectura y el Land Art más evidente para el espectador al igual que el punto de creatividad de ambas disciplinas, en la arquitectura existe otro factor que la rige. La técnica vista desde un punto simplificado en donde abarca la estructura, la construcción y los materiales, es este factor que rige ayuda a transformar la forma en la arquitectura. En Los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio, el describe la arquitectura en tres partes “construcción, gnomónica y maquinaria”(Vitruvio Polión, 2001, p. 14). Es decir no solo es la idea y la intención del arquitecto lo que da la forma de la edificación, si no que hay que tener en cuenta que estas obras van a estar habitadas y deben ser firmes. (Vitruvio Polión, 2001, p. 14) Por lo tanto la parte constructiva en la arquitectura es primordial para poder llevar acabo una obra, mientras que en el Land Art aunque exista una técnica constructi-
va esta es efímera y no busca soportar un peso o solucionar un programa, además de que no rige la forma de la obra ni toma un papel más importante que la intención misma del arte. En el Land Art al igual que en otras ramas del Arte la idea de la obra y lo que quiere expresar el artista pueden llegar a ser igual o más importante que la obra como tal. Por lo tanto la permanencia y firmeza de estas no es un aspecto a considerar en el momento de montar una de estas obras. Por otro lado en la arquitectura la permanencia y la firmeza de la estructura son los aspectos más importantes a considerar en la construcción. De esta forma el resultado final es una solución a lo que va a ocurrir interiormente en el espacio y como lograr que este no se deteriore o se destruya con el tiempo, aun cuando incluye la creatividad y la idea o concepto del arquitecto. Por ejemplo esta el Parque Güell de Antoni Gaudí en donde los pilares inclinados y la forma inclinada de la arcada donde “expresan con elegancia la resistencia a la presión del terreno que actúa sobre ella.” (Charleson, 2007, pp. 95-96) aquí se muestra como la estructura no solo es una expresión subjetiva sino que cumple una función concreta la cual en este caso es la contención del terreno, como describe Charleson en su libro es una construcción que “combina contención y cobijo”. (Charleson, 2007, pp. 95-96) En un polo opuesto se encuentra el Land Art el cual han sido descrito, incluso como un anti-monumento efímero lo que quiere decir que no está diseñado para permanecer en el espacio si no que se proponen para mostrar un concepto y perdurar en esencia más que en su forma material. Esto se ve claramente en las obras del artista Michael Heizer quien utiliza “los poderes transformativos de la
naturaleza” para expresar la relación “dinámica” entre el tiempo y el espacio. (Kanstner, Jeffrey; Wallis, Brian; PHAIDON Press Limited, 2001, p. 52) por ejemplo su obra Rift la cual es la primera de sus nueve obras llamadas “Nine Nevada Depressions” situada en Massacre Dry Lake, Nevada, es una forma excavada en el suelo donde el desierto gradualmente comienza erosionar la obra y la desaparece, mostrando así la escala de tiempo del hombre la cual es minúscula comparada con lo que es la inmensidad de la naturaleza. (Kanstner, Jeffrey; Wallis, Brian; PHAIDON Press Limited, 2001, p. 52) Así que no es la permanencia y firmeza de la estructura de la obra lo que guía al artista al hacer la forma ya que lo que importa no es que este perdure sino al contrario que se deteriore, y de esta forma probar su punto. Pero no solo se diferencia la obra de Heizer con la arquitectura por su naturaleza efímera si no va más allá ya que esta es una obra que no requiere de una estructura como tal ni siquiera. Es decir en el Land Art es posible ver obras que esta dispuesta de tal forma que simplemente son lo que son por como fueron hechas son requerir de una estructura como tal, como en la obra de Christo y Jeanne Claude en su obra “Over The River” donde es necesaria una estructura básica para sostener la obra. Sin embargo en la arquitectura la estructura del edificio y la técnica constructiva siempre van a estar presentes ya que la arquitectura cumple una función dentro de sus espacios y es habitable mientras que es Land Art es más una escultura o monumento antes que estructura. Sin embargo aunque la estructura y la construcción hacen parte de la técnica existe un ultimo factor en esta que ayuda a diferenciar aun más el Land Art de la arquitectura. Este
factor es el material, en el Land Art lo más común es utilizar los materiales dados por la naturaleza para llevar acabo sus obras. Aunque hay excepciones donde materiales industriales similares a los que sería utilizados en la contracción de un edificio la forma en que estos se utilizan es muy distinta. La arquitectura escoge sus materiales a medida que estos puedan llevar acabo las necesidades de la estructura al igual que la estética planteada por el arquitecto, mientras que en el Land Art la escogencia del material es netamente subjetiva del artista. Para concluir el capitulo se puede decir que, a pesar de su escala monumental las obras de Land Art buscan ser obras inclusivas e incluso intimas. (Kanstner, Jeffrey; Wallis, Brian; PHAIDON Press Limited, 2001, p. 26) Por esta razón las obras no se ven afectadas por un audiencia que interfiera con ellas y no están hechas para ser dispuestas en un espacio cerrado donde pueda afectarse la forma en el montaje. Si no que están dispuestas por lo general en la naturaleza, en lugares reclusos donde no se ven afectadas por el hombre sino por la naturaleza, de forma que son el retorno del hombre al paisaje. (Kanstner, Jeffrey; Wallis, Brian; PHAIDON Press Limited, 2001) En la arquitectura pasa lo contrario aunque mantiene la escala monumental estas obras están lejos de ser efímeras o intimas, la arquitectura está diseñada para permanecer en el lugar a pesar de la naturaleza en vez de hacer parte ella. Es decir el Land Art es intervenido por la naturaleza y esto afecta su sentido, mientras que en la arquitectura se busca alejar los daños de la naturaleza de la edificación para que esta no cambie.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: CATALINA GRANADOS
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/LA ILUSIÓN DEL ORDEN/
“La arquitectura <conformaba> una situación; sus mismas formas cambiaban en el cambio más general de la situación, constituían un <todo> para un acontecimiento constituyéndose ellas misma como acontecimiento; sólo así se puede entender la importancia de un obelisco, de una columna o de una lápida.” Aldo Rossi- La arquitectura de la ciudad El hombre ordena la naturaleza a través de la arquitectura creyendo que esta desordena, pero la naturaleza permanece y reconquista con su orden auténtico porque se mantiene viva. El hombre es un ser que organiza por naturaleza aquello que lo rodea para que todo confluya con su modo de vida racional. Sus actos tienden a ser excesivamente ortogonales y en la arquitectura suele ubicar sus espacios sobre una retícula. “La arquitectura casi siempre es estática, quieta, pegada al suelo” (Galofaro, 2007) para darle al hombre racional un sentimiento de estabilidad y protección. “El hombre nunca ha podido vivir sin tramas. Ante el desorden aparente del mundo, tuvo que buscar los términos significantes, aquellos que, asociados entre ellos, hacían que su acción sobre el medio fuese más eficaz, aquellos que le permitían sobrevivir. Ante la infinita abundancia de objetos y seres, buscó relaciones entre ellos y, ante la infinita movilidad de las cosas, buscó invariables.” (Laborit, 2006)
Construye espacios estáticos bajo una lógica de orden y medida que proporcionan un mejor habitar, pero inmediatamente rechaza la naturaleza que lo rodea, pues la libertad de esta la entiende como enemiga de su orden. En la ciudad, los habitantes interrumpen los versátiles resultados de la geografía para construir la retícula. Crean nuevas topografías a través de plataformas sobrepuestas, una encima de la otra. Ignoran el estado original del suelo, abriendo cicatrices y pretendiendo someterla al orden del hombre. A diferencia de, el orden de la naturaleza está en la casualidad y la espontaneidad. Se puede entender como el continuo movimiento que hay en las plantas, la tierra y el cosmos, ordenándose por sí solos paisajes desconocidos con armoniosas proporciones. El problema está en el momento en que el hombre pretende controlar la naturaleza, bloqueando la libertad de esta y desorganizando el movimiento. “En un jardín de ‘orden dinámico’, una dedalera de raíces libres indica que el lugar está en evolución. El desorden consistiría, por el contrario, en interrumpir esta evolución.” (Clement, 2009) Cuando se construye se remplazan las tierras vivas por placas de concreto estáticas, y lo que antes se conectaba con el cielo, ahora se ahoga bajo el peso de una retícula. Se encierra un campo de energía, se restringe el movimiento y por ende se desorganiza el orden natural. El Land Art propone crear nuevas topografías concentrándose en generar una dialéctica que respeta la naturaleza del espacio. Entiende que se posa sobre algo ya existente que tiene su propio orden y lenguaje, y no quiere bloquear sus dinámicas, si no que quiere hacer parte de ellas. Se hace evidente la intervención humana, pero respeta la evolución de la naturaleza que se somete al paso del tiempo. El Land Art pasa a ser parte del paisaje, está en constante movimiento y está dispuesto a los cambios impredecibles de la naturaleza. En cambio aquella arquitectura inconsciente, que se impone sobre el paisaje, quiere ser estática y no entiende que la superficie donde se
para se está transformando. Su interés por resaltar y por permanecer en el tiempo condenará estas independientes implantaciones a la ruina. “Desde el momento en que se dan por acabadas, las construcciones del hombre entran en un proceso de degradación irreversible. Su incapacidad de evolucionar las condena, antes o después, a la ruina. Cuando una obra está terminada, está muerta. Por el contrario, la naturaleza nunca concluye nada. Soporta los huracanes, interpreta las cenizas de un fuego. Inventa un proceso de vida sobre las bases, siempre nuevas, de una conmoción.” (Clement, 2009) La arquitectura debe seguir los pasos del Land Art, que también juega a organizar la naturaleza, pero entiende que debe hacer parte del movimiento y no interrumpir la libre evolución de esta. En el High Line (en Nueva York), cuando encontraron la estructura el proyecto de paisajismo se había hecho por sí solo, y entendieron que se debía hacer un parque lineal. Pues las plantas, como claras testigos del tiempo, ya se habían apropiado de toda la estructura original. La estructura se convirtió en el soporte de la diversidad, pero la naturaleza actuó sobre ella con propiedad. Cuando se quiso intervenir, fue la naturaleza quien dirigió el proyecto. Simplemente sobrepusieron a esta base natural las capas de las actividades y las capas de las conexiones, pero siempre se tuvo en cuenta que el orden natural de estas plantas colonizadoras sería quien dirigiría el proyecto. Si la arquitectura se comportara bajo un orden casual y espontáneo como el de la naturaleza, se crearían atmósferas particulares para cada espacio. Unos lugares que cada día expresaran algo diferente y mediante el cambio se generarán experiencias subjetivas. Por eso la sociedad contemporánea debe evolucionar de ese ser cuadriculado a uno en constante movimiento. Habitará la ciudad las veinte cuatro horas del día cuando comience a construir una arquitectura más evolutiva que lo permita habitar, trabajar y recrearse con facilidad.
Se empezará a organizar sobre un ‘orden dinámico’. Estar en movimiento es crear espacios versátiles para quien los habita. Es crear vacíos para que los individuos o colectivos crezcan. “Únicamente en el vacío es posible el movimiento” (Tseu, 2006), es posible los cambios, es posible que a través de los hábitos se le de una forma de vida a la arquitectura. También, debe dejar de cerrarle las puertas a la naturaleza y olvidar el pensamiento de que planta que no ha sido planeada deberá ser mutilada, pues si empieza a convivir con un organismo en movimiento esta empezará a despegarse de lo estático. En el Parc Paysage de la Cour du Maroc (en Paris), Georges Decombes ha organizado las actividades a manera de franjas linéales, pero a través de la arquitectura ha creado un vacío para la reproducción espontánea de la naturaleza. Una dilatación que ha permitido que las plantas más curiosas colonicen este espacio, creando un jardín testigo de la evolución de la naturaleza y como escenario para el fluido movimiento de los habitantes del lugar. Pasar de un orden estático a un ‘orden dinámico’ en la arquitectura, significará para esta permitir espacios que estén en constante movimiento. Cuando existen los espacios para los cambios, existe la oportunidad de comunicar. De generar nuevas emociones para quien lo habita, a través de modificaciones, cambios de tensión y de energía como sucede en un paisaje natural. Una arquitectura que evolucione se mantendrá vigente con el paso del tiempo, pues los acontecimientos la mantendrán evidentemente viva.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: LAURA APARICIO
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/CAMBIO DE ROLES/
“La fuerza de estos proyectos radica en un despliegue de imaginación que desdibuja las fronteras de lo permitido y explora con audacia la libertad de concebir proyectos temporales, sin las restricciones que impone la durabilidad exigida en los proyectos convencionales.” (Krauel, 2010) Arquitectura y Land Art ... efímeros o permanentes. Esta es una pregunta que siempre a rondado y rondado dentro de estas dos disciplinas mencionadas, pues a lo lardo de el tiempo ha sido posible observar las obras que éstas han generado y cómo algunas han logrado traspasar lo limites llegando a convertirse inclusive tanto en efímeras como permanentes. Pero he aquí la cosa más curiosa, tanto la arquitectura como el Land Art, buscan alcanzar una meta especifica por medio de sus obras; por un lado la arquitectura desde sus comienzos a buscado dejar siempre una huella en el tiempo por medio de construcciones gigantescas y maravillosas que logran impactar para siempre, para así lograr la “permanencia” dentro de la historia, por lo contrario el Land Art siempre a querido primero llegar al alma de las personas en el momento de la exhibición o puesta en escena, generar sensaciones poderosas que le llegan directo a el espectador pero que pueden llegar a ser un tanto efímeras, pues luego suele desaparecer. Estas suelen ser las ideas que primero viene a la cabeza cuando se pone en el papel de analizar y tratar de comprender estos métodos de creación, pero si tan sólo las personas quisieran indagar un poco más y
untarse de la evolución de estas dos corrientes o movimientos a lo largo de la historia, se puede empezar a vislumbrar algo erróneo en la teoría mencionada unos renglones más atrás. Pareciera ser que la arquitectura en su búsqueda exhaustiva de una permanencia se estuviera desviando hacia el camino de lo efímero, pero no sólo la arquitectura, también el Land Art pareciera estar descarrilándose de si camino inicial y dando un giro hacia un lugar indeleble. Es pues ese el propósito de este capítulo demostrar como con el pasar de lo años pareciera ser que el Land Art y la arquitectura estuvieran cambiando de roles. Es necesario remontarse a la historia antigua, llegando a los inicios de la arquitectura (la disciplinas más antigua de las dos) y desde allí entenderla a ella y sus propósitos iniciales. Por ejemplo si nos devolvemos a la acrópolis griega vemos como en aquella época se quiso construir una gran ciudad en un lugar con mayor altura que el resto en donde se congregaran las actividades de culto y de poder. Así pues fue como se ponen en la tarea de crear este lugar sagrado y grande, hecho con mucho esfuerzo para que este fuera lo resistentemente necesario para perdurar por generaciones y generaciones , ya que se volvería el lugar icónico y de mayor importancia. Eso era lo que se quería cuando se puso en marcha el proyecto, pero veamos hoy como esta acrópolis quedó reducida a únicamente ruinas y resto de todos lo templos que la conformaban en tiempos lejanos. Se convirtió en algo efímero, respecto a la escala de tiempo para la cual este se había proyectado. Pero no sólo se ve esta tendencia hacia lo efímero en las ruinas, hoy en día gran cantidad de obras arquitectónicas han entendido el mundo y la era en la que se vive actualmente y se han convertido en obras que ya no buscan perdurar sino más bien satisfacer las necesidades del ser humano en ese momento, las cuales están en constante cambio. El iglú, es una prueba de esto, pues esta creación arquitectónica está pensada y diseñada para cumplir con un función durante un corto espacio de tiempo y luego éste es abandonado y destruido, y en el camino otro igual será elaborado nuevamente. En ningún momento busca la permanencia o perdurabilidad dentro del mundo, tan sólo se enfoca en el hoy y en el qué “Al enfrentarnos con su arquitectura, nos viene inevitable-
mente a la mente el concepto de atmosfera, una disposición de animo, una sensación en perfecta concordancia con el espacio construido, comunicada directamente a quienes lo contemplan, lo habitan, lo visitan e, incluso al entorno inmediato. Zumthor aprecia los lugares y los edificios que ofrecen al hombre refugio, un buen lugar para vivir y una discreta protección.” (Zumthor, 2011) es posible a través de las palabras de Zumthor entender cómo para él es primordial entender el ser para el cual se esta diseñando antes que querer crear o marcar la historia. El circo y toda su estructura están diseñados de manera que éste pueda ser montado y desmontado rápidamente, una arquitectura efímera y versátil que se adapta a su entorno. Vemos pues así como pareciera ser que la arquitectura cambió o incluso agregó una tarea nueva a sus obras. Entonces queda la pregunta, si la arquitectura busca un aspecto más efímero para sus obras, el Land Art que busca. Al igual que la arquitectura el Land Art también diversifica sus objetivos a alcanzar, empieza a explorar nuevos campos, materiales, y toda clase de factores que lo van desviando hacia un nuevo destino; la permanencia. Si así es, las creaciones de los artistas del movimiento de Land Art, o pues de varios de ellos han logrado traspasar la barrera de temporalidad que suele venir persiguiendo a estas obras, y se convierten en creaciones que van más allá de generar una sensación muy fuerte pero pasajera. Logran quedarse ahí mismo donde fueron elaboradas, por más tiempo de lo esperado hasta llegar a convertirse en un elemento más de su entorno, se funden con el lugar y pasan de ser una simple obra en exposición, a ser un espacio permanente el cual las personas lo recordarán siempre “ The traditional landscape genre was ridacally transformed in the 1960´s when many artists stopped merely representing the land and made their mark directly in the enviroment” (Kastner, 1998), el Land Art se transforma cuando los artistas dejan de preocuparse sólo representar el lugar y optan por dejar su huella directa en el lugar. Buscan entenderlo en primera instancia para así poder luego manipularlo e impregnarle una marca propia. Así es como ocurre con la obra de arte de Maya Lin “Wavefield”, esta artista norteamericana recreó una serie de olas en el piso todas hechas de tierra y pasto en el campus de la
universidad de Michigan. Aun hoy en día esta obra permanece intacta donde fue proyectada desde comienzos por su artista. Wavefield se convirtió en algo característico de ésta universidad, en un lugar propio de ésta, el cual da paso a que las personas interactúen directamente con él, y por tanto logrará perdurará por siempre mientras esta institución académica lo haga también. Vemos pues como ya los artistas no se conforma tan sólo con poder exponer sus creaciones por un periodo de tiempo en algún lugar, ya quieren es lograr traspasar esas limitaciones por medio de nuevos y creativos medios para elaborar obras que tengan las características necesarias y puedan llegar a convertirse en entes imprescindibles en el día a día. Pareciera ser entonces que a lo largo del tiempo el Land Art y la arquitectura estuvieran intercambiando roles, pues gracias a todo lo mencionado con anterioridad es inevitable entender cómo cada una de estas disciplinas en sus inicios buscó algo que los caracterizaran, pero hoy después de muchos siglos de historia y evolución tanto de la raza humana como de sus ritos, ese algo cambió y se volvió algo opuesto. Los artistas de cada una de estas disciplinas quisieron ir un paso más allá para lograr que la arquitectura y el Land Art pudieran evolucionar al mismo paso que el mundo que los rodea y así actualizar sus metas y propósitos a alcanzar. La arquitectura por medio de nuevos métodos y materiales busca poder brindarle al ser humano en cualquier situación sus servicios de refugio, mientras que el Land Art ya no se satisface tan sólo con entretener o despertar sensaciones momentáneas en sus espectadores, ya quiere entrar en otro nivel de convertirse en algo cotidiano, del día a día, en donde cada uno de los seres humanos conviva a diario con estas obras, que las recuerden, que les den permanencia.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: ISABEL ECHEVERRI
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/MANUAL DE CÓMO HACER UNA OBRA DE LAND ART /
"The work of art is beautiful to the degree that it opposes its own order to that of reality..." (Marcuse, 1978) Era necesario establecer el por qué una obra de Land Art es o no efímera, de este modo podemos aclarar que lo es en la medida que esta fue hecha y tiene lugar pero aun mas importante que esto, tiene un registro de esta misma obra, dejando de por si la prueba real de que esta existió. Lo que nos lleva a preguntarnos, es entonces lo mas importante del Land Art una fotografía? O la fotografía misma es la obra en si?. Teniendo en claro que la obra en si dejo de ser efímera en el momento de registrarla. Para fines de responder esta pregunta tenemos que hacernos otra, que encuentre un campo de acción mas grande. Cuales son los componentes de este tipo de obra como tal?. Así pues debemos aclarar lo que no es una obra de Land Art: Una obra de Land Art no tiene establecidas categorías de universales. Una obra de Land Art no tiene una lógica
interna. Una obra de Land Art no sigue reglas establecidas, por lo cual no se le pueden aplicar a gran numero de situaciones. No es universal. Una obra de Land Art no tiene una lógica de monumento, y por virtud de esta lógica una obra de Land Art no es una representación conmemorativa. Una obra de Land Art no se asienta en un lugar particular y habla en un lenguaje simbólico acerca de dicho lugar, pues esta es la lógica de las esculturas tempranas de occidente. Una obra de Land Art no tiene un pedestal, por lo tanto se absorbe hacia su propio ser y no se aleja del lugar en el que se encuentra, como resultado de esto una obra de Land Art no tiene su propia autonomía. Una obra de Land Art no es algo dividido en dos términos (arquitectura, paisaje) es un termino en la periferia, que no se sabe muy bien como definir. El Land Art parte de la escultura y por lo tanto una obra de Land Art no es una
escultura, es una nueva rama de la escultura. “La escultura de los tempranos 60 entro en una categoría de “no-mans-land”: era la que estaba dentro o sobre o en frente del edificio que no era el edifico. O lo que estaba en el paisaje pero no estaba en el paisaje”, (Krauss, 1985)de esta forma la escultura había entrado por completo a una lógica inversa y había alcanzado una negatividad pura: la combinación de exclusiones. “Un campo expandido es generado al problematizar una serie de opuestos con los cuales la categoría moderna de escultura esta suspendida. 284” (Krauss, 1985)
En conclusión una obra de Land Art no se define como escultura por el medio que utiliza, sin que se organiza a través de un universo de términos que recaen en un lugar social en el que se encuentra la obra. En la imponencia del trabajo el que refleja las condiciones lógicas del espacio.
Ahora que sabemos lo que no es la una obra de Land Art y de donde nacen sus conceptos opuestos, podemos establecer puntos de lo que si es una obra de Land Art. Una obra de Land Art es una construcción in situ ( en el lugar) Una obra de Land Art tiene un poder sobre el lugar Una obra de Land Art puede optar por una marca permanente en el lugar para marcarlo o se puede documentar a través de la fotografía. Una experiencia fotográfica del hacer. Una obra de Land Art se somete al cambio. Una obra de Land Art es una practica individual: el artista se convierte en nomada. Una obra de Land Art no tiene limite de medios. Una obra de Land Art tiene un espacio o campo que le da una infinidad de posiciones para el artista donde puede explorar y ocupar, al contrario de la escultura que no se define por sus medios.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: NICOLAS ZAPATA
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/UTOPÍA/
El limite entre arte y arquitectura se esta diluyendo cada ves más. Entre los artistas y los arquitectos se esta instaurando una relación de intercambio de experiencias y una confrontación que se lleva cabo en el paisaje.” (Galofaro, L. 2007). A lo largo de este tratado hemos hecho un recorrido sobre todos esos aspectos que hacen de la arquitectura y del land art dos cosas tanto opuestas como similares. Se trato sobre los limites o infinitud que cada uno contiene, sobre que tan permanente o efímera termina siendo una obra arquitectónica o de land art, como el lugar se empieza a volver la obra misma, el lugar se convierte en la esencia. También se planteo que la forma, la iluminación y el volumen son aspectos primordiales tanto para la obra arquitectónica como para la del land art, sobre los aspectos técnicos que la arquitectura debe seguir mientras que el land art no, y por ultimo se planteo sobre la ilusión del orden y de cómo cuando la arquitectura entra a organizar la naturaleza lo que realmente hace es desorganizarla. Pero hasta ahora no se ha hablado de que pasara si estas dos disciplinas se llegasen a combinar. se compararon todo los aspectos previamente mencionados entre land art y arquitectura; pero, ¿no seria ideal la fusión de todos estos aspectos para crear una verdadera obra completa, compacta y permanentemente efímera? Es claro que todas las obras arquitectónicas conforman limites con sus fachadas, crean un adentro y
un afuera, un cerrado y un abierto. Mientras que las obras de land art buscan romper estos limites y crear atmósferas infinitas. Si lo que buscamos es crear una obra donde podamos mezclar estas dos disciplinas entonces se debe crear algo que cree espacios diferenciados por un adentro y un afuera, pero a la ves sentir que ninguno de éstos espacios están conformando un limite espacial. Crear la sensación de tener el mundo adentro, de sentir la infinidad del cielo en un espacio. Existen algunos artistas que ya han querido acercarse a este ideal utópico como lo hizo James Turrell en su obra “The meeting” en el MOMA en nueva York. Donde elimina la cubierta de su espacio de exposición dejando el cielo al descubierto, y es aquí cuando se acerca a la utopia sobre la mezcla de estas dos disciplinas, ya que su obra “constituye un paisaje dentro del propio cuerpo de la arquitectura” (Galofaro, L. 2007). Donde se mezcla lo vacío con lo denso, el paso del tiempo con lo estático, y donde busca la interacción del humano con lo que siempre esta sobre él (cielo, paisaje) por medio de la arquitectura. Es una fusión de lo humano con su entorno y contorno, aquí la arquitectura ya no solo quiere enmarcar el paisaje sino hacernos concientes de la existencia de éste, de recordarnos lo pequeños que somos y lo gigante que es el cielo, lo infinito. La utopia se basa en querer meter lo infinito en un espacio conformado. Existen tres factores que son indispensables en estos dos ámbitos: la forma, iluminación y volumen. Como lo fue explicado en el capitulo 3 de este tratado tanto las obras arquitectónicas como las de land art. La forma de la utópica mezcla va a ser dada solo por la geometría que el mismo lugar propicia. Buscando relaciones, líneas, puntos y diagonales ya establecidos en el paisaje escogido. La iluminación tanto en el land art como en arquitectura tendrá que siempre ser la luz natural, siempre será el cielo, el sol la luna. Es la manera mas natural y completa para iluminar esta obra, nada de artificios. Con respecto al volumen, este va de la mano de la iluminación y tendrán que trabajar en conjunto para crear diferentes sensaciones, diferentes atmósferas tangibles. Tanto la arquitectura como el land art se rigen por
una técnica que compone todo lo que es el material, la estructura y la construcción. Para esta obra utópica mezclamos los materiales, la estructura y la construcción, de tal forma que se creara con materiales solo del lugar, del espacio que rodea esta utopia, es decir nos ubicamos en una montaña rocosa, crearla de piedra o si estamos frente al mar, manipular la arena y las palmeras. La parte estructural también debe ser con los materiales que el mismo paisaje proporciona, pilares hechos con el entorno, ambientes creados a partir de la naturaleza. Dejar que el paisaje entre al espacio arquitectónico y éste se convierta en la misma obra de land art, ya no solo buscar enmarcar la arena y el color del mar sino llevarlo adentro del espacio arquitectónico convertirlos en arquitectura convertirlos en la estructura. La construcción de esta utopia se hará con las propias manos, tanto los artistas como los arquitectos somos personas que manipulamos, sentimos, cambiamos, construimos, creamos y todo se ve expresado por medio de las manos. Una ves se hace esto, cumplimos el primer requisito de que la obra se vuelve el lugar, la construcción creada es el lugar, esta compuesta a partir de ese paisaje circundante, donde en el caso de que se llegase a trasladar esta composición de materiales a otro lugar con características muy diferentes, entonces todo el sentido de esta obra quedaría difuminado y se convertiría en una obra sin sentido. Esta obra utópica será caracterizada por las condiciones del lugar escogido. Por otro lado esta el factor de la permanencia o lo cambiante, que son dos cualidades que siempre están presentes a la hora de empezar a proyectar una obra ya sea arquitectónica o de land art. Como lo fue explicado en capítulos previos lo efímero y permanente son características que siempre han estado presentes en estas dos disciplinas, y a través del tiempo se han estado intercambiando estas dos cualidades. Para esta utopia la obra se convertirá en algo permanentemente efímero. Una obra que de la flexibilidad de siempre estar cambiando, una obra que se permita tanto destruirse como poder quedar intacta a pesar del paso del tiempo. Existen ya construcción que cumplen con esta “nueva cualidad” que son los igloos. Estas con-
strucciones además de ser creadas por el hombre solo con el entorno, son obras que están abiertas a los cambios, que son flexibles, que se pueden destruir o pueden durar cuanto sea necesario. Los igloos son obras tanto de arte como arquitectónica, y son obras permanentemente efímeras. Los igloos creación por el hombre como método de supervivencia y protección pasa a ser una obra arquitectónicamente land artística. Como lo fue mencionado en capítulos previos la arquitectura busca siempre organizar todo lo que lo rodea, entrando a modificar la naturaleza para implantar sus proyectos, desorganizando el perfecto estado de la naturaleza; espontaneidad y diversidad. Lo ideal seria que el hombre lograra aprovechar este orden, ese ritmo ya propuesto por la naturaleza, donde no tenga que entrar a “ordenar” sino que entre a aprovechar la perfección que el paisaje propicia. Utilizar la topografía ya existente del lugar, los árboles etc. Así el hombre no va a tratar de entrar a “organizar” un espacio sino que va acoger la cualidad del land art de entender y respetar la libre organización que ya esta en el lugar. Como se propuso en unos capítulos previos, para esta cualidad la utopia se basa en que la arquitectura debe delimitar espacios para organizar vacíos. Y a la ves se le debe permitir a la naturaleza comportarse de manera espontánea, y no interrumpir su naturalidad y perfeccion.
ESCRITO E ILUSTRADO POR: LAURA CADAVID
NÓISULCNOC CONCLUSIÓN Como expuesto en los capítulos anteriores, el Landart y la arquitectura tienen características similares pero a su vez se diferencian en muchos elementos. Los temas tratados demuestran como ambas se rigen por el lugar y el espacio en el que están dispuestas. Siendo efímeras, permanentes, o las dos, la arquitectura y el landart relacionan directamente el hombre y la naturaleza. Se involucran mutuamente y se conectan por medio de elementos que afectan el uno al otro como la iluminación. El entorno que se integra progresivamente a las obras indica la importancia de apropiarse del paisaje y ser parte de él, para no dejarlo solamente como el marco de una obra. Finalmente, el Landart y la arquitectura son dos corrientes que crean una unión espacio-temporal del hombre con sus obras y lo invitan a habitarlas con el propósito de crear una unión directa con la naturaleza y una longevidad al arte.
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/LUGAR MISMA OBRA/ /FORMA, VOLUMEN E ILUMINACIÓN /
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