SUMARIO EQUIPO EDITOR
ADRIAN BUENAHORA ANA CLARA AZCURRA MARIANI GERARDO GON AGUIRRE
REDACCION
ANA CLARA AZCURRA MARIANI MARCELO ZUMBO LAUTARO AGUIRRE EUGENIO SILVETTI AYELÉN MIÑÁN TATIANA DIETRICH SOFÍA ORDYNANS ESTEBAN CARAZO FLORES EVANGELINA JACUK KRISSIA SIRIAS VARGAS LEO LANDA BASTIÁN CANALES MIRANDA FLORENCIA PAOLELLA IRINA ARIAS MONTES ADRIAN BUENAHORA
COLABORARON
VALERIA CAAMAÑO BRENDA LUCÍA CARLINI AGUSTINA FITZSIMONS MILVA LEONARDI MARTA SALINAS JULIETA CIOCHI FERNANDO TEBELE
DISENO Y DIAGRAMACION GERARDO GON AGUIRRE
El OjoBlindado es una producción de la Corriente Universitaria Nacional CAUCE, en conjunto con estudiantes no agrupados. Si te interesa par;cipar de la redacción, escribinos a elojoblindado.cauce@gmail.com
4|EDITORIAL
6|GAJES DEL OFICIO 6|Los representantes 12|Los medios de comunicación en tiempos de ¿Democratización? 18|Comunicar y luchar
22|UNA CHABONA GROSSA 22|Gioconda, la mujer que habita 26|CONTRACULTURA 26|El hombre camaleón y la búsqueda de un punto de fuga 30|Intervención, un entrar y venir 36|Rimas para la insurgencia 40|Mi duelo se ha convertido en danza
44|LITERARIOS 44|El adiós 46|Un camino para analizar 47|Cirro
48|PUNTO DE VISTA 48|La voluntad política expuesta 54|Las mismas calles, 10 años después 60|ARCHIVO ALTERNATIVO 60|Radio Venceremos
64|SACALO DEL CAJÓN 64|El suplicio del cuerpo
EDITORIAL
Nuevamente octubre. Las aulas ya no pueden estar en reposo ni albergar tranquilidad. La mirada debe ganar profundidad. En su estado natural, el ojo percibe su entorno; pero su fragilidad lo transforma en un órgano sensible y delicado que encuentra rápidamente sus limitaciones. Por eso te entregamos este ojo blindado. Como en el número anterior, queremos que tengas la mirada invulnerable; queremos que tengas el ojo que ve todo aquello que busca no ser visto. Como se suele decir, con el ;empo las cosas cambian, aunque en este caso preferimos pensarlo
como una evolución. En momentos de fragmentación, organizaciones hermanas de diferentes regiones del país decidimos conformar un espacio más amplio a nivel nacional: CAUCE Corriente Universitaria Nacional. Así las cosas, encontrarán que la redacción de este segundo número está enriquecida con el aporte de compañeros y compañeras de diversos puntos de Argen;na. Nuestra perspec;va es fortalecer esta revista para poder compar;r disputas y experiencias académicas y culturales de estudiantes de Comunicación de todas partes del país, y así, expandir la mirada más allá de
nuestro mundo inmediato. Lo inmediato, eso que nos rodea, es más complejo de lo que suele aparentar. Desde hace varios meses, el país está expectante a los conflictos que se fueron dando en varias fábricas e industrias, las movilizaciones docentes a principio de año, entre otras. Creemos que esas luchas pueden pensarse como gajes del oficio, es decir, disputas inseparables de un puesto de trabajo. Pero éstas, en vez de responder a la par;cularidad de un empleo, son “inconvenientes” que debe enfrentar, en mayor o menor medida, cualquier persona asalariada en su trabajo.
Las y los trabajadores de prensa no son ajenos a estas pugnas. Esta vez les tocó cubrir sus propias luchas para escapar del aislamiento al cual sus patronales les some;eron. Veremos que, cuando se trata de condiciones laborales, tanto los medios del oficialismo como los de la oposición se funden en un mismo silencio para no otorgar concesiones. También te mostramos cómo se las ingenian los y las trabajadoras para visibilizar sus reclamos. En plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), con;nuamos preguntándonos por las licencias y las
adecuaciones de los grandes medios. Muy atrás quedó el 7D, como un recuerdo borroso de lo que nos quisieron vender. Mientras tanto, los Medios Comunitarios, Alterna;vos y Populares (CAP) siguen su pelea para ser reconocidos y por recursos para seguir funcionando. Por úl;mo, te acercamos reflexiones y producciones que comparten nuestros compañeros y compañeras de la facu: ficciones para amenizar un mundo que duele y realidades para no aislar al dolor (aunque a veces también parecen ficciones). Como dijimos al principio, te entregamos El Ojo Blindado para
ver todo aquello que no se puede ver. No somos tu héroe en medio de este lío. Sólo somos sujetos irreverentes que intentamos materializar el grito de las clases oprimidas en medio del silencio al que nos quieren someter los discursos hegemónicos. Somos un grupo irrespetuoso de lo establecido que disputa los sen;dos e intenta aportar a la producción de un conocimiento crí;co. La consigna sigue siendo la misma: Comunicar para consolidar organización, comunicar para disputar sen3dos, comunicar para transformar.
GAJ E S DEL OFICIO NO SÉ QUÉ ME PASA, ME CAMBIA LA VOZ CONSTANTEMENTE Y NINGUNA ES LA MÍA
En los úl3mos años en Argen3na se ha instalado un debate en la escena social necesario y a la vez complejo: cuál es el rol que deben ocupar los medios de comunicación y la responsabilidad con aquello que informan y/o comunican. Quienes acceden a una licencia de usufructo del espacio radioeléctrico 3enen obligaciones más que derechos a par3r de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ya que los derechos están del lado del espectador o del ciudadano que los consume o elige. Si bien esto es bienvenido, la pregunta que surge debería ser obvia: ¿cómo podemos ejercer un control sobre aquello que se representa mediá3camente para no expandir enfrentamientos al interior de los sectores que se encuentran del mismo lado de la torta, es decir, sosteniendo su base? Lear, Honda y Donnelley serán nuestros ejemplos en esta nota.
LOS REPRESENTANTES
QUIÉN HABLA, QUIÉN INTERPRETA
Ana Clara Azcurra Mariani Licenciada en Comunicación UBA
Existe una función implícita, que no se admite entre los obje;vos que se proponen los medios de comunicación masivos. Esta es la de u;lizar el poder que han logrado en la instalación de significaciones dominantes para erigirse como jueces y guardianes de la moral. El problema con la moral no radica en que existan criterios para la vida social, sino que estos no sean construidos en forma colec;va, y que se impongan ideales o figuras de lo “normal” que excluya del debate otras maneras o ideas
que puedan democra;zar o pluralizar el espacio público, y por ende, aportar calidad y profundidad a las discusiones polí;cas (y co;dianas). En la coyuntura actual argen;na, existen algunos conflictos gremiales que no quedan exentos de este ;po de filtro funcional a un orden que si no se consensua, se lo gana por represión o violencia tanto privada como estatal. El cuarto poder es necesario para explayar imágenes recortadas y seleccionadas, claro está, ocultando de forma deshonesta pero a la vez
lógica, el lugar desde el que se enuncia y al servicio de qué sector en pugna polí;ca. Afirmar que los programas de radio o televisión construyen la realidad y no la reflejan, pareciera una verdad de perogrullo. Sin embargo, el conocimiento de esto, ¿ha modificado sustancialmente el efecto material, evidente que los mensajes que circulan generan en el amplio y heterogéneo público, por más posición negociada que los mismos puedan tener?
8|LOS REPRESENTANTES
Lear Programa Tercera Posición, América 24, 24/07/2014: Rolando Graña, periodista conductor: ¿Por qué cortan la Panamericana? Silvio Fan6, delegado de Lear: El trabajador no se levanta pensando que quiere cortar Panamericana, sino que actúa de esta forma cuando todas las puertas se cierran, que son el Ministerio y son también nuestro sindicato que si hubiesen actuado en el momento que tendrían que haber actuado, no llegamos a este punto. RG: ¿Ustedes creen que socialmente los favorecen los cortes de panamericana? SF: Cuando a los automovilistas, los colec;veros, los transeúntes, les empezamos a contar el conflicto, por qué se da, cómo se da, por qué golpeamos las puertas que no se abren, por qué lo hacemos, cuando esa gente nos escucha, nos dicen muy bien, sigan luchando por su puesto de trabajo. RG: Por eso les preguntaba si los favorece o a la larga termina siendo una catarata de puteadas… Lear es una autopar;sta de ca-
pitales estadounidenses cuyos dueños, el 27 de mayo pasado, decidieron suspender primero, y luego despedir trabajadores bajo los mismos argumentos que siempre explican pero jamás jus;fican sus acciones: una disminución en la demanda por parte de su cliente exclusivo, Ford, y por ende, de la producción (situación desmen;da por los trabajadores). El gremio que debería encargarse de llevar adelante la lucha de los trabajadores de esta fábrica, Smata (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) lejos de movilizar, organizar y luchar junto a sus afiliados, se ha dedicado a ser un brazo más de la patronal y la gendarmería, abonando a legi;mar así una idea que penosamente posee peso considerable en gran parte de la sociedad: las y los trabajadores que ocupan el espacio público y de circulación para visibilizar problemá;cas que deberían importarnos a la mayoría, son sujetos inadaptados que no ;enen ganas de trabajar. Visión 7, no;ciero del canal público, ha mostrado el conflicto como parte de un lock out patronal y como consecuencia del ilegal
procedimiento de la empresa que incumple las leyes argen;nas. Si bien esto es innegable, se nos escapa aquí el lugar de la gendarmería que desalojó en forma violenta la Panamericana cada vez que se la ha ocupado en reclamo de una solución o negociación. Balas de goma y camiones hidrantes: se puede ocultar del discurso estatal la represión, pero las imágenes reponen aquello que se silencia, es decir, la responsabilidad del gobierno nacional y su complicidad con la empresa. Una de las tác;cas en la visibilización del conflicto fue la de ingresar al piso del programa 678 cuando este transmi<a en vivo. Cuatro mujeres aparecieron en escena pidiendo un minuto para hablar. Orlando Barone, uno de los panelistas más cues;onados de la mesa por hacer interpretaciones que exceden los límites de la crea;vidad, intenta persuadirlas de su acción alegando que ellos se encontraban allí trabajando. El conductor, Jorge Dorio, en cambio intento acercar posiciones dándoles el espacio para que hablen. Luego, las aleccionará: interrumpir un aire es violencia. Una vez más,
el periodismo ejerciendo su función moralista: la violencia contra aquellos trabajadores que quedan en la calle, 200 personas o 200 familias ¿no es un hecho que deba ser interpretado como violencia hacia los derechos a una vida digna? Esto permi;ó que el nefasto periodista Jorge Lanata hiciera leña del árbol caído y levantara el guante: la realidad se me;ó a la fuerza en 678- dijo- así que acá la dejamos entrar con alfombra roja, pareció acotar. Los trabajadores de Lear mandatados por asamblea ingresaron en escena a relatar su lucha. Y acá, profundizando el sen;do de esta acción, ¿podemos ignorar que la intención del periodista no ha sido la solidaridad sino la u;lización de un conflicto laboral para llevar agua hacia su molino? Más allá de esto, es necesario ganar espacios aunque sean mínimos en los medios de difusión hegemónica de la información.
Donnelley Si hay algo que no falla en la estructura <pica de una nota para la sección úl;mas no;cias de los portales on line, es asociar una protesta en la calle con un caos de tránsito. La estrategia es efec;va: hoy en día el trabajador que decide levantar la cabeza, es menos legí;mo o ;ene una voz menos autorizada porque aparentemente está recortando un derecho que se ha vuelto año trás año, más importante: la libre circulación por la ciudad. Un poquito por el aumento del parque automotor, otro poquito porque la ciudad está pensada para que jamás se nos ocurra detenernos a mirar al otro y, valga la redundancia, circulemos sin levantar los ojos siquiera para conocer la fachada de los edificios, los
sectores que deberían sen;rse solidarios entre sí, se agreden y no dialogan. ¿Para qué? Si podemos googlear y nos enteramos “de todo”. Y “todo” es que hay “algunos”, ni siquiera personas, sujetos o individuos, que se despertaron con ganas de molestar y fas;diar nuestro día laboral. Lejos quedó la unión piquetera y clasemediera: arañar un cachito más de la olla ;enta a la desmemoria. Donnelley presentó su quiebra el pasado 11 de agosto, dejando así sin trabajo a 400 personas. La empresa gráfica completa la anécdota por ser acusada de tener relación con los famosos Fondos
LOS REPRESENTANTES|9 buitres, dando mo;vos al Poder Ejecu;vo para aplicar la Ley An;terrorista. Los trabajadores se organizaron y ponen en funcionamiento la producción de manera coopera;va, dejando una vez más en claro que la forma de producción con dueños y patrones es tan sólo una más de las posibles, lejos de ser la más eficiente, ideal o deseable. Y sin embargo teclear “Donnelley” en un buscador arroja antes que cualquier precisión del conflicto: Caos de tránsito por corte de empleados de Donnelley; Trabajadores de la gráfica Donnelley cortan avenida Belgrano; Piquete de empleados de Donnelley
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en la avenida Belgrano; Cortan la avenida Callao, los trabajadores de Donnelley. Podemos cambiar Donnelley y poner Lear, el resultado será parecido, aunque el condimento del gendarme Carancho monopoliza los úl;mos ;tulares. Para ser justos, no es que esta sea la única relación entre protesta y representación masiva: pero es de las más extendidas por el inmedia;smo informacional. Lo interesante de entender a la sociedad como ar;culada en base al conflicto, es que eso no nos vuelve miopes (o no debería). Si bien el modo en que se ;tula o que se nombra es el primer impacto, el primer aguijón, al interior de las notas se evidencia la tensión: quién escribe no es la línea editorial del diario, es un trabajador que
camufla otros sen;dos que no siempre los editores logran evitar. Así, aunque la balanza se incline hacia el “caos de tránsito”, siempre asoma la cabeza la idea de que se defienden los puestos de trabajo. El antagonismo de ideas es allí el antagonismo entre quién ;ene los medios y quién los pone a funcionar.
Honda (Florencio Varela) 1° de Agosto de 2014, figurita repe;da: estás despedido, le dijeron a Roberto Acevedo cuando intentó ingresar al predio de Honda motors con su auto, como todos los días. Causa: sí, la vede=e del momento: nuevamente la baja en la producción. Como Roberto, otros compañeros como Gastón Villordo, Fernando Milani y Javier
Torres fueron no;ficados en la puerta, en la calle, que paradójicamente, allí se quedaban. Esto no lo cubrió ningún canal, estos relatos humanos fueron recogidos por un movimiento cultural llamado Hagamos lo Imposible que trabaja en la zona y decidieron solidarizarse con lo que está sucediendo en Honda. Honda es otro ejemplo de representación ampliamente u;lizado: el silencio. Lo que no está, lo que no se ve, no existe. Es como nos recuerda Bertolt Brecht: de aquellos hombres que a sangre, lomo y voluntad levantaron las maravillas del mundo, no sabemos nada. De aquello que sucede en el segundo cordón del conurbano, mejor que no sepamos tampoco.
Los sen6dos sociales dominantes ofician como colchón para el debate, como una agenda con acuerdos básicos de discusión que otros han definido por nosotros. Poner al descubierto algunas relaciones que se repiten o se naturalizan co6dianamente en el discurso masivo y público es un aporte a la calidad de la opinión, que no debe ser un género que tenga permi6do la impunidad, la deshones6dad ni la ignorancia. La violencia y el reclamo; el tránsito y el derecho a trabajar; la injus6cia social y el silencio comunicacional. Hace 6empo que es momento de apropiarnos de la idea de que lo que pasa, nos pasa a todos.
LOS REPRESENTANTES|11
LUCHA DOCENTE Por Irina Arias Montes
A par;r de la instalación de la “Carpa Blanca” frente al Congreso de la Nación, la lucha de los educadores y las educadoras en Argen;na empezó a tener visibilidad. En sus inicios (la instalación de la carpa ocurrió a principios de 1997, teniendo como gran precedente la “Marcha Blanca”, en 1988) el tratamiento mediá;co consis;ó en definir al conflicto como un síntoma más del deterioro de las ins;tuciones públicas, lo cual no significaba ser algo necesariamente malo en un contexto priva;sta. Ya entrada la crisis económica, social y polí;ca del 2001, fue la escuela pública la ins;tución que se mantuvo en pie y supo contener a los sectores más vulnerables y perjudicados. Esa función de “caja de resonancia” permi;ó que –pasado el punto álgido de la crisis- reflotasen aquellos históricos reclamos: salario básico digno, mejoras en las prestaciones de la obra social, mejoras en las condiciones edilicias y de infraestructura, aumento de cupos para los comedores, provisión de los materiales de trabajo (que al día de hoy es, en gran parte, financiado por los mismos maestros), entre otras cosas. A comienzos de este año lec;vo, ocurrió un paro extenso como no había desde la época de la Carpa Blanca (duró 17 días) cuyos reclamos consolidaron la fuerza de la unión: SUTEBA, FEB, AMET y SADoP fueron los principales gremios actores. Un rasgo dis;n;vo de esta medida fue la suma de éste úl;mo gremio (Sindicato Argen;no de Docentes Par;culares); rasgo que marcaría la grave situación de la educación bonaerense. En esta oportunidad, la magnitud de la huelga obligó a los medios a abandonar el discurso individualista, priva;sta y mercenario –heredado quizás, de la dictadura del `76 y la década menemista- y requirió que éstos se adentraran en la problemá;ca. El ac;vismo docente no sólo logró un acuerdo a su favor sino que hizo torcer el brazo de lo que se denomina “la opinión pública”. El inicio del ciclo lec;vo permi;ó que los estudiantes volvieran a las aulas y que los demás gremios fueran a paritarias desde un lugar más favorable. Ejercieron su función estando de paro y les enseñaron al gobierno, a la patronal (en las escuelas privadas) y a sus colegas –otros trabajadores- que cuando un reclamo es justo no hay nada a lo que renunciar.
GAJ E S DEL OFICIO LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DE ¿DEMOCRATIZACIÓN?
AVANCES Y RETROCESOS
Marcelo Zumbo
Estudiante crónico fracasador serial de Comunicación UBA
Lautaro Aguirre
Estudiante de Comunicación UBA
Libertad ¿de qué? La comunicación en nuestro país, y especialmente la circulación de la información, ha tomado un curso bastante impensado desde hace unos años. Aún entre los más diversos posicionamientos polí;cos que observamos, resulta grata la idea instalada sobre poner en tela de juicio quién es aquel que nos cuenta lo que sucede. La idea de verdad revelada por los medios independientes ha mutado en un discurso edulcorado donde los medios de comunicación ya están prefigurados ideológicamente por quienes los leemos, vemos y escu-
chamos. Esta ampliación del ámbito de discusión acerca de la comunicación en general trajo consigo algunas cues;ones interesantes: un revisionismo histórico sobre el papel central desempeñado por los medios de comunicación en los momentos más importantes de la historia nacional: la expropiación de Papel Prensa durante la dictadura, el lobby clarinista durante los 90 oficiando de comité de bienvenida para el neoliberalismo internacional y el famoso encubrimiento donde “la crisis causó dos nuevas muertes” son
hechos que demuestran cómo se ha puesto el ojo en el accionar mediá;co. Además, de la mano de una ponderada relevancia creciente del involucramiento polí;co principalmente en los jóvenes, se recuperó el término “militante”, el cual curiosamente pasó a u;lizarse para (auto)denominar(se) a los periodistas en la vereda del oficialismo: periodistas militantes. Como si éstos fueran dos conceptos encontrados por sorpresa, caminando paralelamente en un andar irregular de la profesión. Como si el muro que debería separar la búsqueda de la verdad y la
militancia, hubiese sido salvajemente asaltado. No debería ser un dato menor que una facción polí;ca, posicionada desde el Estado, haya logrado mojarle la oreja a una de las empresas más poderosas e influyentes de los ul;mos 70 años. Esto no sucede de un día para el otro: el momento clave que materializa este fenómeno es la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2009. Si bien la ley representa claros avances en materia comunicacional, no dejamos de adver;r que en algunos aspectos no deja de ser un buen com-
pendio de buenas intenciones cuando observamos su apropiación por parte de esa mencionada facción polí;ca para cercenar los privilegios que Clarín todavía posee, para poder enfrentarlo mano a mano, impulsado por el signo progresista que esta medida significa. Todo en el marco de una guerra abierta y declarada: tanto mediá;ca como polí;ca, judicial y legisla;va. Las promesas de que “el juego es ampliaba” para que ingresen nuevos par;cipantes decantó en la conformación de una nueva burguesía de medios y un refuerzo mediá;co para el contra-
peso en ese enfrentamiento que hasta entonces contra un monopolio: ahora hay oligopolios de medios. Más allá de lugar que ocupen en esta disputa entre el gobierno nacional y Clarín. Pero estas discusiones polí;cas e ideológicas nunca lograron introducir la problemá;ca de los trabajadores de los medios de prensa que esa ley regula. No podemos pasar por alto que las situaciones laborales de los trabajadores de medios, nunca fueron tomadas en cuenta. Y es aquí donde el “paraíso de la libertad de expresión” se evidencia crudamente como liber-
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tad de empresa, libertad de hacer negocios con el periodismo sin el menor escrúpulo y con la connivencia del Estado. Y como expresión más vívida, ocultando la condición de trabajadores de sus periodistas. Acá es donde no hay medios opositores ni medios oficialistas; medios gorilas o medios oligarcas. Hay empresas de medios: hay afán de lucro. Es por esta situación descripta que la creciente precarización de los trabajadores no es ninguna novedad: tercerización, trabajo en negro, monotributo como gambeta a la relación de dependencia, son algunas de las herramientas con las que cuentan los empleadores para mantener lo más alta posible la tasa de ganancia y minimizar cualquier ;po de “pérdida”. En este contexto, lo que se verifica en el gremio de los periodistas, no dista demasiado de la
generalidad. Es más, la relación capital-trabajo parece más fácilmente volcada a favor de los dueños de los medios, debido a esta conformación estructural del mercado de trabajo: medios en pocas manos con una oferta de trabajo limitada, con nichos de mercado, y por otro lado, una gran can;dad de intelectuales en formación o recibidos pujando por ingresar como profesionales a la ac;vidad. La ecuación claramente presenta una asimetría entre ambos sectores, a favor de los propietarios: cómo iba a ser de otra manera. En el número anterior de El Ojo Blindado pudimos exponer con la claridad de los números este estado de situación. Tenemos que agregar a esta despareja relación que se agrava la asimetría cuando verificamos que dichas herramientas para mantener la tasa de ganancia, también operan en una división y atomización de los tra-
bajadores de medios, que pasan a interesarse más en cuidar su propio y pequeño espacio obtenido que en defender las conquistas del conjunto de los trabajadores. En lo que va del año, se verificaron conflictos gremiales en dis;ntos medios de comunicación masivos: vamos a mencionar algunos recientes, pero que no agotan el contexto, que además no es nuevo.
¡Están despedidos! La tarde del 30 de julio puede que no haya sido un día cualquiera: no es común que un canal de televisión abierta deje de emi;r su programación habitual para, en reiteradas veces colocar una placa negra con un cartel que además de pedir disculpas, explicaba que las interrupciones o posibles modificaciones de dicha programación se debía a un conflicto gremial con el sindicato de televisión
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DE...|15
(SAT). Tal fue el caso de C5N, la señal de no;cias que desde abril de 2012 pertenece al Grupo Indalo del empresario del juego Cristóbal López: el Sindicato Argen;no de Televisión llamó a una huelga en “respuesta al despido de 20 trabajadores del canal". Según el gremio, en enero "ya se había denunciado la desvinculación de otros 25 empleados". La empresa produjo las cesan<as de forma sorpresiva y “en el marco de un crecimiento constante de las horas de programación”, según denunciaron los trabajadores. El caso de C5N ;ene un agravante: el mismo grupo (Indalo Media) ;ene empresas en otros rubros, como los productos lácteos, con La Salamandra, y además la autopar;sta Paraná Metal (37 trabajadores suspendidos, que sufrieron recortes del 25 por ciento en sus salarios). La polí;ca de despidos y reducción de personal descripta para el canal de no;cias fue la misma para las restantes. Tal es la polí;ca macroeconómica del grupo, que compró estas empresas casi simultáneamente, hace unos pocos años. Prueba cabal de que la comunicación, como está planteada, debe ser un negocio rentable, o no será nada. Hasta acá, es curioso cómo la emisión de la información por parte de otros grupos empresarios de medios, hacen referencia a que C5N pertenece a Cristóbal López y a que el mismo es a&n al gobierno nacional, pero no dan mayores detalles de los mo;vos del conflicto. No lo ponen en contexto, no lo explicitan, no lo desarrollan. Son cómplices. Por fuera de estos ejemplos puntuales y limitados, es casi imposible encontrar referencia alguna a estos acontecimientos en los medios masivos. Habrá que
enterarse por medios más marginales de la existencia de estos hechos, de sus detalles más pormenorizados.
Cuando el amarillismo no es joda: el caso del diario Crónica Sorpresiva, violenta, a traición y artera fue la maniobra que elucubraron los propietarios de Cró-
Combate de los Pozos 639 de forma abrupta y desprolija. Se convocó, de manera selec;va, a los trabajadores a través de mensajes de texto, mails y llamados para que se presentaran allí. Y una vez que asis<an, les hacían firmar su pase a una nueva razón social, Aconcagua S.A, que reemplazaría a Editorial Sarmiento (la razón social
nica, nucleados como Grupo Olmos, dueños además del diario Bae. La patronal urdió una jugada que consis;ó en u;lizar la unificación de las redacciones; aprovechando un corte de energía eléctrica que hubo en la histórica redacción de Bartolomé Mitre 760, la conducción del diario precipitó la mudanza al nuevo edificio de
del diario Crónica). Pero como si no fuera suficiente, se “olvidó” de darles no;ficación a los delegados gremiales y a todos los que par;cipan en las asambleas, y cuando concurrieron a Combate de los Pozos para pedir alguna explicación, el mismísimo Jefe de Redacción, Ricardo Fioravan;, les informó que tenía órdenes explíci-
REPRESENTACIÓN EN CRISIS Un actor fundamental y que no puede ser dejado de lado en esta contextualización, es el sindicato y su rol como representante de los intereses de los trabajadores en su conjunto. En muchos de los casos, como en el de Página 12, la conducción actual de la UTPBA es denunciada por las algunos sectores de base como vaciada de representa;vidad: en Página 12, la comisión interna desconoce a la actual conducción (que es la misma desde el advenimiento de la democracia) por considerarla burocra;zada y alejada de los intereses de los trabajadores de la empresas más grandes, más profesionalizadas, ahí donde la relación capital trabajo es más desigual, y por ende, conflic;va. Esa burocra;zación que conlleva todo una aparataje para poder reproducirla: el fuerte del sindicato son los medios zonales del conurbano, tanto gráficos como radiales y televisivos, y la creación de blogs ad hoc para empadronar como trabajadores de prensa a personas de los más variados oficios, menos de prensa. De hecho, el manejo de los padrones es la madre de todas las batallas: impugnaciones, denuncias en su confeccionado y hasta mediaciones judiciales ilustran la complejidad de los entrecruzamientos polí;cos. Los números de ese vaciamiento de representa;vidad es elocuente: en Télam, 2 votos de cuatrocientos trabajadores, menos de cincuenta Clarín-Olé, donde trabajan más de 1300, quince votos en Perfil, uno en BAE, cuarentaiséis votos (8 en blanco, uno impugnado) en Página 12, sobre 112 afiliados y más de 200 trabajadores de prensa; en Crónica, donde hubo una votación destacada por la conducción de la UTPBA, sólo votó el 25% de los trabajadores. Todo esto, a pesar de tener el control absoluto de las urnas, lo que demuestra la vuelta de espalda de las conducciones de base en el gremio.
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tas de no dejarlos entrar. En la puerta de Combate de los Pozos, como hicieron varias veces en estos años, los Olmos pusieron patovicas que in;midan a todos aquellos que quieran relevarse ante la desprolijidad. El destrato y la violencia como condimento para los despidos injus;ficados. Además, es necesario señalar cómo opera la connivencia entre el Estado y los empresarios. Los trabajadores del diario no encuentran en el Ministerio de Trabajo una intervención firme frente a la ofensiva patronal para aplicar planes de flexibilidad laboral contra la organización gremial colec;va. A través del manejo de aislar a las bases sindicales en la unificación edilicia, el Ministerio y la patronal acordaron llamar a elecciones para obtener un interlocutor a&n, servil y entreguista al momento de negociar una salida. Los trabajadores pudieron resis;r estas maniobras. Página 12, o cómo hacer caminar a las contradicciones Página 12 es un caso bastante par;cular, debido a que se verifica una extraña (o no tanto) contradicción: una línea editorial históricamente de corte progresista, que se sensibiliza por las causas de los sectores subalternos en general, que levantó siempre las banderas de las dis;ntas reivindicaciones de los trabajadores, con el hecho de ser sus propios trabajadores objeto de flexibilización, precarización y maltrato laboral. Un diario que no padece penurias económicas, precisamente, debido a la generosa pauta oficial que recibe y que debería brindar otra calidad y can;dad de recursos para tener a sus trabajadores en buenas condiciones. La asamblea de trabajadores
del diario pidió a la empresa una negociación superadora de la original con UTPBA, por considerarla insuficiente y por haberse producido a sus espaldas: la respuesta de la patronal fue de ;po corpora;va, a par;r de la cámara ADEBA, la cá-
acordó con UTPBA. Además, los trabajadores denuncian que la patronal se niega sistemá;camente a tratar la situación irregular en la que trabaja más de un centenar de redactores externos, mal llamados “colaboradores”, a quienes no re-
mara que comparte con Clarín, La Nación y Perfil, entre otras patronales. Página/12 pretendía aplicar a sus redactoras, fotógrafos, correctoras, diagramadores, archivistas y demás trabajadores el peor acuerdo paritario del año, que
conoce derechos laborales elementales (estabilidad, an;güedad, vacaciones, licencias). Ni siquiera se digna a transparentar los valores que paga por “colaboración”, pedido que en teoría no les cuesta un peso.
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En el caso de Página 12 (algo parecido se vio en el caso de Crónica, con la comisión interna separada) observamos que el frente de conflicto es en dos frentes: contra la patronal por un lado, pero también contra la representación sindical que negoció las paritarias, léase UTPBA. Al cierre de esta edición, el conflicto quedaba resuelto aceptando la asamblea de los trabajadores de Página/12 por unanimidad, la oferta de aumento salarial presentada por la empresa, que mejora considerablemente la paritaria firmada por el sindicato no reconocido. El acuerdo implica, por el lado salarial, adelantar a octubre la cuota del 7 por ciento que el sindicato había acordado para enero de 2015, considerar ese aumento no remunera;vo para el cálculo del aguinaldo. Y por el lado de las condiciones de trabajo, se consiguió que se equipare con las mejoras del personal de planta a los redactores externos, los mal llamados "colaboradores", que habían quedado relegados en la paritaria firmada por la UTPBA. Un hecho interesante que merece ser destacado, son los de las comisiones internas de Página 12 y de Crónica, que como parte de las protestas e intento de visibilizarlas, crearon sendos blogs que hacen las veces de versión online alterna;va para relatar el desarrollo de los sucesivos conflictos laborales que los van involucrando, dando una muestra sobrada mues-
tra de originalidad y de compromiso. Los trabajadores pudieron de esta forma y en este espacio, denunciar la connivencia entre ADEBA y el Ministerio de trabajo de la Nación, y señalar lo coincidente con lo que pasa en los medios mencionados. Además de la mención a la originalidad de las tapas alterna;vas en el caso de Página 12, diseñadas para denunciar esa censura solapada que representa esa libertad de empresa camuflada en libertad de expresión.
¿Qué podemos esperar? Pudimos describir un cuadro de situación muy delicado en cuanto a la correlación de fuerzas entre capital-trabajo: las discusiones acerca de las paritarias vienen condicionadas por un amedrentamiento y persecución a las bases trabajadoras organizadas de manera independiente a las burocracias sindicales, que ponen en peligro la tasa de beneficio de las empresas en ;empos de desaceleración económica. El planteo de las patronales es desviar el foco de conflicto llevando las discusiones salariales al delicado terreno de la con;nuidad (o no) laboral. ¿Negociamos aumentos o cuidamos nuestro (precarizado y flexibilizado) puesto de trabajo? La madre de todas las batallas es la que se da por las representaciones sindicales de trabajadores: las burocracias entreguistas o las bases comba;vas. La lucha de estas úl;mas es
por llevar la discusión al ámbito de las mejoras en las condiciones de contratación y de trabajo, y por un salario que se ajuste a la evolución inflacionaria. Es así que el camino por avanzar es extenso y cuesta arriba: un gobierno en re;rada que en su afán por mantener un consenso social que permita postergar empellones des;tuyentes va virando percep;blemente hacia la derecha, es decir, va recogiendo cada vez más los reclamos de los sectores más conservadores del tejido social, entre ellos las patronales de medios, que accesoriamente pueden ser más o menos crí;cos u obsecuentes. Y en sintonía, los reclamos de los trabajadores van quedando cada vez más aislados: el caso de las empresas de medios de comunicación es uno más. ¿Qué podemos esperar para los próximos años, con cambio de gobierno incluido? La respuesta estará condicionada por la capacidad de influir favorablemente en la opinión pública ante este ;po de acontecimientos, que lamentablemente son y seguirán siendo históricos. Es de esperar que primen los intereses sectoriales por los personales, y que cada vez más se puedan ir ar;culando las dis;ntas luchas de los trabajadores de medios en par;cular, y la de todos los trabajadores que sean víc;ma de injus;cia.
GAJ E S DEL OFICIO COMUNICAR Y LUCHAR
LA EDITORIAL DE LXS TRABAJADORXS DE PRENSA SE LEE EN LAS CALLES
Eugenio Silve8
Estudiante de Periodismo UNLP
Para entender el actual conflicto en el Diario "Hoy" de La Plata es necesario remontarse a sus años de fundación. El diario nació el 10 de diciembre de 1993, creado por la familia del Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados de la Educación y la Minoridad (SOEME), y dirigente gremial de la CGT, Antonio Balcedo, fallecido en el año 2012. Desde su creación, se planteó, según los propios direc;vos para "romper con el monopolio informa;vo" en la ciudad de La Plata, ya que hasta ese año el único medio
gráfico masivo de la ciudad era el diario El Día. Pero es per;nente aclarar también que Antonio Balcedo hasta el año 1993 estuvo asociado con Raul Kraiselburd, director del diario El Día. La señora Myriam Rene Chávez de Balcedo, conocida como Nené, dirige el diario en la actualidad (1) y es quien maneja toda la empresa. Ella misma (con su voz "chillona" e "irritante") es quien maltrata, agrede, suspende, precariza y despide a sus trabajadores, al mejor es;lo "fábrica del siglo XIX”. "Ustedes me 5ene que tener
miedo, voy a ser no hija de puta !mas! Ustedes creen que yo soy una vieja pacata?¿Que yo vine acá a perder los úl5mos años de mi vida olvídenlo. No saben lo hija de puta que puedo ser”, se escucha en uno de los audios que los propios trabajadores registraron en una de las oportunidades en que la “señora” lanzó un sermón a sus trabajadores en la redacción. “Así que ojo eh, ahora ¡se termino la joda! ¡El que se siente ofendido, el que se siente dolido, se va! Porque les voy a decir una cosa, me puedo quedar con cinco y hacer
un diario de la puta madre y esos cinco cobran 20 mil pesos porque con ustedes pago 400 mil, entonces la sumatoria me da.....¡Otra vez voy a quedarme con cinco eh!.....¡y no comen una puta galle5ta por acá!", es otro de los pasajes del durísimo discurso que grafica a la perfección el nivel de avasallamiento laboral al que acostumbran los Balcedo.
Actualidad del conflicto El primero de agosto comenzó la "temporada" de despidos 2014, donde sin excusa alguna, y como
casi todos los años desde que se creó el diario (2), se decidió recortar su planta y fueron despedidos arbitrariamente y sin ningún ;po de aviso previo a cinco de sus trabajadores, entre los que se encontraban dos diseñadores y tres periodistas. Los despidos estuvieron acompañados por la presencia in;midatoria de un hombre desconocido para cualquiera de los trabajadores hasta ese día, que fue dispuesto y pagado por la dueña, para sacarlos por la fuerza del edificio. A cuatro días de los primeros despidos, la directora y dueña del
diario Myriam René Chavez de Balcedo llamó a dos trabajadores "pendejos hijos de puta" y los echó de la redacción, con el mismo mecanismo que las otras veces: sin aviso previo, ni telegrama ni excusa alguna. A los pocos días fueron despedidos 3 trabajadores más, dando como concluida la "temporada" de despidos 2014. Causa real de los despidos Desde su creación hasta la actualidad, el diario "Hoy" no respetó nunca los derechos de sus trabajadores a organizarse, a crear
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una junta interna que los represente y luche por sus condiciones laborales. Todas las veces que exis;eron intentos de organización fueron despedidos sus referentes, evitando cualquier intento y contagiando el miedo. Este año no fue muy diferente a los demás. Los trabajadores, en su mayoría precarizados (no se cumplen los francos semanales, no ;enen jubilación ni aportes, no poseen obra social), intentaron organizarse, comenzando así un proceso de afiliación al Sindicato y de elección de delegados para reclamar por sus derechos laborales. La patronal reacciono y despidió a diez de ellos. Los dueños del diario "Hoy" (o la dueña) ;enen una impunidad enorme, ya que la mayoría de los trabajadores despedidos del medio que iniciaron juicios aún no han cobrado.
A su vez, una considerable pauta publicitaria de la provincia de Buenos Aires condiciona una connivencia macabra marcada por la constante complicidad entre la patronal, la Provincia de Buenos Aires y el Ministerio de Trabajo, ya que el ar<culo 64 del Estatuto del Periodista, establece que el Estado (Nacional o Provincial) no puede poner pauta publicitaria en los medios de comunicación donde sus trabajadores se encuentren irregularizados o por fuera del Estatuto del Periodista. Por otro lado no es casualidad, que el Ministerio de Trabajo al re-
alizar la inspección, exigida por la Federación Argen;na de Trabajadores de Prensa (FATPREN), lo haga en horarios en que una redacción se encuentra casi vacía, entre las cuatro y las cinco de la tarde. Tampoco es casualidad que aquellos trabajadores que se encontraban precarizados fueran avisados minutos antes de que entren algunas horas más tarde para evitar la inspección.
Medidas de LUCHA Desde que comenzaron los despidos los trabajadores no se quedaron de brazos cruzados. Fueron
Notas (1) Su hija Myriam, las revistas La Tecla y Desa&o; y el ingeniero Marcelo Antonio, su otro hijo, actualmente está al frente del gremio Soeme. (2) En los úl;mos 5 años han sido despedidos más de 50 trabajadores, lo que significa la renovación total de su planta, ya que en la redacción hay un poco mas de 40 trabajadores.
ellos mismos quienes, en coordinación con otros espacios (precarizados radio provincia y diario Diagonales, trabajadores de prensa, fotógrafos, organizaciones sindicales y estudian;les y juntas internas), organizaron las marchas y movilizaciones para visibilizar el conflicto. La primer medida de fuerza fue una marcha que culminó en las puertas de la redacción, donde par;ciparon Diego Mar;nez, delegado de la junta interna de Página/12 y el Secretario General de la Federación Argen;na de Trabajadores de Prensa, Roberto Zorrilla, acompañados a su vez por dis;ntas organizaciones polí;cas, trabajadores de la prensa y los mismos despedidos. Esta marcha fue el punta pie inicial de una serie de acciones para lograr la reincorporación de los despedidos. De esta manera quedo demostrado que la causa del diario Hoy es una causa que toman todos los trabajadores de prensa de la región; entendiendo que en unidad es que se ;ene que lograr la reincorporación de los
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despedidos. La segunda medida, y tal vez la más significa;va, fue el denominado "Prensazo", donde cientos de trabajadoras y trabajadores de prensa y dis;ntas organizaciones sindicales, polí;cas y estudian;les movilizaron a la casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y a la Legislatura bonaerense con el obje;vo de reclamar respuestas inmediatas ante los 10 despidos ocurridos en el mencionado medio, los atrasos salariales en Radio Provincia, las deudas de haberes jubilatorios a los empleados de Diagonales.com, y para pedir el fin de la precarización laboral en los medios de comunicación, tanto del sector privado como del público. Los trabajadores tuvieron una cita con el vicegobernador Mario=o, donde prome;ó cooperar para destrabar el conflicto. Hasta el día de hoy no se ha solucionado nada. El papel de la Universidad Nacional de La Plata en el conflicto Está casi naturalizado que un estudiante sale de la Facultad y
;ene que trabajar gra;s, pero eso no es así. Es necesario que en los planes de estudio se discuta la cues;ón del trabajador de prensa: El actual plan 1998 de la Facultad de Periodismo contempla todas las ramas de la comunicación, desde talleres de periodismo gráfico, audiovisual o radial, hasta prác;cas de planificación comunicacional, pero en ningún lado contempla la cues;ón del periodista como trabajador. Es tan así que hace pocos meses se discu;ó un nuevo plan de estudios donde casi ni aparece la figura del trabajador de prensa. A pesar de que la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, se haya expedido en contra de los despidos, esta es cooperadora de la explotación laboral, porque está formando profesionales desligados de la condición de clase. Por otro lado la propia Universidad Nacional de La Plata sigue las lógicas de precarización laboral, donde en su radio ;ene becados que trabajan entre 6 y 8 horas por día y perciben un sueldo de solo 1500 pesos.
UNA CHABONA GROSSA GIOCONDA, LA MUJER QUE HABITA
Esta es la breve historia de una escritora revolucionaria contemporánea, que con sus letras nos devela que un amor revolucionario es posible, que la mujer puede ser sujeta en sí misma, sin ser objeto de nadie. Ayelén Miñán
Estudiante de Comunicación Social UNLP
De Nicaragua para el mundo, Gioconda Belli (1948-) nos ha sabido deleitar con innumerables obras, novelas y poesías que nos hablan de la necesidad de construir un horizonte revolucionario, sin dejar de hablar de los sen;mientos de la autora, atravesada por el contexto, donde convierte la pluma en su arma y arremete contra aquellxs que quieran arrebatarle sus sueños. La novelista y poe;sa militó ac;vamente en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
desde el año 1970 hasta 1994. Su compromiso polí;co y su reivindicación del feminismo atraviesan la mayoría de sus obras, esto no es un dato menor, ya que comienza a escribir en el año que ingresa al FSLN y ya, para 1979 se cons;tuye en una referente de la poesía revolucionaria, la cual no sólo estaba impregnada de ideas “subversivas” sino que además apostaba a deconstruir el purismo de las mujeres de la época, Gioconda hablaba en sus poesías de amor, pero también de cues;ones que siempre fueron
ajenas hasta ese momento para el género, como el placer y la menstruación. Ser mujer en una organización en los 70 no era un lugar muy sencillo, el patriarcado operaba fuertemente, aún así la poe;sa tuvo un rol ac;vo y tomaba tareas que podían a llegar a costarle la vida, pero aún así aprovechaba su lugar social de poeta reconocida estratégicamente para poder ingresar a lugares a los que sus compañerxs no tenían acceso. De todas formas, fue hallada, y esto la obligó a exi-
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liarse en México y Costa Rica hasta que termine la dictadura. En 1979, Gioconda regresa a su ;erra gracias al triunfo de la Revolución, donde pudo ocupar cargos importantes como el Departamento de Propaganda, su tarea consis<a en viajar por La;noamérica para propagar la Revolución. Dos mujeres que hicieron historia Una de sus novelas más emblemá;cas es La Mujer Habitada, donde incorpora un paralelismo histórico entre la época de la invasión de América y la dictadura de Somoza en Nicaragua. En este relato, dos mujeres nos cuentan su historia, por un lado, Itzá nos habla a través de sus ramas de la época de la conquista, donde se vió despojada de todo, excepto de su compañero Yarince, con quien lucha contra los genocidas de la época, y por el otro, se encuentra Lavinia, una arquitecta de familia burguesa que abandona su casa paterna para independizarse. La historia de Itzá nos habla de muchas cosas, pero sobre todo de
la injus;cia de la cual es víc;ma su pueblo, donde se destruye todo aquello que respondía a creaciones de los pueblos originarios. Nos cuenta, desde otro lado la otra opresión, la de su propio compañero de lucha, que la veía incapaz de luchar a su lado. Podría pensarse que es una cues;ón de época, pero la autora propone no naturalizar este avasallamiento hacia al género, pone a la mujer como sujeta, donde parece que la historia debiera estar excedida de esta discusión, Gioconda dice no. La sociedad patriarcal en la que nos encontramos reviste este ;po de situaciones todo el ;empo, el debate del feminismo no es actual, no es la moda del hoy, sino que en la actualidad logra ganar cierta visibilidad que se mete en el sen;do común y discute al patriarcado su naturalización de los roles sociales. La situación de Lavinia es un caso interesante para estudiarlo, es una mujer que se suma a una organización revolucionaria, en la cual toma tareas como las que toma Gioconda, de hecho podríamos
decir que la autora cuenta su historia a través de este personaje, porque como se mencionaba anteriormente, la escritora a través de su renombre se infiltra en los círculos sociales fascistas para cooperar con el FSLN. Lavinia es esa voz que cuenta el machismo atravesando su historia, hasta que un día decide conver;rlo en un grito de rabia y decide formar parte viva de la historia. Este cambio es casi como una provocación a su pareja, aunque más bien es un cimbronazo hacia esa sociedad que la moldeaba dentro de una burbuja, adormecida por su plena femineidad. En fin, este libro que ;ene dos voces de dos mujeres dis;ntas, a quienes las une su “ser mujer”, defini;vamente esta histora es una novela hermosa que ;ene para decirnos, que no importa cuál sea la época, ni quién sea el opresor, la batalla es con el patriarcado, con ese sen;do común que se cuela hasta en lo más mínimo.
“Siento la sangre de Lavinia y me invade una plenitud de sabia invernal, de lluvia reciente. De extraña manera, es mi creación. No soy yo. Ella no soy yo vuelta a la vida. No me he posesionado de ella como los espíritus que asustan a mis antepasados. No. Pero hemos convivido en la sangre y el lenguaje de mi historia, que es también suya, ha empezado a cantar en sus venas.” (BELLI, 2001, p.163)
CONTRACULTURA EL HOMBRE CAMALEÓN Y LA BÚSQUEDA DE UN PUNTO DE FUGA
UNA CRÍTICA DE ZELIG(1983), DE WOODY ALLEN Ta6ana Dietrich
Estudiante de Periodismo UNLP Leonard Zelig es la perfecta definición del hombre camaleón. Comporta la no tan par;cular caracterís;ca de lograr un parecido inequívoco con cualquiera que se encuentre a su alrededor. Al lado de un chino, será chino, al lado de un médico, será médico, junto a un burgués, será burgués. Zelig es la trágica y desubje;vante repe;ción de lo ya existente. Mediante el recurso de la parodia, Woody Allen realiza una crí;ca feroz a una subje;vidad históricamente construida en la que no parece haber vía de escape, en la que todos los puntos de fuga han sido
anuladoscomo resultado dela transformación de la cultura en mercancía. Zelig es, a todas luces, una cruda metáfora de la industria cultural. Pero la tragedia de la crí;ca de Allen está en la contextualización que hace de este falso documental en los años ’20, siendo que la obra cons;tuye, no sólo una crí;ca al pasado, sino sobre todo al presente, aunque en ese momento histórico pueda haber sido una decisión acertada. Será per;nente más adelante, entonces, volver a nuestro presente y explorar potenciales líneas de discusión con este
aparente carácter atemporal de la industria cultural. En el marco de la década de la caída del muro de Berlín y el fin de las ideologías (en su acepción bonapar;sta, no marxista claro está), con el arrastre de 60 años de burocra;zación de la Unión Sovié;ca y de 30 años de fracaso de los intentos de la;noamericanización de la Revolución Cubana, la realidad parecía triunfar sobre todos los órdenes de la vida: en el imaginario colec;vo lo que era no aparecía como un ser histórico, sino que reves<a un carácter de eternidad: el sersocial estaba dado de una vez y
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para siempre. Así, la fuerza del fin de la historia y del aparente carácter de necesariedad del triunfo del capitalismo arreme<a contra las subje;vidades rebeldes y no necesitaba hacer demasiados esfuerzos por aplastarlas, ya que, en momentos de amplia hegemonía de un determinado bloque histórico, un status quo estable es un producto sistémico y puede prescindir de las acciones conscientes y planificadas de los sectores dominantes. Así, las tesis de El fin de la historia y el úl5mo hombre de Francis Fukuyama de 1992 sólo venían a consagrar un proceso que ya parecía haber triunfado. En este contexto, el Leonard Zelig de Woody Allen personifica a un ser social en el que no hay lugar para la innovación, para la crea;vidad, para la disrup;vidad, para la crisis ni para la transformación, y en el que, al decir de Adorno y Horkheimer en Dialéc5ca del Iluminismo, “cada manifestación aislada de la industria cultural reproduce a los hombres tal como aquello en que ya los ha conver;do la entera industria cultural.” 30 años después de la aparición en escena de la obra de Allen, la crí;ca a la industria cultural que encarna Zelig no ha caducado. Los medios de comunicación masivos y las obras de arte que circulan por los circuitos del mercado de la cultura siguen al servicio de la reproducción. Pero sería demasiado sencillo –y a decir verdad, dema-
siado derro;sta- caer en la pasividad de la totalización de dicha crí;ca. La realidad es más compleja. En América La;na, trascurridas varias décadas luego de las dictaduras militares -que allanaron el camino para la cons;tución de la realidad que cri;ca Zelig en 1983-, tras el vacío cultural y crí;co de la década del ‘80 y las leyes del silencio debido, y trassu burda ra;ficación y profundización mediante la banalización de la cultura propia del neoliberalismo de los ‘90, la crisis latente vuelve a ser manifiesta. Argen;na vuelve a estallar en el 2001, marcando un punto de quiebre en el marco de un camino que incipientemente se comenzaba a allanar desde el surgimiento del movimiento piquetero en la Cutralcó de 1996. En este contexto, y a pesar del proceso de recomposición de la ins;tucionalidad que comienza en el 2003 y llega hasta nuestros días, ;ene lugar en paralelo un proceso de reconfiguración y rear;culación de los movimientos populares subalternos. En estrecha relación dialéc;ca con la praxis polí;ca, tanto en el seno como en los márgenes de estos movimientos sociales y polí;cos, surgen y se consolidan nuevas producciones ar<s;cas y culturales con contenidos diversos, pero con elementos radicalmente diferenciales de los hegemónicos. Temá;cas como la pobreza, la marginalidad, la cultura villera, la represión policial y la organización
y la lucha popular coexis;rán de manera intrincada con la crisis y la recomposición de lxs sujetxs, la sexualidad, la diversificación social y pública de los géneros y las vicisitudes de la lucha por una subje;vidad libre en un mundo de opresiones. Estas nuevas expresiones culturales encontrarán sus canales de circulación, en correspondencia con su contenido polí;co, principalmente en espacios alterna;vos con pretensiones de construcción contrahegemónica. Pero la realidad no es maniquea: es, ante todo, dialéc;ca, y estas nuevas manifestaciones culturales comienzan a colarse en las grillas y columnas de los medios de comunicación masivos. Hasta dónde esto puede ser entendido como conquistas parciales de los sectores populares, y hasta dónde se trata de una herramienta sistémica de reabsorción de los elementos subalternos a la cultura hegemónica para su anulación, cons;tuye un equilibrio precario que no podrá resolverse endógenamente en el campo de la cultura, sino que dependerá de factores sociales, polí;cos y económicos más amplios. La crí;ca que propone Zelig, entonces, no está totalmente caduca, pero nos queda corta. Las grietas han comenzado a abrirse, pero el des;no de la cultura estará atado, irremisiblemente, al des;no de la lucha de clases que la parió.
CONTRACULTURA INTERVENCIÓN, UN ENTRAR Y VENIR
DIÁLOGO CON VALERIA CAAMAÑO
Sofia Ordynans
Estudiante de Comunicación UBA
Siempre es complejo hablar de aquello no definido. Sea por la vigencia del fenómeno, o por la infinidad de posibilidades posibles de materialización, es aún incipiente una descripción sobre el concepto de Intervención en el arte (¿Es una categoría? ¿Un género? ¿Un es;lo?). Así como Metz dice que
“cada lenguaje se define por la presencia, en su significante, de ciertos rasgos sensoriales, y por la ausencia de ciertos otros” - cada lenguaje posee su especifica materia de la expresión - es también la intervención reconocida (al menos desde un “estado de intuición semiológica”) por no ser otra
manifestación ar<s;ca. Es una Intervención, y su estado de incipiente definición media, puja, dialoga y se contrae entre el deseo del lenguaje por nombrar, por categorizar y definir, y la rebelión de la acción y sus propias reglas que siempre desa&an la palabra misma.
Siendo asistente de Ken Rinaldo, Director de la Universidad de Ohio, Valeria recuerda que él le contó que con su esposa, a la noche, cuando la gente duerme, plantan flores en los jardines del barrio, y cuando la gente despierta 3ene plantas nuevas, y que lo hacen para ayudar a su barrio a estar mas lindo y generar conciencia.
En ésta búsqueda por deshacer el término, entrevistar a quien en su prác;ca pueda compar;r conocimiento rela;vo al tema desde su visión, experiencia y creación, reflexiones desde la acción, aporta pistas. Es en defini;va la intervención tan amplia en sus posibilidades, que quizá en el dialogo con sus ejecutores se encuentre la clave de este hacer. Hay tantas intervenciones como ar;stas que las lleven a cabo. Valeria Caamaño considera que ella y su obra ;ene(n) mucho de intervención.
S - ¿Qué es intervenir? V.C. - “Intervenir... es entrar y venir. Es apropiarse. Es modificar. Es cambiar el sen5do. Es libertad. Sobre todo en los espacios públicos. Intervenir espacios públicos es de las formas más polí5cas que conozco, sobre todo cuando es anónimo. Es cambiar el orden de las cosas. Es hacer polí5ca. Espacio público, es vencer los prejuicios y gritar lo que uno piensa en silencio y de una forma pacifica y construc5va. El espacio también resignifica, nos interviene; es mezclarse con el espacio y generar un poder de síntesis. Eso en la perfor-
mance. El espacio nos toca y nosotros bailamos con el espacio.”
Del diálogo con la ar;sta surgen elementos. Debates no saldados que ;entan adentrarse en las polémicas. Espacio público y privado, ¿espacios cerrados? Anonimato y autoría. Lo polí;co del arte. Los soportes. Los lugares de enunciación. Las resignificaciones. Valeria cuenta que el día en que al otro lado del mundo, atraparon al ar;sta urbano Banksy, ella inauguraba en Buenos Aires una intervención bajo la Autopista 9 de Julio, en el marco del proyecto
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Eco-arte urbano. V.C. - “El hombre que mete la basura bajo la alfombra hace alusión a la obra de la mucama de Banksy, y por otro lado, el cartonero resignificando la basura. La obra se llama Lazos de Amor, por
el lazo entre el que genera basura y el que la resignifica."
La obra se emplazaba en las paredes externas de una comisaría. Estuvo ahí un mes. El Gobierno no permi;ó dejarla y lo sorpresivo fue
que al momento de desmontarla, los oficiales se acercaron pidiendo que permaneciera en el lugar. Pero las resignificaciones son amplias. El deseo del ar;sta por la selección del lugar, puede desdoblarse y adquirir diversas dimensiones.
Quizá haya cierto consenso a la hora de decir que la Intervención en el arte "es actualmente más una palabra descrip3va de una obra, que una categorización en la que puedan ubicarse claramente obras con caracterís3cas comunes. La polémica que suele acompañar las intervenciones es considerada por los ar3stas como parte del resultado ar4s3co que buscan, como provocación, y suscitan la reflexión sobre los límites del arte mismo y su relación con las ins3tuciones y el mercado de arte, así como con los mismos conceptos de mercado, poder y sociedad."
S. - ¿Hay lugares especiales a intervenir? V. C. - “Digamos que cuanto mas peligroso el lugar, más vale y más garpa el graffi5. Se puede hacer de un espacio muerto y público una galería de arte, un taller, un espacio de educación público. Yo creo que hay una diferencia (hoy por hoy en relación al los lugares de intervención) que 5ene
que ver con el capitalismo y con el ego, con el juego, con el anonimato, con la real intervención y con la forma en que ar5stas realmente hacían polí5ca a par5r de intervenciones públicas, contra el sistema o de forma de comunicar ciertas cosas, y que hoy en día este sistema chupó. Y te pagan para hacer intervenciones, mucho dinero, pero esas intervenciones se
“Yo conozco a un señor que pintaba y dejaba al rededor de 100 obras al año en una plaza en Liverpool, usaba mascaras y las dejaba en las calles, en los baños; fue a un museo y modificó una escultura. Todo el 3empo se la pasaba interviniendo. Porque es como sacar fotos, uno se vuelve obsesivo de la observación y se genera un sistema de pensamiento de símbolos a donde cada espacio 3ene un sen3do y cada símbolo interviene al espacio y genera un nuevo significado. Y cada espacio, cuanto mas importante es el espacio, mayor es el valor de la intervención. Cuanto más imposible más enorme.”
acotan a lo que ellos quieren comunicar. Los verdaderos interventores siguen siendo anónimos y lo hacen constantemente, desde micro al macro y en todas partes. Hoy día, se puso de moda y la moda es un maniquí que corre detrás de los que hacen, y uno 5ene que escapar... o apropiarse, sin venderse."
S. - ¿Podrías decir entonces, que resignificación es de por sí intervención? V.C. - “Resignificar, es re-interpretar un significado. Intervenir para mi es modificar, y claro que entonces, por lo tanto, se re-significaría.”
S. - ¿Y qué pensás sobre los espacios privados? V.C. - "Amo los espacios privados también. Hicimos una película en la ex-ESMA, hicimos un video en una sala en un fes5val, y en Arte BA. Esos espacios son privados pero me atraviesan, y entonces no puedo callar, me supera; entonces la intervención intenta generar, intenta que el cuerpo se haga visible ante las personas que duermen hipno5zadas." De la nada al todo V.C. - “En 2007 empiezo a juntar basura de la calle. "De la nada al todo". Juntar basura, hacer esculturas y regalarlas. Cuando salía me filmaba, la cámara es usada como "arma"; si uso la cámara, genero un llamado de atención en la
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gente, y entonces, la cámara señala un hecho sucediendo: una chica juntando basura. Me ponía atrás de la gente y le juntaba la basura que 5raba. Tenía un libro de autor, ahí bajaba la data diaria. Los objetos (construidos a par5r de esa basura) se los doy a personas que creo -intuyo- que están a favor del universo, entonces les pido que firmen un contrato: 5enen que hacer un reporte, poner un nombre al objeto y mandar una foto o video o lo que sea de donde esta el objeto: un ready-made. Con este reporte hago un blog, este blog es mi galería de arte virtual, adonde estos "ar5stas" dan vida al objeto: "Objetos no vivos toman vida para el bien de un todo". El objeto vive cuando la persona a la que le regalo el objeto genera este reporte. Hay objetos en Alemania, Inglaterra, Francia, Argen5na, Uruguay, etc. La idea de resignificar la basura, de generar conciencia, de a su vez generar un ready-made, volverme coleccionista de arte, y también tener una obra vendible. Entonces... todos los
lenguajes... diciendo y hablando de lo mismo. Se genera un sistema de trabajo que dinamita el globo.”
Todos los lenguajes, la lengua En el dialogo con Valeria, hay como una suerte de búsqueda por describir su hacer. Se sabe ac;vista del arte y no su oradora, y afirma: "Yo no hablo de estas cosas. Yo hago. Son cosas que tengo muy internalizadas y forman parte de mi hacer co5diano." Es por eso que para ella es di&cil referirse a los espacios de trabajo sin tener en cuenta que esos espacios o conceptos, son también intervenidos por el contexto, el sistema, la mercan;lización, el ego, la resignificación constante que implica la evolución de las sociedades. V.C. - "Esto 5ene que ver para mi con el lenguaje. Decir lo mismo en todos los lenguajes posibles. Hacer es lo más importante, y trabajar con el ego constantemente. Hay cosas que para mi son anónimas y son anónimas, no hay espacio para la cri5ca. El ar3sta se vuelve comunicador.”
Valeria Caamaño Vive y trabaja en Buenos Aires. Estudia Artes Electrónicas en la UNTREF Par;cipó de exposiciones nacionales e internacionales como HAY MAQUINA (Untref 2010), TAO Organiza;on (Liverpool, 2009), KOLBHALLE (Köln, Alemania, 2009), CCEBA (Buenos Aires, 2009), MUNTREF (Untref, 2009) y MAIL ART DAY (Barraca Vor;cista, Buenos Aires, 2009). Fue parte BUENISSSIMO presentándose en MALBA, CCEBA, Palais de Glace and LPEP y par;ciparon de las residencias internacionales de CURATORIA FORENSE - Rosario y Brasil. Desarrolla y es parte de becas como PLAN INTERACTIVOS y EXUNHI. En 2010-2011realizó montajes para Mariela Yeregui, Grabriela Golder, Graciela Taquini y Ken Rinaldo. En 2012 es asistente de curaduría de Graciela Taquini. Asiste, diseña y produce montaje de “Naturalmente Ar;ficial.” Realiza residencia de ar;sta en Francia y Alemania. Durante 2013 realiza KARAVANA; gana el premio como ar;sta emergente del concurso Ecoarteurbano; forma parte de la muestra colec;va “Entre el ser y el estar. Hetereotopias” (curada por Graciela Taquini); realiza en el CC Rojas la puesta “Lazos de Amor” (curada por Maximo Jacoby) En la actualidad desarrolla proyectos a nivel internacional que involucran tanto sus conocimientos plás;cos, performá;cos y de ges;ón y producción cultural. – LINK: h=p://www.flickr.com/photos/78735987@N05/
CONTRACULTURA
RIMAS PARA LA INSURGENCIA
BREVES APUNTES SOBRE EL HIP-HOP EN CHILE
Esteban Carazo Flores
Estudiante de Comunicación UBA
La instrumentalización y el virtuosismo pasan a un segundo plano para darle lugar al poderío rampante de la lírica. Cuando se calla -o se hace callar- la barbarie co;diana del sistema capitalista, es menester atreverse a alzar la voz al compás del ritmo. En Chile, esta parece ser la consigna que en los úl;mos años ha propiciado la aparición de un movimiento de ar;stas de hip-hop marcado a fuego
por los conflictos sociales y decidido a luchar para generar consciencia. Principalmente en un país que hasta el día de hoy, en “plena” democracia, man;ene muchos de los aspectos polí;co-económicos heredados de lo que fue una de las dictaduras más nefastas de la región. Pero el potencial de poli;zación y denuncia que encierra la música de exponentes como Con$pirazión y Salvaje Decibel es
sólo la manifestación úl;ma de un género vivo y cargado de historia, con más de cuatro décadas de cambios y transformaciones. Nacido como un conglomerado de formas ar<s;cas en el transcurso de la década del 70 en los barrios marginados del Bronx (comuna del norte de la ciudad de Nueva York con población mayoritariamente negra y en menor medida la;na), el hip-hop surgió
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como una esté;ca urbana conformada por cuatro elementos nucleares: el rap (de Ritmo y Poesía en inglés), el break-dance como es;lo de baile, el graffi; como intervención ar<s;ca del espacio urbano y los DJ encargados de los patrones musicales en las tornamesas. Uno de los promotores fundantes del género, el DJ Kool Herc, procedía de Jamaica y fue el encargado de dotarlo inicialmente de contenidos asociados a la tradición de resistencia de la diáspora africana. Día a día se asentaba más como un medio de expresión en las barriadas neoyorquinas en el que la juventud marginalizada creaba sus propios espacios de significaciones. En medio de la pobreza, en lugar de peleas y drogas, la confrontación se daba entre acrobá;cos pasos de baile y letras filosas. Para la década de 1980 -y en lo sucesivo- tuvo un auge efervescente y sufrió progresivamente el des;no de los medios de expresión de las clases explotadas cuando proyectan crecer y afianzarse más de la cuenta. Pasó de ser un ámbito exclusivo de los guetos para ser cooptado por el todopoderoso aparato de la industria cultural estadounidense. Como es su lógica, se encargó de vaciarlo de sen;do y transportarlo a escala planetaria para su consumo masivo. Para la década de 1990 era un hecho que los productos culturales asociados al hip-hop, de la mano de un rap más gangsteril, reproducían a gra-
nel contenidos con una profunda violencia de género, misóginos, homolesbofóbicos, xenofóbicos y adoradores del consumo de drogas duras, el dinero y la agresividad. ¿O acaso alguien al escuchar el término hip-hop no lo asocia directamente a un ególatra luciendo ostentosa joyería y una ac;tud ins;gadora? Es un hecho que en América La;na, siguiendo estos lineamentos, tuvo una influencia directa en la conformación iden;taria del género más consumido actualmente en nuestras la;tudes: el reggaetón. Sin embargo, resulta a todas luces interesante que a pesar el mencionado proceso de expansión e invasión cultural a nivel mundial, el hip-hop haya sido apropiado y resignificado en diversos niveles como un medio legí;mo de los sectores marginados de la sociedad para generar una iden;dad propia. Corriendo los años 80 en Chile (en lo que se conoce como la “vieja escuela”), la cultura del hiphop arriba por medio la televisión, la radio y en menor medida el cine. De la mano del breakdance, el baile fue adoptado y reproducido de forma underground en las poblaciones de la periferia de San;ago e Iquique en el norte, por ejemplo, como un lenguaje de expresión corporal explosiva en un contexto de absoluta rigidez militar. Hacia finales de la década empieza a aparecer otro de los elementos de la cultura del hip-
hop, el graffi;, en consonancia con las múl;ples brigadas muralistas que u;lizaban las paredes del espacio urbano como lienzo propagandís;co an;-pinoche;sta. Entre 1990 y 1995 irrumpen a nivel nacional grupos como La Pozze La;na, Panteras Negras y Tiro de Gracia en el marco de la “nueva escuela”, contribuyendo a la popularización del género y que se consolida de finales de la década en adelante, convir;endo al hiphop en un es;lo de vida y parte de la sociedad chilena en general. En el contexto de dos de los escenarios de mayor conflic;vidad social en Chile en los úl;mos años, el hip-hop ha aparecido como un canal protagónico de comunicación contracultural, organización autoges;va y concien;zación para la acción. La llamada revolución pingüina (forma en que se denomina a los estudiantes secundarios debido a su uniforme), que desató una oleada nacional de lucha del movimiento estudian;l en su conjunto en contra del modelo de educación priva;sta imperante en Chile, se vivió en las calles al son de las letras de cantantes como SubVerso y Portavoz (quienes declaran no hacer rap para el pueblo, sino ser pueblo haciendo rap). A propósito, es recomendable escuchar el disco solista del primero, Escribo Rap con R de Revolución. Lo mismo en el caso de las luchas llevadas adelante por el pueblo mapuche en el sur del país por
la recuperación de sus ;erras usurpadas por grandes pulpos empresariales y que el Estado chileno, en sus versiones concertacionistas y derechistas por igual, ha reprimido implacablemente, asesinando varios jóvenes y aplicando sin tapujos una ley an;terrorista heredada de la dictadura para apresar a los principales dirigentes y desar;cular el movimiento de resistencia.
RIMAS PARA LA INSURGENCIA|39
Con su es;lo propio denominado por algunos como “raperiodismo”, pues u;liza datos concretos para darle mayor fuerza e impacto a sus canciones, Portavoz ha sido uno de los ar;stas que más ha trabajado por denunciar dichos crímenes, con canciones como Lo que no voy a decir y Dónde empieza. O su versión insurgente del hit de Calle 13, Atrévete (en este caso no a desta-
parse, sino a ponerse rebelde). Las canciones también educan y hay toda una nueva generación de ar;stas comprome;dos a cambiar la realidad, de la mano del hiphop, no como fin sino como un medio, como arma para la revolución. Ahora pues, a rimar de esta forma en toda La;noamérica se ha dicho.
“Hay que organizarse como obreros, hay que organizarse como pueblo. Esta miseria paga con estas fichas, ya no alcanzan para nada, en la pega no hay seguridad, las calderas están hirviendo y ni siquiera hay rejas para protegernos. Esto hay que hablarlo con los dueños, ¿para qué? Si ni siquiera nos escuchan. Entonces exijamos esto y protestemos” (Matanza Obrera, Enfrentamiento)
“Llegué ya cacha Aymará que sobrevive contra el capital que le dispara, para robar mi 3erra llena de historia, valor y gloria, te doy batalla. Por que me quitai lo que siempre ha sido nuestro, ¡respeto!” (Raíces La6noamericanas, Newen Kara)
CONTRACULTURA MI DUELO SE HA CONVERTIDO EN DANZA
ENTREVISTA CON LAS REALIZADORAS DE LA OBRA MORALAMORALINMORAL Evangelina Jacuk
Estudiante de Comunicación UBA
Moralamoralinmoral, así de repente, todo junto. Cuatro mujeres acompañadas de una escenogra&a y un vestuario preciso plantean un juego donde los cuerpos son protagonistas. Bailan, saltan, se desnudan, gritan, se enfrentan y entrelazan con el fin de ex;rparnos cualquier ;pificación que silenciosamente intente proclamarse como verdad. Aquí la mujer es principio pero no final, ya que el relato no busca sostenerse a sí mismo como una suerte de decálogo constructor de conceptos sino que destruye, intenta llevar situaciones habituales al límite, para que lo común pueda presentarse como grotesco; una interpelación que es, muchas veces, sanadora.
La obra nos permite incomodarnos, cues;ona el raciocinio, observar los espasmódicos movimientos de nuestro cuerpo ante desenlaces que arremeten contra nuestras ves;duras morales. Según sus realizadoras el humor es una especie de panacea que ayuda a despojarnos de prejuicios y a transitar de forma liviana los dis;ntos temas expuestos de manera casi objetual y concreta, lo cual no quiere decir que la risa contenga banalización alguna. E. - ¿Qué es Moralamoralinmoral? M. - “Moralamoralinmoral” es un nombre que arma un sen5do en sí mismo, que con5ene todo aque-
llo que está bien, que está mal, que juzga, que opina, que juega y que hace aparecer y desaparecer el sen5do cada vez que se pisa el tapete. También lo pensamos como un nombre que con5ene las tres ideas de las palabras por las que está compuesto, y termina por darle iden5dad a esta obra en la que todo puede pasar. E. - ¿Cuáles son los conceptos y temas que intentan poner en conflicto a través de la obra? M. - “Moralamoralinmoral” pone en su cuadrado de lona rojo todo aquello que nos atraviesa como jóvenes mujeres; aquellas preguntas que nos hacemos: ¿Qué está bien? ¿Qué está mal? ¿Cómo poner en escena ciertas cues5ones
rela5vas a lo co5diano? Toca por lo tanto temas como el aborto, el acoso verbal, la violencia, la fes5vidad, además de lo vulnerable, lo bes5al, lo sensible y lo sincero de cada una de las intérpretes.
E. - ¿Cómo transitan las problemá6cas de género –tan teorizadas y deba6das hoy en díamediante la danza y la puesta en escena de sus cuerpos? ¿Cómo es representado ese cuerpo durante la obra? M. - Son cuerpos reales, completamente expuestos y a disposición de lo que la obra demanda. Las problemá5cas de género nos atraviesan desde lo más su5l hasta lo más macro. Si bien la obra surge a par5r de inquietudes no tan con-
Brenda Lucía Carlini - Intérprete / Co- directora Agus3na Fitzsimons - Intérprete / Co- directora Milva Leonardi - Intérprete / Co- directora Marta Salinas - Intérprete / Co- directora Julieta Ciochi - Asistente General
ceptuales, sería absurdo negar el 5nte de género que fue adquiriendo…Principalmente porque nuestra perspec5va está teñida de cómo concebimos, padecemos y cues5onamos las cosas siendo mujeres.
E. - Esta obra de danza teatro cuenta con cuatro protagonistas mujeres sobre el escenario… ¿Existe lo masculino dentro del relato? M. - Dentro del relato existe lo masculino porque existe lo femenino. Se establece una dialéc5ca. Lo segundo (lo masculino) es porque sucede lo primero, y viceversa. E. - ¿Qué quisieran generar en los espectadores?
M. - Creemos que “querer generar” algo a priori en el público en este caso- quizás sería algo pretencioso. Entendemos que quienes vienen a ver la obra son tan parte de ella como nosotras. Sin ir más lejos, en términos espaciales; el recurso que se propone tanto escénicamente como en un sen5do más amplio es con el adentro y el afuera del “cuadro de acción”, por decirlo de alguna manera. No obstante la obra propone un recorrido por temas que consideramos que llegan o al menos rozan la moral de cada espectador. Cada quien elije, de manera consciente o no, el valor que le otorga a cada tema. Por su parte la obra propone un vaciamiento y revalorización de cada uno de ellos. Es así que nos atreve-
42|MI DUELO SE HA CONVERTIDO EN DANZA
ríamos a decir que nadie sale de la sala sin haber sido atravesado por una acumulación de sensaciones, !sicas y emocionales. Lo “moralamoralinmoral” ocurre en todos. Dentro y fuera del cuadrado rojo, dentro y fuera de la escena.
E. - ¿De qué herramientas se nutren para que la obra resulte tan visceral? M. - El planteo interpreta5vo de la obra propone pararnos en escena como nosotras mismas atravesando eso que estamos contando y de la manera en la que lo estamos contando. Los temas que abordamos 5enen que ver con cues5ones que nos atraviesan día a día como mujeres y allí reside nuestro afán de transmi5r el mensaje para lo cual nuestra apuesta corporal es completa. Es una obra muy personal en donde nos exponemos humanamente -y por momentos de forma descarnada- con nuestras inquietudes, sensaciones y miradas sobre aquellas cosas que
nos tocan de cerca. Por úl5mo -y no menos importante- “Moralamoralinmoral” es una obra hecha con pasión, dedicación y mucho amor; herramientas viscerales “por defecto”.
E. - ¿La elaboración y el desarrollo de la obra les sirvió como punto inflexión para cues6onar aspectos de su propia moral? ¿Cuáles? M. - Sí. Principalmente durante la elaboración de la obra. Algunos planteos tenían que ver con la manera en la que expondríamos ciertos temas y otros estaban relacionados al significado de las palabras “moral” “amoral” “inmoral” y las diferencias semán5cas de cada una.
La otra gran discusión giraba en torno a si la premisa de despojar estos temas de su contenido moral suponía “amoralizar” el accionar. Al mismo 5empo nos planteábamos acerca de la “moral de la escena”: ¿Qué está bien exponer y qué no? ¿Qué cosas son “buenas” para la escena y cuáles no? El pensar los tópicos abordados desde su contenido moral, en relación a una sociedad que juzga de determinadas maneras diversos acontecimientos, fue un hecho que extendió nuestras preguntas sobre lo “bueno” y lo “malo” hacia el quehacer ar6s5co en sí mismo, hacia la construcción escénica y hacia los mecanismos de composición. Lo que terminó por cons5tuir la otra “pata” de la obra.
MOrAlAmOrAlInMoRal Miércoles de Sep6embre 21:00 hs. Espacio Callejón, Humahuaca 3759. El 4 de Octubre en el fes3val de danza contemporánea de la ciudad de Buenos Aires
LITERARIOS EL ADIÓS
Krissia Sirias Vargas
Estudiante de Comunicación UBA I. ¿Siempre nos quedará París? Caminaban esa noche por la rue l’Eperon como compañeros de parranda, de Joni Mitchell y Janis Joplin, de noches donde la nico;na y el alcohol en sus cuerpos los mantenía en éxtasis, el éxtasis de las letras con las que cada uno compondría a la mañana siguiente tan sen;das significaciones. Se habían conocido en las calles parisinas cuando ella recién llegaba de Argen;na y fue inevitable que sus afinidades terminaran por unirlos y César Vallejo y el cine japonés. Al final de la callejuela una lámpara con luz ;;lante acompañaba su camino, además del lento morir de los tabacos en sus manos. Ella le contaba sobre sus más intramitados temores, eso pensaba él, pero para ella su charla era sobre algo diametralmente opuesto. Le hablaba sobre la vida; la muerte y la locura ahora resultaban lo co;diano, y se perfilaban como el presagio que acabaría por teñir sus días de azul. De repente, ella exclamó: ─Sabés, anoche soñaba que
una ventana se abría y me invitaba a pasar, pero entrar por esa ventana era como ;rarse al abismo o como entrar en una pintura surrealista. Como la primera vez que probé las anfetas. No sabía a dónde me podrían llevar. Así que justo antes de despertarme, cerré la ventana, Julio. Pero si vuelvo a soñar, la voy a abrir y que me lleve a donde tenga que llevarme. Es como si estuviéramos inmersos en un círculo donde a través del ;empo muchos vendrán y nadie se acordará ni siquiera de sus pasos ni de sus voces. ¿Cómo se puede vivir así? ─ ¡Ay, Bichito! Eso fue sólo un sueño, ¿cómo te vas a ir? El ;empo donde el poder poé;co tenía que expiarse a manos del verdugo pasó hace mucho, hay tantas cosas hermosas dentro tuyo. En;endo que no sos monolí;ca, ni una pizca y que eso oscuro que me cuesta entender, también sos vos, pero no es todo de vos. Cada vez que te leo siento que estoy del otro lado del papel, maravillado por la hermosa brevedad de tus palabras que con-
densan tanto, sos tan vos, Bicho. Habiendo llegado a su des;no, entraron al oscuro bar por una puerta redonda hecha de un viejo cedro. Buscaron rápidamente a sus amigos, a los que encontraron en la mesa del fondo del bar, al lado de la barra. La noche transcurrió entre copa y copa, y calada y calada. Ese era el úl;mo día de Alejandra en París. A la mañana siguiente su presencia se empezaría a extrañar, tanto que en el barrio la;no después de su par;da un pintor empezaría a firmar Piza y el otro Arnik. Alejandra dejaba París sin saber que en Buenos Aires la esperaría la prisión de paredes blancas y de drogas fuertes –ansiolí;cos y an;depresivos-. El viaje en su cabeza había empezado algún ;empo atrás. No entendía porque tenía que pasar sus días en una cárcel que algunos llamaban psiquiátrico. La estaban obligando a avergonzarse de lo poco de lo que se sen<a orgullosa, del suicidio. ¿Es que acaso no entendían que los que estaban mal eran ellos? ¿Para qué vivir en un
mundo nefasto, donde la polí;ca corroe el día el día, donde si no se es igual a los demás, te encierran? ¿Para qué vivir en un mundo de mierda, donde todo lo que podés crear son monstruos? Se sen<a presa del silencio en ese, ¿cuadrado o círculo infernal?, mejor dicho, una pirámide de mierda, porque al final eran todos lo mismo, piezas de la estructura de diez cabezas. Por eso no soportaban que ella fuera libre. Y pensando en voz alta expresaba –expresó-: ─ Me hubiera encantado verte, y que me leyeras uno de tus cuentos que siempre lograban ponerme de buen ánimo. Pero vos está tan lejos, Julio. Estoy tan jodida que ahora mi mejor amiga es una chica de dieciocho años que mató a su bebé. Fue hace tanto París, fue hace tanto el árbol de Diana, fueron hace tanto las hermosas cosas nimias. Al parecer si les hago caso a los médicos, mañana me dejen salir, al menos por unos días. No sabés las ganas que tengo de irme, ¿dónde estás vos, Julito, y el círculo de los intelectuales de París que tanta falta me hacen? Sabés, si no me he matado es porque vos y Silvina y Adolfito son las ganas de vivir que me quedan, pero hasta los más hermosos alicientes terminan por ex;nguirse, cediéndole el lugar a la tentadora e inexplorada par;da. Al día siguiente, a las nueve de la mañana del vein;cinco de se;embre de 1972, los psiquíatras
deciden dejar a Alejandra en libertad por un fin de semana, como método de reintegración social. A las diez uno de sus amigos de la infancia la pasa a buscar al hospital. La lleva hasta la casa de sus padres. Cuando llegan, sus viejos insisten en tener una comida de bienvenida pero ella se niega. Lo único que quiere es irse a su viejo cuarto, estar sola no teniendo que fingir. Ella busca en lo profundo de su mochila la recompensa de su úl;ma inadver;da travesura en el psiquiátrico, el robo de cincuenta barbitúricos llamados Seconal. Empieza abriendo uno por uno, sin ninguna prisa. Decide poner un disco de Janis Joplin que será el encargado de acompañar su viaje. Cuando ;ene abiertos los cincuenta barbitúricos, los ordena sobre el bureau que está al lado de su cama en filitas de diez. Recuerda que así había empezado a andar por la rue l’Eperon en su úl;ma noche en París, sabiendo que no volvería a cerrar la ventana, que su espíritu era indomable y aventurero, que si el abismo estaba a su lado no se negaría a saltar, aunque se hubiera encargado de posponerlo por algún ;empo. Pero ese era el momento. Empezó tragando despacito cada una de las pas;llas de Seconal. A la media hora empezó a sen;r que sus reflejos no respondían igual: sus manos y pies parecían tener como hormiguitas, su presión arterial había bajado considerable-
mente y recién notaba que su vista le empezaba a fallar. Era como la primera vez que se había desmayado. Con sus ojos nublados de un negro sepulcral y su cuerpo siendo abandonado por sus úl;mas fuerzas, se dio cuenta de que su come;do había sido logrado, por fin la jaula se habría de volver pájaro. Unos días después una carta llegaba a la casa de Julio en París. Tenía fecha de se;embre de 1972 y era enviada desde Buenos Aires. Decidió no leerla apenas la tuvo en sus manos, creía que el contenido de la carta sería diferente. Pasaron unas horas y en la noche se sentó en el sofá del estudio, empezó a leerla, y a las pocas letras le fue inevitable sen;r que las palabras le taladraban la cabeza, ¿sería un chiste de mal gusto? Su Alejandra, su entrañable amiga inspiración de un poema griego que suplantó a Cassandra, se había ido.
II. ¿Dónde estás, Bichito? Llueve en la rue Vale=e y vos no estás. Mi cigarro se va consumiendo a cada calada, veo cómo el fuego lo vuelve lentamente ceniza. El tabaco se queda en mis pulmones y vos no me acompañás, Bicho. ¿Te acordás cuántos tabacos nos fumamos juntos? Es insoportable sen;r que estás tan lejos… Aún recuerdo aquel día en la rue du Cherche Midi cuando me tomaste por sorpresa, y así como quién es dueña del mundo me dijiste, “yo soy la Maga, Julio”. Yo sólo puede sonreír, no tuve la voluntad de
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contradecir esos ojos grandes, como de gato con los que me mirabas, no valía la pena explicarte quién había sido Lucía en realidad, porque ella ahora sólo exis<a en un libro. Lo que siempre quise que supieras fue que te quería viva, conmigo, escribiendo, tomando, fumando, amando las nimiedades, te quería Alejandra. Incluso recuerdo que cuando te fuiste de
París todo el mundo hablaba tanto de vos que yo siempre traje una silla extra por las dudas, quizás aparecías mágicamente, porque te pensábamos todo el ;empo. Hoy Bicho, sólo quiero que regreses o que me digás dónde encontrarte. ¿No será que vos estás en Tar esperando que yo llegue para irnos de fiesta? ¡Vos tenés que estar en Tar! ¿Con Janis Joplin?
Alejandrita, te voy a dejar unos tabacos en la ventana de mi cuarto, sólo espero que los disfrutés, con lo fumona que eras. Sólo te voy a pedir una cosa más, mi miedo siempre ha sido conservar sólo el recuerdo de un recuerdo, de una voz, de unos ojos, así que te pido fervientemente, quédate conmigo, al menos hasta que podamos vernos otra vez.
UN CAMINO PARA ANALIZAR Leo Landa
Estudiante de Comunicación UBA El chico elegía un camino de asfalto y cemento, como si caminara por una vereda de la ciudad. Como si anduviera por la calle Corrientes, y a pesar de la gente no había gente. Sobre ese sendero iniciaba su camino. Llegó a una casa. Una casa alta, blanca, muy llama;va, como las de es;lo colonial, como las del centro histórico de Lima o del Callao. Subía los dos escalones y ya estaba en la puerta. La abrió. Desde donde estaba parado, observaba. Podría entrar, lo había pensado, no sé si lo suficiente, pero lo ha pensado. Era atrac;vo incluso el interior, para ese caso no sé si había que pensarlo tanto. Pero no entra, ni siquiera a tomar un café, tuvo la
oportunidad de explorary vivir lo que había adentro pero simplemente decidió irse y volver sinsaber siquiera de qué trataba ese camino que empezaba a recorrer. Entonces siguió y caminó. Llegó y encontró un charco de agua. ¡Es chico o grande! Eso dependía de cómo él lo viera. No era tan grande, no era tan chico. De cualquier forma, debía pensar y decidir: cruzarlo, o no. Y respondióa la acción por impulso, sin pensarlo. Intentaba pensar pero prefirió no hacerlo bien. Así que se lanzó y decidió cruzar. No lo rodea, no lo atraviesa caminando a través de él. Pasaba por encima, como saltando, pero no requería tanta fuerza, ni siquiera tomar vuelo. Y
así simplemente pasó, como si no hubiera dificultad, aunque fue rara la ejecución. Y así seguía su camino. Siguió hasta chocar con un muro. Otra vez dependía de él su tamaño. Se extendía a la izquierda y a la derecha y no se veía su fin. Era un muro apenas más alto que él, de ladrillos marrones. Y entonces, otra vez estaba decidiendo, debía elegir qué hacer: quedarse ahí, cruzar. De camisa, short y zapatos, se trepa y se cuelga, entonces alcanza a mirar del otro lado. Era todo verde, habían asientos de cemento, y más allá no sabía que podía encontrar pero igual contento decidió saltar porque al fin era un lugar para descansar.
CIRRO
LITERARIOS|47
Bas6án Canales Miranda Estudiante de Filoso!a UBA
¿Cómo será? ¿Un gigantón que manda de allá para acá? ¿Dónde conseguirá todas las cosas? ¿Cómo sabrá tanto?. Mamá me consiente en todo. Solo me reprende cuando me ensucio con barro y cuando le suelto la mano para correr por la calle, con las manos extendidas al cielo, rozando con mi dedo índice en el asfalto por el cual pasa una línea de hormigas entre las sierras de hormigón. A veces, -por desobedecerla- escuchaba su grito metálico a lo lejos. Mientras giraba mi cabeza –volaban mis rulos junto a la brisa, y un ánima de rosa mosqueta- y en el mismo san;amén mi cuerpo caía como un tablón de madera, de sopetón. Sen<a cien cuerpos de insectos fosilizados, pegados a mi rodilla derecha, y un ardor de volcán despertando de un largo sueño. Sus brazos me contenían y a la vez me reprendían por ser tan tozudo y no detenerme. Me limpiaba los crustáceos de piedrecitas en toda la herida. En el parque mi nonno me compraba un algodón enorme de azúcar, y funcionaba así: El señor al cual mi abuelo le pasaba un papel, introducía un palito muy finito en una máquina grande, que estaba cubierta por conos de maníes confitados, globos, chicharras, y cachiporras de juguete, y molinetes. Una cajita de color crema, que en su centro tenía unas ventanas que dejaban ver el palito indefenso del señor de los algodones. Ponía en funcionamiento la maquinita, y como un mago que pide una nube
al cielo, empieza a formarse un celaje rosado, con brillos repen;nos, como una nebulosa. Me la ex;ende y corro con ella por el pasto húmedo, el cual me parece una alfombra para jugar futbol. Los niños vuelan por los columpios, ayudados por ellos. Se trepan por rejas con forma de laberinto o cas;llo, y ellos los ayudan con sus largos brazos. Se balancean en un tronco que sube a uno y el otro espera en el piso, -como si jugara con un barrilete hecho niño- y ellos aguardan en las alturas y otro esperando en un costado al recostado elevador de amigos. Ya es muy tarde, y debo dormir. Aún así, ¿Cómo será? ¿Dormirán de noche o verán tele hasta el otro día? ¿Conocerán la fábrica de chocolates por montón? ¿Se les caerán los dientes como a mis abuelitos, y serán ricos por ello? ¿Conocieron a Papa Noel alguna vez?. Lo que es seguro es que son más fuertes y más rápidos, pero son gigantes, casi torpes, y no pueden gatear y ocultarse por debajo de la mesa, ni debajo de la cama, ni en una caja vieja, o en el ropero. Mi abuela me persigna con cuidado, y susurra un “padre nuestro” que es tan suave como una caricia. Estoy en el pa;o de la casa de los nonnos. Estoy solo, y desde el interior de la casa escucho las voces de mis abuelos y mis primos. Está mi pelota de goma, y la pateo contra el portón de madera humedecido por el moho acumulado y cansado de tantos inviernos. El
balón vuela liviano por el aire y hace un pequeño firulete en el camino, doblando precipitosamente. Se eleva más allá del pa;o y desaparece en el azulino cielo. El cielo. Miro el cielo con detención, y se torna cirro. Está todo cirro, como una playa en mi cabeza. Todo se mueve, y me miro el cuerpo. Levito en medio de la bóveda nebular. Soy un gigante y mi cabeza ve un bosque verdoso, casi oscuro, pero con una fuerza de querer moverse, de querer saludar, todo él con su torso turquesa. Arriba los astros parpadeando, moviéndose, de color blanco hueso, lapislázuli, con algunos ;ntes a brasa seca. En mis pies extendidos, veo un espejo movedizo, que ruge de vez en cuando, y en el cual se refleja el gran domo estrellado. Al final, entre las olas, se ve un murallón de nieve, una nube que se enfrío en las alturas y está en la quietud desde ;empos ilegibles. Y debajo de mí, un fogón bravío como todos los elementos de las cuatro esquinas. Se mueve más que ellos, y en su interior esconde la fuerza de todas ellas, incluso de mí. Ahora me veo fuera del cuadro, y me contemplo. Me sacudo la cabeza y todo vuelve a su cauce. El despertador, mi reloj, mi almohada, mis sábanas. La ventana saludándome entre piar y ladridos. Prendo un cigarrillo, inhalo con pereza, exhalo mirando las persianas. Abro la ventana y veo el cirro.
PUNTO DE VISTA
LA VOLUNTAD POLÍTICA EXPUESTA
PLENA VIGENCIA DE LA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL Florencia Paolella
Estudiante de Comunicación UBA
Adrian Buenahora
Profesor de educación media y superior en Ciencias de la Comunciación Social Semi licenciado (adeuda tesina)
7D, Adecuaciones (inconclusas) y medios sin licencias. Tires y aflojes en lo que ha sido una larga carrera hacia la plena Vigencia de la Ley de SCA. Mientras los medios oficiales siguen planteándose como alterna;vos a los hegemónicos la trampa comienza a romperse. Surgen complicidades entre los mul;medios que responden para uno u otro lado donde lo único que queda en claro es que ambos se plantan contra la lucha de los y las trabajadores por sus
fuentes de trabajo y sobre todo con aquellas que se dan en el seno mismo de la producción de relatos. Los trabajadores de los medios masivos lejos de pararse con la patronal en un contexto de creciente conflic;vidad social, se plantan para defender su calidad de vida. Ahora, es importante tener la visión de quiénes apoyan incondicionalmente las luchas de la población contra el ajuste, sin tener el filtro del editor que mira con ojos de empresario. Hablamos de los medios
comunitarios, alterna;vos y populares. Lejos de gozar de reconocimiento y licencias para operar con;núan la lucha por la visibilidad ante el estado en las formas y contenidos que los caracterizan. Entrevistamos a Fernando Tebele, integrante del colec;vo de periodismo social La retaguardia en la Red Nacional de Medios Alterna;vos para que nos de su visión sobre estos años de tensiones y la actualidad en torno a la ley SCA.
50|LA VOLUNTAD POLÍTICA EXPUESTA
A y F. - ¿Qué expecta6vas tenían cuando comenzó a discu6rse la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual? F. - Las expecta5vas que la RNMA tuvo en ese momento giraban en torno a que la ley en su forma y contenido diera lugar de manera explícita a nuestros medios comunitarios, alterna5vos y populares, que solo estaban citados en dos ar6culos pero de manera escueta. Por otra parte, se nos contemplaba dentro del famoso 33% des5nado a las organizaciones sin fines de lucro, donde compe6amos con organismos como la AFA, cuando en realidad no somos la misma cosa, por esta razón impulsamos la consigna “Queremos la Ley, con nosotros en ella” y exigimos que se realizara la dis5nción entre los medios comunitarios, alterna5vos y populares,
por un lado, y las organizaciones sin fines de lucro, como la AFA, por el otro, entre otras modificaciones. Esto no quedó plasmado ni en el texto ni en la reglamentación de la norma, así que lo estamos peleando polí5camente. Por otro lado, el debate acerca de la ley nos dio mayor visibilidad y nosotros le agregamos a eso una posición crí5ca que fue marcando cues5ones que luego se fueron confirmando en la realidad y, en algunos casos, modificando.
A y F. - Desde la RNMA ¿a qué le atribuyen la inicia6va de la ley? F. - Para quienes hemos transcurrido gran parte de nuestra vida en medios comunitarios, alterna5vos y populares, exigir una ley que remplazara al decreto de la úl5ma dictadura militar que regía las comunicaciones en la Argen5na, ha
sido un reclamo histórico tanto en lo individual como en lo colec5vo. El gobierno por su parte, lo tomó como herramienta para ir contra el grupo Clarín e impulsó la conformación de la nueva ley, pero está claro que si no hubiese exis5do la lucha de nuestros medios, que se sostuvo por más de 20 años, no hubiera habido Ley de Medios; el gobierno tuvo la inicia5va polí5ca, pero sin el trabajo previo de nuestras organizaciones hubiera sido imposible. El ejemplo más notorio es que el decreto de la dictadura sufrió modificaciones durante el gobierno menemista que tendían a la concentración; si el gobierno hubiese querido desconcentrar al grupo Clarín, podría haber emprendido el mismo camino, sin embargo decidieron redactar una ley entera, el mo5vo fue precisamente que necesitaban darle legalidad a
la mul5plicidad de medios comunitarios, alterna5vos y populares, que se venían gestando con muchísima fuerza en todo el territorio argen5no. Sin embargo, no han querido hasta aquí reconocernos por los propios límites del gobierno.
A y F. - ¿Qué aportes crees que brinda la ley de servicios de comunicación audiovisual a la democra6zación de los medios de comunicación? F. - El hecho de romper con los grandes grupos y tender a la desmonopolización es una medida con la cual históricamente estamos de acuerdo. Si se diera esta situación, sería maravilloso; pero si lo que hay es un movimiento de compra y venta entre megaempresarios, el interrogante que se nos presenta es si con eso alcanza para democra5zar. El gobierno u5lizó fuertemente una consigna que era “diversidad de voces”, nosotros la modificamos y dijimos que más que diversidad de voces lo necesario era tener “pluralidad de discursos”, porque precisamente lo que sucede es que hay muchas voces que sos5enen un mismo discurso u otro antagónico, sobre todo después de la polarización que se construyó “o estás a favor o en contra del gobierno” y desde ahí escribís o hablas en radio. Nosotros sostenemos que no puede haber democra3zación si no hay pluralidad de discursos y sin nuestros medios. En este camino estamos, queremos que nuestra legi3midad se convierta en legalidad.
A y F. - Una vez que se obtuvo la plena vigencia de la ley ¿Se logró el reconocimiento de los medios comunitarios, alterna6vos y populares?
LA VOLUNTAD POLÍTICA EXPUESTA|51
F. - No, ya van casi 5 años y de las radios que están dentro de la RNMA ninguna ha conseguido una licencia, hay solo una que logró presentarse por primera vez a un concurso y que compite con una radio evangélica, el gobierno tendrá que elegir entre otorgarle la licencia a esta úl5ma o a nuestra radio comunitaria La Megafónica, en Villa María, Córdoba. Más allá de esto, la realidad es que no
“
mandato y porque antes debería realizar un plan técnico, que aún no está.
A y F. - El gobierno y la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) se jactan de haber otorgado 256 licencias a medios comunitarios, alterna6vos y populares ¿Qué responden frente a esta afirmación?
Desde la RNMA propiciamos encontrarnos con AMARC y con FARCO, en una acción conjunta porque en este momento histórico es necesario que dejemos diferencias de lado y que nos organicemos para reclamar juntos por nuestros medios, camino que está apenas comenzando a transitarse. En ese sen3do vemos que se abre una perspec3va alentadora, que es consecuencia tanto de la carencia de respuestas, como de los reclamos en común.
hemos conseguido ni licencias ni otro 5po de reconocimiento. Actualmente se están abriendo concursos en las áreas de no conflicto (por lo general son áreas del interior del país donde hay mayor posibilidad de otorgar licencias porque hay espacio disponible en el espectro radioeléctrico), mientras que en las áreas de conflicto (como son Buenos Aires, Córdoba, Rosario, las grandes ciudades) el gobierno no tendrá 5empo para abrir concursos porque finaliza su
”
F. - Nosotros no entendemos de dónde sacan ese número, hemos realizado un relevamiento basado en la información pública de la AFSCA, e incluso hemos exigido mayor información que no es de acceso público, la que nos la han brindado en algunos casos, y la realidad es que la cuenta no nos cierra. No logramos iden5ficar cuáles son esas 256 licencias. A y F. -¿Cómo es el vínculo entre la AFSCA y las diversas redes
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de medios que existen actualmente? F. - Comienzo con la RNMA que es en la que nosotros estamos. Como red hemos solicitado más de 10 reuniones y todas nos las han dado, es raro que no te las den, pero el punto es que no se ha sacado nada en limpio, no nos dicen nada. De hecho sobre conflictos puntuales que hemos tenido, como puede ser la interferencia en la señal de la radio Fm La Caterva en Barracas, se solucionó mediante un conjunto de medidas de acción directa que realizamos, entre ellas una radio abierta diaria en las puertas de la AFSCA durante una semana. Esto te da la pauta de que no nos responden a nuestros planteos y reclamos. En una de la úl5mas reuniones les dijimos que dado que ya no nos iban a entregar licencias en las zonas de conflicto por esta falta de 5empo que
5ene el gobierno, solicitábamos que nos dieran un reconocimiento a cada uno de nuestros medios que nos permi5era, entre otras cosas, acceder al FOMECA (fondo de fomento incluído en la ley que comenzó a aplicarse por nuestra insistencia), para obtener mediante concurso fondos para los medios comunitarios. Para presentarte tenés que tener licencia, esto quiere decir que nosotros no podemos presentarnos, por esto les exigíamos que nos dieran un reconocimiento que nos permi5ese concursar. Nos respondieron que elaboráramos un proyecto, proyecto que hemos ya presentado después de mucho trabajo, pero aún no hemos obtenido respuesta. En este proceso estamos, con5nuaremos con la campaña que ya hemos comenzado para efec5vamente lograr obtener el reconocimiento de nuestros medios por
parte de la Autoridad Federal. Con respecto a las otras redes. Desde la RNMA propiciamos encontrarnos con AMARC y con FARCO, en una acción conjunta porque en este momento histórico es necesario que dejemos diferencias de lado y que nos organicemos para reclamar juntos por nuestros medios, camino que está apenas comenzando a transitarse. En ese sen3do vemos que se abre una perspec3va alentadora, que es consecuencia tanto de la carencia de respuestas, como de los reclamos en común.
A y F. - ¿Cuáles son para ustedes las deudas que 6ene esta ley con los medios comunitarios, alterna6vos y populares? F. - Cuando Clarín judicializó los 4 ar6culos que lo comprome6an y la ley quedó sin posibilidad de aplicación, nosotros sostuvimos que si
no se podía aplicar por arriba, era el momento para aplicarla por abajo, sin embargo esto no se hizo porque precisamente no eran los obje5vos polí5cos y se perdió mucho 5empo valioso. El obje5vo de la ley se vio de manera explícita en la prác5ca y fue desconcentrar al grupo Clarín. Nos hubiera gustado que se aprovechara ese 5empo para que de manera conjunta con las diversas organizaciones se le hubiese puesto en claro a la sociedad que la ley era necesaria para poder darle legalidad a nuestros medios.
A y F. - ¿Cómo ven la conformación del mapa de medios actualmente, teniendo en cuenta el desbloqueo del ar7culo 161 que
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plantea la adecuación por parte de los monopolios? F. - La realidad es que en la mayor parte del mapa no se ven cambios sustanciales. Esto ya lo sabíamos, el desguace de los grandes grupos no iba a traer como correlato que esos medios pasaran a ser comunitarios o estatales, sino por el contrario, se conformó una especie de mercado de intercambio entre los grandes empresarios. En este punto no adver5mos cambios, habrá que esperar un poco más para ver qué pasa en otras provincias donde el grupo Clarín maneja monopólicamente el cable y se generan situaciones incongruentes y a la vez naturalizadas, como puede ser encontrarte en un pueblito de La Rioja y estar viendo en un bar,
por TN, el estado del tránsito en la Capital Federal.
A y F. - Finalmente, ¿Cuáles son los cambios que consideran habría que hacerle a la ley, para que esta efec6vamente permita la democra6zación y la desmonopolización mediá6ca? F. - Lo principal es que apliquen lo que aprobaron, el día en que lo hagan, recién ahí podemos juntarnos y decir cuáles son las modificaciones que deben hacerse, porque meterse en ese debate reconociendo que aún no han aplicado lo que ellos mismos aprobaron con tanto fervor, es un sinsen5do. Además sostenemos que la cues5ón no es solo de resolución legal, sino fundamentalmente polí5ca.
PUNTO DE VISTA LAS MISMAS CALLES, 10 AÑOS DESPUÉS Irina Arias Montes
Estudiante de Comunicación UBA
Se ex;ende la programación. Aparecen los zócalos <picos de los no;cieros de cada canal. “Se incendia una bailanta en Once” “Incendio en medio de un recital” “Incendio en recital de la banda Callejeros. Hay heridos” “Son 8 los muertos por incendio en un recital” “16 muertos, varios heridos” “23 son los muertos en un incendio en el barrio de Once” “Ya son 40 los fallecidos” “Serían 55 los muertos en recital de la banda Callejeros” “75…98…115…133… más de 150… 186” “Cifra final: 194 son los muertos a causa de un incendio en el recital de la banda de rock Ca-
llejeros. El incendio ocurrió a par5r del encendido de una bengala en el interior del boliche”. Se apaga la tele. El 30 de diciembre de este año se cumplen diez años de aquel episodio que llamamos Cromañón, a secas. A secas porque no le cabe al término ningún sustan;vo que lo acompañe; tragedia, masacre, fatalidad…mucho menos accidente. La suma de todos los hechos Para tener presente: Callejeros daba el úl;mo de una seguidilla de tres recitales en el boliche “República de Cromañón” (conocido an-
;guamente como “El reventón”). Fue en un local habilitado para 1.031 personas que en ese momento era concurrido por alrededor de 3.000 y ocupado por la inescrupulosa codicia empresarial. Un local que -efec;vamente- estaba con todos los papeles per;nentes al día y sus instalaciones en regla, incluyendo la puerta dispuesta para la salida de emergencia, la que se abría hacia adentro y estaba cerrada con cadenas del lado de afuera. Era un evento en el que según dan cuenta los tes;monios, el cacheo a la entrada resultó ser bastante intenso para evitar el
ingreso de pirotecnia y bebidas. En apariencia, todo estaba en orden. Hasta que se desató el caos. Las acusaciones surgidas de la industria de la no;ciabilidad del morbo tomaron como “caballo de batalla” al llanto y al dolor de los familiares de las víc;mas, para recaer luego con la culpabilidad sobre las propias víc;mas. Decenas de lugares en toda la capital federal y puntos neurálgicos de la provincia de Buenos Aires y del interior del país, fueron cerrados de manera casi instantánea, como si un hachazo hubiese roto toda una cadena de corrupción.
Los debates que se abren en los medios de comunicación masivos nos demuestran, una vez más, que toda cadena se corta por el eslabón más débil. ¿Quién fue el que prendió la bengala y cómo la obtuvo habiendo tanta requisa? ¿Se dio cuenta el público que podía darse una situación peligrosa? ¿Qué hizo la banda? ¿Por qué el rock chabón u;liza pirotecnia? Estos son algunos de los interrogantes que ocupan los minutos televisivos y radiales; minutos que se transforman en horas cada vez que surge algún acontecimiento que tenga que ver con la causa penal.
Como un cuadro Las sociedades se pueden representar mediante múl;ples y diversos esquemas. La que queremos representar a con;nuación es la sociedad urbana argen;na. El esquema es un cuadro, con su lienzo y su marco. En el centro del lienzo se posan las figuras, los rostros, lo relevante, los incluidos. El ámbito rodea a las figuras y les da el sostén necesario para que se vean armónicas y bien contextualizadas; es una estructura que no resalta, el escenario puesto para que se monte la es-
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cena. Lo que se encuentra fuera del cuadro no es algo que interese. Es una pared sin la cual el cuadro no podría exhibirse, pero no es bonita, por lo tanto es excluida de cualquier apreciación visual. En la parte del lienzo que linda al marco se encuentran los pibes como los que murieron en Cromañón. Ninguna pincelada influye en las figuras, mucho menos en el ámbito creado; por eso están al margen. Trabajan, pero en negro así que no generan ganancias imposi;vas, u;lizan los servicios públicos de salud, transporte y educación con los cuales no contribuyen. Todo lo que ;enen lo consumen y eso tampoco genera grandes ganancias porque ;enen poco. Se rehúsan día a día a quedarse fuera del cuadro, se resisten a eso. Pero no son ni serán figuras, porque la estructura no les permite ingresar;
su imagen no es agradable sus costumbres no son adecuadas y su comportamiento no se corresponde con el de los demás. Cualquiera pensaría que si no ;enen influencia se puede prescindir de estas pinceladas y muchos trabajarían para hacerlo porque reducirían costo de material. La madrugada del úl;mo día del año 2004 parte de estos trazos se esfumaron, pero contra los deseos de quienes sujetan la estructura, muchos de los que miramos el cuadro sen;mos que estaba vacío y protestamos por eso. Mediante su ausencia muchos se dieron cuenta de su existencia y de la manera más sádica, grandes
corporaciones mediá;cas y polí;cas pretendieron acotar el duelo u;lizando una escala de medición moral (o an;moral) y eli;sta. La descripción fue: “los que hacen lio, que van a esos lugares, conciben el evento como una fiesta y usan fuegos de ar;ficio, se emborrachan, llevan banderas con el nombre de sus barrios –tal como lo hacen los barra bravas-, saltan y se golpean entre sí y cantan ellos en lugar de escuchar al cantante por el cual pagaron, si es que pagaron, porque muchos se cuelan…”. La verdadera cues;ón nunca fue acotar el duelo para lograr un mecanismo de defensa y poder entrar de buen humor al 2005. El ob-
Nota (1) [Bleichmar, Silvia. No me hubiera gustado morir en los 90. pp. 225 Editorial Taurus, 2007, Argen;na]
je;vo fue minimizar las culpas porque toda culpa requiere –necesariamente- una responsabilidad, y esa responsabilidad desde mucho ;empo antes estaba sin ser asumida. Ante el vacío ins;tucional aparece la tragedia. La ins;tución policial, la ins;tución Bomberos, la ins;tución empresarial, la ins;tución reguladora y –globalmente pero no en menor medida- el Estado como ins;tución central, estuvieron ausentes.
Daños nunca más Sorteando la situación mencionada en el párrafo anterior, los marginados –siempre afectadosasumimos el deber de impedir que esa tragedia se convierta en vacío. Esto excede lo jurídico y administra;vo, no ;ene como fin principal la condena penal a, ni tampoco el control devenido en persecución o el cuidado transformado en asepsia paranoide. De mala manera, esa noche, nos dejó una lección imborrable. Fue a los golpes que aprendimos que la cosa así no iba. Simultáneamente, mostramos a todos los que estaban ajenos al ambiente, que la regla no era –como creían- la omnipotencia adolescente, sino que se vivía el día a día creyendo que no había nada que perder. Más de treinta años de historia Argen;na nos educaron para ser así. Pero después de tantos hechos y de tanto ;empo, decidimos que nunca más nos aleccionarían a los golpes. En mejores palabras -como las que u;liza Silvia Bleichmar- “…la convicción de que el bien común debe y puede ser responsabilidad de todos y de que cada uno es é;camente valioso para el otro y no sólo comercialmente explotable. El
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costo de que no sea así es inmenso, porque cuando cada sujeto deviene única garan<a de sí mismo y de aquello que ama, la sociedad ingresa en un malestar insoportable, dando cuenta de que la orfandad no es un avance de independencia ni ganancia de libertad sino desprotección extrema y desvalimiento devastador.” (1) Los controles desde los organismos oficiales que se dieron de ahí en más, supieron ser la deuda saldada fuera de plazo. Las decenas de agrupaciones que nuclean a los que salieron de Cromañón y a los familiares y amigos de los que no lo hicieron se formaron para cubrir una necesidad, la de semejanza, aunque en un sen;do vivencial, no ontológico. Procuramos denominar “los que salieron” y evitar la palabra “sobrevivientes” por varios mo;vos: en primer lugar, los tes;monios dan cuenta del rechazo que ;enen los que salieron a que los e;queten como sobrevivientes. Ésto es por el segundo mo;vo que tenemos nosotros para no caer en esa imprudencia; no se trata de sobre-vivir, sino de vivir. El que sobrevive es el que existe a pesar de, y en el esfuerzo de alejarse de una situación traumá;ca el hecho de anclarse en esa escena de terror anula cualquier posibilidad de futuro. Justamente, el crear, el quehacer, el moverse -para sen;r las cadenas que hay que romper- son campos de maniobra en la vida de los que estuvieron esa noche en Cromañón. Cabalgar en la tormenta es la mejor manera–sino la única- de salirse de ella. Es en este sen;do que los y las estudiantes de las escuelas secundarias se organizan y exigen al Estado que se cumplan las condiciones edilicias para poder
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aprender, así como las agrupaciones villeras pelean por la urbanización de sus barrios y del mismo modo que decenas de personas hacen fila, frente a una mesa con dos bas;dores, en la estación de Once para tener la estampa JU5T1CIA en su remera; sólo por dar algunos ejemplos. Tales experiencias son materializaciones de la herencia que los 30.000, los 194 y los 51 nos dejaron; es el legado de Malvinas, AMIA, Rio Tercero, José Luis Cabezas, Maximiliano Kosteki, Darío San;llán o Luciano Arruga, para que dejemos de ser sobrevivientes de lo perjudicial, lo co;diano y lo naturalizado. Son retratos perfectos de la toma de conciencia a favor del autocuidado y fundamentalmente del autocuidado colec;vo. Una prueba más de que cuando algo duele, nunca se olvida.
Lo falso de la falsa falsedad La criminalización que ejercieron los medios sobre las víc;mas – producto de su morbo sumado a su ignorancia- desparramó men;ras que aún hoy tratan de perdurar. Una de ellas es la que cuenta que había una guardería en el primer piso, en el baño de mujeres del local, donde los chicos permanecían mientras sus madres disfrutaban el recital. Se les caratuló como negligentes que habían incurrido en el delito de abandono de persona y como “cerebros infraalimentados cultural y proteínicamente” (una de las declaraciones de Luis Spine=a). Abundaron -en los medios masivos y en las charlas privadas- adje;vos descalifica;vos para describir una situación falaz. Una vez más se intentó segregar a la opinión pública y culpabilizar a las víc;mas. Cabe una observación: el hin-
capié puesto en la responsabilidad de las madres y la u;lización del término padres como genérico es una cues;ón que evidencia, sino un cambio, un progreso sobre las luchas de las mujeres contra el patriarcado. Cabe ahora una aclaración: en cualquier espectáculo donde la ubicación del público no esté asignada, es de una lógica palpable que la gente de baja estatura se coloque donde pueda ver al ar;sta en cues;ón. Eso ocurrió en el boliche República de Cromañón, a pesar de que las apresuradas conjeturas periciales (luego refutadas en el juicio) y periodís;cas infiriesen lo contrario al saber que ahí se encontró a la mayor can;dad de fallecidos menores (y también en general, ya que el cianuro de hidrógeno invadió el local desde arriba hacia abajo). Deses;mada la teoría de la instalación dentro de la instalación, se prosiguió a cues;onar el hecho de llevar a un hijo o hija a un recital de rock. Ante esa incomprensión, quienes conocemos el ámbito de los recitales afirmamos sin tapujos, que el ambiente es familiero. La cultura es parte cons;tu;va de nuestra iden;dad y manifestación de la misma, y en la sociedad urbana argen;na contemporánea, la música es un medio de transmisión y par;cipación, sobre todo en los jóvenes. Justamente porque nos resulta una vehiculización de mensajes linda y sanadora, es que la consideramos digna de ser heredada y en consecuencia se prac;ca el pasaje de una generación a otra. De la misma manera que ocurre con los equipos de fútbol, con las prác;cas religiosas, culinarias o laborales. El ar;sta sobre el escenario (cualquier ar;sta) intenta seducir
y ;ene como consigna primordial ganarse el aplauso. El público del rock no sólo desea al ar;sta que lo seduce sino que intenta apropiarse de ese deseo mediante la par;cipación ac;va. Por eso se sale del lugar contempla;vo de la expectación y se hacen cán;cos, se arman pogos y se llevan banderas que se alzan en algún momento del recital para que el cantante nombre a los barrios concurrentes. Llevar a un hijo a un lugar para que la pase mal o este encerrado y no moleste, no es parte de la iden;dad del público de las bandas de rock chabón. Se trata de hacer algo que los padres de la generación anterior no hicieron, que es incluir a los hijos en el lugar donde los padres y madres circulan. Sen;rse orgulloso de la comunidad elegida en la adolescencia y compar;r con los que uno ama, el amor que se ;ene –y se recibe- por ese grupo de pertenencia (o lo que se llamaría tribu urbana) es una forma de crianza diametralmente opuesta a la que los pibes y pibas de la “generación Cromañón” recibieron, ya que se intenta mostrar el disfrute del que el adulto en cues;ón goza, en lugar de reprimirlo. Cabe finalmente, una pregunta: ¿De quién es el cerebro cultural y proteínicamente infraalimentado? Juguetes perdidos El uso de pirotecnia en los recitales no es un debate que se haya dado dentro la comunidad rocanrolera. No se trata de enajenarse, sino más bien al contrario, se actúa mucho más de lo que se pueda llegar a hablar. A nadie se le ocurriría hoy usar pirotecnia en un lugar cerrado, a menos que quiera un escarmiento &sico y verbal; pero en los lugares abiertos, las bengalas
parecieran estar volviendo. No sólo en los recitales, también están –donde nunca se fueron del todoen las canchas y en las manifestaciones sociales y polí;cas (descuento de este párrafo a los “shows” de fuegos ar;ficiales programados y diseñados). El interrogante a plantear es acerca del significado de esta prác;ca. Condenar el uso de pirotecnia en espectáculos públicos, puede ser una muestra de respeto a las
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víc;mas de Cromañón porque es un elemento que estuvo presente y fue cons;tu;vo de esa escena de horror. Sin embargo, con esa mirada unívoca, se corre el riesgo de ser simplista y recaer en el lugar común, que postula que a los pibes los mató la bengala y el rocanrol. Como parte de una iden;dad cultural, quizás sea posible resignificar el uso de bengalas en recitales, ya que esa iden;dad es la que forja los sen;mientos de perte-
nencia y tales sen;mientos fueron los que generaron lazos de solidaridad luego del 30 de diciembre del 2004. Tenemos la experiencia del dolor y -junto con eso- la reducción de la negligencia ¿Significa esto una puerta abierta para volver a jugar con aquellos juguetes perdidos? De ser así, una cosa es precisa: esta vez, el que bardea, no ;ene premio.
ARCHIVO ALTERNATIVO RADIO VENCEREMOS
UN ALACRÁN EN EL CULO DEL IMPERIALISMO
Adrian Buenahora
Profesor de educación media y superior en Ciencias de la Comunciación Social Semi licenciado (adeuda tesina)
Este ojo blindado no sólo nos da pautas para analizar el presente. Se asienta sobre experiencias que el movimiento de trabajadores ha desarrollado a lo largo de su historia. Desde “El ojo…” levantamos la bandera de los medios alterna;vos junto a la de los trabajadores que desarrollan su labor en los medios masivos de comunicación y que enfrentan condiciones laborales precarias, y muchas veces teniendo que ser some;dos a la censura del medio para que sus notas puedan ser publicadas. De historia hablábamos. Y con ella, seguiremos apostando a recordar medios alterna;vos que han sido hitos en la lucha de los
trabajadores por su emancipación. Nos dedicaremos a repasar las experiencias de comunicación alterna;va más significa;vas de la historia de la comunicación, parándonos desde La;noamérica y de ahí al mundo. Leeremos éstas experiencias con el ánimo de aprender persiguiendo la búsqueda de trabajar por medios de comunicación que respondan a los intereses de los trabajadores. Por eso mismo, nos orientaremos a poner la mirada sobre estos medios, enmarcados en el período que Adrián Pulleiro definió entre las radios pioneras y el auge de las luchas populares, en términos de derrota ante los embates del capi-
talismo y no en términos de fracaso, lo cual implicaría pensar que las experiencias se hayan agotado en sí mismas. En este número, la radio salvadoreña, proyecto del Frente Farabundo Mar< de Liberación Nacional (FMLN)- , Venceremos, será la protagonista. Enmarcada en la guerra civil de liberación que atravesó El Salvador entre los años 1980 y 1992, el FMLN fue protagonista en la organización tanto polí;ca como militar de un pueblo que venía siendo víc;ma de la miseria, y que al levantarse les daban hueso, alcanzando masacres de miles de salvadoreños llevadas a cabo por el gobierno de la Demo-
cracia Cris;ana como fachada mientras las FFAA detentaban el poder real defendiendo los intereses del imperialismo yanqui. Nos centraremos sobre el papel informa;vo y orientador que cumplieron las radios guerrilleras salvadoreñas, su acompañamiento al FMLN y al pueblo en esa lucha popular armada por la conquista de un país en jus;cia social y humana. Tal como plantea en una entrevista “Mariposa”- Marina Manzanares Monjaráz- a quien citaremos a lo largo de la nota. Adentro… “Transmite, Radio Venceremos, voz oficial del Frente Farabundo Mar6 para la Liberación Nacional,
emi5endo su señal guerrillera, desde El Salvador, Centroamérica, territorio en combate contra la opresión y el imperialismo!!!“. “Radio Venceremos comienza su histórica labor informa;va y guerrillera, en las montañas de Morazán un 10 de enero de 1981, transmi;endo por una hora diaria a las 6 de la tarde y a través del FM y la onda corta, muchas veces bajo ;erra y bajo el fuego enemigo acompañada del comba;vo y ancianito transmisor que bau;zamos como: “El Vikingo””. Así comienza, quién supo ser una de las voces de la Venceremos, a contar cómo se lanzó el primer grito en el aire en condiciones de precariedad téc-
nica pero con la voluntad de expandir la voz del pueblo oprimido de El Salvador. La Venceremos sale al aire, rompiendo el cerco desinforma;vo y penetrando en los oídos de todo un pueblo que clandes;namente la escucha y la comenta, el pueblo está atento a las orientaciones que a través de la radio, la comandancia de la guerrilla dará a conocer. La ampliación de las transmisiones también significó que los jefes comba;entes se convir;eran en corresponsales y las compañeras de la radio en buenas redactoras de los partes de guerra que desde todos los frentes guerrilleros aprendieron a redactar.
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Ante el crecimiento de las exigencias en el frente de guerra y la necesidad de ampliar la base social del movimiento, fueron tecnificando y enriqueciendo la programación. De tener sólo la información militar del avance de las fuerzas guerrilleras, el plomo informa;vo, los poderes creadores del pueblo, la piedra de moler, los editoriales y las notas de comentarios, se dio lugar a crear un área cultural. Así, se desarrollaron piezas de humor polí;co como “Doña Oligarquía” y la creación de Los Torogoces de Morazán, grupo musical formado en base a descubrir que varios compañeros guerrilleros solían dedicarse a la música en su vida de civil. La ampliación en las capacidades de interpelación a la población a través de fundirse, no solo con las necesidades de la
guerra sino también con la cultura del pueblo fueron notorias. A esto se le agregó el área educa;va que fomentaba la es;mulación de programas educa;vos de alfabe;zación en zonas de control y campamentos de refugiados, lo que implicó una relación fluida con amplios sectores de la población salvadoreña. La población día a día fue perdiendo el miedo al ejército y al gobierno y se fue convir;endo en informante independiente, en acompañante, en cómplice clandes;no y en caja de resonancia de la radio. La consigna del momento: “todos los caminos conducen a Radio Venceremos”, según decía el equipo de producción de Radio Venceremos. El medio que repasamos en esta entrega de El Ojo blindado
llegó a tener una gran influencia y Marina Manzanares Monjaráz da cuenta de eso: “Este medio llegó a ser el más citado y consultado, incluso la Voz Oficial de los Estados Unidos, nos monitoreaba y nos citaba. Cuando se decretaban paros nacionales del transporte o informábamos , por ejemplo, sobre la tabla de salario que los explotadores dueños de los cafetales debían pagar a los cortadores o pepenadores de café, explicábamos también las razones por las cuáles se emprendían tales disposiciones o de acciones que algunas veces comprendían el sabotaje o destrucción de obras públicas como carreteras, puentes, alumbrado, etc. La radio, además, asumió la tarea de denunciar permanentemente con información comprobada las violaciones de los
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derechos humanos que en todo el territorio realizaba el gobierno y su ejército”. De esta manera la Venceremos se transformó en un “Alacrán en el culo”, tal como maldecía el Coronel Domingo Monterrosa de las FFAA de El Salvador, asegurando que un medio alterna;vo es fundamental a la hora del desarrollo de un proceso revolucionario, dando lugar a la crea;vidad y la frescura del pueblo. Tras la guerra civil, la Venceremos atravesó un proceso de adap-
tación a las leyes del mercado dejando de lado sus obje;vos fundacionales, en el marco de la derrota del movimiento popular. A este tema no nos dedicaremos aquí.
Por nuestra parte, seguimos confiando tal como plantea Mariposa, en que la salida es la lucha y la organización para conquistar la emancipación de los trabajadores.
Este es un primer acercamiento a la vasta historia de la venceremos. Si querés profundizar en esta apasionante experiencia te recomendamos leer: “Las mil y una historia de la radio venceremos” de José Ignacio López Vigil y para enmarcar un poco “La radio alterna;va en América La;na” de Adrián Pulleiro. Este úl;mo ha analizado a las radios alterna;vas desde las radios pioneras en los 50, pasando por la influencia de las luchas populares en ellas, hasta llegar a los 90 donde ha predominado paradigma más cercano al mercado que a la lucha Social.
SACALO DEL CAJON EL SUPLICIO DEL CUERPO
Krissia Sirias Vargas
Estudiante de Comunicación UBA
Esteban Carazo Flores
Estudiante de Comunicación UBA
Introducción El intento de organización polí;co-sindical, en boga por mejores condiciones de empleo de un grupo de trabajadores paraguayos, conductores de autobús de la empresa Vanguardia con sede en Asunción, fue censurado a través del despido de ocho choferes. Su protesta surgía a par;r de las condiciones altamente precarizadas bajo las que se veían obligados a trabajar exhaus;vas jornadas laborales, sin derecho a seguro
médico y sin bonificaciones laborales. Como respuesta al inminente cas;go, los ocho trabajadores decidieron entrar en huelga de hambre y sed y crucificar sus cuerpos, es decir, en lugar de buscar el relajamiento de la acción en el cuerpo del “malhechor”, decidieron incorporar el suplicio y la espectacularización como una herramienta de lucha para recuperar sus empleos. A través de la intervención de sus cuerpos los crucificados
buscan privarse de la libertad, según Foucault entendida como un derecho y un bien. Las promesas inconclusas de la modernidad Iniciaremos nuestro análisis planteándonos una pregunta: ¿Si la modernidad hizo la promesa de construir una sociedad racional, por qué ocho trabajadores se ven obligados a ultrajar su cuerpo para no ser excluidos de la lógica capitalista que
los obliga a vender su fuerza de trabajo bajo condiciones de explotación para obtener el pan con el que alimentar a su familia? La modernidad o la era de la ciencia triunfante no cumplió ninguna de sus promesas, a pesar de haber anunciado remedios defini;vos para prác;camente todos los males del mundo. La sociedad no alcanzó la cúspide de la racionalidad, ni la liberación del cuerpo. Además algo importan<simo que la modernidad adeudó fue la secularización del cuerpo. Llegado a este punto resulta imposible no detenerse en el entorno que gira con respecto al alma, ya lo dicen Heller y Fehrer: “El alma se concibió como el firme opuesto del Cuerpo, sin posible mediación entre ellos; fue un principio de negación de su opuesto, aunque estuviese obligado a habitar en esa vasija tan impropia. En cambio el Cuerpo era una morada digna para lo espiritual, puesto que la estructura humana tenía un rango elevado entre “las formas naturales”… En un arrebato alterna;vo, pretendíamos elevarnos al nivel del espíritu y dejar completamente atrás lo corpóreo.” (1995, p. 13) Nos parece per;nente el análisis de la dualidad alma-cuerpo, en tanto la crucifixión de los trabajadores estuvo atravesada por una serie de elementos religiosos, que de alguna forma pretendían elevar el hecho a un plano espiritual, a nuestro parecer empañaban el carácter más polí;co de la lucha. La zona donde se mantuvieron los crucificados estaba
completamente poblada de iconogra&a representa;va de la religión católica (Cristos, Vírgenes, rosarios), además de que algo que se mantuvo presente todo el ;empo fue la oración como método para soportar el dolor y sen;rse acompañados de un “aliento divino” que les proveía fuerzas para soportar su cas;go. Por lo tanto uno de los estandartes de la lucha fue el alma, el alma que es capaz de trascender el cuerpo porque su origen espiritual la dota de una supremacía casi mágica. Para los trabajadores violentar su cuerpo era soportable mientras el acto estuviera acompañado de una serie de simbo-
desnudan lo barbárico de sus condiciones materiales. Por medio de esta inversión semán;ca del cas;go queda expuesto aquello que Foucault delimita como la redistribución de la economía del cas;go con el advenimiento de la modernidad y la “humanización” de los aparatos represivos: “Sin duda, la pena ha dejado de estar centrada en el suplicio como técnica de sufrimiento; ha tomado como objeto principal la pérdida de un bien o un derecho.” (1976, p. 23) Puede desprenderse de la protesta ante los despidos que no era necesario un cas;go público y san-
lismos que les hacían creer que estaban llevando su cuerpo en tanto vasija impropia a un plano más espiritual. No en vano Foucault postula el alma como la prisión del cuerpo. Una par;cularidad importante del método de protesta llevado a cabo por los trabajadores es la dosis de carga simbólica que le impusieron a su lucha. En el marco puni;vo moderno, de las normas y la ins;tucionalida, del Estado de derecho, los trabajadores deciden voluntariamente someter sus cuerpos al suplicio de la crucifixión; reniegan de aquello pretendidamente jurídico y
griento para tener consecuencias violentas y nefastas como medio puni;vo. En el sistema capitalista, a grandes rasgos, si no se es dueño de los medios de producción pues entonces es necesario vender la fuerza de trabajo como único medio para poder subsis;r. Si se les niega el derecho a trabajar -incluso siendo en condiciones profundamente precarias- se les niega el único medio para con;nuar viviendo, no sólo a ellos sino a todos los miembros de sus familias dependientes de sus escasos sueldos. Precisamente por esta intricada trama de significaciones socia-
Bibliogra#a Foucault, M. (1976) Vigilar y cas;gar. Buenos Aires: Siglo Vein;uno. Heller, A. y Fehrer, E. (1995) Biopolí;ca. La modernidad y la liberación del cuerpo. Barcelona: Península. Contrainjerencia.com (2013) Paraguay: Trabajadores crucificados ahora inician huelga de hambre y sed [Documento WWW]. URL h=p://www.contrainjerencia.com/?p=74803
66|EL SUPLICIO DEL CUERPO
les, esta “economía polí;ca” del cuerpo apunta Foucault que: “El cuerpo está también directamente inmerso en un campo polí;co; las relaciones de poder operan sobre él una presa inmediata (…) Este cerco polí;co del cuerpo va unido, de acuerdo con unas relaciones complejas y recíprocas, a la u;lización económica del cuerpo (…) Está imbuido de relaciones de poder y de dominación, como fuerza de producción. El cuerpo sólo se convierte en fuerza ú;l cuando es a la vez cuerpo produc;vo y cuerpo some;do. (Foucault, 1976, p. 32 y 33) Es paradigmá;co que en los casos de persecución sindical y disciplinamiento, aún y cuando no hay de por medio represión directa y marcial, el fin úl;mo de quien cas;ga siempre es conseguir que los elementos que se atreven a levantar la voz se vuelvan sumisos. Los sujetos están cons;tuidos fác;camente en la
materialidad de sus cuerpos, y el cuerpo nunca escapa de ser recipiente directo o indirecto del cas;go.
Conclusión Si bien los cas;gos y los suplicios públicos han desaparecido formalmente de los aparatos estatales modernos, el cuerpo con;núa siendo blanco y par;cipe de complejas relaciones económicas, sociales y polí;cas de variables formas de violencia. El caso de los conductores paraguayos despedidos analizado en este escrito es sólo una muestra par;cular de un fenómeno mucho mayor y que es inherentemente estructural al sistema capitalista. Consideramos que la explotación y precarización laboral representan efec;vamente manifestaciones violentas de desgaste de los cuerpos que no ;enen -bajo el sistema económico imperante- más opción que someterse a ellas. Resulta propio además de esta
(ir)racionalidad produc;va -y de sus marcos jurídicos- que cuando los trabajadores buscan obtener justas mejoras en sus condiciones, sean sancionados de forma aleccionadora para que cesen de luchar por aquello que por derecho les pertenece. Heller y Fehrer exponen en esta línea el papel prescrip;vo de la racionalidad moderna sobre el ámbito del cuerpo; aquellos cuerpos en rebeldía lo son en tanto pervierten las normas que se les imponen. El carácter pretendidamente “justo” de la sociedad racionalista sienta las bases para los medios “justos” de cas;go, sus normas y su correspondiente aparato de ins;tuciones. Hasta el día de hoy, a la humanidad se le plantea una tarea inminente e ineludible; la de conseguir vidas dignas, verdaderamente humanas y la liberación de los cuerpos.
“Todos ignoramos algo, todos sabemos algo, por eso siempre aprendemos” Paulo Freire
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