SPQ #14

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SUMARIO 04 EDITORIAL 06 10

UN CHABÓN GROSSO

6|En recuerdo de Juan Carlos Marín

¡YA NADIE VA A ESCUCHAR TU REMERA!

10|La batalla de las pantallas 12|¿Cómo hacer para dejar de dormir? 13|Hombre que mira al tira que lo sigue

14 DOSSIER 14|

Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal 20|Entrevista con Carla Rodriguez

26|¡Felices Juegos del Hambre! 36|La problemática habitacional en la Ciudad de Buenos Aires 42|¡Somos personas como las de enfrente!

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DOCUMENTOS POR UNA NUEVA IZQUIERDA

48|La configuración del frente de masas en Argentina (1969/1975)

DEL CAJÓN 54 SACALO 54|

En búsqueda del sujeto revolucionario

Sociólogos Para Qué? es una producción de El Viejo Topo - CORRIENTE

UNIVERSITARIA NACIONAL CAUCE, en conjunto con estudiantes no agrupados. Si te interesa par?cipar de la redacción, escribinos a viejotopo@nodo50.org

E QUIPO E DITOR

MATÍAS GONZALEZ GERÓNIMO “COCO”BELFORTE FLORENTINA CAVARO

R EDACCIÓN

AGUSTÍN SANTELLA DARÍO CLEMENTE MATÍAS GONZALEZ LISSETTE DEL PILAR FUENTES LORCA MARINA BRITOS NICOLÁS SANTA CRUZ AGUSTINA MORENO FLORENTINA CAVARO LISANDRO SILVA MARIÑOS

C OLABORARON

CARLA RODRIGUEZ FRENTE DE ORGANIZACIONES EN LUCHA TIERRA PARA VIVIR

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN GERARDO GON AGUIRRE


EDITORIAL Todo cambia. Nada permanece está?co en este mundo. Los problemas de la Sociología y sus objetos de estudio también varían con los cambios sociales. De las indagaciones de Weber sobre el espíritu del capitalismo hasta los estudios de Marx sobre la dinámica de la economía capitalista, las ciencias sociales parecían ocuparse en todos los casos de la génesis de la totalidad social. Pero el devenir histórico con sus conflictos, sus contradicciones, sus “patologías” (depende quien pretenda definirlo) ha abierto nuevos problemas, ya no solo de índole teórico y de preocupaciones netamente académicas, sino civilizatorias: cues?onamientos sobre la marcha misma de la(s) civilización(es) humana(s) y sus formas de asociarse, agruparse y convivir. Existe un campo de estudios en la actualidad que adquiere relevancia para la Sociología y surge a par?r de problema?zar los conflictos cada vez más recurrentes relacionados con las formas de urbanización capitalistas. Pero no importa solo a esta disciplina, sino también a muchas otras y a la sociedad en general. Nos enseñaron que nuestras ciudades eran antaño comunidades donde se recreaban formas culturales de integración y constructoras de iden?dad social. Hoy se han conver?do en porciones superpobladas del planeta Tierra, y ya no solo de individuos, sino también colapsadas de tránsito, de nuevas enfermedades, de daños ecológicos, de anonimato e in-

dividualismo, de excéntricas modas, de desalojos, de especulación inmobiliaria, y por lo tanto de RESISTENCIAS. Todo esto convive tensamente en los modernos conglomerados urbanos. ¡Todos a los botes! Lamentablemente, aún persiste en grandes capas de la población una idea de progreso instalada en plena hegemonía neoliberal. Esta idea de progreso estaba relacionada con las nuevas innovaciones tecnológicas que vendrían a modernizar nuestras ciudades y los servicios, a tono con un deseo de ascenso social individual vinculado a la lógica del consumo y el mercado. Sobre algunas de estas nociones se reestructurarían nuestras ciudades modernas. Pero lo cierto es que debajo de los enormes carteles luminosos de la 9 de Julio, promocionando una publicidad de algún producto de moda, duermen familias enteras desalojadas de algún conven?llo de La Boca o Barracas. Los nuevos e imponentes edificios hacen colapsar los servicios energé?cos de las poblaciones aledañas o permiten que una tormenta se transforme de un momento a otro en pesadilla. El “moderno” transporte ha absorbido subsidios millonarios por más de una década y no trajo ni comodidad ni eficiencia para la circulación de las personas. La dinámica social urbana ha generado una sociabilidad distante e indiferente, terreno fér?l para los reclamos de la llamada “inseguridad”.


Esta revista, hecha con el pesimismo de la inteligencia y con el op0mismo de la voluntad, con la razón y con el corazón, otra vez sale a los pasillos de las universidades para recordarnos que no hay tercera posición en lo que respecta al trabajo intelectual: EL CONOCIMIENTO SERÁ CRÍTICO O CÓMPLICE.

Lo que fue parte de un relato familiar del abuelo que recordaba un severo temporal, dejó de ser una eventualidad de un fenómeno climá?co de época. El año pasado, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en La Plata, una tormenta provocó un tendal de muertos que aún resta precisar su verdadera can?dad. No fueron los milímetros de lluvia caídos en esos trágicos días los únicos elementos que explican semejante hecho. La precaria situación de las infraestructuras urbanas, por la falta de inversión y planificación, y signada por la lógica empresarial y los negocios inmobiliarios, son la principal causa de tales consecuencias. Aunque también se podría adjudicar desde otra óp?ca, a los procesos de desequilibrio ambiental generado por las formas an?ecológicas de producción social. De algo estamos seguros: el actual modelo de desarrollo urbano, ha mostrado que solo sirve para la enriquecer a unos pocos y no para el bienestar colec?vo. El tesoro de los inocentes Frente a esta situación lo único que nos queda es la resistencia. Nuestro único tesoro es la rebeldía. Entre tanto cemento muchos viven despojados de casas, de bienestar, de comodidad y de tranquilidad; la ciudad moderna solo ?ene para ofrecernos una nueva versión de los “espejitos de colores”: pantallas de todo ?po y en todo lugar, ofertas de consumos varios, grandes rascacielos y luminosas avenidas céntri-

cas, soluciones e+meras a heridas profundas... Así las cosas, nos preguntamos que ?ene para hacer la Sociología en este cuadro de situación. En este número exploraremos las par?cularidades de la urbanización capitalista y su relación con la reproducción social. Nos preguntaremos sobre la especulación inmobiliaria y la problemá?ca habitacional en la Ciudad de Buenos Aires. Hablaremos de los dis?ntos actores sociales que intervienen en la escena urbana; de “invisibilidad” social y mapeos colec?vos; de movimientos sociales y tomas de ?erras; de desalojos, de Gobiernos y desidia polí?ca; de los reclamos, las necesidades y los deseos más sen?dos de nuestro pueblo. Mientras las Universidades sigan siendo aparatos funcionales a los negocios privados, mientras el conocimiento no este orientado a la solución de verdaderos problemas humanos, seguiremos padeciendo el divorcio forzado entre ciencia y pueblo, entre conocimiento y progreso social genuino. Pero existen brechas, grietas, por donde filtrar nuestras demandas, nuestras incomodidades, nuestras consignas, nuestros sueños. Esta revista, hecha con el pesimismo de la inteligencia y con el op?mismo de la voluntad, con la razón y con el corazón, otra vez sale a los pasillos de las universidades para recordarnos que no hay tercera posición en lo que respecta al trabajo intelectual: EL CONOCIMIENTO SERÁ CRÍTICO O CÓMPLICE.


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En recuerdo de Juan Carlos Marín

UN CHABON GROSSO EN RECUERDO

En este número de la SPQ? decidimos hacerle un homenaje a alguien que nos dejó hace poco. Por eso más que olvidado por la sociología decimos que es para no olvidar. No olvidaremos a ese que llamaban “Lito” Marín, que tanto aportó a nuestra sociología argen0na con su espíritu rebelde y su obsecuencia por que el conocimiento y la ac0vidad cien1fica sean herramientas para la transformación de la prác0ca social.


En esta sección nos proponemos poner de relieve el legado que aquellos autores que concibieron su reflexión intelectual, no como solo una preocupación “teórica”, sino como un momento de su acción polí?ca. No es casualidad que en los muros de la Academia, muchos de los pensadores que aportaron a contribuir a un desarrollo cien@fico y transformador sean olvidados. Nuestra intención es recuperarlos.

DE JUAN CARLOS MARÍN Agus9n Santella

Docente e inves1gador del Ins1tuto Gino Germani en el Programa de Inves1gaciones sobre el Conflicto Social

07 Juan Carlos “Lito” Marín perteneció a la generación de intelectuales de los años 1960, manteniendo y renovando ese legado. Fue una persona destacada de una nueva elite polí0co intelectual cuyo horizonte se ha propuesto eliminar la “división entre dirigentes y dirigidos” en la distribución del poder social. Formó parte del equipo que fundó la carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires y fundó el Centro de Inves0gaciones en Ciencias Sociales. Falleció el viernes 2 de mayo de 2014.


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En recuerdo de Juan Carlos Marín

El campo específico de la prác?ca de Lito se inscribe en la inves?gación cien@fica social. Pero esta prác?ca iba de la mano con la par?cipación polí?ca a par?r de la movilización popular, directa o indirectamente en colaboración con organizaciones de nuevos sectores de izquierdas en dis?ntos países la?noamericanos. Juan Carlos Marín formó parte del equipo que fundó la carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires hacia 1956 acompañando a Gino Germani. Este inmigrante italiano exiliado del fascismo, luego de realizar estudios formales en Filoso+a, se propuso transformar lo que consideraba una sociología ensayís?ca en una de ?po cien@fico, trayendo los avances que en este sen?do se realizaban en las universidades de los países capitalistas desarrollados (mayormente Estados Unidos). Formado en este ámbito, Lito Marín prac?có con pasión y originalidad la inves?gación social. Como parte de la generación rebelde, fundó el Centro de Inves?gaciones en Ciencias Sociales (CICSO) en 1966, proponiendo una combinación de métodos sociológicos con la teoría marxista. Durante la ruptura con la sociología hegemónica aquí se recuperaron cues?ones clave como el método empírico, pero ahora como base para otra estrategia polí?ca intelectual. El proceso de la inves?gación desde los 1960 a los 1980 acompañó el proceso revolucionario la?noamericano. Así se conceptualiza el ejercicio de la prác?ca comba?va dentro del entendimiento de la formación del poder en términos sociales e históricos, pero también estratégicos. Esto se va haciendo en el camino de la radicalización polí?ca. Primero milita en el Par?do Socialista, y es parte de la dirección de la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires) en los 1950s. Luego integra las fracciones de izquierda de este par?do. De ahí en más colabora con formaciones radicalizadas en Chile y Argen?na. Marín inves?gó la toma de ?erras en Chile entre los 1960 y 1970, antes y durante la Unidad Popular de Salvador Allende viviendo allí; las luchas armadas en Argen?na cuando volviera durante la apertura de Cámpora. Antes había realizado un estudio sobre los constructores navales del puerto de La Boca (Buenos Aires) hacia los años 1950, en colaboración con el sindicato (de orientación sindicalista anarquista). Hacia 1967 par?cipa como inves?gador miembro en una conocida inves?gación colec?va dirigida por Jose Nun sobre la marginalidad en América La?na, financiada generosamente por la Fundación Ford (asesorado internacionalmente por Hobsbawm y Touraine). Este

proyecto tenía asiento en el Ins?tuto Torcuato Di Tella, lugar de vanguardia en el arte y las ciencias por aquellos años. Por el origen de los fondos este proyecto fue cues?onado duramente por otros núcleos intelectuales como funcional a la inserción imperialista. Nos parece que la dinámica de los enfrentamientos en el Cono Sur no deja dudas sobre esta querella. Posteriormente Lito publica una serie de cuadernos teóricos en CICSO (el más conocido es el “cuaderno 8”). También circularon varios cuadernos inéditos de intensa teorización sobre estrategia que suman cientos de páginas. Tan temprano como 1986 publicó “La silla en la cabeza”, una transcripción de una discusión pública con Thomas Abraham sobre los usos de Michel Foucault. La charla terminó acaloradamente: Lito amenazó a su adversario teórico con ?rarle una silla por la cabeza. Desde los 1980 dirige una camada de nuevos inves?gadores hoy en ac?vidad. En una entrevista, cuando le preguntamos por las influencias teóricas en sus trabajos, Lito respondía que ellos simplemente tomaban a Marx para la inves?gación empírica. Sin embargo, para sus inves?gaciones y reflexiones teóricas tomaba no solo a Marx, sino también a Clausewitz o Foucault. Estas síntesis tenían un significado propio en la América La?na de aquellos años. No solo Argen?na, sino Chile, y luego Centroamérica, fueron ejes de una prác?ca inves?ga?va de lucha teórica (no diremos “prác?ca teórica”) en la que se unían las personificaciones del sociólogo y el “militante crí?co”, al decir de Guillermo Almeyra. Pasó el exilio en México enseñando en El Colegio de México en su Centro de Estudios Sociológicos. Vuelto a la carrera de Sociología en la segunda mitad de los 1980, Lito Marín desarrolló un nuevo programa de trabajo ar?culando la inves?gación en el Ins?tuto Gino Germani junto con la docencia en talleres para estudiantes avanzados. En estos talleres el Profesor Marín usaba formas poco ortodoxas, experimentales. Uno de sus temas, casi obsesivos diríamos, hacía a la comprensión de las condiciones de posibilidad sociales de los genocidios, un tema directamente vinculado a la experiencia reciente. Esta cues?ón se relacionó a la vez con un intento de formular el cas?go o la represión como condición de la producción y reproducción de las sociedades (“de lo social”) A modo de introducción, podemos seleccionar algunos aportes empíricos y conceptuales en su trayectoria. Realizó una contribución hacia la inves?gación empírica de las luchas de clases en torno


En recuerdo de Juan Carlos Marín de varios conceptos: fuerzas sociales, estrategias, enfrentamientos. Fuerzas sociales son los agrupamientos que se producen en los alineamientos en las luchas concretas. Estos agrupamientos comprenden a fracciones de dis?ntas clases sociales. Aquí se intenta captar y reproducir empíricamente cierta complejidad de la formación de los actores sociales y polí?cos de la lucha de clases. La idea general es que los actores se definen por sus acciones, que estas son complejas (la acción nunca puede reducirse a la voluntad un único actor), situadas en campos de intereses relacionales. Estas relaciones no son solo materiales sino sociales y morales en varios aspectos. Incluyen las acciones de fuerzas opuestas. En síntesis, en esta conceptualización hay una convocatoria a la reproducción analí?ca de la complejidad de las luchas como parte de una totalidad social. Las fuerzas sociales llevan adelante estrategias, las cuales no se reconstruyen por la conciencia discursiva de la prác?ca, sino por los ordenamientos de las acciones obje?vas. La prác?ca son los enfrentamientos. Aquí hay un uso de la teoría de la guerra aplicado a los conflictos sociales. Los conflictos son encuentros de combate, unidades mínimas de análisis en el proceso de las guerras. Grosso modo así fue creando este marco analí?co en el transcurso de los estudios sobre Chile y Argen?na, luego conceptualizado en sus Cuadernos de CICSO, esto es desde fines de los 1960 a principios de los 1980. Es un marco que debía permi-

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?r el análisis sistemá?co concreto de los procesos específicos nacionales de luchas, “bajarlos” de conceptos meta+sicos hacia conceptos operacionales, que llevaran a “mediciones” cruciales. En el es?lo de Lito Marín se expresaba el compromiso directo entre conocimiento y entendimiento prác?co. No importa ahora el señalamiento de los límites que la burocracia inves?ga?va (creo estos eran sus términos o se parecen) hacían a este compromiso. Era común la formación de “seminarios” con estudiantes crí?cos por fuera del plan oficial de estudios. Allí se echaba por la borda todo formalismo escolar. El uso de las estructuras de la organización académica era visto como una prolongación que podía servir a la inves?gación reflexiva prác?ca, some?da a un proceso de crí?ca y autocrí?ca prolongada. En estos talleres nos formamos varias generaciones. Supongo que en el centro de su proyecto estaba la formación del oficio de la inves?gación estrechamente vinculado a la transformación prác?ca social. Por supuesto que todo esto contrae contradicciones (¿Qué prác?ca organizada no las ?ene?). No obstante rescatamos esta guerra cien@fica popular y prolongada, esta revolución inves?ga?va permanente, este proceso de crí?ca radical de todo lo existente que somete a examen las verdades ajenas y propias en la esperanza de que ello contribuyera al avance de la especie humana. Así retomamos más o menos sus palabras.

(...) cuando le preguntamos por las influencias teóricas en sus trabajos, Lito respondía que ellos simplemente tomaban a Marx para la inves0gación empírica. Sin embargo, para sus inves0gaciones y reflexiones teóricas tomaba no solo a Marx, sino también a Clausewitz o Foucault.


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Ya nadie va a escuchar tu remera

YA NADIE VA A ESCUCHAR POESÍAS LA BATALLA DE LAS PANTALLAS ROCAMBOLE

El Sol será un recuerdo, la lluvia siempre fue ácida, pensaremos. Algunos recuerdos se colarán en nuestros cerebros, pero ya no sabremos si son nuestros o implantados, si lo vivimos o sólo lo vimos en una pantalla ya que exis?mos rodeados de pantallas. O creemos que exis?mos. Las prótesis audiovisuales se habrán adherido al cuerpo irremediablemente, lo han prolongado, insensibilizado, hasta hacerlo desaparecer. El hombre mul?media envuelto en luces y sonidos, fundido en su?les experiencias tác?les y electrónicas fragancias, ha sido finalmente anestesiado para su atomización. La niebla producida por las emisiones tóxicas impide ver el amanecer. La solución es retransmi?r el amanecer en pantallas gigantes distribuidas por la ciudad. El amanecer rojo en un fragmento rectangular, entre la niebla gris. Sólo unos segundos para mirarlo, mientras nos encaminamos a ser desmantelados. ¿Se reduce lo virtual únicamente a los mecanismos de simulación impuestos desde los centros de poder en la permutación de signos o hubo una condición propia del arte que es?muló la convivencia entre lo real y lo fic?cio? ¿Exis?eron relaciones de connivencia y complicidad entre este mundo de simulacros amnésicos, las prác?cas ar@s?cas y los modos que importó el consumo global? ¿Habrá contribuido a la mix?ficación y destrucción de la memoria? Todos tuvimos pantallas para olvidar. Una vez olvidadas, fue ya imposible la posibilidad de experimentar esas sensaciones que nos daban la vida y que jus?ficaban nuestra existencia como humanos. Una vez aceptada la vida en red y la cultura entretenimiento, todo fue más fácil.


TU REMERA Y LITERATURA POPULAR

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Ya nadie va a escuchar tu remera

¿Cómo hacer para dejar de dormir? CERDOS & PECES ¿Sabías que ya hay miles de personas en todo el mundo que no duermen hace por lo menos dos o tres años? ¿Sabías que el sueño es un invento creado por lo laboratorios que fabrican las sustancias más tóxicas que se conocen? Lee esta nota y acércate a la verdadera idea de libertad y soberanía interior. Todo comenzó en la adolescencia o aún antes. Los primeros sueños no produjeron un efecto agradable. El organismo aún virgen al acto de dormir lo rechazó instantáneamente. Pero, sin embargo, comenzamos a dormir y con?nuamos haciéndolo aun cuando el sueño no aportaba nada posi?vo.

LAS MALAS COMPAÑIAS Comenzamos a dormir porque nos indujeron los agentes de la presión social: nuestros padres con su ejemplo, los compañeros de colegio, la publicidad, el hecho de que dormir es aceptado socialmente. Pero luego de algún ?empo, el organismo comenzó a adaptarse a la constante agresión recibida y se instauraron en nuestro interior algunos mecanismos complejos, diversos y di+ciles de desarraigar. En primer lugar, se estableció un hábito neuromuscular, un automa?smo mental o reflejo condicionado. Es decir, repe?mos tantas veces el mecanismo de acostarse en una cama y cerrar los ojos que terminó por hacerse automá?co. No se necesita reiterar demasiadas veces un acto cualquiera para que se convierta en hábito. Un dormidor promedio que duerme unas siete horas por días, duerme finalmente 49 horas por semana (es decir 2 días sobre siete), 8 días por mes y finalmente TRES MESES AL AÑO. En un promedio de vida de 60 años este vicioso promedio DUERME QUINCE AÑOS. Un dormidor empedernido puede casi duplicar esa cifra y pasarse la mitad de su vida durmiendo. El acto de dormir es un complejo mecanismo formado por una cadena de pequeños movimientos formados por los músculos, los ojos, la formación re?cular, la oscuridad, el divagueo mental, etc.

EL INVENTO DE JEAN NICOT Jean Nicot era embajador de Francia ante la corte de Portugal, allá por el año mil seiscientos. Difundió entre los cortesanos la costumbre de dormir con el pretexto de gozar de una peligrosa y grave toxina mental: EL SUEÑO, LA IMAGEN ONÍRICA. Ese verdadero veneno que hoy intoxica y adicciona a más del 90% de la humanidad.

Un ar@culo publicado hace algunos años por la revista “Selecciones” indicaba que es imposible dejar de dormir reduciendo paula?namente la can?dad y que solo se puede tener éxito haciéndolo de golpe. No estoy de acuerdo. Conozco cuatro personas que dejaron de dormir de a poco. Yo no diría que es imposible. En todo caso diría que es mucho más di+cil, mas desgastante, que se necesita mucho más esfuerzo y voluntad. La mayoría queda en el camino y apenas consiguen dejar de dormir unas semanas o a lo sumo un mes. Es más eficaz, muchísimo más fácil y más es?mulante, dejar de dormir de golpe, abruptamente. Especialmente si se siguen las metodologías creadas por Folkenberg y Mc Farland y difundidas en todo el mundo por la Iglesia Adven?sta del Sép?mo Día.

EL SECRETO ES… Puedo asegurar, después de ocho años de dictar cursos para dejar de dormir defini?vamente, que hasta la persona con la fuerza de voluntad más débil puede dejar de dormir las 24 horas. El deseo de dormir durante ese periodo se presenta muy pocas veces y si se lo supera va cediendo lentamente. El primer día de lucha es el más di+cil. Y el segundo y también el tercero pero superadas esas barreras, un día las ganas de dormir desaparecerán completamente. La pregunta es: ¿Cuando llega ese día? Y la respuesta honesta es: no lo sé. No todos somos iguales. No todos hemos dormido la misma can?dad de horas, durante la misma can?dad de años ni por las mismas mo?vaciones. Cada uno es un universo aparte. Somos diferentes en lo +sico, lo económico, lo social, lo emocional, lo afec?vo, lo espiritual.


Ya nadie va a escuchar tu remera

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HOMBRE QUE MIRA AL TIRA QUE LO SIGUE MARIO BENEDETTI Well, old spy Looks like I Led you down some pre3y blindalleys. RAY DUREM

SEÑOR MOLUSCO caballero lapa ya sabés en qué malos paso ando conocés mis esquinas y mis fobias mis bares mis amores mi bufanda

conocés las puteadas que rezo despacito cuando pasan los verdes apuntando conocés cómo escupo al cielo ajeno cuando me hace sombra el helicóptero conocés bien a que mujer miro y vos también mirás degenerado es el único acuerdo entre nosotros y dura lo que un lirio o una ráfaga

conocés qué porfiada dulzura me atraganta cuando caen los mejores los más ?ernos los que podrían levantar de a poco la feroz inocencia que nos salve

conocés que conozco que hay algunos que cayeron por vos hijo de puta quiero decir molusco pobre lapa ya ves que andás en pasos mucho peores

conocés a qué juego y a qué apuesto sabés que apuesto a que desaparezcas no al fulano que sos sino el mohoso herrumbrado tornillo de cadalso

me seguís por mis calles por mis tangos por mis lluvias y mis noches de arena vigilas mis gaviotas y mi cédula mi casilla postal y mi resfrío conocés mis abrazos y mis postres mi bigote mi vino mi teléfono mis libre?ta con las direcciones mi mujer mi paraguas mis bolsillos

es decir me sabés todo de afuera todo de superficie de exteriores delatarás mi sombra y mi pellejo y eso no alcanza para hacer la ficha

donde no podés ver donde no llegan tus antenas en la aurícula izquierda tengo mi barre?n inexpugnable a prueba de derrotas y de olvido allí el des?no o no se quién carajo armó el amor y almacenó los odios pero es ahí donde perdés la pista es ahí donde vamos a joderte señor molusco

caballero lapa


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Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal

DOSSIER URBANIZACIÓN Y CAPITALISMO

Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal La mirada de David Harvey

Dario Clemente

Licenciada Lic. Relaciones Internacionales Maestría en Geogra a Humana en universidad de Leeds

Ma9as Gonzalez

Estudiante de Sociología UBA


David Harvey es un geógrafo inglés de gran influencia en el desarrollo de la geogra+a moderna. Crí?co con la tradición marxista por haber prestado poca atención a los aspectos geográficos del capitalismo. Su teoría va más allá de ver al medioambiente y la urbanización de las ciudades en una óp?ca de reproducción social del capital, es decir, como consecuencia del desarrollo produc?vo en un territorio. En la ciudad neoliberal el ambiente construido se vuelve el escenario primario de acumulación. Por eso en su concepción la ciudad será el frente principal de la lucha an?capitalista como lugar de expresión de las contradicciones de capital.

EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA "Si la ciudad es el mundo que el ser humano ha creado, es también el mundo en el que a par1r de ahora está condenado a vivir. Así pues, indirectamente […] al hacer la ciudad, el ser humano se ha rehecho a sí mismo" Robert Park, On Social Control and Collec8ve Behauvior, Chicago, 1967 Las ciudades contemporáneas. Urbanización y desarrollo capitalista Las ciudades han surgido históricamente mediante concentraciones geográficas y sociales de un producto excedente. Esto en la teoría urbana no es ninguna novedad. Autores clásicos como el mismo Max Weber estudiaron la forma en que las ciudades surgieron como centros económicos y polí?cos de las civilizaciones, a par?r del crecimiento poblacional, la expansión del mercado y la creciente complejidad de las relaciones sociales. Otros teóricos como Louis Wirth y Robert Park han llegado a considerar a las ciudades como el “hábitat natural del hombre moderno”. Pero el foco de la teoría de Harvey estará puesto en que las ciudades sean entendidas también como un fenómeno de clase. Se encargará de demostrar que esa acumulación de riqueza no se da “en abstracto”, sino que los excedentes “son extraídos de algún si?o y de alguien, mientras que el control sobre su u?lización radica en pocas manos”. Es decir, que sólo se pueden producir a costa de la explotación de unas clases por otras. Por eso mismo su teoría está orientada a dilucidar las múl?ples formas en que se da una conexión ín?ma

entre el desarrollo del capitalismo y los procesos de urbanización. ¿Qué queremos decir con esto? Las ganancias de los capitalistas necesitan ser reinver?das para valorizarse, y por ello están en búsqueda con?nua de nuevos sectores rentables para la producción y absorción del capital excedente, enfrentando a los capitalistas con diversas barreras (+sicas, geográficas, sociales o económicas) que se interponen con la expansión ilimitada. “La urbanización es uno de los elementos clave que permite absorber el superávit de capital” y así evitar las famosas crisis cíclicas de sobreproducción que ?ene el sistema capitalista. Estas están ín?mamente ligadas con transformaciones en la estructura y los paisajes urbanos. Es así, que los proyectos urbanos van cambiando de escala para lograr la circulación de capital y franquear las barreras que imponen las crisis del capitalismo. Para entender un poco mejor estas afirmaciones, pongamos en relación algunos elementos de la coyuntura actual. Es conocido el pujante crecimiento que viene sosteniendo de la economía China y el importante rol que juega para el capitalismo mundial, y por lo tanto para su estabilidad. Harvey menciona que “la mitad de la producción mundial de cemento ha sido consumida en China durante los úl?mos cinco o siete años. Allí está en marcha un enorme proceso de urbanización […] Desde 1980 se han creado nuevas ciudades en todas partes”. Esto fue acompañado de migraciones de gran magnitud de la población rural a las ciudades, la construcción de millones de viviendas, la puesta en marcha de

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Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal

mega proyectos de infraestructura y obras públicas, la construcción de edificios y rascacielos que son sedes de las operaciones financieras que sos?enen a China como potencia exportadora e importadora de mercancías. La población rural que históricamente había sido más del 80% hoy esta equiparada y siendo superada por la población urbana ¿Por qué nos interesa apuntar esto? Porque la economía mundial está cada vez más interconectada. Los úl?mos diez años de crecimiento sostenido en Argen?na (que empieza a mostrar sus límites) no pueden pensarse por fuera de estos procesos mundiales. La alta demanda de commodi?es, principalmente de la soja y sus derivados, de parte del gigante asiá?co depende de estos procesos de urbanización descomunales que se están dando en China. Y como el capitalismo mundial está interconectado, también afecta de manera diferente la realidad de los países. Analicemos brevemente el proceso de reestructuración capitalista en Argen?na que se da en los años noventa, y cómo afecta a la fisonomía urbana. Desde los ochenta se abre un fuerte proceso de priva?zación, desregulación estatal y apertura económica que favorece a que grandes flujos de capitales extranjeros se inviertan directamente en la metrópoli bonaerense. El cambio en el régimen de acumulación va a estar estrechamente ligado a las nuevas dinámicas territoriales y patrones de estructuración urbana. La ciudad empieza a ser reestructurada en función de las lógicas de consumo y los servicios financieros, a la vez que incrementa su función como espacio de valorización del capital (y por qué no decir especulación inmobiliaria). El “boom inmobiliario” de los noventa localiza la

inversión privada, además de las áreas centrales, a lo largo de la costa del Río de La Plata, y en las zonas cercanas a las principales autopistas. Se terminan cons?tuyendo los famosos “barrios cerrados” (countries) o “abiertos” con extrema vigilancia y control social tanto de sus ac?vidades como de la selec?va composición de sus habitantes. Todos estos procesos ayudan a profundizar fuertemente la segmentación territorial y la tendencia a la generación de “enclaves” de ricos y de pobres (countries al lado de asentamientos o villas miseria) alterando las relaciones sociales existentes: se amplía la brecha entre ricos y pobres, hay más desigualdad, se rompen los lazos de solidaridad y favorece al individualismo de la clase media y alta que reclaman más “seguridad”. Estos procesos están ligados a un patrón de suburbanización determinado diseñado para los sectores más pudientes: con una fuerte presencia de capital privado extranjero, desarrollo de ac?vidades comerciales y corpora?vas (oficinas, hipermercados, centros de abastecimiento y distribución) priva?zación del suelo y los servicios, acceso a las autopistas principales y rela?va cercanía al casco metropolitano. Aparece la primacía del capital privado como agente decisorio (y con el Estado como su promotor) en este ?po de inversiones y emprendimientos, donde se dejan por fuera necesidades sociales de los sectores populares. Su inserción en el tejido urbano marca cortes abruptos que no solo han alterado partes del paisaje urbano periférico, sino que han originado un número significa?vo de conflictos sociales localizados, principalmente por ?erra, vivienda y por servicios básicos (agua potable, luz, recolección de basura). A lo que queremos apuntar es a que se en?enda


Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal que existe un vínculo estrecho entre los procesos de transformación de las ciudades y los procesos de acumulación de capital. Vayamos ahora al punto de cómo conceptualiza Harvey estos procesos de acumulación de capital que afectan el espacio urbano.

Los circuitos de acumulación del capital Dos conceptos son fundamentales en la teoría de Harvey: el de arreglo espacio-temporal (o “spa?al fix”) y el circuito secundario de acumulación. Un ar@culo de la revista española “Viento Sur” nos ayuda a definir estos complejos conceptos: “El principio del arreglo espacial (o arreglo espacio-temporal) consiste en la afirmación de que los ciclos de acumulación capitalistas construyen geogra as a su medida. El origen de esta necesidad se debe buscar en la tendencia recurrente del proceso de acumulación a caer en crisis de sobreacumulación, directamente relacionadas con el modo de valorización del capital fijo. El “arreglo espacial” supone un relanzamiento del proceso de acumulación mediante un nuevo conjunto de relaciones geográficas que generan nuevas escalas espaciales” Es decir, todo parte de una situación de crisis de sobreacumulación en un determinado territorio, expresada en excedentes de trabajo (desempleo) y capital (sobreabundancia de mercancías, capacidad produc?va inu?lizada y dinero sin oportunidades de inversión rentables). Estos excedentes pueden ser absorbidos a través de la expansión geográfica y la reorganización espacial. La expansión geográfica a menudo implica inversiones a largo plazo en infraestructuras +sicas y sociales (redes de transporte, comunicaciones, educación e inves?gación) ¿Qué quiere decir? Que los capitales deben ser enviados a otro lugar, a un terreno de inversión rentable para no ser devaluados. El capital puede quedar fijado en alguna forma +sica por un ?empo rela?vamente largo: por ejemplo, en infraestructuras como ferrocarriles, vías de comunicación u obras públicas como represas y medios de transportes son requeridas como base de las futuras inversiones para la acumulación de capital. Estas brindan la estructura +sica para que la producción y el consumo puedan realizarse también en el futuro. Lo que hace que un caudal importante de capital excedente sea reinver?do y asegurado parcialmente. ¿Por qué “parcialmente”? Porque ese mismo capital puede dejar de ser rentable en otro momento y se produce una “desvalorización” trayendo consecuencias imaginables para los sistemas educa?vos, el

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transporte público y la infraestructura urbana. Los arreglos espacio-temporales son una forma de aplazamiento temporal de las crisis capitalistas. El rol que juegan este ?po de inversiones en la estabilización y desestabilización del capitalismo ha sido significa?vo. Históricamente esta tendencia de resolución de las crisis por medio de arreglos espacio-temporales se manifestó de maneras diferentes, desde el colonialismo, proteccionismo y el libre comercio. Por ejemplo, los excedentes generados en Gran Bretaña en el siglo XIX encontraron su lugar en Estados Unidos, y en las colonias de Sudáfrica, Australia y Canadá, creando en este caso nuevos centros dinámicos de acumulación en estos territorios e impulsando procesos de urbanización. La función que cumplen los arreglos espacio-temporales es retardar la circulación de capital mediante su circulación en y a través del entorno construido. Es complejo de definir lo que significa para Harvey el concepto de entrono construido o medioambiente construido, pero para entenderlo podemos explicarlo de la siguiente forma… Pensemos como que la ciudad misma “se vuelve” un producto. Entonces se invierte capital como si se fuese a producir un producto de una cadena produc?va cualquiera. Un barrio “venido abajo”, no urbanizado u ocupado (caso Villa 20 y Barrio Papa Francisco) puede ser la materia prima y se invierte en esa zona para que tenga más valor. Y eso no ?ene solo un valor material sino que también es de alguna forma un capital simbólico. Por ejemplo, un nuevo edificio vale porque sus materiales son buenos y ?ene buenos servicios como ascensor y pileta, o porque está ubicado cerca de paradas de colec?vo, del centro o del subte. Pero también ?ene un valor simbólico sólo porque el barrio se llame Palermo o Recoleta; ?ene un valor por ser de ese barrio en sí. Si no pensemos cómo las inmobiliarias juegan expandiendo los límites geográficos de algunos barrios como Palermo (y sus derivados “Soho”, “viejo”, “nuevo”) para ofrecer viviendas más valorizadas por “estar en un barrio bien visto”. Así se movilizan enormes masas de capital fijo en forma de construcción de viviendas y desarrollo de grandes infraestructuras, por ejemplo. Si definimos como circuito primario la acumulación clásica vinculada a la producción y consumo de bienes, el circuito secundario representa entonces la inversión de la ganancia acumulada del circuito primario en el entorno construido, es decir en el “capital fijo”, como el ejemplo de los edificios, que son


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Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal

construcciones +sicas que brindan bienes y servicios (y pueden ser un bien social muy par?cular como la vivienda, que a la vez es un derecho básico fundamental). Solo que esta transferencia de la crisis a otro nivel del sistema capitalista es des?nado a reproducir su propias crisis, que no se manifiestan con el desempleo pero sí con con?nuos procesos de desvalorización y valorización de aéreas urbanas, generando desalojos forzados de los sectores populares del centro de las ciudades, regeneración y gentrificación de barrios históricos. Piénsese el caso de San Telmo y La Boca, por ejemplo. Originariamente fueron barrios obreros que fueron padeciendo la expulsión de las clases populares en favor del turismo y el consumo. “Harvey denomina esta forma de reproducción ampliada del capital, “circuitos secundarios de acumulación”, por oposición a los ciclos de acumulación convencionales. A pesar de su carácter anómalo desde una perspec1va convencional, los circuitos secundarios de acumulación están también some1dos a los mismos límites de capacidad que los procesos de acumulación convencionales. Pero en la medida en que los circuitos secundarios generan “órdenes territoriales”, su desvalorización ya no afecta a una determinada línea industrial en declive, sino a regiones, ciudades o barrios enteros. Harvey sos1ene que cuando aparecen síntomas de exceso de capacidad en el proceso de acumulación ordinario, los capitales se trasladan al circuito secundario de acumulación. […] Se trata de la primaria solución espacial al problema de los ciclos de acumulación convencionales a medio plazo”. El problema sigue siendo de qué forma y a quienes o a qué sujetos sociales favorece ese proceso. ¿Qué interés podrían tener ciertos actores en una “realen?zación” de la circulación de capital? La generación de una masa de de capitales que circula sin restricciones fronterizas en busca de valorización se corresponde con las necesidades de fracciones de la burguesía local y transnacional, que se dedican a los negocios financieros e invierten “en ladrillo”. Es todo un empresariado urbano compuesto por ren?stas, constructoras, especuladores y dueños de los suelos. Sin dudas, el Estado no ocupa una posición neutral y se relaciona complejamente con estos sectores de acuerdo a las alianzas polí?cas dominantes que definan el signo polí?co de los gobiernos. Sin embargo, como tendencia general en la etapa neoliberal del capitalismo estas tendencias se han profundizado. En las úl?mas décadas en la Ciudad de Buenos Aires, po-

demos asis?r a un proceso de reestructuración del espacio +sico de la ciudad para conver?rlo en un soporte publicitario para el comercio y el consumo extranjero, así como para los usos turís?cos. Incluso las operaciones de las inmobiliarias y los servicios financieros por más “virtual” que pueda ser su ac?vidad, requieren un espacio y estructura +sica que definen los contornos de nuestra ciudad actual. Por eso afirma Harvey “La calidad de la vida urbana se ha conver1do en una mercancía, como la ciudad misma, en un mundo en el que el consumismo, el turismo, las industrias culturales y las basadas en el conocimiento se han conver1do en aspectos esenciales de la economía polí1ca urbana”. La teoría de Harvey ha sido cri?cada por funcionalista y simplista pero ?ene el mérito de haber actualizado la cri?ca marxista a la urbanización capitalista y haber relocalizado a la ciudad, a la par de del conflicto capital-trabajo, como el escenario principal de la lucha social contemporánea. La aparente separación desde las formas clásicas de acumulación contribuye además a una mejor complejidad en el análisis an?capitalista de los movimientos sociales y en la organización de formas de lucha de clases efec?vas que se dan en el territorio.

Por el derecho a la ciudad Retomando al filósofo francés Henri Lefevbre, Harvey denuncia la naturaleza fundamentalmente capitalista de la urbanización en una perspec?va histórica: “Si la urbanización es tan crucial en la historia de la acumulación capitalista, y si las fuerzas del capital y sus innumerables aliados 1enen que movilizarse periódicamente para revolucionar la vida urbana, algunas formas de lucha de clase a pesar que no sean explícitamente reconocidas, son entonces inevitablemente involucradas.” Esta con?nua “revolución de la vida urbana” que movilizan a las “fuerzas del capital”, en palabras del mismo Harvey, se manifiesta en par?cular en partes de la ciudad afectadas por el desplazamiento de habitantes, el “desarrollo urbano” y la gentrificación. Es decir, zonas urbanas que son con?nuamente valorizadas y desvalorizadas por los procesos que hemos descrito en los apartados anteriores. Estas zonas son llamadas por Harvey “enclosures” (o cercamientos): el autor inglés recupera las definiciones históricas u?lizadas por Marx para explicar la acumulación originaria del capital en Inglaterra, y las resignifica en un nuevo marco teórico para el análisis del origen de las


Urbanización y capitalismo en la ciudad neoliberal ciudades neoliberales. En el pasado los cercamientos de las ?erras comunes (de la comunidad rural campesina (“commons”) jugaron un rol fundamental en el nacimiento del capitalismo, desplazando a la población campesina e instaurando la propiedad privada en el campo; en la actualidad, el capitalismo sigue con su acción acumuladora, intentando apropiarse y explotar los nuevos “commons”, es decir, dis?ntos ?pos de espacios, derechos y recursos colec?vos. La priva?zación del transporte, las autopistas y los servicios públicos; los cercamientos de las plazas y espacios abiertos que impulsa actualmente el Gobierno de la Ciudad con el obje?vo de avanzar en construcción de bares y comercios; la proliferación de cámaras de vigilancia y sistemas de seguridad privada; la paula?na destrucción de la educación y las salud públicas, plasmada visiblemente en las crisis edilicas de escuelas, universidades y hospitales. Todos estos no son más que ejemplos de la acumulación por desposesión que realiza el sistema capitalista. “La absorción de excedente mediante la transformación urbana 1ene un aspecto todavía más siniestro […] que 1ene casi siempre una dimensión de clase, dado que son los pobres, los no privilegiados y los marginados del poder polí1co quienes sufren primero y en mayor medida las consecuencias de este proceso en el que la violencia es necesaria para construir el nuevo mundo urbano a par1r de las ruinas del viejo” La descripción de los “commons” que hace el autor es bastante vaga. Sin embargo, lo que más nos importa es el valor de una mirada que termina incluyendo a la ciudad como un todo, considerada al mismo ?empo un producto del capital y un “common”, un recurso colec1vo de los ciudadanos. Harvey subraya como el “valor” de la ciudad consiste no solo en su infraestructura, sino también en su historia, su cultura, su vida social. Si todos estos “capitales explotables” a través del “circuito secundario de acumulación” son creados por los mismos habitantes, la ciudad se vuelve entonces en un producto con un valor preciso. En una nueva alegoría, los ciudadanos son comparados con los obreros y la ciudad como si fuese una gran fábrica. Harvey en?ende el espacio urbanizado como nuevo escenario de la lucha de clases: “el concepto de trabajo 1ene que cambiar desde una angosta definición anexa a la industria al terreno mucho más vasto que está involucrado en la producción y reproducción de una vida co1diana cada día más urbanizada”

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Por otro lado, según el principio del “arreglo espacial”, la concentración corriente de bienes y la importancia de las redes de comunicación y transporte harían de la ciudades los nodos principales del sistema capitalista, los lugares donde la clase dominante puede ser mas impactada por medidas de fuerza colec?vas. Esto con?ene sin duda un alto valor estratégico para la acción polí?ca de los movimientos sociales an?capitalistas. El nuevo lema de los revolucionarios urbanos del siglo XXI es entonces, para Harvey el “Derecho a la ciudad!”, y puede significar diferentes modalidades de lucha según sus actores protagonistas pero con el obje?vo común de defender y fortalecer los recursos comunes (“commons”) contra los cercamientos (o “enclosures”) que nos quiere imponer este sistema. “El derecho a la ciudad es mucho más que la libertad individual de acceder a los recursos urbanos: se trata del derecho a cambiarnos a nosotros mismos cambiando la ciudad. Es, además, un derecho común antes que individual, ya que esta transformación depende inevitablemente del ejercicio de un poder colec1vo para remodelar los procesos de urbanización. La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, como quiero demostrar, uno de nuestros derechos humanos más preciosos, pero también uno de los más descuidados.” Bibliogra&a Cicollela, Pablo (1999), “Globalización y dualización en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Grandes inversiones y reestructuración socioterritorial en los años noventa”, en Eure. Revista La1noamericana de Estudios Urbanos Regionales, vol. XXV, N°26, pp. 5-27, San?ago de Chile Harvey, David (2007), “Una geogra+a urbana posible” en Berger John y David Harvey: Boulevard Central, Buenos Aires, Edhasa. Harvey, David (2013) Ciudades Rebeldes. Del derecho de la ciudad a la revolución urbana, Madrid, Akal. RODRÍGUEZ, Emmanuel; LÓPEZ, Isidro. Circuitos secundarios de acumulación y compe??vidad territorial. Viento Sur 26/05/11 Torres, Horacio (2001), “Cambios socioterritoriales en Buenos Aires durante la década de 1990”, en Eure. Revista La1noamericana de Estudios Urbanos Regionales, vol XXVII, N°80, Universidad Católica de Chile, San?ago de Chile.


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Entrevista con Carla Rodríguez

DOSSIER URBANIZACIÓN Y CAPITALISMO

Entrevista con Carla Rodríguez , titular de la materia PROCESOS SOCIALES Y URBANOS

Lisse:e Del Pilar Fuentes Lorca Estudiante de Sociología UBA

Marina Britos

Estudiante de Sociología UBA

Nicolás Santa Cruz

Estudiante de Sociología UBA


Desde SPQ? le hicimos una entrevista a CARLA RODRIGUEZ, ?tular de la materia opta?va “PROCESOS SOCIALES Y URBANOS” de la carrera de Sociología (ex cátedra Herzer). Como inves?gadora del Ins?tuto Gino Germani de la Facultad también integra el Área de Estudios Urbanos, generando conocimiento sobre hábitat popular y el desarrollo de polí?cas públicas para las necesidades de los sectores populares, entre otras temá?cas.

EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA SPQ? - ¿Qué lugar ocupa la materia en el Plan de estudios? ¿Te parece que podría exis8r una orientación en sociología urbana? ¿Qué salidas laborales podemos tener los sociólogos y sociólogas como campo de intervención en esta especialidad?

Carla Rodríguez (CR).- La materia que damos es opta?va, se cursa desde la mitad de la carrera habiendo aprobado las Metodologías y Sociología Polí?ca. Tiene la par?cularidad que la cons?tuimos a par?r de un equipo de inves?gación del Área de Estudios Urbanos del Ins?tuto Gino Germani. Hace una introducción al campo de los estudios urbanos con un anclaje más par?cularizado, por ser una materia de grado, en el campo de la sociología. Pero planteamos la cues?ón de la construcción interdisciplinaria de un objeto complejo de conocimiento e intervención como es la ciudad y lo mechamos con la posibilidad de que los estudiantes accedan a lecturas de inves?gaciones en curso y recientes, nuestras o de otros equipos de Argen?na, y con cierta impronta en el campo la?noamericano. Si bien reconocemos que en esta etapa de la globalización también hay fenómenos mundiales que nos parece importante tener en cuenta. Hace ?empo que venimos conversando con dis?ntas ges?ones de la carrera y con otros colegas que dictan Sociología Urbana como Federico Robert, también con otras materias como Demogra+a o materias vinculadas al campo de la polí?ca social. Y nos parece que sí da lugar a la cons?tución de una especiali-

zación y que muchos estudiantes la recorren más allá de que no esté ins?tucionalizada. En relación con la preocupación con el campo de trabajo en esta orientación, yo te diría que es un campo necesario socialmente y amplio de aplicaciones. Por un lado aquellas que ?enen que ver con la formación en inves?gación y con algo que todavía estamos recorriendo de manera muy incipiente y que se ?ene que avanzar en la UBA y en la Facultad, que es la inves?gación aplicada y muy ar?culada a las capacidades de ges?ón pública. Una especialidad así, también ?ene lugar en campos de aplicación de los gobiernos municipales, provinciales y nacionales en las áreas de polí?ca habitacional, vivienda y urbanismo, planificación. Tiene una orientación muy concreta. En argen?na más del 90% de la población es urbana y hay serias problemá?cas que requieren y requerirán una fuerte intervención pública que ?enen que ver con la vivienda y el hábitat, con la movilidad, con la provisión de infraestructura, con la complejidad de la vida en la ciudad. Es un campo absolutamente prác?co, pero al mismo ?empo con un fuerte sustento teórico y con un tercer componente: ?ene un claro potencial de ar?culación con necesidades sociales amplias y en tendencias creciente.

SPQ? - ¿Cuándo nace el Área de Estudios Urbanos en el Ins8tuto Gino Germani y con qué inquietudes o problemá8cas de trasfondo? CR.- El Área de Estudios Urbanos nació

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Entrevista con Carla Rodríguez

cuando se crea el Ins?tuto, dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales. La persona que conformó el área fue la inves?gadora Hilda Herzer. Cuando se desarrolla la normalización, el primer director elegido por la comunidad del Germani fue el ingeniero Teisa, que vio que con la base histórica del ins?tuto de sociología había que construir y desarrollar una ins?tución más amplia: la de los estudios urbanos y ambientales. El área se empieza a formar en 1993 y la inves?gación prác?camente se desarrollaba con recursos públicos escasos. Hilda empezó a formar personal, muchos de los cuales somos lo inves?gadores actuales del área de estudios urbanos, que en ese momento hicimos nuestras primeras armas en inves?gación como becarios de es@mulo o iniciación primero, y luego vino la apertura del Conicet. Actualmente hay 6 inves?gadores formados en el área y conviven 4 generaciones de inves?gadores en formación, la mayoría salidos de la Facultad de Ciencias Sociales o de Filoso+a y Letras. Hoy somos más de 35 y eso se pudo hacer entre estas 4 generaciones, ar?culándose para pensar la teoría general mirando la problemá?ca específica del lugar donde estamos insertos. En esa primera década después de la dictadura, en la Ciudad de Buenos Aires se habían desarrollado algunos fenómenos propios del hábitat popular y de los sectores de más bajos ingresos, como las ocupaciones de edificios en la Ciudad o las tomas de ?erra en el conurbano. Hilda nos animó a desarrollar inves?gaciones para producir conocimiento cercano a la elaboración de polí?cas que apuntaran a esas necesidades de hábitat popular y desarrollo de la polí?ca urbana, que ya a mediados de los ’90, la profundización del modelo neoliberal estaba dando su impronta a las transformaciones socioterritoriales de la ciudad. Empezamos hacia 1998 a trabajar en el barrio de La Boca con 4 líneas que se man?enen más allá de los diversos proyectos con los que vamos ar?culando, y que ?ene que ver con los cambios en la composición social de la población, el seguimiento y estudio de la polí?ca urbana y habitacional en par?cular, el entramado de actores que hacen a la vida de la ciudad y a la ges?ón urbana, no sólo la polí?ca sino el entramado de organizaciones sociales y de otros actores presentes en la ciudad. Actualmente hay quienes trabajamos más la problemá?ca y el desarrollo de los actores ligados a la organización de los sectores populares, pero hay también quienes abordan cómo se comporta el em-

presariado como productor de ciudad, de infraestructura y su relación con el Estado. Hay otra línea vinculada al estudio de lo ambiental, la punta Matanza-Riachuelo, lo que en ese momento era la limpieza del Riachuelo. Lo ambiental, la trama organiza?va, la polí?ca pública, los cambios en la estructura social y de empleo son líneas de trasfondo de lo que es nuestra mirada de esta ciudad y otras que fuimos estudiando desde el Ins?tuto Gino Germani.

SPQ? - ¿Cuándo se puede afirmar que surge una disciplina que piensa los procesos sociales urbanos y a las ciudades como objeto de estudio? ¿A qué problemas quería dar respuesta?

CR.- Nosotros en la materia de grado tratamos de evidenciar cómo los padres fundadores de las ciencias sociales, cuando pensaron lo que fue el proceso de transición del feudalismo al capitalismo, en esa gran transformación social ya estaba presente y no podían dejar de dar cuenta del rol que ocupa la ciudad moderna, la ciudad capitalista. Pero el proceso más específico de un campo disciplinar como la sociología urbana se da más a comienzos del siglo XX, y sobre todo va a tener asiento en EE.UU. con el desarrollo de la Escuela Ecológica de Chicago, que también responde a una tendencia general de cons?tución de campos específicos que se fueron desarrollando. Primero, en ese pasaje de la filoso+a a la cons?tución de un conjunto de campos dis?n?vos de las ciencias sociales (primero la sociología, más tarde la antropología, la psicología, etc), y dentro de cada uno de esos campos, la existencia o la pretensión de recortar objetos específicos. Nosotros en la materia, nos hacemos con?nuamente la pregunta ¿es la ciudad un objeto teórico con límites específicos? Y la respuesta te diría que es más no que sí, porque también desde el comienzo la teoría social dialoga ampliamente con otras disciplinas. Hay un abordaje específicamente sociológico pero de un objeto que permanentemente desborda esos límites y necesita dialogar con la arquitectura, con la antropología, con la economía, con las ciencias +sicas; porque las ciudades son un ambiente ar?ficial, como decían los teóricos de Chicago, pero construidos en relación con la naturaleza. Y bueno, también como esto está estrechamente vinculado con la polí?ca, no se puede pensar la teoría urbana por fuera de esa construcción histórica específica que son los Estados, y el papel que cumplen en la reproducción del sistema capitalista.


Entrevista con Carla Rodríguez Nosotros creemos también que es más fuerte la necesidad de dialogar inter-disciplinariamente, e incorporar la complejidad de la problemá?ca contemporánea de dialogar y producir conocimiento inter-actoralmente, es decir, con los actores y las instancias que transforman. Por eso desde mi perspec?va, la relación de la Universidad con los sectores populares, y dialogando con los ámbitos del Estado en términos de cómo pensar las transformaciones de las polí?cas, son parte de ese proceso de producción del conocimiento. Que hay que modelizar y formalizar, viabilizar y también evidenciar. Y no estoy hablando de los procesos de transferencia que precisamente profundizan la mercan?lización, si no en el sen?do más histórico-polí?co que a fines de los ‘60 decía “Obreros y estudiantes, ¡unidos adelante!”

SPQ? – Desplazando el eje de lo histórico a cues8ones más coyunturales, ¿qué problemá8cas considerás que requieren una urgente atención? ¿Cómo la sociología debería poner atención a esto?

CR.- Bueno, si me centro en la Ciudad de Buenos Aires, en la úl?ma década que ha sido de crecimiento de la economía, y si querés de ampliación de la estructura de empleo, paralelamente ha sido una década de incremento de las desigualdades. Y esto en la temá?ca habitacional se manifiesta de un modo notorio, porque el déficit habitacional se ha incrementado. Actualmente, más de 600 mil personas (sólo en la ciudad central) sobre tres millones viven en situaciones crí?cas de hábitat. Las villas miserias crecieron más de un 52%, y crecieron no por empobrecimiento, sino porque precisamente como se dio en otros ciclos de la historia, esa dinámica de crecimiento desigual que genera el capitalismo tracciona a la población por la necesidad de captar fuentes de trabajo (más allá de meternos en la calidad de ese trabajo, que ha crecido el trabajo precario y el trabajo informal). Y esto ha estado sostenido por una cualidad de la etapa actual del capitalismo llamada “neoliberalismo” que se asienta en una dinamización del mercado financiero; y esa lógica del mercado financiero (como lo mostraba ya David Harvey en los ‘70, pero que para la etapa actual pareciera tener mucha vigencia) lo que hace es garan?zar o profundizar la dinámica de un segundo circuito de acumulación de capital, que es precisamente el mercado inmobiliario; el papel que juega la ciudad en su conjunto, y el suelo urbano en par?cular, dinamizando el proceso de acumulación del capital es fun-

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damental. Voy a dar un ejemplo a par?r de lo que fue en los ‘90 la incorporación de lo que era el an?guo Puerto Madero. La incorporación de ese suelo urbano para reforzar la centralidad de la Ciudad de Buenos Aires, ampliando su área administra?va y de negocios, significó transferir a través del Estado suelo subsidiado a los sectores concentrados para facilitar este proceso de valorización de la ciudad (un Estado que en el discurso dicen que se achica, pero que en realidad intervino ac?vamente para posibilitar la implementación de estos artefactos, de nuevas ins?tuciones - como la creación de la corporación – ). Un suelo que hubiera podido tener otras oportunidades de uso. Entonces hoy tenemos un Puerto Madero que el precio promedio del metro cuadrado es US$ 7.500 - 8.000, y el puntapié inicial de ese proceso lo dieron el Estado Nacional y local, asociadamente, subsidiadamente. Y ese proceso de valorización creciente del mercado inmobiliario, no se da solo en Puerto Madero, sino que se verifica a lo largo de la década y no solo en esta ciudad, si no que hay un con?nuo de lo


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Entrevista con Carla Rodríguez

que es la dinámica inmobiliaria y capitalista del suelo urbana, peri-urbana y rural; el precio del suelo ha crecido a lo largo y a lo ancho. En la Ciudad de Buenos Aires en par?cular, vemos que ese incremento del suelo tracciona no solo lo que es el precio de la vivienda-propiedad, sino también el conjunto de la dinámica del mercado formal e informal de alquileres. ¿Esto qué significa? Que los precios del suelo se han disparado; significa que en un contexto donde no ha habido acceso a herramientas de crédito, sectores crecientes de la población de bajos recursos y de recursos medios también ven precarizarse su condición habitacional. Por eso también en ésta década creció un 10% la can?dad de inquilinos en la ciudad. Y esos inquilinos en realidad son, por un lado sectores medios (que hoy deben usar más del 50% de los ingresos familiares para pagar el alquiler amén de las condiciones restric?vas) y sectores populares o trabajadores, que van a parar a piezas de hotel-pensión que cuestan tanto como un departamento de un ambiente en alquiler, sólo que ellos no ?enen las garan@as ni hay herramientas del Estado que los amparen. Muchos van a parar a nuevos fenómenos, porque yo te decía hace un momento que las villas han crecido mucho, y eso se ha dado a través del formato de las piezas de alquiler. Y estas piezas de alquiler en villas de hoy, no son solamente aquellas piezas que una familia de bajos ingresos construye en su casita para mejorar un poquito la economía familiar. Es parte de todo un negocio inmobiliario informal; con actores inmobiliarios informales que generan excedentes en otros sectores de la economía (que puede ser legal o ilegal) y que construyen 10, 15 , 20 piezas y así hemos visto ver?calizarse las villas básicamente con esta forma de alquiler que es costoso, altamente expolia?vo, inseguro y cons?tuye una condición que es el correlato en lo habitacional de la precarización laboral: un sujeto con debilitada capacidad de organizarse, pues está totalmente desprotegido. Entonces, la problemá?ca habitacional es una de las más básicas. Otra de la que poco se habla es el atraso en el desarrollo de la infraestructura; porque en esta ciudad se hace mucha obra pública del suelo para arriba, vinculada a la lógica polí?ca-electoral y a la necesidad de religi?marse. Entonces tenemos metrobus y tenemos algo que era históricamente necesario que es la peatonalización del área pericentral de la ciudad, aunque hay que ver como se lleva con este modelo de cada vez más autos, y un débil transporte público. Pero lo que ocurre por debajo con el acceso

al agua, las cloacas, todo lo que hace al saneamiento de la ciudad, de eso no se habla. Mismo esta ciudad ?ene serias problemá?cas ambientales. Decí que afortunadamente a mediados de los ‘90 hubo una Cons?tución – que promovió la cons?tución de la Ciudad Autónoma – en donde de algún modo en la letra cons?tucional está planteado el derecho a la radicación, la par?cipación, la promoción de los planes autoges?onarios, etc…que tampoco vino del aire, sino que fue producto de la posibilidad de par?cipación por la organización y las resistencias de los sectores populares. O sea, producto de la lucha, de la lucha de clases (aunque parezca a veces palabra poco de moda) es que hay polí?cas democrá?cas. Entonces determinados gobiernos con una orientación más eli?sta o de promoción del capital ?enen que ser cuidadosos y correctos en el discurso, pero esa tensión en la que en la ciudad puede vivir el que puede pagar, no solo está en la cabeza de un gobernante de derecha, sino que está en el sen?do común de la mayoría de la población, y hasta de nosotros mismos. Yo lo discuto con los y las estudiantes: no es natural que se pueda vivir donde se puede pagar, eso es un determinado arreglo polí?co-ins?tucional, social y económico, y así como existe ese pueden exis?r otros, han exis?do otros. De hecho, no se habla de esto, pero al día de hoy en Inglaterra (que ha sido un ejemplo rampante del neoliberalismo en las úl?mas décadas) hay un parque público de alquiler al cual accede más del 30% de la población. En Holanda, hay un fuerte parque publico de alquiler, y no hablamos del socialismo revolucionario, hablamos del Estado de Bienestar que todavía existe en algunos lugares que desarrollo ese ?po de herramientas. Así que esa relación entre lo que se visibiliza, y lo que no, y lo que se naturaliza, los sociólogos y sociólogas tenemos mucho para aportar a estas discusiones. Y aportar actuando también.

SPQ? - ¿A que se llama “especulación inmobiliaria” y como se expresa en la Ciudad de Buenos Aires?

CR.- La especulación inmobiliaria es la lógica natural del capital. O sea, cuando el suelo se transforma en mercancía, lo que se necesita (o lo que el capital necesita) es generar ganancia, y la mayor ganancia posible. Entonces los procesos especula?vos ?enen que ver con la generación de condiciones donde la tasa de ganancia que da la operación inmobiliaria resulta más atrac?va que otro ?po de negocio. Y esto en parte se


Entrevista con Carla Rodríguez produce, porque el mercado se modela en interacción con la polí?ca pública. La polí?ca pública se ejerce a través de la regulación y la desregulación del uso del suelo, de los ?pos de impuestos que genera sobre la propiedad, o sobre la construcción, o de las desgravaciones que genera. Actualmente (desde el ‘90) hay una polí?ca de distritos especiales, por los cuales se alienta a la localización de determinadas empresas. Por ejemplo, el distrito tecnológico en Parque Patricios es un ejemplo muy simpá?co, porque las grandes empresas que se asientan allí -como la telefónica que ?ene un call-center con más de 500 empleadosestán exentas de pagar impuestos por más de 10 años; y al mismo ?empo los conjuntos de vivienda social que hay en Patricios, en el mismo período, vieron incrementarse sus tasas imposi?vas en más de un 100% y 200% (¡!). Entonces “la especulación inmobiliaria” no lo conceptualizaría, porque muchas veces hay un discurso moral. Del capital lo único que se puede esperar es reproducir condiciones que le permitan seguir funcionando como capital, y esto es un hecho de funcionamiento. Está en su naturaleza. Lo que hay que hacer para modificar esa lógica en una intervención polí?ca que ?ene que ver con des-mercan?lizar.

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Construir polí?cas que se planteen – como se ha dado en el debate y en algunos casos en acción en nuestro con?nente- sustraer al suelo a ese carácter de mercancía a través de dis?ntas intervenciones públicas. ¿Cómo se hace eso? Parcialmente construyendo instrumentos como bancos de inmuebles, una polí?ca imposi?va que des-aliente determinados usos y que aliente otros; generando medidas de regulación como zonas especiales de interés social, que manden a desarrollar por ejemplo conjunto habitacionales para sectores de más baja renta; generando parques públicos de alquiler en uso de suelo público; discu?endo que la regularización de las villas significa dar @tulos individuales -porque el @tulo individual lo que hace es incorporar mecánicamente el suelo al mercado inmobiliario, y alienta un poco esta lógica-. Entonces, expropiando, manteniendo el suelo en propiedad estatal, alentando otras formas de propiedad: en Venezuela o en Bolivia se reconocen más de cinco formas de propiedad, además de la propiedad individual. Hay propiedad coopera?va, hay propiedad estatal, propiedad comunal, dis?ntos formatos que van generando otro ?po de reracionamiento de los hombres y mujeres entre sí; y en este caso con el suelo, con la Madre Tierra.


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¡Felices Juegos del Hambre!

DOSSIER URBANIZACIÓN Y CAPITALISMO

¡Felices Juegos del Hambre! y que la suerte esté siempre de su lado

Agus8na Moreno

Estudiante de Sociología UBA

Floren8na Cavaro

Estudiante de Sociología UBA


Los juegos del hambre (@tulo original en inglés: The Hunger Games) es una novela de aventura y ciencia ficción narrada en primera persona desde la perspec?va de Katniss Everdeen, una adolescente de dieciséis años que vive en Panem, una nación postapocalíp?ca ubicada en lo que anteriormente era América del Norte. El libro muestra en mayor parte las experiencias vividas por ella en «Los Juegos del Hambre», un evento anual realizado en Panem donde un chico y una chica de cada distrito con edades que vayan desde los doce hasta los dieciocho años deberán luchar a muerte entre ellos mientras son observados por televisión nacional.

EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA Tanto Brasil como Argen?na fueron y serán sede de eventos depor?vos internacionales de muchísima importancia. Uno de ellos ya fue llevado a cabo en Junio del corriente año y no sólo dejó hambrientos a los argen?nos de gloria, con el gol de Götze en los 112 minutos de la tan ansiada final en la Copa del Mundo de fútbol, sino también Brasil protagonizó cues?ones históricas en varios planos. Para empezar, y para cerrar acá en cuanto a lo futbolís?co, la bochornosa derrota del Seleccionado Brasileño en su propia casa frente al Seleccionado campeón del mundo, el alemán. Pero como bien mencionamos recientemente, las consecuencias no sólo se reducen al plano de lo depor?vo, también las ha habido en lo social, económico y polí?co; y es aquí donde nos interesa profundizar. Estos megaeventos son acontecimientos a gran escala, pueden ser organizados tanto en una ciudad como en un país, atraen un gran número de par?cipantes y espectadores, son llama?vos para los medios de comunicación a escala internacional y expresan una gran inversión económica de infraestructura, de logís?ca y seguridad. A su vez, la organización es compar?da entre organismos gubernamental nacional/local junto con asociaciones y federaciones depor?vas nacional e internacional. (Valente Junior, 2012) Brasil no sólo fue sede de la Copa del Mundo de fútbol, sino que también lo será de los Juegos Olímpicos de Verano en el 2016. Por otro lado Argen?na, y específicamente la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, será sede de los Juegos Olímpicos Juveniles en el 2018.

Brasil, desde la Copa del Mundo a las Olimpiadas de Verano Brasil comenzó desde junio de 2013 a ser el centro de una serie de megaeventos depor?vos de suma importancia. Se inició con la Copa FIFA Confederaciones, en junio del corriente año se celebró la Copa del Mundo de Fútbol quedando en espera por la Copa Davis de Tenis en sep?embre y por los Juegos Olímpicos en el 2016. Sin embargo, lejos de ser una fiesta, el evento depor?vo de fútbol más importante estuvo atravesado por protestas, muchas veces ocultas por las transmisiones televisivas, dejando a la mayoría de los ac?vistas tras las rejas. Siendo Brasil uno de los países considerados como apasionados por el fútbol, ¿por qué tanto repudio contra la fiesta suprema? Las protestas no son sólo contra el fútbol, sino también contra los negocios surgidos a par?r de la realización del evento. El Mundial, supuso una inversión de 8.200 millones de euros que pudieron haberse des?nado a mejorar la calidad de vida de los brasileños. (Ramonet, 2014) Los megaeventos depor?vos, tales como La Copa del Mundo de Fútbol y los Juegos Olímpicos, mientras se llevan a cabo, son el punto de mira de millones de personas, fomentan inversiones, mejoran la visibilidad y atrac?vos de ciudades, regiones y países, y proyectan ciudades nuevas. “Los megaeventos son, pues, una fuente de negocio, incluso una industria. Los recursos necesarios para un megaevento pueden autofinanciarse por los ingresos por derechos de

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transmisión, publicidad, patrocinio y merchandising , y atraen numerosas inversiones adicionales. En consecuencia, un megaevento puede reportar bienes tangible e intangibles significa1vos que serán mayores y durante más 1empo cuanto mejor sea la ges1ón” (Brunet, 2011: 219) La excelencia en la ges?ón de los megaeventos pueden colocar a la sede anfitriona en un si?o mejor respecto al que se encontraba antes de su realización. Para que esto ocurra, es necesario minimizar los gastos de organización (no u?lizables después del acontecimiento) y maximizar las inversiones en obras (que es lo que permanece, lo que sí se puede seguir u?lizando después de finalizadas las competencias). Por otro lado, se debe llevar a cabo un modelo de renovación urbana con profundidad en la transformación, descentralización y sostenibilidad en las actuaciones, sin olvidar la tercer pata de este modelo, la organización (1). Éste modelo fue el aplicado por los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, dejando un excelente saldo posi?vo luego de su finalización. La ciudad catalana dejó una imborrable huella y enseñanza en el modo en que se ?enen que llevar a cabo los megaeventos y así, los Juegos se convir?eron en una excusa para reinventar la ciudad, para acelerar los proyectos dormidos en la administración. Barcelona logró una transformación radical que consolidó los cinturones, aeropuertos, la capacidad hotelera, la recuperación de la playa y una serie de proyectos urbanís?cos y arquitectónicos des?nados a mejorar la calidad del entorno y de los habitantes. Teniendo en cuenta la importancia de Barcelona en la forma de organización de megaeventos, nos es imprescindible preguntarnos ¿cuánto se asemeja y cuánto difiere el proyecto encarado por Brasil del aplicado en Barcelona? ¿Por qué genera (o generó) tanto descontento? Atenas 2004 lejos de u?lizar un proyecto similar al u?lizado por los catalanes se apegó al de Sidney 2000, ¿cuáles fueron las consecuencias?, sus instalaciones están más cerca de ser u?lizadas para un film de terror que para realizar una ac?vidad depor?va (2). Brasil ha des?nado mucho dinero en las inversiones de infraestructura, se han realizado grandes estadios y gigantescas obras, tales como amplificación o construcción de aeropuertos y autopistas. Si bien, el gobierno brasileño espera que las grandes sumas de dinero inver?das tengan un impulso radical sobre la economía del país, miles y miles de habitantes creen que con ese dinero se pudo haber construido más y

mejores escuelas y hospitales para el pueblo. A su vez, no sólo este ha sido un mo?vo de movilización social, sino también se denuncia la expulsión de miles de familias para la liberación de terrenos. “Se es?ma que unas 250.000 personas fueron víc?mas de expulsiones” (Ramonet, 2014). Las familias expulsadas de sus hogares pertenecen a los estratos más pobres de la sociedad. ¿Dónde se reubicó a estas familias? La inversión en los terrenos liberados mediante la expulsión de parte de la población de sus casas permi?ó la realización de modificaciones en infraestructura y, consecuentemente, se llevó a cabo un proceso de valorización del suelo. Las autopistas, aeropuertos y estadios creados valorizaron las zonas aledañas; de esta manera, se transformaron las ?erras en ?erras produc?vas. Las doce ciudades dónde se ha llevado a cabo el Mundial de Fútbol representan las cinco regiones más importantes del país, estas son: Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá, Curi?ba, Fortaleza, Manaos, Natal, Porto Alegre, Recife, Río de Janeiro, Salvador y Sao Paulo. Sin duda, ser el centro de millones de ojos promocionará estas ciudades en las cuales se ha des?nado una gran suma de dinero en inversiones de infraestructura urbana. La realización de más estadios de los solicitados por FIFA, la magnitud y el gasto excesivo pone en duda la sostenibilidad de los mismos. Cinco de los doce escenarios corren peligro de subsistencia: Fortaleza, Brasilia, Cuiabá, Manaos y Natal. Parece ser que la inversión de tantos millones y millones de euros puede que no sea redituable. Cabe señalar, que en Natal se derribará una parte del estadio, reduciendo así la capacidad del mismo, para la construcción de un centro comercial, hoteles cinco estrellas, un bosque, un lago ar?ficial y algunos edificios gubernamentales. Notas (1) En cuanto a la organización, debe haber unanimidad ins?tucional, excelencia en los acontecimientos, órganos separados para la organización y para la inversión, autofinanciación. (Brunet, 2011) (2) hAp://canchallena.lanacion.com.ar/1717983asi-estan-hoy-las-instalaciones-de-los-juegosolimpicos-atenas-2004-una-decada-despues (3) hAp://www.dinero.com/internacional/ar?culo/balance-econonico-turis?co-del-mundialbrasil-2014/198559


¡Felices Juegos del Hambre! La construcción de mega-estadios, inversiones en movilidad urbana y promoción del turismo ?enen como obje?vo impulsar a las ciudades más importantes del país mediante una drás?ca y millonaria renovación urbana. ¿Por qué drás?ca? porque miles de familias han sido (y siguen siendo) desalojadas de sus hogares en las Favelas, violando sistemá?camente el derecho a la vivienda, y de esta manera, llevando a cabo una apropiación de lugares estratégicos. Las faltas que se cometen son varias, las familias saben que van a ser expulsados de sus viviendas, pero al no recibir no?ficaciones no saben cómo ni cuándo serán llevados a cabo, debido a que los desalojos no son, muchas veces, de manera directa. Como así también, no se han indemnizado a las familias despojadas de sus hogares o se le ha dado una suma de dinero muy por debajo de la necesaria para acceder a una vivienda. Esta renovación urbana ?ene como obje?vo barrer a las clases populares de las ciudades mundialistas. Estas familias no son reubicadas en zonas cercanas, sino a un mínimo de 60 km. de distancia de sus viviendas. Gran parte de los desalojos ocurren (ocurrirán) en Río de Janeiro, ciudad sede de los próximos Juegos Olímpicos. “Los proyectos de infraestructura son tan ambiciosos que afectan incluso a los barrios acomodados de las ciudades. Allí, sin embargo, las intervenciones han sido mucho más cuidadosas."Al contrario de lo que ocurre en las favelas, en las zonas de más recursos se intenta evitar demoliciones y generar el menor trastorno posible a los moradores", dijo Gusmao Oliveira.” (Benavides, 2014) Sin duda, detrás de la realización de los megaeventos se pretende una transformación urbana que ?ene por obje?vo la valorización y la apropiación de ciertas áreas estratégicas de las ciudades más importantes de Brasil. La inversión es sin duda una de las más grandes en los úl?mos ?empos para la realización de un evento de estas magnitudes, ¿saldo posi?vo o nega?vo? ¿se apegó al modelo de Barcelona? ¿terminará como Atenas o Sudáfrica?. La transformación es profunda ya que afecta al total de la población, pero para poder ver si el balance resulta posi?vo o no se deberá esperar que pase el ?empo. En un principio parece ser que la entrada de dinero durante la Copa hace que el balance parezca posi?vo (3), sin embargo la manifestación en contra de los eventos, la expulsión de las familias de sus hogares y el futuro de muchas de las inversiones que no

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garan?zan por sí mismas su mantención pone en cues?ón el balance posi?vo. Por úl?mo, en cuanto al desalojo de las clases más pobres, en la forma en que se dio el proceso podríamos pensarlo como gentrificación. Si bien, no tenemos los elementos para afirmar si lo es o no, ciertos elementos que se trabajan en el apartado siguiente nos permite pensar esta realidad.

Comuna 8, el Distrito del Deporte Durante el 2013 se eligió a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como la sede central de la tercer edición de los Juegos Olímpicos Juveniles. Evento realizado con el fin de introducir y fomentar el deporte en los jóvenes. El obje?vo de este apartado es comenzar a reflexionar en torno al vínculo entre este ?po de eventos y las transformaciones que implican en términos de infraestructura, de revalorización inmobiliaria del precio del suelo y la propiedad, así como también la aparición de circuitos comerciales nuevos, para preguntarnos si este proceso abonará a la construcción de una ciudad cada vez más restric?va en términos de vivienda, acceso a bienes y servicios, transporte, etc, para los sectores populares que hoy por hoy viven en esta Comuna. Es decir, nos centraremos a pensar desde una mirada crí?ca ciertos elementos que se introducen en el “Plan Maestro” para Comuna 8 (que es el proyecto soporte por el cual se realizarán las diferentes intervenciones sobre el territorio en cues?ón), para pensar el ?po de ciudad que se pretende a construir a través del mismo. Ya habiendo trabajado en el apartado anterior la ligazón entre los cambios de ?po estructural de las ciudades que emergen a raíz de los megaeventos analizaremos este caso en par?cular considerándose como primeras aproximaciones, para un caso poco estudiado, en el afán de que sean insumo de nuevos trabajos. Si bien aún faltan cuatro años para el evento, y este Plan no está aprobado, existen elementos que marcan la pista de la orientación de las reformas que se vienen, en el nuevo “Distrito del Deporte”. Un poquito de historia... Par?mos de la idea que la Ciudad es el resultado de un proceso social e histórico de organización del espacio. (Arqueros, 2013: ) En este sen?do creemos de gran u?lidad incorporar algunos elementos de la historia de esta zona de la ciudad, que hacen al contexto socio histórico en el que se enmarca el “Plan Maestro” para la Comuna 8.




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Para esta reconstrucción retomaremos el trabajo de la autora Soledad Arquero. Originariamente el territorio que comprende la actual Comuna (Villa Solda?, Villa Lugano y Villa Riachuelo) se incorpora a la Ciudad siendo una zona casi rural. Hacía 1930 con la expansión de la mancha urbana porteña, comienza a sen?rse un interés par?cular por el desarrollo de la zona hasta entonces postergado, aunque el rasgo común hasta estos días es que son zonas que históricamente fueron poco disputados por mercado, en comparación con el resto de la Ciudad. “En este sen1do, la escasa población de la zona, la presencia de grandes extensiones de terrenos vacantes y su localización periférica en la ciudad, permi2a emplazar allí los equipamientos que se deseaba desplazar de áreas más consolidadas. En este marco, algunos sectores inmobiliarios, comenzaron a especular con la idea de desarrollar allí el sector industrial de la ciudad.” (Arqueros, 2013: 41) Hacia mediados de siglo se consolidaba un suroeste industrializado, en donde una gran parte de los sectores populares comienzan alojarse allí, accediendo a la vivienda a través de remates, villas o viviendas sociales. Es a par?r de 1930 que la formación de villas y el desarrollo de las mencionadas viviendas sociales comienzan a ser el factor determinante en el proceso de urbanización de la zona, así como también una influencia decisiva en la densificación del suroeste de la ciudad (Arqueros, 2012:46). Fruto del diagnós?co que supone que las zonas comprendidas en la actual Comuna poseen una densidad baja con respecto al resto, es así que en la década del 60` comenzaron a desarrollarse intervenciones estatales de mayor envergadura en términos de planificación y perspec?va de largo plazo sobre la zona a través del “Plan Director” de Buenos Aires de 1958-1962. Dicho Plan, orientó sus acciones a que esta zona sea reestructurada y renovada, a través del mejoramiento de la infraestructura urbana, y la instalación de conjuntos de vivienda social y la creación de parques en zonas de villas localizadas allí previamente. Algunas de las intervenciones propuestas por el Plan fueron impulsadas por la úl?ma Dictadura Militar, “tres intervenciones adicionales afectaron profundamente la zona: el reemplazo de la Quema de basura por tres grandes parques, el desplazamiento de las ac1vidades industriales del territorio del a ciudad, y la erradicación compulsiva de villas” (Arquero, 2013:66)

Uno de estos grandes parques es el Roca. Parque en el cuál se proyecta la Villa Olímpica, uno de los ejes fundamentales del “Plan Maestro” para la Comuna 8. Esta inicia?va enmarcada en una polí?ca de desarrollo de espacios verdes, no fue acompañada de emprendimientos, ni mantenimiento, sumiéndose de esta manera en el abandono (a excepción del Parque de la Ciudad). ¿Hacía dónde se orientan estas intervenciones impulsadas durante la úl?ma Dictadura Militar? La autora que retomamos en este apartado, plantea que la ciudad proyectada es “una ciudad residencial y orientada al sector de servicios” (Arqueros,2013: 51). Con la democracia se profundizó el rasgo abandónico por el que ya comenzaban a estar estos tres parques, mientras que las villas comienzan nuevamente a repoblarse, en comparación con otras zonas de la Ciudad en donde previamente exis@an villas. En la actualidad la tercera parte de la población residente en villas y nuevos asentamientos urbanos se localizan en estas zonas. Con este pantallazo histórico proponemos zambullirnos en las ideas directrices que orientan el “Plan Maestro” para la Comuna 8,“El Distrito del Deporte”.

Sobre el plan y los juegos del hambre Hacia fines de 2013 el PRO presentó en la Legislatura porteña el proyecto “Plan Maestro” para la Comuna 8. ¿Dé se que se trata este plan? Para comenzar, un “Plan Maestro” es una propuesta estratégica de organización de un territorio +sico determinado. Éste corresponde a una visión consensuada de un grupo de actores involucrados, que miran el desarrollo de dicho territorio a largo plazo. Si bien más adelante nos centraremos en los pilares fundamentales con los que se levantará el “Distrito del Deporte” mencionaremos los obje?vos más importantes que se describen en el Proyecto, acedad de inserción exportadora, (...) así como cualquier otra inicia?va que impulse el desarrollo de marcándonos a aquellas ideas que hacen de este “Plan Maestro” una propuesta global, estratégica para la organización de este territorio. Entre las mismas se destacan, “coordinar e implementar la estrategia de internacionalización del Distrito del Deporte como centro de desarrollo de ac?vidades vinculadas, generando acciones de inserción internacionales, capacitación de comercio exterior, fomento de asocia?vi mercados externos ”, “Promover circuitos urbanos prioritarios


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que pongan en valor el Distrito del Deporte” “Desarrollar la estrategia de inversiones al Distrito”(Proyecto de ley). Atendiendo a estos obje?vos es que este plan orienta su intervención a grandes rasgos en tres aristas. En lo que respecta la intervención directa en infraestructura realizada por el Estado, plantea la creación del Distrito del Deporte, en dónde se encuentra como prioritaria la construcción de la Villa Olímpica (la cuál será la sede central de alojamiento de los depor?stas que vendrán a compe?r) en el viejo predio del Parque Roca. En segundo término, la promulgación de una industria local de empresas vinculadas al deporte a través de exenciones imposi?vas para que se radiquen en dicho Distrito. El interés en que se radiquen muchas de estas industrias es primordial para el Plan, ya que las exenciones y subsidios alcanzan un plazo de 20 años para las empresas pequeñas, y 10 años para la más grandes. Estos plazos hacen nuevamente a la orientación estratégica de reestructuración de esta zona que exceden las preparaciones de estos Juegos Olímpicos Juveniles. Por otro lado, dentro del combo de “industrias des?nadas al deporte” se incorporan escuelas, terciarios y universidades privadas orientadas al deporte, siendo éstas también beneficiarias de las exenciones. Por úl?mo, la tercera de las dimensiones, es la que

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trabaja la polí?ca de vivienda, y a la urbanización de ciertas zonas de la Comuna. El Plan menciona que luego de los Juegos Olímpicos se distribuirán las 1600 viviendas construidas para la Villa Olímpica, de las cuáles sólo un tercio será des?nado a la relocalización de viviendas en villas o núcleos transitorios que deban ser relocalizados por la aplicación de leyes de urbanización; el resto serán asignados a inscritos o beneficiarios de créditos. Por otro lado, propone la urbanización con criterios de radicación defini?va de varias de las villas de la Comuna. Si bien es notorio que el plan se orienta regularizar y urbanizar las villas pequeñas, también se incorporan algunas de medianas a grandes. Por otro lado, es necesario destacar que villas históricas de la zona, como la Villa 20, no son incluídas, ni nombradas en dicho plan. En lo que respecta a la operacionalización de este proceso de urbanización es necesario marcar algunos rasgos. En principio, no es claro de qué manera, ni cómo se parcelarán las villas. Es necesario adver?r que en este proceso, el Plan incorpora como actores ac?vos en términos resolu?vos a la Sociedad de Arquitectos, el Gobierno Nacional y el Ins?tuto de la Vivienda de la Ciudad, mientras que las autoridades comunales, los propios residentes, u otros actores que par?cipan de la vida ac?va de la zona son convocados sólo en términos de observadores. Por lo tanto, plantea una incógnita sobre el cómo se procederá.


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Realizada la parcelación, se entregarán los @tulos de propiedad individual. Siguiendo a Herzer los proyectos que se orientan a la renovación urbana implican una serie de procesos, que suelen ser coincidentes en el ?empo que ?enen que ver con la “pérdida de población durante un período previo al proceso de renovación, (...) el reordenamiento económico del precio del suelo urbano y de la propiedad, (...) el reemplazo de un grupo de residentes por otro a de mayor estatus social, (...) la transformación del ambiente construido con una esté1ca dis1n1va y la aparición de nuevos servicios, (...) la reunión de personas que comparten ciertas preferencias de consumo”. (Herzer, 2008: 19) Si bien algunos de los procesos que menciona la autora no son visibles a nuestros ojos actualmente para pensar procesos de renovación urbana, cabe hacerse la pregunta sobre qué sucederá con las viviendas y las personas que allí viven, cuando afecte la presión inmobiliaria y económica creada por el Distrito del Deporte una vez que estas ?erras hayan ingresado al mercado. Más concretamente, qué sucederá con el alto porcentaje de los sectores populares residentes en estas zonas ante la presión inmobiliaria, social y económica, ¿Venderán sus viviendas, se verán expulsados de hecho de sus barrios? Nace entonces la pregunta ¿La Ciudad para quiénes? Cómo figura en el mapa 1 y 2, podemos observar la baja

densidad de terrenos ofertados en el mercado inmobiliario en la Comuna 8 (mapa 1), así como también en el mapa de relevamiento de usos del suelo se observa el bajísimo nivel de ac?vidades y edificación que se localiza en la zona de esta comuna (mapa 2). En este contexto nos preguntamos el vínculo que existe entre el diagnós?co que emana de los mapas y los obje?vos de orden estratégico urbano para la zona mencionados previamente por el “Plan Maestro” para la Comuna 8. Ahora bien, habiendo realizado un breve recorrido histórico, urbano y social de esta zona postergada de la Ciudad en donde se vislumbra que el porcentaje de densidad de villas, complejos habitacionales y nuevos asentamientos urbanos es casi de las más altas de toda la Ciudad; en donde el conflicto social estalló ayer en el Parque Indoamericano, hoy con el desalojo del barrio Papa Francisco, la irremediable pregunta que nos hacemos es ¿Porqué se elige esta zona de la Ciudad para la realización de los Juegos Olímpicos Juveniles 2018? Es la pregunta por la paradójica expresión de los ¡Felices Juegos del Hambre! Hasta el momento, nunca antes la Argen?na, ni tampoco Buenos Aires fueron sede de eventos depor?vos olímpicos. Luego de Brasil 2014, los ojos están puestos en garan?zar orden y tranquilidad, para que se puedan desarrollar de manera normal los eventos y no se entorpezca el alto nivel de turismo


¡Felices Juegos del Hambre! que conllevan los mismos, ni tampoco sean llama?vos de manera nega?va para los medios de comunicación siendo eventos que son transmi?dos a escala internacional y que básicamente no se arruine parte de la gran inversión económica de infraestructura, de logís?ca y seguridad. Y una de las preguntas más emblemá?cas de este proceso ¿Cómo se garan?zará que esta zona explosiva de la Ciudad no estalle durante el fes@n? Nuevamente esta pregunta desnuda que los megaeventos depor?vos (habrá que ver si este logra ser uno de ellos) mientras se realizan, atraen la mirada de muchos, incen?van inversiones, posicionan a las ciudades y como mencionamos previamente, proBibliogra&a -Arqueros, Soledad. (2013) “El sudoeste de la ciudad: de zona depreciada a área de desarrollo urbano”. en Porcesos de producción del habitat y polí?cas públicas en las villas de la Ciudad de Buenos Aires. El caso de Barrio INTA. - (2014) “Brasil 2014: ¿para qué servirán los 12 estadios tras el mundial” en Depor.pe. [En línea] disponible en: hAp://depor.pe/futbol-internacional/brasil-2014que-pasara-estadios-despues-mundial-1020858 - (2014) “Se acabó la fiesta mundialista y esto fue lo que le dejó a Brasil” en Dinero.com. [En línea] disponible en: hAp://www.dinero.com/internacional/ar?culo/balance-econonico-turis?co-del-mundial-brasil2014/198559 - (s.f) “Miles de familias desalojadas en Brasil por el Mundial de Fútbol” en Inspirac?on. Por un mundo libre de pobreza. [En línea] disponible en: hAps://www.inspirac?on.org/no?cias-inspirac?on/miles-de-familias-desalojadas-en-brasil-por-elmundial-de-futbol - Benavides, So+a (2014) “La otra cara de la Copa del Mundo: 250.000 desalojo en todo brasil” en Diario Infobae. [En línea] disponible en: hAp://www.infobae.com/2014/01/19/1537973-laotra-cara-la-copa-del-mundo-250000-desalojostodo-brasil - Brunet, Ferran (2011) “ Análisis del impacto económico de los Juegos Olímpicos” en Mosaico Olímpico. Inves?gación mul?disciplinar y difusión de los estudios olímpicos CEO-UAB, 20 años. Direcció d’Imatge i Serveis Editorials, Catalunya, España.

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yectan ciudades nuevas. ¿Será este “Plan Maestro” la puesta en marcha y realización de los an?guos proyectos que intentan introducir la reestructuración urbana de esta zona en un contexto de mayor y creciente agotamiento de nuevos mercados inmobiliarios? ¿Los Felices Juegos del Hambre potencian, reavivan y le dan una bocanada de aire fresco a estos proyectos de antaño que hoy se disfrazan de deporte? Mientras tanto, las familias de las favelas de Brasil como en las villas de la Comuna 8 de la C.A.B.A quedan a la expecta?va de la polí?cas de Estado, que benefician a los empresarios. ¿Las familias, vecinos, organizaciones tan sólo esperarán que la suerte se ponga de su lado? - Herzer, Hilda (2008) “Acerca de la gentrificación” en Con el corazón mirando al Sur. Espacio Editorial, Buenos Aires, Argen?na. - Natanson, José (2014) “La promesa de Brasil” en Le Monde Diploma?que. Edición Argen?na, n° 180, Junio de 2014. - Ninahuanca, Chris?an (2014) “El mundial de las millonarias inversiones” en Larepublica.pe . [En línea] disponible en: hAp://www.larepublica.pe/1106-2014/el-mundial-de-las-millonarias-inversiones -Proyecto de ley Promoción de las Ac?vidades de la Producción e Industria Depor?va. Dictamen conjunto. Expediente 3257-2012 hAp://www.legislatura.gov.ar/perfil.php?ver=1212429543 - Ramonet, Ignacio (2014) “Brasil, fútbol y protestas” en Le Monde Diploma?que. Edición Argen?na, n° 180, Junio de 2014. - Rigau, Isidre (2011) “La Sombra de Barcelona” en Mosaico Olímpico. Inves?gación mul?disciplinar y difusión de los estudios olímpicos CEO-UAB, 20 años. Direcció d’Imatge i Serveis Editorials, Catalunya, España. - Seijas, Andreina (2014) “Brasil 2014 y Río 2016: ¿Oportunidades para el desarrollo urbano sostenible?” en Inicia?va ciudades emergentes y sostenibles. [En línea] disponible en: hAp://blogs.iadb.org/ciudadessostenibles/2014/05 /02/brasil-2014-rio-2016/ - Valente Junior, Airton Saboya (2012) El legado de los megaeventos depor?vos: el caso de la Copa del Mundo 2014. [En línea] disponible en: hAp://www.sextocongresocud.es/wpcontent/uploads/2013/03/vicongresocud2013_sub mission_49.pdf


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La problemรกtica habitacional en la Ciudad de Buenos Aires

DOSSIER URBANIZACIร N Y CAPITALISMO

La problemรกtica habitacional en la Ciudad de Buenos A ires Una mirada desde las organizaciones populares


Desde Sociólogxs Para Qué? le hicimos una entrevista a Charly, militante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en la COB La Brecha. En esta entrevista hablaremos sobre las problemá?cas habitacionales de la Ciudad, la historia del movimiento villero, la tradición de la toma de ?erras como forma de lucha y en par?cular sobre el conflicto del Barrio “Papa Francisco”, uno de los desalojos más importantes del úl?mo ?empo.

EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA SPQ?- Si nos tuvieras que dar un pantallazo de la problemá8ca habitacional en la Ciudad de Buenos Aires ¿Qué nos dirías?

Charly.- Vamos a hacer un poquito de historia. En la Ciudad de Buenos Aires existen entre 30 y 50 asentamientos, villas y núcleos habitacionales pobres. Los censos oficiales, y también los “menos serios”, los que han hecho organizaciones sociales ligadas a problemá?cas de hábitat popular, hablan cerca de 300.00 y 500.000 habitantes en villas y asentamientos solamente en la Ciudad de Buenos Aires. Todo eso sin contar el Conurbano bonaerense, que es una de las regiones más pobladas de Argen?na, donde habita alrededor del 37 % de la población nacional. Los otros lugares donde hay muchas villas y asentamientos son Rosario, la periferia de la capital de Santa Fe, y el Gran Córdoba. Estas son dos provincias densamente pobladas y con muchos problemas habitacionales. El resto de las provincias ?ene menor densidad de habitantes y ?enen otro ?po de problemas como la falta de servicios y acceso a derechos fundamentales, por ejemplo la salud. Existen algunas experiencias de lucha que ha protagonizado nuestro pueblo. Por ejemplo, a principio del siglo se dio una revuelta muy grande, que se llamó la Revuelta de los Conven?llos, asentada en los barrios de la Boca y Barracas. Esta huelga, fue una de las primeras donde se planteó el problema habitacional y por su magnitud, desataría una serie de leyes para instalar un mayor control social de la protesta y de la ac?vidad de los inmi-

grantes, quienes tuvieron un papel central. La problemá?ca habitacional en Argen?na es inmensa. Creo que hubo un único momento donde ha habido una intervención estatal fuerte, sobre todo en el segundo gobierno de Perón, hasta el ano ‘55. Generalmente por esta poca planificación, la concentración de gente se fue dando de diversas maneras obviamente donde había más trabajo. A par?r de los gobiernos de Perón y posteriormente algunos gobiernos militares, construyeron viviendas sociales, que si recorremos la Ciudad y la provincia de Buenos Aires iden?ficaremos como los famosos barrios Fo.Na.Vi. (Fondo Nacional de la Vivienda), los 500 viviendas, varios núcleos habitacionales de monobloques como en Ciudad Evita. SPQ?.- o como en Villa Solda8, por ejemplo...

Charly.- Claro, exacto... Fue un proceso que si bien no era sistemá?co ni planificado, se acudía al Banco Hipotecario donde cualquier familia trabajadora podía más o menos acceder a un crédito. No era un paraíso, porque tenia que ver también con explotar los trabajadores u?lizando sus excedentes como fondo de inversión, pero era real que mejoraba en un sen?do la vida a la gente. Por otro lado, hay otro proceso que se da más en el Conurbano Bonaerense que es transversal a toda esta época y ?ene que ver con la tradición de la toma de 8erras. Se generan varias formas en que la gente peleaba

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La problemática habitacional en la Ciudad de Buenos Aires

por la ?erra y auto construía su vivienda o en convivencia con algunos municipios se ingresaba en planes de pago baratos. No eran construcciones de viviendas pero vos ibas pagando tu parcela a un precio medianamente económico y te ibas así construyendo una casa, con la ayuda de agentes como el Banco Hipotecario. En paralelo se empiezan a producir pequeñas tomas de gente que no le alcanzaba tampoco para eso. Así se cons?tuyó parte del tejido urbano de la provincia de Buenos Aires. Generalmente los lugares donde más se desarrolló esta tendencia fueron cerca de los centros produc?vos, como en la Matanza, San Mar@n, Quilmes, Avellaneda o Lanús. Son todos lugares donde existe una gran concentración de población y trabajo. Cuando el peronismo impulsa el proceso de industrialización sus?tu?va de importaciones, esta generó una importante inmigración interna. Toda esta gente es la que termina de profundizar el proceso de conformación de las villas en la Capital, donde se hacen masivas. Había villas que surgen en los años ’20 o ‘30, como la Villa 31, pero en esa época es cuando se masifican. También porque la gente vive mejor, ?enes más hijos, vive más; el estado de bienestar ?ene esos aspectos, como otros nega?vos. Con los gobiernos militares un poco esto se frena, y empieza un proceso de organización de luchas dentro de las villas, que en los años ’70, dan origen al movimiento villero, principalmente de la mano de los curas que venían de la teología de la liberación y las pastorales sociales. El máximo referente será Carlos Mugica. El trabajo que hacían los compañeros de desarrollar espacios barriales y asambleas por abajo tendría más que ver con lo que hacemos con el FOL hoy, con la idea de construcción de poder popular. Eran los mismos trabajadores de los sindicatos los que vivían en los barrios, entonces eso lleva a que se de un proceso de poli?zación también ahí. En este proceso, la inserción que logra el movimiento peronista es mucho más fuerte que la izquierda marxista. El movimiento villero peronista, sin embargo, queda entrampado en las demandas de urbanización de los barrios y la necesidad de mejoramientos habitacionales presentadas a Perón. Luego la Triple A termina aniquilando la dirección de todo el movimiento villero y sufre la misma represión que todos los sectores de comba?vos al final de la década del ‘70. Lo que no es destruido es burocra?zado, al igual que los sindicatos. En esa época los militares se dan la famosa la polí8ca de erradicación de las villas: el ejército se me@a con las

topadoras dentro de los asentamientos para desalojar. Les pasaban por encima y los mandaban a la provincia de Buenos Aires o a cualquier lugar pero con la intención de correrlos de las zonas más céntricas.

SPQ?- Pero… ¿por qué se dio este proceso de erradicación cuando la gente que vivía en las villas era un importante caudal de mano de obra en la Ciudad? ¿Fue una maniobra polí8ca?

Charly.- Exacto. Respondía también a algunas cues?ones económicas, como la valorización de esas ?erras. Pero la verdad es que la principal razón es polí?ca. Gran parte de los militantes de ese ?empo o eran parte de una organización polí?ca revolucionaria o eran colaboradores en los barrios, y los enfrenamientos se daban en las mismas villas. Esta es una historia aniquilada, negada: es la historia de “los de abajo”. Todo ese trabajo que se había echo en algunos barrios, con la vuelta firme de la democracia y el neoliberalismo, da lugar a una fuerte burocra?zación de los sectores villeros a par?r de la “punterización” de los aparatos de los par?dos tradicionales como el PJ y la UCR. Se generan espacios como coordinadoras de vecinos y juntas vecinales, que sus direcciones barriales son sectores muy burócratas. En todos esos años grises de la Argen?na donde aumenta el desempleo y la desocupación los que vamos a quebrar un poco todo esto vamos a ser el movimiento piquetero. SPQ?- te proponemos ahora de hacer un salto del movimiento piquetero a la toma de Villa Lugano

Charly.- Con el empeoramiento en los úl?mos 20 años de las condiciones de vida de los trabajadores lo que crece es la densidad habitacional de cada una de las villas. El signo de época sigue siendo la falta la polí?cas públicas integrales, algo que supere los “parches” asistenciales (pequeños subsidios habitacionales o algunos mejoramientos urbanos). El kirchnerismo viene a tratar de contener un poco esta situación desde el lado asistencial, pero también u?lizando las organizaciones piqueteras que no podía correrlas de plano porque necesitaba que colaborasen en la ins?tucionalidad. Esto a muchos de nosotros nos da el pié para fortalecer nuestra construcción de base. La toma de Lugano o Barrio “Papa Francisco” está


La problemática habitacional en la Ciudad de Buenos Aires ubicado en uno de los lugares mas pobres de la ciudad de Buenos Aires, que es la Comuna 8 (Lugano, Solda8, Villa Riachuelo) donde hay una gran can8dad de villas. Está pegada a la Villa 20, a veinte cuadras de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores que es una de las más grandes y a quince cuadras de Ciudad Oculta, o sea todo sobre lo que sería el cordón de villas del Sur de la Ciudad. Lo par?cular es que este cordón está sentado en lugares donde todavía existen ?erras disponibles. En realidad, en estas ?erras ganadas al Riachuelo funcionaban “las quemas” (quema de basura), por eso ahí el suelo es una porquería. Nuevas generaciones que se van criando dentro de las villas y que ?enen un peso más, pueden irse a vivir por fuera de la casa de los padres, pero nadie les quiere alquilar sin un depósito de varios años, sin garan@a y sin trabajo estable, además que los alquileres son di+ciles de costear. Estas nuevas familias con la caída de los salarios y con los procesos de inflación, cada vez les alcanza menos la plata y donde ven un poco de ?erra se lanzan a tomarlo extendiendo y expandiendo la villa. Estos úl?mos años empezaron a crecer para arriba y ahora también para el costado. El pico que puso en el debate social el problema de la vivienda fue hace 4 anos, en el 2010, la toma del Parque Indoamericano. Está justo en frente a la Villa 20 de Lugano y a la toma del barrio Papa Francisco, asentado en el corazón del cordón de villas del sur. Fue una toma gigante de miles de familias que vienen de todas las villas, junto con estas nuevas familias que buscan donde vivir, como también los dueños de los conven?llos de la Boca y Barracas que van a hacer negocios, porque ante la necesidad siempre surgen nuevos negocios.

SPQ?- ¿Qué es una toma de 8erras? ¿Cómo funciona el negocio informal de 8erras?

Charly.- Uno toma la ?erra y se la vende a otro o la alquila a quien viene a vivir. Otro toma la ?erra para hacer negocios o si no los más empobrecidos toman la ?erra porque necesitan vivir. Una familia puede llegar a juntar 40 mil pesos para ir a comprar una parcela de ?erra en este mercado informal porque las propiedades en Argen?na están en dólares. Una mínima casa en el mercado formal, fuera de las villas, no puede costar menos de 30 mil dólares. De esta forma, la gente trata de ahorrar y si hay una toma de ?erras trata de inver?r esos pesos. Sin embargo, los problemas de conseguir una vivienda afectan a los sectores

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más pobres pero también a los sectores medios y trabajadores estables formales e informales. Hay miles de personas que forman una familia y que por más que tengan un trabajo estable, estudios y su familia los ayude, no tendrían nunca la posibilidad de acceder a una vivienda porque en ningún trabajo que en promedio ganes entre 6 mil y 8 mil pesos existe hoy la posibilidad de que puedas juntar plata todos los meses para comprar una casa de más de 30 mil dólares. Es un problema estructural. Y como los más pobres están sujetos a esta especulación de alquileres que llegan a pagar de 2 mil a 3 mil pesos en una villa, los otros sectores también están sujetos a la otra especulación inmobiliaria. Claro que no es lo mismo vivir en una villa que vivir afuera, por condiciones habitacionales y de vida, pero en realidad los dos están atravesados por lo mismo: el no poder acceder a una vivienda o a un pedazo de ?erra. Asimismo, se da un proceso en el cual los trabajadores más empobrecidos, terminan yendo a vivir en las villas. El acceso a la vivienda es un problema totalmente de clase y ante el capital, los que están peores condiciones y a los que más afecta es a los trabajadores que no podrán acceder nunca a ese bien. Y encima, la poca plata que cobran la 8enen que meter en ese fondo de especulación del mismo capital. Tanto el mercado informal como el formal guardan relaciones, porque muchas veces los que alquilan en las villas no viven en las villas y son parte de la misma mafia que hacen las reglas. Todos estos son factores que entran en la toma ?erras de Villa Lugano. SPQ?- Querríamos desplazar la mirada desde un análisis estructural hacia la ac8vidad polí8ca y social del FOL, especificando las etapas que hubiera en estos procesos de toma. Charly.- Concretamente en Lugano la primera toma que hicimos fue en el año 2006-2007 que es lo que hoy son las manzanas 28, 29 y 30 de la Villa 20. Lo que se dio fue un proceso más coordinado y organizado entre diferentes agrupaciones de izquierda. Tuvo una disputa muy grande con el Estado y con la policía, porque le tomamos un terreno a la misma policía. Nuestra idea era de reclamar mediante una medida de presión transitoria. Lo transitorio se construyó en permanente y es lo que hoy son estas manzanas. SPQ?- pero esto no significa que toda la gente que par8cipa a la toma está organizada polí8ca-


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mente...

Charly.- No, claro. Nosotros funcionamos medio como organización polí?ca y medio como sindicato, en el sen?do que hay gente que se suma para luchar por algo, entonces siempre está la tensión en los dis?ntos niveles de conciencia. Lo que buscamos es de tratar de romper con todas las lógicas clientelares que también se dan adentro del movimiento piquetero e ir asumiendo que existen y que hay formas de comba?rlas. La idea es par8r de un hecho concreto o una prác8ca social, como la de la toma, y empezar a poli8zarla. Par8r desde una necesidad que atraviesa a la gente como lo es la falta de vivienda. En el 2010, que se produce la toma del Parque Indomericano, no fue planificado por las organizaciones sino que fue una especie de “estallido social” y nos agarró a todos por sorpresa: la misma gente de los barrios espontáneamente salió a tomar. Por eso también se derrotó, porque no exis?ó ningún ?po de cohesión más polí?ca que pudiese unificar la necesidad de los vecinos. Esto favoreció a que los grupos burocrá?cos operaran y terminaron rompiendo la unidad a favor de los necesidades de los funcionarios del gobierno.

SPQ- ¿y cómo caracterizan el proceso que dio lugar a la toma y al Barrio “Papa Francisco”?

Charly.- En la toma de Lugano pasa algo muy parecido al Indoamericano. No estamos hablando de la misma dimensión, acá serán 800 familias y al tomar eran 300. En la toma del Parque estamos hablando de alrededor de 5.000 familias y en un terreno muchas hectáreas. Acá las dimensiones eran muy diferentes entonces esto nos permi?ó desde el FOL trabajar rápidamente por formar un cuerpo delegado, que tenga asambleas por sectores y que las organizaciones colaboremos entre todas y no rompamos la unidad de la lucha. Lo que hicimos fue tratar de fortalecer el cuerpo de lucha, por eso contratamos un grupo de arquitectos que los pusimos a disposición del mismo cuerpo delegado, para instalar la demanda por la urbanización. Y esto fue un proceso muy di+cil de combinar porque al principio no sabíamos bien si era una toma armada por algún sector puntero y mafioso, o una acción espontánea de algunas familias. Estas organizaciones burocrá?cas son las que controlan la villa. No ?enen una bandera polí?ca sino que son parte de la estructura del aparato del Estado. Ellos son los que

manejan los recursos y deciden unilateralmente a quienes les corresponden. Entonces ante un estallido así no se sabe bien qué hay detrás, porque ellos también trabajan sobre la necesidad, y con intenciones que no ?enen que ver con la lucha por la ?erra para vivir.

SPQ?- Ustedes querían instalar la demanda por la urbanización... ¿lo hicieron desde el principio o después del primer intento de desalojo?

Charly.- Había una acumulación importante por esa demanda porque la ley 1770 que se sancionó en el 2005 también fue parte de un proceso de lucha. Toda la gente sabía que este terreno, según esta ley, era para urbanizar. Es algo sen?do por la gente del mismo barrio. Los que “viven” de la toma no se me?eron en el cuerpo delegado y no querían saber nada de la urbanización: querían construir la villa rápido. SPQ?- y lo hicieron...

Charly.- Claro. Pero una gran parte, casi el noventa por ciento del barrio, pudo poner sobre la mesa el tema de la urbanización. Los que pidieron esto fue la gente común, los que no tenían casa y que no estaban ahí para hacer negocios. Estos compañeros son los mismos que ?enen causas judiciales... SPQ?- ¿Y porque fueron judicializados?

Charly.- Porque lo que se pelearon siempre el gobierno de la Ciudad con el de la Nación fue por cómo hacer más efec?vo el desalojo, ya que si termina en un asentamiento permanente no se puede frenar. Entonces ambos no les interesaba discu?r vivienda y urbanización sino desalojo. Por eso mismo judicializan a vecinos y compañerxs, es una forma de disciplinar para que no se hagan escuchar los verdaderos reclamos. Yo pienso que la importancia trabajar la necesidad de la urbanización desde el principio era para instalar el planteo y poli?zar un conflicto que iba a quedar solamente que “son pobres”, “son delincuentes que toman ?erras”, y ayudar a no discu?r eso y si a discu?r vivienda. Ahora la realidad es que esa urbanización está muy lejos: hoy sigue siendo una consigna pero la relación de fuerzas que tenemos “los de abajo” con los dis?ntos gobiernos no nos da para que hoy la villa se urbanice. Y creo que eso se siente y ahora estamos


La problemática habitacional en la Ciudad de Buenos Aires usando una tác?ca de pedir un predio desocupado para que se vaya haciendo por etapas, pero la realidad es que esto no es un problema económico administra8vo técnico sino que es un problema polí8co. Y que la decisión de los gobiernos no es inver8r plata y des8nar presupuestos para estos sec-

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tores. A parte todo esto la urbanización rompería buena parte de todo estos negocios que te estuve relatando antes. Pero el hecho es que es un negocio fantás8co una villa, totalmente funcional para el capital y el gobierno, y dis8ntas redes económicas mafiosas.


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¡SOMOS PERSONAS COMO LOS DE ENFRENTE!

DOSSIER URBANIZACIÓN Y CAPITALISMO

¡SOMOS PERSONAS COMO LOS DE ENFRENTE! Entre la Villa 31 y el Sheraton, uno de los dos falta en el mapa

Dario Clemente

Licenciada Lic. Relaciones Internacionales Maestría en Geogra a Humana en universidad de Leeds


Frente a la estación de Re0ro, cruzando la calle, se encuentra el hotel cinco estrellas Sheraton. La villa no se ve desde la puerta de entrada, pero los turistas en las habitaciones más altas pueden apreciar su extensión completa.

EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA La villa más an?gua de Buenos Aires fue creada por el Estado en un área central de la ciudad, mucho antes que la urbanización informal fuera confinada a la periferia. Tapado por tres grandes estaciones de tren y la estación de ómnibus, este barrio de más de veinte mil habitantes se desarrolló al lado de las vías del ferrocarril, entre el puerto y algunas de las zonas más ricas de la ciudad. La autopista Illia, construida en 1996 por encima de la villa, está rodeada por los edificios más altos de la nueva sección, la llamada “Villa 31 bis”. El área gentrificada de Puerto Madero no queda lejos de allí, y los rumores sobre la futura apertura de dos estaciones de subte, junto con el reiterado intento de volcar el barrio en el mercado de la vivienda (proveyendo a los pobladores los cer?ficados de propiedad) hace que la Villa 31 esté al borde de la frontera gentrificadora. Una de las maneras para reproducir la desigualdad social en la ciudad es borrar una parte de ella. No al azar, por supuesto: el obje8vo es el pobre y su casa, el medio es la cartogra&a. Las villas de Buenos Aires son de hecho excluidas del mapa oficial de la ciudad, determinando una “invisibilidad cartográfica” que fortalece la segregación estructural de los barrios más pobres. La tendencia es general, pero la Villa 31 es uno de los mejores ejemplos. ¿Qué es la informalidad? Las villas de Buenos Aires son, por supuesto, “informales”. ¿Pero qué significa informalidad? Ananya Roy y AlSayyad (2004) consideran la informalidad como algo más que

un sector no regulado de la economía, describiéndola como una modalidad de producción del espacio dentro del alcance del Estado y bajo su control. Más allá de su aparente carácter no estructurado, en efecto, la informalidad es sancionada por el Estado a través del otorgamiento del “status” de formal o informal, y las ins?tuciones son los únicos actores capaces de operar informalmente sin incurrir en represalias legales. Ejerciendo aquel poder “extra-legal” que Agamben (1999) asocia con la soberanía y el “estado de excepción”, el Estado suspende las normas usuales y u?liza la informalidad para mantener una distribución desigual del valor espacial, promoviendo la explotación capitalista del “entorno construido”, divido en áreas valorizadas y devaluadas: “El Estado ?ene el poder de determinar cuándo aplicar esta suspensión, determinar qué es informal y que no, y determinar cuáles formas de informalidad prosperaran y cuales desaparecerán” (Roy 2005, p. 149). Esta forma de acumulación capitalista en la producción del espacio, impulsada por el giro neoliberal, puede tomar diferentes formas, desde la gentrificación y la regeneración urbana hasta el desalojo y demolición de asentamientos informales, siguiendo la lógica de la “destrucción crea?va”. Mientras que la urbanización informal sigue siendo una excepción en los países del norte, en las ciudades del sur es considerada por Roy (2009) como “la modalidad primaria de producción del espacio metropolitano del Siglo XXI “. La teoría de la informalidad nació en el contexto la?noamericano, si bien en la actua-

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lidad se ha demostrado su relevancia para analizar la urbanización en África, Medio Oriente y Asia. En nuestro con?nente, la informalidad ha estado frecuentemente asociada a la teoría de la dependencia. Bajo esta óp?ca, la urbanización informal generalizada de las ciudades de Sudamérica es presentada como una consecuencia más del subdesarrollo causado por la posición periférica ocupada en la economía mundial. El enfoque principal, no obstante, ha sido el estudio de la segregación urbana -tal como lo realiza Caldeira en “Ciudad de muros” (2007)-, o el de la marginalidad social, concepto rechazado por Janice Perlman (1979) por ser un “mito” que presenta los pobres como sujetos desamparados para explotarlos mayormente como fuerza de trabajo desechable. Dentro del análisis de la segregación urbana en las ciudades la?noamericanas uno de los aspectos más destacables es “la proximidad de ricos y pobres, pero en espacios hermé?camente cerrados, lo que establece relaciones asimétricas entre las dos partes” (Schapira 2001). La villa 31 y 31-bis actualizan el concepto clásico de “muro”, reemplazado por la autopista y los rascacielos, un “asedio dorado” a las vidas de miles de personas. Una caracterís8ca bastante ignorada de la informalidad es su representación cartográfica. Mientras muchos académicos han analizado el uso de mapas como instrumentos de poder para ejercer el control social de las personas, para avalar colonizaciones y guerras, escasa atención ha sido dedicada a su enlace con la reproducción de la informalidad. Nos parece por lo tanto necesario empezar a tratar la cues?ón del impacto del mapeo oficial sobre la informalidad, su uso por el Estado y la posibilidad de u?lización con propósitos militantes. Como muchos proyectos de lucha han mostrado, par?cularmente los interesados en la protección de las comunidades indígenas, hay espacio suficiente para desarrollar sobre los usos militantes de los mapas, que contrastan con la cartogra+a clásica “desde arriba” y su representación conservadora del espacio. En Argen?na el ejemplo más famoso quizás sea la ac?vidad de Iconoclasistas y su mapeos del conflicto, en los cuales la narra?va del poder es reemplazada por aquella de los movimientos sociales, reclamando centralidad para las luchas ambientales y sociales. Con estos pensamientos en la cabeza y los ojos mirando a los numerosos puntos grises del mapa de Buenos Aires, nos surgen algunas preguntas: ¿Puede la cartogra+a ser una modalidad par?cular de repro-

ducir la informalidad a través de la invisibilización? ¿Es usada exclusivamente por el Estado? ¿Qué ?po de narra?va simbólica sobre las villas supone? ¿Tiene consecuencias prác?cas para los vecinos? ¿Puede ser inver?da para representar las luchas y demandas de los villeros?

Mientras tanto, alguien se está ocupando... La par?cular ubicación “amurallada” de la Villa 31 se emparenta con una definición de la segregación urbana de Peter Marcuse (2004): “los muros definen distritos (…), definen su propia naturaleza y la posición de sus residentes en la jerarquía entre ellos, la jerarquía de las ciudades dentro de la ciudad”. Hay un colec?vo que está intentando contribuir a demoler estos muros. Se llama “Talleres de Urbanismo Barrial (Turba)” y ejecuta un taller de mapeo popular en la villa 31 y 31-bis hace cinco años, con el obje?vo de producir un mapa del barrio hecho por los vecinos. Si bien la idea original era hacer un falso mapa turís?co de la villa 31, el proyecto evolucionó rápidamente en un compromiso a largo plazo con el barrio, basado en métodos par?cipa?vos. Después de una fase inicial de mapeo usando diferentes técnicas cartográficas, el grupo integrado por adolescentes villeros, está actualmente atravesando la úl?ma etapa del proceso: la “socialización” del mapa producido. Este paso llamado “Mapa abierto” consiste en encontrar el mayor número de organizaciones vecinales posibles para mostrarle el mapa y discu?r correcciones y diferentes interpretaciones, para fortalecer la naturaleza colec?va de la producción cartográfica. El resultado del taller será la provisión del mapa de la Villa 31 a los vecinos, con la posibilidad de involucrar a los representantes de otras villas y expandir el proyecto hacia toda la ciudad. Aunque primariamente trata la invisibilización cartográfica de la villa, con el propósito de “generar alteraciones en las representaciones de los espacios urbanos, sus usos y quienes están habilitados – o no – a transitarlos” (Vitale 2013, page 19), Turba desempeña también su papel en la polí?ca del barrio. El mapeo es considerado en efecto por el grupo como un proceso de construcción de una “herramienta” que puede ser u?lizada para apoyar campañas de los vecinos, entre las cuales la más importante es el pedido al Estado de cumplir con los programas de urbanización prome?dos. “Radicación con urbanización” es el lema. Su adhesión a este horizonte polí?co contesta a nuestra pregunta sobre la posibilidad de “in-


¡SOMOS PERSONAS COMO LOS DE ENFRENTE! ver?r” el uso de la cartogra+a: si, a pesar, o quizás gracias a la ausencia de la villa 31 en los mapas oficiales, un proceso colec8vo de mapeo puede ayudar a construir una visión diferente de la ciudad, en la cual las demandas de los vecinos tengan una posición central. El conjunto de la experiencia de Turba en la Villa 31 nos da una respuesta posi?va a nuestras preguntas. Mientras que la naturaleza informal del barrio ?ene causas sociales, polí?cas y económicas, su ausencia en el mapa es considerada como un nivel especifico del tratamiento diferenciado del Gobierno de la Ciudad hacia dis?ntas partes de su territorio. La Villa 31 sufre una escasa provisión de servicios, demoras en los programas de urbanización y una desinversión pública generalizada, reemplazada por subsidios derivados a empresas de servicios. En esta escena de semi-abandono, la ausencia de un reconocimiento cartográfico de la estructura interna del barrio produce dificultades adicionales, como el problema concreto de no poder dar un domicilio a la hora de buscar trabajo. Por otra parte en la percepción de los villeros esta invisibilización ?ene también consecuencias simbólicas, “borrando” del mapa las viviendas de los trabajadores pero siguiendo empleándolos en los sectores con peor remuneración de la economía citadina. Tal negación de la existencia de las zonas de los vecinos más pobres favorece a la es?gma?zación social de los mismos como “ciudadanos que no merecen la ciudad” (Oszlak 1991).

El mapeo como arma para el “derecho a la ciudad” Hay muchos ecos de la teoría sobre el control estatal de la informalidad en la situación de la Villa 31.

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El Estado es capaz de determinar el status informal de un asentamiento desde un punto de vista legal, con la intención de ins?tucionalizarlo o de mantenerlo así como es, atrasando los programas de urbanización. Además conserva la capacidad de aplicar la informalidad como quiere: mientras la Villa 31 se enfrenta con repe?das amenazas de desalojo por su naturaleza informal, el Estado opera a menudo dentro del barrio mediante estructuras comunitarias construidas por la gente y nunca formalizadas. Alguna vez, sin embargo, se demuestra benevolente, prome?endo a los vecinos la ins?tucionalización, a través de la provisión de cer?ficados de propiedad, por ejemplo. Incluso en este caso, la acción del Estado parece ser desinteresada por lejos, dado que dar a los pobladores la posibilidad de vender sus casas en el mercado de la vivienda llevaría rápidamente a una gentrificación del barrio, quizás con la ayuda de su “inexistencia” cartográfica. En estos ?empos neoliberales el monopolio del Estado sobre la informalidad puede extenderse desde el control de la vida diaria de las personas, proveyendo o no conductos de agua, infraestructuras, hasta el poder de desplazar comunidades enteras directamente o indirectamente a través del mercado. Aunque los mapas pueden ayudar a mantener la reproducción de la informalidad, los mismos pueden ser u?lizados también contra de él, como enseña la experiencia de Turba. Donde el mapa se convierte de hecho en una “herramienta” para sostener la campaña “Radicación con urbanización”, empezando con tener una dirección, el “derecho al domicilio”. En este sen?do las demandas de los vecinos pueden ser quizás entendidas en el marco de la lucha por el “derecho a la ciudad”, tal como lo en?ende David

Una caracterís0ca bastante ignorada de la informalidad es su representación cartográfica. Mientras muchos académicos han analizado el uso de mapas como instrumentos de poder para ejercer el control social de las personas, para avalar colonizaciones y guerras, escasa atención ha sido dedicada a su enlace con la reproducción de la informalidad.


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Harvey (2013), donde el “derecho a quedarse” se encuentra con la llamada a un tratamiento igualitario de los ciudadanos, ya sea mediante la urbanización de sus barrios o su existencia en el mapa. La cartogra&a bien merecería entonces ser incluida en una virtual “agenda de la ciudad” del conjunto de los movimientos sociales, desde que es un medio para reproducir desigualdad y para contrastarla. En par8cular, su uso podría seguramente servir a los propósitos de los que operan en barrios informales, como medio de análisis del entorno en el cual se organiza la gente social y polí8camente. Y no estamos hablando solamente de resultados prác?cos. Además de proveer un mapa de la villa para planear ac?vidades o demandar específicas intervenciones de urbanización, hay otras potencialidades bajo de la superficie de la simple representación cartográfica. Expandiendo el concepto de mapeo más allá de su significado literal, de hecho, se podría desplegar para “mapear” las fronteras entre la ciudad formal e informal, los enlaces sociales, económicos y culturales entre las villas y los otros barrios. La interdependencia económica entre los asentamientos informales y el resto de la ciudad podría ser revelada mostrando las trayectorias co?dianas de consumo y trabajo de sus habitantes, mientras que el estudio de su composición social podría seguramente ayudar a iluminar la relación entre clase, inmigración y la reproducción de la informalidad. El carácter par8cipa8vo del mapeo popular seria así llevado más allá del papel, añadiendo a la representación gráfica compar8da de la villa, una reconstrucción de su iden8dad cultural capaz de contrastar la dominante es8gma8zación social de los villeros como “no meritorios” de determinada ciudadanía y la invisibilización constante de sus habitantes junto a sus demandas más urgentes.

Bibliogra&a Agamben, G. (1999). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Valencia. Pretextos. AlSayyad, R. (2004) Urban informality: Crossing borders, Urban informality: transna?onal perspec?ves from the Middle East, La?n America, and South Asia, Lexington Books, Lanham. Caldeira, T. (2007). Ciudad de muros. Barcelona, Editorial Gedisa. Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes: Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Ediciones AKAL. Marcuse, P. (2004). No caos, sino muros: el postmodernismo y la ciudad compar?mentada. Lo urbano en, 20. Oszlak, O. (1991). Merecer la ciudad: los pobres y el derecho al espacio urbano. HumanitasCedes. E., (1979), The myth of marginality: Urban poverty and poli?cs in Rio de Janeiro. Univ of California Press. Roy, A., (2005) Urban informality: toward an epistemology of planning. Journal of the American Planning Associa?on, 71(2), 147-158 Roy, A. (2009). The 21st-century metropolis: new geographies of theory.Regional Studies, 43(6), 819-830. Schapira, Marie France (2001): “Fragmentación espacial y social: conceptos y realidades”, en Perfiles La?noamericanos , año 10, nº 19, México Vitale Pablo, (2013), Mapas villeros. Acción colec?va y polí?cas estatales en asentamientos populares de Buenos Aires, Congress of the La?n American Studies Associa?on, May 29 - June 1, 2013,Washington, DC .

(...) la ausencia de un reconocimiento cartográfico de la estructura interna del barrio produce dificultades adicionales, como el problema concreto de no poder dar un domicilio a la hora de buscar trabajo.



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LA CONFIGURACION DEL FRENTE DE MASAS EN ARGENTINA (1969/1975)

DOCUMENTOS PARA LA CONFIGURACION DEL FRENTE DE MASAS EN ARGENTINA (1969/1975)

Contra la corriente (del marxismo vulgar): Un aporte de la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO)

Como ya adelantamos en la edición anterior de la SPQ?, con esta sección aspiramos a realizar un aporte a la reconstrucción teórica y cultural del proyecto socialista. Para comba?r los baches generacionales que impone la Historia y la amnesia conservadora que reina en los reductos académicos, presentamos aquí un documento aparecido en la revista Rearme Teórico en el año 1980, editada en el exilio mexicano y firmado por Agus@n Giménez, miembro de la Organización Comunista Poder Obrero –OCPO-, organización que supo tener una presencia importante en las luchas populares argen?nas allá por los intensos años ‘70 y cuyos aportes aun hoy permanecen desconocidos para gran parte de la militancia socialista pese a su complejidad y originalidad. Los colec?vos con aspiraciones transformadoras no podemos darnos el lujo de ignorar semejante acervo polí?co. El ar@culo ?ene gran valor para las actuales cama-

das militantes de la izquierda socialista por su u?lidad para reordenar el debate estratégico evitando los atajos dogmá?cos. Par?cularmente su valor reside en el aliento a reflexionar sobre la interacción entre las organizaciones polí?cas, los conflictos de intereses que abre el proceso social y el momento hegemónico del bloque popular. A par?r de un análisis de las luchas del periodo 19691975, el ar@culo se propone una mirada introspec?va desde el punto de vista de la izquierda radical respecto a sus “modelos” teóricos de referencia, el que se extrae de Lenin y el inspirado en Gramsci, a veces entendidos como opuestos, otras como complementarios. El problema de fondo es la forma en que se concibe la totalidad del proceso social a la hora de la intervención prác?ca, problema común a la sociología, y de indudable connotación polí?ca.


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UNA NUEVA IZQUIERDA El desarrollo histórico sigue dos líneas paralelas que sólo en las situaciones revolucionarias se cruzan. Una es la línea de desarrollo histórico de las superestructuras en general: Estado, Par?dos, Sindicatos, Corporaciones, Movimientos Polí?cos. Otra, es la línea del desarrollo histórico del movimiento real. La primera cons?tuye la “historia oficial”, la historia de las formas orgánicas normadas, ins?tuidas legal o ilegalmente: de las formas que pertenecen al canon de lo "consciente" -es decir, no sólo aquello que tenga una teoría, que sea previsto a previsible en su forma, sino también los fenómenos sociales que han alcanzado cierto grado de cristalización y racionalidad-. En cambio la segunda, la historia del movimiento real, se ubica en el nivel inferior de la conciencia social y se ocupa de las fuerzas espontáneas, de formas orgánicas nuevas y transitorias, todavía no fijadas. Esta es la escurridiza historia de las síntesis fugaces, el magma de la praxis de masas. Mientras la primera historia, que podríamos llamar manifiesta o aparente -en la medida en que la apariencia es el nivel de la realidad efec?va-, se "lee" a la altura de lo consciente en sus formas teóricas y prác?cas, vale decir que su aprehensión siempre es de algún modo reflexiva; la segunda historia no puede asirse sino en su propio devenir, sólo es capturada por dentro, no le interesa la expresión consciente sino como manifestación de una interioridad también real y obje?va, pero que necesita producirse. Esta historia de segundo grado es la historia primordial de la praxis, que de ningún modo pertenece a un presunto incons-

ciente colec?vo, sino más bien, al mundo de las inesperadas síntesis espontáneas. En este mundo, la necesidad histórica se hace presente como "azar", con una ley de configuración que debe ser descubierta –y creada a la vez en la transformación-. En el origen de la sociología está el descubrimiento de la "exterioridad" y "autonomía" sustanciales de la sociedad respecto de la intención y la voluntad de los hombres, pero el posi?vismo concibió esa exterioridad como "coseidad": es decir, de una manera a-histórica. Solo el marxismo dio a la exterioridad social un carácter histórico, histórico no sólo porque se desarrolla, sino porque se trata de un movimiento de perpetuas síntesis entre teoría y prác?ca, entre movimiento espontáneo y conciencia. Por esto, sólo la polí?ca puede aprehender este movimiento en el momento prác?co de su producción. Un "balance" crí?co y autocrí?co del proceso revolucionario argen?no no puede detenerse en el nivel de lo consciente, de lo que sus protagonistas proponían; por el contrario, necesita llegar hasta lo efec?vamente producido en el movimiento de masas y por él, que siempre resulta ser una síntesis inesperada entre lo proyectado, lo realizado y su propia proyección. Con esta advertencia previa, podemos pasar revista a las relaciones entre sindicatos, par?do y movimiento de masas espontáneo. LA LINEA DE MASAS ¿Qué formas orgánicas concretas adquiere en su desarrollo real, el movimiento obrero y popular? Estas formas orgánicas de la alianza

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estratégica de clases, permiten aprehender en sus determinaciones reales, en cada una de sus fases y modos, un proceso que de otra manera aparece amorfo e inasible, incapaz de permi?r la formulación de cualquier polí?ca revolucionaria de conjunto. La revolución proletaria es una transformación total de la sociedad y su protagonista es el pueblo todo; su fuerza motriz es la enorme mayoría del pueblo. Sin el frente de masas, sin la unificación del campo popular bajo la hegemonía y dirección del proletariado, la revolución socialista es una utopía. En su desarrollo, el movimiento de masas sinte?za la totalidad social en puntos precisos de su trayectoria, en coyunturas determinadas y organismos específicos a través de los cuales se procesa, y que resultan de correlaciones de fuerzas coyunturales pero necesarias. El problema de la línea de masas se incluye dentro del tema decisivo de la ciencia social: el de la totalidad. Su resolución efec?va no sólo posibilita la transformación revolucionaria de la sociedad, sino que impone la reformulación de la sociología misma. De ahí que una concepción posi?vista del marxismo resulte impotente ante esta cues?ón y acabe descartándola por meta+sica. Así ocurre de hecho, hoy, con el stalinismo y sus versiones remozadas del ?po eurocomunista, que se baten en dos frentes: el de la totalidad y el del sujeto. Tras estos falsos clises se ocultan problemas polí?cos muy concretos de la revolución proletaria, que únicamente planteados en términos polí?cos se vuelven comprensibles. Podríamos sinte?zarlos así: 1) La capacidad real del proletario como clase para sinte?zar, en un poder revolucionario totalizador, al conjunto de la sociedad y de la historia -y aquí asoman los problemas del Estado: la dictadura y la democracia, es decir, los modos socio-históricos de totalización-; 2) La capacidad del proletariado para hacer de ese movimiento una polí?ca de masas consiente. En realidad, los planteos "filosóficos" y "cien@ficos" a que nos ?enen acostumbrados el llamado estructuralismo marxista, eluden la sustancia del problema y el nudo de la crisis: la polí?ca de masas. No hace falta decir que ésta no es una cues?ón filosófica ni cien@fica -en términos posi?vos-, sino eminentemente POLITICA. Esforcémonos, entonces, por pensar en términos polí?cos: de síntesis entre movimiento espontáneo y teoría revolucionaria. De praxis. No existe un registro de las "formas" orgánicas del movimiento de masas ni una receta de organización: el frente de masas se configura en el propio desarro-

llo de su proceso. Ni la Comuna de Paris ni el Soviet de Petrogrado se cons?tuyeron por decreto, y sin embargo resultaron ser el ámbito real en cuyo interior el proletariado se erigió en vanguardia conquistando la hegemonía y la dirección de las masas. Precisamente por ese carácter a la vez históricamente necesario en cuanto se dirigen hacia formas de poder revolucionario-, y socialmente coyuntural, de los órganos del frente obrero y popular, es que todo análisis debe apoyarse fundamentalmente sobre experiencias concretas. No hay otra base para determinar las tendencias generales y permanentes del desarrollo del frente de masas. La experiencia revolucionaria del proletariado en este siglo deja una serie de enseñanzas que la teoría marxista ha recogido. Los organismos originariamente espontáneos del movimiento de masas, en situaciones de crisis agudas y estructurales de la sociedad, adquieren al menos dos caracterís?cas permanentes: 1- Se erigen en órganos de poder alterna?vo -por lo que asumen una jurisdicción territorial más o menos estable, imponen una legalidad propia y un control que llega hasta la producción o empieza en ella-. 2- Se trata de organismos del conjunto del pueblo, totalizadores y por ende exteriores y autónomos respecto a las instancias de organización de clase -como sindicatos y par?dos-. Precisamente resultan ser el ámbito donde esas organizaciones dirimen sus relaciones y se disputa la dirección: allí dentro se construyen las vanguardias revolucionarias efec?vas. Las formas orgánicas del Frente de Masas, que desembocan en órganos de Poder del ?po de Comuna o Soviet pero que no necesariamente ?enen ese origen, son por naturaleza sinté?cos y foráneos respecto de los sindicatos y los par?dos -y obviamente del Estado, al cual se enfrentan-. Los sindicatos son de índole corpora?va-profesional, que en el mejor de los casos llegará a ser "clasista" desde el punto de vista "interno" de la clase obrera -esa interioridad de lo “en sí”- pero que encuentra en su propia naturaleza obstáculos insuperables para erigirse en vanguardia revolucionaria de masas. La esencia de esos obstáculos que Lenin señala pero quizás no profundiza, está, no en el carácter masivo de los sindicatos, sino en el ?po de alianza que se establece entre los sectores avanzados, medios y atrasados, y el vínculo que une a los sindicatos obreros con el resto de las masas no proletarias: precisamente su carácter "profesional". En efecto, el frente entre los dis?ntos sectores del pro-


LA CONFIGURACION DEL FRENTE DE MASAS EN ARGENTINA (1969/1975) letariado, en lo sindical, se funda en las reivindicaciones económicas y sociales de la clase obrera como masa -y el grado más alto del clasismo sindical no pasa de dejar planteado el carácter irreconciliable del antagonismo entre proletariado y burguesía, sin ser capaz, empero, de superarlo en el terreno sindical con una alterna?va polí?ca del conjunto, pues para hacer esto, el sindicato debería abandonar su carácter profesional para erigirse en Comuna: organismo del conjunto de las masas-. Esta naturaleza de lo sindical -en cuanto lucha de resistencia- y de los sindicatos -en tanto organizaciones espontáneas de carácter reivindica?vo- no surge de una "división del trabajo" impuesta especula?vamente por la teoría marxista, sino del ?po de relación interna de la clase consigo misma en el interior del movimiento obrero, y de las leyes del mercado de trabajo capitalista. Precisamente por sus limitaciones, los sindicatos pueden integrar la superestructura de la sociedad capitalista -más allá de que lo hagan conflic?vamente-. Pero no sólo la relación interna condiciona a los sindicatos, sino el ?po de vínculo que por intermedio de ellos establece el movimiento obrero con el resto de las masas. Es un hecho que los sindicatos no surgen para superar la competencia en el mercado de trabajo, sino para controlarla y regularla; no nacen para levantar las reivindicaciones de todo el pueblo contra la clase dominante, sino para negociar e imponer los intereses de determinados sectores perfectamente diferenciados del conjunto de la sociedad, aun en perjuicio de otros. Esta es la otra limitación social que obstruye la transformación revolucionaria de los sindicatos, pero a su vez, los pone en tela de juicio en aquellas estructuras capitalistas y coyunturas crí?cas en que la división del trabajo entre lo sindical y lo polí?co se torna insostenible, y en su lugar prevalece una dinámica irresis?ble que lleva a la lucha reivindica?va económica contra un patrón a conver?rse en una lucha polí?ca contra el Estado. Y esto es precisamente lo que nos interesa respecto a las sociedades del capitalismo dependiente la?noamericano, en la fase de crisis prolongada que se abre en 1968 y que está lejos de haberse cerrado aunque adquiera caracterís?cas nuevas e inesperadas. Esta situación y estas condiciones cues?onan, tanto el origen presuntamente "espontáneo" de los sindicatos actuales – más allá de que esa espontaneidad se mantenga por la necesidad de organizaciones de ése ?po y nivel de lucha-, como la clásica división de niveles y momentos que describe a los sindicatos como el primer paso de

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la unificación del proletariado, la necesaria escuela de la revolución, y el ámbito donde el par?do de vanguardia recluta a sus cuadros obreros. Precisamente queremos hacer hincapié en lo inadecuado de este "modelo" a par?r de nuestra propia experiencia. Según ese "modelo" -que se ha querido extraer de cierta lectura del “¿Qué Hacer?"-, el Par?do se construye sobre los intereses históricos del proletariado y con una polí?ca que impulsa en el movimiento de masas la cons?tución de una alterna?va revolucionaria al poder de la burguesía. Se trata, según la clásica definición de Lenin, también de una organización profesional, pero de profesionales de la polí?ca revolucionaria: esto determina su selec?vidad, su carácter exterior respecto de las luchas parciales del proletariado y de su movimiento espontáneo, expresando siempre los intereses generales y los obje?vos históricos -si es que queremos expresarnos con los términos del Manifiesto Comunista-. Más allá de la polémica aún pendiente acerca de la verdadera naturaleza de ese "desde afuera", y del carácter de "vanguardia" -¿polí?ca o histórica?, que ?ene el Par?do en cada momento, queda perfectamente claro en la concepción de Lenin que el Par?do mismo no es un organismo de masas y no es un órgano de poder alterna?vo. De todos modos, y pasada la fase revolucionaria en la URSS, bajo el stalinismo, el Par?do en el poder se va confundiendo con el Estado Totalitario, se convierte en un organismo masificado que absorbe incluso a los sindicatos -privados de su carácter reivindica?vo de clase para cons?tuirse en órganos de ges?ón del Plan-, y acaba sus?tuyendo toda polí?ca de masas y todo movimiento de masas por su propia dinámica interna, al grado de que la historia de la URSS se reduce a la historia del Par?do. Para poder replantear realmente el problema de la polí?ca y el movimiento de masas, es necesario acabar con ese fe?chismo del Par?do de Vanguardia que ha mantenido fascinado al marxismo por casi cuarenta años, y cuya clave consiste en esa iden?ficación inicial entre el par?do UNICO y la vanguardia polí?ca real. Para esta desmi?ficación la propia historia del movimiento de masas en nuestro siglo, de los consejos de Turín, de los Soviets en la revolución en Alemania, de los Consejos de Cataluña durante la Guerra Civil, de las comunas campesinas en la Revolución China y en la Revolución Vietnamita, aportan materiales y experiencias decisivas de las cuales la teoría marxista no ha extraído todas las conclusiones. Esa teoría se ha quedado detenida en las dos posiciones clásicas


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acerca de la polí?ca de masas: la de Lenin y la de Gramsci, correspondientes a momentos opuestos de la fase revolucionaria -uno durante el ascenso que abre el siglo XX y otro durante el repliegue ante el avance del fascismo; uno en oriente y otro en occidente-. Por el momento sólo nos interesa dejar señalado el punto central en el que ambas concepciones divergen -ya sea para oponerse o para complementarse-: a nuestro entender ese punto se encuentra en el carácter polí?co de la alianza que cons?tuye el frente de masas y sirve de plataforma a los organismos de poder alterna?vo. Para Lenin esa alianza estratégica es por esencia POLITICA, y se expresa en acuerdos de par?dos y programas -aunque las relaciones acaben dirimiéndose en los organismos de masas de ?po sovié?co-. Si bien la posibilidad del frente obrero-campesino existe en la realidad misma y es una tendencia del proceso efec?vo, su realización implica la resolución de contradicciones tan fundamentales como las que existen entre la pequeño-burguesía y el proletariado, y eso sólo es posible por medio de la ar?culación polí?ca que sea capaz de lograr la clase obrera. De alguna manera el movimiento espontáneo crea las condiciones para toda polí?ca, pero queda afuera de ella como el momento de la síntesis superadora de la espontaneidad. Quizás aquí se manifieste el carácter estrictamente coyuntural, de análisis concreto de una situación concreta, que ?ene siempre el pensamiento polí?co de Lenin y que el stalinismo ha estereo?pado: la polí?ca de Lenin se corresponde con una situación revolucionaria abierta -su pensamiento está determinado por la actualidad de la revolución en Rusia-, y además encaja en un país que es el "eslabón más débil" en la cadena imperialista, en una sociedad donde la polarización entre sociedad civil y el Estado es inmediata y defini?va. Allí los par?dos, incluso antes que los sindicatos, resultan los mediadores exclusivos entre el movimiento de masas espontáneo y el poder. De ahí la supremacía que adquieren en el pensamiento de Lenin, sobre todo desde el "¿Qué Hacer?" hasta las "Tesis de Abril" inclusive, las instancias "conscientes" de organización polí?ca revolucionaria y la dimensión de su campo de acción que, en muchos casos, debe llegar a sus?tuir la inexistencia en Rusia de un movimiento sindical tan poderoso como el alemán, por ejemplo. En cambio, la concepción de Gramsci acerca de la polí?ca de masas se sinte?za en el controver?do concepto de "bloque histórico". La reflexión de Gramsci se ubica antes del momento del pensamiento polí?co

de Lenin, en las condiciones de la alianza de masas: en las bases ideológicas intelectuales y morales dice Gramsci -del frente de masas revolucionario y que lo hacen posible-. En la medida en que la dirección polí?ca del proceso revolucionario, por parte del proletariado, supone una hegemonía fundamental y fundante sobre el conjunto del pueblo, una polí?ca de masas, para ser de vanguardia, no se agota en el nivel de las alianzas de par?dos, sino que debe arraigar en el sen?miento y las prác?cas del movimiento espontáneo. Del mismo modo que Gramsci se enfrenta a toda ontología materialista -afirmando el carácter inseparable y sinté?co de la relación entre sociedad y naturaleza, que mina la esencia misma del hombre-, y en consecuencia, a las tendencias posi?vistas que ya en su ?empo eran evidentes dentro del marxismo, también se dirige a rela?vizar y condicionar socio-históricamente el concepto leninista de "ins?nto de clase" como plataforma material de la conciencia de clase. Para Gramsci –tal vez profundizando a Lenin y no contradiciéndolo en lo sustancial de su polí?ca-, el ins?nto de clase no es un SER inherente al proletariado sino la relación contradictoria entre la ideología dominante y su propia prác?ca. Esa contradicción se puede resolver solo en dos direcciones: hacia la reafirmación de la dominación ideológica, o hacia su superación por vía del desarrollo de la lucha revolucionaria -y no por la asunción de una presunta "ideología" alterna?va que dividiría la realidad en dos mundos contrapuestos: el de la burguesía y el del proletariado-. En este sen?do de praxis, el fundamento ideológico de una polí?ca de masas revolucionaria debe estar en una moral y en una cultura, que únicamente son capaces de "superar" a la ideología dominante asimilándola en un contexto totalizador más amplio y más profundo. No cabe duda que la índole peculiar del pensamiento polí?co de Gramsci fue impuesta por la evidencia del ascenso del fascismo en Italia y su capacidad para arraigar en la conciencia de las masas apelando a recursos ideológicos anteriores a cualquier polí?ca "consciente" y que, sin embargo, hacen posible una rápida recomposición de la hegemonía burguesa. Pero, en esencia, la concepción gramsciana hace frente a la tendencia a reducir -una vez más de manera posi?vista- la polí?ca de masas al “programa” del par?do, y el movimiento de masas y sus organismos espontáneos a la organización par?daria. En el fondo se trata, como en la polémica entre Kautsky y Rosa Luxemburgo, de rescatar el papel protagonista y


LA CONFIGURACION DEL FRENTE DE MASAS EN ARGENTINA (1969/1975) creador de las masas en el proceso revolucionario, la importancia de lo imprevisto y el carácter prác?co de la conciencia de clase. En este sen?do, la reflexión gramsciana arraiga en las CONDICIONES de la polí?ca: no sólo las condiciones económicas y sociales, sino las

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condiciones ideológicas -aquellas subje?vidad de clase que construye bloques históricos reales. Ahora sí podemos encarar el análisis de las configuraciones del Frente de Masas en Argen?na en la fase 1969/1975.


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SACALO DEL CAJÓN! PARCIALES En búsqueda del su jeto revolucionario El pensamiento sociológico del joven Marx. De la alienación a la praxis. Lisandro Silva Mariños Estudiante de Sociología UBA

En la Universidad, el procedimiento habitual para “constatar” el conocimiento adquirido por lxs estudiantes es mediante los exámenes. Momento en que las autoridades del templo de conocimiento que llaman aula, prueban cuánto han estudiado los a-lumnos (que viene del ideario iluminista que quiere decir “sin luz”); cuánto conocimiento han logrado incorporar en el angosto pasillo que lleva al Título: el reconocimiento oficial de la ins?tución sobre nuestros saberes. Pero con la intención de desnaturalizar la ru?na universitaria y poniendo en cues?ón los cimientos teóricos (e ideológicos) sobre los que se asienta este modelo de universidad, creemos que las cosas pueden ser muy dis?ntas a lo que son. Que el sen?do de los parciales y su significación para lxs estudiantes pueden cambiar. Porque las cosas no

son así, están así. Par?mos de una frase muy sabia del maestro Freire que dice “todos ignoramos algo, todos sabemos algo; por eso siempre aprehendemos”. Por eso queremos que las voces y las palabras que no suelen ser escuchadas en la Facultad, que resultan invisibles a veces para nosotrxs mismos, tengan un espacio para que efec?vamente se las escuche. ¿O acaso cuántas veces tomaste apuntes cuando habla el o la docente y no cuando expone tu compañero o compañera? ¿Nunca te pusiste a calcular las horas y pilas de hojas que hay puestas en parciales, trabajos domiciliarios, trabajos prác?cos grupales o individuales? Todo eso para qué termine archivado en un cajón de alguna oficina perdida de MT. Esta es tu oportunidad: SACALO DEL CAJON!


Todos ignoramos algo, todos sabemos algo; por eso siempre aprehendemos Paulo Freire Si queres compar?r tu trabajo, escribinos a viejotopo@nodo50.org

DE ESTUDIANTES DE SOCIO Tema a trabajar: En búsqueda del sujeto revolucionario. En el siguiente trabajo buscara desarrollar reconstruir el camino por el cual Karl Marx transita para conceptualizar al sujeto de la revolución. En específico, recorreremos pasaje iniciado en 1843 cuando formaba parte de la Rheinische Zeitung y finalizado en 1845 con las Tesis sobre Feuerbach. El concepto al que buscaremos llegar es el de autoemancipación. A su vez creemos que este recorrido implica una ruptura en lo filosófico con Feuerbach y en lo polí?co con las corrientes socialistas existentes.

Úl8mos días en Prusia e inicio del cues8onamiento interno. La situación polí?ca de la Prusia de los años cuarenta, bajo la monarquía de Federico Guillermo IV, implico un punto de inflexión para los jóvenes hegelianos que rompían defini?vamente con el Estado Prusiano y el liberalismo burgués. La carta de Marx a su compañero Arnold Ruge en enero del ´43 permite observar cual era la situación de asfixia que él sen@a en Prusia mientras trabajaba en La Rheinische Zeitung: “Por lo demás aquí la atmosfera se vuelva asfixiante. Es duro llevar a cabo un trabajo servil, incluso al servicio de la libertad y luchar con alfileres en lugar de con palos. Estaba cansado de la hipocresía, de la tontería, de la autoridad brutal y de nuestra complacencia, de nuestras deferencias, de nuestra jus?cia […] Ya no puedo emprender nada en Alemania; allí uno se corrompe a sí mismo.” (1) Finalmente, luego de llevar al límite sus crí-

?cas a las tendencias moderadas al interior del diario, Marx decide re?rarse del mismo antes que sea efec?va su censura. Inmerso en un momento de ruptura, durante fines de 1843 y principios de 1844, antes de instalarse en Paris, Marx escribe Cri?ca de la filoso+a de derecho de Hegel donde enjuicia la comprensión hegeliana del estado, denunciando la enajenación que antes se encontraba en el cielo (la religión) Hegel la ubica en el Estado. A su vez, en este escrito, Marx no se remite al proletariado, pero si habla de los trabajadores como desposeídos de la propiedad privada, iden?ficando esto como un problema general. Ya en Paris, junto a su compañero Ruge, Marx edita los Deutscg-Framzösische Jahrbücher [Anales Franco-Alemanes] otorgándole un nombre polémico, interpelando a los nacionalistas franceses y alemanes que no veían la alianza entre Alemania y Francia para enfrentar a la reacción. En los Anales se encuentras dos trabajos fundamentales en el camino de ruptura con el demócrata burgués radical que Marx es hasta entonces (2). Es en La Cues?ón Judía donde el autor batalla argumentando que la emancipación no sólo puede ser polí?ca, sino que la verdadera emancipación universal es la humana, Marx no llega a definir con precisión cuál es el sujeto que debe llevar adelante esa emancipación. Este paso lo da en Crí?ca de la filoso+a del derecho en Hegel donde ya no deposita esta responsabilidad en “los hombres” sino que se lo adjudica por primera vez en su obra al proletariado. Luego de descartar a la burguesía como sujeto que pueda llevar adelante una re-

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volución en Alemania, ya que es una clase par?cular, Marx le otorga a aquella clase: “cuyas cadenas son radicales […] y que no reclama para sí ningún derecho par?cular, porque la injus?cia perpetrada contra ella no es una injus?cia par?cular sino la injus?cia absoluta. […] ella cons?tuye la pérdida total del hombre y, por lo tanto, no puede reconquistarse a ella misma sino mediante la reconquista total del hombre. Esta disolución de la sociedad, examinada como una categoría social par?cular, es el proletariado. (3) Ahora bien, este encuentro con el proletariado expone un Marx empapado todavía de una la filoso+a feuerbachiana cuando afirma que La revolución comienza ahora en el cerebro del filósofo […] En efecto las revoluciones necesitan de un elemento pasivo, un fundamente material. (4) Aquí el proletariado man?ene un papel pasivo, considerado solo en función de sus miserias y sufrimiento, que sirve de arma material a la filoso+a pero que es solo su corazón. En este punto se puede retomar la posición que esboza Michael Löwy en su trabajo La teoría de la revolución en el joven Marx donde expresa que no es correcto hacer el corte del “Marx marxista” en 1843 porque habla de revolución y proletariado. Löwy toma el corte a fines de 1844 cuando Marx toma contacto con el movimiento obrero francés y elabora una teoría de la autoemancipación obrera. Dicha teoría, en debate con el socialismo de la época, es la que buscaremos reconstruir.

El contacto con el movimiento obrero parisino y el germen de la autoemancipación. Nos ubicamos lejos de hacer sentencias del ?po “Marx llego a Paris, conoció las sociedades secretas obreras y comenzó a cri?car a sus maestros para volverse comunista” pero si intentamos ver qué relación exis?ó entre estas aristas. A su vez creemos que no es posible estudiarla esta relación sin atender a las discusiones que el autor lleva adelante en el plano polí?co con el socialismo contemporáneo y en el plano filosófico con Ludwing Feuerbach. “Tendría usted que asis?r a una de las reuniones de los obreros franceses para poder apreciar la virginal lozanía, la nobleza de que dan pruebas estos hombres agotados por el trabajo. También los proletarios ingleses hacen progresos gigantescos, aunque les falta el carácter cultural de los franceses […] En todo caso, la historia va alumbrando ya entre estos "bárbaros" de nuestra sociedad civilizada el elemento prác?co para

la emancipación del hombre. (5) Esta cita perteneciente a la carta que Marx envía a Ludwing Feuerbach en Agosto de 1844. Es a principios de este año que Marx man?ene contacto con el movimiento obrero y sus sociedades secretas comunistas en Paris que estaban recomponiéndose luego de la derrota sufrida en la insurrección del 1839. Es durante este proceso, donde paralelamente se está divorciando de la filoso+a feuerbachiana, que Marx trabaja sobre los Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. Es en este trabajo donde el autor vuelve a dar un paso hacia la conceptualización del sujeto revolucionario, pero mostrando al proletariado como lo que está por detrás de la problemá?ca del trabajo, como clase alienada, como mercancía que no es dueña de aquello que produce ya que se le presenta extraña, por fuera de él. Marx pone a la propiedad privada donde Feuerbach pone la religión. El pasaje de la alienación religiosa a la alienación económica esta dado. A su vez, dedica parte del manuscrito a deba?r con el socialismo de la época. Sobre esto volveremos mas tarde. Donde sí podemos iden?ficar una ruptura es en la vivencia, por parte de Marx radicado en Paris, del levantamiento de los tejedores de silesianos, enmarcado en las huelgas y mo?nes en Bohemia, Praga Y Berlín. Estos hechos exigen una reflexión en Vorwärts (6) que inician las reflexiones sobre la capacidad de autoemancipación de la clase obrera. En Glosas crí?cas al ar@culo “El rey de Prusia y la reforma social, por un prusiano” Marx discute con “un prusiano” sobre su caracterización para con los tejedores silesianos que nuestro autor realza en un principio por su valen@a en comparación a las revueltas inglesas y por su enemigo, no el rey de Prusia sino la burguesía. A su vez argumenta que este proletariado no puede ser comparado con el alemán, que de hecho está comenzando, pero no lo hace. El proletariado francés dicho por Marx “En la misma acción revela este carácter de superioridad. No son destruidas solamente las maquinas, rivales del obrero, sino que los sublevado destruyen también los libros comerciales y los @tulos de propiedad, y mientras que todos los demás movimientos solo iban dirigidos en primer término contra el empresario industrial, contra el enemigo ostensible, el movimiento silesiano se dirige también contra el banquero, el enemigo encubierto.” (7) Con un tono de dolor Marx grafica las diferencias entre los movimientos obreros así: Debemos reconocer que el proletariado alemán es el teórico del proletariado europeo, como el proleta-


En búsqueda del sujeto revolucionario riado ingles es su economista y el francés su polí?co. (8) Y llega a esta conclusión “Solamente en el socialismo puede un pueblo filosófico encontrar su prác?ca adecuada y, por lo tanto, solamente en el proletariado puede encontrar el elemento ac?vo de su liberación.” Con este trabajo, vemos como Marx abandona su tesis esgrimida en Crí?ca de la filoso+a del derecho de Hegel. Introducción, donde otorgaba un papel pasivo al proletariado. En las Glosas marginales le da un rol ac?vo en la liberación hacia el socialismo, solo alcanzado a través de la praxis, el concepto de autoemancipación toma forma y el divorcio con Feuerbach está a un paso de ser consumado. Ruptura polí8co-filosófica de Marx. Entendemos que este camino recorrido por Marx hacia la autoemancipación del proletariado lo ubica en una encrucijada para con su maestro Feuerbach en lo filosófico y en debate con el socialismo de la época, cabalmente afluido por la filoso+a de Feuerbachiana. En síntesis, el recorrido de Marx no puede obviar una batalla polí?co-teórica con los pensadores y ac?vistas del momento. Sus reflexiones no sólo buscan mostrar la valen@a del proletariado francés, sino que punzan sobre cuál es la estrategia a seguir para lograr el socialismo. La Sagrada Familia es el primer trabajo en coautoría con Engels en sep?embre de 1845. En polémica con los hermanos Bauer, cues?onan la visión de Bruno de pueblo. El mismo postula una mirada de los hombres como “la masa”, eso amorfo sin historia e iletrado, diferentes de los intelectuales, es decir del “espíritu crí?co”. Nuevamente se ve el carácter pasivo otorgado al hombre. A su vez los autores cri?can el punto de vista de la “crí?ca-crí?ca”, que en defini?va es la mirada del filósofo (alemán] que no logra escapar de la filoso+a y teoriza sobre el aquel que trabaja [francés]. Marx y Engels en?enden que seguir solo cri?cando es alejarse del proletariado ya que hay algo del movimiento de la filoso+a se aleja de la realidad, es decir que no ve el sostén de lo que piensa. Esta ul?ma crí?ca cala hondo en las Tesis sobre Feuerbach escritas en Marzo de 1845, publicado por Engels como prologo a su trabajo Ludwing Feuerbach y el fin de la filoso+a clásica alemana en 1888. Quizás sea un punto en común entre los marxologos iden?ficar este texto como el inicio de la filoso+a de la praxis. En solo once tesis Marx se desafilia por completo de Feuerbach que había realizado aportes al

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“demostrar que la filoso+a no es más que la religión desplazada hacia el pensamiento y desarrollada por el pensamiento, y que debe ser condenada igualmente, como otra forma y modo de existencia de alienación humana. […] haber establecido el materialismo auten?co y la ciencia posi?va al hacer de la relación social de hombre a hombre el principio básico de su autoría.” (9) Pero sobre la base de estos aportes, nuestro autor acusa el carácter contempla?vo de su teoría, solo relacionada con la interpretación, y que por lo tanto no daban una guía para la acción. A esta concepción, no de una forma dicotómica, Marx adhiere el aspecto ac?voobje?vo-cri?co-prac?co del proletariado en la praxis. Esta acción es la capacidad de transformar la naturaleza y las circunstancias. Es posible actuar sobre esa naturaleza, la cual Feuerbach otorga la capacidad de generar la verdadera sensibilidad, de una manera trasformadora. Es así que esta dialéc?ca entre teoría y praxis engloba una crí?ca a la filoso+a idealista del espíritu y a su vez a la filoso+a materialista de Feuerbach. “el defecto principal del materialismo hasta entonces existente estaba en el hecho de que esa doctrina concebía la realidad sensible sólo en forma de “intuición” (theoria) y, por consiguiente, como un objeto fijado existente y no como producto de la ac?vidad de los sen?dos humanos, es decir, como praxis. El idealismo en cambio, por par?r del sujeto, le confirió vigencia a la ac?vidad produc?va del mismo, pero solo de modo abstracto, como posición espiritual. Tanto este espiritualismo como aquel materialismo no conciben la “ac?vidad revolucionaria”, es decir, prác?camente crí?ca, la única que crea el mundo del hombre.” (10) Como mencionábamos anteriormente, esta ruptura teórica-filosófica es parte de un debate polí?co que Marx man?ene con el socialismo de la época expresado a grandes rasgos en tres ver?entes. Según Riazanov los grandes utopistas Saint-Simón, Fourier, Owen, habían fijado su atención sobre “la clase más numerosa y mas desheredada”, sobre los proletarios; más miserable, la que más sufre, y que, en consecuencia, es preciso ocuparse de ella, tarea que corresponde a las clases superiores cultas. En el proletariado solo veían miseria y no el carácter revolucionario que se oculta en esta miseria (11). Fue con otro socialista, admirado por Marx en un primer momento, llamado Weitling, que nuestro autor reflota el debate en torno al sujeto revolucionario. Según Riazanov, para Weitling, artesano alemán y autodidacta, el elemento


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En búsqueda del sujeto revolucionario

más seguro capaz de derribar la sociedad era, el proletariado vagabundo, el lumpemproletariado y hasta los bandidos (12). En relación al “verdadero socialismo alemán” (Karl Grün, Moses Hess, Hermanri Kriege, OAo Lüning, Hermann PüAmann), según Hook, Marx discu@a en tanto la tác?ca polí?ca a desarrollar. Estos actuaban como ultrarevolucionarios, enfrentándose a todo avance parlamentario y obstruyendo un verdadero movimiento de masas contra el régimen semi-feudal de Prusia. Fue con las sociedades secretas neobabouvistas, con quien Marx lleva hasta el fondo su crí?ca en dos sen?dos. En un primer plano, cues?onaba su concepción de toma del poder por un par de hombres iluminados que han de traer la verdad al resto de la clase obrera. Para Marx esto era reemplazar la acción de las masas. En un segundo plano, nuestro autor realiza una crí?ca que tranquilamente es dirigida también a los “verdaderos socialistas” y por ende a Feuerbach. La discusión gira en torno al socialismo media la educación o el socialismo mediante la lucha. Para Marx el socialismo no podía instruirse mediante la educación y la extensión de la cultura. La tesis III sobre Feuerbach menciona que el educador también deber ser educado y cri?cando al materialismo francés, Marx llega a la conclusión de que la praxis revolucionaria no puede atarse a la teoría de las circunstancias, es por medio de la revolución que el proletariado se autoemancipación ya que en el curso de la lucha el proletariado se trasforma, desarrolla su conciencia y planea una nueva sociedad y así cambian las circunstancias. El proletariado se auto educa en la prác?ca revolucionaria.

Conclusión. Este recorrido queda huérfano al saber que luego Marx realizara todo una discusión en torno al par?do de la clase obrera en el Manifiesto Comunista y en la prác?ca siendo un referente de la Internacional Comunista. Esclarecido esto, hemos podido observar como el lente de nuestro autor ha cambiado en solo dos años. Este pasaje, que no solo es un cambio geográfico (de Prusia a Paris) implica cues?onarnos cuanto del discurso de Marx esta empapado de las condiciones [disrup?vas] de posibilidad de este discurso. Se han mezclado la circunstancia sociopolí?ca donde habito producto de un escape polí?co de Alemania. Fue un protagonista involuntario del movimiento obrero francés, pero en un punto fue la condición de posibilidad para seguir desarrollando su teoría.

Notas (1) Lowi, Michael. “La teoría de la revolución en el joven Marx”. Buenos Aires. Ediciones Herramienta y Editorial El Colec?vo. 2010. Página 67 (2) Bermudo explica que este Marx lleva adelante la filoso+a de la acción como máxima expresiones de la filoso+a burguesa. El se enfrenta a problemas polí?cos concretos, pero desde una perspec?va filosófico-burguesa. (3) Marx, Karl. “Cri?ca de la filoso+a del derecho de Hegel. Introducción”. Buenos Aires: Del Signo, 2004. Páginas 71-72. (4) Marx, Karl. “Cri?ca de la filoso+a del derecho de Hegel. Introducción”. Buenos Aires: Del Signo, 2004. 62-64. (5) Carta a Ludwing Feuerbach. París, 11 de Agosto de 1844. (6) Periódico publicado por Marx junto a Friedrich Engels en París durante su estadía. (7) Marx, Karl. Glosas crí?cas al ar@culo “El rey de Prusia y la reforma social, por un prusiano”. Vorwärts numero 60. Agosto de 1960. (8) Marx, Karl. Glosas crí?cas al ar@culo “El rey de Prusia y la reforma social, por un prusiano”. Vorwärts numero 60. Agosto de 1960. (9) Mc Lellan, D. “Marx y los jóvenes hegelianos”. Barcelona, Mar@nez Roca, 1969. Página 117. (10) Lowith, K. De Hegel a Nietzsche, Buenos Aires, Sudamericana, 1968. Páginas 139-140. (11) Riazanov, David. “Marx y Engels”. Buenos Aires. Ediciones IPS. 2012. Página 92. (12) Riazanov, David. “Marx y Engels”. Buenos Aires. Ediciones IPS. 2012. Página 98.

Bibliogra&a Marx, Karl. “Cri?ca de la filoso+a del derecho de Hegel. Introducción”. Buenos Aires: Del Signo, 2004. Marx, Karl. Carta a Ludwing Feuerbach. París, 11 de Agosto de 1844. Marx, Karl. Glosas crí?cas al ar@culo “El rey de Prusia y la reforma social, por un prusiano”. Vorwärts numero 60. Agosto de 1960. Mc Lellan, D. “Marx y los jóvenes hegelianos”. Barcelona, Mar@nez Roca, 1969. Lowi, Michael. “La teoría de la revolución en el joven Marx”. Buenos Aires. Ediciones Herramienta y Editorial El Colec?vo. 2010. Lowith, K. “De Hegel a Nietzsche”. Buenos Aires. Sudamericana. 1968. Riazanov, David. “Marx y Engels”. Buenos Aires. Ediciones IPS. 2012.




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