Territorio y Memoria Barrio de Santa María Nonoalco de la Ciudad de México

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Este material se realiza en colaboración con el programa social “Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de México 2019” Este programa es de carácter público, no es patrocinado ni promovido por partido político alguno y sus recursos provienen de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. Está prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos. Quien haga uso indebido de los recursos de este programa en el Distrito Federal, será sancionado de acuerdo con la ley aplicable y ante la autoridad competente.


AGRADECIMIENTOS El Colectivo “Santa María Nonoalco, Salvaguarda y Preservación de nuestras tradiciones”, agradece la asignación del recurso económico por parte de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a través del PROGRAMA SOCIAL “COLECTIVOS CULTURALES COMUNITARIOS CIUDAD DE MÉXICO 2019” que se utilizó para el desarrollo del proyecto “Barrio de Santa María Nonoalco Identidad y Patrimonio Cultural…una mirada colectiva a través de la memoria de los habitantes”. Como representante de este proyecto agradezco a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al Dr. José Alfonso Suárez del Real y Aguilera Secretario de Cultura. Agradezco a los directivos, Coordinadores Territoriales y Gestores Culturales Comunitarios del Programa Social, por el acompañamiento durante el trabajo de campo. De igual manera, agradezco al PROGRAMA DE FORTALECIMIENTO Y APOYO A PUEBLOS ORIGINARIOS (FAPO) de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes de la Ciudad de México, por el apoyo que se otorgó, el cual se vio reflejado en la logística y planeación del libro, porque generó un enfoque sobre la importancia de hacer visible los restos arqueológicos de raigambre prehispánico, con el fin de concientizar a la población sobre la importancia de referir a Nonoalco como un Pueblo Originario Urbano. Se agradece también a la Alcaldía Álvaro Obregón ya que a través de la Dirección General de Cultura Educación y Deporte, nos brindó su apoyo durante el desarrollo de los talleres y las actividades con logística como carpas, sillas, mesas, proyector, sonido, pantalla entre otros materiales que se utilizaron. Además se agradece que, como colectivo nos permitieran usar su archivo histórico de los pueblos, barrios y colonias de la demarcación para enriquecer este documento. Quiero aprovechar este espacio para hacer un especial agradecimiento a la Dra. Luz Olivia Domínguez Prieto por la orientación y guía que brindó para esta investigación, así como por la confianza, la paciencia y por su apoyo demostrado para mi desarrollo académico. Agradezco al Dr. Francisco Acatzin Espinosa Müller por su


apoyo y compromiso que ha demostrado con el proceso de investigación y por sus valiosas recomendaciones, además de estar al tanto de mi desarrollo académico. Mi más sincero agradecimiento a todos los habitantes del barrio de Santa María Nonoalco. Específicamente a los vecinos que participaron en los talleres y creyeron que este proyecto era posible. A Héctor García “EL Mango“, a Julio Valdez “El Calavera”, Alfonso Favila “El Ponchado”, a Manuela Becerril Hernández, a José Luis Quintero “El Cuadros”, a Enrique Zamora Hidalgo “El Brother”, a Juan Toriz “El Casiloco”, a la Sra. María del Carmen Pérez Chávez, a Juan Padilla, a Mercedes Padilla, a Ciro Padilla y María Elena Barrera; y a la Sra. Dominga Lucia por apoyar este proyecto con el fin de transferir a las nuevas generaciones la memoria colectiva e historia del barrio de Santa María Nonoalco. Agradezco a Uriel del Río Prianti y a Paola Alcalá Almeida por su participación como talleristas en este proyecto. Pero sobre todo, por su amistad y compromiso con los habitantes de Nonoalco. A Víctor Díaz Téllez por sus puntuales comentarios y recomendaciones. En especial agradecimiento a María Eugenia Pineda Garnica por su apoyo en el área administrativa que se requirió para este proyecto, desde el inicio hasta su culminación. Estas líneas sirven para expresar mi agradecimiento a mis padres, a mis hermanos y mis sobrinos que me han apoyado en este viaje de vida que me tocó compartir a su lado. Finalmente, agradezco la orientación espiritual de mi padrino Víctor Gutiérrez que sin su presencia en este mundo, algo hubiera sido diferente. Mi sincero agradecimiento Alfredo Reguera Moreno, Alejandro Dufoo Lome, David Rodríguez Rivera, Kubri Samuel y toda la banda del “Nuevo” por permanecer y estar en ése recinto que, día a día nos lleva de regreso.


MEMORIA Y TERRITORIO BARRIO DE SANTA MARÍA NONOALCO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

PROGRAMA SOCIAL “COLECTIVOS CULTURALES COMUNITARIOS CIUDAD DE MÉXICO 2019”



INDICE INTRODUCCIÓN GENERAL 8 CAPITULO I EL BARRIO DE NONOALCO Y SU RAIGAMBRE PREHISPÁNICO 1.Patio prehispánico “el patio de mi barrio” 1.1.Ubicación de los enterramientos y las fauces de la serpiente

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CAPITULO II APROPIACIÓN DEL FERROCARRIL Y “LAS MOSCAS” 2.Prácticas culturales de arraigo…”adiós a las moscas” 22 2.1.Clausura del ferrocarril y la Tolteca. Las Nuevas apropiaciones del distribuidor vial San Antonio 32 CAPITULO III EL ORGULLO DEL BARRIO, ACTORES FAMOSOS 3. Elementos de valoración simbólca 3.1. Luis Pérez González “El Pichojos Pérez” 3.2. Mario Pérez Guadarrama “El Pichojos 3.3. Cruz Flores García “El Matador” 3.4. Enrique Quezada Reyes primera voz del “Trío Los Tres Diamantes” 3.5. Juan Miranda Hernández “Juanillo Miranda”

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CAPITULO IV RECORRIDOS BARRIALES HACÍA EL MANICOMIO “LA CASTAÑEDA” 4.Territorio simbólico y lugares ausentes en Nonoalco 61 4.1. La racionalización de los mapas y su discurso dominante 63 4.2. La importancia del dibujo y la práctica cultural 64 4.3. “El Picha picha” y la cadena sintagmática rumbo al manicomio68 CONCLUSIONES 84 BIBLIOGRAFÍA 87 VIDEOS Y PELICULAS DE REFERENCIA 92


INTRODUCCIÓN En México han sucedido importantes cambios en la estructura económica durante los años ochenta del siglo pasado. El paso de un modelo económico de industrialización1 a otro más flexible2 se refleja en la infraestructura de los barrios que conforman la Ciudad de México. Estos procesos económicos de largo alcance en el contexto de globalización se anclan comúnmente en las grandes ciudades, generando redistribuciones espaciales al interior de los barrios y nuevas interrelaciones sociales en las prácticas urbanas contemporáneas. El lenguaje material arquitectónico de la Ciudad de México refleja estos dos tipos de infraestructura vial a gran escala propias de un tiempo y un espacio específico, asociados cada una de ellos a un modo de producción. El primero se caracteriza por las construcciones viales a ras de suelo; el segundo son construcciones etéreas de autopistas elevadas3 que responden a un modelo flexible o posfordista de la economía mundial y se superponen a la infraestructura vial que correspondió al primer modelo económico que ya se mencionó. El barrio de Santa María Nonoalco se encuentra ubicado al margen de este entramado urbano de la zona poniente de la Ciudad de México y refleja los dos tipos de infraestructura vial. La primera transformación urbana que sucedió al interior de Nonoalco fue la construcción a ras de suelo de la vía de comunicación del ferrocarril México – Cuernavaca en 1893 que atravesaba el barrio, pasaba frente al manicomio “La Castañeda” y llegaba al complejo industrial de la fábrica denominada “La Tolteca”. Estos lugares estaban integrados al ritmo de la vida cotidiana de los habitantes y fueron significados a través de sus prácticas. Ante este panorama, en el presente libro interesa analizar: ¿cómo se apropiaron los habitantes del barrio de Nonoalco de una infraestructura oficial para considerarla como propia 1 Para el caso de la Ciudad de México y las ciudades de América Latina el modelo económico de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) se mantuvo desde los años cuarenta hasta finales de los años setenta del siglo pasado, éste tiene su origen en el modelo económico denominado como fordismo en los países supuestamente llamados de “Primer Mundo” de 1920 a 1960 que se caracterizó por las políticas económicas de industrialización de las ciudades, capital corporativo, producción en serie, concentración del trabajo especializado, intervención estatal, centralización de las empresas, entre otras (Harvey, 1998; Duhau, Giglia, 2008). 2 La acumulación flexible se define por la desregulación del mercado, la dispersión geográfica de la economía, la descentralización de las empresas, el desmantelamiento del corporativismo, la desindustrialización de las ciudades y una nueva división internacional del trabajo que permite una mayor movilidad del capital (Harvey, 1998). 3 Las vialidades elevadas representan a un modelo flexible y se superponen a las establecidas son: El Distribuidor Vial San Antonio, 2002, los puentes Carlos Pellicer, Octavio Paz y Jaime Sabines sirven para conectar a Santa Fe con avenida Centenario, “Carlos Lazo”- Centenario, en el año 2004. distribuidor vial “Zaragoza – Oceanía” en 2004, el distribuidor vial “La Concordia” en 2006 y el distribuidor vial “Muyuguarda” en 2009 entre otros.

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y cuáles fueron las prácticas que les permitieron fomentar cierto arraigo ante los cambios urbanos propiciados por las agendas oficiales de modernización de la capital? La segunda transformación que sucedió en el barrio de Santa María Nonoalco y que responde a la época de industrialización del país, fue la construcción del Anillo Periférico en 1963, con este cambio el barrio de Nonoalco dejó de abarcar un área más extensa en comparación con la que tenía cuando existía la calle de Velázquez y la calle de Escultores4 para esos años sus límites en el sur eran lo que actualmente se conoce como Rio Mixcoac (hoy Av. Molino de Rosas), por el norte el Rio Becerra (hoy Av. San Antonio), por el oeste con la avenida Revolución y por el este la avenida Santa Lucía. En la actualidad, por las transformaciones espaciales y la imposición de una nueva traza jurídica del territorio como la llegada de la nueva delegación Benito Juárez, se puede observar que, Nonoalco ocupe, actualmente menos espacio. Sin embargo las prácticas de los habitantes y su interacción permiten moldear las cuatro fronteras para trascender las establecidas. Por tal motivo, en este libro se considera al territorio como una práctica cultural a pesar de las transformaciones e imposiciones jurídicas que delimitan el espacio. La tercera transformación en Santa María Nonoalco fue la construcción del Distribuidor Vial San Antonio (DVSA), se llevó a cabo en el año 2002 y responde al modelo flexible de desindustrialización del país. Dicha infraestructura, beneficio a la ciudad pero no al barrio y se superpuso sobre el mismo trayecto que hacían las vías del ferrocarril. Tiene una arquitectura aérea que pasa sobre las casas y a un metro de distancia de las ventanas de las nuevas unidades habitacionales que se construyeron durante este proceso de redistribución espacial, sus pilares a ras de suelo que sostienen las ballenas de concreto por donde pasan autos a gran velocidad, son los únicos que mantienen el contacto con los habitantes a diferencia del ferrocarril que los vecinos significan por las diversas actividades que realizaban cuando éste atravesaba el barrio como la mosca, la apropiación de cemento, de la graba, del maíz y de frijol que transportaba. Bajo este contexto en el capítulo I El barrio de Nonoalco y su raigambre prehispánico se explica que sobre la ciudad prehispánica se sobrepuso la traza urbana española denominada como diseño de Damero, específicamente se hace visible que sobre los centros de culto o teocallis se construyeron las iglesias, en el caso de Nonoalco su iglesia se construyó a seiscientos metros de la pirámide dedicada al Mixcóatl 5 (actualmente conocida como centro cultural “La Pirámide”). Por tal motivo, en este apartado se hace visible que en Santa María Nonoalco se han hallado restos arquitectónicos de un patio prehispánico, además de diversos enterramientos y la aparición de una virgen con rasgos indígenas que fueron hallados durante la construcción del Distribuidor Vial San Antonio en el año 2002. Frente al descubrimiento los

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habitantes de Nonoalco, durante las entrevistas que se realizaron en los talleres que se llevaron a cabo en la “canchita del barrio” exacerban el origen prehispánico para considerar este hecho como un atributo valorativo. De esta forma, en el capítulo II Apropiación del ferrocarril y “las moscas” se hace mención entre otros aspectos, sobre sitios que ya no existen como la fábrica de La Tolteca y las practicas que los habitantes realizaban en el ferrocarril. Estos lugares se consideran como un espacio que está cargado de historias y sucesos que los vecinos de Nonoalco traen al presente a través del recuerdo, generadas por marcas visuales que observan cuando se dirigen, actualmente a la plaza comercial que ocupa el mismo espacio que ocupaba la zona industrial de la Tolteca. En este capítulo se puntualiza sobre la vida cotidiana de los habitantes de Nonoalco, anclada en relaciones sólidas de compromiso en el tiempo de la fábrica, además de los recorridos a ras de suelo que delineaban su territorio. Así, el sonido de la chimenea y la locomotora se conjugaba con la vida diaria que le daba cierto ritmo al barrio porque marcaba un horario en los tiempos de entrada, salida del trabajo y las moscas6 que los jóvenes se aventaban cuando el ferrocarril pasaba. Así, en éste ir y venir entre pasado y presente, además de la combinación antes/ahora refleja, el capítulo III El orgullo del barrio actores famosos, las prácticas de arraigo que actualmente le brindan al barrio cierta personalidad, un carácter y un estilo propio que los diferencia de otros barrios y colonias de la ciudad. Aunque a lo largo de este libro se explican diversas prácticas de arraigo, en este apartado los vecinos reconocen a los actores famosos que nacieron en el barrio como ciclistas, dobles de cine, cantantes, boxeadores entre otros7, de esta manera en estas páginas se hace mención de toreros, futbolistas y cantantes de tríos que se consideran como orgullo del barrio, de los cuales se exponen fotografías que fueron donadas por los vecinos. Finalmente, en el capítulo IV Recorridos barriales hacía el manicomio La Castañeda es otro de los lugares que ya no existen, sin embargo guarda su propia característica por la práctica y la ritualización que ahí se llevaba a cabo por parte de los habitantes de Nonoalco y de los asilados. Este apartado explica, a partir de recorridos barriales un sintagma de lugares que definen un recorrido barrial, para dar cuenta que los habitantes del barrio no sólo iban a la Castañeda a disfrutar de los eventos que los internos presentaban, si no que sus trayectos rumbo al manicomio comprendían una articulación de lugares más 4 Los habitantes del barrio de Nonoalco recuerdan que el anillo periférico se construyó sobre las avenidas de Velázquez y Escultores. Y es necesario mencionar que, aunado a esta construcción se impuso en 1970 una nueva traza jurídica en la Ciudad de México que obedece a la Ley Orgánica del Gobierno del Distrito Federal. Se anexaron cuatro delegaciones, una de ellas es la Delegación Benito Juárez. Con esta nueva imposición el barrio de Santa María Nonoalco ubicado en la Delegación Álvaro Obregón dejó de abarcar jurídicamente un área más extensa.

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amplia porque hacían descansos, paradas y travesías que les permitía trascender un territorio formal y definir otras fronteras. En este sentido, este capítulo comprende que, actualmente los habitantes del barrio de Nonoalco traen al presente a través del recuerdo las actividades que desarrollaban en los lugares memorables y las transfieren a las nuevas generaciones, a partir de charlas al interior de los hogares y otros lugares de encuentro. A continuación se invita al lector a disfrutar de este viaje que los habitantes de Santa María Nonoalco relatan en las páginas de este libro.

5 Esta arista de la investigación no descarta que debajo de la iglesia exista un centro adoratorio prehispánico o pirámide. Esta suposición se refuerza por los restos arqueológicos que se han hallado en el barrio de Nonoalco. 6 Correr a la par del ferrocarril para subirse a sus estribos sin pedir permiso y transportarse a otros lugares sin pagar pasaje. 7 Es necesario especificar que por el corto espacio que se tiene para la elaboración de este libro sólo se hizo mención de cinco actores famosos del barrio, pensando en una segunda parte de libro para abordar a los demás personajes reconocidos.

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CAPITULO I EL BARRIO DE NONOALCO Y SU RAIGAMBRE PREHISPÁNICO

1.Patio prehispánico “el patio de mi barrio”.

El barrio de Nonoalco8 es de origen prehispánico, diversos autores (García, 2016; Aréchiga, 2003; Oehmichen, 1992; Carrasco, 1976) han escrito que sobre la ciudad prehispánica y sus barrios se sobrepuso la traza urbana, denominada como el diseño de Damero, que se caracterizaba por una plaza central, su iglesia y edificios de gobierno. También es de conocimiento que sobre los centros de culto o teocallis, se construyeron las iglesias que funcionaron como ejes articuladores del proceso de evangelización llevado a cabo con los “indios” de México, a través de la imposición del culto a los santos y de sus fiestas inscritas en el calendario católico. En este sentido, al apelativo del barrio prehispánico se le sobrepone el nombre de un santo patrono, el cuál le rendirán culto como parte de la conversión religiosa impuesta a la población “india”, de esta manera, tenemos que Nonoalco a partir del siglo XVI se nombra Santa María Nonoalco porque la advocación de la Iglesia es a la Virgen Asunción de María. El barrio de Nonoalco era parte de los once barrios9 sujetos a Tacubaya (Atlacuihuayan) que durante el virreinato tuvo la categoría de pueblo de indios, dependía del corregimiento de Coyoacán y a su vez formó parte del Marquesado del Valle.

8 Luis Cabrera señala en el diccionario de aztequismos que la etimología de la palabra Nonoalco significa: “donde hay agua extendida” (Álvarez, 2005:7). 9 Cihuatecpa (Xiuatecpa), Tezcacoac, Tlacateco, Huitzilan, Nonoalco, Culhuacatzingo, Tequizquinahuac, Xochihuacan, Tlacacoca, Huycila (Huitzilan) y Colcingo. Es necesario comentar que Nonoalco era un barrio cercano al teocalli dedicado al Dios Mixcoatl, actualmente conocido como “La Piramide” en San Pedro de los Pinos. Martha Delfín Guillaumin, página de internet: http://www.pacarinadelsur.com/home/indoamerica/381-un-pueblo-de-indios-colonial-un-sector-marginal-contemporaneo Consultada el 10 de mayo del 2019.

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Plano 1. Santa María Nonoalco uno de los once barrios de Tacubaya.

Fuente: García Araceli y Martha Bustamante “Tacubaya en la memoria, México Coedición Universidad Iberoamericana, GDF, 1999, p. 20.

Nonoalco perteneció al Señorío Tepaneca que se estableció en la zona centro-poniente en la periferia del lago de Texcoco. De estos asentamientos cabe mencionar a los habitantes de Azcapotzalco, Tacuba, Chapultepec, Coyoacán, Tacubaya y Mixcoac entre otros. Es necesario comentar que el área tepaneca contaba con una organización propia y una unidad cultural bien definida. De esta manera, el barrio de Nonoalco se caracterizaba por los rasgos de parentesco cultural por su cercanía con Tacubaya y Mixcoac. Aunque Nonoalco históricamente se ha construido frente a estos dos barrios, es necesario comentar a nivel de cultura material que cuenta con particularidades específicas y que a diferencia de Tacubaya y Mixcoac, en Nonoalco se han encontrado recientemente restos arquitectónicos arqueológicos que dan evidencia de un asentamiento prehispánico. Durante la construcción del DVSA en el año 2002, a lo largo del tramo que comprende la demarcación de Santa María Nonoalco, se encontraron hallazgos prehispánicos de enterramientos y de lo que probablemente fue un patio o plaza de unidad residencial.10

10 Flores H., María (2000), Distribuidor vial San Antonio 1ª. etapa, San Pedro de los Pinos, México, Distrito Federal, proyecto de investigación zona poniente de Salvamento Arqueológico/INAH.

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Foto 1. Patio prehispánico o plaza de unidad residencial

Fuente: Proyecto de investigación zona poniente, Salvamento Arqueológico/INAH. Flores H. María, 2000, Distribuidor vial San Antonio 1ra. etapa. Foto 2. Cántaros y vasijas trípodes.

Fuente: Proyecto de investigación zona poniente, Salvamento Arqueológico/INAH. Flores H. María, 2000, Distribuidor vial San Antonio 1ra. Etapa. 11 Según la Arqueóloga María Flores (2000), comenta que la fosa localizada en calle de Murillo y Periférico corresponde al enterramiento de dos personas adultas del grupo tepaneca del periodo posclásico tardío (1350-1521). Por su parte, el hallazgo ubicado en el cruce de Ferrocarril de Cuernavaca y la calle de Girardon es de un individuo que vivió y murió poco antes de la conquista de México, es decir alrededor de 1521.

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Foto 3. Figurillas halladas en el barrio de Santa María Nonoalco

Fuente: Proyecto de investigación zona poniente, Salvamento Arqueológico/INAH. Flores H. María, 2000, Distribuidor vial San Antonio 1ra. Etapa. Foto 4. Enterramiento y fragmentos de vasijas

Fuente: Proyecto de investigación zona poniente, Salvamento Arqueológico/INAH. Flores H. María, 2000, Distribuidor vial San Antonio 1ra. Etapa.

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1.1 Ubicación de los enterramientos y las fauces de la serpiente La ubicación de los enterramientos que se hallaron en Nonoalco se encuentra en diferentes sitios, los cuales se muestran en el siguiente plano. Plano 2. Patio de la Unidad Residencial prehispánica, tumbas y enterramientos en Nonoalco.

Fuente: Elaboración propia con base en: https://maps.google.com.mx/ maps/ms=feauture, sobre Plano de Google Maps. Consulta 20/05/2019.

Los tres enterramientos están próximos al atrio de la iglesia, el cual se modificó por la construcción del tendido de vías férreas y en consecuencia se observan fuera de lo que pudo haber sido un lugar de culto. Las otras dos tumbas prehispánicas11 se ubican a una y dos cuadras de la iglesia como se muestra en el Plano 2, en ellas se encontraron fragmentos de cinco vasijas, petates, obsidiana y restos de animales respectivamente. El Patio de 12 Su apelativo náhuatl significa “culebra de nube” o “donde se adora al Mixcoatl”, también se puede entender como “la vía láctea” o “lugar de torbellinos o trombas” (Hernández y Suarez, 1997:13). 13 Entrevista a Matilde Reyes cronista y habitante de Santa María Nonoalco.

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Unidad Residencial se encuentra a cuatro calles de lo que en la actualidad los habitantes de Santa María Nonoalco consideran como el centro de su barrio. La investigación de la arqueóloga María Flores (2000), comenta que en ese lugar encontraron materiales cerámicos, restos óseos y el hallazgo de un conjunto arquitectónico compuesto por plataformas y estructuras orientadas hacia el poniente que corresponden de principio a fin con la Fase Zacatenco (700 a 400 a. C.) (Flores, 2002:4). Es necesario comentar que Nonoalco está ubicado al poniente de la cuenca de México en la planicie aluvial, entre la periferia de la zona lacustre y la topografía del terreno montañoso que permitía la bajada del río Becerra y del rio Mixcoac. De esta manera, la orientación del patio de unidad residencial y las tumbas prehispánicas que se hallaron, tiene que ver con la cosmovisión de estos primeros pobladores, de acuerdo con Johanna Broda (1991), la presencia de montañas, cuevas y ríos (o agua en su totalidad) está vinculada con los dioses de la fertilidad, asimismo la realidad geográfica de estos elementos servían para la conformación de espacios mítico-religiosos como se puede apreciar en la edificación del teocalli; pirámide para venerar a la diosa Mixcóatl12 ubicada en la zona arqueológica de San Pedro de los Pinos y localizada a 600 metros en dirección noreste de la iglesia Asunción de Santa María Nonoalco en la cual, según Matilde Reyes cronista y vecina del barrio comenta que, a partir de la vibración que causó un gran número de maquinaria pesada que se introdujo al barrio para llevar a cabo la construcción del DVSA. “La pared de la iglesia quedó sentida y con el tiempo se desprendió el medallón de la emperatriz Carlota que mandó colocar en la entrada de la iglesia porque le horrorizaba ver a su paso nuestra virgen morena cuando iba de visita con las familias acaudaladas que vivían en Mixcoac,”13 A continuación se muestra en la Foto 5, la estructura que ocupaba el medallón que se mandó colocar sobre una virgen que representaba la identidad de los habitantes de la región y en la Foto 6, se observa la virgen que en el 2008 y en el 2009 fue descubierta. 14 Es necesario comentar que esta hipótesis merece una indagación más profunda y se puede entender como una posible veta de trabajo para futuras investigaciones. 15 Entrevista, muralista del barrio. En Santa María Nonoalco, 2019.

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Foto 5. Antes medallón de la emperatriz.

Foto 6. Ahora virgen antigua. Foto 7. “Apareció nuestra virgen morena”.

Fuente: Autor del libro, 2019.

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Es necesario dar cuenta de los elementos simbólicos que aglutinan la vida social de la comunidad, por ejemplo en la Foto 7, se observa que la virgen tiene rasgos indígenas, se encuentra rodeada por elotes y lo que podría considerarse como fuego que rodea a las vírgenes occidentales, en este caso está representado por las hojas del maíz. Además, la corona sostenida por ángeles que se ubica en la parte superior se asemeja a las fauces de una serpiente, en este sentido la culebra de nubes guarda cierta relación con la asunción de María. Así, el topónimo de “asunción” podría remitir altura, sin embargo, la asunción se puede interpretar como elevación, es decir como el proceso de evaporación del agua contenida en los arroyos y los riachuelos que nacen de los cerros para condensarse en nubes. Hecho que se puede explicar en el territorio de manera clara con la zona montañosa que abarca la delegación Álvaro Obregón en la cual se encuentran las cuevas de donde nacen el río Mixcoac y el río Becerra que flanqueaban al barrio de Nonoalco y hacen posible dicho proceso. Con base en lo anterior, se puede entender que la ubicación de la pirámide en la zona poniente es el lugar considerado como de formación de nubes, de los nortes y de los vientos. Como ya se mencionó los españoles construyeron las iglesias cerca de los teocalis o sobre los lugares de culto para el proceso de evangelización, además de imponer un nombre católico al que ya estaba. De esta manera, puede haber cierta relación entre la virgen asunción de María con la diosa Mixcoatl o culebra de nubes que se veneraba por los mexicas en tiempo de lluvias, al igual que la primera consideradas como diosas de la fertilidad, además la corona de la virgen que fue encontrada guarda cierta similitud con las fauces de una serpiente. Haciendo una revisión del calendario agrícola, el tiempo de lluvias remite a la maduración del maíz cacahuacintle, es decir cuando el elote está jiloteando pero también a la abundancia. Así, los habitantes del barrio, a partir del descubrimiento inusitado de la virgen, cuya imagen representa una mujer que carga un niño rodeado de lo que se puede considerar como elotes14; provocó entre los habitantes de Santa María Nonoalco traer al presente a través de la memoria colectiva el recuerdo de “las eloteras” que durante la fiesta patronal en los años treinta, cuarenta y cincuenta se congregaban para vender los elotes, señoras con trenzas largas que cargaban su anafre, su leña, su petróleo, su tractolina y sus botes de fierro donde ponían los elotes a cocer instaladas sobre las vías del ferrocarril para vender, mismas que reafirmaban en Santa María Nonoalco la espacialización de un tiempo y un espacio ritual de abundancia al igual que en el mes quecholli, dicha fiesta patronal caracterizaba al barrio y lo diferenciaba de

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otros barrios y colonias de Mixcoac. Con los hallazgos arqueológicos encontrados durante la construcción del DVSA, los habitantes de Santa María Nonoalco exacerban el origen prehispánico y lo han considerado como rasgos propios del barrio, época base para reforzar su ideología, comenta Víctor Zocoyotzin también conocido como “El Ciro” muralista del barrio que “con los descubrimientos de las tumbas prehispánicas y “el patio de mi barrio”, se confirma que somos desde hace mucho tiempo muy antiguos, se había perdido pero con los hallazgos ahora portamos al barrio con mucho orgullo por eso yo valoro los hallazgos y los difundo para los jóvenes con mis murales que pinto en el barrio además de que me he educado en el conocimiento de nuestras raíces prehispánicas”15. Se considera que con las excavaciones se incorporaron en los vecinos de Nonoalco significados y valores que los confirman como un barrio fundado desde la época prehispánica a diferencia de Tacubaya y Mixcoac. En este sentido, los habitantes de Nonoalco a partir de los hallazgos refuerzan su pertenencia al barrio y traen al presente a través del recuerdo prácticas de arraigo como las que empleaban las eloteras y las tamaleras que se instalaban a lo largo de las vías del ferrocarril como se explica por los vecinos en el siguiente apartado.

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CAPITULO II APROPIACIÓN DEL FERROCARRIL Y “LAS MOSCAS” 2. Prácticas culturales de arraigo…”adiós a las moscas”. El complejo industrial La Tolteca, cerró sus puertas en 1989 y ocho años después, el ferrocarril México Cuernavaca - Pacífico dejó de funcionar en 1997, comentan los vecinos de Santa María Nonoalco que desde 1990 el ferrocarril ya no pasaba de manera continua, sólo se le veía pasar cuando los trabajadores tenían que cargar sobre los furgones maquinaria y artefactos de gran tamaño como calderas, rieles, tractores y enormes tubos apilados a lo largo del ferrocarril que los habitantes de Nonoalco al verlos pasar los reconocían como parte de las chimeneas instaladas al interior de la fábrica, las cuales establecían cierto ritmo a los habitantes del barrio porque el estruendoso sonido de su silbato marcaba, a partir del horario del reloj el inicio y el fin de las actividades (Levine, 2006) es decir la hora de entrada y la hora de salida de la fábrica. El recuerdo del pasado inmediato se exacerbó al ver pasar los vestigios de lo que era la Tolteca y el ferrocarril, más aún son vigentes en la memoria de los habitantes, Alfonso Nava recuerda: El silbido, eso fue una característica de aquí del barrio. En el sentido de horarios era muy puntual, por eso te digo que mucha gente del barrio se guiaba por eso, como silbaba fuerte y se oía, pues la gente de aquí decía ya es hora de esto, ya es hora del´otro, ¡chin! ya es la hora de la comida o en la tarde, ya que silbaba la última vez como a la seis, la gente decía ¡chin! ya van salir mis hijos de la escuela, ya va a anochecer ya va a obscurecer, o sea eso era algo muy peculiar por varias generaciones (Entrevista).16 El sonido de la chimenea daba cierto ritmo a la vida cotidiana, los vecinos comentan que a las 7:00 llamaba a los trabajadores del primer turno, pero también a los estudiantes les anunciaba que tenían que prepararse para la escuela, a las amas de casa a cocinar el desayuno para la familia. El señor Jaime Esquivel habitante de Santa María Nonoalco comenta que el ferrocarril

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marcaba el horario para iniciar las actividades “las que tuviera uno que hacer, no importaba cuales, cualquier cosa. Todavía está en el recuerdo mano, era como nuestro reloj aventaba unos silbidos cortos y unos largos”17. Foto 1. El señor Esquivel despertando sus recuerdos

Foto 2. De fondo la chimenea de la fábrica, 1975.

Fuente: Fotografía donada por el Sr. Esquivel, habitante de Nonoalco.

16 Alfonso Nava nació en Santa María Nonoalco. 17 Entrevista a Jaime Esquivel de Santa María Nonoalco.

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En la fotografía se puede observar de fondo la chimenea de la Tolteca y el tendido de las vías por donde pasaba el ferrocarril. La fábrica volvía a sonar a las 8:00 para llamar a realizar maniobras al interior, pero también avisaba a los niños del barrio que se tenían que levantar para ir al Jardín de Niños y a los que seguramente entraban a las nueve o diez de la mañana a sus trabajos fuera del barrio. A esta hora el ferrocarril también anunciaba con el silbido de la locomotora su llegada a Nonoalco, porque como era una zona poblada, el ruido estruendoso de la máquina y su gran vibración, avisaba que estaba por cruzar el barrio. Comentan los vecinos que era constante ver al ferrocarril transportar piedras de gran tamaño las cuales eran llevadas a las trituradoras de la Tolteca para hacer la arena y en algunos casos soldados que custodiaban la carga “iban colgados en las barandillas, quien sabe que encargo llevaban”18. Luego había un lapso de tiempo durante el día, en que se dejaba de escuchar la maquinaria que caracterizaba este momento industrial. A las 11:00 volvía a pasar el ferrocarril por el barrio, los jóvenes se preparaban para aventarse de “mosca” la cual se puede considerar como un recorrido barrial vertiginoso que no es fundamentalmente un acto de caminar, sino de subirse a la par del ferrocarril cuando va en marcha y sin pedir permiso, son otros tipos de hacer donde se observa la vida cotidiana del barrio como una fotografía instantánea en diez segundos (depende cuanto dure la mosca) de recorrido, donde se puede observar el movimiento de los cuerpos, los rostros y aunque no dejas huellas consecutivas de tus pasos para crear un sintagma de lugares, dejas plasmada una historia a partir de dos huellas, una cuando te subes al ferrocarril y otra, cuando te bajas de él si corres con la suerte de salir vivo. Además cuando las personas bajaban del tren, automáticamente adquirían una señal de valentía frente a los demás, característica entre los jóvenes para identificarse como “Ser del barrio de Nonoalco” a través de las relaciones de interacción. El viaje en mosca también motivaba a los jóvenes hacer recorrido de naufragio (Licona; 2003: 95) y no precisamente al 18 Entrevista a Sra. Manuela Hernández que nació en Santa María Nonoalco. 19 Los habitantes de Nonoalco recuerdan la relación cercana con este inmueble (en el siguiente apartado lo explicaremos). Para este apartado vale comentar que el manicomio simbolizaba la entrada de la modernidad a México, inaugurado por Porfirio Díaz en 1910 inspirado en el manicomio Charenton de París. Fue destruido en 1968 por orden presidencial, porque estorbaba al trazado de la naciente vía rápida del periférico que ya se venía construyendo.

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centro de la ciudad, sino a las montañas del sureste de esta gran urbe, que pocas veces erraron el camino de regreso al barrio, Héctor, Julio y otros amigos de la “palomilla” solían hacer este tipo de travesías siempre estaban dispuestos a desafiar la velocidad del tren, recorrer el barrio y traspasar sus fronteras, más allá del manicomio de La Castañeda19, Héctor García mejor conocido en el barrio como “El Mango” recuerda que: Antes íbamos hasta Contreras o al Ajusco por fruta, aunque también nos echábamos nuestra mosquita aquí en el barrio, ¡no mano, era una adrenalina de aquellas! Y cuando no nos podíamos bajar nos llevaba hasta San Jerónimo o había veces que cambiaban los horarios del ferrocarril y nos teníamos que regresar caminando desde contreras jajaja. Pero eso sí, con nuestras bolsas llenas de fruta (Entrevista). En este sentido, se considera que estos recorridos de naufragio, eran para salir a la aventura, para demostrar cierta valentía frente a los vecinos del barrio, porque comentan que era agradable para ellos que los vieran regresar por la tarde, parados sobre el techo del ferrocarril con costales de fruta. Aunque los vecinos tienen en su memoria que en el barrio había “cantidad de fruta”20 por los árboles frutales de sus alrededores salían para a lugares lejanos para ampliar su territorio. Por otro lado, cabe señalar que el paso del ferrocarril por Nonoalco también tiene otra historia, los muchos accidentes que están presentes en la memoria de los vecinos, sobre todo porque existen personas que actualmente se les ve transitar por el barrio en silla de ruedas o muletas, en la memoria quedaron los que ya no viven y de otros prefieren no acordarse. David Hernández Hernández, mejor conocido como “El Postizo” es una figura emblemática del barrio, porque a pesar de su accidente en el ferrocarril “el buen posti participa con su silla rápida”21 en las carreras que se organizan cada año para la celebración de la fiesta patronal.

20 Frase que se escucha muy seguido entre los habitantes de Nonoalco. 21 Entrevista a Héctor Nieves habitante del barrio y organizador de las carreras en la fiesta patronal de Santa María Nonoalco, vecino preocupado por la salvaguarda de sus tradiciones y el fomento del deporte para sus vecinos. 22 Ibíd

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Foto 3. El buen “Posti”22.

Fuente: Fotografía donada por Héctor Nieves, 2014.

Este mismo horario de las 11:00 se caracterizaba porque el ferrocarril se anunciaba con su silbido que se acercaba al barrio, se escuchaba desde que venía de molinos o “a la altura de la bajada del río Mixcoac, cuando era río”23, y sobre todo en fin de semana, avisaba a las tamaleras y eloteras que se establecían a los costados de las vías del ferrocarril, que tenían que quitar sus botes, porque ellas no tenían puestos fijos ni había mercado en aquellos tiempos. No teníamos puestos de madera, pos se tendía uno en el suelo de tierra, nomás con un periódico a donde se pagábamos 20 centavos de plaza ¡hágame el favor! Ahorita son puros miles, le daban a uno el cartoncito de pago por vender. Llegaba gente de fuera, río pa´ abajo con su ganado, sus animalitos, gallinas, becerros, animales vivos río abajo. Yo vendía en una carretilla mi verdura, andaba descalza, vendía todo lo que ven aquí. Todo eso ya no hay, ¡todo se acabó!, ora pura cosa nueva ¡hágame uste el favor! (Entrevista)24

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Foto 4. Señora Rosa Jiménez Enguilo “[…] vendía todo lo que ven aquí”25

Comentan los vecinos que antes era un barrio más solidario ya que cuando pasaba el ferrocarril “se armaba un borlote porque señores y señoras que no eran de tu familia te ayudaban a mover los petates, los plásticos y los botes, con cerros de hierbas y verduras, también socorrían arreando el ganado”26. En el actual mercado de Nonoalco sólo quedan dos locatarios que vendían sus mercancías cuando se tendían de un costado a otro de las vías del ferrocarril, donde pasaban inclemencias del tiempo como el frio y la lluvia “nos teníamos que tomar un chínguere y arrimarnos a la casa de los Ambrosi con nuestra vendimia para que no se nos mojara”27. Después fue de madera y en 1962 los locatarios entraron al mercado actual. El terreno fue donado por la Familia Zárate que se les conoce en el barrio como “los cuchilleros” porque fabricaban cuchillos, además de que afilaban los estoques para los toreros del barrio y otros famosos. Julio “El Calavera” recuerda que “los cuchilleros antes aquí hacían sus reuniones y hasta venían artistas y decían que estuvo sabroso el conejo, cual conejo si es gato. Hacían gatos enchilados como eran cuchilleros pues se les facilitaba”. 23 Entrevista a Policarpo Carrillo habitante de Santa María Nonoalco. Santa María Nonoalco. 24 Señora Rosa Jiménez Enguilo. Habitante de Santa María Nonoalco 25 Fragmento de entrevista, Rosa Jiménez Enguilo.. 26 Entrevista Rosa Jiménez Enguilo.

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El silbato de la Tolteca volvía a sonar a las 12 del mediodía, para marcar a los obreros la hora de comida. Julio recuerda que recorría las vías del ferrocarril para llevar la comida a su padre. También se podía observar a esa hora a un grupo de obreros presurosos que recorrían por el barrio para llegar a sus casas y comer. Durante la tarde, el ferrocarril hacia su tercer arribo a la Tolteca, esta vez pasaba por el barrio a las 18:00 horas, momento en que las señoras y personas mayores salían de sus casas después de haber realizado las actividades del día para platicar y convivir con los demás vecinos, sentados en su silla esperaban a los familiares que llegaban de trabajar y cuidaban a los niños que jugaban en la plaza, mientras miraban a los jóvenes que salían de la escuela y ansiosos esperaban el paso del ferrocarril para aventarse “la mosca”. Este horario, coincidía con el cuarto silbido de la chimenea de la Tolteca, en esta ocasión para anunciar la salida de los obreros que habían entrado en el primer turno y para que se prepararan los que entraban en el siguiente turno. Los vecinos recuerdan que a esta hora “era un mosquerío en el barrio”28 porque algunos trabajadores de la fábrica se regresaban de “mosca” y se conjugaba con las “moscas” de los estudiantes y con los jóvenes del turno matutino que ya habían salido de la escuela. Foto 5. Del lado izquierdo furgón del ferrocarril estacionado en el barrio.

Fuente: Foto donada por Alfonso Favila vecino de Santa María Nonoalco, años 80. 27 Entrevista Rosa Jiménez Enguilo. 28 Entrevista a Héctor García, Santa María Nonoalco.

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Recuerdan los vecinos que rondan los cuarenta y cincuenta años que durante los últimos años que pasó el ferrocarril por el barrio, las moscas ya no eran hasta el Ajusco o Contreras, sino hasta Barranca del Muerto, a los campos de fútbol de la estación La Cima, a la Tolteca, al “Deportivo Plateros”, al Aurrera donde antes estaba el manicomio de La Castañeda (hoy tienda departamental Wal-Mart) o para cruzar el barrio de un extremo a otro. Otra actividad respecto al paso del ferrocarril, era la que hacían los niños a manera de juego, colocaban su oreja en los rieles para sentir y escuchar su vibración y saber que ya se iba acercando, aunque todavía no se anunciaba con el silbido sabían que llegaba, justo era el momento para colocar sobre los rieles fichas o monedas para que a su paso las aplastara y después armar dos bandos y jugar “guerritas” con las fichas. Foto 6. Los niños de Nonoalco, la chimenea y los rieles de fondo29

Fuente: Foto donada por Alfonso Favila vecino de Santa María Nonoalco, 1984. 29 Fotografía donada por Raymundo Favila.

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También se entretenían jalando las palancas de aire del ferrocarril para asustar a otras personas que iban pasando cerca de él. Pero el juego preferido para ellos era la “mosca”. La señora Aracely Salas de 45 años de edad, ha vivido desde que nació en una vecindad ubicada a un costado de las vías del ferrocarril, cuenta que la experiencia más agradable y a la vez riesgosa de aventarse “la mosca”, fue cuando cumplió su primera comunión, llegó a su casa con su vestido blanco lleno de tierra pero que eso sí, no soltó su libro, su vela y su rosario y cuando llegó a su casa se sentó en una bardita que estaba fuera de su vecindad a esperar a los invitados que se habían quedado en la iglesia: Fui a misa de las seis de la tarde, estaba exactamente parado el tren en la Iglesia y yo dije noo pues yo me voy en el raite mamá, mamá y ¡yo salí corriendo! Mamá ahí ya está mí carro, bueno y salí yo corriendo de la iglesia iiiii me trepé en el tren y ya, se vino despacito, se vino despacio el tren y después ya que llegó aquí, ahí en la mera esquina había un árbol y ya, pero aquí se comenzó a encarrerar el tren, y yo me agarré y se empezó a encarrerar y ahí en la mera esquina estaba un árbol y yo ya no me podía bajar e iba con mi vela y mi libro, ya baje un pie, y ya no me podía bajar, solamente hasta que ya me bajé los dos pies, todavía me vino arrastrando porque no me soltaba, me vino arrastrando todavía el tren hasta por acá, y ya después me solté, pero ya salí toda golpeada, toda raspada de este lado, todo arrastrado, todo, todo, todo se me ensucio de mis zapatitos, todo esto. Y como ahí estaba la bardita pos namás me llegue a sentar y estaba yo llorando, y luego llegó mí hermano y que me dice ¿Y hora que pinche vestido?, ¿Qué te pasó? Me arrastró el tren, y ya no sabía si llorar o reír y ves que mi hermano me hizo reír, entre llorando y riéndome, todo esto se hizo chicharrón, todo esto me pasó, del pie del lado izquierdo todo bien raspado y ya no recuerdo si me llevaron al hospital, porque ya todo pasó.30 Aracely, siempre ha vivido en la misma vecindad que está ubicada en el costado norte del barrio, a unos pasos de la frontera 30 Entrevista a la señora Aracely Salas. Santa María Nonoalco, 2014.

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que marca la avenida San Antonio con la fábrica Tolteca. Sus padres le donaron una “tiendita” que se llama “La Fe” donde sigue vendiendo lo que vendían sus padres. Foto 7. Aracely Salas. “Antes pasaba el ferrocarril ahora pasa el Distribuidor Vial”31.

Cuando Aracely tenía siete años de edad recuerda que los conductores del ferrocarril, paraban la máquina para bajar a comprar “fruta, verdura y sus cervezas, bajaban todos mugrosos, sudados, con sus guantes y llenos de puro tizne”. Por su parte, el señor Alfonso Nava32 comenta que: Siempre se paraban en el mercado y en la tiendita, porque en lo que unos se echaban su pegue, otros se adelantaban sobre las vías para poner los petardos en los rieles, unos como papeles comprimidos con pólvora, sonaban uuff, bien fuerte mano, hasta te tenías que tapar porque salían piedras volando, los amarraban con unos alambres para avisar a la Tolteca que se prepararan porque ya iba a llegar

31 Fragmento de entrevista a la señora Araceli Salas. Santa María Nonoalco, 2014. 32 Entrevista al Sr. Alfonso Nava. Santa María Nonoalco, 2019.

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el cargamento, así era como se comunicaban, pues como no había celular, eran otros tiempos (Entrevista). Los habitantes de Nonoalco se acostumbraron a la explosión de petardos, a las vibraciones del ferrocarril y al sonido de la fábrica, de las chimeneas de vapor, porque establecieron y marcaron rutinas en su vida cotidiana, en este sentido tenían la capacidad de apropiarse de lo que les venía del exterior considerado como símbolo del espacio moderno e interpretadas como una extensión del territorio. El camino de la industrialización seguía su marcha y el ferrocarril también. Finalmente, a las 20:00 horas hacía su último anuncio de llegada a la fábrica pero antes, paraba en el centro del barrio, frente a la iglesia para que los maquinistas bajaran a cenar, ya que Nonoalco era el último barrio antes de llegar al complejo industrial a descargar y cargar, para el siguiente día comenzar de nuevo los trayectos y mantener la producción estable. Recuerdan los vecinos que cuando el ferrocarril se estacionaba a las ocho de la noche en la calle de Callot (o a cualquier hora del día) se proveían de materiales que transportaba, “salíamos con tamaños botesotes y costales, nos subíamos al tren para agarrar arena, graba, maíz o frijol. Había ocasiones que agarrábamos láminas, el cemento, el frijol dábamos unas goleadas al ferrocarril había veces que nos apoyábamos entre nosotros, así éramos para todo”33. Lo que podría ser una acción de complicidad por la extracción de los materiales, es entendida como un valor de solidaridad entre los vecinos porque, lejos del apoyo que el gobierno les podía ofrecer, ellos se apropiaban frente a las necesidades apremiantes de la pobreza y el abandono del estado, así lo han guardado en su memoria, como aspectos solidarios donde todos los del barrio salían beneficiados porque lo consideraban como de suyo propio, al estar ubicado dentro de lo que ellos consideran su territorio. 2.1.Clausura del ferrocarril y la Tolteca. Las Nuevas apropiaciones del distribuidor vial San Antonio Es necesario comentar que los habitantes de Santa María Nonoalco vivieron en carne propia el proceso de construcción del tendido de rieles en 1893 pero también su clausura en 1997. 33 Entrevista a Manuela Hernández. Santa María Nonoalco.

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Esta obra partió la plaza tradicional donde estaba ubicada el asta bandera y atravesó al barrio desde la calle de Molinos a la altura del manicomio La Castañeda, hasta la avenida San Antonio donde se encontraba la fábrica cementera la Tolteca de donde se extraía el cemento, la cal, la arena, la graba, el asbesto y las estructuras de hormigón prefabricadas que eran transportadas en los furgones de la línea del Ferrocarril México Cuernavaca y Pacifico para urbanizar el país. Los vecinos aguantaron durante ciento cuatro años el sonido de movimientos, traslados, silbidos de la máquina de vapor y maniobras que hacían funcionar la red ferroviaria para la urbanización de la Ciudad de México. Y una vez más volvieron aguantar la intromisión de maquinaria a gran escala para levantar los rieles oxidados y los durmientes de madera apolillados para dar paso a la construcción del distribuidor vial San Antonio en el 2002, considerado como una senda aérea que se superpone en el mismo trayecto que hacia el ferrocarril, es decir la obra vuelve a cruzar el barrio sobre sus casas y ahora, los habitantes con lo único que tienen contacto es con los pilares que lo sostienen, a diferencia de la época del ferrocarril que les significaba porque se podían apropiar de lo que transportaba porque se encontraba a ras de suelo, por tal motivo sus añoranzas, sus vivencias y el recuerdo de las prácticas de arraigo se enmarcan en el periodo moderno de industrialización. En este sentido, los vecinos han estado en el centro de la escena porque han vivido y percibido los procesos urbanos que beneficiaron a la ciudad pero no al barrio. Es en el periodo del Jefe de Gobierno Oscar Espinosa Villareal (1994-1997) cuando las vías del ferrocarril fueron clausuradas definitivamente. Sin embargo, los habitantes de Santa María Nonoalco mantuvieron cierto contacto con el tendido de las vías férreas casi durante cuatro años porque en su vida cotidiana tenían que seguir cruzándolas para ir a la iglesia, al mercado, a las tortillerías, al kínder, a las escuelas y, a las tiendas. Por su parte, la fabrica la Tolteca después de funcionar sesenta y nueve años, cerró sus puertas en 1989 y ocho años después como ya se mencionó el ferrocarril. La cementera se despidió haciendo sonar su gran chimenea con silbidos que duraban lapsos muy largos de tiempo, el señor Héctor recuerda que “se despidieron todo un mes y a cada rato sonaba la chimenea”. El ferrocarril también se despidió se le vio pasar por última 34 Entrevista Señora Manuela Hernández. Santa María Nonoalco.

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vez muy lentamente, al frente iban autoridades del Estado, industriales y otras personalidades dando la despedida en lo que sería su último trayecto, silbando de manera permanente “iba muy lento, iba adornado con flores blancas y de colores, a mí me dio mucha tristeza que ya nunca lo íbamos a escuchar”. Los vecinos de Nonoalco comentan que siempre salieron a ver el paso del ferrocarril, nunca dejaron de impresionarse y en esta ocasión, no se hicieron esperar, salieron como siempre, con la alegría de ver esa enorme máquina que a su paso sumía los rieles y vibraba las casas de todo el barrio “nunca dejamos de salir a verlo, cuando pasaba nos sacaba de lavar, de hacer de comer de lo que estuviéramos haciendo para ver a nuestros hijos que no anduvieran cerca de él. Saludábamos a los maquinistas, a los soldados y a todos los del barrio que iban de mosca…esas moscas desaparecieron mano”34. Los vecinos nunca dejaron de sentir la misma euforia y así volvieron a salir en su último recorrido, ahora ya no ven la maquina pasar, ni escuchan el estruendoso sonido, sólo se puede encontrar en su recuerdo cuando lo platican con sus hijos o nietos en sus hogares. Tanto la fábrica la Tolteca como el ferrocarril generaron un proceso importante que tuvo cierto impacto en los habitantes de Nonoalco. Sin embargo, es necesario puntualizar que, a la salida del ámbito fabril las relaciones sociales de los habitantes no perdieron su estructura que los caracteriza como grupo (de alguna manera pudieron haberlo resentido) porque Santa María Nonoalco ya existía cuando la fábrica se emplazó en su territorio, es decir que no se conformó por el nacimiento de la fábrica como la colonia Carola, la Obrera, la Unidad Preconcretos entre otras sino que, Nonoalco por los hallazgos arqueológicos que se encontraron por la construcción del distribuidor vial San Antonio se considera fundado desde la época prehispánica, asimismo cuenta con su iglesia que data de fines del siglo XVI y su fiesta patronal que se mantiene a pesar del violento proceso de urbanización. Además, antes de la llegada del complejo industrial, en Nonoalco había lugares memorables y micro-sitios donde se crearon poderosos vínculos afectivos que fortalecieron sus relaciones humanas como las arboledas, los alfalfares, las magueyeras, la plaza tradicional, el mercado de tablitas, la plaza de toros El Condado, los portales, la fábrica La 35 Entrevista a Víctor Hernández Ocelotzin.

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Valenciana, las tiendas, la casona de los Ambrosi, las vecindades, las piqueras, las pulquerías y otros lugares donde los vecinos a partir de la vida cotidiana mantuvieron ciertas prácticas que a la actualidad los han permitido mantenerse como grupo. En la actualidad se puede observar diferentes marcas simbólicas que la fábrica y el ferrocarril dejaron a su paso, lugares que en sus recorridos los habitantes significan a partir del recuerdo como parte de su territorio. Así, con la despedida del ferrocarril ya no se podrá ver a los jóvenes intrépidos regresar al barrio parados en su techo con costales de fruta, ni fichas, ni monedas aplastadas que evidenciaban vestigios de juegos de “guerritas” que se hacían en el barrio, no se verán más accidentes, tampoco se verá personas sacando del ferrocarril arena, maíz o grava, ni aquellas imágenes surrealistas de una niña que recorría el barrio de mosquita con su vestido de primera comunión. Sin embargo, el viaje en mosca sigue vigente en la memoria de los habitantes a través de las anécdotas que transfieren las personas de la tercera edad a las nuevas generaciones quienes las reproducen. Foto 8. Concheros bailando, cantando y limpiando el camino y las vías del ferrocarril.

Fuente: Foto donada por José Padilla Téllez. Habitante del barrio.

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Por donde pasaba el ferrocarril, ahora se superpone el distribuidor vial San Antonio y, aunque los habitantes no se benefician de manera directa como lo hacían con la antigua construcción del tren, en la actualidad se apropian de los pilares que sostienen al distribuidor a través de representaciones plásticas, muchas de ellas realizadas por el muralista del barrio Víctor Hernández Ocelotzin, mejor conocido por los vecinos como “el Ciro” o “el pintor del barrio” a quién le encargan trabajos de promoción como la pintura que se encuentra en la fachada de un “Jardín de Niños” y se puede observar en la siguiente fotografía la apropiación de los pilares. Foto 9. Encargos para el muralista del barrio.

Fuente: Autor del libro.

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Foto 10. Promoción para el jardín de niños.

Fuente: Autor del libro.

Hernández Ocelotzin “El Ciro” comenta que él hace todo tipo de trabajos que algunos vecinos le solicitan porque es un medio para transmitir ideas que fortalezcan la identidad del barrio, dice que: […] el desconocimiento de nuestros orígenes nos lleva a no saber de dónde venimos para que vivimos y a donde vamos cuando ya no funciona el cuerpo físico por eso he dejado plasmadas mis pinturas […] que ayudan a nuestra identidad de los de aquí de Nonoalco como el del ferrocarril y otros que hay en el barrio35. En este sentido, las pinturas que Víctor realiza se pueden considerar, imágenes que contienen elementos de arraigo, los cuales son conducidos a través de la memoria de los habitantes para traerlos al presente que se pueden concebir como representaciones físicas para transferir a las nuevas generaciones los valores de solidaridad (Gravano, 2003) que experimentaron los habitantes del barrio que vivieron en la época cuando cruzaba el ferrocarril.

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Foto 11. En primer plano Juanita trabajando y de fondo el mural del ferrocarril.

Fuente: Nahín Cortés Villanueva.

Desde hace veintidós años los habitantes de Nonoalco ya no ven pasar el ferrocarril, ahora lo observan a través de representaciones en los murales que evoca en su memoria los lazos de convivencia y solidaridad de aquellos tiempos. Para los jóvenes de quince y veinte años de edad les permite tener presente la historia de sus padres y abuelos sus prácticas y la relación que mantuvieron sus padres, abuelos, tíos, primos, amigos de sus padres y los padres de sus amigos antes de la construcción del distribuidor vial para tener claro de dónde viene su herencia cultural, de donde son y lo que fue y es, el barrio de Nonoalco. En las siguientes fotografías se observa a los jóvenes que conviven entre ellos y con otras personas adultas desde temprana edad, en el espacio que fue transformado por donde pasaba el ferrocarril, es decir que se muestra un fragmento de la manera en que actualmente moldean el barrio a partir del uso e interacción en el espacio que les permite afianzar sus relaciones, fortalecer su personalidad, su estilo y forjar el carácter para salir a otros barrios, por ejemplo, a jugar futbol o a realizar otras actividades.

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Foto 12. Convivencia desde temprana edad en el barrio.

Fuente: Autor del libro 2019.

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Foto. 13. Un domingo en Santa MarĂ­a.

Fuente: Autor del libro. Foto 14. Se conocen tanto en el barrio como en la cancha para salir a ganar campeonatos

Fuente: fotografĂ­a donada por habitante de Nonoalco.

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En la actualidad los jóvenes habitantes de Nonoalco siguen afianzando sus relaciones a partir de las actividades que se han venido mencionando, frente a la transformación espacial que sucedió al interior del barrio, dichas actividades les permiten forjar cierta identidad para seguir siendo del barrio de Santa María Nonoalco. Como se ha visto en este capítulo de libro, históricamente los vecinos de Nonoalco reprodujeron particulares códigos sobre las vivencias que están arraigadas en su memoria. A continuación en el siguiente apartado se expone a los actores famosos oriundos de Nonoalco, considerados por los vecinos como “el orgullo del barrio”.

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CAPITULO III EL ORGULLO DEL BARRIO, ACTORES FAMOSOS

3. Elementos de valoración simbólica.

Los elementos de valoración simbólica que los habitantes en la actualidad significan como atributos, tiene que ver más con las prácticas de arraigo que con la historia de Santa María Nonoalco. Esta forma socioespacial refleja que el barrio no es meramente el espacio físico donde se reside, sino también un espacio social de producción simbólica (Gravano, 2003) que define lo barrial, entendido éste como el ethos de un pueblo (Oehmichen, 1992) es decir donde se forja el carácter, el estilo y la actitud ante sí mismo y ante el mundo que les rodea. De esta manera, será necesario liberarnos de la concepción de espacio físico como una totalidad, para percibir a nivel de las microinteracciones elementos de valoración que los habitantes consideran prácticas heredadas desde una época base, que deben ser transmitidas a las nuevas generaciones. Dichas prácticas se llevan a cabo en el espacio de la confianza como el saludo de lejos y el compromiso que experimentan los vecinos al participar en actividades de arraigo, propias del barrio como ser padrino de bodas, de confirmaciones o primeras comuniones, saber aventarse un tiro, saber torear, jugar en el Peñarol, en el Esparta de Don Cuco o en el Santa María, haber nacido ahí, ir al cine al manicomio, aventarse la mosca en el ferrocarril, ir por fruta a contreras, bañarse con agua calientita de la fábrica, nadar en La Valenciana, nadar en el río, ir a la misma escuela, ser mayordomo de la fiesta patronal o salir de “pueblo” en la celebración de semana santa entre otras prácticas que los habitantes de Nonoalco consideran como atributos que guardan cierto valor

3.1. Luis Pérez González “El Pichojos Pérez” Por ejemplo en el barrio se forjaron grandes personalidades que los habitantes recuerdan con orgullo. Uno de ellos es Luis Pérez González mejor conocido en Santa María Nonoalco, en México y en el mundo como el “El Pichojos Pérez”. Llegó a la Ciudad de México con la selección Jalisco en 1920, aproximadamente a

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la edad de trece años. Su hija Lilia Pérez Guadarrama comenta que “mi papá llegó muy chico y desde esa edad ya le gustaba usar boina porque por ahí había unas fotos donde se ve en el campo llanero jugando con boina”. Su nieto Oscar Molleda Pérez comenta que: “Mi abuelo era muy ormal en su forma de vestir, dicen mis tíos que siempre andaba de traje muy elegante. Quizá con la boina procuraba mantener cierta personalidad dentro del campo”. Por su parte, los medios de comunicación recuerdan a Luis Pérez con su boina calada que le caracterizaba al desplazarse, ágilmente por la cancha de un extremo a otro. Foto 1. Luis Pérez. Mejor conocido en el barrio, en México y en el mundo como “El Pichojos Pérez”36

Fuente: Fotografía donada por Karla Pérez Cánovas, nieta de Luis Pérez. 36 Jugó el primer mundial del mundo en Uruguay en 1930.

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El apodo viene desde que jugaba en la selección Jalisco ya que sus compañeros le decían “pinches ojos tapatíos” y para no decir una frase tan larga la resumieron a “Pichojos” sobrenombre que sus hijos, hijas, nietos y nietas lo han adoptado a través de los mismos habitantes del barrio que los conocen como “Los Pichojos”. Fue delantero del Club Necaxa y representó a México con la selección mexicana para jugar el primer mundial del mundo en Uruguay en 1930. Durante la copa mundialista jugó contra Francia y Chile, además en 1934 viajó a Roma para disputar una eliminatoria contra Estados Unidos. Cuando jugaba en el equipo del Necaxa se reconocía por ser un compañero noble y por tratar con respeto a sus amigos, por tal motivo el cuadro de futbolistas que conformaba el equipo se les conocía como “Los once hermanos” porque tenían gran amistad y se entendían dentro y fuera de la cancha. Foto 2. Los once hermanos del Club Necaxa, 1940.

Fuente: Fotografía donada por Karla Pérez Cánovas, nieta de Luis Pérez.

Los vecinos sienten orgullo de saber que el “Pichojos” era de su barrio. Lo recuerdan como una persona que estaba rodeada de muchas amistades tanto del ámbito artístico como personas del barrio, quienes concurrían en las grandes e inolvidables comidas que organizaba. Era muy alegre y le gustaba bailar y cantar, los vecinos recuerdan que: “se ponía de acuerdo con Bienvenido Granda y se iban a la casa de otro vecino de aquí de Alfonso XIII y ahí así nada más los tres cantaban, tomaban, eran muy amigos porque venía seguido y nosotros ahí afuera escuchando atentos, siempre fue muy buena persona”37. 37 Entrevista a Julio el Calavera, Santa María Nonoalco.

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Los grandes alcances que tuvo como futbolista motivaron a otros vecinos del barrio para sobresalir en diversas disciplinas, pero sobre todo influyó en el núcleo familiar donde forjó una gran dinastía futbolística con sus hijos quienes mantuvieron en alto la herencia que les dejó. Sus cuatro hijos mantienen el legado de su padre ya que además de conocerlos por el mismo apodo jugaron en diferentes equipos de primera división. Por ejemplo, José Luis jugó en Necaxa, Carlos en el Puebla y en Necaxa, Rodolfo en el Necaxa, en Tigres y en el Laguna y Mario en el Necaxa, en el Tampico, en el América y, al igual que su padre fue seleccionado nacional en el mundial del 1970. Su nieto Oscar Molleda Pérez comenta que “aunque no lo pudo ver en vida se cumplió un sueño que mi abuelo tenía, que era ver jugar a sus cuatro hijos juntos. Mis cuatro tíos fueron alineados en el mismo equipo por el entrenado Raúl Cárdenas cosa que no se había visto en la historia del futbol mexicano, pero en una entrada muy fuerte que le hicieron a Rodolfo se armó la campal y el entrenador les dijo primera y última vez que los alineo juntos”. Luis Pérez González “El Pichojos” falleció en 1962 y sus restos descansan en el panteón “Guadalupe Mixcoac” en el barrio de Santa María Nonoalco. Es necesario comentar que los habitantes lo consideran como un legado porque contiene un sentimiento que generó identidad en el barrio, además de que es recordado en función de su entorno. Por tal motivo, cabe señalar que la vida de Luis “El Pichojos” Pérez puede considerarse como patrimonio cultural del barrio que se ha transmitido a través de la memoria como herencia cultural de los habitantes porque forjó su identidad. En este sentido, se abre una beta de trabajo para llevar el gran aporte de este personaje al Registro de Memoria del Mundo de la UNESCO38 con el fin de preservar su gran aportación que hizo al barrio. 3.2. Mario Pérez Guadarrama “El Pichojos” Su hijo Mario Pichojos Pérez Guadarrama es una muestra de la herencia que continuó con el legado deportivo y cultural de su padre, ya que tanto en el barrio de Santa María Nonoalco como en el medio futbolístico es respetado y querido por su 38 El programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene como fin procurar la preservación y conservación del patrimonio ya que cada día desaparecen elementos que conforman el patrimonio cultural inmaterial. Consultada 30 de noviembre 2019. http://www.unesco.org/new/es/communication-and-information/memory-of-the-world/register 39 Entrevista a Mario Pérez Guadarrama “Pichojos Pérez”, Santa María Nonoalco.

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gran trayectoria y su buen trato hacia las personas. Él al igual que su padre conquisto grandes retos que se vieron reflejados en distintos campeonatos. Se desempeñaba en la posición de defensa en el Club América con el cual llegó a ser campeón de liga, campeón de campeones y copa de campeones de la Concacaf en 1977 y al igual que su padre (como ya se mencionó) fue seleccionado nacional en el mundial de 1970. Mario Pérez recuerda: “En aquel tiempo hubiera querido que mi padre me hubiera visto jugar en ese mundial. Recuerdo que Italia nos eliminó en Querétaro y llegamos a cuartos de final”39. Es necesario comentar que también participó con la selección mexicana en los juegos Olímpicos de 1968 y en Panamericanos. Terminando su carrera futbolística Mario Pérez sigue como miembro activo, entrenador y visor de diversos equipos de futbol en primera y segunda división. Foto 3. Mario Pérez “Pichojos” hijo. En color amarillo. Lateral del Club América

Fuente: Fotografía donada por Karla Pérez Cánovas.

40 Jugador de segunda división. Habitante del barrio de Nonoalco.

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Foto 4. Mario Pichojos Pérez. El segundo de derecha a izquierda. Mundial México 1970

Foto 5. Mario Pérez y “El Vale”40 en Nonoalco

Fuente: Fotografía donada por Karla Pérez Cánovas. 41 Entrevista a Gregoria. “Doña Goyita”, Santa María Nonoalco. 42 Entrevista a Antonio Alvarado, Santa María Nonoalco.

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3.3. Cruz Flores García “El Matador” Existen otros actores famosos que nacieron en Nonoalco como algunos toreros que llegaban a la cuchillería Zarate para afilar sus estoques, también “visitaban la planchaduría de Doña Goyita, ahí ella les preparaba su utilería para torear en la grande en la de toros, en la México”41 de los cuales destacan Cruz Flores, Luciano Contreras, Juanillo Miranda y Leonardo Mendoza “El Porres” entre otros. El matador Cruz Flores García nació en el barrio de Santa María Nonoalco y vivió desde niño en la Cerrada de Ferrocarril de Cuernavaca, ubicada entre las calles de Larguillére y Jouvenet. Desde joven comenzó a tener gran interés por los toros ya que su padre Saulo Flores conocido como “El Chapo” había sido mozo de estoques de Manolo Martínez y más tarde colaborador del matador “Curro Leal”, asimismo en algún tiempo administró El Rancho el Tabachin del famoso torero Manuel Capetillo, donde Cruz Flores comenzaba a percibir con todos sus sentidos el arte de la tauromaquia. Ahí nació su afición por los toros y el conocimiento de la estricta disciplina “fue cuando nos cambiamos de aquí para el rancho donde Cruz se comenzó a meter con todo porque ahí estaban los hijos de Capetillo que era Guillermo y Manuel que también fueron toreros, además el barrio era de toreros y la Plaza México estaba cerca”42. Los vecinos de Nonoalco tienen en su memoria cuando “El Matador” se paseaba por el barrio con un perro “El Rex” al cual le tuvo gran aprecio. Recuerda Antonio Alvarado primo de Cruz que: “ese perro era muy conocido aquí porque le servía como simulador de un toro. El perro envestía bien y cruz entrenaba con él. Iban a entrenar al Parque Hundido, a Chapultepec o los a Viveros de Coyoacán y regresaban juntos al barrio”. Cuando era novillero al término de la temporada, el joven lidiador fue escogido para participar en “El estoque de Plata” como una oportunidad que no desaprovecho para llevarse el concurso en sus manos, lo que para él fue de gran importancia porque logró mostrar sus dotes de torero que, posteriormente al paso del tiempo le mostró el camino para convertirse en matador. Alternaba plaza con grandes toreros como Manolo Martínez, Mariano Ramos “El Timbalero”, Arturo Rivera, Antonio Lomelí, Francisco “El Curro” Romero entre otros. Los vecinos tienen en su memoria grandes recuerdos, uno de ellos es el que José Luis 43 Para más información consulta 30 de noviembre 2019. http://taurina21.rssing.com/chan51275450/all

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Quintero “El Cuadros” nos comparte dice: “En un aniversario de la Plaza de Toros México Cruz Flores le dio el indulto al toro “Simpatías” porque fue un toro con mucha gallardía, bravo pero a la vez noble y de excelente comportamiento. De hecho, si te das una vuelta en la Plaza de Toros ahí está una placa con la leyenda del indulto”. Por su parte, Alvarado recuerda que “en una ocasión fuimos a Guanajuato y Cruz como se llevó la tarde. Ya en el restaurante estábamos en la mesa con Angélica María, Raúl Vale, Mario Moreno Cantinfla, Saulo Flores su padre y yo. Y en otra ocasión José José le regaló un ramo de flores porque le ofreció un toro, además de que invitó una cena”. Cruz Flores García nació el 29 de noviembre de 1956. Tomo la alternativa el 13 de junio de 1976 en San Juan del Río, Querétaro, de manos de Manolo Martinez, ante el testimonio de Eloy Cavazos, con toros de la ganadería de San Martín43. Falleció el 9 de diciembre de 2004 en la capital mexicana a la edad de 48 años y se considera como un legado del barrio de México y del mundo. Foto 6. Cruz Flores. Plaza de Toros México, 1977

Fuente: Fotografía donada por Alfonso Favila44 44 Habitante del barrio de Santa María Nonoalco.

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Foto 7. Cruz Flores y Alfonso Favila. De fondo los arcos de la casa de los Ambrosi

Fuente: Fotografía donada por Alfonso Favila

3.4. Enrique Quezada Reyes primera voz del “Trio Los Tres Diamantes” Con Enrique Quezada Reyes se crea el Trio Los Tres Diamantes en 1948. Nació el 10 de julio de 1920 en Cuernavaca Morelos sus padres fueron Don Emiliano Quezada Ruiz y Doña Josefina Reyes. Desde muy chico llego a vivir a la colonia Morelos de la Ciudad de México donde su padre se especializó en el oficio de panadero. Por las necesidades familiares trabajó en diversos oficios. Desde niño tuvo una voz privilegiada y a muy temprana edad formó parte de los grupos corales que se conformaban en aquel tiempo. Gran parte de su vida la vivió en la calle de Carlos Dolci #138 en la colonia Alfonso XIII de la delegación Álvaro Obregón. Sin embargo, fue en el barrio de Santa María Nonoalco donde generó fuertes y poderosos vínculos solidarios con los 45 Entrevista a Milagros Quezada de la Fuente hija de Don Enrique Quezada primera voz del Trio los Diamante, 2019. 46 La fuente de la imagen es Lastfm Los Tres Diamantes: http://www.last.fm/es/music/Los+Tres+Diamantes Consultada 11 noviembre 2019.

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vecinos, quienes lo estimaban de sobremanera y viceversa ya que generaban más contactos con ellos porque la ubicación de su casa se encontraba en la frontera con el barrio de Nonoalco. Aunque destacó en diferentes actividades deportivas como futbolista, torero y boxeador, lo suyo y su gran pasión fue la de ser cantante. Comenta su hija Milagros Quezada De la Fuente quien se ha desempeñado como actriz, narradora y locutora que, su padre comenzó a cantar como “Crooner”, es decir cantantes solistas de la Época de Oro que acompañaban orquestas e interpretaban cierto tipo de canción popular. Recuerda que: “mi papá inició cantando en diferentes cafés y carpas. Después lo invitaron a la XEB una de las emisoras más antiguas de México y de América Latina, ya que sus cualidades llamaron la atención. Después en la XEW comenzó a conducir algunos programas. En ese ambiente conoció al señor Saulo y siempre fue muy amigo del señor Gustavo con quienes conformó el trío Los tres Diamantes”45. Sus integrantes fueron Enrique Quezada Reyes como primera voz y movimiento de maracas, Gustavo Prado Gutiérrez segunda voz y guitarra acompañante; y Saulo Sedano Chavira requinto y tercera voz. Foto 8. Gustavo Prado, Enrique Quezada y Saulo Sedano46.

47 Asociación Nacional de Actores. 48 Entrevista Milly Quezada De la Fuente, 2019.

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Un aspecto que debe resaltarse es que, duraron más de cincuenta años juntos en actividad musical y en giras como grupo, esto refleja el compañerismo, la dedicación y la gran disciplina que compartían, además habla de lo bien que se llevaban entre ellos y sus familias. De esta manera, fue como el Sr. Quezada salió de cantar como solista para compartir con Los Tres Diamantes los mejores momentos de su carrera artística. María Grever se promulgó como madrina del grupo, la compositora fue recibida en la XEW por un gran repertorio de canciones armonizadas por Quezada, Prado y Sedano que la dejo impresionada. Con este amadrinamiento los tres muchachos se lanzaron al centro de México y al mundo para encontrar la fama. Realizaron giras por Sudamérica, América Latina, España, Italia, Estados Unidos, además de que viajaron al Medio Oriente y a Japón. Recuerda su hija Milly Quezada que “Mi papá comenzó a viajar mucho y nos tuvimos que cambiar. Hubo muchas lágrimas de nosotros y de muchos del barrio de Nonoalco porque si lo resintieron muchísimo y nosotros también”. Los habitantes recuerdan que cruzaba el barrio con su guitarra para irse a trabajar, Héctor García mejor conocido en el barrio como “El Mango” y Julio “El Calavera” recuerdan que: “Era seguido verlo pasar por el barrio. Llegaba con su guitarra, la sacaba y se armaba la bohemia, a veces bajaba en las fiestas patronales y los amigos ya se ponían contentos porque era muy querido, era muy buena persona el señor Quezada, es un orgullo para nosotros de los aquí del barrio”. El Señor Álvaro Valdez quien nació en Nonoalco recuerda que: “Cuando apenas hicieron periférico por ahí del 62´ me brinque la maya y me rasgue toda la palma de la mano, me afecto los tendones y ya no la podía mover. El Sr. Quezada me vio y me preguntó que qué tenía que le enseñara y ya le enseñe la mano y rápido me llevó a una clínica de la ANDA47 me hicieron cirugía y después poco a poco la pude mover. Él también me apadrinó para probarme en el Atlante en el equipo del pueblo y ahí jugué en las reservas, gracias a él y me curo. Él era muy de respeto aquí en el barrio”. 49 Esta fotografía fue retomada del blog “Los Mejores Tríos de América” donde se explica la vida de Don. Enrique Quezada y su esposa Blanca Aurora López De la Fuente. http://nuestrostrios.blogspot.com/2011/07/?view=sidebar Consultada 11 noviembre 2019. 50 Esta fotografía fue retomada del blog “Los Mejores Tríos de América” donde se explica la vida de Don. Enrique Quezada y su esposa Blanca Aurora López De la Fuente. http://nuestrostrios.blogspot.com/2011/07/?view=sidebar Consultada 11 noviembre 2019.

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Los vecinos tienen su memoria que el Sr. Enrique Quezada le gustaba el deporte y buscaba estrategias para apoyar a los jóvenes del barrio de aquella época, con el fin de mantenerlos entretenidos en actividades deportivas y alejarlos del ocio. Por tal motivo, creó un equipo de futbol que se llamó “Los Diamantes”. Milly Quezada comenta: “Justo así fue como nació el equipo de futbol para sacar a todos estos jóvenes de donde andaban. Mi papá tenía muchos conocidos, era atlantista de corazón, entonces compró todos los uniformes y luego se los llevaba a entrenar y a jugar y ahí íbamos toda la familia también y mi papá todo desvelado porque llegaba en la madrugada de trabajar y los partidos pues eran en fin de semana y el trabajo de mi papa era los fines de semana también y no hubo día en que les haya prometido llevarlos a jugar y que no lo hubiera cumplido. Llegaba con tortas y tortas y tortas y mi mamá que el agua que las naranjas para esos muchachos. Y pues las familias de los chavos de Nonoalco bien agradecidas” Comenta Quezada de la Fuente que ese compromiso que tenía mi papá con el barrio es de resaltarse para que vuelvan a resurgir personas así, con ese compromiso “y si se puede porque esas cosas yo las viví y nadie me las está contando”48. El Diamante como actualmente se le conoce a Enrique Quezada en Santa María Nonoalco compuso gran repertorio de canciones, una de ellas se la escribió y dedicó a su esposa Blanca Aurora López De la Fuente Calderón y la título “Divina Ilusión” su hija al respecto comenta: “La casa que se encuentra en la esquina de Carlos Dolci y Chilpa la construyó mi papá idéntica tal como mi mamá la soñó. La letra de Divina Ilusión fue como un poema para mí mamá porque mi papá moría de amor por mi mamá. La casa tenía muchos detalles muy bonitos, entonces en el barandal de la casa mi papá lo mandó hacer en herrería con las notas 51 Entrevista Milly Quezada De la Fuente hija de Blanca Aurora López De la Fuente Calderón y Enrique Quezada Reyes. 52 Para más información revisar Gustavo Leal Benavides, María Elena De la Fuente esposa de Enrique Quezada https://nuestrossitios.blogspot.com/2011/07/?view=sidebar consultada 04/11/2019.

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musicales de la canción Divina Ilusión. Tristemente cuando vendimos la casa ese barandal ya no lo pudimos recuperar, por más que todo el mundo fuimos y en el intento de recuperarlo les dijimos que nos lo vendieran, además de que les poníamos otro nuevo pero no quisieron. Por favor, a nadie le va significar lo que significó para nuestros padres”. Milagros Quezada refiere en la entrevista sobre la importancia del significado que es para su familia obtener ése barandal de herrería, con las notas musicales de la canción Divina Ilusión, porque tanto su madre Blanca Aurora como su padre Enrique fueron artistas de la Época de Oro. Foto 9. Enrique Quezada y Blanca Aurora López de la Fuente49

Es necesario comentar que en el proceso de la investigación para la elaboración de este libro, se obtuvieron nuevos datos para dar cuenta de lo que significa el ser cantante y el gusto por la música en el seno de la familia Quezada de La Fuente. 53 Entrevista a Juan Miranda, Santa María Nonoalco, 2019.

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Blanca Aurora López De la Fuente Calderón mejor conocida en el medio artístico como María Elena de la Fuente nació en la Ciudad de México, vivió en la colonia Mixcoac y con el paso del tiempo se estableció en la calle de Carlos Dolci, comentan los vecinos que: “en ése hogar fue donde Enrique Quezada antes de ser famoso le hacía visitas constantes”. Foto 10. María Elena de la Fuente50.

María Elena de la Fuente es considerada en este libro como un actor famoso porque los vecinos de Nonoalco y de Alfonso XIII la consideran como un orgullo del barrio ya que “fue una tanguista muy reconocida en el medio artístico en la época de 1940, se presentaba en la XEB, además de que trabajo en el Patio y en el Ciro´s considerados como los mejores centros nocturnos de la época”51. Viajo a Sudamérica y Argentina52 y uno de sus éxitos más conocidos fue la interpretación de la canción “Caminito”. Actualmente los vecinos de Nonoalco observan con mucho orgullo la casa donde vivía el Sr. Enrique Quezada y su familia, les queda en su memoria y en su corazón la solidaridad y el respeto que él les inculcó. Además tanto él como su esposa dejaron un legado en el barrio, en el ámbito de la música de la Época de Oro ya que algunos vecinos formaron diversos grupos de tríos que en aquel tiempo concursaron en la XEW, uno de ellos fue el señor Chaveste muy conocido en el barrio 54 Entrevista a Juan Miranda “El Juanillo”. Santa María Nonoalco, 2019.

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de Santa María Nonoalco quien se perfiló en ese rubro de tríos, además uno de sus nietos del Sr. Chaveste formó un grupo de rock denominado como “Ralmo”, actualmente es reconocido a nivel nacional e internacional en la escena del rock, ha alternado escenario con el Tri de México, además de que con mucho orgullo ha tocado en la fiesta patronal de su barrio que lo vio crecer, Santa María Nonoalco. 3.5. Juan Miranda Hernández “Juanillo Miranda” Juan Miranda nació el 8 de octubre de 1944 en Santa María Nonoalco a un costado de la plaza de toros “El condado”. El dueño de esa plaza era Don Rosendo Pérez y estaba ubicada en la calle de Velázquez (antes de ser periférico) cerca de la calle de Girardon. Recuerdan los vecinos que era una “plaza preciosa, tipo pueblo” y que había pocas como esa en la zona. El mobiliario estaba conformado por bancas corridas donde pegaba el sol y una parte, el techo era de tejado zona que se consideraba como de sombra. Comenta Juan Miranda que: “el sabor que tenía esa plaza era única. Aquí venía a torear y entrenar el matador Armilla, el papá de los matadores Armilla Fermín, Juan, Manolo. Yo tenía un capote muy chiquito pues estaba niño como de 6 o 7 años más o menos y él me regaló un capote y de ahí me salió la afición por el toro”53. A Juan Miranda le nació el arte de lidiar con los toros porque en El Condado vio pasar a muchos novilleros que para él todos fueron sus ídolos, ya que sabía del valor que se requiere para pararse frente a un toro. Juanillo como generalmente lo conocían en el barrio, acostumbraba acudir con la palomilla de Nonoalco a ver las corridas y novilladas, a veces se tenían que saltar las rejas para no pagar boleto con el fin de ver a sus grandes ídolos. El licenciado Adolfo López Mateos, presidente de México entre 1958 y 1964 acostumbraba acudir a la fiesta brava en la Plaza de Toros. La asistencia de López Mateos a la corrida, coincidió con la presentación espontánea de Juanillo Miranda en la Plaza México quien en aquel tiempo tenía, aproximadamente trece años de edad y estudiaba el sexto año de primaria en la escuela Amado Nervo. Ese día Juan estaba en la escuela y se corría el rumor de que habría un festival en la Plaza México. Al salir, aunque no sabía quién iba a torear y al no tener boleto para entrar, se 55 Alfonso Favila es un vecino preocupado por rescatar la memoria de los habitantes para dejar un legado histórico para las nuevas generaciones.

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brincó al Estadio Azul Grana que actualmente se encuentra a un costado de “La México” y se fue por el túnel hasta llegar a la parte de abajo “hasta cuadrillas” para poder ingresar a la de Toros por el atajo que la palomilla del barrio conocía. Respecto a su aparición espontánea el mismo Juan Miranda platica: “y sí en efecto cuando entré a la Plaza estaba el festival. Toreó el licenciado Justo Sierra secretario particular del presidente López Mateos. Al matador Manuel Capetillo ya le habían echado un novillito, Gastón Santos ya había rejoneado y luego soltaron una becerra grande, digo para mi época, mi tamaño y mi edad, y ya me metí al ruedo a la orilla de las tablas y le dije al matador Capetillo présteme su capote y volteó y me dijo órale mi Juan vengase, órale brínquese y échese el capote a la espalda porque la vaca trae de cabeza a todo el mundo. Cuando salí al ruedo la gente se emocionó porque me eché el capote a la espalda y me fui caminando de frente y ya la llamé y “pum” por el puro lado izquierdo. Después terminé y me dice el matador Capetillo ahora agarre la muleta mi Juanillo y como él era grandote igual su muleta estaba grande, ya volví entrar al ruedo y la gente estaba emocionadísima e igual por el puro lado izquierdo a la vaquilla ¡No pues uno aprende de las figuras! Ya después al terminar de torear se me acercó el particular del presidente Adolfo López Mateos y me dijo oye chamaco te manda esto el presidente. En aquella época no tenía ni idea de cuánto me había dado imagínate la lanota, eso fue en el 58´. Juan Miranda recuerda que en el tendido de la Plaza de Toros el matador Juan Silveti, Alfredo Leal y otros toreros lo estaban observando como toreaba y le mandaron llamar para otorgarle apoyo económico para comprarse su utilería. “Legue al barrio y no sabía lo que había pasado, te lo juro no sabía que había pasado, ya después más consiente, yo conocía los billetes de quinientos pero no los de a dos mil. Ya me vine caminando de la México hasta aquí, yo vivía en Velázquez 184. Mi mamá esperaba mucho de mí y me dijo ay hijo Dios te socorrió y le di para la renta y para otras adelantadas, compro un ropero y hasta le sobró y ya de ahí pues con más afición le entre”54. Además con ese dinero Miranda se compró capote, espadas y una chamarra con borrega para salir a torear a las ganaderías de los pueblos donde hacía frio. Posteriormente, le comenzaron a

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invitar a novilladas y con el tiempo se hizo novillero profesional, recorrió todas las plazas del Estado de México y también visitó Puebla donde logró grandes triunfos. Un amigo le consiguió una novillada en Acapulco donde triunfó y de ahí le ofreció seis novilladas seguidas y, así siguió en el ámbito del toreo en el interior de la república mexicana. Ya en la Ciudad de México fue anunciado su debut “en la grande, en la de toros” sin embargo el apoderado que le dirigió su carrera para perfilarse como torero profesional no tenía visión, ya que, continuamente le canceló alternativas que estaban anunciadas en los carteles. Por tal motivo, Juanillo manifiesta su extrañeza e impresión frente al aislamiento de la vida pública al que su apoderado lo orilló. Frente a esta situación Miranda siguió toreando por su cuenta en diferentes plazas y ganaderías en la república mexicana y en 1979 por fin, se retira del toreo. Actualmente, Juanillo Miranda es para los habitantes de Santa María Nonoalco un ídolo que se ha convertido en orgullo del barrio por tal motivo, se le conoce como “El Torero”. Al lado de sus amigos se reúnen cada fin de semana para recordar grandes anécdotas que vivieron juntos en esta travesía de la vida, en el ámbito de la fiesta brava y así, como se muestra en la siguiente fotografía donde se observa el apoyo de sus amigos del barrio que lo vieron crecer a su lado, hoy en día se brindan el mismo apoyo que se refleja en la camaradería mutua que los caracterizó cuando eran jóvenes. Foto 11. Juan Miranda y sus amigos del barrio de Nonoalco.

Fuente: Fotografía donada por Alfonso Favila55

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Estos son algunos de los actores famosos de Santa María Nonoalco, ya que existen futbolistas, toreros, boxeadores, luchadores, ciclistas artistas entre otros que merecen ser recordados. Se debe explicar que por cuestiones tiempo y espacio nos centramos sólo en éstos actores. Por tal motivo, se piensa en la realización de otro libro, como segunda parte, para darles su justo espacio y tratamiento a todos los personajes que merecen ser recordados. Con base en lo anterior, Santa María Nonoalco se muestra frente a la ciudad a través de sus futbolistas de primera división, de toreros que torearon en la grande, de boxeadores, cantantes de Tríos, luchadores, ciclistas y dobles de cine. Los habitantes iban a concursar a los salones de baile que estaban ubicados en la colonia Obrera como el Salón Colonia y los Tríos a la XEW, además que representaban al barrio en los campeonatos de futbol de los barrios de la ciudad. Al barrio entraron balones mundialistas, orejas y rabos, medallas de oro, máscaras y cabelleras, trofeos y guantes de oro que dejaron una huella de una época base para las prácticas de arraigo que cohesionaron la identidad colectiva del barrio. Por tal motivo, esta historia debe continuar.

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CAPITULO IV RECORRIDOS BARRIALES HACÍA EL MANICOMIO “LA CASTAÑEDA”

4. Territorio simbólico y lugares ausentes en Nonoalco

Como se ha señalado anteriormente, los límites administrativos impuestos por las autoridades, rara vez coinciden con los creados por sus habitantes porque trascienden cualquier restricción formal ya que sus colindancias están vinculadas al desplazamiento, a la búsqueda de recreación, de aventuras, leyendas, recorridos y de lugares memorables que llevan a los habitantes del barrio de Nonoalco más allá de una determinante geográfica para conformar su territorio y mantener estrecha relación con los lugares a ras de suelo. En estos recorridos, los habitantes de Santa María Nonoalco rompen con la imposición de la frontera jurídica, se desplazaban a lugares que estaban cargados de significados y, actualmente a su paso evocan el recuerdo para traerlos al presente, de esta manera el territorio no sólo se puede concebir “como soporte físico de actividades económicas […]” (Domínguez, 2010:155) porque a partir de las formas de nombrar y recorrer lo dibujan y lo delinean (Licona, 2003). De esta manera, este último apartado de libro se enfocará en las prácticas que desarrollaban para dar cuenta que los límites son diferenciados por las actividades que se generan en cada uno de ellos. Así, el tipo de frontera se puede recorrer, es decir acercar o alejar dependiendo la espacialización y las relaciones sociales que la definan, como se ejemplifica en la Foto 1 y en el Plano 1, donde se representan los lugares que los habitantes de Santa María Nonoalco frecuentaban. Estas rutinas y prácticas son las que se explicaran a partir de los recorridos que se realizaron para la elaboración de este libro y a través del uso de los lugares que en la actualidad ya desaparecieron y están ausentes. Así, para tener una visión amplia de la espacialización de las prácticas el Plano 1 sitúa los lugares considerados como memorables que están cargados de recuerdo porque los vecinos practicaban el espacio y lo ritualizaban, es necesario comentar que ésos lugares se encontraban fuera de la demarcación política económica y administrativa de Santa María Nonoalco como se muestra a continuación.

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Foto 1. La Castañeda y el barrio de Nonoalco.

Fuente: Elaboración propia con base en: Compañía Mexicana Aerofoto, S.A. Mixcoac, 22 de octubre de 1958. Plano 1. Lugares memorables que ya no existen.

Fuente: Elaboración propia con base en: https://maps.google.com.co/ maps/place/Santa+María+Nonoalco sobre Plano de Google earth 3D. Consulta 05 de agosto, 2019.

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En consecuencia, algunos lugares que se abordaron en este apartado de libro ya desaparecieron, están ausentes no se pueden ver, son lugares cargados de historias de una “época base”, de un periodo que se desvaneció en el aire, que ya no existe y que refiere a un tipo de infraestructura ya sea pública o privada que remite a un contexto histórico (Gravano, 2003), donde duerme un pasado profundo que los habitantes de Nonoalco despiertan a su paso con el recuerdo que los arraiga a ese lugar memorable. Son lugares donde la subjetividad se articula sobre lo que ya no está y en sus actuales recorridos evocan vivencias, usos y prácticas a partir de marcas físicas que encuentran a su paso, un relato oculto que traen al presente como una manera de apropiarse de esos sitios. 4.1.La racionalización de los mapas y su discurso dominante Los habitantes de Santa María Nonoalco hacían recorridos a diferentes lugares, en la actualidad por la imposición de la nueva traza jurídica para una mejor organización territorial, se podría considerar como si estuvieran fuera de la demarcación administrativa, sin embargo se adscriben a un territorio más amplio porque está conformado de marcas visuales, materiales y actividades o sucesos que traen al presente a través del recuerdo en su vida cotidiana con las prácticas que llevan a cabo en la actualidad. Las fronteras del límite norte donde está la avenida San Antonio y la del costado este donde se encuentra la avenida Santa Lucia se han mantenido, por su parte la del costado oeste que delimitaba en avenida Revolución, se recorrió al anillo Periférico, la avenida Rio Mixcoac que era la frontera del costado sur, se redujo hasta la calle de Chilpa. Los mapas ofrecen información sobre la restricción física del territorio, están conformado por trazos que delimitan, dejan de lado antiguos caminos que condensaban historias, trayectos y aventuras, tienden a imponer una figura definitiva (Licona, 2003), totalizadora, que rechaza un antes y un después (Certeau, 1996). Aunque se amplíe el mapa en el ordenador para observar las fachadas de las casas y de los establecimientos, son figuras que a simple vista se podría pensar que están moduladas por la descarga de datos arquitectónicos y por el discurso racional de la ciudad, no deja de ser un juego de fotografías que omiten el contexto y la significación sobre los lugares que se articulan en 56 Surtidoras para oficinas, Inmobiliaria As., Telmex, Surtidoras para oficinas SA de CV, Renta de multibodegas, restaurantes, cafeterías, bares, atracciones, etcétera.

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los recorridos, cargados de significados, maneras que no pueden ser completamente apropiadas por los poderes o discursos dominantes. Plano 2. La antigua delimitación colindaba por el sur Av. Molinos o Rosa de Castilla, por el norte Av. San Antonio, por el este Av. Santa Lucia y por el oeste Av. Revolución.

Si echamos un vistazo en Google Maps podemos ver que Santa María Nonoalco está trazado por líneas rectas que dan la forma de un triángulo isósceles, su base descansa en la calle de Chilpa, en las calles principales se observan anuncios de empresas que pueden pagar la promoción de su ubicación. Siguiendo el mapa en la frontera jurídica del costado norte donde antes se ubicaba la Tolteca, se puede ver a simple vista con letras grandes el anuncio de una tienda departamental llamada Exhibimex y por el costado sur, antes de la traza jurídica donde estaba ubicado el manicomio de la Castañeda se observa otra tienda departamental llamada Walmart. En oposición, contrasta el mercado tradicional de Santa María Nonoalco que, hasta apenas unos años aparece en estas señalizaciones de google maps, además está flanqueado por las dos tiendas departamentales lo cual afecta directamente a los locatarios del mercado. 4.2. La importancia del dibujo y la práctica cultural De acuerdo con los razonamientos que se han venido desarrollando en este apartado de libro, se explicaran algunas vivencias que los habitantes de Santa María Nonoalco sorteaban durante sus recorridos; historias y aventuras que no se pueden

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leer en los mapas, en cambio se pueden encontrar en los rincones de los barrios, en las familias, en el recuerdo de los vecinos, como una manera de marchar sobre el territorio, narrar una historia que deja una huella en el espacio (Licona, 2003). En consecuencia para entender la conformación del territorio es necesario hablar de los lugares que son articulados por la experiencia y el desplazamiento que hacían los habitantes de Nonoalco para delinearlo. En este sentido, es necesario utilizar la noción de escala para liberarnos de la idea de espacio como una totalidad y comenzar a tejer de manera fina a nivel de las microinteracciones (Vergara, 2013; 2010) para dar cuenta de la coexistencia de lugares ubicados en un sitio propio (Simmel, 1977). Los lugares representativos que los habitantes de Santa María Nonoalco tienen en su memoria, estaban ubicados en tres de las fronteras que a partir de sus recorridos articulaban y significaban como parte de su territorio; mismas que eran considerados como puntos de referencia, servían como ubicación para los habitantes de Nonoalco y para las personas que llegaban al barrio porque condensaban una singularidad majestuosa, única en el contexto de la ciudad, que les hacía sentir que ya estaban cerca de Nonoalco. De estos destacan por el costado sur, como se muestra en el Plano 3, el manicomio de la Castañeda que ya desapareció y por el costado oeste la Plaza de Toros México y el estadio Azul Grana (ciudad de los deportes) aún vigente y por el límite norte la fábrica de la Tolteca ya desaparecida. Plano 3. Territorio de los habitantes de Nonoalco.

57 Héctor García, Julio Valdez y otro vecino del barrio que delimitaron Nonoalco en una charla. En Santa María Nonoalco.

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Fuente: Elaboración propia con base en: http://maps.google.com.mx/ maps/ms=feature, sobre Plano de Google Maps. Consulta: 29 de julio, 2019.

Estos sitios memorables se consideran en este libro, como mojones (Lynch, 2000) porque son de fácil identificación y se les puede ver a distancia desde diferentes ubicaciones, cada uno de ellos condensa asociaciones históricas. Los habitantes de Nonoalco, por su parte, los consideraban como espacios de encuentro y disfrute, además mantenían una relación estrecha porque algunos trabajaron y debutaron como toreros o futbolistas, esta situación les permitía mantener un contacto frecuente con los lugares a medida que sus trayectos se familiarizaban con el camino. En este sentido, los mojones funcionan como claves de identidad porque demarcan el territorio que los habitantes consideran como el barrio Santa María Nonoalco. Nuestros recorridos eran al manicomio, a la plaza México y para la plaza México cortábamos camino por el rio Becerra todo el rio para cortar nopales para comer. El barrio pasaba Revolución, hasta la Plaza México y acá por este lado hasta el panteón, del panteón para allá ya era Arvide de Santa Lucía pa´lla ya es Arvide ya después se comenzó hacer la colonia Alfonso XIII. Se decía “soy de Nonoalco” de Arvide para acá y de San Pedro de los Pinos para acá donde estaba el rio Becerra para acá y de por acá de este otro lado donde está el rio del manicomio, ahora molinos por el manicomio para acá también. Todo eso era Nonoalco… ¡es Nonoalco! (Entrevista)57. A continuación, se muestra el Dibujo 1 que fue elaborado por vecinos durante una charla informal en los talleres que se realizaron en este proyecto para ilustrar la entrevista, en él se identificó la delimitación que consideraban como su barrio.

58 Entrevista a Juan Toris que nació en Santa María Nonoalco.

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Dibujo 1. Delimitaciones del territorio.

Fuente: Elaborado por vecinos de Nonoalco durante los talleres que se realizaron.

En el dibujo se observa a diferencia del plano o de un mapa, un fragmento de la historia sobre las travesías que hacían para llegar a los diferentes destinos; Ernesto Licona (2003) comenta que el dibujo es un recorrido, un relato de viaje que abre espacios y se puede entender como la ruta de peregrinaje hacia el pasado del barrio, una huella, una travesía a los lugares memorables. Los habitantes de Santa María Nonoalco hacían recorridos para llegar a los lugares de esparcimiento, caminaban por los ríos que usaban como atajos para escapar de la disciplina que les imponía el trazado de calles y avenidas; enunciaban otros caminos y con sus pasos escribían otra historia para delinear su territorio. Según se ha visto el despliegue y la experiencia de los sujetos permite articular los lugares, transitando por el territorio y el espacio (Vergara, 2013). De la misma manera, los mojones funcionan para delimitar recorridos al interior del barrio, además servían para iniciar un viaje y articularlos con la Ciudad de México. A través del dibujo que se elaboró se observa la casa de los Ambrosi, la Iglesia, el asta bandera y la escuela Dr. Jesús Díaz de León que bien se pueden entender como mojones al interior del barrio. La fábrica la Tolteca, el manicomio La Castañeda y la

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plaza de Toros se entienden como fronteras, aunque se observa que también funcionaban como lugares de ubicación. La calle de Van Dik la significan como una de las principales al interior del barrio, que a su vez permite la conexión a otras avenidas que articulaba con la ciudad como la calle de Velázquez, Escultores (hoy periférico) y la Av. Revolución e Insurgentes. Ante estas avenidas, destacan por el norte en mayor dimensión el rio Becerra y por el sur el rio Mixcoac que los considera como límites naturales que atravesaba para llegar a los lugares, uno de ellos era el manicomio de La Castañeda. 4.3.“El Picha picha” y la cadena sintagmática rumbo al manicomio El Hospital Psiquiátrico de la Castañeda se construyó en la periferia de la ciudad, cerca del barrio de Santa María Nonoalco, los habitantes por su condición marginal aprovecharon las instalaciones para satisfacer sus necesidades de recreación. En el terreno donde se ubicaba el manicomio, era considerado como “El Rancho La Castañeda” y “El Huerto del Platero” ( Jarquín, et, al, 1990) y actualmente alberga la Unidad Habitacional Torres de Mixcoac, el deportivo Plateros, La Preparatoria No. 8 de la Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM y una tienda departamental. Se construyó en 1910 y fue destruido en 1968 porque estorbaba para la construcción de la vía rápida del periférico. “Todo lo que es Plateros hasta un poquito más arriba llegaba La Castañeda, estaba enorme, enorme. De aquí para allá mira, de aquí namás caminabas unas dos o tres calles y se veía de lejos, […] y alrededor había magueyeras en todo ese terreno”58. Los habitantes mantenían una asociación visual con el edificio que les permitía usarlo como referencia de su barrio, de esta manera en la Foto 2 se observa a escala la altura y el gran volumen de la construcción en comparación del tamaño de las personas.

59 Del 6 de agosto al 14 de noviembre 2010, en Museo Archivo de la Fotografía (MAF), de las colecciones Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia y Archivo Manuel Ramos. 60 Charla con Juan Toris y Raymundo Favila, Santa María Nonoalco, 2019. 61 El autor comenta que: “Se organizaron equipos de béisbol, balón-cesto y peleas de boxeo. En materia agrícola, se habilitaron los amplios terrenos de la parte trasera del manicomio para el cultivo de hortalizas; además los pacientes criaban gallinas, cerdos y vacas. Éste último aspecto resulta central: fue tal el valor terapéutico del trabajo agrícola […] que las autoridades gestaron un ambicioso proyecto para instalar granjas a las afueras de la ciudad (Ríos, 2009:35).

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Foto 2. Grandes edificios para la orientación espacial.

Fuente: Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después59.

Cualquier otra persona que escuche la palabra “manicomio” inmediatamente traerá a su mente la imagen de un lugar de reclusión para enfermos epilépticos y seguramente les abonará movimientos del cuerpo extraños, brazos torcidos, ojos desorbitados y semblantes esquizofrénicos violentos. Los grandes muros de La Castañeda simbolizaban un espacio para castigar y corregir a éstos “enfermos”. No obstante la epilepsia, en aquellos años consideraba las conductas que rompían con los parámetros de la normalidad, es decir los rateros, los alcohólicos, los jugadores de baraja, los vendedores en vía pública, las prostitutas, los que alteraban la tranquilidad del pueblo, los que tenían depresión, brote psicótico o cualquier familiar indeseable que fuera a recibir una fortuna de dinero como herencia o propiedades en contra de la voluntad de sus familiares era considerada con esa enfermedad y recluido, de esta 62 La avenida Escultores era la continuación de la calle de Velázquez y fueron absorbidas por la construcción del Anillo Periférico. 63 Una vecindad en Santa María Nonoalco de dos pisos, un lugar que los vecinos tienen en su memoria porque condensa muchas historias. 64 En charla con Juan Toris y Raimundo Favila. Santa María Nonoalco.

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manera los comportamientos amorales fueron diagnosticados como epilépticos (Ríos, 2009) en este sentido no se puede entender de lo que hoy se conoce como tal, según la psiquiatría contemporánea. Por el contrario los habitantes de Santa María Nonoalco traen a su memoria la imagen de “personas con las cuales se podía convivir”60. Por su parte la libre relación que mantuvieron los asilados y los habitantes del barrio, no se podría explicar sin un contexto de las políticas de psiquiatría de esa época (1944-1968) que interesa en términos de este libro, para entender la relación social y cultural entre ellos, retomando la información de Andrés Ríos (2009) que expone las maneras de rehabilitar a los pacientes en el Hospital Psiquiátrico de La Castañeda, es el que considera la educación física, el trabajo agrícola y comunitario como un método novedoso para la psiquiatría en México61, periodo en el que convivieron los habitantes del barrio de Santa María Nonoalco con los asilados cuyas edades de los consultados fluctúan actualmente entre ochenta, setenta, sesenta y cincuenta años de edad, vecinos que nos brindaron información de las prácticas arraigadas de un pasado que significan como “mejor” de esta manera, siguiendo a Ariel Gravano, (2003) se observa que a partir del recuerdo es como se puede dar cuenta de un pasado con presencia actual, lo que llamamos época base. Los asilados de La Castañeda salían a la calle, recuerdan los vecinos que caminaban sobre las vías del ferrocarril o sobre la Av. Escultores62 para llegar a Nonoalco, era verlos en el barrio, en los lavaderos públicos y en los patios de las vecindades. Juan Toris comenta: Había mucha gente que los ponía a lavar, les daban de comer, una lanita y a lavar ropa. Había uno muy conocido que venía con su garrafón de pulque, le llenabas su garrafón, sus veinte lanas y se ponía a lavar, no lavaban mucho sólo era el pretexto para salir del manicomio. Muchos lavaban en Lecumberri63 Luego entre ellos discutían, movían mucho las manos cuando discutían (Entrevista)64. Los vecinos, tienen en su a convivir como parte del recomendaban, realizaban plantas, mover muebles y hogares como una actividad

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memoria que los internos salían tratamiento psiquiátrico que les trabajos menores como regar lavar ropa en el interior de los para reinsertarse a la sociedad. En


la siguiente fotografía se muestra el orden y el acompañamiento de las enfermeras y celadoras durante las salidas al exterior del manicomio. Foto 3. Salida hacia el exterior para las actividades de rehabilitación.

Fuente: Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después65.

Al final de la jornada los asilados eran retribuidos por parte de los habitantes de Nonoalco con dinero, comida o fruta, en algunas veces las enfermeras los acompañaban al hospital porque en ocasiones no querían regresar al manicomio y se escondían en los cuartos o se echaban a correr por las vecindades, en la Foto 3 se observa en la parte inferior derecha, el acompañamiento que realizaban durante las salidas que se llevaban a cabo como parte de la rehabilitación de los asilados, en este sentido el carácter solidario de los vecinos se limitaba en cuidarlos durante las actividades al interior del barrio y en algunas ocasiones como ya se mencionó los acompañaban hasta el manicomio, de esta manera los habitantes de Nonoalco difícilmente podían resolver las necesidades reales de los internos. De acuerdo con Aréchiga (2003), las redes solidarias se despliegan más a un nivel inmediato entre vecinos colindantes que en el ámbito de todo el barrio.

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Los asilados realizaban recorridos que articulaban a La Castañeda con vecindades de Santa María Nonoalco, en su andar también escribían una historia. Hacían diversas actividades en los lugares que asistían y los vecinos podían observar microinteracciones de la vida personal de los internos, fuera del lugar de reclusión. Una de las vecindades que visitaban era el “Lecumberri”, reconocida por los habitantes como la “más peligrosa y de gente peleonera, ahí vivía y vendía mariguana Doña Carlota la de la mejor mota”66, era lugar de encuentro de personas que llegaban de otros barrios a comprar el producto y se reunían para fumar, tomar y jugar frontón, la teatralización de movimientos influía en las personas para permanecer en el lugar o para salir corriendo, pero la vecindad también tenía la dinámica de las actividades de la vida cotidiana, de los niños que salían a jugar al patio principal, de las señoras que lavaban y tendían en el espacio público y el fluir de vecinos que entraban y salían, se conjugaba con el trabajo de los asilados donde se observaba la incansable movilización de sus cuerpos, sus gestos, sus discusiones, sus manoteos, sus comportamientos, moldeados por el lugar y que a su vez, con este mismo acto de hacer moldeaban el lugar de la vecindad, que de por si estaba cargada por una ritualización específica (Vergara, 2010; 2001), ya que cuando llegaban comentan los vecinos que “lavaban la ropa teníamos que quitar trastes o cosas que teníamos porque ocupaban mucho espacio y hacían un regadero de agua, tenían muchas fuerzas y estábamos al pendiente para darles de comer”, en este sentido, marcaban cierto ritmo al lugar que se sedimentaba en la vida cotidiana de Nonoalco porque los habitantes de las vecindades dejaban de hacer sus actividades o las hacían en menor grado de intensidad, mientras estuvieran los asilados trabajando. Los habitantes de Nonoalco recuerdan que los asilados salían a vender los productos que elaboraban en el manicomio, llegaban al barrio con muebles, cuadros, suéteres tejidos y pulque entre otros productos. Los loquitos que les decíamos, sembraban, trabajaban, hacían muebles, no mano un ¡buen de cosas! Y todo eso lo vendían muy barato. Nosotros vivimos con gente así. ¿te acuerdas del “picha picha”? ¿no?, el que se ponía a jugar con nosotros en la vecindad, pero 65 Del 6 de agosto al 14 de noviembre 2010, en Museo Archivo de la Fotografía (MAF), de las colecciones Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia y Archivo Manuel Ramos.

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eran varios que los veías jugando con los niños en las vecindades ¿no? ¿te acuerdas?. Para mí no estaban locos (charla)67. La relación de los vecinos con los asilados, no sólo era de hacer favores retribuidos o de compra y venta de productos sino también de interacción, hecho que les permitía reconocerse y en algunas ocasiones saludarse de lejos. De igual manera, los habitantes de Nonoalco visitaban La Castañeda, recuerdan que sus recorridos los hacían sobre la calle de Velázquez, la Av. Escultores o sobre las vías del ferrocarril, esta experiencia les permite en el presente contar historias que vivieron durante sus travesías. Los recorridos que realizaron los habitantes de Nonoalco a la Castañeda fueron para ver películas en el cine, presenciar gimnasia y tablas rítmicas de los asilados, ir a las hortalizas, estar en las bancas o saltarse la barda y pasar por los hoyos. En la cadena sintagmática de Andanzas (Licona, 2003) que hacían los habitantes, se incursionaba a un vasto territorio, que no solamente comprendía ir al Hospital sino ir a las arboledas, estar en el río, sentarse en las piedras, ir por fruta, recorrer las magueyeras, ir por pulque y pasar a la estación del tren. De esta manera la experiencia de “ir a La Castañeda” comprendía una articulación de lugares que otorga un significado más amplio. Siguiendo el estudio de Ernesto Licona (2003) sobre las cadenas sintagmáticas que formuló en la disertación sobre el barrio de Tacubaya de la ciudad de México, se podría considerar a los recorridos que hacían los habitantes de Nonoalco como una cadena sintagmática de andanzas cuando se dirigían a La Castañeda, sobre todo porque como dice Licona (2003), se tejen aventuras por el lugar donde suceden circunstancias inevitables e imprevisibles. Los vecinos del barrio comentan que La Castañeda se ubicaba al otro lado del rio Mixcoac, éste marcaba la frontera del costado sur de Nonoalco, en la actualidad marca la intersección de la avenida Molino de Rosas y el Anillo Periférico, recuerdan que tenían que cruzar el río para llegar al manicomio, de esta 66 De ese tiempo los vecinos de Nonoalco recuerdan la frase “Carlota la de la mejor mota”, entrevista a Juan Toriz y Raymundo Favila. Santa María Nonoalco. 67 Charla con Juan Toriz y Raymundo Favila en Santa María Nonoalco.

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manera lo podemos concebir como un recorrido barrial ya que como señala Licona (2003) se da “en un recinto conocido y aprendido por el acto de caminar […] porque los habitantes aparecen como actores de la travesía que delinean un territorio” (Licona, 2003:88), también son recorridos que nos permiten conocer vivencias sobre el espacio y la articulación de lugares. La experiencia de los vecinos que extraen del recuerdo es, que con toda confianza cruzaban el río Mixcoac, también saltaban la barda del manicomio y hacían hoyos para poder pasar al interior de La Castañeda y “robar fruta y verdura de las hortalizas”68, que los internos sembraban y cosechaban. De esta manera, en la charla con Héctor García y Julio Valdés comentan al respecto: Pus todos los amigos íbamos al manicomio a robarnos las lechugas, rábanos, coles, camotes. Eran unas hortalizas que hacían los mismos internos.No eran loquitos era la misma gente de ahí porque sabían lo que hacían aparte ¿te acuerdas que ya nos conocían? (charla)69. Los vecinos, los internos y los celadores se conocían porque tenían una relación estrecha entre ellos y “hasta los vigilantes se hacían de la vista gorda”70 cuando los habitantes de Nonoalco flanqueaban los gruesos y grandes muros que servían para castigar y controlar las conductas de los internos que amenazaban la estabilidad social del país. De acuerdo a De Certeau (1996), las prácticas singulares se pueden entender como triquiñuelas minúsculas de reapropiación que escapan a la disciplina del espacio racional, así como comenta Ernesto Licona los habitantes “oponen un consumo callado, sutil, sagaz y disperso; se fugan de él pero sin abandonarlo” (Licona, 2003: 83). En este sentido, no se pretende afirmar que las prácticas que realizaban tanto los asilados como los vecinos estén fuera del discurso dominante que asigna espacio, sino más bien que a partir de la re-apropiación pueden construir otro contenido en el mismo lugar (Licona, 2007). De esta manera, ante la formalidad racional de las prácticas que impone el espacio urbano, los habitantes de Nonoalco y los asilados se re-apropiaban del territorio a través de diversos procedimientos que están vinculados al recorrido, a la búsqueda de recreación, aventuras y leyendas de acuerdo a sus intereses y necesidades.

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Foto 4. “[…] los vigilantes que se hacían de la vista gorda”71

Fuente: Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después72 Foto 5. “Los amigos que iban al manicomio por lechugas, rábanos, coles y camotes”73

Fuente: Autor de la tesis. 68 Entrevista Mango y Calavera.

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En la Foto 5 se muestra a los habitantes originarios de Santa María Nonoalco que acostumbraban ir al manicomio para disfrutar de los beneficios de esparcimiento que este les podía ofrecer, además también se observa al fondo de la imagen en segundo plano la construcción aérea del DVSA que ocupa el espacio por donde antes pasaba el Ferrocarril el cual era dirigido por el tendido de vías ancladas a ras de suelo y en la parte izquierda de la fotografía se ubican los edificios de cinco niveles que se proyectaron a la altura de la tecnología de punta del distribuidor vial y como ya se ha explicado, anteriormente en ese mismo lugar había vecindades. En el primer plano de la fotografía de izquierda a derecha se encuentra Benito Julio Valdés mejor conocido como “El Calavera”, Mario Pérez Guadarrama conocido en el barrio de Santa María Nonoalco, en México y en el mundo como “El Pichojos Pérez” ya que fue futbolista profesional y jugo en el mundial de 1970 en México, Héctor García conocido como “El Mango” y Carlos Pérez Guadarrama también futbolista profesional. El primero “El Calavera” tenía talento como boxeador ya que los vecinos recuerdan que en “cada día de la fiesta subía al ring a retar a quién se pusiera los guantes” además él comenta que “en el salón de baile El Karabalí74 el Pájaro bailó con Tongolele”. Julio recuerda con orgullo que al interior de ese lugar “me pelié con un boxeador profesional después nos fuimos para afuera”75. Por su parte, es necesario comentar que la fama del Chango Casanova fomento las frecuentes visitas que los vecinos le hacían al manicomio de La Castañeda para saludarlo y disfrutar de las exhibiciones que presentaba como parte de su rehabilitación y la de los asilados ya que fue recluido por problemas de alcoholismo. Los vecinos de Santa María Nonoalco recuerdan que los médicos y celadores de guardia les restringían el acceso algunos pabellones como “al de Neurosifilis y Toxifrenéticos y alterados porque decían que desconocían”. Salvo estas áreas no se les restringía el acceso, podían entrar y salir por la puerta principal, comprar en la tiendita del kiosco y recorrer los diferentes patios para ver las actividades que hacían los asilados desde sembrar en las hortalizas y criar ganado, presenciar peleas de box y los ejercicios físicos a ritmo de música para la rehabilitación de los internos. 69 Charla con Héctor, Julio y otro vecino. En Santa María Nonoalco. 70 Charla con Héctor, Julio y otro vecino. En Santa María Nonoalco. 71 Fragmento de la charla. Ibíd.

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Foto 6. Función de box en el manicomio.

Fuente: Museo Archivo de la Fotografía (MAF). Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después.

Por tal motivo, los vecinos de Nonoalco a la búsqueda de recreación, visitaban el manicomio de La Castañeda para realizar diversas actividades de esparcimiento. Yo fui al cine ahí con mis hermanas las mayores Ana y Olga, según pagábamos muy poquito para entrar al cine y a la hora de entrar al cine estábamos ahí entre loquitos todos revueltos. En los intermedios se paraba tantito la película porque eran dos películas y empezaba la música, se levantaban los loquitos a bailar entre sí ellos, mujer con mujer, luego se subían al entarimado y ahí estaban baile y baile y ya cuando salíamos a mí me daba miedo, estaba yo chamaquita y luego se acercaban pidiendo dinero y comida. Tenían amarrado en sus cuerpos, en sus ropas sus trastecitos, su plato, su pocillo, pobrecitos se veían que estaban más o menos normales como uno, pues no se veían enfermos así. Ya de regreso pasábamos por el rio, a la estación a seguir jugando. Pero el manicomio fue muy bonito (Entrevista)76

72 Ibíd 73 Fragmento de la charla. Ibídem. De izquierda a derecha El Calavera, Mario Pichojos Pérez, Héctor “El Mango” y Carlos Pérez futbolista profesional de primera división del Club Puebla.

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Comentan los habitantes de Nonoalco que iban al cine del manicomio porque no tenían televisión, les gustaba ver las películas “mexicanas, americanas, de vaqueros, de guerra y la del charro negro”77. El Dr. Ernesto García78 mejor conocido como “El Canelo” recuerda que cuando iban a ver las películas tenían que ir con su “banquito y su palo para matar a las ratas que salían”. Los vecinos de Nonoalco se encontraban en la Castañeda y en los diferentes lugares de esparcimiento. El señor Héctor por su parte, comenta que “al lado del cine había un billar y luego ahí nos encontrábamos con otros del barrio para regresarnos juntos cortando fruta, meternos al rio, muchas cosas”79. Foto 7. Función de cine en el manicomio de La Castañeda.

Fuente: Museo Archivo de la Fotografía (MAF). Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después.

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Foto 8. Inauguración de La Castañeda, 1910. Espacio donde se proyectaban las películas.

Fuente: Museo Archivo de la Fotografía (MAF). Exposición fotográfica La Castañeda. Imágenes de la locura, 100 años después.

Cuando regresaban de La Castañeda los vecinos del barrio seguían tejiendo aventuras durante el recorrido. Recuerdan que tenían que cruzar el rio Mixcoac donde algunos se quedaban a bañar mientras que otros jugaban a saltar sobre las piedras. El señor Héctor recuerda que hacían descansos durante el viaje ya sea para comer, estar en el río o sentarse en las piedras a la sombra de los árboles.

74 Ubicado en Santa María Nonoalco en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca y la calle de Chilpa que abrió sus puertas en los años cincuenta del siglo pasado donde llegaron orquestas musicales como Enrique Jorrin, Beny Moré, Carlos Campos, la Matancera, los Cariñosos y duró abierto muy poco tiempo, lo cerraron porque había muchos pleitos. 75 Entrevista con El Calavera.

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Los vecinos más antiguos de ochenta o noventa años de edad como el Sr. Policarpo Carrillo recuerdan que durante los trayectos de regreso al barrio pasaban a los alfalfares para llevar alfalfa a sus casas porque algunos tenían conejos y animales en el patio trasero de sus casas. El señor Julio recuerda que cuando llevaban sus “flechas” (resorteras) se ponían a “cazar, pájaros, lagartijas y cualquier otro animal”. Por su parte, la señora María Antonieta García recuerda que cuando terminaban de estar en La Castañeda se quedaban un rato en la estación del ferrocarril. De regreso, íbamos a la estación80 a jugar, ahí nos andábamos subiendo a los carros del ferrocarril que luego ahí había carros que tenían piedra, arena, graba, ahí andábamos jugando, después ya llegábamos a la casa. También yo de chica ahí patinábamos, ahí en la estación. La Castañeda ya desapareció y las vivencias de los lugares quedaron dormidas en el recuerdo, que se despierta cuando llevan a sus hijos a la Preparatoria, al Deportivo Plateros o a la tienda departamental, está en el presente a partir de marcas materiales y señales visuales que los vecinos observan durante sus recorridos, en este sentido de acuerdo con Edward Hall (1991), explicaba que los límites del territorio permanecen constantes en los lugares donde se llevan a cabo las actividades. Actualmente durante los recorridos, los habitantes de Nonoalco pueden observar al interior del deportivo plateros, que les remite al recuerdo de los recorridos que hacían a donde alguna vez estuvo el manicomio. Los habitantes, no solo trascienden las fronteras físicas, también recuperan la dimensión simbólica de su historia a partir del recuerdo (Portal, 2004), han creado mecanismos para desdibujar la frontera jurídica porque se apropian simbólicamente del espacio físico y lo trascienden. Se observa en la cadena sintagmática de andanzas que los recorridos dejaron vivencias, huellas en el espacio que los habitantes traen al presente a partir del recuerdo. Asimismo, se debe considerar que los recorridos son relatos de viaje, una historia que escriben con sus pasos a ras de suelo que les permite articular lugares memorables para conformar lo que consideran su territorio. En este sentido, Ernesto Licona (2003) comenta que “cada recorrido es en sí una cadena sintagmática y varias de estas conformarían una más amplia” (Licona, 2007; 2003). En la cadena sintagmática de andanzas rumbo a La Castañeda, los vecinos de Nonoalco tejieron aventuras por el lugar que significan a través de la memoria.

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De acuerdo al análisis expuesto, los habitantes que vivieron en aquella época pueden dar cuenta a partir de recorridos barriales sobre las transformaciones que sucedieron en Santa María Nonoalco, lo cual ha visibilizado una demarcación física más chica por el cambio urbano que se refleja en la llegada de la delegación Benito Juárez. Se observan los cambios urbanos de gran envergadura en Nonoalco, sobre todo en la construcción de vías de comunicación que permite a los vecinos desplazarse con mayor facilidad hacia la ciudad, en este sentido lo que antes podríamos considerar como recorrido barrial cuando iban a La Castañeda, actualmente se podría entender como viaje urbano (Licona, 2003) en el campo de consumo, porque en vez de surtirse de fruta, verdura y disfrutar de un paisaje placentero como lo hacían cuando están los ríos, los espera la tienda departamental Walmart donde adquieren productos a partir de lo que su bolsillo les pueda proveer, ahora las relaciones son moduladas por un control normativo que impone un lenguaje arquitectónico que se podría considerar como el límite entre lugar y el no lugar (Vergara, 2013) ya que mientras para los trabajadores de la tienda, significan y habitan su lugar de trabajo, para los vecinos del barrio de Nonoalco pueden considerarlo como un no lugar, porque son clientes efímeros que sólo pasan a comprar y no establecen relaciones duraderas como en el barrio ya que son sustituibles casi como las manecillas que marca el segundero del reloj. De la misma manera, se puede contraponer el recorrido hacia las tiendas departamentales con el recorrido que hacen los vecinos para ir a “Mi mercado Santa María Nonoalco o a la tienda “La caperucita” donde atiende la señora “Goyita” que conoce a la gran mayoría de los vecinos, tiene una cartografía social de la zona y almacena información de acontecimientos (Vergara, 2010) que suceden en el barrio, además de que en los dos lugares se da una relación cara a cara con la tendera o el marchante y las relaciones no son efímeras como en las plazas comerciales porque “uno se puede quedar a platicar con los del 76 María Antonieta García Velázquez de 72 años. Entrevista en el consultorio médico ubicado cerca del metro Ermita de la Ciudad de México. 77 Charla con Héctor, Julio y otro vecino. Santa María Nonoalco. 78 Nació en Santa María Nonoalco. Especialista en medicina integral alternativa naturista por la UNAM. Reconocido por los habitantes de Nonoalco y Alfonso XIII. Entrevista en su consultorio ubicado en metro Ermita de la Ciudad de México. 79 Entrevista, Santa María Nonoalco.

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mercado, nos conocemos desde uhhh toda la vida”81. lo cual se contrapone a las tiendas departamentales que no perdonan ni un centavo y aparte piden el famoso y mal llamado redondeo82. De acuerdo al análisis expuesto en este libro, los habitantes que vivieron en esa época pueden dar cuenta a partir de recorridos barriales sobre las transformaciones que sucedieron en Santa María Nonoalco, lo cual ha visibilizado una demarcación física más chica. Finalmente los recorridos que hacían los habitantes eran de una extensión más amplia y se les podría considerar como barriales, en la actualidad éstos son más cortos y aun que el barrio, jurídicamente se achico, los vecinos siguen haciendo los mismos recorridos y desbordando el territorio demarcado hasta la avenida revolución, Plateros, San Antonio y Santa Lucia. Las vías de comunicación que se construyeron en el barrio han permitido a los habitantes de Nonoalco articularse con mayor facilidad a otros lugares emplazados en la ciudad de México, haciendo más ciudad y menos barrio.

80 Se refiere a la estación que estaba en la calle de Gioto y Escultores que en la actualidad es Gioto y Anillo Periférico. Recuerda la señora María Antonieta García que en esa estación era como terminal por que llegaban cargas y bultos de mercancía de la republica a varias personas, “no solo a Don Ruperto a varios que esperaban sus cargas, al señor Redentor, al dentista Trejo que a lo mejor para ellos era de uso personal”. Entrevista en consultorio médico. 81 Ibídem 82 Redondear por parte de los consumidores cantidades de dinero en tiendas de autoservicio o departamentales para donar a causas sociales específicas, como la Fundación Teletón que funciona de fachada de supuesto interés humanitario y filantrópico, donde las empresas privadas que lo patrocinan deduzcan impuestos y queden libres de pagos a través de sus donativos que deben ser fiscalizados, el cual no permite ser transparente con el dinero que aportan los ciudadanos ya que estos se hacen de forma anónima sin que se otorgue un comprobante fiscal que avale la transacción. Además, desde el 2014 la ONU busca la cancelación de dicho fundación porque el Estado hace donaciones de grandes sumas de dinero a un organismo privado para que se encargue de las labores de salud pública que son competencia del gobierno.

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CONCLUSIONES El trabajo que se ha desarrollado en este libro fue con el objetivo de identificar y analizar las diferentes prácticas de arraigo que han implementado los habitantes de Santa María Nonoalco como estrategia de permanencia de la vida barrial. Como expresión de resistencia ante las constantes transformaciones espaciales que han beneficiado a la ciudad y afectado al barrio. La metodología de los lugares que se aplicó para el abordaje de esta investigación, visibilizó la intensa actividad de los actores, la cual constituye y hace posible el desarrollo de ciertas formas de apropiación social. En este sentido, es necesario resaltar que no sólo es necesario nominar la totalidad del espacio, sino lo peculiar de una densa red de lugares que conforma un territorio. La recolección de datos que se obtuvieron durante los talleres que se llevaron a cabo en la Canchita del barrio para analizar las características de los lugares, se llevó a cabo a través de la observación participante, el acercamiento con tenderos tradicionales que tienen una cartografía de la zona, las entrevistas, los grupos focales, los dibujos, la foto-palabra, las charlas de café, los itinerarios, los mapas mentales y recorridos barriales. Los cuales se aplicaron para dar cuenta de la significación de dichos sitios a través de los testimonios orales de los mismos habitantes. De esta manera, a partir del relato de fotografías y recorridos barriales se ubicaron sitios emblemáticos diferenciados tanto en el centro del barrio como fuera de la demarcación jurídica, estos últimos fueron considerados por los habitantes como parte de su territorio porque los significan como propios. Algunos de estos lugares que tienen presencia en el imaginario de los habitantes fueron: La fábrica de cementos Tolteca, el manicomio La Castañeda, el Estadio Azul, la Plaza de Toros, La Valenciana y la Pirámide edificada a la Diosa Mixcóatl, espacios que son significados por los habitantes a través de sus desplazamientos y articulados con otros lugares, que están situados en el centro del barrio donde se encuentra la iglesia, la plaza, el asta bandera, los portales, la casona de los Ambrosi, el mercado, las jardineras, las vecindades, el “Lecumberri”, las eloteras, las pulquerías, las canchas, las unidades habitacionales, las tiendas, entre otros, para visibilizar un territorio más amplio y trascender la demarcación jurídica impuesta. SSe debe considerar que durante la construcción del DVSA

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se desprendió el denominado “medallón de la emperatriz” de la fachada de la iglesia, que fue para los habitantes un descubrimiento inusitado al ver que lo que cubría el medallón era una escultura antigua de la Virgen Asunción de María y la identifican como de “rasgos indígenas” cuya iconografía contiene mazorcas y hojas de maíz que la rodean. Las leyendas y los relatos no se hicieron esperar y relacionaron estos descubrimientos con los hallazgos prehispánicos, de esta manera los vecinos fomentaron y abonaron otro elemento valorativo de arraigo del “Ser del barrio”, este hecho trae nuevas aristas que se conjugan entre sí y deben seguir investigándose desde la persp ener acceso a otras maneras de esparcimiento, ya que estaban alejados de las políticas públicas del estado; actividades que perfilaron un estilo de ser del barrio como la valentía de subirse a esta gran máquina para recorrer grandes distancias, considerado como un elemento importante de arraigo a partir de su condición de pobreza y por la ubicación periférica y marginal en la que, históricamente Santa María Nonoalco ha estado. Estas prácticas que hacen referencia a la proximidad con la fábrica y el ferrocarril se conjugaron con las prácticas arraigadas de tradición ancestral ya establecidas en el barrio como la Fiesta Patronal y el compromiso de ser padrino en bodas comunales, en confirmaciones, en primeras comuniones y participar como mayordomo en el marco de la festividad así como bañarse en el río, saber aventarse un tiro, ir a la misma escuela, saber torear, viajar de mosca, ir a la casona de los benefactores del barrio, saber jugar futbol, jugar en el Santa María o en el Esparta de Don Cuco o salir de pueblo en la celebración de Semana Santa son prácticas de arraigo heredadas desde una época base que han sido transmitidas de generación en generación y en la actualidad le brindan al barrio un estilo y una personalidad propia. Así, las maneras de usar el barrio se han considerado como un elemento de solidaridad y compromiso que los habitantes traen al presente, a partir de la memoria para trascender el espacio físico frente a la construcción del DVSA y las unidades habitacionales de cinco niveles que se construyeron. Finalmente, los espacios públicos tradicionales de la calle y la plaza del barrio de Nonoalco no han desaparecido por la llegada de las plazas comerciales y las adecuaciones que sucedieron al interior del barrio por la construcción del DVSA, sino como se ha demostrado a lo largo de este libro el espacio público se ha reconfigurado, no ha muerto y sigue vigente en la época contemporánea a pesar del advenimiento de los nuevos espacios de la globalización.

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