La vida afectiva a través de mis ojos

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RifĂŠmonos en banda, para armarla en el futuro.


Rifándonos en Banda para armarla en el futuro Programa con perspectiva de género para dar voz a las y los jóvenes de laCiudad de México en temas de sexualidad, afecto y responsabilidad. Portada : Miriam Carapia Rojas (Sairen Estudio Gráfico). Fotografías y contenidos: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17.

Abril Lara María del Carmen Sánchez Lemus Vianca Contreras Mauricio Tolentino Honesto Azul Tonantzi López Velázquez Jorge Alberto Mendoza Díaz Ingrid Stephanie Riojas Muñoz Jimena Cortés Flores Aitana Thais García Rivas Taisha García Brenda Isabel Lupercio Aguilar Karime Marisa Macari Martínez Mtra. Morena Guadalupe Espinoza Dr. Darío Alberto Meléndez Licda. Rosalinda Adaya Flores Licda. Citlalli Maya Ramírez Dávila Lic. Luis Cerpa Hernández

Tiraje: 60 ejemplares Este material se realiza en colaboración con el Programa Social “Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de México 2020” Este Programa es de carácter público, no es patrocinado ni promovido por partido político alguno y sus recursos provienen de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. Está prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos. Quien haga uso indebido de los recursos de este programa en la Ciudad de México será sancionado de acuerdo con la ley aplicable y ante la autoridad competente.


La vida afectiva a travĂŠs de mis ojos



Es una compilación de cuentos del Proyecto “ Rifémonos en banda para armar el futuro”, de la Secretaría de cultura de la Cuidad de México por Colectivos Culturales de la Cuidad de México, en el cuál a través de la necesidad social de ayudar a las y los jóvenes a trabajar sus emociones y su pleno desarrollo sexual, COLECTIVO VOCES busca trabajar en conjunto el manejo de emociones y la sexualidad como acción urgente para al pleno desarrollo psico emocional en las y los jóvenes, integrando las expresiones artísticas en la prevención de la violencia familiar. En este libro encontraras las voces, los pensamientos, que a través de la necesidad de expresar las emociones en las y los jóvenes que se formaron por medio de un taller en el cuál se compartieron y reconocieron las voces de las y los jóvenes, recreando sus emociones y sentimientos a través de la creatividad, la escucha y el desahogo de la escritura. A través del dibujo, literatura, juegos y dinámicas, en este libro están plasmadas no sólo el resultado de un proyecto comunitario, sino todas las esperanzas y visiones del mundo de las y los jóvenes que en una situación de emergencia nacional, recrean sus pensamientos, sentimientos y emociones en compañía de otros y otras compañeras, donde pudieron compartir su sentir a través de una pantalla, trabajando no sólo los objetivos del colectivo, sino aportando y rebasando las metas del mismo, gracias a su entusiasmo, compromiso y esfuerzo.



El Día En El Que Todo Cambio Por Abril Lara

Quiero dar las gracias a Colectivo Voces por todo el apoyo que me brindaron para la elaboración de este libro ya que solo ellos eran los únicos que sabían sobre que trataba este cuento, también agradezco al artista Darío Meléndez que me ayudó con el diseño de los dibujos y a la escritora Morena Espinoza que me ayudó a la redacción de este cuento. Y por último a algunas amigas que me ayudaron a la creación de los personajes aun cuando uno de los personajes no es igual.



Había una vez una ciudad, a algunos minutos de esa ciudad, había un bosque lleno de criaturas mágicas, porque desde hace años ningún humano iba a ese bosque. Un día, una niña fue a ese bosque y todas las criaturas se escondieron menos un hada que tenía curiosidad, así que se transformó en una niña y la observó, al darse cuenta la otra niña se acercó y presentó: –Hola soy Estefanía, ¿y tú cómo te llamas? –Hola me llamo Diana – la hada le respondió. –Oye Diana, ¿quieres ir conmigo a casa? – Diana asintió, y desde ese día se volvieron mejores amigas. Diana iba todos los días con Estefanía y al volver, siempre hablaba con Valentina su mejor amiga con la que vivía desde que tenía memoria. Un día de la nada empezó a sentir que Valentina no era solo una amiga, pero lo negaba y cada día se sentía más presionada y Valentina lo notó y le pregunto a Diana–¿Qué te pasa? – Y al sentirse presionada Diana contestó– me gusta Estefanía–, aunque ella no le gustaba no tuvo de otra, así que decidió inventar que le gustaba alguien más, antes de decirle la verdad. Val se lo tomó bastante bien y dijo que si eso era lo que la tenía inquieta no debía preocuparse pues no era nada malo y aseguró que siempre la iba a apoyar y Diana le pregunto –¿Lo prometes?


Val le respondió – ¿Lo prometo? – y Diana estaba segura de que así sería.

Diana para no guardárselo se lo contó a Estefanía, y aunque Estefanía no conocía a Valentina lo aceptó, aunque vivía en la ciudad de los humanos y al igual que Val le aseguro que siempre sin importar que la iba a apoyar, pero ella sin esperar a que se lo preguntara Diana se lo prometió y la abrazó. Después de ese día, Diana le contó sobre Val a Estefanía y aunque le encantaba pasar tiempo con Estefanía, siempre regresaba feliz al bosque porque ahí estaba Val, ésta al ver siempre ver feliz a Diana cuando regresaba de la ciudad siempre pensó que era porque le gustaba estar cerca de Estefanía y aunque “en cierto modo era cierto no todo era por eso”. Estefanía siempre estaba apoyando a Diana y se preocupaba por cómo se sentía y cómo paso con Diana, Estefanía empezó a sentir algo más por Diana, pero se guardó sabiendo que a Diana le gustaba Val.


Un día Estefanía le dijo a Diana que quería conocer a Val y las invito a cenar. Aunque Estefanía no estaba segura de lo que propuso, aun así, lo hizo y Diana aceptó y regresó al bosque a hablar con Val. Al llegar al bosque, Diana le dijo a Val que quería que conociera a Estefanía y Val muy emocionada acepto al día siguiente. Val se transformó en una humana y se arregló, y antes de irse le dio un regalo a Diana un collar que hacía que pudiera estar siempre transformada en humana, y Diana se lo agradeció y la abrazo. Al llegar a la casa de Estefanía, ésta y Val se saludaron, pero ninguna dijo algo más. Ya después de la cena Val fue al baño y sin saber que ella las estaba escuchando empezaron a hablar y en ese instante Estefanía dijo ¡Entonces es ella! Intentando sonar feliz y Diana respondió feliz ¡Si es ella! Estefanía continuo - es muy dulce y linda ahora, se cómo te enamoraste de ella-. Al escucharlo Valentina sintió un vuelco en el estómago y se preguntó: “¿Cómo pasó esto? No le pudo gustar, a ella le gusta Estefanía”, pero no tenía miedo estaba enojada, cuando se calmó, salió y le pregunto a Diana si se podían ir y ella asintió, se despidió de Estefanía y se fueron al bosque. Al llegar al bosque Valentina confronto a Diana y le dijo: - ¡Me explicas!, ¿Que rayos escuche?, - Déjame explicarte, ese es el punto. - y Diana le contesto - La verdad nunca me gustó Estefanía y todo este tiempo fuiste tú, yo estoy enamorada de ti Val - ¿Qué? - aunque Val ya lo había escuchado sintió el mismo vuelco en el estómago y en ese momento le grito a Diana ¡Cállate!, aun cuando Diana no estaba hablando y en ese momento Diana le dijo: Val, dijiste que me siempre me ibas a apoyar y Val contesto, te apoyo con Estefanía, pero con esto no y Diana contesto, está bien Valentina mientras la escuchaba alejarse.


Diana sabía que Valentina tenía que regresar así que ella tomo sus cosas y se fue a casa de Estefanía, al llegar a su casa, Estefanía le pregunto ¿Qué paso? Y Diana se echó a llorar, y Estefanía supo lo que paso, la abrazó y le dijo: yo siempre voy a estar contigo. Tardo un tiempo, pero a cabo de 10 meses de no salir de la casa de Estefanía, Diana logró recuperarse de lo que pasó con Valentina, no la odiaba y obviamente no la olvido pues creció 15 años con ella y aunque siempre quedaría un pedazo de Valentina en el corazón de Diana y siempre le dolería, aunque sea un poco Diana intentaba recordar a Valentina como lo que fue: su mejor amiga. Después de todo su proceso simplemente un día Diana le dijo a Estefanía que quería salir, y aunque Estefanía no estaba del todo segura, igualmente acepto. Las 2 se arreglaron y salieron al cine y desde ese día las dos salieron juntas a todos lados y


por increíble que parezca a Diana se empezó a enamorar de Estefanía. Dos años después Estefanía estaba dispuesta a declararle sus sentimientos a Diana que durante esos años fue creciendo cada día más. Estefanía reservó un lugar donde sólo pudieran estar las dos solas e invito a cenar a Diana, ella feliz aceptó, se arreglaron y se fueron. Al llegar al lugar Estefanía estaba más nerviosa que nunca y después de la cena, le tomo la mano a Diana y le dijo: - He estado enamorada de ti por más de tres años, y todos estos años lo que siento por ti solo ha ido aumentado, y no puedo guardármelo por más tiempo y quería preguntarte ¿Quieres ser mi novia? En ese momento Diana que nunca había estado más feliz respondió: - ¡Claro que sí! No sabes cuánto esperé esto - respondieron las dos al mismo tiempo, y entonces - Hace tiempo quería preguntártelo, pero no lo hice por miedo a que me dejaras.dijo Diana Estefanía se rio - Te prometí que siempre te iba a ayudar y aunque no lo supieras que siempre te iba a querer-. Se besaron y se fueron a la casa. Luego de seis años de ser novias a los 25 años Diana decidió hacer algo que le cambiaría la vida, le pondría matrimonio a Estefanía después de ahorrar cuatro años para todos los gastos. Mientras Estefanía estaba en el trabajo, Diana pidió el día libre y fue en busca del anillo, paso a dos de las joyerías más caras que había visto en toda su vida aun sin éxito, sin saber que la seguían. Ella seguía caminando feliz cuándo “Por accidente” choco con alguien y al levantar la cabeza se sorprendió al ver que era Valentina, ella intento mostrarse sorprendida, aunque la siguió desde que la vio bajarse de su auto. Diana, aunque se sorprendió al principio luego mostró indiferencia. Diana le dijo hola y le pidió permiso, ella entro a la joyería y Valentina la espero afuera pues


la llevaba buscando tres años después de darse cuenta que solo la tenía a ella y creía estar enamorada de ella. Mientras tanto Diana encontró el anillo perfecto y lo compró. Al salir Valentina la intercepto y le dijo: Me di cuenta que estoy enamorada de ti y no te quiero perder otra vez, Diana no se sorprendió, se rio y le dijo -Lo siento estoy en una relación y después se fue. Valentina estaba obsesionada y la siguió por semanas para que después de un mes vio como le pedía matrimonio a Estefanía y enloqueció y cuando encontró sola a Estefanía le dijo: Tu prometida no es quien crees, le dio un número de teléfono y se fue, Estefanía le llamo y Valentina le dijo: Tu prometida es un hada y colgó. Aunque ella ya sabia y no por Diana fingió no hacerlo. Se peleo con Diana y le dijo que ya no quería estar con ella. Valentina pensó que al perder a Estefanía no tendría de otra que regresar a ella, pero lo que no sabía era que Estefanía quería atraparla. Llamo a Valentina fingiendo ser Diana y la cito, al llegar Valentina no vio a Diana, pero si a Estefanía y esta le dijo: Ya sabía que era una hada siempre lo supe, en ese momento llego Diana que había sido llamada por Estefanía y le dijo a Valentina: No te odiaba ni te odiare pero intentaste arruinar mi boda para quedarte conmigo y no te lo voy a perdonar. Llego la policía y se llevaron a Valentina para hacerle una prueba para saber si podía estar en la ciudad, después de todo lo que le dijeron sobre ella tenían razones. Al cabo de unos 7 meses Estefanía y Diana se casaron y … … ¿Vivieron felices para siempre?




Cuento de amor Por Aitana Thais GarcĂ­a Rivas

A mi familia que siempre me apoya.



Había una vez en la Ciudad de México un hombre llamado Bryan, él ésta tratando de conquistar a una chica llamada Leslie que había conocido en una fiesta del “día del amor y la amistad” que organizó el hermano y la hermana ella. Él la había conocido ahí, ya que los hermanos de Leslie son sus amigos, entonces él se enamoró y desde ese momento está tratando de conquistarla pero no sabía cómo hacerlo, así que decidió pedirle ayuda a los dos hermanos de Leslie que son los que más la conocen, ellos le dieron mucha información para saber sus gustos como qué comida le gusta, qué le gusta ver, qué le gusta hacer, cómo le gusta pasar el rato y cuáles son sus flores favoritas. Con la información que le proporcionaron los hermanos de Leslie, Bryan ya tenía la información suficiente para conquistarla. Comenzó llevándole las flores que le gustan, siendo las lilas, él le llevo las flores a su casa. Ella las recibió y le dijo “gracias pero que no era necesario”. Él le preguntó si podía pasar, -si pasa- respondió. Ya adentro de la casa, Bryan le dijo - tengo que decirte algo- Leslie se preocupó y le dijo - ¿qué pasa Bryan? Nervioso dijo -mira me va a costar trabajo, pero algún día te lo tendría que decir, así que voy… lo que tengo que decirte es lo siguiente… me gustas. Leslie sorprendida por lo que había escuchado le dijo -no estaba lista para esto, pero debes irte-, Bryan respondió -pero, ¿por qué me tengo que ir?, no lo entiendo. -Porque necesito pensar en lo que me dijiste y analizarlo con calma- contestó ella, él lo entendió y se fue.


Leslie se fue a su cuarto pensando en lo que le dijo Bryan, ella sabía que sentía lo mismo por él, pero no sabía que decirle en ese momento ya que no quería confesarle “que también siente lo mismo por él”, así que mejor le dijo que se fuera, se quedó pensando si decirle que se fuera era lo correcto. Bryan se fue pensando si decirle a Leslie que le gustaba era lo correcto ya que decirle en su casa y no en un restaurante ya que puede que ella haya pensado que no era el lugar ni el momento. Leslie continúo pensando si decirle a Bryan que se fuera “estaba bien”, porque ella quería seguir platicando con él, como le gusta, ella quería seguir viéndolo y escuchándolo, ya que a ella le gusta hacer eso. Bryan se fue a casa y llegando fue directo a su cuarto y para olvidar lo que pasó, se puso a jugar videojuegos online un rato. Después de un gran rato, él se acostó en su cama y decidió mandarle un mensaje a Leslie para ver cómo estaba. Ella le contesto que “estaba bien, que ya se sentía con más ánimos”. Bryan le dijo que, si se podían ver, ya que quería platicar de lo que había pasado hace un día. Leslie le dijo que sí preguntando ¿si se podían ver al siguiente día a las nueve de la noche en la cafetería que se encuentra por la casa de Bryan?, él aceptó, diciendo que ahí la vería. Al día siguiente Bryan fue a comprar ropa, porque quería ir bien vestido, fue a varias tiendas ya que no encontraba algo adecuado para la ocasión. Leslie también se encontraba de compras, ellos no esperaban encontrarse en el centro comercial… Bryan se topó con la sorpresa de que Leslie también estaba de compras, él trato de esconderse, pero lo encontró y le dijo - ¿Bryan?, él no se pudo esconder más y dijo - Hola. Él no sabía qué hacer, así que se acercó a ella y le dijo -que casualidad que nos encontráramos aquí - ¿Qué haces de compras? - ella añadió. Comprando ropa nueva, ya que la mía está muy vieja y necesito ropa nueva, y… ¿qué haces tú de compras? - ella le dijo Ahhhh es que… no tengo mucha ropa y pues vine a comprar para tener más.


-Si nos vemos hoy a las nueve, ¿verdad? - Leslie respondió afirmativamente – sí, a esa hora nos vemos en el café de tu casa-Está bien ahí te veo - Fueron a pagar la ropa, se despidieron y se fueron a su casa. Bryan llegó a su casa, seleccionó la ropa que se llevaría a la cafetería, cuando termino de seleccionar la ropa, se arregló y espero a que dieran las nueve. Cuando Leslie llegó a casa vio que ropa ponerse para ver a Bryan, una vez ya decidida la ropa que se llevaría se comenzó a arreglar y a maquillar. Bryan se dio cuenta de que faltaban 3 horas para que fuera a ver a Leslie, decidió jugar un poco mientras llegaba la hora, pese a eso el tiempo se le hacía eterno, cuando al fin dio la hora dejo de jugar y se fue al café donde quedaron de verse. Leslie se dio cuenta de que ya era hora y que todavía no estaba lista, decidió decirle a Bryan que llegaría un poco tarde ya que no estaba lista, cuándo le llegó el mensaje, él le dijo que no había problema que él la esperaba. – Gracias, llego en 30 minutos-respondió.


A Bryan se le hizo eterno el tiempo, ya no podía esperar para verla y hablar con ella, no sabía cómo le iba a decir que “se iría a ir del país, a ir a Colombia”, él estaba muy nervioso por la noticia, por cómo iba a reaccionar, más bien por todo. Anteriormente ya había hablado con los hermanos de Leslie para que cuando él le diera la noticia, ellos la ayudaran a que no le doliera tanto la noticia. Cuando Leslie llego, la recibió con un beso en la mejilla y le acomodo la silla, ella le dijo: - Hola Bryan, ¿cómo estás? -Bien, ¿y tú? -Bien gracias, -Bueno es mejor ir a lo que venimos - él le dijo - Sí, pero, ¿a que vinimos?, solo me dijiste que nos veíamos en la cafetería de mi casa. -Ah sí cierto, bueno venimos a hablar de lo que pasó el otro día en mi casa -OK está bien hablemos de eso -Mira la razón por la que te dije que te fueras fue porque tenía que analizar lo que me dijiste y por eso te lo dije. -No te preocupes-dijo Bryan - ¿ahora puedo hablar yo? -Si por supuesto habla que es lo que me tienes que decir Él le dijo - mira sé que cuando te di la noticia de que me gustabas tal vez no era el momento ni el lugar adecuado, pero también te tengo que decirte que me voy del país me voy a Colombia, mira siento que tampoco era el momento, pero te lo tenía que decir -Vaya noticia, pero tienes razón lo ibas a tener que decir. - ¿Te sientes bien?, siento que la noticia te cayó mal.


- ¿Me puedes llevar a mi casa por favor?, - Si claro, te llevo. Cuando llegaron a la casa de Leslie, Bryan le preguntó si se encontraba bien, por lo que ella afirmó y le agradeció por haberla llevado a casa. Leslie vio que se fue Bryan, cerró la puerta y se fue a su cuarto, llamó a sus hermanos para que fueran a verla y que estuvieran con ella en esos momentos difíciles. Sus hermanos llamados Ana e Israel, inmediatamente fueron a su casa para platicar de lo que pasó con Bryan, sus hermanos le dijeron que era mejor que él se fuera para que Leslie pensara dos veces las cosas antes de actuar. Leslie les dijo que como dos veces ella les dijo que Bryan le gusta. Sus hermanos sorprendidos por lo que acaban de oír, respondieron que si le gusta Bryan porque no se lo dijo. Ella no lo hizo por miedo a lo que pudiera pasar con Bryan. Sus hermanos les dijeron que si lo amaba y estaba segura de lo que quería hacer impidiera que se fuera Bryan se fuera a Colombia. Ella les dijo que tenían razón y que si ellos sabían a qué hora era su vuelo. Sus hermanos le dijeron que su vuelo es en 30 minutos. Ella les respondió que se tenía que ir si quería llegar a tiempo, sus hermanos le dijeron ve. Leslie se fue deprisa para alcanzar a Bryan, cuando llegó al aeropuerto, empezó a buscarlo entre los vuelos a Colombia. No lo encontraba así que decidió llamarle, él atendió la llamada y le dijo que ya no lo buscara que ya estaba en el avión hacía Colombia y luego de decirle eso colgó la llamada. Leslie triste y llorando se fue a casa y se encontró con que sus hermanos seguían ahí y les contó todo lo que pasó, la abrazaron, mientras ella lloraba. En eso Israel dijo que iba a ir al baño solo para marcarle a Bryan y reclamarle por lo que le hizo a su hermana. Él contesto y le dijo “que lo sentía pero que no podía seguir en México y que ya no podía seguir escuchando a Leslie porque si no iba a cambiar de opinión y se iba a regresar a México”. Israel le contestó y le dijo que, si está bien que te quieras ir a Colombia, pero no es para que le hables así a mi hermana. Bryan le dijo que era cierto y que le sí podía ofrecerle disculpas de su parte ya que se portó grosero con Leslie. Israel le sugirió que le marcara a Leslie, Bryan le dijo que si le marcaria pero cuando llegara a Colombia para ya estar en la casa que rentó. Aceptó Israel colgando


y regresó con sus hermanas. Cuando Bryan llegó a la casa que había rentado en Colombia, no sabía si marcarle a Leslie, debido a que no se podían ver, él tomo la decisión de no marcarle por el momento. Leslie se sentía muy triste por lo que le había dicho Bryan. Israel le escribió a Bryan para que le marcara a Leslie, él le respondió y le dijo que no le iba a marcar ya que tenía que comprar muebles y todo. Israel le dijo, pero eso que tiene ver con que le marques a mi hermana, él le dijo puedo inventar varias excusas que no tiene nada que ver, pero no le puedo marcar porque tengo muchos nervios y por el momento no lo poder hacer lo siento. Israel le dijo, pero porque te pones así, él le dijo que, aunque su hermana le gustara no le podía hablar por todo lo que le hizo, su hermano de Leslie le dijo que está bien pero que, si le hablara en algún momento, él le dijo que, si le marcaría, pero no sabía cuándo, Israel le dijo que está bien pero que si le marcara para explicarle lo que pasó. Bryan después de charlar con Israel se dio cuenta de que se enamoró de Leslie y que necesita estar con ella, pero él estaba en Colombia y ella en México él no sabía que hacer así que decidió que lo pensaría y al día siguiente y tomaría la decisión. En lo que Bryan tomaba la decisión Leslie decidió que saldría a caminar y distraerse por lo que le paso con Bryan, mientras iba caminando y se tropezó con un hombre, él le dijo cuidado por poco te caes, ella le dijo discúlpeme no estaba viendo que había alguien, él le dijo no se preocupe le puedo invitar un café, Leslie le dijo si gracias, llegaron a la cafetería y el hombre le acomodo el asiento y después él se sentó le dijo mucho gusto me llamo José, José le pregunto a Leslie como se llamaba ella le dijo mucho gusto me llamo Leslie, José le dijo mucho gusto Leslie, empezaron a platicar y se dieron cuenta de que tienen mucho en común, en ese momento pasa Raúl el hermano de Bryan por la cafetería y ve a Leslie con alguien, él decide ir a casa y llamarle a Bryan para contarle. Al llegar a casa Raúl le marca a Bryan, éste no contestaba entonces Raúl se puso a pensar que hacer para comunicárselo a Bryan. Bryan estaba en su cuarto pensando que hacer si ir con Leslie o quedarse en Colombia, él sabía que si se quedaba en Colombia ni viviría feliz pero también sabía que si se iba a México para estar con Leslie podrían pasar dos cosas una que Leslie nunca lo perdone y la segunda que Leslie salga con alguien más, él se quedó pen-


sando que hacer sabía que su hermano le había estado llamando pero él no quería contestar, pero de repente vio que fue tanta la insistencia de su hermano decidió contestar. Raúl cuando vio que su hermano contesto le dijo Bryan Leslie está tomándose un café con alguien, Bryan le dijo debe ser su hermano, Raúl le dijo no Bryan no es su hermano, Bryan le dijo o bueno no importa ya déjalo así, Raúl le dijo pero porque lo dejo así que no te gusta Leslie, Bryan le dijo si pero sabía que si me venía a Colombia esto podía pasar, Raúl le dijo pero como lo sabias, Bryan le dijo pues porque me porte grosero con Leslie y también sabía que ella podía buscar a alguien más. Raúl le dijo está bien te entiendo entonces Leslie ya no te importa, Bryan le dijo que si le importaba pero que el que podía hacer ya salía con alguien más. Raúl le dijo a Bryan escucha eres mi hermano y te quiero, pero si te gusta Leslie debes decírselo y saber si siente lo mismo por ti así que dime hermano tú decides o ir con Leslie o quedarte en Colombia. Bryan le dijo a Raúl gracias hermano eso fue conmovedor, pero no sé qué hacer. Raúl le dijo mira no soy experto en el amor, pero si te gusta debes de decírselo. Hermano debes ayudarme no sé qué hacer si quedarme o irme. Mira hermano decide ser feliz o ser infeliz, Bryan le dijo tome mi decisión elijo ser feliz hermano necesito que me ayudes, Raúl le dijo está bien que necesitas, Bryan le dijo necesito un vuelo a México lo más pronto posible lo puedes hacer en eso yo empaco todo lo que me traje. Raúl le dijo está bien hermano te ayudare. Bryan le dijo gracias hermano te lo debo gracias por apoyarme. Leslie le dijo a José gracias por invitarme el café me divertí mucho contigo José le dijo yo también me divertí mucho contigo nos podemos volver a ver mañana Leslie le dijo claro que si José le dio su número de teléfono a Leslie para que se pusieran de acuerdo Leslie lo recibió y se despidió de José antes de irse le dijo gracias me divertí mucho hoy nos vemos mañana. Se despidieron y se fueron a sus casas. A la mañana siguiente Bryan llego a México y llegando fue a la casa de su hermano a decirle si podía dejar sus cosas por lo mientras en su casa él le dijo que si pero que no perdiera tiempo y se fuera a la casa de Leslie. Él le hizo caso y fue a la casa de Leslie al llegar a la casa de Leslie se encontró con la sorpresa de que cuando llego vio


que un hombre iba saliendo de la casa de Leslie, pero lo que más le llamo la atención fue que Leslie estaba saliendo con el hombre él se puso triste y se fue a la casa de su hermano a contarle lo que él vio. Cuando llego a casa de su hermano le dijo nunca debí de venir Raúl le dijo pero porque Bryan le dijo porque vi a Leslie con alguien más y no sé qué hacer estoy perdido su hermano le dijo pero porque perdido Bryan le dijo porque me han pasado muchas cosas y una de ellas fue irme a Colombia y dejar a Leslie su hermano le dijo tal vez no has hecho lo correcto pero recuerda que existen las segundas oportunidades y si Leslie no lo supo valorar Bryan le dijo no es que no lo supo valorar es que cuando fuimos a la cafetería no me dijo si le gustaba o no su hermano le dijo pero porque y Bryan le dijo porque lo que le dije se lo dije tan rápido que no le di tiempo para responder. Raúl mira qué tal si mejor para que no haya confusiones Bryan decidió llamarle a Leslie para ver si podían hablar, pero no contestaba y decidió hablarle más noche. Leslie decidió mandarle un mensaje a José para ver si se veían para desayunar José le dijo que sí que en donde se veían Leslie le dijo que si la podía ver en su casa y ya de ahí se iban a desayunar José accedió y le dijo que le mandara su ubicación para pasar por ella Leslie se la paso y el paso por ella cuando se fueron a desayunar Leslie vio a Bryan pero no le podía dijo a José que si se podían ver otro día por que vio a su amigo e iba a estar con él. Leslie vio que Bryan le marco, pero no quiso contestar porque estaba con José. Llego la noche y Bryan decidió marcarle a Leslie después de 15 intentos fallidos decidió marcarle por última vez y cuando contesto le dijo hola Bryan que paso Bryan le dijo no pasa nada solo te marcaba para saber si mañana querías almorzar conmigo Leslie le dijo que si pero que también tenían que platicar de un tema Bryan le dijo ok nos vemos en el restaurant de tu casa Leslie le dijo está bien ahí te veo. Al día siguiente Bryan se arregló para ver a Leslie. Bryan se puso nervioso por lo que paso la última vez. Leslie llego al restaurante y vio a Bryan sentado en la mesa fue segura a la mesa donde está sentado Bryan. Bryan se levantó de la mesa y le acomodo la silla a Leslie, Bryan le dijo a Leslie hola como estas Leslie le dijo a Bryan bien y tú, Bryan le dijo bien, pero es mejor ir directo al grano, Leslie le dijo ok vamos al grano. Bryan le dijo si no te molesta tomare la palabra Leslie le dijo está bien, Bryan


le dijo bueno primero te quiero pedir una disculpa por cómo me porte el otro día en el café y te quiero pedir otra disculpa por cómo me porte cuando me marcaste y yo estaba en el avión. Leslie le dijo te perdono, pero ahora voy a hablar yo ok Bryan le dijo ok dime Leslie continuo y le dijo bueno cuando me diste la noticia d que te ibas a Colombia yo no sabía que decirte y pues cuando me dejaste en mi casa yo me sentía muy triste por una razón en específico la cual no me dio tiempo de decírtela en el café. Bryan le dijo y cuál es esa razón que no me dijiste Leslie le dijo mira lo que no te dije esa noche era que me gustabas. Bryan le dijo tú también me gustas, pero porque no me lo dijiste cuando íbamos camino a tu casa. Leslie le dijo si me gustabas Bryan le dijo como que te gustaba, Leslie le dijo si me gustabas ahora ya no me gustas Bryan le dijo, pero porque ya no te gusto, Leslie le dijo porque cuando te fuiste conocí a alguien mejor que tú y si me disculpas me debo retirar. Bryan le dijo, pero en ese momento Leslie se había ido. Bryan se quedó solo en la mesa pasaron 45 minutos y seguía en el restaurante pasaron otros 5 minutos y decidió irse a casa. Al llegar a casa de su hermano Bryan le dijo a Raúl hola hermano ya volví Raúl le dice a Bryan que paso hermano porque vienes tristes. Bryan le dice a Raúl es que Leslie dijo que le gustaba Raúl le dice, pero eso está bien no porque te gusta Bryan le dice sí, pero dijo que le gustaba y también me dijo que ya no le gusto porque conoció a alguien mejor que yo. Raúl le dice a Bryan no te preocupes hermano todo estará bien con el tiempo la olvidaras y vivirás tu vida como antes de conocerla, Bryan le dice a su hermano no como quieres que la olvide si me enamore de ella, su hermano le dice pero te enamoraste de ella Bryan le dice si eso lo descubrí cuando Israel me marco y me dijo sobre cómo estaba Leslie y aparte yo me sentí mal pero a la vez triste por lo que le dije en la llamada. Raúl le dijo a su hermano mira no sabía que te habías enamorado solo sabía que te gustaba pero bueno escucha este consejo que te voy a dar sé que Leslie te dijo que encontró a alguien mejor pero no significa que tú te tengas que deprimir tanto solo pregúntale una vez más y que te diga si es cierto que ya encontró a alguien mejor que tu pero te recomiendo esta vez que le digas que te mire a los ojos y te diga la verdad. Bryan le dijo que gracias y que ahora aria eso, en ese momento le vuelve a marcar a Leslie para ver si se podían ver ese día en la noche Leslie le contesto y le dijo que


pasa Bryan, él le dijo crees que nos podamos ver hoy en la noche en la cafetería de mi casa Leslie le respondió y le dijo si a qué hora él le dijo te parece a las 9 de la noche Leslie le dijo está bien ahí te veo. Una hora antes de la hora situada Bryan le dijo a su hermano que ahora iba a hacer todo lo posible para que Leslie le dijera la verdad si lo seguía o no amando. Leslie estaba nerviosa porque no sabía si estaba enamorada de Bryan o de José estaba indecisa así que decidió invitar a José a la reunión que tenía con Bryan para ver de quien se enamoró. Le dijo a José si la podía ver ese día a las 9 en la cafetería “el regalo” José le dijo que sí que ahí la vería, ella no sabía que iba a hacer en el momento que José o Bryan vieran que esta con otra persona, pero es la única forma de saber de quien se enamoró Leslie. Bryan llegó puntual y se quedó esperando a que Leslie llegara, mientras que a José le quedaban 15 minutos para llegar, llego Leslie y vio a Bryan sentado él se paró la saludó y le acomodó la silla. Leslie estaba muy nerviosa porque no sabía que iba a pasar cuando llegara José. Llego José y vio a Leslie sentada con alguien más él se puso celoso y le pego a quien estaba sentado con ella Leslie vio lo que hizo y le dijo basta ve lo que hiciste vete de aquí. El hizo casa y se fue, pero le dijo no me llames ni me vuelvas a buscar. Le pregunto a Bryan si estaba bien y él le dijo que estaba bien pero que quien era el Leslie le dijo que era con quien estaba saliendo, pero le dijo que con lo que hizo ya no lo volverá a ver porque la violencia no es buena y nada se resuelve con violencia. Bryan le dijo bueno lo que te iba a preguntar es que quería ver que sientes por mí, pero quiero que esta vez me mires a los ojos Leslie le dijo está bien lo miro a los ojos y le dijo la verdad me gustas y creo que me enamore de ti. Bryan le dijo yo me enamore de ti y sé que no es el lugar, pero quieres ser mi novia. Leslie estaba es shock por lo que oyó, pero tomo la decisión por lo que ella siente por él, la respuesta fue sí. Bryan se puso feliz y le dijo si quería festejar yendo a comer a un restaurante Leslie le dijo si vamos, fueron al restaurante a festejar pidieron el menú especial. Después de salir del restaurante Bryan le dijo a Leslie que a donde quería ir o que quería hacer. Leslie le dijo que si iban a su casa a ver películas Bryan le dijo que si entonces fueron a la casa de Leslie a ver películas románticas. Llego la noche pero ya era demasiado tarde para que Bryan se fuera a casa a sí que Leslie le dijo que porque no se quedaba a dormir en su casa él dijo que si pero que donde se quedaría Leslie le dijo que como iban empezando a ser novios era mejor que se quedara en el sillón


él dijo que si pero que en lo que les daba sueño por que no veían mas películas Leslie le dijo si veamos más pelis. Al día siguiente y ya de día Bryan le dijo a Leslie que ya se tenía que ir a casa que si la veía hoy a las 5 en la feria para que se divirtieran un poco Leslie le dijo si vamos a esa hora te veo. Bryan se emocionó porque a era novio de Leslie al llegar a casa de Raúl, Bryan le dijo a su hermano que ya era novio de Leslie su hermano lo felicito y le dijo que el hiciera todo con el corazón ya que gracias a eso es novio de Leslie. Después de que se fue Bryan Leslie se sintió feliz ya que se enamoró de Bryan ella antes de ir a la feria le dijo a Bryan si podían pasar por un helado a donde hacen los helados en forma de corazón él le dijo que sí que eso le parecía lindo. Bryan cuando le su novia le dijo lo del helado se le hizo lindo ya que van saliendo y para comenzar una relación eso se le hace lindo. Raúl se sentía feliz por su hermano, pero él se sentía triste porque su hermano ya tenía pareja y el no entonces le dijo a su hermano si conocía a alguien para que salgan y tal vez se enamoren él le dijo que no pero que vería ya que se la debía. Bryan le conto eso a Leslie para ver si conocía a alguien que saliera con su hermano ella le dijo que no pero que si quiere puede salir con Ana la hermana de Leslie. Bryan le dijo que le diría y si él quiere salir con tu hermana yo te digo y ya se ven. Al día siguiente Bryan le comento como se la paso con Leslie en la feria y también le dijo si quería salir con Ana la hermana de su novia él dijo que si y que cuando la vería. Él le dijo que le preguntaría a su novia para que le diga a Ana y ya le decían. Bryan le dijo que si a su novia y ya le dijo que ese mismo día a las 8 en la cafetería. Bryan se lo dijo a su hermano y le dijo que está bien que hay la ve. Bryan le dijo a su novia que si iban al cine le dijo que si ellos iban a ir al cine mientras su hermano se tomaba un café con Ana. Al día siguiente en la mañana Raúl le dijo a su hermano que ya es novio de Ana que tienen de todo en común y que los dos son amables Bryan felicito a su hermano y le dijo que ahora los dos tienen novia. Después de un mes de salir Bryan y Leslie Bryan tomo la decisión de pedirle matrimonio a Leslie ya que él estaba seguro de querer una vida al lado de ella. Bryan le dijo a Raúl que le quería pedir matrimonio a Leslie pero que necesitaba su ayuda


para distraerla y el planee todo. Su hermano le dijo que lo ayudaría y que le dijera como cuánto tiempo se tardaba para distraer a Leslie él le dijo que como una hora su hermano le dijo que la trataran de entretener, como que entretener dijo Bryan, él le dijo que su novia lo ayudara. Bryan le dijo que tenía que ir a comprar la sortija que la comenzara a distraer. Bryan se apuró y fue rápido a la tienda donde venden los anillos encontró el anillo perfecto lo compro y se fue a casa a vestir para la ocasión.

Mientras que su hermano distraía a Leslie. Bryan preparo todo y solo espero a que Leslie llegara, vio que Leslie ya venía y se preparó cuando vio que ya iba a entrar a su casa decidió salir de donde se escondió y decirle espera Leslie lo volteo a ver Bryan le dijo a Leslie he pasado muy buenos momentos contigo y sé que tu conmigo por eso Leslie Gonzales Begoña te quieres casar conmigo. Leslie le dijo que han pasado buenos momentos juntos y ni respuesta es sí. Bryan abrazo a Leslie y le dio un beso. Leslie feliz porque se va a casar le dice a su prometido que es la más feliz del mundo.


Raúl, Ana y Israel los felicitan porque se casan y les desean que sean felices. Bryan les dice que si va a ir a la boda. Raúl, Ana y Israel les dicen que si va a ir a la boda. Bryan y Leslie se ponen a preparar todo para la boda. Bryan le pregunta a Leslie que a quien va a invitar de su familia y amigos. Leslie le dice que solo va a invitar a unos amigos y a sus hermanos, pero también le pregunta a Bryan a quien va a invitar. Él le dice que solo irán unos amigos y su hermano. Hacen la cuenta de la gente que va a ir y les sale de 80 personas entonces reservan un lugar donde alcance toda la gente que va a ir. Preparan la boda para el día 27 de agosto. Mandan a hacer las invitaciones con todos los datos de la boda. Bryan y Leslie están muy nerviosos porque se casan, pero muy felices porque se casan por la persona que aman. Bryan tiene que comprar un smoking para la boda y Leslie un vestido de novia Leslie no sabe a dónde ir a comprar el vestido así que decidió pedirle ayuda a su hermana Ana su hermana le dice que si la va a ayudar pero que tenía que ver que su comprometido Leslie le dijo que porque Ana le dijo que porque es la tradición que es que el novio no puede ver el vestido hasta que se esté en el altar Leslie lo entendió y le dijo que está bien pero que la ayude a escoger el vestido porque se casa en un mes. Ana cuando oyó eso le dijo que fueran de compras ese mismo día. Mientras que Bryan le pidió ayuda a su hermano para ver que smoking se va a poner en la boda su hermano dice que le va a ayudar mientras él le ayude a escoger el suyo los dos aceptan y dicen que se van a ayudar. Termino la boda ya es el siguiente día los novios se volvieron esposos y sabían que serían felices juntos. Pasa una semana y Leslie le dice a Bryan que tiene que darle una gran noticia que cambiara sus vidas. Bryan le dice cuál es esa noticia que cambiara nuestras vidas. Leslie le dice que está embarazada. Bryan le dice que es el más feliz del mundo ya que ahora seremos papás. Leslie empieza a sentir antojos y le dice a Bryan que está en la etapa de los antojos. Bryan supo a cuál se refería y le dijo ok que se te antoja su esposa le dijo que se


le antojo una hamburguesa, un helado, unas fresas y unas papas. Faltaban 2 meses para que naciera él bebe y Bryan empezó a decorar la habitación del bebe con cosas que necesitan los bebes Bryan y Leslie sabían que un bebe todo lo cambia, pero también saben que un bebé es lo más hermoso que le puede pasarle a alguien. Pasaron los 2 y Leslie estaba sentada en el comedor cuando se le rompió la fuente, Bryan estaba sentado al lado suyo cuando vio que paso eso llevo a Leslie al hospital lo más rápido posible ya que sabía que él bebe ya iba a nacer. Cuando Leslie entro a labor de parto él estaba muy nervioso ya que sabía que se convertiría en papá muy pronto. Cuando el doctor le dijo que él bebe ya había nacido y que todo salió bien él se puso feliz ya que comenzó una nueva etapa de su vida. Le pr3gunto al doctor si ya podía pasar a ver a su esposa y a su hijo. El doctor le dijo que sí. Bryan vio que todo estaba bien. Cuando salieron del hospital Bryan ya había preparado el cuarto del bebe pero si Leslie quería él bebe podía dormir con ellos. Una vez en casa todos fueron felices y vivieron muy felices con su hijo.

Fin




El Camino de Talato Jorge Alberto Mendoza Díaz

Me gustaría empezar agradeciendo a la Secretaria de Cultura, al Colectivo Voces, en particular a la licenciada Citlalli Maya, quien en la mayor parte del tiempo que duró el curso, era quien llevaba las sesiones del mencionado. En segundo lugar, me gustaría dedicar este cuento, a todas esas personas, que por una u otra razón han sentido que no pertenecen a algún lugar, por el hecho de ser distinto a los demás, a todas, todos y todes ellos, quiero decirle que no están solos, que como Talato, podemos encontrar nuestro camino, probablemente no sea fácil, pero siempre se puede seguir adelante.



Hace algún tiempo creía que todo estaba mal, ahora creo que todo puede mejorar, el mundo cambia más rápido de lo que mis padres quisieran, mas rápido de lo que yo mismo quisiera… me encuentro aquí, solo, escuchando el silencio, sintiendo el aire en mi rostro. Casi puedo escuchar a fosfó, susurrarme al oído - ¿Qué más quieres? Sin titubear respondería -solo más tiempo¡¡¡Ooooh!!! Que torpe soy; yo aquí en mi momento de reflexión existencial y ni siquiera me he presentado. Me llamo Talato, vivo en un mundo parecido al tuyo. Sé que en tu mundo todos son de carne y hueso, pero aun así, afortunadamente, todos son diferentes. Rayos, soy más distraído de lo que puedo reconocer, te tengo que contar mi historia, después si quieres me cuentas sobre ti. Como te dije, en mi mundo hay cosas que están cambiando, pero hace 20 años, cuando nací, el mundo era más; ¿como dicen ustedes? Ah, sí, más cuadrado.


Aquí todos estamos divididos en colonias, bueno estábamos, mi colonia se llama Metalia, aquí todo son de metal, frio y duro metal. Todos en mi familia son de cobre; hasta hace algún tiempo yo creí que también lo era. Muy en el fondo, sabía que era diferente a ellos, recuerdo muy bien, cuando era niño he íbamos a la casa de la abuela, alentaba el paso, dejaba que mis padres y hermanos caminaran frente a mí, solo podía pensar - ¡qué bonita familia son- claro sin mí. Siempre hacia las cosas diferentes, nunca pensé de la misma forma que ellos; eso casi siempre me traía grandes reprimendas, como olvidarlo.


Cada año, durante el verano, me llevaban a un curso, en el que iban niños de todas las colonias, había personas de todos los materiales y elementos. Amaba esos días, siempre veía a Magne, un niño de la colonia de las plantas, me encantaba su aroma, sus manos suaves, todo él era increíble. Me hacía sentir que no era raro, con el podía ser yo mismo. Magne decía que yo era especial, que había estado cerca de otras personas de cobre y no olían cómo yo, que mi aroma le recordaba al suyo. Siempre nos regañaban por estar juntos y no entrar a las actividades del curso. En ese entonces tenía 10 años, en ese momento ni siquiera podía ponerle un nombre a lo que sentía por Magne, lo único que me importaba era que me correspondía. Jamás pude hablar de esto con nadie. Pero mi historia con Magne no duro mucho, pasaron un par de años, era nuestro último curso, ya teníamos 12 años y no nos llevarían mas a ese lugar; pasaríamos aliceum y él se iría lejos. Jamás olvidare ese ultimo día, sucedió algo que ni en mis sueños había ocurrido; Magne por la noche me llevo a un lugar donde se veían las luces de las casas que estaban a lo lejos, acaricio suavemente mi cara, cerré mis ojos y solo podía pensar que era la persona más feliz del mundo. Aun con todo lo que había pasado hasta ese momento yo seguía pensando que era de cobre como el resto de mi familia. Justo cuando estaba en la secundaria comencé a tener novias, muchas por cierto, pasaba tiempo con ellas, incluso algunas llegaron a caerme bien, pero no sentía lo mismo que por Magne. Lo peor era que iba en una escuela donde todos éramos de materiales distintos, pero los de metal se juntaban con los de metal, los del mar con los del mar, los de las plantas con ellos mismo y así, todo siempre era estar divididos. Pasaron los años, estaba por salir de liceum; tenía una relación con Caliza, una


chava de cobre, era increíble, no era tan rígida cómo mi familia, eso me gustaba de ella, pensé entonces que no era tan diferente y que al final mi vida será cómo mis padres querían que fuera. Pero vino a mover mi mundo entero, Niquel, un chavo del mar; no iba en mi grupo, pero siempre que estábamos en el descanso, me molestaba, pensé que era solo porque le caía mal. Un día justo durante el final del descanso fui al baño y me lo encontré en la puerta, estábamos solos, se acerco, me acorralo contra la pared, pensé que me golpearía, pero no. Me abrazo, no sabía qué hacer, así que solo deje pasara. A partir de ese día, cada descanso esperaba ansioso el final, para ir corriendo al baño y ahí extraía él. Después de varias semanas, me dijo que mis besos sabían sal.


Sus palabras rebotaron en mi mente y no pude más que aceptar que yo no era de cobre, tampoco de las platas y menos del mar. Lo que sí sabía es que era diferente, que además no podía seguir así, yo quería estar con Niquel, pero aún salía con Caliza. En mi mente se cruzaban ideas y sentimientos muy contradictorios -¿Cómo podría decirle a los demás que yo era diferente, si ni yo mismo sabia de que material era?Afortunadamente existe el bendito Adwor, empecé a investigar y resulta que hay una colonia de personas de goma, las cuales toman las características de las personas con las que están, son suaves, flexibles y que era más común de lo que imaginaba nacer de goma en familias de diferentes materiales.


Encontré dalerz, en los cuales empecé a conversar con otras personas de goma, uno de ellos, Fosfó, un ser maravilloso, que desde el día 1 que lo conocí, me trato como si fuéramos amigos de toda la vida. Me dio muchos ánimos, me hizo sentir que no era raro ser de un material distinto al de mi familia. Cada que platicaba con él me sentía más y más libre. Gracias a eso pude ver que tenía que ser honesto con Caliza, Niquel y de paso mi familia. Comencé por contarlo en el liceum, a mis compañeros y maestros, pensé que me tratarían diferente, cosa que no pasó. Tome valor, lo platique con Caliza, le dije que merecía honestidad de mi parte, que acababa de descubrir que era de goma y que además me gustaba Niquel, que de hecho ya la había engañado con él; sentía cosas bonitas por ella pero no como lo que sentía por Niquel, después de un momento de llanto y drama por parte de ambos, nos dimos un abrazo y decidimos ser buenos amigos.

Habían pasado algunas semanas, sabía que tenía que hablar con mi familia. Acabábamos de comer, respire profundo, cerré mis puños y les dije: -tengo que hablar con ustedes- en un tono serio. Mi madre contesto: - ¿Qué ocurre? ¿Por qué tanta seriedad?


Sin tantos rodeos: - descubrí que no soy de metal cómo ustedes. siempre había querido hacerme a la idea que era de cobre, pero muy en el fondo sabía que era distinto. Hasta ese momento no había ninguna reacción por parte de mis padres -¡había intentado ser cómo ustedes, pensar cómo ustedes, pero no pude, de verdad lo intenteDe la nada mi madre soltó en llanto y dijo que ya lo sabía, pero no paraba de llorar, mi padre por el contrario no mostro ninguna emoción. Termine el liceum entre estos sin sabores. Comencé estudiar en matura, sin esa emoción desbordada de haber entrado en mi primera opción. Los días en mi casa comenzaron a ser más y más pesados, mi madre con el simple hecho de verme soltaba en llanto, mi padre ignoraba completamente mi presencia. Pasaron un par de meses, confronte a mi padre -¿quieres ver que intente cambiar? ¿sabías que llegué a cortar mi rostro para ver que era de metal como tú? Agite mi cara, que podía moldear ya que era de goma. Le mostré a mi padre las cicatrices que me quedaron, le dije que un día, tratando de resolver el conflicto interno que tenía, tome un cuchillo y en mi rostro marque unas líneas para comprobar así que era de metal como ellos, la herida más profunda que quedo, fue en mi alma, al darme cuenta que efectivamente no era de metal. Tan frio como siempre, mi padre, simplemente siguió su camino, en ese preciso momento decidí irme de casa. Tome lo que cupo en mi mochila, Salí sin saber que haría o que pasaría. Aun con


todo sentía libertad, me quite un peso de mis hombros. Lo primero que hice fue llamar a Fosfó, le conté lo que había hecho, me dijo que fuera a su casa, que él no me dejaría solo.

Fosfó es dueño de un restaurante, él me dio empleo ahí; por primera vez sentía una felicidad genuina, no estaba solo en el mundo. Acordé con Fosfó solo estar el tiempo que necesitaba para terminar mis estudios, trabajar más y tener más ingresos, para después conseguir un espacio propio. Trabajé arduamente y no descuide mis estudios. Pasó el tiempo, me encontraba más tranquilo, mi vida parecía ya por fin ser normal; un día que creí sería como cualquier otro, me encontraba esperando a compañeros de mi grupo para realizar un trabajo en equipo, no llegaron, pero aun así me quede esperando un momento más, en el lugar donde habíamos acordado vernos; porque había pasado frente a mí un chico, en ese momento estaba casi seguro que era de g.oma, cruzamos mirada un par de veces, no sé qué estaba haciendo el ahí, me daba pena acercarme a él y preguntar su nombre. Tome un libro que llevaba, comencé a leerlo, el chico se sentó casi frente a mí, de cuando en cuando levantaba la vista y me costaba mucho trabajo no sonreír al cruce de nuestras miradas. Lo vi levantarse y dirigirse justo a donde yo estaba, en ese momento se paro entre nosotros una chica que estaba haciendo una encuesta, me pregunto sí podía realizármela, que no tardaría; de prisa comencé a buscar detrás de ella y ya no estaba el chico, así que decidí ayudarla con la encuesta. Se me hizo eterna la charla con ella, cuando por fin termino, yo me dispuse a irme del lugar, en cuento me puse de pie y di la vuelta, tropecé con él. -oye se tardo muchísimo la chava, ¡pensé que nunca terminaría!-


-¿esperaste todo este tiempo?-sí, se tardo una hora y cuarenta y siete minutos, por cierto mi nombre es Boro, mucho gusto-¡wooo!, tomaste el tiempo, mucho gusto yo me llamo Talato.-vas a decir que estoy loco, te vi y no pude evitar pensar que eras muy bonito, si tienes tiempo me gustaría invitarte a comer.Sin pensarlo dos veces, dije que sí. A partir de ese día comenzamos a vernos a diario para comer, las primeras semanas, todo parece un sueño, el era encantador, me escuchaba, no me criticaba, me hacia cumplidos, me sentía seguro y protegido a su lado, desafortunadamente, ese sueño rápidamente se convirtió en pesadilla. Todo comenzó un día que fuimos a comer a un lugar donde había comida que casi no me gustaba, así que prácticamente no comí nada, en lugar de preguntar porque había comido poco, al salir del ahí, tomo fuertemente mi mano y me dijo: -¿Por qué no quisiste comer? ¿Para quieres estar dieta? Seguramente es para estar más flaco para alguien más ¿verdad?; a mí no me vas a hacer esto, nos vamos a regresar a que comas de verdad.Desconcertado, no pude decir que no, regresamos al lugar y comí aunque, de verdad no quería más. Poco a poco las cosas se pusieron peor, comenzó a decir que la forma en la que me vestía no le gustaba, cada vez que alguna persona en la calle me quedaba viendo, el me pegaba en el brazo, decía que yo provocaba que las personas voltearan a verme. Como a Boro no le gustaba que viviera con Fosfó, un día que me visitaba en casa, comenzó a tomar mis cosas en maletas: -ya no quiero que estés más aquí, te vas a ir a vivir a mi casa, no te faltara nada, no necesitas de tu amiguito.-


No sé porque pero no dije absolutamente nada, solo llame a Fosfó, le avise que me iría y que después le contaría todo. Bueno la verdad es que si sabía porque acepte irme con Boro, en el fondo quería irme con él porque era la oportunidad de crear mi propia familia, pero no sabía lo que me esperaba. Seguí tratando de hacer mis actividades normales, pero Boro me pidió dejar de trabajar, para que terminara más rápido mis estudios, accedí, fue lo peor que pude hacer, el empezó a prohibirme salir con fosfó, incluso visitar a mi familia era motivo de peleas. Siempre estábamos en casa, ya no salíamos, justo para evitar peleas, comencé a notar que cada muestra de desprecio por parte de Boro, lo hacía con palabras que de niño utilizaba mi padre para regañarme, y después de golpearme o hacerme llorar por las cosas que me decía, boro me abrazaba, me daba un dulce o me regalaba una flor, me pedía disculpas y yo terminaba por perdonarlo. Al hacer esto inconscientemente iba perdonando a mi padre, su frugalidad, lo rígido que había sido conmigo. Así estaba resolviendo los conflictos que tenia con mi padre, proyecte en boro cada los problemas que tenía con mi padre. Me di cuenta de eso, porque en una ocasión, cerca del cumple años de Boro, decidí comprarle unas figuras de acción de personajes de su película favorita, pero como compré eso antes de la fecha, boro se dio cuenta y me exigió que le mostraba lo que ocultaba; no tuve más opción que enseñarle por adelantado su regalo: - es tu regalo de cumple años, se que te gustan estos personajes, así que te compre estas figuras.-y ¿yo para que quiero estas porquerías? Justo esa frase fue la que me hizo ver lo que ocurría. Cuando tenía alrededor de 9 años, en el cumpleaños de mi padre, decidí regalarle un dibujo que hice de él, cuando lo vio dijo exactamente lo mismo Boro. En ese instante tome algo de ropa y salí corriendo de ahí, fui a la casa de Fosfó, le conté le que ocurría, sin más dejo que nuevamente me quedara con él, afortunada-


mente después de eso, Boro no insistió en que regresara con él, pero si fue a casa de fosfó a entregarme más de mis cosas: -toma tus porquerías, jamás vas a encontrar a alguien, cómo y cuándo te des cuenta que no eres nada sin mi vas a regresar.Fosfó, cerró la puerta en su cara, fue la última vez que supe de Boro. Sabía que tenía que resolver los problemas con mi padre, fui a su casa, tome valor para contarle todo lo que había ocurrido, él entre llanto, me pidió perdón: -¡hijo, me cuesta mucho trabajo expresarme!, sé que no he sido el mejor padre, pero nunca, nadie, me enseño a decir ¡te quiero!, y en este tiempo me di cuenta que nada es más importante que lo que siento por ti, a pesar de que eres de un material distinto, no es algo que tu decidieras, simple mente así eres, y prefiero aceptarlo antes de que te alejes completamente de nosotros, tu familia. Han pasado 3 años, logre empezar a sanar la relación con mi familia, ellos vieron el esfuerzo que hice por continuar con mi vida, siempre respetando lo que ellos me enseñaron: ser responsable y trabajar arduamente por mí. Accedieron a re-conocerme, poco a poco comenzamos a visitarnos los fines de semana y después cada que se nos antojaba. Ha sido muy difícil entendernos, pero seguimos trabajando en ello. Cada día peleamos menos, de hecho, lo que había olvidado era que hoy es el cumpleaños de mi madre, me toco llevar el pastel, voy muy, muy tarde, correré como siempre, así que los dejo. Mi historia seguramente tendrá muchas aventuras más, además falta que me cuentes de ti. Pero por hoy gracias por escucharme.



Sendero al futuro Por Azul Tonantzi López Velázquez

A la memoria de la persona que más he amado en mi vida, mamá Amparito, donde sea que estés, en algún lugar del cielo, un beso hasta allá. A la persona que siempre me ha apoyado, Guadalupe Velázquez. Para Angelica Olivos y Jimena Cortes, y al Colectivo Voces por hacer esto posible.




Érase una vez, en un bosque encantado donde comúnmente habitaban familias de brujos y brujas, vivía la pequeña Leanne Jiménez. La familia de Leanne era pequeña; ella vivía con su mamá, papá y su hermano mayor Mallanti; ella solía ser una brujita muy tranquila debido a que no la dejaban salir debido a los riesgos que había en al bosque, y al ser la única mujer sus padres la sobreprotegían. Leanne era soñadora, le encantaba pasar tiempo con su abuelita “Mamá Bessie”, quien era como su segunda mamá, ella era quien siempre la cuidaba y la ayudaba cuando llegaba a tener problemas con sus padres. El tiempo paso y Leanne fue creciendo, y mientras esto pasaba ella sentía curiosidad de salir y conocer a fondo el bosque donde habitaba, pero sus padres temerosos a los peligros que rodeaban al bosque y de los duendes que se llegaban a infiltrar al bosque, no permitían que saliera, pues tenían miedo de que algo malo le pasara a su pequeña. Un día mientras Leanne miraba desde su alcoba como caía la noche y emocionada de que faltaban pocas horas para que fuera su cumpleaños 17, contemplaba la luna y no podía evitar voltear ver a las demás brujas jugando y conversando con sus parejas, su madre entro a su alcoba sigilosamente para saber qué era lo que su hija veía. - ¿Por qué no me dejas salir y poder vivir mi adolescencia como yo quiero? - pregunto Leanne a su madre aún con la mirada fija en las demás brujas. Su madre se acercó a Leanne, suspiro y le dijo mientras le acariciaba el cabello: - De eso vengo a hablar, te tengo una noticia - ¿Qué noticia? - contesto Leanne rápido y ansiosa. - Tu padre y yo hemos reflexionado y decidimos que cuando cumplas los 17 años, te dejaremos salir al bosque, tú sola o con tus amigas, como decidas. Es tiempo de que empieces a crear tus propias experiencias y que aprendas de ellas - Leanne no podía creer lo que le estaba diciendo, una sonrisa se pintó en su rostro y le dio un abrazo a su mamá mientras que no dejaba de repetir lo agradecida que estaba por darle ese permiso. Leanne se fue a la cama ansiosa y emocionada. Al día siguiente Leanne se levantó feliz, fue a la ducha, se peinó y maquilló y se


fue directo a ver a su abuelita que vivía enfrente de su casa, a comentarle que por fin el día que tanto había deseado por fin llegó. Al tocar a la puerta de la casa de su abuelita, le abrió su tío, que era como su segundo padre, Jason. - ¿Esta mamá Bessie? - pregunta mientras lo saludaba de un beso en la mejilla y pasaba a la casa. Al fondo se escuchó un grito, - aquí estoy hijita – era su abuelita gritando desde su cuarto. La abuelita de Leanne era una bruja muy conocida en el bosque, ella curaba a los pequeños brujos que se llegaban a enfermar y era respetada en la comunidad, pero había perdido una pierna en un accidente, pero a pesar de las enfermedades, ella siempre tenía una sonrisa y estaba para escuchar y apoyar a sus nietos, en especial a Leanne. Ella fue corriendo a saludar a su abuelita y comenzó a platicarle todo lo que le había dicho su madre anoche y lo emocionada que estaba por poder conocer y tener aventuras en el bosque. Su abuelita se puso contenta al enterarse, pero al mismo tiempo le dijo que ella también tenía miedo de que algo malo le pasara, le dio consejos de como cuidarse y le advirtió que tuviera mucho cuidado con los duendes que luego rondaban en la noche, ya que no eran de fiarse. Al salir de la casa de su abuelita, Leanne fue directo a casa de sus dos mejores amigas; Blair y Medea, les contó rápidamente lo de la plática que había tenido anoche y que por fin podía salir a experimentar nuevas cosas. Decidieron festejar su cumpleaños en la casa de una de ellas y propusieron tomar una botella de licor entre todas, pero para conseguir aquella botella era necesario ir a una tienda que estaba en una parte del bosque muy oscura y que era conocida por tantos brujos ebrios que habitaban a los alrededores de aquella tienda. Tomaron valor y avisaron a sus padres del plan y decidieron irse a comprar la botella. Al llegar el lugar se sorprendieron, pues los rumores eran falsos, era una aldea tranquila, con luz y sin muchos brujos en las calles. - Mejor vámonos de aquí, tengo un mal presentimiento - dijo Blair nerviosa mientras se agarraba fuertemente del brazo de Leanne.


- No, no vinimos hasta aquí para no comprar nada, aparte es el cumpleaños de Lucero, ¡tenemos que celebrar! - contesto Medea mientras se acercaba a la tienda. - Tiene razón Medea, no caminamos tanto para irnos con las manos vacías - contestó Leanne mientras agarraba la mano de Blair para poder acercarse a la tienda. Al acercarse a la tienda, salió un brujo alto, de tez blanca y cejas semipobladas, Leanne quedo perpleja al ver el rostro de aquel sujeto. El chico le sonrió y volvió a entrar a la tienda para ponerse en la parte interior del mostrador. Las chicas se acercaron y pidieron la botella que tanto querían probar, Leanne no se quedó con las ganas de saber su nombre, así que cuando el brujo les dio el cambio, Leanne le pregunto rápidamente. - ¿Cómo te llamas? - Me llamo Eliphas – dijo mientras le sonreía coquetamente a Leanne. Leanne le regresó la sonrisa y se sonrojo levemente. - ¿Y tú, como te llamas? – - Leanne, mucho gusto Eliphas – contesto aún con la sonrisa en el rostro. Medea carraspeo la garganta para romper la burbuja en la que estaban Leanne y Eliphas, pues estaba por ocultarse el sol y no querían que cayera la noche fuera de casa. Al llegar a la casa de Blair y después de unas cuantas copas, decidieron hablar sobre experiencias que habían tenido con sus novios, Leanne se sintió un poco fuera de lugar pues ella nunca había tenido novio, así que simplemente se dedicó a escuchar las experiencias de sus amigas, en especial de Medea, ya que era la que más novios había tenido. Comenzó a caer la noche y decidieron irse a la cama para mañana poder ir cada quien a su casa al medio día, mientras Medea y Blair dormían, Leanne no podía conciliar el sueño, ya que estaba muy feliz por todo lo que había pasado ese día, más en Eliphas, no paraba de pensar en él, ¿qué edad tendrá?, ¿tiene novia?, eran preguntas que rondaban en su cabeza mientras estaba recostada mirando el


techo blanco de la habitación de su amiga. A la mañana siguiente, despertó con un dolor de cabeza insoportable, todo le daba vueltas y tenía demasiada sed. Volteo y vio que sus amigas aún dormían, decidió levantarse al baño para poder lavarse la cara y tomar una píldora para el malestar, al salir se encontró con Blair sentada en la orilla de la cama revisando su celular y Medea tumbada a un lado de ella. - Amigas, dice mi mamá que bajemos a desayunar. Bajaron a desayunar, Leanne comió rápidamente pues quería ir a casa a bañarse y cambiarse de ropa para ir a aquella tienda donde Eliphas trabajaba. Después de despedirse de toda la familia y de sus amigas, salió de la casa rumbo a su hogar, al ir caminando choco con un “brujo”, era chaparro, de tez morena y orejas puntiagudas, a Leanne le pareció rara su apariencia, ya que en los brujos no era común que tuvieran las orejas de esa forma, ni que los brujos fueran tan bajitos. - Mira por donde caminas- le respondió Leanne seca y viéndolo raro. - Ten cuidado tú – contesto de forma grosera aquel chaparrito mientras se ponía la capucha de su sudadera negra y la esquivaba y continuaba caminando por el sendero. Leanne volteo a verlo y se quedó analizándolo, pero no le interesó y siguió con su camino a casa. Al llegar, le contó a su mamá lo bien que lo había pasado el día anterior y había conocido a un brujo que le había llamado la atención, lo describió, y le dijo su nombre. Su madre se emocionó y le dijo que estaba contenta de que se la haya pasado muy bien en su cumpleaños y que esperaba que siguiera teniendo confianza en ella al contarle sus experiencias. Leanne subió a su habitación, se tumbó en su cama mientras abrazaba a su pequeña mascota peluda y no paraba de pensar en Eliphas, su mente solo recordaba su cara, su sonrisa y su hermosa voz grave que era tan cálida y sutil. Sentía curiosidad, quería saber cosas de él, sus gustos, quería conocerlo y ser su amiga y tal vez en un futuro… poder ser más que su amiga. El impulso se apodero de ella, así que Leanne tomo su chamarra y una bolsa amplia e impartió viaje hacia aquella tienda. Mientras iba caminando repasaba en su cabeza un plan que había hecho de último momento para poder acercarse a él. Al llegar, los nervios se apoderaron de ella,


truncando su plan que tenía, ¿y si Eliphas no la ubicaba? Leanne tomo una bocanada de aire y agarro valor para acercarse y poder preguntarle su número de celular, llegó al mostrador y no vio a Eliphas, en su lugar vio al brujo chaparro con el que había chocado horas atrás, él la volteo a ver, le sonrió y le pregunto qué era lo que quería. - Una botella de licor y unos churros con sal, por favor- dijo Leanne frunciendo el ceño, pues le pareció extraña la forma en que le hablo, cuando momentos antes había sido grosero y tajante con ella. El brujo regresó con la botella, y Leanne rendida de no ver a Eliphas pagó las cosas que pidió, al tomarlas y decidida a irse a su casa, escuchó la voz que tanto había recordado toda la noche, era Iván, quien estaba cruzando el sendero cargando unos costales blancos y mientras lo atravesaba, le dijo a el brujo chaparro - “Hey, Gwydion, pásame la cinta por favor”- mientras bajaba los costales que llevaba cargando. Leanne se le quedo viendo a Eliphas esperando a que la saludara y así fue, le dio una sonrisa amable y la saludo con un beso en la mejilla y fue ahí donde Leanne vio su oportunidad de poder avanzar con él, comenzó a platicar con Iván respecto a su día. De repente Leanne sintió una mirada intensa y firme que la hizo sentirse incomoda mientras conversaba, al voltear era Gwydion, el brujo chaparro, quien los miraba como si fuera un vigilante de seguridad, los miraba serio y fijamente, y no quitaba la vista de ella. Leanne se sintió expuesta e incómoda, por lo que decidió pedirle su número a Eliphas y poder salir huyendo de ahí. De camino a casa decidió mandarle mensaje a Eliphas para que pudiera registrar su número y poder conversar por mensaje. Llegó a casa de mamá Bessie para dejarle los churros de sal, ya que le gustaban mucho, y de paso poder platicarle sobre Eliphas, estaban ambas recostadas en la sala viendo una película sobre vampiros mientras comían de los churritos. Cuando terminó la película ya era de noche, el día se le había pasado volando, bostezo cansada y su abuelita se dio cuenta. - Quédate a dormir aquí hija, se ve que ya estas cansada - le dijo mamá Bessie mientras le hacia un lugar en el sofá.


Leanne aceptó y se dirigió a la cama de su abuelita para tomar unas cobijas para poder taparse, pues en las noches llegaba a bajar mucho la temperatura. Al despertar decidió ir a su casa, se duchó y les avisó a sus padres que iba a ir a casa de una amiga. Salió y se dirigió a casa de Blair, le contó todo lo que había pasado con Eliphas y el raro encuentro que había tenido con Gwydion. - Ay amiga, que miedo, pero ¿si te respondió los mensajes Eliphas? – dijo Blair. Leanne estaba tan distraída anoche con su abuelita que se había olvidado por completo de los mensajes que le había mandado a Eliphas, revisó su celular rápidamente, y se sintió triste, pues no había respondido los mensajes. - Amiga, a lo mejor está ocupado con el trabajo – le dijo Blair mientras trataba de animarla. - Pues sí, a lo mejor – contestó Leanne cabizbaja. Leanne paso la mayor parte de la tarde en casa de su amiga viendo películas mientras comían palomitas y tomaban té helado. Al caer la noche Leanne decidió regresar a su casa, mientras iba caminando, a lo lejos escuchó un grito de una voz que se le hacía bastante conocida, al voltear era Eliphas, quien venía corriendo hacia ella, vestía ropa deportiva y estaba sudoroso. - Hola Leanne – dijo agitado mientras se trataba de limpiar con su antebrazo, todo el sudor que le escurría de la frente. - Hola Eliphas, ¿qué haces por aquí? – dijo Leanne con una sonrisa. - Salí a correr un rato y ya voy camino a mi casa, ¿y tú? – pregunto Eliphas mientras ambos comenzaban a caminar lento. - Voy de regreso a mi casa – Eliphas iba a continuar la conversación, cuando el celular de Leanne comenzó a sonar, era su mamá, le pareció raro que su mamá llamara si ella estaba enterada de que estaba en casa de Blair y que ya iba de regreso a su casa, decidió ignorar la


llamada y continuar platicando con Eliphas. - ¿Todo bien? – pregunto Eliphas. - Sí, era mi mamá, pero cancelo la llamada – mintió Leanne tratando de restarle importancia. Siguieron caminando y el celular de Leanne no dejaba de sonar, tenía llamadas perdidas de su mamá, de su tío y de su hermano. - Deberías de contestar, se nota que es urgente – comento Eliphas tratando de convencer a Leanne de aceptar las llamadas. El celular de Leanne volvió a sonar, era su tío Jason, esta vez sí acepto la llamada: - ¿Hola? – - Leanne, mamá Bessie se puso mal, ven corriendo a la casa – contestó rápido Jason. Y colgó la llamada. Leanne volteo a ver a Eliphas y le dijo que tenía que irse, salió corriendo directo a la casa de su abuelita y al llegar vio salir una camilla de hospital donde su abuelita estaba acostada y la subían a la ambulancia, todo parecía ir en cámara rápida, en un segundo la ambulancia ya había arrancado y el carro de su tío siguiendo la ambulancia. Leanne volteó a ver a Mallanti para preguntarle qué era lo que había pasado, rápidamente le explicó que mamá Bessie tuvo una crisis respiratoria muy grave y que estaba perdiendo el conocimiento. Leanne y su hermano decidieron ir a casa y subir a sus habitaciones y esperar noticias sobre el estado de su abuelita. La noche llegó y los ojos de Leanne poco a poco se iban cerrando, de repente sintió que algo la movía, se despertó de golpe y vio a Mallanti a un lado agarrándola del hombro. -Leanne, mamá Bessie falleció – dijo en un tono tranquilo. Leanne quedo sin palabras, no podía creer lo que su hermano le estaba diciendo, era difícil para ella poder digerir esa noticia.


- Okey, gracias por avisarme – fue lo único que pudo salir de la boca de Leanne. Al amanecer su mamá la llamo avisándole que el cuerpo de su abuelita había llegado, al bajar las escaleras se encontró con un ataúd en medio del espacio donde iba la sala, a Leanne se le hizo un nudo en la garganta y al acercarse vio el cuerpo de su abuelita, fue ahí cuando rompió en llanto; su compañera de vida, su segunda madre, su confidente, la persona que más amaba y en la que más confiaba en esta vida estaba muerta, Leanne no podía creer lo que sus ojos miraban, sentía una tristeza profunda, pero trataba de mantenerse tranquila para poder consolar a su madre. A los dos días mamá Bessie fue sepultada en un bosque frondoso y rústico a unas dos horas de donde vivían actualmente. Al llegar a casa después del sepulcro, Leanne subió a su habitación, no quería ver a nadie, no tenía ganas de salir, ni de contestar mensajes o llamadas de sus amigas, ni de Eliphas quien se había enterado por Medea sobre el suceso que había sacudido la vida de Leanne. Después de varias semanas de pasar todo el tiempo en casa, Leanne comenzó a tomar iniciativa por salir y de ver a sus amigas, ella decidió que quería seguir creando experiencias, y salir a conocer nuevos lugares, pues el día de su cumpleaños, Leanne le había prometido a su abuelita que iba a luchar por sus sueños. Una mañana Lean se levantó y decidió darse una ducha, ese día quiso usar un vestido pegado que le llegaba un dedo arriba de la rodilla, quería sentirse bonita para ver a Iván y poder distraerse un poco, tomo su bolsa y un suéter largo e impartió camino hacia la tienda donde trabajaba aquel brujo y aprovechar el viaje para comprar una botella de licor y botana e ir a casa de sus amigas para hacer una pijamada. En el camino empezó a pensar en mamá Bessie y unas lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, Leanne ya no era la misma, pues se sentía incompleta, sola y vulnerable sin la compañía más importante en su vida. Cuando menos vio, ya había llegado a la tienda y se encontró a Gwydion, quien se le quedó viendo raro y le preguntó: - ¿Estas bien? – - Sí, estoy bien – contestó Leanne rápido mientras se limpiaba las lágrimas.


- ¿Segura?, ¿no quieres platicar al respecto? – dijo Gwydion mientras salía de la parte del mostrador y le estiraba la mano a Leanne. Ella aceptó, agarro su mano y se fueron a caminar por el bosque sin rumbo, Leanne se desahogó un poco y le contó a Gwydion la forma en la que se sentía, él nada más la miraba de reojo y asentía con la cabeza sin interrumpirla, llegaron a una parte muy oscura del bosque que Leanne no sabía que existía, Gwydion le comentó que ahí vivía y la invitó a tomar una taza de té para poder relajarse, Leanne dudo unos segundos, pero inmediatamente aceptó pues Gwydion le parecía que era un buen brujo y era confiable. Leanne al pasar a su casa, sintió un mal presentimiento, un escalofrío recorre su espalda, se sentía una vibra incómoda en la pequeña choza donde habitaba. La casa era pequeña, tenía un olor a hongos de bosque que se utilizaban para crear tés, tenía un desastre en toda la sala, pero Leanne lo ignoró, pues sus padres le habían inculcado que nunca se debe de juzgar una casa ni la forma en la que viven los demás brujos. - Pasa, toma asiento – le dijo Gwydion mientras despejaba un poco el asiento de uno de los sillones. - Si gracias – le contestó Leanne mientras se sentaba y se ponía el suéter largo sobre las piernas para cubrirlas. Gwydion se dirigió a la cocina y seguía conversando con ella mientras preparaba el té, Leanne se sintió en confianza y llego a la conclusión de que Gwydion era un brujo bueno y que podía contar con él en las buenas y en las malas. - Aquí esta tu té – dijo Gwydion mientras caminaba hacia ella con una taza humeante. Leanne tomó la taza entre sus manos y le dio un pequeño sorbo pues estaba muy caliente y lo dejó en el pequeño mueble que estaba a lado del sillón, Gwydion no paraba de observarla y cuando notó que Leanne había dejado el té en la mesilla, se puso nervioso y le dijo; - Deberías de tomarlo ya, ese té se toma caliente –


Ella asintió y tomo un gran sorbo del té, mientras le seguía platicando a Gwydion sus pequeñas experiencias, después de unos minutos Leanne había terminado con el té y se pusieron a ver una película, mientras la película avanzaba, ella comenzó a sentirse mareada, se intentó levantar, pero su cuerpo no reaccionaba, lo sentía pesado y le costaba moverse y hablar, trató de llamar la atención de Gwygion para que la ayudara, al mover la cabeza hacia él, Leanne se encontró con un duende a su lado, era desagradable, su piel era verde claro, arrugada y con muchas verrugas, sus orejas eran picudas y largas. Al ver esto se exaltó, pero al no poder moverse, no pudo escapar, aquel duende se le acerco y comenzó a besarla, Leanne se sentía asqueada pero no podía escapar, aparte de que no había notado que estaba atada las manos a las patas del sofá, “¿en qué momento había pasado todo esto?” Era lo único que pasaba por su cabeza de Leanne. De repente sintió las manos del duende bajando hacia sus piernas mientras las recorría de arriba para abajo, Leanne estaba consciente de todo, ella sentía, y podía ver lo que estaba haciendo el duende, pero no podía gritar, solo podía dedicarse a llorar y arrepentirse de haber aceptado la taza de té. Sintió como bajaba su ropa interior y seguido un ardor constante en su entrepierna que la hizo llorar del dolor, el duende la tomo del cuello y comenzó a apretarla tan fuerte como podía, Leanne no podía luchar, y a los segundos se desmayó. Al despertar aún seguía en el sofá acostada, estaba desnuda y tenía moretones, rasguños y sangre en el cuerpo, en las manos tenía marcas del amarre que había tenido momentos antes, rápidamente trato de levantarse pero estaba débil y como pudo comenzó a vestirse, se sentía exhausta y una punzada en la entrepierna le impedía ponerse de pie, tomo valor y aún con el dolor presente, agarro sus cosas y salió corriendo de la casa de Gwydion hacia su casa, mientras corría por los senderos sus piernas se flaqueaban conforme daba el paso, comenzó a llorar todo el camino hasta llegar a la casa. Leanne al entrar vio a Mallanti acostado en uno de los sillones de la sala, él volteo a verla de reojo, de repente ella se dejó caer y comenzó a llorar más fuerte de lo que venía llorando todo el camino; su hermano se exalto y se acercó hacia ella. - ¡¿Qué te pasa? ¿qué tienes?! – preguntaba Mallanti tratando de agarrarle las manos e intentando hacer contacto visual con ella.


En la mente de Leanne solo le venían aquellos recuerdos sobre lo que había pasado horas atrás y más gritaba. Su hermano era el único que estaba en casa, la cargo y la llevó hacia la ducha, le dijo que se tratara de tranquilizar, Leanne mientras se bañaba su mente no paraba de reproducir las imágenes y lo que había hecho Gwydion. Al salir de la ducha su hermano vio las marcas que tenía en la espalda, en las manos, y el hilo constante de sangre que escurría por las piernas de su hermana, preocupado la ayudo a irse a su cuarto y comenzó a interrogarla sobre lo que había pasado. - No me acuerdo de nada, solo recuerdo que Gwydion me dio un té y a los minutos estaba inconsciente – respondió Leanne entre sollozos tratando de evitar detalles. Mallanti le preguntó sobre Gwydion y ella comenzó a contarle donde lo había conocido y el camino a su casa de aquel duende que fingía ser un brujo. Mallanti ya no quiso presionarla más y salió del cuarto, al cerrar la puerta tras de él, llamo a sus padres y les contó sobre lo que había pasado con Leanne cuando llegó a la casa y en las condiciones en las que estaba, ella escuchaba a través de la puerta todo lo que su hermano estaba hablando con sus padres, decidió recostarse y comenzó a llorar otra vez, se sentía sucia, se sentía tonta por haber confiado en Gwydion, se arrepentía en todo momento de aceptar el paseo con él. A la media hora, sus padres llegaron a casa y fueron directamente a checar a su pequeña, Leanne estaba con la mirada perdida en el techo reflexionando sobre como su vida ya no tenía sentido para ella, sus padres preocupados decidieron llevarla al hospital, al arribar al lugar, la pasaron una camilla y comenzaron a hacerle pruebas de sangre y ahí descubrieron que Leanne había sido intoxicada con un hongo muy raro, que solo en la aldea de los duendes era común de conseguir, llamaron a una ginecóloga y le realizo un examen físico donde la doctora corroboró y les notificó a los padres que Leanne había sufrido de una violación. Los doctores procedieron llamando a la policía de brujos anti-duendes y procedieron tomando la demanda e impartieron camino a buscar al duende responsable de todo lo sucedido. Leanne tuvo que permanecer unos días en el hospital debido al grado de los golpes que tenía y del goteo de sangre constante que presentaba en su zona íntima, tuvo que acudir al psicólogo y permanecer en constante vigilancia ya que los doc-


tores y sus padres temían que se arrebatara la vida. Cuando por fin Leanne presentó mejoras, decidieron dar el alta para poder irse a casa, al llegar a su hogar, se quedó en la sala, era temprano y no quería dormir, decidió prender la televisión, en el momento justo cuando Leanne lo encendió, aparecía la noticia de que habían encontrado Gwydion, y su historial sobre violador, pues Leanne no había sido la primera víctima de él, y pasaba el momento justo donde estaba siendo capturado y siendo arrestado. Ella se quedó inmóvil, pero una tranquilidad y una ira recorrió su cuerpo, se sentía impotente, pero al menos sabía que iba a pagar por todo lo que le había hecho a ella y a todas las brujas a las que había violentado. Mientras veía la noticia atenta, su celular comenzó a sonar, era Eliphas quien le estaba llamando, le dio un vuelco en el corazón cuando vio su nombre en la pantalla, temerosa aceptó la llamada. - ¿Hola? – contesto Leanne con la voz temblando. - Hola Leanne, supe lo que sucedió con Gwydion, nada más llamo para desearte que estés bien y para decirte que ya no podemos seguir siendo amigos – contestó Eliphas seco. Leanne solo le dijo que estaba bien y colgó la llamada, estaba molesta, ¿qué significaba eso?, estaba triste y se sentía como un bicho raro, como sí ella fuera la culpable y la responsable de lo que había pasado. Al pasar los días Leanne se fue sintiendo mejor y comenzó a salir a la calle, las brujas y brujos la veían y murmuraban entre ellos, cuando Eliphas llegaba a verla, evitaba hacer contacto visual con ella y comenzaba a caminar rápido. A Leanne le costaba mucho trabajo salir y volver a usar ropa ajustada, pero su familia, Medea y Blair siempre estaban presentes apoyándola y motivándola a que saliera sin importarle si los demás brujos murmuraran sobre ella. Leanne se mantuvo positiva y comenzó a tomar el sendero hacia el futuro, se propuso jamás dejarse pisotear por nada ni nadie respecto a lo que le había pasado, al pasar los años ella junto con el apoyo de su familia inauguró un centro de apoyo a brujas que habían sido violadas para apoyarlas en su proceso de aceptación y para apoyar a brujas jóvenes que habían sufrido acoso sexual para ofrecerles un lugar seguro donde refugiarse, pedir ayuda y denunciar a sus agresores.



Un mundo inexplicable Por Brenda Isabel Lupercio Aguilar

Este trabajo es hecho con cariĂąo y que se disfrute, como nosotras disfrutamos al hacerlo. Gracias por el apoyo y por la oportunidad de formar parte de este proyecto, me llevo conmigo nuevo conocimiento y experiencias nuevas para mi persona.



Cierto día iba corriendo a toda velocidad escapando y a la vez pensando ¿por qué tenía muchos sentimientos acumulados?, pero solo corría como si alguien lo persiguiera quería alejarse de su tristeza, asombro y enojo, Och se encontraba en el bosque y todos los animalitos se espantaron pues ya era muy noche casi eran las 11:00 y todos estaban refugiados en sus casitas; hacía frío y además eran esas épocas de invierno en la que sólo se antojan estar con tu mantita y tomando algo muy calientito pero Och había visto un grupo de personas. Él no sabía lo que eran pero se dio cuenta que lastimaban a los árboles y todo lo que estaba a su alcance, le dio mucho enojo, tristeza y miedo, porque era un zorrito muy pequeño y pensaba que no podía


hacer nada porque cada vez que lo veían los animalitos del bosque le decían que era demasiado tierno para su especie y además él tenía algo muy particular que ningún otro zorrito tenia en su especie Och era muy chiquito, su color naranja era el más bonito y brillante, tenía en sus orejitas un color café chocolate, unos ojitos muy chiquitos pero negros como la noche, cuando lo veían directamente en los ojos podías hasta imaginarte en ellos un cielo oscuro estrellado. En eso se frena y se preguntaba ¿qué tan lejos había corrido? su alrededor ya no se le hacía conocido, a lo lejos se escuchaba un río y el canto de los grillitos, en eso escucha una voz diciéndole “Sólo son humanos”; Och se espanta aún más y se esconde cerca del tronco de un árbol y una roca pero la misma voz le vuelve a decir: “no te asustes, no pueden llegar más lejos, sólo es a los alrededores pero te recomiendo que ya no estés en las orillas del bosque es peligroso” a lo que Och contesta “¿Quién dice eso y … en dónde estás?”- y se escucha –“¡huo huo, aquí arriba!” Och da un brinco de susto y exclama una lechuza –“Jajaja espera que informal y grosera soy permíteme presentarme me llamo Xooch una pequeña lechuza que lleva años viviendo en estas tierras inmensas.


Och voltea a verla y lo primero que le maravilla es la mirada de esa pequeña lechuza, con asombro Och le pregunta ¿por qué están destruyendo su casa?, a lo que Xooch le contesta: “desafortunadamente nada es de nadie todo lo que ves a tu alrededor es algo que nos regala la naturaleza, los humanos no pueden comprender, no es de ellos, ni de nosotros. Ellos pueden destruir lo que esta a su paso incluso destruirse entre ellos, es algo muy complejo y que aún no puedo encontrar respuesta para ello, pero debes tener cuidado no todos pueden ser buenos” Och no entendía lo que decía, él sólo se sentía triste porque los humanos donde estaban arrasando con los árboles vivía su amigo Yak un gato montés. La lechuza se sorprendió pues un zorro amigo de un gato montes ¿qué sorprendente no lo creen? Las peculiaridades de los animales eran diferentes pero lo que los unía era su hábitat y su amistad pero Och no lo veía así, desde cachorro Yak era mas grande y lo defendía de los depredadores e incluso los que lo molestaban por ser un zorrito diferente en su color, Yak le decía que no era feo solo era envidia de los demás zorros y ambos se reían, ahora Och se sentía triste y enojado porque no pudo encontrar a su amigo. La lechuza al escucharlo se sintió triste, pues sabía lo que Och sentía, a lo que ella contesto: –“¿Sabes como se formó nuestro mundo? - ¿Cómo? - Och levanta la mirada confundido –“Somos seres vivos y todos somos frágiles en muchas cuestiones, debes ser fuerte para todo lo que se te cruce, tu amigo Yak es lo que ahora hace, puede estar confundido como tú, pero debe luchar por encontrar una salida, lo mismo que hiciste tú, es supervivencia algo que ha existido desde el inicio de la historia, los humanos son las primeras especies en encontrarlo. – ¿Cómo sabes todo eso? –sorprendido el zorrito preguntó. –Conocí y compartí momentos con un humano que me cuidó y liberó cuando más estuve en peligro, se quedó conmigo. Al principio tuve mucho miedo porque


era algo muy raro, desde siempre me dijeron que eran malos y que destruían todo a su paso pero ella era diferente, yo antes volaba por mucho tiempo hasta que llegue a una pequeña ciudad con mi grupo, para conseguir comida, hasta que un día cayó una tormenta horrible, en la cual se me dificultó salir, yo era muy muy pequeña para aguantar tanto y me quede atrás de mi grupo, tuve mucho miedo y me lastimé mi ala, entonces seguí las luces que veía en el cielo creyendo que eran estrellas, me espante porque mi grupo se había alejado, estaba muy cansada para seguir volando y opté quedarme dentro de un de un tubo que reflejaba luz a las calles porque era calentito, en eso vi que enfrente de mi había algo mucho más brillante que se reflejaba hasta donde yo estaba, me llamo mucho la atención y tenía hambre, entonces fui a ver que podía encontrar de comer pero al momento de emprender mi vuelo en lugar de elevarme me caí, sentía dolor y un golpe aún más fuerte, algo me aventó, escuché un ruido y sólo sentía el piso en la mitad de mi cuerpo, en eso algo me levantó y acarició diciendo que estaba lastimada.



Lo único que recuerdo es que me llevó con ella hasta su casa, yo no podía hablar con ella, pero no sé cómo es que entendía lo que me decía. En el tiempo que estuvimos juntas ella me leía mucho en voz alta, yo creo que lo hacía para mejorar su forma de hablar, pero lo que más leía era acerca del universo que termine entiendo muchas cosas que pasaban, recuerdas que te dije –¡que algo me llamo la atención! Pues descubrí que era su cuarto, su cuarto reflejaba estrellas que estaban pegadas en las paredes fluorescentes de su cuarto. Sentía que podía ser el destino que me llevo ahí pero tampoco sé si creer en él. La vida es complicada, pero creo que lo más indispensable es vivirla con lo que más te guste.” Och entretenido le pregunta ¿Y porque te fuiste si te cuidaban y te sentías bien ahí? – ¿Recuerdas que te dije que no todos los humano son buenos? – Si –contesta Och. –Bien, ella tenía un hermano no muy mayor que ella, pero sabía que yo estaba en su cuarto, un día cuando ella no estaba muchos entraron, desde un principio sentí sus malas intenciones traían bolsas negras, yo creo que me querían meter ahí, pero ella tenía la costumbre de tener la ventana abierta y que las estrellas fluorescentes de su cuarto se reflejaran en la calle y opte por volar, pero tenía miedo no sabía si lo lograría, pero tenía que hacerlo, no sabría que me harían, además su hermano siempre le decía que me vendería y sacaría mucho dinero conmigo, todo paso rápido por mi cabeza, salté, estiré mis alas y si podía volar mi ala estaba en mejor estado y ya no me dolía. Todos los muchachos se pusieron locos al querer atraparme, pero no pudieron. Me quede en un árbol hasta que ella llegara, me escondí bien para que no volvieran a encontrarme pero debía agradecerle a ella lo que había hecho por mí, me acerque a su ventana la toque con el pico y cuando la abrió vi sus enormes ojos rojos llenos de lágrimas, al verme sonrió y se quedó platicándome otra historia, como si yo pudiera aportar algo, sabía que estábamos unidas aun que fuéramos diferentes porque ella sentía que yo le podía entender y en efecto me dejó muchas enseñanzas, desde lo más diminuto que no podemos observar a lo que es más evidente, cada momento de nuestras vidas nos sirven para aprender nuevas cosas.


Och le contesta “Si pero no quiero vivirlas de esta forma, quiero poder ayudar a que no hagan daño a mis amigos, no puedo quedarme solo sentado, encontrare la forma para encontrar a mi amigo y evitar que nos sigan amenazando, yo puedo correr pero para ti es más fácil volar” Xoch se ríe y se para enfrente de él –“Eres muy pequeño, pero no puede ser imposible, la vida es un ciclo es mejor hacerlo e intentarlo a que solo te quedes pensando en que hubiera pasado si lo hubieras hecho, si puedes cambiar algo, hazlo y que mejor si ayudas a tu amigo” Och afirma con la cabeza y se dice así mismo: “nada es imposible si no lo intentas”.



Helado Por Zaki V.

A mi familia que me ha apoyado tanto, a Gerardo que ha estado conmigo motivรกndome a hacer lo que amo, y a todos aquellos que se sientan identificados con mi historia.



Había sido un día agradable entre risas y bromas con mi familia, sin embargo, de la nada comencé a sentir un extraño vacío en mi pecho, era inmenso y doloroso, me disculpé con ellos diciendo que debía ir a hacer tareas, aunque realmente no tuviera nada que hacer, cada escalón que bajaba me hacía sentir como si me asfixiara; entre a mi cuarto y cerré la puerta sin siquiera prender la luz, me senté en el suelo y abrace mis piernas, cuando levante la mirada al fin entendí que pasaba, hicimos contacto visual y no sabría explicar lo que sus frívolos ojos me hacían sentir con exactitud eran escalofríos, terror, ganas de gritar, incluso de vomitar más no lo hice, no podía, estaba en shock, había algo extraño en el ambiente, sentía más frio que otras veces. —Por favor, tu otra vez no.


Murmure, y esa cosa solo me enseño sus asquerosos y puntiagudos dientes, se reía, se estaba burlando de mí, otra vez me tenía a su merced, sin saber que hacer comencé a llorar abrazando más fuerte mis piernas, ella, me miro otra vez a los ojos e hizo el ademán de acercarse sin querer hacerlo realmente, y ahí que me di cuenta de que algo estaba faltando, las voces, o mejor dicho mi auto odio oculto en mi subconsciente, esas voces que siempre la acompañaban no tardaron en llegar. “Eres una estúpida sin futuro”, “¿Qué sentido tiene siquiera seguir intentándolo?, fracasarás igualmente”, “das asco, quien en su sano juicio se fijaría en ti”, “eres tan patética que hasta tus amigos evitan estar cerca de ti”, “¡Ni siquiera debiste nacer, solo arruinaste todo!” dijo una voz que extrañamente se parecía a la voz de mi madre… Ah, joder, ese recuerdo si dolió. El pánico crecía en mi interior, así como su sonrisa también lo hacía, tenía que calmarme, no debía hacerles caso eran voces que venían de mi cabeza, así es, todo estaba en mi cerebro y yo controlaba lo que este decía y pensaba, ¿no?


—Te equivocas —hablo—, no tienes el control nunca lo has tenido, por algo existo yo, ¿no es cierto? —se carcajeó sonoramente. —Vamos, ambas sabemos por qué estoy aquí, deja de negarlo y acéptalo, acéptame, ya hemos convivido muchas veces, ¿no?, esta vez no será igual que las demás, coopera conmigo… Con nosotras —su sonrisa creció aún más, si es que eso era posible, no entendía a que se refiera “nosotras” dijo, pero solo la podía ver y sentir a ella, que sentido tenía usar esa palabra si estaba sola. Y ahí fue cuando lo sentí, no estaba sola, estaba acompañada, y su compañera era la peor de todas las que pudiese haber tenido; empecé a sentir el cuerpo congelado, si antes me había sentido paralizada ahora era mucho peor, mis pies estaban tan congelados que no podía moverlos, los dedos de mis manos se encontraban igual, y de la nada, lo sentí, su frígido cuerpo aprensándome. —No, no, no, no, dime que no es quien creo por favor no. — Por supuesto que es quien crees, estuviste pidiendo mucho por ella, tanto que le provocaste curiosidad, es difícil que alguien que no está en su lista llame su atención, pero tú, mi desgraciada niña, lo conseguiste, deberías sentirte afortunada, ¿no crees? —Yo no pedí por ella, yo solo… eras tú quien me hacía pedirla, si nunca te hubieses ap…—me interrumpió. —Te voy a detener ahí, yo estoy aquí porque me dejaste, yo nunca te dije que alejaras, mintieras y engañaras a los demás yo no pedí que me escondieras, ese favor me lo hiciste tú. Tenía razón, la única culpable de que todo esto estuviese pasando era yo, no debía mentir a todos, debía haber sido sincera desde el principio Todo era mi culpa, no había nada que pudiera hacer, debía aceptarlo, cumplir mi promesa y hacerlo, después de todo, no tenía nada que perder, había alejado a mis amigos, la mayoría debía odiarme, mi familia no notaria mi ausencia, quizá mis hermanos, ellos definitivamente me extrañarían… —O tal vez no —murmuro una gélida y tenebrosa voz justo en mi oído, tan fría



Si, solo debía hacer lo que me decían, nadie me extrañaría, ni lloraría mi muerte, solo tenía que hacerlo, así les ahorraría corajes, decepciones y peleas sin sentido, sí, era lo correcto, además, solo estaba cumpliendo una promesa a mí misma. “Cuando cumpla 17, me suicidaré.” Una lástima, tenía sueños, pero en todos fracasaría, nunca había conseguido nada, ni lo haría ahora, nada cambiaria; ni siquiera supe de donde saque la fuerza para ponerme de pie, las piernas aún me temblaban, estaba como en una especie de trance y en medio de la lluvia de pensamientos y emociones negativas, escuche la risa de mi hermana a la lejanía, no solo la de ella, la de toda mi familia, eso me hizo dudar, ¿de verdad debía hacerlo?, ¿qué pasaría con ella?, ¿qué le dirían mis padres?, ¿y mi hermano pequeño?, él era solo un bebé, quizás ahora no entendería nada de eso, como le dirían que había tenido una hermana que se suicidó?, ¿cómo afectaría a todos mi muerte de verdad?, ¿mi abuela me extrañaría?, quizá, solo quizá…


—Detente, no sé a dónde quieres llegar, sabes… —esa cosa estaba desesperada, parecía nerviosa, mientras que su compañera solo me veía como si de verdad esperara que cambiara de opinión. Fue extraño, hace nada ambas querían que lo hiciera, pero ahora parecía que una de ellas se estaba arrepintiendo de ello, como si me motivara a no rendirme. —Vamos, dile que se equivoca, que aquí nadie la necesita —desesperada intentaba recibir ayuda, mas no lo conseguía. —No puedo intervenir, después de todo solo debo cumplir con la lista, vine por curiosidad, sin embargo, mi intención nunca es llevarme a quienes no estén aquí. Comenzaron a pelear, lo cual era cómico, primero estaban unidas, motivándome y ahora parecían enemigas, mientras tanto yo seguía escuchando la risa de todos, quería ir con ellos, decirles lo que pasaba y me ayudaran, pero estaba muerta de miedo, no podía moverme, la presencia de esas dos me tenía paralizada, en verdad deseaba ayuda, pero… ¿qué cambiaria eso? —su sonrisa volvió a aparecer—-, si alguien me ayudaba, ¿haría la diferencia?, ¿de verdad?, o era solo una ilusión que sola me había inventado, no tenía idea de nada, no quería saber nada, ya me había cansado de todo, de intentar, de perseverar, de buscar, sin embargo… es cierto que todo lo había hecho yo sola, jamás se me ocurrió pedir ayuda de manera directa, solo con indirectas que nunca llegaban o quizá eran ignoradas… ¿Qué perdía si de verdad lo intentaba? Yo—Hey, hey, hey no te distraigas, ya casi teníamos un trato ¿no? — dijo aún más nerviosa y desvanecida la figura… Ahí comencé a notarlo, mi miedo y temor la hacía más grande y tenebrosa, si me calmaba parecía desaparecer, ¿Qué demonios? Quizá no perdería nada si decía mis sentimientos, quizá si me apoyaba en otros podría solucionar todo y la carga de emociones seria menos, pero, era difícil, ¿cómo lo haría?, ¿qué les diría?, ¿lo entenderían? O solo se burlarían, no lo sabía y eso me daba miedo yo solo no quería tener más miedo, de verdad quiero tantas cosas, tantos sueños, quiero conocer otros países, quiero ver una aurora boreal, quiero apren-


der tanto, ¿porque si tengo tantos anhelos parece que no tengo nada y que todo está oscuro a mi alrededor?, ¿por qué pareciera que todos me han dejado atrás? La puerta se abrió de la nada, era mi hermana que entro riéndose, fue realmente extraño y hasta mágico lo que paso, cuando entro, su risa ilumino todo, aun sin la luz, haciendo que esas cosas desaparecieran, y que todo se viera claro, prendió la luz y me vio en el piso preguntando qué pasaba, no lo pensé y me aferre a ella en uno de los abrazos más asfixiantes que he dado, patético, alguien de mi edad aferrado al cuerpo de una niña, pero no me importaba, si esto era una señal del universo, del destino o de dios de que no debía hacerlo, la tomaría y me aferraría a ella, ya había soportado mucho, quizás, si confiaba en alguien más mis emociones no sería tan malo, difícil por supuesto que seria, pero no estaba sola, ¿no es así?…


Al hablarlo con mi padre y familia es cierto que se sorprendieron, pero todos lloraron, pensé que se enojarían, estaban preocupados, nadie sabía que un pensamiento así había pasado por mi mente ni un solo momento, creían que todo está bien y que nada pasaba, para mi afortunada existencia, decidieron apoyarme y darme confianza, además de un lugar donde sentirme segura; mis amigos fueron un poco más agresivos con su reacción, al parecer, me querían más de lo que yo pensaba, porque se asustaron y preocuparon al grado de buscarme en casa… Quien diría que no estaba tan sola, que sí que había gente preocupaba por mí, sin embargo, todo eso me era imposible de verlo por los pensamientos y las engañosas palabras de aquella cosa, aun a veces me visita, tratando de hacerme caer y rendirme, pero cuando eso sucede, recuerdo la risa de mi hermana, como se siente abrazar a mis amigos, o como se siente el frio del amanecer en la piel, incluso lo que siento al ducharme con mi canción favorita, y honestamente, eso me da el pequeño impulso que necesito para ignorarla y seguir adelante, porque he decidido quedarme aquí y sin importar que, alcanzar mis sueños sin importar cuanto me cuesten.




Leynie Por Jiména Cortés Flores



Había una vez, en un bosque encantado donde existían toda clase de criaturas mágicas, una pequeña hada de ojos pequeños y oscuros y cabello largo y negro llamada Leynie, quien era muy insegura sobre la vida y sobre sí misma, para su fortuna al llegar a su mayoría de edad podría emprender un único viaje hacia otro reino para decidir el futuro de su vida, pues su comunidad era muy estricta en cuánto a los viajes que se realizaban y si alguien decidía irse no podría regresar jamás. Leynie al ser muy insegura no tenía muchos amigos, pero los pocos que tenía la hacían muy feliz. Una tarde mientras platicaba junto a sus mejores amigos Saria quien era una sirena y Kalos otra hada a quien quería como un hermano, les comentó algo que llevaba pensando por mucho tiempo: - Oigan chicos, ¿qué opinan acerca de irme a explorar fuera del bosque? -dijo Leynie cabizbaja - Suena interesante, pero a mí me da miedo hacerlo. -exclamó Saria de manera alegre - No lo sé, a mí no me llama la atención, soy feliz viviendo en el bosque ¿Por qué preguntas? -dijo Kalos - Pues llevo un tiempo pensando en lo encerrada que me siento dentro del bosque, y creo que viajar me ayudaría a saber qué es lo que quiero -dijo Leynie un poco más animada. Estuvieron charlando por un largo tiempo y ellos la apoyaron, sin embargo, no


sabían si era lo mejor para ella porque temían que decidiera no regresar; Leynie al tener el apoyo de sus mejores amigos empezó a prepararse para ese viaje que podría realizar en poco más de un año. En el transcurso de este año durante una celebración, conoció a Edro, un elfo que era muy amigo de Kalos e iniciaron pronto una amistad. Un día que estaban reunidos los cuatro a la orilla del lago, Saria quien era muy amante del romanticismo insistió mucho en que Leynie y Edro estuvieran juntos. - Chicos, se ven muy lindos juntos, y se ve que se gustan, ¿no es cierto Kalos? -mencionó Saria. - No lo había pensado, pero creo que Sari tiene un poco de razón. -respondió Kalos - Kal, no te creo que apoyes a Saria, Edros y yo nos llevamos muy bien pero no podríamos estar juntos, ¡eso es una locura! -dijo Leynie seriamente. Por mucho tiempo Saria insistió en que estuvieran juntos y presionados Leynie y Edros iniciaron una relación que los hacía sentir incómodos. Siguieron saliendo los cuatro juntos, pero su amistad ya no se sentía igual, ahora se notaba un aire de incomodidad cada que estaban los cuatro juntos, pero a pesar de eso se seguían reuniendo todos los días igual que siempre, los días fueron pasando hasta que un día Leynie decidió encontrarse con Edros en privado. - Edros, al fin llegas, hay algo de lo que te quería hablar. -dijo Leynie con una cara seria. - Hola Ley perdona la tardanza, ¿Qué pasa? -mencionó Edros preocupado. - Bueno tú sabes qué nuestra relación ha sido algo forzada entonces yo quería saber lo que pensabas al respecto y además creo que te he comentado qué tengo la idea de tomar el viaje de conocimiento. –dijo Leynie - Seré muy honesto, siempre me has gustado, pero creo que nosotros solo fun-


cionamos como amigos así que seamos solo amigos. -dijo Edros con un semblante triste, pero a la vez relajado. Leynie de pronto se emocionó pues estaba aterrada de perder a Edros quien se volvió muy importante para él. - Edros, No tienes idea lo feliz que me hace escuchar eso, muchísimas gracias. -dijo Lady mientras lo abrazaba fuertemente. El tiempo siguió avanzando y llegó el momento en qué Leynie emprendería su viaje para explorar nuevos territorios, su último día se reunieron los cuatro amigos a la orilla del lago y disfrutaron ese último momento juntos, pues todos sabían que nada volvería a ser igual. La noche cayó y todos se despidieron de Saria, Edros se había ido al momento y Kalos y Leynie se quedaron juntos a observar las estrellas, fue de pronto que Leynie empezó a experimentar un sentimiento que nunca había conocido y se intensificaba al ver a Kalos. - Kal, creo que ya es algo tarde y me esperan en casa ¿me acompañas a mi hogar? -dijo Leynie nerviosa para su sorpresa. - Si claro, vámonos. -dijo Kal ofreciéndole una cálida sonrisa. - Ya mañana te vas y te quería preguntar algo ¿te puedo acompañar a la salida del bosque?, me gustaría verte una última vez. - Oh Kal ¡Por supuesto!, sabes cuánto te quiero y también me gustaría verte antes de irme. -contestó Leynie alegrada de oír eso Después de eso, los dos amigos caminaron de regreso a la zona común del bosque Llegó la mañana siguiente y Leynie se encontraba muy nerviosa y emocionada a la vez, había preparado todo desde mucho tiempo atrás, terminaba de arreglarse cuando escuchó la campana de la choza donde vivía. - ¡Cariño, Kalos está aquí, baja pronto! -anunció la madre de Leynie. - ¡Claro madre, ya bajo! -respondió Leynie con una enorme sonrisa en su rostro.


Leynie bajó volando a toda velocidad para encontrarse pronto con su mejor amigo. - Kal estaré lista en unos minutos, ¿quieres desayunar? -mencionó Leynie amablemente. - Claro, muchas gracias, yo te espero. -respondió Kal animado. Terminaron de desayunar, Leynie se despidió de su familia y partió junto a Kalos hacia la salida del bosque, cuando por fin llegó se sintió aterrada por el futuro que le esperaba, pero al recordar que tenía el apoyo de su familia y amigos se relajó. - Amigo estoy nerviosa, no sé qué me espera del otro lado, ¿y si no es como lo imaginé? o ¿Qué tal que me pierdo? -mencionó Leynie. - Leyley no te preocupes, siempre puedes regresar aquí, Saria y Edros te apoyan, tu familia igual y yo siempre pensaré en ti y te mandaré mucho amor todos los días. -le respondió Kalos mientras se sonrojaba ligeramente. - Kal, te extrañaré mucho -dijo Leynie mientras una lagrima rodaba por su pequeño rostro. Kalos le tomó la cara con ambas manos y le limpió la lagrima. - Hay algo que te debo confesar pues no sé qué pueda pasar el día de mañana y quiero que lo sepas -la miró a los ojos y la besó. -estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo. Leynie sintió como el tiempo a su alrededor se detenía y dentro de ella sentía como si explotaran todo tipo de pociones, al término del beso Leynie se quedó inmóvil, no sabía de qué manera reaccionar, hasta que escuchó las palabras que salieron de la boca de Kalos. -Leynie, realmente me gustas, y sé que es muy tarde para decírtelo, pero no quiero impedirte cumplir tus sueños, te quiero y quiero verte feliz y es momento de que persigas tu sueño.


- Kal… -dijo mientras posaba sus manos sobre sus labios -debo irme. Y de esta manera salió volando hacia el cielo dejando el bosque atrás y recordando una y otra vez lo que había vivido hace unos instantes, no podía olvidar esas palabras y se sentía mal por la respuesta que le dio, se arrepentía de no haberle dicho que sus sentimientos eran correspondidos y no sabía si algún día volvería a verlo. Leynie estuvo volando durante varios días en búsqueda de algún reino donde pudiera establecerse, y finalmente al quinto día de búsqueda encontró una aldea que parecía tener un tamaño considerable para iniciar su viaje. Descansó en un árbol a las afueras de la aldea y con un hechizo cambió su apariencia a la de una campesina, y a partir de ahí avanzó hacia la aldea. Al llegar a la aldea se maravilló de todo lo que sus ojos veían, había comercios, mucha gente y escuchaba música alegre; no sabía por dónde iniciar a explorar el pueblo, pero sabía que debía conocerlo todo e inició buscando un lugar donde se alojaría durante su estadía en la aldea, así que entro a la primera tienda que encontró que resultó ser una panadería, al entrar sonó una campana que le recordó su hogar. - En un momento le atiendo -dijo una voz dulce y amable - Muchas gracias -respondió Leynie sin saber de dónde provenía esa voz. De pronto, apareció detrás del mostrador una joven de cabello oscuro y ojos color miel y que además tenía un gran semblante. - Disculpa, ando muy atareada últimamente, dime ¿qué le puedo ofrecer? -dijo la joven - Hola, me llamo Leynie y soy nueva en el pueblo y me preguntaba donde puedo encontrar un lugar donde hospedarme durante algún tiempo. – contestó tímidamente. - ¡Bienvenida! Mira, si camina un par de calles a la izquierda encontrará un hostal muy económico, te puedo acompañar si gustas, en un minuto termino mi turno


y voy en aquella dirección -le respondió amablemente la joven. -Ah, lo olvidaba, mi nombre es Nizzu y es un placer conocerte. Leynie se sintió muy cómoda con esta joven y al cabo de unos minutos salieron en dirección al hostal, Nizzu la dejó en el hostal, se despidió de ella y siguió con su camino. Leynie se quedó mirando el hostal durante un par de minutos y finalmente se adentró en el lugar, ahí encontró a un señor mayor que se encontraba archivando unos papeles. - Buena tarde, disculpe, me gustaría alquilar una habitación por favor. – dijo Leynie disimulando su miedo. - Claro que sí señorita, permítame un momento -le contestó el señor -Disculpe ¿cuál sería su método de pago? - Oh, no tengo uno -dijo muy apenada - Señorita lo lamento, pero si no cuenta con un método de pago no puedo ofrecerle la habitación. -respondió el señor seriamente Leynie se preocupó, no sabía como resolver esa situación, sin embargo, el señor la vio muy afligida y le propuso: - Si la parece puede trabajar con nosotros a cambio de su estadía, estamos buscando a alguien que nos ayude en la cocina. -mencionó el señor - ¡Claro que sí! Muchas gracias, le agradezco mucho. -respondió Leynie muy emocionada. Se firmó el contrato y le entregaron la llave a Leynie de su habitación, una vez dentro se dio un baño y decidió descansar esa noche pues había pasado un tiempo desde que no dormía bajo un techo. Al día siguiente se arregló para recorrer el pueblo, y conocer un poco más de él. Era un día de descanso por lo que el pueblo Lucía diferente al día anterior, Leynie caminaba distraídamente maravillándose por todo lo que veía cuándo de pronto chocó con Nizzu.


- Una disculpa no me fije por donde caminaba -exclamó Leynie. - No te preocupes -dijo Nizzu mientras se levantaba del Suelo. - ¡Oh, Tú eres la chica de ayer! ¿Cómo estás? - La verdad es que me siento muy emocionada de estar aquí, nunca había salido de mi hogar y es la primera vez que viajo. -mencionó Leynie - ¡Vaya! eso es emocionante, si gustas te puedo mostrar el pueblo -dijo Nizzu amablemente - Eso me encantaría, muchas gracias. -respondió Leynie Las dos chicas caminaban por el pueblo mientras platicaban y se conocían más a fondo. Los días fueron pasando y las chicas se hicieron amigas rápidamente, un día mientras paseaban Leynie observó a un muchacho a la distancia y se sintió muy atraída hacia él. -Nizzu, ¿conoces a aquel chico alto y moreno del otro lado de la calle? - Sí claro, es Laron viene tres veces a la semana a vender la mercancía de su padre, ¿por qué preguntas? -respondió Nizzu - No lo sé, se me hace alguien interesante pero jamás se fijaría en alguien como yo. -dijo Leynie - Leynie como puedes decir algo así, te conozco y sé que eres una gran persona y desde el momento en que te vi, pude notar lo hermosa que eres. -contestó Nizzu - Eso lo dices porque somos amigas y debes decirlo, no te creo. – le respondió - No es cierto, yo nunca he mentido, así que debes confiar en mi cuando te digo que eres asombrosa. Y ahora que lo recuerdo, yo le encargue un pedido a Laron así que iré a hablar con él y le hablaré de ti. -dijo, mientras sonreía. - Nizzu por favor, no lo hagas, no quiero decepcionarme. – respondió suavemente.


Pero Nizzu no escucho lo último y fue hacia donde Laron, con quien platicó acerca de la chica con la que estaba platicando. Al cabo de un momento, Nizzu regresó y se le veía muy emocionada. - Amiga, hablé con Laron y me comentó que tienes un lindo cuerpo, y facciones muy lindas y cree que eres interesante, supuse que le gustaría hablar contigo algún día. – dijo Nizzu con una gran sonrisa en la cara. - No juegues conmigo, es un tema muy delicado para mí. – dijo Leynie cabizbaja - Todo lo que te digo es cierto y deberías intentarlo, no pierdes nada. – le respondió. Leynie se quedó pensando en las palabras que había dicho su amiga y no podía creer que alguien pensara que era una chica interesante, pero en su cabeza cruzaban más pensamientos diferentes y uno en particular le preocupaba, un hada no podría relacionarse amorosamente con seres humanos. A la semana siguiente eliminó todos los pensamientos que la agobiaban y se decidió a hablar con Laron en cuanto llegara a la aldea. Leynie caminaba por el pueblo observando las costumbres de los seres humanos cuando vio a Laron entrando al pueblo, lo siguió hasta el mercado para poder entablar una conversación con él. Cuando vio que había terminado de instalarse, tomó toda la valentía que tenía y se acercó a él. - Hola soy Leynie, hace unos días te vi y quise charlar contigo ¿te gustaría algún día ir a caminar conmigo? -mencionó Leynie nerviosa - Que adorable eres -respondió Laron después de reír levemente- sería un placer para mí acompañarte, mi nombre es Laron. De esta manera ambos empezaron a conocerse, sin pensar en el futuro que les deparaba. El tiempo fue pasando y entre ambos fue creciendo un sentimiento muy fuerte y decidieron formalizar la relación. Una tarde mientras paseaban juntos Leynie sintió la necesidad de confesarle la verdad a Laron.


- Laron tu y yo hemos estado un tiempo juntos y creo que es momento de que sepas quien soy realmente -dijo Leynie un poco preocupada. - Querida, ¿de qué hablas? -respondió Laron - Verás, hace unos meses llegué al pueblo y eso lo sabes bien, lo que no sabes es el motivo por el que he llegado aquí. -dijo Leynie soltando un gran suspiro -no sé como empezar esto, pero debes escucharme. Yo salí de mi comunidad y es la primera y ultima vez que lo podré hacer, yo decido si regreso o no, pero si regreso no podré salir de nuevo y la razón es que no somos igual que los demás. - ¿A qué te refieres con que no son como los demás? -mencionó intrigado - Sí, yo no soy un ser humano y si te cuento esto es porque espero que puedas guardar el secreto, nadie debe saberlo -al decir estas palabras Leynie se puso de pie y desactivó el hechizo de apariencia, dejando ver su verdadero ser, una pequeña hada con piel brillante -soy un hada y vivo en las profundidades del bosque del Sur. Laron no podía creer lo que veía y escuchaba, estaba totalmente impactado y se había quedado sin palabras. Leynie al observar su reacción rápidamente volvió a su apariencia humana. - Bueno, confío en ti y es por eso qué te cuento todo esto, pero debes prometerme que esto no cambiará nada de lo que tenemos y tampoco cambia quien soy. -dijo Leynie. Ambos se miraron a los ojos durante un par de minutos y pronto Leynie se acercó a Laron y le dio un suave beso que rápidamente se fue intensificando y pronto se entregaron en cuerpo y alma, sintiéndose Leynie el ser más amado en el mundo. A los pocos días Leynie se sintió muy unida y enamorada de Laron, era la primera vez que confiaba en alguien, pero el tiempo fue pasando y empezó a sentir como Laron poco a poco se fue alejando de ella hasta que llegó el momento en que la evitaba por completo. Leynie no entendía que era lo que pasaba si hace tan solo unos días se sentían mas unidos que nunca, devastada fue llorando a casa de Nizzu.


- ¡Nizzu, Nizzu, ábreme por favor, necesito habla contigo! -gritaba Leynie mientras golpeaba fuertemente la puerta de su casa. - Leynie, ¿Qué tienes?, ¿Qué ha pasado? Pasa por favor -dijo Nizzu mientras abrazaba a su amiga. - No entiendo lo que está pasando, es decir, ¿hice algo mal? Le confesé mi verdad, confié en él, y me ha dejado, me ha abandonado, ya no me habla -menciono Leynie entre sollozos. - Tranquila amiga, ¿de qué confesión estás hablando? Los he visto más felices que nunca, no puedo creerlo. -respondió Nizzu - No te he contado, y creo que es momento de que tú también lo sepas y lo diré sin rodeos, soy un hada y puedo probártelo. -dijo desvaneciendo una vez más la apariencia humana, mostrando su verdadero ser. -La cuestión es que confié en Laron muy rápido y se lo confesé y si eso no es suficiente, me entregué por completo a él y no me ha hablado en días, ni siquiera es capaz de mirarme a la cara. - ¿Eres un hada?, no lo creo y tampoco creo que no me hayas contado, ¡Eso es emocionante! -dijo Nizzu con un brillo en los ojos -Pero de Laron me sorprende, es un chico muy comprensible y que te esté haciendo todo lo que me cuentas es difícil de creer. Pero debes saber que conmigo puedes contar para lo que quieras y tienes todo mi apoyo, es más quédate esta noche conmigo. - Amiga, luego te contaré a fondo sobre mí, pero agradezco mucho tu amistad y tu apoyo. -respondió a la vez que la abrazaba. Esa noche Leynie no pudo descansar tranquila, pasó toda la noche llorando, sintiéndose un asco, preguntándose si alguna vez hizo algo mal, perdiendo una vez más la confianza en sí misma y en todas las personas que conocía, esa noche pensó seriamente en sus amigos del bosque y en regresar a su casa, todo le había salido mal, había fallado. A la mañana siguiente recuperó su apariencia humana y decidió salir a caminar por el pueblo, durante su trayecto descubrió un pequeño riachuelo donde decidió


descansar ese día y pensar en todo lo que ha pasado últimamente y lo que haría después, sin darse cuenta se encontraba llorando silenciosamente una vez más hasta que cayó la noche y sin darse cuenta se quedó dormida. Mientras dormía escuchó unas campanillas a su alrededor que la hicieron despertar, dándose cuenta lo tarde que era pronto se levantó, pero al momento escuchó una voz proveniente del riachuelo que se le hizo extrañamente familiar. -Ley, Ley soy yo, Ley -exclamo suavemente la misteriosa voz. - ¿De dónde viene aquella voz? -se preguntó para sí misma mientras buscaba el origen de ella. - Leynie, en el agua -murmuró la desconocida voz. Leynie regresó a la orilla del riachuelo y se sorprendió por lo que veía, en el agua se creó una burbuja y dentro de ella se veía a Saria. - Leynie me alegro de encontrarte, no pensé que el hechizo funcionaría llevo mucho tiempo, tengo muchas cosas que quisiera contarte y no se por donde empezar -exclamó Saria - ¡Oh, debo contarte! Kalos y yo estamos juntos, nunca lo había visto de esa manera, pero creo que estamos destinados el uno para el otro. - Saria, me alegro de oír eso, pero ya es muy tarde y realmente debo irme. Mañana al mediodía regresaré y platicaremos ¿de acuerdo? -exclamo Leynie algo cansada. - ¡Oh, claro! No te preocupes, te veo mañana. -respondió Saria Se despidieron ambas amigas, pero Leynie se deprimió más, no sabía que estaba pasando, pero sabía que lo que su amiga le había contado la había afectado seriamente. Se encontraba muy distraída por lo que no recordaba el regreso al hostal. Era muy tarde y Leynie se encontraba deambulando por las afueras del pueblo y sin darse cuenta chocó con una joven. - Por favor, cuidado. -exclamó la joven misteriosa. - Le pido una sincera disculpa. -respondió Leynie


- Muchacha, que es lo que le pasa a usted. -dijo la desconocida -por favor sígueme, puedo ayudarte. - No se preocupe, no es nada -respondió Leynie - Insisto, tu tienes algo y yo te ayudaré, por favor sígueme. -mencionó aquella misteriosa joven. Leynie estuvo dudosa, no podía pensar bien, sin embargo, aquella mujer tenía algo que le inspiraba confianza así que Leynie decidió ir con ella. Estuvieron caminando por unos minutos y llegaron a una pequeña cabaña donde finalmente entrarían. - Listo, hemos llegado, por favor pasa. -exclamó la joven. - Muchas gracias, he venido contigo, pero realmente no te conozco, ¿quién eres? -mencionó Leynie. - Mi nombre es Aling y soy la ninfa del Terrae y tu eres Leynie hija de Alseides de Maxco. -respondió. - Eso es cierto, pero ¿Cómo sabes todo eso? -dijo Leynie. - Soy tu protectora y te he estado cuidando desde el momento en que naciste, y ahora que veo que te has perdido por completo he decidido que ha llegado lo hora de intervenir. Cuéntame cómo te sientes. Leynie recordó que sus padres mencionaron a su protectora hace mucho tiempo, pero pensaba que era tan solo un mito, pero al escuchar a Aling confirmó las palabras de sus padres, así que con toda la confianza le empezó a narrar lo que había pasado. Pasaron varios días en que Leynie se estuvo desahogando y Aling escuchándola, Aling supo que Leynie tenía un futuro, pero no lo lograría alejándose de las personas que la amaban. -Leynie, yo confío en ti, sin embargo, debes resolver lo que será de ti, piensa en todas las personas que podrían crecer amadas, yo sé que tienes el don de amar, pero


para lograrlo debes amarte a ti misma. -mencionó Aling - ¿Cómo hago eso? -respondió Leynie. - Deberás terminar tu viaje, explora, conoce, investiga, pero no en tu alrededor sino en ti, y llegará el día en que te redescubras y te ames. Recuerda, yo te cuidaré siempre. - Muchas gracias Aling, realmente necesitaba oír eso. -respondió Leynie. Esa noche regresó Leynie a su habitación y se preparó para continuar su viaje. Al día siguiente escribió una carta que le dejaría a su buena e íntima amiga, Nizzu donde le explicaría el motivo de su partida. “Nizzu, lamento haberme ido sin despedirme de ti, pero debo seguir mi camino. He vivido grandes experiencias en este lugar, sin embargo, aún me falta mucho por conocer. Te agradezco todo tu amor y tu amistad, nunca te olvidaré. Si algún día regreso te visitaré, pero si no lo hago espero que seas feliz y cumplas tus sueños.

Recordándote siempre,

Leynie de Maxco.” Leynie dejó esa carta con el recepcionista del hostal, le agradeció su apoyo y partió en busca de más aventuras y experiencias. El tiempo pasó y Leynie siguió descubriendo nuevos lugares, pronto el tiempo de su viaje llegaba a su fin y debía decidir si seguiría viajando o regresaría a su comunidad. Una noche mientras volaba en búsqueda del último lugar donde establecerse recordó lo que Kalos le mencionó justo antes de partir “persigue tus sueños”, y eso le abrió los ojos y fue cuando decidió regresar a su comunidad. Leynie ayudaría a todas las criaturas del bosque a perseguir sus sueños y a ser felices.



El sueño de Lilith Por Mauricio Tolentino Realista

Estoy muy contento de haber pertenecido en este proyecto COLECTIVO VOCES, por ayudarnos a comprender de una manera con más empatica a los demás, por llevarme muchas enseñanzas, dando gracias a todo ese equipo que hizo todo esto posible en especial a la licenciada Citlalli Maya Ramírez Dávila todo el apoyo y paciencia que tuvo con todos nosotros, a los artistas Darío y Morena. Dando gracias de nuevo por este libro para que aprendamos a querernos y valorarnos mucho, seas hombre o mujer, la edad que tengas y puedas pedir ayuda porque la vida es tuya pero no la puedes vivir solo. “Ella lo esperaba con tal ansiedad Que la sola sonrisa de él Le devolvió el aliento” Gabriel García Marquez



“Me he preguntado si el dolor es sólo parte de un sueño o sólo nos sugestionamos con problemas de los demás …” …Esa siempre fue la duda de Lilith Arepo, joven y un poco ingenua, violinista de familia, hija de un artista reconocido llamado Sator (violinista arrebatado de una forma inesperada de ese mundo, la cual fue una enfermedad incurable), todo en ese momento salía mal para la joven pues la vida a pesar de ser muy corta, le dejó muy claro que no es como ella se lo imaginaba. Con tan solo 22 años de edad y una carre-


ra de Adepta (un tipo de institutriz de música clásica) en la catedral del pueblo de Manipúra, situado en el ombligo del planeta, lugar frio y hermoso en la temporada de otoño. Lilith ya se habría enterado de lo que era el querer un amor con todo lo que conlleva, como dicen: “No aceptes rosas, porque llevan espinas” dicho que nadie le mencionó cuando conoció a Rotas, ya que no fue lo que esperaba y lamentablemente, ese ser que decía que la amaba, la hizo portadora de una maldición “ETHOS”, una transmutación rara sin cura alguna, desgastaba su vida silenciosamente, era muy peculiar, robándole esos años de juventud ahora convertidos en tiempo de soledad y de cuidados extremos alejándola de la vida social, la cual tenía que llevar su vida un poco más diferente a la de los demás. Recuerdos llegaron a ella, recuerdos dolorosos de cómo empezó el reloj a acelerar las manecillas de su vida. Fue duro los primeros meses, pero con el paso del tiempo, supo llevar su vida. En el tema del amor fue diferente, pues prometió no amar a alguien más, ya que no le gustaría “maldecir” a alguien de la misma forma que le toco a ella.


Manípura estaba por empezar esos días de frio y neblina que cubrían lo más alto de la catedral, congelado en las corrientes del tiempo, deteniendo el corazón de la ya en ruinas Catedral, o la que fue una hermosa campana que llenaba de resplandor ese pueblo en ruinas. Un día Lilith salió muy tranquila y pensativa de casa rumbo a la academia de música situada en el corazón del pueblo, cuando en su camino se encontró con un hombre muy peculiar de apariencia seductora y directa, ojos claros, mentón fuerte, alto, y tez clara, unos años mayor que ella. Él se acercó y con voz segura le preguntó si en el pueblo podía encontrar algún lugar donde le pudieran ofrecer posada, ya que sólo iba de paso por cuestiones de trabajo. Ella se quedó un poco asustada ya que no estaba acostumbrada a dirigirse con desconocidos. Él al notar la indiferencia, se presentó: -Muy buenos días señorita, me llamo Varan Tenet, soy herrero y vengo a reparar la campana de la catedral del pueblo. Me informan, ya que ésta se cayó de su base unos meses atrás por el uso y la antigüedad. Ella con un poco de timidez respondió. -Muy buenos días, soy Lilith Arepo, adepta de violín en la academia de música del pueblo Varan le preguntó si podía tutearla, pues él se notaba bastante interesado en ella, pero Lilith estaba un poco cortante debido a que se dio cuenta de que el joven trataba de cortejarla, más no notó que una cualidad muy notoria es su buen sentido del humor, lo cual hizo que Lilith sonrojara varias veces. Sin más ni menos se empezó a desenvolver con él, y sin darse cuenta, se le abría echo tarde para trabajar. Disculpándose le mencionó que se tenía que marchar, sin más se fue, sin despedirse bien, mientras él le gritaba que la esperaría mañana de nuevo en ese mismo lugar. Lilith estuvo pensando en aquel hombre que había llegado al pueblo, pero parte de su mente también pensaba en lo bonito que sintió el platicar y cómo se fue el tiempo volando con un desconocido que sin darse cuenta ella se sentía tan atraída.


Al salir de la academia iba pensando en cómo fue su experiencia con Rotas su amor tiempo atrás ya que la habían lastimado de formas muy bajas sufrimiento, maltrato, opresión, humillaciones y gritos, incluyendo la maldición que la acompañaría en su trayecto de su vida, sólo que en esta ocasión la diferencia era que Varan Tenet mostraba ese camino dulce del amor y se preguntaba si esta vez sufriría de esa forma al darse una oportunidad con aquel joven que inclusive solo quisiera una amistad. Lilith no sabía qué hacer y prefirió tratar de olvidar ese bello encuentro de ese apuesto destino llamado Varan Tenet. A la mañana siguiente pensaba si era real lo que aquel joven le dijo, y salió con la más mínima ilusión de verlo.


Era lo mejor, cuando en el trayecto se percató de un hombre que estaba sentado en el pasto de la vereda, al verla se levantó y exclamó su nombre -Hola, Lilith, aquí-, ella sonrojada trató de fingir no entusiasmarse, sólo que sus mejillas la delataban; sin más él joven se acercó y le dijo que estaba un poco asustado pues pensó que no la volvería a ver y esperaba las horas para encontrarse. Varan la trataba de cortejar, pero ella solo veía sus posibles defectos y mentiras, tratando de comparar su pasado y el no querer lastimarlo a la vez. El la acompañó a la academia y Lilith sentía que él era sincero al hablar, Varan le dijo que le parecía muy guapa y que le aceptara una invitación más formal, pero Lilith no le parecía buena idea, el joven le dijo que pasaría por ella al día siguiente. Pasaron los días y aquellas pláticas se hacían más amenas, ellos se tomaron mucho cariño junto con besos y caricias, todas las tardes se veían, pensaba que esto era sólo un sueño ya que él era todo lo que no podía imaginar en un hombre, él solo la hacía sentir bien y ella era feliz, Varan estaba por terminar su estancia en el pueblo debido a que tendría fin su trabajo como herrero.


Lilith hablo con él, para tratar de contarle su maldición y a la vez decirle que sentía un enorme cariño; se animó y él la escuchaba temerosa y con lágrimas en el rostro, mojando sus tiernas mejillas. Le contó lo que padecía, Varan al notar tal dolor solo la abrazó, y con voz tierna le dijo: “no pasa nada, hay cosas en la vida que uno no busca y debe ser fuerte… no te lastimaría nunca (secándole las lágrimas con su mano y rodeándola con sus brazos para hacerla sentir segura). Lilith sentía más seguridad ya con él, pues no tenía más secretos que ocultar. Esa noche ambos fueron con una suprema sacerdotisa llamada Luna Opera, la cual les enseñó a que sus almas resonaran en una acorde de cuatro cuarenta, y unieron sus almas en un baile y roce de cuerpos demostrando la pasión y el amor el uno al otro. Al día siguiente una mujer pasó por la casa de la joven, al notar una peculiaridad, emanaba un aroma extraño como de putrefacción, se acercó observó detalladamente las flores de la casa, estaban marchitas y olvidadas, gritó varias veces pero nadie respondía, todo estaba muy raro en su casa de Lilith, cuando la mujer forzó la puerta se percató que alguien estaba en la cama, era la joven yacía acostada pero ese aroma peculiar provenía de ella, la mujer soltó un grito muy fuerte y salió corriendo avisando con voz alta por las calles. ¡Está muerta!... Lilith falleció días antes sin que nadie se diera cuenta ya que su maldición estaba muy avanzada, al llevar su cuerpo inerte a la catedral del pueblo la campana nunca sonó y solo estaba presente Rotas ese amor que la hizo agonizar día a día con la maldición.


Lilith vivió siempre sugestionada con aquel amor del pasado y entre sueños buscó esa salida que le demostrara paz y amor que siempre le hizo falta. Aquí está la cuestión, estás enamorada de la versión de una persona que has creado en tu cabeza, qué estás tratando de arreglar, pero no puedes a la única persona que puedes arreglar es a ti misma...



Sueños, Hadas y Realidad Por Ingrid Stephanie Riojas Muñoz

A los heridos, a los que sueñan, a las almas rotas y agujeradas A los que me enseñaron a ser niña y a mis amigos de la tierra del ensueño. Y a mi madre, abuelos y amigos.



Tenía ya un par de años, los rasgos infantiles habían desaparecido de su rostro y daban paso un aspecto un poco más extraño que a veces no lograba distinguir en el espejo el cual, por cierto, era una de sus múltiples prisiones que le hacían sentir un encierro asfixiante en un limbo de su rencor del que ya no podía escapar. Prisiones que se habían vuelto ella misma, pues ella era oscuridad El pasar de los años y el pasar de las pérdidas, la habían desteñido la sonrisa hasta volverla un apático gesto sin vida que parecía ausente de pasiones y es que de aquel curioso espíritu intrépido poco más quedaba que silencio. No quería vivir ya y su sostén a este mundo era solo la cobardía a la muerte, o almenos eso creía, lo cierto es que por oscuro que sintiera su mundo luces tenues aun brillaban en su interior y la arrullaban por las noches, lo supiera ella o no. Y hablando de noches es aquí donde comienza nuestra historia… Resulta que esta niña (que en realidad no lo era), leyó unas extrañas historias oriundas de la oriental tierra del desierto, se sentía fascinada, genios, marinos intrépidos y alfombras mágicas desfilaron frente a ella, como en un hermoso baile de magia y ensueño, fue entonces que se quedó dormida con el libro aun abrazado, fue entonces cuando ocurrió… De su pecho en donde ella creía solo existían penumbras salió una luz infantil y pequeña que se elevó hacia los cielos y subió hasta llegar a un mundo distinto, un mundo mágico a donde iban solo las almas livianas, con la capacidad de soñar. Cuando abrió los ojos se encontró recostada sobre un césped verde que olía a roció de menta y jazmín, miro a los cielos y se topó con las estrellas, trepo a un árbol y


vio a lo lejos un par de islas, entre ellas barcos piratas se tiraban cañonazos, mientras que en las nubes titanes griegos bailaban abrazados creando corrientes de aire. No sabía que creer y sin hallar más lógica descendió hasta la costa y abordo un barco que la llevaría a conocer aquel mundo, fue entonces que inicio su viaje, uno de muchos que haría por las noches en busca de aventuras míticas, junto a los amigos que iba encontrando, algunos creaciones míticas de otros visitantes como ella, otros creaciones de los antiguos pueblos humanos que tocaron también esa tierra, otros ,simples viajeros que como ella, solo buscaban sentí amor y libertan aunque sea por una vez.

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Le gustaba sentir su danza, sentir su cuerpo, excitado por el movimiento del que tanto fue privada, un dos tres, salto vuelta y revés. Ella estiraba de puntas para sentir su cuerpo tensarse y curvaba la espalda. El viento era su mejor amigo ,con su silueta verdosa danzaba a su par unas canciones que el mismo tocaba al silbar en tres las ramas, era muy buen bailarín y un excelente guía, cuando el baile se detuvo, su amigo el viento le alcanzo una nube y la hizo volar hasta el cielo, ella hablo con los titanes celestes y a tres de ellos les robo un beso, miro al suelo y descendió hasta una ventana de un castillo cercano para oír los cuentos de Sherezada y admirar a las mujeres danzantes y a los cirqueros del rey, y bueno al rey también dicho sea de paso. Esa noche hizo muchas otras cosas más, viajó con Simbad 1 en su barco y contempló a las gigantes aves Roc2 ,inclusive se montó en una de ellas y está la recostó en el mar, en una balsa armada por sirenas quienes la condujeron hasta una costa verde mientras le contaban las historias de los marineros, al llegar toco el césped color esmeralda. -No despiertes. -Danzó sobre las hierbas hasta llegar a unas rocas altas, cantó para las hadas del bosque y estas la elevaron con magia, una de ellas la invitó a bailar, ya le había visto antes, le gustaba verla reír y aún más, le gustaba verla danzar, tenía las manos tibias y un cabello encantador que siempre traía despeinado. -No despierte-s Las decoraciones a música, las mouras3 y los espíritus estaban 1 Marinero, aventurero cuya historia se cuenta en libro árabe las mil y una noches. 2 3

Aves Gigantescas, mencionadas en el libro de las Mil y una noches. Mujeres hermosas que habitaban el mundo de las hadas y bajaban una vez al año a buscar un


sueltos, duendes juguetones tocaban sus violines en los recovecos del bosque iluminado, en una noche de San Juan4 interminable, entre los presentes Lug, el dios celta de las artes tallaba una raíz de un viejo árbol, este se puso de pie y la invito a bailar, una vez terminada la fiesta, le trenzó el cabello con hilos dorados provenientes de las trenzas de la diosa Sif 5 ,cortadas en su alcoba nórdica.- No despiertes, no ahora ,quédate aquí - Se decía-Quédate Bajaron hasta el lago donde había una balsa, esta habría de llevarla a sus tierras según afirmó el dios. Durante el viaje , el viento se posó en el mástil y guio las velas hasta una tierra selvosa en la que se oían canticos a lo lejos ,era tan hermoso aquel paisaje que tantas veces había visto es sus libros de historia, a medida que avanzaba os canticos náhuatl se acercaban hasta un templo con paredes terracota, los cánticos y las danzas parecían meterla en un universo diferente a los otros; un humo extraño la rodeaba, pasado un rato, el mundo se tiñó de los colores robados por la noche y hasta por el día mismo, eso no podría dárselo otro sitio. Dos hombres la tomaron de los brazos y la acostaron sobre una roca. La miraron con ternura y rezaron un cantico para su alma. -Sí era momento de despertar. A nadie le gusta morir en sueños.

-•-•-•-•-•-•-•-• Despertó, y miro el techo verdoso de su habitación, parecía triste, quería volver. Mientras meditaba su sueño, se sentó en la cama, se puso las botas y ato sus cordones, se miró al espejo y pensó en el rostro de Lug al verla, se ató el cabello y se puso pantalones. Salió a la calle para comprar el almuerzo y una combi paso de largo, la persiguió hasta lograr subir y pago un billete de 20 pesos; las aves volaban a lo lejos ordenadas como en formación, ella pensó en el poderoso roc que monto en sus sueños y abrió la ventana para recordar al viento veloz despeinarle.- Ciérrele- Contestó un pasajero, y sin decir nada la cerró nuevamente, mientras miraba al frente para encontrarse con un joven moreno con una mirada sosegada ,como la del príncipe de los hombre que las amara. 4 Noche en la que la cultura celta celebra el solsticio y la unión del mundo feérico (el de las hadas) con el de los hombres, permitiendo que convivan hadas y otras criaturas con las personas.

5

broma.

Diosa Nórdica a quien Loki, la versión nórdica del dios Lug, le corto las trenzas para jugarle una


castillos árabes de la tierra del sueño , después dirigió otra vez su mirada al paisaje, que parecía tan plagado de magias ocultas, hasta que llego a su destino y descendió. Una tienda, otra tienda, los suvenires estaban casi listos, se sentó en una banca a leer un poco de poesía y a descansar del sol, una chica la miraba sin disimuló alguno y ella tampoco disimuló al verla, su rostro era hermoso, como el de un hada que siempre lograba cautivarla. Caminó hasta ella y acaricio su cabello. La chica sonrió y le beso la mejilla. A veces pasa eso ¿saben? Que soñadores se encuentren, como unidos por un hilo que, con su magia, los conecta y les permite soñar juntos. Ellas ya se conocían, sabían cómo funcionaba esto, sabían identificar esas señales que sólo se pueden sentir, pero no explicar. Se miraron por un largo rato y sonrieron en silencio, ella jugaba con su pelo rebelde, mientras que su compañera se limitaba a cerrar los ojos y tocar su rostro con delicadeza. -Tengo que irme- murmuró y los ojos del hada se cubrieron de tristeza. - Espero verte pronto… aquí en la tierra, volveré el próximo viernes a este parque, y escribiré poesía para ti, tu visítame en sueños si te es posible, aunque sea una vez, sino puedes entonces te veré hasta el viernes. Ella sabía que existían otros soñadores que, como ella, sabían viajar entre tierras y amar entre las líneas de la vida. Había visto otros, sabia reconocerlos y ellos a ella, pero nunca se atrevió a hablarles. Debería hacerlo más, ese momento fue muy especial y quizá esto era una señal de que debía intentarlo; artistas, escritores, músicos, ¿ingenieros?, se preguntaba que serían en sus vidas. Tendría que estar atenta, quizá podría encontrar por ahí los ojos picaros de un dios artesano, un aventurero que le enseñara a navegar, un par de hadas que le enseñaran a bailar y un gran amor, como el que acababa de encontrar. En ese momento pensó que la realidad no era tan mala, escribió un WhatsApp a algunos de sus amigos (los de la tierra), pues tenía tiempo de no verlos, al final pensó también en el horizonte y en las personas fascinantes que podría haber por ahí, esperando por ser conocidas, sonrió, cerró los ojos y se dejó mecer por el arrullo de la combi regreso a casa.




Lea Sunne y las estrellas burlonas Por Karime Macari

Para Lea, Epsilon, Kari y Ka‌. Que siempre se pierden por la vida



Era una tarde de verano con los rayos de luz más potentes iluminando el cielo. Un conjunto de árboles parecía haberse puesto de acuerdo para dejar un camino de tierra libre, y también formaban una especie te techo redondo sobre el camino que protegían de los rayos del sol y de las lluvias del verano. El camino estaba totalmente solo y alejado de cualquier ciudad o pueblo, salvo por una chica de diecinueve años de edad que caminaba sobre éste con paso cansado.


Su nombre era Lea Sunne, Lea por Leo, el signo del zodiaco y Sunne, por el sol, el corazón de Leo. Lea Sunne había nacido un 29 de noviembre. Lea Sunne era una estrella perdida en la tierra, había caído como estrella fugaz. Solía ser una de las estrellas más brillantes del cielo y de las más hermosas de mirar… sus compañeras estrellas que brillaban menos que ella, siempre la envidiaron por su luz. A Lea Sunne le gustaba pertenecer al cielo, pero un día un cometa fastidioso que llevaba molestándola varios meses, pasó más cerca de lo que habría debido y provocó que Lea Sunne perdiera el equilibrio y se separara de su constelación. Estuvo algunos días flotando por el espacio hasta que un astro la atrajo hacia él y empezó a caer con gran velocidad. Ese gran astro color azul con verde era la tierra. Ella caía a gran velocidad y parecía que provocaría una gran catástrofe al tocar la superficie terrestre, sin embargo, antes de que tocara el suelo se esfumó. Lea Sunne volvió a nacer un 29 de noviembre y se había vuelto humana… Era una bebé de ojos color miel, que si mirabas de cerca contenía la historia de las estrellas y el firmamento impregnado en la mirada. Ahora era una joven de 19 años, con ojos almendrados y mirada de estrella, con cabello color castaño claro y pequeños rizos sin definir, tenía la tez blanca pero no era como la porcelana, era más como un color zanahoria. Vestía una falda color morado pastel y zapatillas un suéter delgado que parecía que le quedaba grande. Lea Sunne estaba agotada de caminar, sus pies le dolían al igual que su cabeza. Deseaba parar. -

Creo que estoy perdida - Les dijo a los árboles.

- Estoy perdida hace tiempo - volvió a decir, esta vez para confirmarse a sí misma que lo estaba. -

Todo se siente desconocido y pareciera que, entre más camino, más me pier-


do- dijo mirando a los árboles como si estuviera frente a un grupo de personas, uno a uno, tronco por tronco, pero los árboles no respondieron. Lea Sunne paró en seco, pues se sentía perdida y frustrada por no encontrar respuesta. Bajó la mirada suspirando y notó que había más luz de lo que normalmente habría por el camino. Se percató de que estaba parada en medio de una especie de cenital que hacían los rayos del sol. Parecía que los árboles habían decidido dejar pasar un poquito de luz para el camino. Después de unos segundos, decidió dejarse caer a descansar bajo ese cenital que daba un poco de luz al camino oscuro que llevaba días recorriendo, decidió que esperaría un par de minutos y después continuaría, pero se quedó dormida acogida por los rayos de la estrella del cielo, el sol. Cuando Lea Sunne despertó era de noche y hacía frío, los árboles se movían despacio de un lado al otro por la brisa que pasaba arriba de sus copas. Lea Sunne deseó haber cargado con ropa más acogedora para el camino, pero ella no sabía qué se iba a perder.


Lea abrazó sus rodillas para generar un poco de calor, pero de poco sirvió, pues hacía mucho frío esa noche en especial a pesar de ser verano. Alzó su mirada hacia el cielo y descubrió una noche despejada con un cielo estrellado. Lea suspiró y sintió una extraña nostalgia al ver al cielo, permaneció inmóvil viendo las constelaciones cansada de su viaje y preguntándose ¿qué debería hacer? Algo llamó su atención de repente pues algunas estrellas en conjunto empezaron a titilar de una forma extraña, parecía que querían llamar la atención de la chica. Ella las observó fijamente extrañada hasta que se dio cuenta de que esas estrellas se estaban riendo. - ¿Acaso se están burlando las estrellas de mí? - dijo, más para sus adentros que para los árboles, que ya había aceptado que no le hablarían. Lea Sunne estaba en lo correcto, las estrellas burlonas eran las estrellas con las que solía convivir en su constelación antes de caer a la tierra. Las estrellas burlonas en realidad habían sentido pena y nostalgia cuando Lea se fue del cielo, le echaban de menos, pero no podían evitar ver desde lo lejos como Lea sufría por estar perdida, por no tener respuestas y por su debate interno sobre ¿a dónde ir? Las estrellas burlonas veían el camino desde lo lejos, y veían hacia donde se dirigía… Ellas sabían que lo único que Lea Sunne debía de hacer era seguir caminando, aunque ella no sabía hacia donde llegaría. Las estrellas decidieron no decir algo, dejaron de titilar pues notaron que Lea Sunne había percibido su risa. Lea Sunne se sentía extrañamente tranquila en medio de su cenital y debajo de su cielo estrellado. Estaba en medio de todas las respuestas, pero estaba perdida. Volvió a voltear hacia el cielo. -Estoy perdida- dijo anhelando una respuesta Las estrellas simplemente dieron un titilo más, y después, aunque Lea esperó a ver otra señal, ellas ya no volvieron a decir algo. Lea Sunne pasó otro largo rato mirando a las estrellas y cuando empezó a sentir sueño, vio una nube gris muy oscuro pasar por su cenital y luego otra y luego otra, hasta que, en vez de esperar ver otra nube, esperaba que pasara una estrella.


Comenzó a llover muy fuerte de un momento a otro y después a granizar. Lea Sunne tenía mucho frío, y sentía los golpes de los hielos como si ellos quisieran que le doliera, pero Lea Sunne no se movió, dejó que los golpes la lastimaran poco a poco mientras pensaba desesperada porque las estrellas se habían burlado de ella. Lea Sunne se hizo un ovillo dentro del cenital en medio de la lluvia y la noche, y comenzó a llorar hasta que se quedó dormida.


Cuando despertó ya no llovía y el sol estaba justo arriba de ella. Seguía haciendo frío y los árboles aún goteaban por la lluvia de anoche, habían dejado miles de hojas tiradas por el camino de tierra. Los rayos del sol por otro lado eran intensos y calientes. Lea Sunne estaba totalmente mojada temblando de frío en posición fetal, pero los rayos del astro acogieron a la chica dándole calor y empezándola a secar.



Se quedó un rato largo, quizá toda la mañana pensando en las estrellas hasta que se percató de que estaba totalmente seca gracias al calor del sol. Miró hacia el cielo, después miró a los árboles esperando que le dijeran algo, pero como ya estaba esperando, ni los árboles ni el cielo respondieron. Lea Sunne se levantó, se sacudió la tierra de su ropa y empezó a caminar. Volteó la mirada hacia donde el cenital se encontraba, recordó entonces la noche que pasó debajo de ese círculo de luz, y entonces comprendió, lanzó un suspiro y se dijo << Este camino, tiene que llegar a algún lugar>> Lea Sunne siguió caminando, estaba perdida, completamente perdida, no sabía a dónde iba ni por qué anoche, las estrellas se burlaban de ella… …pero el camino, tenía que llegar a algún lugar.




Azul Por Thai

Para mi familia.



Una mañana de martes a la luz de luna nació AZUL, en un frio bosque con un lago grande e inmenso para descansar y tomar agua. Azul corría y exploraba cada camino con su amiga Lila. Siempre les decían tengan mucho cuidado, existen grandes peligros fuera del territorio, Ellas conocían todo su territorio, era hermoso, pero se habían cansado de ver los mismos árboles, el mismo lago, mismos habitantes.


Azul, el día de su cumpleaños un día diferente para todas, reto a sus amigas a pasar los terrenos, a saltar las bardas. Ella sentía que hacer algo diferente, pero no quería ir sola. ¡No podía ir sola!, por que del otro lado estaba la tierra las sobras. Al mirar más allá, caminaron lentamente todo estaba diferente era muy obscuro, sin luz. En el reino de las sombras se encontraron con Gray una corcel como ellas, les mostro el reino de las sombras. Les hablo de la separación de sus reinos, por un conflicto “era el agua”, si de ese hermoso lago donde Azul había crecido y disfrutaba de la cristalina agua. Se les había negado el agua del lago, por ser diferentes sus colores eran, café, grises y hasta negros. Generaciones atrás, creían que por ser de sombras ensuciarían el agua cristalina y les negaron el agua, así como el resto del territorio. Azul se pregunto ¿pero, ahora puede ser diferente? Cada martes, conocía mas de la tierra de la sombras y sus habitantes conocían sobre las estrellas, cocina, deportes, sobre muchas cosas que podrían compartir.


Entonces… Azul, comenzó a escribir un acuerdo donde se incluía el derecho de gozar, el “agua”. Tardo muchas lunas en escribirlo, no era una tarea sencilla, terminar con una pelea de muchos años. Las palabras de Azul, sonaron por todo el reino como un gran eco Saben… No solo ella esa, pensaba que podían incluir a las sombras Se unieron mas habitantes y así nuevamente volvieron a compartir territorio para convivir

¿y tú, qué harías si vieras diferencias?

Fin



El maravilloso mundo “C” Por Vian



En algún lugar del mundo, existe un misterioso y fantástico bosque de coníferas, donde reinan las marmotas, los aullidos inminentes de los lobos y las aceleradas respiraciones de las ardillas. Millaray, era una espectadora compulsiva, fascinada por los numerosos colores al cambio de estación, salía todos los días de la aldea a recolectar conos femeninos, caídos de los monumentales pinos. Un día brumoso Millaray salió al amanecer para observar el paso de los alces que abrían un estrecho camino sobre las píceas más bastas del bosque. En su andar, observaba las coronas de sus intérpretes y se cuestionaba si huían o llegaban a casa. Había escuchado que los seres que vivían más allá de los helechos y musgos, eran insaciables de poder. Su abuela le había contado una vieja leyenda –“En la época de nuestras antiguas diosas, Antu Kuche (anciana reina luna) viajó más allá de las montañas y las inmensas aguas chadi-chasi (sal), recorrió incontables espejos azules que reflejaban el huenu (cielo) con sus enormes nubes. Fue tan lejos que creyó haberse unido al llagantü (tiempo) de las estaciones. En su travesía conoció a un ser corpulento, apocado y sutil que se encontraba recorriendo más allá de los paisajes florales. Su nombre era Nosjthej y al conocer a Antu Kuche continuaron su paso juntos. Eran tan distintos el uno del otro, algunas cosas eran fáciles para Nosjthej y otras para Antu Kuche,pero se complementaban. Hasta que en un rojizo día, Nosjthej tuvo un delirio de poder debido a la fuerza bruta que lo caracterizaba, se creyó superior a Antu kuche y la traicionó hiriendo su pecho hasta su alhue (alma), dejándola sangrando por las aguas espejo de la noche. Entonces, Antu Kuche regresó triste y furiosa para advertir a sus viejas y nuevas diosas sobre la traición de Nosjthej y ella subió a las estrellas y se convirtió en una luz nocturna con una mancha, que representa la herida de aquella traición”- Millaray sabía que debía cuidarse de los


hijos de Nosjthej, que continuaban con la ambición de poder que les había heredado la traición. Sin embargo, su coerción analítica ante las cosas, despertaba en ella una curiosidad especial por descubrir aquel singular significado de poder. Entonces, emprendió un viaje, inspirada por la migración de aquellos cérvidos. Millaray caminaba sobre los musgos que definían la cordillera del territorio de su aldea, estaba tan lejos que aunque tuviese inquietantes nervios a los paisajes extranjeros, no podía regresar antes de la aparición de Antu Kuche sobre el huenu, sabía guiarse con las estrellas, pero no era suficiente para evadir a los salvajes y omnipotentes lobos. Llegó al final de los musgos y se encontró con un paisaje liso, que le permitía una visión extraordinaria, aunque esto significara ser observada vertiginosamente. La exposición le nubló los sentidos de miedo, nunca había estado fuera de la aldea, entonces corrió hacia los árboles que enmarcaban el territorio conífero como un listón, se escurrió entre las sombras de las copas y yació sobre un tronco para hidratarse. Mientras reposaba sobre raíces ancestrales, escuchó una mínima risa, se sobresaltó y admiró a su alrededor, los colores eran rojizos, el sol se veía como una pupila que se oculta tras los párpados al anochecer, giró en diferentes direcciones esperando encontrar el origen de aquel sonido, éste la asechaba, cada vez estaba más cerca de los dedos de Millaray, la luz se limitaba y entró en pánico, cuando estaba dispuesta a correr de vuelta al bosque, escuchó -¿A los lobos te enfrentarás o tu destino afrontarás?- Millaray se detuvo en seco, no esperaba entablar una conversación con algún ser en aquel llano, le aterrorizaba la idea de que había sido ubicada como un destello, justo como había temido antes de correr. –A los seres que acompañan nuestra existencia debes respetar o consecuencias graves deberás pagar- dijo nuevamente la voz-. -¿Por qué no puedo verte? Dijo Millaray con voz quebrada. -Porque el esfuerzo no has emprendido, tienes que observar más allá del horizonte, retoma el nacimiento de la tierra y me encontrarás como una campanita que en tu apresurado paso has prensado.- Dijo la voz esta vez más seria, sin tono minucioso. Millaray comprendió la metáfora inmediatamente y bajó su mirada a las flores campanitas que la rodeaban, entonces ahí la vio, era tan diminuta que a la falta de


luz y la abundancia de flores, no se podía percibir sin prestar una atención compulsiva, como la que caracterizaba a Millaray. -Nunca había visto a una ser tan pequeña, en lo alto de la cordillera no existen cómo tú, ni había escuchado de algunas seres que se compararan con el tamaño de las flores.-Donde no se requiere mi presencia, no se menciona mi existencia, sin embargo existimos nosotras, así como existen algunas otras que en tu mundo no son invocadas, como en sus mundos de las otras, no eres nombrada. -¿Cuántos mundos desconocidos existen, que nos son mencionados entre sí?Dijo Millaray mientras tomaba asiento del lado de la diminuta. -Un camino largo te espera y los aullidos comenzarán a bajar del bosque, continuar el camino es lo primordial, si tú me enseñas tus leyendas, te enseño los mundos que he visto- Mencionó la diminuta con voz retórica. -Sólo conozco una leyenda, que me contó mi abuela. En nuestra aldea, las leyendas son nuestro comercio, debes tener cierta edad para saberlas, porque la palabra es el intercambio más valioso para nosotras, además ¿A ti de qué te sirve que yo te cuente nuestras leyendas?-Si las leyendas son lo más valioso, no puedo pedirte otra cosa. Recuerda que diferentes mundos conozco y reconozco, sería inútil pedirte de intercambio una moneda de oro, porque en tu cosmos, no existe materialmente el oro, su igualitario son las leyendas, no tienes más que ofrecerme, ni soy tan ingenua como para pedirte algo que desconoces. A cambio de la leyenda, te ayudaré a conocer los mundos que enmarcan el destino que has tomado. Puedes llamarme Radical. Millaray contó la leyenda de Antu Kuche y Nosjthej, al mismo tiempo que reflexionaba sobre su familia, la cual debía estar buscándola por los pinos y los senderos de la aldea. Su familia era muy allegada, trabajaban en conjunto por la aldea y por medio del trueque complementaban lo que pudiera faltar dentro de otra familia. Su aldea se conformaba de las hijas e hijos de Antu Kuche (anciana reyna luna) Su comunidad se basaba en las leyendas y las reflexiones que las mismas provocaran,


para sostenerse en armonía. El amor era un altibajo sincero, sin dependencia y muy autónomo. Entonces Millaray, comenzó a sentir preocupación de los sentimientos que estuviese generando a su comunidad, sin embargo sabía que su autonomía y su inquietante curiosidad tenían que seguir más allá de las coníferas, así que pensó en dejar un mensaje sobre los musgos, sabía que la comunidad llegaría hasta el llano a la despedida de Antu Kuche sobre el huenu, confío en la independencia que le habían otorgado en su familia y al dejar el orden simbólico de la sabiduría dibujado sobre los musgos, continúo su viaje al lado de radical.


-¿Qué ha sido lo que has inmortalizado con tantas flores coloridas sobre aquellos musgos en el llano? - Preguntó Radical. -En nuestra aldea, el orden simbólico de la sabiduría es nuestro tesoro más íntimo y valioso, cuando una hija o un hijo de Antu Kuche entienden su autonomía, deben dibujar el orden simbólico como lo entienda su personalidad y así iniciar su etapa de sabiduría, donde comenzarán a comerciar leyendas y abrir paso a reflexiones constantes que mejorarán su comprensión existencial y ancestral, construyendo un sendero de conocimiento que aportará a la comunidad ideas para continuar viviendo en armonía.- Respondió Millaray. -¿Y cómo sabes que no has profanado el orden simbólico con tu aldea, al dejarlo escrito en la cordillera de las coníferas y como aviso de tu aventura? –Preguntó la diminuta radical mientras descansaba sobre un pastizal. -Porque no hay un momento definido, ni un lugar exacto dentro de la comunidad para plasmar nuestra sabiduría. No se puede profanar aquello que no es profanable, porque la autonomía no es una regla como las que se tienen en casa para el trabajo en equipo. Al dejar mi orden simbólico ahí, estoy agradeciendo su confianza de brindarme autonomía y mi aldea, estará agradeciendo mi inicio independiente, porque no estoy abandonando mis coníferas, algún día regresaré y podré compartir mis pensamientos con mis hermanas y hermanos.- Mientras Millaray respondía, se acurrucaba inconscientemente sobre Radical y se quedaba profundamente dormida. A la mañana soleada, Radical ya esperaba a Millaray con una compota de fruta. El paisaje que las rodeaba era irreconocible para Millaray. Se encontraban en una frondosa pradera, el horizonte era reconocible a kilómetros, pero ya no existía ni una pista del bosque de coníferas, ni de restos de nieve, era como si hubieran viajado astralmente en la noche hasta otro lugar del mundo. -Esta compota repondrá tus fuerzas y será mejor que comas pronto, el camino es largo y he prometido enseñarte diferentes mundos. Ya nos hemos adelantado en sueños y afortunadamente llegamos al sol fresco del almuerzo en el primero. Tienes un deber importante, debes conocer lo irreconocible en un tiempo limitado, en este


mundo se obscurece con las emociones y seguro te inundas de ellas. Al terminar tu compota recorre por las idénticas praderas y encuentra lo que no buscas, cuando lo hayas encontrado, nos veremos en el siguiente, si oscurece demasiado, en este mundo permanecerás, hasta pronto. –Radical después de sus palabras de bienvenida y despedida, desapareció en un pestañeo, dejando a Millaray sola en un inmenso valle de flores. Millaray se quedó sin aliento, no podía asimilar que ya había comenzado su travesía del conocimiento y menos que ahora estaba sola en un lugar desconocido, esperaba estar acompañada de la diminuta en todo su viaje. Comenzó a inundarla el miedo de las palabras de Radical, se sentía confundida al no saber qué tenía que buscar y no comprender por qué debía buscarlo. Decidió terminar su compota de fruta y comenzó a caminar sobre al ritmo de las flores. -¿Qué significa encontrar lo que no busco, cómo puedo encontrar algo que no sé qué es? Lo más importante ¿Por qué debo buscar algo?- Decía Millaray en voz alta mientras pasaba por encima de las flores. El cielo comenzó a inundarse de nubes grises, el sol fue perdiendo su calor, las ráfagas comenzaron a levantar los cabellos de Millaray. Millaray comenzó a sentir miedo y ansiedad, no podía dejar de cuestionarse por qué debía buscar algo y por qué no se le ocurría nada. La ansiedad de esas preguntas comenzaron a ampliarse en dudas existenciales en el pensamiento de Millaray, ya no se preguntaba sobre las palabras de Radical, ahora estaba saturada de preguntas sobre el conocimiento, sobre los hijos de Nosjthej, sobre el poder, sobre la comunidad, sobre la independencia y el amor. Mientras Millaray continuaba haciéndose preguntas, el cielo comenzaba a pintarse de negro, las nubes acechaban una ostentosa tormenta. -¿Por qué en la comunidad hablan de los hijos de Nosjthej como los malos y hambrientos de poder, pero nunca hemos intercambiado diálogo con ellos, por qué Antu Kuche nos dijo que viviéramos lejos de los ambiciosos, pero nunca nos presentaron a los ambiciosos? ¿Qué es el poder? Millaray comenzó a sentir desasosiego con la negrura que la acechaba, se sintió


como en un agujero que se alimentaba de sus dudas sin respuesta. La ansiedad que no conocía en su cotidianidad, comenzó a unirse a sus pensamientos y sensaciones. Comenzó a debilitarse, el cielo estaba a unos minutos de quedarse en la penumbra, las flores comenzaban a guardarse en sus tallos. Millaray desesperó, no tenía idea de cómo continuar su camino, ni siquiera podía entender qué hacía en ese lugar, ni entender a la diminuta que la había dejado sola. Nunca antes habían pasado tantas preguntas por sus pensamientos, todas sus emociones habían sido inundadas de intriga, su existencia había encontrado una tangente sin respuestas, cada pensamiento que tenía era conectado con otro que generaba más preguntas. La desesperación era su única compañía, sus dudas sus únicas respuestas. Cansada de la rapidez con la que cuestionaba cada enunciado que se planteaba, se desvaneció sobre las flores y la oscuridad que dibujaban el paisaje, con el último pensamiento sobre el sentido de su existencia, la individualidad y la colectividad. -¡Despierta o tarde se nos hará pequeña! Has encontrado tu camino y no sabías que lo buscabas, sólo es el principio de un largo camino, pero puedo decir que tu orden simbólico ha tomado sentido. –Sonó la pequeña voz de Radical. Millaray tomó tiempo en tomar conciencia de lo que sucedía a su alrededor, no sabía en dónde estaba, sólo que una luz cálida la cubría como un manto ancestral. -¿En dónde estamos Radical, la oscuridad me ha devorado? –Preguntó con voz temblorosa Millaray. -Como he dicho antes, has encontrado una tangente en tu realidad, eso era lo que debías buscar sin conciencia, es la primera tarea para ingresar a diferentes mundos, de lo contrario sería muy difícil, pues una mente cerrada sin sentido, no podría entender diferentes paisajes. Ahora estamos en un mundo interesante, estas luces cálidas representan la sabiduría de este mundo. El sentido que le has dado a tu aventura encontrará aquí la mayor parte de su esencia, estaré a tu lado todo el tiempo.Millaray observó a su alrededor y se encontraba en una habitación con luces cálidas que provenían de algo parecido a una nube ovalada de color amarillo. Su ambiciosa curiosidad despertó en ella las fuerzas que había perdido dentro de la noche


del mundo anterior, tenía ganas de salir de la habitación y admirar lo que estaba ahí sin ser reconocido por sus ojos. -¿Cuál es el comercio de mayor valor en este mundo? –Preguntó Millaray con convicción. -Interesante tu pregunta sin temblor, un misterioso ascenso a la existencia, ya no puedo dudar de tu orden simbólico. Entiendo y empatizo en tu camino. –Respondió la diminuta con asombro. -Necesito entender por qué Nosjthej tuvo esa ambición de poder, por qué lastimó a Amtu Kuche. Quisiera conocer a los hijos de Nosjthej, no porque dude de mis ancestras, ni mi cultura, mucho menos de las reflexiones como hijas e hijos de Antu Kuche, sino para encontrar la verdad que precede a mi existencia, la cual ha tomado verdadero sentido en el mundo de la luna acelerada. –Dijo Millaray con una luz brillante en sus pupilas oscuras. Su mirada se había quedado con la profundidad del mundo anterior, no de forma negativa, al contrario, sus ojos se profundizaron al abrir camino en el sentido de su autonomía, algo que le habían inculcado con tanto amor, pero que no le habían explicado. Se sentía orgullosa de su cultura y las reflexiones inconscientes que había tenido anteriormente, porque gracias a ellas había encontrado sus propias reflexiones. Millaray y Radical salieron del cuarto cálido de nubes ovaladas para encontrarse en el mundo de los hijos de Nosjthej. Millaray quedó asombrada con lo que sus pupilas percibían, se encontraban en un mundo rápido, repleto de imágenes, repleto de comunidades y sociedades. -Yo le llamo el dominio de las imágenes a este mundo. –Dijo Radical. Millaray observó con ojos críticos a su alrededor, las imágenes que ella conocía como dibujos, tenían apariencias diversas, su alrededor se movía a velocidades impresionantes, sin embargo su coercitiva atención se concentraba en algunos cuantos que caminaban sin vida, aquellos que se recargaban sobre piedras verticales, parecía como si no encontraran la esencia que ella había encontrado en el vacío.


-Es ahí donde tengo que dirigirme Radical, los hijos de Nosjthej no han encontrado el camino de la existencia, pero debo comprenderlo desde el principio, desde que Antu Kuche fue herida en su alhue (alma) ¿Puedes llevarme, dónde puedo encontrar respuestas? –Dijo Millaray a Radical con calidez segura. -Una respuesta no podrás encontrar, no en la estructura de este mundo, pero te llevaré a un lugar donde podrás indagar con claridad y encontrar tu sabiduría. – Contestó Radical mientras se desvanecía y tomaba la mano de Millaray. Cuando Millaray recuperó en un pestañeo la claridad, observó una cantidad de flores impresionantes, todas de diferentes colores, algunos tonos formaban una sola y formaban una armonía deliciosa. A la curiosa Millaray le tomó unos segundos darse cuenta de que algunas flores se mezclaban con diversidad de tonos, algunas predominaban en tonos claros y al mismo tiempo contaban con colores oscuros resaltantes y viceversa. -Bienvenida a la cascada del pensar. –Dijo la diminuta compañera de Millaray.



-En este lugar se almacenan todas las corrientes críticas de los pensamientos de todos los mundos. Entrelazan una cascada porque cada día, cada minuto, un mundo diferente aporta una flor de pensamiento nueva. Todas son distintas, sería una búsqueda interminable nadar sobre cada una de ellas. Existen algunas flores clave dependiendo el rumbo existencial de cada persona, cuando contemples con claridad y pensamientos vacíos la cascada, sabrás cuáles flores pertenecen a tu esencia y podrás regresar al mundo que creo Nosjthej a encontrar tus propias respuestas y luego volver a tu mundo de Antu Kuche para compartir tu sabiduría e influir en las reflexiones de tu comunidad. –Mientras Radical decía estas palabras se evaporaba como una luz que regresaba al reinado del sol ancestral. Millaray ya acostumbrada a las apariciones y desapariciones de la diminuta compañera, tomó asiento y contempló en silencio el movimiento de las flores, algunas se desplazaban hacia abajo, empujadas por las nuevas que se incorporaban. A Millaray le gustaban los colores que formaban la cantidad de pensamientos, era como un mar de arcoíris. De todas las cosas que había observado con cautela durante su breve viaje, nada le había impresionado tanto simbólica y materialmente antes. El pensamiento era el verdadero sentido de la existencia colectiva para ella y había llegado a esa conclusión en cuanto Radical le mencionó el nombre de la cascada. Su verdadera intención de Millaray era encontrar el sentido de la traición de Nosjthej, para así comprender la existencia individual y colectiva. Las relaciones entre los mundos era lo que más le importaba debido a que había crecido huyendo de los hijos de Nosjthej y creciendo en una comunidad tan unida. Antu Kuche era su mayor admiración, su ancestra había fundado su comunidad desde la autonomía y la reflexión, aportando una flor clave a la cascada del pensar. Cuando Millaray encontró la paz de sus ideas, pudo encontrar radiantes dos flores de la cascada. Entonces se dejó sumergir por los colores que adornaban los pensamientos que seleccionó y se encontró en una oscuridad espeluznante, aunque Millaray ya no temía por la oscuridad desde el mundo del vacío. -¿Por qué has traicionado a Antu Kuche? –Preguntó al vacío Millaray.


-El camino de las respuestas son interminables, algunos han dado su versión sobre el miedo que tuvo Nosjthej al sentirse débil frente Antu Kuche. –Respondió una voz en medio de la oscuridad. -No estoy segura que haya sido el miedo, quizá lo fue, sin embargo hay otro contexto, una pieza del rompecabezas. -Algunos dicen que fue para crear la gran sociedad, se justifica que los hijos e evidentemente hijas de Nosjthej son el producto de la modernidad. -No estoy segura que la modernidad sea un mundo creado a partir de la traición, ni justificar un acto que determinó una estructura comunitaria en la cual los vivos dudan de su existencia. -Algunos dicen que el vacío en el mundo de Nosjthej se debe a las opresiones que sufren como comunidad y naturaleza. -Concuerdo que en el mundo de la traición, no viven con tranquilidad como vivimos en nuestra comunidad. -Algunos dicen que la raíz de la opresión en el mundo de Nosjthej se basa en el sistema que sólo un ser creó. -Concuerdo con algunos pensamientos, sin embargo me parece que es un error llamar que sólo es creación de Nosjthej, él creó a partir de la traición con las enseñanzas de dos personas, Antu Kuche enseñó cosas a Nosjthej y viceversa. La comunidad en la que vivimos, no existe la intranquilidad, sólo la autonomía. -Algunos dicen que es el camino de la horizontalidad el que librará a la sociedad que se desprende de revoluciones. -Yo creo que la horizontalidad es un pretexto de organizar un sistema vertical, considero que la autonomía es el camino a la libertad colectiva, porque impacta en nuestra individualidad sin dañar las relaciones. -¿Entonces cuál es la razón? –Preguntó la voz oscura.


-No tiene sentido concentrar todo en una raíz si nos inmoviliza al actuar, creo que la autonomia es el camino que destruye la leyenda de Nosjthej y transforma nuestra leyenda de Antu Kuche. Nosotros tenemos el poder del cambio, cada orden simbólico es un grano de oro a nuestra colectividad, nuestras sociedades pueden complementarse y esa es mi verdad, hasta ahora, hasta hoy, hasta esta reflexión… Cuando Millaray terminó sus últimas palabras, comenzó a formarse una nueva flor, tenían colores que contrastaban, en lugar de formar una armonía. -Bienvenida, esta es tu primera flor, tu primer ciclo cerrado, tu primer progreso independiente. Alguna más llegará para acompañar otro proceso de tu autonomía y formarás infinitamente flores del pensamiento. –Escuchó una vez más la voz desvanecida de la diminuta Radical. -Puedo volver y viajar una y otra vez a la cascada del pensar, a mi comunidad y otros mundos, donde formaré mis relaciones con diversas flores autónomas que aportaremos en sociedad, un maravilloso mundo “C” …********”Se utilizaron palabras en lengua mapuche, en base al diccionario de la misma lengua. El bosque de coníferas fue pensando en la región de los andes en Chile, con las comunidades Tehuelches. Millaray significa en mapuche “Flor de oro”



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