Mis pies son mis alas es una pieza conceptual hecha con fotografías en las que Walterio Iraheta dialoga con el hecho histórico del 30 de marzo de 1980 durante el entierro de monseñor Romero en la Catedral de San Salvador, cuando tras un tiroteo indiscriminado de francotiradores a los ciudadanos que rendían tributo al santo, cientos de zapatos quedaron desperdigados en la plaza Gerardo Barrios a causa del pánico. Como parte de la programación especial por los 20 años del Centro Cultural de España, el 24 de marzo de 2018, a 38 años del día del asesinato de san Romero, Iraheta ocupó la plaza de la Catedral con cientos de zapatos interactuando con los viandantes.