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Sector avícola español Claves de una industria de futuro
Sector avícola español
Claves de una industria de futuro
AVIANZA abordó los principales retos del sector avícola en una jornada que organizó, junto al Área Cárnica de C de Comunicación. Aprovechando el Día Internacional de las Aves de Corral (World Poultry Day), la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola reunió a cuatro expertos que ofrecieron las claves necesarias para que las empresas avícolas se enfrenten con éxito a la coyuntura actual.
Según los datos oficiales del MAPA, la industria avícola española produjo durante el pasado año 1,7 millones de toneladas de carne. De ese total, y de acuerdo al ICEX, se exportaron 55.000 toneladas de carne de ave fresca o refrigerada, por un valor de 111 millones de euros; así como 136.000 toneladas de carne congelada, por un valor de 160 millones de euros.
Todo eso en un difícil contexto generado por la pandemia, que llevó al Gobierno a declarar a la industria avícola actividad esencial. Responsabilidad que fue asumida por sus empresas con una rápida adaptación que permitió seguir ofreciendo a la población española alimentos de calidad. Sin duda, las empresas avícolas han demostrado que están preparadas para afrontar un futuro lleno de oportunidades, y para prepararlo en las mejores condiciones AVIANZA reunió a varios expertos que ofrecieron sus conocimientos a los profesionales de la industria avícola.
En concreto, en el evento de la interprofesional de la carne avícola participaron María Naranjo, directora de Alimentos, Gastronomía y Vinos de ICEX; Carlos Garcés, especialista en innovación y profesor del departamento de Producción Animal y Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad CEU Cardenal Herrera; Antonio Escribano, médico especialista en endocrinología y nutrición; y el propio secretario de la organización, Jordi Montfort.
Jordi Montfort
Secretario General AVIANZA, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola. Esta organización es la encargada de, entre otras misiones, impulsar el sector avícola, ayudar a sus empresas a mejorar su competitividad; y acceder a nuevos mercados.
2020 fue muy complicado, con un confinamiento la mayor parte del tiempo. Eso complicaba a todas las empresas y generaba mucha incertidumbre a la planificación de la producción.
Tuvimos el parón del canal HORECA, con una caída del consumo estrepitosa. El turismo dejó de venir de la noche a la mañana, siendo para España un sector vital no sólo para las aves de corral, sino para toda la población en general. El PIB de España depende del turismo en un 15 %, y en el momento que deja de haber 96 millones de visitantes se produce una derrama de alrededor de 86.000 millones de euros. Eso lo ha notado el sector avícola, la restauración, los hoteles, los viajes… Ha tenido un impacto brutal que todavía estamos por ver qué consecuencias tiene. Afortunadamente, parece ser que vamos a tener un mejor año con la salida paulatina del confinamiento y el fin del estado de alarma. Ahora veremos cómo evoluciona esta situación de cara al próximo verano.
En ese contexto, en 2020 las exportaciones cayeron, porque el mundo se dejó de mover. No solo en España sino también alrededor de Europa. Y eso con una producciones y unas granjas que no se pueden parar de la noche a la mañana. Esto no es una máqui-
na que la paras y se acaba la producción. En este sector hay meses previos de programación, y las empresas tuvieron que congelar gran parte del producto e ingeniárselas para colocarlo en otros sectores, como puede ser la industria, sin que el consumo en hogares absorbiera por completo un canal que representa aproximadamente el 25 %.
Aún así, trabajando sin descanso con un compromiso, una profesionalidad y una responsabilidad que ya hemos comentado, nos declararon sector esencial. Por lo cual, quiero poner de manifiesto un agradecimiento a todos los granjeros, los veterinarios, los responsables de calidad de las empresas, la gente que trabaja en el empaque, en la distribución… a todos ellos y a sus familias gracias por hacer de esta labor algo imprescindible no como sector, sino para todos los españoles. Somos la carne de mayor consumo, de mayor accesibilidad, de alto valor nutricional… Una serie de atributos que pocos sectores pueden estar tan orgullosos de tener.
En cuanto a los retos del sector, nosotros ya tenemos una industria muy diversa. El pollo no es solo un pollo, sino que también hay una variedad campera, otra ecológica de la cual tenemos que hacer un estandarte. Pero también tenemos otros productos de gran valor, como un picantón; una pularda; un capón; un pavo; una pavita que se puede consumir en Navidad; o la codorniz, que es muy pequeña, muy sabrosa y que tiene que tener mayor salida.
Todos estos productos tienen una gran calidad nutricional para todos los consumidores; tienen aminoácidos esenciales; son vitales para el crecimiento de los niños, que tienen que consumir proteínas de origen natural. Y no hay nada más natural y más sano. Los médicos lo ponen siempre de manifiesto… come una pechuga a la plancha cuando estás a dieta. O cuando quieres consumir algo saludable durante el verano, un pollito asado queda fenomenal. Pero también las brochetas de pavo, las hamburguesas…
Tenemos una gran cantidad de productos frente a las nuevas tendencias, como la carne sintética, o los productos de origen ve-
getal que pretenden parecerse a la carne, con los que hay que tener precaución. Porque aún no sabemos nada a largo plazo, pero seguro que llevarán consigo los riesgos inherentes a los llamados ultraprocesados. Son productos en los que todavía no tenemos análisis científicos a largo plazo y, por lo tanto, tenemos que tener esa precaución.
El sector avícola en general es un sector con altas normas de calidad, algunas muy estrictas. Por ejemplo, hay que ducharse para entrar en una granja o a una sala de incubación… Tenemos una producción altamente tecnificada y controlada por ordenador en la mayoría de las granjas. Y las que todavía no están ahí, cada día se van profesionalizando más. Por lo tanto, tenemos todos los conocimientos y la experiencia para el cuidado de los animales optimizando procesos y el uso de recursos energéticos, hídricos, de materias primas… Tenemos una legislación europea que se cumple, e incluso en algunas empresas van más allá. Es decir, que ponen de su parte más para ser todavía más estrictos, más exigentes y entregar a los consumidores mejores productos cada día.
Prueba de ello es que próximamente participaremos en la cumbre de los sistemas alimentarios de las Naciones Unidas, donde pondremos de manifiesto que nuestra mayor intención es proteger la salud y el medio ambiente. Y por ello vamos a debatir las paradojas de la producción, mostrando esta realidad técnica de la producción con hechos y dejando fuera los juicios de valor, que a veces entran en este debate y no debería ser así. Lo que queremos es hablar con hechos científicos sobre las cualidades de la carne avícola.
En este sentido, la sostenibilidad es desde ya un gran pilar no solo de la producción avícola o cárnica, sino de todas las políticas que tiene la Comunidad Europea. Esta responsabilidad, normativa y de ejecución, nos ha llevado a tratar de formar parte de los fondos europeos NextGeneration. Con ellos vamos a dar apoyo a la ruralidad, fijando población, como ya hacemos, con una cuota de género muy importante, sobre todo en las áreas de calidad y control.
Todo esto nos permitirá tener una red municipal, en la que estamos trabajando junto con otras interprofesionales cárnicas. Es una red municipal ganadero-cárnica donde ponemos en valor todo lo que hace la ganadería en el ámbito rural y en la producción de alimentos sostenibles de alta calidad y con mucha responsabilidad hacia todos los consumidores españoles, y que tiene un componente social muy fuerte. Nosotros queremos que España se deje de vaciar, y queremos aportar que en el área rural haya mejores empleos, mejores industrias y mejores comercios. Estamos abogando por mantener este tipo de actividad para todos los españoles.
Otro de los grandes retos que tenemos, y es una tarea pendiente por muchas razones, es la oportunidad de ir al mercado exterior con productos de gran calidad. De la mano del ICEX, con un plan sectorial, vamos a ir a los Emiratos Árabes Unidos como un sector Premium para llevar productos de altísima calidad con controles altamente exigentes y que se demandan en estos mercados. Pero también en Japón y Hong Kong. O dentro la Unión Europea, como en Alemania, estamos trabajando en diferentes frentes para darle mayor salida a los productos que tenemos con un registro de calidad de la marca de aves de España. Es decir, todo lo que se produce en España tendrá un nuevo reconocimiento a nivel mundial.
Además, pensamos en mercados de alto volumen, como pueden ser China, Filipinas o México. Es decir, no solo vamos a abarcar los circuitos Premium, con un canal HORECA muy fuerte, sino que también vamos a estar en el resto de mercados.
Son retos que nos va a llevar tiempo consolidar, pero ya empezamos a romper esta inercia que nos tenía un poco amarrados dentro de nuestras fronteras. Ahora queremos ser muy reconocidos a nivel mundial. Es un reto muy grande y muy fuerte pero estamos dispuestos a trabajar por ello en los próximos años.
Carlos Garcés
Especialista en innovación y profesor del departamento de Producción Animal y Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Colabora habitualmente con varias publicaciones internacionales del sector avícola, y es el Presidente de la Asociación Española de Ciencia Avícola.
El sector avícola en general ha hecho sus deberes, tanto el de carne como el de puesta. Está en un buen nivel. El hecho de que haya grandes empresas que integran una gran parte de la producción ha fomentado que exista una producción muy moderna y que día a día va siempre hacia adelante.
Hemos conseguido que haya una muy buena genética en las granjas. Estamos hablando desde el punto de vista de la agricultura más intensiva, que es la mayoritaria en España y en muchos países de nuestro entorno. La genética de alto rendimiento ha sido fundamental. Eso, unido también a la nutrición, que ha ido en el mismo sentido y está avanzando mucho. Por eso yo creo que las empresas españolas han estado muy bien.
Se ha conseguido reducir mucho el uso de antibióticos. Hace quince años se utilizaban para el control de crecimiento. Entre 2015 y
2019 se ha reducido en más de un 70 % el uso de antibióticos en el sector avícola de carne, lo cual es un logro muy importante. Se han conseguido unas más que razonables aplicaciones de las normas de bienestar animal en granjas, en el transporte, en mataderos de sacrificio… Se ha hecho un esfuerzo enorme y muchísimos controles.
En cuanto a la sostenibilidad, el sector avícola es uno de los que más ha contribuido a reducir la huella de carbono, huella de agua, emisiones de nitrógeno y emisiones de fósforo. Un trabajo del MAPA sobre el balance de emisiones de fósforo y nitrógeno dice que desde 1995 hasta 2015 ha aumentado aproximadamente un 50 % la retención en fósforo y nitrógeno en el animal. Eso quiere decir que es mucho más eficiente su alimentación, y por lo tanto, contamina menos. Todo eso sería un marco global.
Algunos retos y algunas cuestiones en las que podemos incidir es que en España el sector es muy intensivo. La mayor parte de las empresas son muy grandes.
Va a haber también un mercado que se abre hacia gente un poco más joven. Un tipo de consumidor que va a pedir producto kilómetro cero, producto que tenga una marca un poco diferente y que no se asocie con la producción intensiva… Esto está llegando, y por ejemplo en Francia ya está en un 30 %. Aquí un poco menos. Es posible que eso lleve a un tipo de producciones más pequeñas.
La promoción del kilómetro cero y reducir las emisiones de carbono va a ser también uno de los retos de la sostenibilidad. En Francia, con el Label Rouge, han conseguido tener una marca de calidad que yo creo que es la tendencia que tiene AVIANZA. Conseguir esta marca España es una idea superinteresante.
Esto lo tenemos que unir a contaminar menos y ser más sostenibles. No es necesario ir a la agricultura ecológica, pero sí es necesario demostrar que nuestra huella de carbono y nuestra emisión de contaminantes y residuos se está reduciendo. Ya lo conseguimos, pero tenemos que ir un poco más allá.
Kilómetro cero también en el uso de materias primas. En cuanto a cereales intentamos consumir mucho trigo, cebada, maíz… que se cultivan aquí. Pero seguimos siendo muy dependientes de la soja, que no se cultiva apenas en nuestro entorno y tenemos que comprar en mercados americanos. Y eso, desde el punto de vista de una posible huella de carbono… ahí está. Es difícil reducir mucho el consumo de soja importada porque es la fuente de proteínas más económica a
Anunci Blasau 19x8 2019 F.pdf 1 12/02/19 11:04 En España el sector es muy intensivo
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día de hoy, pero es otra tendencia que tenemos que procurar, buscar otras materias primas, que es ahora mismo lo más difícil de encontrar a precios bajos.
Ligando la sostenibilidad con la innovación, algo que también es muy importante es que las granjas se vayan monitorizando, dando transparencia a lo que se está haciendo y a la trazabilidad del producto. Hay que monitorizar bien los datos, probar que todo se está haciendo muy bien. Que ya se hace, pero además debe manifiestarse. No creo que tengamos que tener miedo a que se sepa lo que hacemos, y de hecho creo que nos van a exigir en breve que se sepa perfectamente lo que se hace en las granjas.
Eso lo tenemos que unir a la trazabilidad del producto. Hacemos productos de calidad, de calidad microbiológica y de calidad nutricional. Con lo cual, la trazabilidad es superimportante.
Y también con los programas de chequeo tipo blockchain, que tienen que controlar perfectamente todos los estamentos del proceso y que no se pierda nada de información. Que el consumidor sepa perfectamente qué ha ocurrido y que no ha podido haber ningún fraude es algo bastante importante.
Todo ello, como digo, unido a las mejoras en la utilización de materias primas más cercanas a nuestro entorno.
Aunque después nosotros intentemos irnos a mercados internacionales, nuestro propio mercado nos exige cada vez más, sobre todo las generaciones más jóvenes. Nos exigen esta pequeña manifestación de una responsabilidad, bienestar animal, sostenibilidad… aunque luego muchas veces también la gente las mezcla y hay un poco de lío con eso. Pero se trata de transparencia, y cuanta más transparencia, más adelante iremos.
En cuanto a las dificultades, va a haber gente que no coma carne, cada vez un poco más, pero creo que habrá un límite en eso. No creo que esto vaya a llegar a un alto porcentaje, aunque va a existir un 10 %, un 15 % de la población que no va a querer comer carne.
Luego hay una segunda competencia, que va a ser la carne artificial. Tampoco la veo a corto plazo, pero va a existir. No producirá un pollo o un pavo para hacer al horno, pero sí hamburguesas. En este sentido, el sector avícola está más salvado porque hay menos producto procesado que en otros tipos de carne como la carne de vacuno, donde hay más competencia. Pero también se hace producto procesado del ave.
Y un pequeño detalle. El surimi se inventó para aprovechar los residuos del pescado, y la gente come surimi, pero no deja de comer pescado. Bueno, pues ahí habrá un cierto porcentaje que sí consumirá esos productos. Pero hay que estar, competir y estar a buenas con este tipo de mercados. Algunas empresas grandes e importantes del mundo, como Cargill, ya están invirtiendo en carne artificial, al menos en los procesos productivos. O sea, que las grandes empresas también diversifican.
Antonio Escribano
Especialista en endocrinología y nutrición. Es docente en las universidades de Sevilla, Navarra y la UCAM de Murcia y colabora con la Federación Española de Fútbol, la de Baloncesto y el Comité Olímpico Español.
Con el tema de la nutrición y la dieta equilibrada existen una gran cantidad de bulos e interferencias. Es algo en lo que todo el mundo quiere dar su opinión. Pero desde el punto de vista científico las cosas están muy claras.
Los médicos tenemos perfectamente estructurada cuál es la dieta de un omnívoro. Nosotros somos omnívoros, tenemos que comer de todo, y la carne ocupa un lugar esencial en el equipo de la nutrición. Es un jugador titular del equipo. No de consumo diario, pero cuatro o cinco veces a la semana sí, lo mismo que el pescado, etc.
Respecto a la carne avícola, aporta vitaminas de alto valor biológico, es decir, vitaminas que poseen todos los aminoácidos esenciales. Eso no lo tienen los vegetales. Tienen algunos, y por eso deben estar también en la dieta, pero no tienen la entidad que tienen las proteínas animales, que son fundamentales.
Cuando nosotros comemos carne avícola, aparte de estas vitaminas de alto valor biológico, también introducimos en el organismo vitaminas del grupo B, como niacina, fósforo, potasio… Es decir, componentes estructurales que son absolutamente recomendables e imprescindibles. Ese es uno de los motivos por el que tanto bulo acerca de que se puede prescindir del consumo de carne es ridículo.
La carne avícola es carne blanca, con menos componentes grasos, y junto con el resto de carnes aporta elementos que la hacen imprescindible en cualquier dieta. Un humano tiene que consumir cuatro o cinco veces a la semana carne. No se puede jugar a quitarla del medio.
Con los sustitutivos de la carne se está cometiendo un fraude importante, porque no son sustitutos de la carne. Son carnes falsas. Son fraude. Hoy en día, con productos químicos, se puede conseguir el sabor prácticamente de todo. Pero las propiedades no. Esto es como si te compras una bicicleta de cartón piedra o papel. Parece una bicicleta, pero no cumple su objetivo. Es decir, no se trata de que las cosas tengan apariencia y sabor. Nuestro aparato digestivo tiene doce metros de largo y de ellos sólo cinco centímetros son la lengua, que es lo que determina el sabor. Pero en el resto de los 11,95 metros necesitamos las moléculas originales.
Se está cometiendo un error y un fraude que puede tener consecuencias, porque la gente cree que come de proteínas y sustancias que realmente luego no lo son.
En cuanto a las carnes cultivadas, introducir carne en un laboratorio, hacer que se reproduzca su sistema muscular y al final conseguir algo que se parece a la carne… me parece que eso puede tener muchos problemas. Porque luego eso hay que comérselo y está dentro del organismo. El ARN afecta a todas las células y veremos con el tiempo que complicaciones puede tener eso.
Hoy existe una hipertrofia en muchas sensibilidades respecto al origen de los ali-
mentos que distorsionan el comportamiento de mucha gente. El bienestar animal me parece maravilloso que se tenga en cuenta. Pero desde el paleolítico, nuestro sistema genético no ha variado en nada. Somos los mismos, y comemos carne desde hace millones de años. Y en épocas pasadas éramos mucho más carnívoros que ahora.
No podemos quitar un ladrillo de ese edificio, y luego otro, y luego otro… Aunque pongamos algo que hace que parezca que el ladrillo sigue puesto el edificio se desmorona. Los médicos sabemos mucho de esto.
Por ejemplo con el veganismo y estas tendencias que prescinden del consumo de carne. En el mundo, el 86 % de la gente que se hace vegana deja de serlo en el primer año. Y por cada vegano hay cinco ex veganos.
¿Por qué dejan de serlo? ¿Por qué haya variado su sensibilidad en cuanto al trato animal? No. Dejan de serlo porque químicamente el organismo no soporta ese déficit. Y si lo soporta es a base de tomar suplementos. Pero esos suplementos no tienen el mismo efecto que cuando el alimento va en su ‘paquete original’.
Eso pasa mucho con la química. “Yo no tomo esto, pero tomo una pastilla”… No es lo mismo. El déficit, al final, se acentúa. No podemos prescindir y mucho menos sustituir. Y eso la gente lo tiene que entender.
El organismo funciona como un coche. Hay gasolina, que son las calorías de los alimentos. Pero luego hay otra serie de sustancias que son el líquido de la dirección, el líquido de frenos, el hinflado de ruedas… todo eso es bioquímica. La alimentación no es filosofía, es química. Y la química está en los componentes estructurales que la alimentación tiene. Unos los tienen los frutos, las verduras, las legumbres… y luego está la proteína animal, las carnes, pescado, los huevos, los lácteos… que son parte estructural.
¿Qué debe hacer la industria ante todo esto? La industria cárnica lo que tiene que ser es valiente en los posicionamientos. No hay que jugar a la defensiva cuando existen filosofías alimentarias en las que se obvia un determinado tipo de productos como la carne utilizando la salud como argumento. Eso es una mentira. Es justo al revés. Necesitamos los alimentos justo en su sitio. No podemos estar comiendo carne todos los días y a todas horas. Claro. Como tampoco podemos estar comiendo brócoli todos los días y a todas horas. Ni comiendo 15 frutas diarias.
La industria tiene que ser valiente y posicionarse en el punto de la salud. Me parecen muy bien todas las consideraciones que se están haciendo en sostenibilidad, bienestar animal… Perfecto. Eso está ahí y ya está hecho. Pero muchos veganos consideran que están un escalón por encima del resto de la humanidad. No señor, están un escalón por debajo porque están asumiendo un déficit nutricional.
Hay que posicionarse en que el producto que tiene carne tiene esto, esto, esto y aquello, y esto es insustituible. Y sustituirlo supone un riesgo que va nada más y nada menos que contra la salud, quizás no a corto plazo, quizás no la semana que viene, pero sí el año que viene o dentro de quince años.
Toda la gente joven que asume este tipo de comportamiento excluyente de la proteína animal está asumiendo un riesgo.
María Naranjo
Directora de Alimentos, Vinos y Gastronomía del ICEX, organismo que colabora activamente con el sector cárnico español y, más concretamente, desde 2020, trabaja estrechamente con AVIANZA para impulsar la Internacionalización del sector avícola.
Tenemos muy claro que el sector aviar español es muy importante dentro de la despensa española. Y creo que de hecho la pandemia ha reforzado valores como la sostenibilidad, la dieta saludable, etc, valores que tienen los productos avícolas.
Creemos que es un producto que tenemos que reivindicar, y de hecho lo estamos haciendo dentro de los espacios gastronómicos y las actividades de promoción que estamos organizando por todo el mundo. Eso justifica que el año pasado firmáramos un convenio de colaboración con AVIANZA para impulsar la promoción internacional del sector a un número creciente de mercados.
En el ICEX vemos que las exportaciones del sector avícola español están muy concentradas, en torno al 76 %, en países de la Unión Europea. Por ello, es muy importante avanzar hacia la diversificación de mercados.
Otra segunda clave que se deriva de la fotografía que vemos de nuestro sector avícola es que, hasta la fecha, ha competido fundamentalmente en precio. No en calidad y en excelencia. Este es otro de los ejes hacia donde hay que impulsar la internacionalización del sector. Tenemos que reivindicar la calidad y la marca España. Hay productos de mayor valor añadido que son un estupendo exponente del sector aviar español y son precisamente los que van a construir marca país.
Este es un dato muy importante. Estamos exportando muchos productos congelados o elementos de despojo que está bien que se vendan, pero también hay que impulsar los productos de calidad.
Hay que utilizar sellos de calidad que nos diferencian, como pueden ser el sello Halal, el sello ecológico o de producto sostenible, que no siempre es lo mismo. Cada vez hay más compradores internacionales que te demandan productos sostenibles. Yo creo que aquí se puede avanzar mucho.
Y el tercer componente con el que estamos trabajando con AVIANZA es el tema de la digitalización. Ha sido clave durante la pandemia y pensamos que las empresas del sector avícola tienen que abordar también los mercados electrónicos internacio-
nales. Hay distintos proyectos, marketplaces verticales, marketplaces horizontales… Son especialmente interesantes los canales B2B dirigidos al público profesional. Ahí también queremos apoyar al sector de manera decisiva con programas e instrumentos que tenemos en el ICEX.
En cuanto a las recomendaciones que podemos dar a las empresas avícolas, la principal, el mensaje fundamental, es que utilicen al ICEX para acompañarles en su camino internacional. Que tengan en cuenta que el ICEX es la agencia del Estado que está aquí para apoyarlas y que tiene muchos instrumentos para hacerlo.
De esas herramientas, la más fundamental es la información. Tenemos más de 100 oficinas económicas y comerciales en el mundo para apoyar a las empresas. Ahora, con las restricciones de viajes, esas oficinas han sido muy importantes. Tenemos también en el portal del ICEX más de 700 estudios de mercado con información básica para que las empresas puedan saber cómo exportar a esos mercados. Y tenemos un servicio de información que atiende todos los días de la semana, Ventana Global, que atiende todas las dudas de las empresas de manera prácticamente automática. Cada año responde más de 75.000 preguntas.
Pero es que, además, ya he comentado el acuerdo que tenemos con AVIANZA para trabajar precisamente en mercados de mayor potencial. En concreto, este convenio se va a centrar en Emiratos Árabes Unidos. Ahora mismo, esta región de Oriente Medio está explotando en cuanto a su consumo de productos aviares y, además, se va a celebrar la Expo de Dubái, que va a atraer mucho turismo.
Este convenio de promoción ya está dando pautas de qué otros mercados se pueden explorar. En todo caso, nosotros estamos dispuestos a trabajar con las empresas para explorar los mercados que consideren interesantes bien de manera individual, bien de manera colectiva como sucede con este convenio con AVIANZA.
Carnica - Embutidos Martinez.pdf 1 19/05/2021 11:25:38
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PRINCIPALES CONCLUSIONES
María Naranjo “Hemos firmado un convenio de colaboración con AVIANZA para impulsar la promoción internacional del sector a un número creciente de mercados”. “Las exportaciones están muy concentradas, en torno al 76 %, en países de la Unión Europea. Es muy importante avanzar hacia la diversificación de mercados.”. “Hay que impulsar los productos de calidad”. “Las empresas del sector avícola tienen que abordar también los mercados electrónicos internacionales”. Carlos Garcés “Entre 2015 y 2019 se ha reducido en más de un 70 % el uso de antibióticos en el sector avícola de carne con lo cual es un logro muy importante”. “En cuanto a sostenibilidad, el sector avícola es una de los que más ha contribuido a reducir la huella de carbono, huella de agua, emisiones de nitrógeno y emisiones de fósforo”. “Desde 1995 hasta 2015 ha aumentado un 50 % la retención en fósforo y nitrógeno en el animal, eso quiere decir que el animal es mucho más eficiente su alimentación, y por lo tanto, contamina menos”. “Es importante que las granjas se vayan monitorizando, en el sentido que se controle qué sucede en las granjas, dando una transparencia a lo que se está haciendo y una trazabilidad del producto”. Antonio Escribano “En torno a la dieta equilibrada existen muchos bulos”. “La carne avícola aporta proteínas de alto valor biológico, es decir, que posee todos los aminoácidos esenciales para nuestro organismo, algo que no tiene la proteína vegetal”. “Creo que con los sustitutivos de la carne se está cometiendo un fraude bastante importante porque no son sustitos de la carne. Que las cosas tengan apariencia y sabor no significa que sean lo mismo”. Jordi Montfort “2020 fue un año muy complicado y las exportaciones cayeron, como consecuencia de que el mundo se dejó de mover”. “El sector avícola en general es un sector con altas normas de calidad, algunas muy estrictas”. “La sostenibilidad es desde ya un gran pilar no solo de la producción avícola o cárnica sino de todas las políticas que tiene la Comunidad Europea, y esta responsabilidad normativa nos ha llevado a tratar de formar parte de los fondos europeas NextGeneration. “Un gran reto es ir al exterior con grandes productos de calidad, y lo vamos a hacer de la mano del ICEX, con un plan sectorial a los Emiratos Árabes Unidos, Japón y Hong Kong”
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