Carlos Quintana
UN FRAGMENTO DE LO SAGRADO Texto por: François Vallée
Esta revelación de lo divino por el conocimiento introspectivo del alma, he ahí la misión humana del arte. Hermann Broch
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o que me cautiva en la obra de Carlos Quintana es el enigma que constituye su arteria y su esencia, es esta práctica de una teoría mágica de la visión. Quintana pinta o dibuja para hacerse Vidente, hechizar, invocar a los espíritus, curar, adivinar. Algunos pintores adornan. Otros interrogan. Este es el caso de Quintana cuya obra no constituye sólo un intento de figurar, sino una teología en forma de imágenes o de esculturas, un acto de fe. El arte es religión, la religión es arte. Sus figuras, sus personajes, no son simples imitaciones de la naturaleza, sino la expresión gráfica de un pensamiento, la traducción a formas de una mística. Sus cuadros no son objetos, adquieren una corporeidad, la corporeidad de lo espiritual, de lo sagrado. Son una encarnación. Los personajes que representa parecen ídolos intocables, divinidades que ocupan un lugar asignado jerárquicamente en un ceremonial. Estos ídolos son sus muertos que él dibuja o pinta en el papel o en el lienzo, los recompone para hacerlos renacer en estado de pintura. Sus telas son como un sudario en cuyo espesor viene a imprimirse el alma de los desaparecidos que encuentran ahí una morada y el descanso. Carlos Quintana posee el don de la mirada, pinta lo que nuestro ojo velado no percibe, el otro lado de la cortina de los párpados. Sus cuadros tocan directamente el sistema nervioso, suscitan desconcierto, dan una impresión de inquietante extrañeza, de misterio. Petrificados en su inmovilidad soberana, bañados en la oscura claridad de sus santuarios, estos personajes (a través de los cuales se expresa el animal subyacente) parecen fuera del tiempo, o en un tiempo suspendido, sustraídos a la pesantez, levitantes, flotantes, y nos miran, nos confrontan, nos desafían, nos obsesionan. Figurar es para Quintana un juego fascinante, una encantación. Estas obras son gotas de silencio que nos absorben inmediatamente, el tiempo y el afuera en seguida están abolidos, se volatilizan. Quintana interrumpe, rompe… Quintana o el revés tratado como el derecho para escrutarnos desde todos los ángulos del lienzo, poblar nuestro vacío, abrir nuestra visión, conducirnos a nuestro propio descubrimiento y así conferir al arte una función de revelación ontológica. Carlos Quintana comparte la concepción de la pintura china clásica que no tiende sólo hacia la representación de las cosas sino hacia la identificación: no se trata de representar la montaña, sino de captar el espíritu de la montaña.
REPORTAJE
CortesĂa Magnan Metz Gallery. NewYork, USA. 2017
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CARLOS QUINTANA
Estudio del artista en La Habana. 2017
Antes que representar a la naturaleza, al hombre o al animal, la aspiración de Quintana es abrazar el propio movimiento de la creación y la calidad de su pintura no se mide por su capacidad de epatar, sino por la eficiencia del campo energético creado. De ahí que su pintura sea ante todo una pintura del trazo (su visión se hace gesto) cuya ejecución es espontánea, rítmica, sin retoques. Es el trazo el que prima en su pintura, es una línea de fuerza que organiza, estructura, insufla energía a sus composiciones y refleja el aliento vital, armónico. Pero la belleza de las pinturas de Quintana no sólo proviene de la fuerza y de la intuición del trazo, de la audacia del gesto global, envolvente y nervioso (la tela o el papel son espacios vitales, una entidad orgánica, en ellos aporta su cuerpo, se 4
mueve como en el universo e infiltra todos los niveles de su ser: su pintura no es un simple ejercicio estético sino una transubstanciación, una práctica que integra la totalidad de su ser, su ser espiritual, intelectual, pero también su ser orgánico ya que debe, mientras ejecuta, movilizar todo su cuerpo pues se trata para él de transmutar el mundo en pintura, insuflar el aliento-espíritu que lo anima, la sensación de pertenecer físicamente al mundo), sino también de las sensaciones colorantes que produce, esos rojos, azules, negros, blancos, marrones, ocres… Quintana es un colorista inconfundible, atrae el ojo pues el ojo es una parte del cerebro, el cuerpo en su totalidad no puede disociarse de él, hacer trabajar la retina, o más bien el nervio óptico, como Quintana lo propone, es pensar. Para
REPORTAJE
la pintura, ahí es donde radica el pensamiento y no en algún “concepto” inane (toda pintura es conceptual por definición), la pintura actúa en toda la extensión de nuestra sensibilidad y no sólo en nuestro intelecto, es especular y no especulación, es un signo antes de tener un sentido, el signo de un universo que no es el de los signos significantes. Carlos Quintana hace de su acción pictórica un acto intelectual de color y de poesía. Emplea el color como elemento estructural, como dimensión y como abstracción (al fin y al cabo, todo lo pintado es abstracción). Carlos Quintana es uno de esos pocos artistas que no se expresan en la pintura, el dibujo, la escultura: los expresa. Se dedica a su arte de una manera excepcionalmente intensa, total y obsesiva, lo que lo convierte en el demiurgo de un mundo de resistencia, un guerrero (cualquier acto de creación es un acto de guerra) frente al ruido del mercantilismo, del conformismo, de la ceguera, del filisteísmo y de la estupidez magistral. El impulso creativo siempre está presente en él, dibujar o pintar es una ocupación de todos los instantes. En cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, suele abrir un cuaderno o coger un papel y empieza a dibujar. El dibujo es justamente el punto neurálgico, el corazón de su obra. El dibujo
constituye la forma de expresión permanente y sistemática de Carlos Quintana, su diario íntimo, el alfabeto secreto de su pensamiento, un diálogo incesante consigo mismo. También lo es la escritura. Su pintura es verbal, siempre la acompaña unos textos (son sus ideogramas), textos llenos de humor, de poesía, de ironía, de absurdo, de prosaísmo (el arte nunca es casto), que se funden con las imágenes y constituyen otra imagen, su aliado sustancial. Carlos Quintana no es un artista de movimientos, de pertenencias, es un solitario que se prevalece de la historia del arte en su totalidad pero que se resiste a expresar de manera demasiado sistemática sus ideas sobre el arte, sabe que es difícil asimilar al mundo del lenguaje lo que se transmite al pensamiento por la mirada, sabe que el arte está maculado por una logorrea teórica, ruidosa y opaca que impide el contacto entre una obra y quien la mira. Sabe que la verdadera obra de arte está fuera de las leyes y las teorías, es un silencio, una oración que debe escapar a la conspiración del ruido.
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Orlando Almanza Pรก que sepan, los dos estรกn eliminao. 140 x 140 cm. ร leo sobre lienzo. 2016.
Orlando Almanza Unicornio dorado. 180 x 160 cm. Ă“leo y tinta sobre lienzo. 2016.
Yoxi Velázquez
HISTORIAS DE ESCENARIO Texto por: Estela Ferrer
Los motivos de las obras, cumplir sueños.
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oxi Velázquez (Holguín, 1988) es una creadora de atmósferas, una artista que gusta de disfrutar de la densidad estética de lo instalativo1. Tal vez por eso y debido a su pertenencia durante la academia a la 4ta Pragmática, colectivo plástico dirigido por el Premio Nacional de Artes Plásticas René Francisco, es que el performance deviene también herramienta vital dentro de su poética. Es egresada en 2007 de la Escuela de Nivel Medio El Alba, Holguín y graduada del Instituto Superior de Arte en 2015. Los amigos o La clase, instalaciones del 2009, ya evidenciaban el interés de la artífice por comunicar a través de este medio, valiéndose de la cualidad dúctil de diferentes materiales y del componente escénico. Por ello, parte central de todo su proceso de trabajo es la composición de la escena, la escala y tipo de personajes, y la elección de las luces. A partir de esta operatoria se estructura su discurso a la hora de expresar la colectividad a partir de su vivencia personal. Yoxi busca dotar de corporeidad los fenómenos sociales en que indaga a partir de sí misma, lo uno se amplía a lo múltiple. En esta rama, se hace vital la mención de su obra Alergia a los osos. La pieza alude a las ilusiones y sueños que se encuentran contenidos en la metáfora de un oso confeccionado a mano, y es difícil no repensar la infancia ante el magnetismo que emana de la figura bajo la calidez de la luz amarilla. Sin embargo, la empatía de Alergia a los osos se transforma en pura fuerza en The good dog, una de sus mejores piezas escultóricas y quizás también donde su capacidad para hacer coincidir múltiples referentes dentro de su arte se hace más evidente al ser el buen perro resultado de la fusión de varias razas. Es esta una de sus obras más complejas desde el punto de vista de la recepción artística. No sería hasta Nap2, su exposición de tesis de los estudios superiores, que aparecería por primera vez en su trabajo escultórico la figura femenina. Las piezas -realizadas con resina epóxicaconstituyen autorretratos que se detienen en el estado del sueño como espacio para las utopías y los deseos.
1 Tomado del proyecto Historias de Amor, muestra bipersonal realizada junto a Daniel Madruga en la galería Casa 26 de Génesis Galerías de Arte. La Habana, 2016. 2 Pabellón Cuba. La Habana, 2015.
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REPORTAJE
De la serie Sueños - Ciudad Acción # 3. (120 minutos). 2011
Una parte importante en su quehacer es, sin dudas, su participación en Ciudad generosa, intervención que tuvo lugar durante XI edición de la Bienal de La Habana. Dentro de Ciudad generosa en su espacio Banco de nubes llevó a cabo tres acciones que invitaban al público primero, a compartir de acuerdo a presupuestos muy ligados al arte relacional; segundo, un proceso introspectivo dentro del escenario creado que aludía a los afectos y finalmente, en el marco de la ciudad su cuerpo atrapado por el entorno al estar bajo un círculo de cristal como parte de la serie Sueños inconclusos.
El camino del performance lo seguiría después. Circunstancia (2010), Rezos (2011) y Open (2013) son tres acciones performáticas que ilustran la filiación de su trabajo a temáticas sociales al tomar como punto de partida fenómenos de esta arena. En Circunstancia, interesa la idea de descolocación o relación del ser con un espacio impuesto y cómo el cuerpo no soporta la presión; mientras Open presenta al cuerpo como un objeto vendible, abierto a una transacción comercial. En la fotografía o en caso de la documentacón de los performance, fotoperformance, se detonan otras capas 9
YOXI VELĂ ZQUEZ
Open. Performance. 120 minutos. 2013
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REPORTAJE
The good dog. Escultura en resina epoxi. 112 x 30 x 62 cm. 2013
importantes de sentido dentro de su trabajo, que se inclinan más hacia lo político: Colección de sueños inconclusos (2007), la serie Militantes (2010), Pata de elefante y I love Cuba (2012) son piezas importantes en este tema. Las reflexiones se centran en los roles sociales al asumir determinada postura ética y en la frustración personal dentro del contexto. Al mismo tiempo, en ocasiones la artista prefiere detenerse en obras de un marcado enfoque de género. Su mirada se centra en los clichés que acompañan las visiones de lo femenino, las relaciones entre el cuerpo como espacio privado y público y las relaciones filiales que se mantienen a lo largo del tiempo. Son todas imágenes de gran fuerza que seducen no sólo por los
encuadres elegidos y los símbolos con que hace dialogar a su propio cuerpo, sino por la expresividad que le aporta el blanco y negro. En conjunto, la obra de Yoxi Velázquez destaca dentro del panorama del arte cubano contemporáneo y en su marco generacional por la sobriedad en la ejecución, la concreción de problemáticas sociales que parten de lo individual para hablar de la colectividad, la sutileza de la metáfora, el enfoque de género y la dramaturgia escénica. Son historias de escenario.
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Lancelot Alonso Claro de luna. 190 x 140 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017.
Alan Manuel González Comunismo, Cadena y CocaCola, o CubaCola. Serie Dichoso el hombre que... Santiago 1.12. No.82. 130 x 100 cm. Acrílico sobre lienzo. 2017.
Kmilo Morales SILENCIO PALPITANTE Texto por: Yenny Hernández
Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio. Mario Benedetti
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intar es una práctica que requiere paciencia, disciplina, sabiduría, generosidad, diligencia, meditación. Es crear un lugar de contemplación, quizás para meditar sobre la pintura misma... Es la combinación de lo físico con lo espiritual. Es hacer un viaje, adentrarse en el proceso y habitarlo, es tomar todas las experiencias y plasmarlas en un área en blanco que termina por convertirse en un lugar, un espacio, un templo. Así refiere Kmilo Morales (Las Tunas, 1990), joven artista cubano, cuando pretende explicar lo que para él significan el acto de pintar y las sensorialidades que de ahí se desprenden. Y es que una paz abrumadora y a la vez un desafuero inquietante son las sensaciones que se generan en mí cuando estoy frente a las obras de Kmilo, lo cual supongo conjuntamente con otra serie de diferentes emociones, también se produzcan en los demás receptores. Precisamente esa sensación de desplome, de pesantez a la vez que inmovilidad se sentía una vez que entrabas a la galería Galiano y apreciabas las dos impactantes obras de Kmilo en su exposición bi-personal junto a otro joven artista cubano, Gerardo Liranza. Y me permito remitirme precisamente hasta ese momento, hasta esa muestra y hasta esas obras en específico porque a partir de ellas considero necesaria la articulación de mi discurso para con este texto. Apreciando detenidamente Mañana es otro día (2016) y El último refugio (2016) y recordando los primeros trabajos de Kmilo por allá, por el 2014, se evidencia una bienaventurada evolución y derivación de un período respecto al otro que merece un estudio continuado. Siendo así, se hace necesario señalar que en sus más recientes producciones no abandona los referentes a la cultura oriental a los que se adhirió desde sus primeros trabajos. El budismo zen (Marea baja, 2015), la alusión a los jardines japoneses (Sin título, 2014-2015) y la recurrencia de terminologías en lengua japonesa como anclajes y títulos de algunas obras (Satori 1, 2015 y Do, 2016) siguen marcando un ritmo fuertemente presencial en su carrera. No obstante, ya en Mañana es otro día y El último refugio se advierten “pinceladas” de aires nuevos en su manera de percibir, concebir y proyectar su arte. En ellas, y en otras piezas también pertenecientes a esta etapa más reciente de su producción, ha desencadenado un modo de hacer hacia la síntesis recurriendo para ello a la carga semántica y visual que le ofrecen el pigmento, la línea y la luz como pilares, cual columna vertebral, a partir de los cuales irradiar su poética. Ambas piezas funcionan como espacios flemáticos que dan cabida a todo y a todos desde el reflejo producto de la intervención del espectador (Mañana es otro día) y la incidencia de la luz a propósito en el lienzo (El último refugio), que potencian a su vez las marcas,
REPORTAJE
Mañana es otro. 210 x 150 cm. Acrílico sobre lienzo y led. 2016
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KMILO MORALES
El último refugio. Políptico. 195 x 195 cm. cada uno. Acrílico sobre lienzo y led. 2016
empastes y texturas enérgicamente visibles y necesarias para cerrar el círculo hermenéutico de su codificación. Tanto la zona negra como ese mar gris dan entrada a todo y a su vez se nutren de ello. Se genera así una reciprocidad, un toma y daca que favorece y respalda tanto al cuadro como al receptor. Ambos se nutren de lo que el otro puede ofrecer y ofrece. Uno se completa de la existencia del otro y en ese sentido es una obra interactiva, resultado de un trabajo procesual que continúa cobrando sentido y contenido aun después de que Kmilo ha concluido la faena pictórica tal cual. La intervención de un agente externo completamente diverso y desconocido como lo es el espectador es imprescindible; viene a ser ese elemento totalmente necesario para el completamiento epistemológico de la pieza. Sin dejar a un lado aquellos primeros trabajos, y tomándolos 16
como certeros pasos en su camino artístico, Kmilo ha avanzado un peldaño más en la manera de concebir sus obras. Se ha distanciado de los escasos elementos figurativos que poblaban sus lienzos para transitar hacia una pintura procesual a la vez que mínimal e incluso abstracta por momentos. Pero en este caso no se trata de un trabajo procesual descontrolado por la agitación emocional e introspectiva de su creador. Es una pintura gestual a conciencia reveladora de los movimientos que hicieron posible su concreción y que da como resultante obras sugerentes a la vez que contenidas, traslúcidas a simple vista y repletas de conceptos al unísono, muestras de un silencio desplomado a la vez que una reacción pausada en esas líneas rastrilladas, manipuladas de manera seriada que vibran visualmente y atrapan al espectador más distante para seducirlos ante su geometría suave y delicada,
REPORTAJE
para hacerlos naufragar en esas ondas de mar que Kmilo repite. Pero me refiero a una repetición en el sentido netamente técnico y procesual mas no discursivo. Repetición que no llega, ni por asomo, al calificativo de aburrimiento o redundancia, sino en busca de la provocación medida, de despertar la exaltación desde una postura meditativa frente a las obras, una contemplación experimental más que sensorial y de saboreo retiniano. Ambos lienzos resultan un receptáculo para cada espectador, como una suerte de capilla o templo al cual ir a confesar las pasiones internas, los malestares y los éxitos, las derrotas y las necesidades, los logros y las conquistas, lo que somos y lo que queremos ser, lo que el alma nos dice y lo que el corazón nos provoca hacer, el todo y la nada, la grandeza y lo minúsculo, el vacío y el silencio, la introspección inherente y el desasosiego
arraigado, la vida y la muerte, la vida y la no-vida: emociones, comportamientos, ideologías, perspectivas, sensibilidades, costumbres, acciones y reacciones que nos definen, nos complementan, nos desbordan y que al interior de esos lienzos parcos, aparentemente tranquilos y silenciosos están recogidas. Las obras mencionadas, junto con otras del mismo período e incluso con las más recientes, solo constituyen la punta de la lanza en la maduración y solidez profesional de Kmilo Morales. Ello comprende un estribo de superación estética, técnica y discursiva respecto a momentos iniciales de su joven carrera. Un crecimiento positivo que requiere estar al tanto de las nuevas y futuras propuestas, que de seguro irán in crescendo en todos los sentidos, de este joven artista a quien catalogo como un pintor del silencio palpitante. 17
Dayron Gallardo Y el tiempo se detiene para mirar la espiga. 100 x 130 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017.
Alexander Molina Huella. 60 x 80 cm. Ă“leo sobre lienzo. 2016.
Ángel Delgado
DISCURSO AUSENTE Texto por: Laura Arañó
Los medios de masas de verdad intentan distraer a la gente. Noam Chomsky
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uando en 1968 Antonia Eiriz realizaba su serie de tribunas, aún no sospechaba la repercusión que su obra tendría dentro de las artes visuales cubanas y cómo su trabajo inspiraría a generaciones de creadores. Ángel Delgado (La Habana, 1965) heredaría, si dudas, el espíritu irreverente y la mordacidad plástica de Antonia. La obra de Delgado no ha claudicado en su crítica sobre los límites, la censura y la incomunicación. Su trabajo -aun ante la lejanía geográfica a la que ha sometido su carrera -no ha minimizado su interrelación con el llamado arte “hecho en Cuba”, mas es posible rastrear una suerte de desterrioritalización de su lenguaje. Ha transformado su experiencia personal en personaje anónimos que se convierten prácticamente en signos. En algunas de sus series, como por ejemplo Historias paralelas (2007, impresiones digitales sobre pañuelos) sus obras se cuestionan los márgenes físicos. Se apropia de vistas fotográficas de la vida en la cárcel y encima de las impresiones ubica un sutil dibujo de sus seres inconclusos. Este recurrente motivo iconográfico sospecha ser un alter ego del artista convertido en una suerte de Hombre -en su sentido más universal-. Su gradual interés por regresar a la pintura en los últimos años, aproximadamente desde 2010, resultó ser un proceso en el que abandona algunos de sus mecanismos y procedimientos asiduos, e incorpora otros asuntos en sus piezas. El homeless irrumpe el lienzo para oponerse al hombre de trajes amarillos y verdes. Los paisajes incómodos de Ángel Delgado nacen en los intersticios de un aislamiento cada vez mayor. Estas pinturas en las que hibridaba la impresión digital y la pintura, los paisajes revelan un cierto aire onírico, probablemente procedente de la mixtura de personajes y objetos. Por otro lado, el conjunto de trabajos más recientes que Ángel Delgado ha venido desarrollando, aun cuando continúa utilizando sus figuras mutiladas, reconocen un nuevo tópico dentro de su obra: la manipulación mediática. Ciertamente, los cuestionamientos hacia las libertades políticas, físicas y de pensamiento han sido un leitmotiv en el trabajo del artista.
REPORTAJE
Discurso ausente XVI. 140 x 140 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017
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ÁNGEL DELGADO
Discurso ausenteVII. 150 x 203 cm. Acrílico sobre lienzo. 2016
Discurso ausente explora desde la ambigüedad propia de la figuración de Ángel el extrañamiento –a ratos kafkianos– que produce el sensacionalismo de la prensa y los medios de comunicación contemporáneos. En este tipo de trabajos el artista ha utilizado las noticias publicadas en primera plana, tanto de la prensa plana como digital, y las reduce a abstracciones, manchas de color en las que apenas son legibles algunas letras. La apariencia, tal vez decorativa, de los fondos textuales de estas pinturas banalizan los discursos ideologizantes sostenidos por los medio de comunicación. Sobre estos fondos se erigen escultóricos esos seres anónimos que meditan, fraternizan, se avalancha sobre los lienzos. 22
La hibridez entre las huellas de los titulares y los personajes recrean un ambiente de inquietante tranquilidad. Estos discursos ausentes, vacíos, pero repletos de hombres de traje que parecieran vaticinar el futuro, reflexionan sobre esos mecanismos en los que ese “poder mayor” -que ha dejado de ser Dios-, nos abduce y nos hace creer en políticas sin sentido que se nos revelan cuasi divinas.
REPORTAJE
Discurso ausente X. 172 x 150 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2016
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Maikel Sotomayor Isla infinita. 200 x 200 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017.
Julio Figueroa Beltrรกn Reflected Depths. 198 x 183 cm. ร leo sobre lienzo. 2012.
Medialuna ANGRY BIRDS Texto por: Carlos Gámez
Este mundo, eternamente imperfecto, imagen, e imagen imperfecta, de una contradicción eterna. Friedrich Nietzsche
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s el movimiento de las artes visuales un espacio donde confluir sin timidez, un receptáculo para enunciar ideas semejantes, sin obtener contradicción ni pelea alguna. Pero no todos caminan con igual levedad en el compromiso con el arte, algunos cargan pesos reales, esos que te laceran el alma si no los sueltas, si no los pasas de a poco. Los jóvenes son algunos de esos mulos que se aprovechan de las causas perdidas en la historiografía para solventar su presente. Por lo tanto, de ellos dependen las posturas equidistantes del movimiento entre ética, estética, mercado y moda. Con una coreografía manejada desde lo milimétrico, se pueden sortear los pasos básicos sin parecer común, y estar en la categoría Novel. Medialuna es un colectivo de dos: Alfredo Coello y Osmani Domínguez, ambos con formación académica, ambos con inquietudes serias en el arte y sus caminos adyacentes, ambos preocupados por la forma de exponer su postura sin parecer dogmáticos, anquilosados. La llegada de la muestra personal Pirulí en la galería Carmelo González, de la Casa de la Cultura de Plaza, fue un modo de concentrar su obra para adquirir una voz pública, una presencia bautizada por el establishment como real. Entonces sus obras, que por momentos se habían concentrado en una producción específica, XII Bienal de La Habana, tomaron el camino de los colectivos en el arte cubano actual, junto a Los Carpinteros, Stainless, los Serones y Squirlas. Las obras de su actual producción se concentran en el imaginario objetual, es decir, como trabajan desde la escultura y la pintura, pueden obtener versiones bidimensionales, con un cierto guiño a lo tridimensional, y a su vez autónomas e impredecibles. La formalidad de sus piezas tiene como principal centro el carácter polifónico de cada objeto(s) construido por sus manos. Pues nunca serán reflejo realista de lo conocido por el espectador en su diaria vivencialidad, sino la mixtura entre la filosofía e intencionalidad de los autores, junto a la pátina del arte exquisito, ese preocupado por las texturas, luces y barnices. Medialuna es un grupo que tuvo como principal motivación de nacimiento la necesidad de crear obras en una clave similar desde puntos de vista diferentes. Entonces, con posturas creativas que se complementaban, decidieron llamarse, como
REPORTAJE
Resistencia. 150 x 120 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
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MEDIALUNA
Caridad. 120 x 150 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
el lugar que los había formado desde niños, como el pueblo que les dio esas posturas éticas que hoy defienden a partir del sofisma, como principal manière de creación. Cierto es que muchos jóvenes no se ocupan de sus principios conceptuales, de las ideas que provocan a partir de sus obras. Sin embargo, este colectivo personal lleva como bandera: la pregnancia de esos matices que nutren la cotidianidad de un background sofisticadamente violento. Son obras que se ocupan de narrar los subtítulos de las acciones, la palabrería que se le puede extraer a una escena intimista de una guagua, de una 28
cola, de la despedida de un padre en la puerta de la escuela. Cada una de las piezas lleva esa profunda intensidad de pensamiento que se debate entre el material que será escogido para representar la textura del referente real, y a su vez, el mito que lleva la metamorfosis que luego será visionada como objeto en el espacio. Las inspiraciones reales son manipuladas a partir de su visualidad, de la mirada que ellos quieren obtener. Son trabajadores de una óptica particular de Medialuna, Granma, porque no hay necesidad de venir a la urbe a convertirnos en citadinos, si aún queda tela por cortar en la trastienda.
REPORTAJE
Pirulí. 120 x 150 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
Muchas de las primeras obras de este dúo provienen de su anterior vida, esa que hoy da los frutos complejos de una actualidad fresca, urbana, y una sensación de eterno resabio. Algunas obras como Caridad, (mixta-lienzo, 120 x 150 cm) tienen cierta relación con su versión objetual que las distancia para obtener dos tipos de público en una misma enunciación. La Caridad, (escultura, 200 x 90 cm de diámetro) es un cuerno de la abundancia que se nos presenta en su hechura desde la agresividad del alambre de púas con que se ha tejido, mientras que la pintura lleva igual figuración, pero matizada con el
fondo neutro, las luces en la estructura y los tonos oxidados que funcionan como sello en el resto de las piezas. Para comenzar los pasos en este ámbito, la postura frente a la obra de arte es fundamental, no se ve con igual nitidez con la pupila dilatada, lentes de contacto o con el ceño fruncido. Hay que saber mantener el equilibrio para seducir un enjambre de ratones, hay que tocar muy bien la flauta para callar a esos otros pájaros.
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Alfredo Mendoza Vestigios del pasado. 130 x 130 cm. Ă“leo sobre lienzo. 2017.
Vladimir Sagols Serie Evas. 115 x 113 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2011.
Yohy Suárez
EL PROCESO Texto por: David Mateo
Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro. Confucio
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s en el dibujo donde se manifiestan las principales habilidades y artificios técnicos del joven artista Yohandrys Suárez, más conocido entre sus amigos como Yohy. Cuando comenzaba a trabajar con sus obras y a indagar en sus procedimientos artísticos, escuché decir a varios jóvenes que estudiaron con él en la Academia San Alejandro que era uno de los mejores dibujantes de su promoción. Y muy pronto me percaté de que estaban en lo cierto, que Yohy no solo posee una destreza natural para el delineado de las imágenes, sino también una habilidad, que no abunda en estos días, para abordar la representación desde cualquiera de sus perspectivas: la de la imitación y la de la improvisación. Juntos cubrimos una trayectoria larga en la curaduría de esta muestra, asentada en los presupuestos del paisaje. Comenzamos, como es lógico, por el esclarecimiento de un perfil temático: la Habana y su memoria histórica, un tema que venía interesándole desde hacía ya algún tiempo, y luego decidimos concentrarnos en la habilitación y el perfeccionamiento de los recursos representativos de la serie. Buscamos información sobre determinadas épocas de la ciudad, algunos datos primordiales, costumbres, anécdotas, en especial de aquellas etapas entre 1901 y 1952 en las que todavía circulaban los tranvías públicos, y hasta recabamos los consejos de algún que otro especialista de lujo, como el periodista e investigador Ciro Bianchi. En varias oportunidades dimos por concluida la serie, y por ciertas inconformidades volvíamos a revaluarla y a retomarla desde cero. Confieso que pocas veces he podido experimentar un proceso tan extensivo y dinámico como este, el cual no hubiera sido posible sin la voluntad y el anhelo de evolución del artista, y sobre todo sin esa prolífera capacidad de producción que le caracteriza. Para él no parecía constituir un esfuerzo demasiado agotador el tener que hacer y rehacer los cuadros a partir de mis sugerencias y las evaluaciones asumidas de manera conjunta. Al menos eso era lo que me demostraba, lo que me ofrecía como estrategia para mantener activo el contacto y la expectativa. Llegó un momento, incluso, en el que las temáticas de época y su abordaje alegórico fueron pasando a un segundo plano frente a nuestras preocupaciones por los valores exponenciales y expresivos de las obras. El ciclo de trabajo con Yohy terminó hace apenas unos días, en el momento preciso en el que esas dos variables técnicas de su dibujo, la imitación y la improvisación, lograron converger para hacerse aún más interactivas, complementarias, en la factura de los dos o tres primeros lienzos de la exposición. Tras el esfuerzo por alejarse de la mímesis, por eludir la formalidad y el detallismo compositivo de la arquitectura, de
REPORTAJE
Nómadas. 150 x 200 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
los sujetos que aparecían en sus cuadros, y en el afán por arribar a un tratamiento del entorno desde una óptica más sugerida, insinuada, fue que dimos con los componentes primordiales de esta nueva propuesta artística, que estoy seguro marcarán por un buen rato la impronta visual de su obra. Me refiero al uso combinado de tres aspectos esenciales dentro de la composición: una estampa de época insinuada desde el fondo del cuadro, el despliegue sobre ella de un artificio o velo de carácter transicional, y la recreación en primer plano de seres y animales fantásticos, como una especie de gran descarga expresionista. No caben dudas de que se ha alcanzado el mejor ambiente para
el fomento de las potencialidades imaginativas de este creador, en el que se mezclan intuición y racionalidad, orden y caos. No por gusto la primera exposición en la que todos estos elementos aparecen juntos lleva el título suspicaz de La gran barricada… Fue a través de esas búsquedas formales, metodológicas, que el artista tuvo además la oportunidad de descubrir lo que creo que es una nueva arista metafórica para esos paisajes suyos de la memoria, que se aleja cada vez más del matiz testimonial que lo motivó en un principio. Se trata de una evocación simbólica de la ciudad, de su historia de vida cívica, a partir de la noción de lo fantasmagórico o espectral. 33
YOHY SUร REZ
La contaminaciรณn. 200 x 150 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
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REPORTAJE
El aĂąo del cocodrilo. 200 x 230 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
Los errantes. 130 x 180 cm. Mixta sobre lienzo. 2017
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Lisyanet RodrĂguez Hunting Butterflies II. 244 x 193 cm. Carboncillo y acrĂlico sobre lienzo. 2017.
Robin Pau Habitaciรณn. 110 x 80 cm. ร leo sobre lienzo. 2016.
Juanma García CUADRO DE HISTORIA Texto por: Estela Ferrer
La historia los juzgará. Salvador Allende
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esde una estética un tanto medievalista toma cuerpo la obra figurativa de Juan Manuel García. Egresado de la Academia de Artes Plásticas Leopoldo Romañach en 2008, su trabajo se inserta en un camino donde la historia desdoblada en íconos, héroes, fechas, es basamento para cada una de sus composiciones pictóricas. La historia como constructo anima las elecciones de este artífice cuyas obras no se limitan sólo a la pintura, ya que también incursiona en la escultura. Por ello, en varias oportunidades sus lienzos aparecen poblados de estatuas de espacios públicos, esculturas monumentales donde, a ratos, puede observarse la figura en su totalidad o su referencia a través de un pequeño fragmento. A partir de esa conjunción de elementos -las posibilidades de los empastes y las cualidades inherentes a las formas escultóricas- Juanma García organiza su discurso visual y elige como tema la reflexión sobre el presente de su país natal. Es esta una postura que emparenta su arte con múltiples poéticas de artistas de su generación que en los últimos tiempos se han centrado en el horizonte de vivencia para desde la arena social encaminar sus obras y así, desatar cada una de sus cavilaciones. La recurrencia a estos monumentos municipales, pertenecientes a la etapa republicana, nos permite tener una lectura más completa de su trabajo. Juanma se interesa por la historia depositada -casi dormida- dentro de cada uno de los monumentos. Las estatuas en su imparcial movilidad pero no desgaste, apuntan hacia los conceptos de temporalidad e historia, así como evidencian la alta carga semiótica que acompaña a símbolos e iconos públicos urbanos en la isla. Usa, entonces, el artista una solución donde se vale de la ironía y de las posibilidades expresivas que ofrece el encuadre, como recurso fotográfico aplicado a la pintura. García saca partido de las condiciones inherentes a la madera como soporte, dígase sus cortes, ralladuras y desgastes a la hora de elegir los temas a mostrar en este material. Generalmente son piezas que comentan acerca de la identidad
REPORTAJE
National Circus. 122 x 91 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2016
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JUANMA GARCÍA
Delayed ight. 65 x 90 cm. Acrílico y óleo sobre madera. 2016
de la nación cubana mediante la religiosidad al apelar a la representación de santos como la Virgen María o en la relación entre la emigración, los próceres y las generaciones más jóvenes tal cual puede apreciarse en la obra Delayed flight. En cuanto al orden compositivo de las piezas, sus cuadros semejan frisos debido a sus divisiones internas en dos niveles. Por tanto, la lectura se presenta ordenada y cada elemento puede ser analizado con igual importancia. Apoyado por los fondos neutros y las gamas de colores tierra y dorados, Juanma pone en relación aviones y pueblos o desplaza las reflexiones 40
hacia el espacio de la ciudad. La propia disposición elegida y el material apoyan la visión central de estancamiento. A veces la lectura final de la obra como conjunto deriva, en gran medida, de la conjunción de varios elementos como es el caso de Seppuku que refiere el suicidio ritual japonés y alude al sacrificio de sangre que es parte de toda causa, siendo también válida la metáfora para el proceso cubano. Esta es una de las piezas donde se hace evidente la influencia en su hacer de los códigos del Pop-Art, lenguaje heredado de las vanguardias, pero ya pasado por su tamiz y que proporciona efectos muy
REPORTAJE
Seppuku. 91 x 122 cm. Acrílico sobre lienzo. 2017
atendibles, sobre todo en los contrastes entre violentos rojos y amarillos de las obras hechas sobre madera. Aunque también se contempla entre sus principales referentes las creaciones de Tom Wesselman, Anselm Kiefer, César Beltrán y Gustavo Acosta. En los trabajos de Juanma García, existe una carga de energía que posee la fuerza de transformarse en obra sólida, inteligente y movilizadora; es sólo cuestión de situarse, mirar con calma el pasado y analizar con aptitud el panorama social contemporáneo. La tradición de arte político en Cuba es basta, y los ochenta que no fueron light dieron lecciones estupendas de
cómo una obra siendo contestataria podía, al mismo tiempo, ser ejemplo de sobriedad, argucia, investigación, sin desligarse del horizonte temporal que motivó su nacimiento. Seguir contando sobre el acontecer social y político de la Cuba actual desde la distancia, tiene sus trampas, pero Juanma sabe cómo sortearlas con mucha destreza.
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Juan Miranda Paisaje para el alma 2. 19,5 x 22 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017.
Katerine de la Paz Dos manos mĂĄs de verde. 100 x 100 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2016.
Reinier Luaces INVOLUCIÓN Texto por: Lisset Alonso
Los muertos sólo tienen la fuerza que los vivos les dan. Javier Marías
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unca una sonrisa, ni siquiera una leve, se vislumbra en el rostro de los grotescos seres que habitan el universo plástico desplegado por el joven artista villaclareño Reinier Luaces. Sus cuadros están lejos de la pintura lamida, dulzona o superficialmente agradable. Y no podría ser de otro modo: él, como Quevedo o Rabelais, ama demasiado a la humanidad para no atreverse a criticarla, a iluminar sus estratos menos atractivos. “El arte no es sólo un modo de vivir, sino más bien un modo de pensar”, esta es la filosofía que rige su creación. Involución se convierte entonces en una quizás no del todo agradable excursión “detrás de la fachada”, a la cara oculta de ese pensamiento evolucionista que desde Darwin y August Comte nos fue impuesto por la vorágine “civilizatoria”. Cabezas truncadas, rostros ausentes, taciturnos, despersonalizados; ojos entristecidos, apagados; y silencio, un silencio que lo invade y lo corrompe todo: de eso se componen los desgarradores cuadros de Luaces. Su pintura es un abrevadero de emociones, de sentimientos que revelan un acento fuertemente antropológico, una necesidad irrefrenable por plasmar las miserias, angustias y conflictos existenciales del ser humano. Aparentemente inocuos, sus personajes se presentan como testigos de la desidia que invade las sociedades contemporáneas. Han sido condenados a vivir bajo el hado de la soledad y el aislamiento. Son individuos enajenados, sufridos, que han perdido hasta la última de las utopías. Pero no es “el drama del hombre” -genealogía que partiera de la vanguardia histórica y que se travistiera una y otra vez a lo largo de más de un siglo- el único protagonista de sus obras. Imbuido de una sensibilidad posmoderna que le permite reciclar lenguajes del pasado para hablar desde su presente, Luaces mezcla el expresionismo más desenfadado y gestual con un amplio repertorio de apropiaciones, en el que pueden advertirse operatorias que van desde el bad painting hasta un cierto ideal pictórico asiático. La pincelada suelta, vertiginosa, el grosor del empaste, el uso arbitrario y antojadizo del color lo colocan muy a tono con ese renovado giro pictórico
REPORTAJE
Estamos pasando por un momento dificil. 230 x 140 cm. Mixta sobre lienzo. 2015 Hans Joachim Berners Collection. Colonia,Alemania
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REINIER LUACES
Ruido en el sistema. 130 x 180. Mixta sobre lienzo. 2009
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REPORTAJE
Presagio. Intalación. Óleo sobre madera, libros y PVC. Galería Galiano, La Habana. 2016
que desde hace unos años comenzó a hacerse visible dentro de la más novel plástica cubana. Son ellos los que le confieren cariz contemporáneo a sus obras, y no precisamente los temas, estrategias discursivas o motivos de representación. Sin importar si es un lienzo, un trozo de madera, o un viejo disco de vinilo, Involución es únicamente un botón de muestra
del portentoso caudal creativo de Reinier Luaces, un artista que viene, como la mala yerba, abriéndose camino dentro del agitado panorama estético de esta convulsa y agitada ciudad. Así que aprovechen, quien sabe cuándo tendrán nuevamente nuestros sentidos la oportunidad de ser seducidos por las dramáticas entelequias de este desenfrenado creador.
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Elvis CĂŠllez Let it be. 76 x 135 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2013.
Luis Miguel Rivero Estudio de modelo con tapiz de flores I. 130 x 163 cm. Ă“leo sobre lienzo. 2016.
Daniel Madruga
PENSAMIENTO METAFÓRICO Texto por: Hortensia Montero
El lienzo es un campo de batalla interminable. Antonio Saura
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l discurso estético de Daniel Madruga, se inserta en el contexto cultural con un original repertorio simbólico, que constituye una interpretación metafórica de la historia nacional asumida desde una mirada crítica de la sociedad. La estructura conceptual de su reflexión examina el comportamiento del individuo en un diálogo que se produce entre el artista y su entorno, recreando las tensiones que existen entre ética, estética, arte y política, a partir de referencias latentes en su memoria. Reflexiona sobre el individuo y las implicaciones conceptuales del acontecer diario desde una sugerente estrategia estética estructurada con un lenguaje singular. El proceso conceptual de sus reflexiones asume un discurso metafórico, que se nutre de su experiencia vital, para sondear aristas políticas, éticas, emotivas, estéticas, psicológicas y teológicas que revelan su compromiso con la sociedad. En sus caprichosas composiciones se expresan su observación del comportamiento humano. Interesado en el abordaje del drama existencial de la sociedad cubana contemporánea, su propuesta artística se vale de la representación de cuerpos de animales utilizados como recurso expresivo. Ajeno a las comunes estructuras ideológicas, examina el proceder del individuo con imágenes inquietantes en una composición que subvierte el sentido original de los sucesos y pone en crisis la noción de la realidad. Semántica Zoocial constituye una amplia colección, de un enorme impacto, compuesta por series resueltas con diferentes soluciones formales, que conforman una sugerente producción simbólica realizada en pintura, dibujo y video. En la estructura formal de su discurso estético, el animal se convierte en el protagonista de la obra de arte y constituye un ente capaz de asumir actitudes propias del ser humano al expresar ideas, sentimientos, deseos y emociones mediante metáforas. Lengua Muerta es un conjunto de exponentes de pequeño formato realizados en plomo. Las ideas que se proyectan corresponden a una metáfora ambigua (optimistapesimista) en una representación original y sugerente. Son imágenes inspiradas en el pasado y respaldadas por el título. En Todo lo que parece «dorado» aprovecha las cualidades del sentido de esplendor y falso poder que simboliza este color. Amparado en esta estructura engañosa, se concentra en representar escenas polémicas de fenómenos sociológicos asumidos desde una postura controversial. Crea obras provocativas, cuyo referente social se asocia a la representación de un pensamiento obsesivo.
REPORTAJE
El secreto de los dioses. 200 x160 cm. Carboncillo sobre lienzo. 2017
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DANIEL MADRUGA
Fantasía. 5 x 5 x 2,5 cm. Juguete, plomo y pintura. 2017
Los antojos de Diana y Morfeo conforman un sólido conjunto pictórico, que constituye el antecedente de Paranoias. Ambas series comparten el gusto por la imagen del animal y la presencia de cada especie aparece en escenas donde se exterioriza el comportamiento natural. Simbolizan comentarios sobre estados, acciones, sucesos y comportamientos del individuo, magistralmente recreados a partir de la subversión del acto lógico en cada propuesta. Historias en la nieve está compuesta por dibujos de variados formatos que narran, metafóricamente, escenas del comportamiento animal. Cada diseño se complementa con la adición de comentarios acerca de diversas acciones del individuo, que son asumidas como una subversión del acto lógico. Patria y Libertad es un video basado en una expresión nostálgica de la historia de un paisaje. La representación del pasado y el presente se confrontan tras el paso del tiempo. En esta confrontación se trata de entender el presente y se lucha contra el pasado, pero lo más importante no es quien es derrotado, sino el carácter de la querella donde “la historia es una vez más la prostituta que se viste de virgen”, según revela el autor. Su fauna representa al individuo y su comportamiento dentro de la sociedad. Cada propuesta constituye una idea comparativa entre una imagen real y una visión absurda, irónica, basada en 52
una referencia cultural asumida con un tratamiento metafórico. Utiliza el referente mitológico para crear teorías acerca de la confrontación de un fenómeno determinado o de un comportamiento que es recreado desde el absurdo. En su estrategia formal, el autor se apoya en el símil y la metáfora en su estrategia artística, en la cual se mofa de lo convencional al revelar los conflictos de la sociedad mediante un referente mitológico mediante una propuesta que subvierte la conducta y favorece la tensión creada por las contradicciones entre el individuo y su contexto. Su imaginario constituye un despliegue de alusiones absurdas y cínicas de la interacción de temas como política, muerte y destrucción. El peligro y el caos justifican el comportamiento humano asumido con un sentido metafórico de connotaciones conceptuales y culturales. Evoca posibles realidades en un discurso que se nutre de lo insólito con contenidos de enorme impacto, que establece un vínculo entre lo real y lo absurdo, secundado por referencias culturales desde un matiz irónico. Se aprecia la recurrencia obsesiva de remitirse al cuerpo de los animales, utilizado como un recurso expresivo en su fértil imaginario, resuelto con una fascinante iconografía que aborda asuntos sociales contemporáneos y ponen en crisis la existencia humana con un tratamiento fuera de lo convencional.
REPORTAJE
La verdad sobre el tapete. 200 x 160 cm. Lรกpiz Conte sobre lienzo. 2017
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Alberto RodrĂguez GenealogĂa del no lugar. 70 x 100 cm. Tinta sobre cartulina. 2016-2017.
Gerardo Liranza Reconversiรณn. 150 x 200 cm. ร leo sobe lienzo. 2016.
Carlos Zorrilla
UNA PINTURA DE POSIBILIDADES Texto por: Daniel G. Alfonso
Cualquier cosa puede volver loco a un hombre porque la sociedad se asienta en bases falsas. Charles Bukowski
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ada vez que inicio la escritura de un texto determinado sobre pintura, en el que reflexiono y analizo la trayectoria del creador, me enorgullece decir (en este caso escribir) que la pintura sigue viva y avanza a pasos agigantados. En el contexto cubano es un fenómeno que no tiene límites y cada día que pasa, la manifestación sigue ganando adeptos. Detrás de cada lienzo, óleo, acrílico, mancha y gesto se esconde una gran historia y relato muy personales; la tela viene a funcionar, entonces, como un contenedor de ideas y de experiencias. En este caso se hará referencia al joven artista Carlos Zorrilla y su labor creativa, proceso que ha evolucionado de tal modo que podemos afirmar que él ya tiene un estilo e identidad propia en el panorama actual del arte cubano. Su producción, marcada por la pluralidad, nos habla de una ruptura con las fronteras culturales lo que permite y hace énfasis en la universalidad; es decir, presenta una obra con matices internacionales y de contenidos esencialmente emocional y ligado a sus inquietudes. Su discurso construye puntos de encuentro con generaciones anteriores, puntos que le funcionan para iniciar un modus operandi que Carlos pretende convertirlo en único e inconfundible en un ambiente artístico viciado de parodia, pastiche y reciclaje. Entender toda su producción es comprender y adentrarse a la generación a la que pertenece, una hornada de jóvenes que se encuentran enajenados de todo lo que sucede a su alrededor (políticamente hablando); se concentran más en su proceso de creación y en el mensaje que desean transmitir. Cada una de sus pinturas es un intento de testimoniar un punto de vista (auto)crítico de nuestra identidad actual.
REPORTAJE
Be. 170 x 130 cm. Óleo sobre lienzo. 2011
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CARLOS ZORRILLA
Serie Réquiem. 6 piezas de 190 x 150 cm. cada uno. Óleo sobre lienzo. 2015
Como él, existen otros que, abogan o prefieren jugar con lo figurativo, el trazo libre vinculado con el lenguaje pop, el expresionismo, la estética del bad painting, combinar técnicas y manifestar sus ideales e imaginaciones más personales. Así nos encontramos con obras que pertenecen a sus primeros trabajos (Lazo, Kriptonita, Big Truck), en los que Zorrilla coloca en un primer plano diversos objetos que forman parte de su cotidianidad y que a través de la obra le otorga cierto protagonismo. Un grupo de piezas que también llama la atención de sus comienzos es la serie Cadáver Exquisito, un conjunto de telas que hacen alusión al juego de palabras creado por los surrealistas. En esta caso se crea cierto extrañamiento, ya que las imágenes seleccionadas por el artista nos llegan del universo cotidiano y son tomados tal cual su propia visión;
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estamos frente a elementos kitsch que Carlos presenta en un primer plano. Cultura popular vs Cultura Elitista. Con una actitud contemplativa, analítica y reflexiva Carlos Zorrilla ha asumido y tiene bien claro su papel de artista (o mejor dicho, pintor) en el contexto cubano. Sabe lo que quiere y lo que busca. Su energía, llevada a cada una de sus telas contiene la fuerza que se busca en la pintura del siglo XXI; ahora, está más volcado a jugar con la Historia del Arte y algunos de los elementos que la han acompañado. A él, con su nueva serie Réquiem, todo le seduce desde el propio misterio que implica realizar una obra hasta el sobrecogedor sentimiento de dar por terminada la tela. Réquiem, desde el propio título, nos va dando pistas de la pieza y del mismo proceso creativo. El creador escoge como
REPORTAJE
protagonista al cráneo, en este ocasión, representado de diversos modos y con diferentes motivos en cada uno de los lienzos; cada selección no es al azar sino que Carlos construye su historia a partir de diferentes movimientos artísticos; narración que la hace de manera cronológica y ordenada. Cada estilo esta bien representado, se inicia con el estilo de la Antigüedad Clásica, período Medieval, Renacimiento, Barroco, Romanticismo y Pop Art; sin embargo, lo curioso es que en cada imagen de la calavera el artista ha colocado pequeños puntos que recorren todo el espacio del cuadro. El cráneo fue vida y pensamiento en su momento, ahora es recordado. De un modo particular y excelente y a medida que vamos observando más la obra nos percatamos de que los puntos en cada escena aumentan o disminuyen. Según Carlos
Zorrilla, a través de la serie quiere mostrar cómo puede ser apreciado el pensamiento y espíritu de una época determinada, cada uno de los puntos es la simbología de los artistas que en diferentes momentos se apropiaban y se influenciaban de estos estilos. Para Carlos Zorrilla todo es la pintura. Sigue su trayectoria para hacerse notar en el panorama visual cubano. De seguro, y lo afirmo, lo logrará. Su perseverancia, aspecto que le funciona como guía, junto con su sensibilidad e imaginación hacen que su discurso se reafirme, se consolide y esté acorde con los lenguajes renovadores de la nueva generación de jóvenes artistas a la cual él pertenece.
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Jassiel Palenzuela Espero la guerra. 130 x 150 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2014.
Pedro Vizcaíno Taxi. 81 x 114 cm. Acrílico sobre cartón. 2007.
Ernesto Gutiérrez ESPACIOS INCÓGNITOS Texto por: Michel Pérez
Tenía la necesidad de destruir las viejas convenciones, de desobedecer a fin de recrear la vida y un mundo liberado. Maurice de Vlaminck
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a pintura es el camino más largo y recorrido por la inspiración humana, es un camino de fe. Con todas sus muertes anunciadas continúa teniendo muy buena salud y considero que esto se debe a que se trata de algo intrínseco e inseparable del alma. Ernesto empieza a recorrer este camino desde el sitio más difícil, el principio. Sin falsos atajos, sin calles asfaltadas ni bajadas dóciles ha comenzado con la frescura que le permite desaprender y suspender el juicio, necesaria para enfrentarse a la historia. Por suerte, tiene mucho que decir. Sus pinturas tratan sobre una realidad que no existe más que en su mente y en la superficie de la tela. Paisajes con un cielo lateral, lluvia que sube, cascadas que no caen, sombras en lugares de luz… también una realidad posible. Ernesto se lo ha cuestionado todo, no sabe a donde va, pero tiene muy claro donde no ir. Su camino se torna cada vez más claro y transitable, su país de formas ya tiene lenguaje propio. Buen viaje amigo mío.
REPORTAJE
De la serie Aquí pasa algo raro. 70 x 50 cm.Acrílico y plumón sobre lienzo. 2016
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ERNESTO GUTIÉRREZ
Estudios. 50,8 x 40,6 cm. Acrílico sobre lienzo. 2017
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REPORTAJE
Estudios. 50,8 x 40,6 cm. AcrĂlico sobre lienzo. 2017
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Michel Pérez Pollo Vista exposición personal UQBAR en MAI 36 Galerie. Zurich, Suiza. 2017.
Ernesto Crespo Analepsis Videoarte. Videoarte. 2015.
Yuri Santana
LA VIDA COTIDIANA EN LA PINTURA Texto por: Magaly Espinosa
Luzca el sol o esté negro el cielo, siempre seguiremos adelante... André Breton
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a vida en las comunidades y los barrios, que el arte de inserción social estimula a través del gesto artístico, también puede ser recreada desde la pintura, aprovechando la fuerza de la imagen pictórica, que congela visiones que se nos pierden bajo otras formas artísticas. Yuri Santana en su serie A fuego lento, reúne un conjunto de obras que se aproximan a nuestra realidad inmediata, tal y como ella se nos presenta: precaria, frágil y grotesca. Texturas, empastes y transparencias, la matizan acercándonos a personajes emplazados en espacios urbanos, en situaciones a veces indefinidas, porque desde ellas no vemos la figura completa, como ocurre en la pieza Nirvana, ni el hecho que parece suceder en otra denominada Ilícito. El bodeguero que no tiene productos para ofertar, el mal abastecido puesto de viandas y frutas, los hombres en el parque tomado cerveza y llamando por un móvil, la joven que hace la misma acción, los vendedores ambulantes, el anciano humilde, un hombre que merienda, gente que hacen la cola para comprar el pan. Gran parte de la composición social de la Cuba del presente es puesta a nuestra disposición, por medio de escenas que reciclan el entorno, tal y como están constituidas, sin afeites. Ellas son reproducidas a manera de fotogramas de un film o un documental, solo que la pintura se toma sus libertades, a través del dripping aplicado a determinados fragmentos o la asunción del bad paiting, para eludir cualquier embellecimiento de lo real. Cercano a su colega Elviz Céllez, no hace concesiones a su narración, ambos son parte de un sector de pintores a quienes les interesa contar sobre lo real. Él completa lo narrado por medio de títulos que se refieren a circunstancias que rebasan la imagen, imprimiéndoles un vuelo poético que siempre está bajo la vida, sea esta Adagio en sol menor, un Paraíso o un Rascacielos imaginario.
REPORTAJE
Peso cubano. 150 x 90 cm. Mixta sobre lienzo. 2016
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YURI SANTANA
Nirvana. 90 x 145 cm. Mixta sobre lienzo. 2016
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REPORTAJE
Adagio en Sol menor. 120 x 150 cm. Mixta sobre lienzo. 2016
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Lianet Martínez Edén. 135 x 160 cm. Mixta (Fósforos quemados y acrílico) sobre lienzo. 2017.
Luis Lรณpez del Castillo Revelaciones. 99 x 102 cm. ร leo sobre lienzo. 2016.
Ángel Ricardo Ricardo
COITUS RESERVATUS1 Texto por: Magela Garcés
El secreto consiste en estar preparado. Daniel Pennac
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levo más de quince días con una víbora colgada al cuello. Aproveché que me había quedado sola en la galería y me puse a mirar los cuadros. Observaba con disimulo, no me quería vincular, me daba cuenta del veneno. Tropiezo con Una parte de Batman, ese sadomasoquista, y me ardió aquello. Al cabo (aún no termino de mirar las piezas) un sátiro entra y me acosa calmado, me distrae. Se muestra sutil, como las representaciones a mi alrededor, solo me habla y lo deja todo a la imaginación. Sugiere mucho, narra lo que me haría. Poco a poco me veo convertida en lienzo, en esa tela que palpita, que brilla, que parece húmeda, que se parece a mí. De pronto el sátiro se esfuma y me deja a solas conmigo misma. Y con las pinturas. La seducción ha sido total, en todas direcciones. La vigorosidad con que están hechos los cuadros me recuerda que Ricardo trabaja febrilmente, que la pintura le es una necesidad, que todos los días, muchas horas, pinta como un poseso. “Yo no sé cuando parar”, me dice; en su obra “hay un 70, 80% de accidente”. Y yo me complazco en imaginarme ese exceso como pura sublimación neurótica. Me pregunto entonces cuántas sesiones grupales, cuántas experiencias homosexuales, cuánto cachondeo, cuánta frecuencia, cuánto tiempo, si la misma espontaneidad, si la misma energía, si el mismo arrebato… Vacilo las pinturas con emoción voyeurista. Porque es la Regla de tres la que importa aquí y a mí. La misma Regla de tres que le importa a Ricardo, lengüisucio, diablo. Regla que me interesa solo desde el momento en que arde aquello. Habría que estar loco para negar lo jugoso, la carnosidad de ciertas plantas. ¡Claro que las flores siempre han tenido algo de promiscuas, y que las frutas siempre han sido unas descaradas y los vegetales unos malnacidos! Nada más natural que usar un pepino como dildo, o devorar unas Fresas negras -untadas- con mantequilla tal y como hizo Marlon Brando con Maria Schneider…
1 A propósito de la última presentación de Ángel Ricardo Ricardo Ríos en La Habana. Y sin el permiso de Legna Rodríguez Iglesias, por algunas insolentes apropiaciones de cierto texto suyo.
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REPORTAJE
Este fruto tiene la semilla por fuera. 175 x 175 cm. Óleo sobre lienzo. 2017
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ÁNGEL RICARDO RICARDO RÍOS
Por eso, así como los críticos no deberían tener permitido conocer a los artistas, algunas cosas, como estas, deberían ser censuradas. Porque sacan el demonio en nosotros (en mí). Mirar estos lienzos despierta un fetiche raro, mucho más, cuando me entero de que son pintados con las manos -gesto indexicálico maldito-. A cada uno de ellos dan ganas de tocarlo, de metérsele dentro, de metérselo dentro. Es un deseo grosero, marrano, de tomar parte en el proceso, de experimentar ese tacto, ese olor, de pintar con mi cuerpo, a lo Yves Klein, con la música de fondo -OJO-, ese “volumen”, ese “alguien que está presente” y participa. Subvertir eso de que la pintura es una “geografía controlada, tiene un marco, no competen más cosas”, cual zona de confort imperturbable. Cada tela de Ricardo es un test de Rorschach y en todos yo proyecto lo mismo. Más aún cuando paso por su estudio y me encuentro la apoteosis fálica. Que no, que eso es impresión tuya, me dice el sátiro, que siempre hay algo que entra y algo que sale, algo que penetra y algo penetrado. Ok, entiendo la importancia para ti de esa dualidad, pero de que predominan, predominan, no me jodas, le digo yo. Si en definitiva No son venenosas y no se comen, ¿cuál es el punto? Para mí sí son venenosas y sí se comen, de hecho. Por eso no me trago su cuento, siento que hay algo opaco, algo que se me oculta. A pesar de ello, Ricardo ha creado una situación y ahí es donde estoy. Tengo 16, casi me llamo Lolita y eso me desestabiliza, me confunde, me hace dudar. En un gesto de timidez me llevo la mano a la nuca y siento la piel escamosa del ofidio, apretándome. Ardores, sátiro mío, continuos ardores. La víbora en mi cuello por momentos me parece un alacrán, punzante. O un pulpo, viscoso, lleno de ventosas, succionador… y yo disimulo, me defiendo, pero me dejo hacer. Levito… El sátiro me quiere mostrar su Origen del mundo, sobre el cual quiere que salte, como quien salta sobre una cama elástica, porque para él de eso se trata; pero no se lo permito. Qué tarea más difícil lidiar con los instintos. Mierda. Jenny Holzer, Protect me from what I want, que I have not enough guts y siento un reguero de tripas inminente, una parte del intestino presta a reventar. Si salió verde es positivo, me
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recuerda el sátiro, pero no, el color es otro. Pienso en Umberto Eco y en la intentio auctoris y en Freud y en que detrás de (casi) todo hay una intención sexual, etc. Pero tampoco hay desmontaje hermenéutico que valga. Deconstruir una pieza de estas entera, con las ganas que tengo de hacerlo, unas ganas bífidas y delirantes, sería un descaro de mi parte. Porque a mí ni Rubens, ni el Shunga, ni el Barroco Latinoamericano, ni ni el Impresionismo, ni el Expresionismo, ni Kandinsky, ni Basquiat, ni Haring, ni Pollock, ni Georgia O´Keeffe, ni Umberto Peña, me han hablado nunca tan personalmente. Con todo, el trabajo de Ricardo sigue siendo demasiado pulcro; su relación con la pintura (¿solo con ella?) sigue siendo demasiado respetuosa. No usa fluidos humanos sobre el lienzo, no lo violenta, no lo folla, no lo sangra, no lo escupe, no lo llora, no lo eyacula... Lo embarra solo de pigmento, con la timidez de quien ama y teme ultrajar el objeto amado. Qué hermoso, qué delicia, qué morbo corromper eso. Sin remordimientos, lo asumo todo como un coitus reservatus (nunca me ha gustado quedarme con dudas). Y que lo que pase en La Habana se quede en La Habana. Pero En lo que son peras o manzanas, yo mejor me pongo a hacer otra cosa. Me tengo que aguantar, y no solo en la extensión editorial. No me conformo. Esto de contenerse a veces se siente feo. Al sátiro no lo he vuelto a ver. La víbora ya no me aprieta el cuello, pero sigue ahí colgada, mirándome fijo a los ojos.
REPORTAJE
La danza de las campesinas felices. 220 x 230 cm. Ă“leo sobre lienzo. 2017
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Levi Orta Fuck the proletariat, I want to be the official painter of the Gunther Family. 2016. Acción - Instalación. Acrílico sobre madera + fotografía + correspondencia postal + video.
Gunther IV, el pastor alemán, es el perro más rico del mundo. La Condesa Alemana Karlotta Liebenstain dejó una herencia a su fiel amigo Gunther III de $124 millones, después que ella muriera en 1992. Tras la muerte de Gunther III, su hijo, Gunther IV, heredó la fortuna de su padre, que ha crecido a la cifra de $372 millones de dólares. En julio del año 2000, los agentes que actúan en nombre de Gunther IV compraron la antigua residencia de Madonna en Florida. Detrás de este carismático Pastor Alemán podemos encontrar prácticas de evasión fiscal, nuevas relaciones de poder y dominación, así como una instrumentalización bastante original de la simbología de las clases sociales. Pero, ¿cuáles son las grietas de la ley que permiten que un perro pueda heredar una fortuna de millones de dólares y convertirse en el accionista mayoritario de una corporación transnacional? Gunther Corporation. ¿Cómo queda la teoría marxista de las luchas de clases frente a la historia de Gunther? Que se joda el proletariado, yo quiero ser el pintor oficial de la familia Gunther consistió en contactar a dicha familia para ser su pintor oficial. Para ello, seguí los protocolos establecidos para contactar con Gunther, incluso cuando todo apuntaba a que Gunther IV estaba muerto. Aunque irónicamente, continuaba respondiendo su correspondencia postal, y por supuesto, su corporación expandiéndose. Toda la documentación de esta acción se presenta como instalación.
Jesús Hdez-Güero
LOS PLIEGUES DE LO POLÍTICO Texto por: Magaly Espinosa
Arte y política se sostienen recíprocamente como formas de disenso, operaciones de reconfiguración de la experiencia común de lo sensible. Jacques Rancière
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stamos acostumbrados a pensar lo político desde sus zonas más persistentes: la lucha de clases y sectores sociales, los enfrentamientos entre los partidos políticos, las lides ideológicas. En el presente, aunque estos extremos siguen sus históricos litigios, el panorama se ha hecho más diverso, complejo y rizomático: la política intensifica su presencia en la vida cotidiana y en las expresiones de la cultura popular, como si pareciera que desde estos escenarios es más benevolente. Jesús Hdez-Güero es de los creadores que la convierten en el centro de interés de su creación, vinculándola con temas referidos a la historia, la memoria y el documento, utilizando procedimientos constructivos entronizados por la postmodernidad, como son el intertextual y la deconstrucción, para desde ellos establecer lecturas que potencian zonas silenciadas, ocultas o desvaloradas por el discurso oficial, mostrando facetas, cualidades y propiedades que brindan otra información de los entresijos del tejido social y cultural. Algunas piezas como: La tercera pata, Época incorrecta para escritores célebre, Coincidencias históricas y la serie Lagunas, toman de referente la historia, otras se centran en el valor de la imagen en calidad de documento, tales son: Lecturas difíciles, Una nación en pocas palabras, Calados capitales en lugares de paso y Época incorrecta para escritores célebres, aunque también existen aquellas donde pueden estar presentes ambos elementos, a través de símbolos que le permiten acercarse a complejos procesos sociales, aprovechando a su vez, las propias cualidades físicas de los objetos. Desde esta perspectiva se destacan: Tener la culpa y Minuto de odio contra sí mismo, en las que se manipula la bandera venezolana haciéndola portadora de la circunstancia de inseguridad y del destino incierto de esa nación. En la primera aparece el asta doblada sobre sí misma, tendida la bandera en el suelo, en la segunda se muestra su imagen en el momento en el que se hacen 8 disparos de balas que sustituyen el lugar donde debía estar las estrellas. Sobre esta obra expresa: “…Propongo reflexionar sobre las agresiones, mutilaciones y re-significaciones del discurso mediático, social y político que ha sufrido la bandera en la nación venezolana, donde se ha convertido la violencia en identidad nacional”.
REPORTAJE
Época incorrecta para escritores célebres. Instalación: 9 fotografías, 3 mesas y 9 lámparas de mesa. 900 x 200 x 100 cm. Varsovia, 2013
A su vez, Las armas no matan, es una instalación formada por dibujos de armas de fuego de corto y mediano alcance y casquillos esparcidos por el suelo. Al transitarla estos se pisan provocándose una sensación de inseguridad, mientras la mirada recorre los dibujos como enuncia el crítico Feliz Suazo, “…siempre apuntando en una misma dirección…” en la que iría el posible disparo. Sobre este tema el artista continúa argumentando: “…Las armas no matan porque la violencia no es una representación u objeto, ni tan siquiera una acción, sino un estado de ánimo, una actitud social, una filosofía de vida”. El título entre poético y provocador descansa en su interpretación sobre uno de los problemas más graves de nuestro continente, apelando a una atractiva solución visual, pues los casquillos con sus diversos
colores semejan los restos de una fiesta infantil y los impecables dibujos de las armas puestos sobre las paredes hacen pensar, como apunta Suazo, en un archivo que acumula estos objetos. Esta poética de despertar el dato se ilustra de manera sobresaliente en la obra Lecturas difíciles, un conjunto fotográfico que reúne publicaciones cubanas reproducidas en el lugar donde el artista las encontraba, invisibilizadas según las circunstancias de su circulación. La solución visual es sutil, el montaje fotográfico de las mismas pone en paralelo esa invisibilidad con la dificultad para percibirlas de manera integral, pues se exponen arqueadas, torcidas o veladas, teniendo en cuenta que para muchos lectores solo han existido y existen a través de sus nombres: Vitral, Encuentro de la Cultura Cubana, CUBANET y otras.
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JESÚS HDEZ-GÜERO
Tener la culpa. Instalación: Bandera venezolana (150 x 90 cm), asta de bandera en hierro negro, cordel y base de concreto. 200 x 500 x 100 cm. Caracas, 2013-2014
Su creación se complementa con la movilidad que brinda el video, extendiendo el entrelazado de historia y documento, creando situaciones ficticias que tienen su base en hechos reales, de ello nos dan cuenta las piezas: Informe de hechos vividos, Sobre un vacío periodístico, Actualidad nocturna, La realidad se impone, 24 horas nacionales y Parada militar. Hdez-Güero a semejanza de algunos de sus colegas, es un investigador de la historia, un sociólogo que sondea buscando no el testimonio o el dato fidedigno, sino el sensible. Tomar la información que ellos contienen y convertirla en metáfora artística, marca una de las líneas más valiosas del proceso por el que transcurre el arte cubano, desde las últimas décadas del pasado siglo. Una actitud que ha transitado de generación en generación, semejando un hilo invisible que se desliza de José Toirac a Ranfis Suárez, Celia y Junior y José Manuel Mesías. El artista se involucra con las formas activas de la vida social, 82
en sutilezas de esa vida, que en ocasiones no son evidentes, en las implicaciones de sus significados ideológicos, en aquellos que la historia ha incorporado desplazándose entre censuras e incomprensiones. Con su poética se confirma lo expresado por el crítico cubano Hamlet Fernández: “No hay política que pueda con el arte”. La elegancia y la imaginación dominan la solución formal de piezas que se sustentan sobre temas difíciles y tortuosos, permitiéndonos comprender que la realidad se reconstruye inquiriendo en el significado y el costo de cada historia, en las consecuencias de las decisiones tomadas, sean personales o sociales. Él nos dice: “el arte no debe ser anecdótico, ni contar historias, sino conceptualizar sobre cómo se ha narrado y se narra la realidad y su historia o ‘las historias’, y qué hacemos con ella. Si somos realmente los que narramos y hacemos la historia, o simplemente, estamos siendo narrados por ella”.
REPORTAJE
Camilo & Matos, de la Serie Coincidencias Histรณricas. 60 x 50 cm. Collage, imรกgenes de archivo. 2015-2016
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Exposición personal Gozar lo vintage. Palacete del Embarcadero. Santander, España (Mayo-junio, 2017).
Henry Eric Hernández Tautologías. 2013-2017. Instalación. 5 piezas de cerámica, tela bordada, moqueta.
Casticismo. 2013-2017. Corbata y alfileres (documentos); caja de terciopelo, satín, cartulina, impresión sobre papel alba, video: Cuentos de la guerra [Episodio primero], 2013, 8’.
Por qué no desear ser ecuestre. De la serie: Gozar lo vintage. 2015. Cerámica, madera, objeto de colección. Y se forjó el acero de una vez por todas. De la serie: Gozar lo vintage. 2015. Cerámica, madera, objeto de colección. Lo que queda del hombre sin atributos. De la serie: Gozar lo vintage. 2015. Cerámica, madera, objeto de colección.
Celia - Yunior
KAFKA RESUCITA EN LA HABANA Texto por: Héctor Antón
A partir de cierto punto no hay retorno. Este es el punto que hay que alcanzar. Franz Kafka
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T
odo empezó cuando unos muchachos sedientos e hiperquinéticos que estudiaban grabado en la Escuela de Artes Plásticas de San Alejandro, en La Habana, intuyeron que algo los había separado en la convivencia privada y hermanado en la dinámica del arte contemporáneo. Desde entonces, una amistad sostenida con respeto y cariño, se encargaría de consolidar un binomio artístico que se mantiene activo. El arte como motivo de discusión reemplazó al goce efímero de la intimidad. Un renovado deslumbramiento colmó a quienes empezaron a dialogar a un nivel más cerebral. Durante este proceso, iniciado en 2004, Celia González y Yunior Aguiar articularon una metodología deseosa por evitar los clichés del sociologismo vulgar o esa politiquería mediática de rumores escandalosos. Las yuxtaposiciones forzadas, extraídas de la realidad, activan el imaginario crítico de Celia-Yunior. Todo para buscar una confluencia entre la cifra y sus metáforas, el número y los símbolos que matizan ese coloquio imaginario de ciudadanos e instituciones. En 2014 tuvo lugar la exposición Pan y Circo en la Escuela de Ballet, situada en las “Ruinas de Circo” del Instituto Superior de Arte de La Habana. Esta convocó artistas probados, emergentes y desconocidos, para manipular un espacio no convencional de exhibición. Los curadores diseñaron un nexo simbólico que caracterizara no solo las macrorelaciones de poder, sino también los micro-espacios disfuncionales del ocio cotidiano. En una alternativa supuestamente distante de la vigilancia burocrática, CeliaYunior probaron fortuna cínica. Sobre la pared de un aula llena de escombros, estamparon en graffitis una tablilla de barras que describía el crecimiento poblacional de la Isla desde que se realizó el primer censo, en el siglo XVIII, hasta el más reciente, verificado en 2012. La pieza era una luz con lámparas de emergencia, que destacaba los dos momentos en que se produjo un declive poblacional: en 1899, fin de la Guerra de Independencia, y en 2012, año del último censo. La visualización de datos en la obra -0,01% (2014) sacó de los archivos sellados por la conveniencia ese dilema íntimo que azotaba a Cuba en un período donde la economía fingía regocijarse de un estatus que obviaba el peligro de otro colapso. ¿En qué batalla (no precisamente de ideas) se hallaba el país cuando la natalidad
REPORTAJE
La Cita. Instalación. 2016
descendió a un escalón similar al de la gesta independentista? La Nueva Cuba se ha convertido en el territorio equivocado donde impulsar un proyecto de vida orgánico. A lo que debemos sumar el auge de la prostitución, el destape de la homosexualidad y las parejas negadas a tener hijos o inclinadas a procrear fuera del país. La contribución de Celia-Yunior a Pan y Circo denotó la vitalidad de ese otro circo que es la recepción del arte contemporáneo. No es casual que la pieza -0,01% fuera tildada de solemne, tediosa y nada chic. En este sentido, la pieza es autofágica: cuanto la demerita ante los reclamos fashion, implicaría su razón de existir como garantía de autenticidad. Este dueto parece sentirse cómodo en los ángulos incómodos de la expansión museográfica. Un desarreglo que potencia su
interés por cuestionar los códigos petrificados de la InstituciónArte; pero sin darle la espalda o virarse contra ella en desacato frontal, para cristalizar el sueño de explotarlo todo donde mismo comenzó todo. Ningún asiento le vino mejor a Modelo escala (2013) que un pasillo de las salas dedicadas al arte cubano en el Museo Nacional de Bellas Artes. Como parte de la muestra colectiva Para quebrar los muros (2013-2014), curada por Aylet Ojeda, utilizaron al museo como medio para recalcar el envejecimiento de la jefatura estatal. En Modelo escala se amontonaban objetos en desuso, cuya función histórica los obligaba a permanecer en el mismo rincón de siempre. Sillas, mesas, computadoras, devenían retratos no hablados de quienes los usaron hasta quedar neutralizados 87
CELIA - YUNIOR
Discurso público. Instalación. 2017
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REPORTAJE
-0,01%. Instalación. 2014
por la robotización que genera un patrón disciplinario. Mientras, en las paredes se desplegaron gráficos que informaban acerca de la edad avanzada de los trabajadores del museo. Otra vez los artistas pretendían remover un espacio de convalecencia burocrática, mediante el objeto como testimonio del sacrificio anónimo; humanización que volvía inoperante la persistencia del anquilosamiento como ganancia de asalariados longevos. Otra vez el proceso involutivo validaba las intervenciones de quienes albergan preocupaciones imposibles de sintetizar visualmente. Celia-Yunior esbozan una anti-dialéctica del remiendo político, un movimiento tan circular como irrepresentable. Tal vez sean los arqueólogos de una Neo-Revolución escatológica o los dinosaurios precoces de un compromiso inútil.
Modelo escala denotó una solución apocalíptica, encaminada a fulminar la resaca del entusiasmo colectivo que balbucea en los mentideros de una isla flotante. Ni cautelosos ni panfletarios, el dúo habanero refuta la noción del artista como ideólogo. En el limbo de los equilibristas, la operación consiste en un ajuste de cuentas simbólico que persigue compensar la información escamoteada por los medios de difusión masiva. Cuánto darían los nativos de a pie, esos sufridores ejemplares cubanos, porque esta manera de ilustrar el naufragio evolucionista perdiera vigencia. Ello devendría argumento para que el sombrío Franz Kafka no resucitara en cada esquina de la Isla, huésped de honor en el retorno del absurdo como emblema de una nación. 89