Measurement in Developmental Practice- James Taylor
& Sue Soal
MEDICIÓN EN LA PRÁCTICA DEL DESARROLLO De lo mundano a lo transformacional James Taylor y Sue Soal Community Development Resource Association Marzo 2003 Este documento fue inspirado por una exploración de tres días sobre las mediciones y sobre su impacto en las prácticas del desarrollo. Catorce promotores del desarrollo1 (‘practitioners’) de diferentes partes del mundo, con diferentes funciones en el sector de desarrollo, participaron en el proceso. Lo que nos juntó es un compromiso de crear una práctica del desarrollo que tenga la mejor oportunidad de agrupar las fuerzas de la sociedad que excluyen, marginan y socavan las habilidades de las personas para desarrollar su potencial total. Esto no es, de ninguna manera, un intento de captar las conclusiones colectivas del proceso de este grupo. Con este documento, compartimos únicamente lo que queda en, y entre nosotros dos, luego de interactuar con los otros. Como en todo aprendizaje interactivo, es imposible reclamar propiedad exclusiva de las ideas, o imponerles su responsabilidad a otros. Hemos sido diletantes y aficionados Con algunas de nuestras grandes ideas Para el mejoramiento humano. Hemos sido como niños malcriados: Hemos sido como niños tiránicos; Demandando pruebas cuando solo se requiere escuchar. Ben Okri (De: Pelea Mental) La tensión entre producto y proceso está en el corazón de la “industria” del desarrollo. Es una característica determinante del sector que da forma a las prácticas dentro del mismo. Los productos del desarrollo son muchos y diversos, pero la entrega de los mismos no es el propósito del desarrollo. El propósito del desarrollo es aplicar los recursos (el producto) por medio de procesos que transforman las relaciones en la sociedad. El propósito fundamental de las intervenciones del desarrollo es siempre asegurar que los excluidos, aquellos que siempre quedan al margen, ganen más acceso al control sobre las decisiones y recursos que afectan directamente sus vidas. La tensión en el desarrollo está, por lo tanto, entre la entrega del “producto” a los necesitados y la facilitación del proceso que cambia las relaciones de poder en favor de los menos poderosos. A través del lente de esta tensión, este documento explora la medición como un elemento esencial e ineludible en el trabajo del desarrollo. Comparte algunos de los impactos que las prácticas de medición han tenido en esta tensión, según lo experimentado por los promotores del desarrollo. Propone, por lo tanto, algunas 1 Nota de traducción: “Practitioner” en ingles es similar a profesional o promotor desarrollo. Practitioner en este texto es traducido como promotores del desarrollo
de
1 Traducción por Hivos del articulo ´Measurement in developmental practice: From the mundane to the transformational ´ J. Taylor & S. Soal, 2003. http://www.cdra.org.za/articles
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características esenciales y prácticas necesarias para el tipo de medición que aprecia y apoya el propósito fundamental de las intervenciones del desarrollo. El propósito de este documento es contribuir a crear un conjunto de prácticas del desarrollo que sean efectivas. Para ser efectivas, nuestros esfuerzos combinados tienen que ser transformadores –aquellas relaciones y estructuras en la sociedad que restringen el potencial humano, tienen que ser transformadas. En el proceso de promocionar las buenas prácticas, nos unimos a todos aquellos que están empezando a rechazar las prácticas de medición que más bien inhiben el desarrollo de las personas.
Medición y su impacto sobre el trabajo del desarrollo Cada vez más, la medición está siendo promovida como una herramienta clave para el mejoramiento de los resultados, efectos e impacto de los recursos humanos y físicos y se encuentra en todos los niveles de actividad (individual y organizativa). Nuestras contribuciones individuales son medidas en las evaluaciones de desempeño, el tiempo y los recursos que usamos para hacer cosas son medibles, nuestra implementación es medida con respecto a los planes a través de los sistemas de gestión basados en resultados, nuestro impacto individual y organizacional es evaluado, nuestras organizaciones son evaluadas y medidas contra los objetivos que plantean para que puedan rendir cuentas y acceder a los recursos necesarios para autosostenimiento. Como promotores del desarrollo, no estamos solos en esto. Somos apenas una pequeña parte de un mundo dominado por una creencia muy enraizada de lo que, esencialmente, es un modo científico e instrumentalista de relacionarse en y con el mundo. Como promotores del desarrollo estamos comprometidos a adaptar el uso de la medición para que corresponda mejor con las necesidades de nuestro trabajo y de nuestros propósitos. No podemos permitir que el proceso de medición lo socave. La lógica simple de la medición puede mejor servir los intereses de la práctica del desarrollo calibrando el punto en el cual lo que traemos y cómo lo traemos, contribuye al logro de nuestro propósito de desarrollo. Debido a la inmensa dificultad y complejidad de lo que intentamos lograr, la medición en sí debe ser medida con respecto a su calidad para contribuir a nuestro aprendizaje. Nuestro propósito es muy urgente e importante para perder tiempo en actividades que son ajenas a estos fines. La experiencia de muchos que han estado midiendo, y han sido medidos, nos da una idea del grado en el cual la medición está logrando su objetivo del desarrollo. A continuación, hay algunas de las conclusiones logradas por los promotores del desarrollo de todos los niveles de la “cadena de ayuda”.
La medición es una habilidad inherente que todos usamos Todos podemos medir, y de hecho, medimos. La medición no es, ni mucho menos, una destreza técnica sofisticada, sino una habilidad intuitiva. Los organismos unicelulares pueden detectar y medir cambios sutiles en su ambiente. Las águilas negras pueden medir cuando las comunidades de conejos, de los cuales se alimentan, están siendo sobreexplotados y su población en peligro de disminuir sensiblemente. Los seres humanos, desde muy temprana edad tienen una habilidad increíble y sofisticada para medir. Sin siquiera tener conciencia de hacerlo, pueden medir la cantidad de oxígeno en su sangre, así como otras innumerables funciones corporales. Pueden evaluar el estado de ánimo de su pareja y su habilidad para llevar a cabo una cantidad de acciones riesgosas. Los seres humanos pueden planear actividades que van desde juegos infantiles, hasta celebraciones comunales grandes y complejas, o hasta procesos complicados de manufactura detallados. Aquellos que planean e implementan actividades, siempre tienen la habilidad de medir hasta qué punto han tenido éxito en el logro de sus propios objetivos.
2 Traducción por Hivos del articulo ´Measurement in developmental practice: From the mundane to the transformational ´ J. Taylor & S. Soal, 2003. http://www.cdra.org.za/articles
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Las personas no tienen que ser enseñadas a medir. La medición es inherente a cómo han aprendido. Necesitan recibir seguridad de que pueden medir y ser ayudados a adaptar y aplicar sus habilidades a nuevas situaciones. Todos los individuos y las organizaciones están, de algún modo, planeando, midiendo y aprendiendo.
La medición facilita la rendición de cuentas La medición ha jugado un papel significativo estableciendo un enfoque más planificado y organizado del trabajo del desarrollo. Es una parte integral de la planificación, el monitoreo y la evaluación. Por medio de la medición, prestamos menos atención a lo que estamos haciendo y más a lo que hemos logrado por medio de nuestras acciones. En este sentido las agencias de cooperación han tenido que volverse más “empresariales”. El financiamiento ya no se puede proporcionar sin planes estratégicos claros y lógicos, con objetivos claros e indicadores de los logros. Rendir cuentas por el uso de los fondos ya no es un simple ejercicio de contabilidad. La vida sin las evaluaciones de desempeño y de impacto es inimaginable. Aprender a planear y medir nuestras actividades ha mejorado nuestras habilidades de autoevaluación. Ha contribuido en mucho a mejorar nuestra eficiencia como sistemas de entrega. En muchos casos, nos ha hecho más competitivos, al punto de poder ganar licitaciones de gobiernos para llevar a cabo proyectos grandes y complejos. Sin embargo, nos preocupamos de que estas mejoras en nuestras habilidades de medición puedan, de alguna manera, debilitar las posibilidades de concentrar nuestros esfuerzos en el alcance de nuestros propósitos principales.
La medición siempre tiende hacia lo mundano Dentro del paradigma científico dominante, la medición reduce y estandariza. Para que los sistemas y procesos complejos tengan sentido, la medición primero utiliza modelos y marcos conceptuales para reducirlos a segmentos manejables. En el proceso, los modelos y marcos conceptuales estandarizan lo que es medido. Por esto, los modelos y marcos de trabajo, usualmente, pueden responder más a la visión de quien mide, más que a la realidad de lo que se mide. Como resultado, la medición es más efectiva y fácilmente aplicable a lo más material y mundano. Aquellas cosas que no son fácilmente contables, son simplificadas y superficializadas. Para el promotor del desarrollo, la medición no necesariamente capta lo que es más importante. No es tan eficaz capturando el valor de las cosas. Se enfoca en “qué” se entrega y no en “cómo” lo entrega – en el producto y no en el proceso - en lo material y no en lo relacional – en las cosas y no en las relaciones que las definen – en lo externo y no en lo interno. Por tanto, la medición es realmente eficiente y efectiva cuando transmite aquello que es fácil de contar. Es supuestamente, la mejor forma de rendir cuentas por lo que hemos hecho en comparación de lo que hemos planeado. Pero, a pesar de todos los intentos, la medición sigue siendo inadecuada para captar los aspectos más valiosos de nuestro trabajo. No es capaz de capturar el impacto. Terminamos recibiendo información que solo está muy indirectamente relacionada con lo que consideramos realmente importante en nuestro trabajo. A veces esa relación es tan distante que la información resulta decepcionante.
3 Traducción por Hivos del articulo ´Measurement in developmental practice: From the mundane to the transformational ´ J. Taylor & S. Soal, 2003. http://www.cdra.org.za/articles
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La medición excesiva es un síntoma de una fase particular del desarrollo Es claro que algunas personas tienen una necesidad mayor de medir que otras. Para aquellos interesados en observar y aprender sobre procesos de desarrollo, es claro que la medición se vuelve más importante en una fase en particular del desarrollo. En la jerga de desarrollo organizacional, la fase se llama fase “científica” o “diferenciada”. Durante esta fase la diferenciación de actividades necesita altos niveles de manejo, coordinación o control. Estos sistemas altamente regulados y medidos tienen la habilidad de manipular sus ambientes y de ser enormemente productivos. Pero este poder, eventualmente, tiende a volverse contra el propio sistema. Conforme la medición se vuelve un fin en sí mismo, comienza a sofocar la creatividad y la habilidad de adaptarse. En organizaciones de fase pionera, la intuición, la flexibilidad y la habilidad de respuesta son esenciales para el éxito. La medición excesiva a una organización pionera es tan peligrosa como la no medición para una organización de fase científica. La medición excesiva se está reconociendo cada vez más como una amenaza a la productividad, creatividad y aún a la confianza, sobre todo en aquellas partes del mundo donde esa medición suele ser muy agresiva. Este principio fundamental de desarrollo no solo aplica a organizaciones, sino a personas y aún a sociedades en diferentes fases de desarrollo. El uso de mediciones es solamente una de muchas cosas que cambia en las diferentes fases del desarrollo. Uno de los factores complicados del desarrollo es que las organizaciones del Norte y del Sur están, con frecuencia, en fases diferentes del desarrollo. También operan desde contextos sociales y culturales muy diferentes.
La medición es utilizada como un medio para centralizar el control La medición es una parte importante de nuestras habilidades de ajustar nuestro comportamiento para poder lograr los resultados deseados. Medimos esas cosas que queremos controlar. Aquellos que están siendo medidos por otros sienten esto muy fuertemente. Hay una gran diferencia entre ser medido por alguien que tiene poder sobre uno, y medirse uno mismo. En el sector del desarrollo existe mucha evidencia de que la medición es utilizada para el control efectivo. Esto se experimenta comúnmente por medio de procesos como evaluaciones de comportamiento. El control es ejercido simplemente estableciendo estándares y cuotas, así como elaborando los criterios requeridos para la medición. Esta habilidad de influir se extiende mucho más allá de hacer recomendaciones, de apoyar activamente algunas actividades y desalentar otras. Otra experiencia común en el sector es que los actores que tienen cierta posición de poder (aquellos más cercanos a los quienes proveen recursos) pasan algunos de sus problemas a los otros. Si su donante está siendo retado por fondos para rendir cuentas por sus impactos, se puede estar seguro de que va a tener que hacer cosas a futuro cercano de manera muy diferente. Este fenómeno es especialmente fuerte en situaciones de ´partnerships´. O sea cuando las agencias internacionales dejan de ejecutar proyectos, directamente, en otros países y se concentran en apoyar las actividades de organizaciones “socias”2. Es claro que muchas agencias internacionales todavía tienen la necesidad de extender su esfera de control más allá de su relación con su “socio”, a la relación con el destinatario del servicio. Por esta razón, el donante no está tan interesado en medir su propio éxito o su
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Usamos la palabra “socio” entre comillas porque creemos que se usa inadecuadamente para describir toda forma de relación que tenemos con otros – muchas de las cuales no reflejan los ´partnerships´. Si le interesa, lea “The Poverty of Partnership” en www.cdra.org.za
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habilidad para mejorar las capacidades de su socio, sino que está más interesado en el éxito de su socio para brindar servicios a los usuarios finales.
La medición puede dominar y destruir las relaciones En muchas llamadas ´partnerships`, la medición es experimentada por el socio “menor” como una forma de dominar la calidad y cantidad de comunicación entre las dos partes. Generalmente es aceptado que aquellos que brindan los recursos necesitan asegurarse del valor del trabajo que se está llevando a cabo. Pero, la medición es solamente una pequeña parte de la completa apreciación del valor del trabajo de desarrollo. Mucho del valor matizado logrado no puede apreciarse en un proceso de larga distancia a corto plazo. Se requiere invertir más tiempo en la calidad de comunicación y de relacionamiento que facilite el “realmente llegar a conocernos”. Otro hecho que no se puede escapar es que muy a menudo las evaluaciones son experimentadas como traumáticas, amenazan procesos y dejan a los “evaluados” sintiéndose muy frustrados, indefensos e inseguros. Es muy común que las evaluaciones se asuman como una parte de la historia de relaciones de dominación. Con mucha frecuencia, el evaluador es visto como una personificación del papel de “colonizador” mientras el evaluado personifica el papel de colonizado. En Asia Central, las evaluaciones no son nada nuevo. Las organizaciones se preparan como cuando eran parte del control de la Unión Soviética centralizada. El proceso de una persona evaluando a otra solo contribuye a mejorar las relaciones entre ambos, cuando predomina una inmensa destreza, sensibilidad y confianza. En un negocio donde los cambios positivos en la “naturaleza”, calidad y poder de las relaciones continuas son importantes para sus propósitos, es necesario usar la medición con gran cuidado. Cualquier cosa que deje a los “socios” sintiéndose menos poderosos es contraproducente e inhibidora del desarrollo.
La medición puede socavar el aprendizaje y la confianza Cuando tenemos una idea, en nuestras mentes, de lo que queremos lograr antes de actuar, existe una gran posibilidad de que el resultado de nuestras acciones no “dará la talla” de acuerdo con la idea original. Es por la tensión creada por esta discrepancia que el aprendizaje ocurre. Es esta tensión que nos lleva a cuestionarnos el aprendizaje, “¿porqué no resultaron mis esfuerzos como había esperado?” Idealmente, este proceso de cuestionamiento y aprendizaje lleva a una práctica futura mejorada. Con frecuencia, sin embargo, este proceso lógico simple no ocurre. Debido a la naturaleza amenazante de los procesos y las consecuencias de la medición, es difícil admitir siquiera que las cosas no resultaron según lo planeado. Cuando es imposible evitarlo, la discrepancia se racionaliza y justifica de maneras que no involucren un proceso doloroso de introspección. En las relaciones donde no existe suficiente confianza, simplemente no es seguro buscar y revelar las debilidades internas propias. Si uno no busca hacia adentro las razones por las que no puede lograr lo esperado, no podrá cambiar y mejorar. Si no es seguro mirar hacia adentro, existen muchas cosas que producen la externalización de los problemas. Con frecuencia es más simple culpar algo externo –una persona, un sistema, un evento- pero el precio para el proceso de desarrollo es muy alto. Al convertirse en víctima, uno se convierte en víctima de quienes no están interesados en promover el desarrollo. A menudo, el aprendizaje que surge de las mediciones y evaluaciones se queda en el nivel de información y no impacta en cambios efectivos. Aún más, realmente contribuye a disminuir la capacidad de empoderarse de los procesos.
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La medición ignora los diferentes ritmos de desarrollo Cuando el desarrollo se entiende como un proceso natural inherente, se acepta que cada sistema se ha formado y desarrollado a su propio ritmo. Sistemas similares, probablemente, tienen ritmos similares de desarrollo interno, pero cada individuo avanza de manera diferente dentro de un mismo sistema. Por medio de nuestras intervenciones en el desarrollo de sistemas, podemos en el mejor de los casos contribuir a desentrabar el congestionamiento – no podemos nunca acelerar el que se desarrollen más allá de su ritmo natural sin causar daño. Cuando la medición se da fuera de la ejecución del proyecto, se frustra a sí misma al volverse irreal. Es bueno registrar los insumos y productos relacionados con los proyectos, pero a nivel de efectos e impactos es, muy a menudo, impaciente en ser auxiliar para los promotores del desarrollo.
La medición se está convirtiendo en una actividad impuesta, estandarizada y especializada La medición está en su punto más fuerte cuando la usamos como parte integral de nuestro ciclo progresivo de acción propuesta. Sin embargo, constantemente experimentamos la medición como algo impuesto por otros y llevada a cabo por especialistas. Aquellos que hacen la medición tienden a usar una gama muy limitada de modelos y métodos estandarizados. Por el momento, el “marco lógico” con un poco menos de “SMARTS” y “FODAS”, dominan el paisaje del desarrollo. El problema radica no en la calidad de estos modelos, sino en su aplicación acrítica en todas las situaciones. Este uso indiscriminado de herramientas y técnicas más bien puede ser contraproducente para propiciar una mejor promoción del desarrollo. Nuestras propias formas de medición nunca son suficientes. Estamos todos obligados a reportar sin fin, pero nunca es suficiente. Grandes cantidades de dinero se están gastando en evaluaciones de especialistas que son, ocasionalmente, buenas para declarar lo que ya sabemos. Si la medición se va a convertir en parte de nuestro propio aprendizaje, debemos adueñarnos de y controlar el proceso.
Hacia la medición del desarrollo La forma en que la medición se está aplicando actualmente, ha logrado motivar a las organizaciones e individuos hacia una mayor rendición de cuentas. Pero, mientras ha sido como una fuerza poderosa y formativa de las relaciones, su impacto no está cambiando las relaciones de poder a favor de los menos poderosos. En esta sección empezamos por explorar cómo podría verse y sentirse la medición del desarrollo. Primero, veremos lo que debe lograr la medición del desarrollo. Sugerimos unos criterios para la medición del desarrollo que pueden ser útiles para medir la medición en sí. Son criterios que nos ayudarán a evaluar si la medición está cumpliendo con nuestro propósito de desarrollo. Y finalmente, compartiremos algunos elementos característicos del proceso de medición del desarrollo. Aquí veremos cómo debe hacerse. No en detalle, no con técnicas y herramientas estandarizadas, ya que hay más de ellas disponibles de las que los profesionales puedan usar apropiadamente. Veremos algunos principios prácticos básicos que podrían guiar a los practicantes para mejorar sus prácticas y diseñar su práctica y su caja de herramientas.
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Requisitos básicos Las mediciones deben hacer primero, rápida y simplemente, aquello para lo que son buenas Las mediciones son mejores a nivel más material y mundano, son más eficaces midiendo insumos y productos. En ocasiones también ayudan a nivel de efectos o resultados. Estos niveles básicos son absolutamente vitales para la práctica del desarrollo y constituyen su esencia. Después de todo, el desarrollo ocurre por medio de la entrega de productos y servicios y las organizaciones de desarrollo deben poder entregar sus servicios adecuadamente, así como responsabilizarse por esa entrega. Si no pueden hacer esto, no deberían recibir los recursos para continuar funcionando. Si no pueden dominar esta actividad básica, hay pocas oportunidades de ser efectivas en aspectos más complejos de la promoción del desarrollo. Igualmente, si aquellos que brindan los recursos no pueden articular clara y simplemente lo que son los requisitos mínimos básicos de responsabilidad no negociables, no están en capacidad de manejar los recursos para el desarrollo. La medición “contable” típica más técnica a este nivel, debe hacerse simplemente – y hacerse lo más simple posible. Se deben buscar métodos apropiados para asegurarse que no es difícil hacerlo. Muy frecuentemente, se hace difícil debido a sistemas y procedimientos estandarizados y burocráticos complicados. Planificación, monitoreo y evaluación (PME) a ese nivel han hecho una importante contribución al sector, pero es solo el principio. Aquellos que hacen disponibles los recursos a cualquiera en cualquier nivel de la “cadena del desarrollo”, deben hacer de esto una condición. En cuanto a esto, una tarea esencial es ayudar y facilitar estas tareas para los “socios” apoyándoles a encontrar formas apropiadas, para cada cual, de hacerlo. Lo que a menudo confunde y sataniza el PME, es la práctica común de imponer los sistemas que son más apropiados para el proveedor de los recursos.
La medición del desarrollo es transformista Los promotores del desarrollo que están comprometidos en ir más allá de entregar un producto, deben encontrar formas de usar la medición para informar y crear su práctica. Luego de la medición simple y relativa del producto, deben enfocarse en el propósito y proceso. Su enfoque siempre debe estar en el propósito más alto del trabajo de desarrollo, y debe evitar caer siempre en la simpleza de medir solo los aspectos más cuantitativos. Deben enfrentar el reto de asegurarse que las buenas prácticas están siendo informadas, manteniendo en mente los fines últimos (de realmente retar y cambiar al mundo). El tipo de medición “contable” puede ser insuficiente en este nivel. Existen muchos esfuerzos para combinar lo “cuantitativo” con lo “cualitativo”. El problema, cuando nos movemos en el ámbito de medir relaciones, es que las atribuciones de los cambios se vuelven virtualmente imposibles. Uno simplemente no puede atribuir el impacto a los productos de su trabajo debido a la complejidad resultante por las interconexiones de todas las cosas. Medir los cambios en las relaciones tiene mucho que ver con las emociones, así como con la racionalidad. Es más sobre ideas y acciones que sobre información y datos. El concepto y las prácticas usuales de medición suelen interponerse en ese camino en vez de ayudarnos a apreciar el impacto de nuestros esfuerzos a niveles más complejos del impacto social y relacional. Ha habido muchos esfuerzos creativos para cuantificar la calidad, pero permanecen encerrados en enfocarse sobre los objetivos y no sobre lo que pasa entre ellos. Quizás necesitamos olvidar la palabra “medición” cuando intentamos capturar cambios y movimientos entre entidades sociales. Debemos
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considerar la palabra “capturar” en vez de medición o “apreciación” (como en investigación cualitativa apreciativa: “appreciative inquiry”). Necesitamos encontrar una palabra que apoye el proceso creativo y no el contable. La medición del desarrollo debe contener dentro de sí la habilidad de percibir y describir cambios en la naturaleza y calidad de las relaciones en el tiempo. Pero, adicionalmente a esto, debe tener éxito en sobrepasar el orden mundano para poder contribuir a transformar las relaciones. Una medición exitosa del trabajo de promoción del desarrollo concentra su interés en los aspectos que generan creatividad. No reduce la complejidad de la vida para capturarla en cajas pequeñas. Enfrenta el reto de trabajar holísticamente.
La medición debe mejorar la eficacia de las prácticas La medición comienza con las prácticas concretas y debe terminar en prácticas mejoradas. Debe siempre empezar con planes e intenciones claras y comprensibles, luego mirar lo que se hizo y se logró, y compararlo con lo intencionado. Luego debe completarse el círculo. El aprendizaje, que es el producto de la medición, debe resultar en una práctica futura mejorada. A pesar de todo reclamo retórico de que el propósito de la medición es el aprendizaje (así como una mejor rendición de cuentas), es difícil detectar este impacto. La brecha entre el conocimiento sobre la práctica del desarrollo y la calidad real de lo que se está haciendo en nombre del desarrollo, es inaceptable. Un análisis costo-beneficio de las evaluaciones en el sector y su impacto sobre la práctica mejorada, nos haría reconsiderar los recursos invertidos en esta actividad. Sabemos que mucha de la actividad de medición produce información que simplemente no tenemos la capacidad, o el tiempo, de procesar y utilizar significativamente. La medición del desarrollo debe mejorar la calidad del trabajo de aquellos que están siendo medidos.
La medición debe contribuir a mejorar las relaciones por medio del aprendizaje La tendencia de la medición de centralizar el control es directamente contraria a los propósitos del trabajo de promoción del desarrollo. La medición del desarrollo debe promover concientización, apertura, honestidad y profundidad –particularmente en las relaciones con uno mismo. Debe primero experimentarse como una contribución al aprendizaje progresivo, y segundo, como un medio de responsabilizarse uno mismo. Si se asume que la medición se hace, en primera instancia, para alguien más, el potencial de aprender del proceso se reduce mucho. La medición debe crear confianza al enfrentar fracasos, celebrar éxitos y aprender de ambos. Debe contribuir a empoderar las relaciones, siempre desde la dependencia hacia la independencia, hacia la interdependencia. Sobre todo, siempre debe dejar a la parte medida más en control de la situación y no lo contrario. La medición del desarrollo debe posibilitar constantemente, la tensión que provoca el aprendizaje, y que resulta en el cambio que impacta positivamente las relaciones. Lo que hace diferente el aprendizaje para transformación3, y más retador, es el hecho de que para poder abrir nuevos caminos, se debe, primero, comenzar a abandonar los anteriores.
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Nota de traducción, ingles original, transformational learning: aprendizaje para el cambio
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Principios para la medición en la práctica del desarrollo La medición del desarrollo siempre es “de adentro hacia fuera” Medir a otro con la expectativa de que aprenderá de la experiencia es, en esencia, instrumentalista, controlador y contraproducente. La medición del desarrollo debe ser una medición que a usted le interesa a llevar a cabo solo si tiene claro que también será el beneficiario primario del aprendizaje. El balance de poder en las relaciones empieza a cambiar cuando las partes son más concientes de, y se conectan mejor con, el poder que tienen. No es un proceso de “arriba hacia abajo” ni de “abajo hacia arriba”. El poder no se da a través del empoderamiento desde arriba, ni se toma desde abajo, sin primero encontrar la fuente de poder desde adentro. El poder que transforma empieza como un proceso “de adentro hacia afuera”. Cuando el poder es de arriba hacia abajo tiende solo a reformar las relaciones en lugar de transformarlas efectivamente. Cuando usted se autoevalúa empieza con valorar su relación consigo mismo. Uno tiene que asumir total responsabilidad por sus fracasos y éxitos, y la posibilidad de cambiar y mejorar. Siempre se empieza con preguntas sobre sus propios propósitos y prácticas. Pero, para que su impacto tenga sentido sobre el mundo, necesita explorar y evaluar sus relaciones con otros. La medición del desarrollo es muy diferente de la medición de “arriba hacia abajo” de quien recibe fondos de parte de quien los provee – es circular y no lineal. El principio de “adentro hacia afuera” sugiere que luego de iniciar desde adentro, se procede a revisar sus relaciones con otros en todas las direcciones. Las relaciones verticales y horizontales deben incluirse. En los cambios de poder, todas las relaciones son importantes; aquellos que tienen poder sobre usted; aquellos sobre los que usted tiene poder; y aquellos con quienes usted comparte su posición e intereses. A veces, especialmente con evaluaciones periódicas, puede ser valioso incorporar alguien externo que aporte otra perspectiva, destrezas especializadas o capacidades de facilitación. Cuando se hace esto, es vital que las organizaciones a evaluar sean dueñas y controlen el proceso. Deben decidir qué preguntas necesitan ser contestadas, y cuáles son las necesidades de aprendizaje y de responsabilidad. Si los externos se incorporan a algún tipo de trabajo evaluativo, deben ser contratados, instruidos, manejados, monitoreados y pagados (o no pagados) por la organización que está siendo evaluada. Esta forma de hacer las cosas aumenta la posibilidad de que este proveedor de servicios externo tome en serio las necesidades de la organización que está siendo evaluada. La información y las conclusiones ganadas obtenidas por medio de este proceso, deben luego ser utilizadas para la autoevaluación (mejorando la capacidad de rendición de cuentas4!) en lugar de ser evaluado por otros, lo que ayuda a trasladar “poder” al evaluado. La organización que brinda los recursos ya tiene el poder sobre el quien recibe fondos. Si existe alguna duda sobre la honestidad u “objetividad” del reporte, tienen todo el derecho de auditar a la organización. Pero este enfoque está siendo promovido desde la experiencia de “relaciones”, en las cuales la calidad de la relación es tal que existe suficiente conocimiento de cada uno, por lo que este “ajuste” no es necesario. Al gastar tiempo, energía y recursos creando relaciones con, en vez de evaluar a, su socio, usted sabrá si confiar en el o no. Promover “socios” para evaluarse a sí mismos contribuye tremendamente a crear relaciones y confianza.
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Juego de palabras en ingles: account-able, capaz de rendir cuentas
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Lo que se está sugiriendo no es que usted no involucre a otros en sus evaluaciones, sino que cuando usted está involucrado en realizar una evaluación, es claro que usted es el aprendiz primordial que espera beneficiarse del proceso. El socio menos poderoso está normalmente más dispuesto a ser el objeto de la evaluación si sabe que sus logros y su trabajo son los que están evaluados y juzgados, y no el de ellos. Lo que se está midiendo entonces, es el impacto del socio más poderoso sobre aquellos a los que sirve – respecto a la calidad de esos servicios. Si las organizaciones que apoyan a otros se preocupan por la habilidad de sus “socios” de medirse y evaluarse ellos mismos, no deben bajo ninguna circunstancia, llevar a cabo esa tarea. Su responsabilidad más bien es convencer a la organización que tiene la habilidad de hacerlo ellos mismos. Deben facilitar el proceso que conecta a sus “socios” con su propio conocimiento innato de medición. Sobre esta base deben luego seguir creciendo, hasta que puedan diseñar un proceso que sea apropiado a sus propias destrezas, fase de desarrollo y necesidades. Si todos nos evaluamos honestamente y compartimos nuestros resultados con los demás, estaremos contribuyendo a crear un sector de desarrollo que sea digno de su nombre, y una oportunidad real de lograr sus propósitos. Debemos tener el coraje de retar a aquellos que no son honestos y responsabilizarlos de su deshonestidad cuando sea una amenaza a nuestros objetivos.
La medición del desarrollo no es un evento, sino una orientación Si la medición del desarrollo es de adentro hacia fuera, entonces no es algo que ocasionalmente se le impone de parte de aquellos que tienen influencia sobre usted. La medición es solo una parte de una orientación de auto concientización. Es parte de una orientación basada en la creencia de que al actuar con intención y compromiso de un aprendizaje progresivo, uno puede moldear su mundo y no ser víctima de el. Viene de tener orgullo en lo que se hace y responsabilizarse del efecto que tiene sobre otros. Se basa en un enfoque de cuestionamiento autocrítico hacia la vida. La medición debe construirse en todos los aspectos formales del trabajo, incluyendo la planificación, el monitoreo y la evaluación. Pero también debe aplicarse al cuestionamiento, pensamiento y razonamiento más informales pues estos aspectos también ayudan para que un trabajo se convierta a una tarea retadora de vida.
La medición del desarrollo se crea de las partes a la totalidad La medición científica reduce las cosas al punto donde pueden ser contadas. El valor de su contribución viene del hecho de que es reduccionista. Simplifica y estandariza. El enfoque del marco lógico de la planificación y la medición es un buen ejemplo de esto. Está diseñado para reducir el proceso social enormemente complejo al punto donde pueda caber en una serie de columnas, y ser medibles utilizando objetivos “SMART” e “IOVs” (indicadores objetivamente verificables). Ya se ha enfatizado que estas herramientas son eficaces a nivel de producto/insumo, pero difícilmente lo son para dar cuenta de los impactos. Para realmente “apreciar” o “capturar” los cambios que son de mayor importancia para los promotores del desarrollo, no podemos reducir las cosas de calidad a cantidad y a pequeños cuadros. No podemos terminar considerando solamente aquella parte que es importante para nosotros y que es fácilmente medible – necesitamos trabajar con el todo. Esto es un dilema práctico que enfrentan todos aquellos responsables de informar sobre sus progresos y logros. Aquellos más cercanos al proceso real de la práctica del desarrollo están abrumados por la cantidad de información cualitativa que tienen. Es
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Measurement in Developmental Practice- James Taylor
& Sue Soal
imposible que lo remitan a otros sin reducir su volumen. No tiene el tiempo para reducirlo todo, y aún si lo tuvieran, no sería de utilidad para aquellos que lo necesitan. Pero para el promotor del desarrollo, el tema de la cantidad es secundario. Su preocupación real es la calidad. El aprendizaje potencial para la práctica mejorada que puede lograrse de sus cuadros, gráficos y tablas de información reducida, es muy limitada. Nuestro reto es apreciar el todo – y esto requiere de una orientación y enfoque completamente diferente de la del reduccionista, racional y científico. Las prácticas del desarrollo necesitan lograr lo más que puedan tanto de las artes creativas, como de la ciencia, necesita activar la “parte derecha de su cerebro”, lo intuitivo es tan importante como la racional. Al trabajar con sistemas sociales altamente complejos, no es posible relacionarse y tener claro el todo. Para poder recolectar la información sobre la cual basar la comprensión, se tienen que usar modelos que le brinden “una entrada” al sistema. Estos modelos le ayudan a recopilar, capturar y cuestionar la información que es significativa. Nos ayuda a desbaratar el sistema y a comprender las partes, sus funciones e incluso cómo se relacionan entre ellos. Pero, es limitado en su habilidad de ayudarnos a comprender el significado real del todo. Tomando a un ser humano como ejemplo de un sistema social, podemos aclarar el punto. Existen muchos modelos que nos ayudan a comprender al ser humano. Los modelos médicos que nos ayudan a comprender los órganos, sus funciones y relación entre sí. Existen modelos psicológicos que nos ayudan a obtener conocimiento sobre las funciones de la mente. Existen modelos que diferencian el cuerpo, la mente, el espíritu y el alma. Hay métodos que ayudan a ver cómo las personas han sido moldeadas por medio de sus interacciones y relaciones sociales. Si pudiéramos aplicar todo esto, aún sí no tendríamos los medios de obtener la esencia de esa persona. Esta es la esencia del holismo – capturar la esencia del todo. El principio esencial es que el total es siempre más que la suma de todas sus partes. La habilidad de capturar y comunicar la esencia, o carácter esencial, de sistemas complejos y de relaciones entre ellos, debe ser competencia exclusiva del promotor real del desarrollo. Esta es una destreza que puede, y debe, ser aprendida y desarrollada. La habilidad de tipificar es central a todas las formas de arte y la práctica del desarrollo es tanto una arte como una ciencia. Hay promotores que ya están usando esta destreza con gran eficacia. Está brindando a las personas y organizaciones auto penetración, con más profundidad y significado de lo que son capaces otras formas de medición. Hay formas simples y prácticas de hacerlo con actividades creativas como contar cuentos, dibujar y pintar, ejercicios de caracterización, desarrollo de roles y el uso de metáforas. Se necesita coraje para empezar a implementar estos enfoques en un mundo dominado por el cinismo científico. Existe, sin embargo, prueba de que todos tenemos un lado que se mueve más por un buen cuento que por un gráfico. No hay duda de que un cuento o un dibujo pueden capturar más la complejidad de la condición y potencial humanos que lo que podrá un gráfico. Igualmente, los números tienen el enorme poder del infinito. Para enfrentar nuestros retos de desarrollo, necesitamos juntar la capacidad de los números y traerlo a lo terrestre, y la habilidad creativa que tenemos para capturar el significado de las estrellas.
La medición es solo una parte de la práctica del desarrollo No importa lo vital que sea la medición, es solamente una parte del trabajo de promoción al desarrollo. La medición se está convirtiendo en un enfoque principal en el sector del desarrollo, pero su contribución debe mantenerse en perspectiva. Las mediciones pueden jugar un papel significativo para informar y mejorar las prácticas que tiene las mejores posibilidades de contribuir al cambio en el desarrollo. Pero por sí mismo, tiene tanta oportunidad de socavar lo que estamos tratando de lograr, como de contribuir
11 Traducción por Hivos del articulo ´Measurement in developmental practice: From the mundane to the transformational ´ J. Taylor & S. Soal, 2003. http://www.cdra.org.za/articles
Measurement in Developmental Practice- James Taylor
& Sue Soal
con ello. La parte difícil es lograr los cambios en las relaciones, no medirlas. Cuando suceden son muy fáciles de observar y apreciar. En mayor parte, la medición es solo un aspecto de la parte del aprendizaje reflexivo del trabajo de promoción del desarrollo. Enfoca su atención en la práctica para poder mejorarla. Las mediciones llegarán por sí mismas cuando enfoquen los dilemas y retos que son más importantes para nuestras tareas, cuando ayuden a desarrollar destrezas para llevar a cabo las mediciones de manera que aporten sentido a los sistemas complejos, en vez de reducirlos para poder controlarlos. Al buscar comprender nuestro impacto más profundamente por medio de mediciones, debemos generar mejores cuestionamientos en vez de respuestas superficiales. Debemos medir nuestra práctica en formas que inspiren, reten y nos hagan más concientes. Siempre creando sobre lo mundano hacia la transformacional.
Las mediciones deben llevarse a cabo con coraje en busca de la verdad En la práctica, las mediciones a menudo son llevadas a cabo con la rapidez y la eficacia en mente. Las mediciones del desarrollo no deben caer en la trampa de apoyar las pretensiones de que el desarrollo es fácil y de que tenemos las respuestas y la habilidad de lograr lo que intentamos. No las tenemos! Si nuestras relaciones se basan en esta premisa, empezamos con una mentira y toda nuestra comunicación a partir de allí, lo perpetúa. La relación más crítica de todas es con nosotros mismos. Tenemos que tener el coraje de preguntarnos lo difícil, de retarnos a nosotros mismos, de vivir con la realidad del tiempo que lleva para que las transformaciones de desarrollo se den. Entonces tenemos que tener el valor para compartir esto con otros – especialmente aquellos que tienen el poder sobre nosotros. Tenemos que señalar, también, los grandes engaños relacionados con el desarrollo.
“Un universo cuántico actúa solamente en un ambiente rico en relaciones. Nada pasa en el mundo cuántico sin algo que se contraponga a otra cosa. Nada es independiente de las relaciones que ocurren. Yo estoy constantemente creando al mundo – evocándolo, no descubriéndolo – conforme participo en todas sus muchas interacciones. Este es un mundo de procesos, no un mundo de cosas.” Margaret J. Wheatley (Leadership and the New Science)
12 Traducción por Hivos del articulo ´Measurement in developmental practice: From the mundane to the transformational ´ J. Taylor & S. Soal, 2003. http://www.cdra.org.za/articles