El reencuentro entre España y Argentina en 1910

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El Centro de Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana, se formó en Buenos Aires en el año 1995 con el objetivo de contribuir al desarrollo de la investigación histórica, la formación teórica, la capacitación de recursos humanos y la difusión de la arquitectura iberoamericana. El CEDODAL cuenta con un impor tante fondo documental que se reunió a través de más de treinta años de labor de sus directores y con el aporte de donaciones o adquisiciones de numerosos profesionales e investigadores en esta última década. La documentación del CEDODAL comprende: - la BIBLIOTECA de aproximadamente 30.000 volúmenes de arquitectura, urbanismo, historia y arte, preferentemente de América Latina. El corpus integra unidades temáticas tales como arquitectura contemporánea en América Latina,Vivienda popular, Arte Latinoamericano, Preservación del patrimonio y Técnicas tradicionales. - la HEMEROTECA con alrededor de 12.000 revistas, de países iberoamericanos, es la colección más importante que existe sobre arquitectura y urbanismo en América Latina. - la FOTOTECA incluye secciones de fotografía histórica, fotografía de investigación y un importante fondo de diapositivas, estimándose su volumen en un total de 35.000 unidades. Hay cerca de 50 álbumes de fotos originales que cubren de 1859 a 1950. Dentro de esta sección merecen destacarse la colección de TARJETAS POSTALES, con imágenes de principios del siglo XX de las ciudades americanas, obras de arquitectura y escultura urbana y la Biblioteca especializada que incluye ediciones originales y recortes periodísticos temáticos. - la MAPOTECA cuenta con varios centenares de planos de arquitectura y urbanos, en su mayoría con soporte heliográfico. Integran esta sección dibujos originales de arquitectura, grabados y una importante colección de planos catastrales. - el ARCHIVO DOCUMENTAL comprende una inmensa documentación de recortes periodísticos, fotocopias de artículos y folletos, iconografía y correspondencia de arquitectos y artistas, una sección de manuscritos originales y una colección de microfilms sobre documentación histórica de archivos españoles y americanos. En el CEDODAL está también integrado el CENTRO BARRO que atiende las iniciativas vinculadas a técnicas tradicionales y vivienda. DIRECTOR: Arq. Ramón Gutiérrez ramongut@interserver.com.ar VICEDIRECTORA: Arq. Graciela M.Viñuales cenbarro@interserver.com.ar COORDINADORA TÉCNICA: Arq. Patricia Méndez psmendez@ciudad.com.ar ÁREA DE ARTE LATINOAMERICANO: Dr. Rodrigo Gutiérrez Viñuales rgutierr@ugr.es ÁREA DE AMBIENTE Y TERRITORIO: Geóg. Alejo Gutiérrez Viñuales INVESTIGACIÓN Y GESTIÓN: Lic. Elisa Radovanovic, Arq. Florencia Barcina,Arq. Liliana Lolich, Arq. Carlos Balmaceda,Arq. Jorge Tomasi, Arq. Diana Rosemberg INFORMÁTICA: Arq. Dora Castañé DOCUMENTALISTAS: Arq. Susana Mendigochea, María Daniela Reisner,Yésica Abiega y Sra. Margarita Gibbons CEDODAL Montevideo 1053. 3º B - C1019ABU Buenos Aires. ARGENTINA. TELEFAX: (54-11) 4811-9249 www.cedodal.com

EL REENCUENTRO ENTRE ESPAÑA Y ARGENTINA EN 1910. Camino al Bicentenario

CEDODAL CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE ARQUITECTURA LATINOAMERICANA

EL REENCUENTRO ENTRE ESPAÑA Y ARGENTINA EN 1910 Camino al Bicentenario

Durante el siglo XIX y como resultado de las prolongadas guerras de la Independencia, el carácter sanguinario -sin prisioneros- de las mismas y la influencia de los recientes prestamistas culturales (fundamentalmente ingleses y franceses) fueron desdibujando la presencia española en nuestras ciudades. Y, atada al imaginario de la “barbarie” que según las elites gobernantes testimoniaba lo hispanoamericano, estos nuevos adalides de la “civilización” repudiaron las expresiones culturales hispanas como símbolo de atraso y de oscurantismo. Así, el entusiasmo progresista cruzó todo el siglo como un vendaval, dejando pocas referencias de aquellas expresiones testimoniales “del arte de los godos”. Superadas las divisiones internas, recién en 1880 con Buenos Aires como Capital del país, la realidad de las políticas migratorias y el flujo de capitales en la infraestructura y el equipamiento (sobre todo en puertos y ferrocarriles) marcaron una nueva realidad territorial y social. Los millones de inmigrantes, entre los cuales los españoles ocuparon el segundo lugar luego de los italianos, vinieron a ratificar sustancialmente el atisbo anticipatorio de Alberdi cuando decía que “gobernar es poblar”. Claro está que la masa migratoria mediterránea estaba compuesta por una mano de obra rural, que por razones de distribución de la propiedad de la tierra cultivable, debió radicarse predominantemente en los centros urbanos. De tal manera que al celebrarse el Centenario de la Independencia en 1910, habitaban en Buenos Aires más extranjeros que argentinos y había en ella más españoles que en buena parte de las ciudades contemporáneas de España. Se vislumbra aquel aserto de Luis Seoane cuando afirmaba que a mediados del siglo XX nuestra capital era la ciudad donde vivían más gallegos que en cualquier otra parte del mundo, incluyendo en la cuenta a las propias ciudades de Galicia. En esta convergencia institucional, confluiría el pensamiento americanista con la masa de inmigrantes españoles, y fundamentalmente en donde la celebración permitiría restañar viejas heridas e incomprensiones y a la vez posibilitaría a España comenzar aquel proceso regenerativo iniciado luego de la pérdida de sus últimas colonias americanas en 1898 (Cuba y Puerto Rico). El reencuentro de los argentinos con sus raíces hispanas fue una de las consecuencias de esta confluencia que abarcó, desde el campo intelectual del discurso literario hasta la sensible valoración de la pintura costumbrista y regionalista que colmaba la nostalgia del inmigrante calificado. En este contexto, los escritos de los viajeros y los cronistas de las fiestas, testimoniaron el derribo de aquellas barreras que otrora habían existido. La presencia de la Infanta despertó entusiasmos que trascendían la antigua pugna de monárquicos y republicanos, para proyectarse en un abrazo fraternal a los argentinos que los habían recibido brindándoles una nueva patria. En el camino al Bicentenario cabe recordar con alegría este reencuentro que permitió unificar senderos y voluntades para una acción conjunta en la reflexión y en la acción cultural. Algo que comenzaría a rodar con impulso en 1910 y que nos encuentra hoy, codo a codo, trabajando para consolidar esta amistad recuperada.


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