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Stiglitz, cooperativas y Costa Rica por Ennio Rodríguez Céspedes

Stiglitz, cooperativas y Costa Rica

Ennio Rodríguez Martes 10 abril, 2018

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Con la ayuda de la Universidad de Costa Rica, el CENECOOP y el Colegio de Ciencias Económicas se promovió la visita a Costa Rica del profesor Joseph Stiglitz, quien integró en su agenda dos conferencias. Stiglitz, premio Nobel de Economía en el 2001, es de esos economistas provocadores, incisivos y preocupados por una realidad disfuncional en muchos aspectos. Por ejemplo, en sus estudios sobre la discriminación racial ofrece conclusiones severas para Estados Unidos.

Las distintas formas de discriminación en un mundo de creciente división económica significa que quienes no tienen una educación universitaria son los perdedores y este grupo incluye a tres cuartas partes de los afroestadounidenses, producto, en gran parte, de esa discriminación. En general, observa Stiglitz, que el mundo está plagado de problemas prácticamente insolubles y, entre ellos, menciona la creciente desigualdad; los riesgos de la revolución digital para la privacidad, la seguridad, los empleos y la democracia; y el cambio climático. Indica Stiglitz que las políticas públicas para atender estos desafíos también han fallado o se han utilizado, en algunos casos, incluso, para empeorar la situación; por ejemplo, en cuanto a la distribución del ingreso.

La empresa privada tiene por objeto obtener la máxima ganancia al capital aportado y esta se distribuye de acuerdo con ese aporte. Crecientemente se han ido introduciendo otras variables como las ambientales y sociales, tanto en respuesta a regulaciones e incentivos públicos, como a la incorporación de nuevos valores en la cultura empresarial y a exigencias de los consumidores. Pero la empresa que olvide el fin para el que fue creada, tendrá los días contados. Este sistema descentralizado para la toma de decisiones es tremendamente eficiente

y promueve la innovación, pero no resuelve los problemas planteados por Stiglitz. Políticas públicas bien diseñadas podrían mejorar los resultados, pero sin cambiar la naturaleza de los problemas planteados.

Para Stiglitz, la fortaleza de la opción cooperativa (que no tiene que ser única o excluyente) es su principio organizativo basado en la solidaridad, en contraste con el egoísmo de la empresa privada. Los principios y valores cooperativos se remontan a la primera cooperativa registrada en la historia, los Pioneros de Rochdale de 1844. A este respecto, es conveniente recordar que una cooperativa es esencialmente una asociación voluntaria y autónoma de personas, para atender sus necesidades y aspiraciones compartidas en lo económico, social y cultural. Su propiedad es conjunta y su control democrático.

Los valores que guían a las cooperativas son: ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. A su vez, se incluyen los valores éticos de honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás. En consonancia, los principios cooperativos incluyen: membresía abierta y voluntaria; control democrático de los miembros; participación económica de los miembros, autonomía e independencia; educación, formación e información; cooperación entre cooperativas, y compromiso con la comunidad.

Por sus valores y principios no es de extrañar que el movimiento cooperativo haya sido tan exitoso en Costa Rica, pues claramente conserva una estrecha relación con la cultura de los costarricenses. La cooperativa es una organización empresarial que promueve simultáneamente los objetivos de eficiencia y distribución en un marco democrático. También, considera Stiglitz, que la empresa cooperativa está mejor preparada para enfrentar los riesgos económicos que se avecinan.

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