LANDSKRONA FOTO VIEW: CHILE
UN RELATO (TENTATIVO) DE LA FOTOGRAFÍA EN CHILE
UN RELATO (TENTATIVO) DE LA FOTOGRAFÍA EN CHILE
Entre 1843 y 1850 viajaron cerca de veinticinco daguerrotipistas a Chile y lo recorrieron de norte a sur. Esta afluencia se debe –de alguna manera– al cambio profundo que se estaba produciendo en la mentalidad y la fisonomía de una república en plena emergencia. La fotografía fue una novedad tecnológica muy anhelada por las utopías desarrollistas del momento. Entre 1850 y 1860 se duplicó el número de daguerrotipistas. En este periodo comenzó la polémica sobre las dos variantes tecnológicas de la nueva invención: el daguerrotipo y la fotografía en papel. A veces el daguerrotipista fue también fotógrafo; otras, hubo verdaderos duelos entre los seguidores de una u otra opción. El hecho es que se multiplicaron los fotógrafos establecidos, tanto en Valparaíso como en Santiago. Esto generó un mercado activo que acrecentó la competencia por mejores precios y soluciones técnicas. Pero tal vez lo más significativo del período es lo que podemos considerar como la educación fotográfica, ya que los fotógrafos comenzaron a comunicar públicamente la forma en que realizaban su oficio. Entre los autores importantes del período se puede destacar a William Helsby, que entre los años 1846 y 1859 alcanzó un gran reconocimiento por su estudio fotográfico que contó con sucursales en Valparaíso y Santiago. Fue un fiel adherente al daguerrotipo, que aplicó en una diversidad de formatos y temas. Documentó paisajes, incendios y nocturnos; hizo miniaturas para anillos y prendedores; y amplió retratos de tamaño natural. También litografió imágenes para publicar en periódicos y enmarcar en salones. Creó una marca asociada a su nombre que quedó ligada a un edificio tradicional de la ciudad de Valparaíso. En contraposición a Helsby, el alemán Adolfo Alexander, llegado en 1851, ofreció retratar con una nueva invención: el daguerrotipo sobre papel. También hay que destacar al francés Víctor Deroche, llegado en 1852, quien fue pintor, daguerrotipista sobre metal y vidrio, y fotógrafo sobre papel. Fue el primero en proponer un álbum con vistas, idea que años más tarde concretaron varios autores.
SAMUEL SALGADO TELLO DIRECTOR CENFOTO-UDP
Las primeras noticias sobre la llegada de la fotografía a Chile tienen ocasión con el arribo al puerto de Valparaíso, en junio de 1840, de la fragata belga L’Oriental. Era un buque de instrucción y comercio cuya tripulación estaba compuesta principalmente por profesores y jóvenes franceses y belgas. Entre ellos se encontraba el abate Louis Comte, conocedor y operador de una cámara de daguerrotipo, que había tenido la oportunidad de asistir a presentaciones del invento de Daguerre y Niépce en Francia. En el principal periódico chileno se identificó a Comte como la persona “a cargo de un daguerrotipo que les proporciona las vistas más notables de las ciudades y lugares que frecuenten”. No se tiene registro sobre los resultados de los primeros daguerrotipos realizados en el país, ya que el buque L’Oriental, al dejar el puerto de Valparaíso, el 23 de junio, se hundió frente a las costas. El segundo intento conocido tampoco está exento de curiosidades, azares y yerros. Esta vez fue iniciativa de un diplomático chileno, Francisco Javier Rosales. Seguramente admirado por la capacidad técnica de la fotografía para crear representaciones exactas de la realidad, compró una “cámara lúcida” al mismo Daguerre. Su idea era que los profesores del Instituto Nacional de Santiago, el principal establecimiento de educación del país, conocieran la nueva invención. La cámara de daguerrotipo viajó por el océano Atlántico hasta el puerto de Valparaíso en el verano de 1841, donde llegó sin dificultades. Pero en el puerto, o camino a Santiago, sufrió daños que ni los profesores del Instituto Nacional ni los científicos de la Universidad de Chile pudieron reparar. Así se perdió otra oportunidad de conocer la fotografía en Chile. Pasarían dos años para que, finalmente, en 1843 el daguerrotipo debutara en Chile, por obra de un francés itinerante, Philogone Daviette, quien pasó dos meses retratando a vecinos de Valparaíso hasta que regresó al Perú, desde donde había venido. Pero sus imágenes no se han logrado identificar. Luego vino otro francés, Hulliel, en el verano de 1844. Su mayor aporte –aunque tampoco se han identificado fotos– fue traspasar sus conocimientos a José Dolores Fuenzalida, un santiaguino de 34 años que se convirtió en el primer daguerrotipista nacional.
40