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Del pelo de las esclavas a los frascos de las campesinas: la misión para proteger las semillas criollas
Estas pepitas, resguardadas por comunidades del sur de Brasil, son más resistentes al cambio climático que las transgénicas e híbridas y se adaptan a diferentes ambientes sin agroquímicos SOLEDAD DOMINGUEZ / Río de Janeiro - 18 ENE 2023 - 23:30 PET
Doña Osvaldina da Costa Carneiro es una campesina de la quilombola de Teixeiras, una comunidad de exesclavos en el sur de Brasil que produce y protege semillas criollas. Estas pepitas autóctonas son milenarias y únicas por sus condiciones agroecológicas y su diversidad genética. Si bien a sus 70 años, doña Osvaldina atesora solo las de la cebolla y del maíz blanco, hay todo tipo de variedades, tanto de hortalizas, como de frutos y granos. Hay semillas criollas de zapallos, zanahorias, sandías, papas, maíces, tomates, lentejas, arroces y frijoles, esta última la base del plato diario de todo brasileño.
Cuando el 1 de enero Luiz Inácio Lula da Silva asumió su tercer mandato, destacó en el Congreso el impulso que su Gobierno dará a la agricultura familiar y al medio ambiente: “Vamos a iniciar la transición energética y ecológica hacia una agricultura y minería sustentables, una agricultura familiar más fuerte y una industria más verde”. A través del ministerio de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar, el mandatario quiere renovar la promoción de una política agrícola, de asistencia técnica, cooperativismo y demás acciones destinadas a la agricultura familiar y sus alimentos. “Nuestra propuesta es comida abundante y de calidad en las mesas de los brasileños. Sin comida no hay democracia”, dijo el ministro del ramo, Paulo Teixeira cuando asumió el cargo.
En el quilombo de Teixeiras, donde doña Osvaldina vive con sus tres hijos y nietos, hay otras 95 familias que producen y plantan otras variedades para el consumo propio e intercambio entre vecinos. Es un área rural del municipio de Mostardas de 14.000 habitantes en el Estado de Rio Grande do Sul, donde la cebolla fue la hortaliza estrella hasta la década de los 90. Hoy la primacía absoluta de la región es de la soja y el arroz a gran escala. “Si un día no me ocupo de las semillas y huerta, me siento mal. Mañana, tarde y noche voy a mirarlas, regarlas, trasplantarlas”, cuenta la campesina con un tono de orgullo. Se levanta a las cinco de la mañana y antes de desayunar recorre cada uno de sus plantíos.
Las semillas criollas también llamadas locales son como una población humana que se aísla en un lugar. Se fortalecen y crecen. Son algo muy parecido a la subsistencia de las poblaciones quilombolas, cuyos ancestros resistieron al trabajo forzado en la época colonial e imperial y que hoy viven en comunidad, como doña Osvaldina. Ellos, al igual que los indígenas y las familias de pequeños agricultores, trabajan por conservarlas.
A diferencia de las transgénicas e híbridas que tienden a la homogeneidad de cultivos y dependen de tecnologías para subsistir, las semillas criollas se reproducen y adaptan a los ambientes sin necesidad de agroquímicos. Responden al cambio climático casi solas. O, mejor, gracias a una confluencia de factores: su composición genética les ofrece estrategias de resistencia natural y el campesino que las cuida se convierte en el guardián de su biodiversidad para adaptarlas al agroecosistema y sus componentes: suelo, agua y microorganismos.
“Una variedad de semillas criollas presentan diferentes tamaños, colores y formas. Son como los humanos: hay personas bajas, altas, morenas, rubias, o sea, no son homogéneas como sí lo son
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las convencionales de identidad genética y comportamiento idéntico, aptas para grandes cultivos y comercio”, explica Bevilaqua el investigador de Embrapa.
La legislación que reglamenta las semillas en Brasil no atiende las necesidades de conservación de las criollas. “Según nuestra ley, estas pueden ser reproducidas, guardadas, comercializadas e intercambiadas solamente en comunidades tradicionales, quilombolas, pueblos indígenas y asentamientos de la reforma agraria, pero no a gran escala”, explica Marina Tauil, investigadora vinculada a la Universidad Federal de Paraná. “Quedan al margen del modelo agrícola convencional”.
Por eso, se mantienen “aquilombadas”, resistiendo en circuitos cerrados de producción e intercambio comunitario y de organizaciones que actúan colectivamente para protegerlas. “Nunca las vendería. Crecí con mis abuelos, cuidándolas en casa”, dice Márcio da Costa Carneiro, hijo de doña Osvaldina. La familia guarda estas semillas tradicionales y también trabajan con las convencionales. Las primeras se reproducen con las costumbres ancestrales y en tierras que se mantienen a una distancia considerable de los terrenos en que plantan las otras para evitar la contaminación y alteración genética.
“Las semillas criollas van a contra corriente del agronegocio”, afirma Josuan Sturbelle, ingeniero agrónomo y agricultor, vinculado a la cooperativa Cooperfumos, también del estado de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil. Los bajos costos de la producción de estas, más la capacidad de adaptabilidad y la intensidad de su sabor se contraponen a una menor productividad. Una producción de maíz de semilla criolla produce menos que el de la híbrida y transgénica. Pero en el caso del feijão (frijol), las cantidades de uno y otro no presentan tantas diferencias. “El guardián y productor no tiene que comprar las pipas porque ya las tiene, eso abarata costos y también precisa de menos insumos externos para producirlas. Promueve así la autonomía y seguridad alimentaria de familias campesinas y pequeños mercados locales”, concluye el experto.
Las mujeres son fundamentales para su preservación y cultivo. Como doña Osvaldina, ellas las atesoran durante tres y cuatro generaciones en paños húmedos y frascos. Y, más recientemente, en neveras. “Si no fuera por ellas, no existiría diversidad de estas pipas en el mundo”, dice Felipe Huff, agrónomo y agricultor familiar gaucho que administra 300 frascos de semillas autóctonas en Casa Gaia junto al Núcleo de Estudios en Agroecología (NEA) en Paraíso do Sul, a 226 kilómetros de Porto Alegre, la capital del Estado.
Historiadores y guardianes de semillas de la región cuentan que las criollas de feijão miúdo (una alubia blanca) llegaron de África, escondidas en los cabellos de las mujeres esclavas y por eso conservan una identidad y una riqueza genética enormes. La práctica de su producción está impregnada de conocimientos ancestrales y culturales. Por ejemplo, según las tradiciones, se reserva el cultivo del ajo y la cebolla para Semana Santa mientras que el melón solo se trabaja en noviembre, próximo a la conmemoración del Día de Muertos. “La agricultura es un sentimiento que relaciona personas con la naturaleza, con experimentos de cruce de plantas, pero de manera artesanal, de conocimientos culturales y fases de la luna. Eso también es ciencia y técnica”, reflexiona Huff.
En épocas de bonanza, de 500 gramos de semillas criollas, doña Osvaldina obtenía 2.000 kilos de cebolla por año. La vendían por 0,02 centavos de dólar a intermediarios que las ofrecían en supermercados a 0,80. “Paramos de producirlas porque era mucho trabajo para tan poco retorno. Y diversificamos la producción con arroz, pero de semillas híbridas para poder comercializarlas mejor”, explica Magda Carneiro Vieira, hija de la agricultora. En la región sur del Brasil (los Estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná) hoy existen seis asociaciones y 350 guardianes de estas semillas autóctonas.
Doña Osvaldina sigue produciendo semillas criollas de cebolla y maíz blanco solo para consumo familiar. El terreno ocupa un cuarto de hectárea en el fondo de la casa. Con entusiasmo, cuenta el proceso de producción: “Para obtener las de cebolla, le corto la cabeza de arriba a una de ellas, la semi entierro, dejando al aire una partecita.A los tres meses recojo los bulbos y ahí están”, explica. Para sacarles la cáscara que las recubre, la mujer sacude un colador gigante de agujeritos
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milimétricos al aire libre y así se desprenden. Para esta tarea cuenta con la ayuda de sus dos nietos. En el mes de abril del año siguiente, las replantará para obtener las cebollas.
En esta sociedad en constante transformación, es común sufrir el asedio de productos químicos y agrotóxicos. “Mantenerse al margen, es preservar alimentos ricos nutricionalmente debido a su variabilidad genética y composición química”, explica Miqueli Sturbelle, integrante del Movimiento de Pequeños Agricultores de Rio Grande do Sul.
En este sentido, el apoyo del Estado resulta fundamental para que pequeños agricultores y campesinos las cultiven y conserven. “En los años del Gobierno de Bolsonaro no hubo recursos ejecutados para llevar adelante los programas para adquisición de alimentos de agricultura familiar y derivados”, agrega el investigador Bevilaqua.
La mirada está en el futuro pero también en rescatar este trabajo y producción de comunidades quilombolas, indígenas, campesinas, pequeños agricultores y cooperativas. “La agroecología y producción orgánica pueden sustentar al mundo”, dice convencido Miqueli Sturbelle, de la cooperativa Cooperfumos. “Para eso es necesaria una gran transformación de la sociedad y de los patrones de consumo. La solución es pensar en una agricultura más sustentable con inversiones públicas e investigación. Usar menos fertilizantes químicos es un inicio para un cambio del sistema de producción global, ¿quién está dispuesto a comenzar?”.
BioFuente: https://elpais.com/america-futura/2023-01-19/del-pelo-de-las-esclavas-a-los-frascosde-las-campesinas-la-mision-para-proteger-las-semillas-criollas.html
Editorial
La Revista Agraria en su número 200
La RevistaAgraria,una iniciativa delCepes,nació en marzo de 1999.La vigencia de su visión inicial, señalada en el editorial de su primer número, se ha mantenido hasta la actualidad: «La visión de una agricultura nacional que pese a sus problemas está llena de posibilidades. Y el compromiso de participar en la búsqueda de soluciones a los obstáculos que impiden superar el atraso del agro para cumplir con el estratégico rol económico y social que le corresponde en el desarrollo del país».
Llegamos ahora al número 200. Durante la mayor parte de sus veintitrés años, nuestra revista se difundió nacionalmente, cada mes, a través del diario La República.
En los últimos años, sin embargo, vicisitudes de la vida limitaron su aparición a cuatro números anuales1
La posibilidad de su difusión digital, no obstante, ha hecho posible que su acceso sea hoy aún mayor.
Esfuerzo tan dilatado en el tiempo merecería una celebración. Lamentablemente, la intensidad y hondura de la crisis política y el comportamiento egoísta, obtuso e indolente de la clase política configuran un clima y un escenario inadecuados para ello.
Es ocioso repetir en este pequeño espacio los múltiples argumentos que justifican o condenan el comportamiento del expresidente Castillo y de sus ministros, así como el de los congresistas. Pero no es ocioso insistir, como hacen muchos pero no los suficientes, que lo que corresponde en el momento actual es crear las condiciones para nuevas elecciones generales y aprobar las reformas políticas necesarias para no repetir lamentables experiencias del pasado. Es el justo clamor de la mayoría de la población.
El factor clave para que ello ocurra son las decisiones del Congreso. Un primer paso ha sido aceptar
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que se adelanten las elecciones generales. Pero, lamentablemente, la trayectoria de este Congreso ha demostrado en reiteradas oportunidades su indiferencia hacia los intereses nacionales y la población a la que dice representar. Que la población así lo percibe lo muestra el altísimo porcentaje de ciudadanos que lo rechaza.
Para conducir al país en paz hacia las elecciones generales es también esencial la capacidad de liderazgo que pueda demostrar la presidenta Dina Boluarte. Alcanzar esa calidad de líder pasa, sin embargo, por el rechazo absoluto a la violación de los derechos humanos y por asumir la responsabilidad que le corresponde por el homicidio de decenas de ciudadanos.
La actual coyuntura ha puesto nuevamente sobre el tapete el reclamo por una nueva Constitución, expresado por importantes sectores de ciudadanos. Hacerlo es un proceso complejo, pues requeriría de consensos en una sociedad muy polarizada. Pero debería comenzar por un debate de contenidos, es decir, por cuáles son los temas y dilemas principales de una nueva Constitución. Por el momento, ese reclamo no ha pasado de ser una consigna sin contenido, pero expresa el sentimiento de que el orden de cosas en el Perú tiene que cambiarse porque no da los resultados a los que la población tiene derecho: la construcción de una sociedad más democrática, justa, equitativa y sostenible. Un debate inteligente y responsable puede ser muy positivo para el país y ojalá contribuya a despejar odios y resentimientos y a afianzar los valores republicanos.
Fernando Eguren Director de La Revista Agraria
Nota
1 La totalidad de las ediciones son accesibles en https://larevistaagrariaperu.org/
Algunos hitos de la política agraria de 2022
Fernando Eguren1
Concluido el Gobierno de Pedro Castillo, cabe hacer una primera revisión de algunos hitos de la política agraria del último año.
La tan anunciada segunda reforma agraria (SRA) que debería ser el eje orientador de la política agraria de Castillo nunca despegó. En realidad, consistía en una serie de lineamientos que, en su mayoría, ya estaban contenidos en la Ley 30355, de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar, promulgada en noviembre de 2015; esta ley tampoco ha sido implementada a pesar de tener un reglamento aprobado y de un plan de acción. La SRA cumplió más el papel político de mantener en alto esperanzas y expectativas, que el de conducir a realizaciones concretas en favor de la agricultura familiar.
Pero donde se puso a prueba la capacidad de la política agraria del gobierno fue en la crisis alimentaria.
La crisis alimentaria
Esta crisis estaba anunciada desde antes de las elecciones que llevaron al poder a Castillo. En su informe correspondiente a 2020, la FAO alertó que «el hambre a nivel mundial [aumentaba] lentamente desde 2014» y que era probable que la seguridad alimentaria y el estado nutricional de los grupos de población más vulnerables se deterioraran aún más debido a las repercusiones socioeconómicas y sanitarias de la pandemia de coronavirus (covid-19)2
Las estadísticas oficiales del Perú corroboraban esta tendencia, dando cuenta de que la importante
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inclinación a la reducción de la desnutrición infantil en el país, lograda desde la primera década del siglo, se había morigerado ya antes de la pandemia. La covid-19 ha tenido un gran impacto en la pobreza infantil: un total de 1,2 millones de menores de 18 años podrían haber caído en pobreza el primer año de la pandemia3
Ninguno de los partidos que compitió en las elecciones de 2020 recogió en sus programas de plan de gobierno la cuestión alimentaria, cuya crisis, a esas alturas, no constituía solo una amenaza, sino que daba claras manifestaciones de que ya estaba ocurriendo.
Las alertas internacionales fueron más allá de la constatación del aumento de personas hambrientas en el mundo, y se ampliaron a la crítica del propio sistema alimentario global.
Según el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, este sistema tenía «fallas» que había que superar si no se quería que se tornara imposible alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible (ODS) al 2030 acordados por todos los países del globo , en particular el segundo: «Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible».
El gobierno negó la crisis alimentaria
Lo más sorprendente es que el Gobierno de Castillo no reconoció que teníamos una crisis, como si el Perú fuese una isla protegida en un planeta agobiado por la inseguridad alimentaria y los efectos de la covid-19. En los diez mensajes que Castillo dirigió a la nación desde el comienzo de su gobierno, en julio de 2021, hasta el penúltimo, el 24 de noviembre pasado (el último causó su destitución el 7 de diciembre), el mandatario nunca mencionó la existencia de una crisis alimentaria, ni menos, claro está, ninguna medida para enfrentarla (pues no se enfrenta aquello que no se reconoce como problema). Por el contrario, mostrando una ignorancia supina o una insensibilidad extrema , indicó, a fines de mayo, que «hambruna solo les va a dar a los que no trabajan, a los ociosos», pues, «como somos un pueblo trabajador, le vamos a ganar a la hambruna»4
En el discurso que presentó virtualmente, el 27 de octubre, en el Foro Mundial de la Alimentación de la FAO, el presidente Castillo no mencionó ninguna medida específica para enfrentar la crisis; se limitó a repetir su propuesta de segunda reforma agraria, que, a un año de su solemne anuncio, nunca se tradujo en hechos concretos.
En la misma actitud de minimizar la crisis alimentaria, Aníbal Torres quien fuera presidente del Consejo de Ministros durante nueve meses declaró que «La inseguridad alimentaria es mundial. Se dice que va a haber una hambruna general, pero el Perú no va a sufrir de eso porque vamos a tomar todas las medidas a fin de que eso no ocurra. No nos va a faltar qué comer»5
Una de las medidas propuestas por Torres fue la compra de urea en el mercado internacional, por 384 millones de soles, medida que se complementaría con la distribución de guano de isla.
El fiasco de la importación de la urea
Dado que el Perú es el segundo importador de fertilizantes de Rusia en América Latina, la guerra en la que está involucrado ese país nos afectó de manera directa, por lo que resultaba urgente encontrar nuevos proveedores. Es de dominio público que la operación de importación de fertilizantes fue un fiasco mayor que atravesó cuatro gestiones ministeriales: la de Zea, la de Alencastre, la de Ocampo y la de Altamirano último ministro de Agricultura del Gobierno de Castillo . En el camino, hubo denuncias de corrupción en los procesos de compra, se removieron funcionarios y se redujeron los montos asignados a la compra del fertilizante. La fragmentada información proporcionada por los funcionarios del Estado ha provocado una gran incertidumbre entre los agricultores, aún no disipada. El gobierno jamás reveló cuál era el stock de urea en manos de las empresas privadas, que eventualmente podría haber sido vendido a la pequeña agricultura con subsidios acordados entre el sector privado y el Estado. Tampoco informó con qué criterio estableció el volumen que debía importarse: inicialmente, lo fijó en más de 65 000 toneladas6, para luego reducirlo a 44 000. En forma reiterada, insistió en fechas precisas para la llegada de la urea a puertos peruanos, las que nunca se cumplieron.
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Con tantas inconsistencias, se prevé que la etapa más difícil la de distribución de la urea luego de su arribo a puerto será un proceso extremadamente confuso, por varias razones. La primera: se trata de decenas de miles de agricultores, dispersos en todo el territorio nacional. La segunda: no se han establecido con claridad los criterios para determinar las prioridades de distribución; ¿será por territorios? ¿por tipo de cultivo? ¿por tipo de agricultor? La tercera: el Ministerio de Agricultura carece de experiencia de distribución, lo que es muy preocupante dada la situación casi calamitosa en la que el organismo se encuentra hoy. La cuarta: organizaciones de distinto tipo compiten y se disputan el derecho de encargarse de la distribución, sin ninguna experiencia y con la posibilidad de que atiendan de manera preferente en actitud clientelista a sus asociados.
Y finalmente la quinta razón: en los diferentes momentos del proceso de distribución, la corrupción será una tentación que la gestión gubernamental ahora, de Dina Boluarte muy posiblemente no esté en capacidad de controlar.
Complementar la provisión de urea con la del guano de isla fue la segunda propuesta de Torres. El guano ya había sido mencionado por el ministro Zea, quien afirmó en abril que se quintuplicaría su extracción, para pasar de las 20 000 toneladas anuales a «superar las 104 000 toneladas» hacia finales de 2022 7
Esta oferta del ministro era manifiestamente falsa porque no existe esa disponibilidad: en promedio, la extracción anual de guano de isla en el quinquenio 2015-2019 fue de 25 000 toneladas 8. Posteriormente, a mediados de junio, el ministro Alencastre advertía que la oferta de Zea era imposible de cumplir, pues «no tenemos la capacidad logística de extraer todo, así sea necesario [...] no estábamos preparados para una emergencia de este tipo»9
El plan de extracción de guano tamizado, para 2021, se estimaba en 23 981 toneladas10; mientras que para 2022, optimistamente, Agro Rural esperaba que se extrajeran y procesaran aproximadamente 40 000 toneladas, cálculo basado en el más reciente censo poblacional de las especies en las 22 islas y las 8 puntas guaneras que Agro Rural administra11.
La débil institucionalidad agraria
El Ministerio de Agricultura como llamaremos a un ministerio que absurdamente cambia de nombre con frecuencia no se ha caracterizado a lo largo de su historia por su fortaleza institucional. Aun cuando el peso combinado de lo rural-agrario en lo demográfico, laboral, productivo y ambiental es el más importante en las regiones fuera de la Lima urbana, este ministerio, históricamente, no ha recibido del Estado la atención que merece, y sus sucesivas reorganizaciones y cambios de denominación no han alterado ese hecho. Sin embargo, a pesar de esta debilidad, había logrado una capacidad de gestión de varios servicios importantes, producto de la experiencia acumulada. Es esta capacidad la que se desmanteló con el advenimiento del Gobierno de Castillo.
La expresión más obvia de este afán precarizador de la institucionalidad del ministerio ha sido la inestabilidad de su personal, comenzando por los propios ministros. Durante el Gobierno de Castillo hubo siete; a excepción del primero, Víctor Maita, ninguno duró más de tres meses. Eduardo Zegarra, exjefe de asesores de Maita, refirió que el tercero en orden de sucesión, Óscar Zea, cambió a 44 altos directivos y en la práctica descabezó todos los cargos importantes del Midagri, lo que Zegarra calificó de algo «muy grave», pues sostiene eran funcionarios que trabajaban en la lógica de la segunda reforma agraria12. Sin llegar a los excesos de Zea, otros ministros designaron en cargos importantes a funcionarios inexperimentados. Es esta inestabilidad lo que impidió la continuidad en la implementación de las políticas y programas del ministerio, y ha sido particularmente perjudicial debido al contexto de crisis agroalimentaria que vive el país, en el que al Midagri le correspondía una altísima responsabilidad de liderazgo. A esta precariedad institucional debe atribuirse, en buena medida, tanto la frustración de la importación de la urea como la inaplicación de la segunda reforma agraria.
La confusa relación con los gremios
La confusa relación de los sucesivos ministros con los gremios agrarios debe considerarse como parte de la débil institucionalidad señalada. El primer ministro de Agricultura fue designado por el
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presidente Castillo a partir de una terna de dirigentes gremiales que lo habían respaldado en el difícil contexto de la segunda vuelta electoral: Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro; Marino Flores, dirigente de la Cunarp; y Víctor Maita, dirigente de la Confederación Nacional Agraria. En este último recayó el nombramiento.
Desde el comienzo del Gobierno de Castillo y de la designación de Maita como primer ministro de Agricultura, los gremios iniciaron una competencia por quién se acercaba e influía más en el ministro.
Junto al entusiasmo inicial que provocó en muchos está relación gremios-gobierno, Luis Cruz, un experto en cuestiones agrarias que vivió de cerca este proceso, mostró su escepticismo acerca de las calidades del nuevo ministro: «no dejaba de preocupar el perfil del nuevo ministro, quien, si bien tenía amplia trayectoria como luchador social, era una persona joven, sin experiencia en administración pública y con conocimiento limitado de la compleja realidad agropecuaria. Además, asumía sin un equipo técnico de respaldo y sin contar con un plan de acción»13.
La deficiente gestión conducida por el inexperimentado ministro creó «descontento y frustración en los dirigentes, gremios y sus representados, impulsando la desunión y, por ende, el debilitamiento del movimiento social agrario; esto condicionó la aparición de posiciones y personajes oportunistas. Se retrocedió en el fortalecimiento y unidad gremial»14. En ese proceso, surgieron iniciativas como la Plataforma Nacional del Agro Peruano (Planagro), cobijada por los sucesivos ministros de turno y conformada al inicio por un inusual híbrido de organizaciones campesinas (CCP, CNA), empresariales (Asociación de Gremios de Productores Agrarios, AGAP) y de regantes (Junta Nacional de Usuarios de los Sectores Hidráulicos de Riego del Perú).
Planagro, que gozaba de apoyo casi oficial, pretendía competir con la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), foro que, terminada la gestión de Maita, ha mantenido una necesaria y prudente distancia crítica del gobierno.
En síntesis, en lo que duró el Gobierno de Castillo, la política agraria constituyó una frustración para quienes creían que, por fin, la agricultura familiar recibiría el merecido apoyode un Ministerio de Agricultura comprometido y eficaz; que la crisis alimentaria sería afrontada con decisión y sensibilidad; y que los gremios agrarios serían respetados en su autonomía e invitados a participar con seriedad en las decisiones del sector.
¿Tendrá el (precario) gobierno de la presidenta Dina Boluarte la capacidad de comenzar la recomposición del Midagri y superar la calamitosa situación de la política agraria actual?
Notas
1 Director de La Revista Agraria.
2 FAO (2020). El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo.
3 Unicef (16 de marzo de 2021). «Elprogreso ha retrocedido en prácticamente todos los indicadores importantes relativos a la infancia, dice UNICEF un año después de la declaración de la pandemia». En http://bitly.ws/ycgn
4 Declaraciones en visita al valle de Chancay-Huaral. En https://cutt.ly/u1Xzoud
5 Gestión (25 de mayo de 2022). «Aníbal Torres: “El Perú no va a sufrir hambruna, no nos va a faltar qué comer». En https://cutt.ly/F1PI7rQ
6 Agro Rural (8 de setiembre de 2022). Informe N.o 3150-2022-MIDAGRI-DVDAFiR-AGRORURALDE/UA-SUA.
7 Midagri (22 de abril de 2022). «Ministro Zea: “Vamos a garantizar la seguridad alimentaria de nuestra población”». En http://bitly.ws/ybfF
8 INEI (2020). Perú. Anuario de estadísticas ambientales 2020.
9 Gestión (10 de junio de 2020). «Midagri reconoce que no podrá extraer los 102,000 TM de guano de isla, solo el 58 %». En http://bitly.ws/y5JE
10 Agro Rural (octubre de 2021). Plan anual de comercialización 2021, p. 13. En http://bitly.ws/y5JG
11 Agro Rural (14 de febrero de 2022). «Agro Rural estima que se extraerán 40 mil toneladas de guano de las islas para este 2022». Estos estimados son anteriores a la epidemia de influenza aviarque se extendió entre las aves dellitoral que ocupan las islas guaneras desde noviembre de 2022, lo que posiblemente afecte el volumen de guano disponible. En http://bitly.ws/y5JI
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12 Gestión (23 de abril de 2022).
13 Cruz, L. (julio de 2022). «¿Los gremios al poder?». En II Reforma Agraria. La agricultura familiar como centro de las políticas públicas. ANPE, p. 100.
14 Ibid, p. 104
La totalidad de las ediciones son accesibles en https://larevistaagrariaperu.org/
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CALENDARIOAGROECOLOGICO LASEMANA
ENERO
* Domingo 1 de
* Domingo 22 enero: Año Nuevo Chino. El Año del Conejo de agua.
FEBRERO
* 2 febrero, Día Internacional de Los Humedales
* 14 febrero, San Valentín Día de la Amistad
MARZO
* 8 marzo, Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional
* 15 marzo, Día Mundial del Consumidor.
* 22 marzo, Día Mundial del Agua
* 24 marzo, Día de Creación del Grupo WIE Perú del IEEE
ABRIL
* 1 abril, Día Mundial de la Educación
* Jueves 6 de abril: Jueves Santo. Feriado
* Viernes 7 de abril: Viernes Santo. Feriado
* 7 abril, Día Mundial de la Salud
* Domingo 9 de abril: Domingo de Resurrección. Feriado
* 11 abril, Día del Niño
* 22 abril, Día Mundial de la Tierra
MAYO
* Lunes 1 de mayo: Día del Trabajo. Feriado
* domingo 8 mayo, Día de la Madre
* 22 mayo, Día Mundial de la Diversidad Biológica
* 27 mayo, Día del Idioma Nativo, el Quechua
* 30 mayo, Día Nacional de la Papa
* 31 mayo, Día del NO Fumador; Reflexión sobre los desastres naturales
JUNIO
* 5 junio, Día Mundial del Medio Ambiente
* domingo 19 junio, Día del Padre
* 21 junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía
* 24 junio, Día del Campesino, Inti Raymi, feriado
* Jueves 29 de junio: San Pedro y San Pablo. Feriado
* 30 de Junio, día nacional de los granos andinos: quinua, kañiwa, kiwicha, tarwi.
JULIO
* 6 julio, Día del Maestro,
* 11 julio, Día Mundial de la Población
* Viernes 28 de julio: Fiestas Patrias. Feriado
* Sábado 29 de julio: Fiestas Patrias. Feriado
AGOSTO
* Domingo 6 agosto, Batalla de Junín
* 9 agosto, Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.
* 12 agosto, Día Internacional de la Juventud
* 19 de agosto (1989-2023) Trigésimo tercer (34) aniversario RAE Perú
10
* 22 agosto, Día Mundial del Folklore
* Miércoles 30 de agosto: Santa Rosa de Lima. Feriado.
SETIEMBRE
* 1 setiembre, Día del Árbol
* 12 setiembre, noveno aniversario de la Red de Ferias y Mercados Ecológicos
* 16 setiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono
* 21 setiembre, Día Internacional de la Paz.
* 23 setiembre, Día de la Juventud y la Primavera.
OCTUBRE
* Domingo 8 de octubre: Combate Naval de Angamos. Feriado
* 15 octubre, Día Mundial de la Mujer Rural
* 16 octubre, Día Mundial de la Alimentación
* 19 octubre, (2007-2023) Décimo sexto aniversario de la Plataforma PERÚ País LIBRE DE TRANSGÉNICOS
* 29 octubre, (2004-2023) décimo noveno aniversario de la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético
NOVIEMBRE
* Miércoles 1 de noviembre: Día de todos los Santos. Feriado
* 7 noviembre, (2002-2023) vigésimo primer aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos
* 10 noviembre, Día del Libro
* 17 noviembre, (1998–2023) Aniversario 25 del Grupo EcoLógica Perú
* 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño
* 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer
* 29 noviembre, (1978-2023) el Centro IDEAS celebra su 45 aniversario
DICIEMBRE
* 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA
* 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos.
* 3 diciembre, Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica.
* 6 diciembre, (1999-2023) Vigésimo cuarto Aniversario de la BioFeria de Miraflores.
* Viernes 8 de diciembre: Inmaculada Concepción. Feriado
* Sábado 9 de diciembre: Batalla de Ayacucho. Feriado
* 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos
* 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano
* Lunes 25 de diciembre: Navidad. Feriado
* Lunes 1 de enero 2023, feriado
BIOCOMPARTIENDO # 2- 2023
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• Centro IDEAS: Innovando procesos de calidad de vida
• RAE Perú (Red de Agricultura Ecológica del Perú) Promoviendo sociedades con cultura agroecológica
• Consorcio Agroecológico Peruano - CAP
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