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TODOS SOMOS RESPONSABLES DEL PLANETA
Amigo lector, permítame presentarle la siguiente situación, ya que sus puntos de vista son muy importantes. Cuando uno vive en una casa o departamento prestado o rentado, ¿verdad que tiene la obligación moral de cuidarlo? Ya sea por beneficio propio para vivir
en un ambiente sano, o hasta a futuro para cuando quiera dejar el mismo, no tener problemas con el dueño. Bueno, ahora considere que La Tierra es ese departamento donde vivimos y que no somos los dueños. Quiero que me ayude a comprender: ¿qué es lo que nos hace pensar que sí lo somos? La Tierra es nuestro hogar, pero es un hogar que no nos pertenece, que es prestado de buena fe y que nosotros, todos, absolutamente todos, de alguna manera en mucho o en poco, lo dañamos. Tenemos que despertar ya de esta apatía, de esta comodidad, porque estamos infringiendo este daño tan grande a nuestro planeta. Al no ser responsables de nuestras acciones no sólo nos dañamos a nosotros mismos; sino a miles de personas en un acto que, como una bolita de nieve que cae por una pendiente, va creciendo hasta hacer toda una gigantesca bola de problemas que nos va a venir a tronar en plena cara. Comenzaré por una simple acción que en efecto cascada se convierte en un grave problema para todo ser vivo.
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Ejemplo 1.- Saco a pasear a mi perro y no recojo sus heces. Tú puedes decir: “Ay, no exageres, ¡no pasa nada!” pero te informo que tan sólo en la ciudad de México cada día se agregan al aire de la ciudad media tonelada de excrementos de perros dejados en las vías públicas; esta sencilla acción a las pocas horas provoca que miles de insectos sean atraídos y dejen sus huevecillos, se contaminen con bacterias y parásitos incrementando los problemas de salud. Ahora, imagina que ese aire contaminado con heces lo respira un niño en situación de pobreza y, en tan sólo dos años, éste se enferma. Ahora te pregunto: ¿somos o no responsables? Ejemplo 2.- Ahora, con esta pandemia, gran can-
tidad de guantes desechables y cubrebocas han sido
desechados de forma incorrecta y, desgraciadamente, los mares y ríos ya resultan afectados. Pero ¿aquí quién es el culpable? ¿La persona que tiró el cubrebocas a la calle? ¿La persona que los echó a la bolsa de la basura, los revolvió y no los separó como residuo biológico? ¿El ayuntamiento, porque no tiene suficientes camiones para atender a toda la ciudad? ¿Los regidores, directores, secretarios por permitir que se tire basura donde no se
debería? ¿Los legisladores por no hacer su trabajo? ¿O yo, como ciudadano, porque estoy muy cómodo en mi casa y no me involucro, es decir, no tomo la responsabilidad que me toca? ¿Quién debe de estar pendiente de que los funcionarios públicos realmente realicen su trabajo? ¡Pues nosotros, claro!, ya no podemos seguir con esta apatía, con esta indiferencia porque ya estamos perdiendo. Tenemos la obligación de dejar un ambiente sano a las generaciones por venir; no dejar enormes problemas por resolver. Es muy injusto dejar a las generaciones que no han nacido que resuelvan el qué hacer con 2000 toneladas diarias de basura que tan sólo la ciudad de Guadalajara genera. ¿Acaso sabe a dónde la llevan? ¿Si la separan? ¿Cómo son tratados los desechos? ¿Acaso se ha involucrado para separar los residuos de su casa? ¿se ha preocupado por saber si el camión de la basura tiene los compartimentos para recibir los diferentes tipos de desechos? La respuesta es simple: la apatía e indiferencia de la gente es tal, que esas acciones no se han logrado. No nos damos cuenta o más bien, no queremos darnos cuenta de que esa indiferencia, ese egoísmo es lo que mata y daña a otros. Y esto, amables lectores, tarde o temprano la naturaleza nos lo va a cobrar. Ejemplo tres: La pandemia: En algunos casos, se entiende que las personas puedan ser portadoras y no saberlo, y así transmitir el virus a otras personas. Pero cuando es de su conocimiento que se estuvo en contacto con una persona enferma y se continúa como si nada hubiera pasado, saliendo a diversos lugares, ¿no cree que eso es una irresponsabilidad que raya en el egoísmo puro? Conozco el caso de una persona que fue invitada a una primera comunión, la persona ya se sentía algo mal y sabía que estuvo en contacto días atrás con un grupo de amigos y que uno de ellos ya tenía COVID, a la persona no le importó y aun así fue al evento, propagando el virus y, como resultado, la abuelita del niño que hizo la primera comunión enfermó gravemente a causa del virus. ¿O qué me dice de las personas que van por la calle y traen el cubrebocas mal puesto? ¿O de los que no guardan la distancia mínima? De todas estas acciones, nosotros somos responsables. Siempre creemos que a todo mundo le puede pasar, menos a nosotros. Ejem plo 4.- El
consumo excesivo de combusti -
bles fósiles, como el diésel y gasolina, impactan en el cambio climático; no hace ni un año cayó una granizada atípica en Guadalajara y Tlaquepaque que ocasionó que la av. Lázaro Cárdenas se viera inundada de granizo, que cubrió entre 1 a 1.5 metros de altura, afectando cientos de hogares con pérdidas económicas millonarias… algunos perdieron sus vehículos, otros, sus muebles, otros sus casas. Si a usted le hubiera sucedido algo así ¿lo creería justo? Ejemplo 5: ¿Sabe cuántas especies mexicanas, tanto de flora como de fauna, tiene México? ¿Qué hacemos para protegerlas? ¿Sabe cuántas áreas naturales protegidas hay en México? ¿Sabe si son cuidadas o explotadas? Finalmente concluyo… Todo lo que hacemos día con día impacta, ¡por eso debemos de actuar ya, comprometernos y responder por nuestra nación!