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VALÓRAME E INCLÚYEME COMO SOY
El fenómeno de la discapacidad intelectual está muy presente en nuestras familias y ciudades; sin embargo, no se puede afirmar que sea muy estudiado y atendido: demasiados niños, jóvenes y adultos no ven reconocidos en la práctica diaria sus derechos a una vida digna y a la inclusión social. El pasado agosto fui invitado a participar a la conmemoración del XXVIII aniversario de fundación de la Casa Hogar “Acéptame como soy”, gestionada por la homónima Asociación Civil en Oaxaca. Se dedica, en efecto, a una población poco reconocida: las personas con discapacidad intelectual severa provenientes de un ámbito social marcado por falta de muchos recursos. “Acéptame como soy” es un lema muy atractivo que podemos también declamar como aparece en el título de este editorial. Ya en los últimos años del siglo pasado, los religiosos de la Orden de San Camilo de España habían dado vida a una forma de colaboración con dicha AC. En particular se realizó una tarea de formación con maestros visitantes – recordemos al hno. Paxti Zuza y al p. Salvador Pellicer – y con un apoyo económico que continúa hoy en día. Hace 10 años empezó la co-
laboración de la comunidad de los religiosos de San Camilo y del
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Centro San Camilo de Guadalajara: propuesta de talleres, contribución económica por parte de los religiosos y una iniciativa para involucrar a algunas familias para apoyar esta hermosa iniciativa. Efectivamente, con la ayuda de Alejandra y Paco, un matrimonio que desarrolla su voluntariado en el Centro San Camilo, se está realizando un proyecto que no sólo permite solventar gastos, sino, ciertamente más importante, llevar adelante las iniciativas formativas y facilitar las disciplinas terapéuticas que tanto requieren los beneficiados.
Se trata de un proyecto pun-
tero en educación de personas con
discapacidad intelectual severa. Los resultados que puede acreditar esta institución son halagadores y la ponen como proyecto de referencia para todo el país. Muy buena es la colaboración con el Sistema DIF de Oaxaca, con representantes de los Gobiernos estatal y municipal, con la Defensoría de Derechos Humanos del Estado de Oaxaca, con otras instituciones y asociaciones. La AC dedica una parte importante de su compromiso al acompañamiento de las familias, pieza clave para el bienestar de los jóvenes y adultos. Lo que más llama la atención es la prioridad dada a la formación: los usuarios de la Casa Hogar no son “enfermos”, personas con discapacidad u otros calificativos: son “alumnos”. Se está invirtiendo en la formación de las posibles habilidades para dignificar su existencia y llevarlos al mayor grado de libertad posible: particular énfasis se dedica a las habilidades sociales, para que desarrollen cada vez más su competencia en las relaciones y se disminuyan los fenómenos de exclusión. En representación de los religiosos Camilos de España acudió Miguel Ángel Millán, director técnico de la Fundación
Camilo de Lelis. En el marco de este aniversario impartió algunas actividades formativas para diferentes asociaciones que se dedican al sector de la discapacidad. Muy buena fue la participación de los alumnos, con danzas y poesías, de familiares, de todo el equipo de Casa Hogar y de los colaboradores habituales del proyecto. Todo esto ha sido posible gracias al compromiso de la fundadora y actual Directora, la maestra María Andrade, una mujer tenaz, preparada y, sobre todo, entregada a este proyecto. Su pasión ha hecho posible la realización de lo que ella llama: un sueño. Esta experiencia ha motivado este número de la Revista Vida y Salud. Además del testimonio de María Andrade, se presentarán dos reflexiones: una sobre la importancia de un lenguaje respetuoso y preciso cuando se habla de estas personas; otro artículo sobre la necesidad de trabajar por una sociedad más inclusiva.