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1.2.4. Preparación y distribución del espacio y los materiales. Organización de los recursos humanos y materiales

generales, así como la operativización de los generales en las diversas sesiones que llevemos a cabo.

1.2.4. Preparación y distribución del espacio y los materiales. Organización de los recursos humanos y materiales.

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Una vez que tenemos clara la finalidad del taller, el análisis previo realizado y su contextualización se debe comenzar a organizar los diversos recursos con los que se cuenta o se necesita contar, así como la preparación y distribución del espacio donde se va a ejecutar la actividad.

Ilustración 12 Recursos humanos

En cuanto a los recursos humanos, nos debemos ceñir al tipo de competencias que tengan las personas para poder desarrollar el taller. De esta manera, según el tipo de taller deberemos contar con personas con conocimientos específicos en la temática de dicho taller y que tengan unas habilidades personales relacionadas con el tipo de metodología que vamos a emplear. Para cada sesión del taller puede ser necesario un determinado perfil profesional, por lo que debemos contar con esto a la hora de organizar la gestión de los recursos humanos. Una adecuada selección por competencias de las personas es la clave para el éxito de cada taller.

Los materiales como los espacios determinan en gran medida la buena consecución de los talleres, pero no se debe depender excesivamente de ello y muchas veces hay que apostar por la creatividad. Por tanto, hay que preverlos y tenerlos en cuenta.

Es importante también tener organizados todos los materiales necesarios,

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y llevar a cabo una ordenación sistematizada y por temáticas. De esta manera pueden existir infinidad de recursos materiales para el desarrollo de talleres, como por ejemplo:

Materiales fungibles: son aquellos cuyo uso tiene un fin, como pueden ser los folios, lápices, etc.

Materiales no fungibles: son aquellos que a pesar de su uso no se consumen, como pueden ser revistas, libros, etc.

Ilustración 13 Materiales

1.2.5. Selección y adecuación de las actividades a características, necesidades, e intereses de los usuarios. las

Para conseguir que un taller y las diversas sesiones sean exitosas, las actividades deben ser acordes a las características, necesidades e intereses de los usuarios/as, por lo que en la evaluación inicial y en el análisis del contexto debemos recoger toda esta información relativa a la tipología de las personas participantes (niños/ as, adultos/as, colectivos concretos, etc.), sus necesidades (ocio, aprendizaje, etc.) e intereses que nos den las suficientes pistas para que el taller encaje dentro los intereses y necesidades de la personas. No es lo mismo un taller para niños y niñas pequeños en el que puedan visitar un museo, que para personas de edad adulta que visitan el mismo museo; los intereses y necesidades serán completamente distintos para un menor, para el que la importancia recaerá en conocer lo que es en sí el museo, que para el adulto/a, para quien la importancia reside en la información cultural que le pueda ofrecer el museo.

Una vez que comencemos a desarrollar el taller también podemos detectar ciertos aspectos que nos lleven a adecuar la selección prevista de actividades. De

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esta manera, podemos por ejemplo comenzar con una actividad de visita a un museo que tenemos en una sesión de un taller, y en la sesión inicial de presentación del taller podemos detectar que la mayoría de las personas participantes ya han estado en dicho museo, por lo que debemos adecuar esta actividad y ofrecer otra diferente o hacer algo innovador en esta visita.

Ilustración 14 Actividad

1.3. Programas específicos de talleres y actividades según el tipo de instalación, medios disponibles y tipología de los clientes.

El tipo de instalación, los medios disponibles y la tipología de las personas participantes condicionan en gran medida la programación de cualquier taller, por lo que según esto muchas veces se puede hablar de programas específicos de talleres. De esta manera, se puede hablar de talleres específicos para personas extranjeras, para mayores, etc.

1.3.1. Nacionalidad de los participantes y clientes.

La nacionalidad es algo que se debe tener en cuenta a la hora de programar y desarrollar un taller y las distintas actividades que lo conforman, ya que las personas extranjeras, aparte del idioma, tienen una idiosincrasia cultural y social específica. No es lo mismo realizar un taller intercultural que un taller con personas de la misma cultura, ya que las formas de entender la realidad muchas veces son muy diferentes. Cuando nos encontramos con un grupo homogéneo debemos tener en cuenta las características específicas del grupo, pero cuando

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nos encontramos con un grupo heterogéneo hay que tener en cuenta el tipo de relaciones que se pueden dar.

El conocer exhaustivamente, pues, a las personas participantes es algo previo a la programación de las distintas actividades y que condiciona la selección de la actividad.

1.3.2. Edad: niños, adolescentes, adultos y mayores.

Según la edad, las personas tienen unos intereses y unas necesidades muy distintas. De esta manera, podemos poner el ejemplo de una persona joven que tenga un interés formativo, frente a una persona jubilada cuyo interés sea cultivar el ocio y pasar un rato agradable. Por ello, a la hora de programar un taller y las respectivas actividades debemos conocer la edad de las personas participantes. Un adulto normalmente acude a un taller o una actividad cultural por el mero hecho de realizar una tarea de socialización, pasar un momento que le aporte algo y con un alto grado de interés, ya que puede ser un tema que le despierte inquietud; no así un niño/a, que probablemente acudirá al taller de una manera totalmente desinteresada.

Ilustración 15 Edad

El proceso evolutivo de una persona es crucial a la hora de focalizar los intereses y motivaciones. De esta manera, no es lo mismo el estadio evolutivo de la vejez donde, en ocasiones, hay que tener en cuenta que los procesos mentales suelen ser más lentos y las condiciones físicas son diferentes a las de una persona joven. Por ejemplo, en una actividad en la que tengamos que estar de pie más de una hora es necesario analizar que las personas no sean muy mayores porque puede que les resulte muy pesado.

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1.3.3. Tipos de instalaciones.

Podemos hablar de dos tipos de instalaciones culturales: las instalaciones convencionales y las alternativas y/o espacios abiertos.

Las instalaciones convencionales son todas aquellas infraestructuras dotadas para un uso concreto como pueden ser los museos, salas de usos múltiples, cineteatro, centros sociocomunitarios, etc.

Las alternativas y/o espacios abiertos son todas aquellas instalaciones que se adecúan para el desarrollo de una actividad y un fin sociocultural.

Ilustración 16 Espacio abierto

Los espacios en los que se desarrollen programas específicos deben ser al mismo tiempo lugares de encuentro y difusión. En el momento en el que un espacio se transforma en lugar de encuentro, se convierte en punto de referencia para el colectivo que en él está trabajando y, a la vez, para los que desde el exterior lo perciben. Por tanto, al montar espacios e instalaciones habrá que tener siempre en cuenta las características, la opinión y la participación de la gente que los va ocupar y utilizar.

1.3.4. Necesidades materiales.

Las necesidades materiales vienen definidas por el tipo de actividad que llevemos a cabo, el número de participantes y su tipología. Una vez planificada, debemos analizar los materiales necesarios para desarrollar la actividad y/o las diversas sesiones.

Se debe prestar especial atención a los materiales fungibles, ya que a lo largo de las sesiones se deben ir reponiendo según la necesidad. También el material

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no fungible en cuanto en tanto no se utilice de una manera adecuada o no se sigan las instrucciones de utilización.

En un primer momento, se realizará una previsión de la necesidad de los distintos materiales y al finalizar cada sesión se irán analizando las nuevas necesidades.

1.3.5. Objetivos operativos.

Son aquellos que concretan los objetivos específicos de la programación general del taller. Son cuantificables, medibles mediante indicadores y directamente verificables. Así, permiten hacer seguimiento y evaluación del grado de cumplimiento de los efectos que se quieren conseguir dentro de dicha programación con los objetivos específicos. Son también denominados objetivos a corto plazo porque permiten determinar las acciones que se pretenden conseguir de manera inmediata.

1.3.6. Aspectos sociales y culturales relevantes en el grupo de participantes.

Los aspectos sociales y culturales también son muy determinantes a la hora de realizar la programación de un determinado taller, ya que el nivel cultural de todas las personas no es el mismo, y esto es algo que se debe tener en cuenta para que la actividad no quede descontextualizada y sea comprensible para las personas que acuden a ella.

40 Ilustración 17 Aspectos culturales

De esta manera el nivel cultural, el pertenecer a una determinada etnia, etc.

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