Teatro
Scene MESS ¿Qué es Europa? Un ritual de guerra András Urbán, director Sábado 20 y domingo 21 18:00 horas Teatro Principal Bosnia y Herzegovina
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Scene MESS ¿Qué es Europa? Un ritual de guerra Direccción: András Urbán Texto: Laszlo Vegel Elenco: Benjamin Bajramovic | Amar Custovic | Dzenana Dzanic | Mirna Kreso | Sanin Milavic | Vedrana Seksan Dramaturgia: Bojana Vidosavljevic Composición: Irena Popovic Escenografía: András Urbán Asistente de dirección: Zulfikar Filandra Asistente de escenografía: Jasmina Koluh Vestuario: Lejla Hodžic Fotografía: Velija Hasanbegovic Diseño gráfico: Bojan Mustur Producción ejecutiva: Ira Isovic | Belma Jusufovic | Aida Mujkovic Relaciones públicas: Una Bejtovic | Emir Muhamedagic Protocolo: Dajana Gurda Productor: Dino Mustafic Director de escena: Nihad Kapic Iluminación: Ognjen Martinovic | Moamer Sakovic Sonido: Momo Ladevic Guardarropa: Dzafer Musabegovic Asistentes: Ahmed Aozbo | Senad Zornic Utilería: Medina Begovic
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¿Qué es Europa? Un ritual de guerra András Urbán nació en 1970 en la ciudad serbia de Senta, es decir, fue un niño en la República Federal Socialista de Yugoslavia y un joven que vivió la trágica disolución del territorio más independiente y con mejor nivel de vida de los países bajo la influencia soviética, caracterizada por “la cortina de hierro” que separaba a Europa Oriental de Europa Occidental. Sin el desmembramiento de Yugoslavia, país que se formó en 1945, y las guerras étnicas que tuvieron lugar en los Balcanes en los años 90, no se entiende la creación artística de serbios, croatas, eslovenos, bosnios, macedonios, montenegrinos, las seis nacionalidades que ya se habían agrupado como el Reino de Yugoslavia en 1929, aunque ni entonces ni en la era del mariscal Tito cesaron las tensiones étnicas, religiosas, nacionalistas y económicas que han hecho de los Balcanes una de las regiones más intrincadas de Europa. Con la muerte, en 1980, de Josip Broz Tito, quien mereció que se dijera que Yugoslavia era un país con siete fronteras, seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un líder, comienzan los enfrentamientos nacionalistas que derivan en una de las guerras más cruentas del siglo xx entre serbios, croatas y bosnios. Las nuevas fronteras y los conflictos armados rompieron por más de una década las relaciones culturales y artísticas que habían mantenido los creadores escénicos más allá de sus identidades oficiales. Aunque fue el arte la mejor diplomacia posible para restañar las heridas abiertas por la guerra y los rencores nacionalistas que bañan la historia de los Balcanes desde la Edad Media.
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Tuve el privilegio de conocer la ciudad de Dubrovnik, que en cierto modo es la cuna del Festival Internacional Cervantino, en 1979, y de recorrer parte de Croacia y Serbia en vida de Tito, esto es, en aparente armonía. Fue un regalo de los dioses. Muchos años después conocí Sarajevo, la ciudad donde comenzó la Primera Guerra Mundial y la ciudad mártir que estuvo sitiada cuatro años por los serbios en los 90. Como fui jurado en uno de los festivales de teatro más antiguos de los Balcanes, pude palpar la tensión y la distensión de los artistas bosnios, croatas y serbios; la desconfianza y la camaradería; la distancia y la cercanía entre ellos. También supe que tenían una inquietud compartida, la misma de sus padres, sus abuelos, sus ancestros: ¿somos o no somos europeos?
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La pregunta Buena parte de la mejor literatura, la mejor dramaturgia, la mejor pintura y la mejor música de los artistas eslavos está dedicada al anhelo y el rechazo de ser europeos, a la indagación histórica de los lazos que los unen o los separan de la civilización griega y sus múltiples ramificaciones territoriales, lingüísticas, culturales, ideológicas. Por ello la pregunta de Laszlo Vegel, Bojana Vidosavljavic y András Urbán, desde el texto, la dramaturgia y la puesta en escena, es histórica: ¿Qué es Europa? ¿Un sueño o una pesadilla? Más bien una trampa, es su respuesta. El origen de este montaje está en tres ensayos de László Vegel que cuestionan dura y lúcidamente la admiración hacia Europa de la parte balcánica, por las razones equivocadas. Se ganó "la libertad", escribe el novelista, dramaturgo, ensayista y crítico de teatro serbio, se perdió la identidad. Los padres
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esconden su pasado socialista, los hijos son radicales de derecha. Lo balcánico es lo folclórico, lo turístico. En París, Londres, Berlín se escucha música balcánica, se admira el cine de Kusturika. La libertad, considera Vegel, los ha expuesto, los ha desnudado. El sueño de una Europa Central a lo Kundera, a lo Conrad, a lo Magris, se ha destrozado. La "libertad" ha terminado con la igualdad, con la fraternidad. Europa Central y los Balcanes se han desembarazado de sus cadenas y han perdido su identidad, concluye el ensayista, ironizando sobre la “esclavitud” de la era socialista. Por su parte, el autor, actor y director serbio hace esta pregunta desde Bosnia, es decir, con una producción del Scene MESS, la parte operativa del MESS International Theater Festival de Sarajevo. Y lo hace a la manera de Thomas Ostermeier, el director de la Schubühne de Berlín; considerando que el teatro también es una dimensión de la política y su expresión puede ser tan cruda, tan sucia, tan descarnada como la realidad. Menciono al notable director alemán sólo como referencia para el espectador mexicano que sabe poco o nada del teatro balcánico, porque desde sus inicios Urbán vio el teatro como el componente artístico de la acción ideológica, y ha obrado en consecuencia, pensando el teatro como un espacio que ocasionalmente ilumina la provocación. Para Urbán el teatro es una forma de comunicación que forma una realidad en sí misma, aunque nace de la comunicación con el actor, de la actuación verídica y la recepción del espectador. En cuanto a la pregunta: ¿Qué es Europa?, responde: una utopía, porque se idealiza como un camino imaginario hacia un futuro mejor que, sin embargo, no se contempla en el horizonte. Urbán toma
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en consideración a las generaciones que nacieron durante la guerra, que no conocieron la Yugoslavia unificada, de manera que para ellos el final de la guerra fue volver a casa, cada cual a su país, con un nacionalismo cercano a la obnubilación religiosa. Siguiendo a Vegel, el director considera que en el anhelo balcánico de abrazar a Europa no hay integración sino asimilación, y da cuenta del nacionalismo europeo que ve como un peligro a su identidad la migración de otras identidades. En suma, un espectáculo sólo en sentido expresivo de la palabra, porque la música y la puesta en escena condensan una crítica feroz a la perdida de la profunda identidad del ser humano en aras de la globalización. Los recursos de la puesta en escena son brutales, esto es, sucios, descarnados, directos, incómodos. Justo lo que pasa en México, un país en el que, sin la guerra que asoló a los Balcanes, hay más violencia, más crimen, más impunidad y cientos de miles más de muertos que en Sarajevo. Fernando de Ita
András Urbán Nació en Senta en 1970. En 1988 formó su primer grupo de teatro independiente y taller literario (fue autor, actor y director). Luego formó la compañía Aiowa, donde el teatro se consideraba una acción estética de caracter ideológico. Estudió dirección teatral y cine en la Academia de Arte en Novi Sad, y dirigió varias obras para el Teatro Nacional de Subotica. En 2000 concluyó sus estudios de dramaturgia bajo la dirección de Vlatko Gilic y Bora Draskovic, y se dedicó de lleno al teatro: fundó el festival internacional Desiré Central Station, montó piezas en Novi Sad y Belgrado, dirigió talleres en Rumania e hizo un
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viaje de estudio a Japón. Desde 2005 dirige el Teatro de la Ciudad “Dezso Kosztolányi” en Subotica. Urbán entiende el teatro como el espacio que en ocasiones saca a la luz una provocación, y donde las formas concretas de la realidad artística pueden ser pensadas, expresadas y organizadas. La obra es una forma de comunicación y constituye una realidad que existe por sí misma, aun cuando nace de la relación entre el actor, la realidad representada y el observador. Entre las obras que ha dirigido destacan, entre otras, Woyseck, de Bruckner; Hamlet, Fuck the Motherfucker Who Started This, de Dejan Dukovski; Picnic en el campo de batalla, de Fernando Arrabal; Lazarica, de Jordan Radickov (Balkanstage Bulgaria); The Children, Janos Pilinski/ Urban; Esperando a Godot, de Beckett.
Scene MESS Scene Mess forma el área de producción del MESS International Theater Festival. Tras numerosas producciones y coproducciones entre 1993 y 2014. MEES ahora es parte formal en la programación de eventos, aparte de sus otras actividades para el festival. En tanto compañía teatral, MESS ha producido/ coproducido 75 puestas en escena. Ha colaborado con 60 compañías e instituciones teatrales de 12 países. Además de montar obras en colaboración con agrupaciones locales –Teatro Drama Yugoslavo y BITEF en Belgrado; Teatro Nacional Montenegrino, Teatro de la Ciudad "Budva" y Teatro TD de Zagreb; el Teatro Nacional de Croacia "Ivan noble Zajc" de Rijeka; Teatro de la Juventud de Zagreb y Teatro Ex Ponto de Liubliana, el Small Drama Theater de Bitola–, MESS ha colaborado con las más reconocidas compañías: Teatro Glob de Burdeos, Corte Sconta de Milán, De Brakke Gron de
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Ámsterdam, y Schaubuehne am Lehniner Platz de Berlín. En esas producciones y coproducciones han intervenido 336 actores y 43 directores. Se asume como un espacio de libertad artística, donde los creadores pueden explorar nuevas vertientes, cuestionar y deconstruir a los clásicos de la literatura, escribir libretos, organizar preestrenos de sus obras y, en general, crear sus propios proyectos. Pero sobre todo es un espacio donde se pueden correr riesgos, ya que el progreso en el arte no es posible al margen de los riesgos y sin aventurarse por territorios inexplorados. Los resultados podrán ser impredecibles y diferentes, pero nunca anodinos o superficiales. Quiere establecer un contexto donde los equipos de trabajo puedan colaborar en la producción a partir de la sensibilidad individual de sus integrantes. Scene MESS no tiene una compañía estable y tampoco dispone de un grupo de autores. Cada montaje implica un grupo nuevo, lo cual permite una mayor fluidez, dinamismo e innovación, además de promover el desarrollo del teatro en Bosnia y Herzegovina Scene MESS ha elegido trabajar bajo el esquema de coproducción en tanto permite un intercambio creativo entre países y entre las compañías teatrales, pero además genera mayor desarrollo cultural. Scene MESS ha realizado montajes por todo Bosnia y Herzegovina gracias a la hospitalidad de colegas e instituciones de teatro de todo el país. Del mismo modo, Scene MESS desea retribuir mediante la creación de un punto de encuentro intermedio para la colaboración regional e internacional; un espacio que rezume diversidad y acoja la diferencia.
María Cristina García Cepeda Secretaria de Cultura Marcela Diez Martínez Directora General de Promoción y Festivales Culturales
Diego Sinhué Rodríguez Vallejo Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato Alejandro Navarro Presidente Municipal de Guanajuato Dirección General del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato
Luis Felipe Guerrero Agripino Rector General de la Universidad de Guanajuato
© XLVI Festival Internacional Cervantino
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