OEA ¿Reestructuración o inevitable desaparición? El papel actual de la Organización de Estados Americanos
Por: Carolina Toca Perea Resumen En varias ocasiones el presidente venezolano Hugo Chávez, ha mencionado la posibilidad de que su país se retire de la Organización de Estados Americanos y convocar la conformación de otro referente regional, más aún cuando la comisión de derechos humanos de la entidad critica a su gobierno por el incumplimiento, entre otras, de las recomendaciones de la Comisión y de los fallos de la Corte Interamericana. Pero la actual evidencia de una necesidad de reestructuración o de una inevitable desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA), no es propiamente mérito del presidente venezolano, es el resultado de la acumulación de décadas de sujeción a las necesidades de los diferentes gobiernos de Estados Unidos, republicanos o demócratas, que desde 1948 han marcado posiciones y estrategias que utilizan en América Latina.
Palabras clave Organización de Estados Americanos, Derechos Humanos, Corte Interamericana de Derechos Humanos, América Latina.
Autor Abogada de la Universidad Militar Nueva Granada, Magister en Asuntos Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Estudios en Cátedra Jean Monnet de Derecho Comunitario, Unión Europea. Investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Defensa y Asuntos
Internacionales, CESDAI. www.cesdai.org
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CAROLINA TOCA PEREA INVESTIGADOR CESDAI Es evidente que desde sus inicios la Organización de los Estados Americanos fue entendida como una organización internacional de carácter regional y como el principal foro político para el diálogo multilateral y la toma de decisiones en el ámbito americano. Los estados que adoptaron la Carta de la Organización de Estados Americanos, afirmaban su compromiso con las metas comunes y el respeto por la soberanía de cada uno. La declaración de la organización, afirma que trabaja para fortalecer la paz y seguridad, consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico y suscitar el desarrollo sostenible en América, por tanto en su accionar, busca construir relaciones más fuertes entre las naciones y los pueblos del hemisferio.
defensa, democracia, derechos humanos, sociedad civil y modernización institucional. Estas nuevas concepciones, si bien incentivaron la creación de un gran número de organizaciones políticas de ámbito americano alternativas a la OEA, como Unión de Naciones Suramericanas, Grupo de Río, Sistema de la Integración Centroamericana, y de tinte económico, Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe y Comisión Económica para América Latina y el Caribe, entre otras, tuvieron un efecto doble al interior de la región, porque pasaron a reemplazar teórica y prácticamente a la Organización, logrando especializarse y tratar temas específicos de interés regional que manejaba, o pretendía manejar la OEA.
No obstante, pese a estos deseos, durante las décadas de 1960 a 1980, los críticos y organizaciones sociales anti-estadounidenses denominaron a la Organización de Estados Americanos como la “oficina colonial en Washington para asuntos hemisféricos”, denominación que se debió a la dependencia en las decisiones impartidas por Estados Unidos hacia la región y porque en el transcurso de este tiempo no se ha visto específicamente, un apoyo real al desarrollo social y económico de los países.
Carente de autoridad política y moral 1 frente a los desafíos económicos, sociales, políticos, de desarrollo y de seguridad, cada vez enfrenta más voces sobre su inevitable reestructuración o desaparición. Las nuevas tendencias subregionales en el hemisferio, pueden terminar imponiendo una nueva organización o dejar que la OEA siga perdiendo eficacia en su accionar.
Esta es la contrariedad que surge al interior de la región, por un lado, mientras se trata de impulsar a la organización para que cumpla los objetivos para los cuales fue creada, la misma, accionada por algunos países que anteponen sus intereses políticos dificultando la eficacia de su accionar, no ofrece credibilidad ni utilidad en temas como paz, desarrollo social y desarrollo económico a la región. Ahora pues, no todo ha sido malo para la Organización de Estados Americanos, a partir de mediados de la década de los 90, la administración del entonces presidente norteamericano Bill Clinton, la convirtió en la correa de transmisión de las nuevas concepciones sobre seguridad,
¿La Organización de Estados Americanos cumplió su ciclo histórico?, es incierto anunciar una respuesta y no propiamente gracias a los populismos latinoamericanos. Por ejemplo, muchos consideran que sí Cuba regresara a la OEA, sería mucho menos una organización significativa, perdiendo los objetivos y los principios sobre los cuales fue creada. Es evidente que aunque en la actualidad, la Organización de Estados Americanos (OEA) sigue viva y en su interior se sigan discutiendo temas cruciales que favorecen o perjudican 1
Gracias a que varios países como bien lo referimos, anteponen sus intereses políticos en temas de su provecho o utilidad.
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OEA. ¿REESTRUCTURACIÓN O INEVITABLE DESAPARICIÓN? EL PAPEL ACTUAL DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS considerablemente a la región, su relevancia se seguirá viendo estropeada dado que no tiene ningún tipo de poder decisorio y permite que varios países antepongan sus intereses económicos, sociales y políticos antes que aceptar los intereses de la región, que constituyen la finalidad para la cual fue creada la organización. Hoy en día, existe la necesidad de marcar un rumbo para el hemisferio que se apalanque en movimientos de cambio, que permitan un desarrollo sostenido de la seguridad, la paz, el respeto por los derechos humanos, el desarrollo económico, político y social de los países miembros de la organización. Igualmente, la dependencia en las decisiones impartidas por Estados Unidos hacia la región, deberían manejarse en un contexto más amplio sin que se involucren el desarrollo social y económico de los países americanos. Por esto, la recomendación más viable, y sin necesidad de motivar su desaparición, sino por el contrario incentivar su reestructuración, la Organización de Estados Americanos OEA debe plantear las posibilidades de estructurar un nuevo consenso internacional que fortalezca el multilateralismo recuperando así su credibilidad y utilidad dentro de la región.
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