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ENTORNO
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AÑO 6 VOL. 1 2011
POLÍTICA EDITORIAL
COMITÉ EDITORIAL
EQUIPO DE TRABAJO DE ENTORNO
ENTORNO acepta colaboraciones de sus lectores. Los artículos recibidos deben estar redactados en formato WORD, con una extensión no mayor de 1,500 palabras; si incluye imágenes, deben estar en formato JPG con una resolución gráfica de 300 puntos por pulgada cuadrada [“dpi”]. El Comité Editorial evaluará los artículos recibidos y se reserva el derecho de publicarlos o no, al igual que el derecho de editar, titular y/o solicitar la revisión de todo artículo. El Comité no devolverá el material recibido. ENTORNO no es responsable del contenido de los artículos publicados. Cada colaborador es responsable de la veracidad, precisión y autenticidad de su artículo.
Rafael Castro Montes de Oca,
Editor Javier Román Nieves editor@revistaentorno.com
Presidente CAAPPR
Bennett Díaz,
Director Ejecutivo CAAPPR
Ivette Batista Jorge Carbonell Vladimir García Rafael Pumarada Carlos Preston
IMAGEN DE LA PORTADA
Ivonne Sanabria
Diseño gráfico Sofía Sáez Matos disenografico@revistaentorno.com Correctora Amapola Caballero Moreno corrector@revistaentorno.com Ventas Alisha Rhoades arhoades@caappr.com T. 787.724.1213 F. 787.724.3295 Almacén e inventario Ramón Ramos Carlos Rivera
Sin Título, Wall Map Series C-Print, 2005 Karlo Andrei Ibarra
Impresión Model Offset Printing AMIGO DE ENTORNO:
Landy Miguel Caballero Amigo de oro
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En ENTORNO queremos saber sus comentarios, sugerencias y opiniones. Por favor, ¡contáctenos! Escriba al Editor a la siguiente dirección: Editor, Revista ENTORNO Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico Calle del Parque #225, Santurce, PR 00912
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¿Cómo obtener ENTORNO? Para obtener su copia de ENTORNO puede acudir personalmente a la sede del
CAAPPR, o puede comunicarse con la relacionista pública, Ivonne Sanabria, al teléfono 787-724-1213, o escribir a la dirección electrónica: isanabria@caappr.org ENTORNO es la revista oficial de divulgación y difusión del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR). Tiene por objetivo promover el conocimiento, discusión y debate público sobre tópicos actuales y de interés público relacionados con la arquitectura, la arquitectura paisajista, el urbanismo, la cultura y el buen diseño en general. ENTORNO se publica trimestralmente con una tirada de 3,000 ejemplares. Se distribuye gratuitamente a toda la matrícula del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, así como a los miembros de la Rama Ejecutiva y Legislativa, a los alcaldes de Puerto Rico, y a diversas asociaciones profesionales, universidades y miembros de la prensa. La publicación se ofrece para la venta al público general en establecimientos seleccionados que incluyen los principales museos, las principales librerías, y varios comercios especializados. Las expresiones vertidas en la revista no necesariamente reflejan la opinión del CAAPPR. Ninguna parte de la revista podrá ser utilizada o reproducida sin la autorización escrita del CAAPPR. Derechos reservados CAAPPR, 2011.
Junta de Gobierno 2010-11 * Arq. Rafael Castro Montes de Oca, Presidente * Arq. Ivonne María Marcial Vega, Vicepresidenta * Arq. Edgar Morell Rivera, Secretario * Arq. Enrique Abruña Lojo, Tesorero * Arq. Manuel De Lemos Zuazaga, Auditor * Arq. Maricelis Ramos Pérez, Directora de Educación * Arq. Moisés Cordero Rodríguez, Director de Ejercicio Profesional * Arq. María Gabriela Flores Kearns, Directora de Asuntos Técnico-Profesionales * Arq. Ent. Elizabeth Castrodad Vélez, Delegada de Enlace de los Arquitectos en Entrenamiento * Arq. Psj. Ent. Olga Angueira Andraca, Delegada de los Arquitectos Paisajistas CALLE DEL PARQUE #225 SAN JUAN, PUERTO RICO 00912 T. 787.724.1213 F. 787.724.3295 WWW.CAAPPR.ORG
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ENTORNO
ENTORNO PAISAJISMO
05 Mensaje del Presidente Rafael Castro Montes de Oca
41 Paseo Río Bayamón Figueroa y Figueroa
05 Mensaje del Editor Javier Román Nieves
49 La planificación y la preservación
07 Colaboradores 08 Noticias ENTORNO PRESENTA 11 Curitiba • Portland • Copenhague •
tres modelos de transparencia y continuidad María A. Juncos Gautier
18 El costo del desparramamiento urbano Luis García Pelatti 22 Planes de usos del terreno en
Puerto Rico: antecedentes históricos Jorge Hernández | Carlos Maysonet
24 Proyecto de la Edición Parque de la Laguna del Condado Jaime Benítez Coleman-Davis Pagán Arquitectos 46 Peak oil: transición energética difícil,
ineludible e impostergable Jorge Carbonell
58 Artista de la Edición Karlo Ibarra: de la cartografía de territorios a la simbología territorial Javier Román Nieves
DOSSIER 1 [en el centro] Recomendaciones principales para un Plan de Usos de Terrenos para Puerto Rico
del paisaje
Ángel M. Rodríguez Alonso ENTORNO ACADEMIA 53 Ciudades del futuro: Charrette 2011 María Gabriela Flores OTROS ENTORNOS 29 Plan de Usos de Terrenos a nivel
regional para Puerto Rico Leslie M. Rosado Sánchez
31 El Plan de Usos de Terrenos en el
marco de un modelo de desarrollo de una “economía ecológica” José I. Alameda Lozada
33 Un plan de vida: cinco principios
y cinco recomendaciones Fernando Lloveras San Miguel
36 Las enormes proporciones de
nuestra huella ecológica Fernando Abruña
38 Producción ecológica de alimentos
en el contexto de los usos de terrenos en Puerto Rico Nelson Álvarez Febles
ENTORNO ESTILO 60 Diseñadores puertorriqueños
en la BID
Redacción de ENTORNO
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Tel. 787.850.3000 Fax 787.850.6620 Email sales@printmop.com Website Printmop.com
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ENTORNO MENSAJES
Rafael Castro Montes de Oca, Presidente CAAPPR
De acuerdo con el World Economic Forum, los asuntos principales a considerar al medir el desarrollo económico de un país son: la economía, la salud, el desarrollo social, y el medio ambiente. En Puerto Rico, aunque mucho se ha discutido sobre la importancia de atender cada uno de estos temas, no existe consenso en torno a la prioridad que se les debe asignar o a la manera en que se deben afrontar. El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR) ha pregonado siempre la urgencia por reconocer la planificación integral de nuestro entorno construido y la conservación de nuestro patrimonio natural como condiciones imprescindibles para alcanzar un desarrollo socioeconómico equilibrado y para mejorar la calidad de vida de todos los que habitan esta isla. Aspiramos a vivir en un país próspero y seguro, en el cual se garantice que nuestros hijos puedan tener una educación que los prepare para enfrentar los retos de un mundo globalizado y en el
Javier Román Nieves Editor El pasado 24 de marzo, en reunión informal entre oficiales de las ciudades de Portland y Curitiba, y representantes del Colegio, se presentaron y se recibieron comentarios sobre las Recomendaciones al Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico, documento central de esta edición. Esto ocurrió en el contexto de un encuentro organizado por María Juncos, directora del CEDES, y autora del primer artículo en este número de ENTORNO, donde compara y expone las virtudes de estas ciudades junto a Copenhague, como modelos de desarrollo urbano sustentable. Entre los valiosos comentarios de los funcionarios invitados, coincidieron en que Puerto Rico necesita desesperadamente líderes capaces de impulsar los cambios necesarios para solucionar nuestros problemas: desde frenar y remediar el desparrame urbano, hasta diversificar nuestras fuentes energéticas, dirigirnos hacia una cultura zero waste, y restaurar nuestra seguridad alimentaria. Para la misma fecha aprendí, de la investigación de tesis de una estudiante, dos citas de nuestros caudillos mas reconocidos: Luis Muñoz Marín y Luis A. Ferré. De el primero: “un hombre sin un pedazo de tierra
que tengamos acceso a los mejores servicios de salud posibles. No obstante, los elementos que sostienen una mejor calidad de vida no ocurren en el vacío, sino en un contexto físico-espacial. Las carreteras, la vivienda, los espacios públicos, las escuelas, los centros hospitalarios, la infraestructura, y la basura son ejemplos de cómo los asuntos de mayor pertinencia para nuestra sociedad se conjugan en nuestro entorno natural y construido. Por otro lado, los problemas que se manifiestan en nuestro entorno natural y construido contribuyen significativamente al empobrecimiento del país. Por ejemplo, el inmenso costo económico que le ocasiona el desparrame urbano a nuestra sociedad, las consecuencias nefastas de nuestra dependencia del petróleo, la inseguridad alimentaria que nos acecha y la enorme huella ecológica que tenemos los puertorriqueños, evidencian la urgencia que existe para desatar el nudo gordiano que hasta ahora nos impide gestionar adecuadamente nuestro escaso territorio. ENTORNO 18 aborda este difícil tópico usando como pie forzado las Recomendaciones para un Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico que produjo el Comité de Plan de Usos de Terrenos del CAAPPR. Este documento, que figura como Dossier de la edición, y que es el producto de una colaboración interdisciplinaria entre arquitectos, planificadores, ingenieros, sociólogos y ambientalistas, propone que el Plan de Usos de Terrenos, para que funcione, debe trascender sus funciones de clasificar y calificar los suelos para incidir sobre los temas de movilidad, energía, agua, desperdicios sólidos y, sobre todo, gobernanza. El escrito de María A. Juncos, Planificación y usos de terrenos: tres modelos de trans-
parencia y continuidad, demuestra con los ejemplos conocidos de las ciudades de Curitiba, Portland, y Copenhague, el fruto de la implantación de algunas de las recomendaciones esbozadas en este Dossier. Además, el artículo de Jorge Hernández y Carlos Maysonet, Planes de usos de terrenos en Puerto Rico: antecedentes históricos, y el artículo de Leslie M. Rosado Sánchez, Plan de usos de terrenos a nivel regional para Puerto Rico, contextualizan la discusión al brindar un panorama amplio de todos los esfuerzos realizados en el pasado y el presente para planificar el desarrollo económico, social y urbano del país. El proyecto de la edición, Parque Jaime Benítez, en la laguna del Condado, del arquitecto José R. Coleman-Davis Pagán, nos enseña que en Puerto Rico sí es posible desarrollar proyectos estratégicos en el espacio público que reactiven toda una zona olvidada de la ciudad tomando la regeneración del medio ambiente natural como punto de partida. Pero la encomienda principal de esta edición de ENTORNO es presentar al lector el Plan de Usos de Terrenos como una oportunidad única para plasmar sobre el territorio una necesaria visión de país. Aspiramos a que esta propuesta estratégica trascienda los intereses político-partidistas y que incorpore a todos los sectores de nuestra sociedad en la planificación del desarrollo económico y físico de los próximos diez o quince años. Apostar a alcanzar la calidad de vida que los puertorriqueños añoramos para nuestras generaciones futuras debe ser nuestra mayor prioridad.
y sin una casita [ ] no es un hombre”; y del segundo: “un hombre es más feliz con un ranchito de su propiedad que con un palacio alquilado”. Tras examinar el costo del desparrame urbano aún predicado sobre esas fantasías, me pregunto, ¿qué líder iría a los natalicios partidistas a decirles sobre sus tumbas: ustedes estaban equivocados? ¿Qué líder le explicaría al actual presidente de la Junta de Planificación: el desparrame urbano puede frenarse; el Estado puede regular los mercados, fue creado para proteger los intereses de los ciudadanos? ¿Qué líder le dirá a la Asociación de Constructores de Hogares que toca diversificar su quehacer, que el problema de la “industria de la construcción” es el que tendrían los médicos si la gente dejara de enfermarse-se ha construido mas que la demanda? Varias ediciones de ENTORNO han tratado los problemas de Puerto Rico con el manejo del territorio, con la transportación, con reconocer la arquitectura como parte de la crisis, y con la producción energética. En esta ocasión se profundiza alrededor de las consideraciones para un plan de usos de terrenos, donde la gobernabilidad figura, a mi entender, como el mayor reto, no solo para implantar dicho plan, sino para resolver todos los demás problemas comunes a todas las “democracias” occidentales que enfrentan el Peak Oil y (ahora) el Peak Everything. De un lado, están quienes creen en un “gobierno pequeño” que restituya al dios del libre mercado, y del otro, están quienes creen que lo importante no es el tamaño del gobierno, sino expurgarlo para buscar el bien común. Ambos coexisten con toda gama de usurpadores y vividores del erario público cuyo único interés es el bien propio y el de sus padrinos de campaña. Nunca han faltado ni el talento ni las ideas, pero siempre han sobrado la
avaricia y la ignorancia de estos estorbos públicos. Por eso es más fácil irse y evitar conflictos, como muestran los datos demográficos. Con la entrega de esta edición me despido. El reglamento del Comité Editorial estipula que la revista ENTORNO “tiene por objetivo promover el conocimiento, discusión y debate público sobre tópicos relacionados a la arquitectura, arquitectura paisajista, urbanismo y el diseño en general, entre su membresía y el público general, conforme la misión y objetivos del Colegio”. Ha sido un privilegio y un placer cumplir con esta misión, pero la naturaleza de los problemas que enfrenta Puerto Rico y el mundo entero han caído, a mi juicio, fuera del marco institucional según interpretado en el actual momento de crisis. Agradezco a los presidentes de CAAPPR, Tony Moreno y Rafael Castro, así como a los presidentes del Comité Editorial, José Fernando Vázquez y Rafael Pumarada, y al director ejecutivo durante esta gestión, Bennett Díaz, cuya labor ha sido indispensable para la subsistencia de la revista. No menos importante ha sido el trabajo del personal del Colegio, de los miembros del Comité Editorial, de los colaboradores, las correctoras de lenguaje, Melba Ferrer y Amapola Caballero, el patrocinio de nuestros anunciantes y, por supuesto, la paciencia y dedicación de la diseñadora gráfica, Sofía Sáez. A todos, gracias totales. Finalizo con un saludito a mis sobrinos, porque me lo pidieron y me parece divertido. Son nuestros niños los que heredarán el producto de la dejadez, del egoísmo y de esa irresponsable, pero inigualable capacidad de no poder enfrentar a los superiores y decirles: “líder, usted está equivocado”. A los queridos lectores: mil gracias y que les aproveche la lectura.
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© 2010 Masco Corporation of Indiana
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ENTORNO COLABORADORES
Fernando Abruña Charneco
es arquitecto practicante y catedrático de la Escuela de Arquitectura de la UPR, además es fellow del AIA, y autor de numerosos libros de diseño, construcción y sustentabilidad de Puerto Rico. Fue el fundador y el pasado presidente del US Green Building Council, Capítulo del Caribe y es una autoridad reconocida sobre edificios sustentables en Puerto Rico. Abruña diseñó la primera Casa Ecológica de Puerto Rico, la primera Escuela Ecológica de Puerto Rico y la Eco-Casa Prediseñada de Puerto Rico, entre otros proyectos sustentables. Actualmente, construye la segunda Escuela Ecológica de Puerto Rico en Dorado y pronto comenzará la construcción de su Parque Ecológico de la Luna Llena para la Compañía de Parques Nacionales. Ha sido conferenciante invitado en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Su obra construida, escrita y de investigación ha sido exhibida, divulgada y galardonada en numerosas ocasiones y ha sido motivo de artículos y documentales televisivos y en la Internet en distintos países. El doctor José I. Alameda Lozada posee un bachillerato en Administración de Empresas con concentración en Economía (1973) del Recinto Universitario de Mayagüez y obtuvo una maestría en Planificación Económica (1976) de la Escuela Graduada de Planificación de la UPR. Obtuvo su maestría en Economía de la Universidad de Rutgers (1982), y su doctorado en Economía de la Universidad de Gales en el Reino Unido (1996). Es actualmente catedrático del Departamento de Economía del RUM y ha sido asesor económico de numerosas instituciones, agencias del Gobierno y empresas privadas. Tiene tres libros publicados sobre temas de economía y vivienda y ha sido profesor en otras instituciones de educación superior, además de ser socio fundador y miembro destacado de la Asociación de Economistas de Puerto Rico. Nelson Álvarez Febles se
especializa en agricultura ecológica, biodiversidad agrícola y sustentabilidad rural. Titulado en Sociología y Derecho, tiene una maestría en Ecología Social. Entró en contacto con la agricultura orgánica desde los años setenta, fue director del Proyecto Agro-Orgánico de Cubuy, encargado del programa de agricultura ecológica del INEDA/Universidad Metropolitana y oficial
del programa de GRAIN (Genetic Resources Action International) en Barcelona y Montevideo. Ha desarrollado un extenso trabajo de investigación y docencia, y participado internacionalmente en seminarios, conferencias y talleres. Es cofundador de la revista Biodiversidad: cultivos y culturas, y es autor de los libros El huerto casero: manual de agricultura orgánica, La tierra viva: manual de agricultura ecológica y Los cuentos de don Santos. Jorge Carbonell Antonio es
planificador, entre otras cosas. Miembro fundador (1986) del Centro de Investigaciones CARIMAR, ha publicado varios libros y artículos sobre asuntos urbanos. Además, ha participado en la gestión de todas las exhibiciones y publicaciones realizadas por CARIMAR, entre las que se destacan: el Museo de la Historia de Ponce (1992), la exhibición permanente de la historia urbana de la ciudad capital en el Museo de San Juan (2000) y la publicación de Puerto Rico urbano, atlas histórico de la ciudad puertorriqueña (2004). Se interesa en el tema de energética urbana y recientemente (2010) dictó un curso de educación continua para profesionales afines titulado: De lo global a lo local: sostenibilidad, retos urbanos y desarrollo inteligente. Luis García Pelatti es pla-
nificador y economista. Dirige LGP consultoría desde el 2005, donde ofrece asesoría y realiza estudios en urbanismo, ordenación territorial, vivienda y desarrollo económico. Ha servido como asesor de desarrollo económico y finanzas en La Fortaleza (2004), ayudante del secretario de la gobernación (2003-04), miembro asociado de la Junta de Planificación (2001-03) y ayudante en la Oficina de Asuntos Urbanos de La Fortaleza( (199093). Participó en el Plan de Desarrollo Orientado al Transporte (2006-09), el Plan de Usos de Terrenos para Puerto Rico (200508), Plan Integral Reserva Natural Corredor Ecológico del Noreste (2008), Plan Maestro para el Desarrollo Turístico y Sostenible de Puerto Rico (2008), Plan de Área del Centro Urbano de Caguas (2006), y varios planos territoriales. Colabora como profesor en las escuelas de arquitectura de todo Puerto Rico y ha sido conferenciante para distintas organizaciones y en congresos internacionales. También ha sido colaborador para las revistas ENTORNO, la publicación de la Sociedad Puertorriqueña de Planificación, Plerus y el semanario Diálogo.
CAAPPR
Jorge R. Hernández Favale
es planificador profesional licenciado. Posee un doctorado en Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, así como una maestría en Planificación y un bachillerato en Economía de la Universidad de Puerto Rico. Ha sido asesor de la Oficina del Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico y del Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable (CEDES) de la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana, en cuyo programa graduado de planificación imparte clases actualmente. Ha laborado por cerca de 23 años en diferentes instituciones públicas como la Junta de Planificación, la Universidad de Puerto Rico y el Municipio de San Juan. Su área de interés se centra en los temas de modelos de ordenación del territorio y el desarrollo sustentable. Recientemente laboró, como parte del CEDES, en calidad de coordinador editorial e investigador de la publicación Hacia el desarrollo inteligente. 10 principios y 100 estrategias para Puerto Rico y como investigador y planificador urbano en la publicación Sustainability of Land Use in Puerto Rico. María Juncos Gautier tiene
una maestría en Ciencias en Gerencia Ambiental de la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana y desde el 2002 dirige el Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable de la Escuela. Ha sido responsable de recaudar más de cuatro millones de dólares en fondos para dirigir el Centro y para proyectos específicos educativos, de investigación y de conservación que han tenido reconocimiento y acogida en Puerto Rico, proyectos que han resultado en diversas publicaciones e iniciativas de política pública. Además, ha realizado viajes de estudio con líderes de diferentes sectores a ciudades de Sur América, Europa y EE. UU. que son reconocidas como modelos de ciudades planificadas para alcanzar la sustentabilidad. Es educadora voluntaria de la entidad internacional The Climate Project dirigida por el vicepresidente Al Gore para educar sobre el cambio climático. En el 2003 recibió el Outstanding Professional Award del Servicio de Bosques de EE. UU. y en 2009 el Premio de Calidad Ambiental de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.
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El licenciado Fernando Lloveras San Miguel funge desde el primero de enero de 2003 como director ejecutivo del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, una institución no gubernamental sin fines de lucro dedicada a proteger y conservar los recursos naturales e históricos de Puerto Rico. El licenciado ha fungido durante varios años consecutivos como representante en el Consejo Asesor para el National Trust for Historic Preservation de Washington, DC. Es cofundador de Microjuris.com, una compañía privada creada en 1992 que provee información legal por vía cibernética a Puerto Rico y otros países de Latinoamérica. Ha recibido diversos reconocimientos y premios, entre los que se destacan el de Entrepreneur del 2000, el Premio Zenit del 2000, y el Top Management Award del 2001. Lloveras San Miguel posee su grado de Juris Doctor, Magna Cum Laude, de la Universidad de Puerto Rico, una maestría en Política Pública de la Universidad de Harvard University, así como un bachillerato de Dartmouth College (Senior Fellow). Carlos Maysonet se encuentra trabajando en su tesis doctoral en Desarrollo Sustentable con el Centro Latinoamericano de Desarrollo Sustentable. Además, posee una maestría en Ciencias Ambientales de Southern Illinois University, y otra maestría en Planificación Ambiental de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Maysonet posee amplia experiencia de trabajo en el servicio público, ha fungido como director de la Oficina para la Preparación del Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico, administrador de la Administración del Departamento de Recursos Naturales y como subdirector ejecutivo de la Autoridad de Desperdicios Sólidos. Además, se ha desempeñado como profesor universitario de la Escuela de Asuntos Ambientales de la UMET y de la Escuela Graduada de Planificación de la UPR.
Deportivo Roberto Clemente, el Parque de la Paz (municipio de San Juan), el Parque de las Luces, el Parque Rivera Sur (Carolina), y el natatorio de Mayagüez. Intervino en el programa de Paradores de Puerto Rico, también en las fases de análisis, diseño y construcción de los Baños de Coamo, la Hacienda Juanita y de la Hacienda Gripiñas. Realizó proyectos en el Jardín Botánico de la UPR dentro de los cuales se destacan el Jardín Monet y el Jardín de Esculturas. El tema de su tesis para obtención de grado fue la realización de un plan conceptual para el desarrollo del turismo sostenible en el bosque de Cercadillo de Cayey. Es miembro del American Society of Landscape Architects y del CAAPPR. Leslie M. Rosado Sánchez
es natural de Manatí. Posee un bachillerato en Ciencias Políticas y una maestría en Planificación Urbana de la Escuela Graduada de Planificación (UPR). Además, es planificadora profesional licenciada. Trabajó en el municipio de Manatí por 20 años, desempeñándose como encargada de las adquisiciones y expropiaciones, secretaria municipal y secretaria de la Junta de Subastas y directora del Departamento de Planificación y Ordenación Territorial, donde fue parte de INTENOR y secretaria de la Corporación Atenas Pineapple. En el 2009, fue nombrada miembro asociado de la Junta de Planificación y miembro de la Junta Examinadora de Planificadores.
Ángel M. Rodríguez Alonso
es arquitecto paisajista egresado de Louisiana State University y próximamente recibirá su grado de planificador de la Escuela Graduada de Planificacion de la UPR. Su firma AMRA Landscape Architects ha colaborado con varios arquitectos en proyectos como: el Edificio de Fomento en Hato Rey, el Complejo
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ENTORNO18
CAAPPR EDUCA SOBRE NUEVOS CÓDIGOS DE CONSTRUCCIÓN El primero de marzo comenzó el periodo de transición para la adopción de los nuevos códigos de construcción que sustituyen el Uniform Building Code 1997. El nuevo Puerto Rico Building Code 2011 incluye enmiendas locales a nueve códigos de construcción del International Code Council 2009, que incluyen nuevos requisitos para sismos, vientos con velocidad de huracán y conservación de energía, entre otros. El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico está ofreciendo una serie completa de cursos para capacitar a arquitectos y otros profesionales de las construcción con los códigos que integran el Puerto Rico Building Code 2011. Este es un esfuerzo en el que participan también la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe), el Federal Emergency Management Agency (FEMA) y el International Code Council (ICC), Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico, la Asociación de Contratistas Generales de Puerto Rico y la Asociación de Constructores de Hogares de Puerto Rico. El ciclo se extenderá hasta noviembre de 2011 y cubrirá todo lo incluido en el nuevo Puerto Rico Building Code 2011. Los seminarios serán ofrecidos por expertos del ICC y se otorgarán créditos de educación continua. Para información sobre el ciclo de seminarios llame al CAAPPR al 787.724.1213, extensiones 101 ó 106, o escriba a cesteves@caappr.org o jcorrea@caappr.org.
ENTORNONOTICIASN.18
El impacto del cambio climático sobre las ciudades del futuro ha sido el eje de un taller de diseño arquitectónico celebrado recientemente por el CAAPPR, en el que participaron estudiantes de arquitectura de la Universidad de Puerto Rico y la Universidad Politécnica de Puerto. El taller contó con la colaboración de la Cámara de Comercio, y fue denominado “Charrette de Diseño: Ciudades del Futuro”. A lo largo de una semana 45 estudiantes, guiados por cuatro profesores y un grupo de asesores, desarrollaron propuestas concretas para una visión de desarrollo estratégico para las zonas
de Hato Rey, la bahía de San Juan, la comunidad Vietnam entre los municipios de Cataño y Guaynabo, y el barrio Palmer, en Río Grande. “Con esta iniciativa, el CAAPPR aspira a que las estrategias de diseño y conclusiones aquí proyectadas amplíen la búsqueda de soluciones que sirvan igualmente los intereses del país, de la región y de las comunidades a través de un desarrollo balanceado y sostenible que impulse el desarrollo económico y nos proporcione un mejor ambiente construido”, explicó el Arq. Rafael Castro Montes de Oca, presidente del Colegio. Este es el séptimo taller que realiza el CAAPPR para colaborar con el
sector público y las comunidades en la búsqueda de soluciones que propendan a mejorar la calidad del ambiente construido. La iniciativa persigue demostrar cómo la arquitectura puede ofrecer soluciones para los problemas urbanos. Los resultados del taller fueron reseñados por la prensa y se presentaron en el CAAPPR, en la sede de la Cámara de Comercio y durante el Foro de Energía “El Cambio Climático y el Impacto en tu Negocio” coordinado por la Cámara de Comercio. La muestra de los proyectos continuará exhibiéndose a lo largo del año en diversos puntos.
Algunas de las visualizaciones desarrolladas para las distintas propuestas
Acuerdo de colaboración CAAPPR-Cámara de Comercio
El pasado 24 de febrero el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR) y la Cámara de Comercio de Puerto Rico firmaron un acuerdo que persigue maximizar oportunidades de colaboración y mutuo beneficio. Entre las iniciativas que este acuerdo ha hecho posible se encuentra el Charrette Ciudades del Futuro que se desarrolló a finales de febrero y que estará exhibiéndose en diversos puntos de la Isla. Tanto el CAAPPR como la Cámara de Comercio están comprometidos con el
desarrollo profesional y empresarial de sus miembros e interesan fomentar el fortalecimiento de la economía. La alianza representa beneficios a los miembros del CAAPPR que ingresen como miembros a la Cámara de Comercio, entre los que se encuentran: cabildeo, publicaciones electrónicas, oportunidades de educación y capacitación, seminarios para pequeños y medianos negociantes, asesoría individual a negocios de familia, networking y otros.
CAAPPR
De izquierda a derecha: el Ing. Raúl Gayá, presidente de la Cámara de Comercio y el Arq. Rafael Castro Montes de Oca, presidente del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico
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ENTORNO NOTICIAS
CHARRETTE EXPLORA “LA CIUDAD DEL FUTURO”
ENTORNO PRESENTA
Curitiba Título •del artículo Portland • Copenhague •
tres modelos de transparencia y continuidad
María A. Juncos Gautier Fotos suministradas por los gobiernos de las respectivas ciudades, salvo Nombre del Autor aquellas indicadas
Rico parecería no importar ni el futuro y ni el derecho de las generaciones venideras a vivir en un ambiente digno. Se han elaborado planes y normas en la dirección correcta, pero las reglas del juego cambian cada cuatro años. Los líderes de turno improvisan ante la inquietud continua de mover la economía a corto plazo, aunque sea a costa del bien común, motivados por cerrar el cuatrienio con indicadores positivos de crecimiento económico para así servir a sus intereses particulares. Ha faltado voluntad política para implantar y hacer cumplir los planes y normas más allá de esos intereses. No es que tengamos mala suerte; la dinámica relacionada con el desenfreno por ganar elecciones también se observa en países con sistemas políticos y económicos similares. Ante esta realidad, los modelos de planificación de las ciudades de Curitiba, Portland y Copenhague sirven de ejemplo para el mundo, pues aunque no les han faltado retos, se han encaminado en la dirección correcta. A continuación examinamos la manera en que lo lograron, desde la perspectiva de la planificación del uso del terreno, con un desarrollo que dio prioridad a la planificación temprana, clara, estable y continua, hasta la dedicación de líderes claves que aportaron a la historia exitosa de estas ciudades.
Portland (Estados Unidos)
Copenhague (Dinamarca)
María A. Juncos Gautier
Curitiba (Brasil), Portland (Estados Unidos) y Copenhague (Dinamarca): América del Sur, América del Norte y Europa; tres culturas y realidades económicas, sociales y ambientales diferentes, tres ciudades distantes en distintos continentes, hemisferios y latitudes, reconocidas como modelos en la planificación urbana y en el uso del terreno. A mediados del siglo pasado todas integraron una serie de acciones determinantes, basadas en el buen juicio y en una visión clara, con el objetivo de proteger la calidad de vida de sus futuros ciudadanos. ¿Qué hicieron estas ciudades para que hoy día sean tan reconocidas? • Asumieron un compromiso real con la planificación estratégica integral, transparente y participativa. • Desarrollaron un plan para el uso del terreno que, independientemen te del gobierno de turno, ha sido res petado por todos los sectores, y se le ha dado continuidad con un norte claro de hacia dónde se quiere ir, por dónde y cómo. • Los líderes han tenido una visión humanista, no tecnócrata, y la vo luntad de trascender sus afiliaciones político-partidistas para proteger el bien común. Pudiese lucir imposible para los puertorriqueños, pero así lo hicieron: planificaron a largo plazo. En Puerto
María A. Juncos Gautier
Curitiba (Brasil)
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Curitiba
Aunque la planificación urbana en Curitiba (capital del estado de Paraná, Brasil) comenzó a tomar auge en 1943 con el llamado Plan Agache, fue entre 1964 y 1965 cuando se estableció la política urbana definitiva que aún sigue en vigor: la elaboración del Plan Director de Desarrollo y el establecimiento del Instituto de Investigación y Planificación Urbana de Curitiba (IPPUC, por sus siglas en portugués). Previo a esto, ocurrieron otros dos acontecimientos importantes. Uno fue la elaboración del primer Plan de Transporte Colectivo (1955), que dividió la ciudad en ocho regiones y entregó cada una de ellas a empresas concesionarias; sistema que fue reestructurado en 1974 con la inauguración de la línea de autobuses expreso y la Red Integrada de Transporte (RIT). El otro fue la creación en 1963 de la Urbanização de Curitiba S/A o URBS, primero como empresa de urbanización y luego como empresa administradora de la RIT, de donde pasó a ser la concesionaria de las líneas para las compañías permisionarias. A partir de 1965 los detalles del Plan Director fueron desarrollados por el IPPUC, con un equipo interdisciplinario de profesionales a cargo de trabajar la planificación integral. La municipalidad promovió debates públicos (Curitiba del Mañana) para discutir con transparencia el plan y recoger el insumo de instituciones representativas de la población. Se fijó como meta la integración de las funciones de la ciudad (habitar, circular, trabajar y recrearse) con los servicios urbanos de transporte y sistema viario, y el uso del terreno pensado en conjunto. Los objetivos principales del plan estuvieron claros desde el inicio: • Cambiar la conformación radial de expansión del Plan de Agache por una lineal con corredores estructura les que integrasen los servicios urba nos antes mencionados • Descongestionar el área central y preservar el centro tradicional • Contener la población de Curitiba dentro de sus límites físico-territoriales
• Crear un sostén económico al desa rrollo urbano • Garantizar los equipamientos de toda la ciudad Tras una amplia discusión pública, el Plan Director fue implementado en 1971, bajo la dirección del arquitecto y planificador Jaime Lerner, alcalde de Curitiba durante varios términos no consecutivos y también gobernador de Paraná por dos términos consecutivos. Según delineado por el Plan Director, en cuya elaboración había participado Lerner, la ciudad fue conformándose mediante zonificaciones sucesivas que establecieron los parámetros de ocupación para orientar las inversiones públicas y dirigir las iniciativas del sector privado.
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Vista aérea de la ciudad de Curitiba
Antes y después del Eje Norte de densificación urbana, Curitiba
En 1975 se aprobó la Ley de Zonificación y Uso del Suelo, que definió las zonas que se desarrollarían, recuperarían y conservarían. Se fijaron las áreas exclusivas para peatones, parques y áreas verdes, y se estableció la preservación de cuencas y del sector histórico. La ley especificó, además, dónde y qué se podía construir, el uso de las construcciones según la zona, los parámetros para densificar las áreas cercanas a los corredores principales de transporte, y los mecanismos legales de los que se servirían para desalentar grandes proyectos de desarrollo cerca de las vías menores y en las zonas rurales. La ley dispuso de incentivos que fomentaban la preservación de ciertas áreas por el desarrollo de otras para in-
parques, y los valles inundables para convertirlos también en parques o bosques urbanos que permitiesen el drenaje natural por la ciudad y así controlar las inundaciones pluviales. Hoy por hoy, Curitiba tiene más de 50 metros cuadrados de área verde por habitante, lo que contribuye a la calidad ambiental y la calidad de vida de los curitibanos. El énfasis en la transportación colectiva sobre la transportación individual fue el motor principal para integrar el desarrollo de las funciones y de los servicios básicos de Curitiba, lo que se conoce en inglés como Transit Oriented Development (TOD). Hoy día la confiabilidad y eficiencia del sistema hace que el 40% de la población citadina use el transporte colectivo para ir al trabajo. La necesidad de conservar áreas verdes para el futuro también le fue dando forma a la urbe. Ambos aspectos, pilares para ciudades sustentables, comenzaron a ser realidad en la década del setenta con el Plan Director y la RIT. A pesar de que hubo cambios en la dirección de la alcaldía, la continuidad del Plan Director impulsado por Lerner fue posible gracias a la amplia participación y al apoderamiento de la ciudadanía en la elaboración de una visión común con estrategias medulares. Ningún político ha podido dar marcha atrás a esta realidad.
Esquema urbano y red vial, Curitiba
Esquema de transporte, Curitiba
CAAPPR
Límite de crecimiento urbano claramente definido, Portland
Portland
En la ciudad de Portland (estado de Oregón, Estados Unidos) se comenzó a planificar el uso del terreno con el entendimiento de que «crecimiento» no es sinónimo de «progreso». Desde la década del setenta, la conexión estrecha que existe entre el desarrollo económico local, la protección del ambiente y los terrenos agrícolas estaba clara. Como resultado, controlaron y ordenaron el crecimiento urbano con un enfoque de apoyo a la economía regional. En 1973, bajo la influencia del gobernador del estado, Tom McCall, se aprobó una serie de normativas para la planificación regional del uso del terreno a través del Proyecto de Ley Núm. 100. Esta legislación fue la primera de su tipo en Estados Unidos, y requería que cada ciudad y condado de Oregón desarrollase un plan comprensivo para sus áreas territoriales. También exigía establecer un límite al crecimiento suburbano (llamado UGB o Urban Growth Boundary) alrededor de las ciudades y los distritos de uso exclusivo agrícola (EFU o Exclusive Farm Use). Portland estableció su límite de crecimiento en 1979, y se separaron claramente las áreas urbanas (zonificadas para la recuperación urbana y el desarrollo más denso) de las áreas rurales (con normativas estrictas para proteger el carácter rural). Esto fue atípico en la década de los setenta, cuando el uso del terreno giraba completamente alrededor del automóvil y muchos centros urbanos comenzaron a ser abandonados por nuevas construcciones suburbanas a lo largo de las carreteras interestatales. McCall fue
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yectar un fuerte sentido ecológico a la ciudad. El Plan Director y la Ley de Zonificación y Uso de Suelo estructuraron el crecimiento de la ciudad por los ejes lineales de transportación colectiva con zonificaciones claras y consistentes. Lerner entendió que un buen sistema con autobuses era la opción más sensata y costo-efectiva para desarrollar la RIT, dado el presupuesto de la ciudad en 1971. El RIT de Curitiba, estudiado e imitado en otras ciudades por su éxito, no consta de trenes, sino de autobuses. Comenzó a tomar su forma actual en el 1974, y consiste en cinco ejes lineales que conectan el centro urbano a través de líneas expreso y alimentadoras con terminales de integración en las ocho regiones de la ciudad. También posee líneas entre barrios, y líneas rápidas que suplen puntualmente la demanda a destinos en horas pico. Otras líneas suplen servicios especiales, como la inter-hospitales y la turística. La RIT fue consolidada para permitir que los usuarios, con el pago de una tarifa única, realizasen distintos trayectos con facilidad, a través de los terminales regionales o del sistema conocido como «estaciones tubo» (por su diseño cilíndrico). Lerner también hizo que el municipio comprase terrenos baldíos — algunos de los cuales eran antiguas canteras — para recuperarlos como
María A. Juncos Gautier
gobernador entre 1967 y 1975, año en que fundó junto a otros ciudadanos destacados la entidad sin fines de lucro 1000 Friends of Oregon, cuya meta principal fue proteger al estado del crecimiento suburbano desparramado y velar por el cumplimiento de los planes territoriales. Una madurez cívica y política sin igual fue demostrada en 1978, cuando los ciudadanos aprobaron por voto directo una medida legislativa estatal para establecer el primer gobierno regional metropolitano de Estados Unidos, conocido como Metro. Sus concejales son escogidos cada cuatro años por voto directo y mérito propio, sin el respaldo de los partidos políticos. La misión principal de Metro es manejar con políticas públicas claras y consistentes las necesidades de crecimiento de la región dentro del límite establecido por los planes territoriales de cada ciudad y condado. Metro también atiende asuntos regionales, como la transportación, la conservación, el manejo del agua y demás recursos naturales, y el manejo de los desperdicios sólidos. Entre 1992 y 1994 Metro trabajó junto a la ciudadanía para desarrollar una visión con pautas claramente definidas a la hora de tomar decisiones, según los valores que querían conservar para el futuro y utilizando varios modelos de desarrollo para la región. La participación fue tan amplia y transparente que incluyó:
Mercado agrícola de los sábados, Portland
Mapa regional, ciudad de Portland
Esquema de transporte colectivo, Portland
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María A. Juncos Gautier
1. Anuncios informativos en los di versos medios de comunicación 2. Un cuestionario sobre metas rela cionadas con la calidad de vida, en viado a más de 50,000 hogares 3. Decenas de reuniones, talleres y foros 4. Una línea telefónica para proveer información y recoger comentarios 5. Una encuesta sobre diversas estrate gias de desarrollo, cuyos cuestiona rios se enviaron a 70,000 hogares y se distribuyeron en comercios, bibliotecas y mediante la prensa e Internet 6. Presentaciones a cientos de organi zaciones cívicas y comunitarias 7. El envío de un boletín informativo a 65,000 residentes interesados Como resultado, se adoptó en 1995 el 2040 Growth Concept (Concepto de Crecimiento 2040), una visión en común con un modelo determinado de desarrollo regional hacia el 2040. Entre 1996 y 1997, también se adoptaron planes estructurales y funcionales para hacer realidad el Concepto de Crecimiento 2040 con una serie de políticas y herramientas de planificación para el uso del suelo ligadas a alternativas de transportación. Estos planes permitieron que las jurisdicciones locales desarrollaran sus zonas urbanas de forma coordinada, ordenada y eficiente, mediante la protección de los recursos naturales y de la calidad de vida de los ciudadanos. Calle principal cerrada al tránsito vehicular, centro de Copenhague María A. Juncos Gautier
Copenhague
Transporte urbano diversificado: tranvía y bicicletas
La ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca, tuvo un plan metropolitano para el uso del terreno desde la primera mitad del siglo XX, ante la preocupación del crecimiento urbano descontrolado tras su industrialización. En 1922 se creó el Instituto de Planificación del Pueblo Danés, y en 1947 la ciudad estableció The Finger Plan (Plan de los Cinco Dedos), un plan de desarrollo urbano llamado así por tener la forma de una mano imaginaria sobre el mapa territorial, con los dedos como ejes de desarrollo que siguen las líneas del tren y la palma como el centro metropolitano. Entre esas líneas se
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dejaron extensos campos verdes para la conservación y la agricultura, mientras los núcleos residenciales fueron localizados a no más de un kilómetro alrededor de las estaciones del tren como mini-ciudades-jardines. De esta forma, los residentes tienen extensos espacios naturales a distancias cortas a pie o en bicicleta, así como fácil acceso al transporte público. Aunque el Plan de los Cinco Dedos ha sido modificado en los últimos cincuenta años, siempre ha seguido su dirección y estructura original, dirigidos a: • Asegurar el diseño urbano compacto alrededor del transporte colectivo • Reestructurar los lugares de trabajo
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María A. Juncos Gautier
realizados por sus ciudadanos son en bicicleta. La figura clave en la reorientación gradual del diseño urbano hacia el peatón y el ciclista fue el arquitecto y consultor de la ciudad, Jan Ghel, director del Centro de Investigación para Espacios Públicos de la Escuela de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes en Copenhague. Conclusión
Transporte urbano diversificado: tranvía y bicicletas
Plan conceptual de los Cinco Dedos, Copenhague
Esquema de transporte colectivo en tren, Copenhague
de acuerdo con las estaciones del sis tema de transporte • Realzar y transformar el área del puerto • Fortalecer los aspectos que hacen que Copenhague sea reconocida como “verde” (por ejemplo, minimi zando el uso del auto y fortaleciendo el uso de la bicicleta y los espacios peatonales) • Restaurar y mantener la calidad his tórica y la diversidad de ciertos distritos en la ciudad Paralelo al Plan de los Cinco Dedos, la red de trenes de transporte colectivo desempeñó un papel importante en el ordenamiento de la ciudad, que actualmente cuenta con tres redes (la red de larga distancia, la suburbana y, más recientemente, un tren me-
tropolitano), además de contar con el sistema integrado de autobuses. El primer Plan Oficial de Transportación y Tráfico se comenzó a implantar a partir del 1997, e incluyó la inauguración de las primeras vías verdes de ciclistas, integradas al sistema. La ciudad también tiene un programa para mejorar los espacios públicos y peatonalizar el centro urbano, iniciativa que comenzó desde 1962 con la conversión de la calle principal del centro de la ciudad, Strøget, en una calle peatonal. Su próspero centro urbano ha excluido al automóvil de la mayoría de sus calles y es considerado uno de los más peatonales del mundo. Numerosos parques y plazas invitan a descubrir la ciudad a pie o en bicicleta y el 40% de los viajes al trabajo
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Podríamos resumir la experiencia de visitar estas tres ciudades en una frase descriptiva para cada una: • Curitiba: ciudad de parques con transportación colectiva accesible para todos • Portland: metrópolis desarrollada progresivamente con un fuerte senti do regional, y a la vez contenida dentro de un límite acordado de crecimiento • Copenhague: ciudad que invita a descubrir a pie o en bicicleta todos sus espacios Dentro de sus enfoques particulares, todas presentan estrategias alineadas con el desarrollo compacto y de usos mixtos, orientadas hacia la transportación colectiva, a modos no motorizados de transporte, y al rescate y conservación de espacios naturales y públicos para el disfrute peatonal de sus ciudadanos. La gran transparencia y continuidad para asegurar la justicia intergeneracional y el bienestar común son esenciales en la experiencia de las tres ciudades. Contrario a Curitiba, Portland y Copenhague, en las últimas décadas los gobiernos de Puerto Rico han fracasado en crear una visión en común con genuino y amplio apoderamiento de la ciudadanía, no han sido consistentes en la aplicación de las leyes y no han dado continuidad a las propuestas para el desarrollo inteligente de nuestro terruño.
Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR
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El costo del desparramamiento urbano
Luis García Pelatti Fotografía aérea de uno de los primeros desarrollos suburbanos de Puerto Rico, área de Caparra Terrace, c.1950
¿Qué es el desparramamiento urbano?
El desparramamiento urbano es aquel desarrollo residencial o no residencial que ocurre sobre las áreas rurales no desarrolladas, apartado de las zonas urbanas existentes. También se le suele llamar suburbio, y se identifica con el desarrollo residencial de baja densidad (menos de 12 unidades por cuerda), el crecimiento urbano sin límites hacia la periferia, la localización de usos exclusivos espacialmente segregados, el desarrollo a saltos o descontinuo, y el desarrollo comercial a lo largo de las carreteras. ¿De dónde sale la palabra?
El desparramamiento urbano es como se ha traducido en Puerto Rico el término del inglés urban sprawl, también traducido en otros países hispanoparlantes como dispersión urbana, dispersión suburbana, urbanización por desparrame o suburbanización por desparrame. Aunque es debatible si el desparramamiento urbano fue inventado en Estados Unidos, existe consenso de que allí fue perfeccionado. El término suburbia, utilizado para referirse a lo suburbano, tiene el mismo origen. La literatura del urbanismo hace la
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distinción entre el modelo americano de urbanismo (bajas densidades, usos exclusivos, etc.), y el modelo europeo (ciudad compacta, densa, con usos mixtos, etc.). ¿Cuánto nos cuesta?
El desparramamiento urbano le cuesta a Puerto Rico poco más de $1 millón de dólares al día, o $403 millones al año [1]. Existe una gran diversidad de trabajos que han calculado el costo de este tipo de desarrollo, aunque muchos de los costos del desparramamiento urbano, especialmente los costos ambientales [2], no han podido cuantificarse en dinero, aunque existe una tendencia en esa dirección. Costo económico:
• Infraestructura. La construcción y el mantenimiento de la infraestructura lineal (carreteras, agua, sanitario, electricidad, cable TV, etc.) del desa rrollo desparramado cuestan entre un 50% o 100% más que en uno denso y compacto [3,4]. Algunos estudios muestran que el costo por persona de construir y mantener las infraestructuras se reduce cuando aumenta la densidad, y viceversa [5].
• Servicios públicos. Los servicios de policía, bomberos y emergencia cuestan más en los desarrollos des parramados simplemente por la ne cesidad de realizar viajes más largos para proveer el servicio. Lo mismo ocurre con el correo y los servicios privados de entrega de paquetes y cartas. El costo de provisión de ser vicios en los desarrollos desparrama dos puede llegar a los $13,500 más por persona que en los desarrollos densos y compactos. • Educación. Crear nuevas escuelas en las periferias y áreas rurales tiene un costo adicional que no existiría en un desarrollo denso y compacto, pues el Departamento de Educación y los municipios tienen que proveer transportación para los estudiantes. Transferencia del costo al ciudadano. • Cada nueva unidad residencial en los desarrollos desparramados re quiere más recursos de los munici pios y del Gobierno central, que los que estos reciben a través de las con tribuciones sobre la propiedad o de las exacciones por impacto. La car ga económica de estos costos se pasa a todos los ciudadanos en forma de impuestos más altos y en costos de uso.
•
Mayor distancia de los desarrollos. Esto fuerza a realizar viajes más largos para ir al trabajo o de compras, lo que significa que las familias gastan más dinero en carro, gasolina y mantenimiento, y tienen menos tiempo para otras actividades. Los desarrollos de usos mixtos, densos y compactos proveen una conveniente mezcla de viviendas, oficinas y comercios en cada comunidad, y les dan a las personas la oportunidad de caminar, montar bicicleta o tomar transporte colectivo a sus destinos.
Costo ambiental:
• Al pavimentar grandes parcelas de terrenos, el agua de la lluvia no pue de empapar el terreno y filtrarse en el suelo para volver a las quebradas y ríos; el agua, en vez, pasa sobre las superficies pavimentadas para lavar los contaminantes y llevarlos consi go a las vías fluviales. Puerto Rico tiene 24,877 km de carreteras pavi mentadas, lo que nos pone en el sép timo puesto a nivel mundial. • Las mayores cantidades y distancias de los viajes en carro, debido a las comunidades mal planificadas, cau san un aumento en la contaminación
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Costo social:
• Los desarrollos sin planificación no dejan otra alternativa que tener que guiar para ir a cualquier destino. Puerto Rico ocupa la posición nú mero cinco en cuanto a abundancia de vehículos de motor con 617 ve hículos de motor por cada 1,000 per sonas [7]. Los tapones resultantes nos quitan tiempo de las cosas im portantes de la vida, como trabajar o estar con la familia y amigos, o sim plemente descansar. En Puerto Rico solo el 5.3% de las personas van en transporte público al trabajo. • El aumento en tráfico y viajes sig nifica aumentos en las tasas de ac cidentes de tráfico (en Puerto Rico se producen 270,000 accidentes al año). En el 2009 se produjeron 349 muertes por accidentes de tráfico (108 fueron peatones y 15 fueron ci clistas), los cuales nos cuestan $752.2 millones al año [8]. Los accidentes
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Puerto Rico urbano: Atlas histórico de la ciudad puertorriqueña, 2004. Centro de Investigaciones CARIMAR
Desarrollo suburbano de Puerto Nuevo, el más grande de Puerto Rico y mundialmente famoso a la fecha de su construcción, c.1950
ambiental. Los vehículos de motor son la mayor fuente de la contami nación atmosférica asociada al incremento de cáncer y otras enfer- medades. Estos emiten más de 18 millones de toneladas cada año en contaminantes [6]. En áreas de de sarrollos desparramados se reportan mayor número de días con máximos niveles de ozono, estadísticas de im portancia para Puerto Rico, donde las enfermedades crónicas de vías respiratorias son la octava causa de muerte. • Se pierden los terrenos agrícolas, se comprometen las reservas naturales y se destruyen hábitats de vida silves tre. Cada año mas de 16,000 cuer das de áreas verdes y terrenos agríco las son destruidos por desarrollos desparramados y de baja densidad. • Se causa un impacto adverso incal culable sobre nuestro paisaje natural que se está perdiendo con la cons trucción de estructuras en áreas rurales que ponen en peligro las visuales de lugares como El Yunque, Guajataca y las Tetas de Cayey Salinas, lo que debilita la competiti vidad de Puerto Rico en el mercado del turismo y del turismo de naturaleza.
Pedro Martínez de Aerial/Architectural Photography, Inc. en San Juan 2000, Centro de Investigaciones CARIMAR
Fotografía aérea del desparrame urbano de San Juan, vista hacia el noroeste sobre la autopista Luis A. Ferré. c.2000
de tránsito son la novena causa de muerte entre los puertorriqueños. Los residentes de las áreas desparra madas tienen una mayor probabili dad de sufrir un accidente de carro. • La ausencia de centros urbanos y de un sentido de lugar resulta en la falta de solidaridad, reduce la participa ción cívica, aumenta la segregación social y económica, y disminuye la calidad de vida. El tiempo que se de dica a los viajes aumenta la tenden cia a que las personas reporten dolores de espalda, enfermedades cardiovasculares y estrés. También se aumenta la agresividad de los con ductores impacientes y molestos. • Los desarrollos desparramados no proveen alternativas adecuadas para peatones y ciclistas, y fomentan un estilo de vida sedentario. Sin estas al ternativas, la gente está más pro pensa a usar el carro en lugar de ir en bicicleta o caminando al trabajo, a estudiar, a hacer los recados o a recrearse. Puerto Rico tiene un 62.9% de tasa de obesidad, la cifra
más alta de todos los estados y territorios estadounidenses [9]. Solo el 4.1% de las personas caminan a su trabajo.
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¿A quién le cuesta?
Muchos puertorriqueños piensan que el desparramamiento urbano es el resultado inevitable de un sistema económico que demanda eficiencia y bajos costos, sobre todo cuando esta es la manera como vive la abrumadora mayoría de los ciudadanos, y como han vivido también sus padres. Pero esta supuesta eficiencia económica es un mito: el desarrollo desparramado nos cuesta más que si se estableciera un desarrollo ordenado y planificado de nuestras ciudades. Lo que ocurre es que el costo real del desparramamiento se diluye a través de una serie de costos que no percibimos, pero que en verdad todos los ciudadanos terminamos pagando. La Asociación de Constructores de Hogares de Puerto Rico ha planteado
de manera continua que los costos de desarrollar una vivienda en un área urbanizada es más costoso que construirla en terrenos vacantes de la periferia. Pero la realidad es que nunca se han presentado datos sobre lo que verdaderamente cuesta construir en Puerto Rico, pues implicaría revelar también cuáles son las ganancias. Los desarrolladores descubrieron que al construir casas en terrenos alejados de las áreas urbanas, logran precios más bajos de la tierra. Pero esta reducción no siempre se refleja al final sobre el precio de la vivienda para el consumidor; a veces solo se logra un aumento en la ganancia del desarrollador. El desparramamiento urbano les cuesta a la AAA, a la AEE, al DTOP, al Departamento de Educación, al Departamento de Salud, a los municipios y a cada uno de nosotros —que pagamos mayores impuestos para costear los gastos y subsidios del Estado—. Siempre escuchamos “el Estado somos todos”, pero en realidad los ciudadanos no entienden como suyos los
Una semana en la vida suburbana
Con el fin de identificar costos sociales para una típica madre suburbana, durante una semana (lunes a domingo) del mes de abril de 2011, se midieron la millas recorridas, el tiempo y los viajes realizados por una residente de una urbanización de Gurabo y empleada de gobierno en Santurce. Durante esa semana realizó 28 viajes al trabajo, para recoger los niños, llevarlos a hacer deporte o diversión, recorrió 313 millas y estuvo en el carro durante 13 horas y 10 minutos. Si extrapolamos estos datos a todo un año, una madre suburbana promedio realiza 1,456 viajes, recorre 16,276 millas y está sentada en un carro durante 28 días y medio, al año. Solo en gasolina gasta $2,600. ¿Por qué el desparramamiento urbano sigue desparramándose?
Las razones por las cual este modelo de desarrollo continúa se resumen en dos. Primero, por un sistema de planificación que fomenta la ausencia de planes para guiar el desarrollo y el uso de reglamentos de calificación de suelo diseñados para los suburbios (Reglamento Conjunto), complementado con que los responsables públicos no creen en regular los usos del suelo, pues entienden que debe ser el mercado (los desarrolladores) el que marque las pautas. En segundo lugar, porque el modelo económico, financiero y fiscal que tenemos impide asignar los costos que genera el desparramamiento a los que lo producen y transfiere estos costos, en vez, a los ciudadanos en general. Un ejemplo claro es el Reglamento de Exacción por Impacto de la Autoridad de Carreteras y Transportación, que trata igual a los impactos que produce un desarrollo denso que a uno de baja densidad; cuando toda la literatura muestra que los usos densos generan menos tráfico que los de baja densidad. Esto crea un sistema
regresivo donde los desarrollos densos y compactos —y en muchos casos los residentes menos ricos— subsidian el desparramamiento, pagando más de lo que les corresponde. ¿Un futuro desparramado?
No veo ninguna tendencia contundente que muestre que el modelo de desarrollo basado en bajas densidades y usos segregados vaya a cambiar en el mediano y corto plazo. Las fuerzas políticas que han gobernado por los pasados años no han tenido nunca la intención de cambiar el modelo de urbanismo, aunque ciertos jefes de agencia pudieran haber tenido “buenas intenciones”, pero como dice el refrán: “El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Por el momento continuaremos en este infierno de desparramamiento dominado por el pensamiento neoliberal de libre mercado, esperando que los desarrolladores quieran construir ciudades y que los puertorriqueños amanezcamos un día pidiendo vivir en la ciudad. Ni siquiera nuestros mejores alcaldes han logrado cambiar la tendencia y hacer ciudad. Vivimos en un gran mar de urbanizaciones, y solo un pequeño grupo podemos vivir en trozos de ciudad que han logrado nacer o sobrevivir el modelo del desparramamiento. Mientras nuestros gobernantes mantengan sus mentes suburbanas, serán incapaces de proponer soluciones y comprender la complejidad de los problemas urbanos. Los datos del último censo de población nos confirman lo que ya veíamos en las fotos aéreas: que el desplazamiento de la población junto a las urbanizaciones y centros comerciales continúa hacia los municipios mas alejados del Área Metropolitana. Este constante desplazamiento no es producto de los que huyen de nuestras escasas “áreas urbanas” o trozos de ciudad, sino que el desparramamiento está alimentado por las personas que escapan del mismo desparramamiento, en un círculo vicioso que no deja de producir ganancias para quienes lo producen, y pérdidas para quienes lo consumen.
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Notas y referencias: (1) Cálculo basado en una extrapolación de los costos establecidos para Estados Unidos por el trabajo de Robert W. Burchell, A. Downs, B. McCAnn, y S. Mukherji (2005), Sprawl Costs: Economic Impacts of Unchecked Develoment. Island Press. A los estadounidenses les cuesta $81 millones al día o $31 billones al año. (2) Para un análisis exhaustivo sobre los costos del desparramamiento urbano véase Real State Research Corporation (1974), The Costs of Sprawl: Detailed Cost Analysis. CEQ, HUD and EPA; Another Cost of Sprawl. The Effects of Land Use on Wastewater Utility Costs (http:// www.nrdc.org/cities/smartgrowth/cost/costinx.asp); A Guide to Impact Fees and Housing Affordability. (2008) Arthur C. Nelson, Liza K. Bowles, Julian C. Juergensmeyer, James C. Nicholas. Island Press; Sierra Club, The Dark Side of the American Dream: The Costs and Consequences of Suburban Sprawl. Challenge to Sprawl Campaing, College Park; Greorge Glaster, Royce Hanson, Michael Ratcliffe, Harold Wolman, Stephan Coleman and Jason Freihage (2001) Wrestling Sprawl to the Ground: Defining and Measuring an Elusive Concept, Housing Policy Debate, Vol.12 , no. 4, pp. 685; Robert Burchell et al., (2002) Costs of Sprawl Revisited-2000, Transit Cooperative Research Program, Transportation Research Board, Washington, D.C., Chapter 13; Reid Ewing, Rolf Pendall and Don Chen, Measuring Sprawl and Its Impact, Volume I. Smart Growth America. www.smartgrowthamerica.org/sprawlindex/ MeasuringSprawl.PDF (3) Puerto Rico tiene 24,877 km de carreteras pavimentadas, lo que nos pone entre los primeros siete países del mundo, con el costo correspondiente de mantenimiento. (4) Arthur C. Nelson (2008), Impact Fees and Housing Affordability. A Guide for Practitioners. U.S. Deparment of Housing and Urban Development, Office of Policy Development and Research, June 2008. (5) Carruthers, John I. & Gudmundur F. Ulfarsson (2003) Urban sprawl and the cost of public services. Enviroment and Planning B: Planning and Design Volume 30, páginas 503522. (6) Estimado anual de emisiones y consumo de combustible para vehículos de motor en Puerto Rico para el año 2006, Hoja de Datos Ambientales, Junta de Calidad Ambiental. (7) Estadística pubicada por Nation Master (www.nationmaster.com). (8) El costo económico para Puerto Rico de los accidentes de tránsito se estimó en $752.2 millones en el 2006 por José I. Alameda y Juan Lara (2008) en El costo económico de los accidentes de tránsito en Puerto Rico, Unidad de Investigaciones Económicas, Depto. de Economía, UPR, Núm. 138, septiembre 2008. (9) La tasa de obesidad o sobrepreso se define como un índice de masa corporal mayor o igual a 25 kg/metros cuadrados. http:// www.statehealthfacts.org/comparemaptable. jsp?ind=89&cat=2
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ENTORNO PRESENTA
gastos que realiza el Gobierno o los municipios (otra razón por la cual el desparramamiento continúa).
ENTORNO ARQUITECTURA PRESENTA
Título Planesdel deartículo usos del terreno en Puerto Rico: antecedentes históricos Jorge R. Hernández Favale y Carlos del Maysonet Nombre Autor
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La planificación hasta el 2008
Los orígenes de la planificación de Puerto Rico se remontan al inicio de la colonización de la Isla. Nos quedan como ejemplo de la planificación bajo el dominio español las famosas Leyes de Indias, las cuales indicaron con gran precisión cómo trazar las ciudades y dónde ubicar los edificios públicos, las plazas, los comercios y las residencias. Un poco más adelante, allá para el 1821, se creó la Junta de Obras Públicas para preparar un plan regulador de obras estrechamente atado a los fondos para construirlas. Ese quizás fue el organismo precursor de la Junta de Planificación. La primera ley de planificación de Puerto Rico del siglo XX fue la Ley 213 de 12 de mayo de 1942, conocida como Ley de Planificación, Urbanización y Zonificación de Puerto Rico. Entre los instrumentos de planificación más importantes para implantarla estaba el plano regulador, lo más parecido a un instrumento de planificación del uso del suelo de aquel entonces. La ley estableció que el plano regulador debería presentar las recomendaciones para el desarrollo del país y podría incluir la ubicación, naturaleza y extensión generales de los terrenos, y su posible utilización futura para el bienestar general. La ley también instruyó a la Junta a que, sobre la base del plano regulador, preparara documentos para la urbanización, zonificación y el uso de terrenos; la reglamentación por distritos o zonas de los terrenos públicos y privados, y de los edificios; y la utilización de terrenos para varias clases de usos. Trascurridos 33 años, en el 1975, se promulgó una nueva ley para la Junta de Planificación: la Ley Número 75
ENTORNO18
de 24 de junio de 1975, con el propósito primordial de fortalecer sus funciones relacionadas a la orientación, coordinación e integración de política pública para el desarrollo integral del país, y para fortalecer la investigación y la recopilación de información para asesorar al gobernador, a la Asamblea Legislativa, a los municipios y a las agencias gubernamentales. A tenor con este propósito, se creó la Administración de Reglamentos y Permisos y se le asignaron funciones operacionales que hasta entonces desempeñaba la Junta, en especial la instrumentación de los reglamentos de planificación y demás actividades relacionadas. La Ley 75 dispuso que la Junta prepararía y adoptaría una serie de documentos entre los que se encuentran el Plan de Desarrollo Integral, el Programa de Inversiones de Cuatro Años, los planes de usos de terrenos y el Reglamento de Zonificación. Ordenó una serie de instrumentos básicos de análisis e información para asesorar al gobernador sobre los cambios significativos de orden social, económico y físico del país, así como de las consecuencias de las políticas públicas y de los programas y proyectos estratégicos. También ordenó desarrollar los sistemas de información del Gobierno y coordinar los proyectos de investigación que requieren la participación de diversas agencias y organismos públicos. Dos años después de aprobada la Ley 75, el gobernador aprobó el documento Objetivos y Políticas Públicas del Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico para que guiara a las agencias e instrumentalidades públicas en la formulación de políticas, planes y programas, y en la toma de decisiones y acciones sobre proyectos públicos y privados, así como en el proceso de zonificar y
El inacabado Plan de Uso de Terrenos de 2006 hubiera sido el primer plan de usos de terrenos para todo Puerto Rico en la historia de la Isla. El borrador del plan establecía una visión de desarrollo del país y varias herramientas para implantar esta visión, servía de marco de referencia a los planes de ordenamiento municipal e incluía perfiles para cada una de las regiones adoptadas por la Junta de Planificación. Establecía también un modelo de planificación en donde la visión y la ordenación del país como un todo precedía y guiaba la elaboración de planes regionales y locales como parte de un proceso de planificación holístico que se retroalimentaría constantemente. La planificación actual y recomendaciones
En el 2009 se comenzó un nuevo proceso de planificación que descartó el desarrollo y adopción inicial de un plan de usos de terrenos para todo el país. Descansó, en vez, en la elaboración de un documento de visión y de unas herramientas para implantarlo, y en la elaboración de planes regionales de usos de terrenos que cubren toda la Isla. El 16 de agosto de 2010 se adoptó el Plan Integral de Desarrollo Estratégico Sostenible para Puerto Rico (PIDES), con un horizonte de planificación de 20 años, que revisó el Plan de Desarrollo Integral de 1979. Actualmente, se trabaja en completar las Herramientas de Acción y Coordinación Estratégicas (HACES) y el Plan de Inversión Estratégica (PIE), y en finalizar los planes regionales de usos de terrenos que cubrirán a toda la Isla. Los planes regionales serán calibrados
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por grupos representativos nombrados por la Junta de Planificación. Nada se dice en el nuevo proceso de planificación sobre las contradicciones que con toda probabilidad ocurrirán cuando las metas y los objetivos de algunos planes regionales, si no de todos, sean redundantes o hasta contradictorios entre sí y no abonen a la consecución de un plan de usos para toda la Isla que anteponga el bien común del país. Se adelantan dos recomendaciones que podrían abonar a que se complemente el borrador del Plan de Usos de Terrenos detenido en el 2006 con el proceso de planificación recientemente adoptado por la Junta de Planificación. En primer lugar, los grupos colectivos que tengan la responsabilidad de desarrollar cada plan regional podrían elegir uno o dos representantes ante un grupo que, con una visión a nivel nacional, diseñe los parámetros sobre los que se desarrollen los planes regionales. Además, pasarían juicio sobre las contradicciones y redundancias que surjan a lo largo del proceso de construcción de dichos planes regionales. En segundo lugar, las propias realidades que se aluden para justificar el nuevo PIDES requieren de estructuras descentralizadas de toma de decisiones para que sean eficientes. Se debe diseñar un mecanismo de toma de decisiones que rompa con la visión jerárquica imperante, esto es, adoptar un nuevo sistema de gobernanza que haría que, en verdad, tanto el Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico como los planes regionales —y el producto de las “calibraciones” de esos planes regionales— sean producto de la voluntad de todos para buscar el bien común.
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ENTORNO PRESENTA
definir los usos posibles en los terrenos. Posteriormente, la Junta revisó el documento para incorporar al sector del turismo, ampliar el concepto de riesgo y adoptar el concepto de desarrollo integral sostenible y de acción ecológicamente sostenible. El 10 de abril de 1979 se adoptó el Plan de Desarrollo Integral: Políticas Públicas y Objetivos Específicos, que esbozó las políticas y estrategias de desarrollo integral del país. El plan inicialmente sirvió de guía a los organismos gubernamentales en la formulación de sus planes, programas y proyectos. Sin embargo, perdió vigencia al no actualizarse para acoplarse a los tiempos. En 1991, se aprobó la Ley 81 de 30 de agosto de 1991, mejor conocida como Ley de Municipios Autónomos. En ella se dispuso por primera vez que los municipios podrían, mediante la formulación de planes de ordenación territorial, ordenar los terrenos de su jurisdicción, sujetos a que cumplieran con una serie de metas y objetivos dirigidos a promover el bienestar social y económico del municipio y sus habitantes. El 25 de febrero de 2004, la entonces gobernadora de Puerto Rico, Sila María Calderón, anunció la creación de la Oficina del Plan de Uso de Terrenos en la Junta de Planificación. Posteriormente, en octubre de 2005 se aprobó la Ley para el Plan de Uso de Terrenos, que ordenó la preparación de un plan para todo el país, integrando y organizando los objetivos y políticas públicas a nivel nacional, e integrando los planes de ordenación territorial de los municipios a tono con la Ley de Municipios Autónomos. Este plan se detuvo en el 2006.
PROYECTO DE LA EDICIÓN
PROYECTO:
ENTORNO PRESENTA
Parque de la Laguna del Condado - Jaime Benítez San Juan, Puerto Rico ARQUITECTOS:
Coleman-Davis Pagán Arquitectos Por la Redacción de ENTORNO Fotografías por Javier Román, salvo aquellas indicadas
El proyecto consta de un parque de recreación activa y pasiva ubicado en un solar de tres cuerdas y media de terreno. El proyecto está integrado al vecindario inmediato del Condado por el acceso principal en la calle Wilson al este, a la laguna del Condado y su malecón al oeste, y limitado por una subestación de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y por el expreso Baldorioty de Castro por el sur. Aproximadamente 150 árboles y arbustos nativos fueron sembrados como parte del proyecto, lo que ha logrado recuperar y restaurar un ecosistema de manglar que sirve de ‘pulmón verde’ para los seres humanos y la fauna que habitan el lugar. El proyecto redesarrolló un área extensa en desuso que por décadas había sido una planta termo-eléctrica que contribuía a la contaminación del am-
biente. El mangle y la laguna resaltan como protagonistas ante la intervención de estructuras construidas con un carácter minimalista, y que atienden las necesidades básicas para el disfrute del parque: un cuartel de seguridad con baños públicos, un edificio para el almacenamiento y alquiler de kayaks, un pequeño espacio para mantenimiento y un gazebo sencillo donde se instaló un mural vertical del ceramista/arquitecto Jaime Suárez. También se rehabilitó un edificio histórico ubicado en los predios, lo que le dio una nueva vida para el uso comunitario. El parque ofrece un descanso visual con una vista ininterrumpida de la laguna del Condado que, unida al ofrecimiento de actividades recreativas organizadas por la comunidad, hace del proyecto un ejemplo a seguir sobre cómo viabilizar el disfrute de los recur-
Planta de emplazamiento
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ENTORNO18 a
ENTORNO PRESENTA
Suministrada
Calce Vista aĂŠrea del proyecto, hacia el noreste
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Jorge Carbonell
Proyección de cine al aire libre, una de las muchas actividades que se realizan en el parque
Banca prefabricada de concreto, modelo Pincho, diseñada específicamente para el proyecto
sos naturales minimizando el impacto humano y propiciando su conservación y restauración. Como parte de las estrategias sustentables utilizadas en el proyecto, se limitó la escorrentía de la lluvia al sistema pluvial público, permitiendo en su lugar que el agua se infiltre al terreno y que percole directamente a la laguna y al mangle. Se usaron materiales de bajo impacto al ambiente, en su mayo-
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ENTORNO18
ría locales, tales como adoquines de cemento, piedra bechara (laja amarilla) y ventanas de persianas de aluminio. El grupo de ceramistas Casa Candina elaboró múltiples piezas alusivas al mangle para ambientar un paseo hacia la laguna. Cada obra fue realizada por un artista distinto y colocada junto a las demás en una hilera sobre una de las paredes colindante con la subestación de la AEE.
ENTORNO PRESENTA
Secci贸n transversal, edificio rehabilitado
Alzado norte, edificio rehabilitado y escalinatas
Edificio para las instalaciones del cuartel de seguridad y ba帽os, fachada sur
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FICHA TÉCNICA
Proyecto: > Parque Nacional Laguna del Condado Jaime Benítez
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Equipo de trabajo en > José R. Coleman-Davis Pagán, oficina de arquitecto: Franciso Rivera Rodríguez, Victor Nieto Villalón, Ariel Santiago Bermúdez, Yadira Adorno Pomales Edgardo D. Ocasio Roig Yanitza Maldonado González David Torres García Firma/Oficina: > Coleman-Davis Pagán Arquitectos
Localización: > San Juan, Puerto Rico
Tamaño del solar: > 3.5 cuerdas Tamaño de estructura: > 9,280 p2 (total)
Dueño/Cliente: > Compañía de Parques Nacionales de Puerto Rico Contratista: > Newtec SE (Ing. Héctor Ayala)
Consultores: > Luis Daza Duarte (estructural) Raymond Amaral (eléctrico) Juan C. Padró Octaviani (mecánico) EBP Design Group / Enrique Blanes Palmer (civil) Acosa Engineering PSC (inspección) Colaboradores: > Grupo Casa Candina (25+ piezas cerámica) Jaime Suárez (mural/relieve)
Fecha Construcción: > 2006 - 2008
Costo de Construcción: > $6,000,000.00 )
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Leslie M. Rosado Sánchez
La Ley Núm. 75 del 24 de junio de 1975, según enmendada y conocida como Ley Orgánica de la Junta de Planificación de Puerto Rico establece dentro de sus propósitos generales, la elaboración de Planes de Usos de Terrenos. Además, la Ley Núm. 550 de 2004, conocida como Ley para el Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico, le ordena a la Junta de Planificación la elaboración del Plan de Usos de Terrenos para Puerto Rico (PUT-PR).
Respondiendo a este mandato, la Junta de Planificación llevó a vistas públicas un borrador del PUT-PR en marzo de 2006. Sin embargo, muchos de los municipios reclamaron mayor participación en el proceso. Además, el borrador carecía de una visión de desarrollo de consenso que reflejara la realidad socioeconómica de Puerto Rico y que ofreciera un marco de acción para lograr una economía globalmente competitiva, un equilibrio en el desarrollo urbano y la conservación del ambiente natural; y tampoco alcanzaba el desarrollo de un modelo de transformación y superación social para Puerto Rico. Ante esta situación, la primera encomienda de esta Junta de Planificación ha sido el crear un consenso multisectorial para la formulación de una nueva visión de desarrollo para Puerto Rico, recogida
el 5% y cinco municipios se encuentran en la Fase II de Memorial que representan un 6%. La Junta de Planificación, utilizando la misma metodología definida en PIDESPR, definió once regiones [véase mapa] de acuerdo con un análisis crítico del funcionamiento de PR y aprobó la Resolución Núm. JP-2010-299 de 27 de agosto de 2010, titulado: Mapa de regionalización y metodología de desarrollo del Plan de Usos de Terrenos. Como producto del respectivo análisis se cuenta con el documento del Nuevo modelo de regionalización y metodología de desarrollo del Plan de Usos de Terrenos. La metodología adoptada por Junta para la elaboración del PUT-R estableció una jerarquía de planes. A nivel superior predominan los planes especiales vigentes y futuros adoptados por la Junta sobre el PUT-R; por entenderse que los mismos atienden situaciones de importancia particular para las áreas designadas. El PUT-R prevalece sobre los PT’s y estos predominan sobre otros planes.
Mapa de regionalización de Puerto Rico, Junta de Planificación 2011
formación y Superación Social; y para el pilar físico, la Junta de Planificación está desarrollando el Plan de Usos de Terrenos a nivel Regional (PUT-R). Posteriormente, se elaborará el Plan de Inversiones Estratégicas (PIE) que sustituirá el Plan de Inversiones a Cuatro Años (PICA), para unir el proceso presupuestario con la planificación de usos del suelo. Paralelamente al desarrollo de PIDESPR, la Junta de Planificación ha continuado a paso acelerado colaborando con los Gobiernos municipales en la implantación del Capítulo 13 sobre la Ordenación Territorial de la Ley de Municipios Autónomo, Ley 81 del 30 de agosto de 1991, según enmendada, con la aprobación de 42 planes territoriales que representan un 54%. Veintisiete municipios se encuentran en la Fase IV de Plan Final que representan un 35%, cuatro municipios se encuentran en la Fase III de Avance que representan
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El PUT-R se desarrollará en las siguientes cinco tareas, a saber: Tarea I, la composición de la Comisión Regional, del Consejo Asesor Ciudadano y del Perfil Diagnóstico Regional; Tarea II, objetivos del desarrollo regional, análisis FODA y Proyectos de Impacto Regional; Tarea III, desarrollo de la estructura espacial, las estrategias de desarrollo del suelo y clasificaciones de suelo; Tarea IV, desarrollo de estrategias de implantación; y Tarea V, desarrollo de indicadores de implantación.
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OTROS ENTORNOS ENTORNO PRESENTA
Plan de Usos de Terrenos a nivel regional para Puerto Rico
en el Plan Integral de Desarrollo Estratégico Sostenible, denominado PIDES-PR; dejando sin efecto el Plan de Desarrollo Integral de 1979. Este nuevo documento, aprobado por el gobernador, el Hon. Luis G. Fortuño y ratificado por la Asamblea Legislativa, no tan solo esboza la nueva visión para Puerto Rico, sino que define los valores y las metas que guiarán nuestro rumbo para lograr las aspiraciones y los sueños de nuestra ciudadanía. Asimismo, ha servido como piedra angular en el desarrollo de los instrumentos de planificación, conocidos como las Herramientas de Acción y Coordinación Estratégica Sostenible (HACES-PR). Para cada pilar de desarrollo identificado en PIDES-PR corresponde un instrumento de planificación, a saber: para el pilar económico el Departamento de Desarrollo Económico diseñó el Modelo Estratégico para la Nueva Economía (MENE); para el pilar social —mediante la integración del sector gubernamental, el sector privado y el tercer sector— se diseñó el Modelo de Trans-
En la Tarea I, se establece una estrecha colaboración con los Gobiernos municipales estableciendo la composición de la Comisión Regional y el Consejo Asesor Ciudadano. La Comisión Regional estará constituida por los alcaldes de la región, o su representante designado, y un representante de la Junta de Planificación que servirá de enlace. El Consejo Asesor estará instituido por dos ciudadanos, uno que represente una fortaleza del municipio y el otro, una debilidad. Estos serán responsables de participar en todo el desarrollo de la elaboración del PUT-R para lograr un documento de consenso, que refleje las aspiraciones municipales y las oportunidades regionales. Además, en la Tarea I, se recopila la data más reciente de todas las agencias del Gobierno de PR y se levanta un amplio inventario de recursos por municipio, para elaborar el Perfil Diagnóstico Regional y un Inventario de Proyectos Estratégicos en Sistema de Información Geográfica. Los proyectos estratégicos son los planes a corto, mediano y largo plazo de los Gobiernos municipales. Estos inventarios se catalogan siguiendo la estructura utilizada en el documento PIDES-PR por cada uno de los pilares de desarrollo y sectores relacionados. En la Tarea II, se identifican los objetivos de desarrollo específicos alineados con la visión de PIDES-PR y basados en la identificación de los proyectos estratégicos de los municipios para el futuro crecimiento integral de la región. Los objetivos de desarrollo deberán identificar oportunidades y establecerlas como ejes en la estructura de clasificación propuesta para regir el uso del suelo. De igual manera, la Tarea II incluye una metodología de estudio conocida como FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas). Este análisis nos ayuda a conocer las características internas de los municipios y la situación competitiva de la región con el fin de generar soluciones ingeniosas a las debilidades que se enfrentan y de obtener las estrategias necesarias para el mejoramiento de la calidad de vida, que permitan proyectar acciones en el futuro para el desarrollo armonioso y sostenible de los recursos. La Comisión Regional y el Consejo Asesor Ciudadano seleccionan del Inventario de Proyectos Estratégicos los Proyectos de Impacto Regional. Estos son proyectos que tendrán un impacto más allá de la jurisdicción del Gobierno local
o municipal en que se encuentran localizados, ampliando su marco de servicios a nivel regional y a todo PR. Para la selección de los mismos, se les proveerá unas guías para la selección de proyectos de impacto o carácter regional diseñadas por la Junta de Planificación. Una vez seleccionados, se presentará un análisis de la estructura espacial de los Proyectos de Impacto Regional. Estos proyectos definirán la estructura físico-espacial en apoyo a los objetivos de desarrollo generales y específicos de la región. Una vez concluidas las Tareas I y II se celebrará una vista pública donde se presentará el desarrollo de los siguientes documentos de trabajo: Perfiles Regionales, Inventario de Recursos, Análisis FODA, Objetivos Estratégicos del Plan y la estructura espacial de los Proyectos de Impacto Regional. En la Tarea III, se desarrollará la estructura espacial de la región presentando oportunidades presentes y futuras; así como estrategias de desarrollo del suelo, según sean pertinentes. La estructura espacial a presentarse estará basada en las clasificaciones propuestas para cada municipio de la región, identificando cambios a la estructura existente adoptada mediante los planes territoriales que estén en vigencia en la región o en alguna de las fases de desarrollo. La misma atenderá conflictos, retos y oportunidades; según identificadas en los perfiles y los objetivos de desarrollo. Durante esta fase, se validarán las propuestas de desarrollo con las capas de información existentes en el Sistema de Información Geográfica (SIG), el modelo de simulación de Xplorah, el Mapa de Vida, entre otras herramientas de planificación. También, se involucrarán a las agencias y departamentos del Gobierno de Puerto Rico para obtener su insumo y coordinar esfuerzos para la implantación de los proyectos de impacto regional que sean viables. En la Tarea IV, cada plan de usos de terrenos regional presentará las estrategias de implantación. Cada uno contendrá estrategias de impacto supraregional que serán desarrolladas por la Junta de Planificación en coordinación con la Comisión Regional y serán generales para todas las regiones. Asimismo, se desarrollarán estrategias de impacto regional que serán diseñadas para cubrir las particularidades de cada región. Además, se preparará un reglamento general que regirá las disposiciones sustantivas del PUT-R.
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ENTORNO18
Por último, la Tarea V presentará los indicadores de implantación para medir el progreso del Plan y su efectividad en fomentar el desarrollo integral de la región; esto en coordinación con la Comisión Regional y los indicadores adoptados en PIDES-PR. Durante esta fase, se involucrarán las agencias y departamentos del Gobierno de Puerto Rico responsables de recopilar la data estadística requerida para dar seguimiento continuo a los indicadores de progreso. Una vez concluidas las Tareas III, IV y V, se celebrará una vista pública donde se presentarán los siguientes documentos de trabajo: Desarrollo de la Estructura Espacial, las Estrategias de Desarrollo del Suelo, las Clasificaciones de Suelo, el Desarrollo de Estrategias de Implantación y el Desarrollo de Indicadores de Implantación. Para viabilizar la implantación del Plan de Usos de Terrenos para todo Puerto Rico, la Junta de Planificación estableció un plan de trabajo sumamente agresivo. En octubre de 2010, comenzamos los trabajos de las regiones (2, 5, 8 y 11) programadas a culminarse para octubre del 2011. Nos encontramos finalizando las Tareas I y II de las respectivas regiones, para calendarizar para el mes de mayo de 2011 la primera vista pública. Comenzaremos en el mes de abril la Segunda Fase que incluirá las regiones (6, 7, 9 y 10) que culminará en junio de 2012. La Tercera Fase incluirá las regiones (1, 3 y 4) que comenzará en octubre de 2011 y finalizará para diciembre de 2012. De esta forma, tendremos completado para finales del 2012, un plan de usos de terrenos para todo Puerto Rico.
El reto ha sido ambicioso, pero no imposible. Puerto Rico no espera más de nosotros; los puertorriqueños tenemos puesta la fe en la planificación como herramienta indispensable para lograr un desarrollo integral que el pueblo merece. Nuestra visión es Puerto Rico. Nuestra misión es pensar en un Puerto Rico en grande. En nuestras manos quedará plasmada la historia.
José I. Alameda Lozada
“Los problemas antes expuestos dificultan alcanzar un sistema económico sostenible, ya que demuestran el deterioro y la posible destrucción de sistemas y recursos naturales vitales para el futuro de nuestra población”.
–– Exposición de Motivos de la Ley para el Plan de Uso de Terrenos del Estado Libre Asociado de Puerto Rico; Ley Núm. 550 de 3 de octubre de 2004.
Introducción La Junta de Planificación retomó el importante asunto del Plan de Usos de Terrenos para Puerto Rico (PUTPR), que comenzara hace un lustro. En aquel entonces muchos elementos entraron en conflicto y el plan no llegó a completarse.
Es importante apuntar que un plan de usos de terrenos debe tomar en consideración el marco analítico pertinente para un desarrollo sustentable que permita rehabilitar al máximo posible el deteriorado ecosistema y los estropeados recursos naturales. En este ensayo propongo el marco analítico que debe considerarse en su elaboración y la justificación para incorporar la valorización de los servicios del ecosistema en la toma de decisiones públicas. El viejo paradigma de desarrollo Históricamente se ha atado el bienestar económico al crecimiento, esto es:
a. el éxito económico se mide mediante el crecimiento del producto real per cápita; a mayor crecimiento, mayor éxito y viceversa; b. los medios de producción deben de estar en manos privadas y el funcio namiento del mercado es funda mental; c. la nueva tecnología sirve de antído to a la escasez de los recursos y a sus capacidades productivas; d. los efectos del proceso de producción de bienes y de servicios sobre el medio ambiente o la salud no son considera dos como costos dentro del típico medidor de las cuentas nacionales: el producto bruto o el producto interno. Se pasan por alto al suponerse como mínimos o insignificantes; e. la pobreza se elimina cuando se lo gran mayores niveles de crecimiento per cápita; y f. los recursos naturales y ambientales son abundantes y su daño o deterio ro, lejos de producir costos sustan ciales a los seres humanos, generan beneficios externos positivos netos. La respuesta de la economía ecológica Los economistas ecológicos se refieren a las políticas del Consenso de Washington como las de un “mundo vacío”. Las prédicas de estos economistas —en especial las de Robert Costanza, Herman Daly y Robert Ayres— están fundamentadas en que este paradigma no es ni sustentable
La realidad actual y futura exige que las sociedades se distancien de las políticas de un “mundo vacío” y que, por el contrario, si-
ni deseable a largo plazo.
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gan las de un “mundo lleno”. El fundamento de estas políticas se basa en la existencia de un mundo en donde ocurren interrelaciones entre los subsistemas económicos y el macrosistema natural, y donde se consideran ambos sistemas al momento de dirimir conflictos entre ellos. Desde esta perspectiva, los conflictos entre los sistemas económicos y naturales deberán surgir, pero las políticas sociales tienen que reconocer ambas posiciones, lo que no ocurre bajo el paradigma actual. Para Herman Daly es más importante el énfasis en el “desarrollo” que en el “crecimiento”; y define el “desarrollo” como un aumento en la calidad de vida, que es una consideración más a largo plazo que meramente las estadísticas sobre crecimiento económico y sus efectos sobre un país a través de los medios de comunicación. Bajo el paradigma de la economía ecológica, el mercado y sus instituciones de apoyo no son el centro del sistema social. Las bases principales de esta visión son: a. Se abandonan los valores de cambio de la economía tradicional, y se es tudia toda la biosfera. b. Se deja de considerar el mercado como el centro o instrumento del análisis económico, y se pasa a con siderarlo junto a otras fuentes de in formación e instituciones externas. c. Se busca apoyo en leyes naturales —como en las leyes de la termodi námica— para buscar la consecu ción de la sustentabilidad: el equi librio entre el sistema económico y el ecológico, y su posibilidad de re generación. La necesidad de valorizar el ecosistema Un instrumento de análisis importante para el uso óptimo de los terrenos y el espacio dentro del modelo de la economía ecológica es el concepto del “valor de los servicios del ecosistema”. El ecosistema es una infraestructura natural que provee
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OTROS ENTORNOS
El Plan de Usos de Terrenos en el marco de un modelo de desarrollo de una “economía ecológica”
“más bienes y servicios es siempre mejor que menos”. Dentro de este paradigma, lo esencial de la política de desarrollo de la mayoría de los países, incluyendo la de Puerto Rico, es hacer crecer el producto per cápita sin importar el costo privado y social relacionado con este proceso. Es evidente que tal concepción sobre el desarrollo descansa en un grupo de principios que surgieron y se fueron formando a partir de la Revolución Industrial del siglo XVIII y que modernamente se remozaron en los años noventa por el Consenso de Washington (1), algunos de los que se señalan a continuación:
servicios a través de la tierra, el agua y el sistema pluvial, el clima, los estuarios costeros, los bosques, el manglar, la vida silvestre, el hábitat, y otros. Estos servicios no siempre se toman en consideración por los mecanismos del mercado y muchas veces no se consideran al momento de tomar decisiones sobre el uso de los terrenos. Los manglares, por ejemplo, aunque son considerados como uno de los sistemas naturales más productivos del planeta, muchas veces se eliminan y se rellenan para dar paso a proyectos turísticos, residenciales e industriales; mediante ellos se pueden fijar los niveles de CO2, controlar las erosiones costeras, proteger las costas, ayudar en la formación de suelos, favorecer la pesca y controlar las inundaciones, entre otros beneficios sociales externos. En un estudio de 1997 (2) de Robert Costanza y otros, se estimó que el valor de los servicios en apoyo a la vida del ecosistema de todo el planeta es $33.3 billones de dólares (véase Tabla 1); esta cifra es casi dos veces mayor que el cálculo de $18 billones de dólares del producto interno global. Esta valorización de los servicios del ecosistema se queda corta si se compara con la importancia medular del ecosistema para la vida en el planeta Tierra; las economías globales de todos los países colapsarían si no tuvieran tierra fértil, agua fresca, aire limpio y un clima que permita actividades humanas. Si la valorización del ecosistema y sus componentes se dejara fuera del marco de la planificación, y si el uso de la tierra y de los recursos naturales dependiera únicamente de las señales que provee el mercado y del lucro privado, se obtendría un resultado neto social negativo. La incorporación del ecosistema al análisis de proyectos es fundamental para la elaboración de un plan de usos de terrenos sustentable. El nuevo Plan de Usos de Terrenos
to del producto per cápita, no son siempre cónsonas con el desarrollo. La planificación del uso de terrenos debe de ser un proceso pluralista y democrático, en donde sean considerados todos los grupo de interés, en especial las comunidades y las empresas comunitarias potencialmente a ser afectadas. Es igualmente esencial considerar y valorizar al ecosistema y a los servicios prestados por el mismo, pues aunque su contribución a la sociedad es inmensa, los mecanismos del mercado pueden pasarlo por desapercibido. El plan debe usar como instrumento importante esta valorización, aunque no debe necesariamente limitarse a ella. Es vital que el Plan de Usos de Terrenos valorice los servicios prestados por los arrecifes de coral, la zona del carso, los humedales, los ríos, las lagunas, las especies en peligro de extinción, las cuevas, las dunas, los estuarios, los manglares, y la flora y la fauna, entre otros. El valor de los servicios ecológicos prestados por la zona del carso es un ejemplo aleccionador. La zona del carso es considerada como una de gran valor para la vida humana y las especies, y al momento, sería un grave error para el proceso de decisión pública y de evaluación de proyectos no considerar el valor económico de los servicios de ese ecosistema, por el mero hecho de que los mismos no pasan por los mecanismos tradicionales del mercado. Si
se careciera de esta valorización en el caso de cualquier proyecto de infraestructura —privado, público o combinado— y solamente se consideraran los parámetros del mercado y del lucro privado, el costo social adverso de la decisión podría ser inmenso y los beneficios sociales inexistentes, no empece los muchos beneficios que el proyecto pudiera generar al sector privado. Conclusión El anuncio de que la Junta de Planificación retomó el importante asunto de un plan de usos de terrenos, trae dos posiciones encontradas. Una de esperanza y entusiasmo, y otra de preocupación sobre la efectividad del proceso si no se reconoce el valor de los servicios prestados por el ecosistema a la vida humana y de las demás especies, o si se otorgase flexibilidad en las normas para favorecer los intereses privados sobre aquellos de la sociedad. Notas: (1) El Consenso de Washington es un conjunto de políticas económicas —originalmente concebidas por John Williamson en 1989 y consideradas por los organismos financieros internacionales y centros económicos con sede en Washington D.C.— para impulsar el crecimiento de los países latinoamericanos. (2) Fuente: Costanza, R., R. d’Arge, R. de Groot, S. Farber, M. Grasso, B. Hannon, K. Limburg, S. Naeem, R.V. O’Neill, J. Paruelo, R. G. Raskin, P. Sutton, M. van den Belt. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem Services and Natural Capital.” Nature, 387(6230): 255. (3) http://earthtrends.wri.org/pdf_library/feature/eco_fea_value.pdf
TABLA 1: ESTIMADO Económico de los servicios del ecosistema, 1997 (3)
Es esencial que en el proceso de planificación y de toma de decisiones públicas se reconozca que la calidad de vida en el desarrollo es una meta suprema para el país. Las acciones individuales o grupales de intereses particulares, que pueden llevar a un crecimien-
ECOSISTEMAS formación de tierra recreación ciclo de nutrientes agua: reglamentación y distribución regulación del clima (temperatura y precipitación) hábitat protección contra inundaciones y tormentas comida y materia prima recursos genéticos balance de gases atmosféricos polinización otros sistemas
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ENTORNO18
valor en billones* de dólares (ee.uu.) 17.1 3.0 2.3 2.3 1.8 1.4 1.1 0.8 0.8 0.7 0.4 1.6
Cuando hablamos de usar, nos referimos a la utilidad que tiene un objeto para el ser humano. En ese sentido, el concepto de usar parte de la premisa de que ese objeto no ha sido utilizado al máximo y de que está 100% disponible para nuestra explotación. Es decir, que tenemos derechos absolutos para poner ese objeto a nuestro servicio y para optimizar su uso. Análogamente, los recursos naturales son vistos como elementos del ambiente que tienen utilidad para el ser humano y un valor de mercado, y muchas veces no se considera el papel que tienen en sostener los procesos biológicos que permiten la vida en el planeta. En tiempos recientes hemos incorporado el concepto de sustentabilidad a nuestro lenguaje de planificación y desarrollo económico.
Sin embargo, para muchos, la sustentabilidad no es otra cosa que seguir usando al máximo nuestros recursos, dejando algún sobrante para consumirlo después. Para otros, la sustentabilidad es el reconocimiento de que existe un límite en el uso de los terrenos y los recursos, al cual se está llegando muy rápido. Cuando nos referimos a los terrenos nos referimos a ese objeto espacial que necesitamos usar para obtener beneficios. Los terrenos, en este contexto, significan el espacio no sumergido —incluyendo el subsuelo, sus rasgos topográficos y el espacio aéreo— y los recursos que habitan en él. El objeto tierra, que aparenta ser inerte, contiene, en tan solo un puñado, más de dos billones de bacterias y un millón
Existimos o coexistimos Previo a decidir cómo usar el espacio de nuestras islas, debemos decidir si podemos existir solos como especie o si necesitamos compartir el espacio con otras formas de vida. Planificar solo para
Áreas naturales protegidas
Áreas protegidas por diferentes agencias federales y estatales
Áreas naturales protegidas y manejadas por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico
Superficie protegida: 137,624 acres (6.23% del área total de Puerto Rico) Áreas naturales administradas por el FCPR: 23,324 acres (1.05% del área total de Puerto Rico) Combinadas: 6.23+1.05=7.28% (7.4% del área total de Puerto Rico)
Mapa de Impacto Urbano
impacto urbano poco impacto mucho impacto
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0
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OTROS ENTORNOS
Fernando Lloveras San Miguel
tos incluyen servicios de abastecimiento (productos tangibles como el alimento o la madera), servicios de regulación (beneficios obtenidos de manera indirecta de los procesos ecológicos: como el control de plagas, la formación del suelo o la depuración de agua), y servicios culturales (beneficios intangibles: como el ecoturismo, el valor estético o la educación ambiental). Estos conceptos básicos nos obligan a replantear las premisas fundamentales que han guiado nuestro sistema de planificación hasta el presente. El uso inadecuado de los terrenos impacta no solo la capacidad de producción y los aspectos culturales de convivencia, sino también nuestra propia capacidad de supervivencia. La definición de cómo usamos el espacio conlleva decisiones claves acerca de cuáles son nuestros principios como individuos, como comunidad y como pueblo. A continuación planteo cinco principios para discusión.
N
Un plan de vida: cinco principios y cinco recomendaciones
de hongos que son el principio y el final de los ciclos de vida de los cuales formamos parte. Más aún, los ecosistemas que nos aportan los servicios necesarios para la subsistencia, así como todas las formas de vida que sustentan, incluido el ser humano, han evolucionado conjuntamente teniendo como substrato aquello que llamamos terrenos de forma unitaria. Cuando hablamos de planificar el uso de los terrenos, nos referimos muy limitadamente a la acción de clasificar y ordenar el territorio con el fin de atender conflictos y maximizar el aprovechamiento de los suelos. En este ejercicio, creamos y mantenemos clasificaciones que definen las áreas como urbanas, urbanizables y rústicas; y estas clasificaciones casi siempre han ido amarradas a usos que generan beneficios económicos tangibles, tales como la explotación minera, industrial, agrícola, turística, residencial o recreativa. Se ha utilizado una premisa muy simple: o usamos el terreno o usamos el terreno. La biodiversidad desempeña una función fundamental para el bienestar humano a través de la generación de los servicios de los ecosistemas, que son las contribuciones directas e indirectas de los ecosistemas al bienestar de la sociedad. Es-
nosotros implica que otras formas de vida no tienen derecho de existir si no nos son de utilidad.
Hablar de los derechos de otras formas de vida es posiblemente anatema en un mundo en donde hacemos con estas lo que queremos, sin ir más allá de proteger algunas especies en peligro de extinción. Es decir, protegemos solo aquello que ha sido abusado a tal grado que las consecuencias son ya casi irreversibles. El derecho a dominar y a usar a seres que creemos inferiores es algo que nos ha caracterizado desde las conquistas, la esclavitud, el genocidio y el dominio de un género sobre otro. Es un proceso que no llegará a su fin hasta que entendamos que la magia de la vida es una sola y que merece el mismo respeto en todas sus manifestaciones. Independientemente de la posición que ocupemos en este debate, la realidad es que un plan de usos de terrenos debe enfocarse no tan solo en nuestra propia vida, sino también en otras formas de vida; aun cuando algunas personas crean que estas otras son inferiores a la nuestra. Es por esto que proponemos que el sistema de planificación no se base exclusivamente en patrones de usos humanos, sino que incorpore clasificaciones de sistemas ecológicos de vida, y que sea sobre estos que construyamos nuevas estrategias de uso. En otras palabras: el plan de vida debe supeditar y convertirse en el denominador común de cualquier plan de usos de terrenos, ya sea a nivel Isla, regional o municipal.
de ríos, acuíferos o suelos fértiles para cultivar. Es partir de la premisa de que todo lo podemos fabricar o, peor aún, importar. La realidad es otra. Somos un pequeño archipiélago de islas cuya riqueza ecológica emana de un proceso de evolución que hace de Puerto Rico —y del Caribe— una de las zonas de más alta biodiversidad en el mundo. Dependemos y necesitamos de los servicios que nos ofrece la naturaleza. Los sistemas de contabilidad macroeconómica y los indicadores tradicionales de progreso económico, como el PIB, se limitan y dejan fuera de su cómputo los beneficios económicos correspondientes a todos aquellos servicios de los ecosistemas cuyo uso o disfrute no pasan por los mercados, así como también los costos asociados al deterioro de los ecosistemas de los que dichos servicios dependen. Convenientemente no se cuantifican el valor de los servicios de extracción de minerales, la generación de fibras, la captura de agua, la purificación del aire, la cosecha de alimentos, la regulación climática, los controles de plagas y enfermedades, así como tampoco se contabilizan el valor de la información genética y los conocimientos científicos que nos ofrecen. Los bosques, por ejemplo, son ecosistemas que generan oxígeno, controlan la temperatura, son catalíticos para crear condensación y lluvia, capturan y filtran agua, sirven de hábitat para innumerables especies, generan materia prima que sirve de herramientas para los seres humanos, generan materia orgánica que fertiliza los suelos, controlan la erosión y proveen alimento, entre otros servicios. Al no cuantificar el valor de los servicios de los ecosistemas, se utiliza la naturaleza como un subsidio invisible de la producción. Nuestra existencia y prosperidad dependen de los servicios de los ecosistemas. Mantener el funcionamiento y la salud de los ecosistemas es indispensable en cualquier plan de usos de terrenos ponderado y responsable. Usamos o reusamos
Planificar tan solo para nuestros posibles usos también implica que tenemos la capacidad de vivir en un ambiente artificial controlado de forma indefinida y que no necesitamos de bosques o de manglares, ni de humedales o corales, ni tampoco
Nuestras decisiones de uso de terrenos durante los pasados 500 años no están muy lejos de confirmar la creencia de que podemos existir sin ayuda de los procesos naturales. En el siglo XVI, Puerto Rico contaba con una cubierta forestal de 890,000 hectáreas. Para el siglo XVIII, esta cubierta se redujo un 34%, a 587,000 hectáreas. Ya para el siglo XX, el total de la super-
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Necesitamos o prescindimos
ficie considerada como bosque solamente alcanzó las 80,000 hectáreas, un 91% del conteo original. De hecho, hacia la década del 1940, Puerto Rico llegó a deforestar el 94% de su territorio, dejando tan solo un 6% con cubierta forestal. Como punto de referencia de un país con extrema necesidad, Haití hoy día tiene una cubierta forestal de solo el 2%. Actualmente, nuestra cubierta forestal alcanza el 45%, formada en su mayoría por bosques secundarios. Dicho incremento se produjo, no por una decisión pensada, sino por el abandono de la agricultura que ocurrió con el proceso de industrialización de mediados del siglo XX. Esta recuperación forestal no planificada representa una gran oportunidad en el proceso de planificación actual para lograr que estos terrenos se conviertan en bosques permanentes. Lamentablemente, nuestra forma actual de tomar decisiones continúa por un rumbo equivocado. Aunque nuestras islas pueden parecer verdes a primera vista, cerca del 20% de todo nuestro terreno está urbanizado o se considera como tal. De hecho, durante las últimas décadas, el área urbana aumentó aproximadamente en un 35%. El 45% de las nuevas construcciones de los últimos 25 años ocurrieron en terrenos agrícolas o abiertos. Si se mantiene esta tendencia, en 70 años se habrá consumido el 100% del terreno.
Aun cuando el 20% del terreno ya está construido, tan solo el 7.4% está legalmente protegido. E incluso en aquellos pocos terrenos protegidos, no se descarta utilizar parte de estos en nombre del progreso; como sucedió recientemente con el área del bosque de Río Abajo impactada por la construcción de la PR10, o como se propone impactar áreas de bosque y reservas naturales con el proyecto del gasoducto. Pensar en un plan de uso como si nuestro terreno fuese virgen nos coloca en una posición de negación ante lo que hemos consumido y digerido, y de cómo hemos endeudado a las futuras generaciones. Sencillamente estamos más de quinientos años tarde para poder diseñar un verdadero plan de usos de terrenos. De tan
La capacidad que poseen las islas de Puerto Rico de proveer los elementos que necesitamos para desarrollarnos depende de nuestra habilidad de entender que nuestros ecosistemas se encuentran gravemente comprometidos. Trazar un plan de usos de terrenos que ignore estas áreas impactadas implicaría que solo nos enfoquemos en un plan para usar lo que nos queda por consumir. Continuar por esta ruta nos llevaría a adentrarnos en un camino del cual no podríamos regresar. Si no miramos hacia lo ya construido, no podremos observar y corregir errores, y continuaremos desarrollando sobre cimientos que no van a tener la capacidad de sostener nuestro crecimiento y que, en algún momento, colapsarán. Nos limitamos o nos limitan
La relación entre los terrenos y la población establece el nivel de cuidado e inteligencia con que debemos utilizarlos. Cerca de cuatro millones de nosotros vivimos en 8,940 kilómetros cuadrados, con una densidad poblacional de 447 personas por kilómetro cuadrado, situándonos como el país número 22 de mayor densidad entre una lista de 222 países. Como comparación, podemos mencionar a Costa Rica con 88 personas por kilómetro cuadrado, Panamá con 45, República Dominicana con 204, y Estados Unidos con 33. Para
visualizar mejor nuestra situación, basta con saber que para que Estados Unidos tenga la misma densidad poblacional de Puerto Rico, en vez de sus cerca de 311 millones de habitantes, tendría que aumentar su población 13.5 veces, y tener una población de más de la mitad de la población mundial de hoy día. Esta realidad debe forzarnos a adoptar modelos efectivos de planificación de lugares densos. La dependencia en el auto, la construcción de viviendas terreras, el desparramamiento urbano, la segregación de áreas de trabajo, de vivienda y de consumo —entre otras— son políticas desacertadas que por décadas hemos adoptado y que han agravado nuestra propia limitación de espacio. Este daño autoinfligido requiere no tan solo que repensemos nuestro futuro, sino que remiremos nuestro pasado con mucho detenimiento para corregir lo que aún se puede. Nuestra determinación de usar el terreno inteligentemente no puede esperar. Nuestras islas no crecen. El espacio está claramente demarcado; lo único que resta es nuestra decisión de cómo utilizarlo de forma sustentable. Nos comprometemos o nos engañamos Un plan de usos de terrenos necesita mucho más que dibujos y reglas: necesita un compromiso de pueblo. Se trata de un compromiso que no se doblegue ante intereses individuales y que actúe a favor del bien común.
La riqueza biológica de una nación se mide por el número de especies que sustentan sus ecosistemas. Las especies se definen no solo por sus características físicas, sino por su adaptación a los hábitats en los que pueden sobrevivir. En este sentido, las únicas unidades funcionales capaces de proporcionar hábitat son los ecosistemas. La supervivencia de estos depende del mantenimiento de una cobertura lo suficientemente extensa y continua, así como de la permanencia de los procesos
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biofísicos que permiten la homeostasia. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza establece que el principal factor de extinción de especies es la fragmentación y la pérdida de hábitats. La tendencia actual en el ámbito de la planificación de los usos de terrenos considera las delicadas conexiones entre las especies y sus hábitats, y define los límites entre las actividades humanas y el mantenimiento de una cobertura adecuada de los ecosistemas. Los científicos especializados en fragmentación de hábitats consideran que los planificadores deben conservar por lo menos entre un 20% y un 60% del hábitat natural presente en el paisaje. Un análisis del último informe de la Base de Datos Mundial de las Áreas Protegidas administrado por las Naciones Unidas indica que 32 países —incluyendo a República Dominicana, Costa Rica y Colombia— protegen entre 20% y 30% de su superficie terrestre, y que otros 9 países protegen más del 30% de su territorio, entre los que se destacan Martinica, con 58%, y Venezuela, con 53%. Siguiendo estas tendencias mundiales, que buscan integrar los procesos biológicos a la planificación en forma tal que se pueda asegurar la funcionalidad y salud de los ecosistemas en coexistencia con las necesidades humanas, el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico recomienda una planificación de usos de terrenos para el país que guarde una proporción aproximada de 1/3 del territorio dedicado a la conservación de ecosistemas (humedales, manglares, bosques lluviosos y secos), 1/3 para usos que requieran áreas abiertas (agricultura, recreación, zonas de amortiguamiento) y 1/3 para uso urbano intenso (infraestructura, uso industrial, vivienda, servicio, turismo). El Fideicomiso, en colaboración con la organización NatureServe, está realizando los análisis biogeográficos necesarios para desarrollar un mapa que delimite las tres áreas, con una proporción de 1/3 cada una, y la validará científicamente antes de hacer una recomendación final. Estos parámetros buscan establecer un balance entre las necesidades de desarrollo del ser humano y las del mantenimiento de los ecosistemas y de las otras formas de vida. Esta posición, claro está, parte de la premisa de que el ser hu-
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solo mirar con detenimiento el Mapa de Impacto Urbano [véase ilustración 1] sobre nuestro territorio, podemos observar dónde nos encontramos. Este es y debe ser nuestro punto de partida. Este mapa marca la huella del impacto urbano sobre el terreno. Observamos las concordancias del área impactada con el sistema de carreteras, y vemos como se han afectado los sistemas hidrológicos, como hemos cercado las costas de su conexión con la montaña, como hemos segmentado y dispersado el sistema de áreas con integridad ecológica. Un plan efectivo debe remirar, rediseñar y revertir errores fundamentales de nuestro pasado que atentan contra nuestra propia existencia.
mano cuenta con la capacidad intelectual, técnica y de gobernabilidad para lograr su desarrollo sin consumirlo todo.
Al menos 41 países protegen entre el 20 y el 60% de su territorio. Pensar que podemos consumir el 93% del nuestro sin perjudicar nuestro potencial futuro es ciertamente incomprensible. Ninguno de estos otros países ha sido llevado al abismo por proteger sus ecosistemas. Por el contrario, muchos de ellos llevan años creciendo económicamente a un ritmo superior al nuestro. Un plan debe partir de criterios que viabilicen la sostenibilidad, debe afirmar sus valores y debe proveer una visión de futuro. Para esto, el plan debe partir
Las enormes proporciones de nuestra huella ecológica
Fernando Abruña
El orden de las acciones correctivas es claro. Primero, preparar un plan de uso supeditado a un plan de vida que reconozca que se deben integrar diversas formas de vida. Segundo, contabilizar los beneficios de los servicios que nos brindan los procesos naturales, en especial el componente hidrológico, que es la base de estos procesos de vida. Tercero, comprender que se planifican terrenos que ya están siendo utilizados y que requieren una estrategia exhaustiva de reuso. Cuarto, partir de una realidad de densidad poblacional muy alta que requiere nuevos modelos de eficiencia en el uso de los terrenos. Y quinto, un compromiso de pueblo como base ineludible de un plan que no quede en el olvido como un proceso más, fallido y sin consecuencia.
La huella ecológica, un concepto desarrollado por el doctor Mathis Wackernagel y el profesor Hill Rees de la Universidad de McGill en Canadá, se ha convertido en el instrumento estándar para medir la viabilidad de una persona en poder cumplir con sus necesidades dentro del marco de recursos disponibles en el planeta. De forma breve y sencilla, según Wackernagel, la huella ecológica es la cantidad de tierra bioproductiva que cada uno de nosotros necesita para mantener nuestro estándar de confort y estilo de vida. Por tierra bioproductiva nos referimos a aquella que es capaz de producir comestible para el ser humano. Bajo esta definición se eliminan las capas polares, los desiertos y áreas eminentemente rocosas. La huella ecológica se mide en unidades de cuerdas por persona. Si tomamos el total de tierra bioproductiva que tenemos en el planeta y la dividimos proporcionalmente entre todos los seres humanos que la habitamos, a cada uno le tocará un total de aproximadamente 4 cuerdas (1.62 hectáreas). Podríamos pensar que si vivimos en un solar típico de urbanización, cuya área es de aproximadamente 300 metros cuadrados, nuestra huella ecológica es mínima. Pero ¡cuidado!...el concepto es un poco más abstracto y más abarcador que nuestra mera huella física sobre el suelo. Por ejemplo, si nos gusta y comemos bistec —como hacemos la mayoría de los puertorriqueños—, tenemos que cuantificar la cantidad de tierra de pastoreo que necesitamos y dedicamos para llevar a cabo esta actividad y luego dividirla entre el número de personas que comen carne de res. Para cada persona que come carne de res, le tocará un pedazo proporcional del área de terreno que se utiliza para el pastoreo. Esta cantidad de tierra bioproductiva se la adjudicamos a la huella ecológica.
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de unas guías generales que ordenen las actividades humanas. Ubicar actividades sin tener un marco conceptual tan solo producirá un desparrame urbano sin sentido. El marco conceptual de este plan debe establecer un compromiso de todos con el país, que sirva de fuerza legal y moral para implantar el plan. Lo que debe quedar claro es que un plan sin compromiso es, para todos los efectos, un plan inexistente. Cinco recomendaciones
Veamos el siguiente escenario para entender mejor este concepto. Si un puertorriqueño vive en San Juan y trabaja en Ponce y hace ese recorrido a través de la carretera PR52 tendríamos que asignarle, de la misma forma que hicimos con las áreas de pastoreo en nuestro ejemplo anterior, un pedazo proporcional de carretera. Es decir, si tomamos toda la tierra bioproductiva que cubre esta carretera y la dividimos proporcionalmente entre todos los que la utilizan, a cada usuario se le asignará un pedazo de la misma. Si a este escenario le añadimos el área que cubre al resto de las carreteras del país, y toda la infraestructura que nos permite usar nuestros vehículos, veremos que la huella ecológica crece enormemente con el uso del automóvil privado. Esta infraestructura incluye, entre otros: las estaciones de peaje, las salas de exhibición donde adquirimos el vehículo, las áreas de estacionamiento en las residencias, edificios institucionales, comerciales e industriales, las estaciones de gasolina, los garajes de mantenimiento y reparación, y todos los edificios del Estado que supone la administración de estos servicios (Departamento de Transportación y Carreteras, Administración de Compensación por Accidentes Automovilísticos y otros). Si hacemos el mismo análisis con relación a los viajes aéreos que tradicionalmente hace el puertorriqueño típico, incluyendo su anual peregrinaje recreativo a Disney World en la Florida, o el de visitar familiares en Nueva York, veremos que nuestra huella ecológica aumenta. Todas nuestras actividades suponen abonos adicionales a la huella ecológica. Dijimos al inicio de este ensayo que la cantidad de tierra bioproductiva que en justicia le corresponde a cada ser humano es de aproximadamente cuatro cuerdas. Bueno… amárrense los cinturones y prepárense para el golpe que nos espera, porque la estadística que a continuación revelaré es realmente alarmante. Aunque las cifras varían dependiendo de la fuente, de forma general podemos decir con relativa certidumbre que la huella ecológica de cada puertorriqueño es de aproximadamente 24 cuerdas. Esto significa que estamos consumiendo la tierra bioproductiva equivalente a seis personas (24 cuerdas ÷ 4 cuerdas). Si restamos las cuatro cuerdas que nos corresponden, significa que nuestro estándar de confort y estilo de vida está privando a otros cinco seres humanos de sus recursos planetarios. Como ejemplo de contraste, la huella ecológica de un
por hectárea y que, para todos los efectos prácticos, nuestra generación de energía es 100% mediante fuentes fósiles, nos percataremos de que nuestra huella de carbón es enorme. De acuerdo a cómputos que he hecho para Puerto Rico, necesitamos el equivalente de 880 árboles por puertorriqueño para atrapar las emisiones de CO2 que cada uno de nosotros generamos en promedio. A grandes rasgos, esto supone un área de bosque equivalente a 8.32 cuerdas/ puertorriqueño. Necesitamos el equivalente de 33,280,000 cuerdas de bosques para mitigar las emisiones que como país generamos actualmente. De nuevo, con el fin de tener un sentido de escala, esto supone un área de bosque necesaria para mitigar nuestras emisiones de CO2 equivalente a 14 veces el área de nuestra Isla. Si consideramos nuestras emisiones versus las de Estados Unidos, China e India la nuestra resultará casi despreciable a nivel de país. Algunos se refugian detrás de este argumento para justificarse, pero la realidad es que nuestras emisiones per cápita son enormes y de las más altas a nivel mundial. ¿Con qué fuerza moral podremos como país requerirles a los más grandes emisores de CO2 que reduzcan sus emisiones si a nivel individual consumimos con arrojo? La iniciativa Arquitectura 2030, liderada por el arquitecto Edward Mazria, sostiene que si para el año 2030 los edificios no son neutros en sus emisiones de CO2, el planeta se enfrentará a una crisis de nefastas proporciones donde los términos que se utilizan para describir los efectos a nivel planetario son tan aterradores como: ¡extinción masiva! La huella hídrica es un concepto similar y análogo a la de carbón, pero resulta mucho más difícil de medir. La huella hídrica de un individuo, comunidad o negocio se define como el total de volumen de agua limpia que se utiliza para producir bienes o servicios consumidos por el individuo o comunidad, o producido por una empresa o negocio. Se mide comúnmente en unidades de metros cúbicos/año/ persona. La huella hídrica tiene dos componentes principales: uso directo, el agua que usamos o consumimos directamente, y el uso virtual, el compuesto del agua que se utiliza para hacer los productos que usamos o consumimos. Por ejemplo: consumir 15 galones de agua al ducharse es un uso directo. Como promedio y a nivel mundial, se consumen 37 galones de agua para poder producir una taza de café
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y 1,921 galones para una libra de carne. Estos últimos dos son ejemplos de consumos virtuales.
Los cuatro factores directos que determinan la huella hídrica de un país son: el volumen de consumo (muy relacionado al ingreso nacional bruto), los patrones de consumo (consumos altos o bajos de carnes), el clima (condiciones de crecimiento) y las prácticas agrícolas. Como regla general, en países ricos las personas típicamente consumen más bienes y servicios, lo que se traduce de inmediato en el aumento de la huella hídrica. Para tener un sentido de proporción, la huella hídrica de la China es de 700 metros cúbicos/año per cápita, la de Japón es de 1,1150 metros cúbicos, y la de Estados Unidos, de 2,500 metros cúbicos. Aún no tenemos datos claros sobre nuestra huella hídrica en Puerto Rico, pero las estadísticas actuales sugieren que ocupamos una posición bastante alta en el tamaño de la huella. Sí sabemos, por confesión propia de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, que el consumo directo promedio de agua por persona en Puerto Rico es de aproximadamente 100 galones diarios. Esta es una cantidad superlativa si la comparamos con el consumo directo de agua por persona en La Casa Ausente que construimos en Vega Alta hace diez años. Allí el consumo directo de agua es de escasamente siete galones/persona/día. Hemos visto de forma muy general como nuestros actuales estilos de vida y estándares de confort se encuentran en evidente ruta de colisión con lo que supone una vida sustentable en Puerto Rico y el planeta. Como nación, debemos tratar de hacer más con menos y llevar esta operación hasta llegar a lograr casi todo con casi nada.
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habitante de Haití, Nepal o Bangladés es de aproximadamente 1.25 cuerdas. ¡Cada puertorriqueño consume el equivalente a lo que consumen 19 haitianos! Desde un punto de vista ético y amplio, somos una nación asesina de otros países del mundo. Para calcular la huella ecológica de Puerto Rico como país, multiplicamos 24 cuerdas/persona por 4 millones de puertorriqueños. Esto equivale a 96 millones de cuerdas de tierra bioproductiva que necesitamos para mantener nuestro estándar de confort y estilo de vida. Si dividimos las 96 millones de cuerdas que consumimos entre las 2,306,500 cuerdas que tenemos en Puerto Rico, el resultado es de aproximadamente 40. En otras palabras, consumimos tierra bioproductiva equivalente a ¡40 veces el tamaño de Puerto Rico! Pero aquí no termina nuestra tragedia… De la misma manera que se discute el concepto de huella ecológica, también se discuten los conceptos de huella de carbón y huella hídrica. La huella de carbón mide las emisiones de gases que ocasionan el calentamiento global; incluye, entre otros gases: el dióxido de carbono, el gas metano y hasta el vapor de agua —generados por cada persona de acuerdo, también, a sus estándares de confort y estilo de vida—. No obstante lo dicho anteriormente, las estadísticas que se publican se limitan casi exclusivamente a las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Por esta razón, la huella de carbón se mide, típicamente, en unidades de toneladas de CO2/persona. Dependiendo de las fuentes de información y datos que utilicemos, la huella de carbón para cada puertorriqueño fluctúa entre once y 22 toneladas al año. Debemos recordar que una tonelada equivale a 2,000 libras y que, por lo tanto, nuestras emisiones de CO2 al ambiente son del orden de 22,000 a 44,000 libras de CO2/ persona. Para tener un sentido de escala, cada vez que respiramos y exhalamos emitimos un poquito de CO2. Evidentemente, respirar no es la fuente principal de nuestras emisiones. El automóvil, nuevamente, es uno de los mayores contribuidores de emisiones de CO2 al ambiente. Las estadísticas para Puerto Rico, en el año 2004, arrojaban la cifra de 617 autos por cada mil habitantes, ocupando la quinta posición a nivel mundial. Somos además, para desgracia nuestra, el país con más vehículos por milla cuadrada, con una cantidad de 4,300 automóviles. Si a estas vergonzosas estadísticas les añadimos que también somos el país de mayor consumo eléctrico
Producción ecológica de alimentos en el contexto de los usos de terrenos en Puerto Rico Nelson Álvarez Febles
En la actualidad se manejan datos que indican que, por lo menos, un 75% de los alimentos consumidos en Puerto Rico son importados. Con frecuencia los alimentos que nos llegan son de segunda o tercera calidad, como resulta claro para cualquiera que haya vivido en Estados Unidos u otros países. En otros casos, como con los pollos y los huevos, a través de estrategias de mercadeo de dudosa legalidad como el dumping (1), se han destruido industrias locales para sustituirlas por importaciones de peor calidad. La falta de producción local de alimentos de calidad tiene impactos negativos sobre los hábitos alimentarios de los puertorriqueños y, por lo tanto, en la salud de la población. Para satisfacer la demanda, se importan alimentos que recorren miles de millas desde sus puntos de origen. Si a lo anterior le añadimos la vulnerabilidad de las importaciones ante eventos catastróficos como un huracán, un tsunami o una guerra, podemos comenzar a entender la urgencia para trabajar hacia un aumento del autoabastecimiento alimentario (2). Una prioridad de política pública debería ser corregir la enorme dependencia sobre las importaciones para alimentarnos. Sería extraordinario hacerlo de forma respetuosa hacia los recursos naturales y mediante la generación de actividad económica interna y acorde con nuestros patrones culturales. La agricultura y la producción de alimentos hacia el 1950 Se hace difícil imaginar, ante el tipo de urbanismo y uso de suelos actual, que el archipiélago de Puerto Rico tuvo un desarrollo agrícola sofisticado y productivo. Sin embargo, para el año 1938-39 se producía localmente un 65% de los alimentos que
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consumía una población de cerca de dos millones de habitantes (3). Además de la extensa variedad de alimentos producidos localmente, Puerto Rico exportaba azúcar, café, algodón y tabaco. Esto nos indica que probablemente las mejores tierras estaban dedicadas a los cultivos de exportación y, por lo tanto, gran parte de nuestros alimentos provenían de una agricultura realizada en las laderas de nuestras colinas y montañas. Nuestros estudios nos llevan a concluir que, en términos generales, en el pasado nuestros campesinos, los jíbaros y los pequeños y medianos agricultores utilizaban tecnologías apropiadas que protegían los suelos de la erosión, hacían un uso sustentable del agua y promovían una diversidad de cultivos que intensificaba la producción en terrenos inclinados que hoy se tienden a considerar marginales para la agricultura. El paisaje agrícola hacia los años cincuenta, exhibía componentes productivos diversos: bosques –probablemente de café– siembras y ranchos de tabaco, siembras de plátanos, pastos, etc. El observador cuidadoso descubre técnicas que hoy se consideran de conservación de suelos y de manejo sustentable: zanjas al contorno, siembras de cobertura vegetal en las áreas más susceptibles a la erosión y
La pérdida de masa boscosa primaria en la Isla fue dramática para esa época, quedando poco más del 5% a mitad del siglo pasado. Sin embargo, esto no quiere decir que los suelos quedaban descubiertos, privados de probiodiversidad productiva.
tección vegetal, pues el tipo de agricultura que se practicaba incluía rotaciones de cultivos, agroforestería, pastos para ganado y siembras en las escorrentías. También se protegían los nacimientos de las fuentes de agua y los bordes de las quebradas y los ríos. Esa tecnología agrícola, de origen taíno con innovaciones árabes, canarias y españolas, fue rápidamente descartada y sustituida, especialmente a partir de los años cincuenta, por técnicas típicas de una agricultura industrializada de altos insumos externos (fertilizantes de síntesis química, plaguicidas, semillas híbridas, riego extensivo y maquinaria pesada) más apropiadas a climas templados y terrenos llanos. Un ejemplo fue la destrucción masiva de los bosques de cafetales tradicionales para sembrar café al sol, utilizando maquinaria pesada que destruía la cubierta vegetal y el mantillo del suelo para depositarlo en escorrentías y quebradas, además del abandono de las zanjas y el uso intensivo de abonos inorgánicos, plaguicidas y herbicidas. En pocas décadas se ha visto como la ganancia a corto plazo en la producción de granos de café llevó a niveles importantes de erosión, contaminación y pérdida de productividad, hasta el punto que las autoridades tuvieron que volver a incentivar la siembra del café con sombra en policultivos.
LA AGRICULTURA EN LA ECONOMÍA DE PUERTO RICO (porcentajes) Del ingreso interno total Del empleo total
1950 25.6 36.2
1990 1.7 3.7
2008 0.5 1.2
Fuente: Informe Económico, Junta de Planificación, ELA, 1990; Compendio de Datos, BGF/PR, 2008
ÁREA DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y NÚMERO DE FINCAS año cuerdas número de promedio agrícolas fincas cuerdas/fincas 1935 1,913,047 52,790 36.2 1998 865,478 19,951 43.4 2002 690,687 17,659 39.1 2007 557,530 15,745 35.4 Fuente: Departamento de Agricultura de Puerto Rico.
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% área de Puerto Rico 87 39 31 25
El abandono de la agricultura como actividad económica importante fue rápido y dramático. Como ejemplo, en 1950 la producción agrícola de Puerto Rico representó el 25.6% del producto interno total y empleó 36.2% de la fuerza laboral. Cuarenta años después, para el 1990, las cifras correspondientes fueron 1.7% y 3.7%. Si analizamos la tabla que sigue, vemos como esa merma de actividad agrícola se traduce dramáticamente en cambios en el uso de terrenos. Entre 1935 y 2007 se perdieron para la agricultura o se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas. Si en el 1935, 87% del área total del archipiélago estaba dedicado a alguna actividad agrícola, en el 2007 solamente fue un 25% del territorio. El descenso en el número de fincas ha sido proporcional al abandono agrícola de la tierra, pero el tamaño promedio de las fincas ha permanecido entre 35 y 40 cuerdas. Este último dato podría ser indicativo de que ese tamaño de unidad es suficiente para que una finca en el país sea productiva y sustentable. La experiencia nos demuestra que estando sujeto a variables como suelos, topografía, vegetación, tipo de producción, entre otras, las fincas de 25 cuerdas pueden ser unidades viables en modelos de agricultura ecológica intensiva y sustentable. Disponibilidad actual de los terrenos para la agricultura Como vimos anteriormente, grandes cantidades de terrenos en Puerto Rico dejaron de tener usos agrícolas, pero esto no quiere decir que estén disponibles en la actualidad para la siembra, pues una gran cantidad de los mejores suelos han sido utilizados para el desparrame urbano horizontal y la construcción de carreteras, centros comerciales con sus enormes zonas de estacionamiento, entre otros desarrollos promovidos por el modelo desarrollista dominante. A continuación se presentan algunos datos sobre la disponibilidad actual de los suelos para la agricultura, aunque probablemente sea menor si tomamos en consideración aspectos limitantes como la erosión, la contaminación de los suelos y el agua, el acceso y la seguridad (5). Como Puerto Rico es parte de una realidad globalizada, no se pretende que
Total del territorio de Puerto Rico, en cuerdas: 2,275,000 Entre 1935 y 2007 se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas Tierras agrícolas óptimas perdidas por el desarrollo y la construcción: 300,000 Tierras agrícolas hoy 270,000 Terrenos óptimos, llanos 600,000 T errizos rojizos, ondulantes 300,000 Inclinadas, aptas para la producción de madera, agroforestería TOTAL DISPONIBLE: 1,170,000 cuerdas CUERDAS PARA PRODUCIR ALIMENTOS PARA 4 MILLONES DE PERSONAS Agricultura de altos insumos externos para la dieta actual con un alto consumo de animales: 1.25 c/p=5 millones cuerdas Agricultura de altos insumos para una dieta regular: 0.36 c/p= 1.44 millones cuerdas Agricultura de bajos insumos externos: 0.18 c/p=720,000 cuerdas
C/P: Cuerdas por persona
produzcamos todos los alimentos que consumimos. Lo aconsejable es priorizar en aquellos alimentos perecederos que son de producción más fácil en nuestras condiciones geográficas y que, además, son más nutritivos consumidos frescos, como las frutas, los vegetales, las carnes, los huevos, etc. También se debe enfatizar el cultivo de alimentos tradicionales a nuestra dieta, como guineos, plátanos, tubérculos, panas, habichuelas, ajonjolí y jengibre. Un tercer grupo deben ser los cultivos con buen potencial económico y exportador, como el café. Todos estos cultivos son de mejor calidad y de mayor valor comercial cuando son productos de la agricultura ecológica. ¿Cuánta tierra necesitaríamos para desarrollar una economía agrícola que impacte sobre las importaciones? Sin intención de presentar números concluyentes ni pretender presentar cifras económicamente precisas, veamos algunos datos en forma general. En la siguiente tabla se muestra la cantidad de terreno necesaria por persona y año, según tres formas de hacer agricultura y tres tipos de dietas. En los primeros dos casos se trata de la agricultura contemporánea industrializada que hace uso intensivo de los insumos como abonos químicos, plaguicidas, riego, mecanización, etc. En el tercer caso se trata de una agricultura tipo ecológica que hace uso de los recursos internos y cercanos a la finca para abonar, controlar plagas, etc. En cuanto a la manera de consumir los alimentos, en el primer caso se trataría de una dieta con alto contenido de productos animales, como la que predomina actualmente en Puerto Rico. En el se-
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gundo caso, de una dieta más cercana a lo que se recomienda por el USDA, con más cereales, frutas y vegetales, y menos grasas y carbohidratos sencillos. En el tercer caso, sería una dieta cercana a las dietas tradicionales lacto-ovo-vegetarianas de culturas tradicionales como las de la India. Si optamos por una agricultura ecológica de bajos insumos y una dieta que tenga un buen equilibrio entre productos animales y vegetales, del tipo tradicional puertorriqueño, podríamos aventurar que bajo esas condiciones cada cuerda podría proveer alimentos para cuatro personas. Por lo tanto, para producir alimentos de calidad y en forma sustentable para la mitad de la población, de dos millones de personas (o producir la mitad de los alimentos de cuatro millones), necesitaríamos un millón de cuerdas de terrenos agrícolas. Anteriormente hemos visto que en Puerto Rico hay cerca de 900,000 cuerdas disponibles de terrenos agrícolas, entre óptimos e inclinados, y unas 300,000 cuerdas adicionales para manejo agroforestal. Lo cual nos lleva a concluir que potencialmente, utilizando técnicas de agricultura ecológica que produzcan en forma sustentable, a la vez que protejan y conserven esas tierras para el futuro, se puede producir una cantidad significativa de los alimentos que necesitamos en Puerto Rico. Por lo mismo, no nos sobraría tierra para continuar con el modelo de desarrollo dominante ni con una agricultura dependiente de la importación de insumos industriales y altamente depredadora de los recursos naturales.
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OTROS ENTORNOS
Abandono de la agricultura y de la producción de alimentos
Nelson Álvarez Febles
el país comience a resolver algunos de los grandes problemas sociales, económicos y ecológicos que tenemos. Esto requerirá importantes cambios en la manera en que estamos acostumbrados a menejar asuntos como la planificación urbana, los modelos de desarrollo económico, el uso del territorio, la agricultura y nuestra alimentación. Notas:
Finca ecológica Siembra Tres Vidas, Aibonito, Puerto Rico
Ventajas de la agricultura ecológica Desde hace algún tiempo venimos argumentado que no hay un verdadero futuro agrícola para Puerto Rico, como proveedor significativo de alimentos para nuestra población, si no adoptamos como estrategia central la producción agroecológica. Al hablar de agricultura ecológica (que incluye a la agricultura orgánica, permacultura y otras modalidades) nos referimos a una agricultura alternativa que tiene la salud del ecosistema, la viabilidad económica a largo plazo y la responsabilidad social como metas. Es una agricultura económicamente sustentable, ecológicamente sensitiva y socialmente justa. Nuestro territorio no aguanta más maltrato ni contaminación a sus recursos naturales agrícolas, como es el caso de los suelos, aguas y biodiversidad (silvestre y agraria). También se debe tener en cuenta el impacto negativo sobre la salud de la población de las prácticas agrícolas contaminantes. Además, tenemos serios problemas de disposición de desperdicios sólidos, algunos de los cuales podrían ser materia prima para la agricultura ecológica. A través de un manejo apropiado, gran parte de los desperdicios orgánicos caseros e industriales –así como las podas, desyerbos y residuos de jardinería– podrían servir para hacer composta: un abono orgánico excelente para las siembras. Existen experiencias a través del mundo que así lo demuestran.
y eficiente en una isla superpoblada como Puerto Rico. La intensificación a través del modelo de monocultivos a base de un alto nivel de insumos externos (agroquímicos, fertilizantes de síntesis, riegos, semillas híbridas o transgénicas, maquinaria pesada), más allá de los problemas que ha causado a través del planeta, no es una opción sustentable en nuestro caso. Mientras tanto, existen muchos ejemplos de cómo las fincas agroecológicas pequeñas y medianas pueden ser netamente más productivas que las grandes extensiones de monocultivos industriales. Cuando se cuantifican todos los alimentos, productos agrícolas y servicios que proveen las fincas familiares a través del año resultan ser altamente productivas (6). Entendemos que
Hace falta intensificar la producción para producir alimentos en forma ecológica
Puerto Rico puede aumentar significativamente la producción de alimentos de calidad para su población. La implementación de políticas de agricultura ecológica puede aportar significativamente a que
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ENTORNO18
(1) El dumping se refiere a la práctica de exportar un producto por un precio menor que su costo de producción, o menor que el precio por cual es vendido en su lugar de origen. (2) Recomendamos los trabajos de la Dra. Myrna Comas Pagán, profesora de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, sobre seguridad y vulnerabilidad alimentaria, algunos de ellos disponibles en Internet. (3) Ver al final la referencia a la tesis de maestría, 1993. A través de este artículo inlcuimos información extraída de nuestros trabajos. (4) De la colección de fotos de Tom Lehman de los años cuarenta y cincuenta, tomadas por misioneros: http://www.flickr.com/photos/tlehman/ collections/72157600017663873/ (5) No ha sido fácil obtener datos sobre el uso y disponibilidad de suelos para la agricultura. Aquí incluimos, entre otros, información tomada del Estimado de terrenos de uso agrícola para sostener la demanda alimentaria de la población de Puerto Rico al 2006 , Hoja de Datos Ambientales, Universidad de Puerto Rico, Mayagüez. También de: Hacia una nueva visión de la agricultura puertorriqueña, Pablo E. Segarra Bosques y Cecilio Lebrón Lebrón, ponencia presentada el 29 de abril de 2009 en la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras. (6) Ver, por ejemplo, Jules Pretty (2009). “Can Ecological Agriculture Feed Nine billion People.” Monthly Review. También págs. 15-17 de nuestro libro El Huerto Casero.
Algunas publicaciones del autor Álvarez Febles, Nelson. (1993) Critique of contemporary agriculture and sustainable agriculture as an option for development in Puerto Rico. Tesis de maestría, Goddard College, Vermont. (1997) “Biodiversity Based Farming Produces More”. Seedling, octubre, Barcelona. (“La biodiversidad agrícola produce más”, Biodiversidad: sustento y culturas, junio 1998). (2004) “Las semillas en la tierra germinan y se multiplican”. Biodiversidad: sustento y culturas, octubre, Montevideo. (2008) El huerto casero: manual de agricultura orgánica. San Juan. (2010) La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica. Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico. San Juan.
Para mayor información, visite el blog del autor: www.ecoser-desarrollointegral. blogspot.com
ENTORNO Recomendaciones PRESENTA para un PUT
Este documento —preparado por un grupo de arquitectos, planificadores y urbanistas coordinado por un comité del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR)—, recomienda estrategias para el uso de terrenos, la infraestructura y la gobernanza que deben incorporarse en un plan de usos de terrenos para todo el país. Incluye recomendaciones dirigidas a conseguir áreas urbanas consolidadas, funcionales y agradables, y a lograr la conservación de los recursos naturales y de las áreas agrícolas para el beneficio de las presentes y las futuras generaciones, así como estrategias sustentables para la infraestructura de la movilidad, del agua, de la energía y del manejo de los desperdicios sólidos.
Recomendaciones Título del artículo para un Plan de Usos de Terrenos de Puerto Rico Comité Especial del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas Puerto Rico Nombre del de Autor
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introducción
4 4 6
recomendaciones para Los usos del suelo
8
¿Por qué un plan de usos de terrenos? ¿Cómo se planifica en Puerto Rico? El suelo urbanizado y el urbanizable El suelo rústico resumen de recomendaciones para los usos del suelo del plan de usos de terrenos de Puerto Rico
10 recomendaciones para la infraestructura y la gobernanza 10 Movilidad 11 Energía 12 Agua 14 Desperdicios sólidos 15 Gobernanza 16 Nota final y créditos
Nota final Créditos
CAAPPR
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introducción ¿por qué un plan de usos de terrenos?
En Puerto Rico se ha utilizado mal el recurso del suelo. Hay poco terreno y se ha ocupado con un modelo de desarrollo suburbano: desparramado, de baja densidad, con vecindarios dependientes del carro y aislados de los comercios y de los lugares de trabajo. El modelo de desarrollo suburbano acaba poco a poco con los recursos naturales y los terrenos agrícolas, y malgasta mucha energía en la transportación de bienes y personas. Este modelo ineficiente de suburbanización presenta hoy día enormes retos: • El planeta tiene menos recursos que ofrecer en una época en la que más personas quieren más cosas. Hay muchos países en plena expansión, y sus poblaciones reclaman más bie nes, lo que crea una mayor deman da sobre la oferta de alimentos, la materia prima y las fuentes energéticas. • El planeta experimenta profundos cambios climáticos con consecuen cias adversas, que incluyen el des hielo de los grandes glaciales, la subida del nivel del mar y una me nor calidad del aire que respiramos. • Una mayor demanda energética en el planeta hace que los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y car bón) sean más escasos, más difíciles de extraer y más caros. Puerto Rico es débil ante esta situación porque, entre otras cosas: • Importamos más del 85% de los alimentos y bienes que consumi mos, y estas mercancías llegan por transportes marítimos o aéreos de pendientes del petróleo. • La Isla depende casi en un 100% de combustibles fósiles importados
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A FINALES DEL PERÍODO DE LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA (de izquierda a derecha): playa con poco o ningún impacto humano, hacienda azucarera, cuerpo de agua utilizado para riego, terrenos agrícolas, centro urbano consolidado, suelo rústico, terrenos agrícolas cercanos a poblado, región del Carso Norteño y montañas altas de la Cordillera Central.
EN EL APOGEO DEL PERÍODO DE INDUSTRIALIZACIÓN (de izquierda a derecha): playa, hotel moderno, asentamientos suburbanos e informales, central azucarera, cuerpo de agua canalizado bajo carretera, terrenos agrícolas parcialmente urbanizados o en desuso, centro urbano comercializado, suelo rústico, central azucarera cercana a un poblado en declive, región del Carso Norteño y montañas altas de la Cordillera Central.
EN LA ÉPOCA POSINDUSTRIAL ACTUAL (de izquierda a derecha): distrito hotelero de alta densidad; vivienda suburbana sobre terrenos agrícolas; centro comercial; carretera suburbana atestada de comercios; establecimientos de comida rápida, farmacéuticas y otras fábricas sobre terrenos agrícolas; centro urbano deprimido; desparramamiento suburbano de vivienda y comercio sobre terrenos agrícolas; regiones del Carso Norteño y de la Cordillera Central impactadas por autopista y otros desarrollos. Cambios en el paisaje norteño a través del tiempo
•
para producir electricidad y para mover los vehículos. Durante la pasada década, la economía perdió competitividad y se contrajo un 2.2%; a su vez, la Isla perdió un 2.5% de su población con la salida de más de 80,000 puertorriqueños hábiles para el trabajo. No puede uno sentarse a ver qué sucederá. Puerto Rico tiene que en-
ENTORNO18
frentar sus retos sin esperar que otros le solucionen sus problemas. La Isla tiene que ser más estable y menos vulnerable a las fluctuaciones del mercado, y para hacerlo necesita instrumentos que le permitan utilizar mejor el recurso del suelo. Un plan de usos de terrenos visionario y eficaz es una herramienta importante entre estos instrumentos.
La planificación de Puerto Rico ha tenido avances y retrocesos, aciertos y desaciertos. Desde los años cuarenta se intentó la planificación de forma integral, pero sin mucho éxito. Los distintos gobiernos desde entonces no han podido crear una visión común, no han sido consistentes en aplicar las leyes y no han dado continuidad a las propuestas de desarrollo. La planificación se ha hecho más compleja porque ahora las determinaciones sobre el territorio de Puerto Rico ocurren a nivel estatal y a nivel municipal. A nivel estatal, la planificación se realiza a través de las varias agencias de regulación e infraestructura, pero en especial a través de la Junta de Planificación. Creada en 1942, esta agencia elaboró un proceso de zonificación y reglamentación de las áreas urbanas, y estableció reglas de qué, cómo, dónde, cuánto y cuándo construir. Para evaluar los proyectos sometidos fuera de las áreas zonificadas o en no conformidad con estas, la Junta de Planificación utilizó el mecanismo de la consulta de ubicación de forma individualizada y con disposiciones particulares para cada proyecto. Desde entonces, este mecanismo permite que inversionistas y desarrolladores puedan someter proyectos en cualquier lugar de Puerto Rico, sin importar la zonificación. En el 2004, la Junta de Planificación creó la Oficina del Plan de Uso de Terrenos para preparar por primera vez un plan de usos de terrenos para todo el país, que integrara y organizara objetivos y políticas públicas a nivel nacional y municipal. Desafortunadamente, este esfuerzo se detuvo en el 2006 por falta de consenso. En el 2009, la Junta
de Planificación comenzó a preparar un nuevo plan, y se ha propuesto completarlo por fases mediante la adopción sucesiva de planes regionales. Una vez se completen todos los planes regionales, la Junta de Planificación expresó que se habrá completado el Plan de Usos de Terrenos para todo Puerto Rico. A nivel municipal, la planificación se realiza de acuerdo a la Ley de Municipios Autónomos del 1991, que estableció en su Capítulo 13 un mecanismo para que los municipios elaboren la ordenación de su propio territorio en coordinación con la Junta de Planificación y de forma compatible con las políticas públicas estatales y las de otros municipios. La ley estableció la forma de clasificar los suelos y requirió que los planes de ordenación cumplieran con objetivos claros para delimitar
y manejar tres tipos de suelo: urbano, urbanizable y rústico. Para el suelo urbano, la ley requirió que el área urbana se consolidara y redesarrollara con un entorno público abierto al disfrute de todos. Para el suelo urbanizable, requirió un proceso ordenado de transformación del área natural para lograr distritos consolidados. Y para el suelo rústico, requirió su protección, para evitar su lotificación y urbanización, y promover su manejo y utilización. Con esas clasificaciones de suelo —urbano, urbanizable y rústico— se intentó, sin éxito, eliminar la aprobación de proyectos mediante el mecanismo de la consulta de ubicación y establecer de forma clara dónde poder ubicar los proyectos y bajo qué condiciones. Al amparo de esta ley, luego de 15 años, se habían aprobado para el 2006 unos 30 planes territoriales [véase ilustración 1].
1 Clasificación de terrenos en los planes de ordenación territorial aprobados – JP 2006
ilustración
2 Clasificación de terrenos - Oficina de Plan de Usos de Terrenos 2006
ilustración
Límites Municipales Clasificación
SRC - Suelo Rústico Común SREP - Suelo Rústico Especialmente Protegido
CAAPPR
SU - Suelo Urbano SUP - Suelo Urbanizable
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ENTORNO Recomendaciones para un PUT
¿cómo se planifica en Puerto Rico?
recomendaciones para los usos del suelo La Oficina del Plan de Usos de Terrenos de la Junta de Planificación utilizó la información de los planes municipales y de los otros planes adoptados para trabajar el Plan de Usos de Terrenos, y en el 2006 completó el borrador del mapa de clasificación de suelos que delimitó los suelos urbanos, urbanizables y rústicos para todo Puerto Rico [véase ilustración 2]. Este mapa, aunque no ha sido adoptado por la Junta de Planificación, es actualmente el documento que más claramente identifica los recursos naturales y establece dónde se puede construir y dónde no. La elaboración de los planes de ordenación municipal se ha visto afectada negativamente por la ausencia de un plan de usos de terrenos para toda la isla. Cada municipio elaboró sus prioridades dentro del marco general establecido por la ley, pero las políticas públicas y las clasificaciones de suelo adoptadas por cada municipio no han sido siempre consistentes ni con las de otros municipios, ni con las políticas estatales concernientes. Podemos apreciar este conflicto al comparar la clasificación de suelos de los mapas municipales con la propuesta del borrador del mapa del 2006. Lamentablemente, se ha permitido fragmentar la continuidad de las áreas naturales y agrícolas, privilegiando la expansión suburbana. Para que funcione el esquema de planificación estatal y municipal se requiere de una visión territorial coherente en un solo plan de usos de terrenos para todo Puerto Rico, que guíe y coordine todos los esfuerzos de planificación. A continuación, presentamos recomendaciones para ordenar y consolidar el suelo urbanizado y el urbanizable, y para conservar y manejar el suelo rústico.
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el suelo urbanizado y el urbanizable
suelo urbanizado
suelo urbanizable
suelo rústico común suelo rústico especialmente protegido
ENTORNO18
Puerto Rico es un archipiélago de islas de limitada extensión territorial con una población de casi cuatro millones de habitantes. Cerca de un 20% de su territorio está urbanizado [véase ilustración 3] con obras de construcción para la habitación u ocupación de seres humano en proximidad. Mucha de la población está concentrada en el Área Metropolitana de San Juan (AMSJ, con 2.2 millones habitantes), y en otras áreas urbanizadas de gran población, como Caguas, Ponce y Mayagüez. El suelo urbanizado puede categorizarse, a grandes rasgos, entre centros urbanos y áreas suburbanas. Los centros urbanos —construidos casi todos antes del 1950— son densos, ordenados y multifuncionales. En ellos se puede acceder caminando a una variedad de actividades y funciones. Las áreas suburbanas, extendidas durante la segunda mitad del siglo XX, son de baja densidad, segregadas y dispersas, de espacios monofuncionales para vivienda, comercio, trabajo y ocio. En ellas se depende del automóvil privado para poder acceder a la variedad de actividades y funciones que se encuentran separadas entre sí. Estas áreas suburbanas, de mucho mayor tamaño que los centros urbanos, requirieron la extensión significativa de la infraestructura de carreteras, de agua, de alcantarillado sanitario, y de energía, lo que encareció su construcción y mantenimiento. Estos proyectos se construyeron en áreas naturales o agrícolas sin acoplarse a un plan general ni a una visión compartida de desarrollo para Puerto Rico. Este modelo de desarrollo suburbano debe transformarse. Todo nuevo
Visión Remplazar el modelo suburbano de desarrollo actual —desparramado, disperso, desarticulado y en continua expansión hacia las áreas naturales—, con un modelo de ciudades y pueblos de comunidades compactas, densas, multifuncionales, atractivas, con identidad, con alternativas de movilidad, y con abundantes espacios públicos para el disfrute de todos los ciudadanos. Los pocos proyectos que sean permitidos fuera de las áreas ya urbanizadas deberán realizarse mediante un proceso ordenado de transformación del área natural, que establezca la forma de cómo consolidar un nuevo distrito urbano, en armonía con la ciudad existente y con la naturaleza que lo rodea.
Qué hacer con el suelo urbanizado Redesarrollar las áreas ya urbanizadas y frenar la urbanización de los terrenos naturales. Esto incluye desarrollar viviendas, comercios, centros de trabajo y lugares de ocio en el suelo ya urbanizado, revitalizando los centros urbanos y redesarrollando partes del área suburbana en vecindarios con mayor densidad, usos mixtos y espacios públicos de buena calidad. Se proponen las siguientes estrategias:
densificación y usos mixtos
• • •
Rehabilitar estructuras abandonadas y desarrollar espacios vacíos o subutilizados con proyectos de uso mixto (vivienda, comercio, etcétera) de mediana y alta densidad. Promover el desarrollo balanceado de usos a través del área urbanizada y el desarrollo de comunidades mixtas donde se posibilite el acceso peatonal a diferentes usos. Sanar los sitios contaminados y reincorporarlos a la ciudad.
Estado del terreno Urbano / construido: 2001 Protegido: 2005
Isla de Mona 0
10km
3 Áreas urbanas construidas y terrenos protegidos – JP 2006
ilustración
forma urbana • • •
Proveer espacios públicos con identidad y sentido de lugar. Requerir que los edificios se construyan orientados hacia la calle, con áreas de actividad, y espacios interiores que conecten —visual o físicamente— con el espacio público de la calle para proveer un entorno urbano agradable y seguro. Mejorar las aceras y hacerlas continuas y agradables para permitir que los peatones se muevan por toda la ciudad.
áreas naturales • •
Conectar la ciudad con los recursos naturales —ríos, quebradas, lagunas, mar y otros—, y hacerlos accesibles para el disfrute de los ciudadanos. Desarrollar la infraestructura verde a nivel de ciudad y a nivel del vecindario, mediante la creación de parques y plazas, la forestación de aceras y calles, y el desarrollo de huertos urbanos.
infraestructura •
Reacondicionar la infraestructura existente (energía, agua, alcantarillado sanitario y pluvial) para viabilizar nuevos desarrollos.
CAAPPR
transporte colectivo / bicicletas • • •
Proveer un sistema de transporte colectivo rápido que conecte pueblos y ciudades a través de la Isla. Proveer sistemas de transporte colectivo que unan los distintos vecindarios y los usos principales del área urbanizada. Abrir carriles para bicicleta a través de toda la ciudad.
ciudad democrática • • •
Proveer acceso a toda la población a los servicios y espacios de la ciudad. Evitar el desplazamiento involuntario de los residentes fuera de sus vecindarios. Asegurar una oferta adecuada de vivienda, en lugares céntricos, a la población de edad avanzada.
obras de construcción •
Utilizar métodos y materiales sustentables en todos los proyectos de infraestructura, de desarrollo y de redesarrollo.
Qué hacer en el suelo urbanizable El suelo urbanizable es aquel terreno natural, aledaño al suelo urbanizado, que ha sido identificado por un plan de ordenación como que puede urbanizarse. En aquellas pocas áreas naturales donde se permita localizar proyectos mediante excepción —cuando respondan a una estrategia
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ENTORNO Recomendaciones para un PUT
desarrollo debe construirse principalmente dentro del perímetro del área ya urbanizada, que incluye muchos terrenos vacantes, abandonados o subutilizados.
planificada para el país o la región—, las obras deberán realizarse en conformidad con un plan de ensanche. En estos lugares se debe fomentar un desarrollo urbano de alta calidad, con un modelo de comunidad compacta, densa, multifuncional, atractiva, segura, que tenga acceso a un sistema eficiente de transporte colectivo, y con una variedad de espacios públicos abiertos a sus habitantes y visitantes. Se proponen las siguientes estrategias: • • • • • •
Establecer los nuevos desarrollos de forma compacta, funcional y agradable, con usos mixtos que permitan el acceso peatonal a niños y ancianos, sin necesidad de utilizar el carro. Integrar los nuevos desarrollos al contexto urbano adyacente y dar continuidad al trazado vial y peatonal de las áreas vecinas. Facilitar el acceso peatonal de los ciudadanos en un entorno público agradable y continuo. Crear un espacio público digno y abierto a todos. Proveer acceso a sistemas de transportación colectiva que unan los distintos usos del nuevo desarrollo entre sí, y con el resto del área ya urbanizada. Utilizar estrategias de sustentabilidad en todos los proyectos de desarrollo.
el suelo rústico
Puerto Rico tiene una cantidad importante de terrenos que deben protegerse por su alto potencial agrícola y por su importancia ecológica, cultural y escénica. Igualmente tiene muchos terrenos susceptibles a inundaciones, deslizamientos, hundimientos y terremotos que nunca deben urbanizarse. La Junta de Planificación ha identificado estos terrenos, que conforman cerca del 75% del territorio, en tres mapas (véase ilustraciones 4, 5 y 6). En la actualidad, solamente un 7.4% del territorio está protegido por ley. Una parte de estos terrenos que requieren protección ya ha sido urbanizada o impactada por obras de construcción. Urge delimitar las áreas que no pueden urbanizarse y aquellas áreas urbanizadas que deben revertirse a su estado natural. Ya la Oficina del Plan de Usos de Terrenos elaboró en el 2006 un primer borrador en donde identifica cerca de un 75% del terreno como suelo rústico que no debe urbanizarse [véase ilustración 2]. El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, por su parte, ha hecho una recomendación preliminar de proteger un tercio del territorio de la Isla para dedicarlo a la conservación de ecosistemas (humedales, manglares, bosques lluviosos y secos), y otro tercio para usos que requieran áreas verdes abiertas (agricultura, recreación, zonas de amortiguamiento). Visión Proteger las áreas naturales con prioridad de conservación y las áreas de alto potencial agrícola, y manejarlas para que sirvan de apoyo a las actividades sociales y económicas en un marco de desarrollo sustentable. De forma similar, se deben manejar
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ENTORNO18
las áreas propensas a riesgos naturales sin proyectos de construcción.
Qué hacer El Plan de Usos de Terrenos debe clasificar como suelo rústico los terrenos de alto potencial agrícola, las áreas naturales con prioridad de conservación, las áreas de riesgo para la construcción, y otras áreas naturales importantes. Estos suelos no deben urbanizarse por su topografía, su valor escénico, arqueológico, cultural y ecológico, su potencial agrícola, o la presencia de recursos naturales de gran valor. Solo debe permitirse en estos suelos usos compatibles con el área natural, como la agricultura, la recreación pasiva, la captación de agua, la conservación de cuencas hidrográficas, las instalaciones ecoturísticas no residenciales, y la protección y conservación de áreas de valor histórico que forman parte del patrimonio cultural. Se proponen las siguientes estrategias para el suelo rústico: • • • • •
Guardar a perpetuidad una proporción aproximada de 1/3 del territorio dedicado a la conservación de ecosistemas y 1/3 del territorio para la agricultura, la recreación y otros usos que no requieran urbanizar el terreno. Establecer, a corto plazo, la prohibición de urbanizar en el suelo clasificado como rústico que debe incluir no menos del 75% del territorio total de la Isla. Conservar y usar de forma sustentable las áreas agrícolas, pecuarias, de pesca, madereras o de minería, actualmente en utilización o con potencial de desarrollo para estos usos. Proteger los recursos de agua superficiales, subterráneos y su cuenca inmediata, así como los sistemas ecológicos, hábitats de fauna y flora en peligro de extinción, y otros sistemas y recursos naturales de valor ecológico. Limitar la ocupación urbana de áreas de riesgo de inundación, deslizamiento y terremoto por razones de seguridad y salud pública.
4 áreas de alta productividad agrícola, Junta de Planificación 2006
ENTORNO Recomendaciones para un PUT
ilustración
5 áreas con prioridad de conservación, Junta de Planificación 2006
ilustración
6 áreas de alto riesgo, Junta de Planificación 2006
ilustración
CAAPPR
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Resumen de recomendaciones para LOs usos del suelo del plan de usos de terrenos de Puerto Rico Suelo URBANIZADO Se proponen las siguientes estrategias para los terrenos ya urbanizados: Densificación y usos mixtos • Rehabilitar estructuras abandonadas y desarrollar espacios vacíos o subutiliza dos con proyectos de uso mixto de mediana y alta densidad. • Promover el desarrollo balanceado de usos a través del área urbanizada y el desarrollo de comunidades mixtas donde se posibilite el acceso peatonal a diferentes usos. • Sanar los sitios contaminados y reincorporarlos a la ciudad.
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Forma urbana • • •
Proveer espacios públicos con identidad y sentido de lugar. Requerir que los edificios se constru- yan orientados hacia la calle, con áreas de actividad, y espacios interiores que conecten —visual o físicamente— con el espacio público de la calle para proveer un entorno urbano agradable y seguro. Mejorar las aceras y hacerlas continuas y agradables para permitir que los peatones se muevan por toda la ciudad.
Infraestructura •
Reacondicionar la infraestructura existente (energía, agua, alcantarillado sanitario y pluvial) para viabilizar nuevos desarrollos.
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áreas naturales • •
Conectar la ciudad con los recursos naturales —ríos, quebradas, lagunas, mar y otros —, y hacerlos accesibles para el disfrute de los ciudadanos. Desarrollar la infraestructura verde a nivel de ciudad y a nivel del vecindario, mediante la creación de parques y plazas, la forestación de aceras y calles, y el desarrollo de huertos urbanos.
Transporte colectivo / bicicletas • • •
Proveer un sistema de transporte colectivo rápido que conecte pueblos y ciudades a través de la isla. Proveer sistemas de transporte colectivo que unan los distintos vecindarios y usos principales del área urbanizada. Abrir carriles para bicicleta a través de toda la ciudad.
• • •
Proveer acceso a toda la población a los servicios y espacios de la ciudad. Evitar el desplazamiento involuntario de los residentes fuera de sus vecindarios. Asegurar una oferta adecuada de vivienda en lugares céntricos a la población de edad avanzada.
Obras de construcción •
Utilizar estrategias de sustentabilidad en la construcción de todos los proyectos de infraestructura, desarrollo y redesarrollo.
suelo URBANIZABLE
suelo RÚSTICO
Se proponen las siguientes estrategias para el suelo urbanizable:
Se proponen las siguientes estrategias para el suelo rústico:
• • • • • •
• • • • •
Establecer los nuevos desarrollos de forma compacta, funcional y agradable, con usos mixtos que puedan accederse a pie, sin necesidad de utilizar el carro. Integrar el nuevo desarrollo al contexto urbano adyacente y dar continuidad al trazado vial y peatonal de las áreas vecinas. Facilitar el acceso peatonal de los ciudadanos en un entorno público agradable y continuo. Crear un espacio público digno, abierto a todos. Proveer acceso a sistemas de transpor- tación colectiva que unan los distintos usos del nuevo desarrollo entre sí y con el resto del área urbanizada. Utilizar estrategias de sostenibilidad en todos los proyectos de desarrollo.
Guardar a perpetuidad una proporción aproximada de 1/3 del territorio dedicado a la conservación de ecosistemas y 1/3 para usos que requieran áreas abiertas. Establecer, a corto plazo, la prohibición de urbanizar en el suelo clasificado rústico que debe incluir no menos del 75% del territorio total de la isla. Conservar y usar de forma sostenible las áreas agrícolas, pecuarias, de pesca, madereras o de minería, actualmente en utilización o con potencial de desarrollo para estos usos. Proteger los recursos de agua superficiales, subterráneos y su cuenca inmediata, así como los sistemas ecológicos, hábitats de fauna y flora en peligro de extinción, y otros sistemas y recursos naturales de valor ecológico. Limitar la ocupación urbana de áreas de riesgo de inundación, deslizamiento y terremoto por razones de seguridad y salud pública.
Tres principales recomendaciones al Plan son guiar el crecimiento de las ciudades y los pueblos hacia las áreas ya urbanizadas, conservar y manejar los recursos naturales para mejorar la calidad de vida, y fortalecer la transportación colectiva a través de todo Puerto Rico.
Suelo urbanizado Suelo urbanizable Suelo rústico común Suelo rústico especialmente protegido Límites Municipales
Recomendaciones de clasificación de los suelos basado en el borrador del Plan de Usos de Terrenos de 2006 elaborado por la Oficina del Plan de Usos de Terrenos de la Junta de Planificación
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ENTORNO Recomendaciones para un PUT
Ciudad democrática
recomendaciones para la infraestructura y la gobernanza A continuación se incluyen recomendaciones para la infraestructura de movilidad, de energía, de agua y de manejo de los desperdicios sólidos; y para establecer un proceso de mayor gobernabilidad necesario para implementarlas. movilidad
Puerto Rico tiene una de las mayores densidades del mundo de áreas de carreteras en relación con el tamaño de la superficie de su territorio. El sistema vial ha impactado, a veces de forma irreversible, áreas de importancia natural y ambiental. De acuerdo al Censo del 2000, solo 5% de la población utiliza el transporte colectivo y casi un 48% trabaja en un municipio distinto al que reside e invierte más de una hora diaria en desplazarse a su lugar de empleo. La dependencia del automóvil privado y la falta de un sistema viable de transportación pública se ha convertido en un problema de justicia social que margina a las personas que no tienen acceso a formas eficientes y accesibles de transportación. Visión Promover un desarrollo sustentable en el que se reduzca la dependencia del automóvil individual y se promueva el caminar, las bicicletas y el transporte colectivo.
Qué hacer Reducir la dependencia del automóvil privado y desarrollar nuevas alternativas de movilidad a nivel local, regional y estatal. Se debe invertir en la infraestructura del transporte y en ajustar el modelo urbano para incorporar accesos de bicicleta, proveer aceras cómodas y agradables, y for-
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SITUACIÓN ACTUAL: El modelo de desarrollo suburbano no planificado limita el uso del transporte colectivo y provoca la dependencia casi total en los automóviles y los camiones privados para la transportación dentro y fuera de las áreas urbanizadas.
SITUACIÓN DESEABLE: El modelo de desarrollo de núcleos urbanos densos y compactos facilita el caminar y el uso de la bicicleta en la escala local, promueve el transporte colectivo eficiente y el uso de diversos tipos de transportación en la escala de la ciudad, y viabiliza el transporte colectivo rápido para conectar ciudades en la escala regional. Situación actual y deseable de la movilidad
talecer la interconexión con las áreas de vivienda, trabajo y ocio. Se proponen las siguientes estrategias para mejorar la movilidad a través del territorio: • •
Reducir la dependencia del automóvil privado. Ofrecer opciones de transporte colectivo para conectar a los vecindarios dentro de los municipios y para conectar a
ENTORNO18
• •
los municipios entre sí a través de toda la Isla. Establecer un sistema multimodal de transporte colectivo que cuente con servicios de porteadores públicos, autobuses, autobuses de transporte rápido (BRT, por sus siglas en inglés) y, donde sean viables, sistemas de rieles. Asegurar un sistema de calles completas, en el que las carreteras permitan el tránsito vehicular y a la vez
acepten el movimiento de peatones, bicicletas, sillas de rueda, y una variedad de carritos de arrastre. Incorporar rutas seguras de bicicleta a la red vial. Fortalecer la transportación a través de lanchas entre las islas habitadas del archipiélago de Puerto Rico.
ENERGÍA
Puerto Rico es el país del mundo con el mayor consumo de energía eléctrica por hectárea y genera prácticamente el 100% de ella a través de la quema de combustibles fósiles que le hacen daño al ambiente y a los puertorriqueños. La Isla no cuenta con yacimientos petroleros ni de gas natural que puedan mitigar los costos de importación y de generación energética.
Esta dependencia se hace crítica con el encarecimiento de los combustibles fósiles dada la creciente dificultad técnica de obtenerlos, la merma del combustible, y la creciente demanda por estos por parte de países de rápido crecimiento como China, Brasil, India y Rusia. El costo al consumidor ha aumentado, en ocasiones hasta más de $0.25 por kilovatio-hora, dominado por el virtual monopolio que ejerce la Autoridad de Energía Eléctrica. Este costo, dos veces el promedio de Estados Unidos —y hasta tres veces el de otros lugares del mundo—, reduce nuestro atractivo para la inversión de capital. La distribución de energía se hace principalmente a través de una extensa y frágil red aérea expuesta a las incle-
mencias del tiempo y al vandalismo, que afea el paisaje natural y las ciudades. Nuestros patrones de consumo eléctrico contribuyen al calentamiento global 230% más que el patrón de consumo eléctrico promedio en el mundo. Visión Transformar el sistema de generación de energía de la actual dependencia del petróleo y de otros combustibles fósiles. Para alcanzar un futuro sustentable, se debe encaminar al país al desarrollo de fuentes de energía renovable, cónsonas con los ideales de un desarrollo equilibrado y a la protección del medio ambiente.
Qué hacer
Se proponen las siguientes estrategias y políticas energéticas:
SITUACIÓN ACTUAL: 1) Prácticamente toda la energía generada depende de importaciones de combustibles del extranjero vulnerables a las fluctuaciones de los mercados, al control de precios por productores y distribuidores, y a potenciales interrupciones en la oferta ocasionadas por conflictos armados y emergencias ambientales foráneas. 2) Prácticamente el 100% de la energía eléctrica se genera mediante la quema de combustibles fósiles (“fuel oil”, carbón y gas natural) en centrales termoeléctricas. 3) El modelo de desarrollo suburbano promueve y perpetúa la dependencia en la gasolina utilizada por los vehículos privados.
SITUACIÓN DESEABLE: 1) Utilizar atenuadores flotantes para extraer energía de las olas. 2) Utilizar columnas oscilantes de agua en la costa para impulsar turbinas mediante la presión variable del agua del mar. 3) Utilizar gas natural y otros combustibles fósiles como transición al uso de fuentes de energía renovable. 4) Utilizar aerogeneradores para extraer energía del viento. 5) Utilizar paneles fotovoltaicos, localizados en los techos de los edificios nuevos y viejos, para capturar energía del sol. 6) Cultivar microalgas para producir energía eléctrica con biomasa. 7) Reducir los hábitos de consumo y la dependencia en vehículos privados para la transportación. SITUACIÓN ACTUAL Y DESEABLE EN EL USO Y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA
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ENTORNO Recomendaciones para un PUT
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Desarrollar un plan energético estructurado alrededor de la conservación y el uso de fuentes renovables de forma prioritaria sobre las restantes fuentes de energía. Viabilizar la conversión de algunas plantas generadoras actuales a gas natural —con fecha de inicio y terminación—, para garantizar que esta sea una medida de transición a fuentes renovables. Promover la utilización de vehículos eléctricos y la instalación de centros para cargarlos que sean alimentados con fuentes renovables de energía. Asignar a una entidad independiente la responsabilidad de implantar las políticas energéticas y de fiscalizar a la Autoridad de Energía Eléctrica para imponerle metas, requisitos y cumplimientos mínimos a tono con las necesidades del país, que no necesariamente son las mismas de la corporación publica. Evitar la quema de desperdicios como fuente de generación de energía; establecer una cultura de “cero desperdicio” que considere los desperdicios como materia prima para nuevos productos. Prohibir el establecimiento de plantas nucleares en la Isla, dado el riesgo que suponen en islas de alta densidad poblacional y en zonas susceptibles a terremotos. Promover la generación distribuida (la energía se genera donde se consume) para eliminar la pérdida ocasionada en las redes de transmisión y distribución, y para evitar riesgos y daños que pudiera ocasionar la generación centralizada (como el cubrir suelos agrícolas con paneles solares). Requerir que la AEE, obligada ya por ley a comprar la energía generada por sus abonados, eduque y promueva esta oportunidad entre sus consumidores. Instar a la AEE a ofrecer a sus abonados, donde sea viable, el servicio de venta, instalación y mantenimiento de equipos de fuentes renovables.
AGUA
Los recursos de agua son de importancia crítica para la vida de todos los organismos, para el desarrollo social y económico, y para la conservación de los recursos naturales de gran valor económico y ambiental. La Isla recibe un promedio diario de once mil millones de galones (mgd) de agua en forma de lluvia, y las escorrentías alcanzan los 3,700 mgd. La extracción de agua depende principalmente de los embalses —que proveen el 68% de toda el agua fresca utilizada— y de los depósitos de agua subterránea ubicados principalmente en las regiones norte y sur del país. Los principales problemas asociados al recurso del agua en Puerto Rico tienen que ver con el deterioro de la calidad de las aguas superficiales. La mayor parte de los ríos exhiben altas concentraciones de bacterias de origen fecal, producto mayormente de actividades pecuarias y de fuentes de escorrentías no precisadas. Los acuíferos enfrentan el problema de una reducción de su potencial debido a la impermeabilización de los terrenos, la extracción excesiva, las descargas de contaminantes y la intrusión salina. La disponibilidad de agua también ha sido afectada por el deterioro de la infraestructura de distribución y por las frecuentes interrupciones del servicio en diversos lugares. El sistema de distribución de agua potable presenta una pérdida de cerca del 50% del total del agua producida, situación que se ha venido agudizando a través del tiempo (el porcentaje de pérdida en la década de los ochenta era de un 25%). La pérdida de agua del sistema de distribución crea molestias y la pérdida de una gran cantidad de dinero por el agua que se procesa y nunca llega a su destino para poder facturarse.
ENTORNO18
La raíz del problema se encuentra en la ausencia de una planificación integral sobre el uso del suelo, particularmente en lo concerniente a la ubicación de nuevos desarrollos urbanos, viviendas e industrias. La ausencia de una estrategia integral sobre el uso del suelo ha conducido a la sedimentación de abastos, a la destrucción de humedales y de áreas de captación y recarga, a la impermeabilización del suelo, y a la remoción de los cinturones de vegetación que protegen las cuencas hidrográficas. A esto hay que añadir la existencia de serios problemas institucionales, que desembocan en la administración inadecuada del recurso. Destacan entre estos problemas la fragmentación interagencial (cerca de una veintena de agencias toman decisiones independientes sobre el recurso agua), la percepción de que los problemas asociados a la disponibilidad de agua se solucionan solo con medidas estructurales (por ejemplo, mediante la construcción de más represas y supertubos), el abandono del mantenimiento de la infraestructura de servicio, y la politización extrema de la gestión institucional. Visión El manejo del agua como recurso debe fundamentarse en los principios del desarrollo sustentable, de manera que se garantice su disponibilidad con la cantidad y la calidad suficiente para atender las necesidades de la sociedad y de los recursos naturales que la sustentan. La sustentabilidad supone una particular actuación hacia el logro de una armonía entre la sociedad y los recursos del agua.
Qué hacer Se proponen las siguientes estrategias: • Manejar el recurso del agua en armonía con la planificación del uso del suelo. El agua es la manifestación hídrica del suelo, por lo que hay que reconocer
ENTORNO Recomendaciones para un PUT
Ciclo hidrológico impactado por la actividad humana
Ciclo hidrológico natural
Ciclo hidrológico en armonía con la actividad humana
Sección típica de la costa norte de Puerto Rico - // Ciclo hidrológico natural: A) El sol evapora el agua de la superficie del océano. B) El agua evaporada se mueve con las corrientes de aire hacia el interior del territorio, se condensa en nubes, y se une al agua producida por la cubierta vegetal mediante evapotranspiración y la evaporada en los cuerpos de agua de la superficie. C) Las gotas de agua condensadas bajan su temperatura y aumentan su condensación hasta que pesan demasiado para continuar suspendidas en el aire, lo que hace que se precipiten a la superficie en forma de lluvia. D) Las cuencas hidrográficas reciben el agua desde las laderas de las montañas del interior y crean quebradas, riachuelos, y ríos. E) Muchos cuerpos de agua desaparecen en la zona del Carso Norteño, donde el agua superficial se filtra debajo de la superficie. F) El agua subterránea crea vastos sistemas de cavernas y ríos subterráneos al disolverse los minerales de la tierra y se purifica a lo largo del trayecto de manera natural. G) El regreso del agua subterránea al mar crea reservas de agua potable en y cerca de los llanos aluviales, cuyos suelos fértiles son el resultado de la sedimentación lenta del terreno, provocada por el movimiento del agua y el viento en la superficie. H) La presión del agua que fluye hacia el mar asegura que el agua salina no penetre en las reservas de agua potable subterránea. // Ciclo hidrológico impactado por la actividad humana: 1) La falta de mantenimiento y el desarrollo no planificado acelera la sedimentación de los embalses que retienen el agua para el consumo humano. 2) Los desarrollos suburbanos en terrenos agrícolas comprometen la seguridad alimentaria. 3) La construcción de autopistas y carreteras destruyen zonas enteras de mogotes y rellenan sumideros de la zona del Carso Norteño. 4) El desarrollo suburbano sobre los fértiles llanos aluviales y los humedales, unido a la canalización de ríos y quebradas, reduce la captación del agua, acelera el drenaje del agua al mar y afecta adversamente los ecosistemas naturales. 5) El desarrollo no planificado compromete la calidad del agua que se filtra en la tierra. 6) El desarrollo no planificado pone en riesgo los sistemas de cuevas y cavernas que proveen refugio a especies vitales. 7) El impacto humano en las partes altas de las cuencas hidrográficas puede afectar el abastecimiento de las reservas de agua subterránea. 8) El aumento en el penacho de las aguas residuales que llega al mar impacta adversamente los ecosistemas submarinos. 9) El exceso de extracción de agua subterránea mediante pozos reduce la presión en las reservas y permite la penetración contaminante de aguas salinas. // Ciclo hidrológico en armonía con la actividad humana: i) El desarrollo planificado y el mantenimiento de los embalses existentes mejora su captación y funcionamiento. ii) El desarrollo planificado conserva el nivel de captación natural del agua. iii) La conservación de la zona del Carso Norteño asegura la continuidad natural del ciclo hidrológico y asegura los abastos de agua potable. iv) El uso comedido de las reservas de agua subterránea y el desarrollo sustentable protegen la continuidad natural del ciclo hidrológico y la supervivencia de los ecosistemas. v) La coexistencia armoniosa del ser humano con los sistemas naturales mejora los servicios que brindan los ecosistemas terrestres y marinos. CICLOS HIDROLÓGICOS: NATURAL, IMPACTADO POR ACTIVIDADES HUMANAS, Y EN ARMONÍA CON ESTAS
que muchas de las variables que afec tan la disponibilidad del recurso tienen que ver con prácticas inadecuadas del uso del suelo. • Manejar el recurso del agua con un en foque integral, en vez de funcional, donde se atienda el ciclo del agua en la sociedad y el territorio. Acabar con la práctica de desarrollar planes funciona les o sectoriales que atienden una sola necesidad o propósito, como por ejem plo el manejo de las aguas residuales, o la implantación de medidas de conservación de agua para determi- nado lugar.
• Adoptar como política pública en la pla nificación del uso del agua el manejo de la demanda sobre el manejo de la oferta (por ejemplo, la construcción de em balses y nuevos abastos, el desarrollo de pozos, el transporte de grandes cantidades de agua de una región a otra, y otros). El manejo de la demanda incluye, entre otros: el uso eficiente de la infraestructura instalada, la asigna ción de prioridad al mantenimiento del sistema de producción y distribución de agua, la prevención de la contamina ción, el uso de tecnologías que promue ven el ahorro y la conservación, el
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reuso de las aguas usadas y la educa ción ciudadana. • Utilizar la cuenca hidrográfica como la unidad de planificación para el uso óptimo y eficiente del recurso del agua. • Identificar, evaluar y declarar como áreas protegidas aquellos lugares críticos en la precipitación, captación, infiltración y almacenaje del recurso del agua. En tales lugares, que bien pudie ran designarse como reservas hidro lógicas, se deben restringir, y en algunos casos prohibir, los usos y acti vidades que pudieran afectar la can tidad, calidad o disponibilidad del agua como recurso.
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DESPERDICIOS SÓLIDOS
SITUACIÓN ACTUAL: 1) Se importa más del 85% de los alimentos y bienes que se consumen, lo que compromete la seguridad alimentaria y perpetúa la dependencia en los combustibles fósiles utilizados en su importación. 2) La mercancía se distribuye a diversos centros de venta, y se transporta en camiones, que igualmente abonan a la dependencia en los combustibles fósiles. 3) Las megatiendas ofrecen precios bajos que comprometen la viabilidad de establecimientos comerciales más pequeños. 4) La mercancía también se distribuye a través del territorio a establecimientos más pequeños, como colmados y tiendas de conveniencia. 5) El centro comercial, en el modelo de desarrollo suburbano, es el lugar predilecto para la compra debido, entre otras cosas, al fácil acceso que le proveen al automóvil. 6) La unidad básica del consumo del modelo de desarrollo suburbano es la vivienda unifamiliar. 7) La baja densidad de la vivienda suburbana unifamiliar dificulta el recogido de la basura, cuyos costos de combustible, equipo y personal se pagan por todos los contribuyentes. 8) Se recicla solamente un 10% de todos los materiales que se consumen y predomina un ciclo en donde el volumen de los desperdicios generados se asemeja al de los bienes originales.
SITUACIÓN DESEABLE: 1) Controlar la importación e incentivar la producción local para la exportación crearía nuevas fuentes de empleo y mejoraría la competitividad y autosuficiencia de la economía. 2) Establecer estándares de empaques de distribución de ciertos productos reduciría los desperdicios en la fuente. 3) Diversificar y reducir los patrones de consumo fomentaría la adopción de políticas comerciales más justas y competitivas. 4) Promover hábitos de consumo responsable reduciría la generación de desperdicios. 5) Ampliar las opciones de consumo y reducir los monopolios sobre los mercados mejoraría la competitividad. 6) El desarrollo denso y compacto facilitaría el recogido de los desperdicios y liberaría los suelos para otros usos más beneficiosos y productivos. 7) Separar y clasificar los desperdicios desde el momento de uso facilitaría el reciclaje y la reutilización de materiales. 8) Separar los materiales orgánicos y reinsertarlos en la economía a través de la producción de composta, ayudaría la agricultura y reduciría los desperdicios generados. 9) Reciclar desperdicios y otra materia prima recuperada beneficiaría un esquema industrial diversificado o permitiría la exportación a lugares con mayor demanda. 10) El fomentar y eventualmente crear una cultura de basura cero sería el fin óptimo de un esquema de manejo de desperdicios sólidos verdaderamente sustentable. Situación actual y deseable del manejo de los desperdicios sólidos
Puerto Rico enfrenta un serio problema de disposición inadecuada de los desperdicios sólidos que se generan. De acuerdo a la Autoridad de Desperdicios Sólidos, el puertorriqueño promedio genera cada día cerca de cinco libras de desperdicios sólidos. Si a esto se le añade la enorme cantidad de neumáticos de vehículos de motor que se desechan cada
año, y el volumen de lodo producido por las plantas de tratamiento de aguas residuales de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, el problema se magnifica. Las causas del problema tienen que ver con el tamaño de la población, la actividad industrial y comercial, y la existencia de una cultura de alto consumo. Esta situación presenta un serio
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ENTORNO18
riesgo a la salud de la población, a la calidad del ambiente y a la protección de los recursos de gran valor ecológico. El recogido y la disposición de los desperdicios sólidos ocupa una porción significativa del presupuesto municipal. Los esfuerzos por atajar la generación de desperdicios con el desarrollo de proyectos de reducción desde su propia fuente y para aumentar el reci-
Visión Enfatizar como estrategias prioritarias la reducción de la cantidad y la toxicidad de los desperdicios que se generan, el reuso de los contenedores y los productos, el reciclaje de materiales, y el consumo de los materiales reciclados. Esto debe acompañarse con el manejo de los desperdicios orgánicos para producir composta.
Qué hacer Se proponen las siguientes estrategias: • • • •
Desarrollar programas de educación, orientación y capacitación sobre los desperdicios sólidos para crear conciencia en la sociedad de la necesidad de modificar nuestros hábitos relacionados con el consumo de materiales que luego se convierten en desperdicios. Fomentar actividades e inversiones efectivas en infraestructura para el manejo de los desperdicios sólidos. Fomentar la participación ciudadana en la solución del problema, e integrar a grupos comunitarios, a servidores públicos y a la empresa privada en actividades de manejo de los desperdicios sólidos. Promover la industria del reciclaje de manera que esta provea empleos y tenga impacto económico.
GOBERNANZA
Visión
En la Isla se ha desarrollado un clima general de conflicto, donde se hace difícil gobernar en consenso y sosiego. Es necesario considerar y adoptar una nueva forma de gestionar los asuntos que nos atañen a todos, una nueva forma para comunicarnos y pactar con otros que parta de principios de responsabilidad, coordinación, cooperación, información, apertura y solidaridad entre los componentes sociales y políticos de Puerto Rico. El concepto gobernanza incluye las normas, procesos y comportamientos que influyen en el ejercicio de los poderes públicos desde el punto de vista de la apertura, la participación, la responsabilidad, la eficacia y la coherencia. La gobernanza debe tener apertura, de forma que las instituciones del Gobierno estatal, junto con los municipios y las organizaciones no gubernamentales, trabajen de forma abierta en fomentar la participación y comunicar su labor y sus decisiones en un lenguaje que sea accesible para el público general. Debe recabar la más amplia participación de los ciudadanos en todas y cada una de las distintas fases del proceso de esbozar e implantar política pública. Debe ser responsable en clarificar el papel de los procesos legislativos y ejecutivos. Debe ser eficaz en producir resultados sobre la base de unos objetivos claros, que evalúen la experiencia acumulada y los impactos esperados, y debe ser coherente en la implantación de las políticas desarrolladas y en las acciones emprendidas.
La gobernanza debe establecer un modelo para esbozar y tomar decisiones que incorpore los principios de apertura, participación, responsabilidad, eficacia y coherencia. Cada uno de estos principios es importante en sí mismo, pero deben elaborarse y aplicarse de forma integrada.
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Qué hacer La gobernanza requiere que las decisiones se tomen de forma descentralizada, lo que requiere que se creen organismos y procedimientos vinculantes de coordinación de carácter vertical —entre los distintos niveles de gobierno y de participación ciudadana—, y de carácter horizontal —entre los mismos niveles de gobierno y las organizaciones comunitarias—. En el campo del urbanismo, la gobernanza se debe traducir en: • • •
Descentralizar los mecanismos de planificación, en donde los Gobiernos municipales y los grupos comunitarios sean incorporados al momento de tomar decisiones, de suerte que el Gobierno estatal y los municipios más poderosos no atropellen a los más pequeños. Crear alianzas y redes permanentes de colaboración y comunicación entre los municipios y el Gobierno estatal, de forma que haya una efectiva inserción de los distintos poderes en la gestión pública. Adoptar un plan de usos de terrenos para todo Puerto Rico que sirva de guía a los planes de ordenación de los municipios y del Gobierno estatal.
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ENTORNO Recomendaciones para un PUT
claje y la composta han sido tímidos. La meta de alcanzar un 35% de reciclaje no se ha cumplido, alcanzándose solamente un mero 10%. A esta situación hay que sumarle el inminente cierre de muchos de los vertederos que operan actualmente, y la dificultad de desarrollar vertederos nuevos debido a la escasez de lugares adecuados, a que nadie los quiere cerca de sus comunidades, a los altos costos asociados a su desarrollo, y al riesgo potencial de contaminación y de salud que representan.
Nota final y créditos nota final
La planificación de Puerto Rico en los últimos sesenta años no ha sido efectiva en guiar el crecimiento de las ciudades y los pueblos, ni en conservar y manejar los recursos naturales. Los documentos vinculantes de política pública sobre el uso del suelo y su errático manejo han permitido desarrollar un área suburbana inconexa y de baja densidad, y un área rural cada vez más fragmentada y comprometida. Hace falta completar un plan de usos de terrenos para todo el país que establezca cómo ordenar de forma sustentable los suelos y la infraestructura, y que fije los mecanismos adecuados de implantación. El borrador del mapa de clasificación de suelos de 2006, preparado por la Oficina del Plan de Usos de Terrenos de la Junta de Planificación [véase ilustración 2], establece un punto de partida claro para fijar dónde puede construirse y dónde no. Este borrador del mapa del 2006 y las recomendaciones generales incluidas en este documento pueden ayudar en el proceso de diálogo y discusión que llevará a cabo la Junta de Planificación durante la elaboración y adopción de un plan de usos de terrenos de Puerto Rico. Una vez se complete un plan de usos de terrenos consensuado por la ciudadanía, habrá por primera vez un documento para guiar los usos del suelo y la infraestructura a nivel de toda la isla. Con este plan, y con ambos niveles de planificación operantes —el estatal y el municipal—, Puerto Rico contará con un sistema de planificación centralizado que establezca las políticas regionales y de país, junto a un sistema de planificación municipal más participativo de Gobiernos locales que tomen decisiones sobre las políticas que les competen.
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ENTORNO18
créditos
Estas recomendaciones se prepararon a partir del documento Consideraciones principales para un Plan de Uso de Terrenos para Puerto Rico, del 26 de octubre de 2010, desarrollado por el Comité Especial del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, en colaboración con varios planificadores y urbanistas. El Comité Especial fue creado mediante la resolución del CAAPPR del 3 de septiembre de 2009 para apoyar la preparación del Plan de Usos de Terrenos para Puerto Rico. En el Comité Especial del CAAPPR participaron: el arquitecto Juan Carlos Gallisá, director del Comité; los arquitectos Fernando Abruña, Vilma Ramos y Rafael Pumarada; los planificadores Martha Bravo, Jorge Carbonell, Anselmo De Portu, Jorge Hernández y Carlos Maysonet; y la profesora y gerente ambiental María Juncos Gautier. Colaboraron también en este esfuerzo el doctor Hermenegildo Ortiz Quiñones; el arquitecto Thomas S. Marvel; los planificadores Gabriel A. Rodríguez, Carlos Roberto Del Valle y Pedro Guevara; la señora Rose Marie Bernier; y el licenciado David Román. Colaboraron en estas recomendaciones el Comité Editorial y el equipo de trabajo de ENTORNO. Ilustraciones originales por Javier Román, © 2011.
Viajamos juntos, pasajeros en una pequeña nave.... protegida de la aniquilación únicamente por el cuidado, el trabajo y debo decir el amor que le brindemos a a nuestra frágil nave. –– Adlai Stevenson, en su último discurso, 1965
ENTORNO PAISAJISMO
Paseo Río Bayamón* Reconciliación del desarrollo económico con la conservación de los recursos naturales Figueroa y Figueroa, Arquitectos-Ingenieros Pablo L. Figueroa
Fotografías por Javier Román, salvo aquellas indicadas *Premio de Bronce, Livable Communities Award 2005
Marco conceptual - Existen cinco clases de capital y cada una de estas clases es indispensable para el concepto de desarrollo sustentable en el cual se basó el Paseo Río Bayamón: el capital financiero, el producido, el social, el humano y el natural. Todas conforman capitales en inventario capaces de producir factores de producción económicamente deseables cuyo mantenimiento, conservación y reabastecimiento son esenciales para la sustentabilidad de un desarrollo económico vibrante y robusto. El capital natural se compone de los servicios que brindan los ecosistemas naturales. El desarrollo sustentable debe mantener y, si es posible, incrementar el inventario de todo el capital productivo, que incluye el capital natural a menudo agotado irreversible-
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mente a costa de la producción económica. El trío tradicional de actividades económicas esenciales —producción, consumo y distribución— debe ser complementado por una cuarta actividad: el mantenimiento del capital natural. El capital es un inventario identificable en un momento específico en el tiempo. En otras palabras, es estático —como el balance en una cuenta de cheques—, contrario a los flujos medidos durante un periodo de tiempo —como los depósitos y los retiros de una cuenta de cheques—. Los flujos, dependiendo de su dirección, pueden incrementar, reabastecer o agotar el inventario de capitales. En el proyecto del Paseo Río Bayamón se redirigió el flujo del capital en inventario hacia la rehabilitación, la conservación, el mantenimiento y el reabastecimiento del capital natural con el fin de generar un producto o output que incrementara y reabasteciera los demás capitales en inventario. Estrategia de desarrollo y diseño– Debido a la naturaleza sensitiva del proyecto, se implantó una estra-
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Planta de emplazamiento general del proyecto
Boceto de puente peatonal
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Puente peatonal segĂşn construido
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Descripción - El proyecto consta de dos paseos lineales contiguos, uno para bicicletas y otro para peatones, extendidos a lo largo de 9 km de la ribera oeste del río Bayamón, desde su confluencia con el río Guaynabo, hasta la carretera PR-22, pasando por debajo de varias carreteras principales y de las vías del Tren Urbano. A lo largo del paseo se ubicaron estaciones de descanso, servicios sanitarios, teléfonos de emergencia, zafacones, verjas de protección, kioscos para la venta de refrigerios, áreas pasivas para el público, iluminación, infraestructura para vigilancia por cámara y rotulación.
Suministrada
Estado de la ribera del río previo a contrucción del proyecto
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Ribera del río una vez removidos los escombros y construido el proyecto
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ENTORNO PAISAJISMO
tegia de negociación y resolución de conflictos. Esta consistió en un proceso integrativo y de negociación, en lugar de uno distributivo y de regateo, que partió de intereses compartidos y no de posicionamientos inamovibles. El municipio de Bayamón estableció un proceso de educación, participación y consulta con todos los actores con interés legítimo en el proyecto o que se veían afectados por este, incluyendo la comunidad y alrededor de 17 agencias con jurisdicción sobre el proyecto. Así, se promovió la búsqueda del valor añadido y compartido que emana de las diferencias.
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Pabellones para baños y otras instalaciones
Ciudadanos ejercitándose en uno de los pabellones del proyecto
Proyecto: > Paseo Lineal Río Bayamón & Campo de Golf Río Bayamón
FICHA TÉCNICA
Equipo de trabajo en > AEE Maricelli Delgado oficina de arquitecto: Arqto. Enrique López Bigio Delineante Pablo Rosado Firma/Oficina: > Figueroa & Figueroa Arquitectos-Ingenieros Pablo L. Figueroa Arch., M.A. Localización: > Tamaño del solar: >
ENTORNO PAISAJISMO
Recurso natural - Se sembraron 1,000,000 pies cuadrados de grama, 900 árboles de diez especies distintas, siete variedades de palmas y veinte variedades de plantas. Se estabilizaron los taludes de las riberas, eliminando la erosión y controlando la sedimentación al río, cuya cuenca se limpió de escombros y basura y se continúa manteniendo limpia. También se reconstruyó la infraestructura pluvial y se respetaron la capacidad (conveyance) y el trazado natural del río. Impacto y beneficio de la construcción del Paseo Río BayamónLos resultados del proyecto fueron: un aumento en la valorización de las propiedades aledañas (incremento del capital financiero y el producido), la utilización y disfrute del paseo por la población (incremento del capital social), la creación de empleos en su planificación y construcción (incremento en el capital humano) y la rehabilitación, mantenimiento y conservación del río (incrementando el capital natural). Las etapas de diseño y permisología tomaron un año, y la construcción se extendió por un año adicional. El costo total del proyecto ascendió a unos $12,000,000 y se estima que unas 5,000 a 8,000 personas utilizan las instalaciones semanalmente. Esta iniciativa valida una estrategia bien calibrada de reconciliación entre el desarrollo económico estable y robusto, y la conservación y mantenimiento de los recursos naturales. No puede haber una economía sin ambiente y no puede haber ambiente sin economía.
Bayamón, Puerto Rico 9 kilómetros (de doble vía, una peatonal y otra de bicicleta) de largo x 25’ promedio de ancho.
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Tamaño de estructura: > 16,000 pies cuadrados
Dueño/Cliente: > Ciudad de Bayamón, Hon. Ramón Luis Rivera , Hijo , alcalde
Contratista: > Del Valle Group, Ing. Pablo Del Valle , presidente (el Paseo Lineal) Alpha Y Omega, Sr. Julio Díaz, presidente (el Campo de Golf) Consultores: > Estructura: Ing. Jose Espinal | Electricidad: Ing. Leonardo Vidal A/C : Ing. José L. García | Ambiental: Ing. Fernando Luis Rodríguez Civil: Ing. Pedro Cortés | Agrimensor: Agr. Emilio Coriano Geotecnia: Ing. Carlos Sierra | Arqueologo: Arq. Juan González Plomería: Ing. Jorge Torres | Paisajismo: Arqto. Pai. Jorge Palou H/H: Ing. Alma Rojas | Consultor en Golf: Sr. Greg Sherwood Inspección General: FDDS | Inspección de Campo: Ing. José Velázquez
Colaboradores: > Funcionario Coordinador del Municipio: Ing. Enrique Figueroa
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ENTORNO ARQUITECTURA PRESENTA
Título Peak oil: del artículo transición energética difícil, ineludible e impostergable
Nombre Jorge Carbonell del Autor
“[...] like the inhabitants of Pompeii, who ignored the neighboring volcano, Vesuvius, until it detonated, the world ignores the possibility of peak oil at its peril.” Dr. James Schlesinger, en su mensaje a la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y del Gas (ASPO-USA), 1 de noviembre 2010. El doctor Schlesinger se desempeñó como director de la Comisión de Energía Atómica (1971-73), secretario de la Defensa (1973-75), director de la CIA y primer secretario de Energía (1977-79) del Gobierno estadounidense.
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“Puerto Rico enfrenta una crisis energética”: con esta aseveración se inicia la orden ejecutiva del gobernador de Puerto Rico firmada el pasado 19 de julio de 2010. Una orden que refiere a la Ley Núm. 76 del 5 de mayo de 2000, la cual provee para “la activación de un proceso expedito para la realización de obras y proyectos necesarios para enfrentar situaciones críticas en la infraestructura física de prestación de servicios esenciales para la ciudadanía y situaciones que pongan en riesgo la vida, salud y seguridad de la población”. Estas palabras podrían ser el preámbulo para comenzar a delinear una nueva dirección en lo que concierne a una política energética sostenible para el país. Lamentablemente, la orden ejecutiva se limita a definir la “situación crítica” como la generación de energía eléctrica con petróleo, así busca viabilizar un proceso acelerado de permisología (demostrado recientemente cuando la orden, con fecha ya caduca, se renovó retroactivamente), y presenta como solución la sustitución de ese combustible con fuentes alternas, especialmente con el gas natural. Debido a que el gas es también un combustible fósil, aunque menos contaminante y más barato —por ahora—, se mantendría nuestra dependencia a fuentes externas. [Este tema fue extensamente cubierto en el número anterior de ENTORNO]. Si es urgente que atendamos nuestra dependencia de la quema del petróleo para la generación eléctrica, más crítica aún es nuestra situación relacionada con el transporte, donde nuestra dependencia petrolera es de casi el 100%. Esta citada “crisis energética” local apenas sugiere las posibilidades de que la crisis es mundial y que hemos lle-
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gado, o estamos muy cerca de llegar, a los límites de la producción energética basada en combustibles fósiles, ya sea por su agotamiento o por su alto nivel contaminante. Cabe recordar que todos estos ajustes —este ruido ambientalista, conservacionista, de calentamiento global, de gases de invernadero, de crisis económica, de combustibles fósiles, de energía verde, de desaparición de especies y ecosistemas, de sostenibilidad versus sustentabilidad, de huella ecológica, de “límites al crecimiento”— ya habían emitido altos decibeles durante la anterior crisis energética: la recesión económica de los años setenta. La escasez artificial –en aquel momento creada por el embargo petrolero– hizo constatar el vínculo y la alta dependencia del crecimiento para con este combustible. Por otro lado, al finalizar el embargo y normalizarse los abastos y los precios, se abandonaron los ajustes que habían comenzado a realizarse para conllevar la crisis. La crisis actual, sin embargo, aparenta estar más relacionada con que el agotamiento del recurso es real y no creado. Hemos llegado al cénit del petróleo o peak oil y nos encaminamos a alcanzar rendimientos decrecientes de aquí en adelante. La producción mundial durante los últimos cinco años se ha estancado, ha llegado a un máximo de aproximadamente 85 millones de barriles diarios. De estos, el 44% se convierte en gasolina, el 35% en otros combustibles y el restante en una infinidad de productos tales como: asfalto, fertilizantes, pesticidas, ceras, plásticos, cosméticos, ropa (spandex, nilón, poliéster), y miles de otros productos cotidianos. Aunque el impacto se da en todas las industrias, la del transporte y la agri-
“...It was clear that economies would stagger under the burden of high oil prices, and economic activity would contract, and people would use less oil and the price would go down. When prices were real low again, people would resume buying more oil (and other stuff ) and economic activity would mount and oil prices would go up again. We knew this would happen for a couple-few cycles, and that then things would get...more interesting.” ––The Banana Peel of Destiny, By James Howard Kunstler
Portada e imágenes del libro de Karen R. Merrill, The Oil Crisis of 1973-1974, donde se documenta la crisis petrolera de esa década hasta los años de la administración del presidente Carter.
cultura mecanizada son las más susceptibles. Como dice el acta ejecutiva: “los precios de combustibles derivados del petróleo han subido dramáticamente en los últimos años, cuando hay expansión económica la demanda aumenta y su costo se incrementa (...) y están sujetos a un alto grado de volatilidad”, por otro lado, disminuyen sus precios al bajar la demanda en tiempos de crisis o contracción económica. Según los expertos, la recesión o contracción económica solo ha postergado
el inminente cénit del petróleo. Estamos viviendo, unos más que otros, un mundo en transición energética difícil, ineludible e impostergable, y en ello se nos va la vida, tal y como la conocemos. Hace casi 40 años el famoso informe del Club Roma/MIT, Limits to Growth (1972), enunciaba un pronóstico planetario poco halagador de continuar las tendencias de crecimiento poblacional y de consumo —modo de vida—, ante la dependencia y limitación de recursos finitos. Paralelamente,
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ENTORNO PRESENTA
Curva de Hubbert con bibliografía mínima (2001-2011) del tema de Peak Oil. Gráfica por Jorge Carbonell, 2011
EE.UU. llegaba en esa misma década a su cénit de producción y se convertía de exportador a importador de petróleo (actualmente importa dos terceras partes del total de su consumo). Ya a mediados del pasado siglo (1956) el geofísico estadounidense Marion K. Hubbert, quien trabajaba para la Shell Oil Co., elaboró unos modelos con los cuales predijo acertadamente que EE.UU. llegaría a su máxima producción de petróleo para la década de los setenta. Además, proyectó que la producción mundial de petróleo llegaría a su cénit a principios del siglo XXI. Esto significa, no el fin del petróleo, pero sí el fin del petróleo barato, del llamado petróleo convencional. Según su modelo, ejemplificado por la gráfica conocida como la curva de Hubbert, al llegar al cénit queda la misma cantidad de combustible que ha sido extraído hasta el momento, pero el que queda es más difícil, y por lo tanto, más caro de extraer. En otras palabras, la energía neta o la proporción de energía invertida a energía generada (Tasa de Retorno Energético o TRE en español, y Energy Return on Energy Invested o EROEI en inglés) disminuye. Por ejemplo, para la década del 1930 el petróleo tenía una tasa de retorno energético de 1:100, hoy día es apenas de 1:10. En 1998, dos geólogos, Colin Campbell y Jean Laherrére, también relacionados con la industria petrolera, publicaron en el Scientific American un ensayo titulado The End of Cheap Oil, donde reiteran esta misma teoría, y fechan el cénit o pico petrolero para el periodo del 2005 al 2010. En el 2000, Campbell fundó la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y del Gas (ASPO, por sus siglas en inglés), una red compuesta de científicos afiliados a distintas instituciones globales y universidades dedicados a evaluar el impacto de esta realidad. Desde entonces se han publicado infinidad de informes, libros y estudios específicos al tema. Común a todos ellos son los “límites al crecimiento” en un creciente mundo dependiente de recursos no renovables, y con algunos de estos recursos llegando “a su fin”. La fecha de este pico, o cénit de producción de petróleo barato sigue en debate; algunos piensan que ya ocurrió en o
cerca del 2005, los optimistas lo sitúan cerca del 2030. Los grupos de interés en el campo industrial (1), ciudades como Portland (2) y San Francisco (3), y países tales como Inglaterra (4) y Australia (5), entre otros, han sido responsables de la creación de comisiones legislativas, grupos de trabajo e informes concernientes a este real e inminente escenario. También, en dos recientes informes, la inteligencia militar de los EE. UU. y de Alemania muestran gran preocupación por las consecuencias geopolíticas y de inestabilidad social previstas (6). El informe estadounidense apunta: “petroleum must continue to satisfy most of the demand for energy out to 2030. Assuming the most optimistic scenario for improved petroleum production through enhanced recovery means, the development of non-conventional oils (such as oil shales or tar sands) and new discoveries, petroleum production will be hard pressed to meet the expected future demand of 118 million barrels per day”. Añade: “By 2012, surplus oil production capacity could entirely disappear, and as early as 2015, the shortfall in output could reach nearly 10 million barrels per day”. De acuerdo con el diario Der Spiegel, el informe alemán “procede de un think-tank creado dentro de las fuerzas militares (Bundeswehr) y advierte que las limitaciones que sobrevendrán en el suministro de petróleo sacudirán las bases de la economía y que posiblemente deriven en convulsiones de escala masiva dentro de los próximos 15 a 30 años”. Pero, ¿qué significa el cénit del petróleo para una isla caribeña, de apenas 9,000 km2, que depende del petróleo en un 70% para su generación eléctri-
ca y que importa casi el 90% de sus alimentos? ¿Qué consecuencias resultarán para una población de 3,725,789 (en el 2010) que habita dispersa en todo el territorio y que depende, con casi tres millones de automóviles (casi todos privados) para su movilidad? El pronóstico mundial, de no lograrse una transición equilibrada, presenta un escenario escalofriante. Se preveen aumentos de precios, escasez o merma en la disponibilidad de los recursos energéticos y de los alimentos, depresión económica, conflictos geopolíticos por los recursos, un empeoramiento del efecto invernadero y el consecuente calentamiento global. Aunque sea difícil, otro escenario es posible. Hay que cortar radicalmente la dependencia en los combustibles fósiles, disminuir su consumo a través de la conservación, mejorar la eficiencia y lograr una mayor eficacia en los procesos productivos. Simultáneamente, hay que seriamente impulsar las alternativas de energía renovables, junto al desarrollo de una agricultura sostenible —orgánica— a nivel local. Y por supuesto, debemos disminuir drásticamente la alta dependencia del automóvil en nuestra cotidianidad. El arquitecto-antropólogo mexicano Armando Páez, quien durante la última década ha producido una intensa y extensa bibliografía sobre la energética urbana, el cénit del petróleo y la transición necesaria hacia un mundo postpetróleo, concluye en uno de sus trabajos con las siguientes palabras: “El urbanismo del siglo XXI tiene que ser energéticamente consciente y eficiente, esto será consecuencia de un diseño institucional adecuado. La sostenibilidad de los sistemas urba-
nos está en función de las capacidades energéticas y organizacionales de las sociedades que habitan en ellos. El urbanismo debe pensarse y redefinirse a partir de conceptos como simplificación, austeridad, frugalidad, autosuficiencia, regionalismo, transporte público eléctrico, ciclovías, zonas peatonales, concentración descentralizada, bioclimatismo, energía renovable, eficiencia energética, agricultura urbana, agro-ecología, bosques perimetrales, metabolismo circular... Las utopías necesarias deben bosquejarse a partir de los límites, no de fugas tecnológicas proyectadas al infinito. Desde la década de 1970 habitamos el futuro”. Para que Puerto Rico logre insertarse en un escenario sostenible debe reevaluar cuáles son sus posibilidades. La única forma, y de manera urgente, es elaborar un plan de usos de terrenos para todo el territorio, considerando la variable energética en lo que concierne a la generación eléctrica, la movilidad/ transporte y la sostenibilidad alimentaria. Quizás, el reconocer nuestras limitaciones nos permita explorar nuevas y acertadas posibilidades. Notas: (1) The Oil Crunch - a wake-up call for the UK economy, 2010 (2) Descending the Oil Peak: Navigating the Transition from Oil and Natural Gas, 2007 (3) San Francisco Peak Oil Preparedness Task Force Report, 2009 (4) Policy Response to potential future oil supply constraints, 2010 (5) Queensland’s Vulnerability to Rising Oil Prices, 2007 6) Joint Operation Environment, 2010, del US Joint Forces Command, y Peak Oil: Implications of Resource Scarcity on Security, reporte del Future Analysis Department del Bundeswehr Transformation Center, 2010
Javier RomÁn
Vista panorámica de las instalaciones de la Caribbean Petroleum Corporation
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La planificación Título del artículo y la preservación del paisaje
Ángel M. Rodríguez Alonso Fotografías por Javier Román, Nombre del Autor salvo aquellas indicadas
Tiende el sol gasas de oro Hay ópalos en los cielos Por los bosques solitarios, y azahares en los llanos, Y tiemblan en las llanuras y entre lirios y amapolas Aljófares nacarados preludia el viento sus cantos Ronco murmura el torrente, aroman los verdes prados, Las torcaces se querellan, Y el ruiseñor preludiando su harmónica y dulce nota, trina en la rama de un árbol. Fragmento alegórico al paisaje puertorriqueño del poema Juan Ponce de León, por Cayetano Coll y Toste
Es indiscutible que los valores estéticos del paisaje borincano son amplios y de gran diversidad. El tener conciencia sobre la preservación del paisaje es responsabilidad de los profesionales de las diferentes disciplinas como la arquitectura, la arquitectura paisajista, la ingeniería y la planificación. La planificación se define como la acción humana de prever a corto, mediano o largo plazo la evolución de una variable sujeta a procesos complejos, o de una componente compleja de la realidad natural, económica o social (F. Zoido et al 2000). La Ley de Municipios Autónomos del Estado Libre Asociado de Puerto Rico de 1991 les concede a los municipios poderes y facultades esenciales para un funcionamiento gubernamental-democrático efectivo y autónomo para descargar sus funciones y servir a la comunidad inmediata que los eligió. Los gobiernos municipales en sus planes territoriales deben tomar en cuenta la preservación de aquellos paisajes que se estimen de importancia, ya sea por sus valores culturales, recursos naturales o vida silvestre. Esto les garantizará a las futuras generaciones el poder disfrutar de dicho legado. El paisaje se define como el aspecto o forma del territorio tal como es visualmente percibido y estéticamente valorado, en conjunto y a una distancia que permita, simultáneamente, la apreciación panorámica y la percepción de detalles que componen la estructura de la imagen, que varía según su complejidad y textura (F. Zoido et al 2000). Es entonces que describimos el término “paisaje cultural” que nos ayudará a clasificar los paisajes en un ordenamiento territorial para así asegurarnos de su permanencia a través del tiempo. El paisaje cultural es un área geográfica (incluyendo recursos naturales, culturales, vida silvestre o animales domésticos) que está asociada a un evento histórico, actividad o persona, o que
CAAPPR
exhibe otros valores estéticos o culturales. Podemos encontrar una mayor elaboración del término en los estatutos del National Park Service, entidad que esboza cuatro tipos de paisajes culturales (2010): 1- Paisaje etnográfico, que contiene una variedad de recursos naturales y culturales. Algunos ejemplos son los asentamientos contemporáneos, sitios religiosos sagrados, y estructuras geológicas masivas. Las comunidades de plantas y animales, así como centros ceremoniales prehispánicos, son también componentes de este tipo de paisaje. 2- Sitio histórico, que es un paisaje significativo por su asociación con un evento histórico, actividad o persona. Los ejemplos incluyen a campos de batalla, residencias de presidentes o de la nobleza. 3- Paisaje histórico vernacular, que evolucionó mediante su uso por las personas cuyas actividades u ocupación le dieron forma. El paisaje refleja su carácter físico, biológico o cultural en el quehacer diario mediante actitudes sociales o culturales de un individuo, una familia, o una comunidad. 4- Paisaje diseñado histórico, que ha sido diseñado por un arquitecto paisajista, maestro jardinero, arquitecto, ingeniero u horticultor de acuerdo a los principios específicos del diseño. El paisaje puede estar asociado con una persona importante, a una tendencia, a un evento de la arquitectura paisajista, o ilustrar un desarrollo importante en la teoría o práctica de esta disciplina. Algunos ejemplos de este paisaje son los parques, recintos universitarios, palacios, etcétera. Para examinar una estrategia en torno a la preservación del paisaje, tomemos como ejemplo al Municipio Autónomo de Cayey, cuya trayectoria histórica en este renglón data del 1935, cuando se establece el Bosque Estatal de Carite, con una extensión de 6,680 cuerdas en la sierra de Ca-
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Rutas de antiguos caminos a través de los barrios de Cayey Carretera 15 Carretera 708 Río de Jájome Camino Espinazo de Caballo (La Pica) Camino Sagrado Corazón Caminos de Casa Muñoz Marín
Camino de Carcadillo Camino “La Pica Nueva” Camino de sumidos a Jájome (Helechales/Algarrobo) Antiguo Camino Real Cayey-Guayama Camino de Jájome o de la Altura
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Barrios Carreteras primarias Clasificación SREP SRC SU
Municipio de Cayey Mapa de clasificación del territorio
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yey. Esta fue una medida preventiva para la protección de las cuencas hidrográficas del río Grande de Loíza, y los ríos Grande de Patillas y La Plata. Poco después, en 1937, comenzó una reforestación masiva de la sierra de Cayey como iniciativa del Puerto Rico Reconstruction Administration, para la que se empleó a cientos de trabajadores. Actualmente Cayey es un municipio autónomo y su plan territorial, que está basado en su plan estratégico, ha establecido unas clasificaciones de terrenos que ayudan a preservar sus recursos naturales y su paisaje cultural. De acuerdo a este, los recursos naturales y sus paisajes de gran belleza son unos de los valores más grandes que tiene el municipio. A tono con esta realidad, el Plan Territorial del Municipio de Cayey hace un análisis de las condiciones existentes del municipio con sus características ambientales, socioeconómicas, físicas y reglamentarias, identifica los proyectos y programas necesarios para transformar esa condición, y formula la política pública del municipio sobre los cambios a la reglamentación que estima necesario promulgar para alcanzar la visión que se ha trazado. El plan territorial estipula la clasificación del suelo y divide su totalidad en tres categorías básicas: suelos urbanos, suelos urbanizables y los suelos rústicos. Es esta última clasificación la que nos atañe para la preservación del paisaje. La Ley de Municipios Autónomos define los suelos rústicos como: “Los terrenos que el Plan territorial considere que deben ser expresamente protegidos del proceso urbanizador”. Los suelos rústicos tienen dos categorías: el suelo rústico común y el suelo rústico especialmente protegido. El suelo rústico común no se contempla para uso urbano o urbanizable en un plan territorial debido, entre otras razones, a que el suelo urbano o urbanizable clasificado por el plan es “suficiente para acomodar el desarrollo urbano esperado”. El suelo rústico especialmente protegido es aquel que “por su ubicación, topografía, valor estético, arqueológico, recursos naturales únicos u otros atributos, se identifica
Reforestación entre Cayey y Guayama, Colección Puertorriqueña UPR
Sitio histórico, Guerra Hispanoamericana: paisaje de Cercadillo con vista a la costa sur y a la Peña del Soldado (punto alto a la derecha)
lugar, para lo que existen también controles sobre los usos de los terrenos y las propiedades ubicadas en los márgenes de las rutas escénicas. Finalmente, el distrito residencial selectivo (Rs) es uno de muy baja densidad poblacional y su objetivo es preservar el carácter residencial de áreas ya desarrolladas o que puedan desarrollarse en solares de cinco cuerdas o más. La clasificación de suelos rústicos especialmente protegidos es muy significativa para la preservación y conservación del paisaje cayeyano. Bajo esta, encontramos los terrenos del bosque estatal de Guavate, las cuevas de Avina, el cerro Planadas y el área de Cercadillo y Jájome. Es evidente que Cayey ha ido implementando su plan estratégico en torno a la protección de su entorno paisajístico, como medida para garantizar el disfrute de las futuras generaciones. Finalizamos mirando algunos ejemplos de protección de paisajes implementados por el municipio, entre los que se encuentran los siguientes proyectos que esperamos sirvan de ejemplo para que el lector pueda visitarlos y estudiarlos con mayor detenimiento: Casa campestre de Luis Muñoz Marín: el municipio ha restaurado la residencia campestre y adquirió la finca de 40 cuerdas con la idea de hacer un centro de interpretación e información que sirva para la comunidad y para los turistas que visitan el área. El proyecto es un ejemplo del paisaje histórico vernacular dado que fue utilizado por un prócer como lugar de descanso y para el diálogo con los compueblanos.
La casa fue parte de una hacienda de principios del siglo XX. Cuevas de doña Avina: el municipio adquirió la finca donde están ubicadas las cuevas de Avina para preservar el arte rupestre que, según hallazgos arqueológicos, consta de aproximadamente 13 petroglifos. Estas cuevas se utilizaban por los indios como lugar para la celebración de ritos religiosos. Se pretende hacer un parque para promover la actividad ecológica y sostenible en las cuevas, y así posicionar a Cayey como destino ecoturístico y recreacional para la población. Caminos Reales de Cayey: estos caminos fueron trazados por los españoles como medio de comunicación para facilitar el comercio entre Cayey y los puertos de Arroyo y Guayama. En Cayey existen veredas para la práctica del senderismo y para la apreciación del paisaje. El camino de Sumidos a Jájome (Helechales y Algarrobo) es uno de los primeros a ser restaurado como parte de esta iniciativa. Los diseños para estas veredas de senderismo ya han sido realizados y están a la espera del aval del municipio de Cayey para su implementación.
CAAPPR
Referencias: Cayey, Plan Territorial Municipio de Cayey (2007) C. Gómez Tejera, J. Álvarez-Torre (1938) Poesía puertorriqueña, antología para niños, edición Fiesta por la Poesía y el Niño de Puerto Rico, editora, Cultural, S.A. La Habana, Cuba Diccionario de geografía urbana, urbanismo y ordenación del territorio, F. Zoido, S de la Vega, R. Mas, R. Lois (2000) Editorial Ariel, S.A., Barcelona Natonal Park Service, Guidelines for the Treatment of Cultural Landscapes, Defining Landscape Terminology. (on-line) www.nps.gov/history/hps/hli/ landscape_guidelines/terminology.htm
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ENTORNO PAISAJISMO
FOTOGRAFÍA Por el autor
FOTOGRAFÍA PRRA
como un terreno que nunca deberá utilizarse como suelo urbano”, según dispone el artículo 13.005 de la Ley de Municipios Autónomos. El suelo rústico especialmente protegido abarca un 60.50% del total del área del municipio. Podemos ver con esta cifra que la determinación del municipio de Cayey en la preservación y protección de sus recursos naturales está vigente y dirigida al mejoramiento de la calidad de vida de sus residentes. El Plan Territorial del Municipio Autónomo de Cayey define varios distritos que atañen a la preservación del paisaje. Uno de estos es el distrito agrícola general (A-2), compuesto por terrenos con ninguna o escasa población y cuya continuidad en uso agrícola ha sido declarada esencial para el municipio. Otro es el distrito rural general (A-4), compuesto mayormente por terrenos agrícolas con ciertas limitaciones, como el acceso a la infraestructura o las condiciones topográficas. Por otra parte, el distrito de los bosques de interiores (B-1) que dispone la identificación de terrenos aptos para la reforestación y la producción de madera, aunque también incluye algunos bosques existentes. Los distritos de conservación de recursos uno y dos (Cr-1 y Cr-2) así como el de preservación de recursos (Pr), identifican áreas con excepcional valor escénico, con ecosistemas naturales, o que contienen hábitats de especies en peligro de extinción. Además de estos, el distrito de conservación de cuencas (Cr-3) se establece para proteger los terrenos en las cuencas hidrográficas de lagos y embalses, mientras el de conservación de recursos arqueológicos (Cr-A) y el de restauración de recursos históricos (Cr-H) van dirigidos a mantener el patrimonio histórico y cultural del municipio. El distrito de desarrollo turístico selectivo (Dts) y el de ruta escénica cayeyana (Rec) van dirigidos a facilitar el desarrollo económico permitiendo el establecimiento de proyectos recreativos y turísticos fuera del ámbito urbano, sujeto al acceso de infraestructura y sin comprometer el carácter del paisaje o las condiciones naturales del
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hogar oficina !
ENTORNO ACADEMIA
Ciudades del futuro: Charrette 2011
María Gabriela Flores
Directora de Ejercicio Técnico Profesional CAAPPR
Por los pasados siete años, el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR) ha fomentado la integración entre profesionales y estudiantes de Arquitectura mediante la coordinación de talleres de diseño intensivos, conocidos como Charrettes. Durante estos talleres, los grupos de estudiantes de las escuelas de arquitectura de la Universidad de Puerto Rico y la Universidad Politécnica de Puerto Rico trabajan bajo la supervisión de arquitectos profesionales en la búsqueda de soluciones de diseño a diversos problemas urbanos. El tema de la sexta edición del “Charrette de Diseño” surge como respuesta a la colaboración solicitada por la Cámara de Comercio de Puerto Rico para adelantar ideas innovadoras sobre el futuro de nuestras ciudades, con un enfoque particular sobre temas de cambio climático, sostenibilidad, energía renovable, eficiencia energética y métodos alternos de transportación, todo visto a través del lente del dise-
CAAPPR
ño urbano en Puerto Rico. Durante la semana del 18 al 25 de febrero, la celebración del Charrette 2011: Ciudades del Futuro convirtió al Colegio en un taller de diseño del cual surgieron propuestas concretas para una visión de desarrollo estratégico de varios sectores de la Isla. Los grupos de trabajo, compuestos por estudiantes de Arquitectura, profesores, profesionales y asesores en aspectos de reglamentación, desarrollo y ambiente, presentaron propuestas de diseño separadas para las zonas de Hato Rey, la bahía de San Juan, la comunidad Vietnam entre los municipios de Cataño y Guaynabo, y el barrio Palmer, en Río Grande. El CAAPPR aspira a que las estrategias de diseño y conclusiones aquí proyectadas amplíen la búsqueda de soluciones que sirvan igualmente los intereses del país, de la región y de las comunidades a través de un desarrollo balanceado y sostenible que impulse el desarrollo económico y nos proporcione un mejor ambiente construido.
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1 PROYECTO:
Hato Rey (memorial explicativo) Equipo de diseño: Gustavo Acosta / Ricardo Acuña Hernández / Lorna Alvarado Oyola / Yaritza Arroyo Rivera / Karen L. Cana Cruz / Diego de la Cruz Gaitán / Américo A Delgado Fernández / Jonathan Delgado Peña / Fernando R. Fernández Vallecillo / Lydia C. Ocasio López / Ariel Ortíz Cruz / Emmanuel Pérez Molina / Elisa M Pujals Rodríguez
Colaborador: Antuán Lazaga Galloza, artista
Profesor: Pedro M. Cardona Roig
Fotomontaje aéreo de la zona de la Milla de Oro, Hato Rey
Propuesta de diversificación del transporte
Visión Vivimos sin prestar atención a los procesos que inciden en nuestro entorno ni a los agentes que afectan las formas de producción de la ciudad. Este trabajo parte de un análisis libre y transdisciplinario de diversos aspectos de la realidad actual puertorriqueña que permiten hacer un acelerado diagnóstico previo a realizar un breve ejercicio de proyectar la visión para la Ciudad del Futuro en Hato Rey. Hato Rey presenta un contexto lleno de contrastes y contradicciones. De una parte, el caño de Martín Peña, olvidado bolsillo de miseria y ejemplo de autogestión y apoderamiento comunitario que continúa recibiendo reconocimiento por la calidad de su Plan de Desarrollo, el Fideicomiso de la Tierra del Caño de Martín Peña y su propuesta de justicia social. De otra parte, el Distrito Financiero que lucha por mantener su prestigio de antaño como destino de negocio y a nivel formal oscila entre el branding corporativo y lotes que llevan más de 30 años libre de desarrollo y dedicados a estacionamiento o baldíos.
Cuenta con infraestructuras y dotaciones de alto nivel como el Coliseo de Puerto Rico y el Tren Urbano, pero presenta un espacio público degradado y de muy baja calidad con aceras insuficientes, circulaciones de tráfico incoherentes, falta de siembra y sombra, cruces de peatones insuficientes o inadecuados, etcétera. El sector de Hato Rey es centro y destino de actividad durante diez o doce horas del día y luego su uso disminuye significativamente. En tiempos recientes se han presentado múltiples visiones y planes para el redesarrollo del sector, sin que estos hayan logrado las esperadas transformaciones. Unos alegan que esto es debido a la falta de voluntad política, otros lo achacan al clima de inversión, la estructura de permisos y a muchos otros factores.
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Estrategias Este trabajo plantea cuatro áreas principales para intervención a lo largo de la Muñoz Rivera en el ámbito comprendido entre el caño de Martín Peña y la avenida Domenech, a saber:
La Nueva Vía Verde - un sistema de transporte colectivo de vía fija como complemento al sistema existente del Tren Urbano Plexo urbano - Parque urbano, centro de transporte y huerto de producción alimentaria en los terrenos de la Antigua Clínica Fernández Escalextric - transformación del sector del Coliseo de Puerto Rico para convertir los terrenos subdesarrollados o espacios de estacionamientos en suelos productivos, dotaciones e infraestructura de ocio y huertos verticales Infiltraciones - intervenciones para atender el espacio peatonal en algunas de las principales intersecciones del sector; intervención para reconvertir proyectos de vivienda que no han sido vendidos en equipamientos urbanos o transformarlos para convertirlos en vivienda asequible o de transición.
2 PROYECTO:
Retomando el borde: la bahía de San Juan Equipo de TRABAJO: Cristina Villa / Verónica Redondo / Vicente Gascó Gómez / Luisel Zayas / Gabriela Solange Rodríguez / Juan Carlos Báez / Yannick Rodríguez / Sixto Cordero / Eduardo Santiago
ProfesorES:
ENTORNO ACADEMIA
Francisco Javier Rodríguez Suárez / Carlos J. García Moreira
Uno de los planos maestros de las propuestas 1000
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Distintos fotomontajes aéreos de varias de las propuestas
La propuesta, que abarca cuatro visiones distintas, se basa en la premisa de un crecimiento futuro de la ciudad alrededor de la bahía de San Juan, a su vez basado en dos precedentes. Primero, el collage urbano en el artículo Vivir San Juan, Memoria y Deseo, por Francisco Javier Rodríguez y Darwin Marrero en (in)forma IV (UPR, 2010), que mediante fotos aéreas solapa varias tramas icónicas de ciudades tales como el Back Bay de Boston, el Ensanche de Barcelona, La Habana Vieja, el Mall en Washington DC, el Vaticano y Lower Manhattan, superpuestas al área contigua a la bahía mostrando otra relación con los cuerpos de agua y una densidad posible y deseable ante la alternativa del desparrame urbano en nuestra Isla. Segundo, la tesis Ciudad del Mar, por Eugenio Fernández (M. Arch UPR, 2008), que estudia la relación del barrio de Miramar con sus fronteras al sur y ausculta la posibilidad de extenderlo hasta la bahía, convirtiendo el área de Abarca en su ensanche y conector.
La bahía es el lugar idóneo para el futuro crecimiento de la ciudad de San Juan, especialmente si los puertos industriales se trasladaran al sur de la isla o a Roosevelt Roads. Esto es un factor importante porque ha sido el sector industrial, sumado al militar, los responsables de la infrautilización de ese “Puerto Rico” en nuestro diario vivir. Los diseños se concentran en los sectores de Isla Grande, Abarca y las Navieras, aunque algunos grupos incorporan Isla Grande, Cataño y Puerta de Tierra. Los cuatro equipos comenzaron utilizando montajes de otras ciudades para entender y digerir la escala del lugar. Luego de una fase de análisis, los grupos tomaron cuatro posturas acerca del futuro desarrollo de la bahía de San Juan. La primera postura entiende que el nivel del mar subirá en los próximos cincuenta años ampliando la bahía hasta la avenida Kennedy y propone un nuevo distrito de usos mixtos en el área ocupada al presente por los concesionarios de automóviles.
CAAPPR
La segunda, analiza la manera en la cual la bahía ha sido dragada y rellenada a través del tiempo y asume que el lado sur crecerá mediante relleno hasta unir Isla Grande con Cataño, creando un nuevo frente hacia el Viejo San Juan y los puertos de cruceros. La tercera postura propone un tipo de relleno mediante una morfología de islas y crea dos nuevos sectores residenciales y turísticos para desarrollar el borde de las Navieras. La cuarta, entiende que el problema actual de la zona es uno de falta de conectividad y propone un sistema de infraestructura combinada que unifique Cataño, las Navieras, Abarca e Isla Grande y que el desarrollo futuro se posibilite a lo largo de este sistema semicircular. Las cuatro visiones entienden que la ciudad debe ser compacta, densa, con usos mixtos y sistemas de movilidad colectiva creando conexiones y fomentando una relación íntima con el cuerpo de agua de la bahía que dio nombre a nuestra Isla.
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3 PROYECTO:
Vietnam (memorial explicativo) Equipo de diseño: Edgardo Cádiz / Tyrene Calvesbert / Alexander Cuesta / Romarie González / Luis Mattei / Pierangelí Simonpietri / José Torrado
ASESORES: Arq. Carlos Betancourt; Arq. Samuel Corchado; Andrés Mignucci; Residentes Unidos en Lucha por Vietnam: Byron López Mangual / Mia Torrechini / Víctor Cerdá / Carmen Díaz
ProfesorA: Ivonne María Marcial
Plantas comparativas de las propuestas existentes y del diseño del grupo
Fotomontaje que muestra algunos de los cultivos que forman parte de la propuesta
Diagrama tridimensional de la condición existente
La comunidad Vietnam es producto de apropiaciones de terreno que ocurrieron en la década de los sesenta. Con solo estudiar las fotos aéreas se observa el rescate de terreno al mar y la redefinición de la geografía del litoral. Los predios fueron creados paulatinamente por las personas que se asentaron en la zona y con el pasar del tiempo, han pasado de ser considerados terrenos marginales de la ciudad, a terrenos con un potencial de desarrollo económico y turístico considerable. Los predios que ocupa la Comunidad Especial de Vietnam se han convertido en un lugar de alto atractivo turístico y económico, según evidencia el Plano del Desarrollo Propuesto por el Municipio Autónomo de Guaynabo (MAG), propuesta que, a su vez, sugiere la desaparición de la comunidad debido a la implantación de un parador, un acuario, una marina y una concha acústica, entre otros. La propuesta del Charrette 2011 incorpora determinantes ambientales que han de generar trasformaciones geográficas. Dentro de los cambios climáticos anticipados para la zona de intervención, se incluyen las redefiniciones de las zo-
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nas marítimo terrestre. Como parte de la bahía de San Juan, esta zona está directamente afectada por el incremento del nivel del mar a raíz del calentamiento global. Se proyecta que para los próximos cien años el mar tendrá un alza de 1.3 metros, lo que significa la inundación de la comunidad en aproximadamente un 90%. Las estrategias de diseño radican en mediar entre la permanencia del vecindario y las transformaciones a nivel de infraestructura (sanitaria, vial, etc.) de la comunidad. Se toma en consideración el aumento de dos metros de suelo propuesto para atender el problema de la inundabilidad del lugar. Por otro lado, se fomentan iniciativas de autogestión y el desarrollo de microempresas dentro de la misma comunidad al propiciarse la reapropiación de los espacios baldíos dejados por la demolición de las estructuras expropiadas. Se ha realizado una selección y coordinación de elementos entre la propuesta del municipio y los intereses de los residentes, creándose una propuesta que concilia ambos y que preserva el sentido de la comunidad existente, en vías de extenderla hacia La Cuidad del Futuro.
4 PROYECTO:
Comunidad Palmer Equipo de diseño: Ariel Cáceres / Carlos Clausell / Giovanni Ramírez / José Pérez / Judith González / Luz Rivera / Martha Garrido / Moisés González / Norelys Rivera / Omar González / Rafael Marrero / Ricardo Curet
Profesor:
N
Plan maestro propuesto
Diagramas de los componentes del plan maestro propuesto
Vistas generales del proyecto
La visión de futuro que se presenta plantea escenarios que reaccionan a la producción energética y alimenticia, la salud humana y la movilidad humana en equilibrio con la biodiversidad del medioambiente natural, entre otros. La propuesta para la comunidad del barrio Palmer en Río Grande plantea que los recursos naturales deben ser el principal activo de la sociedad y que el modelo de desarrollo actual es insostenible, pues está basado en el consumo desmedido de los recursos naturales, lo que causa cambios climáticos que impactan de forma negativa los ecosistemas de la Tierra. Es de amplio conocimiento que el aumento en los gases de invernadero, producto de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, ha causado un aumento en la temperatura promedio del planeta, lo que tendrá un impacto enorme en nuestro modo de vida y en la forma de conceptualizar, diseñar y desarrollar la ciudad. El modelo de desarrollo urbano que ve a la naturaleza como una fuente inago-
CAAPPR
table de recursos tiene que ser modificado. La sociedad y la ciudad del futuro buscarán respuestas a los problemas que enfrentan los ecosistemas naturales en los que habitan. Siguiendo el ejemplo de la naturaleza, el sol, el agua y el aire serían las fuentes de energía a utilizarse. De igual manera, se plantea que las necesidades alimenticias de la comunidad podrían ser satisfechas por el policultivo agrícola. Se propone la utilización de sistemas de transportación colectiva eficientes para reducir sustancialmente la necesidad del uso del automóvil privado. Como objetivo se busca explorar la manera en que el diseño arquitectónico y urbano logren un desarrollo social, económico y político en armonía y equilibrio con los recursos naturales, sus habitantes y el medioambiente. La comunidad Palmer, localizada en el municipio de Río Grande y antesala al Bosque Nacional El Yunque, tiene el potencial de convertirse en el prototipo de la comunidad puertorriqueña del futuro.
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ENTORNO ACADEMIA
Jorge Ramírez Buxeda
ENTORNO PRESENTA
Karlo Ibarra: de la cartografía de territorios a la simbología territorial
Javier Román Nieves Tempus Fugit, 2011
Karlo Andrei Ibarra nace en Santurce, Puerto Rico, el 28 de febrero de 1982, de madre uruguaya y padre chileno. Cursa estudios primarios y secundarios en Bayamón y obtiene un bachillerato en Pintura de la Escuela de Artes Plásticas en San Juan, en el 2005. Su trabajo ha sido expuesto en muestras individuales y colectivas en galerías y museos en San Juan, Miami, Bogotá, Holanda, Suiza, China, Rumania, Bulgaria, Ciudad México y San José, Costa Rica. Fue ganador de la Beca Lexus para Artistas en el 2006 y tras participar de varias exposiciones recientes, se traslada a Miami desde donde actualmente explora nuevos foros y posibilidades para seguir exponiendo su trabajo.
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Al momento en que realizaba su proyecto de tesina, la pintura de Karlo Andrei Ibarra se centraba en la cartografía. No en los métodos ni en la práctica de esa ciencia, sino en la extracción y reformulación del contenido político-ideológico de los mapas para crear nuevos esquemas de territorios inexistentes. La portada de la presente edición proviene de la Wall Map Series (2005), donde el artista identificaba pintura desgastada en las fachadas de edificios históricos, sobre las que dibujaba contornos que semejaban mapas. Sobre este periodo el artista comenta: “Me decían que yo hacía pintura abstracta, pero siempre hice figuración abstracta […] en la tesina hubo una búsqueda y me adentré en la pintura expandida, que toma fuentes del conceptualismo, la arquitectura y la historia […] busqué información de territorios con circunstancias políticas similares a las nuestras y creaba mapas de muchos territorios juntos. De eso resultó un mapa muy grande donde aparecían Guam, Islas Marianas y Puerto Rico […] había una base histórica, con datos políticos, y ya no era ni una pintura ni un canvas, sino una representación de ese material, en una pared”. Añade sobre la culminación
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de ese proceso que, “con la cartografía podía ser abstracto, pero incluyendo datos reales, científicos o matemáticos y, sobre todo, de territorialidad. Por eso me movía el tema cartográfico, al insertarlo en el arte podía hablar de temas políticos actuales. Los mapas van cambiando, las guerras y las transformaciones políticas afectan las cartografías”. Desde entonces, la obra de Ibarra ha evolucionado hasta adquirir reconocimiento en el extranjero. Su mapa de las Américas hecho de trozos de carne, Flesh Map (2008), fue rechazado en Puerto Rico pero acogido internacionalmente. En cambio, sí figuró en la Muestra Nacional de Arte su pieza de vídeo Aspiraciones (2008), donde utilizó su trasfondo de literatura para conjurar un título de doble sentido: aparece limpiando con una aspiradora los escalones del Capitolio de Puerto Rico, en un doble gesto de aspirar el sucio y de aspirar a algo mejor. Aunque el componente cartográfico sigue siendo parte importante en su obra, como demuestra la acuarela Banana Republics (2009), Ibarra ha diversificado sus medios explorando el vídeo, la instalación y la escultura. Ahora realiza la extracción del conte-
Crucifijo, 2009
Flesh Map, 2008
Slippery Government, 2011
Discursos, 2009
Banana Republics, 2009
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nido de las cartografías sobre otros sustratos, como los símbolos nacionales. En Tempus Fugit (2011) convierte una macana de policía en el asta de una bandera de Puerto Rico de color negro, mientras que en Nación Heroína (2010), teje otra bandera con ropa de deambulantes adictos. En su instalación Discursos (2009), el artista llenó con guineos un barril usado de una destilería de ron de Puerto Rico y, frente a este, colocó un boom que sostenía un guineo listo para ser comido en lugar de un micrófono. Con un fondo de audio repetitivo que el artista grabó de los discursos políticos en los cierres de campaña electoral del 2008, los guineos se fueron pudriendo a la vez que la sala se llenaba de moscas. “El micrófono del político, sustituido por un guineo, volvía el discurso del cambio en uno resbaladizo, a la vez que convertía su figura en la de un mono”, apunta Ibarra sobre la pieza. “Un propósito de mi trabajo ha sido trabajar el contexto político y manejar los símbolos nacionales. Yo podría jugar el papel de otros artistas, tener el pasaporte chileno y uruguayo por mis papás y representar a esos países por conveniencia, pero no lo hago porque mis amigos son de aquí, este es mi país y me molestan las cosas que pasan aquí”, explica Ibarra. “A veces me ven como pesimista, pero es por ser optimista, porque creo que las cosas pueden ser mejores”. Su trabajo es un constante atentado contra la brújula aspiracional y arribista, un intento de revelar territorios más allá de a donde apunta esa aguja, invirtiéndola, mostrándonos un continente profundo, donde se entierran nuestras raíces: Latinoamérica.
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Diseñadores puertorriqueños en la Bienal Iberoamericana de Diseño BID10 Redacción de ENTORNO Fotografías suministradas por Gabriel Piovanetti
Panorámica del espacio de la exhibición, Central de Diseño: Matadero Madrid
Libro De Punta a Cabo, por DsnotipoTM
Un grupo multidisciplinario compuesto por 13 diseñadores puertorriqueños fueron premiados y destacados en la segunda edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño -BID10presentada en el espacio para las artes contemporáneas Central de Diseño: Matadero Madrid. La apertura de la exposición se llevó a cabo el 22 de noviembre de 2010, y permaneció abierta al público hasta finales de enero de 2011. Reunió los trabajos de diversas disciplinas del diseño pertenecientes a las áreas de: gráfico, industrial y producto, moda, textil y complementos, espacios e interiores y diseño digital. Se contó con la participación de 22 países iberoamericanos, que incluyen Latinoamérica, el Caribe, España y Portugal. Un jurado compuesto por diseñadores internacionales eligió sobre 400 proyectos para la exposición, destacando a 90 de los diseñadores seleccionados con el premio BID10, otorgado a los mejores diseños de la muestra. Puerto Rico cuenta con cinco premiados y otros destacados que completan nuestra participación:
Edna Isabel Acosta en la categoría de moda y complementos con la Colección de Joyería Contemporánea, Archipiélago. / Gabriel Piovanetti-Ferrer del estudio DsñotipoTM en diseño gráfico con el libro De punta a Cabo. / Fernando Rodríguez-Morales del estudio FullSwitch Interactive en digital con el videoclip Domino Saints. /Maria
de Mater O’neill + Arthur Asseo, Francisco Bacó y María Lamadrid del estudio
Rubberband en espacios e interiores con la exhibición Hacia un Nuevo Rumbo. / José Fernando Vázquez-Pérez de la firma Urbana en industrial y productos con la Alfombra Iris. También se destacan los trabajos de: Vladimir García-Bonilla del estudio [A]rmada en industrial y productos con la lámpara Hangueando. /
Nombre esculpido de la delegación
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ENTORNO ESTILO
Archipiélago, por Edna Isabel Acosta
Algunos de los trabajos presentados por los diseñadores puertorriqueños
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Luis Antonio Díaz-Alejandro del estudio DsñotipoTM en gráfico con el afiche Universe. / Michelle y Norein Otero del taller Eclíptica en moda con la colección de moda, Eclíptica F/W 201011. / Francisco Javier Rodríguez-Suárez en industrial y producto con el banco Ying/ Yang. La muestra de la BID10 pretendió destacar aspectos sociales del diseño iberoamericano y difundir los vínculos del diseño en estos países para fomentar el desarrollo de sus disciplinas. A lo largo de la semana inaugural se llevaron a cabo una serie de mesas redondas, debates y ponencias que permitieron el diálogo e intercambio entre profesionales, estudiantes y el público que asistió.
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