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ENTRAR EN EL LLAMADO DE DIOS PARA SU VIDA

PETER VANDENBERG

El primer paso, y el más importante de todos, es entrar en la salvación. Para muchos cristianos, esto es lo más lejos que llegan, cayendo en una especie de coma espiritual, esperando tan solo la vida después de la muerte y la promesa del cielo. Pero Jesús dijo claramente que había venido para darnos vida, y vida en abundancia. Eso es algo que sucede ahora.

Entonces, ¿cómo puede ocurrir esto?

El proceso de pasar de la salvación al llamado más amplio de Dios se produce

por medio del discipulado. Ser un discípulo en tiempos del Nuevo Testamento era algo que tiene algunos paralelismos en nuestra época, así que para saber lo que es, tenemos que mirar más detenidamente al discipulado de aquel tiempo.

¿Qué es un discípulo?

La idea de convertirse en un discípulo de otra persona era un concepto común y popular en los tiempos de Jesús. Muchos rabinos importantes tenían una gran cantidad de discípulos, y los líderes políticos y agitadores también tenían discípulos. La raíz de la palabra discípulo es disciplina, y se usa porque un seguidor, o discípulo, de alguien se sometía a las ideas y al estilo de vida del líder escogido. Se ponían voluntariamente bajo la disciplina del líder o maestro, no solo en un sentido de adquirir conocimiento e ideas sino, más importante aún, de adoptar el estilo de vida, la cosmovisión y las acciones externas del líder escogido.

En estos días tendemos a concentrarnos en tomar

“Toma tu cruz y sígueme” .

la parte de las ideas y del conocimiento, pero por desgracia, en nuestro mundo de enfoque en los individuos y sus derechos, no hacemos mucho para adoptar un estilo de vida de discipulado. Jesús hizo muchas referencias a la necesidad de que esto sucediera, y un seguidor de Jesús estaba totalmente comprometido a hacer lo que fuera necesario para ser un discípulo, incluyendo un cambio de vida y, si fuera necesario, privación personal y sacrificio. Eso era lo que significaba “toma tu cruz y sígueme”.

¿Cómo es que seguí el llamado?

Me han preguntado muchas veces qué es lo más emocionante que he hecho en mi vida. Dado mi amor por la aventura, los deportes y el vuelo, creo que la gente por lo general espera una respuesta que incluya ¡mucha adrenalina! Pero siempre respondo: “Seguir el llamado de Dios”. Esa ha sido la fuerza activa en mi vida, llevándome a lugares y situaciones que nunca jamás hubiera imaginado pensar por mí mismo. Gracias a Dios, Él me dio una compañera de aventuras, mi bella y talentosa esposa, Evangeline. Vale la pena tomar un momento para ver cómo comenzamos a oír la voz de Dios por nosotros mismos, ya que todo lo demás que sucedió en nuestra vida se remonta a este proceso.

Otros cristianos que conocía hablaban con mucha normalidad acerca de oír de Dios. “¿Cómo funcionará eso?”, pensaba yo. “¿Será que en verdad oyen una voz? ¿Es un sentimiento? ¿Cómo saben que es Dios el que habla?”. Y además de todo eso, cristianos con buenas intenciones constantemente me decían, lo cual me

molestaba mucho, que había un llamado en mi vida. Yo me preguntaba: ¿cómo podían ellos saber eso si ni siquiera yo mismo lo sabía?

Entonces un día estaba leyendo Hechos 15 sobre los apóstoles y los ancianos enviando a hombres escogidos a ministrar en Antioquía, y estas palabras captaron mi atención:

“…nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo” (Hechos 15:25, RVR-60) y después nuevamente: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros…” (Hechos 15:28, RVR-60)

¿Les pareció bien a ellos? Realmente no estaban del todo seguros, pero fueron, y la obra fue bendecida. La verdad era que podía identificarme con eso. Si algo me parecía bien, y el Espíritu Santo estaba involucrado, estaba dispuesto a intentarlo.

Escuchar el codacito del Espíritu Santo

Al comenzar a experimentar con la oración y a escuchar a Dios, descubrí que siempre recibía ese extraño sentimiento en mi estómago cuando el Espíritu Santo estaba intentando captar mi atención, una sensación realmente física que mi familia conoce como “ese sentimiento indigesto”, ¡ya que me recuerda a una indigestión! Estoy seguro de que es diferente para cada persona y que hay muchas personas cuya línea directa con Dios suena mucho más espiritual que esta, pero así es como sucede conmigo y el Señor. Cuando el Espíritu Santo me está dando un codacito, me viene ese sentimiento indigesto en mi estómago, y he aprendido a prestarle atención, lo cual ha dado como resultado decisiones y acciones transformadoras.

Recientemente hemos sido testigos de la graduación de nuestros estudiantes del Campamento de Evangelismo de CfaN después de seis mees de duro trabajo, sacrificio y seguir el llamado de Dios como yo hice hace mucho tiempo atrás. Ahora son evangelistas, y según escribo estas palabras, muchos ya están en el este de África, preparándose para predicar el evangelio y ver a miles de personas salvas en cada reunión. Para ellos, el emocionante viaje está comenzando.

Y también puede comenzar para usted si se lo propone en su corazón, como los discípulos que dejaron todo y siguieron a Jesús de Nazaret. Muchos nuevos estudiantes están ahora mismo enfrentando el desafío del discipulado, de decisiones transformadoras, e incluso de incertidumbres al inscribirse para el entrenamiento del Campamento 2021. Sé que no serán decepcionados porque esta es una idea que vino directamente de Jesús, y eso los llevará a una aventura que apenas se pueden imaginar.

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