¡Hay taquitos!

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DESTINO CENTRAL AÑO 5, NÚM. 25.

La guía de desarrollos inmobiliarios, ciudad y estilo de vida por Punto Destino

MAY – JUN 2019

ARTE EN GRAN FORMATO El muralismo mexicano es una de las herencias culturales —y técnicas artísticas— más representativas de nuestro país. El Centro Histórico de la Ciudad de México resguarda algunas de las obras más majestuosas del movimiento. p. 14.

El hombre controlador del universo, Diego Rivera, 1934. Fotografía: Rodrigo Navarro.

TOP 6

No hay nada como un buen taco. Estas delicias te harán agua la boca. p. 10.

MOVILIDAD

Patines del diablo: ¿la nueva opción para transportarnos? p. 30.

INTERIORISMO

PUNTODESTINO.COM.MX

Recrea la oficina de tus sueños en casa. p. 08.

MODA

Porque en la ciudad Espacios también exteriores puedes disfrutar paradepasar un día todo en traje de baño. el día. p. 24. p. 16.


DIRECTORIO DIRECCIÓN EDITORIAL 192

Danaé Salazar | Fabiola Zamora

COORDINACIÓN EDITORIAL

Emmanuel Sandoval

CONTENIDO

CORRECCIÓN DE ESTILO Israel Galina @ dn3

DISEÑO

Diego Beauroyre, Maira Fragoso | Ápice

ASISTENTES EDITORIALES Ana Luisa Blumenkron Daniela Navarrete

TRADUCCIÓN

Daniela Valdez

VIDEO

Omar Zepeda

COLABORADORES

Ana Lorenzana, Ana Tovilla, Anaid Osuna Peimbert, Daniela Valdez, Eduardo Ramón, Estrella Jafif, Fernando Etulain, Fernando Velasco, Gonzalo Morales, Israel Quiroz, Jorge Dávalos, Leopoldo Riquelme, Lucio Sánchez.

04 LUGARES

24 MODA

06 PERSONAJE

28 BIENES RAÍCES

Dónde ir

Álvaro Velasco

08 INTERIORISMO

Tu rincón home office

10 TOP 6

¡Hay taquitos!

14 CENTRAL

Muralismo mexicano, la historia latente

20 COCINA

Ensaladas potentes

Summer City 2019, año de incertidumbre y volatilidad

30 MOVILIDAD

Patines del diablo

31 VIVIR MÁS FÁCIL Reciclaje en casa

32 ENGLISH

Textos en inglés

35 PET FACE

Las niñas del 3

Editorial

DESTINO CENTRAL, publicación bimestral. Año 5, número 25, mayo-junio de 2019. Editoras responsables: Fabiola Amada Zamora Vélez y Danaé Salazar López. Número de Certificado de Reserva: 04-2016050609303800-102. Número de certificado de licitud de título: 16708. Número de certificado de licitud de contenido: en trámite. ISSN: en trámite. Domicilio de la publicación: Juan de la Barrera 32, Condesa. C.P. 06140, Ciudad de México. Impreso en México en Impresos Florida SA de CV, ubicada en 5 de Mayo 33, Colonia Providencia, CP 02440, Ciudad de México. Publicación sin fines de lucro. Queda prohibida la utilización o reproducción total o parcial de la información, datos, texto, fotografías, gráficas, mensajes u otros materiales contenidos en la presente publicación, con fines comerciales, sin la autorización por escrito del titular. Todos los derechos reservados.

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Fotografía: Rodrigo Navarro.

Margo y Kimak. Fotografía: Fernando Velasco para Luciérnaga. p. 35.

La Revolución mexicana trajo consigo profundas modificaciones en la sociedad. Para muchos, fue la liberación de un sistema opresor; para otros, significó un cambio que les daba la posibilidad de salir adelante y buscar mejores oportunidades, y para un grupo de intelectuales y artistas fue el momento perfecto para educar a través del arte. Así nació el movimiento conocido como muralismo mexicano, que a mediados del siglo XX dio como resultado la concepción y creación de algunas de las obras monumentales más representativas de México. En ellas, grandes maestros como José Clemente Orozco, Diego Rivera y Rufino Tamayo plasmaron —desde sus respectivas cosmovisiones e intereses— algunos de los pasajes más importantes de nuestra historia. Dispersos en algunas ciudades del país, estos murales son testigos eternos de una época saturada de amor al arte, de amor a México. Recorrimos algunos recintos del Centro Histórico de la Ciudad de México para redescubrir y documentar la importancia de estas obras. Además de reencontrarnos con grandes tesoros del arte, en esta edición nos dimos a la tarea —difícil— de comer tacos hasta el cansancio para elegir seis grandes creaciones para los amantes del platillo mexicano por excelencia. Hay para todos los gustos. Y para recorrer nuestra ciudad de otra forma, nos subimos a un patín del diablo… y nos seguimos preguntando: ¿es una opción segura para trasladarnos? Pero mientras decides si éste es un medio de transporte adecuado para ti, revisa nuestros consejos para crear un armónico espacio de oficina en casa y toma algunas ideas de estilo para tu próxima albercada en la ciudad. —Los editores.


TOP 6

¡HAY TAQUITOS! Texto: Anaid Osuna Peimbert. Fotografía: Ana Lorenzana.

Entre establecimientos de leyenda y puestos callejeros, la oferta actual de tacos en la Ciudad de México hace que sea imposible conocerlos todos. Desde carnes traídas del norte del país, otras bañadas por adobos inspirados en el sureste, hasta creaciones vegetariana lejos de lo convencional, éstos son los seis tacos que debes devorar en la ciudad. Hay para todos los gustos y hasta salsa de la que pica y de la que no pica.

COCHINITA PIBIL

CHICHARRÓN NORTEÑO

VEGETARIANOS

MACHITOS

CAMPECHANO

PASTOR

El Turix, Emilio Castelar 212, Polanco.

Orinoco, Insurgentes Sur 253, Roma Norte.

Por Siempre Vegana, Manzanillo esq. Chiapas, Roma Norte.

Los Parados, Monterrey 333, Roma Sur.

Los Cocuyos, Bolívar 57, Centro.

Vilsito, Av. Universidad casi esquina Luz Saviñón, Narvarte.

Por las venas de los dueños de este paraíso de pibil corre sangre yucateca y sinaloense. “La sazón se la debemos a mi abuelo, que era de Yucatán, y las recetas son de mi abuela, que nació en Sinaloa”, me explica una de las actuales dueñas de El Turix, donde la cochinita es más jugosa que la tradicional yucateca, lo que permite sumergir la tortilla en el guiso y sazonarla con sus múltiples condimentos —achiote y comino, entre otros—. Como todo un experto, el taquero Gustavo toma una porción de cochinita con ayuda de una tortilla. Al tiempo que la enrolla, agrega cebolla morada para un hermoso contraste, y te entrega el taco en las manos (ni tiempo de cronometrar la acción tuve). La recomendación es ponerle salsa de habanero asado. ¡Bajo tu propio riesgo!

Un pedacito de Monterrey encontró su lugar en el corazón de la Roma. Frecuentado por locales y turistas por igual, en Orinoco las preparaciones norteñas se sienten genuinas desde que le hincas el diente a la tortilla de harina de sus tacos, especialmente el de chicharrón norteño, la especialidad de la casa. Esta crujiente parte del cerdo se sirve con aguacate y una salsa criolla (cebolla morada con pimiento rojo encurtido en vinagre, que casi no pica). Aunque si eres de los que aseguran que “sin chile no sabe”, la salsa de piquín es la indicada. También puedes pedir, para llevar, un pedazo de chicharrón, que se vende por pieza. Desde Monterrey se traen alrededor de 30 insumos, entre ellos las tortillas de harina y el chicharrón, que se fríe cuatro veces al día. Recomendación: si vas a la 1 p.m., te tocará chicharrón calientito recién hecho.

Esta taquería hace del mundo un lugar mejor, un taco a la vez. “Creemos en la acción directa”, me cuenta Luis Rodríguez, fundador del concepto que trasciende comer taquitos en la calle. En este puesto de esquina, pionero de los tacos vegetarianos en la Ciudad de México, todos los ingredientes son preparados de forma artesanal, desde la salchicha hasta su gran variedad de quesos vegetales. Además, los tacos se sirven en platos de peltre, se utilizan plásticos de fibra de caña y, si llegas en bici, el agua es gratis (y se sirve en vasos de fécula de maíz). Un verdadero esfuerzo para cuidar el planeta. Aunque el taco más pedido es definitivamente el de pastor, el de bistec de setas con queso de almendra es un obligado —te recomendamos acompañarlo con frijoles—. El secreto está en los marinados, me confiesa Luis, quien dice que no es necesario matar animales para comer algo delicioso.

Aunque el menú de Los Parados es realmente extenso (incluye desde alambres, especialidades, cortes de carne y tacos variados hasta preparaciones sobre pan árabe… ¡y hamburguesas!), el verdadero tesoro del lugar es definitivamente el taco de machitos, que para máximo sabor puede pedirse con queso gouda. Silviano, el parrillero y uno de los elementos con mayor antigüedad del establecimiento, cocina con maestría la tripa de borrego sobre la parrilla, para posteriormente asarla en la plancha y darle una consistencia crujiente. En una orden de tres, de a dos tortillas, la recomendación es agregar guacamole (consistente, no tan picoso y con mucho sabor) o salsa de árbol para un picor máximo. La fachada presume la leyenda: “Los tradicionales tacos al carbón desde 1965”. Y esta afirmación no podría ser más cierta, pues el aroma a carbón se percibe desde antes de arribar a la primera sucursal de estos afamados tacos, a donde se podría llegar con los ojos cerrados.

Ocupar el primer lugar en la mayoría de las listas de popularidad no es cosa fácil. Desde hace 30 años en Los Cocuyos se ha perfeccionado la forma y esencia de sus tacos, que pueden ser de surtida, cabeza, cachete, ojo y sesos, entre muchas otras exquisiteces. En este desfile visceral destaca el taco campechano por su popularidad y nobleza al paladar; esta mezcla de suadero —otra joya del lugar— con longaniza, raya en lo celestial. Su sabor no es para nada sutil y se aferra a la memoria gustativa (y el aroma, a tus dedos). En el paladar, específicamente en los costados de la lengua, hay un ligero picor cortesía de la salsa original, de chile serrano y tomate. En el afamado puesto callejero incrustado en un muro que es atendido por dos taqueros (uno muy risueño) y un hombre que te toma la orden, reposa una gigantesca cacerola con lengua, tripa, buche, longaniza y nopales sumergidos en los jugos de todas las anteriores; pide unos nopalitos para acompañar, no te arrepentirás.

Son muchas las cosas emocionantes que ocurren cuando cae la noche; la apertura de esta taquería que de día es un taller mecánico, es una de ellas. Frecuentada principalmente por vecinos trasnochados del barrio, el Vilsito es famoso por su pastor doradito —en taco, torta o gringa—. En la batalla por el mejor taco al pastor de la ciudad, este lugar con más de tres décadas de historia tiene todas las de ganar gracias a su perfecta y crujiente textura que se acompaña de la salsa especial (que no pica) de chile morita, con tomate, ajo y cebolla. O, si lo prefieres, puedes elegir la salsa verde, con tomate, aguacate, cebolla y cilantro. No sólo es la fama en sus tacos al pastor la que precede a esta taquería: acá el servicio es de primera, con algunos meseros y taqueros que acumulan más de 20 años alimentando almas hambrientas de taquitos, cuando anochece en la ciudad.

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