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Veinte años deleitando al público
Por MAGDALENA ROJAS
UN extenso recorrido musical ha llevado a Ivet Curbelo por múltiples escenarios y a incursionar en diversos géneros, ofreciéndole al público la posibilidad de bailar y gozar al son de sus melodías.
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“Vivir trabajando en la música”
Ha pasado la mitad de su vida –20 años– en China, pero para la cantante y violinista cubana Ivet Curbelo, el país no figuraba en sus planes. La oportunidad se dio con la apertura del primer restaurante argentino en Shanghai, cuyos dueños querían incorporar música bailable y fueron hasta Cuba en busca de una banda. “No pensé que hubiese espacio para la cultura latina en un país tan tradicional”, admite Curbelo. Sin embargo, “la propuesta como violinista en un grupo tradicional cubano me pareció una fantástica oportunidad para conocer este hermoso país”, agrega.
Luego del término de su contrato con la banda cubana con la que llegó, Ivet Curbelo, quien se formó en violín clásico en la Escuela Nacional de Artes (ENA) de La Habana, se unió a una banda colombiana con la cual residió en las ciudades de Qingdao y Suzhou, entre otros lugares. Pero Curbelo quería ir un paso más allá. Por eso, decidió emprender vuelo como artista independiente y volvió a Shanghai. Es aquí, dice ella, que comenzó a acercarse a otros géneros musicales desconocidos hasta entonces y se introdujo en el pop, el jazz, el country, entre otros.
Esta travesía musical la llevó por diversos rincones de China en extensas giras, grabando canciones y pro-
● Fecha: 18 de noviembre de 2022
● Lugar: Shanghai, China duciendo música incluso para marcas famosas. Entre los momentos más memorables que ha tenido en su rol como artista, Ivet Curbelo destaca la apertura de la Expo Shanghai 2010, donde tuvo la oportunidad de compartir escenario con el famoso tenor italiano Andrea Bocelli y la mayoría de los artistas extranjeros en Shanghai. “Este tipo de eventos siempre cuentan con un elenco profesional extenso, una gran producción, mucha dedicación, ensayos y aprendizaje de cosas nuevas, que para el artista son muy gratificantes”, señala.
Consultada sobre cómo habría sido una semana típica de su vida antes de que estallara la pandemia, lo primero que dice es que “las semanas de los músicos nunca son normales”. Además de una ajetreada agenda, cada día puede ser distinto al otro. “Hay semanas con reuniones o largos ensayos por el día y un show esa misma noche, y otras donde no hay tanta demanda y tienes más tiempo para estudiar el instrumento, hacer grabaciones o visitar shows de músicos amigos”, detalla.
Por último, existen esas semanas realmente intensas, donde cada día se debe hacer un show en una ciudad distinta, lo que implica subirse a trenes o aviones constantemente, dormir poco y solo poder descansar una vez de regreso en casa. Así y todo, esto es lo que a Ivet Curbelo le apasiona. En ese sentido, siente que China ha sido un terreno fértil para desarrollarse como artista, que le ha proporcionado innumerables plataformas donde exhibir su talento. “Una de las mejores cosas que tiene Shanghai es la oportunidad de vivir trabajando en la música, algo que no consigues fácilmente en Europa o América”, resalta.
En la actualidad, Curbelo combina tanto el violín como el canto en sus presentaciones, pero este último vino después y surgió ante la necesidad de buscar nuevas metas. “Amigos músicos me dieron la oportunidad de aprender y mejorar cantando en sus bandas y proyectos”, recuerda. Y eso no es todo. La cubana no solo canta en español, sino que en diversos idiomas, incluido el mandarín. “Canto en varios idiomas porque tengo proyectos de diferentes estilos, pero cantar en chino es siempre lo más difícil aunque lo más gratificante, pues el público ama ver a un artista extranjero cantando en su lengua”.
Otra de las cosas que Ivet Curbelo destaca de China, y específicamente de Shanghai, tiene relación con el aprendizaje. “Me ha exigido cantar en varios idiomas y tocar el violín con otros estilos por la gran y versátil demanda que existe”, comenta. Esto, sin duda, ha ampliado sus posibilidades laborales y, de paso, le ha granjeado amigos y colegas de diversos países y culturas. “He podido hacer música de múltiples países, desde mariachis mexicanos, bandas de música bávara, irlandesa, italiana, participar en grupos vocales a capela con artistas europeos y hasta música tradicional china”, relata. No estar encerrada en un solo estilo, sostiene Curbelo, abre muchas puertas. “Es satisfactorio que te llamen para un show de cualquier tipo y ya tengas la experiencia y puedas decir ‘sí puedo’”.
“China en el corazón”
Ivet Curbelo nació y se crio en Santa Clara, una pequeña ciudad de aproximadamente medio millón de habitantes, que es famosa por sus reliquias revolucionarias y por albergar los restos del Che Guevara y otros combatientes. Más adelante, se trasladó a La Habana para continuar sus estudios, donde formó parte de agrupaciones musicales estudiantiles y luego de otras bandas de música popular cubana. Hay muchas cosas que extraña de Cuba, como el clima, las playas, la alegría de la gente, el ambiente musical y, por supuesto, su familia. “Ahí nací y ahí siempre estarán mis más bellos recuerdos de infancia y adolescencia”, menciona. Por eso, siempre que puede, Ivet Curbelo canta canciones cubanas en sus presentaciones para “llevarles el ritmo cubano al público chino, y así no olvidar sus raíces y sentirse un poco más cerca de Cuba”.
Pero en China, la cubana también se convirtió en madre y creó su propio hogar. “Aquí me siento como en casa, no por el tiempo ya vivido, sino porque es fácil adaptarse y convivir”. Durante las dos décadas en el país, la cubana ha sido testigo de los impresionantes