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Una sola familia a través del Estrecho
El progreso pacífico de las relaciones entre la parte continental de China y Taiwan
Fui criado por mi abuela. Cuando mi hermana y yo éramos pequeños, mis padres estaban muy ocupados con el trabajo. De 1996 a 2002, mi abuela volaba a Taiwan dos veces al año, según el calendario escolar, para cuidar de nosotros”, señala Peng Tzu Huan al semanario Beijing Review. Pero a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000, no había vuelos directos a través del Estrecho, por lo que su abuela, Li Jinyuan, quien se jubiló del Hospital del Colegio Médico de la Unión de Beijing, tenía que volar a través de la Región Administrativa Especial de Hong Kong. Por ello, el trayecto desde Beijing a Taiwan le tomaba un día entero y era realmente agotador.
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Por TAO XING
La madre de Peng, Li Tianyi, es de Beijing y su padre proviene de la ciudad de Hsinchu en Taiwan. Se conocieron cuando estudiaban en Japón a principios de la década de 1990 y se casaron poco tiempo después. Luego de graduarse, se establecieron en Taiwan y ambos comenzaron a enseñar en una universidad.
Muchos chinos de la tercera edad tienen una vida activa, dedicados al cuidado de sus nietos y hasta bisnietos, incluso después de jubilarse.
En diciembre de 2008, la parte continental de China y Taiwan iniciaron servicios postales, marítimos y aéreos directos después de años de negociaciones y preparativos. “Para nuestra familia, los vuelos directos han hecho que sea más fácil y cómodo reunirse”, destaca Peng.
“La materialización de ‘tres enlaces directos’ a través de correos, comercio y transporte es el resultado de la defensa del Consenso de 1992, la base política para los intercambios entre la parte continental de China y Taiwan”, puntualiza Jie Dalei, profesor asociado de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Beijing, en diálogo con Beijing Review.
Según el libro blanco “La cuestión de Taiwan y la reunificación de China en la nueva era”, publicado por la Oficina de Asuntos de Taiwan del Consejo de Estado y la Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China de 2022, los dos lados del estrecho de Taiwan cayeron en un estado de confrontación política prolongada debido a la guerra civil de China a finales de la década de 1940 y la interferencia de fuerzas externas.
Las relaciones a través del Estrecho comenzaron a descongelarse a finales de la década de 1980. En noviembre de 1992, la Asociación para las Relaciones entre Ambos Lados del Estrecho de Taiwan, con sede en la parte continental de China, y la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho, con sede en Taiwan, organizaciones no gubernamentales autorizadas por la parte continental y Taiwan para entablar conversaciones sobre intercambios a través del Estrecho, llegaron al consenso de que “ambos lados del estrecho de Taiwan pertenecen a una sola China y trabajarán juntos hacia la reunificación nacional”. Este acuerdo se conoce comúnmente como el Consenso de 1992.
Hoy en día, Peng vive en la metrópolis de Shenzhen, en la provincia de
Guangdong, junto con Li Jinyuan, de 81 años. “Una vez que me establecí aquí, no pude soportar el hecho de que mi abuela viviera sola en Beijing, así que fui a buscarla para que viniera a vivir conmigo. Pensé que podíamos cuidarnos mutuamente”, explica.
Para Peng, el concepto chino tradicional de xiao, o piedad filial, está por encima de todos los demás valores morales. Implica un profundo respeto por los propios padres, abuelos y antepasados. La noción china de “familia” también se vincula estrechamente con la de “nación”, que se llama guojia en chino mandarín, y se traduce literalmente como “familia estatal”. Estos siguen siendo valores comunes compartidos por ambos lados del estrecho de Taiwan y son parte de los lazos históricos que los conectan.
Vida en la parte continental
Peng nació en Japón en 1992. En diciembre de ese año, Li Tianyi y su esposo llevaron a Peng, de 9 meses, de regreso a Taiwan. “Supongo que mi primer viaje a la parte continental de China fue en 1995”, dice Peng.
Las múltiples instancias en las que pasó las vacaciones de verano con sus familiares en la parte continental durante los siguientes años, y una experiencia de intercambio de un semestre en la Universidad de Beijing en 2013, fueron cimentando una conexión profunda con esta tierra. En 2014, después de graduarse de la Universidad de Taiwan en Taipei, Peng decidió realizar sus estudios de posgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad Tsinghua en Beijing.
Según la Oficina de Asuntos de Taiwan del Consejo de Estado, había más de 12.000 estudiantes de Taiwan en instituciones de educación superior en la parte continental de China a finales de 2019. Además, el número de estudiantes en 2018 ya era cinco veces mayor que en 2017, lo cual era una muestra clara del interés entre los jóvenes de Taiwan por continuar sus estudios en el otro lado del Estrecho.
Una de las razones fundamentales detrás de esto se debe a que a partir de 2010, a los estudiantes de Taiwan se les ha permitido usar el puntaje obtenido en el examen de ingreso a la universidad de la isla para postular a universidades de la parte continental. En 2017, la parte continental de China comenzó a otorgar becas a estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado de la isla matriculados en sus universidades e institutos de investigación.
Al igual que su abuelo Li Xiandeng, un reconocido historiador, Peng ama la historia. Tras obtener su maestría en 2017, decidió continuar su carrera profesional en la parte continental y consiguió un trabajo en Shenzhen. Recientemente, se ha interesado por la historia del Partido Comunista de China (PCCh), que, considera, ha logrado transformar un país débil en lo que es hoy, lo cual representa una hazaña notable.
“La gente en Taiwan a menudo tiene una visión negativa de la parte continental debido a la falta de conexiones, conversaciones o interacciones”, expresa Peng. “Pero muchos han tomado un mayor interés por la parte continental, solo necesitan el coraje para dar el primer paso, que es venir aquí”, agrega.
“Debemos brindar a nuestros compañeros residentes en Taiwan más oportunidades y caminos para que puedan alinear su propio crecimiento con el de la parte continental”, sostiene Jie.
Según el libro blanco publicado en agosto, el PCCh y el Gobierno chino han promovido el progreso pacífico de las relaciones a través del Estrecho y el desarrollo integrado de Taiwan y de la parte continental de China bajo la convicción de que las personas de ambos lados son parte de la misma familia.
Reunificación nacional
En octubre de 1971, la 26.ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, mediante la cual se comprometió a “restablecer todos sus derechos a la República Popular China y reconocer a los representantes de su Gobierno como los únicos representantes legítimos de China ante las Naciones Unidas”. La re- solución es un documento político que resume el principio de una sola China.
“Mientras ambas partes reconozcan el principio de una sola China, otros temas pueden quedar abiertos a discusión”, considera Jie, quien agrega que “en medio de las diferencias, siempre es políticamente inteligente buscar puntos en común”.
Pese a ello, cuando Tsai Ing-wen llegó al poder como líder regional de Taiwan en 2016 del Partido Progresista Democrático (PPD), se negó a reconocer el Consenso de 1992 e incluso trató de distorsionar y subvertirlo, lo que resultó en una situación de tensa confrontación a través del Estrecho. Además, a pesar de su compromiso con el principio de una sola China, Estados Unidos tampoco ha ayudado a mejorar la situación. La provocativa visita a Taiwan de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en agosto pasado, aumentó aún más las tensiones.
“Estos representan algunos de los desafíos a los cuales nos enfrentamos a corto plazo”, manifiesta Jie. “Sin embargo, estos hechos no van a detener el camino de China en pos de la reunificación nacional, la cual también es parte del llamado a la gran revitalización nacional”.
“Hemos puesto en marcha varias políticas que benefician a nuestros compañeros residentes en Taiwan y, al mismo tiempo, hemos tomado medidas para derrotar a las fuerzas secesionistas y las injerencias externas, siendo esta una causa que involucra a todos”, agrega el profesor.
Taiwan celebró elecciones locales el 26 de noviembre pasado. Entre los 21 escaños en juego para convertirse en jefes de distritos y de ciudad, el partido Kuomintang obtuvo 13, el PPD cinco, el Partido Popular de Taiwan uno y los dos restantes fueron para candidatos independientes, de acuerdo con la autoridad de asuntos electorales de la isla.
Estos resultados revelan que el público general en la isla está a favor de la paz, la estabilidad y el bienestar, consideró Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwan del Consejo de Estado, el 27 de noviembre.
“Al fin y al cabo, el desarrollo de la parte continental, la mejora del poderío nacional integral y el estatus internacional de China constituyen el núcleo que determinará el futuro final de las relaciones entre ambos lados del Estrecho”, subraya Jie.
“Estoy de acuerdo con el concepto de ‘Un país, dos sistemas’”, señala Peng, refiriéndose a un importante instrumento institucional creado por el PCCh y el Gobierno chino en aras de la reunificación pacífica. A principios de la década de 1980, el líder chino Deng Xiaoping dio a conocer este concepto que ha cobrado una gran fuerza y notoriedad. Según Deng, “Un país, dos sistemas” significa que existe una sola China y, bajo esta premisa, la parte continental se adhiere al sistema socialista, mientras que Hong Kong, Macao y Taiwan pueden mantener su sistema capitalista durante mucho tiempo.
Chen Yunying, diputada de Taiwan de la XIII Asamblea Popular Nacional (APN), dijo a los medios de comunicación en la sesión plenaria anual de la APN celebrada en marzo del año pasado que “en Taiwan, muchas voces en favor de la reunificación nacional no se pueden escuchar debido a la represión de Tsai y el PPD”.
El esposo de Chen, Justin Yifu Lin, quien se desempeñó como economista jefe y vicepresidente sénior del Banco Mundial de 2008 a 2012, dejó Taiwan y se estableció en la parte continental en 1979. Luego, Lin le escribió a su primo en 1980 para explicarle que su decisión era tanto “una inevitabilidad histórica” como “una elección óptima”. Con 70 años de edad, Lin reafirmó su creencia en un artículo publicado el 23 de septiembre en una cuenta de redes sociales de la Universidad de Beijing.
A diferencia de Estados Unidos y otros países occidentales que ven la cuestión de Taiwan desde una perspectiva geopolítica, “el pueblo chino en ambos lados del estrecho de Taiwan valora su historia común y su vínculo familiar”, concluye Jie.