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Bailando como un león sobre altos postes

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Liang Jiali demuestra que mujeres y hombres son igual de hábiles en este arte

Por DENG DI

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EN el momento en que Liang Jiali se pone el disfraz de león, siente un torrente de sangre caliente que recorre su cuerpo y empieza a imaginarse a sí misma como un león de verdad despertado por el sonido de un tambor.

La danza del león es muy popular en China. Se trata de una tradición folclórica ligada a la prosperidad y la buena suerte, por lo que suele representarse en ocasiones festivas. Acompañados por el sonido de tambores, címbalos y gongs, los bailarines ataviados con trajes de león saltan de un lado a otro, desplegando sus impresionantes habilidades acrobáticas y de kung-fu. Los aplausos de la multitud ante esta especial danza siempre crean una atmósfera festiva que impregna el ambiente.

Liang Jiali, una mujer de 28 años de la ciudad de Foshan, en la provincia de Guangdong, es una bailarina de la danza del león sobre postes altos, que recrea este arte en postes dispuestos a distintas alturas. A los siete años fue seleccionada para formar parte del Grupo Femenino de Danza del León de Shunde, el único en China compuesto únicamente de mujeres. Tras 21 años de carrera, ha competido codo a codo con innumerables hombres en una habilidad dominada por el género masculino.

Más desafiante y peligrosa

En la década de 1990 se introdujo y promocionó la danza del león en el distrito de Nanhai, en Foshan. A diferencia de la danza del león tradicional, la danza sobre postes tiene sus propias reglas. Los artistas no saltan en el suelo, sino en postes de uno a tres metros de altura con diferentes espacios entre sí. Los postes suelen colocarse de tal manera que los bailarines puedan demostrar sus habilidades pero, al mismo tiempo, resguardando la seguridad del público. No es fácil coordinarse y mantener el equilibrio mientras se ejecuta la danza de un león feroz sobre postes tan vívidamente, por lo que, comparada con la danza del león tradicional, es más desafiante y peligrosa.

Liang se enamoró de la danza del león sobre postes cuando asistía a la escuela primaria. Le fascinaba ver cómo las personas volaban por los postes con agilidad y heroísmo, pero no fue sino hasta que empezó a entrenar con su equipo que se dio cuenta de lo difícil y peligrosa que podía ser la danza del león. Liang aún recuerda cómo el primer día de entrenamiento, el entrenador le exigió que se subiera a un poste alto y saltara desde allí hasta otro situado a 1,6 metros de distancia.

No es raro caerse de los postes durante las sesiones de entrenamiento. “Cuando caes al suelo, no sabes lo que pasa. Solo sientes un gran dolor”. Además de los saltos, las rutinas diarias de entrenamiento, que incluyen sentadillas de artes marciales, carreras y levantamiento de pesas, como en las escenas de las películas de kung-fu, también son agotadoras.

“El poste más bajo tenía 1,4 metros de altura, mientras que el más alto medía tres metros. Una vez sufrí una lesión en la pantorrilla izquierda tras caerme de un poste de dos metros de altura, en la que incluso quedó al descubierto el hueso de esa pierna. Me dolió durante un mes entero”, señala Liang, quien recuerda vívidamente el dolor. Después de aquel incidente, rara vez se ponía pantalones cortos o faldas porque no quería que la gente viera las cicatrices de aquella caída. Sin embargo, pese al dolor y la marca que le quedó, ello era como una medalla de honor. “Las lesiones son algo inevitable para un atleta, y cada vez que veo esas cicatrices, veo mis sueños plasmados”, afirma.

Cuando formaba parte del Grupo Femenino de Danza del León de Shunde, el único equipo de mujeres de danza del león de China y del mundo, Liang y sus compañeras salían a menudo a competir con sus rivales masculinos, a quienes derrotaron en muchas competiciones. En diciembre de 2010, su entrenador se retiró y el grupo se disolvió.

Sin otra compañía a la cual unirse, Liang tuvo que dedicarse a otro trabajo para ganarse la vida. Durante el periodo en que no pudo bailar la danza del león, de 2011 a 2017, sintió un gran vacío en su corazón. Quería seguir persiguiendo su sueño, pero sin un lugar donde entrenar ni un entrenador, no sabía cómo continuar con esta disciplina.

En una oportunidad, Liang tuvo una conversación con una de sus antiguas compañeras de equipo, quien sentía mucho pesar de que hubiese dejado la danza del león de lado. Liang se sintió profundamente conmovida y cada vez que veía bailar a los leones en la calle, se emocionaba. Por ello, decidió buscar la forma de retomar su pasión.

En 2017, Liang y una de sus antiguas compañeras, Huang Baoyi, se pusieron de nuevo en marcha. Empezaron haciendo pequeños espectáculos comerciales y realizaron trabajos esporádicos en compañías masculinas de danza del león. En 2019, por fin les llegó una oportunidad excepcional. Li Peikun, entrenador jefe de la Tropa del Dragón y León Lunjiao Sanzhou, les ofreció un puesto en la compañía tras ver su excelente actuación. Gracias a esta nueva tropa de la cual pasaron a formar parte, pudieron entrenar y competir más.

Belleza impresionante

La danza del león de postes altos tiene un encanto único. Los postes están dispuestos de forma que parecen montañas, arroyos y puentes. Los bailarines deben transmitir el estado de ánimo de un león, como la felicidad, la ira y la embriaguez. La danza combina artes marciales, baile, acrobacia, gimnasia y otros movimientos difíciles, lo que da como resultado un despliegue de impresionante belleza.

Al repasar su experiencia de los últimos años, Liang indica que en la sociedad china la danza del león sigue siendo un sector dominado por los hombres, y hay pocas bailarinas a tiempo completo. Además de superar los retos físicos y el miedo a saltar entre postes en lugares elevados, Liang también tuvo que derrotar muchos prejuicios sociales en comparación con sus contrapartes masculinas.

Por lo general, se suele preferir a bailarines hombres para la danza del león debido a su “masculinidad” a la hora de actuar. En el pasado, cuando Liang debía competir contra hombres, algunos de ellos alardeaban de su superioridad e incluso bromeaban diciendo que sus compañeras no tenían ninguna posibilidad de ganar. En una oportunidad, un juez le preguntó por qué ella y sus compañeras de equipo no elegían movimientos más sencillos.

Además, no todos sus familiares la apoyaban, especialmente su padre. Cada vez que volvía a casa con lesiones, algunos miembros de su familia intentaban persuadirla para que se dedicara a algo menos peligroso y “más adecuado para mujeres jóvenes”.

Sin embargo, para Liang, la danza del león puede ser realizada tanto por hombres como por mujeres, por lo que el razonamiento de su familia nunca le pareció convincente. “Quería romper los prejuicios contra las mujeres en el trabajo y mostrar lo excelentes que podíamos ser”, manifiesta. Liang recuerda cómo Mo Guilan, esposa del célebre artista marcial chino Huang Feihong (1847-1924), formó parte de la primera generación de bailarinas de la danza del león, y que ahora hombres y mujeres disfrutan de mucha más igualdad como difusores del patrimonio cultural. Decidida a sobresalir, la joven muchacha entrenó arduamente y pasó largas horas estudiando los movimientos de leones, gatos y otros felinos para perfeccionar sus pasos de baile.

Una heredera cultural

Liang Jiali abrió una cuenta llamada “Chicas de la Danza del León de Postes Altos” en la plataforma china de videos cortos Douyin, donde tiene aproximadamente 150.000 seguidores. A través de ella, Liang comparte videos de los entrenamientos diarios y las competiciones junto a sus compañeras de equipo. Gracias a su cuenta, muchas personas tanto dentro como fuera del país han logrado conocer mejor la danza del león.

Liang afirma que las “Chicas de la Danza del León de Postes Altos” representan a un grupo de mujeres jóvenes amantes de esta danza, por lo que espera que el grupo se siga desarrollando y que se logren unir más aficionadas.

Para atraer a más jóvenes, ha probado varias estrategias. Por ejemplo, hizo su propia cabeza de león azul y blanca, que muchos bailarines de la generación anterior consideraban una especie de “león filial” que solo aparece en ocasiones de sacrificio. Sin embargo, para Liang, comparada con las tradicionales cabezas de león de color amarillo, rojo y negro, la suya resulta más atractiva, sobre todo entre las personas más jóvenes.

Liang también ha intentado visibilizar más la danza del león. Además de realizar actuaciones en grandes inauguraciones de centros comerciales o celebraciones, junto a sus compañeras ha actuado en lugares turísticos con el fin de exhibir los movimientos clásicos de la danza del león y captar la atención de un mayor número de gente. Asimismo, ha elaborado una serie de productos culturales para dar a conocer este arte.

“Para mí, la danza del león es como una creencia. Recuerdo que en 2010, cuando se disolvió el grupo de danza, un familiar mío falleció. En aquel momento tenía 20 años y me sentía muy deprimida, pero en mi punto más bajo, recuerdo que encontraba una gran fuerza cada vez que veía bailar a los leones. Ahora, aprecio la carrera que tengo como bailarina de la danza del león y me siento llamada a encontrar más sucesores que puedan seguir difundiendo este legado”.

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