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Los hallazgos del proyecto Copán

Un avance en la cooperación arqueológica entre China y América Latina

Por LI MORAN*

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Li Moran, investigador adjunto del Instituto de Estudios Arqueológicos de la Academia China de Ciencias Sociales.

La cooperación arqueológica chino-latinoamericana comienza con el prestigioso arqueólogo Zhang Guangzhi (Kwang-chih Chang). Junto con el profesor Zou Heng de la Universidad de Beijing, Zhang formó a Jiang Zuli, quien fue el primer doctor chino en arqueología dedicado a los estudios de la civilización maya. Su tesis de doctorado, titulada Maya y la antigua China, hace una comparación profunda entre las civilizaciones china y maya, y fue publicada por la Editorial de Ciencias Sociales de China. A partir de la década de 1990, la cooperación de China con otros países se fue haciendo más estrecha. Arqueólogos de renombre como Zhou Nan (Drennan) promovieron el método de investigación del sistema regional desarrollado durante los trabajos arqueológicos en la parte central de México, en el oeste de la provincia de liaoning y en otros lugares de China, lo que ofreció una nueva visión a los estudios en este campo.

Importantes hallazgos

Con el fin de establecer el “nuevo concepto de civilización mundial” e impulsar la cooperación chino-latinoamericana y el estudio de la civilización china, el Instituto de Estudios Arqueológicos de la Academia China de Ciencias Sociales y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia firmaron en 2014 un acuerdo de cooperación para realizar una completa excavación, estudios generales y la restauración de las ruinas mayas situadas en Copán, Honduras (patio 8N-11). Los trabajos se iniciaron en julio de 2015. Después de cinco años, el grupo del proyecto Copán había cumplido con la excavación arqueológica y la fase de restauración. Además, había descubierto un grupo arquitectónico en forma de plataforma saliente, construido durante distintas épocas, en donde se hallaron numerosas esculturas en esmeraldas, entre ellas una célebre relacionada con el “fallecimiento y renacimiento del dios del maíz”. En el interior de la plataforma y en sus bordes se descubrieron una gran cantidad de objetos funerarios y se desenterraron cerámicas de color, objetos de jade, conchas marinas, entre otras piezas.

Mediante la cooperación con reconocidos centros de enseñanza superior e instituciones chinas y extranjeras, el grupo de trabajo realizó análisis y estudios iniciales sobre huesos humanos, legados y restos de animales y plantas, así como obsidianas desenterradas. Cooperó, además, con reconocidas instituciones académicas como la Universidad de Harvard, convocó a un simposio internacional académico y organizó una exposición sobre los frutos de la excavación en Copán y varias conferencias en China. El proyecto Copán permitió que por primera vez la arqueología china participara en los estudios de otras civilizaciones del mundo. la excavación del proyecto Copán reveló la estructura detallada de patios de una persona noble y su proceso de evolución, supliendo así un vacío en los estudios sobre la arqueología maya.

Civilizaciones china y maya

El estudio comparativo entre las civilizaciones china y maya fue también uno de los objetivos del proyecto Copán. la civilización maya es famosa por sus eventos religiosos de tipo chamanista, cuya concepción del mundo tiene muchos puntos similares con los de la sociedad china antigua, sobre todo con los de la dinastía Shang (1600-1046 a. C.). Recientemente, la excavación de las ruinas de Sanxingdui ha dirigido la atención de la gente hacia la dinastía Shang, durante la cual se celebraron numerosos eventos de adivinación y un profundo ambiente religioso reinaba en toda la sociedad. Sobre los dos “árboles divinos” de bronce excavados en la fosa de ofrenda de sacrificios n.° 2 de Sanxingdui (cuya altura es apenas de 4 metros) se yerguen “pájaros divinos”, los cuales son asociados con el “árbol del mundo” y la imagen y escultura del “gran papagayo”, los cuales aparecen en muchas ocasiones en la cultura maya. El “árbol del mundo” es uno de los conceptos más importantes del chamanismo: es un puente que conecta el cielo, el mundo de los seres humanos y el infierno.

Li Xinwei (segundo a la der.) y Li Moran (primero a la der.), del Instituto de Estudios Arqueológicos de la Academia China de Ciencias Sociales, en un lugar de excavación en 2019.

Fotos cortesía del autor.

En la tumba del Gran Pakal en las ruinas de Palenque, de origen maya, en México, los arqueólogos descubrieron un ataúd de piedra. Sobre su tapa figuran hermosos motivos esculpidos, entre ellos, una escena en la que el dueño del ataúd renace y sube al cielo a través del “árbol del mundo”. Según numerosos datos antropológicos, sobre el “árbol del mundo” se yerguen todo tipo de pájaros. Se creía que el alma de los chamanes se transformaba en pájaro y se posaba en el “árbol del mundo”. los “árboles divinos” de bronce desenterrados de Sanxingdui son tal vez una alegoría de la gente de la dinastía Shang a los ritos chamánicos. Además, la gran cantidad de máscaras de seres humanos de bronce y oro halladas en Sanxingdui debieron ser empleadas en las ceremonias religiosas. la deformación y transformación son importantes medios en el chamanismo. Algunos expertos creen que estas máscaras no son figuras divinas, sino formaciones variables de los chamanes transformados. Similares transformaciones se encuentran con frecuencia en la civilización maya. En algunas esculturas, pinturas murales o cerámicas de color, el gobernante, o sea, el chamán, porta vestuarios con imágenes de animales como el jaguar o el pájaro, con los que se comunicaba con sus antepasados o su dios. En algunas ocasiones se grababa una escena sobre la transformación del chamán en jaguar. la coordinación mutua y el concepto de la transformación entre el ser humano y los animales alcanzó su apogeo en China durante la dinastía Han. la admiración y el uso de tortugas es también otra característica que tienen en común las civilizaciones china y maya.

En muchas tumbas de la antigua China se han descubierto abundantes caparazones de tortuga con pequeñas piedras. los especialistas consideran que eran instrumentos de percusión que se usaban en los ritos. En las pinturas murales halladas en el sitio arqueológico de San Bartolo en Guatemala puede verse que el dios del maíz que renace toca también el tambor hecho de caparazón de tortuga. Por otra parte, la tortuga es el símbolo de la tierra. Entre el abdomen y la espalda de la tortuga de jade desenterrada en las ruinas de lingjiatan, en la provincia china de Anhui, hay una placa de jade con el molde del universo, mientras que en la cultura maya, el dios del maíz sale del caparazón de la tortuga, que a la vez es el símbolo de la tierra. Del mismo modo, la gente de la dinastía Shang practicaba la adivinación mediante el caparazón de tortuga, lo que muestra su evidente carácter religioso. El lado lateral del caparazón de tortuga, que tiene la forma del carácter chino “亚”, era considerado por los mayas como el paso entre el infierno y el mundo de los seres humanos. Asimismo, la forma del plano de la tumba del rey de la dinastía Shang es también similar al carácter “亚”. Precisamente, el marco exterior del

emblema de algunos clanes, hallados en los objetos de bronce desenterrados de las tumbas, también tiene la forma del carácter“亚”. Por otro lado, las civilizaciones china y maya coincidieron en la importancia que le otorgaron al jade, en el concepto de los cuatro lados, en sus complejos calendarios y en la comunicación con los antepasados mediante los ritos.

El proyecto Copán, el primer proyecto de cooperación arqueológica entre China y América latina, ha obtenido logros notables en su primer periodo y se espera que, gracias a la experiencia alcanzada, puedan concretarse nuevos proyectos, excavaciones y estudios comparativos.

*Li Moran es investigador adjunto del Instituto de Estudios Arqueológicos de la Academia China de Ciencias Sociales. Desde septiembre de 2015 viene participando en los trabajos en el sitio arqueológico de Copán (Honduras).

Un aprendizaje mutuo entre China y Honduras

Una aproximación al mundo maya gracias al Proyecto Arqueológico Grupo 8N-11 en Copán

Por JORGE H. RAMOS*

Jorge H. Ramos, investigador del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.

El año 2015 fue un año histórico para la arqueología de Honduras. Años previos, a través de las relaciones bilaterales con otros profesionales del mismo campo en América latina, académicos chinos mostraron su interés en conocer la historia de los antiguos mayas de Mesoamérica mediante los restos culturales hallados en el Sitio Arqueológico Copán. Este sitio se ubica a solo un kilómetro del pueblo actual, Copán, en la actual frontera de Honduras con otros países centroamericanos, como Guatemala y El Salvador, y se localiza también en una zona fronteriza del Área Maya (con otros habitantes no mayas), correspondiente a tiempos prehispánicos de entre 1000 a. C. y 1200 d. C.

Fue así como en julio de 2015 se inició un proyecto de investigación arqueológica, el Proyecto Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales, de cinco años en un grupo residencial (8N-11), a menos de un kilómetro del centro monumental de la antigua ciudad. la ubicación de este grupo con relación al núcleo urbano, con el cual se conecta a través de una calzada de piedra, lo convierte en un elemento muy importante en el planeamiento de la ciudad dentro de la cosmogonía maya. De esta manera, ofrece mucho potencial para responder preguntas relacionadas con la planeación urbana y sus motivos religiosos. Su conexión física con los espacios habitacionales y administrativos de la familia real también permitiría entender mejor la organización política interna durante los últimos siglos de ocupación maya en Copán.

Avances y retos

Para la ciencia, la presencia china en Honduras se presentaba como un hecho prometedor en el avance del conocimiento de las culturas precolombinas. Sin embargo, también aparecía como un reto en cuanto al entendimiento mutuo entre el personal chino, liderado por el doctor li Xinwei, y el cuadro local hondureño, encabezado por quien escribe este artículo. Este último equipo incluye a veteranos que han estado laborando en la arqueología del Valle de Copán por un espacio de casi cuarenta años. Al comienzo de dicho proyecto, la comunicación entre los dos grupos –por una parte, los hablantes del idioma chino y, por otra, los del idioma castellano– se realizaba a través de una tercera lengua franca. Aunque el personal chino poseía conocimientos y habilidades orales en el idioma inglés, solo una persona del cuadro hondureño los tenía.

Fue así como en un mundo totalmente foráneo y conscientes de la distancia cultural, uno de los primeros pasos en el proceso de entendimiento de la cultura local por parte del grupo del doctor li fue el aprendizaje del idioma español, lo cual fue una herramienta muy útil en las relaciones interpersonales, ayudó a una comu-

nicación más eficiente con el personal local y, por ende, favoreció un mejor acercamiento al objeto de estudio. Esta acción contribuyó, además, a que se insertaran mejor dentro de la cultura local, volviéndose parte de la comunidad y enriqueciendo a la vez su visión del mundo actual a través de los lentes del pueblo copaneco.

Ya en el contexto metodológico, un segundo paso en el entendimiento de la práctica arqueológica fue no solo la aceptación selectiva, sino el interés de aprender las técnicas de campo utilizadas en la metodología local por muchas décadas e inspiradas en modelos occidentales. El registro en detalle del contexto arqueológico llamó la atención de los arqueólogos chinos que participan en el proyecto. Sin embargo, después de un tiempo, el doctor li buscó la forma de innovar la forma de documentación, de tal manera que, además de mantener el mismo nivel de detalle y autenticidad, fuese más rápida. Es en este marco que la documentación en 3D del contexto arqueológico llegó a formar parte de las técnicas de campo en la arqueología de Copán, en Honduras. la técnica de fotogrametría auxiliada por el uso de equipo tecnológico avanzado (por ejemplo, el dron) hizo posible reducir altamente el tiempo empleado en el registro in situ del material y rasgos arqueológicos. Con las instrucciones del equipo chino, el cuadro local se dio a la tarea de aprender nuevas técnicas que facilitarían enormemente su labor en el quehacer arqueológico.

Un éxito arqueológico

Otro de los aspectos fundamentales que resultó en un éxito, y fue un tercer paso en la ejecución del Proyecto Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales, fue la planeación diaria y el entendimiento del contexto arqueológico en conjunto. El desarrollo de las actividades diarias, ya sean de excavación o de análisis de materiales, se hizo siempre tomando en cuenta las opiniones de ambas partes, tanto de arqueólogos chinos como de los locales hondureños. En la forma de proceder en la planificación diaria, tanto el doctor li como quien escribe este artículo, auxiliados por estudiantes de ambos equipos, trazamos los objetivos en base a las preguntas de investigación formuladas al principio del proyecto. Ya en la fase de comprensión y explicación de los materiales y rasgos culturales, así como en la de los descubrimientos producto de la excavación, se siguió también el mismo protocolo de mesa de discusión abierta. Utilizando el método tanto inductivo como deductivo, en una combinación binaria de experiencia y trayectoria académicas y formación profesional de dos escuelas académicas distintas, los profesionales de China y Honduras alcanzaron un consenso en su aproximación al conocimiento de la realidad histórica maya, traída a la luz después de casi dos mil años de haber permanecido enterrada por el tiempo y la naturaleza. Cabe incluir que en estas discusiones se apreciaron similitudes entre la cultura milenaria de la gente de China y la de los grupos culturales de Mesoamérica.

No fue fácil, pero tampoco imposible, llegar a conclusiones al momento de presentar los criterios y argumentos con una actitud no solo profesional sino también de humildad, aceptando con respeto la perspectiva de la otra parte. Estas características han sido fundamentales para un aprendizaje mutuo sobre un objetivo común para personas con diferentes realidades (económicas, políticas y culturales), perspectivas e identidades. Sin embargo, es el único camino para el desarrollo latinoamericano a corto, mediano y largo plazo, y para lo cual se cuenta con la contribución de otras naciones, como China.

Académicos de China, Corea del Sur y Honduras trabajan juntos en el sitio de excavación.

Fotos cortesía del autor.

*Jorge H. Ramos es investigador del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).

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