Diego Mañas Martínez
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Derecho Internacional Público
Conferencia Viernes 30 de abril Profesor de la Universidad de Salamanca D. Luis N. González Alonso "La acción exterior de la Unión Europea" Hablar del papel de la Unión Europea en el mundo, es hablar de su legitimación exterior. La Unión Europea se justifica sólo si es capaz de aportar a los estados miembros respuestas a ciertos desafíos. La Unión Europea puede ofrecer un valor añadido en la gestión de cuestiones relacionadas con nuestro contexto histórico, respuestas a la globalización. Que la Unión Europea actúe de forma coherente es una demanda de los ciudadanos europeos. Y precisamente en la coherencia es en lo que debe mejorar, la UE para que tenga un papel más importante y fuerte en el mundo, ya que estamos en un momento difuso. La Presidencia española de turno de la UE ha llegado en el peor momento posible, tanto por la crisis económica que condiciona todo, y también porque el 1 de diciembre de 2009 entró en vigor el Tratado de Lisboa. Y con él, Herman Van Rompuy, ocupa el cargo de primer presidente estable del Consejo Europeo, y la británica Catherine Ashton, el cargo de Alta Representante de Política Exterior. El nuevo presidente estable limita las competencias del presidente de turno, pues por ejemplo, las cumbres bilaterales entre la UE y terceros estados eran presididas antes del Tratado de Lisboa por el presidente de turno, y ahora son presididas por el presidente estable. También ha habido tensiones con la figura de Alta Representante y el ministro de exteriores de España. Esto se debe a la complejidad del modelo de política exterior de la UE, ya que se trata de un modelo complejo con características específicas, donde los estados miembros se resisten a ceder más competencias. Por esta razón, a la UE se le considera como una potencia blanda en la esfera internacional. Respecto a las principales novedades del Tratado de Lisboa en relación con la acción exterior, cabe destacar que la UE funcione de un modo más coherente y sobretodo más eficaz. En primer lugar, hay un cambio importante en la estructura constitucional de la UE. Desaparece la Comunidad Europea, sustituyendo a los viejos pilares. Antes había una disociación entre lo político y lo económico. Los principios que inspiraron la UE y los que persigue se establecen por primera vez en el Tratado de Lisboa. La coherencia entre las políticas europeas, ha cambiado con la modificación del Tratado. Aunque esto tiene mayor relación con la apariencia que con la realidad; puesto que los estados miembros conservan sus competencias.
El Tratado de Lisboa incorpora dos nuevas figuras importantes: - El presidente estable del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la - Alta Representante de Política Exterior, la británica Catherine Ashton. La figura del presidente estable tiene una gran repercusión, ya que es el máximo representante europeo. También es fundamental la figura de Alta Representante, pues supone un cambio muy importante; a Ashton le corresponde las funciones que desarrollaba Javier Solana como máximo representante de asuntos exteriores de la UE y también tiene las funciones de relaciones exteriores del Consejo. La Alta Representante cuenta con un presupuesto muy superior al que contaba Javier Solana cuando ocupa el cargo de Mister PESC. La Alta Representante se atribuye la presidencia estable del Consejo de la UE de asuntos exteriores; quitándole el puesto a Ministro español Moratinos que es a quien le correspondería por la presidencia de turno. El Consejo de asuntos exteriores es el que más se reúne. La creación del Servicio Europeo de Acción Exterior es otra de las novedades. Se trata de una especie de servicio diplomático europeo, que esta ocasionando enfrentamientos, entre las propias instituciones europeas. Los propios diplomáticos de los estados miembros también están viendo la importancia que va a tener este servicio. El Servicio Europeo de Acción Exterior estará integrado por un cuerpo diplomático de 6000 personas, con una red de 135 embajadas. Respecto a las novedades del contenido, el Tratado de Lisboa, dentro del antiguo pilar de la Política Exterior y de Seguridad Común; se ha desarrollado la política europea de seguridad y defensa, aportando cambios y saliendo a la luz pública la dimensión de la UE en este aspecto. Esta política está regulada en el Tratado. Se pretende la atribución de capacidad de la UE en este ámbito. Es fundamental para responder a misiones civiles y militares. Su aplicación no se ha llevado a cabo todavía, pero se esta avanzado en ella con la creación de la Agencia Europea de Defensa. Son avances, pero la acción exterior de la UE va a seguir estando condicionada por las características de los estados miembros, que no quieren que se produzca un cambio de modelo. La UE no tiene nuevas políticas para responder a la nueva configuración del sistema internacional. Si dispone de una serie de instrumentos que pueden hacer que en el futuro exista una transformación. Pero la UE va a seguir a la zaga, como se observó en la última cumbre sobre el cambio climático de Copenhague; donde EE.UU y China se pusieron de acuerdo sin escuchar a la UE que era líder en ese campo. Y es que no están bien definidas las políticas, por ejemplo, del anterior Mister PESC, Javier Solana, se decía que era más Míster que PESC, porque sólo era un rostro sin un política detrás. Este problema continuo en la actualidad, y se ha visto con la independencia de Kosovo. Otro problema, es la tradicional separación de economía y política. Hasta el punto
de que el Consejo y la Comisión tuvieron que resolver en los tribunales quien tenía competencia para firmar un acuerdo de financiación con ciertos países de Áfria occidental. Este problema no se resuelve con el Tratado de Lisboa; ahora bien, en el futuro la figura de Alto Representante puede solucionarlo. Por último, también destaca la omnipresencia de los estados miembros. La UE no aspira a quitarle protagonismo a los estados miembros en la esfera internacional. Pero plantea problemas el hecho de que no existe una política común en relación a los sujetos importantes de la Comunidad Internacional; por ejemplo cada estado miembro tiene una relación diferente con Rusia. Aunque hay que reconocer que la UE ha crecido como sujeto internacional, puesto que hay demanda de Europa en el mundo. La ampliación al este y centro de Europa puede ser uno de los mayores cambios realizados para la prevención de futuros conflictos.