Realismo maravilloso y Realismo mágico

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Literatura Hispanoamericana del siglo XX Leslie Hernández Conde Novela La literatura de lo Real maravilloso

“Los pasos perdidos”

Una vez que se deja atrás la novela regionalista y anterior al boom de la narrativa en la novela hispanoamericana, se constituía la “nueva novela” a finales de los años 30 y principios de los 40, esta “nueva novela”, buscaba una renovación y experimentación, buscaba constituir una conciencia que elevara el mundo americano, que discurriera por nuevos caminos y explorara experiencias autenticas. La narrativa de la “nueva novela” hispanoamericana se constituía por aportaciones de diversas corrientes y por múltiples orientaciones que representan una historia en constante avance. Durante esta época en que la novela hispanoamericana comienza a adquirir un lenguaje más cotidiano, alejándose de lo rígido y académico, surgen teorías como “lo real maravilloso” de Alejo Carpentier. Para Carpentier, América, que está en pleno desarrollo, debe permitirse el surgimiento de algo nuevo y radical. La primera vez que el concepto de “real maravilloso” ronda las meditaciones de Carpentier, es como él mismo lo enuncia en su ensayo, en 1943, en un viaje a Haíti. Por ello diré que una primera noción de lo real maravilloso me vino a la mente cuando, a fines del año 1943, tuve la suerte de visitar el reino de Henri Christophe —las ruinas tan poéticas de Sans-Souci; la mole, imponentemente intacta a pesar de rayos y terremotos, de la Ciudadela La Ferrière— y de conocer la todavía normanda Ciudad del Cabo, el Cap Français de la antigua Colonia, donde una casa de larguísimos balcones conduce al palacio de cantería habitado antaño por Paulina Bonaparte (Carpentier, 1970, p. 1).


Alejo Carpentier teoriza el realismo maravilloso, porque al encontrarse en un país en el que confluyen arte y cultura tan diversa, rica y variada, se ve imposibilitado para analizarla, para experimentarla con los preceptos europeos tan aprendidos, no alcanza pues con aquella medida para apreciar la historia y riqueza americana en su justa dimensión. Esto se me hizo particularmente evidente durante mi permanencia en Haití, al hallarme en contacto cotidiano con algo que podríamos llamar lo real maravilloso. Pisaba yo una tierra donde millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a punto de que esa fe colectiva produjera un milagro el día de su ejecución. Conocía ya la historia prodigiosa de Bouckman, el iniciado jamaiquino […] Había respirado la atmósfera creada por Henri Christophe, monarca de increíbles empeños, mucho más sorprendente que todos los reyes crueles inventados por los surrealistas, muy afectos a tiranías imaginarias, aunque no padecidas. A cada paso hallaba lo real maravilloso. (Carpentier , 1970, p. 5-6).

En su tesis, Carpentier articula una oposición entre Europa y América, desecha modismos y costumbres preconcebidas, su obra nos obliga a asimilarnos como hispanoamericanos, a rechazar procesos de domesticación (entiéndase ello como el proceso de aceptar las normas y costumbres que rigen las corrientes establecidas) que habían marcado el rumbo de la literatura y las artes. Nos encamina a una búsqueda, un aprendizaje y una experiencia en el estudio de la cultura hispanoamericana, con la finalidad de elevar a ésta a un contexto internacional. En el realismo maravilloso de Carpentier, la fuerza de la fe y la imaginación se vuelven protagonistas y artífices de la historia, lo maravilloso de la realidad no puede advertirse sin imaginación. En la obra de Carpentier se observa una búsqueda expresiva, Con un lenguaje a veces denso, a veces rebuscado, que se revela en un estilo culterano destacando aspectos como un abundante conocimiento sobre arte, música y sobre todo su amor hacía la arquitectura, describiendo con algo más que magnificencia y precisión los detalles estéticos y artísticos de los paisajes en su novela.


Lo real maravilloso persiste en lo simple y cotidiano, no en lo simple llanamente, sino en lo simple explotado, liberado y elevado con majestuosidad a lo sublime, esa realidad inadvertida y oculta para la pobreza imaginativa. Hay todavía demasiados "adolescentes que hayan placer en violar los cadáveres de hermosas mujeres recién muertas" (Lautreamont), sin advertir que lo maravilloso estaría en violarlas vivas. (Carpentier, 1970, p. 2).

Carpentier ataca fuertemente aquellos pensamientos y vanguardias europeos que influían en el arte y la literatura, con la necesidad de narrar con un estilo particular la realidad americana, que se deslindara por completo de aquellos preceptos establecidos que no alcanzaban a cubrir lo maravilloso en su máxima plenitud. Me vi llevado a acercar la maravillosa realidad vivida a la acotante pretensión de suscitar lo maravilloso que caracterizó ciertas literaturas europeas de estos últimos treinta años. Lo maravilloso, buscado a través de los viejos clisés de la selva de Brocelianda, de los caballeros de la Mesa Redonda, del encantador Merlín y del ciclo de Arturo. Lo maravilloso, pobremente sugerido por los oficios y deformidades de los personajes de feria. (Carpentier, 1970, p. 1).

Para Carpentier lo real maravilloso es el contrapelo de corrientes como el naturalismo y el surrealismo, tan aceptadas y dogmatizadas es una corriente de conductas consabidas, aprendidas y prestidigitadas. Pero, a fuerza de querer suscitar lo maravilloso a todo trance, los taumaturgos se hacen burócratas. Invocado por medio de fórmuías consabidas que hacen de ciertas pinturas un monótono baratillo de relojes amelcochados, de maniquíes de costurera, de vagos monumentos fálicos, lo maravilloso se queda en paraguas o langosta o máquina de coser, o lo que sea, sobre una mesa de disección, en el interior de un cuarto triste, en un desierto de rocas. (Carpentier, 1970, p. 2-3).

En su tesis Carpentier acusa al surrealismo de ser una corriente artificiosa, una búsqueda de una realidad no espontanea, poco imaginativa. El surrealismo aprovecha y capta lo que


ofrecen las tendencias de la época y así elabora sus teorías sobre lo americano, con una visión pobre y apagada, que se ha convertido en una formula automática. Pero obsérvese que cuando André Masson quiso dibujar la selva de la isla de Martinica, con el increíble entrelazamiento de sus plantas y la obscena promiscuidad de ciertos frutos, la maravillosa verdad del asunto devoró al pintor, dejándolo poco menos que impotente frente al papel en blanco. (Carpentier, 1970, p. 2).

El “realismo mágico” nace casi simultáneamente a lo real maravilloso, en el realismo mágico se hace una búsqueda de la realidad propia a través de la naturaleza, el mito y la historia, para afirmar el sello de la originalidad americana en el mundo. En el realismo mágico subyacen características del regionalismo y de la novela de protesta.

En las novelas de realismo mágico, el personaje asume una identificación fehaciente, mientras que en las de realismo maravilloso, esencialmente de la novela de Carpentier, se observa una cierta distancia desde el narrador, una suerte de espectador que aunque termina involucrándose, siempre ve la situación desde una perspectiva en ocasiones externa, en ocasiones ajena. En el realismo mágico, prevalece la realidad, se narra la vida cotidiana y se habla de que ésta no se ordena lógicamente, por tanto se crea paralelamente una fantasía y esta fantasía o realidad mágica a veces resulta más evidente que la realidad creada, en lo real maravilloso se recurre a aspectos como la fe y la imaginación, pero siempre manteniendo el concepto de realismo puramente, donde lo maravilloso predomina en la exaltación de una riqueza presente, real y a veces inadvertida. Para finalizar, el ensayo de Alejo Carpentier no sólo sirve para definir el estilo de su propia novela, sino que da origen a toda una corriente literaria que caracteriza e influye en varios autores posteriores, el realismo maravilloso procura una unicidad a la riqueza cultural hispanoamericana, elevándola a un carácter universal, revela la realidad como un milagro y extiende la gama de este contexto en virtud de una libertad espiritual.


Bibliografía: CARPENTIER, ALEJO, Los pasos perdidos, Editorial palabras. ANDUEZA, MARIA, Selección de lecturas de ensayo hispanoamericano del siglo xx, 2012, México, Facultad de filosofía y letras, UNAM, pp. 105-111. BELLINI, GIUSEPPE, Nueva historia de la literatura hispanoamericana, 1997, España, Editorial Castalia. VEGA, MERCEDES, La literatura hispanoamericana, vol. 3, 2011, México.


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